Wuolah Free Apuntes Definitivos Arqueologia
Wuolah Free Apuntes Definitivos Arqueologia
Wuolah Free Apuntes Definitivos Arqueologia
Y ROMANA
TEMA 1: TARTESSOS, APROXIMACIÓN
ARQUEOLÓGICA A UN PROBLEMA HISTÓRICO
I. MARCO GEOGRÁFICO
Si atendemos a la legendaria civilización de Tartessos, nos situamos entre las
denominadas Columnas de Heracles y la desembocadura del Guadalquivir, según
fuentes clásicas grecorromanas. Hoy día corresponde a parte de Huelva, Sevilla y Cádiz,
lo que sería la Andalucía occidental; con extensión a otros espacios lejanos y no tan
lejanos. También gracias a hallazgos materiales que se vinculan a esta cultura, podemos
situarla más o menos en esta zona. Esta situación geográfica, es también apoyada por
supuestos filológicos, sobre todo de la filología prerromana.
Esta zona se caracteriza por ser cercana al mar, siendo gran parte litoral. Además
(gracias a la paleogeografía y la paleotopografía) sabemos que en la antigüedad, la zona
de Sevilla también era costera; puesto que existía el denominado Golfo Tartésico (Lacus
1
Ligustinus en período romano), situado aproximadamente en la zona de lo que hoy día
constituyen las Marismas del Guadalquivir. Hacia este golfo y junto a él se sitúan ríos
que permitían una fácil comunicación con el interior. Sin lugar a dudas, esta situación
geográfica influirá en la cultura tartésica.
Otro aspecto a destacar sobre esta zona, es la riqueza mineral, según las fuentes
literarias y arqueológicas también. En este sentido, hay que decir que en este ámbito (al
que se añade ciertas zonas meridionales de Portugal), hay zonas mineras (de cobre y
plata). Por ejemplo tenemos las minas de río Tinto. Todos estos lugares se encuentran
en el entorno de Tartessos. También destaca la pesca y la agricultura y la ganadería.
El punto de inflexión para dividir estas dos fases, sería la llegada de los pueblos
del Mediterráneo oriental, fenicios y griegos. Contacto que va a provocar el paso de la
etapa de formación a la de desarrollo. Esta idea es la más aceptada, pero otros
investigadores como Ruiz Mata, afirman que sólo se puede hablar de Tartessos como
tal, a partir del periodo Orientalizante.
2
gran controversia cronológica; y que estos sucesos no constituyen cambios del día a la
mañana, sino que son fruto de proceso lento.
Fuentes literarias
5
exigua, se ha discutido si esta escritura se corresponde efectivamente con la lengua
tartesia o si se trata de una lengua periférica a lo tartesio.
Desde el punto de vista lingüístico destacan una serie de prefijos y sufijos como
Ip/Ippo – oba/uba, etc., dentro de los nombres de lugares en época romana (Corduba,
Onuba,…) y que podrían relacionarse con gentes que hablan una misma lengua.
V. FUENTES ARQUEOLÓGICAS
En este sentido hay que empezar diciendo que la realidad que muestra la
Arqueología es muy distinta a la realidad presentada por la literatura. Pues la
Arqueología ha aportado informaciones reales sobre la cuestión tratada. Por tanto,
muchos aspectos de las fuentes literarias habría que rechazarlos. No podemos hablar
según el registro arqueológico de ciudades esplendorosas o de un urbanismo
evolucionado.
Los restos constructivos que han sido hallados son muy escasos y la mayoría de
las veces son estructuras de hábitat, construcciones muy sencillas (talleres, espacios,
sacros…).
Por otro lado debemos tener en cuenta las llamadas “Estelas decoradas”, también
denominadas de guerreros, tartésicas, del Suroeste, etc. Las estelas decoradas del
Suroeste Peninsular son piedras de tamaño grande, oscilan entre los treinta o cuarenta
centímetros de lado menor y hasta un metro o casi dos, en algún caso, y que tienen
grabadas representaciones de armas y objetos de uso personal y prestigio, acompañadas
en ocasiones de figuras humanas. Su utilidad o funcionalidad siempre se ha relacionado
con rituales funerarios, para cubrir cistas de inhumación, en algunos casos, y, en otros,
para marcar, clavándolas en el suelo, lugares de enterramiento; probablemente mediante
incineraciones, aunque también se ha debatido sobre su función de marcadoras de
caminos, rutas, espacios controlados por ciertas élites guerreras (escudos, lanzas,
espadas, cascos, arcos, carros, ...) y poderosas (diademas, pectorales, cinturones,
espejos, peines, fíbulas, instrumentos musicales...).
7
En cualquier caso, el interés va a retomarse tras el hallazgo en 1958 del famoso
“Tesoro de El Carambolo” en el Cerro del Carambolo. Este hallazgo casual promovió
(hecho por Juan de Mata Carriazo en 1958) un nuevo interés por Tartessos,
produciéndose prospecciones y sondeos estratigráficos en la zona. Este hallazgo sirvió
para relanzar la investigación fundamentalmente arqueológica dejando a un lado los
textos.
Así entre los años 60 y 80, época conocida como positivista, se llevaron a cabo
excavaciones (sondeos en su mayor parte) en Huelva y las provincias de Cádiz, Sevilla
y Córdoba, en supuestos poblados y necrópolis. Hay que obtener mucha información
para hablar de Tartessos. Se hacen publicaciones que exponen la preocupación histórica
sobre los problemas que tenían los Tartessos. Los primeros estudios de síntesis fueron
realizados por Juan de Mata Carriazo, J. Maluquer, J. Mª Blázquez, J. Alvar, C.
González-Wagner, D. Ruiz Mata, M. Bendala, J. P. Garrido, J. Fernández Jurado, etc.
En el siglo XXI, hay una revitalización del tema, teniendo lugar numerosos
congresos y reuniones científicas. Surgen nuevos problemas, perspectivas,
interpretaciones y líneas de investigación. Destacan los últimos descubrimientos en El
Carambolo, tras las excavaciones realizadas en la primera década del siglo, que han
suscitado nuevas interpretaciones en investigadores como Escacena, Gómez Toscano,
Celestino, etc.
8
- GONZÁLEZ de CANALES CERISOLA, F. (2004): Del occidente mítico griego
a Tarsis-Tarteso: fuentes escritas y documentación arqueológica, Madrid.
- TEJERA, A.; FERNÁNDEZ, J. (2012): Los dioses de los tartesios, Barcelona.
- TORRES ORTIZ, M. (2002): Tartessos, Madrid.
- Tartessos y sus problemas: V Symposium internacional de Prehistoria
Peninsular, Jerez de la Frontera (1968), Barcelona.
- Tartessos 25 años después, 1968-1993 (1995), Jerez de la Frontera.
- Cronología: La presencia orientalizante se data por el c14 entre finales del siglo
X e inicios del IX, por tanto habría que llevar más atrás la etapa orientalizante.
- Del final de Tarteso al inicio mundo turdetano, se ha sostenido que alguna serie
de trasformaciones en el mediterráneo oriental y occidental tuvo cambios que
fue reflejada en Tartesos. La toma de tiro o la caída de Focea por parte de los
persas o la batalla de Alalia… este tipo de inestabilidad habría afectado a las
relaciones de esas gentes con tartesos. Los turdetanos vana aser los mimso que
los tartesicos pero un siglo después, con cambios económicos diferentes, serian
9
realmente las mismas gentes que habían estado en el suroeste peninsular que
habían estando en los siglos del 1 milenio D.C.
- ¿Qué fue Tartessos? Una línea muy reciente es la que habla que pudo ser un
espacio geográfico vinculado a un grupo étnico (‘‘civilización autóctona’’). ¿Era
un territorio en el que vivían distintas gentes o era una civilización diferenciada?
Algunos investigadores hablan de poblaciones fenicias identificadas como
Tartessos.
Otro tema interesante sobre Tartessos que es fruto del debate científico es el del
“final de Tartessos”. Tradicionalmente se había atribuido a los cartagineses, aunque hoy
día parece que el fin de Tartessos está en cuestiones estructurales desde el punto de vista
económico. Es muy probable que Tartessos basase su economía en el comercio y llegó
un momento en que no pudieron explotar ciertos yacimientos de plata. También es
posible que la plata hubiera dejado de ser rentable, dando un giro a la economía.
10
Universidad de Huelva, es el principal autor que defiende esto. Otros colegas de la
Universidad de Sevilla como J. L. Escacena defienden que se trata de un periodo de
escasa duración desde el siglo XI al IX a.C., en un momento previo a la llegada de los
fenicios y lo que vendría a partir de este momento poco tendría que ver con lo anterior.
Por tanto ¿Tartessos sería una cultura autóctona con gentes que evolucionan o
una cultura fruto de la difusión, con gentes foráneas que pueblan el territorio y marcan
el cambio? Y si fuera una cultura autóctona ¿esas gentes serían agentes pasivos o
activos, adoptarían los avances con la llegada de gentes foráneas, o evolucionarían por
sí solos?
Por otro lado, los autoctonistas defienden un desarrollo llevado a cabo en todos
los países por igual, lo cual implica que en el caso de los pueblos peninsulares son ellos
mismos los que llevan dentro de sí el gen del desarrollo y ellos, de forma autóctona,
han dado lugar a la nueva fase del Bronce Final.
11
económica diferente, algunos se dedicaban a la minería, otros a la metalurgia, otros
asentamientos tenían función de almacén, etc.
Los principales estudios que se han hecho han sido en la Tierra Llana de Huelva
(entre Guadiana y Guadalquivir) por J. Campos y Gómez Toscano; en los Alcores y
valle del Corbones por la Universidad de Sevilla; en el Valle Medio del Guadalquivir,
sobre todo en La Saetilla en Palma del Río por Juan Francisco Murillo; en Extremadura
y Sur de Portugal y en el sureste peninsular. Todas estas zonas se han estudiado
mediante sondeos y prospecciones arqueológicas (cerámicas y demás restos
superficiales). Muchos yacimientos necesitan una investigación constante, el problema
es el costo que conlleva y la expoliación de los yacimientos abiertos.
LUGARES DE HÁBITAT
12
El poblamiento es disperso y la estructura de hábitat documentada en la llamada
“cabaña circular (zócalos de mampostería, con alzado de barro y cubierta vegetal)” o
“fondo de cabaña (se escaba en el terreno una estructura soterrada donde se elevan
elementos vegetales o de madera para levantar la cabaña)”, modelo de edificio
polifuncional. Eran estructuras bastante rudimentarias. Pero hay un problema, puesto
que muchas de esas cabañas son de periodos más recientes (la mayoría fechadas en
periodo orientalizante). Aunque Roció Izquierdo vincula este tipo de hábitat a un grupo
étnico. Sin embargo, la existencia de posibles murallas significa cierta evolución, ya que
es una obra pública y que necesita de una gran mano de obra y de una jerarquización
para llevarla a cabo. Algunos investigadores han hablado de la existencia de acrópolis o
centros de poder. Por esto se ha creado una gran polémica entre los que creen que son
rasgos propios de una protociudad y los que no lo piensan.
Territorio y asentamiento
En los últimos años se han hecho rastreos del suelo para documentar la
ocupación de determinados cabezos. Los materiales se han estudiado y hay una
concentración de poblamientos en tres zonas importantes: Aznalcóllar, Niebla y Huelva.
Éstos serían los grandes centros hegemónicos, alrededor de los cuales había una serie de
poblados vinculados. Se tratarían de núcleos de población dedicados a actividades
diferentes.
- Huelva: sería una zona portuaria para la llegada y salida de mercancías. Aquí
establecerían contactos culturales con el Mediterráneo oriental, además de ser
una zona de recursos pesqueros y explotación metalúrgica del bronce sobre todo
(fundición de metales). Nos encontramos con una serie de asentamientos que
muestran estructuras en torno a cerros o cabezos. El problema que presenta
Heulva es que se desarrolla mucho en época orientalizante, por lo que el
descubrimiento de restos anteriores es complicado. En cualquier caso, Huelva es
el puerto natural de toda esta zona. Ya desde muy antiguo debió ser un pilar
importante en el comercio, lugar donde confluirían gentes de todas partes
(Atlántico y Mediterráneo) para realizar intercambios.
- Niebla: constituiría una zona intermedia entre Aznalcóllar y Huelva, situado en
la zona de Río Tinto. Aquí encontramos una muralla bastante amplia que
13
encerraría un poblamiento disperso. Además, en su parte más elevada y
protegida podría ubicarse una especie de acrópolis. Se ha documentado la
existencia de una muralla que disponía de torreones circulares, pero para algunos
investigadores como Gómez Toscano, la muralla pertenece a esta época y para
otros investigadores pertenece al siglo VIII a. C., en el periodo orientalizante.
Según la investigación los principales recursos de Niebla serían de carácter
agropecuario, aunque también destacaría la importancia comercial al estar en
una ruta importante (río Tinto,…). En torno a este núcleo habría asentamientos
menores que estaban dedicados a la agricultura y a la ganadería, así como
también a la metalurgia, como lugar de paso de la zona anterior, un ejemplo es
San Bartolomé de Almonte.
- Aznalcóllar: su principal fuente de recursos sería explotación minera y la
metalurgia del cobre y la plata posiblemente. Algunos investigadores afirman
que tuvo muralla, perteneciente al Bronce Final. En el entorno de Aznalcóllar
hay algunos núcleos de población subordinados al núcleo principal y también
dedicados a la metalurgia del cobre fundamentalmente, aunque también de la
plata. Esos núcleos serían Tejada (con caracteres más orientalizantes) y
Peñalosa.
ESTRUCTURAS DE HÁBITAT: CABAÑAS ‘‘CIRCULARES’’
Los materiales constructivos son piedra local, barro (adobe y tapial), ramas, etc.,
es decir, constituyen estructuras poco perdurables.
Hay dos tipos básicos: los fondos de cabaña con forma circular, con zanjas que
se revisten con adobe y cubierta vegetal y una cobertura cónica, son una especie de
refugio; y una cabaña más elaborada con zócalos de piedra e incluso fosa de
cimentación, encima un alzado de adobe o tapial con una cobertura cónica y en cuanto a
la techumbre hay muchas hipótesis (a dos aguas, etc.). Este tipo de cabañas sí puede
dejar más restos. Los fondos de cabaña son reconocibles por el corte de la fosa y los
restos de comida; las cabañas por los zócalos de piedra. En algunos lugares parece haber
estructuras antes de la cabaña (talleres, entradas, escalones, etc.) y también dentro (el
hogar,…).
Parece que la vivienda con zócalo predomina más en el valle del Guadalquivir
(Sevilla y Córdoba), mientras que los fondos de cabaña abundan más en Huelva, pero
esto no se puede establecer fijamente. En la cabaña del Cerro de Mariana en Sevilla se
conserva una cabaña de zócalo. La concentración de hábitat aumenta en el golfo
tartésico.
Estas cabañas solían estar revestidas, con suelo de tierra batida y en cuanto a su
funcionalidad (‘‘valen para todo’’, hay que atender al registro arqueológico) se llevaban
14
a cabo, dentro de ellas, actividades domésticas, ya que se han encontrado fuegos en el
interior, no siendo estas muy confortables. En otras ocasiones tuvo otra funcionalidad,
para fabricación de alimentos o talleres metalúrgicos. En algunas ocasiones están
precedidos y limitados por un empedrado y la cubierta era vegetal. No en todos los
casos la planta es circular, también las hay rectangulares, algunos dicen que se da esta
por contactos y otros dicen que es por evolución autóctona.
San Bartolomé de Almonte (Huelva) fue estudiado en varias campañas entre los
años 70 y 80. Nos muestra lo que debió de ser durante bastante tiempo el hábitat
habitual de las poblaciones tartésicas, a pesar incluso de las actividades detectadas en
este yacimiento. Se trata de un poblado de cabañas redondas que estuvo habitado entre
fines del siglo IX e inicios del siglo VI, ocupando una amplia extensión de terreno,
cifrada en unas 40 ha., en la que, sin ningún orden aparente, se distribuían las cabañas,
silos para conservar el grano y hornos metalúrgicos; en la antigüedad se hallaba cerca de
la costa del hoy colmatado Golfo Tartésico y es posible que fuese uno más de los que se
asomaban a ese amplio entrante; se halla a 40 km de Tejada la Vieja y con un fácil
acceso al mismo y a partir de mediados del siglo VIII se detecta ya la presencia fenicia
15
en él. En este centro se han hallado varios hornos metalúrgicos, que son simples hoyos
en el suelo, a veces recubiertos de arcilla en su base; es probable que los hornos fueran
al aire libre aunque algunos autores piensan que, más que hornos, se trata de basureros a
los que se arrojaban restos de fundición y otro tipo de desperdicios. Se ha sugerido que
la explicación de éste y otros asentamientos podía radicar en la riqueza en cal del
entorno, necesaria para la fabricación de los crisoles con los que extraer los metales
mediante la copelación (aquí hay que decir que la copelación de la plata se conocía en
momentos anteriores en la península, pero se abandona y los fenicios la vuelven a traer).
Algunos vasos cerámicos toscos hallados en el yacimiento se han relacionado con estas
técnicas metalúrgicas.
Niebla
Hay una polémica entre los que sostienen que Niebla ya existe en el tránsito del
segundo milenio al primer milenio a.C. y los que consideran que surge en periodo
orientalizante. El problema es que los restos de muralla medievales impiden las
excavaciones. Los materiales plantean discusión en cuanto a la cronología, pero lo que
es seguro es que en el periodo orientalizante constituye un asentamiento importante.
Existe otro problema, y es que si antes de los fenicios hubo ya contactos con
otros puntos del Mediterráneo. Esta discusión ha sido reavivada en los últimos tiempos
y Gómez Toscano sugiere tres fases:
18
hipótesis. Algunas relacionan estos depósitos con prácticas funerarias, debido a la
dificultad para reconocer necrópolis para este periodo, puesto que apenas se han
encontrado, surgiendo la cuestión de ‘‘¿dónde estarían sus muertos?’’.
19
En este sentido hay que destacar un detallado estudio de los lugares de
aparición de la armas similares a las de Huelva, en la Península, demuestra cómo
estas eran arrojadas a las aguas en lugares estratégicos o enterradas junto a vados
y lugares de obligado paso, como ofrenda votiva, funeraria o no, de armas a las
aguas.
¿TUMBAS?
Han aparecido una serie de tumbas en estas zonas del ámbito tartésico, pero que
se puedan fechar en el Bronce final muy pocas. Destaca entre ellas la del yacimiento
Roça do Casal do Meio (Sesimbra, Portugal). También los restos hallados en Palma del
Río, pero se encuentra en una zona periférica y se duda sobre su cronología.
La tumba de Roça do Casal do Meio, fue excavada en los años 70. Se trata de
una tumba compuesta por un corredor que va a acabar a una cámara semicircular de
falsa cúpula por acumulación. Aquí se encontraron dos individuos inhumados, de gran
complexión física (posiblemente jinetes, por el desgaste de las piernas, o tal vez
guerreros). El ajuar es escaso pero muy interesante, puesto que puede mostrar contactos
con gentes de fuera. Es posible que un individuo fuera enterrado antes que el otro. Pero
la comparación de las características étnicas nos lleva a pensar que son individuos
autóctonos, no foráneos.
Uno de los temas más recurrentes de la prehistoria peninsular ha sido, y sin duda
sigue siendo, el de las estelas decoradas del suroeste, debido a varios factores; en primer
lugar, porque al haber aparecido descontextualizadas han generado un bueno número de
interpretaciones sobre su funcionalidad; pero también porque los objetos de adorno
personal y de prestigio social representados en los soportes han servido en algunos
casos para justificar rutas de comercio entre el Mediterráneo y el Atlántico antes de la
colonización fenicia, abriéndose al mismo tiempo una discusión sobre el origen y la
cronología de esos objetos foráneos; y, por último, porque los personajes representados,
junto con los tesoros del Bronce Final, son en la práctica el único argumento que
permite elaborar un ensayo sobre la organización social de estos pueblos previo a la
consolidación del periodo Orientalizante. Pero tras más de un siglo de trabajos sobre las
estelas, aún seguimos sin despejar un buen número de incógnitas que han obligado a
abrir nuevas vías de investigación para intentar solucionarlas.
