Evolución de Técnicas de Riego

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EVOLUCIÓN DE TÉCNICAS DE RIEGO

EN EL SUDESTE DE ESPAÑA
José López-Gálvez1 y Alberto Losada2

RESUMEN: El trabajo que sigue estudia cómo el hombre mediterráneo ha sabido afrontar
agresivas circunstancias hidrológicas con técnicas hidráulicas adecuadas a las condicio-nes de
aridez de su región. Se inicia con una descripción del medio geográfico próximo a la costa
sudoriental de la península Ibérica, cuyo régimen hidrográfico natural impone limi-taciones
serías a los cultivos de secano, pero sin dejar de ofrecer recursos hídricos suficien-tes para que,
con imaginación, se hayan podido acometer diversas empresas para aprovecharlos e
impulsar formas interesantes de regadío. La información recogida de di-versas fuentes sirve de
base para fundamentar la cultura hídrica actual en raices casi per-didas entre los vestigios más
antígios de la civilización mediterránea occidental. El milenario "riego con aguas turbias " (de
escorrentias), el centenario "riego de abajo " y el reciente riego por goteo van discurriendo
como sucesivas muestras del éxito de la lucha que se ha mantenido frente a adversas
condiciones propias de la geografia fisica de la región.

INTRODUCCIÓN EL MEDIO NATURAL


Las líneas que siguen tratan sobre técnicas de riego que se Geomorfología
han desarrollado o han tenido significación notable en el La pequeña extensión del regadio de Laujar, entre lími-tes
sudeste español. En particular, se centran en los regadíos que no llegan a abarcar las 500 ha, se localiza en las
de la vega de Laujar y del Campo de Dalías, en la provincia Alpujarras, en la cuenca alta del río Andarax, a la cota de
de Almería, y del Campo de Cartagena, en la provincia de unos 900 m. Su caracterización fisiográfica es la típica de
Murcia. La situación de las zonas men-cionadas se indica un valle de montaña cuyo microrrelieve ha sido alterado
en la Figura 1. por trabajos de abancalamiento acumulados a lo largo de
muchos siglos. En cuanto al Campo de Dalias, ocupa parte
de una plataforma costera con una superficie de unos 300
km2 y que es la continuación natural del piedemonte al sur
de la sierra de Gádor, cuyo relieve, que culmina a 2.240 m,
desciende con fuertes pendientes. Un efecto de esta
posición fisiográfica es su excelente insolación, pero otro
es el de quedar expuesta al riesgo de ser arrasada por
intensas, aunque esporádicas, avenidas. Finalmente, el
Campo de Cartagena ocupa una superficie cercana a los
1.200 km2 que se extiende desde la vertiente sudeste de la
sierra de Carrascoy hacia el Mediterráneo, con cotas que
van descendiendo hasta llegar a las tierras llanas que hay en
su parte oriental, limitadas por el mar Menor y el
Mediterráneo, mientras que por el sur, son accidentes
geográficos de importancia las sierras litorales de
Mazarrón y Cartagena.

Figura 1. Situación de los regadíos de la vega de Laujar y de Clima


los campos de Dalias y de Cartagena.
La suavidad de las temperaturass y la escasez e irregula-
ridad de las lluvias son rasgos propios de la zona consi-

1
Departamento de Economía, Sociología y Política Agraria. Universidad de Almería. Campus Universitario. 04120 Almería, España.
e-mail: jlgalvez@ ualm.es
2
Departamento de Ingeníeria Rural. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos. Universidad Politécnica de Madrid.Ciudad
Universitaria. 28040 Madrid, España. e-mail: [email protected]

Artículo publicado en Ingeniería del Agua. Vol.5 Num.3 (septiembre 1998), páginas 41-50, recibido el 28 de abril de 1998 y aceptado
para su publicación el 11 de septiembre de 1998. Pueden ser remitidas discusiones sobre el artículo hasta seis meses después de la
publicación del misino. En el caso de ser aceptadas, las discusiones serán publicadas conjuntamente con la respuesta de los autores en el
primer número de la revista que aparezca una vez transcurrido el plazo indicado.

