Dinamicas de Grupos
Dinamicas de Grupos
Dinamicas de Grupos
DINÁMICA 1
Duración: 15 minutos
Destinatarios: Adultos
Objetivos
Espacio
Material
Desarrollo de Actividad
Podemos romper el hielo lanzando al grupo la pregunta ¿Qué es hablar del sexo?
Seguramente, a parte del revuelo y de las risas, alguna persona comente que
hablar de sexo, es expresar lo que nos gusta, lo que nos apetece, cómo queremos
que sucedan las cosas, si queremos utilizar protección, etc. A continuación,
podemos lanzar preguntas como: ¿Es fácil nombrar lo que nos gusta y lo que no
nos gusta? ¿Estamos acostumbradas a hacerlo? ¿Da vergüenza, corta el rollo?
¿Cómo sabemos lo que le gusta a la persona con la que compartimos nuestra
sexualidad? Lo cierto, es que, en muchas ocasiones, tanto a personas jóvenes
como adultas, negociar y hablar del sexo que vamos a hacer puede parecernos
algo difícil, torpe, o vergonzoso, quizá porque tendremos que verbalizar nuestros
deseos y nuestros límites, y generalmente no estamos acostumbradas a hacer
eso. Los pactos de negociación pueden ser muy variados y amplios, pero los
imprescindibles son:[...]
Situación 1. Quiero sentirte piel con piel. Pedimos al grupo que expliquen con sus
propias palabras qué sucede en la escena. A continuación, les preguntamos cómo
se sienten las personas protagonistas (cómodas, amorosas, calientes) y que se
está negociando; en este caso el uso del preservativo. Es interesante explorar
cómo se siente la protagonista cuando su pareja le propone hacerlo sin protección
con frases como: ¡va venga que te gustara! El otro día no pasó nada. Yo controlo.
Quiero sentirte piel con piel. ¿Es que no confías en mí? Debatiremos
colectivamente a través de preguntas como: ¿Cuál es la intención de estas
frases?, ¿quiere hacerle cambiar de opinión?, ¿por qué? Conduciremos el debate
visibilizando las frases del protagonista como frases de presión, de manipulación
dulce, de chantaje amoroso… Es interesante reflexionar sobre cómo detrás de
estas violencias machistas, en ocasiones, la persona que las ejerce ni siquiera es
consciente de la posición de poder desde la que está actuando. Es fundamental
generar una reflexión grupal para tomar consciencia sobre cómo la des-
responsabilización del uso de protección, la presión, la insistencia, lo cual, en
relaciones heterosexuales, significa muchas veces la imposición de la marcha
atrás. Este tipo de violencias están tan naturalizadas, que la mayoría de veces,
caen en el terreno de la impunidad, pues las personas no las identifican como
tales. Si queremos seguir hilando fino, analizaremos a continuación, las
estrategias que pone en marcha la chica: la escucha interna, la identificación del
malestar, la comunicación, el humor y la ironía para darle la vuelta a las frases de
presión, la propuesta de innovar y realizar nuevas prácticas… En definitiva, la
protagonista reacciona ante la presión expresando sus malestares y explicando
por qué no le apetece hacer la marcha atrás.Es conveniente asegurarnos de que
todas las participantes entienden en qué consiste la marcha atrás (retirar el pene
de la vagina antes de la eyaculación) y hacer hincapié en que no es un método
contraceptivo eficaz (la presencia del líquido preseminal, al contener
espermatozoides, aunque menor medida que el semen, también puede provocar
el embarazo).La incertidumbre, que provoca esta práctica de riesgo, es el motivo
del malestar que siente la protagonista. Es crucial visibilizar ese malestar, para
generar reflexiones y aprendizajes significativos en el alumnado. Atendiendo a
este malestar ¿La marcha atrás genera más placer o más bien lo dificulta?
Podemos complementar el debate con estas orientaciones educativas:[...]