Según que autores, los elementos que las decoran pueden tener un origen
centroeuropeo, mediterráneo o atlántico; y dentro de los que defienden una procedencia
mediterránea, hay quienes abogan por que esta se haya producido a través de los
circuitos centromediterráneos abiertos a partir del Bronce Final, quienes defienden una
raíz egea y, por último, quienes sostienen que proceden de los primeros contactos
precoloniales fenicios. Todas estas hipótesis, que se completan con las diferentes
propuestas cronológicas para el comienzo y el final del fenómeno de las estelas, dan una
idea de la enorme complejidad de su estudio. Por ello un nuevo estudio de las estelas
debe tender a profundizar sobre el enfoque social y económico que representan.
23
todo el Mediterráneo en esta época y que debió implantarse primero entre los personajes
más destacados, conviviendo durante alguna generación con el rito de la inhumación.
Los elementos exógenos de las estelas se han justificado casi siempre gracias a
los primeros contactos de comerciantes de origen mediterráneo con la península antes
de que se formalizase la colonización, lo que se ha venido denominando
<<precolonización>>. En realdad esto tampoco justificaría la presencia de estelas en el
interior y su total ausencia en el denominado núcleo tartésico, lugar donde se deberían
haber recibido estos primeros objetos de prestigio.
Hay dos objetos que pueden avalar esa hipótesis; los espejos, que aparecen ya
representados en las estelas básicas y que ofrecen una evidente analogía formal con los
hallados en el depósito balear de Lloseta, datado en pleno Bronce Final; y las fíbulas de
codo, documentadas en la Ría de Huelva y en el conjunto funerario de Roça do Casal do
Meio. Sin embargo, un significativo número de estas fíbulas se encuentra disperso por
buena parte de la Meseta norte.
Pero la mayor parte de los objetos grabados en las estelas es mucho más difícil
de evaluar cronológicamente; el caso de las espadas es quizás el más significativo, pues
amparándose en su alto esquematismo, y aunque algunas de las representadas en las
estelas básicas pertenecen claramente al tipo de <<lengua de carpa>>, fechadas entre los
siglos XI y IX a.C., han servido no sólo para adscribirlas a un tipo concreto, sino
incluso para justificar la mayor antigüedad o modernidad de las estelas. Los carros, por
su protagonismo, diseño y simbolismo, también han sido un tema recurrente a la hora de
emitir una cronología sobre las estelas; lo que es importante señalar es que el carro
aparece muy temprano, en las estelas básicas, antes por lo tanto que la figura del
guerrero y coetáneo a los espejos y a las fíbulas, por lo que procedería del mismo
ámbito comercial. Por último, las liras de las estelas también han sido objeto de estudio
para intentar concretar su origen y cronología. En conclusión, podemos deducir de todos
estos estudios pormenorizados de los objetos representados en las estelas del suroeste
que cualquiera de ellos puede adscribirse sin demasiadas dificultades al ámbito cultural
que más nos interese, pues espadas, lanzas, espejos, peines, instrumentos musicales o
carros aparecen en todas las culturas mediterráneas entre el II y el I Milenio, y el alto
esquematismo de los objetos grabados en las estelas nos permite desarrollar cualquier
tipo de aproximación.
24
El objeto más significativo de los representados en las estelas es, sin duda
alguna, el escudo con escotadura en <<V>>, el más antiguo y persistente de los
elementos representados a pesar de que vaya perdiendo paulatinamente su importancia
simbólica y decorativa a medida que las escenas se van haciendo más complejas.
Curiosamente, no se ha podido documentar arqueológicamente en la península, aunque
sí hay una significativa representación de ellos en otras partes de Europa. El escudo se
ha convertido en uno de los ejes del estudio de las estelas gracias también al tamaño en
el que fueron grabados, al minucioso detalle con el que aparecen diseñados y a su
protagonismo escénico. La inmensa mayoría de los investigadores proponen su
procedencia mediterránea, atlántica o centroeuropea, pero S. Celestino y otros defienden
un claro autoctonismo, entre otras cosas porque ninguno de los escudos hallados fuera
de la península remonta el siglo VIII a.C., una fecha demasiado moderna para los
escudos grabados en las estelas básicas, donde mejor se representan. Parece obvio,
según estos investigadores, que los escudos representados en las estelas no sólo serían
más antiguos que los mediterráneos y europeos continentales, sino que por la
persistencia de su diseño, podrían representar un signo de identidad entre las
comunidades del interior.
Hay otros elementos que tienen un especial significado porque sólo aparecen en
las estelas más meridionales y complejas, caso de las series de cazoletas, casi siempre
en número de cinco, que acompañan al antropomorfo y que podrían interpretarse como
los primeros sistemas ponderales documentados en la península.
Tal vez el tema más espinoso de las estelas es el de su funcionalidad; para unos
señalarían tumbas; para otros, lo que se graba en los soportes no es el ajuar del guerrero,
sino su panoplia de combate con algunos elementos de adorno, por lo que interpretan las
estelas como cenotafios; también hay quienes las interpretan, sin eludir su sentido
funerario, como marcadores de rutas y territorios; pero la inmensa mayoría pasa de
puntillas por tan espinosa cuestión.
Aunque hay leves indicios sobre posibles enterramientos bajo alguno de estos
monumentos, el dato más relevante nos ha llegado recientemente de la mano de Murillo,
Morena y Ruiz Lara, quienes en un artículo describen las circunstancias del hallazgo de
las dos estelas procedentes del Cortijo de la Reina, encontradas a tan sólo 6 m de
distancia una de otra y a unos 0,80 metros de profundidad.
25
El carácter guerrero de estas estelas es constante durante todo el proceso del
fenómeno; sin embargo, es patente el mayor significado que van adquiriendo
paulatinamente los objetos de prestigio en detrimento de las armas; es precisamente en
estos momentos cuando aparecen escenas de cierta complejidad ritual como las que se
representan en estelas como las de Ategua o Zarza Capilla III, y, lo más interesante,
cuando hacen acto de presencia de formas significativa las estelas femeninas o
diademadas, representaciones que se circunscriben una vez más, salvo la excepción de
Torrejón el Rubio, el área del Zújar y del Guadalquivir. Las estelas diademadas, así
denominadas por lucir un enorme tocado semicircular sobre la cabeza, pertenecen a un
tipo muy homogéneo que aboga por su contemporaneidad; sin embargo, es evidente que
son una derivación iconográfica de los guijarros-estelas de pequeño tamaño del Bronce
Medio e inicios del Bronce Final. Lo que parece evidente es la importancia de este
atributo que, aunque no se ha atestiguado arqueológicamente durante las fases del
Bronce, sí es de enorme importancia en el Período Orientalizante, donde uno de los
elementos más característicos de los tesoros áureos es precisamente la diadema, un tipo
muy singular ausente en otros ámbitos mediterráneos. Por lo tanto, el reforzamiento del
poder guerrero de los hombres no parece mermar el significativo papel social que debió
desempeñar la mujer en este amplio espacio cronológico. También se interpretan como
posibles divinidades femeninas. Personajes femeninos engalanados y con armas.
Puede haber un cuarto tipo, las estelas mixtas, en el que aparecen figuras
masculinas y femeninas en plano de igualdad (mismo tamaño,...). Algunos piensan en
una interrelación entre hombre y mujer (¿se dan la mano?).
26
de los posibles desplazamientos de gentes hacia el foco tartésico, ahora ávido de mano
de obra para explotar los nuevos recursos que afectaban al interés de los colonizadores.
La mayoría de autores que se han ocupado del mundo de las estelas conceden
una especial importancia a la estela de Setefilla, por constituir uno de los pocos
ejemplares con contexto cultural bien conocido. Su hallazgo en 1927 y la adscripción de
esta necrópolis tartésica a la edad del Hierro a raíz de su reexcavación en los años
setenta crearon una corriente de opinión favorable a considerar la estela de época
‘‘orientalizante’’ o, como mínimo, bastante tardía. Por otra parte, su presencia en una
necrópolis del Hierro hacía pensar en una reutilización del monumento y, por
consiguiente, en una procedencia localizada en el mismo entorno geográfico de la
necrópolis. La situación, sin embargo, no resulta tan sencilla como parece.
27
La evidencia arqueológica de la necrópolis de Setefilla revela una intensa y
deliberada ocupación del mismo ámbito funerario por parte de una población que, a lo
largo de varias generaciones, establece y refuerza sus lazos de filiación y de desigualdad
social a través de símbolos visibles sobre el terreno, que expresan relaciones de poder,
territorialidad y probablemente demarcación étnica. Sólo la memoria a través de la
continuidad ideológica garantiza una relación con el pasado que permite asegurar el
poder de las élites sociales del Hierro. En este sentido, esta estela constituye, más que
una losa funeraria, un indicador social de status y de jerarquía erigido en un ámbito
destinado real o simbólicamente a la muerte. Aunque ‘‘reutilizada’’ o reintegrada en la
necrópolis del Hierro, no se cree que la estela decorada procediera de muy lejos. La
pequeña loma donde se emplazó la necrópolis de Setefilla no constituyó una zona de
contraste ecológico o una frontera, sino un espacio sagrado de especial significado
social e ideológico para la memoria colectiva de la comunidad tartésica local.
28
de la flecha ensartada en él. La tercera opción que se contempla y se considera más
acertada, es que se pueda tratar de una fíbula acodada.
La pieza tiene una altura de 1,15 m, una anchura máxima de 0,99 m y un grosor
máximo de 0,18 m. Es una estela de forma irregular aunque de tendencia cuadrangular,
que presenta como elementos decorativos en su cara frontal dos figuras humanas muy
esquemáticas, una principal de gran tamaño en torno a la cual se agrupa todo lo demás;
una espada en vertical de empuñadura marcada y larga hoja de tipología imprecisa; un
escudo formado por tres círculos concéntricos; un arco con flecha y un carro, como es
habitual visto desde arriba, y en el que la caja aparece representada como un rectángulo
con un eje que lo atraviesa y de cuyos extremos salen las ruedas. Otro divide
perpendicularmente en dos el carro, en cuyo extremo se aprecia el uncimiento de los
cuadrúpedos y estos mismos, representados por unas pocas líneas. La cara posterior no
está decorada.
La pieza está bien conservada apreciándose todos los dibujos, salvo la figura
secundaria, con nitidez.
29
- En el nivel intermedio aparecen dos figuras, una tendida y otra de pie, esta
última lleva sus manos a la cabeza en gesto de lamentación. Bajo esta escena
aparecen dos animales, cuadrúpedos, muy esquematizados.
- En el tercero hay un carro (visto desde arriba) y un carrista (podría ser el difunto
o un heredero). Debajo a la izquierda hay un grupo de mujeres agarradas de la
mano y a la derecha una serie de hombres agarrados de la mano también. Podría
ser una danza ritual funeraria.
La parte baja de la estela acaba de forma triangular, apuntada, no presenta
grabados y sería la parte de la estela que permanecería enterrada por debajo del nivel de
suelo, en su colocación original. El reverso y los laterales apenas están trabajados,
permaneciendo únicamente desbastados.
Antes de la llegada de los fenicios a las costas del sur peninsular, los indígenas
desconocían el torno de alfarero, por lo que las producciones cerámicas se realizaban a
mano y se cocían en hornos que no alcanzaban la suficiente temperatura como para
elaborar productos de alta calidad; eran hornos reductores sencillos que producían
cerámicas negruzcas que permitían que éstas pudieran elaborarse en el entorno familiar,
si bien y a tenor de los tipo documentados, ya existía un estilo común en un amplio
territorio del suroeste peninsular que demuestra una cierta identidad cultural común
desde momentos previos a la colonización. Tampoco se aprecia en las cerámicas
‘‘indígenas’’ una gran variedad formal y decorativa, aunque sí se detecta un sensible
incremento de las producciones en paralelo al crecimiento demográfico que se
documenta a partir del siglo IX en toda el área; a la vez, y como consecuencia de ese
crecimiento demográfico, se aprecia una mayor presencia de los grandes recipientes
para guardar los excedentes y posteriormente comercializarlos, al tiempo que aparece un
nuevo tipo cerámico con decoraciones muy cuidadas que debe relacionarse con las
necesidades de los nuevos grupos de poder y los ritos que los acompañan. Estas
cerámicas con decoraciones bruñidas comienzan a escasear a partir del siglo VIII,
cuando se generalizan las producciones a torno y se aprecia una mayor calidad en las
cerámicas indígenas, sustituyéndose las bruñidas por otras pintadas que, sin embargo,
mantienen las formas indígenas, una de las pruebas más evidentes de la interacción
30
entre ambas comunidades. No obstante, hay que señalar que nunca se dejaron de
elaborar cerámicas a mano en época tartésica, sobre todo los tipos destinados al
almacenamiento doméstico o a las ollas de cocina.
La cerámica bruñida
Las superficies de estas cerámicas son negras, si bien hay algunas variantes,
como en el caso de las onubenses, en cuya superficie mate se aplica la decoración
bruñida. Por otra parte, la decoración bruñida de las cerámicas del valle del
Guadalquivir y Huelva ocupa el interior de los vasos, en contraposición con las que se
distribuyen en la zona portuguesa, que lo hacen por el exterior, mientras que las que se
documentan en Extremadura lo hacen indistintamente por ambas superficies. El motivo
decorativo más significativo es la <<retícula bruñida>>, por las incisiones que van
formando redes. Las pastas pueden ser grises, gris oscuro y la superficie brillante. No
están mal hechas, están muy bien acabadas. Se vinculan a uso cotidiano. La
sistematización de estas cerámicas se debe principalmente a D. Ruiz Mata, quien las
divide en tres categorías:
31
El otro tipo cerámico que se ha considerado como el <<fósil-guía>> de lo
tartésico ha sido el denominado Guadalquivir I o <<Carambolo>>, por ser en este
yacimiento donde se documentó con gran profusión en cantidad y formas, si bien ya se
conocían algunos fragmentos procedentes de la necrópolis de Mesas de Asta. Aunque
habitualmente estas cerámicas se han vinculado al momento prefenicio, hay quienes
abogan por su presencia en paralelo a la actividad colonizadora, aunque parece más
lógico pensar que se están utilizando formas claramente indígenas en las que se
comienzan a aplicar motivos decorativos geométricos habituales en la práctica totalidad
del ámbito mediterráneo en estos momentos.
Son cerámicas a mano. Hay dos principales diferencias con el anterior tipo: son
cerámicas con decoración con pinturas de tonos rojizos u ocres, pastas amarillas y
anaranjadas; y aparecen motivos geométricos muy claros y delimitados (rombos, grecas,
rosetas, motivos vegetales,…). La tipología que ofrecen estos vasos decorados con
pinturas monocromas en rojo es similar a la descrita para las de retícula bruñida, aunque
con algunas variantes; así, los tipos que sirven de soporte para estas decoraciones son
principalmente cazuelas carenadas, vasos bicónicos, soportes en forma de carrete y
grandes vasos cerrados.
Por lo tanto, cada día hay más motivos arqueológicos para pensar que las
cerámicas <<tipo Carambolo>> son el resultado de los primeros momentos de la
colonización fenicia, lo que justificaría su limitada dispersión y escasa duración, pues
32
serían rápidamente sustituidas por otras producciones a torno de mayor calidad, como
las pintadas figurativas. Una fecha entre finales del IX y principios del VII parece
acorde con los contextos donde fueron halladas.
A partir de finales del siglo VIII comienza a percibirse una menor calidad en las
cerámicas indígenas a mano, al tiempo que comienzan a escasear algunas formas
características de la fase inmediatamente anterior, como las cazuelas y los cuencos con
decoración bruñida interior y los <<tipo Carambolo>>. Por el contrario, comienzan a
hacer acto de presencia las cerámicas más comunes del mundo tartésico, las
denominadas cerámicas grises, producciones a torno que en realidad no son sino la
continuación de las cerámicas locales del Bronce Final, pero ahora realizadas con las
tecnologías introducidas por los fenicios.
Toréutica
Aunque estas armas y otros objetos de adorno personal son de clara filiación
atlántica, es más que probable que las halladas en el suroeste peninsular sean de
producción local, siguiendo esos modelos que también se atestiguan en el Mediterráneo
central, o al menos eso se desprende de su presencia en las estelas de guerrero de
composición básica y del conocimiento que demuestran en la elaboración de la
orfebrería. Así encontramos elementos en bronce como ‘‘asadores’’, cuencos, broches
de cinturón, fíbulas (de codo),…
Orfebrería
Eboraria
34
Aunque la generalización de los peines de marfil se produce a partir de la
colonización oriental, en la Península se conocen otros ejemplares del Bronce Final,
caso de los documentados en la tumba de Roça do Casal do Meio, Cabeço de
Vaiamonte, la Mola d’Arges o el procedente del Cerro de la Mora entre otros, elementos
que además están asociados a fíbulas de codo, como ocurre en las representaciones más
arcaicas de las estelas de guerrero.
SOCIEDAD Y ECONOMÍA
35
orientales asentadas en la Península Ibérica fue muy importante, pero también lo es el
hecho de que los indígenas asimilaran sus aspectos y los hicieran propios.
Lo que está claro es que esta etapa supone el fin de la Edad del Bronce (y por
tanto de la Prehistoria peninsular) y el inicio de la Edad del Hierro (y de la Protohistoria
peninsular por tanto). Pero no es cambio brusco, sino que es un proceso paulatino y de
transición.
Respecto a las áreas de estudio para esta época, los lugares son casi los mismos
que para el Bronce Final:
36
vocablo que le otorga una destacada importancia; hay hipótesis que hablan de
que fuera la capital de una monarquía.
- Interior de la Provincia de Málaga (Acinipo) (también zonas costeras).
- Valle Medio del Guadalquivir y Campiña de Córdoba (Córdoba, Montoro,
Ategua, Torreparedones). Son grandes asentamientos.
Patrones de asentamiento
URBANISMO
Huelva (Onuba)
Huelva parece que estuvo habitada como mínimo, ya en el siglo X a.C., debido a
la evidencia de restos de ocupación. Pero el problema es que es una ciudad histórica,
por lo que hay dificultades para realizar trabajos arqueológicos. Además Conocemos
poco la estructura del trazado urbano de Onuba, y ello a pesar de las numerosas
excavaciones de urgencia llevadas a cabo en la ciudad.
38
como el lugar donde se establecería el poder político y religioso del territorio dominado.
En este cabezo se ha documentado un asentamiento anterior a la colonización fenicia,
pero es hacia mediados del siglo VIII cuando se detecta una mayor actividad
coincidiendo con la presencia efectiva de los fenicios.
Destaca aquí una estructura, documentada en los años 70, considerada como un
muro. Se trata de una estructura sin fosa de cimentación, de la que se documentaron casi
10 m de altitud, singular, porque está levantada con mampostería de piedra (pizarra), de
la que se conservan dos lienzos interrumpidos por una pilastra, un machón de sillares de
caliza dispuestos a soga y tizón a modo de una especie de pilar. La técnica llama la
atención, no tiene nada que ver con lo visto hasta ahora en la P. I.; es una técnica
depurada y de claro avance tecnológico.
Se inserta en un contexto de mediados del siglo VIII a.C., fecha en la que como
he dicho los fenicios estaban presentes. Se considera que los que levantaron el muro
debían ser orientales o ‘‘indígenas’’ bajo consejo de los orientales. Entre las razones de
su importancia y consideración fenicia o de su influencia podemos destacar: la técnica
más avanzada, la unión de mampostería y sillería que se hacía en oriente y el
requerimiento de una mano de obra y planificación que hasta esos momentos no se
conocen. En su contexto arqueológico encontramos materiales a mano, pero también un
fragmento a torno (algo oriental).
39
En otros puntos destacan estructuras del siglo VI como en la calle Botica, que
presenta un pavimento de conchas que podría representar un posible espacio sacro; la
calle Méndez Núñez con estructuras asociadas a pavimentos de tierra apisonada y
rojiza. Todo esto demuestra que Huelva es un enclave principal y punto de comercio en
estos momentos; no sólo con fenicios, sino también con griegos. En la calle Puerto
podemos encontrar estructuras circulares junto a una habitación que han sido
interpretadas como hornos de fundición de plata.
