20 - Golmayo Vs Dr. Rey Ardid

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Cien partidas de ajedrez - Dr. Ramón Rey Ardid - V.D.A. por Prof.

José Luis Matamoros


Partida Nº20 7... cxd4
8.cxd4 ...
Match para el Campeonato de España Si 8.¤xd4 ¤e5 9.¥c2 ¥a6 10.f4 ¤d3+
1930 11.¥xd3 ¥xd3 12.£f3 ¥a6 13.c4 ¦c8 14.b3
6ª partida ¥c5; con mejor posición.
8... ¤b4
Blancas: M. Golmayo Las negras han tomado la dirección de
Negras: Dr. Rey Ardid la partida.
Sistema Colle 9.¥b1 ...
Si 9.£e2 ¤xd3+ 10.£xd3 £c8! segui-
1.d4 ¤f6 do de ¥a6 con ventaja evidente.
2.¤f3 e6 9... ¥a6
3.e3 b6 10.e5 ...
4.¥d3 ¥b7
5.¤bd2 c5
La defensa adoptada por el negro en
esta partida contra la formación Colle, es la
que recomienda y emplea Capablanca. La
práctica demuestra que es muy eficaz.
6.c3 ¤c6
7.e4? ...
Un error cuya consecuencia es que
el negro se apodere rápidamente de la ini-
ciativa. Era preciso enrocar antes de hacer
este avance; veamos, por ejemplo, la partida
Colle-Capablanca, del Torneo de Carlsbad,
1929: 7.O-O ¥e7 8.e4 (o también 8.a3 O-O
9.e4 d6 10.¦e1 ¦c8 11.¤f1 ¦e8 12.¤g3 d5 El blanco, para poder enrocar, se ve
13.e5 ¤d7 14.b4; Gilg-Nimzowitsch, Car- precisado a dislocar su centro y a despren-
lsbad, 1929), 8...cxd4 9.¤xd4 (si 9.cxd4 derse del alfil rey, únicos orgullos de su po-
¤b4 10.¥b1 ¥a6 11.¦e1 ¤d3 12.¦e3 ¤xc1 sición. Si 10.¤e5 d6 11.a3 (si 11.£a4+ b5
13.£xc1 ¦c8 14.£d1 O-O y el juego negro 12.£xb4 dxe5), 11...dxe5 12.axb4 ¥b5!
es preferible), 9...O-O! ahora el blanco, me- 13.dxe5 ¤d7 14.£b3 (o 14.f4 ¥xb4),
diante 10.¤xc6! ¥xc6 11.£e2 pudo man- 14...¤xe5, con posición ganadora.
tener una lucha equilibrada en vez de jugar 10... ¤fd5
10.£e2, dando lugar a que Capablanca ad- 11.¤e4 £c7
quiriese ventaja rápidamente por medio de 12.a3 ¤c6
10. ... ¤e5! 11.¥c2 £c8 12.f4 ¥a6! 13.£d1 Era tentadora, pero incorrecta, la
¤c6, etc. maniobra vehemente 12...£c4 a causa

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de 13.axb4 ¥xb4+ 14.¥d2! (si 14.¤fd2 Podía también jugarse 20...h6, y si
¤f4 15.¦g1? £f1+ 16.¦xf1 ¤xg2 mate), 21.£h3 O-O. En cambio 20...¦c8 daba lu-
14...¤f4 15.¥xb4! ¤xg2+ (si 15...£xb4+ gar a complicaciones innecesarias: 21.£h3
16.£d2!); 16.¢d2 £xb4+ 17.¤c3 y el blan- ¤xd4 22.£h5+ g6 23.£h6.
co queda con una pieza de ventaja y suficien- 21.¦ac1 ...
tes recursos defensivos para hacer frente al Amenazando ¤xe6.
ataque del negro. 21. ... ¦ac8
13.¥d3 ¥xd3 22.£b2 ...
14.£xd3 ... 22.£f3 hubiese sido artificiosa: 22. ...
Las blancas han resuelto las dificulta- h6 23.¤h3 ¦c7! seguido de £b8 y ¦fc8.
des «urgentes» de su posición, pero a costa 22... ¤e7
de haber cambiado su alfil de ataque y de 23.¦xc8 ¦xc8
quedar con una posición de peones centra- 24.¦c1 ¤d5
les, cuya debilidad se dejará sentir en el final. 25.¤f3 ¦xc1+
14. ... ¥e7 26.£xc1 £c7
15.O-O f5! 26...£c6 era también muy digna de
Una excelente jugada. El enroque hu- consideración.
biese dado al adversario perspectivas de ata- 27.£xc7 ¤xc7
que.
16.¤c3 ...
Si 16.exf6, el negro tendría opción en-
tre 16. ... gxf6, con un fuerte centro y pro-
babilidades de ataque en el flanco de rey, y
16...¥xf6 atacando el peón d enemigo que
ha quedado aislado. De estos dos planes,
quizás sea el último el más sencillo y pro-
ductivo.
16... ¤xc3
17.£xc3 ...
Si 17.bxc3 ¦c8 18.¥b2 ¤a5! 19.¤d2
¤c4 20.¤xc4 £xc4 21.£xc4 ¦xc4 y el ne-
gro tiene un final favorable.
17... £b7 El final que ahora queda es ventajoso
18.b4 ¥d8 para el negro, pues los peones blancos del
Dejando libre al caballo la casilla e7, centro y del flanco de dama son débiles, y
desde la cual podrá trasladarse al puesto do- además la casilla d5 del negro es un sólido
minante d5. puesto avanzado de su posición.
19.¥g5 ¥xg5 28.¤e1 ...
20.¤xg5 O-O Previniéndose contra la amenaza ¤b5

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que forzaría la ganancia de un peón, pues si, caso de un final de peones.
por ejemplo, 28.¢f1 ¤b5! 29.a4 ¤c3 30.a5 35.f3 ...
¤d5 31.axb6 axb6 32.b5 ¤c3 33.¤d2 Si 35.g3 g4! 36.¤c2 ¤d5 37.¢d2 ¤f6
¤xb5, etc. Y si 28.a4 ¤d5 29.b5 ¤c3. 38.¤e3 ¤e4+ 39.¢e2 ¤g5 40.f4 gxf3+
28... ¢f7 ... 41.¢f2 ¤e4+ 42.¢xf3 ¤c3! 43.¢f2 ¤b1
28...¤b5 sería ahora contestado con 44.¤c2 ¢d5 45.¢e3 ¢c4 y gana, pues si
29.¤c2. 46.¢f4 ¢c3 47.¢e5 ¢xc2 48.¢xe6 ¤xa3
29.¢f1 ¢e7 49.d5 ¤c4, etc.
30.¢e2 d6
31.¢d3 ¢d7
32.¤c2 g5!

35... ¤d5
He aquí una posición sumamente ins-
tructiva, en la cual las negras jugaron el mo-
Amenazando ...dxe5 dejando aislado vimiento del texto después de hacerse las
el peón e blanco, con lo que se fuerza el si- siguientes consideraciones teóricas: la po-
guiente cambio. sición de las negras es a todas luces supe-
33.exd6 ... rior, pues el peón d blanco está aislado; la
Si 33.g3 ¢c6 34.¢c4 b5+ 35.¢d3 g4! casilla d5, a disposición de las piezas negras,
(si 35...dxe5 36.dxe5 g4 37.¢d4); 36.¤e3 es una importante base de ataque; el flan-
¤d5 37.¤c2 ¤b6; entrando en la variante co de dama de las blancas está bloqueado,
de la nota a la jugada 35 del blanco. y, además, en caso de llegarse a un final de
33... ¢xd6 peones el rey negro está una fila más avan-
34.¤e3 b5! zado que el de su adversario, y el peón a de
Una jugada muy importante que ade- las negras, sin avanzar aún, es un impor-
más de quitar a las piezas blancas la casilla tante tiempo de reserva para un momento
c4, bloquea los peones del flanco de dama y dado. Por estas razones, el negro fuerza el
deja un tiempo en reserva (el peón a) para el cambio de caballos (pues en caso de que el

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blanco lo rehuyera perdería un peón des- 36... ¢xd5
pués de ¤f4+) quedando con un final de
peones con todas las apariencias de estar
ganado por las negras. Pues bien, pese a to-
das las razones teóricas expuestas, el cambio
de caballos es un error, pues el final de peo-
nes que queda es tablas. La única manera de
obtener la victoria en este difícil final era,
por parte de las negras, evitar de momento
el cambio de caballos, avanzando los peo-
nes del flanco izquierdo y maniobrando el
caballo contra el lado de rey enemigo. Po-
día jugarse, por ejemplo: 35...h5 36.h3 f4
37.¤d1 ¤d5 38.¢e4 ¤b6 39.¤b2 h4! (si
39...¤c4 40.¤xc4+ bxc4 41.h4! con con-
traataque); 40.¢d3 (si 40...¤d5 41.¤d1 e5 Es de toda evidencia que después de
42.dxe5+ ¢xe5 43.¤f2), 40...¤d5 41.¤d1 36... exd5 el juego quedaría cerrado y sería
e5 42.dxe5+ ¢xe5 43.¤f2 (si 43. ¢ juega, tablas.
¢d4), 43. ... ¤e3 44.¤e4 ¤xg2 45.¤xg5 Pero después de la jugada del texto sur-
¤e1+ 46.¢c3 (Si 46.¢e2 ¤c2), 46...¢f5 ge lo sorprendente, que demuestra las pro-
47.¤e4 ¤xf3 48.¤d6+ ¢e5 49.¤xb5 ¢e4 fundas diferencias que existen entre el aná-
50.¤xa7 ¢e3! 51.b5 ¤e5! 52.¤c6 ¤d7 lisis y la partida viva: el final parece ganado
53.¤e5 f3 54.¤xf3 ¢xf3 55.a4 ¢g3 56.a5 por el negro, pero en realidad es tablas, lo
¢xh3 57.b6 ¢g3 58.b7 ¤b8! 59.¢b4 h3 cual era casi imposible de prever durante la
60.¢b5 h2 61.a6 h1=£+ y gana. Natural- partida.
mente, no pretendo agotar las posibilidades 37.¢c3? ...
que al análisis ofrece esta interesante posi- Esta jugada es el error decisivo que
ción, sino que con la variante que antecede cuesta el juego. Es evidente que si 37.g4? el
quiero ilustrar mi tesis de que el negro no negro ganaría rápidamente por 37. ... fxg4
debió cambiar los caballos, sino que debió 38.fxg4 e5 39.dxe5 ¢xe5 40.¢e3 (40.¢c3
especular las ventajas de su posición apro- ¢e4! 41.h3 ¢e3! etcétera.), 40...a6 41.h3
vechando la mayor movilidad de su caballo h6; ganando la oposición. Otro tanto ocu-
tan a propósito para atacar los peones débi- rriría después de 37.g3 g4 38.f4 h6 etc. Pero
les de la posición blanca. en cambio con 37.h3!! parecían asegurarse
36.¤xd5 ... las tablas, pues en tal caso el negro no pue-
El cambio es forzado, pues si 36.¤c2 de evitar la jugada g4 que deja definitiva-
¤f4+ 37.¢c3 ¤xg2; etc. Y si 36.¢d2 ¤xe3 mente a cubierto el f3, sólida ayuda en las
37.¢xe3 ¢d5 38.¢d3 h5 y gana. (Véase maniobras de oposición de los reyes, ya que
análisis a la jugada 37 del blanco). impide al rey negro el acceso a la casilla e4.

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He aquí las variantes que podrían originar- 40.hxg4? h3 y gana), 40...e5 41.dxe5 ¢xe5
se, cuyo estudio recomiendo a los lectores 42.¢e3 a6 (posición sorprendente. Las ne-
que deseen profundizar en los secretos de gras ganan la oposición y coronan su peón
los finales de peones, por tratarse de un caso antes que el adversario, pero el juego es ta-
sumamente instructivo: 37.h3! h5 (no se ve blas); 43.¢f3 ¢d4 44.¢f2! ¢c3 (si 44...¢e4
nada mejor, pues si el negro hace otra ju- 45.¢e2 tablas); 45.¢e3 ¢b3 46.¢e4 ¢xa3
gada cualquiera, el blanco asegura las tablas 47.¢f5 ¢xb4 48.¢xg5 ¢c5! (esta jugada
con 38.g4); 38.g3! (única para salvar el jue- es la que da al negro más probabilidades de
go, pues 38.g4 sería un error a causa de 38. ganar, pues exige por parte de las blancas
... fxg4 39.hxg4 hxg4 40.fxg4 e5 41.dxe5 una continuación muy precisa y sutil para
¢xe5 42.¢e3 a6; ganando la oposición y la hacer tablas. Más sencillo sería de conse-
partida. Tampoco es posible 38.¢c3, pues guir el empate por parte del blanco después
el negro ganaría del siguiente modo: 38. de 48...a5 49.¢xh4 a4 50.g5 a3 51.g6 a2
... e5 39.dxe5 ¢xe5 40.¢d3 ¢f4 41.¢e2 52.g7 a1=£ 53.g8=£ £e1+ 54.¢h5 £d1+
[41.¢d4 g4], 41...¢g3 42.¢f1 ¢h2 43.¢f2 55.£g4+! etc.); 49.¢h6 (¡otra vez única!
g4 44.hxg4 hxg4 45.fxg4 fxg4 46.¢f1 [46. Si 49.¢xh4? el negro ganaría por 49. ... b4
g3 ¢h3], 46...g3 etc.), 38...h4 (si 38...f4 50.g5 ¢d6! 51.¢h5 b3 52.g6 ¢e7 53.¢h6
39.g4 y tablas. Si 38...a6 39.g4 hxg4 40.hxg4 b2 54.g7 ¢f7 55.¢h7 b1=£+ etc.), 49...b4
fxg4 41.fxg4, tablas. Si 38...e5 39.dxe5 50.g5 b3 51.g6 b2 52.g7 b1=£ 53.g8=£
¢xe5 40.¢e3 f4+ [o 40...¢d5 41.¢d3 ta- £c1+ 54.¢h7 £c2+ 55.¢h6 (también es
blas]; 41.gxf4+ gxf4+ 42.¢d3 ¢d5 43.¢c3 tablas con 55.¢h8 que conduce a varian-
a6 44.¢d3 h4 45.¢c3, tablas. Y si 38... tes análogas: 55. ... £c3+ 56.¢h7 £xh3
g4 39.hxg4 hxg4 40.fxg4 fxg4 41.¢e3 e5 57.£g1+ ¢c4 58.£g8+! ¢c3 59.£g7+
42.dxe5 ¢xe5 43.¢d3 ¢d5 44.¢e3 y el ¢c2 60.£c7+ ¢d2 61.£a5+ £c3 62.£g5+
juego es tablas, pues el negro no puede ir tablas), 55...£d2+ 56.¢h7 (56.¢h5? £d5+!
con su rey hacia el flanco de dama sin per- y gana), 56...£d3+ 57.¢h6! de igual modo
der la partida, ya que precisa nueve tiempos 57.¢h8 £xh3 58.£g1+ ¢c4 59.£g8+!
para coronar su peón a mientras que el ne- ¢c3 60.£g7+ ¢c2 61.£h7+ ¢d2 62.£h6+
gro necesita solamente ocho para coronar ¢c2 63.£xa6 £c3+ 64.¢g8 conduce a ta-
su peón g); 39.g4!! (si 39.f4? hxg3 y gana blas), 57...£xh3 58.£g5+ (también es ta-
rápidamente. Y si 39.gxh4 gxh4 40.¢e3 [si blas el juego con 58.£c8+ ¢d4 59.£d7+
40.¢c3 e5 41.dxe5 ¢xe5 seguido de ¢f4 ¢c3 60.£c7+ etcétera. En cambio, es in-
etc. y si 40.f4 a6! y el rey negro irrumpe en teresante hacer constar que si 58.£g1+?
el campo adversario], 40...e5 [también se el blanco perdería del siguiente modo: 58.
gana con 40...¢c4]; 41.dxe5 ¢xe5 42.f4+ ... ¢c4 59.£c1+ [59.£g8+ ¢c3 60.£g7+
[si 42.¢d3 ¢f4. Y si 42.¢e2 ¢d4], 42...¢d5 ¢c2 61.£g6+ £d3 62.£c6+ ¢d2 63.£g2+
43.¢d3 a6 y gana. Obsérvese la importan- ¢c3 64.£c6+ £c4 65.£f3+ ¢b4 66.£f8+
cia que tiene para el negro en este final el ¢b3 67.£b8+ ¢a2 68.£h2+ ¢b1 69.£b8+
tiempo de reserva a6), 39...fxg4 40.fxg4! (si ¢c1, etc. Tanto aquí como en otras jugadas

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omito las variantes secundarias para no (si 43.¢c3 ¢e4, etc.), 43...¢c4! 44.¢e4
hacer interminable este análisis], 59...£c3 (si 44.¢f3 ¢xd4 45.¢xg3 ¢e3! 46.¢h4
60.£f1+ [60.£f4+ £d4 61.£c1+ ¢b5 e5 47.g4 ¢f4! 48.g5 e4 49.g6 e3 50.g7 e2
62.£b1+ ¢c6 63.£c2+ ¢d6 64.£g6+ ¢c7 51.g8=£ e1=£+ 52.¢h5 £h1+ y gana),
65.£f7+ £d7 y gana], 60...£d3 61.£f7+ 44...¢c3 45.¢e5 (si 45.d5 exd5+ 46.¢xd5
[si 61.£c1+ ¢b3 etc.], 61...£d5 62.£f4+ ¢b3 47.¢c5 a6 48.¢b6 ¢xa3 49.¢xa6
£d4 63.£f7+ ¢c3 64.£f3+ ¢b4 65.£f8+ ¢xb4, etc.), 45...¢d3! 46.¢xe6 (si 46.d5
¢a5 66.£a3+ ¢b6 67.£b3+ ¢c7 68.£f7+ exd5 47.¢xd5 ¢e3 y gana), 46...¢xd4
£d7 69.£f4+ £d6+ y gana), 58...¢c4 47.¢f5 ¢e3 (47...¢c3? conduciría a tablas
59.£f4+ (59.£g8+? y 59.£c1+? perde- después de 48.¢f4); 48.¢g4 ¢f2 49.¢h3
rían), 59...¢b3 60.£f7+! (si 60.£b8+? ¢c2 a6! y gana.
61.£c7+ £c3 y gana), 60...¢c3 61.£c7+ y 40... h3!
el juego es tablas. 0-1
Me es grato hacer aquí pública mi gra-
titud al gran compositor de finales artísticos
M. Henri Rinck, por la eficaz colaboración
que me ha prestado en el análisis del ins-
tructivo final que antecede.
37... h5
38.¢d3 ...
Ahora 38.h3 sería ya ineficaz a causa de
38. ... h4! 39.¢d3 e5 40.dxe5 ¢xe5 41.¢e3
a6! 42.¢e2 ¢d4! 43.¢d2 f4 y gana.
38... h4
39.¢c3 ...
Si 39.h3 e5 entrando en la variante de
la nota anterior. Y si 39.g4 fxg4 40.fxg4
e5 41.dxe5 ¢xe5 42.¢e3 h3! 43.¢f3 ¢d4 Abandonan, ya que después de la con-
44.¢f2 ¢e4 45.¢g3 ¢e3 46.¢xh3 ¢f2! tinuación forzada 41.gxh3 gxf3 42.¢e3
47.a4 bxa4 48.b5 a3 49.b6 a2 50.bxa7 a1 f2! 43.¢xf2 ¢xd4 seguido de ¢e4 y ¢c3;
51.a8 £f1+ y mate a la siguiente. blanco está perdido sin remedio.
39... g4
40.¢d3 ...
Después de 40.fxg4 fxg4 tendría lugar
una lucha también muy sutil y didáctica:
41.¢d3 (si 41.g3 (o h3) hxg3 42.hxg3 ¢e4 y
gana), 41...g3! 42.hxg3 (si 42.h3 e5 43.dxe5
¢xe5 44.¢e3 a6! 45.¢f3 ¢d4 46.¢g4 ¢e3
47.¢xh4 ¢f2 y gana), 42...hxg3 43.¢e3

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