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derada, sobre todo en la costa. Aunque las cifras de Cabo de La presencia de potentes mantos permeables condiciona
Gata y Desierto de Tabernas no deben generalizarse a el carácter hidrográfico de la zona. A este respecto, es
toda Almería, es significativo que en dichos puntos interesante considerar que, gracias a esas formaciones, se
puedan no sobrepasarse los 100 mm anuales. En cuanto a produce una alimentación de acuíferos desde los cursos
la región costera donde se halla el Campo de Dalías, la de agua superficiales y una regulación natural de los
irregularidad interanual queda ilustrada con diferencias recursos correspondientes. En todo caso, la recarga
pluviométricas importantes entre años secos y lluviosos, natural se ha mostrado ya insuficiente para sostener la
que llegan a superar al 100% (ver Tabla 1). A su explotación a que se ven sometidos los acuíferos en los
irregularidad temporal, con el otoño como estación más campos de Dalías y, sobre todo, de Cartagena.
lluviosa, hay que añadir el carácter torrencial con que a
veces se produce. CAPTACIÓN, TRANSPORTE Y REGULACIÓN DE
AGUA
Lluvia anual Intensidad Nº de días A lo largo de la historia, el hombre ha tratado de aprove-
Campaña
(mm) máxima (mm) con lluvia char las circunstancias propias de rasgos hidrográficos
como los arriba apuntados, mediante técnicas adecuadas
76/77a 90/91 226 52 47 a sus condiciones de aridez. Del éxito de diversas
84/85* 109 14 42
empresas, hay buenos ejemplos en obras enraizadas en la
prehistoria (Gilman y Thornes, 1985).
* Campaña de menor lluvia en el periodo considerado
Datos de la Estación Experimental "Las Palmerillas" En primer lugar, las características de las ramblas son
apropiadas para la captación de corrientes efímeras, y la
Tabla 1. Variabilidad pluviométrica en el Campo de Dalías. cultura tal vez prehistórica de las boqueras de cañón es
un ejemplo de ello (Giráldez et al., 1988). Por tratarse de
Por lo que respecta al régimen de lluvias en el Campo de obras de interés agrícola, se hará más adelante una
Cartagena, tiene características similares a las descritas: descripción detallada de las mismas, en el apartado sobre
la escasez de precipitaciones significa que difícilmente se agricultura del regadío.
alcanzan los 300 mm/año, descendiendo algunos años a El encauzamiento de escorrentías locales ha servido de
menos de 100 mm/año. base para asegurar una pequeña provisión de recursos
hídricos, y las numerosas cisternas (o aljibes) han sido un
Suelos ejemplo vivo de ello hasta tiempos muy recientes1; sin
La escasez de suelo fértil y su poca capacidad de reten- embargo, su potencial para asegurar una captación de agua
ción es una característica de amplias zonas del sudeste regular y a gran escala es excesivamente limitado.
español. Resultan unas condiciones edafoclimáticas poco Aunque realizados más recientemente, otros esfuerzos
apropiadas no sólo para el cultivo en secano sino también para aumentar las reservas superficiales de algunas cuencas
para el regadío convencional. La formación de terrazas no han dado el resultado esperado. Así lo mostraría el
artificiales ha podido suavizar esas condiciones en la aterramiento del pantano de Níjar, prontamente fuera de
vega de Laujar, pero la formación de costra superficial en uso tras su inauguración en 1850. Dificultades de otro tipo
el marco particular del Campo de Dalías obliga a han llevado a que el embalse de Benínar, construido ya
importantes trabajos de subsolado y a la formación de en los años 80, también tenga problemas de alma-
suelos con tierras de préstamo. cenamiento; pero estos son aquí debidos a que la
La riqueza de las tierras del Campo de Cartagena plantea permeabilidad de su vaso no fue prevista en proyecto.
un panorama diferente, pues se trata de suelos profundos Los problemas derivados de una aportación escasa e irre-
y fértiles. Su potencial, si pudieran regarse, ya fue puesto gular de los cursos de agua superficiales han impulsado,
de manifiesto, en el siglo IX de nuestra era, por el también desde tiempos remotos, la explotación de los
musulmán Al-Edrisi, en su descripción del Levante recursos hídricos de acuíferos subterráneos. Ésta se hace
español; pero, bajo las condiciones naturales, debido a la viable gracias a la permeabilidad de mantos superficiales
problemática de la lluvia, el valor agrícola real queda y profundos. Ahora bien, dadas las características
disminuido. geográficas de las zonas consideradas, es lógico, por una
parte, que las aguas subterráneas no hayan llegado a sig-
Rasgos hidrológicos nificar (al menos en tiempos recientes) la presencia de
El régimen de lluvias descrito hace que las ramblas, una acuíferos aprovechables tan superficiales como los que,
manifestación extrema de ríos con caudales escasos e hasta hace pocas décadas, existían en áreas geográficas
irregulares, constituyan el sello característico de la red vecinas. A este respecto, por su interés como curiosidad,
hidrográfica superficial de la región costera. Su régimen puede recordarse cómo en tierras bajas de la comunidad
fluctúa entre largos períodos de tiempo sin llevar agua valenciana, el manto freático era a veces tan somero
hasta cortos episodios de avenidas. De la virulencia de que hacía posible la práctica del "riego de abajo", por
estos últimos, es muestra la formación deltaica del río ascenso capilar, y a brazo, con recipientes apropiados
Andarax; sin embargo, aguas arriba de este río, a su paso (rec a carabassí) o con la taona (ver Figura 2). Pero, por
por la vega de Laujar, su régimen es más regular, gracias otra parte, también explican la existencia de algunas
al deshielo de Sierra Nevada. fuentes que han venido sustentando un regadío

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de extensión reducida que se compone de pequeñas man- Para capas freáticas no muy profundas, la noria (en sus
chas de zonas regadas. En todo caso, los manantiales versiones de sangre, o de tiro, y de viento) fue durante
naturales son raros, por lo que un tipo de alumbramiento siglos la máquina más eficaz. En particular, las norias
de aguas, aún en uso, es el de galerías (minas) que "cartageneras", de arcaduces o cangilones, accionadas por
buscan horizontalmente los acuíferos. La explotación de el viento, extraian el agua de una profundidad que
éstos es de tradición muy antigua que se remonta a la oscilaba entre los 5 y 10 m (ver Figura 3). Han funcio-
cultura de cimbras y kenats (Bertrand y Cressier, 1985). En nado hasta mediado el siglo XX, como ejemplo de téc-
ocasiones, entre los lugares de alumbramiento y de nica cuyo respeto a la naturaleza no ha sido mantenido por
explotación se interponen distancias y accidentes topo- otras técnicas más modernas3.
gráficos importantes que son salvados por interesantes En todo caso, cuando el gasto captado era diferente al
acueductos. No es seguro que el acueducto de Carcauz sea necesario, el agua se acumulaba durante un período de
de la antigüedad que algunos le han supuesto, pero su tiempo en balsas o albercas. Depósitos de este tipo eran
estilo primitivo tiene cierto atractivo que lleva la ima indispensables para regular el gasto alumbrado, cuando
ginación a tiempos lejanos (Gil Albarracin, 1983). este resultaba insuficiente para su aplicación directa en el
riego.
Conviene mencionar que el potencial de las norias para
ampliar el espacio hidráulico dominado por un sistema
de distribución fue hábilmente aprovechado por los árabes,
y con ese fin fueron usadas, desde tiempos que se pierden
en el pasado, tanto las arriba mencionadas como las
hidráulicas, accionadas por una corriente de agua (caso
de la ñora de Murcia, representada en la Figura 4). Otro
ejemplo significativo en una región próxima a la que aquí
tratamos es el de la noria de tiro que alimentaba los
albercones de La Alhambra (Diversos autores. 1995).
También, el de la Albolafia, cuyo funcionamiento no
sigue manteniendo la corriente del Guadalquivir, a su
paso por Córdoba, desde que, en 1485, quedara fuera de
servicio porque, según parece, lo que a los oídos de algún
poeta del siglo XI sonaba a melodía fueron chirridos para
los de la reina Isabel, sólo de paso por la ciudad aquel año
(Abderrahman y López, 1994).

