Comunicacion Social 2.1 Nerina Zanoni Opinion Publica

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Escuela de Psicologia Social del Sur Comunicación Social

Ideologías – Opinión Pública y Poder


Por Nerina Zanoni

“El hombre de la calle se origina en el desconcierto de no tener un marco de referencia,


el hecho de ser alimentado por rumores contradictorios, mientras siente que la
información real queda fuera de su alcance. Al no soportar la falta de elementos de
comparación. Adjudica ese papel a los medios de comunicación masiva. Establece con
ellos un dialogo de tipo polémico, animado por la desconfianza y condicionado por el
resentimiento de haber sido excluido del proceso” (Critica de la vida cotidiana – Enrique
Pichón Riviere).

Como sujetos sociales, somos desde nuestro nacimiento sujetos en situación de


necesidad y satisfacción con los otros sociales. Necesitamos de otros para sobrevivir y
luego necesitaremos de ellos para ir forjando nuestra subjetividad. Todo nuestro
desarrollo se va gestando en los vínculos que nos conforman como personas dentro de
las prácticas sociales de nuestro crecimiento.

Así también somos sujetos de la opinión. Las personas no suelen tolerar el sin
sentido y no resisten el espacio de la duda por mucho tiempo. Ante la necesidad de
resolver la incertidumbre y la desestructuración que la misma representa y que
desencadena un sentimiento de marginalidad, originado en el “no saber” o estar por
fuera de los circuitos de comunicación y poder; se inicia el camino para salir de esta
posición subjetiva y se busca un punto de inserción, para salir del anonimato.

Entonces, adherir a un pensar colectivo, aparece como una posibilidad “rescate” frente
a la soledad y una posibilidad de formar parte de detrminadopro grupo de pertenencia.
Al lograr cierta pertenencia, el individuo anónimo recupera una identidad que le es
devuelta en el acto de afiliarse a un grupo y adhiere a una ideología.
Optar por una ideología es una decisión que también está compuesta – entre otros
factores – por adherir a una opinión pública.

Así, asumir una postura nos excluye de otra y nos conecta con otros, que como
nosotros adhieren a cierto pensar público. Del efecto ideológico se desprende una
única verdad posible, y por eso es que se vuelve también un factor encadenante y de
clausura en el hombre que suele ser difícil de transgredir. Desde las bases de la
psicología social las verdades no son absolutas, sino que además de ser diversas, son
verdades relativas donde al modificarse sus condiciones de producción también se
modificaría su discurso. Si bien se la relaciona con la creencia y con cierta verdad
pública, también se la considera como un proceso inacabado y en constante
transformación. Desde la mirada psicosocial, no se considera lo absoluto, sino lo
relativo.

Para los medios de comunicación, la opinión pública, es el campo hacia donde apuntan
sus acciones. Construir opinión pública es parte de su tarea y se supone que la misma

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sea hecha con el compromiso de la mayor objetividad posible y la búsqueda de
realidad y verdad. Cuanto más grande sea la adherencia a cierta opinión pública y
mayor reconocimiento tenga la misma, estaremos comenzando a hablar de poder.

“El poder de un Discurso puede estudiarse únicamente en otro discurso, que es


su efecto”(Eliseo Veron)

Eliseo Veron en “Semiosis de lo ideológico y el poder”, explica que la noción de


poder alude a los efectos de un discurso dentro de un tejido determinado de relaciones
sociales. Para que un discurso tenga poder, debe poner en marcha cierta creencia y
esta creencia debe concluir en acciones que itervienen e inciden en la vida cotidiana.

Este es el tipo de poder al que estamos expuestos como sujetos sociales. Adherimos a
opiniones públicas, que de acuerdo a la cantidad de adherentes, pondrá en movimiento
una maquinaria inmensa de producciones sociales de sentido, significaciones y poder
que concluirán en acciones concretas y plasmadas en la vida cotidiana de cada uno de
nosotros.

“La política es la más subjetiva de todas la ciencias, por lo complejo del proceder
humano en su conjunto” (Aristóteles)

El reconocernos a nosotros mismos como actores sociales también nos confiere la


libertad de elección en cuanto a la adherencia ideológica, según lo producido en
nuestros esquemas referenciales y en nuestra subjetividad. Pero también como toda
libertad, subyace en ella la responsabilidad de elegir con la conciencia de que
estaremos determinando un efecto y una causa, que nuestro accionar individual
sumado a las múltiples individualidades, que como nosotros buscan salir del intolerable
anonimato, generaran un movimiento de masa crítica que concluirá en acciones
manifestadas en nuestra vida cotidiana.

Si bien estamos sujetos (sujeto-sujetado) a aquellas estructuras que se fueron


desarrollando en nuestro mundo interno, las mismas no son fijas, tenemos la
posibilidad y el potencial transfromador que propone la apertura al vínculo, a la

experiencia colectiva al cruce con el “otro social” y la cultura como gran estructurador.
La adapatación activa a la realidad y la búsqueda de posibilidades creativas, nos
permite una experiencia para ser más permeables y enriquecernos en la interacción
con otros y en el análisis de los polos contradictorios de las situaciones que se nos
presentan a diario.
El poder de síntesis y de lograr una problematización de las cuestiones está en
nosotros. Asumirlo u omitirlo en una decisión, y en ella una direccionalidad hacia la
adpatación pasiva o hacia la adaptación pasiva. Salud o enfermedad social.

