Las principales fallas éticas en la ciencia incluyen la falsificación y fabricación de datos, el plagio y prácticas de publicación cuestionables. Estas fallas ocurren debido a grandes presiones como el número de publicaciones y la falta de financiamiento. Para abordar este problema, se deben implementar programas de educación en ética a lo largo de la carrera de los científicos, así como protocolos estandarizados de reclamos y comités de ética. Mejorar las prácticas éticas aumentará la credibilidad de la ciencia.
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Las principales fallas éticas en la ciencia incluyen la falsificación y fabricación de datos, el plagio y prácticas de publicación cuestionables. Estas fallas ocurren debido a grandes presiones como el número de publicaciones y la falta de financiamiento. Para abordar este problema, se deben implementar programas de educación en ética a lo largo de la carrera de los científicos, así como protocolos estandarizados de reclamos y comités de ética. Mejorar las prácticas éticas aumentará la credibilidad de la ciencia.
Las principales fallas éticas en la ciencia incluyen la falsificación y fabricación de datos, el plagio y prácticas de publicación cuestionables. Estas fallas ocurren debido a grandes presiones como el número de publicaciones y la falta de financiamiento. Para abordar este problema, se deben implementar programas de educación en ética a lo largo de la carrera de los científicos, así como protocolos estandarizados de reclamos y comités de ética. Mejorar las prácticas éticas aumentará la credibilidad de la ciencia.
Las principales fallas éticas en la ciencia incluyen la falsificación y fabricación de datos, el plagio y prácticas de publicación cuestionables. Estas fallas ocurren debido a grandes presiones como el número de publicaciones y la falta de financiamiento. Para abordar este problema, se deben implementar programas de educación en ética a lo largo de la carrera de los científicos, así como protocolos estandarizados de reclamos y comités de ética. Mejorar las prácticas éticas aumentará la credibilidad de la ciencia.
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FALLAS ÉTICAS EN LA CIENCIA: CUÁLES SON, POR
QUÉ OCURREN Y CÓMO EVITARLAS.
Alrededor de un 2 % de los científicos dicen la verdad de haber incursionado en alguna falla ética (Fanelli, 2009) de forma intencional. También hay muchos errores que se comenten de forma involuntaria. Las faltas éticas más recurrentes incluyen la falsificación y la fabricación de datos, el plagio y las prácticas de publicación cuestionables (Koocher et al., 2010). La falsificación ocurre al modificar o inventar datos, gráficos o imágenes para obtener los resultados deseados. El plagio aparece cuando se copian partes sustanciales de otros trabajos sin reconocer las autorías de quienes obtuvieron los resultados. El plagio lo podemos evitar citando los resultados —el contenido— de los trabajos y obviando citar información referente a la introducción y discusión. La duplicación es un caso de autoplagio, que ocurre cuando un mismo estudio se publica dos veces en distintas revistas. Esto sucede cuando se agregan nuevos datos a publicaciones anteriores y éstos se presentan como datos novedosos. Las autorías significan el orden de la contribución relativa de los autores en la publicación y refleja quien recibe el crédito por el trabajo realizado. Otra falla ética, conocida como el “autor invitado” (guest author), sucede cuando se invita a participar a un investigador/a reconocido/a para incrementar las probabilidades de aceptación del manuscrito. Existe otro caso de falla ética y la podemos encontrar en medicina. Nos referimos al “autor fantasma” dónde un autor (remunerado) escribe el manuscrito, sin que su nombre se incluya en la lista de autores. Es común que las revistas científicas soliciten a los autores que especifiquen cuál fue su contribución en el manuscrito de manera de evitar la inclusión de autores que no han trabajado sustancialmente. Los conflictos de interés siempre se deben informar y se publican en el artículo. En este sentido, muchas revistas exigen completar un formulario de conflictos de interés (por ejemplo: http://www.icmje.org/conflicts-of- interest/). Otras malas conductas incluyen crear un ámbito de trabajo hostil, tal como el abuso sexual, la incompetencia —inadecuado análisis de los datos —, el descuido en la toma de datos, la deshonestidad en la utilización de subsidios, el ignorar directivas éticas y la inadecuada supervisión por parte del director (Koocher et al., 2010). ¿Las fallas éticas varían con la edad y el sexo? Fang et al. (2013) relevaron 228 casos de individuos que incursionaron en fallas éticas (fraude en su mayoría), analizándolos por categoría profesional y género. Dos tercios de las fallas éticas fueron realizadas por hombres; los malos comportamientos se registraron a lo largo de todo el espectro de la carrera académica, desde los jóvenes hasta los investigadores formados (Fang et al., 2013).
Estrategias para disminuir la mala conducta en las
investigaciones. Para diseñar estrategias efectivas para disminuir las malas conductas primero es necesario comprender por qué los científicos cometen fallas éticas (Fang et al., 2013). La raíz del problema puede deberse, al menos en parte, a las grandes presiones a las que se enfrentan los investigadores, en un sistema de evaluación basado en el número de publicaciones e insuficiente financiación. La carencia actual de programas de este tipo representa un gran vacío en la formación de un científico y puede conllevar a casos involuntarios de mal comportamiento. Esto es particularmente cierto en situaciones donde el límite entre un comportamiento ético y no ético es poco claro. Por lo tanto, es fundamental poder acceder a una educación formal —tanto a lo largo de los estudios de grado como de posgrado— que guíe a los científicos sobre cómo abordar adecuadamente situaciones difíciles y confusas. Además, ya que las fallas ocurren a lo largo de todos los niveles de los trayectos académicos (Fang et al., 2013), también es necesario aumentar los esfuerzos destinados a la capacitación en ética profesional de los investigadores más experimentados. Es necesario desarrollar protocolos de reclamo estandarizados, así como comités asesores de ética. Varias instituciones académicas están comenzando a incorporar servicios de consultoría ética (Dolgin, 2014). Toda estrategia diseñada para disminuir los comportamientos antiéticos ayudará, sin duda, a aumentar la credibilidad de la ciencia, tanto de sus prácticas como de sus resultados.