Figura 2. Taona para regar2


Figura 3. Noria de viento.

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Figura 4. La "ñora " de Murcia, destruida en 1936 (según Caro, 1988).

AGRICULTURA DEL REGADÍO Al paliarse la erosión que de otra forma tendría lugar,
Introducción debido a la pendiente del terreno natural y al carácter
Por razones obvias, los restos arqueológicos correspon- torrencial de las lluvias, se controlan las aguas de esco-
dientes a obras para captar y explotar recursos hídricos rrentía así producidas y se racionaliza su aprovecha-
subterráneos han sido detectados con más frecuencia y en miento. Las aguas descienden las laderas con el
mejores condiciones de conservación que los relativos a necesario control, dando lugar a la fertilización del suelo
captación y uso de aguas superficiales; pero este hecho abancalado. Pequeñas paratas plantadas de olivos, hi-
no contradice la hipótesis de mayor antigüedad en la gueras o almendros se pueden observar aún hoy en
práctica del riego en la península Ibérica, que le ha sido numerosos barrancos.
reconocida a un vestigio de acequia del poblado argárico También los secanos en numerosas ramblas han venido
de Granada (Al-Mudayna, 1991). En todo caso, más que siendo mejorados con el apoyo de una cultura hi-
en la reseña de ese u otros ejemplos específicos de los que dráulica cuyo origen se pierde en épocas remotas,
conocemos muy poco, nuestro interés se centra ahora en consistente en interceptar parcialmente el agua super-
el estudio de técnicas que han venido a significar una ficial de las avenidas que discurren temporalmente por
fase de desarrollo hacia la agricultura regional actual. un río. Esto se consigue con diques en tierra que pene-
En correspondencia con sus condiciones de suelo, clima tran en su cauce y cuyos extremos de cabeza confor-
e hidrología local, la agricultura más antigua de las zonas man sendas boqueras de toma de las zanjas o cañones
costeras consideradas debió basarse en el cultivo de que resultan (ver Figura 5). Parte del caudal se desvía
secanos marginales; no obstante, se aplicaron técnicas que del río y, en tanto no se produce su agotamiento, da un
han contribuido a superar sus importantes limitaciones. riego a campos de cultivo escalonados según franjas
Por su importancia histórica, recibirán una primera alargadas, como paratas, aterrazadas en el sentido aguas
atención, la de las boqueras, junto a las de riego de abajo. La capacidad de derivación, tanto de la boquera
paratas, tal como aún se da en las Alpujarras. Técnicas como del cañón, no debe ser superada por el caudal
actuales como las de formación de suelos enarenados desviado del curso de agua. En caso contrario, la ave-
serán tratadas más adelante, en el apartado sobre cultivos nida arrastra el dique y no entra más agua. Los campos de
intensivos. cultivo que se desarrollan desde el mismo dique de
cabeza quedan entonces protegidos.
Desarrollo de técnicas para el uso de aguas y suelos Tras fertilizar un primer campo de destino, si hay ex-
Entre las técnicas para el aprovechamiento de suelos y ceso, el agua puede pasar a campos sucesivos: a través
aguas, las paratas son, en esencia, el resultado de un de una abertura o sangrador protegido por piedra, a
aterrazamiento del suelo, mediante la construcción de modo de vertedero, este abre paso al agua sobrante,
albarradas. Estas son paredes de piedra seca que sos- hacia el campo de cota inferior, cuando el de arriba
tienen los bancales pequeños y estrechos que forman y está lleno. Así se consigue un aprovechamiento notable
aseguran la conservación de las paratas (Cara, 1989). del agua de avenidas, además de la formación de un
fértil suelo junto a las vegas bajas de los ríos princi-