Hay varias opciones: que existan comunidades foráneas que viven ya en Huelva;
que los fenicios trajeran materiales de otras zonas como Chipre o Grecia. Incluso se
plantea la posibilidad de que todo esto tuviese algo que ver con un santuario, entendido
esto en el hecho de que los emporios comerciales solían tener lugares sacros, pues el
comercio y la religión están muy unidos (las divinidades hacen que ambas partes que
comercien salgan favorecidas, se rinden ofrendas en los templos antes de partir a
comerciar por el mar, así como al llegar a puerto).
Tejada la Vieja
Tejada la Vieja es hoy por hoy es el poblado tartésico mejor conocido gracias
tanto al significativo espacio excavado como a las sucesivas publicaciones que de sus
trabajos ha realizado el Servicio de Arqueología de la Diputación de Huelva. Tejada la
Vieja simboliza el poblado tartésico amurallado por excelencia, con fechas además muy
antiguas que nos trasladan al siglo VIII, en consonancia, tanto cronológica como
técnica, con la muralla del Castillo de Doña Blanca, de innegable autoría fenicia y
modelo en el que se inspiran las murallas de poblados tartésicos.
Por último, cabe recordar que el trazado urbano que se conserva de Tejada
pertenece casi exclusivamente a su última fase de ocupación, es decir, el siglo VI a.C.,
por lo que desconocemos su entramado urbano más antiguo, probablemente constituido
por cabañas circulares irregularmente repartidas por el altozano, propio de las
comunidades indígenas.
Niebla (Ilipla)
41
sólo a partir del siglo VIII a.C. Lo que está claro es que tiene un papel importante en el
siglo VII a.C.
Que el suroeste ibérico fue rico en metales, y que entre ellos figuraba la plata
demandada por los fenicios, son cosas bien sabidas. La investigación está dividida entre
quienes defienden procesos locales y quienes dan más importancia al impacto foráneo
producido por la colonización fenicia. Por una parte, se ha sostenido el origen autóctono
del uso de la plata y de la técnica de la copelación, que llegarían a época tartésica como
herencia de las culturas de la Edad del Bronce que se asentaron en Andalucía occidental
durante el segundo milenio a.C. Según esta posición, habría una continuidad entre el
mundo prehistórico pretartésico y la fase tartésica propiamente dicha, ya de comienzos
del primer milenio a.C. Por otra, se ha defendido la idea de la llegada de la copelación
sólo a partir de la presencia en Tartessos de los fenicios, quienes habrían introducido
esta técnica desde Oriente.
Parece que esta técnica ya se conocía en el Bronce Pleno, pero lo que está claro
es que en el primer milenio a.C., las gentes del suroeste peninsular no la conocían. Las
42
evidencias aparecen cuando llegan los fenicios, por lo que ellos pudieron introducirla o
reintroducirla.
Los yacimientos en los que se tiene constancia de que se llevó a cabo este
proceso se agrupan en torno al Golfo Tartésico y Rio Tinto sobre todo y son: Monte
Romero, Riotinto, Tejada la Vieja, Peñalosa, Niebla, San Bartolomé, Huelva, Cerro de
la Albina y Campillo.
Destaca por tener dos recintos amurallados muy potentes: uno interior y otro
exterior. En cuanto a lo primero se ha interpretado como una acrópolis. Estos muros van
precedidos de fosos. El llamado Edificio A demuestra una organización muy
desarrollada, con un acceso de pavimento de conchas, compartimentación en estancias,
hogares, etc. A partir de los materiales se fecha entre último cuarto del siglo IX-
principios del VIII.
43
El yacimiento, localizado en el año 1989 en el Cerro de los Castillejos, está considerado
por los expertos como uno de los diez más importantes de la época en Andalucía. Los
restos corresponden a una fortaleza de siglo octavo. El recinto arqueológico, de la
cultura tartéssica, presenta según los expertos singularidades como su extensión (una
dimensión de 22 hectáreas, equiparable a los edificios más grandes de la época), la
novedad de sus construcciones para la defensa del territorio y la conservación del
trazado del recinto prácticamente completo. Posee dos recintos amurallados muy
potentes tanto en el exterior como en el interior. Un hallazgo de gran interés que la
Junta de Andalucía ha querido proteger, declarando esta zona como Bien de Interés
Cultural.
44
informaciones perdidas) y las prospecciones de los 90, de las que se han recogido gran
cantidad de materiales-, es Mesas de Asta, en el término municipal de Jerez de la
Frontera. En su momento, el asentamiento estuvo ubicado junto a la orilla del antiguo
Golfo Tartésico, cerca además del estuario del Guadalete, un lugar privilegiado donde
sin duda debió de existir un área urbana de grandes dimensiones a tenor de la magnitud
de su necrópolis. Se han documentado 1000 tumbas en superficie, muchas de época
romana; 500 de las cuales se piensa que son del periodo orientalizante.
CARMONA (SEVILLA)
Destacan los restos de una escultura descubierta en 2002 de una mujer, de la que
no se sabe el contexto. Tiene rasgos geométricos y palmetas y consta de un vestido. Se
ha puesto en relación por paralelos con la dama de Auxerre (escultura cretense). Cabe la
posibilidad de que sea una figura parecida, fechada a comienzos del siglo VI a.C. Esto
nos habla de la posible existencia de artesanos provenientes de Oriente y del entorno del
Egeo.
45
A diferencia de los momentos del Bronce Final, para esta etapa si disponemos de
necrópolis. No obstante existen una serie de problemas. Si antes no hay necrópolis, no
tenemos comparación para entablar un punto de partida. El desconocimiento casi total
de la situación anterior, nos plantea dudas en cuanto a la atribución cultural de las
necrópolis de este momento. Si debemos adjudicarlas a tartesios aculturados o a
fenicios; y esos modelos de conductas funerarias ¿se debe a que los indígenas cambian
de rito, o a la llegada de orientales y su influencia?
46
Lo que nos muestra la realidad arqueológica en muchos casos parece ser más
bien la adaptación de ciertos procedimientos rituales, quizá de origen fenicio, pero
reinterpretados para satisfacer unas nuevas necesidades. Será este proceso el que
caracterice la ritualidad tartésica con respecto a la muerte en el sentido de que será la
ostentación, la acumulación de objetos, la realización de estructuras funerarias
complejas y costosas lo que proporcionará los elementos principales para entender este
proceso; será aquí donde radique la diferencia principal entre las necrópolis más
antiguas y las necrópolis correspondientes ya a un periodo en el que se están
produciendo cambios sociales, económicos e ideológicos.
La mayor parte de las necrópolis que conocemos se sitúan cerca de los lugares
de hábitat y junto a vías de tránsito. Esto es lógico, porque si quieres ir a ellas necesitas
un camino y que no estén alejadas. No obstante, hay algunas necrópolis que no se saben
a qué población pudieron pertenecer o estar vinculadas. Además parece que estaban
separadas de los poblados por cursos de agua.
47
normalmente son fosas ovaladas sencillas de 70 cm de diámetro en las que se deposita
la urna y algún ajuar.
Por otro lado, se constata la existencia de una cista o fosa revestida de losas de
piedra, aunque también las hay que están revestidas con una capa de arcilla. En este tipo
de fosas nos podemos encontrar urnas o los huesos directamente sobre el terreno.
Por último, estarían las cámaras sepulcrales que son las menos normales, pues
necesitan cierto conocimiento de construcción y, además, este tipo de enterramiento se
suele asociar con la aristocracia. Todo esto nos habla de que hay gentes con sepulturas
sencillas y otras con sepulturas más complejas, lo que puede implicar una jerarquización
social.
Respecto a los ajuares, son muy variados y no hay un ajuar estandarizado. Hay
desde tumbas que no tiene ajuar hasta otras que tienen muchos elementos. Suelen
predominar los materiales que podemos considerar indígenas o de tradición indígena
(cerámicas a mano, fíbulas, broches de cinturón, armas: ¿pueden indicar conflictos?,
elementos en bronce y en hierro), por lo que se piensa que la mayoría de las tumbas
pertenecían a ellos, aunque también encontramos materiales de origen o inspiración
oriental como la cerámica a torno, los marfiles, joyas en oro o plata como anillo o
pendientes, o escarabeos de influencia o procedencia egipcia.
A pesar de todo, hay ciertos elementos que se repiten en el ajuar. Este ajuar se
conoce como “servicio ritual” (en bronce) a partir de los hallazgos de La Joya. Está
constituido por un jarro, un recipiente nombrados como ‘‘braserillos’’ (bandeja para
contener líquidos) y los quemaperfumes (thymiaterion) (se debate si todo esto pertenece
a los indígenas o a los orientales, si los estos los han hecho y los indígenas los usan
deberíamos plantearnos la aculturación, sino deberíamos plantearnos cómo los
hicieron). Todo esto nos habla del ritual de la libación (aspersión de un líquido en
ofrenda a un dios) en el que se vierte un líquido contenido en un jarro en un barreño o
palangana, que es el braserillo. También destaca la aparición de pateras y jarras para las
libaciones, y bastantes ánforas y ollas, que unidos a los huesos de animales que se han
encontrado, nos lleva a pensar que se realizaban banquetes funerarios.
Todo esto nos lleva a una serie de preguntas: ¿Qué significado tenían los objetos
“orientales” para los tartesios? ¿Aculturación o interacción? El ritual de la libación es
una costumbre oriental, además de que muchos objetos de los ajuares son orientales o
tienen influencia oriental. Se ha creado así un debate en el que se discute si estamos ante
48
unas élites aculturadas o con influencia del mundo oriental o si esos personajes
enterrados son orientales.
La Joya (Huelva)
La necrópolis de La Joya es la que nos brinda todos los datos para analizar con
cierta base el ritual funerario de la zona de Huelva. La necrópolis se extiende sobre uno
de los cabezos de la ciudad, La Joya, donde se han localizado hasta 19 tumbas
organizadas en la parte más alta del cerro, el llamado sector A; pero también se ha
excavado la ladera, el sector B. Destacan las excavaciones por método Wheler en los
años 60 y 70 de Juan Pedro Garrido y Elena Horta. El estado actual del yacimiento es
deplorable. El lugar presentaba numerosas dificultades para realizar con todas las
garantías su excavación arqueológica, pues a la erosión ocasionada por la plantación de
numerosos árboles y viñedos en el lugar; además, la especial composición de sus niveles
geológicos hace que los suelos tengan una extrema dureza.
Una mención aparte merecen las tumbas número 5 y 17; la primera se halló muy
destruida, pero en su interior se recuperó un jarro de tipo rodio junto a un braserillo de
manos de bronce y fragmentos de otro recipiente de plata, así como diversas cuentas de
oro y ámbar y elementos de marfil. Por su parte, la tumba 17 se localizó en una enorme
fosa de 4,30 x 2,45 m con más de un metro de profundidad, en la que se empleó la leña
y la cal para acelerar la descomposición de los huesos del cadáver; en su interior se
49
hallaron dos ánforas fenicias <<de saco>> junto a 15 cuencos de casquete esférico
realizados a mano, amén de los consabidos platos de barniz rojo, de cerámica gris y un
soporte de carrete; pero destaca especialmente el hallazgo de un carro y de otros objetos
de bronce relacionados con el atalaje de los caballos, como pasarriendas o bocados. De
bronce son también un jarro piriforme y un braserillo de manos, así como un
thymiaterium o quemaperfumes, un espejo, un broche de cinturón y dos soportes. El
conjunto se cierra con un carcaj también de bronce, dos cuchillos de hierro de hoja
afalcatada, dos alabastrones y una arqueta de marfil; por último unos embellecedores
con cabeza de felino, tapacubos de las ruedas de un carro, que tal vez se usó con fines
funerarios. Sin duda se trata de uno de los enterramientos más significativos de la
necrópolis onubense.
A través de los elementos que conforman los ajuares, la necrópolis parece que
tiene una larga duración. La doctora Horta cree que irían desde el siglo VII hasta
mediados del siglo VI, pero las últimas investigaciones del profesor Bellido plantean
que datan desde el siglo VIII hasta mediados del VI a.C.
50
escorias de este metal que parecen querer buscar la dignificación del personaje mediante
el metal, seguramente es el responsable del estatus social.
Niebla (Huelva)
51
Se vincula a un asentamiento denominado Mesa del Castillejo. Una vaguada
separaba la necrópolis de Setefilla de la Mesa donde se ubicó el poblado tartésico al que
se vincula. La necrópolis de Setefilla se conoce desde principios del pasado siglo
gracias a los trabajos que llevaron a cabo en el lugar Bonsor y Thouvenot, quienes
exploraron hasta diez túmulos muy similares al de Las Cumbres, si bien permiten
analizar con mayor detalle la evolución social de sus habitantes gracias a la variedad de
las tumbas y sus cronologías, donde las más antiguas se pueden fechar hacia finales del
siglo VIII hasta el VI a.C.
Sin embargo, los trabajos más interesantes los llevó a cabo M. ª E. Aubet a
principios de los años 70, donde se planteó una profunda revisión de las excavaciones
en los túmulos A y B.
La necrópolis de Carmona fue excavada por Bonsor entre 1899 y 1911. Los
trabajos se reiniciaron en 1990 con carácter de urgencia y con la intención de
documentar y analizar de forma más detallada algunos aspectos de esta necrópolis. Esta
se extiende por un amplio espacio donde se localizaron tumbas aisladas cubiertas por
pequeños túmulos. De las excavaciones de Bonsor conocemos 35 sepulturas, de las que
11 pertenecen a inhumaciones, pero llama la atención que estas pertenezcan a mujeres y
niños. En las excavaciones de urgencia de 1990 se documentaron 31 ustrina o fosas de
cremación y cuatro de inhumación, así como 61 estructuras secundarias de hoyos con
urna y vaso de ofrendas. Por último, en la campaña que se llevó a cabo en 1993 por
parte de Amores, Aubet, Gil y Puya, se excavaron hasta 36 tumbas más,
fundamentalmente fosas de cremación, aunque también se localizó una de inhumación y
cuatro hoyos con urna y vaso de ofrenda. En alguna de estas fosas de cremación, cuyas
medida media es de 2,10 x 1,5 m, se halló en el interior la urna con los huesos del
cadáver, mientras que en otras ocasiones se depositaba en hoyos alrededor de la
estructura.
53
Una vez más, las tumbas más antiguas, en torno al siglo VIII, son de cremación
y se utilizaban vasos à chardon depositados en hoyo. Sin embargo, ya aparecen
materiales de clara filiación fenicia como las lucernas de una mecha. A partir del siglo
VII se documentan algunas inhumaciones, aunque el rito generalizado es la cremación.
Es en este momento cuando hacen su aparición las denominadas urnas <<Cruz del
Negro>>, por ser el primer sitio donde se documentaron, y que hoy sirven para
caracterizar las necrópolis tartésicas, mientras que el vaso à chardon pasa a convertirse
en un recipiente para ofrendas. Este es sin duda el momento de mayor esplendor de la
necrópolis a tenor de los ajuares documentados, donde destacan los peines y paletas de
marfil o los broches de cinturón, amén de las fíbulas, escarabeos, cuentas de pasta
vítrea, alabastrones, pendientes de oro, brazaletes acorazonados, cuchillos afalcatados y
alguna que otra punta de lanza de bronce o hierro. A partir del siglo VI se percibe un
uso menor del espacio funerario, aunque es cuando aparecen las fosas de cremación
escalonadas y, entre los objetos de ajuar más significativo, las fíbulas anulares
hispánicas.
Respecto a quiénes están enterrados allí, Bonsor defendió que era una mezcla
entre orientales e indígenas, hipótesis de la que no se prestó atención, por ser un lugar
de interior peninsular. Pero en las décadas recientes el tema ha sido retomado y no se
descarta que sean fenicios enterrados entre gentes indígenas.
Se conoce poco del poblado. Almagro Gorbea plantea la existencia de una zona
regia o aristocrática fortificada en la parte alta del cerro y en la zona baja un poblado de
gente de clase más baja, por lo que habría una diferenciación social. Pero esta hipótesis
no se puede comprobar.
55
Aparecen enterramientos y otras estructuras funerarias pero no hallamos ustrina
y depósitos votivos. Hay en torno a 200 tumbas y un número impreciso de otras
estructuras funerarias. La gran mayoría siguen la práctica crematoria y son adultos.
Además cabe la posibilidad de que sus habitantes procedan del área Tartésica y
que hubiera un trasvase de población desde el entorno de Carmona, debido al hallazgo
de cerámica tipo Cruz del Negro. Hallamos también algunos marfiles tartésicos con
elementos iconográficos de Próximo Oriente y un kylix, una interesante copa griega del
periodo arcaico que se introducía en las cráteras para beber vino, en la que se cree que
se encuentra representado Zeus blandiendo un haz de rayos. Incluso está firmada por un
alfarero llamado Eukeios, hijo de otro importante alfarero de nombre Ergotamos. El
interés que tiene esta pieza es que este tipo de piezas permiten pensar en las personas
que hubo detrás de ella. Vemos por tanto presencia de elementos de prestigio en las
tumbas. También hay un estuche con elementos egiptizantes como amuletos y joyas.
Se descubrió a finales de los 70, excavado por Maluquer de Motes y más tarde
su alumno Sebastián Celestino. Se publicarían una serie de monografías que recogen las
estructuras, materiales, etc. Para la época su descubrimiento supuso un ‘boom’. Es a
partir de mediados del siglo VI a.C., coincidiendo con la crisis del núcleo tartésico,
cuando la periferia alcanzó su máximo desarrollo económico y cultural, variando su
estrategia comercial ante las profundas trasformaciones que afectaban en esos
momentos al valle del Guadalquivir y Huelva, por lo que se potencia sensiblemente el
eje comercial que protagoniza el Guadiana. Todo este fenómeno, en el que ya no
participan yacimiento tan señeros como Medellín, ha estado protagonizado durante los
últimos treinta años por un monumento de extraordinarias características ubicado en el
centro de La Serena, alejado de las principales vías de comunicación, en una zona de
vaguada no elevada, no hay cerca grandes enclaves, sólo tres pequeños cerca (cosa que
llama la atención); a más de 40 km del Guadiana en la provincia de Badajoz a 25 km al
sur de Medellín, y levantado en una tupida dehesa que apenas ha modificado su paisaje
desde que fue construido: se trata del complejo arquitectónico de Cancho Roano,
yacimiento que comenzó a excavar J. Maluquer en 1978 y que un equipo de la UAM y
del CSIC finalizó en 2001. El yacimiento ha sido recuperado y puesto en valor. Además
tiene la ventaja de que no es una ciudad histórica y está en el campo, pero aun así su
56
protección es difícil. El edificio se hallaba al lado de un arroyo con agua
permanentemente llamado Cagancha, por lo que el abastecimiento de agua era óptimo.
La polémica está centrada en dos posturas: unos defienden que sea un santuario,
otros consideran que es un palacio. Pero quizás la interpretación políticamente más
correcta sea la de S. Celestino, que ve en el yacimiento un ‘‘palacio-santuario’’, en el
que lo sagrado tiene un papel muy importante.
Aunque se han defendido diferentes funciones para Cancho Roano, es más que
evidente su finalidad eminentemente religiosa, sin que ello signifique que no
desarrollara otras funciones inherentes a los complejos de esta categoría bien conocidos
en el ámbito del Mediterráneo, sobre todo los relacionados con el comercio y, por ello,
su posible dependencia de un poder político que dominara el territorio afectado.
Fases constructivas
El altar está justo sobre la vena de agua. Pudo haber una población dispersa que
se reunía en el santuario. Posible prostitución sagrada en las capillas y habitaciones.
Bocado de caballo de posible influencia etrusca, importancia del caballo.
58
La enorme cantidad de materiales que aparecieron en el interior del edifico, lo
angosto de algunos de estos habitáculos y el destino cultual de su espacio más amplio, el
sancta santorum o H-7, hacen prácticamente imposible adjudicar al monumento un
carácter residencial. La función cultual del recinto queda especialmente marcado por la
construcción de una serie de estancias perimetrales separadas del edificio principal por
un temenos, también pavimentado de rojo, en las que se hallaron una serie de ofrendas
entre las que destacan los conjuntos formados por ánforas conteniendo vino y aceite,
una serie de ollas, cuencos y platos de cerámica gris, y pequeños vasos à chardon que
contenían diversos alimentos; un jarro y un braserillo de bronce completaban estos
conjuntos del sector norte, mientras que en las capillas del oeste se documentaron una
serie de materiales relacionados con la industria textil, además de algunos de los
elementos más significativos, como la escultura de un caballo de bronce.