Prensa y Propaganda. ¿Son lo mismo?

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Pensando en los discursos que buscan construir una determinada opinión pública, hay
una distinción muy interesante entre Prensa y Propaganda. Estos términos, considero,
que no deben ser tomados inocentemente como sinónimos.

Prensa: la palabra “prensa” deriva de “Aplicar una Fuerza”. La tarea periodística


tiene como objeto, recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información relativa de la
actualidad. Dentro de su cuerpo ético se supone que para obtener la información se
recurrirá a fuentes fidedignas y verificables.
Si metafóricamente la palabra “Prensa” se conecta con “Aplicar una fuerza”, entonces
como sujetos sociales, debemos comprometernos a pensar, en cuál es el tipo de
discurso, de poder y de efecto, del que somos destinatarios, cuando recibimos
pasivamente una información, sin capacidad de indagación-acción sobre la misma.

¿Cuánto invertimos en reflexionar criticamente sobre una información recibida, o


simplemente nos limitamos a ser receptores pasivos?

Propaganda: Tiene que ver con el lanzamiento de una serie de mensajes que buscan
influir en el sistema de valores de los ciudadanos y su conducta. Principlamente en su
conducta, buscando una acción-reacción en beneficio de los intereses de quienes
emiten esa propaganda. La calidad de esos intereses, es otro nivel de análisis, que
pudiera ser funcional a la mejora de los colectivos sociales u obedecer al beneficio de
poderes individuales y/o monopólicos.
Si es utilizada con un propósito motivacional puede adquirir una acción de control. La
propaganda difunde argumentos para justificar, persuadir o estimular la producción de
determinadas acciones.

Así la influencia de muchos medios masivos de comunicación, apuntan a una


propaganda de sus ideologías más que a una prensa que busca develar y debatir la
realidad oculta en la vida cotidiana. La realidad se presenta como algo que debemos
des-ocultizar, pero ese trabajo también nos cabe a nosotros como espectadores y
como actores sociales. La Tesis de estos polos opuestos está en nuestras manos y en
la forma en la que decidamos incorporar dicha realidad y reproducirla. Si el periodismo
es un Rol Social que opera sobre la comunidad, entonces la comunidad deberá asumir
el contra–rol social correspondiente.

Medios de comunicación y la Unidad y Lucha de Contrarios

Un punto interesante a analizar, es la unidad y la lucha de contrarios.


La principal de las contradicciones es nuestra propia contradicción interna. Y no
debemos olvidar que esa misma contradicción es el punto desde donde nos paramos a

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mirar la realidad. Tratamos de abordar una realidad social que también se nos presenta
en constante contradicción. La realidad que se nos presenta es dual, ni más ni menos,
que nosotros mismos. Podemos observar sin mayor dificultad los polos opuestos que
nos proponen los medios masivos de comunicación en sus discursos.
Lo peligroso de la situación, es no poder ver que también constituyen una Unidad. Esta
Realidad no se trata de una realidad homogénea sino que está integrada por partes
que se contradicen mutuamente y que son opuestas entre sí. De esta forma, la realidad
que consumimos a través de los medios de comunicación, debe ser incorporada como
una unidad relativa donde la relación entre ambas partes es de complementariedad y
de lucha.

Los mismos pares contradictorios que solemos aplicar en los micro procesos grupales
(Viejo –Nuevo; Sujeto – Grupo, manifiesto – latente; proyecto – resistencia al cambio;
necesidad – satisfacción), son perfectamente aplicables a la hora de entender el macro
proceso de nuestra realidad social, cultural, política y económica.

Finalmente, podemos pensar que en muchas ocasiones la calidad y cantidad de la


información seleccionada para difundir a la comunidad están puestas al servicio de
anular al polo contrario y pierden de vista el horizonte de una búsqueda y construcción
social de la realidad de nuestra comunidad.

Muchas veces el exceso de información es puesto al servicio de la desinformación,


como un mecanismo de defensa, donde a menudo y como comunidad nos vemos
impedidos de avanzar e impedidos de retroceder.

En este sentido y para dar un cierre a esas ideas, me gustaría proponer una reflexión
acerca del “Triple filtro de Sócrates”:

En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que
profesaba a todos.

Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:

- ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?

- Espera un minuto-replicó Sócrates-antes de decirme nada quisiera que pasaras un


pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.

- ¿Triple filtro?

- Correcto- continuó Sócrates-antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una
buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del
triple filtro.

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- El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a
decirme es cierto?

- No- dijo el hombre-realmente solo escuché sobre eso y...

- Bien-dijo Sócrates-Entonces realmente no sabes si es cierto o no.

- Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo
que vas a decirme de mi amigo?

- No, por el contrario...

- Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea
cierto.

- Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad. ¿Me
servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?

- No, la verdad que no.

- Bien- concluyó Sócrates. Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no


es útil... ¿para qué querría saberlo?.

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