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Otros elementos característicos del valle del Andarax son


las galerías que avenan el agua subsuperficial del río (cim-
bras o zanjas). No se trata de conductos excavados como
túneles, sino que fueron construidas como trincheras,
cortando el lecho transversalmente y, con frecuencia, en un
lugar próximo a donde se instaló el azud, dentro de la masa
de aluviones (gravas y arenas), hasta llegar a la zona
impermeable, cuyo fondo fue rellenado con piedra sin
argamasa y que fueron cerradas después por arriba. Esto
es adecuado a la poca consistencia del terreno don-de se
ubican y a la función que cumplen: recoger parte del agua
que circula en dicha masa, para reconducirla hacia las
acequias. A este efecto, discurren aguas abajo, próximas a
la acequia, hasta que ésta alcanza una cota
suficientemente baja como para permitir que viertan a
ella las aguas de la galería. Tienen pozos de acceso para
facilitar su limpieza y mantenimiento. El aprovechamien-
to de estas aguas subálveas que circulan bajo el cauce
sirve para paliar la irregularidad de las aguas superficia-
les que un azud pequeño puede retener.
La aplicación de las técnicas indicadas en tierras de
Almería data, al menos, de tiempos de la dominación
árabe y ha sido conservada por sus descendientes
moriscos y heredada de estos tras su expulsión. El plano
en la Figura 6 es ilustrativo de sistemas de riegos de las
Alpujarras, tal como todavía se conserva en Laujar
Figura 5. Boqueras preparadas para riego de escorrentías5 (Oyonarte et al., op. cit.).
pales, por acumulación de depósitos sucesivos de sedi-
mentos renovadamente enriquecidos por tarquín. Muy
posteriormente, con fuentes de agua más seguras, los
suelos profundos en las estrechas fajas aluviales resul-
tantes servirían de base a un regadío más estable.
La técnica de las boqueras bien pudo significar la génesis
de la interesante cultura de los riegos andalusíes, pues los
azudes son solo una variante de la anterior4. En par-ticular,
los azudes en el valle del Andarax están forma-dos casi
siempre por pequeños diques de piedras y arena, y el agua
que retienen en el mismo cauce es oportuna-mente
reconducida, conservando su cota, para ser dis-tribuida
aguas abajo a una serie de campos de cultivo, de manera
más continuada, mientras exista caudal o mientras éste
pueda ser alimentado por el volumen al-macenado
(Oyonarte et al., 1996). Nunca son estables en el tiempo,
de forma que, como las boqueras de cañón, son
arrastrados por las aguas cuando aumenta el caudal del
río en otoño y se vuelven a reconstruir al principio de cada
campaña de riego. Entre el azud y el regadío dominado
por la cota de su coronación existe la acequia madre para
conducir el agua a los partidores, impuestos por la Figura 6. Sistema de riegos de Laujar
necesidad de repartir agua entre las acequias y, desde
aquí, distribuirla a los campos de cultivo. La técnica del Las obras de distribución y control no están datadas, pero
reparto proporcional mediante sistemas de control (con puede suponerse que son las que encontraron los repo-
régimen crítico) ya era conocida por los regantes bladores en la red de acequias. El Libro de apeo y re-
andalusíes, como lo demuestra la existencia de pequeños partimiento de Fondón (1577) se refiere al reparto en el
saltos partidores. Además de los partidores, son obras de Llano del Andarax (Ponce, 1984). Para que éste fuera
interés en sus sistemas de riego los sifones, para salvar realizado, lo que tuvo lugar en los primeros meses de
obstáculos, los aliviaderos, como salidas a cauces naturales 1574, los alcaldes y regidores de cada núcleo de pobla-
y los saltos, en general, escalonados, para salvar ción nombraron a "vecinos antiguos" que habían convi-
desniveles.

