ENSAYO CyA1.1

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO –PUNO

FACULTAD DE INGENIERÍA GEOLOGICA Y METALURGIA


ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA METALURGICA

TRABAJO ENCARGADO:

RESEÑA TEXTUAL

CURSO:

COMPRENSION Y ARGUMENTACION

PRESENTADO POR:

OTAZU BENAVENTE JASMINA LUCERO

TURPO CHIQUE JOSUE GUSTAVO

LEON MARTINES HELAR FABRICIO

TICONA BURGOS CARLOS DANIEL

SEMESTRE – SECCION:

I-A

DOCENTE:LIC. CAIRO MENDEZ YOSHIRA MARLY


La filosofía
MARIO BUNGE

MARIO BUNGE|29 ABR 1983 - 17:00 PET-DIARIO “EL PAIS”

¿En qué consiste la filosofía que fundaran Marx y Engels hace más de un siglo, y qué queda
de ella hoy? La filosofía marxista básica, como cualquier otra filosofía que se precie, trata
del mundo y de la manera de conocerlo. La primera parte suele denominarse ontología (o
metafísica) y la segunda gnoseología (o teoría del conocimiento). Los marxistas suelen
abarcar estas dos ramas bajo el nombre de materialismo dialéctico. La ontología
materialista dialéctica es una síntesis de materialismo y de dialéctica. Es una de las
ontologías más originales y, a la vez, más toscas y oscuras de la historia. La gnoseología
marxista es una variante del realismo unida a tesis empiristas y pragmatistas.

El materialismo sostiene que la realidad está compuesta exclusivamente por cosas


concretas o materiales, sean éstas ponderables, como los átomos, o imponderables, como
la luz. El realismo, en cambio, sostiene que el ser humano puede conocer las cosas, aunque
sólo sea parcial y gradualmente. Se puede ser materialista sin ser realista, y realista sin ser
materialista.

Los científicos y técnicos suelen adoptar tácitamente una filosofía que es, a la vez,
materialista (ya que no andan a la caza de fantasmas) y realista (ya que se proponen
averiguar cómo son las cosas de que se compone el mundo). El materialismo venció hace
tiempo en física y química; triunfó en biología con Darwin; se está abriendo camino en la
psicología con ayuda de la fisiología, y en las ciencias sociales, con ayuda de algunas ideas
de Marx convenientemente modernizadas. En cuanto al realismo, aún está subdesarrollado.

El marxismo ha unido al materialismo con la dialéctica, doctrina confusa formulada en el


tosco lenguaje de los presocráticos y románticos. Según Lenin, la dialéctica es la doctrina de
la unidad de los opuestos. Todo cuanto existe estaría compuesto de entes, propiedades o
procesos que se oponen entre sí hasta que se forma una nueva síntesis o unidad, la que a
su vez se escindiría en dos nuevos opuestos, los que lucharían hasta formarse una nueva
síntesis, y así sucesivamente. Se dice que cada una de estas etapas niega la anterior.

Desgraciadamente, esta tesis central de la dialéctica es oscura: no se sabe a ciencia cierta


en qué consisten la oposición y la negación. Si se afirma que toda cosa concreta está
compuesta de partes opuestas entre sí, es fácil encontrar contraejemplos, tales como el
electrón, el fotón y el neutrino. Si en cambio la tesis se interpreta en términos de
propiedades, la tesis resulta falsa, ya que no es cierto que toda cosa sea a la vez pequeña y
grande, valiosa y disvaliosa, etcétera. Tampoco se puede interpretar correctamente como
una oposición entre procesos, ya que no puede haber procesos contrapuestos en el seno
de las cosas simples, y no todo sistema compuesto está sujeto a transformaciones
mutuamente opuestas. Lo que hay es solamente algunos ejemplos de cosas complejas en
que algunas partes, propiedades o procesos se oponen entre sí. De modo que la ley de la
lucha e interpenetración de los opuestos no es una ley.

La única de las llamadas leyes de la dialéctica que parece gozar de validez universal es la
llamada ley de la transformación de la cantidad en cualidad, y recíprocamente. Pero
formulada de esta manera es un mero disparate, ya que toda cualidad se da en alguna
cantidad, y toda cantidad lo es de alguna propiedad. La formulación correcta es más bien
esta otra: en todo proceso de crecimiento o decrecimiento llega un momento en que se
produce un cambio cualitativo, es decir, emerge o desaparece alguna propiedad. Por
ejemplo, cuando nace o muere un miembro de una familia se forman o' desaparecen ciertos
lazos familiares, y el estilo de vida de la familia cambia.

Hay, pues, algo de cierto en la dialéctica: la afirmación del carácter cambiante de todas las
cosas y de la emergencia de nuevas propiedades en el curso del desarrollo. Pero estas ideas
no son exclusivas de la dialéctica materialista. Además, los marxistas siguen formulándolas
en el lenguaje esotérico que han heredado de Hegel, y no han logrado sistematizarlas en
una teoría coherente y conforme con las ciencias naturales y sociales. Lo que es peor, la
dialéctica ha infectado al materialismo tornándolo casi ininteligible y llenándolo de tesis no
materialistas. Una de éstas es la afirmación de que toda sociedad se divide en una
infraestructura material (la economía) y una superestructura ideal (la política y la cultura),
que unas veces estarían de acuerdo y otras lucharían entre sí. Otra tesis no materialista es
que el cerebro es la base material de la mente, pero ésta es inmaterial y se opone a aquél
al modo en que el idealismo se opone al materialismo. Un materialista consecuente
afirmaría, en cambio, que tanto la cultura como la política son subsistemas materiales de la
sociedad, y que la mente es un conjunto de funciones cerebrales.

En cuanto a la gnoseología marxista, se afirmó más arriba que su tesis realista es importante
y verdadera. Desgraciadamente, nunca ha sido desarrollada en una teoría. Además, está
contaminada por tres tesis que, en el mejor de los casos, son verdaderas a medias. Una es
la tesis empirista de que todo concepto se origina en la experiencia. Contraejemplos: los
conceptos abstractos de la matemática (por ejemplo, estructura algebraica, espacio
topológico, tautología, consecuencia lógica). Otra tesis verdadera a medias es que el criterio
de verdad es la práctica concreta. La praxis pone a prueba las reglas de acción, no los
teoremas matemáticos, ni siquiera las hipótesis de la ciencia factual, las que deben
examinarse a la luz de experimentos controlados, no de aplicaciones. Por ejemplo, el éxito
de la ingeniería egipcia no convalida la tosca física egipcia, sino más bien las reglas prácticas
de que se, valían los artesanos e ingenieros egipcios.

Finalmente, la gnoseología marxista está contaminada por la tesis socio logista, según la
cual la estructura social no sólo estimula o inhibe los procesos cognoscitivos, sino que los
determina incluso en cuanto a su contenido. Por ejemplo, se ha llegado a afirmar que la
obra de Newton reflejó la primera revolución industrial, lo que no explica por qué no hubo
centenares de miles de Newton. Esta exageración del contexto social hace perder de vista
el cerebro individual, la creación propia, y se acerca al mito hegeliano de que el sujeto no
hace sino aprehender el espíritu de los tiempos.

Pero el error gnoseológico más funesto que suelen cometer los marxistas es la
hermenéutica o escolástica: la creencia de que la verdad se encuentra hurgando textos
canónicos. Althusser sostenía que Marx había encontrado sus ideas leyendo a Ricardo, y
esperaba encontrar las propias leyendo a Marx; un discípulo de Althusser aplicó el mismo
método escolástico y escribió un libro titulado Leyendo a Althusser. Por supuesto que ni
Althusser ni su discípulo descubrieron nada nuevo. Para descubrir la realidad hay que
estudiarla científicamente en lugar de limitarse a leer textos que, aunque pueden haber
ayudado a comprender el mundo en el pasado, ya están enmohecidos.

En conclusión, la filosofía marxista, ayer revolucionaria, es hoy conservadora: ha


permanecido en el nivel impreciso de la filosofía romántica y ha resistido toda novedad
producida fuera de su seno. De este modo ha dejado de ser filosofía propiamente dicha
para convertirse en sirvienta de la ideología. A su vez, esta ideología se ha anquilosado por
no fundarse sobre una filosofía y una ciencia social al día. En resolución, el marxismo ha
envejecido mucho y está condenado a morir pronto a menos que se renueve radicalmente.
Esta renovación debiera comenzar por adoptar el enfoque científico y debiera desembocar
en una ciencia social que represente la realidad actual, así como en una filosofía acorde con
la ciencia actual. Sólo una ciencia y una filosofía que armonicen entre sí y que estén de
acuerdo con la realidad pueden ayudar a entenderla y a construir una sociedad carente de
los vicios que aquejan a todas las sociedades actuales: una sociedad equitativa, libre, sin
miedo, culta y dinámica.
IDEAS PRINCIPALES

Párrafo nro. 1: La filosofía marxista básica, como cualquier otra filosofía que se precie,
trata del mundo y de la manera de conocerlo

Párrafo nro. 2: Se puede ser materialista sin ser realista, y realista sin ser materialista.

Párrafo nro°3: Los científicos y técnicos suelen adoptar tácitamente una filosofía que
es, a la vez, materialista (ya que no andan a la caza de fantasmas) y realista (ya que se
proponen averiguar cómo son las cosas de que se compone el mundo).

Párrafo nro°4: El marxismo ha unido al materialismo con la dialéctica, doctrina confusa


formulada en el tosco lenguaje de los presocráticos y románticos.

Párrafo nro°5: Desgraciadamente, esta tesis central de la dialéctica es oscura: no se


sabe a ciencia cierta en qué consisten la oposición y la negación.

Párrafo nro°6: La única de las llamadas leyes de la dialéctica que parece gozar de
validez universal es la llamada ley de la transformación de la cantidad en cualidad, y
recíprocamente.

Párrafo nro. 7: Además, los marxistas siguen formulándolas en el lenguaje esotérico


que han heredado de Hegel, y no han logrado sistematizarlas en una teoría coherente y
conforme con las ciencias naturales y sociales.

Párrafo nro°8: En cuanto a la gnoseología marxista, se afirmó más arriba que su tesis
realista es importante y verdadera.

Párrafo nro°9: Finalmente, la gnoseología marxista está contaminada por la tesis socio
logista, según la cual la estructura social no sólo estimula o inhibe los procesos
cognoscitivos, sino que los determina incluso en cuanto a su contenido.
Párrafo nro°10: Pero el error gnoseológico más funesto que suelen cometer los
marxistas es la hermenéutica o escolástica: la creencia de que la verdad se encuentra
hurgando textos canónicos.

Párrafo nro°11: En conclusión, la filosofía marxista, ayer revolucionaria, es hoy


conservadora: ha permanecido en el nivel impreciso de la filosofía romántica y ha resistido

toda novedad producida fuera de su seno .


SISTESIS 1
La filosofía marxista básica, como cualquier otra filosofía que se precie, trata del mundo y
de la manera de conocerlo Se puede ser materialista sin ser realista, y realista sin ser
materialista. : Los científicos y técnicos suelen adoptar tácitamente una filosofía que es, a
la vez, materialista (ya que no andan a la caza de fantasmas) y realista (ya que se proponen
averiguar cómo son las cosas de que se compone el mundo).

SISTESIS 2

El marxismo ha unido al materialismo con la dialéctica, doctrina confusa formulada en el


tosco lenguaje de los presocráticos y románticos. Desgraciadamente, esta tesis central de
la dialéctica es oscura: no se sabe a ciencia cierta en qué consisten la oposición y la
negación. La única de las llamadas leyes de la dialéctica que parece gozar de validez
universal es la llamada ley de la transformación de la cantidad en cualidad, y
recíprocamente. Además, los marxistas siguen formulándolas en el lenguaje esotérico que
han heredado de Hegel, y no han logrado sistematizarlas en una teoría coherente y
conforme con las ciencias naturales y sociales.

SISTESIS 3
En cuanto a la gnoseología marxista, se afirmó más arriba que su tesis realista es importante
y verdadera. Finalmente, la gnoseología marxista está contaminada por la tesis socio logista,
según la cual la estructura social no sólo estimula o inhibe los procesos cognoscitivos, sino
que los determina incluso en cuanto a su contenido. Pero el error gnoseológico más funesto
que suelen cometer los marxistas es la hermenéutica o escolástica: la creencia de que la
verdad se encuentra hurgando textos canónicos.

SISTESIS 4
En conclusión, la filosofía marxista, ayer revolucionaria, es hoy conservadora: ha
permanecido en el nivel impreciso de la filosofía romántica y ha resistido toda novedad
producida fuera de su seno .

LA FILOSOFIA Mario Bunge, reconocido epistemólogo latinoamericano, con obras muy


conocidas como “La nueva religión”, “La investigación científica”, etc. En 1983 publicó el
artículo titulado “la filosofía” que reseñamos a continuación.
RESUMEN
La filosofía marxista básica, como cualquier otra filosofía que se precie, trata del mundo y
de la manera de conocerlo Se puede ser materialista sin ser realista, y realista sin ser
materialista. Los científicos y técnicos suelen adoptar tácitamente una filosofía que es, a la
vez, materialista (ya que no andan a la caza de fantasmas) y realista (ya que se proponen
averiguar cómo son las cosas de que se compone el mundo).

El marxismo ha unido al materialismo con la dialéctica, doctrina confusa formulada en el


tosco lenguaje de los presocráticos y románticos. Desgraciadamente, esta tesis central de
la dialéctica es oscura: no se sabe a ciencia cierta en qué consisten la oposición y la
negación. La única de las llamadas leyes de la dialéctica que parece gozar de validez
universal es la llamada ley de la transformación de la cantidad en cualidad, y
recíprocamente. Además, los marxistas siguen formulándolas en el lenguaje esotérico que
han heredado de Hegel, y no han logrado sistematizarlas en una teoría coherente y
conforme con las ciencias naturales y sociales.

En cuanto a la gnoseología marxista, se afirmó más arriba que su tesis realista es importante
y verdadera. Finalmente, la gnoseología marxista está contaminada por la tesis socio logista,
según la cual la estructura social no sólo estimula o inhibe los procesos cognoscitivos, sino
que los determina incluso en cuanto a su contenido. Pero el error gnoseológico más funesto
que suelen cometer los marxistas es la hermenéutica o escolástica: la creencia de que la
verdad se encuentra hurgando textos canónicos.

En conclusión, la filosofía marxista, ayer revolucionaria, es hoy conservadora: ha


permanecido en el nivel impreciso de la filosofía romántica y ha resistido toda novedad
producida fuera de su seno.
VALORACION (JUICIO CRITICO)
En este artículo que escribe Mario Bunge habla de la tesis de que la filosofía materialista del
marxismo en su vertiente realista es válida, pero que la dialéctica es una idea falsa, aunque
reconoce que la dialéctica refleja una verdad que es el carácter cambiante de las cosas.

Es verdad que el existencialismo y su progenitora, la fenomenología, sirven al fascismo en


que, al preconizar la superioridad de la intuición sobre la razón, y al rechazar la ciencia,
desarman a la independencia de juicio y con ello contribuyen a formar súbditos crédulos,
ignorantes y dóciles, es por ello que la fenomenología y marxismo hoy por hoy no es una
ciencia cierta o es algo que se puede decir discutir todo pero no demostrar o esta en tres
dimensiones

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