Jaspers, La Filosofia

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¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA?

Qué sea la filosofía y cuál su valor, es cosa discutida. De ella se esperan revelaciones extraordinarias o
bien se la deja indiferentemente a un lado como un pensar que no tiene objeto. Se la mira con respeto,
como el importante quehacer de unos hombres insólitos o bien se la desprecia como el superfluo cavilar
de unos soñadores. Se la tiene por una cosa que interesa a todos y que por tanto debe ser en el fondo
simple y comprensible, o bien se la tiene por tan difícil que es una desesperación el ocuparse con ella.
Lo que se presenta bajo el nombre de filosofía proporciona en realidad ejemplos justificativos de tan
opuestas apreciaciones.

Para un hombre con fe en la ciencia es lo peor de todo que la filosofía carezca por completo de
resultados universalmente válidos y susceptibles de ser sabidos y poseídos. Mientras que las ciencias
han logrado en los respectivos dominios conocimientos imperiosamente ciertos y universalmente
aceptados, nada semejante ha alcanzado la filosofía a pesar de esfuerzos sostenidos durante milenios.
No hay que negarlo: en la filosofía no hay unanimidad alguna acerca de lo conocido definitivamente (…)

Tampoco tiene el pensar filosófico, como lo tienen las ciencias, el carácter de un proceso progresivo (…)
En el filosofar mismo, quizá apenas hayamos vuelto a llegar a él (…)

Este hecho, de que a toda criatura de la filosofía le falte, a diferencia de las ciencias, la aceptación
unánime, es un hecho que ha de tener su raíz en la naturaleza de las cosas (…) Mientras que los
conocimientos científicos versan sobre sendos objetos especiales, saber de los cuales no es en modo
alguno necesario para todo el mundo, se trata en la filosofía de la totalidad del ser, que interesa al
hombre en cuanto hombre (…).

La filosofía bien trabajada está vinculada sin duda a las ciencias. (…) Pero el espíritu de la filosofía tiene
otro origen. La filosofía brota antes de toda ciencia allí donde despiertan los hombres.

(…)

En materia de cosas filosóficas se tiene casi todo el mundo por competente. Mientras que se admite que
en las ciencias son condición del entender el estudio, el adiestramiento y el método, frente a la filosofía
se pretende poder sin más intervenir en ella y hablar de ella. Pasan por preparación suficiente la propia
humanidad, el propio destino y la propia experiencia.

(…)

El pensar filosófico tiene que ser original en todo momento. Tiene que llevarlo a cabo cada uno por sí
mismo.

Una maravillosa señal de que el hombre filosofa en cuanto tal originalmente son las preguntas de los
niños.

(…) los niños poseen con frecuencia una genialidad que pierden cuando crecen. Es como si con los años
cayésemos en la prisión de las convenciones y las opiniones corrientes, de las ocultaciones y de las
cosas que no son cuestión, perdiendo la ingenuidad del niño.

(…)

Como la filosofía es indispensable al hombre, está en todo tiempo ahí, públicamente, en los refranes
tradicionales, en apotegmas filosóficos corrientes, en convicciones dominantes, como por ejemplo en el
lenguaje de los espíritus ilustrados, de las ideas y creencias políticas, pero ante todo, desde el comienzo
de la historia, en los mitos. No hay manera de escapar a la filosofía.

(…)

¿Qué es, pues, la filosofía, que se manifiesta tan universalmente bajo tan singulares formas?

La palabra griega filósofo (philósophos) se formó en oposición a sophós. Se trata del amante del
conocimiento (del saber) a diferencia de aquel que estando en posesión del conocimiento se llamaba
sapiente o sabio. Este sentido de la palabra ha persistido hasta hoy: la busca de la verdad, no la
posesión de ella, es la esencia de la filosofía (…) Filosofía quiere decir: ir de camino. Sus preguntas son
más esenciales que sus respuestas, y toda respuesta se convierte en una nueva pregunta.

Karl Jaspers. La filosofía. Cap. 1: ¿Qué es la filosofía?


(adaptación realizada por la docente para la educación secundaria)
Soporte teórico

La filosofía según Jaspers

Karl Jaspers fue un filósofo y psiquiatra alemán del siglo XX. En su libro “La filosofía” nos ofrece una
definición original de la palabra.

Primero comienza señalando las diferencias entre origen y comienzo: el comienzo es histórico, tiene que
ver con lo cronológico, con lo temporal. En el caso de la filosofía cuando hablamos de comienzo significa
ubicar en un punto de la historia el nacimiento de esta disciplina, esto es, en el siglo VI a.C.

En cambio, el origen tiene que ver con de dónde surge, brota la filosofía, es decir, qué nos impulsa a los
seres humanos a filosofar, esto es, a preguntar.

Luego señala las diferencias entre filosofía y ciencia: son 3. La primera es que la ciencia estudia un
objeto concreto (como las matemáticas estudia los números o la historia los acontecimientos del pasado)
y en cambio la filosofía estudia todo, por eso no se sabe qué es porque, justamente, no se sabe lo que
estudia.

La segunda diferencia es que la ciencia posee respuestas unánimes, válidas para todo el mundo y la
filosofía no: de cada respuesta brota una nueva respuesta y como no tiene respuestas unánimes, los
filósofos siempre se están preguntando todo el tiempo por lo mismo.

La tercera es que la ciencia progresa, por las dos características anteriores y la filosofía no.

Para Jaspers, los niños y los locos son auténticos filósofos. En el caso de los niños siempre preguntan y
no preguntan porque no saben sino porque quieren saber. Las preguntas de los niños es una prueba de
que todos nacemos filósofos pero a medida que vamos creciendo vamos perdiendo ese interés por
preguntar. En el caso de los locos, al ensimismarse, es decir, volverse hacia sus adentros, piensan y
preguntan por cosas que los mal llamados “normales” no pensamos o preguntamos al estar hundidos en
nuestra rutina y cotidianeidad.

Por último el autor retoma la definición etimológica de la palabra filosofía, es decir, teniendo en cuenta
las palabras de las cuales deriva la palabra filosofía (philos: amor; sophía: sabiduría, esto es “amor a la
sabiduría”) hace una distinción entre el filósofo y el sabio: sabio es el que sabe, el que posee el
conocimiento y filosofo es el “amante del saber” aquel que no tiene el conocimiento (no sabe) y desea,
quiere saber.

Por último, Jaspers nos ofrece su propia definición de la filosofía que, como dijo al principio del texto, no
es la única (hay múltiples definiciones): la filosofía es “ir de camino”: la búsqueda de la verdad, no la
posesión de ella. Es decir, es una actividad humana que tiene que ver principalmente con el acto de
preguntar. Preguntas que no suponen una respuesta preexistente sino con aquello que no sabemos y
queremos saber. Por eso, de cada pregunta nace una respuesta y de cada respuesta, surge una nueva
pregunta, puesto que lo que sabemos es muy poco con relación a todo lo que ignoramos.

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