Nulidad de Acto de Inspectoria Reenganche
Nulidad de Acto de Inspectoria Reenganche
Nulidad de Acto de Inspectoria Reenganche
RESUMEN
SALA CONSTITUCIONAL
Expediente Nº 16-0033
DE LA SOLICITUD DE REVISIÓN
El solicitante fundamentó su escrito con base en los siguientes argumentos:
Que “…1a Inspectoría del Trabajo (…) declara con lugar la solicitud de calificación
de faltas y autoriza el despido, pero la Providencia dictada por el Inspector del Trabajo
(…) contiene vicios que hacían anulable la misma, por ello se recurre la mencionada
Providencia Administrativa ante los tribunales laborales competentes y le correspondió al
Tribunal Primero de Primera Instancia de Juicio actuando en sede Contencioso
Administrativo conocer de la solicitud de Nulidad de la Providencia Administrativa antes
señalada, quien una vez tramitado el procedimiento dicta decisión en (…) la cual declara
(…) CON LUGAR el recurso de nulidad interpuesto [y] (…) anula el acto administrativo
impugnado, contenido en la providencia administrativa N° 00033-2013, la cual si bien es
cierto beneficiaba a [su] representado, era insuficiente, ya que no ordenó el reenganche
del trabajador y el pago de los salarios caídos y demás beneficios laborales…”
(Mayúsculas del escrito).
Que “…la entidad de trabajo Proagro, C.A., apeló de la decisión de juicio y dicha
apelación (…) le correspondió conocer al Juzgado Superior Segundo del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, el cual también dictó sentencia favorable el
16 de julio de 2015, confirmando la decisión de primera instancia de juicio, pero
parcialmente porque obvió de igual forma ordenar el reenganche y el pago de los salarios
caídos y demás beneficios laborales…”.
Que “…las sentencias ni de juicio ni del superior que conoce en apelación por
parte de los beneficiarios de la providencia administrativa Proagro, C.A., ordena el
reenganche del trabajador a su puesto de trabajo, ni el pago de los salarios caídos, ni los
beneficios socio económicos y/o contractuales dejados de percibir, que es el fin último que
se persigue con la solicitud de nulidad del acto administrativo…”.
DE LA COMPETENCIA
Debe esta Sala determinar su competencia para conocer la presente solicitud de
revisión y, al respecto, observa que conforme lo establece el numeral 10 del artículo 336
de la Constitución, la Sala Constitucional tiene atribuida la potestad de “Revisar las
sentencias definitivamente firmes de amparo constitucional y de control de
constitucionalidad de leyes o normas jurídicas dictadas por los tribunales de la República,
en los términos establecidos por la ley orgánica respectiva”.
Por su parte, la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, en su artículo 25,
cardinales 10 y 11, atribuye a esta Sala la competencia para “Revisar las sentencias
definitivamente firmes que sean dictadas por los tribunales de la República, cuando hayan
desconocido algún precedente dictado por la Sala Constitucional; efectuado una indebida
aplicación de una norma o principio constitucional; o producido un error grave en su
interpretación; o por falta de aplicación de algún principio o normas constitucionales” y
“Revisar las sentencias dictadas por las otras Salas que se subsuman en los supuestos
que señala el numeral anterior, así como la violación de principios jurídicos fundamentales
que estén contenidos en la Constitución de la República, tratados, pactos o convenios
internacionales suscritos y ratificados válidamente por la República, o cuando incurran en
violación de derechos constitucionales”.
Ahora bien, visto que en el caso de autos se solicitó la revisión de una decisión
dictada por el Tribunal Superior Segundo del Trabajo de la Circunscripción Judicial del
Estado Carabobo, esta Sala Constitucional asume su competencia para conocer de la
solicitud de revisión propuesta, y así se decide.
IV
MOTIVACIONES PARA DECIDIR
Determinada su competencia, y estudiadas como han sido las actas que conforman
el presente expediente, esta Sala pasa a pronunciarse sobre la presente solicitud, no sin
antes reiterar, como premisa del análisis subsiguiente, el criterio sostenido en sentencia
N° 44 del 2 de marzo de 2000 (caso: “Francia Josefina Rondón Astor”), ratificado en el
fallo N° 714 del 13 de julio de 2000 (caso: “Asociación de Propietarios y Residentes de la
Urbanización Miranda”), conforme al cual la discrecionalidad que se le atribuye a la Sala
en el ejercicio de la facultad de revisión constitucional, no debe ser entendida como
posibilidad para intentar una nueva instancia y, por tanto, la solicitud en cuestión se
admitirá sólo a fin de preservar la uniformidad de la interpretación de normas y principios
constitucionales o cuando exista una deliberada violación de preceptos de ese rango, lo
cual será analizado por esta Sala, siendo siempre facultativo de ésta, su procedencia.
Por otra parte, esta Sala ha sostenido en casos anteriores, que la labor tuitiva del
Texto Constitucional mediante la revisión extraordinaria de sentencias no se cristaliza de
forma similar al establecido para los recursos de gravamen o impugnación, diseñados
para cuestionar la sentencia, para ese entonces, definitiva. Para la revisión extraordinaria
el hecho configurador de la procedencia no es el mero perjuicio, sino que, además, debe
ser producto de un desconocimiento absoluto de algún precedente dictado por esta Sala,
de la indebida aplicación de una norma constitucional, de un error grotesco en su
interpretación o, sencillamente, de su falta de aplicación, lo cual se justifica en el hecho de
que en los recursos de gravamen o de impugnación existe una presunción de que los
jueces de instancia o casación, de ser el caso, actúan como garantes primigenios de la
Carta Magna. Sólo cuando esa presunción logra ser desvirtuada es que procede, en tales
casos, la revisión de la sentencia (vid. Sentencia de la Sala N° 2.957 del 14 de diciembre
de 2004, caso: “Margarita de Jesús Ramírez”).
“En orden a los razonamientos anteriores, entiende esta Sala que, incluso en
el proceso de ejecución de una decisión sobre la cual ha recaído cosa juzgada,
se debe entender que la ley expresamente permite la excepción a la
inmutabilidad de la cosa juzgada en casos como el presente, ya que no se
trata de la simple omisión de solicitud oportuna de una aclaratoria a la
sentencia por alguna de las partes, sino que viene referido a la omisión de un
deber procesal del juez vinculado a la propia ejecutabilidad de su sentencia y a
la concretización de la tutela judicial efectiva debida ya al favorecido por el
pronunciamiento judicial, como lo es la impretermitible determinación en la
sentencia condenatoria de los perjuicios probados que deben estimarse y los
diversos puntos que deben servir de base a los expertos, deber previsto en el
artículo 249 del Código de Procedimiento Civil en concatenación con el artículo
527 del mismo cuerpo legal, y cuyo cumplimiento resulta exigible dentro de un
proceso de ejecución de sentencia, siempre y cuando no implique para el
órgano jurisdiccional correspondiente el apartarse de los términos en que ha
sido proferido el fallo. Así se decide.
(…)
Resultaría un flaco servicio a la justicia, que los fallos no pudieran ejecutarse, a
pesar que declaren con lugar la demanda, cuando lo establecido en el
dispositivo sufre transformaciones o se hace inaprensible. Ante tal iniquidad, a
menos que lo decidido y ordenado trate de algo sumamente puntual e
insustituible, el Código de Procedimiento Civil contempla en la fase de
ejecución de la sentencia, los artículos citados que permiten la sustitución del
objeto del dispositivo del fallo.
Dentro de ese orden de ideas, declarada con lugar una pretensión de condena,
donde no se pudo determinar en el texto del fallo la cantidad correspondiente a
frutos, intereses o daños, y en consecuencia el sentenciador ordena una
experticia complementaria del fallo conforme al artículo 249 del Código de
Procedimiento Civil, a tales efectos se haría inejecutable la sentencia, si en el
texto del fallo -e incumpliendo la letra del artículo 249 del Código de
Procedimiento Civil- no se precisa cuáles son los perjuicios probados a
estimarse y los puntos que deben servir de base a los expertos para su
cálculo.
El artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, como formalidad que debe
contener la sentencia que ordene la experticia complementaria, exige que el
fallo indique: 1) señalamiento preciso de los perjuicios probados que deben
estimarse; 2) puntos que deben servir de base a los expertos.
Es necesario para la Sala analizar si tales exigencias son o no requisitos
esenciales del fallo; pero si se considera que los dispositivos de las sentencias
firmes de condena pueden ser variados mediante experticia complementaria,
en los casos de los artículos 527, 528, 529 530 del Código de Procedimiento
Civil, casos en que los parámetros de las experticias no consten en la
sentencia firme, sino en autos posteriores a ella, se debe concluir que siempre
que el dispositivo de un fallo sea una condena, si la liquidación de la misma se
ejecutare mediante una experticia complementaria, las exigencias del artículo
249 del Código de Procedimiento Civil podrán cumplirse posteriormente si es
que no constan en el fallo, y siempre que con ellas no se desmejore -debido al
transcurso del tiempo- la situación del perdidoso con respecto a la fecha de la
decisión.
Ello es posible con la vigente Constitución, con fundamento en el artículo 257
que señala que no se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades, por
lo que la Sala estima que los requisitos a que hace mención el artículo 249
citado, deben ser interpretados con laxitud, en atención del derecho a la tutela
judicial efectiva, para no perjudicar a quien haya obtenido una sentencia
favorable, y éste es el caso de autos, y así se declara” (vid. Sentencias
números 3.350 del 3 de diciembre de 2003, y 885 del 11 de mayo de 2007).
Así las cosas, se observa que en el criterio transcrito, esta Sala Constitucional ha
realizado una interpretación según la cual, en el marco del principio pro actione, debe
aplicarse el derecho a la ejecución de las sentencias en el sentido más favorable a la
ejecución, en salvaguarda de una verdadera tutela judicial eficaz y en la omisión de
formalidades no esenciales al proceso que preceptúan los artículos 26 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por cuanto es contrario a los
derechos que anteriormente se refirieron el que se ordene un nuevo pronunciamiento, toda
vez que, es criterio de esta Sala que la omisión advertida puede suplirse en autos
posteriores al fallo cuya ejecución corresponda, siempre que con ello no se desmejore la
situación del perdidoso con respecto a la fecha de la decisión. Así se declara.
Por las razones que anteceden, esta Sala Constitucional declara ha lugar la solicitud
de revisión interpuesta y, en consecuencia, de conformidad con el deber que tiene de
determinar los efectos inmediatos de su decisión previsto en el artículo 35 de la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, ordena al Tribunal Primero de Primera
Instancia de Juicio del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, proveer
lo conducente en ejecución para el reenganche efectivo del ciudadano Luis Argenis
Herrera García, y el pago correspondiente de los salarios caídos y demás beneficios
dejados de percibir desde el momento en que operó su despido, como efecto directo de la
sentencia dictada por el Tribunal Superior Segundo del Trabajo de la referida
Circunscripción Judicial, que declaró la nulidad de la providencia administrativa impugnada
y, por tanto, de la autorización para el despido del trabajador. Así se decide.
DECISIÓN
La Presidenta de la Sala,
El Vicepresidente,
Los Magistrados,
Exp. Nº AA50-T-2016-0033
LFDB/k