Olvidados 3
Olvidados 3
Olvidados 3
Leandro Campos.
"OLVIDADOS"
"OLVIDADOS"
PERSONAJES:
Amelio Rodrígues.
Clemente Goncalves.
Jacinta Díaz.
León Castro.
Teodora Núñez.
Francisca Millan.
Otilia López.
"OLVIDADOS"
ESCENA I
(Geriátrico Santa Fé. Hay un círculo de personas sentadas viendo al centro del
mismo. Es una terapia grupal, dada como actividad para los miembros del geriátrico.
Todos los miembros están presentes más la guía)
ESCENA II
Amelio: Entonces, Ricky… ¿nos vas a decir porqué nos citaron tan temprano?
Ricky: Claro que sí, Amelio. Por eso estoy aquí. (A Clemente) ¿Cómo estás Clemente?
Clemente: Vivo… todavía.
Teodora: Joven, ¿va a hablar o no?
Otilia: Teo…
Teodora: Disculpa, Otilia pero sabes que no simpatizo con la gente… tú sabes.
Jacinta: ¿Guapa?
Ricky: Homosexual.
León: (A Jacinta) Te lo dije. Es maricón.
Francisca: ¡León!
Teodora: No me atrevería a llamarlo así pero… no comparto su forma de pensar. Está en
contra de la ley de Dios.
Ricky: Ok, ok. Tranquilos todos. No pasa nada. No me siento aludido ni mucho menos.
(TR) Estoy aquí para anunciarles algo muy importante. Como todos saben, mañana es
primero de septiembre.
Amelio: ¡Claro! ¡Ahora entiendo porqué Clemente está así!
León: ¿Qué? ¿Qué pasa con eso?
Teodora: Ay, mijo. Cierto que llevas menos de un año aquí, no habías vivido todavía un
septiembre aquí.
León: Ajá, ¿me explican?
Ricky: Señor León, en el geriátrico Santa Fé tenemos una costumbre que consiste en que
cada mes de septiembre es dedicado a actividades formativas y recreativas para hacerlo un
mes diferente.
Clemente: Claro… diferente.
Ricky: Ánimo, señor Clemente. Será divertido.
Francisca: ¿Divertido? No lo sé.
Otilia: Ánimo, Francisca. Dios, ten piedad.
Teodora: Amén.
Ricky: La primera actividad será una clase de Chachachá, que como saben, soy el
responsable de dictar. Así que vayan preparándose. Nos vemos la semana que viene.
Clemente: ¿Y si no queremos?
Ricky: Sabe muy bien que no tiene muchas opciones. (TR) Bien, los dejo…
(Ricky sale)
León: ¿Pero vieron cómo se menea? Qué marico.
Clemente: Me sabe a mierda que sea marico, lo que no me gusta es este estúpido mes y
sus actividades estúpidas.
Jacinta: Ay, Clemente. Siempre pasamos por lo mismo.
Clemente: Bueno, si quieres no me escuches y ya.
Amelio: Clemente…
Clemente: ¿¡Qué!? ¡Déjenme tranquilo!
(Clemente sale)
Jacinta: ¿Fue algo que dije?
ESCENA III
Amelio: ¿Y bien?
"OLVIDADOS"
Clemente: ¿Qué?
Amelio: ¿Qué te tiene tan amargado? Es sólo un mes.
Clemente: Déjame en paz, Amelio.
Amelio: ¿Te cuento una historia?
Clemente: No tengo ganas de dormir.
Amelio: Qué amable mi amigo, como siempre.
(Silencio)
Amelio: Mira, Clemente… no sé qué te tiene así, no sé porqué odias tanto este mes y sus
actividades pero… no tienes porqué estar tan cara larga. Además, debes cuidar tu corazón.
Todo estará bien. Intentemos disfrutarlo, ¿sí? Nosotros te ayudaremos.
Clemente: ¿Nosotros?
(Entran todos los demás)
Clemente: Esto ya parece un grupo de autoayuda.
Amelio: Lo dirás jugando pero para eso estamos: para ayudarnos.
León: Si yo estoy dispuesto a que el maricón me enseñe a bailar, tú puedes hacerlo
también.
Jacinta: Que respetes a Ricky, coño.
León: Jacinta, no hay chance con él.
Jacinta: Bueno, ¿y entonces? ¿Te mata que quiera con el muchachito?
(Silencio incómodo)
León: ¿A mí? No, no. Eso no me importa. No me molesta.
Jacinta: ¿Entonces?
León: ¿Entonces qué?
Amelio: Bueno, bueno… volviendo a tí, Clemente. Prometenos que te esforzarás en
disfrutar este mes.
Clemente: Chúpenlo.
Amelio: Clemente...
Clemente: Sí, bueno, ajá. Está bien.
Teodora: Muy bien, Clemente. Dios te bendice. Ya verás que la pasaremos bien.
Clemente: Mjum.
Amelio: ¿Saben qué caería muy bien?
Clemente: No quiero escuchar historias.
Amelio: ¡Pero les tenía una buena! (TR) Ustedes no aprecian mi talento.
ESCENA IV
Jacinta: ¿Y bien?
(León se asusta)
Jacinta: Mmm… muy varonil.
León: No se vale, Jacinta. Me asustaste.
Jacinta: ¿Puedo saber qué es lo que te pasa?
León: ¿Perdón? ¿A mí?
Jacinta: A tí.
León: ¿Por qué lo dices?
Jacinta: ¿Por qué lo digo? La tienes agarrada con el pobre muchachito este, Ricky. Y
pareciera que fuera un pecado que me parezca atractivo.
"OLVIDADOS"
ESCENA V
Francisca: ¿Raro raro, o raro raro? (Hace dos intenciones al hablar: una normal y una
coqueta)
Teodora: Raro, raro (Imita intención coqueta)
Otilia: Ay Dios. Miren a la Jacinta.
Francisca: No me sorprende mucho.
Teodora: Sí. Ella es así… medio pata caliente.
Otilia: Eso mismo estaba pensando.
Francisca: Qué poco medida, ¿no?
Teodora: Sí, pero bueno, ¿quiénes somos nosotras para juzgar?
Otilia/Francisca: Mjum.
(Las tres toman un sorbo de café. Luego hay un pequeño silencio. Francisca de
repente se queja)
Otilia: Dios santo, ¿ahora qué?
Francisca: Todavía no encuentro mi collar.
(Teodora y Otilia reaccionan con fastidio)
ESCENA VI
ESCENA VII
León: Y es por eso, que pienso que soy el indicado para tí. Soy inteligente, soy chistoso y
huelo bien… la mayoría del tiempo.
Amelio: Si quieres conquistar a Jacinta, necesitas algo mejor.
León: ¡Amelio! ¿Cuánto tiempo llevas escuchando?
Amelio: El suficiente, mijo. Calma.
León: ¿Por qué dices eso de Jacinta? ¿Estás loco? Yo sólo estaba… ensayando.
Amelio: Lo sé. Ensayando para declarartele a Jacinta.
León: Bueno, sí… Está bien. (TR) ¿Crees que le gusto?
Amelio: Mira, mijo… por la forma en la que vi que te observaba en la clase de Chachacha,
yo diría que ya estás listo.
León: ¿En serio, Amelio?
Amelio: En serio, León. Sólo hace falta "el gran paso."
León: ¿Qué es eso de "el gran paso"? No me digas que es un paso de baile, Amelio. Yo
tengo dos pies derechos.
Amelio: Izquierdos.
"OLVIDADOS"
León: ¿Perdón?
Amelio: Dijiste "derechos".
León: Ajá.
Amelio: Y se dice "dos pies izquierdos".
León: No entiendo.
Amelio: Olvídalo. No me refería a baile, León. Me refiero a que des el paso y hables con
ella, le digas lo que sientes.
León: ¿Que me gusta y me imagino el resto de mi vida con ella hasta que tengamos que
morir ambos y lo hagamos al mismo tiempo agarrados de la mano?
Amelio: Ok. Eso es bastante especifico, pero sí. Supongo que funciona.
León: Pero, ¿cómo lo hago? ¿Cómo me le acerco y le hablo? Cuando era joven, las
mujeres se acercaban a mí, yo nunca a ellas. Y pues, Jacinta es diferente.
Amelio: Sólo acércate y habla.
León: ¿Así y ya?
Amelio: Así y ya.
León: No lo sé, Amelio. Creo que es muy riesgoso.
Amelio: León. Escúchame bien. Pierdes más al no intentar nada. No dejes que te alcancen
los "que hubiese pasado si…". (TR) Cuando eso sucede, no hay nada que pueda darle
descanso a tu conciencia. Arriésgate.
León: Caramba, Amelio. Gracias. Está bien. Lo haré. Iré y le hablaré. Sólo iré y le diré que
me gusta.
Amelio: Trata de omitir la parte de morir juntos. Déjalo para otro momento.
León: Copiado. Nada de morir juntos. Iré y le diré todo.
(Mientras sigue hablando, va saliendo)
León: Soy León y soy un león conquistando. León el león. Ese soy. (TR. A Amelio) ¿Estás
seguro?
Amelio: ¡Vete ya!
León: Sí. Sí. Voy.
(León sale. Amelio muestra una sonrisa)
ESCENA VIII
Jacinta: ¿Y bien? ¿Ya me vas a explicar que está pasando? Me tienes en ascuas.
León: Sí, sí. Te diré. Tranquila que no es nada malo. Bueno, eso depende de lo que
pienses que es malo. Hay gente que ve el vaso medio lleno y otros lo ven medio vacio.
Nunca he entendido muy bien ese dicho pero…
Jacinta: León.
León: ¿Ajá?
Jacinta: Al grano.
León: Sí. Al grano. Bien… yo estaba pensando y… A ver, Jacinta.
Jacinta: ¿Ajá…?
León: Yo estaba pensando que… pues. Últimamente ha surgido algo entre tú y yo.
Jacinta: ¿Ah?
León: Sí… y me preguntaba si… (Se pone nervioso) querías morir conmigo.
Jacinta: Ya va, ¿qué?
León: No, no. Morir no. Amelio me dijo que no dijera eso.
"OLVIDADOS"
Jacinta: ¿Amelio?
León: No, no. Bueno, sí. Pero lo que te estoy diciendo lo quiero decir yo, no él.
Jacinta: León, ¿qué está pasando?
León: ¡Me gustas!
Jacinta: ¿Qué?
León: Tú… me gustas.
Jacinta: Vaya, vaya. Le gusto al señor León Castro.
León: Sí. Me pareces una mujer muy interesante y hermosa.
Jacinta: Ay no, empezamos mal, León.
León: ¿Qué? ¿Qué pasó?
Jacinta: Me llamaste "interesante".
León: ¡Es que lo eres!
Jacinta: ¿Vas a seguir?
León: Pero, ¿qué tiene?
Jacinta: Cuando alguien te llama "interesante" significa que eres fea, León. Eso es como
cuando le dicen a un recién nacido que es "simpático". Eso significa "feo", mijo.
León: No, no, Jacinta. No lo decía en ese sentido. Tú para mí eres hermosa.
Jacinta: ¿Lo soy?
León: Lo eres… y quisiera, pues… intentar algo contigo.
Jacinta: Ay, León. Qué lindo en serio. (TR) Yo soy un alma libre, mijo.
León: ¿Y eso que quiere decir?
Jacinta: Que habrá limites que quizás quieras ponerme y yo te diré un rotundo "no".
León: Se que eres muy libre, Jacinta. Eso es lo que me gusta de tí.
Jacinta: Bien… por último. Sólo hay una condición para que lo intentemos.
León: ¿Qué será?
Jacinta: Debes dejar el alcohol.
León: ¿Que debo qué? ¡No! ¡Estás loca! ¡Jamás! ¡No puedes cambiarme!
Jacinta: Pues entonces no funcionará.
León: Pero Jacinta, ¿es tan importante eso?
Jacinta: ¡Lo es!
León: ¿Lo es?
Jacinta: ¡Lo es!
León: ¿De verdad?
Jacinta: ¡Que sí, León! (TR) Mira… hace quince años yo tenía una familia… una hermosa
familia. Ellos eran mi vida y afortunadamente, yo era la vida de ellos. El amor que se
respiraba en mi hogar era inmaculado. Sólo había una pequeña mancha dentro de tanta
perfección. (TR) Juan. Mi esposo… le encantaba tomar, León. Era su escape, su terapia, su
meditación. Nunca tuvo el coraje de decirme que ya no quería estar conmigo, así que
ahogaba todo lo que quería gritarme en una botella. En muchas botellas, de hecho. (TR) Un
día Juan y yo discutimos. Él se fue muy molesto y… metió a mis nietos al carro. Dijo que iría
a drenar paseando con ellos.
León: Jacinta. Tu historia no me gusta mucho…
Jacinta: No regresaron, León. Nunca regresaron por esa puerta. Ni él, ni mis nietos. (TR)
Mis hijos me agarraron un odio horrible, como si yo hubiese sido la responsable, como si yo
hubiese sido la que agarró a mis pequeños nietos y los metió en ese carro, como si yo
hubiese sido quien se trago quien sabe cuantas botellas y manejó como una demente por
esa carretera.
León: Lo siento.
"OLVIDADOS"
Jacinta: No. Yo lo siento, León. Disculpa si soy muy tóxica al ponerte esa condición. Pero
no puedo vivir de nuevo junto a un borracho inconsciente a mi lado. No más.
ESCENA IX
Otilia: Por favor, déjame terminar. (TR) Su hija creció viendo ese tipos de cosas como algo
normal. Agarrar cosas que no eran suyas, era algo muy natural para ella. Como cuando te
enseñan a comer en la mesa. (TR) El tiempo pasó, la madre murió y la hija logró
independizarse, hacer su vida, formar su familia y envejecer… pero, hasta el sol de hoy,
sigue luchando contra ese impulso asqueroso de hurtar cosas. (TR) Francisca, la joven de
la que te hablo es mi…
Francisca: Entendí perfectamente la historia, Otilia. No soy estúpida.
Otilia: Por favor, escúchame.
Francisca: Dame mi collar.
(Otilia, claramente avergonzada, le devuelve su collar, que tenía metido en su bolso)
Francisca: Durante todas estas semanas me viste llorar, sudar y colapsar por este collar.
Te burlaste en más de una ocasión por lo "dramática" que estaba siendo, cuando todo este
tiempo, lo tuviste en tu maldito bolso.
Otilia: Francisca, no fue mi intención, yo…
Francisca: Eres una cleptómana, Otilia. Por si no lo sabías, así se llama lo que tienes. No
quiero ser amiga de una cleptómana.
(Francisca sale)
Otilia: ¡Francisca, por favor!
(Otilia queda sola en escena)
ESCENA X
Jacinta: Bueno, ¿y quién se murió? Qué silencio tan horrible e incómodo. ¿Todo bien?
Clemente: Mejor así, primera vez en años que se siente paz en este lugar.
Amelio: A mi no me gusta el silencio, siento que es como sinónimo de tristeza. ¿Les cuento
una historia?
Todos: No.
León: (Hacia Teodora, Francisca y Otilia) ¿Y ustedes? ¿Todo bien?
Francisca: Sí.
Teodora: Todo bien.
Otilia: De maravilla.
Jacinta: Mjum, yo conozco esas voces.
León: (En secreto a Jacinta) Yo no, ¿qué significan?
Jacinta: Parece que están peleadas.
León: ¿Las tres? Pero ellas nunca pelean.
Jacinta: Pues parece que sí.
(Entra Samanta, profesora de pintura)
Samanta: Buenos días, mis hermosos cromáticos.
Clemente: No puede ser.
Teodora: ¡Buenos días, Samantica!
Samanta: Espero que hoy tengan las mejores energías para pintar el día de muchos
colores.
Clemente: Esta mujer me va a hacer vomitar.
Amelio: ¿Cómo está, hermosa Samanta?
"OLVIDADOS"
Samanta: Muy bien, Amelio. Espero que todos estén listos. (Pasando por sus puestos)
Aquí les dejo a cada uno sus implementos de trabajo. Recuerden que la pintura se trata de
transmitir lo que sentimos y plasmarlo en el lienzo. Es una especie de terapia.
Clemente: Como si no tuvieramos suficientes.
Teodora: ¿Puedes dejar de interrumpirla ya?
Clemente: Pero si yo…
Teodora: ¡Nada! ¡Haz silencio y déjame ver mi clase de pintura tranquila!
Jacinta: Pero Teo, no te alteres así.
Teodora: ¡Para ustedes todo es un juego! Para mí no.
Samanta: Señora Teodora, tranquila. La clase fluirá si todos colaboramos. (TR) Ahora
atención: el día de hoy dibujaremos algo que añoremos mucho. Algo que recordemos con
mucho amor y cariño. Puede ser una persona, un animal, un momento, una época… lo que
ustedes deseen. Nada estará mal. ¿Me expliqué?
Todos: Sí.
Samanta: Bien. Tienen aproximadamente media hora a partir de… ahora.
(Transición. Paso del tiempo en el que todos dibujan. La transición es interrumpida
por Teodora, quien lanza sus implementos al piso. Silencio incómodo)
ESCENA XI
Guía: Bien, muy bien. No sé qué es lo que está sucediendo pero debo admitir que percibo
una vibra de tranquilidad en el grupo. A ver, Jacinta y León, los veo muy juntitos, ¿no?
Jacinta: No me lo mire mucho, ¿oyó? Mire que no nos gusta eso de las relaciones abiertas.
León: ¡Jacinta!
Jacinta: Mjum, ¡estoy defendiendo lo mío!
Guía: Bueno, bueno… Otilia, Francisca y Teodora, ¿qué tal van esas reuniones de café?
Teodora: Cada vez más divertidas.
Francisca: Sí. Muchas risas.
Otilia: Y chismes.
Teodora/Francisca: Otilia.
Otilia: Digo, chistes. No chismes, chistes. Perdón.
Guía: ¿Amelio?
Amelio: Estoy muy bien, señorita. Cada vez mejor.
Guía: Bien… ¿Clemente?
Clemente: Deje sus estupideces.
Jacinta: Clemente, respeta.
"OLVIDADOS"
Clemente: ¡Chúpenlo!
Guía: Señor Clemente, por favor colabore con la terapia.
Clemente: ¡No me da la gana! ¡No quiero y punto! ¡No pueden obligarme!
(Sale Clemente)
Amelio: Yo voy.
(Sale Amelio)
ESCENA XII
Amelio: Clemente.
Clemente: Coño, Amelio. Qué intenso eres, vete de aquí.
Amelio: Soy intenso, ya deberías saberlo. Eres mi mejor amigo y nadie me conoce mejor.
Clemente: Sí, sí. Ajá. Muy bonito todo. Ahora vete y déjame solo mientras…
Amelio: Mientras lloras porque ya no aguantas.
Clemente: No juegues al psicólogo conmigo. Conmigo no.
Amelio: No soy psicólogo. Soy tu amigo, Clemente. Deja de escudarte ya. Renuncia a esa
estupidez de ocultar lo que sientes para no verte vulnerable. Soy yo, Amelio. Puedes llorar
todo lo que quieras.
(Luego de unos segundos de duda, Clemente abraza llorando a Amelio)
Clemente: La extraño. La extraño tanto. Amelio: Lo sé, amigo. Lo sé.
Clemente: Quisiera devolverme a ese dia y haber actuado diferente. No sabes cuánto lo
deseo. Si hubiese actuado diferente, no estaría aquí.
Amelio: Fue un error, Clemente. Fue un simple error.
Clemente: ¡No, Amelio! ¡Pegarle a tu mujer no es un simple error, es violencia doméstica!
¡No soy un niño que se equivocó, soy un adulto que no controla sus impulsos! Yo amaba a
Marta, ella era mi todo, éramos felices, me aceptaba con mi carácter de mierda. Soportó
tanto de mi parte y tuve que arruinarlo así. Levantándole la mano en una simple discusión
que me sacó de mis casillas. Quedé como un abusador y nuestros hijos me separaron de
ella… me separaron de todos. Ésta es básicamente mi cárcel, Amelio. No puedo estar feliz
aquí. No puedo sonreír y fingir que todo está bien.
Amelio: Amigo… yo te admiro.
Clemente: Ay por favor, Amelio. Ni tú te lo crees.
Amelio: Es en serio, amigo. No cualquiera acepta sus errores y se arrepiente de corazón.
¿Sabes cuántas personas hay en el mundo que están dispuestos a irse a la tumba con su
orgullo intacto? Tú ya lo entendiste todo, Clemente. Ahora, sólo toca..
Clemente: ¿Qué? ¿Qué es lo que me toca ahora, que no los tengo?
Amelio: Avanzar… y ser felíz. Tú mismo lo dijiste: "si hubieses actuado diferente, no
estuvieras aquí". Con otros seis viejitos locos que hacen que el día a día sea más llevadero.
(TR) Date la oportunidad de intentarlo, Clemente. Date la oportunidad de procurar ser
felíz… y disfrutar cada segundo de tu vida.
(Silencio)
Amelio: Prométemelo.
Clemente: Te lo prometo.
(Se abrazan)
Clemente: Amelio… eres el mejor amigo que alguien pudiera tener.
Amelio: ¿Acabas de dar un cumplido? Empezamos muy bien.
"OLVIDADOS"
ESCENA XIII
(Entra Jacinta)
Otilia: ¿Qué te dijo?
Jacinta: Se quitó la vida.
Clemente: ¡No! Tú no, Amelito. Tú no.
(Todos lloran)
ESCENA FINAL
(Transición de tiempo. Un mes para ser exactos. Todos en escena menos Clemente.
No hay una energía triste, sino de superación y paz)
anécdotas… y como buen amante de las historias que soy, permítanme contarles una… la
última. Empieza así: Había una vez, un caballero muy valiente. Era guapo, inteligente y muy
astuto. Este caballero se enamoró de una hermosa doncella, con la cual concibió a un
hermoso niño. Su hijo era su gran adoración. El tiempo pasó y este pequeño concibió a otro.
El caballero no sabía lo que era el verdadero amor, hasta que amó a su nieto. