Filosofía - Trabajo Práctico 1

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FilosofíaTrabajo práctico

n° 1
Profesor: Del Aguila Miguel
Curso: 6to año – IPET 351

“El comienzo de la Filosofía”

Preguntas para tener en cuenta durante la lectura


1¿Cuál es la diferencia entre comienzo y origen?
2¿Qué sabes respecto del comienzo de la filosofía?
3¿Todos podemos filosofar? ¿Qué necesitamos para ello?
4¿Qué características debiese tener el saber filosófico?
5 ¿Cómo surge la filosofía?
SAE E

Definición de filosofía.
La palabra griega filósofo (philósophos) se formó en oposición a sophós. Se trata del amante del
conocimiento (del saber) a diferencia de aquel que estando en posesión del conocimiento se llamaba
sapiente o sabio. Este sentido de la palabra ha persistido hasta hoy: la busca de la verdad, no la posesión
de ella, es la esencia de la filosofía, por frecuentemente que se la traicione en el dogmatismo, esto es, en
un saber enunciado en proposiciones, definitivo, perfecto y enseñable. Filosofía quiere decir: ir de
camino. Sus preguntas son más esenciales que sus respuestas, y toda respuesta se convierte en una nueva
pregunta.
Pero este ir de camino -el destino del hombre en el tiempo- alberga en su seno la posibilidad de
una honda satisfacción, más aún, de la plenitud en algunos levantados momentos. Esta plenitud no
estriba nunca en una certeza enunciable, no en proposiciones ni confesiones, sino en la realización
histórica del ser del hombre. Lograr esta realidad dentro de la situación en que se halla en cada caso un
hombre es el sentido del filosofar.
Ir de camino buscando, o bien hallar el reposo y la plenitud del momento, no son definiciones de
la filosofía. Esta no tiene nada encima ni al lado. No es derivable de ninguna otra cosa. Toda filosofía se
define ella misma con su realización. Qué sea la filosofía hay que intentarlo. Según esto es la filosofía
una la actividad viva del pensamiento y la reflexión sobre este pensamiento, o bien el hacer y el hablar
de él. Sólo sobre la base de los propios intentos puede percibirse qué es lo que en el mundo nos hace frente
como filosofía.
Pero podemos dar otras fórmulas del sentido de la filosofía. Ninguna agota este sentido, ni prueba
ninguna ser la única. Oímos en la antigüedad: la filosofía es (según su objeto) el conocimiento de las
cosas divinas y humanas, el conocimiento de lo que es en tanto es, es (por su fin) aprender a morir, es el
esfuerzo reflexivo por alcanzar la felicidad; asimilación a lo divino, es finalmente (por su sentido universal)
el saber de todo saber, el arte de todas las artes, la ciencia en general, que no se limita a ningún dominio
determinado. Hoy es dable hablar de la filosofía quizá en las siguientes fórmulas; su sentido es:
-Ver la realidad en su origen;
-apresar la realidad conversando mentalmente conmigo mismo, en la actividad interior;
-abrirnos a la vastedad de lo que nos circunvala;
-osar la comunicación de hombre a hombre sirviéndose de todo espíritu de verdad en
una lucha amorosa;
-mantener despierta con paciencia y sin cesar la razón, incluso ante lo más extraño y
ante lo que se rehúsa;

“La filosofía es aquella concentración mediante la cual el hombre llega a ser él mismo,
al hacerse partícipe de la realidad”.

Comienzo y origen de la filosofía

¿QUÉ ES LO QUE LLEVÓ A LOS HOMBRES A FILOSOFAR? Para comprender el surgimiento de


algún tipo desaber es necesario vincularlo con el momento histórico en el cual se ubica. Existe una
relación entre el tipo de pensamiento de una sociedad y su organización política,
económica, social y cultural. En este caso, el comienzo de la filosofía se sitúa en Grecia en el
siglo VII a. C. aproximadamente, momento histórico en el que aparecen los poemas homéricos (Ilíada y
Odisea) y en el que existe un gran desarrollo cultural, económico y político.
LO PRIMERO QUE TENEMOS QUE TENER EN CUENTA ES QUE COMIENZO NO ES LO
MISMO QUE
ORIGEN: por comienzo se entiende el momento histórico en que los hombres empezaron a filosofar, es un
dato convencional pues se refiere a un tiempo y a un espacio determinados: el lugar es Grecia (Jonia,
Mileto) y el tiempo se ubica en el siglo VII a. C, es decir que, la Historia de la Filosofía como pensar
metódico y sistemático tiene sus comienzos hace más de dos mil quinientos años. Ahora bien, por
origen se entiende la fuente de la que surge en todo tiempo el impulso que mueve a filosofar. Este origen
es múltiple, está en nosotros, y se repite permanentemente en cualquier momento histórico.
El filósofo alemán Karl Jaspers en un libro titulado “LA FILOSOFÍA” distingue tres orígenes
del filosofar: EL ASOMBRO, LA DUDA Y LAS SITUACIONES LÍMITES. Del Asombro sale la pregunta y la
necesidad de responder; de la Duda acerca de lo conocido sale el examen crítico que deriva en una
posible certeza; de las Situaciones Límites (Conmoción) del hombre sale la pregunta por su propio
ser. Estos son comunes a todos los hombres. Sabemos que existían civilizaciones mucho más
antiguas que la griega, sobretodo en la cuenca de los ríos Eufrates, Tigris y Nilo. Se afirma que
existieron adelantos importantes a nivel técnico, artístico, religioso y espiritual, pero no filosóficos.
Estas antiguas civilizaciones nos aportaron conocimientos de agricultura, de cultivo, de riego,
adelantos en medicina, sistemas de escritura, arquitectura. También se han encontrado textos rituales,
textos sagrados, textos funerarios, decretos y leyes de los soberanos, pero no aparece nada semejante a lo
que los occidentales llamamos filosofía.
¿Por qué esos conocimientos anteriores a los griegos no son considerados filosóficos o
científicos? Porque la concepción del mundo en Oriente (el mundo de las civilizaciones anteriores a los
griegos) aparece atravesada por una fuerte concepción religiosa. El pensamiento y el desarrollo técnico,
en vez de ser un campo de investigación, de crítica y cuestionamiento, estaban controlados y puestos
al servicio, casi siempre, de las necesidades religiosas. Este tipo de conocimiento es esotérico, es decir,
cerrado en sí mismo, reservado, oculto y secreto, y por lo tanto es a-crítico, a-sistemático, no
demostrable, no fundamentado, no susceptible de ser enseñado, es “revelado” a determinados
individuos. Es contrario a una reflexión libre, crítica y metódica como es el conocimiento filosófico.

Los orígenes de la filosofía

¿QUÉ ES LO QUE LLEVÓ Y LLEVA A LOS HOMBRES A FILOSOFAR? En Filosofía las preguntas
son más esenciales que sus respuestas y toda respuesta se convierte en una nueva
pregunta.
El asombro o admiración: Platón decía que “el asombro es el origen de la filosofía...” éste
se presenta frente a algo inesperado, desconocido, es un sentimiento y se nos aparece como una
“toma de conciencia”. Es sorprenderse, extrañarse frente a lo cotidiano, ante el hecho de que las
cosas sean. Nos asombramos cuando rompemos la relación práctica con el mundo y nos preguntamos
qué es la realidad, cuál es su fundamento. Si en lugar de encogernos de hombros, como quien dijera
“no me interesan” (indiferencia) esas interrogantes, las tratamos de analizar y sistematizar entonces
ingresamos a la filosofía.
Para Platón y Aristóteles (siglos V – IV a. C.) la filosofía tenía su origen en la admiración y la
extrañeza frente al mundo. Platón afirmaba: “nuestros ojos nos hacen ser partícipes del espectáculo de
las estrellas, del sol y de la bóveda celeste, este espectáculo nos ha “dado el impulso de investigar el
universo”. Y Aristóteles agregaba “la admiración es lo que impulsa a los hombres a filosofar, empezando
por admirarse de lo que les sorprendía por extraño, así se preguntaron por el
origen del Universo”. Por lo tanto para Platón y Aristóteles la Filosofía tenía su origen en
la admiración y la extrañeza frente al mundo. Este admirarse nos impulsa a conocer. En esa
admiración se cobra conciencia de no saber, se busca el saber, pero el saber mismo, no para
“satisfacer ninguna necesidad común”. Para hacer Filosofía tenemos que dejar de lado el beneficio
personal y separarnos (en un primer momento) de las preocupaciones cotidianas.

Satisfecho mi asombro y admiración con el conocimiento de lo que existe, pronto se


anuncia laduda. Los conocimientos se acumulan, pero ante el examen crítico no hay nada cierto. La
duda es una actitud intelectual y si bien no es un sentimiento, muchas veces va acompañada de
sentimientos de angustia e inseguridad. Jaspers está señalando dos posibles fuentes del error: 1) los
sentidos, que tienen limitaciones, (por ejemplo, con poca luz confundimos los colores) y 2) la
razón que a veces nos lleva a demostraciones contradictorias (por ejemplo, se han formulado
pruebas racionales de la existencia y de la no-existencia del alma). Pero también agrega dos formas de
duda que se han dado históricamente: a) la duda “pirroniana” o escepticismo absoluto, propuesta en la
Antigüedad por Pirrón de Elis, que consiste en la negación de cualquier posibilidad de conocimiento
(escepticismo radical), y b) la duda “cartesiana” o escepticismo metódico propuesta por Descartes en la
Modernidad (filósofo francés del siglo XVII) en la que busca un camino para llegar a conocimientos
certeros. La famosa frase de Descartes “pienso, luego existo” constituía para él una certeza, porque
luego de mostrar con muchos ejemplos que nuestros sentidos nos engañan, se propone dudar de
todos aquellos conocimientos que poseía hasta el momento y aunque demuestra que estaba
equivocado en muchas cosas que creía saber con certeza, concluye que puede estar seguro de algo:
“mientras estaba dudando estaba pensando y al pensar estaba existiendo”. La duda metódica constituye
un método orientado a destruir y reconstruir la argumentación, en estesentido promueve la actitud
filosófica, sin embargo la duda pirroniana es negadora de toda filosofía ya que afirma que el ser
humano es incapaz de establecer cualquier certeza y suspende todo juicio como única postura
coherente.
En tercer lugar plantea las “situaciones límites”. Según Jaspers, el hombre puede mirar hacia
fuera de sí (hacia el mundo) o hacia adentro de sí (hacia sí mismo). Cuando su mirada se vuelve hacia
sí mismo, entonces toma conciencia de SU SITUACIÓN EN EL MUNDO, no puede saberlo todo, no
puede tenerlo todo, no vivirá para siempre, etc. y esto le provoca angustia, que no es otra cosa que una
“conmoción interior” y lo lleva a formularse nuevas preguntas sobre sí mismo. Las palabras de Jaspers son:
“estamos siempre en situaciones, las situaciones cambian, las ocasiones se suceden. Si no se las
aprovecha, no vuelven más, puedo trabajar por hacer que cambien determinadas situaciones. Pero hay
otras situaciones que son, por su propia naturaleza, permanentes: el hombre no puede dejar de morir,
ni de padecer enfermedades, ni de luchar, ni de sentirse culpable en determinadas situaciones,
etc. Quiere decir que son situaciones de las que no podemos salir y que no podemosalterar. Es muy
importante y decisiva para el hombre la forma en que experimenta el fracaso. La conciencia de estas
situaciones límites es, después del asombro y de la duda, el origen más profundo de la filosofía”.
TEXTO 1
J. GAARDER. EL MUNDO DE SOFÍA: ¿Qué es la filosofía?
Querida Sofía. Muchas personas tienen distintos hobbies. Unas coleccionan monedas antiguas o
sellos, a otras les gustan las labores, y otras emplean la mayor parte de su tiempo libre en la
práctica de algún deporte. A muchas les gusta también la lectura. Pero lo que leemos es muy
variado. Unos leen sólo periódicos o cómics, a algunos les gustan las novelas, y otros prefieren
libros sobre distintos temas, tales como la astronomía, la fauna o los inventos tecnológicos.
Aunque a mí me interesen los caballos o las piedras preciosas, no puedo exigir que todos los demás
tengan los mismos intereses que yo. Si sigo con gran interés todas las emisiones deportivas en la
televisión, tengo que tolerar que otros opinen que el deporte es aburrido. ¿Hay, no obstante, algo
que debería interesar a todo el mundo? ¿Existe algo que concierna a todos los seres humanos,
independientemente de quiénes sean o de qué parte del mundo vivan? Sí, querida Sofía, hay
algunas cuestiones que deberían interesar a todo el mundo. Sobre esas cuestiones trata este curso.
¿Qué es lo más importante en la vida? Si preguntamos a una persona que se encuentra en el límite
del hambre, la respuesta será comida. Si dirigimos la misma pregunta a alguien que tiene frío, la
respuesta será calor. Y si preguntamos a una persona que se siente sola, la respuesta seguramente
será estar con otras personas. Pero con todas esas necesidades cubiertas, ¿hay todavía algo que
