La Fabula Latina
La Fabula Latina
La Fabula Latina
[...]
Es que la fábula es un género popular y tradicional, esencialmente
«abierto», que vive en infinitas variantes, como tantos otros géneros
populares del tipo del refrán y del romance. Los mismos copistas de los
manuscritos se creen autorizados a introducir variaciones intencionadas
de contenido, estilo o lengua. Hay infinitas derivaciones,
contaminaciones, prosificaciones, versificaciones, etc. Las fábulas pasan
de los ejemplos sueltos a las colecciones y al revés, indefinidamente. Y
las colecciones aumentan o disminuyen su material, se escinden, etc.
Todo esto crea un panorama confuso.”
2
La fábula latina
Antes de Fedro
La fábula, por su carácter tan marcadamente popular, se encuentra un poco al
margen de la literatura oficial y tiene un acceso limitado tan sólo a los géneros
más humildes del canon literario de la Antigüedad clásica: en la comedia, en
Plauto, hay numerosas alusiones a fábulas, como la de el buey y el asno en
Aulularia, la de el carnero guardado por el lobo en Pseudolus, o la fábula de la
lechera en Rudens.
Pero sobre todo es la sátira el género más abierto para recibir en su seno
elementos diversos y siempre de tipo popular. Ennio contó en sus sátiras
alguna fábula esópica:3 su narración trasluce sencillez, capacidad de narración
vivaz y carácter didáctico y moralizante. Lucilio no nos da facilidades para
seguir la evolución de la trama del género, por el estado fragmentario de su
obra, aunque, al parecer, contó la fábula de la zorra y el león en el libro xxx de
sus Sátiras.
Sin embargo es en Horacio donde encontramos las referencias más
abundantes a la fabulística, principalmente en sus Sátiras (Sermones,4 los
llamaba él) y Epístolas, pues el carácter didáctico y moral de estas obras
cuadran muy bien con el talante de la fábula. Horacio cuenta cuatro fábulas:
la rana y el buey, el ratón de campo y el ratón de ciudad,5 la zorra con el vientre
3
La fábula latina
Fedro
Vida Este espíritu de reivindicación popular se encuentra claramente expresado en
los cinco libros de fábulas que publicó Fedro, el creador de la fábula latina
como género literario. Nació7 en Macedonia (Grecia) hacia el año 15 a.C. y
llegó a Roma como esclavo de Augusto, que posteriormente le concedió la
libertad. Parece que el hecho de que tanto Esopo, creador mítico del género,
como Fedro, su continuador en Roma, fueran de origen servil justificaría el
tono de crítica social.
Las noticias que tenemos de la vida de Fedro proceden en su totalidad de
los prólogos y epílogos de los cinco libros de su obra. Parece que comenzó a
publicar sus fábulas en el reinado de Tiberio y continuó en los de Calígula y
Claudio. En el prólogo al libro III hace mención de las persecuciones que
debió soportar a causa de las ideas difundidas en sus libros por parte de
Sejano, el todopoderoso prefecto de Tiberio. La fecha aproximada de su
muerte se sitúa en torno al año 50 d.C.
Obra Su obra se conoce con el título de Fabulae Aesopiae (“Fábulas Esópicas”).
Los cinco libros comprenden noventa y tres composiciones originales. Cada
libro es sólo una selección de los poemas que se publicaron en su día. Con los
treinta del Apéndice y veinte más de las paráfrasis medievales en prosa, se
completan los ciento cuarenta y tres que conservamos.
Organización y
Las primeras fábulas de Fedro, es decir, las comprendidas en los libros I y II,
contenido de su escritas en tiempos de Tiberio, se atienen más a Esopo: el lobo y el cordero, la
obra zorra y el cuervo, el asno y el león, el grajo orgulloso y el pavo, etc. En la
primera, el lobo y el cordero, expone la amarga historia del débil, sometido
constantemente al ataque de los poderosos. En el relato siguiente, las ranas
pidieron un rey, parece aludir al envilecimiento de los hombres de su época,
dispuestos a la servidumbre, prestos al degradante espectáculo de doblar el
espinazo ante la todopoderosa autoridad imperial.
El libro III lo escribió en la época de Calígula. Su prólogo y epílogo dan
indicios acerca del proceso seguido contra él. Destacan un lobo a un perro y
un pollo a una perla, como las fábulas más conocidas.
Los libros IV y V debieron escribirse en tiempos de Claudio. Sobresalen la
zorra y las uvas, la serpiente en el taller del herrero y el parto de los montes,8
entre las más famosas. En estos libros Fedro amplió gradualmente el horizonte
6 Vid. HOR. Epist. 2, 3, 139.
7 Vid. PHAEDR. 3, 17: Ego, quem Pierio mater enixa est iugo.
8 Es digno de señalar que esta expresión se encuentra incluso en el Diccionario del
español actual, s.u. parto1, p. 3409:
4
La fábula latina
5
La fábula latina
6
La fábula latina
la fábula: debe estar presente en ella para que el lector distinga en la vida real
la verdad de la mentira.
Llama la atención el injusto silencio de los antiguos sobre su obra; parece Consideración por
como si la literatura oficial de su época y de la inmediatamente posterior lo parte de los autores
olvidara a propósito. Efectivamente, Séneca menciona fabellas quoque et antiguos
Aesopeos logos, intemptatum Romanis ingeniis opus,10 despreciando así la labor
de Fedro con el silencio. Tampoco lo menciona Quintiliano cuando trata de la
fábula en su esquema de la educación.11 Sólo se encuentra una mención en
Marcial,12 cuando pregunta si Canio Rufo aemulatur improbi iocos Phaedri,
aunque hay dudas de que este Fedro sea el fabulista. Aviano, ya en el siglo IV
d.C., declara en el prólogo de sus fábulas conocer la obra fedriana: Phaedrus
etiam partem aliquam quinque in libellos resoluit.13 Probablemente el público
al que Fedro dirigió sus fábulas y el tono de crítica de las mismas lo alejó de la
literatura oficial de la época.
Opiniones de
“Nos encontramos ante un poeta original, no ante un compilador y expertos modernos
transmisor de material tradicional, popular, más o menos retocado. Y
ante un poeta original que no es un simple estilista, como Babrio, sino,
al tiempo, un hombre de idea y de pasión.”14
7
La fábula latina
Después de Fedro
Aviano (siglo IV Después de Fedro no tenemos noticias de que se cultive el género fabulístico
d.C.) hasta la época tardía (siglo IV d.C.). En los manuscritos aparece, fechable
quizá en la parte final del siglo IV d.C. o en la primera mitad del siglo V d.C.,
un conjunto de 42 fábulas escritas en dísticos elegíacos, 16 dedicadas a
Macrobio Teodosio, atribuidas a Aviano.
Estilo y propósito Su propósito, amparándose en la inspiración que le proporcionaron las
colecciones de Esopo, Fedro y Babrio, pero también Horacio y Ovidio, es
superar el modelo lingüístico que ofrecía Fedro, que él considera pobre. Su
tendencia a la ampulosidad y a la pendantería es notable, y su capacidad de
digresión hacia el recurso mitológico, mucho mayor que la de Fedro. Ello no
le evita un uso más bien pedestre de la sintaxis, aunque conviene decir que
todavía domina la técnica del verso postclásico. Hay que reconocer, sin
embargo, la influencia que ejerció su colección en la Edad Media.
16 El dístico elegíaco era una estructura métrica compuesta de un par de versos en los
que se alternaban un hexámetro y un pentámetro. Cf. Diomedes, en Grammatici Latini,
ed. H. Keil, Leipzig, 1857, vol. I, p. 484: Elegia est carmen compositum hexametro versu
pentametroque alternis in vicem positis. El esquema métrico del dístico elegíaco sería el
siguiente:
⏕|⏕|⏕|⏕||
⏕⏕ |
8
La fábula latina
9
La fábula latina
Traductio traductionis
19 Una de las obras más originales y menos conocidas de Robert Louis Stevenson
(1850-1894) son sus Fábulas, una heterogénea colección de relatos breves publicadas
póstumamente. Pese a su relativa oscuridad, estas piezas han tenido siempre grandes
admiradores. Así, Jorge Luis Borges declaró a menudo cuánto les debía y en los últimos
años de su vida llegó a publicar una traducción de las Fábulas, en cuyo prólogo afirmaba
que, si bien se trataba de “un libro lateral” en la obra del autor escocés, también era “una
breve y secreta obra maestra” en la que estaban toda “su imaginación, su coraje y su gracia”.
10
La fábula latina
Phaedri fabulae
Fábulas de Fedro
11
La fábula latina
Phaedri fabulae
Lupus et agnus (I, 1)
12
La fábula latina
Fábulas de Fedro
La siguiente antología sólo tiene como fin mostrar algunos ejemplos de las fábulas de Fedro
en latín y en castellano, pero puede muy bien usarse en los últimos cursos de bachillerato para
practicar algunas cuestiones de sintaxis que los alumnos ya deberían conocer.