Pudo ser la sede de un personaje que custodiaba los lugares sacros, una fortaleza
palaciega rural o un fortín donde vivía un gobernante que controlaría un territorio (las
estancias que rodean al edificio principal han sido interpretadas como un posible harén),
también a eso se le une el hecho de que en el entorno aparecen otros lugares
interpretados como fortines vinculados con la explotación del territorio.
59
EL PERIODO ORIENTALIZANTE (“CULTURA MATERIAL”)
Son de las más características. El nombre les es dado por el primer yacimiento
donde se encuentran, en Lora del Río. Se hallan en distintas zonas del Valle del
Guadalquivir, ciertos lugares de Málaga y algunas en puntos lejanos como Murcia o
Badajoz. La peculiaridad es que no aparecen en la zona onubense nuclear tartésica.
Están fechadas entre los siglos VII y VI a.C. Están elaboradas a torno, decoración
pintada de tonos rojos, negros, ocres,... Presenta motivos vegetales (palmeta, roseta, flor
del loto, todos ellos orientales) y zoomorfos (procesiones de animales dándole la vuelta
a todo el vaso, reales como toros y animales fantásticos como los grifos o las esfinges).
Los motivos florales, como las flores de loto, y animales como grifos y esfinges tb son
muy característicos del mundo oriental.
Marfiles
Orfebrería
Toréutica
61
fenicio y otras, la mayor parte de ellas, de factura indígena, aunque los
temas iconográficos estén inspirados en el mundo mediterráneo. Así, las
arracadas, la diadema con remates triangulares, el cinturón o el conjunto
jarro/braserillo, no son sino expresión más evidente de que nos hallamos
ante un conjunto genuinamente tartésico. Se piensa que el tesoro no está
completo y en ningún momento se hace alusión al hallazgo de huesos,
cenizas o cualquier otro elemento que nos indique que estamos ante un
enterramiento; sólo el hallazgo del conjunto jarro/braserillo, de vidrio y
plata, respectivamente, parece apoyar esta hipótesis. Aparece un
braserillo, elementos de oro, como diademas, un cinturón, jarros
piriformes, anillos para firmar, pendientes, colgantes (unas 300 piezas),
etc. Se fecha entre los ss. VII y VI a. C.
o Piezas singulares como la dama o la diosa de Galera (Granada), una
pieza de alabastro. Descubierta en 1916 en la tumba 20 de la necrópolis
de la Galera. Se trata de una tumba ibérica de mediados del siglo V a.C.
Pero la pieza está fechada por paralelos estilísticos en un periodo
anterior, por lo que pudo haber sido reusada en ese momento. Representa
una figura femenina sedente en una banqueta y flanqueado por dos
esfinges, tocadas con la doble corona egipcia, que sostiene un recipiente,
tocado con una túnica talar, con un peinado de trenzas, está hueca, con
dos orificios en los pechos, para que se vierta en la cabeza un líquido
salga por estos y caiga al recipiente. El tamaño está calculado para
cogerla con la mano. Se usaría para libaciones, de ahí los orificios en la
cabeza y los senos para verter líquidos. Se considera de factura oriental
en el siglo VII a.C. Pudo ser una representación de Astarté. No se sabe
cómo ni cuándo llegó. Muestra la llegada de esos elementos orientales.
- Elementos célticos e indoeuropeos.
62
LA ‘‘ARQUEOLOGÍA FENICIA’’ EN ESPAÑA
Los primeros pasos sobre esta arqueología se dieron en la Edad Moderna (siglos
XVI-XVIII, con el estudio de la Biblia, se intenta vincular a la monarquía hispánica con
este pueblo) y en el siglo XIX (con los estudios lingüísticos y filológicos).
Ya la investigación como tal surge a finales del siglo XIX y principios del siglo
XX, con una serie de hallazgos casuales en Cádiz (el sarcófago antropoide masculino) y
sobre todo destaca la figura de G. E. Bonsor y sus primeras excavaciones en Los
Alcores.
Desde los años 20, 40, 50, hasta comienzos de los años 60 tiene lugar una fase
de ‘‘recesión’’, en la que se dejan un poco a parte y se olvidan a favor de ‘‘lo griego’’.
En los últimos tiempos, desde los años 80 hasta la actualidad, se han llevado a
cabo síntesis, nuevas líneas de investigación relacionadas sobre todo con el estudio del
territorio y los recursos y se han desarrollado nuevas perspectivas del fenómeno
‘‘colonial’’. Desde mediados de los 90 las excavaciones en Líbano y las excavaciones
recientes en yacimientos nuevos y antiguos, han proporcionado numerosos datos nuevos
e interesantes. Además se ha abierto la investigación a nuevos espacios y se han dado
nuevas cronologías (Morro del Mezquitilla, Huelva, etc.).
63
otras. No tuvieron un sentido de nación unida, ni siquiera se unieron cuando los asirios
les atacaban. Tiro fue la única ciudad que llevó a cabo una política expansionista.
TIRO. Hoy día no es una isla, sino que está unida a la península a través de un
dique construido por Alejandro Magno. No se puede calificar como capital de Fenicia,
pero si como una ciudad muy importante. Tenía una situación geográfica excelente
desde el punto de vista estratégico y contaba con dos puertos: Sidonio (puerto natural
rodeado por una muralla) y Puerto Egipcio (puerto excavado en roca). Ambos se
comunicaban a través de su canal.
Tiro tenía una extensión de 53 ha y unos 30000 habitantes, lo cual nos indica
una superpoblación (posible causa de la diáspora fenicia). Habrá una Tiro Vieja o Tirus
Vetus que no ha sido encontrada aún por la Arqueología. Al parecer estaba situada en la
costa y serviría de apoyo a la Tiro Nueva. Respecto a su urbanismo sabemos que tuvo
tres templos, un mercado y un palacio.
Así poco a poco, en busca de recursos para comercializar y también en parte por
la superpoblación, los fenicios se expandieron por el Mediterráneo, puesto que se
supone que eran grandes navegantes (nave fenicia representada en un relieve asirio del
700 a.C.).
No está del todo resuelto, pero sí hay más consenso sobre el tema. Antes se
pensaba que sólo había un factor (modelos unicausales: comercio de la plata, presión
demográfica, imperialismo asirio, escasez de tierras agrícolas, especialización regional),
ahora se entiende como algo más complejo y de múltiples causas unidas. No sólo es una
causa comercial, si no que actúan otras como la demografía, la poca disponibilidad de
tierras y recursos,… Hay principalmente dos concepciones representadas por dos
autores:
Cronologías y fases
64
Para este problema partimos del hecho de que existe una contradicción entre las
fuentes escritas y los testimonios materiales; aunque cada vez es menor, en función de
los nuevos hallazgos. Pero si seguimos las fuentes literarias o escritas, como son Veleyo
Patérculo (Historia Romanorum), Estrabón (Geografía, viajes de los tirios), Pomponio
Mela, Plinio el Viejo (Nat. Hist.), llegamos a una colonización y una ocupación ya
consolidada en el siglo XII; estos autores sitúan la fundación de Gadir, en el 1104 a.C.,
80 años después de la guerra de Troya.
Modelos de colonización
3) “Nuevas perspectivas”. Este modelo se desarrolla sobre todo a partir de los años
90, con el auge del autoctonismo. Aquí se da un peso importante a lo autóctono
y los fenicios no serían tan aprovechados. Es un modelo complejo, en el que
cobra peso la multifuncionalidad y se prefiere hablar más de “interacción” más
que de “colonización”, un modelo en el que todos se beneficiarían, pacífico, con
acuerdos y con un carácter multifuncional (no sólo comercial). Entre sus
principales representantes destacan: López Castro (años 90), Ruiz Mata (años
90) y Carlos González-Wagner.
Sin embargo también se plantea que las relaciones entre indígenas y fenicios no
fueran tan idílicas y que pudiera haber conflictos, una de las causas principales por la
que los fenicios se reagrupasen a partir del siglo VI, momento en el que se apropiarían
de tierras a costa de los indígenas. También por la aparición de murallas, puntas de
flechas, etc.
J. L. Escacena plantea algo parecido. Siguiendo los principios darwinistas,
defiende que cuando llegan los orientales la población autóctona en la P. I. no es muy
abundante, y los orientales tienen un sistema reproductivo que hace que en unas cuantas
generaciones, sus poblaciones superen en número a la de los indígenas.
67
Ámbitos geográficos con presencia fenicia
Sin embargo las investigaciones llevadas a cabo en los años 80-90, han
demostrado que también hubo colonización fenicia en la zona del Algarve, y en los
estuarios del río Tajo y Sado, asimismo en Alicante, cerca de Crevillente se ha
localizado el yacimiento de la “Fonteta”, una colonia fenicia, algo que hace 15 años
resultaba poco creíble. Por mar llegarían más lejos incluso. A esto hay que unir que las
investigaciones llevadas a cabo en Ibiza han demostrado que en dicha isla hubo una
colonia fenicia.
En primer lugar debemos matizar las ideas difusionistas, pero sin negarlas. Los
autoctonitas no aceptan una influencia excesiva de fenicios, los difusionistas sí. No
podemos decir que los indígenas del sur estaban muy atrasados hasta la llegada de los
fenicios, pero que hay un antes y un después a esta llegada no se puede negar y una
serie de cuestiones innegables:
- Economía:
68
o Tradicionalmente se pensaba que la denominada ‘‘tríada mediterránea’’
fue introducida en la península por los fenicios; aunque hoy en día hay
diversas opiniones sobre ello, lo cierto es que los fenicios debieron
introducir diversas técnicas agrícolas novedosas sobre estos cultivos que
los potenciaron y fomentaron su consumo.
o En el ámbito de la minería y de la metalurgia, a raíz de la presencia
fenicia la producción aumentó, a lo cual hay que unir la introducción de
diversas técnicas en el tratamiento del bronce y de la plata, además del
uso del hierro (fundamental, potencian su fundición y hace entrar en la I
Edad del Hierro), que se comienza a producir en la Península con la
llegada de los fenicios (se ha constatado en yacimientos fenicios). No
parece que en el Bronce Final se copelará la plata, y sí se demuestra que
se hace ya con presencia oriental. Se crean elemnetso como broches de
cinturón, fíbulas, cuchillos, etc.
- Sociedad:
o Aunque antes de la presencia fenicia se observa una cierta jerarquización
social interna (esto se mide por una mayor o menor riqueza), lo cierto es
que a raíz de la presencia fenicia las diferencias sociales se dispararon, lo
cual se debió en gran parte a la demanda de mineral y metal, el cual
había que extraerlo, transportarlo, almacenarlo, siendo controlado este
proceso por unos grupos que se enriquecieron notablemente.
o Se introduce el alfabeto y la escritura (inscripciones) Hasta el siglo VII
a.C., no tenemos alfabeto ni escritura en la P.I. y parece que se debe al
alfabeto fenicio. Un Estado necesita de la escritura.
- “Cultura material”.
o La cerámica a torno empieza a introducirse (aunque esto no quiere decir
que se deje de usar a mano), aparecen tipos nuevos (p. ej. los platos, que
no existían con los indígenas antes), decoración (pithoi, platos, etc.). De
influencia tanto fenicia como griega. Los fenicios tb introducen
cerámicas griegas y del Mediterráneo.
o Asimismo destaca la aparición de marfiles, elementos de orfebrería y
tejidos, perdidos, pero debieron tener gran importancia, con diversas
técnicas y motivos decorativos orientales.
69
Hay que tener una serie de cuestiones presentes a la hora de explicar los
asentamientos fenicios en la P.I.:
- Control del territorio y los recursos: no se ha estudiado mucho este tema, lo que
se sabe es que controlaban el abastecimiento de productos necesarios.
Gadir
Distinguir el pasado mítico del pasado real de la Gadir arcaica es una tarea
sumamente problemática, especialmente por las dificultades con las que se topa la
arqueología gaditana. Cádiz, la antigua Gadir es una ciudad histórica. La consecuencia
es que las actuaciones arqueológicas que se llevan a cabo están limitadas a poquísimos
solares, a aquellos afectados por obras de rehabilitación o de reconstrucción que exigen
realizar actividades arqueológicas de tipo preventivo. A estas limitaciones urbanísticas
debemos añadir que una importante parte de la antigua superficie de la isla, que pudo
haber estado ocupada en época fenicia, está severamente afectada por la erosión marina.
Esta información, conocida desde antiguo, se ha puesto en evidencia tras los últimos
estudios geomorfológicos que se han efectuado en la antigua isla gaditana.
71
como un archipiélago formado por dos islas principales, llamadas Erytheia y
Kotinoussa. Los nuevos estudios geomorfológicos han demostrado, sin embargo, que,
en torno al año 1000 a.C., estas dos islas ya estaban unidas por un istmo de arena.
Este istmo, o pasillo terrestre, configuraba dos playas interiores, dos excelentes
puertos naturales: por el oeste la playa de la Caleta, una ensenada exterior abierta al
océano Atlántico; por el este, una rada interior, cerrada y protegida, abierta a las aguas
de la Bahía de Cádiz. La parte más profunda de esta ensenada interior, que por sus
características se asimilaba a un kothon natural, se encontraba bajo la actual Plaza de la
Catedral, lo que convierte a este lugar en un probable emplazamiento donde pudo estar
situado el antiguo puerto fenicio. En el pequeño sondeo efectuado en esta área se han
encontrado niveles con cerámicas fenicias muy antiguas, que pueden datarse en el siglo
IX o en las primeras décadas del siglo VIII a.C., y que demuestran que, en torno al 800
a.C. o poco después, en el área de la actual Plaza de la Catedral de Cádiz se encontraba
uno de los principales fondeaderos portuario de este enclave fenicio.
Alrededor de este puerto interior encontramos las instalaciones más antiguas hoy
conocidas de la Cádiz fenicia. En la ‘‘isla pequeña’’, en las inmediaciones del
promontorio de Torre Tavira, sondeos practicados en el solar del antiguo Teatro Cómico
han permitido localizar niveles fenicios arcaicos fechados a través de sus cerámicas a
finales del siglo IX a.C. o en las primeras décadas del siglo VIII a.C. Unas cronologías
muy similares han ofrecido los niveles fenicios más antiguos excavados en la cercana
calle Ancha o en la Calle Cánovas del Castillo. Estas excavaciones han puesto al
descubierto pavimentos de arcilla apisonada y, en algún caso, también muros de tapial.
Son espacios donde las vasijas de uso doméstico y los restos de comida son abundantes,
y, en algún caso, también las evidencias de actividades ‘‘industriales’’ relacionadas con
la pesca. Estas nuevas evidencias arqueológicas apuntan a que en el altozano de Torre
Tavira, en las inmediaciones del antiguo fondeadero fenicio, se estableció entre finales
del siglo IX y los primeros años del siglo VIII a.C. una pequeña comunidad que, a
juzgar por las cerámicas halladas en estos contextos domésticos, pudo estar integrada
por gentes de distinta procedencia: fenicios orientales y quizá también de otros ámbitos
mediterráneos, grupos tartésicos e incluso algunas gentes sardas. Esta configuración
pluriétnica, particularmente visible en los momentos más antiguos, es propia de muchos
otros enclaves fenicios, entre los que se incluye la misma Cartago.
En la ‘‘Casa del Obispo’’, se han hallado una serie de restos del siglo VIII
conocidos parcialmente. Tienen continuidad en el siglo VIII, encontrándose muros,
pavimentos, cerámica y elementos líticos de carácter especial, lo que nos puede indicar
la existencia de un posible espacio sacro.
En el solar del Cine o Teatro cómico, se han realizado excavaciones entre los
años 2006 y 2010. Está ubicado en una pequeña elevación que dominaba el canal Bahía-
Caleta. Destacaría sobre el entorno y controlaría la zona. Tiene distintas fases
constructivas entre el siglo IX y el VI a.C.
Un aspecto interesante son los santuarios, las fuentes grecolatinas nos hablan de
diversos santuarios:
74
Doña Blanca (Puerto de Santa María, Cádiz)
Respecto a su cronología, las fases más antiguas se remontan a finales del siglo
VIII, siendo abandonado dicho asentamiento en el siglo III a.C., posiblemente en el
contexto de la II Guerra Púnica (se han localizado algún que otro tesorillo, niveles de
incendio, etc.). Se abandonaría por causa de estas, pues fue un enclave que apoyó a los
púnicos.
En época fenicia se hallaba en primera línea de costa (todo lo contrario que hoy
en día), concretamente en un cerro amesetado o tell artificial de 7 o 9 m de altura,
situado muy cerca de la desembocadura del río Guadalete, algo que no nos debe
extrañar ya que los fenicios por su propia tradición tendieron a fundar las colonias en
penínsulas, islas, promontorios situados cerca de la costa, y sobre todo buscando la
desembocadura de ríos, ya que esto permite entrar en contacto con el interior.
A raíz de las investigaciones, centradas sobre todo en las zonas periféricas del
yacimiento se han documentado una serie de estructuras. Dichas investigaciones han
tenido entre sus objetivos determinar el perímetro del yacimiento (6-7 hectáreas),
mientras que en el centro apenas se ha investigado. También hay que destacar que se
han exhumado distintos sectores de la ciudad, no se ha profundizado en las
investigaciones.
Del estudio de Doña Blanca se han podido documentar los siguientes espacios:
75
- En cuanto a la muralla, los tramos más antiguos nos llevan a la segunda mitad
del siglo VIII a. C., pero se va reformando a lo largo de la historia del
yacimiento. El sistema constructivo es oriental. El tramo de muralla mejor
estudiado es el más reciente, unas estructuras paralelas que van creando una
especie de habitaciones cuadrangulares que pudieron estar recubiertas con tierra
y servir de almacenes.
- Zona de necrópolis al pie de la Sierra de San Cristóbal. Donde se han
documentado materiales indígenas y fenicios, lo que indica una buena relación
entre ambos pueblos, generándose el problema de la funcionalidad de la muralla.
- Varios barrios en zonas periféricas:
Ruiz Mata ha llegado a insinuar que Doña Blanca pudo ser la Gadir más antigua,
pero también en las excavaciones urbanas llevadas a cabo en Cádiz se han documentado
estructuras del siglo VIII a. C. Además, Doña Blanca nunca habría sido una isla y las
fuentes literarias clásicas aluden a la ubicación de Gadir en una isla. No obstante, de su
propia ubicación demos pensar que desempeñó un papel importante en relación con
Gadir.
A finales del siglo III se abandona, parece que tiene que ver con la resolución
del conflicto de la II Guerra Púnica (estos deberían estar con los púnicos). También el
carácter portuario que tuvo se habría ido perdiendo debido a los aluviones del río
Guadalete.
76
lo largo de los 90 llevaron a cabo varias campañas de investigación, en las que se llevó a
cabo un estudio del entorno para ver el porqué de su localización allí.
El Cerro del Villar era, en origen, un islote frente a la desembocadura del río
Guadalhorce que con el paso del tiempo se fue uniendo a la costa hasta formar una
península y, actualmente está totalmente integrado a la costa por la sedimentación del
río. A partir de las investigaciones del equipo de Aubet, se puede saber que este islote
tenía pocas posibilidades para que un asentamiento sobreviviera debido a la escasez de
recursos (tierras de cultivo, madera, minerales, necesitaban abastecerse desde el
interior). No obstante, el entorno de la islita era bastante rico en madera, piedra,
recursos agropecuarios, y por supuesto en arcillas, siendo esta ultima la actividad
principal en la que se centró la producción en este yacimiento, la cerámica. Este sería
uno de los motivos para que se establecieran los fenicios en la línea de costa.
El Cerro del Villar fue un puerto internacional muy importante en el siglo VII a.
C. Destaca por su producción cerámica, por la llegada de la misma y su posterior
distribución. Se ha llegado a documentar cerámica griega y etrusca, también indígena
que se distribuirían por otras zonas. Junto a Huelva y Málaga, es el lugar donde más
cerámica griega se ha documentado.