todo el mundo necesite? Los filósofos opinan que sí. Opinan que el ser humano no vive sólo de
pan. Es evidente que todo el mundo necesita comer. Todo el mundo necesita también amor y
cuidados. Pero aún hay algo que todo el mundo necesita. Necesitamos encontrar una respuesta a
quién somos y por qué vivimos.
Interesarse por el porqué de la vida no es, por lo tanto, un interés tan fortuito o tan casual como,
por ejemplo, coleccionar sellos. Quien se interesa por cuestiones de ese tipo está preocupado por
algo que ha interesado a los seres humanos desde que viven en este planeta. El cómo ha nacido el
universo, el planeta y la vida aquí, son preguntas más grandes y más importantes que quién ganó
más medallas de oro en los últimos juegos olímpicos de invierno. La mejor manera de aproximarse
a la filosofía es plantear algunas preguntas filosóficas: ¿Cómo se creó el mundo? ¿Existe alguna
voluntad o intención detrás de lo que sucede? ¿Hay otra vida después de la muerte? ¿Cómo
podemos solucionar problemas de ese tipo? Y, ante todo: ¿cómo debemos vivir?
En todas las épocas, los seres humanos se han hecho preguntas de este tipo. No se conoce ninguna
cultura que no se haya preocupado por saber quiénes son los seres humanos y de dónde procede el
mundo. En realidad, no son tantas las preguntas filosóficas que podamos hacernos. Ya hemos
formulado alguna de las más importantes. No obstante, la historia nos muestra muchas respuestas
diferentes a cada una de las preguntas que nos hemos hecho.
Vemos, pues, que resulta más fácil hacerse preguntas filosóficas que contestarlas. También hoy en
día uno tiene que buscar sus propias respuestas a esas mismas preguntas. No se puede consultar
una enciclopedia para ver si Dios existe o si hay otra vida después de la muerte. La enciclopedia
tampoco nos proporciona una respuesta a cómo debemos vivir. No obstante, a la hora de formar
nuestra propia opinión sobre la vida, puede resultar de gran ayuda leer lo que otros han pensado.
La búsqueda de la verdad que emprenden los filósofos podría compararse, quizás, con una historia
policíaca. Unos opinan que Andersen es el asesino, otros creen que es Nielsen o Jepsen. Cuando se
trata de un verdadero misterio policíaco, puede que la policía llegue a descubrirlo algún día. Por
otra parte, también puede ocurrir que nunca lleguen a desvelar el misterio. No obstante, el misterio
sí tiene una solución. Aunque una pregunta resulte difícil de contestar puede, sin embargo,
pensarse que tiene una, y sólo una respuesta correcta. O existe una especie de vida después de la
muerte o no existe.
A través de los tiempos, la ciencia ha solucionado muchos antiguos enigmas. Hace mucho era un
gran misterio saber cómo era la otra cara de la luna. Cuestiones como esas eran difícilmente
discutibles; la respuesta dependía de la imaginación de cada uno. Pero, hoy en día, sabemos con
exactitud cómo es la otra cara de la luna. Ya no se puede “creer que hay un hombre en la luna, o
que la luna es un queso”. Uno de los viejos filósofos griegos que vivió hace más de dos mil años
pensaba que la filosofía surgió debido al asombro de los seres humanos. Al ser humano le parece
tan extraño existir que las preguntas filosóficas surgen por sí solas, opinaba él.
Es como cuando contemplamos juegos de magia: no entendemos cómo puede haber ocurrido lo
que hemos visto. Y entonces nos preguntamos justamente eso: ¿cómo ha podido convertir el
prestidigitador un par de pañuelos de seda blanca en un conejo vivo? A muchas personas, el
mundo les resulta tan inconcebible como cuando el prestidigitador saca un conejo de ese sombrero
de copa que hace un momento estaba completamente vacío. En cuanto al conejo, entendemos que
el prestidigitador tiene que habernos engañado. Lo que nos gustaría desvelar es cómo ha
conseguido engañarnos. Tratándose del mundo, todo es un poco diferente. Sabemos que el mundo
no es trampa ni engaño, pues nosotros mismos andamos por la Tierra formando una parte del
mismo. En realidad, nosotros somos el conejo blanco que se saca del sombrero de copa. La
diferencia entre nosotros y el conejo blanco es simplemente que el conejo no tiene sensación de
participar en un juego de magia. Nosotros somos distintos. Pensamos que participamos en algo
misterioso y nos gustaría desvelar ese misterio.
P. D. En cuanto al conejo blanco, quizás convenga compararlo con un universo entero. Los que
vivimos aquí somos unos bichos minúsculos que vivimos muy dentro de la piel del conejo. Pero
los filósofos intentan subirse por encima de uno de esos finos pelillos para mirar a los ojos al gran
prestidigitador.