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vido con los moriscos, para que recogieran el reparto de o limpieza de las acequias, que se realiza cada primavera,
aguas ya existente. Estos representantes, "debaxo del y pequeñas obras de mantenimiento. Asimismo, ha de
juramento que tienen fecho y en su cumplimiento tener su terreno adecuadamente nivelado y dividido en
declararon que la horden que havía en tiempos de los melgas ("aperado") y mantener limpios los brazales de
moriscos rebelados que se guardó siempre fue y es:..". su finca y los que llevan el agua hasta ella.
Como se ve, el reparto fue idéntico al preexistente. En la Por lo que respecta a la "Almería baja", los cultivos
actualidad, se mantiene vigente. herbáceos ocuparon la mayor parte de sus escasas tierras
La red de riego está constituida por las acequias en riego hasta el siglo XIX (Ferre, 1979). En cuanto a
principales, con trazas que se estructuran en espiga y con zonas costeras como el Campo de Dalías, eran lugares
pendientes ligeras. Cada una de ellas riega las tierras desérticos en los que apenas había actividad agraria y las
situadas a menor cota hasta la siguiente acequia. La red tierras se dedicaban a pasto para el ganado, con la
se completa con acequias secundarias que se denominan excepción de algunas zonas de riego.
brazales, al igual que las acequias terciarias, ya dentro de Con el inicio del siglo XX, los cultivos que caracterizarían
las fincas. Además, los brazales recogen escorrentías el regadío más importante de Almería (Andarax,
ocasionales y las conducen durante la campaña de Almanzora, Nacimiento, Berja y Campo de Dalías)
riegos hasta acequias que transcurren a inferior cota y, serían la uva de mesa y los agrios (Consorcio de
fuera de campaña, hasta cauces naturales (ramblas, Municipios del Valle Medio del Andarax y Fundación
ramblillas, barrancos y barranquillos) que atraviesan la para la Investigación Agraria en la Provincia de Almería,
vega. 1994). Estos ocuparían las vegas medias en las cuencas
de los ríos y los parrales las zonas altas. Ya a mediados
Riegos tradicionales de este siglo los cultivos de hortaliza comestible en la
En Almería, el regadío tradicional se localiza en zonas franja costera, con disponibilidades de agua, comienzan la
con fisiografía de valle o donde existen fuentes o expansión que aún hoy perdura.
manantiales. Su explotación se organiza en comunidades En el Campo de Cartagena, a mediados del siglo XVII, el
de regantes que, por tradición que las ordenanzas regadío totalizaba 36.930 fanegas (24.102,5 ha), lo que
posteriores han recogido, se encargaban de distribuir los suponía la quinta parte del secano. La mayor parte
riegos al ador, por tandas y turnos, siempre de cabeza a correspondería a los regadíos de aguas turbias, cuyos
cola, es decir de la de mayor cota a la de menor, para sistemas básicos eran terrazas y boqueras,
empezar otra vez por la primera. La duración de las independientemente o asociadas. Tan sólo 4.229 taúllas
tandas, en algunos casos superior al mes, condicionaba la (472,8 ha) sumarían las pequeñas huertas creadas en las
elección de los cultivos. Cuando hay aguas sobrantes, es inmediaciones de fuentes y pozos (Gil Olcina, 1993)6.
la comunidad la que decide qué tierras se riegan. Además, Los cultivos principales del secano eran en aquella época
tienen a su cargo la conservación de las obras de la red los cereales y, allí donde había alguna salinidad, la
de distribución (boqueras, acequias e hijuelas), en barrilla. Hasta mediados de este siglo, el secano
general, de tierra. representaba más del 80% de la superficie labrada de la
En cuanto a la organización del riego, tiene interés zona, de algo más de 100.000 ha (Cámara Oficial de
describir la del regadío de Laujar (Oyonarte et al., op. Comercio Industria y Navegación de Cartagena, 1973).
cit.). Sus regantes se integran en una comunidad Las tierras de regadío estaban ocupadas,
independiente por cada acequia y término. Cada mayoritariamente, por cultivos herbáceos en cifras
comunidad tiene un presidente, con capacidad cercanas al 50%, manteniéndose algo más del 25% de
sancionadora, y un acequiero, que es el encargado de estas tierras de barbecho debido al gran contenido en sales
vigilar el agua, solucionar conflictos y presentar los más de algunas aguas de riego. Este hecho obligaba a dejar
graves al presidente. En algunos casos, estos conflictos se tierras sin cultivar con el fin de lavar las sales, práctica
han resuelto en los tribunales. que se sigue aplicando en la actualidad en determinadas
En una acequia, dentro de cada término, el reparto del zonas de Almería y Murcia.
agua es sencillo: cuando ésta es abundante, cada
propietario riega si le conviene y, cuando comienza a Tendencias actuales
escasear, se establece la "tanda" o turno, en el que se Sistemas de riego y distribución del agua
empieza a regar en la cabeza de la acequia y se continúa En la actualidad, y volviendo al ámbito general de la
aguas abajo por los distintos brazales. En los años más zona considerada, se siguen usando las escasas e
secos, además de al acequiero, cada acequia contrata uno irregulares aguas de ríos y fuentes de que ya se disponía,
o dos "regaores". Los propietarios no pueden entonces manteniéndose la superficie o incrementándola con la
regar su propia finca, tarea encomendada al regador, el explotación de pozos cuya profundidad, cada vez mayor,
cual cobra por superficie regada: consecuentemente, supera en algunos casos los 700 m. La explotación de sus
procura avanzar con rapidez y, al aplicar módulos aguas suele ir unida a la de la tierra que se va a regar7. En
grandes las tandas son más ligeras y frecuentes. En años los últimos cuarenta años, las transformaciones en regadío
escasos, el riego resultante es deficitario, pero eficiente. promovidas por el antiguo Instituto Nacional de
Para tener derecho al riego, cada regante debe abonar la Colonización (INC, después IRYDA y actualmente
cantidad necesaria para pagar al acequiero (el "acequia- Instituto Andaluz de Reforma Agraria, o IARA) han
je"), así como otros "repartos" para atender a la monda promovido la inquietud por asegurar el mejor uso de las