77
Recibió materiales griegos, etruscos, lo que quiere decir que era un gran centro
comercial, distribuyendo esos materiales al interior tras recibirlos. El proceso de
deforestación facilitaría la erosión y sedimentación. No está claro de si la gente de Cerro
del Villar se marchara, tb existe la posibilidad de que en el siglo VI Malaka hubiera
cobarado peso en detrimento de Cerro del Villar. A parte de puerto también hay
actividad metalúrgica, sobre todo del hierro. En el entorno no hay minerales, por lo que
llegarían de fuera, muchos investigadores afirmar que la Mainake de las fuentes
grecolatinas fuera la que se encargaba de suminstrarlo.
Toscanos (Málaga)
Las etapas de ocupación que establecieron los alemanes de mediados del siglo
VIII (750) a principios del siglo VI, pero se ha llegado a plantear que pudo ser incluso
más anterior. Aunque puede que sea anterior. Cuando se abandona, el poblamiento se
pasa a cerros contiguos. Se encuentra en un pequeño promontorio, con buenas
condiciones para el comercio en una ensenada.
Aquí se practicó una de las metalurgias del hierro más antiguas de Occidente, si
no la que más.
78
Tiene dos fases de ocupación según los alemanes:
- La primera abarcaría desde finales del siglo IX hasta la segunda mitad del siglo
VIII, documentándose diversas estructuras con planta rectangular y alzados
construidos enteramente en adobe y estructuras más precarias. Con el transcurrir
del tiempo, se documentan estructuras también de planta rectangular que se
superponen a las anteriores, pero ahora los alzados, además de estar hecho de
adobe tienen un zócalo de piedra.
- La segunda fase abarcaría desde el siglo VII hasta el siglo VI. Se superpone a la
anterior y cambia la orientación de las estructuras, al igual que las técnicas
constructivas, pero de forma ordenada. A finales del VI a. C., este asentamiento
entra en una etapa de decadencia.
Fue excavado por los alemanes y ha dado resultados muy interesantes, pudiendo
ser uno de los enclaves más antiguos de los fenicios en la P.I. Es muy importante la
metalurgia del hierro, la pesca y el comercio.
Chorreras
Almuñécar (Granada)
La Fonteta (Alicante)
79
En primer lugar debemos destacar que hasta hace 20 años pocos investigadores
podían pensar que en este lugar hubiese una colonia fenicia. Hasta esa época lo único
que se conocían eran restos de época califal; sin embargo a raíz de las investigaciones
llevadas a cabo por González Prats se documentó una colonia fenicia, siendo dicha
colonia en la actualidad estudiada por investigadores franceses.
Según González Prats este poblado indígena que sufrió una importante
orientalización se podría identificar con un poblado que aparece en la Ora Marítima de
Rufo Festo Avieno llamado “Herna”.
80
Existe también una fortaleza con paralelos en el próximo oriente con una
muralla de tipo caserna o casamata, para el almacenaimento. Se encuentra hacia el
interior y se relaciona con la Fonteta (s VIII al VII a. C.).
Sa Caleta (Ibiza)
El más antiguo parece ser que fue el asentamiento de Sa Caleta, del Período
arcaico, situado a 9-10 km de Ibiza capital, siendo excavado en gran parte a finales de
los años 80 y principios de los años 90. La cronología nos habla de fechas comprendidas
entre el 850-600 a. C., por lo que estamos hablando de un asentamiento anterior al
propio asentamiento de Ibiza. Según el arqueólogo Joan Ramón pudo albergar unas 600
personas.
Fenicios en Portugal
81
Abul
A mediados del siglo VI, el edificio es abandonado por un incendio. Parece que
fue un abandono planificado, en el que los fenicios se van de allí. Esto lo podemos
enmarcar en la llamada ‘‘crisis del siglo VI a.C. ’’. También puede ser fruto de una
reorganización de la población; pero grandes núcleos como Malaca, Gadir o Ibiza,
siguen existiendo. Hoy se interpreta como un centro comercial, Mª Eugenia Aubet lo
interpreta como factoría. Parece que también hubo comercio de metal e incluso tejidos.
82
o Cerámicas: jarros, platos, lucernas, ánforas para alimentos, etc. El más
antiguo.
o Objetos del atuendo y para adorno personal (joyas).
o (VII-VI a. C.) Cáscaras de huevos de avestruz, dichos huevos aparecen
pintados en ocre con motivos geométricos o vegetales, y en ocasiones
rellenos de ocre. El huevo es un elemento importante en el mundo
oriental ya que es símbolo de vida, en este sentido dichos huevos se
podrían interpretar como “un renacer de la vida”. Añadir que estos
elementos son de una raigambre claramente oriental.
o Otros como terracotas. Documentadas sobre todo en Puig del Molins
(Ibiza) las terracotas representan a figuras femeninas, que se han
interpretado como una representación de la diosa Astarté. Estas
terracotas son también de origen foráneo.
83
o Origen del rito de la cremación. Nos encontramos ante un importante
problema, ya que hay opiniones diversas sobre el origen de este rito
funerario, el predominante en los siglos IX y VIII en las necrópolis
fenicias. El problema está, fundamentalmente, en que no se conocían las
prácticas funerarias indígenas para poder determinar la procedencia de
los ritos de cremación o de inhumación. Para algunos investigadores, los
fenicios fueron los que iniciaron la práctica de la cremación en la P.
Ibérica (tesis difusionista). Pero el problema para esta tesis radica en el
hecho de que en Fenicia por estas mismas fechas el rito funerario
predominante era la inhumación, la cremación también estuvo presente,
pero de forma minoritaria. Para otros autores, los que defienden la tesis
autoctonista, los fenicios adoptan la cremación por influencia de los
indígenas. El problema de esta tesis está en que no se conocían las
prácticas funerarias indígenas, las que se documentan son inhumaciones.
Otros autores defienden la idea que afirma la procedencia centroeuropea
de la práctica de la cremación. Es decir, la cremación en las necrópolis
fenicias peninsulares se debió a la influencia de la cultura de los campos
de urnas. En este sentido gentes de dicha cultura migraron desde el
centro de Europa a diversos lugares de Europa, incluido los Pirineos y el
norte de Cataluña en los primeros siglos del I milenio a.C. El problema
es que no sabemos qué tipo de contacto entre los fenicios y gentes de
dicha cultura.
o El número y tamaño de las necrópolis. Las necrópolis son muy escasas y
las tumbas que contienen también. Esto es extraño, y hace plantear la
posibilidad de que tal vez no se enterraban todos o quizás practicaban
ritos que no dejaban restos.
o Faltan estudios antropológicos. Con un porcentaje reducido de tumbas es
difícil realizar un análisis antropológico, ya que la escasez de datos no da
pie a la comparación.
o ¿Están todos enterrados?
NECRÓPOLIS FENICIAS
84
por lo que en 2013 se produjo la segunda campaña en Ayamonte, en la que se
encontraron 4 tumbas nuevas, en alguna se documentó una mancha de cenizas, lo que
puede indicar un posible ustrinum, que implica una cremación secundaria. Es la
necrópolis fenicia más occidental conocida y se desarrolla entre los siglos VIII y VII a.
C. Se podría decir que se trataba de un asentamiento al lado de un río, pero todavía esta
en tela de debate.
La mayoría de las tumbas eran en pozo con nichos laterales, la quinta tiene un
hoyo simplemente. En la tumba 1 se encontró una vasija con cenizas, pero los restos
óseos se encontraban en otra urna. Eran restos de una mujer de 40 años y un niño de
entre 5 o 6 años (enterramiento doble, quizá parientes). Está fechada en la segunda
mitad del siglo VIII a. C. Algunos recipientes encontrados en el ajuar son de fabricación
fenicia, pero hechos en Cerdeña. Los materiales nos muestran que son gentes con una
relación muy estrecha con el Mediterráneo central.
Cádiz
Trayamar (Málaga)
- Cerámica de engobe rojo (diap. 152. cuyo color característico se logra mediante
una capa de barniz rojo que cubre la superficie): concretamente se hallaron
lucernas de 2 picos, 2 jarros de boca trilobulada, 1 jarro con forma de boca de
seta y un ánfora con tapadera
- Cajita de marfil, indica alto estatus social.
86
- Debido a los materiales encontrados se puede deducir que los individuos
enterrados eran de clase adinerada. Permiten fechar el yacimiento en la segunda
mitad del siglo VII a. C.
Chorreras
La necrópolis se puede fechar a finales del siglo VIII y principios del siglo VII,
es decir, sobre el 700 a.C. Todas las tumbas eran de tipo “pozo”, con una anchura
variable y unos 3-4 metros de profundidad. En algunas de ellas se detectó una pequeña
apertura/nicho en un lateral del fondo del pozo para colocar la urna, separadas por losas
de piedra; mientras que en otras, dicha apertura se hallaba en la parte central del fondo
del pozo. Asimismo todas las tumbas eran de cremación, depositándose las cenizas en
urnas de alabastro.
87
Puente de Noy (Almuñécar, Granada)
Tiene unas 170 tumbas y una gran variedad tipológica: fosas, cistas, hoyos y
algún hipogeo. Los materiales encontrados permiten fecharla a finales del VII a. C., y
sobre todo, durante el VI, V y IV a. C, llegando incluso al siglo I a. C.
Parece ser que hubo unas 3000 tumbas. La fase más antigua está representada
por unas fosas más o menos rectangulares, destinadas a la cremación (finales del VII a.
C. y principios del VI a. C), que corresponderían a los primeros habitantes de Ibiza.
Junto al río Corbones, un afluente del Guadalquivir, y en el cerro del Vico. Era
un enclave importante en una zona navegable. Se han emprendido 5 campañas de
excavación en el yacimiento, comenzando en los años 80 con la aplicación del método
wheeler de excavación (recordar en qué consistía este método de excavación con las
divisiones cuadriculares sobre el terreno).
Se ha datado entre la primera mitad del siglo VII a.C. y finales del VI a.C.
Podemos destacar una serie de estructuras superpuestas, que se trata de ocupaciones en
diversas fechas: se trata de dos parejas de edificios: una pareja formada por A y B y una
89
segunda pareja formada por C y D. Sobre A se construyó D y sobre B se hizo C. En
ellos se combinan distintas técnicas constructivas.
Los edificios A y B (de planta rectangular este) corresponden al siglo VIII a.C.
hasta la segunda mitad del VII a.C. cuando se crea el C (de planta angular) sobre B y el
D (el más importante) lo hará a principios del VI a.C. sobre A. Conviven parejas de
edificios en distintos momentos.
En general, la relación con los sacrificios rituales del Próximo Oriente, tal y
como sucedería en Libia, nos lleva a plantearnos si Montemolín fue un complejo
sacrificial, puesto que la carne sería consumida allí y otra se conservaría para su
distribución en el entorno.
Por tanto, según las excavaciones de los años 80, A y B sería un lugar de
sacrificios, C serían los establos y D el lugar donde se consume y procesa la carne.
90
Carmona (Sevilla)
Sin embargo, tras la vinculación del templo con los fenicios, se cree que en
Coria (antigua Caura) habría una comunidad mixta entre indígenas y orientales,
teniendo estos últimos su propio santuario.
Sobre el altar de piel de toro son interesantes los trabajos de Escacena sobre el
dios Ba’al-Saphon? y la orientación del altar por la salida del sol en el solsticio de
verano (ver si se escribe así). Se trataría de un espacio sacro vinculado a las
navegaciones y su protección en este punto del Guadalquivir. El altar tuvo dos fases en
91
su construcción y debemos destacar un posible uso de un recipiente de libaciones. El
altar, como hemos indicado anteriormente, destacado por sus colores distintos que han
sido atribuidos al descuartizamiento de los animales en el caso de los más oscuros y otra
más clara en los bordes del altar.
El Carambolo
La configuración del yacimiento tuvo lugar entre los siglos VIII y VI a.C. y fue
abandonado en la primera mitad de siglo VI a.C. por razones de inestabilidad y peligro
(de ahí que el tesoro fuera ocultado con rapidez y que haya llegado hasta nuestros días
al no haber sido recuperado por aquel que lo escondió). Fue así como se procedió al
sello del santuario y del tesoro.
Málaga
Podemos destacar una muralla con torres del siglo VI a.C. que culmina esta
primera fase de ocupación del santuario. Hay un flujo oriental que no es sólo griego sino
también fenicio como influencia en la cultura material ibérica.
92
- Ánforas quizás pintadas utilizadas para el transporte de alimentos, como vino, aceite,
salazones o carne. Muchos de estos alimentos eran procesados en la península y
destinados hacia otros puntos del mediterráneo. También son reseñables ánforas de
saco, tipo torpedo.
- Cerámica de engobe rojo: capa de “barniz” que da esa tonalidad. Jarros de boca de
seta, jarros normales, lucernas,… normalmente vinculados a contextos funerarios.
Reproducen cosas en la Península que ya hacen en Oriente. Las piezas más antiguas
datan del siglo VIII a.C.
Podemos decir que hubo contactos con el mundo de Egeo pero que también
pudieron ser muy esporádicos. Sin embargo sí podemos hablar de una presencia directa
griega tanto en la zona de Huelva como en la costa catalana a partir del siglo VII a.C.
Para conocer la verdad en este caso es necesario un cotejo entre los hallazgos
arqueológicos (cerámicas de distintas procedencias) y las fuentes literarias (textos
históricos y narraciones mitológico-legendarios). De estas fuentes literarias, como
textos históricos tenemos la Gerioneida de Estesícoro (600 a.C.) o alusiones a la
península de Anacreonte en el siglo VI a.C. O Heródoto con sus Historias a mediados
del siglo V a.C. Elementos arqueológicos que hacen referencia a la península ibérica
son un trípode de Samos.
94
En cuanto a la historiografía de la investigación sobre los griegos en Iberia
podemos plantear varias etapas. En primer lugar una de “arqueología filológica” que va
entre los años 20 y 40 del siglo XX. En esta etapa encontramos las aportaciones de
Schulten, Carpenter, Bosch Gimpera y García y Bellido. Esta época era una época de
arqueología basada en las fuentes literarias, como Schlieman con Troya. García Bellido
rompe un poco con esta tendencia porque el recopila un corpus de materiales griegos en
la P.I. es decir, empezaba a darle más protagonismo a los restos arqueológicos que a las
fuentes literarias.
Después reaparece un interés por los griegos entre los 80 y 90 a raíz del
desarrollo de la arqueología urbana. En ciudades como Huelva o Málaga empiezan a
aparecer nuevos materiales griegos, sobre todo cerámicos, lo que suscita interés por la
investigación de los griegos de nuevo. Además también aparecen restos griegos en
asentamientos fenicios, como ya hemos visto (Doña Blanca, Toscanos, Cerro del
Villar….
(Textos de Heródoto cobra fuerza con los hallazgos de cerámicas en Huelva y el casco
corintio de Huelva)
En el siglo VIII a.C. los hallazgos de cerámicas griegas son muy dispersos y de
muy poco número. Se centran sobre todo en la costa, en asentamientos fenicios de la
costa malagueña, tartésicos de la costa onubense y en la Fonteta. En el siglo VII, el
panorama cambia, el Cerro del Villar es el punto gordo, al que le llegan más materiales,
el entorno de Málaga y la bahía de Cádiz y Huelva. En el siglo VI el foco onubense
concentra más cantidad de cerámicas, el Cerro del Villar también es grande pero menos,
se extienden más las cerámicas por toda la costa malagueña y hasta la zona de Murcia y
hay otro gran foco en Rhode, Rosas, Cataluña. Para la etapa ibérica la dispersión y la
cantidad de cerámicas es mucho mayor, será cuando más cerámicas griegas lleguen (V-
IV a.C.), llegando a puntos muy alejados de la costa.
95
En primer lugar veremos el foco onubense, lo normal que se ha documentado
son fragmentos de cerámicas. Procede de aquí un importante número de piezas (IX-
VIII/VI a.C.), pero las que conocemos ya a partir del VII proceden de la isla de Samos
(como decía Heródoto en su texto). Posteriormente la cerámica procedente de Grecia a
Huelva es ática, y su número decae hasta prácticamente desaparecer durante un tiempo,
cosa que se pone en relación con la desaparición del mundo tartésico, lo que se
interpreta como una falta de interés de comercio de los griegos con este mundo ahora ya
en crisis (Tartessos). Cuando los áticos se hacen con el control de estas relaciones
comerciales, los productos, las cerámicas son más vulgares, más colectivas y
estandarizadas, de menor calidad. Piezas de estos hallazgos son el casco corintio, que se
supone que es de la segunda mitad del siglo VII, o cerámicas griegas, copas, recipientes
para beber, que tienen que ver con el establecimiento de acuerdos, banquetes, consumo
de bebidas en relaciones comerciales… destinados probablemente al consumo de vino.
En fechas algo posteriores encontramos el centauro de Rollos, o la copa de Medellín, o
cerámicas en Jaén. Hay tres fases comerciales que podemos establecer:
96
con unas características propias de puerto ‘‘pirata’’. El puerto desaparece, es un
abandono planificado, y no se vuelve a ocupar.
Emporion/Ampurias
Dos de los elementos más destacados desde el punto de vista material tenemos la
estatua del dios Asclepios (s. II a.C.), que se ha dicho que podía ser una representación
de un dios menor, y una antefija de piedra caliza, material utilizado en la zona de los
97
canalones para verter el agua en grandes edificios, normalmente templos (en este caso
no se conserva), que servía para ornamentar. Tiene forma de palmeta y parece ser del
siglo V.
También contamos con testimonios epigráficos como una lamina de plomo con
una inscripción en la que se cuenta como unos iberos establecen acuerdos comerciales
con comerciantes de Emporión. Es de finales del VI y principios del V y hay otros
testimonios parecidos en Francia.
Rhode
El otro enclave al norte del golfo del Rosas es Rhode. Hay una tradición literaria
que dice que las gentes de la isla de Rhodas fundaron Rhode, pero se sabe que no es así,
por lo que es una tradición inventada.
Lo que sí sabemos es que a partir de finales del siglo V-principios del siglo IV
hay materiales en esta zona que nos habla de un enclave griego. No se sabe quien lo
funda, podrían haber sido los de Emporión a modo de sucursal, o podrían haber sido los
massaliotas, que por un crecimiento importante habían tenido que irse y fundar otra
nueva población.
98
TEMA 2.3.: DE LOS PÚNICOS DE IBERIA A CARTHAGO
IN IBERIAM. El Mediodía y el Levante peninsular entre fines
del siglo VI y fines del siglo III a.C.
Fases
Las fases de este periodo son las siguientes. En un primer lugar está la iberia
púnica que va desde el fin del siglo VI a.C. hasta el 237 a.C. En segundo lugar está la
conquista bárquida, que va desde el 237 al 219 a.C. y en tercer lugar está la época de la
Segunda Guerra Púnica, que va desde el 218 al 206 a.C., año en el que fueron
expulsados los púnicos por los Romanos.
LA IBERIA PÚNICA
En cuanto a las fuentes de la iberia púnica tenemos a las fuentes literarias como
Estrabón y Plinio o las fuentes arqueológicas. Como púnicos podemos entender a los
habitantes de la Cartago original, los cartagineses, o a aquellos que se asentaron en la P.
Ibérica.
A partir del siglo VI a.C. las poblaciones que estaban en la península van a ir
evolucionando, creciendo y fundándose algunas y otras desapareciendo. Sus
características y organización se desconocen en gran medida, porque no tenemos
fuentes, pero se sabe que algunas de ellas llegan a tener gran prestigio como Gadir,
Carteya, Malaka, Sexs, Baria o Ibusim. Enclaves importantes que lo seguirán siendo con
la llegada de los romanos.
La clave del éxito de estas ciudades es que una vez desaparecido el mundo
tartésico, los púnicos se van a dedicar a otras actividades más fervientemente, la pesca
(túnidos, sardinas, boquerones, elaboración de salazón y salsas…) y el comercio de los
productos derivados de la pesca, que se exportan junto con las telas (murex y púrpura).
