Módulo 1
Módulo 1
Ciencias Sociales
LICENCIATURA EN
P SI C O P E D A G O G Í A
1
Profesoras: Mgr Claudia Calió y
Lic. Gabriela Valdez
Autores de contenido: Claudia Calió y
Fernando Avendaño
UNIDAD 1: LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA. ENFOQUE DE LAS
PRÁCTICAS DEL LENGUAJE
“El aprendizaje de los usos formales de la lengua requiere de la reflexión sobre la lengua
entendida como potencialidad para desempeñar diversas funciones: la representación de la
realidad, las relaciones interpersonales, la construcción de textos mediante los que se llevan
a cabo las funciones anteriores. La reflexión sobre la lengua, en un contexto educativo, no
tiene como objeto el sistema formal de la lengua sino las posibilidades que esta nos ofrece
para participar mediante el lenguaje en las diferentes esferas de la actividad social. Se trata
de sustituir un enfoque formal-como es la lengua-tradicional en la escuela por un enfoque
funcional: qué podemos hacer con ella.”
Objetivos específicos
Contenidos de la unidad
Actividad 1:
EL ENFOQUE COMUNICATIVO
Psicolingüística Pragmática
Teoría de la
comunicación
TEXTO Sociolingüística
Teoría de la
enunciación
Lingüística Gramática
del texto oracional
Aportes de la psicolingüística
Aportes de la sociolingüística
Actividad 2:
Les proponemos preparar una presentación en la que nos den a conocer los
contenidos fundamentales que plantea el Diseño Curricular de su jurisdicción y
las presencia de estas teorías lingüísticas sosteniendo dicho enfoque. La
presentación debe ser breve y clara para que todos podamos interiorizarnos
de la propuesta de cada jurisdicción.
en cada situación y para cada función que pueda cumplir el lenguaje la variedad de lengua
adecuada” (Lomas, 1999: 240)
Actividad 3:
Actividad 4:
Expliquen en qué medida se corresponde la siguiente afirmación con los aportes de las
teorías constructivistas:
“El lenguaje se va construyendo poco a poco, de manera estructurada, a través de
la interacción, de la comunicación efectiva con los demás y no a través –por parte de
los adultos– de un verter de palabras y conocimientos en un embudo para llenar los
cerebros de los niños. El lenguaje oral se va construyendo a través de la comunicación
con múltiples interlocutores, en situaciones reales de intercambio. El lenguaje escrito se
construye a través de la práctica efectiva: se aprende a leer leyendo, se aprende a escribir
escribiendo, y también a leer escribiendo, y a escribir leyendo”
Significatividad epistemológica
Un principio que condiciona todo aprendizaje es el nivel de desarrollo de los alumnos, tal
como quedó consignado en el parágrafo 1.3. Por lo tanto, el nivel de dificultad y complejidad de las
actividades que se propongan habrá de situarse entre lo que ya saben hacer autónomamente y lo que
son capaces de resolver con el “andamiaje” del docente y de sus compañeros.
Finalmente, para que exista verdadero aprendizaje, se requiere la memorización
comprensiva que posibilita la integración de los contenidos en la memoria, su almacenamiento y
posterior recuperación. La memorización comprensiva integra, reorganiza y añade información en ese
proceso constructivo y de reestructuración continua ya tratado, permitiendo el uso de esos saberes
cuando es necesario y en situaciones diferentes de aquellas en las que se construyó.
Los alumnos tienen sus propios conocimientos sobre el universo discursivo y textual y su
circulación social. Las prácticas comunicativas y lingüísticas en la escuela necesariamente tendrán que
partir de las experiencias culturales de los alumnos y del grado de dificultad en el manejo de los
factores contextuales (roles sociales de los participantes, intencionalidad comunicativa,
soportes textuales, etc.) tanto en la comprensión como en la producción de las mismas.