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tierras y de las aguas. A partir de 1960, la explo- puesta en riego en 1985. Respecto a la Zona Regable
tación de aguas más o menos profundas, Occidental la puesta en riego se ultimó en 1993.
promovida por la administración (INC e IRYDA), tenía Igual que en el regadío tradicional, el agua es hoy distri-
como objetivo fundamental el incremento de la superficie buida autónomamente por comunidades de regantes que
de riego. La expansión del regadío se ha sentido de son las encargadas de la explotación y distribución. Una
manera intensa en la zona del Saltador de Huercal-Overa, comunidad puede disponer de uno o varios pozos y de
en el Campo de Níjar y en el Campo de Dalías. Ya más aguas superficiales. Las entregas de agua se realizan en
re-cientemente, la capacidad limitada de los acuíferos ha tandas cuya frecuencia puede superar la semana, siendo
venido a significar una serie de disposiciones destina-das atendidas por acequieros (motoristas y relojeros) y fac-
a evitar su sobreexplotación8. turándose el servicio por horas. El turno es impuesto con-
Por lo que respecta al riego de los Campos de Cartage- forme a los requisitos operativos de cada comunidad.
na, desde proyectos durante los reinados de Felipe II y Aun quedan comunidades donde las acequias principa-
Carlos III, hasta otros mas recientes, ya en 1926 (de D. les son de tierra, pero éstas vienen siendo sustituidas
Eugenio Rivera) y, sobre todo, el derivado de su inclu- por acequias de fábrica o revestidas. En ellas se locali-
sión en el Plan Nacional de Obras Públicas de 1933, zan tajaderas que aseguran el paso hacia las regueras y
muchos han sido los planes de conducción de aguas a la canalillas de los regantes. Los relojeros las manejan se-
zona, pero ninguno de ellos llegó a materializarse en la gún corresponda al turno de ríego, cerrándolas una vez
realidad. Por fin, en 1952 se constituyó la Comunidad que éste ha transcurrido.
de Regantes del Campo de Cartagena, organismo que El agua que pasa a las canalillas es distribuida al ador a
agrupaba jurídicamente a futuros usuarios del agua cuya varios regantes. Se empieza el servicio por el de cabeza
intención común era dirigir y coordinar todas las gestio- (a mayor cota) y se desciende hasta llegar a la finca si-
nes que se efectuaran para conseguir llevar agua a sus tuada a la cota inferior. El agua se va cortando por cada
campos. El fruto de este trabajo fue el Decreto y la Or- agricultor, una vez pasado el ador del anterior (tiempo
den Ministerial de 25 de abril de 1953 otorgando a la del turno de riego). El corte del último significa el cese
Comunidad su primera concesión de 31 hm3/año prove- de una tanda y el comienzo de la siguiente.
nientes del Segura. Esta dotación no pasó de ser un mero
gesto, ya que no se contaba con los medios necesarios El agua repartida en la forma indicada era aplicada a pie
para la traída de las aguas hasta las tierras. Por todo ello, la a los campos de cultivo; pero el goteo está sustituyendo
evolución de las superficies de regadío, en el Campo de dicho método de riego, hasta haber llegado a convertir-
Cartagena, también ha estado estrechamente relacionada se en el método de aplicación mas extendido en los re-
con la explotación de las aguas subterráneas. gadíos del sudeste español. A este efecto, se hacía
necesario dotar de mayor flexibilidad a los calendarios
A finales de los años 60, como consecuencia de las ex- de riego. El regante ha resuelto este problema con bal-
plotaciones de pozos, se produce un notable incremento sas o albercas de regulación (ver Figura 7). La presen-
de las tierras regadío. En estos años proliferan los pozos cia de estas balsas vino a constituir un elemento
con grupos motobombas y se abandona por completo el característico de la explotación agraria, pero tiende a
procedimiento de extraer agua mediante norias de vien- desaparecer cuando el servicio de distribución es a la
to. Así lo prueba el hecho de que en 1969 ya existieran demanda y con suficiente presión.
mas de 300 pozos con una potencia instalada superior a
los 4.000 CV (García, 1990).
En 1969, el Gobierno aprueba el comienzo de las obras
del trasvase Tajo-Segura. La dotación a derivar, de un
modo global, quedó establecida en 1.000 hm3/año, y, de
ellos, 600 hm3/año serían los correspondientes a la pri-
mera de sus dos fases9. El Campo de Cartagena recibiría
122 hm3/año. Esta circunstancia no supuso un cese en
las perforaciones de pozos, sino que se produjo un in-
cremento de las mismas, al prever algunos agricultores
la publicación del Plan General de Transformación, por
el que se considerarían tierras exceptuadas de expropia-
ción las que en el momento de su publicación estuvieran
transformadas en regadío mediante obras de
captación y conducción de aguas. Figura 7. Estructura de un típico sistema de riego de
invernadero. a) Antes de ser modernizado b)
El Decreto 693/72 declaró de alto interés nacional las Adaptado para cultivos forzados
actuaciones del IRYDA en el Campo de Cartagena, de-
limitando su artículo 12, para el uso de las aguas prove- Con objeto de regular la aplicación discrecional del agua
nientes del trasvase, la zona regable oriental, con una de riego, existen dos tipos fundamentales de balsa o al-
superficie de unas 27.500 ha, y la zona regable oxiden- berca. Cuando las fincas son pequeñas (menor de 2 ha)
tal con 5.800 ha. Durante 1981, entró en servicio parte suelen ser de obra de fábrica o de hormigón, con pare-
de la Zona Regable Oriental, quedando finalizada la des verticales y armadas. La profundidad no suele so-

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EVOLUCIÓN DE TÉCNICAS DE RIEGO