Van a llegar tan lejos que en el siglo V a.C. en la Atenas clásica ya se consideraban las
salsas de la zona de Gadir. Aun así, sigue habiendo tradición de agricultura (cereal y
vid) y ganadería (ovicaprinos y bovinos). También evidentemente la minería tendría
cierto peso, aunque centrada en la Alta Andalucia y en el Sureste de la península, sobre
todo a partir de la conquista de Cartago.
99
semita) se asientan en el sur peninsular desde el siglo IX y luego entre los siglos V y VI
constituyen comunidades independientes.
Cádiz
Se conoce su urbanismo muy mal (es una ciudad histórica). Aunque cada vez se
tiene más información gracias a su necrópolis, que nos habla de una población
enriquecida gracias a las actividades comerciales relacionadas con la pesca (los
salazones gaditanos).
Destaca así un conjunto funerario fenicio del siglo V a.C., estudiado por la
autora anterior. Es interesante este conjunto porque plantea la existencia de banquetes
previos al enterramiento. Encontramos restos de cordero o carnero, cenizas, una ánfora
ritual que conecta la superficie con el interior para la libación. La fosa de los
enterramientos se conecta con un pozo ritual relleno de vajillas y animales consumidos.
Carteia
101
Muy interesante es como en los últimos tiempos se ha podido constatar
arqueológicamente la existencia de salazones en distintos puntos del Mediterráneo.
Estas salazones se vinculan con la producción de ánforas, de ahí que sea común que los
talleres de ánforas o figlinas estén cerca de las fábricas de salazones o cetarias.
Ejemplos de estos alfares son los famosos hornos, donde se producía la cerámica.
LA CONQUISTA BÁRQUIDA
A partir del 237 a.C. hay un cambio importante que viene derivado de la
conquista cartaginesa de este territorio. Las causas de la conquista están actualmente en
debate. De hecho, esta conquista es consecuencia en parte de la Primera Guerra Púnica.
Al acabar esta guerra Cartago queda muy debilitada tanto económica como
internamente. Buscando soluciones se plantean dos soluciones: invertir en la tierra y
crear un imperio por África, o salir del continente africano, poniendo los ojos en la
península Ibérica. Esta última opción es la que se lleva a cabo de mano de Amílcar.
Las fuentes que tenemos para esta etapa son literarias, autores grecolatinos como
Polibio, Tito Livio, Apiano… fuentes del bando romano, lo que supone un desajuste
historiográfico. También tenemos una gran cantidad de testimonios arqueológicos como
los pecios de las costas españolas, elementos constructivos, materiales cerámicos, restos
de campamentos, de batallas… Y también fuentes epigráficas como monedas
cartaginenses y de ciudades fenicio-púnicas (Gadir, Malaka, Abdera…), que empiezan a
acuñar moneda a partir de la llegada de estos cartaginenses.
Toda esta etapa de conquista se puede rastrear bien a través de una serie de
poblaciones, que nos permiten rastrear la presencia cartaginesa en la península. Estas
poblaciones son por ejemplo Doña Blanca (Cádiz), en la que se ven reformas en la
muralla de casamatas, o la ocupación de un recinto cercano a Las Cumbres (necrópolis)
de origen cartagineses. En Sevilla también, Carmo, donde está la muralla. En Puente
Tablas, que se reocupa y se hacen algunas obras. En Qart Hadasht, Cartagena o en
algunos otros lugares como en Tossal de Manises en Alicante.
Un tema interesante es el de las Turres hannibalis de las que hablaba Publio pero
que no se han llegado a encontrar, y la cuestión de la defensa y el control del territorio
por parte de los cartagineses.
102
(Heracles) o que sean retratos de Amílcar, Asdrúbal y Aníbal como Heracles, cosa que
es más difícil de explicar.
Carmo
Doña Blanca
Puente Tablas
Qart Hadasht
Qart Hadasht fundada por Asdrúbal en el 229 a.C. en un lugar estratégico desde
el punto de vista de la navegación. En muy poco tiempo, se convierte en la ciudad clave
cartaginesa en la península ibérica, hasta que en el 211 a.C. es conquistada por los
romanos.
Lucentum
Los restos que han quedado de época cartaginesa son algunos puntos de la
muralla y estructuras domésticas vinculadas a esa muralla. Una de estas estructuras sería
una cisterna con forma de bañera, muy típica en el mundo cartaginés, usada para
almacenar agua. Estas cisternas también se conocen en otros pueblos influidos por los
territorios cartagineses.
103
LA SEGUNDA GUERRA PÚNICA
Esa cultura ibérica tiene una serie de antecedentes. El sustrato de esa cultura son
las propias poblaciones indígenas del Bronce Final de gran diversidad geográfica,
etnográfica y cultural. Esto marcará las diferencias que encontramos en los pueblos
ibéricos. Sobre estos sustratos indígenas van a ejercer influencia distintos elementos,
como por ejemplo el mundo tartéssico. Pero los dos grandes elementos esenciales que
inciden en la formación de esta cultura son las influencias foráneas o coloniales de los
fenicios y los griegos. También podemos observar la presencia de material etrusco. Pero
estas influencias son más estímulos que modelos, es decir, estos influjos, la cultura
indígena los reinterpreta, de ahí que sea una cultura propia de la P.I., genuina y singular,
no una imitación de otras culturas mediterráneas.
Los iberos no viven aislados, sino que tienen contacto con gentes del interior
peninsular (diferentes desde el punto de vista étnico), con los que traspasarán elementos
culturales y se darán interinfluencias, como por ejemplo con los celtíberos (trasvase de
armas).
La extensión geográfica de los iberos va desde la zona de Huelva hasta las costas
de Francia, siempre bordeando la costa mediterránea. Los nombres de los pueblos los
conocemos gracias a las fuentes latinas, que hacen referencia a la etapa final de la
cultura ibérica, con lo que la situación desde el siglo VI que es cuando aparece esta
cultura, podría haber cambiado, y con ello haber cambiado los nombres de estos
pueblos.
Los pueblos del mundo ibérico son pueblos con estructuras diferentes entre sí,
pero con un sustrato común. Destacan entre ellos:
- Los Turdetanos: son los sucesores del mundo tartésico con un sustrato cultural
bastante avanzado. Hay una zona al norte de las sierras de Sevilla, Huelva que
son los túrdulos que has sufrido migraciones celtas y tienen una influencia celta,
al habitar entre las montañas mantienen su estructura intacta. Se establecen en
grande núcleos de población de hasta 50 hectáreas. Su sistema político es de
regido por soberanos y aristócratas. Sus casa son rectangulares y su mundo
funerario es muy basado en tartessos con cremación sin grandes monumentos.
Continúan las prácticas religiosas y no es fácil diferenciarlos. Tienen algunos
rasgos que no comparten con los iberos, por lo que algunos autores piensan que
no lo son.
- Los Bastetanos: se dan en la zona de Granada. El sustrato cultural procede del
mundo argárico unido a la influencia fenicia. Más tarde cuando caen los
fenicios, decaen y el mundo griego se hace con el comercio. También tiene una
influencia de griegos focenses. Ha destacado la cratera que parece indicar que
practicaban lo que se entiende como ¿simposio? Ya que aparecen numerosas
crateras en necrópolis. Las tumbas son de cámara de apariencia tumular y
respecto al mundo religioso, el culto a la naturaleza y al caballo es muy repetido,
como símbolo de nobleza y aristocrático.
- Los Oretanos: si sitúan al interior de los Bastetanos, se caracterizan por los
santuario en la zona de Despeñaperros, que son de tipo natural y relacionados
105
con acuíferos. Lo que se relacionan con los santuarios son los exvotos de
pequeño tamaño y también aparecen en necrópolis. Muchos están relacionados
con aguas salutíferas y algunos exvotos representan a guerreros con el pene
erecto.
- Los Mastianos: se dan en la zona de Murcia, en la ciudad de Mastia cuya
localización se desconoce. Se sitúan en la costa y presentan una fuerte influencia
fenicia, griega y en el último estrato de su formación, una influencia púnica
- Los Contestanos: están en la Illeta y Elche en poblados en una zona fácil de
defender en tipo oppida como la Illeta. . Respecto a los santuarios y necrópolis
se unas la cremación en pilares estela y enterramientos turriformes.
Cronología “tradicional”:
En cuanto a las fuentes para el estudio de los iberos tenemos por un lado a las
literarias, de autores greco-latinos como Heródoto, Polibio, Estrabón, Tito Livio, Plinio
el Viejo o Avieno, con sus obras correspondientes. Estas fuentes plantean algunos
problemas a pesar de que sean muy ricas e interesantes. Hay que tener en cuenta que
estos autores hablan de periodos no coetáneos a ellos mismos y hablan de esta cultura
ibera desde un punto de vista de interés puesto que escribían PARA Roma.
106
tenemos pero hoy en día sabemos que no solo vivían para la guerra gracias a la
arqueología. Una cuestión interesante es como se acaba estableciendo una equivalencia
entre el término Iberia (los autores romanos la llamaban así) y Hispania. Para los
romanos Iberia se refería a toda la P.I. cosa que sabemos que no es así, puesto que los
iberos no estaban en toda la P.I. Por otra parte, lo que nos cuentan son los nombres de
los pueblos y sus caudillos, lo relativo a los enfrentamientos con Roma, sin tratar temas
de gran interés como sociedad, religión, cultura…
Otro tipo de fuentes con ciertas peculiaridades son las epigráficas, los textos en
cerámica, plomos…, que son fuentes limitadas y la mayoría de ellos de época tardía. El
mayor problema es que se pueden leer pero no traducir puesto que no se ha descifrado
todavía el alfabeto ibero, aun así la mayoría de estos textos son de origen económico o
religioso. Y las fuentes numismáticas, que son de a partir de finales del siglo III y siglo
II a.C.
Por estas mismas fechas empiezan a aparecer estudios sobre os restos materiales
de los iberos como los de armamento de H.Sandars en 1913. A partir de principios de
107
años 20, Gómez Moreno descifra parte de la escritura ibérica (sin llegar a descifrarlo del
todo) y la relaciona con el euskera. Aquí ya se empieza a hablar de la identificación de
lo ibérico con lo español, un hispanismo. Un paso importante en la historiografía de los
iberos es Etnologia de la Península Ibérica de P. Bosch-Gimpera en 1932, en el que
recogía las propuestas de Schulten de los iberos con raíz africana.
En los años 70 se da la etapa más crucial puesto que surgen unos hallazgos que
relanzan el interés por esta cultura, como la excavación del yacimiento de Pozo Moro en
1971 y en adelante. Por las mismas fechas se producen las excavaciones de Francisco
Presedo en Baza, de la que procede la Dama de Baza. Un poco después se llevan a cabo
los hallazgos de manera casual del Cerrillo Blanco de Porcuna (1975).
108
y a los materiales “naturales” de su entorno, casi se mimetizan con el entorno,
respetándolo y con una relación muy acorde.
Las murallas: al estar en altura, los oppida necesitan defensas como recintos
amurallados. Estas murallas son prácticamente las únicas obras públicas e
implican un poder que mande construirla en nombre de todos. En algún caso son
de dimensiones enormes como en Puente Tablas. Es curioso que las murallas
sean importantes en un momento en que no hay grandes guerras ni importantes
máquinas de guerra de asedio en la P.I. Las murallas tienen una función
defensiva, pero sobre todo tiene una función simbólica, identitaria, es decir,
indican la pertenencia a una comunidad y constituyen un elemento de prestigio,
de muestra de la capacidad económica y poder. Están reforzadas con torres.
Otros elementos son las calles y plazas (que básicamente son una serie de calles
que se cruzan; no tiene el sentido clásico de ágora), habitualmente una o dos
calles principales y calles secundarias, es decir, no es una organización compleja
pero sí suficiente para un desarrollo urbano. Estas calles son espacios públicos
que se dedicaban al comercio y a la artesanía. Las calles pueden ser anchas (de 3
m) pero también las hay estrechas.
Las viviendas también son otro elemento, no muy grandes pero tampoco muy
pequeñas, de las que se ha planteado la existencia de una doble planta.
Viviendas sencillas pero polifuncionales y con una estructuración interna
109
sencilla también. Son de planta rectangular o cuadrangular con unas
dimensiones variables (grandes y pequeñas) con una estructuración interna de
una o dos habitaciones, a veces de más, pero el interior no está demasiado
compartimentado. Cada vez se constata más la existencia de una segunda planta,
lo que implica que se duplica la disponibilidad de espacios, pudiéndose quedar
la planta baja para realizar distintos trabajos.
Por último había una serie de edificios singulares, difíciles de distinguir desde
el punto de vista arquitectónico de las viviendas normales, puesto que siguen los
mismos métodos y materiales. Se tratarían de espacios de culto, de poder
(palacios de las clases aristocráticas que gobiernan, como en Puente Tablas) o
comunitarios (almacenes). A esta conclusión se llega por la cultura material en
ellos encontrada (elementos vinculados al poder, al culto,…).
Tienen unas casas bastante grandes y parecidas entre ellas con un patio, un
espacio comunal y otros espacios habitacionales, con 3 a 5 habitaciones
La Quéjola (Albacete)
111
Yacimiento prodigo en publicaciones, de los mejores conocidos. Las
excavaciones se inician en los años 80 por Bendala y en los años 90 por Abad. Se trata
de un pequeño poblado, aproximadamente de una hectárea, junto a la desembocadura
del río Segura. Situado en un cerro amesetado con defensas naturales y delimitado por
niveles y dotado de muralla con bastión en su acceso principal. Muy bien planificado
desde primera hora y una resolución de los principales problemas urbanísticos. Es un
asentamiento de finales del siglo VI a finales del IV y presenta un urbanismo de plaza
central. Destacar la presencia de dos espacios:
Uno con forma de T, destinado a la residencia del regulo. Llama la atención las
distintas estancias, que pueden indicar la posible residencia del gobernador del
poblado.
Uno al sur, se trata de una estancia rectangular con otro pequeño habitáculo y
con un altar con forma de piel de toro. A raíz de las excavaciones en otros
yacimientos se vio la relación con el mundo fenicio y su funcionalidad religiosa.
Actualmente está en una pequeña península, pero en su momento fue una isla
hasta que en los años 40 se volvió a unir con tierra firme. Excavado en los años 30, 40 y
50, pero mejor estudiado hacia 1974 por E. Llobregat. En los últimos tiempos se llevan
a cabo nuevas excavaciones que confirman y matizan informaciones anteriores. Entre
los años 80 se abandonó el yacimiento hasta la realización del proyecto y puesta en
valor del yacimiento por el Museo de Alicante en el 2004.
Tiene una secuencia muy extensa, que se remonta a la Prehistoira, pasando por
la antigüedad y bajomedieval islámica. Su cronología empieza con el Bronce pero cuya
ocupación será destruida tras la llegada del pueblo ibérico y las voladuras de los años 90
para su unión a tierra. Su etapa de esplendor ocupa los siglos V – IV – III a. C. donde se
pone de manifiesto la existencia de dos calles en torno a las cuales se organizaron las
estructuras, con un gran carácter singular: dos templos, un almacén y numerosos
talleres. En los alrededores se constató un pequeño asentamiento que se ha relacionado
112
con l aIlleta como núcleo de hábitat de sus gentes. La cronología se sitúa entre el s. IV
al III.
El templo A: tendría un porche con columnas y tres naves. Almagro Gorbea cree
que el templo A es una residencia aristocrática, aunque no está muy claro.
El templo B: se trata de una estancia al aire libre con mesas de altares en el
centro.
113
Edeta (Llíria, Valencia)
Hubo excavaciones entre los años 40 y 50 del siglo pasado. Está situado en un
cerro, donde aparecieron una serie de cerámicas con representaciones humanas y
zoomorfas.
Edeta era la capital de la región edetania, de los edetanos, por lo que era un
asentamiento muy importante, sobre todo en cuanto al control de las vías de
comunicación. Se dice que estaba gobernada por un tal Edetón. Al tener tanta
importancia, el estudio de este poblado ha sido ejemplar. Llegó a ser un gran oppidum y
entró en conflicto con Sagunto, el cual se localizaba a 95 km.
La zona norte de ascenso al poblado es una ladera en la que se han quedado las
carriladas, las marcas de los carros que iban al poblado, por lo que se supone que aquí
estaba la puerta principal. Esta zona se conoce mal, se presuponen unas murallas. Su
origen es del siglo V pero su papel más importante es en época ibérica, en el siglo III
a.C. Posteriormente se abandona.
El sector que mejor se conoce es la zona sureste, donde se ven restos de casas
que han sido consolidadas y restauradas. Se puede observar el urbanismo en terrazas.
Para comunicar estas terrazas había una serie de calles formando anillos concéntricos y
calles radiales que comunicaban estos anillos. Las casas tienen un zócalo de piedra y un
alzado de adobe, doble planta, y están revestidas. Se ha pensado que además de esa
doble planta, estas casas se desarrollaban de una manera longitudinal por la falta de
espacio. Además de viviendas se ha pensado que haya lugares sacros, por la aparición
de una serie de recipientes.
En este yacimiento se han encontrados vasos ibéricos tardíos (segunda mitad del
III, primera mitad del II a.C.), con decoración figurada muy rica e interesante desde el
punto de vista iconográfico, como bailarinas y figuras zoomorfas o guerreros en una
especie de danza. En las excavaciones antiguas esto fue lo que interesó, lo que ha hecho
que buena parte de la información de carácter arquitectónico se haya perdido. Aunque sí
parece que hubo un taller cerámico importante que tiene que ver con el papel de
capitalidad de Edeta.
114
Dominaba zonas aptas para el cultivo, pero también otras zonas de sierra para ejercer su
control. A 10 km al norte de Edeta, encontramos un fortín en una cresta rocosa.
Parece que hubo un conflicto entre Edeta y Sagunto que está al norte.
Unos cuantos kilómetros al norte esta Puntal dels Llops, que se encuentra en una
zona elevada controlando accesos y pasos naturales en dirección al territorio controlado
por Sagunto. Fue excavado a fines de los 70 con el peligro de los expoliadores
acechando durante años; al final se puso en valor en los años 80.
Dentro del proyecto de Elena Bonet entró también Puntal dels Llops. Es un
enclave de pocas dimensiones, con una calle única, por lo que no tendría sentido hablar
de poblado. Es una zona elevada en la que hay constancia que estuvo ocupada en la
Edad del Bronce, pero el inicio de este yacimiento es de mediados del V y estuvo hasta
finales del III, principio del II. Es un fortín que sirve para controlar los accesos a Edeta,
debido al conflicto con Sagunto, y que tenía una doble muralla hecha de tal forma que
cualquier persona que quisiera entrar tendría que ser encauzada hasta llegar a un punto
en el que hay un torreón que guarda el fortín. Este yacimiento se conoce desde hace
mucho tiempo pero había sido muy espoleado por lo que se decidió estudiar a fondo
para acabar con este espolio. Se llevo a cabo una excavación bastante minuciosa y por
ejemplo en la estancia 2 se hizo una investigación microespacial, en la que se
encontraron muy distintos tipos cerámicos e incluso alguna serie de estructuras como un
hogar.
Pudo dar cabida a unos 250 – 400 habitantes. En este yacimiento, a parte de las
estructuras habitacionales destacan unos edificios de muros paralelos; denominados
como edificios singulares o de ambiente cultual. Se conocen tres y se piensa que su
función es la de “orrea” o almacenes de grano, la estancia estaría por encima de esta
cimentación para poder proteger el trigo de la humedad. Junto a ellos se cree la
existencia de algún matadero.
116
Vilars 2, 3 y 4: corresponden al contexto propiamente ibérico desde la mitad del
siglo VI.
Se encontró un lugar para hacer hogueras con forma de piel de toro, al igual que
en otros los yacimientos. Su orígenes llevarían a los siglos VIII y VII.
117
Los yacimientos se dividen entre sector norte y sector central. No es un poblado
amesetado sino en terrazas o laderas cuyas construcciones se adaptan a ellas. Hay zonas
de accesos, calles y estructuras de estancias. Algunas de estas estructuras se conservaron
bastante bien, hasta mantener alguno de los alzados. Parece ser que surgió en torno al
siglo III (en la última fase de la época ibérica) y se abandonará (no se han hallado
muchos enseres) en torno a mediados del siglo II a.C. (150-125), de manera violenta, ya
sea una revuelta o un conflicto (se han detectado restos de ceniza). Hay un gran
apilamiento de materiales de la techumbre que se cayó y se descubrieron en la
excavación y se conservan muros de adobe aunque sin el revestimiento e incluso un
muro de tapial y vanos o huecos en los muros de adobe con zócalo, es decir, ventanas y
puertas, lo que constata el gran nivel de conservación del yacimiento. Además al ser
abandonado de forma repentina la cantidad de materiales encontrados es muy grande.
