Dios y El Big Bang

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I.

Introducción

Creo fielmente que todos los seres humanos tenemos un propósito en la vida. Nuestro origen,
nuestra esencia y nuestro destino son una cuestión de causalidad, no de casualidad. Pero
muchos de nosotros; por no decir que la gran mayoría, pasamos nuestras vidas llevados por un
río de pensamientos que se inclinan a la realización momentánea de nuestro entorno y a la
materialización de deseos pasajeros que en ocasiones suelen ser más efímeros que nuestra
mera existencia.

“Nos movemos en nuestro ambiente diario sin entender casi nada acerca del mundo.
Dedicamos poco tiempo a pensar en el mecanismo que genera la luz solar que hace posible la
vida, en la gravedad que nos ata a la Tierra y que de otra forma nos lanzaría al espacio, o en
los átomos de los que estamos constituidos y de cuya estabilidad dependemos de manera
fundamental. Excepto los niños (que no saben lo suficiente como para no preguntar las
cuestiones importantes), pocos de nosotros dedicamos tiempo a preguntarnos por qué la
naturaleza es de la forma que es, de dónde surgió el cosmos, o si siempre estuvo aquí, si el
tiempo correrá en sentido contrario algún día y los efectos precederán a las causas, o si existen
límites fundamentales acerca de lo que los humanos pueden saber.” Stephen Hawking [1]

El entendimiento posee limitantes inherentes a la naturaleza humana, pero dichos limites no


son conocidos aún. El desarrollo del pensamiento está en constante evolución [2], por lo
tanto, lo estarán siempre las teorías referentes a los paradigmas de nuestra existencia,
abordadas desde los diferentes campos del conocimiento. Inclusive, en la epistemología
reciente se ha afianzado el concepto de que los datos experimentales no son hechos ‘‘puros’’
sino interpretados en el seno de un contexto hermenéutico. Se afirma también una tendencia
común a recoger, en las interrogaciones científicas, las cuestiones filosóficas acerca de la
comprensión de la existencia y la esencia [3]. En la teología dichas cuestiones son abordadas
dentro de un marco espiritual. Se conoce que es una ciencia con un carácter particular, pues
todo lo que la compone hace del quehacer teológico un camino constante de santificación [4]
elevando la mente a un estado de purificación que aporta a un mejor desempeño de los
procesos cognitivos.

La ciencia y la teología constituyen dos grandes sistemas del pensamiento [5] que han
unificado sus criterios en diferentes campos del conocimiento como la arqueología y la historia
[6], la antropología [7] y la física [8]. De igual forma pueden converger en las teorías sobre el
origen del universo.

"El hombre sabio rige su conducta por las teorías tanto de la religión como de la ciencia.” J.B.S.
Haldane [5].

II. ¿Big Bang?

“La teoría del Big Bag niega la existencia de Dios” afirma la ignorancia, al desconocer que fue
Georges Lemaitre el padre de dicha teoría postulada con el nombre: “El átomo primigenio” ó
“El átomo primitivo” [9], y que con el pasar de los años y hasta el día de hoy se le conoce
como la (mal llamada) “teoría del Big Bang”.
Lemaitre era un clérigo, genio de la astronomía, cosmólogo audaz, entusiasta de la informática
adelantado a su tiempo, un profesor con la cabeza en las nubes, un gran matemático y
excelente gastrónomo. Estuvo relacionado con la comunidad estudiantil china, tuvo una
relación compleja con el Vaticano, una profunda dedicación a la Universidad de Lovaina y fue
amigo de grandes figuras como Einstein y Eddington. Sus aventuras durante las dos Guerras
Mundiales, sus viajes por América, su curioso interés por Moliere y su profunda fe
desarrollada a través de los "Amigos de Jesús" es una muestra histórica de que la ciencia y el
conocimiento de Dios pueden ser caminos paralelos, aunque él mismo fue muy reservado
sobre esta idea. La vida de Lemaitre produjo profundos cambios en los campos de la ciencia, la
fe y la vida académica en el siglo pasado.