brepasar los 3 o 4 m y las dimensiones y planta son teriza por su régimen de vientos fuertes y frecuentes.
variables. El otro tipo de balsa es la revestida de caucho Una característica a destacar es la relativa simplicidad en
butilo o de algún material plástico, con taludes inclinados. la construcción y manejo de los invernaderos, lo que ha
Este tipo es mas barato y rápido de construir. A cambio, facilitado su expansión, al no requerir mano de obra
precisa una mayor superficie de terreno para igual especialmente cualificada. El sistema de cultivo descrito
capacidad, y es más propenso a enturbiar el agua. La se ha orientado a paliar las condiciones naturales
capacidad de las balsas oscila alrededor de 200 a desfavorables (agua, suelo y viento) y a potenciar las
500m3/ha, o incluso más, en función de la forma de entrega favorables (radiación solar) con medios simples y poco
del agua a las fincas. costosos. El hecho de que, con bajo coste de inversión,
La modernización del sistema de distribución trata de este sistema consiga producciones aceptables sobre un
sustituir la conducción mediante acequias por el calendario amplio y diverso de cultivos, viene a subrayar
entubamiento de toda la red hasta el depósito regulador su interés desde el punto de vista económico.
del regante, facturándose el servicio también por horas. Los cultivos que se hacen en el Campo de Cartagena
La dotación y frecuencia del sistema de riego empleado son mas variados que en Almería. Coexisten allí la
depende de los cultivos considerados, del suelo o sustrato, vocación frutal y la hortícola. En este último caso, la gama
de la época del año, del clima, de la salinidad del agua y, la de especies de cultivo es muy amplia, pudiendo
mayoría de las veces, de los hábitos y costumbres del encontrarse hortalizas de fruto, hoja y flor. No se
agricultor, o de recomendaciones de su servicio técnico. practica la técnica del enarenado, y se cultiva, por lo
Durante su aplicación, se practica el fertirriego que consiste general, sobre el suelo natural. En cuanto a la técnica de
en la introducción de los fertilizantes con el agua de riego. cultivo en invernadero, hay invernaderos tipo parral de
Aunque esta operación se puede realizar con el riego a Almería, pero predominan los invernaderos industriales;
pie, donde se emplea de forma generalizada es con el por otra parte, no es una técnica mayoritaria, como en el
sistema de goteo. Además, la mayor frecuencia de caso de Almería, pues se suele cultivar al aire libre,
aportación de agua y nutrientes que permite su sistema fijo aunque con la incorporación de acolchado plástico o de
hace que no sea tan limitante el disponer de una capa de pequeño túnel. El sistema de riego por goteo está
suelo para el almacenamiento de agua y nutrientes. instalado en la mayoría de las fincas.
Actualmente se puede decir que el 100% de los inverna-
Cultivos intensivos deros tiene instalado el riego por goteo. No obstante,
El sistema de cultivo forzado de Almería se inicia con la sobre todo en los campos antiguos, se sigue conservando
aplicación de la técnica de suelo enarenado a cultivos de el sistema de distribución para riego a pie, que se usa
hortalizas de fruto, principalmente tomate, para los para la desinfección del suelo, lavado de sales y para dar
mercados nacionales y de exportación (LópezGálvez y el riego de preplantación aportando el abonado de fondo.
Naredo, 1996). La estructura de alambre propia del parral, En las zonas donde el agua es entregada a la demanda y
para la producción de uva de mesa, vino a facilitar la bajo presión, no son necesarias obras de regulación ni
protección bajo plástico de los cultivos, abriendo camino instalaciones especiales de bombeo. No obstante, los
al desarrollo del invernadero tipo parral de Almería. A la agricultores conservan en condiciones de uso balsa y
innovación producida con la conjunción de ambas equipos de impulsión cuando sus fincas disponen de otras
técnicas, se sumó durante los años 70, la que los plásticos fuentes alternativas de agua.
significaron para el pleno vuelo de los sistemas de riego
por goteo10. El desarrollo de los plásticos explica pues, al A MODO DE SÍNTESIS
menos en parte, el milagro de Almería, la última provincia Las dificultades con que la geografía física de la región
española en producción y renta hace 30 años, situada hoy ha condicionado la disponibilidad y uso de sus recursos
en torno al puesto 3011. hídricos han contribuido también al desarrollo, si no a la
Como ya se indicó, la mayoría de los invernaderos en génesis, de técnicas que pueden merecer un lugar digno en
Almería tienen suelo enarenado. No obstante, aún es la cultura del agua. Limitándonos a algunas que han
posible encontrar cultivos sobre tierra y cada día es más significado un notable impacto en la agricultura del riego,
frecuente ver cultivos en substrato principalmente de lana de pueden enunciarse las cimbras o kenats, norias, boqueras,
roca o de perlita. azudes, albercas de regulación y, correspondiendo ya a
Una función del invernadero tipo Almería es mejorar la épocas modernas, las de suelos enarenados y
integral térmica durante el día, con la consiguiente protecciones con cortavientos y plásticos. Juntas,
precocidad de los cultivos, ya que durante la noche la constituyen una síntesis de frutos de la imaginación con
temperatura interior se sitúa normalmente por debajo de la los que el hombre mediterráneo ha demostrado su capacidad
exterior (LópezGálvez et al., 1992). Además, los para convivir con su medio natural. Es de esperar que la
invernaderos desempeñan un papel importante como tendencia a la sobreexplotación de acuíferos que se percibe
cortavientos, con la consiguiente incidencia favorable en el en los años que corren no llegue a materializarse en efectos
ahorro de agua y en la calidad de las cosechas. que den motivo a nuestros descendientes para decir de
Anteriormente, se hacía necesaria la protección de los nosotros otra cosa. Es uno de los riesgos que el avance
campos con la formación de setos cortavientos, forma- tecnológico les hace correr, al haber puesto en nuestras
dos con cañas, pues la zona costera de Almería se carac- manos la responsabilidad de no abusar.

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EVOLUCION DE TÉCNICAS DE RIEGO

Figuras 8 y 9. Boqueras en ramblas y tuberías en acequias, técnicas con milenios de por medio. Foto: Giráídez, Losada y Roldan

NOTAS
1
Sobre medios de aprovechamiento de aguas por los
romanos, consultar Malissard, A. (1994). "Les romains
et l'éau", REALIA, Les Belles Letres, y por los ára-
bes, consultar Pavón, B. (1990), "Tratado de arquitec-
tura hispano-musulmana", CSIC,Madrid.
2
Según Alcover y MolL, citado por López Gómez, A.,
( 1989) Estudios sobre regadíos valencianos, Univer-
sitat de Valencia. Al hacer bascular la tahona desde el
cembo de un azarbe, el agua entra en el cajón mientras
este baja, por abrirse la portezuela, en tanto que esta se
cierra, mientras se alza, y el agua escurre hacia el can-
tero.
3
Ya en los tiempos actuales, con el apoyo de sistemas
potentes tanto de perforación como de elevación por
bombas, la intensificación de los alumbramientos ha
podido impulsar cambios que hacen arriesgar la per-
manencia de la explotación.
4
El ingenio que significó la aparición y desarrollo del
riego por escorrentías, como el de otras innovaciones
tecnológicas que se irían sucediendo en el mundo me-
diterráneo a lo largo de siglos, hace difícil saber a qué
pueblo puede reconocerse su paternidad y, menos aún,
hasta qué punto pueden serles específicas. Por ello,
pueden ser arriesgadas las hipótesis quienes las enraí-
zan en un pueblo determinado. Es el caso de Amiran
(1987), al reconocérselas al pueblo nabateo o, en
general, al de Israel.