Para tener cuenta durante la lectura


1. Señala las ideas principales del texto
2. Resume el texto con tus propias palabras.
3. ¿Qué tipo de temas trata la filosofía? ¿Hay otras disciplinas o formas de conocimiento que
aborden también estos temas?
4. ¿Puedes poner algún ejemplo de pregunta filosófica? Inventa tus propias preguntas.
Texto 2

LA CONDENA DE UN FILÓSOFO

En la Grecia del siglo IV antes de Cristo, más precisamente en Atenas. Vivía un


filósofo llamado Sócrates. Este hombre era un ciudadano que caminaba por su querida
Atenas rodeado de discípulos, la mayoría de los cuales eran jóvenes de familias ricas.
Sócrates sostenía que, para poder conocer, es necesario primero aceptar que no se
sabe. El que cree que sabe, no tiene deseos de saber. Por eso, la primera sabiduría es el
reconocimiento de la propia ignorancia. Él mismo se autodenominaba un ignorante. Pero
estaba orgulloso de su ignorancia porque, según él, era una “ignorancia sabia”. En efecto,
Sócrates afirmaba que existen dos tipos de ignorancia: la ignorancia sabia y la ignorancia
necia. La ignorancia sabia es la ignorancia consciente: implica saber que no se sabe. La
ignorancia necia es la que se ignora a sí misma: no se sabe, pero se cree saber.
Todos los hombres somos ignorantes, pues frente a lo que nos falta saber, lo que ya
sabemos es ínfimo.
Sócrates se había propuesto una tarea en la vida: lograr que sus conciudadanos
reconocieran su ignorancia y que se abrieran a la posibilidad de conocer. Para ello, todos
los días dialogaba con los sabios de Atenas y con los sabios que venían de otras partes de
Grecia. Y les preguntaba: ¿qué es la virtud?, ¿qué es la justicia?, ¿qué es la verdad?, ¿qué
es la belleza?, ¿qué es el amor? Y los sabios respondían con mucha seguridad sobre todos
estos temas. Pero Sócrates no se conformaba con sus respuestas y seguía preguntando.
Con esta serie de preguntas, le mostraba a su interlocutor las contradicciones y los errores
de sus argumentos. Hasta que éstos, vencidos, reconocían ignorar la respuesta correcta.
¿Les daba Sócrates la respuesta? No, porque él tampoco la sabía. Él simplemente les
demostraba a sus conciudadanos y a los extranjeros ilustres que visitaban Atenas, que sus
opiniones se basaban en la costumbre y no en la razón, y que eran incapaces de defender
con argumentos correctos lo que consideraban bueno, justo o verdadero. Trataba, en suma,
de poner en evidencia todo lo que había de infundado y de poco claro en las ideas
aceptadas por sus semejantes.
En esto consistía el llamado “método socrático”, en preguntar y repreguntar hasta
llegar a la demostración de la propia ignorancia. Esta es, según Sócrates, la condición
necesaria para comenzar a saber.