Situación 3: Hoy estoy más de mimitos... Pedimos al grupo que expliquen con sus
propias palabras qué sucede en la escena. A continuación, les preguntamos cómo
se sienten los protagonistas y qué se está negociando.La clave de esta escena es
que nos permite pensar en estrategias para decir que “no” aunque no nos hayan
preguntado. A pesar de saber que, para asegurar entornos de sexualidades libres
y placenteras, tenemos la responsabilidad de preguntarnos qué nos apetece con
las personas con las que compartimos sexualidad, también sabemos que muchas
veces esto no sucede así por muchos motivos: en el porno, referente audiovisual
del sexo por excelencia (sobre todo para los chicos), no se habla; no sabemos
cómo comunicar qué nos gusta y qué nos apetece; hablar da vergüenza; parece
que si preguntas es porque no tienes ni idea de sexo; etc. Por eso, tener
estrategias para decir que “no” aunque no nos hayan preguntado es una
herramienta de reducción de riesgos. En este caso, de reducción del riesgo de
tener sexualidades sin ganas o no placenteras.Podemos empezar comentando
cómo hablar de si nos apetece tener sexo. ¿Cómo preguntarle a alguien si tiene
ganas? Podemos hablar de los miedos y las inseguridades que se movilizan al
preguntar: preguntar abre la posibilidad a que nos digan que no. En este sentido,
la pregunta es una herramienta que abre espacios para que todo el mundo pueda
sentirse a gusto. En general, es mucho más fácil decir que no, si nos han
preguntado. ¿Cómo nos sentimos cuando nos dicen que no? ¿Qué sentimos que
se pone en juego? Podemos hablar de como asociamos el “no” al miedo a no
gustar, a que se apague la chispa… También podemos hablar de cómo sabemos
(cada quién consigo misma/o) si nos apetece tener sexo y qué tipo de sexo nos
apetece. De la necesidad de preguntarnos y escucharnos a nosotras mismas. De
la autoescucha sin juicio. Pero, de hecho, en esta escena no se preguntan
exactamente si tienen ganas. Hay uno de los chicos que tiene ganas de sexo más
genital, y otro que no. El primero le hace saber al segundo sus ganas: me pones
como una moto; venga, dame de eso que me gusta tanto… Y ahí viene la clave de
la escena. ¿Cómo hace el segundo chico para decirle al otro que no tiene ganas
de sexo genital? A veces querremos decir un “no” tajante. Un “no” de límite, de “ni
te acerques”. Y otras veces, pensar en el “no” como cierre, como clausura, como
imposibilidad, hace que nos sea más difícil de plantear. Pero podemos pensar
también en el “no” como matiz, como contrapropuesta, como partícula que abre
otras posibilidades. “No quiero sexo genital, quiero besitos y chucharita”. “No
quiero que te metas dentro, me dan muchas más ganas de besitos en el cuello”,
etc. A veces, el “no” como contrapropuesta hace que nos sea más fácil de
plantear. Siguiendo a Aurore Valverde Lugand, podemos pensar en el “no”
generoso[3].[...]
Situación 4. ¿Te crees que a todas nos va a gustar lo mismo? Pedimos al grupo
que expliquen con sus propias palabras qué sucede en la escena. A continuación,
les preguntamos cómo se sienten las protagonistas y qué se está negociando.
Podemos empezar contrarrestando el mito de que hablar corta el rollo.
Precisamente, en esta escena, lo que corta el rollo es no haber hablado. No es
tanto que a la chica le haya dolido el cachete, sino que le ha hecho sentir como un
objeto. Podemos preguntar si les parece que la escena es realista, y si sucede
más de chicos a chicas o al revés y por qué. Esto nos dará para hablar del porno y
de cómo nos afectan los mandatos de género en nuestras sexualidades. ¿Quién
se supone que tiene que saber y “llevar la iniciativa”? ¿Quién se supone que tiene
que complacer y hacer todo para gustarle al otro? ¿Cómo podemos transformar
estas situaciones? ¿Qué estrategias pone en marcha la protagonista? A la
práctica, en esta escena, ¿quién tenía más idea de sexualidad?Podemos
aprovechar para hablar de si a todo el mundo le gusta lo mismo, o de si a una
misma persona siempre le apetecerá lo mismo. Y de cómo podemos saber qué le
gusta y qué le apetece a la persona con la que estamos recogiendo
colectivamente las premisas que ofrece la protagonista. Aunque el punto de
inflexión de la escena no tiene tanto que ver con el dolor, podemos aprovechar
para hablar de ello. Ninguna práctica sexual debe provocar dolor, lo que buscamos
las personas al vivir nuestra sexualidad es placer[4].Si hay algo que nos duele es
porque hay algo que no estamos haciendo bien: cambiamos de postura, de
práctica, de lugar o de amante, pero el sexo no tiene que doler, tiene que dar
placer[...]
DINÁMICA 2
Duración: 10 minutos
Destinatarios: adultos
Objetivos
Material
El preservativo aprieta: lo podemos estirar con las manos y ver cuánto de elástico
es. A pesar de eso, puede haber personas a las que les incomode. Se pueden ir
probando marcas y modelos diferentes (en las farmacias podemos encontrar
algunos más grandes) hasta encontrar uno que sea más cómodo. Igualmente,
para cumplir su función, el preservativo para pene tiene que quedar ajustado. Una
alternativa puede ser usar el preservativo para vagina y/o ano.
Con preservativo no se siente nada: se puede colocar la mano dentro y ver cómo
se siente el tacto por fuera, y comprobar que es cierto que se siente algo distinto,
pero no es real que no se sienta nada. Esto sirve para que las chicas y los chicos
que nunca han usado un preservativo puedan dimensionar la diferencia de
sensibilidad a nivel de piel. Además, podemos aprovechar para hablar de
sensibilidad en sentido amplio: ¿La sensación solo tiene que ver con la piel? ¿Y
solo con la piel del pene? ¿O tienen que ver también con estar tranquilos/as?
¿Con poder poner toda la atención en el placer, y no tener que estar pendiente de
“salir” o de que “salga” a tiempo? ¿Puede ser que la preocupación por posibles
embarazos o transmisión de infecciones nos haga sentir menos placer? También
podemos comentar que para chicos que llegan muy rápido al orgasmo (cosa
especialmente común en las primeras experiencias) el preservativo es una gran
solución, no solo para evitar embarazos o ITS, sino también para alargar el placer.
La idea de esta discusión es confrontar la lógica hiperextendida de que el
preservativo “corta” el placer, ofreciendo otros relatos, otras posibilidades de
pensar la misma situación, en las que el preservativo mejora, alarga o intensifica el
placer.
Se ofrece al grupo un espacio para poder realizar las consultas que deseen
respecto a los temas que relacionen con la sexualidad y que se han podido
trabajar con otras dinámicas. Para facilitar que los/las jóvenes hagan preguntas se
pueden poner sobre una mesa los MAC, folletos informativos sobre las ITS, etc.?
DINAMICA 3
Duración: 1 hora
Objetivos
Conocer los Derechos Sexuales. Identificar situaciones en las que se
vulneran los Derechos Sexuales.
Favorecer estrategias que faciliten la autonomía y el empoderamiento en el
ejercicio de los Derechos Sexuales.
Reflexionar sobre cómo el machismo, la LGTBIfobia, el capacitismo y el
racismo nos afecta en la vivencia de nuestras sexualidades.
Espacio
Una sala lo suficientemente amplia para que las personas puedan distribuirse
en pequeños grupos (4) y posteriormente en semicírculo.
Material
Desarrollo de la Actividad
Hacemos una pequeña introducción sobre los Derechos Sexuales (DS): Los
Derechos Humanos son inalienables, universales y configuran un marco
generador de bienestar, calidad de vida y convivencia para las personas. Los
Derechos Sexuales, en cuanto que Derechos Humanos, son imprescindibles
para el desarrollo y, las sociedades no pueden ser justas y equitativas sin el
reconocimiento y ejercicio pleno de los Derechos Sexuales de toda la
población. La vulneración de los Derechos Sexuales supone una vulneración
de los Derechos Humanos. Los Derechos Sexuales emanan de los derechos a
la libertad, igualdad, privacidad, autonomía, integridad y dignidad de todas las
personas. Se basan en los siguientes principios éticos:
Cuando hablamos del ejercicio de los DS no sólo estamos hablando del acceso
a la atención en salud sexual y reproductiva, o de recibir información veraz y
oportuna, sino que apuntamos más lejos: que todas las personas, sin ningún
tipo de discriminación, podamos tomar nuestras propias decisiones en todo
aquello relacionado con nuestra sexualidad; estamos hablando de Autonomía:
de aprender a decidir de forma libre e informadas, aprender a detectar nuestras
necesidades, nuestros deseos y a comunicarlos. El Derecho de Autonomía es
la piedra angular de los DS.
La persona dinamizadora pasará por cada grupo para asegurarse que hayan
entendido el desarrollo de la dinámica y por si surgen dudas sobre el contenido
de las situaciones descritas. Si los grupos son muy participativos se los repetirá
la idea de colocar flechas para agilizar el debate. Si es poco participativo, les
podemos hacer preguntas sobre las situaciones descritas.
Una vez los grupos han distribuido sus tarjetas pueden moverse por el espacio
y ver el trabajo de los otros grupos. Si surgen dudas sobre las tarjetas de otros
grupos también pueden colocarles una pegatina.
Hay personas más vulnerabilizadas que otras en cuanto al ejercicio de sus DS.
Otra buena pregunta para el debate: ¿la mayoría de las personas disfrutan del
ejercicio de sus DS? Si miramos de cerca la realidad, veremos que una buena
parte de la sociedad no podemos ejercer los DS como resultado de las
desigualdades culturales, económicas y sociales.
Se puede guiar la dinamización para incidir en las tarjetas que más nos
interese trabajar. En general podríamos agrupar las situaciones en cuatro
grandes ejes temáticos: violencias sexuales, mitos relacionados con la
sexualidad, estereotipos racistas y prejuicios sobre la sexualidad de las
personas con diversidad funcional. Según las necesidades del grupo podemos
profundizar más en unas temáticas que en otros.
Dinámica 4
Objetivos
Espacio
Una sala lo suficientemente amplia para que las participantes puedan distribuirse
en parejas o en grupos pequeños.
Material
Altavoces para poner música.
Desarrollo de la actividad
Una vez acabada la actividad pondremos en común las cosas que han sucedido
durante el juego, lanzaremos algunas preguntas, por ejemplo: ¿Cómo sabemos
que la otra persona se lo estaba pasando bien? ¿Cómo podemos saber que a
alguien le gusta lo que estamos haciendo? ¿Hay alguna cosa que a alguien no le
haya gustado? ¿Cómo lo ha dicho o qué ha hecho? ¿Alguien se ha dado cuenta
de que estaba haciendo algo que no le gustaba a la otra persona? ¿Cómo?
Pondremos en común estas preguntas para poder ver que respuestas salen. Es
posible que nos digan que sabemos que las personas se lo están pasando bien
porque sonríen, porque no dicen nada, porque no dicen lo contrario… Es
importante que explicitemos que existe un lenguaje no verbal que también nos
dice muchas cosas (podemos aprovechar para hablar de la gestualidad, de la
expresión corporal, la expresión facial) pero que no siempre nos podemos fiar
únicamente de él, y que la mejor manera de saber si alguien se lo está pasando
bien: es preguntárselo. Explicaremos la importancia de la comunicación como
herramienta para asegurarnos de que todas nos lo estamos pasando bien. Puede
ser que en la pregunta: ¿Hay alguien que no le ha gustado alguna cosa? Haya
una respuesta afirmativa. Y que cuando preguntemos si se lo han comunicado a la
otra persona, nos encontremos con una respuesta negativa. Nos podemos
encontrar con respuestas como: “no he dicho nada porque la persona que me
hacia el masaje lo estaba intentado hacer muy bien y me sabia mal decírselo”. Es
importante recoger esta sensación de no querer herir a las otras personas, pero
remarcaremos la importancia de poder decir lo que nos apetece y lo que no.
Explicaremos que la otra persona también agradecerá que le digamos lo que nos
gusta y lo que no porque así lo podrá hacer mucho mejor.
Para cerrar preguntaremos como se han dado cuenta de lo que les gustaba y
como se han dado cuenta de lo que no. Podemos preguntar en que parte del
cuerpo lo notaban, pondremos énfasis en que las sensaciones y sensibilidades
diferentes para cada persona. Y acabaremos remarcando que cada cuerpo nos
dice cosas diferentes y que es muy importante saber escucharlo para poder
cuidarlo
POSIBLES ADAPTACIONES
Para criaturas de ciclo superior, podemos incluir el concepto de límites para poner
palabras a las sensaciones que nuestro cuerpo nos dice que no quiere, que no le
gustan, que no le apetecen. Explicaremos que los límites son personales, que
cada persona tiene unos concretos y que no son estáticos, pueden variar
dependiendo del día, del momento. Hay días que nos pueden apetecer unas
cosas y otros días otras. Pero siempre es importante escuchar lo que nos dice el
cuerpo y poderlo decir a las demás.
Dinámica 5
Nombre: ESTO Y ASÍ... ME GUSTA
Objetivos
Espacio
Una sala lo suficientemente amplia para que las personas asistentes puedan
sentarse en semi-círculo.
Material
Post-it (papel para anotar), bolígrafos, papel de embalar o paleógrafo con los
círculos de los niveles de placer.
Desarrollo de la actividad
La dinámica se inicia repartiendo a cada joven post-it (3-4) en los que deberán
escribir (siendo lo más específicas/específicos posible) aquellas prácticas
sexuales que les gustan. Detrás de cada papel cada persona podrá el símbolo de
chico o chica en función de su sexo.
Cada persona colocará prácticas en los círculos que corresponda en función del
grado de placer que les produce esa práctica.[1]
Una vez todas las prácticas estén colocada. Después lanzaremos las siguientes
preguntas al grupo:
¿Hablamos con nuestras parejas sexuales sobre aquello que nos gusta?
Observando las prácticas, ¿podemos identificar qué prácticas han sido escritas
por chicos y cuáles por chicas?
¿Las prácticas que han aparecido nos muestran una diversidad en las
preferencias sexuales?
Nombre: Conociéndonos