Esta gran ventaja desde el punto de vista arqueológico supuso una gran desventaja para
este yacimiento pues al saber que había grandes restos sufrió un gran espolio. En una de
las estancias aparecieron piedras de molino y una especie de almacén de adobes, por lo
que sería una zona de producción y almacenamiento.
Hay una población residual del siglo X y algunos refugios de la Guerra Civil.
118
social de los pueblos ibéricos, concepto que estudia la arqueología de la muerte. A partir
de este mundo de la muerte íbero podemos observar la jerarquía social (muy marcada en
el mundo íbero) y el contraste existente entre el mundo de los vivos (lugares de hábitat
que nos da que pensar que sería una sociedad igualitaria) y el de los muertos (necrópolis
que nos exponen la gran jerarquía social). Pero no siempre es pueden vincular y cruzar
los datos.
Por otra parte, el ámbito funerario nos permite un repertorio de materiales muy
amplio y además muy bien conservado (tumbas no se alteran en el interior apenas). Así
pues no encontramos ante una gran cantidad, calidad, diversidad y conservación de
materiales. Además estas piezas los abren la posibilidad de la seria y la datación de esos
conjuntos. Por otra parte, a falta de traducción de los textos ibéricos, son los ritos y las
iconografías lo que nos permiten conocer sus creencias en el más allá, y por lo tanto,
compensan esa falta de textos.
Sobre el tema destacan los estudios de J. Blanco entre otros. El espacio funerario
de los iberos se encuentra cerca pero fuera de los poblados, de nuevo nos encontramos
una interesante relación entre áreas funerarias y asentamientos (proximidad, visibilidad,
vientos-humos). Además esta ubicación cuenta con el elemento paisajístico,
normalmente con un curso de agua cercano que lo separa del poblado o asentamiento.
También es cercano a vías de comunicación, y algunas veces se han hecho estudios
sobre la calidad de los terrenos de enterramiento, que parecen ser sitios no demasiados
aptos para la agricultura para no perder esos posibles recursos.
119
Otra cuestión muy importante es si todos los individuos se enterraban en una
necrópolis, cosa que se sabe que no puesto que los restos no son demasiados por lo que
no es posible que en varios siglos se mueran tan pocas personas. Antiguamente se creía
que sí, pero actualmente la idea que se ha impuesto es la de que no todos los individuos
tenían derecho a enterrarse en estos espacios sagrados funerarios. A lo largo del siglo IV
parece que se da una democratización del acceso de individuos a estos enterramientos,
pero aun con grandes restricciones, lo que nos habla de una jerarquización social
importante. Pero, ¿y qué se hace con los que no se entierra? Se ha planteado la
suposición de dejarlos ante los carroñeros, echarlos al agua, etc. (las poblaciones
“silenciosas”).
RITUAL
Destaca una frase muy ilustrativa de Aranegui que dice: ‘‘Todos los iberos
fueron incineradores, pero no todos los difuntos [ibéricos] fueron sometidos al fuego’’.
120
En cuanto a las urnas funerarias, se usaban urnas de cerámica propia ibérica en
la que depositaban los restos óseos. Estos eran muy pocos, entre 0,50 y 1 kg de huesos,
muchos se desechaban. Por el estado de fragmentación es difícil saber si se tratan de
hombres o de mujeres. Sí se sabe que la estatura media era de entre 1,68-1,60 m. La
esperanza de vida para los mayores era de entre 45-50 años, la mayoría 30-40 años,
habiendo muchos jóvenes y adolescentes.
Hay que tener una serie de criterios a la hora de elaborar una jerarquización de
los enterramientos:
TIPOLOGÍA DE ENTERRAMIENTOS
En cuanto a los ajuares también hay gran diversidad, dependen del sexo (los
varones tienen más diversidad de ajuar que las mujeres), la edad (los adultos tienen más
diversidad de ajuar que los niños) y el estatus social de los difuntos y hay que tener en
cuenta que no hay normas fijas respecto a la cantidad o tipo de objetos.
Cerámicas, lo más común, ya sean ibéricas (urnas, pateras, etc.) o griegas, estas
últimas a partir del siglo IV a.C.: áticas, crateras, copas…
Armas de hierro, también muy común, que cambian en el tiempo y en el espacio,
pueden ser falcatas (sobre todo en los siglos V y IV a. C., desapareciendo en el
II) (arma más conocida de los iberos, un tipo de sable curvo, pero no todos los
iberos conocían la falcata, es más bien de la zona de la Alta Andalucía, levante y
el sureste peninsular del siglo IV a.C.), espadas rectas, lanzas (puntas y
regatones), soliferrum-ea (lanzas arrojadizas), cascos, cuchillos, escudos, puntas
de flecha, etc.
Elementos de adorno personal: fíbulas (anulares), broches de cinturón, joyas
(colgantes, anillos, etc.).
Arreos de caballos (muchísima importancia entre los aristócratas) (muy
excepcionalmente).
Carros de parada, no de combate (muy excepcionalmente).
PRINCIPALES NECRÓPOLIS
Baza (Granada)
Los recipientes o urnas están pintados con tonos oscuros y rojizos, que van
desapareciendo poco a poco quedando solo los rojizos, y los motivos básicos
decorativos son geométricos, salvo en el caso de piezas mucho más elaboradas como las
de la zona de Elche, con motivos antropomorfos y zoomorfos. Pero estas piezas son
muy tardías del III, II e incluso I a.C., cuando ya están los romanos.
Pozo Moro fue otra de las revoluciones de los años 70. Hoy día se sabe que es
una necrópolis ibérica que surge a finales del VI o principios del V a partir de la
instalación del monumento que se encontró de forma casual por primera vez. Se
encontró en las obras de una finca, en la que fueron apareciendo sillares e incluso
esculturas exentas (leones de esquina). El propietario lo comunicó y se hicieron los
primero trabajos de investigación arqueológica. Al no encontrarse el monumento
completo, hay aspectos que no están bien documentados y sobre los que existen varias
hipótesis, como por ejemplo, el remate superior. Es un monumento que tiene un
basamento escalonado, un cuerpo central y un remate que no se conoce exactamente.
Poseía un murete de adobes y un suelo de guijarros.
124
aquí enterrado, un posible rey con características sacras, por la forma de piel de toro del
pavimento… en definitiva alguien de rango importante.
Un dato interesante es que parece ser que su destrucción fue poco después de la
construcción de este monumento, a mediados del V a.C.
125
Es importante hacer referencia a la plástica o escultura ibérica. Los elementos
más importantes son la Dama, el Jinete o el monumento de Pozo Moro. Pero hay que
destacar una serie de generalidades:
126
psicopompo (transportadores del alma). En cuando a los animales reales hay dos
grandes grupos, los leones y los toros, aunque también hay representaciones equinas y a
veces de ciervos. El león es un animal que los iberos esculpen y que posiblemente no
conocen, por lo que la figura le viene del mundo oriental y griego. Los más antiguos
suelen tener paralelos en el mundo oriental de la franja sirio- palestina. Estos leones a
partir del IV a.C. van tomando un corte más helenístico. En el caso de los toros algunos
tienen características bastante orientales aunque también evolucionarán a lo largo de los
siglos. Estos animales estarían relacionados con las características de los enterrados.
127
o Cuevas-santuario: sobre todo se dan en el Levante. Son grutas que
simbolizan la conexión con el mundo ‘‘infernal’’.
Sobresale la presencia de la escultura en los santuarios. Son elementos en piedra,
bronce o terracota, que constituyen exvotos (‘‘doy para que me des’’). Permiten
comunicarse con las divinidades.
En cuanto a los dioses y creencias de los iberos, las fuentes literarias iberas no se
saben traducir y las fuentes grecolatinas no aclaran nada. Las principales pues
son las pinturas vasculares (de vasos), importante a partir del siglo III a.C. en la
zona sureste y de levante fundamentalmente. En ellas encontramos una serie de
animales y elementos que podrían atribuirse a divinidades (animales o plantas) a
partir de los cuales se pueden hacer hipótesis. Muestran una religiosidad
vinculada a la naturaleza y al ciclo vital. Los propios exvotos también nos sirven
de fuentes al igual que la numismática y la epigrafía, pero estas últimas son de
épocas muy tardías. Si sabemos que veneraban a unas divinidades relacionadas
con la fecundidad (femeninas) y la guerra (masculinas). Sus nombres son poco
conocidos, pero parece ser que poco a poco se van descubriendo.
Hay una clara presencia de ritos: domésticos (relacionados con la vida familiar),
de paso (tránsito de la vida en el ser humano), de fundación (de un poblado, o de
otro tipo de iniciativa), etc.
T. Chapa y otros, abren la posibilidad de que existiesen sacerdotes. Parece que sí
puede haber una casta sacerdotal, a partir sobre todo del siglo V, que constituyen
una clase dirigente. Se pueden reconocer en los exvotos representados, porque
aparecen sin armas, con túnicas teñidas, como civiles, con colgantes, brazaletes,
joyas, etc. En actitudes con los brazos pegados al cuerpo.
Son de piedra caliza local. Los personajes son jóvenes, por lo que se vincula con
su formación. Representan cazadores con su perro, boxeos,… Elementos todos de la
formación de los jóvenes. Hay una escena de unos cazadores con una liebre y un gran
perro, muy similar a una tumba de Atenas del siglo V a.C. Algunos personajes son
interpretados como sacerdotes o como figuras de antepasados. Hay grifos y seres
humanos luchando contra ellos. Las figuras humanas están casi todas rotas. Escena de
un guerrero alanceando por la boca a otro, mucha violencia. Se ha planteado que estas
esculturas formaban parte de un santuario y que representaban pasajes de la vida de un
personaje de esta zona.
SANTUARIOS ORETANOS
Desde que se conoce en el siglo XIX han sido tantas las excavaciones (y
expolios), que ya no se puede investigar más desde el punto de vista arqueológico. En la
zona de Albacete, uno de los santuarios más característicos es el del Cerro de los
Santos, donde se encontraron exvotos también. Es un santuario cuyo máximo potencial
lo tuvo en el siglo IV a.C. Es de nuevo un paraje agreste, cercano relativamente a una
vía de comunicación, con un curso de agua cercano. En este santuario hay una
estructura rectangular que nos habla de la utilización del santuario también en época
romana. Se ha podido averiguar que es un templo construido ya en época de ocupación
romana, tenía un escalonado un pronaos, y una cella. Los exvotos encontrados son
femeninos, mujeres muy engalanadas. Estos personajes se ha pensado que son
representaciones de una divinidad femenina o personajes reales representados así para
presentarse a la divinidad, o sea, personajes alusivos a aquellos que hacen las
donaciones, puesto que la actitud que tienen es presentando el caliciforme. Otras
figuras son los palliati, representaciones de las que solo se conservan los mantos,
generalmente masculinos, algunos de ellos con inscripciones en latín, lo que nos hace
pensar en una adaptación de la cultura latina.
Gran cantidad de exvotos, lo que puede indicar que sea un santuario para
peregrinar y sanar. Otros consideran que es un santuario territorial al estar en una vía de
comunicación (Vía Heraclea). Personajes representados con exceso de joyas, como si se
presentaran muy ricamente engalanados frente a la divinidad. Se encontró una gran
dama oferente de 1,30 m. En un momento avanzado aparecen personajes con un pallium
(letra en latín) que demuestra que siguió durante la romanización.
No se sabe qué carácter pudo tener este santuario (por ejemplo territorial).
130
En Mula, Murcia, se encuentra el complejo arqueológico de El Cigarralejo.
Complejo porque hay poblado, necrópolis y santuario. El santuario estaba en una parte
elevada y fue excavado ya en los años 40 y 50 por Emeterio Cuadrado. El santuario
propiamente dicho constaba con una serie de estancias, de las que parece que la
habitación H11 (la que parece ser la más importante) era la cella, donde hay una fosa
con materiales de carácter sacro arrojados, que indican un rito religioso. Va desde el
siglo V al siglo I o II a.C. Del Cigarralejo llama la atención la aparición de una serie de
exvotos, más toscos que los del Cerro de los Santos, pero lo que más llama la atención
es la representación de equinos. Parece que había predilección por los caballos. Posible
divinidad con forma de caballo o protectora de équidos.
Queda muy poco por conocer porque empezó a excavarse a principios del siglo
XX. Está fechada entre finales del siglo IV y comienzos del III a.C. Una vez termino el
poblado, el santuario siguió frecuentándose.
Encontramos una divinidad nutricia. En su regazo tiene a dos bebes, cada uno
mamando de los dos pechos. Un niño tocando la doble flauta. En el otro extremo una
mujer que acoge el exvoto. Un ave vinculada a la diosa de la fertilidad, que puede ser
Tanit.
131
TEMA 4 MATERIALES Y TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS
DE LA HISPANIA ROMANA
A) MATERIALES
Arcilla:
o Sin cocer: adobe (bloques), tapial (cajones/encofrados).
o Cocida (hornos): ladrillos, tejas (tegulae), tuberías (tubuli), terracotas
arquitectónicas.
Madera (de pino, roble, etc.): para cubiertas (techumbres y vigas), puertas,
ventanas, cimbras, andamios (implica el trabajo en carpinterías).
Metales (hierro, bronce, plomo): herramientas, apliques, elementos de sujeción o
fijación (grapas, espigas), tuberías.
Vidrio: teselas de mosaicos (pasta vítrea), ventanas.
Piedra (granito, calizas, areniscas, mármoles, etc.): cimientos, muros,
revestimientos, elementos de decoración arquitectónica.
B) TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS (EDILICIA). LOS OPERA
- Cimentaciones y núcleos:
132
a soga y tizón, según la ordenación interna del paramento. Externamente, pueden
ser lisos o almohadillados.
- Alzados y/o revestimientos de núcleos:
Opus formaceum: tapial o pared de tapia, que recibía este nombre porque la
pared era realizada mediante una forma, es decir, un molde, un encofrado.
Opus incertum: está compuesto por mampuestos irregulares de diferentes
tamaños, no labrados y sin diferencias claras de hiladas, aglutinados por algún
mortero de cal. El momento de más uso fue entre los siglos III-II a.C., y se
abandona hacia final de la época republicana. Servía para revestimiento, alzados
y pavimentos, son mampuestos irregulares sin hileras, la cara externa es
homogénea. Se usa con mortero.
Opus reticulatum: es característico de Italia Central y meridional, sobre todo en
las regiones de Ostia, Nápoles y Pompeya, aunque se da poco en Hispania. Su
época de duración transcurre desde el siglo I d.C. y el II d.C. Se compone de un
Opus caementicium de núcleo, al que se insertan mampuestos cortados de forma
muy fina en forma piramidal, dejando un extremo con base de cuadrado, que se
quedará al exterior, e insertando como un alfiler la punta en el mortero base. La
disposición en vertical hace que tenga una apariencia de panal, en posición
romboidal, muy decorativa.
Opus vittatum/ vittatum mixtum: se caracteriza por formarse a base de piedras
rectangulares de diferentes alturas, pero de perfil rectangular, dispuestas en
hiladas horizontales, a modo de sillarejos de disposición variable. En Hispania
se atestiguan en los muros que soportan la bóveda de la galería oriental de Circo
de Tarraco, en el siglo I d.C. El mixo era con testaceum.
Opus testaceum (latericium): recibe su nombre en alusión al Monte Testacio,
donde se apilaban las cerámicas procedentes de Hispania, en Italia. Son los
corrientes paramentos de ladrillo, unidos por un mortero base y enlucidos por
otro externo, que luego es pintado y decorado. Arquitectónicamente es muy
rentable y económicamente también. En ocasiones se usa como revestimiento de
Opus caementicium. Se conoce que a menudo se pensaba su distribución por
colores del ladrillo, preocupándose así por la policromía.
Opus quadratum. Bloques (sillares) de piedra de forma paralelepípedo y
escuadrados, dispuestos a hueso en hiladas horizontales y alterándose a soga y
tizón.
Opus africanum: denominado así por tener su máximo desarrollo en las
provincias romanas africanas, pero también se produce en otros muchos sitios.
Se diferencia de los demás porque combina hiladas de sillarejos o mampuestos,
pero separadas verticalmente por pilares de grandes dimensiones, a modo de
pilastras, que se integran, creando diferentes secciones en el conjunto. En
Hispania, en Baelo Claudia, por ejemplo, se aprecian claramente.
Opus signinum: recibe su nombre de la localidad de Signa, en el Lacio. Es una
especie de hormigón compuesto de cal, arena o puzolana y ladrillo picado o
polvo de ladrillo. Además de su dura consistencia, resultaba impermeable. Se
133
utilizó en suelos y, sobre todo, como revestimiento de conductos o depósitos de
agua, aljibes, piscinas, etc.
Opus tectorium: es una forma de aparejo utilizado en la arquitectura de Roma
antigua para dar vistosidad recubriendo los materiales que no lo eran. Cabía
desde un revoque con capas de estuco (enfoscado, enlucido, con posibilidad de
esgrafiado), hasta placas de mármol o de otros materiales más ricos. Ello
permitía dar a la obra la apariencia decorativa deseada: pilastras, estrías,
capiteles, entablamentos, cornisas, etc.
Opus musivum: Es el clásico aspecto de mosaico romano, llamado así
englobando a todas las técnicas musivarias. En él, la superficie compuesta de
pequeñas piezas -teselas - de materiales diversos (piedra, mármol, alfarería u
otros) y diferentes colores que forman una composición o dibujo decorativo. Se
empleaba especialmente para pavimentos, lo que exigía que los suelos
estuvieran muy firmes y preparados, para evitar su deterioro y disgregación. Hay
muchas variedades de mosaicos, que, a veces, reciben nombres más particulares.
- Pavimentos:
134
península y es extremadamente cruel con los pueblos que estuvieron en su contra. A
partir del 206 a.C., tras la Batalla de Ilipa empieza el proceso de conquista de la P.
Ibérica. Tito Livio considera Hispania la primera provincia en conquistarse y la última
en pacificarse.
Las fases de conquista romana, según los autores, de la P. Ibérica son las
siguientes:
Del 206 a.C. al 195 a.C.: Comienza al final de la II Guerra Púnica en el 206 a.C.,
después de la que se dan una serie de revueltas indígenas (turdetanos y
celtiberos). A partir del 197 a.C. Roma divide Hispania en dos provincias, la
Citerior y la Ulterior. A consecuencia de esta división provincial surgen nuevas
revueltas de celtiberos y turdetanos que son reprimidas por Marco Porcio Catón
muy violentamente hasta el 195 a.C.
Del 195 a.C. al 155 a.C.: Se trata de una etapa de cierta tranquilidad, es cuando
actual aquí Tiberio Sempronio Graco, estableciendo una política diferente de
pactos, fundaciones, repartos de tierras entre los indígenas…
Del 155 a.C. al 133 a.C.: Se rompe el periodo de paz con dos grandes episodios
bélicos, las Guerras Lusitanas (54-39), con Viriato, y las Guerras Celtibéricas
(55-33) con la ciudad de Numancia.
Del 133 a.C. hasta finales de los años 70 a.C.: En estas fechas se da la conquista
de las Baleares entre el 123 y el 120 a.C., donde se fundan las colonias latinas de
Palma y Pollentia. Poco a poco Hispania va formando parte de Roma,
involucrándose cada vez más, como se puede ver en las Guerras Sertorianas (80-
72 a.C.) (Quinto Sertorio), una serie de conflictos civiles dentro de la lucha civil
romana entre Sila y Mario.
De finales de los años 70 a.C. al 19 a.C.: Dentro del contexto de la Guerra Civil
de Cesar y Pompeyo, entre el 49 y el 44 a.C., de nuevo los hispanos van a actuar
en uno de los dos bandos y se van a convertir en clientes de los generales
romanos. Es también ahora cuando se crean nuevas colonias como Colonia
Patricia. El último conflicto bélico en la península es la conquista de los
territorios de astures y cántabros entre el 26 y el 19 a.C. por parte de Augusto.
135
Ulterior Bética, que se mantendrá esta división hasta Diocleciano. Cada una se divide en
conventos judiciales.
Minas (metales: Au, Ag, Pb, Cu). Eplotación por publicani (algo así como un
arrendamiento).
Esclavos. Mano de obra, utilizada en casas o trabajos.
Tierras: cultivos (trigo, olivo, vid, etc.), pastos (ganado), bosques, etc.
Deseo de gloria militar y riqueza de la clase dirigente romana (nobilitas).
Época republicana
Hispania-Citerior y Ulterior, hasta la toma del poder por Augusto
Época imperial
Alto-imperial
Se suele situar desde la dinastía Julio-Claudia hasta la de los severos
Bajo-imperial
El dominio romano desaparece a principios del siglo V, con la invasión de pueblos
bárbaros, como visigodos, suevos, alanos, etc.
Para la época hay muchos testimonios arqueológicos, pero menos para la época alto,
además la bajo-imperial y la posterior es mucho más oscura (desequilibrio)
En relación con la Batalla de Baecula es una batalla que tuvo lugar en el 208
a.C., que enfrentó a Escipión el africano y Asdrúbal, venida por los romanos y puesto en
fuga a los cartagineses. El estudio arqueológico de esta batalla viene realizando desde el
2000 por la universidad de Jaén. Una de las cuestiones interesantes es que esta pudo
tener lugar cerca de Santo Tomé, aunque hasta entonces se pensaba que era en Bailén.
Esto ha dado lugar a muchos trabajos, conocido como el Proyecto Baecula. Se han
encontrado muchos restos militares que indican la batalla o el recorrido que pudieron
seguir los romanos para llegar al campamento cartaginés, a través de las tachuelas.
Debemos tener en cuenta las fuentes litararias, donde muchos autores realizaron
tratados sobre cómo debían ser los campamentos, pero esta información, contrastándose
con la arqueología no concuerdan los datos arqueológicos con lo que dicen estos
autores. Una cosa es la teoría y otra la práctica. Esto se debe a la adaptación que llevan a
cabo los romanos, por ejemplo donde no ha piedra los muros se hacen de madera. En
Alemania, Oriente, África, etc., se conocen diversos campamentos.
Tarraco
138
Apiano nos los hace conocer, al hablar del cerco de Escipión a los numantinos,
estando constituidos por dos campamentos y hasta 7 fuertes. Se inició la excavación por
Schulten. Numancia está en el Cerro de la Muela. Alrededor se cercó dos campamentos
y cinco fortines más. Los campamentos son los de Castillejo (donde permaneció
Escipión) y Peña Redonda (principal salida de la ciudad), realizados en piedra.
Cáceres el Viejo
Valentia
Fue destruida durante las guerras sertorianas. Es una fundación ex novo. Tiene
un desarrollo monumental interesante (centro de VAlencia): foro, termas (uno de los
pocas termas de Hispania). Al apoyar a Sertorio, tras la derrota por Pompeyo en la
Batalla de Turia a los sertorianos ataca y toma la ciudad. Hay tesorillos y niveles de
incendios, así como evidencias de la represión y tortura de las tropas pompeyanas a los
partidarios de sertorio (cadáveres de soldados mutilados y asesinados: uno con un corte
de su pierna derecha, otro empalado por el ano, otro con corte de brazos y piernas
estando vivo y quemado un hombre de 30-35 años).
Las guerras cántabras reunieron un total de… . A Roma le interesaba las minas
de oro del norte, por lo que lleva a cabo una serie de guerras contra los astures y los
cántabros. Tras las guerras algunas legiones se van pero otras se quedan en los
campamentos. Todo este terriotiro está conquistado, pero a Roma les interesa controlar
a estas poblaciones sometidas, por lo que se crean unas fronteras dominados por los
139
campamentos militares en caso de revuelta. Hay campamentos de legiones completas y
otros de parte de ellas, en la época Flavia solo permanece una legión (VII Gemina). Son
los de Pisorala, León, Astorga, Petavonium, Ciudadela y Baños de Bande.
Astorga. Quedan muy pocas huelas, pq sobre esta se construye una ciudad de
función administrativa, para controlar al explotación de oro y redistribuirlo.
Quedan restos de una muralla de madera. Se establece allí parte de la Legión X
Gémina hasta época de Tiberio, pues a partir de entonces las legiones se van y se
construye la ciudad. Fue un campamento antes que ciudad. Hay pocos restos del
campamento hoy en día. Surge tras las guerras cántabras para controlar la zona
(15-10 a.C.). Se mantuvo como campamento hasta el inicio de la época tiberiana
(20 d.C.) pasa convertirse en ciudad tras acuerdos de paz con los zoelas.
Aparecen algunas monedas e inscripciones de la época. Hay un doble foso,
también huellas de estacas para empalizadas.
Petavonium. Rosinos de Vidriales. Se establece allí la otra parte de la Legión X
Gemina. El campamento que mejor se conoce no es el legionario, sino uno que
se instala dentro tiempos después: hay dos fases, la primera es más amplia desde
el final del I hasta 63 d.C. Se conoce poco. La segunda fase es desde el final del
I hasta el siglo III d.C., en una parte del anterior campamento, un campamento
más pequeño (de 17 a 4.5 hectáreas). La ocupa un ala del ejército: una unidad
militar de caballería (Ala II Flavia Hispanorum civium romanorum). Era una
unidad auxiliar de la Legión VII Gémina. Este campamento si ha sido excavado.
Hay dos puerta principales (destaca la porta pretoria con dos vanos, y la
reconstrucción de la porta decúmana) en la muralla de opus vitatum, el principia
y el velatudinarium. Fuera del campamento hay unas termas y un núcleo de
población civil, se les llama cannabae. En ocasiones lo formaban las mujeres
casadas no oficialmente (conturbernio). Contralaba la vía de la plata y las
médulas, sobre todo el oro. Sabemos que este campamento dio origen a un
asentamiento civil cuando se va la unidad militar. Durante la permanencia de
esta surgieron núcleos civiles de artesanos, mercaderes, prostitutas, etc. Que
acompañaban a los soldados. Dieron origen a ciudades cuando los campamentos
desaparecen.
León. Aparece al principio la Legión VI Victrix. Es un campamento y se
convierte en ciudad. Hay tres etapas como campamento, las dos primeras es de
la Legio VI Victrix y la tercera de la Legio VII Gemina. La VI Victrix llega en
época augustea y ya en la Flavia la Gemina. El primer campamento es de
madera y tierra, es de época augustea (madera con relleno de tierra). En la julio-
claudia el campamento se amplia y se construye un muro. En época Flavia el
muro se crea con estructura sólidas, tiene un valle la primera barrera (primer
campamento). El muro de piedra está realizado en su parte externa de opus
vitatum, se ha excavado alguna puerta con doble entrada y torres laterales con
elementos superiores. El interior del muro es de opus caementicium. Los restos
mejor conocidos son los del campamento Flavio, por estar los otros realizados
con estructuras precarias, como la madera, y ser luego derruidos. El campamento
140
irá evolucionando y sobre el III o el IV se convierte en la ciudad de León,
forrándose la muralla del campamento con otra para una mejor defensa ante la
situación de la época.
Ciudadela. Un sector de la Legión Gemina se establece aquí. Era una cohorte
mixta de infantes y jinetes. Provincia de la Coruña. 2.5 hectáreas, cuadrangular-
rectangular con esquinas redondeadas. Algunas zonas excavadas como el
pretorium, principia. Aquí se asienta la Cohors I celtiberorum, desde principios
del s II a principios del siglo IV. Era una cohorte de infantería. Aparecieron
sellos de la unidad que permiten identificar a la cohorte en tejas.
Aquis querquennis. Se ha puesto en valor y restaruado parte de él. Se ha
planteado que la cohorte III de la Gemina la que se asentó: una unidad auxiliar
de caballería. Es recinto de 2.5 hectáreas. Esquinas redondeadas con cuatro
puertas y todos los elementos internos. Hay fosa, vallum, intervallum… hay
valetudinarum (hospital), hórrea… Hay barracones con calle central con
espacios compartimentalizados, con espacio más amplio para los centuriones. Se
asienta a finales del I-principios del II (Flavios) hasta mediados del II. Al lado se
asientan los querquenios y se convierte en 3ª Mansio (lugar de parada en las
calzadas) entre Bracara y Asturica (vía nova). A orillas del lago castiñeiras. Con
motivo de la apertura de la via de bracana agusta a iulia augusta se establece
aquí la cohorte.
Ciudad y Territorio
Para la explotación del territorio se necesitan elementos como las vías. Roma
tendrá un gran interés, sobre todo a finales del II a.C. y a finales de la República, en
141
organizar los territorios que conquista a través de vías, vertebrarlo. Los núcleos más
importantes estarán en las principales. También se facilitará el transporte de legiones y
mercancías. Tb son lugar de difusión de ideas, tecnologías, cultura. Marcando la
distancia de una ciudad a otra estaban los miliarios (de millia passum), cada 1800 pasos
aprox. Destacan los vasos de Micarello?, hayados a las afueras de roma con los distintos
hitos de la vía Augusta. En Roma destaca el Millarium aureum de mármol recubierta
con placas de bronce dorado, que es el km cero.
La arcilla
Minería
Centuriaciones romanas
Es difícil saber cómo se organizó el territorio sobre todo entre los siglos II y I
a.C. era la centuriación, que consiste en la división y reparto por sorteo de las tierras en
lotes regulares entre la población asentada en una ciudad. Habitualmente cuadriculas de
20 por 20 actus. Implica la división del terreno en torno a la ciudad partiendo de los
principales ejes de la ciudad y la asignación de lotes de tierras. Este sistema lo
conocemos en ciudades como Augusta Emerita, Ilici, Caesaraugusta. Todo esto implica
un esfuerzo tecnológico y jurídico administrativo muy importante. Se crea un catastro y
a cada individuo se le da una copia de su contrato en el tabularium o archivo principal.
Una vez que se asignan los lotes pasan a una documentación escrita: los
catastros y planos: planos catastrales o formae, cuadrículas, donde aparecen
indicaciones de quien es la tierra. En elche aun se pueden observar rastos de estas
delimitaciones.
La explotación de arcilla
El aceite de oliva
143
inscripciones escritas o incisas sobre el peso, control fiscal, etc., que dan datos de
quienes las fabricaban, donde se dirigían, etc. Se exportaban en barco. El monte
Testaccio fue creado por fragmentos de ánfora, ya que estas se tiraban después de usar
de 35 m. Se ha llegado a concluir que hasta el 80 por ciento de ánforas de aceite
proviene de Hispania. Alrededor hay horrea, almacenes que cuya función era abastecer
a los ejércitos.
Las villae
Definir que es una villa es complicado, tenemos fuentes como ciceron, varron,
columela, etc. Pero nos hablan de la prospectiva de Roma e Italia. SE les ha dado el
nombre a asentamientos rurales diversos: desde simples granjas a una explotación
agropecuaria más importante. Está regida por unos propietarios con sus esclavos o mano
de obra libre. Se asocia a una finca o fundus, cuyas dimensiones plantean problemas. Es
donde se explota el territorio, con diversidad de productos, que permita a los que
trabajan allí no depender de lo de fuera. Muy poco a poco se convierten en lugares de
descanso y recreo. Las primeras nos llevan a, aunque la mayoría parece que arrancan en
época imperial. Su problema es que generalmente fueron ocupadas y habitadas durante
varios siglos, por lo que su primera apariencia no se conocen muy bien. La para urbana
es donde vive el dominus y su familia, una parte monumentalizada con comodidades:
habitaciones, lugares de representación, la para rustica es donde viven los trabajadores,
donde guardan los aperos, etc. La zona donde se produce el almacenamiento y creación
de los productos es la para frumentaria. La urbana puede estar decorada con mosaicos,
frescos, etc. La documentación arqueológica es desigual, pues se conocen más las partes
urbanas y se establece el conflicto entre las villas suburbanas y rurales.
Hoy día sabemos que no eran solo lugares de ocio, a diferencia que en Italia que
si había muchas de estas. Tienen un origen en época tardorrepublicana hasta finales de
la antigüedad tardía. Es difícil establecer un modelo único. Muchas se organizan en
torno a peristilos, pero en función del lugar (costa, zonas llanas) hay diferencias. Los
programas ornamentales nos hablan de la riqueza de los propietarios, creencias,
ideología. Algunas de las villas más conocidas son Els Munts, Carranqué, el Ruedo, la
Estación, etc.
El Ruedo
La Estación
144
explotación de olivos y fabricación de aceite. También se invirtió en la
monumentalización con estatuillas y demás.
Salsas y salazones
Canteras
145
En época augustea se produce, en Tarraco, un proceso de transformaciones,
donde se ha podido observar esa transformación en el foro, que se amplía se le añade
una plaza (foro agusteo por los especialistas), presidido por una basílica para
transacciones comerciales y juicios. Este proceso de ampliación no culmina ahí, en
época de Tiberio se lleva a cabo una transformación del espacio creando un espacio
entre el foro augusteo y republicano: un conjunto de plazas anexas. En ese foro
augusteo destaca la basílica forense, que tiene varias naves, siguiendo el esquema
romano, presidido por una exedra, espacio para administrar justicia de los magistrados
de la provincia o el gobernador provincial. Destacaría por su arquitectura, uso de
modelos emanados de roma.
Augusta Emerita
146
Fundada por los veteranos de las guerras cántabras. Se decide instalarlos donde
no hay población para que pasen a ser campesinos y reciban tierras, en torno al 25 a. C.,
cuando se decide licenciar a parte de los veteranos. Buena parte del desarrollo de
Mérida se produce en las últimas décadas, por lo que aun evoca al trazado romano. Las
áreas principales son el formo colonias, la puerta, el entrono del anfiteatro, etc. El
puente es fundamental para cruzar el Guadiana, incluso aparece el puente con puertas.
También la muralla que delimita el recinto sagrado. El foro es el corazón de la colonia
que hasta hace no mucho solo se conoce el templo de diana, que no se sabe a quién se
dedica, puede que a augusto o al capitolio. Se ha reconstruido en los últimos años.
Excavaciones recientes en el foro manifiestan que habría espacios que darían aspecto
complejo a l foro. En época claudoneroniana o flavia se da un recinto presidido por un
templo. En cuanto al teatro, se sabe que se protestaría en época a augustea pero hay
constancia de remodelaciones. Lo que quiere decir que no se culminará hasta época
posterior, quizá Claudio neroniana. El estado del teatro actual es fruto de
reconstrucciones y excavaciones. En el frente escénico habría conjuntos escultóricos
propagandísticos imperiales y en la porescanea también habría. En cuanto al anfiteatro,
parece que se edifico al 8 a.C. por una inscripción. Se edifico un circo a extramuros para
albergar carreras de carros, el cual desempeño un importante papel. Conocemos a través
de la arqueología, aunque también indicios de que existía un templo diferente al de
diana, pues aparecen un templo tetrástilo dedicado a la eternidad de Augusto.
Posteriormente en el solar en torno a se realizaron en torno a los 80 una excavación que
desveló restos del templo, que parece que imitaría el templo de la concordia. La cella es
más ancha que larga, hexástilo y no tetrástilo como en las monedas, presidiendo el foro
provincial, que se ubica en una zona distinta al de la colonia. Se interrumpió el cardo
máximo y amortizar parcelas, las viviendas se arrasaron y se construyo ese recinto.
Fechado a través de la estratigrafía en torno al 26-30 d. C. En el sector de morería, se
descubrieron en los noventa restos de casas (domus) con su peristilo, calles, lo que nos
introduce n la evolución del urbanismo y en la ciudad. La domus pasó a ser una casa de
vecinos. A la salida se configuran espacios funerarios, de los que proceden elementos
escultóricos y arquitectónicos.
Córdoba
- Urbanismo en Roma.
Las ciudades romanas se fundaban con un ritual religioso. Entre los ritos,
destacaban tres:
Por tanto, los rasgos básicos de dichas ciudades son su regularidad geométrica,
el cardo y el decumano, y la insulae. Los problemas fueron los elementos urbanos
preexistentes y la orografía del terreno, por tanto, se aprecia una gran dificultad para
llevar la ciudad a la práctica.
- Vocabulario.
- Urbs: se refiere a la ciudad propiamente dicha. Son ciudades como Roma y sus
colonias que habían sido fundadas por un rito religioso.
Urbanismo romano
En la zona alta del casco histórico actual se funda la Córdoba romana. Esa
superficie se divide y se articula en calles norte-sur y este-oeste. Destaca el cardo
máximo, desde la puerta osario hasta los altos de Santa Ana. Dos ejes este oeste:
septentrional y meridional (puerta de gallegos). Gracias a las excavaciones y otras
ciudades conocemos algo su fisonomía: calles terrizas, pórticos de madera y
frecuentemente sin cloaca. Si algunas en puntos como en la zona de los edificios
públicos o en Valencia en el cardo máximo. El callejero en los siglos I y II sufre
transformaciones en época tardorrepublicana y el siglo I d.C. En primer lugar, el cambio
más significativo es la ampliación hacia el rio. Se duplica su extensión. La zona se
urbaniza desde cero y se dividen en manzanas rectangulares. Se orienta en torno a una
serie de calles. Destaca la instalación de una red de alcantarillado en calles principales y
149
secundarias. Esta fue coetánea a la red de acueductos. Estos no solo tenían como fin el
abastecimiento, sino que el agua sobrante se evacuaba por las alcantarillas Hay cañerías
de agua limpia y agua sucia una más alta que otra. La pavimentación entonces cambia y
se sustituye por losas de piedra local en las calles principales, incluso se dotan de
pórticos laterales para proteger de la lluvia y el sol. El kardo máximo era de 22m de
ancho, con una calzada de 15 metros. Dos pórticos laterales bajo los que discurrían
cloacas. El kardo es uno de los más anchos y espectaculares del imperio. Los paralelos
están en Jerusalén. En cuanto a los espacios monumentales están los edificios públicos
que introducen modificaciones al viario. El fórum novuum es uno de ellos, que desvía
las calles que discurrían cerca de él. Otro seria el del teatro, que supuso la remodelación
de este sector y fue coetánea a la construcción de unas rampas aterrazadas que conducen
al teatro.
Los edificios se orientaban antes de norte a sur, pero ahora se transforma esto y
se orientan hacia otras direcciones. Puede deberse, en el caso del kardo, a unos factores:
necesidad de espacio libre, se necesitan nuevas edificaciones y la anchura de la calle.
Además de los principales ejes viarios las edificaciones afectaron a otras calles
secundarias.
Muchas cloacas comienzan a quedar fuera de uso y en muchos casos los residuos
deben volver a echarse en la superficie de las calles o pozos ciegos.
150
En cuanto al kardo máximo tenemos constancia de edificaciones domésticas que
ocupan la calle, achicándose la calle o anulándose, buscándose una alternativa como la
calle osario. La puerta se trasladaría entonces de la anterior calle a la de osario (puerta
de osario). También tenemos constancia de otras calles que mantuvieron su fisonomía,
por presión de los propietarios u otros factores que no se saben. Gracias a la epigrafía
conocemos una institución para el mantenimiento de ciertas cloacas, por lo que debieron
repararse algunas. Solo seguirían usarse cuya orientación (más pendiente) permitiesen
su limpieza y mantenimiento. También hay otras de nueva planta, que reflejan este
mantenimiento hasta el siglo V. El uso de las cloacas en este tiempo se debe a la
inutilización de muchos acueductos.
En Córdoba pasa en la zona del teatro, donde no se instalan calles nuevas, sino
rampas, herederas de la actual calle de Pero Mato, que se remonta a los siglos VI y VII.
También se establecen nuevas cloacas, que bien desembocaban en el río o en pozos
ciegos. El callejero de la zona de la mezquita se modifica con la construcción del
complejo episcopal. Esto afectó a varias calles y sobre todo al kardo máximo. La calle
se interrumpe frente al complejo, pero el kardo es vital para la circulación en la ciudad y
se establece una alternativa: la calle Torrijo, que sigue el mismo trazado hasta ahora. Se
convierte en el límite occidental del complejo episcopal.
151