Cuando Sócrates ya tenía 70 años, fue acusado ante los Tribunales de Atenas de
“no creer en los dioses de la ciudad e introducir divinidades nuevas”, y de “corromper a
los jóvenes”. Esta acusación fue presentada por tres ciudadanos atenienses: Anito, Licón y
Meleto. El cargo de no creer en los dioses y de introducir nuevas divinidades no tenía
fundamento, pues Sócrates nunca se mostró contrario a las creencias religiosas de su
tiempo. Pero era una acusación grave que podía justificar la condena a muerte.
El cargo de corromper a los jóvenes significaba acusar a Sócrates de apartar a los
jóvenes del saber tradicional, de hacerlos dudar sobre la moral impartida por sus padres, y
desviarlos del camino correcto. (Se debe tener en cuenta que estos jóvenes ricos estaban
destinados a ser los futuros dirigentes políticos de la ciudad.)
En su defensa, Sócrates negó la legitimidad de la acusación. Él estaba convencido
de haber beneficiado a los atenienses con su tarea. Consideraba que les había ofrecido un
servicio, que los había alertado sobre la necesidad de reflexionar, de no dejarse llevar por
creencias infundadas, de utilizar la propia razón para comprender el Universo y la
conducta de los hombres. Además, él no había enseñado ninguna doctrina en particular, ni
había tenido intenciones políticas. Por todo eso, Sócrates se creía con derecho a un premio,
en lugar de una condena. Creía que merecía el mismo trato que le daban a los vencedores
de los Juegos Olímpicos, los cuales eran auténticos privilegiados en Atenas.
El jurado dictaminó la condena a muerte. Según las costumbres de la época,
Sócrates debía beber la cicuta, el veneno que le quitaría la vida. Sus discípulos y amigos le
ofrecieron la posibilidad de escapar, de ir a vivir a otra ciudad griega. Pero Sócrates
prefería la muerte al ostracismo (destierro). Además, si buscaba una salida de ese tipo,
estaría traicionando toda una vida consagrada a la filosofía.
En el año 399 antes de Cristo, Sócrates murió envenenado en compañía de quienes
siempre estuvieron junto a él. Para Sócrates, el conocimiento de uno mismo es la
condición de la sabiduría y de la virtud. Conocerse a sí mismo significa adquirir
conciencia de los propios límites y de las propias faltas. La primera falta es creer estar
libre de faltas. Saber que no se sabe es el primer resultado del conocimiento de sí mismo,
es la primera sabiduría verdadera.
Sócrates no dejó obras escritas. En lugar de escribir, se dedicó a dialogar con sus
discípulos. Lo que sabemos de Sócrates nos ha llegado a través de los escritos de sus
discípulos, entre ellos, el más importante, Platón.

Para tener cuenta durante la lectura

1) Según Sócrates, ¿cuál es la primera condición necesaria para empezar a


aprender?
2) ¿Qué diferencia hay entre la ignorancia necia y la ignorancia sabia?
3) ¿En qué consistía el método socrático?
4) ¿Cuál era la acusación que le hicieron a Sócrates?
5) ¿Cuál te parce que era el motivo real por el cual querían condenarlo?
6) ¿Y qué opinaba Sócrates sobre la acusación que le hacían?
7) ¿Qué condena le dieron?
8) ¿En qué consiste, según este filósofo, la sabiduría verdadera?
9) ¿Se podría afirmar que Sócrates era un auténtico filósofo? ¿Por qué?

TEXTO 3

Lea atentamente el siguiente texto de Bertrand Russell

"Bueno será considerar […] cuál es el valor de la filosofía y por qué debe ser
estudiada. Es tanto más necesario considerar esta cuestión, ante el hecho de que muchos,
bajo la influencia de la ciencia o de los negocios prácticos, se inclinan a dudar que la
filosofía sea algo más que una ocupación inocente, pero frívola e inútil, con distinciones
que se quiebran de puro sutiles y controversias sobre materias cuyo conocimiento es
imposible. […] De hecho el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en
su real incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida
prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en
su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni
el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hacerse
preciso, definido, obvio; los objetos habituales no le suscitan problema alguno y las
posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que
empezamos a filosofar hallamos, por el contrario, […] que aun los objetos más ordinarios
conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas. La
filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas
que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestro pensamiento y
nos libran de la tiranía de la costumbre. Así el disminuir nuestro sentimiento de certeza
sobre lo que las cosas son aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden
ser; rechaza el dogmatismo algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la
región de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de la admiración presentando
los objetos familiares en un aspecto no familiar.
[…] Para resumir nuestro análisis sobre el valor de la filosofía: la filosofía debe ser
estudiada, no por las respuestas concretas a los problemas que plantea, puesto que, por lo
general, ninguna respuesta precisa puede ser conocida como verdadera, sino más bien por
el valor de los problemas mismos; porque estos problemas amplían nuestra concepción de
lo posible, enriquecen nuestra imaginación intelectual y disminuyen la seguridad
dogmática que cierra el espíritu a la investigación; pero, ante todo, porque por la grandeza
del Universo que la filosofía contempla, el espíritu se hace a su vez grande, y llega a ser
capaz de la unión con el Universo que constituye su supremo bien."

Russell, B. Los problemas de la filosofía. Colombia, Grupo Editor Quinto Centenario. Ed.
Labor, 1995; pp.129-135. (La edición original es de 1912)
Para tener cuenta durante la lectura
1. ¿Cuál es la tesis que Russell desea sostener en este texto?
2. ¿Para qué sirve la filosofía?

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