Lemaitre fue discípulo de Eddington a quien presentó su teoría del átomo primigenio de
acuerdo con la cual, todo el universo, con sus miles de millones de estrellas, planetas y
galaxias podía caber en el ojo de una aguja. También fue el primero en asegurar que el
universo se expandía rápidamente hasta llegar al estado en el que se encuentra. Esta teoría se
conoce como las leyes de Hubble [10]. Eddington sin embargo, tuvo diferencias epistémicas
con Lemaitre en sus investigaciones sobre cosmología, a pesar de ellos supieron llevar siempre
una buena amistad [11]. Eddington jugó un papel importante para traer al mundo la teoría de
la Relatividad de Einstein pues en su momento era visto como una persona oscura y metafísica
y no muy integrada a la comunidad científica. Pero Eddington ofreció evidencias de la
relatividad. Por otro lado, Einstein además pensaba que el universo debía ser estático, que no
podía cambiar mientras que Lemaitre afirmaba que el universo estaba cambiando todo el
tiempo. Con base en ello, el Universo tenía para Lemaitre, un principio… no era eterno.

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Génesis 1:1 (RVR60) [12]

Lemaitre coincidió con Einstein en varias ocasiones y este se mostró impresionado con las
ideas del cura belga. Pero esto no quiere decir que Einstein aceptara con los brazos abiertos
que estaba errado en sus conclusiones. Sin embargo, quizás el mayor opositor a la hipótesis de
Lemaitre fue el astrónomo inglés Fred Hoyle, uno de los arquitectos del modelo del Estado
Estacionario. De hecho fue Hoyle quien le dio su nombre a la teoría del Big Bang en una
entrevista de radio para la BBC. Era bastante despectivo al respecto [13].

III. El origen del universo

Toda acción sobrenatural de Dios en la vida del hombre tiene implicaciones naturales
palpables. La biblia asegura por ejemplo, en Salmos 139:13, que es Dios quien forma al
hombre en el vientre de la mujer [12]. Sin embargo todo parece ocurrir de manera natural. Al
realizar exámenes médicos a una mujer en embarazo no se puede observar físicamente la
mano de Dios, vemos cómo ocurre pero no vemos quien lo hace. Según la ciencia médica es
un proceso natural, según la Biblia es una acción divina. La ciencia basa sus fundamentos en la
evidencia, mientras que la teología lo hace en la fe, y es allí donde estás dos grandes ramas del
conocimiento divergen. En la fe la evidencia es el fin: “creer para ver”, en la ciencia es el
camino: “ver para creer”.
Algo parecido ocurre en el Origen del Universo. La ciencia muestra evidencia tenue de lo que
sucedió pocos segundos después del principio; la teoría del átomo primigenio y la expansión
del universo de la cual algunos fotones y neutrinos procedentes de fenómenos singulares,
parecen ser testigos [14], las concibo como una teoría de divergencia física. El universo
claramente tuvo un comienzo y en esto concuerdan la ciencia y el conocimiento de Dios. La
ciencia nos muestra el cómo, la Biblia nos dice quién. De lo que estoy plenamente seguro es
que no fue una explosión tal como conocemos las explosiones. De la explosión procede el
desastre y la destrucción, de esta divergencia procede la creación, energía en constante
evolución que llevada a grados extrapolados del universo y fuerzas infinitamente
estratosféricas; me atrevería a decir con el permiso de la física ciencia, que parece un agujero
negro inverso, un agujero de luz, un portal de donde nace todo lo que vemos y somos, un caos
ordenado, un desorden descriptivo, entrópico, como la segunda ley de la termodinámica [15],
irracional pero no causal, una decadencia procedente de un origen con propósito, un evento
singular y sobrenatural. ¿Quién estuvo detrás de todo esto? Sin duda alguna tuvo que haber
sido Dios. ¿Cómo lo hizo? La Biblia no es explícita en eso, solo afirma que Dios dijo: “sea”, y
fue, y la ciencia no tiene evidencia de lo contrario, aunque la Biblia tampoco puede
demostrarlo científicamente, considero que se complementan, no tienen que ser caminos
opuestos… de lo cual finalizo con lo siguiente:

“Y por último, el principio. De acuerdo a los modelos aceptados hoy, el Universo tuvo un
comienzo, el así llamado “Big-Bang”, que ocurrió al menos hace 10.000.000.000 de años. El
hecho de que hubo un comienzo, de que el mundo no existió siempre, es compatible con la
Biblia. Lo conversé con Page. Para él, “La tierra estaba desordenada y vacía” de Génesis 1:2
podría interpretarse como el pre-espacio sin geometría de las teorías actuales de gravedad y
cosmología cuántica. Y el “Sea la luz” de Génesis 1:3 con la formación del fondo de microondas
cósmico (una de las evidencias del Big Bang). Y que los astros “sirvan de señales para las
estaciones, los días y los años” de Génesis 1:14 como una ilustración que el tiempo está mal
definido en la gravedad cuántica y está dado solo por el movimiento de entidades físicas (sin
movimiento de objetos no hay sentido del tiempo). Esto quizás sea estirar demasiado las cosas
al leer un texto antiguo con los anteojos de la ciencia actual, y el mismo Page es escéptico de
sus enunciados.

De cualquier modo, a veces al leerla me olvido de mis dogmas y me entrego a la posibilidad de


que sea la obra de una genialidad poética sobrenatural.” Alberto Rojo [8].

Referencias

[1] S. Hawking, Historia del tiempo: Del Big Bang a los agujeros negros, Alianza Editorial, 1987.
[2] Á. R. Villarini Jusino, «Teoría y pedagogía del pensamiento crítico,» Perspectivas psicológicas, vol. 3,
nº 4, pp. 35-42.
[3] A. Micheli y P. Iturralde Torres, «En torno a la evolución del pensamiento científico,» Elsevier, vol. 85,
nº 4, pp. 323-328, 2015.
[4] J. M. Moraga Esquivel, «Teología: una ciencia admirable, aproximación a la noción de teología según
alberto magno en de mirabili scientia dei (lib. i, prol. et tract. 1),» Veritas, revista de filosofía y teología,
nº 24, 2011.
[5] P. Davies, Dios y la nueva física, vol. 42, Barcelona: Salvat Editores, S. A., 1994.
[6] B. Toro Icaza, «Implicaciones teóricas de la historia y la arqueología en la Biblia,» Revista de ciencias
religiosas, pp. 41-53.
[7] H. Miranda F, «La imágen de Dios, sustento de la antropología bíblica,» Rev. Filosofía Univ. Costa
Rica, vol. XXX, nº 72, pp. 227-233, 1992.
[8] A. Rojo, «Física en la BIblia,» [En línea]. Available:
http://albertorojo.com/publicaciones/FisicaEnLaBiblia.htm.
[9] D. Lambert, The atom of the universe : the life and work of Georges Lemaitre, Krakow : Copernicus
Center Press, 2015.
[10] R. Girola, N. Racchiusa y J. Escudero, «Una mirada epistemológica y didáctica de la Ley de Hubble,»
Revista de enseñanza de la física, vol. 26, 2014.
[11] S. Appolloni, «"Repugnant", "Not Repugnant at All": How the Respective Epistemic Attitudes of
Georges Lemaitre and Sir Arthur Eddington Influenced How Each Approached the Idea of a Beginning
of the Universe,» IBSU Scientific Journal, vol. 5, nº 1, pp. 19-44, 2011.
[12] Sociedades Bíblicas unidas, La Santa Biblia, 1960.
[13] BBC NEWS, «Georges Lemaitre, el cura católico que primero habló de la teoría del Big Bang,» 7 Junio
2016. [En línea]. Available: https://www.bbc.com/mundo/noticias-36469530#:~:text=Su%20nombre
%20era%20Georges%20Lemaitre,el%20padre%20del%20Big%20Bang.&text=la%20imagen%2C
%20SPL-,Pie%20de%20foto%2C,prob%C3%B3%20la%20teor%C3%ADa%20de%20Relatividad..
[14] P. Garcia Abia, El elusivo eco del Big Bang, CSIC - Centro de Investigaciones Biológicas Margarita
Salas (CIB), 2018.
[15] J. M. Sala Lizarraga y L. M. López Gonzáles, Termodinámica fundamental, 3 ed., Universidad de la
Rioja, 2011.

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