La Precariedad en La Gestion Publica
La Precariedad en La Gestion Publica
La Precariedad en La Gestion Publica
EVALUACIÓN PARCIAL
INTEGRANTES:
I. DATOS INFORMATIVOS:
El estudiante diseña una propuesta ciudadana global que muestre tres dimensiones
de mejora: dimensión política, dimensión ética y dimensión cultural.
III. INDICACIONES
Para el desarrollo del examen final, debes considerar:
IV. ANEXOS:
Fase preliminar individual (lectura y estudio del caso para tomar conciencia de la
situación
- ¿Qué necesitamos conocer y hacer las peruanas y los peruanos para dar
respuesta al desafío de garantizar la calidad de vida?
- ¿Qué dimensiones están inmersos en este contexto?
Aspecto de infraestructura
La precariedad, en la historia urbana de nuestra ciudad, ha estado ligada a una gran falta de
recursos que llevó a sus habitantes a vivir en lugares inadecuados y en contextos de pobreza y
desorden. De manera paralela, ha prevalecido en esta historia el deseo y el enorme esfuerzo
por ser pobladores de una ciudad que, desde mediados del siglo XX, creció vertiginosamente.
En Lima podemos identificar dos tipos de ciudad: la urbana y la conurbana. La primera
corresponde a los distritos más antiguos, ubicados en la parte central, cuyos terrenos han sido
apropiados con los años por el capital inmobiliario y las inversiones financieras. La “otra
ciudad” es aquella construida en las márgenes de los ríos, las faldas de los cerros y los arenales,
donde traficantes de terreno han aprovechado las necesidades de las personas. Eso ha dado
lugar a una enorme cantidad de asentamientos humanos, que con el tiempo fueron
consolidándose. Los primeros barrios y distritos, idealmente, cuentan en la actualidad con una
infraestructura dotada de áreas verdes, con una zonificación donde se ha logrado planificar,
mal que bien, distintas actividades como la vivienda, el comercio, la educación y servicios que
pueden ofrecer una mínima calidad de vida ciudadana. De manera contrastante, en otros
distritos de la capital del Perú las carencias siguen siendo dramáticas. Finalmente, en nuestra
ciudad, todos vivimos algún tipo de precariedad. En general reina un sentimiento de
inseguridad, desorden, informalidad, la angustia del día a día, la ausencia de áreas públicas y
todo aquello que permite vivir plenamente en armonía con la ciudad.
El Perú enfrento una pandemia que ha puesto en jaque el Sistema de Salud público, el cual no
recibe más del 4% del Producto Bruto Interno, lo que lo convierte así en uno de los sistemas
sanitarios peor financiados de América Latina. En el Perú, por ejemplo, casi 8 millones de
personas no cuentan con agua potable y según informes oficiales del Ministerio de Vivienda y
Construcción, existe un déficit de 1 millón 800 mil viviendas, entre familias que no cuentan con
una vivienda o habitan una vivienda precaria. Sin embargo, millones de trabajadores,
desempleados o sub empleados viven en ambientes muy pequeños, alquilados o en viviendas
precarias en las zonas periféricas de Lima y de otras ciudades del país donde, en muchos casos,
no cuentan con agua potable o servicios sanitarios básicos, además de que tampoco cuentan
con los recursos económicos suficientes para poder subsistir porque, o son trabajadores
ambulantes o porque tienen trabajos que solo les permite vivir del “día a día”. Para nosotros
las cosas no son así, por eso decimos que esta crisis sanitaria que vivimos implica discutir
también el problema de la vivienda o de servicios básicos como el agua en el Perú, ya que
millones hoy pasan la cuarentena en viviendas precarias e inseguras ubicadas en los cerros u
arenales de la periferia de las ciudades sin contar con los servicios básicos y por tanto quedan
expuestos al contagio no solo del COVID-19, sino de otras enfermedades como el dengue que
hoy ya lleva más de 12.288 contagiados en todo el país. Por eso y para que estas personas se
queden en sus hogares y cumplan la cuarentena, el estado debería garantizar como mínimo un
salario equivalente al costo de la canasta básica familiar a todas y todos aquellos que no
tengan un trabajo formal, y, por otro lado, se debería implementar planes de vivienda que
impliquen la construcción de viviendas financiadas por el estado a costo cero de intereses para
que quienes hoy padecen la crisis de vivienda puedan vivir dignamente y en lugares seguros.
La construcción de viviendas en nuevos núcleos urbanos, prácticamente aislados de la
actividad productiva, industrial y comercial, no solucionaron los problemas existentes debido
principalmente a que no existía "trabajo" cerca de estos núcleos.