Los textos latinos están tomados de Phaedri Augusti liberti Fabulae Aesopiae. Recognovit et
praefatus est Lucianus Mueller, Leipzig, 1888 (disponible en la siguiente dirección:
https://archive.org/details/phaedriaugustil00schagoog) y las traducciones pertenecen a Fedro,
Fábulas (traducción de Antonio Cascón Dorado), 2005..
13
La fábula latina
14
La fábula latina
15
La fábula latina
16
La fábula latina
17
La fábula latina
18
La fábula latina
V éase reflejado en esta fábula quien ataca con diente malvado a uno más
mordaz.
Una víbora entró en el taller de un herrero. Buscando si había algo de
comer, mordió una lima. Ésta, replicó sin inmutarse: «¿Por qué, estúpida,
intentas herirme con tu diente a mí, que acostumbro a desgastar toda clase de
hierro?».
19
La fábula latina
Apéndice
Aulus Gellius, Noctes Atticae 2, 2921
XXIX. Apologus Aesopi Phrygis memoratu non inutilis
AESOPUS ille e Phrygia fabulator haut immerito sapiens existimatus est, cum
quae utilia monitu suasuque erant, non severe neque imperiose praecepit et
censuit, ut philosophis mos est, sed festivos delectabilesque apologos
commentus, res salubriter ac prospicienter animadversas in mentes
animosque hominum cum audiendi quadam inlecebra induit. [2] Velut haec
eius fabula de aviculae nidulo lepide atque iucunde promonet, spem
fiduciamque rerum quas efficere quis possit haut umquam in alio, sed in
semetipso habendam. [3] “Avicula,” inquit, “est parva, nomen est cassita. [4]
Habitat nidulaturque in segetibus, id ferme temporis, ut appetat messis pullis
iam iam plumantibus. [5] Ea cassita in sementes forte congesserat
tempestiviores; propterea frumentis flavescentibus pulli etiam tunc involucres
erant. [6] Dum igitur ipsa iret cibum pullis quaesitum, monet eos ut, si quid
ibi rei novae fieret dicereturve, animadverterent idque uti sibi, ubi redisset,
nuntiarent. [7] Dominus postea segetum illarum filium adulescentem vocat et
'Videsne,' inquit, 'haec ematuruisse et manus iam postulare? Idcirco die
crastini, ubi primum diluculabit, fac amicos eas et roges veniant operamque
mutuam dent et messim hanc nobis adiuvent.' [8] Haec ubi ille dixit, et
discessit. Atque ubi redit cassita, pulli tremibundi, trepiduli circumstrepere
orareque matrem ut iam statim properet inque alium locum sese asportet;
'nam dominus,' inquiunt, 'misit qui amicos roget uti luce oriente veniant et
metant.' [9] Mater iubet eos otioso animo esse: ' Si enim dominus,' inquit,
'messim ad amicos reicit, crastino seges non metetur neque necessum est
hodie uti vos auferam.' [10] “Die,” inquit, “postero mater in pabulum volat.
Dominus quos rogaverat opperitur. Sol fervit, et fit nihil; it dies, et amici nulli
eunt. [11] tum ille rursum ad filium 'amici isti magnam partem,' inquit,
'cessatores sunt. Quin potius imus et cognatos adfinesque nostros oramus ut
assint eras tempori ad metendum?' [12] Itidem hoc pulli pavefacti matri
nuntiant. Mater hortatur ut tum quoque sine metu ac sine cura sint, cognatos
adfinesque nullos ferme tam esse obsequibiles ait, ut ad laborem capessendum
nihil cunctentur et statim dicto oboediant: 'Vos modo,' inquit, 'advertite, si
modo quid denuo dicetur.' [13] Alia luce orta avis in pastum profecta est.
Cognati et adfines opera, quam dare rogati sunt supersederunt.
21 Cf. A. Gellius, The Attic Nights, John C. Rolfe (ed.), 1927, pp. 222 y ss.
20
La fábula latina
22 Cf. A. Gelio, Noches áticas; introducción, traducción, notas e índices M.-A. Marcos
Casquero, A. Domínguez García, 2006, pp. 173 y ss.
21
La fábula latina
22
La fábula latina
23
La fábula latina
23 Cf. Q. Horati Flacci Opera, recognovit brevique adnotatione critica instruxit Eduardus
C. Wickham, editio altera curante H. W. Garrod, 1901.
24
La fábula latina
24 Traducción de José Luis Moralejo en Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte poética, 2008,
pp. 179 y ss.
25
La fábula latina
26