HB-7. Mejoremos-Nuestra-Productividad

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MEJOREMOS

NUESTRA
PRODUCTIVIDAD
CHARLA DE
5 MINUTOS
No hay nada que no puedas hacer si tienes los hábitos correctos

Hoy en día, alcanzar altos niveles de productividad en el trabajo es más imprescindible que nunca.
Las empresas cada vez más intentan funcionar con menos personal que antes y experimentan
cambios constantes que necesitan respuestas casi inmediatas; el ritmo de trabajo es mucho más
acelerado y demandante. Hoy en día las exigencias laborales son mucho mayores y disponemos
de menos recursos. Uno de los recursos más importantes que tenemos para lograr mejores
niveles de producción es el tiempo, por lo que una alta productividad debe ser prioridad y parte
de nuestra ética de trabajo.

Para mejorar nuestra productividad debemos hacer uso completo de nuestras capacidades y
reflejarlo mediante nuestras creencias y valores, así como en nuestros hábitos de trabajo, que
son los dos aspectos mediante los cuales nos hacemos más productivos. Revisémoslos:

El desarrollo de buenas prácticas para administrar el tiempo con


frecuencia es cuestión de desarrollar las actitudes adecuadas hacia el
trabajo. A continuación se describen una serie de actitudes, valores y
creencias que son determinantes para elevar nuestra productividad:

Tengamos un propósito definido


Una misión o propósito general nos impulsa hacia la productividad. La misión
nos sirve como una brújula para dirigir nuestras actividades y organizarnos
para realizar más y un mejor trabajo. Estar dedicado a una meta también nos
impulsa a utilizar bien nuestro tiempo. Si nuestro propósito es, por ejemplo,
convertirnos en expertos soldadores certificados ¿perderíamos tiempo?
Trabajemos con más inteligencia y no sólo más arduamente
Podemos contar por muchas a las personas que cuando se empeña en realizar
alguna tarea, por lo general se ven atrapadas trabajando mucho, pero no de
una manera perspicaz. Invierten mucho tiempo y energía, pero obtienen
resultados pobres. Un principio básico del trabajo inteligente es que pasemos
algunos minutos planeando el trabajo y preparando los recursos a utilizar.

Valoremos la asistencia y la puntualidad


No se puede ser productivo si le restamos valiosos minutos a nuestra jornada
laboral o no estemos físicamente presente en el área de trabajo. No asistir o
llegar tarde al trabajo envía el mensaje de que no consideramos que sea
importante. Las personas que llegan tarde también suelen ser los que más
faltan porque carecen de una personalidad de carácter, orden y eficacia, que
son rasgos indispensables para cumplir con las reglas de trabajo.

Valoremos el orden y la limpieza


El orden y la limpieza ayudan a que la mayoría de la gente sea más productiva
debido a que pueden concentrarse mejor. Además, se pierde menos tiempo
y se gasta menos energía buscando las cosas que deberían estar a la mano.
Tener las cosas ordenadas para su fácil localización, es una forma de tener el
trabajo bajo control. Cuando el trabajo está fuera de control, es probable que
no se alcance la eficiencia máxima. Valorar la limpieza mejora la productividad
de muchas formas pues también es el cimiento de la calidad.

Alcancemos un equilibrio y evitemos ser adictos al trabajo


El exceso de trabajo puede llevar a un estrés negativo y al desgaste. Un
descanso físico y una relajación adecuados pueden contribuir a que la mente
esté más alerta y a tener una mayor capacidad de tolerar la frustración.
Una técnica muy recomendada para alcanzar el equilibrio entre el trabajo y
las demás esferas de la vida es aprender a decir de manera diplomática que
no a su jefe y a los demás colegas. Por ejemplo, si nuestro jefe nos pide que
estemos a cargo de una tarea cuando ya tenemos demasiada carga de
trabajo; en ocasiones sería necesario explicar que estamos tan sobrecargados
que no podríamos hacer bien la nueva tarea.
Los hábitos laborales también son esenciales para el alto nivel de
productividad. A continuación se describen tres hábitos laborales que
son impulsores tradicionales de la productividad.

Elaboremos una lista de pendientes y establezcamos prioridades


Una lista de pendientes es la herramienta básica para alcanzar nuestras metas
diarias. Casi cualquier persona triunfadora en cualquier campo, elabora una
lista de las tareas importantes y menos importantes que tiene que hacer con
el objetivo de eliminar el trabajo improductivo.

Concentrémonos en una tarea importante a la vez


Desarrollemos una capacidad para concentrarnos en una tarea sin importar
qué tantas otras obligaciones más tengamos. La concentración intensa lleva
a juicios y análisis más certeros y también reduce errores importantes. Hacer
múltiples tareas produce problemas de concentración junto con errores
importantes.

Dejemos de perder el tiempo


El factor más básico para mejorar la productividad personal es reducir al
mínimo la pérdida de tiempo. Muchas de las técnicas que se han descrito
ayudan a ahorrar tiempo, pero la pérdida de tiempo intencional es lo más
perjudicial para nuestra productividad porque no agrega absolutamente
ningún valor.

La productividad en el trabajo es uno de los más importantes indicadores de nuestro desempeño


laboral, sino el más importante. Hacer más con menos o en menos tiempo, es la filosofía básica
de la productividad, pero contrariamente a lo que muchos piensan, no solo se trata de hacer más
trabajo para conseguir más piezas, más reportes o más clientes, se trata hacer más trabajo
enfocado a las tareas que verdaderamente importan, no a las que creemos que importan. No es
lo mismo una tarea urgente que una tarea importante.

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