En relación a las políticas de inversiones en estos años, un estudio de la UNICEF concluye que:
"Existe una desvinculación entre los planes urbanos, la política de inversiones y la acción
generada por el fenómeno barrial, situación está que ha llevado a una suerte de "planificación
a posteriori", de altísimo costo social y económico. Este marco político-institucional ha
contribuido a establecer una acción estatal, fragmentaria, discontinua e inestable,
determinando la dispersión de los esfuerzos sectoriales y la frustración de la participación de la
población en la satisfacción de sus propias necesidades". El Plan Nacional de Vivienda
aprobado en el 2003 realiza un diagnóstico exhaustivo del problema de la vivienda y plantea
una gama
amplia de posibles soluciones. Reconoce, por ejemplo, como patrones de ocupación del suelo
residencial, la invasión, la formalización y la urbanización progresiva.
En el marco de este Plan Nacional, el Banco de Materiales tiene en la actualidad los siguientes
programas: De apoyo al autoconstrucción de viviendas, De Vivienda Progresiva y De Vivienda
Básica. Los tres programas indirectamente pueden servir para el mejoramiento de la vivienda,
pero el segundo contempla de manera explícita que los préstamos que se otorgan pueden ser
empleados para la construcción de núcleo básico de material noble (30 m2), módulos de
material liviano (18 m2), ampliación y/o mejoramiento de la vivienda.
Según Turner, existe un problema de vivienda cuando los recursos disponibles para la vivienda
no son invertidos en programas de vivienda o cuando los mismos no están produciendo una
recuperación razonable.
"Diferentes modos de vida son entonces tan o más significativos que la condición física de la
vivienda, la tenencia o hasta la renta. Tomemos, por ejemplo, el caso de dos familias vecinas
en un corralón de los tugurios limeños de tipo barato: uno de los hogares es muy pobre ya que
el jefe de familia, desde su llegada a la ciudad, está desempleado o tiene ocupaciones
temporales; el otro tiene ingresos irregulares aunque típicamente bajos. Ambos pagan la
misma renta que será más alta para la familia más pobre, pero relativamente baja para la
menos pobre. Yo sugeriría que la familia menos desposeída tiene el problema de vivienda más
agudizado por estar ellos sufriendo innecesariamente de las condiciones físicas del
tugurio y sufrirían aún más si fueran desalojados; el hogar más pobre está menos preocupado
del estado de su vivienda y mucho más preocupado con el problema de llenar el estómago. Los
últimos están probablemente menos preocupados por la amenaza del desalojo, ya que están
preparados para soportar condiciones extremadamente primitivas.
Un informe de la ONU, hacia 1963, menciona que la falta de interrelación entre las diferentes
políticas de Estado, era uno de los principales obstáculos para la solución del problema de la
vivienda en el país; releyendo el texto bien podría afirmarse que sus apreciaciones tienen aún
vigencia.
"La mayor parte de las políticas de vivienda en el Perú no han sido definidas de manera formal,
pero se encuentran implícitas en los planes, programas y proyectos existentes y deben ser
interpretadas. Una definición oficial de las políticas de vivienda proporciona una base lógica y
continua para las actividades de interés público y privado: por eso, su definición es un requisito
indispensable para llegar a una solución satisfactoria del problema de la vivienda en el Perú.
Una política de vivienda realista y efectiva debe estar vinculada a las políticas económicas, de
desarrollo social y planificación física del país. La interrelación de estos elementos se ha
establecido oficialmente a través de la reciente creación del Consejo Nacional de Desarrollo
Económico y Social, pero su estructura administrativa aún debe someterse a prueba y
organizarse.
Se requieren políticas específicas sobre la tierra para que los terrenos urbanos se vean libres
de especulación o usos improductivos, y estén disponibles para viviendas. Una tributación
apropiada sobre bienes raíces, que contribuya a guiar y controlar el uso de la tierra y a
proporcionar los ingresos municipales necesarios, podría desempeñar una importante función
en la integración efectiva de la vivienda dentro de los planes generales de planificación física y
redundar en una creciente participación del gobierno local en la provisión de viviendas.
La estructura administrativa del sector de la vivienda del Gobierno del Perú ha estado
sometida a una serie de cambios en los últimos años, en su mayoría durante 1962 y 1963.
Aunque sigue predominando la centralización, la estructura mejorada de la organización
tiende a asegurar un mayor grado de coordinación y de definición funcional que en el pasado"
5. IMPACTO DE LA PROPUESTA CIUDADANA GLOBAL
3. Concienciación a la población
4. El Hacinamiento
2023 2024
ACTIVIDADES RESPONSABLES
JUL AGO SET OCT NOV DIC ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP
1 Estudio de suelos Luis Alberto Noblecilla Mantilla X X
2 Evaluación de riesgos Luis Alberto Noblecilla Mantilla X X
3 Concientización a la población. Jonathan Guevara cárdenas X
4 Hacinamiento en carpa Johel Arly Chavez Heraso X
5 Programas Sociales Angel Rodolfo Atoche Reque X X X
6 Acciones Integrales Rogers Basto Minaya X X
RÚBRICA PARA EVALUAR DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN DEL CIUDADANO GLOBAL
NIVELES DE LOGRO
CRITERIOS TOTAL
SATISFACTORIO EN PROCESO INICIO
4 2 0
8 5 1
4 2 1
TOTAL