“La psicología del lenguaje de orientación cognitiva ha demostrado la escasa utilidad de una
enseñanza de los contenidos lingüísticos y literarios ajena a los esquemas que rigen el
pensamiento, el conocimiento cultural y la acción comunicativa de los escolares. El aprendizaje de la
comunicación sólo es posible en consecuencia si se construye a partir del capital comunicativo que los
alumnos y las alumnas ya poseen y si se tiene en cuenta lo que en cada momento son capaces de
hacer, decir y entender. Si no es así, unos y otras se limitarán a memorizar de forma fugaz un
enunciado gramatical o un texto literario sin que la apropiación temporal de estos saberes se
inscriba de forma duradera y significativa en sus acciones comunicativas futuras y sin que por tanto
adquiera sentido en su vida cotidiana. Por ello, es preciso concebir los contenidos de la enseñanza de
la lengua y de la literatura no sólo como un conjunto de saberes lingüísticos (conceptos
gramaticales y hechos literarios) sino sobre todo como un repertorio de procedimientos expresivos y
comprensivos (un saber hacer cosas con palabras, un saber decir, un saber entender) orientado a
afianzar y fomentar las competencias discursivas de los aprendices, sin olvidar, en fin, la conveniencia
de enseñar los valores que hacen posible el desarrollo de actitudes críticas ante los prejuicios
lingüísticos, ante los usos discriminatorios del lenguaje y ante las diversas estrategias de manipulación
y persuasión utilizadas en los intercambios comunicativos”. (Lomas, 1996: 17)
Se pueden sintetizar estos criterios señalando que la enseñanza va del uso a la norma y de la
norma al uso para resignificarlo.
Significatividad sociológica
Los temas del área cobran una vigencia y una significatividad social inusitadas si se tiene en
cuenta que en el mundo actual se han complejizado las comunicaciones y los hombres
interactúan por medio de infinidad de discursos y de numerosos dispositivos tecnológicos. Las
informaciones y los saberes circulan por medio de la palabra oral y escrita, de libros, revistas,
programas televisivos, diarios, faxes, correo electrónico, internet, etc. El saber significativo
trasciende la escritura y la oralidad. Por ello es preciso superar la propuesta tradicional por la que la
escuela se proponía “enseñar lengua”.
Ser oyentes y hablantes competentes, valorizar la significatividad social de la lengua
escrita, diferenciarla de la oralidad, verificar la validez de las informaciones que circulan en los
distintos ámbitos y en los medios de comunicación social, acceder a los mundos posibles que
plantea la ficción, detectar ambigüedades y modos de manipulación en los discursos, comprender los
presupuestos implicados en las conversaciones, valerse de los componentes paralingüísticos,
cinéticos y proxémicos, todo ello implica “usos lingüísticos y comunicativos”. Los discursos
ficcionales, no ficcionales y mediáticos incorporan diversas formas de comunicación; diversos
procedimientos comprensivos y productivos, complejos y funcionales; diversas intenciones y otros
factores contextuales, cuya apropiación permite el uso competente, correcto, adecuado y eficaz de
la lengua en los diferentes intercambios comunicativos.
Significatividad didáctica
Los cuatro ejes estructurantes -escuchar, hablar, leer y escribir– se proponen como ejes
problemáticos para seleccionar y secuenciar los contenidos y prever las estrategias didácticas.
Como ya se ha dicho: se parte de la lengua en uso y se aspira a conocer la norma para retomar el uso
resignificando a ambos. Cuando nos comunicamos configuramos textos y, para ello, tenemos que
“...discriminar las informaciones relevantes de la irrelevantes, estructurarlas en u orden lógico y
comprensible, escoger las palabras adecuadas, conectar las frases entre sí, construir un párrafo, etc.”
(Cassany 1991: 28) para lo cual será necesario articular la secuencia de los contenidos en torno a
los procedimientos comprensivos y productivos. No obstante los tres tipos de contenidos -
conceptuales, procedimentales y actitudinales– merecerán un tratamiento equilibrado, en tanto
tienen una profunda imbricación en los usos lingüísticos y comunicativos.
La meta propuesta, el desarrollo de la competencia comunicativa, exige distintas
estrategias de abordaje para los distintos tipos de textos, de modo de alcanzar una progresión
helicoidal que favorezca un uso cada vez más complejo y funcional y una reflexión sobre el uso que
vaya en la misma dirección.
En la escuela tendrá que preservarse la naturaleza de las prácticas lingüísticas y
comunicativas como prácticas sociales. Se trata, justamente, de poner en práctica en las escuelas
múltiples y diversas situaciones de comunicación con el mismo sentido que tienen fuera de ella. Los
contenidos de la educación lingüística son contenidos en acción que, en muchas situaciones
permanecerán implícitos, en otras se constituirán en objeto de reflexión y algunos llegarán a
convertirse en objeto de sistematización.
“Son implícitos aquellos contenidos que están en juego en un situación didáctica...pero que no
son explicitados porque se enseñan y aprenden en la propia práctica, esto es, en...<los actos de oralidad
y escritura>...Y no se explicitan porque no es necesario hacerlo: están ahí....Son objeto de reflexión
aquellos contenidos cuya explicitación se impone por necesidades que aparecen...<en las prácticas
orales y escritas>...y que no serán sistematizados en el curso de la situación que dio lugar a su
aparición...Son objeto de sistematización aquellos contenidos que aparecen reiteradamente como
objeto de reflexión frente a problemas planteados por...<la oralidad y la escritura>...y que deben
llegar a constituirse en herramientas de control de la propia producción” (Lerner et al, 1996: 5 y6).
