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Texto Act. Refuerzo TDCII

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ACTIVIDAD DE REFUERZO SEGUNDO PARCIAL

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ANÁLISIS Y COMENTARIO DE DISTINTOS TIPOS DE TEXTOS NARRATIVOS (Título 1)

Textos literarios de tradición oral: mitos, cuentos populares, leyendas y fábulas en prosa (Título 2)

La tradición oral es aquella que se transmite por medio de la palabra hablada y es la más común en el
folclore. En toda sociedad se ha recibido de diferentes formas la riqueza de la tradición oral y
constituye una fuente de inspiración para los grandes literatos y un motivo de gozo popular al repetir
las generaciones aquellas producciones que forman parte de su cultura e identidad.

En muchos textos literarios inspirados en la tradición oral se encuentra la riqueza cultural de un


pueblo y puede apreciarse la herencia popular de una sociedad. Estos textos literarios vienen a
perpetuar los saberes, cosmovisión, costumbres, comportamientos e ideologías que han
permanecido en la colectividad.

La tradición oral en prosa se manifiesta por medio de parábolas, fábulas, cuentos folclóricos, cuentos
de hadas, mitos y leyendas.

La tradición oral en verso se expresa a través de coplas, adivinanzas, acertijos, dichos y refranes.

Los mitos (Título 3)

El mito se refiere a un relato que tiene una explicación o simbología muy profunda para una cultura y
en él se presenta, entre otros temas, una explicación divina del origen, existencia y desarrollo de una
civilización. Es decir, se puede ver el mito como una creencia establecida a través de varias
generaciones, con relación a ciertos hechos improbables y sorprendentes que, de acuerdo al mito,
han sucedido en la realidad.

El mito relata una historia sagrada, un acontecimiento sucedido en el tiempo primordial, el fabuloso
tiempo de los orígenes; cuenta cómo, gracias a las hazañas de los Seres Sobrenaturales, una realidad
ha venido a la existencia, sea esta la total, el Cosmos, o solamente un fragmento: una isla, una
especie vegetal, un comportamiento humano, una institución…

Los mitos explican por qué el ser humano y el mundo en que viven son como él los percibe; narrarlos
constituye una necesidad vital para aplacar o propiciar los poderes sobrehumanos. Se habla de una
necesidad porque el hombre necesita comprender el sentido de sus derrotas, del nacimiento y de la
muerte.

Una característica peculiar de los mitos es que, aunque puedan poseer un contenido fantástico, este
es tenido por auténtico por el pueblo que lo alimenta o lo elaboró. Con los mitos y leyendas los
hombres explicaban las estaciones del año, la lluvia, inundaciones y sequías, los rayos, terremotos y
maremotos, la belleza, el amor, la guerra, la muerte y muchos otros misterios que no comprendían.

Hay mitos que responden a casi todas las cuestiones que atañen a la vida cotidiana del hombre:
mitos de origen o creación, de fertilidad, de heroísmo… En ellos los dioses mueren y resucitan,
aparecen los demonios, lo blanco y lo negro, lo joven y lo viejo, etc.

Los mitos son “cosmogónicos” cuando intentan explicar la creación del mundo; “teogónicos” cuando
se refieren al origen de los dioses; “antropogónicos” cuando explican el porqué de instituciones y
comportamientos políticos, sociales o religiosos, y “escatológicos” si tratan del fin del mundo y de la
vida de ultratumba.

Todos los estudiosos resaltan la importante función social del mito como elemento de cohesión de la
comunidad, que ve en esa narración originaria la explicación del mundo, del hombre y de sus
costumbres, y que debe ser recordada y transmitida como su más preciado patrimonio común.

En resumen, el mito es un relato tradicional, folclórico. Por lo tanto, es anónimo, oral y popular
(compartido por toda una comunidad).

A continuación, ofrecemos algunos mitos para trabajar.

LA PINCOYA (Título 2)

La Pincoya es la encarnación de la fertilidad del mar y de las playas. Suele representársele con figura
de sirena, pero a diferencia de esta conquistadora de hombres, la Pincoya luce feliz, con su larga
cabellera al viento, en compañía del Pincoy. Ya sea que dance desnudo en la playa o tome el sol
sobre las rocas, podrá hacerlo de cara al mar o vuelta hacia la tierra.

Si la Pincoya aparece de cara al mar, los lugareños saben que les espera una temporada abundante
en peces y mariscos. Si por alguna razón quiere producir su escasez en esa zona o trasladarlos a otro
sitio, le bastará con volverle la espalda al mar.

Los pescadores saben que la Pincoya y el Pincoy, como toda pareja feliz, aprecian la amistad y la
diversión. Por eso, cuando desean atraerlos, organizan bulliciosas fiestas con acordeón y guitarra.

Si el grupo sube a una lancha y se dirige a una determinada playa donde bailan, cantan y ríen, la
Pincoya los seguirá, llevando con ella abundancia de peces y mariscos al sector.

ANÁLISIS Y COMENTARIO DE DISTINTOS TIPOS DE TEXTOS NARRATIVOS (Título 1)

En nuestra época no se debe hablar de la Pincoya sin valorar su sabiduría ecológica: se dice que
cuando los pescadores pescan con mucha frecuencia en un solo paraje, la Pincoya se enoja y
abandona aquellos lugares, que luego quedan estériles.