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EVOLUCIÓN DE TÉCNICAS DE RIEGO

5
De fotografía aérea cedida por J. López-Segura. Cámara Oficial de Comercio Industria y Navegación de
6
De las cifras facilitadas en las Respuestas Generales Cartagena, (1973) La comercialización en el con-
del Catastro de Ensenada, parece desprenderse que esos texto del desarrollo económico del área de Car-
regadíos de turbias figuran como secanos mejorados tagena.
o de primera, puesto que la superficie declarada de re- Cara Barrionuevo, L., (1989) El agua en zonas áridas:
gadío se reduce a las taúllas arriba indicadas. arqueología e historia. Hidráulica tradicional de
7
En relación con los usos actuales de agua en Almería, la provincia de Almería. Instituto de estudios
conviene señalar que la agricultura usa el 85%, mien- almerienses.
tras que el 15% restante corresponde a abastecimien- Caro Baroja, J., (1988) Tecnología popular española.
tos urbanos e industriales. El hecho de que estos Mondadori, Col. Questio.
porcentajes no se alejen mucho de la media nacional Consorcio de Municipios del Valle Medio del Andarax y
(80 y 20%, respectivamente), denota un mayor rendi- Fundación para la Investigación Agraria en la
miento de esta agricultura en el uso del agua, dado el Provincia de Almería, (1994) Modificaciones y
peso que el regadío tiene en la economía de Almería. alternativas económicas a los actuales usos agra-
8
Para más detalles sobre transformaciones recientes y rios de los ríos Nacimiento y Valle Medio del
procedimientos de gestión del agua de riego en el Cam- Andarax.
po de Dalías, consultar Losada, A. y J. López-Gálvez Diversos autores, (1995) El agua en la agricultura de Al-
(1997), "Gestión del regadío en el Campo de Dalías", Andalus, Lunwerg, Madrid.
en J. López-Gálvez y J.M. Naredo (eds.), "La gestión
Ferre, E., (1979) El valle del Almanzora, Tesis Docto-ral,
del agua de riego", pp. 33-72.
9
Departamento de Geografía del Colegio Uni-
En ningún año, desde su puesta en servicio, ha trasva- versitario de Almería.
sado mas de 400 hm3 y la media no alcanza los 300
García Conesa, C., (1990) El Campo de Cartagena. Cli-
hm3.
10
ma e hidrología de un medio semiárido. Univer-
E1 sistema de riego no es lo peculiar de esta técnica de sidad de Murcia, Ayuntamiento de Cartagena y
cultivo, ya que, aunque actualmente la mayoría de las Comunidad de Regantes del Campo de Cartage-
explotaciones disponen de riego por goteo, en sus ini-cios, na.
y hasta mediados de los 80, el sistema usado era el de
Gil Albarracín, (1983) Construcciones romanas de Al-
inundación.
11
mería. Cajal, Almería.
El milagro que la agricultura de invernadero ha produ-
Gil Olcina, A., (1993) La propiedad de aguas perennes en
cido en Almería ha sido pues en parte debido a la con-
el sureste ibérico. Universidad de Alicante.
junción de técnicas de cultivo apropiadas a las
condiciones de clima. A ello hay que añadir las socia-les Gilman, A., J.B. Thornes, (1985) Land Use and Prehis-
de la zona y, en su fase inicial, la proximidad a los tory in South-East Spain. G. Allen and Unwin,
mercados europeos, el principal destino de la produc- Londres.
ción, así como a la posterior integración de España en la Giráldez, J.V., J. L. Ayuso, A. García, J. G. López y J.
Comunidad Económica Europea. Roldan, (1988) Water harvesting strategies in the
semiarid climate of southeastern Spain, Agricul-
REFERENCIAS tural Water Management, 14: 253-263.
Al-Mudayna, (1991) Historia de los regadíos en Espa- López-Gálvez, J., J.C. López-Hernández y F. Breto-nes,
ña, MAPA, Madrid. (1992) Comportamiento climático del in-
Abderrahman, Ch. y M. López, (1994) El enigma del vernadero tipo Almería en los meses de invierno
agua en Al- Andalus. Ediciones Lunwerg, Ma- y verano, XXII Congreso Internacional de Plás-
drid. La imaginación queda libre para explicar el ticos en Agricultura, CEPLA-CIPA: B.154-
nombre torre de la noria, dentro de la Alcazaba B.161.
de Almería. López-Gálvez, J. y J.M. Naredo, (1996) Sistemas de
Amiran, D.H.K., (1987) Land transformation in Israel, en producción e incidencia ambiental del cultivo en
Wolman, M.G. y F.G.A. Fournier, (1987) Land suelo enarenado y en sustrato. Fundación Argen-
transformation in Agriculture, SCOPE, taria-Visor Dis. SA.
Wiley. Oyonarte, N., J. Pérez-Parra y A. Losada, (1996) El rie-go
Bertrand, M. y P. Cressier, (1985) Irrigation et aména- de la vega de Laujar, Congreso de Riegos,
gement du terroir dans la vallée de l'Andarax AERYD, Almería.
(Almería): les réseaux anciens de Ragol, Mé- Ponce, P., (1984) El espacio agrario de Fondón en el
Langes de la casa de Velázquez, tome XXI, Pris. siglo XVI, Ayuntamiento de Fondón, Almería.

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