El Consumidor

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 10

El Consumidor

La teoría del consumidor analiza el comportamiento de los agentes económicos


como consumidores, por oposición a su comportamiento como productores. La
teoría del consumidor es una perspectiva de la microeconomía. La parte de la
microeconomía que estudia el comportamiento de los productores se llama teoría
del productor.

La teoría neoclásica del consumidor es la mas extendida. La teoría neoclásica


del consumidor se basa en:

-Las_preferencias
- La restricción presupuestaria

Considera que el individuo interactúa en el mercado para aumentar su bienestar,


escogiendo alternativas de consumo teniendo en cuenta sus preferencias, que son
externas a la teoría, es decir, se consideran como dadas. La utilidad es un
concepto subjetivo que se refiere a una medida de la satisfacción que una persona
obtiene al consumir un bien o servicio. Una premisa de la teoría neoclásica del
consumidor es el concepto de utilidad marginal decreciente: a medida que
aumenta el consumo de un bien, la utilidad otorgada por el consumo de cada bien
adicional va disminuyendo. Partiendo de las preferencias, se derivan las curvas
de indiferencia. Mediante las curvas de indiferencia y la restricción
presupuestaria, se puede arribar a la curva de demanda, que es de enorme
utilidad para la teoría neoclásica de la economía.
La curva de demanda individual relaciona cantidades de bienes o servicios, con el
monto máximo, en términos monetarios, que ese individuo está dispuesto a pagar
por esa cantidad. La curva de demanda agregada, o del mercado, se puede
obtener simplemente por la agregación de las curvas de demanda individuales.

Mediante la utilización de la curva de demanda, junto con la curva de oferta, se


puede arribar a importantes conclusiones. La obtención de la curva de oferta
corresponde a la teoría del productor.

La teoría neoclásica de la demanda surge principalmente con la aparición de


grandes obras del marginalismo, en los años 1871 a 1874, aunque se venía
gestando desde comienzos del siglo XIX. La aparición de las teorías marginalistas
concluyen con una era en la cual la teoría económica estuvo dominada por la
economía clásica, que se enfocaba en grupos o agregados económicos. Los
principales exponentes del marginalismo fueron Menger, Jevons y Walras. Alfred
Marshall fue muy importante a la hora de comprender como interactúan la oferta y
la demanda.

Enfoques Alternativos a la Teoría Neoclásica del Consumidor

Sin entrar en una discusión sobre la prevalencia de la teoría neoclásica en la


enseñanza universitaria, vale la pena mencionar que existen teorías que pueden
complementar a la teoría neoclásica o bien que contradicen a la misma.

Algunas planteamientos de teorías alternativas son los siguientes:

- El productor puede tener un papel activo en la generación de necesidades,


ya sea mediante la publicidad u otros medios. Esta hipótesis se contrapone al
supuesto de soberanía del consumidor contenido en la teoría neoclásica del
consumidor, ya que las grandes empresas tendrían capacidad para influir en la
demanda.

- Las preferencias de una sociedad no podrían deducirse correctamente a partir


de los supuestos neoclásicos, principalmente racionalidad individual, soberanía del
consumidor y comportamiento maximizador de utilidad; porque a nivel social,
existen otros comportamientos que van en contra de esos supuestos. En este
punto cabe recordar que, quienes defienden a las teorías neoclásicas no pretender
que los supuestos recien mencionados sean considerados reales, sino que indican
que su teoría tiene un gran poder explicativo o capacidad predictiva, y gracias al
uso de esos supuestos, logra una consistencia lógica y la utilización del método
deductivo. Milton Friedman (Friedman, Milton 1953, “Essays in Positive
Economics”), señaló que los supuestos son sólo útiles como instrumentos para
formular conclusiones que puedan ser validadas empíricamente. Las teorías no se
deben juzgar por sus supuestos, sino por la validación empírica.
Ampliación de la Teoría Neoclásica del Consumidor

Algunas respuestas por parte de autores neoclásicos amplían las premisas


neoclásicas, para enriquecer el modelo de forma que permita explicar
comportamientos que se observan en la realidad y que son incompatibles con el
modelo neoclásico tradicional.

Algunas variaciones a la teoría neoclásica son:

- El comportamiento egoísta puede ser sustituido por el comportamiento influido


por el grupo social sin tener que eliminar el supuesto de racionalidad.

- Se sustituye el supuesto de información perfecta por el de información


imperfecta. De este modo se explican comportamientos por parte de la oferta,
como ser la diferenciación de productos, publicidad, etc.. Una rama de la
economía, la economía de la información, se encarga de analizar como la
información afecta las decisiones económicas.

- También se incluyen elementos socio psicológicos que explicarían porqué


elecciones individuales, que a priori parecieran incompatibles con sus
preferencias, de hecho no lo son, porque el individuo, inconscientemente,
modificaría su percepción de la realidad para ajustarla a sus preferencias. Por
ejemplo, sobrevaloraría las virtudes de un nuevo automotor o justificaría sus
pautas de consumo mediante la publicidad.

Teoría del Consumidor

La decisión del consumidor en cuanto al conjunto de bienes que desea adquirir


para su consumo viene determinada por dos factores:

a) Renta disponible

b) Gustos

En este capítulo, a efectos de simplificar la explicación, consideraremos que el


consumidor únicamente puede elegir entre 2 tipos de bienes, no obstante este
análisis es válido para analizar la vida real en la que el consumidor tiene acceso a
una amplísima gama de bienes.

a) Renta disponible

La renta disponible fija un límite a la capacidad de gasto del consumidor,


quien podrá consumir como máximo el importe de su renta.
Por ejemplo, si un consumidor dispone de 3.000 euros y puede elegir entre
adquirir comida (10 euros Kg.) o bebida (20 euros /litro) sus posibilidades de
elección se situaran dentro del área sombreada.

Este consumidor podrá situarse en algún punto interior del área (no gastaría toda
su renta disponible) o en algún punto de la línea presupuestaria que limita dicho
área (gastaría completamente su renta). Lo que no podrá hacer es elegir una
combinación de comida y bebida situada fuera del área (no podría pagarla).

Los puntos de corte de la línea presupuestaria con los ejes representan aquella
elección en la que el consumidor dedica toda su renta a la adquisición de un solo
tipo de bien (solo comida o solo bebida).

La pendiente de la línea presupuestaria equivale al precio relativo de los dos


bienes (el precio de un bien en función del otro).

En el ejemplo anterior la pendiente de la línea presupuestaria es 2 (= 2 / 1; ya que


1 Kg. de comida cuesta 2 euros y 1 Lt. de bebida cuesta 1). Esto quiere decir que
por cada Kg. de comida al que renuncie el consumidor podrá adquirir 2 litros de
bebida.
b) Gusto

El gusto hace referencia al nivel de satisfacción que le proporcionan al


consumidor las distintas opciones de consumo.

Una curva de indiferencia representa a todas aquellas decisiones de


consumo que proporcionan al consumidor el mismo nivel de satisfacción.

Por ejemplo, si una persona obtiene el mismo nivel de satisfacción tomado 2


hamburguesas y 1 refresco que 1 hamburguesa y 2 refrescos ambas cestas de
bienes se situaran en la misma curva de indiferencia.

Propiedades de estas curvas:

a) Tienen pendiente negativa: si disminuye la cantidad de un bien, para


mantenerse en el mismo nivel de satisfacción tendrá que compensarlo con mayor
cantidad del otro bien.

b) Las curvas de indiferencia no se cortan: si se cortasen habría un punto


(punto de corte) en el que ambas curvas tendrían el mismo nivel de satisfacción),
pero como dentro de cada curva todos sus puntos tienen el mismo nivel de
satisfacción, esto implicaría que todos los puntos de las dos curvas tendrían el
mismo nivel de satisfacción.

Esto no tendría sentido ya que a un lado del punto de cruce una de las curvas
estaría más alejada del origen (por lo que debería tener un nivel de satisfacción
mayor) mientras que al otro lado del punto de cruce se situaría más cerca del
origen (nivel de satisfacción menor).
La pendiente de la curva equivale a la relación a la que el consumidor estaría
dispuesto a cambiar un bien por otro (relación marginal de sustitución) para
mantenerse en la misma curva de indiferencia.

Si la pendiente es 1 quiere decir que el consumidor podría cambiar 1 unidad del


bien A por 1 unidad del bien B obteniendo el mismo nivel de satisfacción.

Si la pendiente es 2 quiere decir que cambiaría 2 unidades del bien A por 1 del
bien B y seguiría obteniendo el mismo nivel de satisfacción.

Dentro de cada curva la pendiente va cambiando a lo largo de la misma. Esto


se debe a que no es igual el valor que para un consumidor tiene un determinado
bien cuando tiene mucha cantidad de él que cuando tiene poca.

En nuestro ejemplo, en el punto C la pendiente de la curva es muy inclinada. Se


trata de una cesta de consumo integrada básicamente por comida, con muy poca
bebida.

Situado en este punto, el consumidor estaría dispuesto a renunciar a una cantidad


importante de comida (x), ya que tiene en abundancia, por obtener algo de bebida
(y).

En el punto D ocurre justo lo contrario. Representa a una cesta de consumo


compuesta principalmente por bebida y con muy poca comida. El consumidor
valorará mucho la escasa comida que tiene, por lo que solo renunciará a parte de
ella (w) a cambio una gran cantidad de bebida (z).

Las curvas de indiferencia a medida que se alejan del origen representan


niveles superiores de satisfacción.
Por ejemplo, si una persona obtiene mayor satisfacción tomando 2 hamburguesas
y 2 refrescos que 1 hamburguesa y 1 refresco, ambas cestas de consumo se
encontrarán en curvas de indiferencia diferentes; la primera cesta se situará en
una curva de indiferencia más alejada del origen que la segunda.

c) Restricción presupuestaria y gustos

El consumidor tratara de obtener la mayor satisfacción posible a partir de su


renta disponible.

Tratará de situarse en la curva de indiferencia más alejada del origen compatible


con su limitación presupuestaria.

De las tres curvas del gráfico aquella que proporciona mayor satisfacción al tiempo
que es compatible con la restricción presupuestaria es la segunda curva. El
consumidor racional se situará en el punto A donde dicha curva es tangente a
la recta de la restricción presupuestaria.
Representa aquella cesta de consumo que siendo compatible con su restricción
presupuestaria se encuentra situada en una curva de indiferencia más alejada del
origen.

El punto B perteneciente a la primera curva es compatible con la restricción


presupuestaria pero no maximiza el nivel de satisfacción. Esta curva se
encuentra más cerca del origen que aquella en la que se encuentra el punto A.

El punto C (exterior) está situado en la curva de indiferencia más alejada de las


tres representadas (mayor nivel de satisfacción) pero no es compatible con la
restricción presupuestaria.

Al ser tangente en el punto A la curva de indiferencia a la recta de restricción


presupuestaria quiere decir que en dicho punto ambas líneas tienen la misma
pendiente. Por lo tanto, en dicho punto el precio relativo de los dos bienes será
igual a la relación marginal de sustitución.

Es decir, en dicho punto la valoración que hace el consumidor de los dos bienes
(relación marginal de sustitución) es igual a la valoración que hace el mercado
(precio relativo).

Por ejemplo, consideremos que el precio de 1 Kg. de comida son $2 y el de 1 lt.


de bebida $1. La pendiente de esta línea de restricción presupuestaria es igual a
2.

En el punto de tangencia de la curva de indiferencia con esta recta su pendiente


también será igual a 2, es decir que en dicho punto el consumidor estará dispuesto
a cambiar 1kg de comida por 2 litros de bebida manteniendo el mismo nivel de
satisfacción.

Teoría de la preferencia revelada

La teoría de la preferencia revelada se atribuye a Paul Samuelson en su artículo


“Consumption Theory in Terms of Revealed Preference” (Teoría del consumo en
términos de preferencia revelada) de 1948. La teoría del consumidor se basa en la
existencia de preferencias que se materializan en funciones de utilidad. Estas
funciones de utilidad son maximizadas por los consumidores sujetos a
una restricción presupuestaria. El problema es que resulta difícil aceptar que los
individuos realmente tienen una fórmula matemática definida en la mente a la hora
de decidir entre diferentes opciones. Lo que la teoría de la preferencia revelada
hace es trabajar al revés para establecer que podemos deducir estas funciones de
utilidad desde el comportamiento del consumidor. Analizando estas opciones,
procedemos hacia atrás hasta conseguir un conjunto de preferencias que influyan
en las decisiones que tomamos como consumidores. Por tanto, permite a los
economistas estudiar el comportamiento del consumidor empíricamente.

Existen dos principios en la teoría basados en la completitud y la transitividad:

Axioma débil de preferencia revelada (WARP, por sus siglas en inglés): si A se


revela preferido a B (A RP B), entonces debe serlo en todos los casos. Entonces,
si un consumidor siempre elige B, debemos asumir que eligió A anteriormente y
que “sobraba” suficiente presupuesto para permitir al consumidor elegir B también.

Axioma fuerte de preferencia revelada (SARP, por sus siglas en inglés): este


axioma añade transitividad. Si solo hay dos bienes, está claro que WARP define la
elección del consumidor: A sobre B. Sin embargo, el SARP añade la idea de
preferencias reveladas indirectamente: si A se elige sobre B, y B sobre C, el SARP
y la transitividad dictan que A entonces también es preferible sobre C, por lo que A
se revela indirectamente preferido a C (A R* C). Esto reduce drásticamente la
cantidad de pruebas empíricas necesarias para definir las preferencias del
consumidor.

En el caso mostrado en la figura siguiente, sabemos que C es indirectamente


preferido a B (C R* B) porque nos permite alcanzar una curva de utilidad más alta.
Dado que C y B definen un espacio (R*), y sabemos que C, B y A están
contenidos dentro de R*(R*{(C,B)}), entonces podemos decir que C RP A RP B,
esto es, al observar que C es indirectamente preferido a B, podemos decir que C
es una preferencia revelada sobre A (C RP A), y que A es una preferencia
revelada sobre B (A RP B).
Si pensamos en A, B y C como un conjunto de bienes infinitamente complejo,
podemos plasmar todas las elecciones del consumidor. En teoría, podemos
proceder hacia atrás para construir funciones de utilidad si tuviésemos acceso a
información ilimitada. Sin necesidad de tener que hacer esto, podemos añadir
información de consumidores para descubrir verdades generales sobre
preferencias de ciertos segmentos de población.

También podría gustarte