Ya saben esos incrédulos que nunca faltan: si últimamente la Pincoya no se ha visto por ahí, es que
no soporta la presencia de esos enormes barcos extranjeros, modernos monstruos que engullen sin
piedad las riquezas del mar chilote.

Trentren y Caicavilu (Título 2)


En el remoto pasado del pueblo mapuche, dos espíritus muy poderosos se encarnaron en gigantescas
serpientes. Una -caicaivilu- agitaba en el mar su profundo odio al género humano. La otra -trentren
(o chrenchren)- miraba con afecto al hombre desde la cumbre de un cerro.

Un día caicaivilu se propuso la destrucción de los seres, haciendo subir las aguas del mar. Trentren,
que desde la cumbre observó la retirada del mar que precede a un maremoto, dio oportuno aviso a
los "hombres de la tierra". Los llamó a trepar al monte, donde ella los pondría a salvo, junto a los
animales y las aves.

Pumas y zorros, llamas y huemules; peucos y torcazas, queltehues, pidenes y chucaos olvida - ron
enemistades o recelos, corriendo y volando juntos hacia la salvación. La respuesta humana, en
cambio, fue mucho más lenta. Estaban los ancianos que se negaban a dejar su tierra "de toda una
vida", las mujeres que querían cargar con todo, desde el telar hasta la piedra de moler. Y no faltaban
los incrédulos, los indecisos que "ya lo pensarían" y los que "no pasa nada.

Entretanto, las aguas subían incontenibles, arrasando chozas, ahogando a los confiados y a los lentos,
que iban quedando convertidos en peces, mariscos o peñascos. Sólo un pequeño grupo avanzaba
hacia la cumbre mientras el mar lamía sus talones. El poder destructivo de caicaivilu parecía
triunfante, pero trentren no abandonaba a la raza amiga, elevando la altura del cerro a medida que
subían las aguas.

Gracias a ese truco lograron salvarse una o dos parejas, a las que aún se les impuso una pena más:
debieron ofrecer en sacrificio a uno de sus pequeños hijos, que arrojado al mar logró calmar la furia
de caicaivilu, con lo cual las aguas retrocedieron lentamente hacia sus playas.

Todos los pueblos de la tierra guardan la memoria de un diluvio, y el lector de hoy ya habrá
comprendido que ésta es la visión del diluvio mapuche. Por lo tanto, el valeroso pueblo cantado por
Ercilla en La Araucana descendía de aquellos milenarios sobrevivientes.

Y es notable que a la ola invasora respondieran con los mismos legendarios recursos: su resistencia
física, la protección de su naturaleza y el sacrificio de sus hijos.

El Diañu Burlón (Título 2)

El Diañu Burllón (Diablo Burlón en castellano) es un personaje mitológico asturiano descrito con
forma humana de cintura para arriba y con patas de cabra. En la mitología asturiana el Diañu Burllón
habita en bosques y prados. Suele resultar más bromista que maligno, de ahí su nombre,
dedicándose a gastar bromas a los campesinos.

El Diañu Burllón tiene además el poder de aparecer con diferentes formas, por ejemplo, como
caballo normalmente, aunque también como cordero o incluso como un niño. Cuando toma forma
de caballo suele desbocarse y hacer caer al jinete; como cordero es común que orine al que lo lleva.
Frecuentemente utiliza la forma de animal doméstico o de niño para poder así entrar en las casas.

A este personaje mitológico se le atribuye, además, la ocultación de tesoros abandonados. A pesar


de que la faceta de travieso es la más conocida, en el occidente de Asturias es un reconocido
constructor de monumentos como puentes y castros

El Cuélebre (Título 2)
El cuélebre o culebre son los nombres dados a una criatura legendaria, perteneciente a la mitología
asturiana y mitología de Cantabria, la cual es descrita como un ser con forma de dragón, similar a una
serpiente alada.

La tradición lo describe con una gran boca de afilados dientes por la que escupe azufre y fuego. Sus
ojos son ascuas incandescentes, todo su cuerpo está recubierto de escamas y de su espalda crecen
unas alas de murciélago. Vive en cuevas donde guarda tesoros, siendo muy conocido el que vive en
los acantilados de San Vicente de la Barquera.

En Asturias y en Cantabria se cuenta que una de sus principales funciones es la de vigilar tesoros. En
la mitología astur son frecuentes las referencias a estos tesoros ocultos (ayalgues en asturiano), que
por lo común consisten en piezas de oro de gran valor. Para su búsqueda (la gueta l'ayalga) hay unas
guías llamadas lliendas que describen los lugares en los que se cree que se encuentran.

Se dice que el cuélebre suele ser molesto para los hombres que viven cerca de su escondite, que
puede ser un bosque, una cueva o una fuente, ya que emite silbidos terribles y tiene por costumbre
alimentarse de seres humanos, tanto vivos como muertos. Para evitar que esto suceda se le suele
entregar alimentos como boroña.

Texto tomado del documento “Comentario de textos literarios: teoría y práctica”. Disponible en:
http://humanidades.ufro.cl/images/libros/Comentario-de-textos-literariosok.pdf

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