Por ejemplo, luego de leer un texto el docente comparte sus impresiones con los alumnos, relee
algún pasaje para aclarar aspectos oscuros o problemáticos, propone la lectura de un texto que trate
la misma temática o la contradiga. Ese docente pone en juego implícitamente sus saberes
acerca de lo que significa comprender un texto. Si los alumnos están leyendo por sí mismos harán
explícitas sus anticipaciones e hipótesis sobre el contenido del texto a partir, entre otros indicadores,
de los operadores pragmáticos gráficos y conceptuales que el mismo aporta. Se convierte en objeto de
reflexión el uso de indicios textuales y extratextuales para anticipar o para evaluar hipótesis. Si se va
a producir una receta de cocina habrá que sistematizar las formas en que se imparten las
instrucciones: mediante infinitivos, formas verbales con “se”, formas imperativas y formas
indicativas, etc.
Los planteos actuales de la educación lingüística se conforman a partir de los enfoques
comunicativos y funcionales ya que subrayan como propósito fundamental el desarrollo de la
competencia comunicativa de los alumnos, al subordinar el conocimiento formal de la lengua al
aprendizaje de los procedimientos comprensivos y expresivos que permiten la comunicación en
diferentes contextos. Es decir que los conceptos lingüísticos no se justifican por sí mismos sino en
función de que operan como herramientas para el desarrollo de las prácticas lingüísticas y
comunicativas, tanto orales como escritas, y para la recepción crítica de los mensajes de los
medios de comunicación social.
En una enseñanza orientada por estos criterios cobran especial sentido aquellas
propuestas didácticas que reflejen la variedad de situaciones de comunicación y la diversidad de
configuraciones discursivas y textuales en que tales situaciones se plasman. Estas propuestas han de
considerar todos los aportes de las ciencias del lenguaje y se centrarán en los procedimientos
comprensivos y productivos – desde los cuales se considerarán los conceptos y actitudes – para lo cual
resulta imprescindible el trabajo individual y cooperativo del alumnado en una progresión que favorezca
un conocimiento cada vez más complejo y funcional. En esa secuencia se atenderá tanto al grado de
dificultad de los distintos procedimientos y conceptos como a la complejidad creciente de las
actividades de uso y reflexión sobre ese uso.
Analizar cómo reacciona un individuo ante una propuesta como ésta, nos permitirá ver de
qué manera se ponen en juego, en cualquier acto de lectura y escritura, las competencias
del receptor o del emisor. En este caso el individuo va a funcionar, justamente, en el doble rol: como
receptor, al leer el texto que se le ofrece (el titular) y como emisor al escribir lo que se le pide.
Las competencias lingüísticas y las competencias discursivas se pondrán en juego
inmediatamente y en forma simultánea. Las competencias lingüísticas le permitirán al lector leer los
elementos verbales del enunciado y, seguramente, casi desde el primer contacto visual con el texto
reconocerá (por su competencia discursiva) que se trata de un titular de un diario
[...]
Como la propuesta pide la escritura de un texto, el lector –convertido ahora en escritor–
mostrará sus competencias discursivas también en el texto que produzca a partir del titular. Lo
esperable es que escriba una crónica periodística y lo haga respetando las características del formato,
especialmente su organización narrativa. Probablemente agregará, debajo del titular y antes del
cuerpo de la crónica, un copete. (Podría darse otra posibilidad: que mostrara una competencia
discursiva deficiente y escribiera una nota de opinión en lugar de una crónica).
En su trabajo de anticipación lectora, el lector-escritor hará jugar, al darle contenido a la
crónica, sus competencias culturales. Se hará evidente su conocimiento del mundo en las
referencias del texto a viajes, naves y centros espaciales (tal vez dé nombre a la nave y ubique
geográficamente el centro espacial), órbitas, tripulantes, radares.
La confrontación del texto producido desde una anticipación lectora con el texto real, del que
fue sacado el titular, muchas veces asombrará al que lo produjo por el parecido logrado.
Podríamos preguntarnos: ¿la producción de un texto que no tuviera nada que ver con viajes
espaciales e imágenes captadas por radar estaría marcando un déficit en las competencias
culturales del lector-escritor? En este caso habría que decir que sí. ¿A qué otro referente podría
remitir el titular: “Logran imágenes inéditas de la superficie de la Tierra?” (M.C.E., 1995: 5)
Del ejemplo precedente se deduce que el desarrollo de la competencia comunicativa no
puede entenderse simplemente como la adquisición de un conjunto de reglas que relacionan
unívocamente formas lingüísticas con significados o funciones específicas. Se trata, por el
contrario, de concebir el uso como las respuestas de un hablante a una serie de requisitos
comunicativos que surgen durante los propios procesos de comunicación y que deben ser
satisfechos por la puesta en acto de las estrategias de comunicación.
El eje central de la educación lingüística es articular todos los aspectos aportados por las
ciencias del lenguaje: los pragmáticos, los comunicativos, los descriptivos y los normativos.
“Enseñar el lenguaje es enseñar el uso personal y social, la manipulación, creación y recreación
lingüística por parte de los usuarios y las usuarias de un sistema, cuyos fundamentos y principios estos
necesitan conocer sólidamente” (C.B.C., 1995: 30) Además, interjuegan con estos aportes los
psicoeducativos y los didácticos, con todo el potencial y la productividad pedagógica de las
investigaciones psicogenéticas y de los enfoques comunicativos y funcionales.
Actividad integradora:
A partir de los contenidos trabajados en esta primera parte del mdulo analice la
siguientes situaciones teniendo en cuenta los ejes fundamentals que se plantearon
desde el enfoque comunicativo y las practicas del lenguaje:
Situación 1:
“Yo estoy muy preocupada por el vocabulario de los chicos. Por un lado, conocen muy
pocas palabras. Por otro lado, muchos de ellos usan palabras que no son correctas. El
otro día, una nena contó que había ido con su papá a comprar “championes”. Les tuve
que explicar a todos que ese término no se emplea en la Argentina y que tienen que
decir “zapatillas”.
Situación 2:
“Cuando leemos cuentos, por lo general, yo comienzo las clase así: primero, les pido a
los chicos que lean el título y observen las imágenes que lo acompañan. Les propongo
que piensen sobre qué puede tratar el cuento y que justifiquen sus afirmaciones. Les
pregunto si conocen al autor; si ya lo conocen, les pido que cuenten lo que sepan sobre
él; luego, completo la información con algunos datos biográficos que puedan resultar de
su interés. Después, leemos el cuento; a veces, lo leo yo en voz alta; otras veces, los
leen los chicos en sus fotocopias.”
Situación 3:
“Los tipos textuales no literarios que voy a trabajar este año con los chicos son:
instructivo, biografía, nota de enciclopedia y noticia. Además, vamos a leer textos
literarios. Para organizarme bien, elegí para leer un solo texto de cada tipo textual
(unabiografía, un texto instructivo, una noticia, una nota de enciclopedia). Creo que con
eso es suficiente para lograr lo más importante: que aprendan las partes que tiene cada
tipo de texto.”
UNIDAD 2: LAS TIPOLOGÍAS TEXTUALES
“Conocer nuestra cultura es saber leer los textos en donde aparece construida como
discurso. Los nuevos diseños curriculares recogen esta intención
para dotar al alumno de unas competencias comunicativas que vayan más allá de saber sobre la sintaxis de la oración. [...]
La comunicación se construye desde
el texto, en el que se configura el sujeto de la palabra, como entidad que habla y es
hablada por el lenguaje” (Cerezo Arriaza, 1997: 7)
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Al finalizar esta unidad usted estará en condiciones de:
- Caracterizar la unidad de análisis de los enfoques comunicativos y funcionales en la didáctica de
la lengua: el texto.
- Establecer las relaciones entre texto y contexto.
- Identificar las propiedades textuales.
- Diferenciar los tipos de textos según su intencionalidad comunicativa, el canal, el número de
emisores, el ámbito de circulación y la superestructura esquemática.
- Reconocer los tipos textuales más comunes en los materiales didácticos usados en las distintas
áreas curriculares.
EL TEXTO
La reflexión final de uno de los tripulantes nos lleva a plantearnos algunas preguntas:
¿Por qué no entienden las órdenes que se les están dando? ¿Cuáles son las dificultades que
encuentran para comprender? ¿La dificultad está solo en el uso de palabras técnicas que
desconocen? ¿El texto está bien armado como para que sea comprensible y se pueda llevar
adelante las instrucciones?
Esta confusión que sufre el marinero por la expresión de las órdenes que recibe es una
licencia ficcional que toma Ana Maria Shua para trabajar el humor en su microrrelato, pero a
nosotros nos lleva a reflexionar sobre algunas preguntas que surgen:
¿Qué es un texto? ¿Cuáles son las características esenciales que lo hacen tal? ¿Qué
propiedades le son inherentes?
Un texto es una unidad comunicativa, constituido por un entretejido de ideas que tienen
relación entre sí con significación y sentido.
Cohesión: es el principio por el cual se conectan entre sí las palabras, las oraciones y
párrafos de un texto e incluye todos los procedimientos que sirven para marcar las relaciones
textuales en la superficie del texto. Por ejemplo: los conectores.
Intencionalidad: refiere a la actitud del productor del texto, su objetivo en la producción
del mismo: informar, explicar.
Informatividad: refiere específicamente a la evaluación que se hace del texto para ver si
la información que contiene es nueva o conocida, si es relevante, predecible o inesperada. No
tiene que ver con la forma del texto sino con su contenido.
Situacionalidad: refiere a los factores que hacen que un texto sea relevante en su
producción en una situación determinada. Está muy relacionada con la adecuación. A veces los
hablantes-productores construimos textos que no deberían decirse, escribirse para ese
contexto, no porque solo sea correcto o no sino por su relación. El concepto de contexto aquí
es muy importante y su relación con el texto. A veces leemos novelas cuya temática y
tratamiento exceden su contexto de producción. Allí se hace un análisis muy importante de la
situacionalidad.
Les proponemos Volver al texto de Ana Maria Shua y realizar la siguiente actividad:
Actividad 5:
Vuelva a hacer una lectura sobre el texto “Naufragio” y luego analícelo desde los siete
principios planteados más arriba. ¿Cuál de ellos no se cumple en el texto? ¿Cuál será la
respuesta que le daríamos al marinero frente a su preocupación final respecto a las
instrucciones?
TEXTO Y PARATEXTO
Actividad 6:
Les proponemos la lectura del capítulo del libro “Paratexto” de Maite Alvarado. Elija:
Luego analice de acuerdo a los conceptos vertidos en el capítulo de Alvarado los tres
paratextos y su funcionalidad de acuerdo a la finalidad de cada uno de los libros elegidos.
… “Clase textual se aplica hoy a clasificaciones empíricas, tal cual hoy son realizadas
por los miembros de una comunidad lingüística, es decir, clasificaciones cotidianas que pueden
mencionarse por medio de determinados lexemas condensadores del saber sobre
determinadas clases textuales: por ejemplo: esto es un cuento, esto es un chiste, esta es una
descripción, esto es un diálogo. Por el contrario tipo textual se concibe como una categoría
ligada a una teoría para la clasificación científica de textos. Por lo tanto los hablantes de una
comunidad tienen un saber sobre clases textuales o un saber sobre estructuras textuales
globales pero no un saber sobre tipos textuales…” ( Ciapusio.Tipos textuales.1994)
Este tipo de clasificación global desde el punto de vista didáctico permite a los docentes
establecer aquellos textos que los niños/niñas y jóvenes reconocen dese su uso cotidiano y
poder sistematizarlos pero también incluir a aquellos que no suelen utilizarse en la
cotidianeidad pero son fundamentales enseñarlos y aprenderlos. La adquisición de estas
clasificaciones y los formatos de cada uno de textos contribuyen al desarrollo de la
comprensión lectora y la producción.
Actividad 7
Les proponemos la lectura completa del Capítulo de Marina Cortes que se encuentra en la
bibliografía del módulo y reflexionar sobre la función lingüística y didáctica de su
propuesta de clasificación vinculada con los procesos de lectura y escritura.
Los textos orales se valen de los órganos de fonación para emitir los mensajes, su
consistencia es momentánea y su empleo está vinculado a instancias presenciales de
comunicación. Sin embargo, mediante las técnicas de grabación los mensajes orales pueden
ser almacenados y circular en diferido –en estos casos hablamos de oralidad mediatizada–
constituyendo una especie de escritura electrónica del habla.
Los textos escritos se concibieron para que el mensaje permaneciera indeleble a pesar
de que su difusión se hiciera con posterioridad al momento y al contexto de su inscripción
material.
Los primeros son abiertos, pues pueden ser matizados, reorganizados, ampliados, etc.
en función de la participación del destinatario; en cambio, lo segundos son cerrados pues se
ofrecen como algo acabado sin posibilidad de réplica, pues el destinatario no puede cooperar
con el receptor en la configuración de los mismos y los contextos de emisión y recepción
difieren para uno y otro.
Los textos pueden ser agrupados también en función del ámbito de la actividad humana
en el que circulan. Para cada uno de esos ámbitos existen interlocutores, funciones, actividades
y temas concretos.
Entre otros, esos ámbitos pueden ser:
- personal: textos que sólo escuchará o leerá el poseedor. Los temas son generales, el lenguaje
generalmente es coloquial y la presentación muy libre. Por ejemplo: agenda, apuntes de clase.
- familiar: textos que circulan en un entorno íntimo. Por lo general guardan las mismas
características que los anteriores. Por ejemplo: conversaciones telefónicas, invitaciones,
dedicatorias.
- académico: textos que circulan en instituciones de formación y enseñanza. Son textos
especializados y con tendencia a la formalización. Por ejemplo: exámenes orales, fichas,
resúmenes.
- mediático: textos destinados a los medios de comunicación social y audiencias numerosas y
heterogéneas. Contienen temas especializados y formalidad variable según el contexto. Por
ejemplo: arengas políticas, debates públicos, artículos de prensa.
- administrativo: textos relacionados con la administración pública y privada, las asociaciones
profesionales, el comercio. Generalmente tratan temas específicos, con un lenguaje
especializado y formulario. Por ejemplo: formularios impresos, solicitudes, reglamentos.
- literario: textos que se valen de recursos retóricos, literarios y pragmáticos con finalidades
lúdicas. Sus temas son variados. Por ejemplo: literatura de tradición oral, novelas, dramas.
El texto es una red de informaciones que va dejando visible las ideas dominantes de un
texto. Esta estructura global del texto es lo que se denomina macroestructura del texto. La
organización de las ideas del texto a partir de un esquema dominante o estructura es lo que se
denomina superestructura textual.
Este contenido global inserto en una superestructura constituye la base del texto.
Teniendo como eje organizador este criterio podemos encontrar la siguiente clasificación:
Base argumentativa: se elige para expresar opinión, juicio de valor, toma de posición,
intenro de convencer o persuadir. Ejemplo: el editorial.
Base directiva: se elige para dar instrucciones, indicar acciones para realizar algo.
Ejemplo: Reglamento de juego.
Actividad 8:
Lea los siguientes textos (son 3) y luego clasifíquelos teniendo en cuenta dos tipos de
clasificaciones:
a- Según el ámbito de circulación
b- Según la base
Texto 1
El uso de las redes sociales y el atraso escolar
“Es innegable el beneficio que han traído consigo las redes sociales, en el aspecto de la enorme facilidad que aportan para la
comunicación intercontinental y el traslado en tiempo real de la información. Pero en los últimos años han traído desórdenes y
hasta riesgos para los usuarios y para quienes los rodean. Por principio, las nuevas generaciones, cada vez más obesas, no logran
despegarse del asiento frente al monitor de su computadora, otros no despegan sus dedos de sus celulares y BlackBerry,
perdiendo no solo tiempo de interacción real con humanos tangibles, especialmente sus familiares, sino también postergando sus
tareas y estudios por preferir seguir obsesivamente la menor tontería que aparezca en alguna de esas redes sociales, llegando en
la mayoría de los casos a caer en la compulsión y obsesión, entonces se habla ya de adicción a las redes sociales. Esta
enfermedad aumenta enormemente, y miles de personas pierden no solo materias escolares, algunas el año escolar por completo
e incluso el trabajo, cuando desatienden en su totalidad sus deberes por atender cualquier novedad en las redes, aunque sea algo
totalmente absurdo.
Por otra parte, también aumentan los casos de jóvenes agredidos por otros usuarios, quienes los acosan y suben fotos o videos
humillantes de sus incautas víctimas, quienes las más de las veces, dan información privada a cualquiera que quiera interactuar
con ellas, sin pensarlo antes, y solo se enteran del video o foto, cuando otro conocido les manda la información. Es entonces que
se dan cuenta de su error, pero demasiado tarde: su imagen está dañada y es casi imposible de borrar del Internet. Por eso es
mejor usar las redes sociales, solo para lo que fueron hechas, pero cuidando no caer en la adicción ni descuidar los estudios.
Pueden ser muy entretenidas, pero al final, existe el mundo real, y para sobrevivir en él se necesitan conocimientos reales, fuera de
la realidad virtual.
Texto 2:
Ingredientes
10 raciones
1. 125 gr manteca o margarina
2. 125 gr azúcar
3. 1 huevo
4. ralladura de 1/2 limón
5. esencia de vainilla
6. 250 gr harina leudante
7. 600 gr dulce de membrillo
Cremar manteca y azúcar. Agregar ralladura de limón. El huevo y la esencia. Integrar. Luego harina leudante. Formar un bollo
tierno sin amasar. Yo lo hago con la misma espátula. Queda una masa blanda ojo no agregar más harina. Envolver en film y llevar
a la heladera mínimo 2 horas. Espolvorear mesa y masa con harina. Con las 3/4 partes de masa estirar y forrar un molde de 26 o
28 cm de diámetro. Poner encima el dulce de membrillo. Yo previamente a pisarlo lo pongo en el microondas 1 minuto. acer el
enrejado con la masa restante. Yo estiro la masa y voy cortando las tiras con una cuchilla. Pintar con huevo batido. Ojo solo las
tiras no el borde. Llevar a cocinar en horno 190° durante 25 minutos aproximadamente. Depende de cada horno.
Texto 3
EL DIÁLOGO:
La narración:
Narrar es contar o relatar sucesos que les suceden a unos personajes en un lugar y un tiempo
determinados. Los hechos relatados pueden ser reales (noticias de prensa, una anécdota, etc.) o
imaginarios, como los relatos literarios (una novela, un cuento, etc.).
La estructura de los textos narrativos se compone de una sucesión lógica de sucesos o
episodios solidarios –es decir, que guardan entre sí una relación de causa-efecto– organizados en
torno a una trama conformada por las siguientes categorías: un marco, una iniciación, una
complicación y una resolución o cierre.
Los episodios son cada una de las acciones que conforman la trama. Dichas acciones:
- se enmarcan, es decir, se especifican las circunstancias de tiempo, lugar y demás
situaciones en las que ocurren, y
- sufren una serie de transformaciones desde el estado inicial hasta el desenlace.
La complicación es la fase decisiva de la narración en la que aparece un elemento nuevo
(persona, elemento natural, cosa inesperada) que altera la situación cotidiana inicial de los
personajes, y los hace actuar. La resolución responde a la pregunta: ¿Qué pasó finalmente? y
representa la reacción de los personajes ante la complicación. Aparece en todas las narraciones y
equivale al desenlace de los hechos desencadenados por la complicación.
De acuerdo con el narrador (el sujeto que cuenta los sucesos), la narración puede ser en primera
persona o en tercera persona. En el primer caso, el narrador es un personaje que participa en
las acciones. En el segundo, el narrador no se involucra en los hechos que relata y permanece
como un testigo de ellos.
La descripción:
Habitualmente se suele definir la descripción como una “pintura” hecha con palabras, de tal
manera que una buena descripción es aquella que provoca en el destinatario una impresión
semejante a la sensible, con lo que mentalmente ve la realidad descrita. Desde una perspectiva
textual decimos que: la descripción es la representación ordenada –por medio de palabras– de
realidades físicas (personas, animales, objetos, lugares), realidades abstractas (conceptos, teorías,
sentimientos, creencias) o incluso procesos, detallando sus distintas partes y propiedades.
Hablamos de representación ordenada pues la información aparece jerarquizada en puntos
nodales. Los datos no están fragmentados ni dispersos en detalles inútiles. En torno a un tema –
realidad física, abstracta o proceso– se presentan los distintos subtemas (aspectos) y se
proporcionan informaciones relativas a circunstancias espacio-temporales en que aparecen las
propiedades del tema (detalles, características, funciones, cualidades).
El eje generativo de las descripciones es la organización de los elementos en el espacio, ya que
es frecuente ordenar la información de lo general a lo particular, de arriba hacia abajo, de izquierda
a derecha, según el objeto o proceso que se describa.
Es importante considerar la actitud descriptiva, lo que nos permite distinguir entre
descripciones objetivas y subjetivas. Las primeras son fundamentalmente informativas, y en ellas el
emisor evita su punto de vista personal o trata de que éste no influya en la imagen que el
destinatario se forme de la realidad descrita. Por el contrario, en las descripciones subjetivas el
emisor ofrece su propia visión del objeto. A las descripciones objetivas se las denomina también
técnicas o científicas y a las subjetivas literarias o sugestivas.
La exposición:
La exposición o explicación es un tipo de texto cuyo objetivo es presentar un tema
de forma clara y ordenada.
“... un buen texto expositivo es texto en prosa en el cual el autor presenta
información. También es explicativo en la medida en que el autor incluye las explicaciones
necesarias para permitir que los lectores entiendan la información presentada. Además es
directivo, en tanto el autor compromete activamente a los lectores en un diálogo esclarecedor
e indica la que es y la que no es importante” (MUTH, 1991: 12)
A partir de esta definición podemos establecer las funciones de un texto expositivo:
- es informativo porque presenta datos sobre teorías, acontecimientos,
generalizaciones, conclusiones,
- es explicativo porque la información que brinda es significativa, es decir, que
incorpora especificaciones sobre los datos que aporta,
- es directivo porque presenta definiciones, explicaciones y claves explícitas -
introducciones, títulos y subtítulos, resúmenes– de modo de diferenciar los conceptos
fundamentales, de los que no lo son.
La mayoría de estos textos se organizan en tres partes: introducción, cuerpo de
la explicación y conclusiones. En la introducción se anuncia el tema y el punto de vista del
autor; en el cuerpo se presentan las relaciones entre las ideas y, sobre todo, la
articulación entre la información conocida y la nueva; y, en la conclusión se aporta una
visión de conjunto o un resumen de lo que se considera esencial.
Según el destinatario al que va dirigido un texto expositivo y la intención comunicativa
del emisor existen dos modalidades de textos expositivos: la modalidad divulgativa y la
modalidad especializada.
Los textos expositivos son de vital importancia en el ámbito académico —al fin y al cabo,
la exposición es la modalidad a la que más se recurre en la educación: evaluaciones, notas de
clase, informes de laboratorio, monografías, trabajos escritos—. Por esta razón, es importante
hacer un énfasis especial en su forma y en su configuración.
La instrucción:
Los textos instructivos tratan de enseñar, aconsejar u ordenar al destinatario la
realización de acciones o actividades varias. Esta finalidad implica que deben proporcionar
información de manera sintética, objetiva y precisa. En algunos casos, y debido también a este
propósito, adoptan una diagramación especial y hasta se acompañan de imágenes.
En los instructivos aparecerán dos elementos fundamentales: el objetivo que se
proponen y las instrucciones para la consecución de tal objetivo.
El objetivo puede quedar reducido al título o ser más amplio y constar explícitamente.
Las instrucciones suelen aparecer divididas en apartados y subapartados, con una distribución
que atiende al espacio (sangrías) o a elementos icónicos o visuales (números o iconos).
Atendiendo a la forma en que se presentan las instrucciones, se pueden seguir
distintos criterios: ordenación cronológica (se deben seguir las instrucciones paso a paso) como
en el caso de las recetas de cocina, las instrucciones para el funcionamiento de
electrodomésticos, etc.; u ordenación libre (las instrucciones no requieren un cumplimiento
cronológico) como en el caso de consejos para dormir descansado, recomendaciones para
prevenir insolaciones, etc.
La argumentación:
Argumentar es formular de modo claro, ordenado y estratégico una serie de razones
con el propósito de defender una idea u opinión. El objetivo de la argumentación es
presentar conceptos que sirvan para sustentar una determinada forma de pensar, a fin de
convencer a otros para que acepten unas ideas y se adhieran a ellas o, por el contrario, para
disuadirlos y llevarlos a que asuman una nueva actitud, tomen una decisión o ejecuten una
acción.
Se argumenta, por lo general, para desarrollar temas que provocan controversia
mediante
la comparación y contraposición de razonamientos de base lógica. Por
consiguiente, serán argumentativos todos aquellos textos que presentan una organización de
su contenido en la forma de: presentación, formulación de una tesis, exposición de los
argumentos de sustentación y conclusión final.
La presentación o introducción tiene como finalidad presentar el tema sobre el que
se argumenta, captar la atención del destinatario y despertar en él interés y actitud favorable.
Esta parte puede omitirse. La tesis es la proposición o idea central en torno a la cual se
reflexiona; es el núcleo de la argumentación. El cuerpo argumentativo o exposición de los
argumentos de sustentación es la argumentación propiamente dicha y presenta las razones
que se ofrecen con el propósito de confirmar o de rebatir la tesis. En él se integran las citas, las
máximas, los proverbios
o los refranes, los llamados argumentos de autoridad, los nexos gramaticales, las reiteraciones
y los ejemplos. La conclusión retoma la tesis inicial y demuestra la validez del planteo;
generalmente se anuncia con una serie de palabras clave como “por lo tanto”, “en
conclusión”, “finalmente”, “esto nos lleva a concluir que”, “así pues, podemos deducir
que”, “por consiguiente”, “en definitiva”, etc. Es frecuente que la conclusión implique una
propuesta al destinatario: orden, prohibición, consejo, recomendación, etc.
Al argumentar suele adoptarse alguna de estas tres posturas: positiva, negativa
y ecléctica. En el primer caso, el argumentador aporta pruebas que apoyan su tesis; en el
segundo, ofrece razones que refutan o rechazan argumentos contrarios al propio punto de
vista; en el tercero, acepta algunas razones ajenas pero aporta sus propios argumentos.
Actividad integradora:
Les proponemos para cerrar el módulo 1que relean todos los contenidos trabajados
y que realicen la siguiente actividad: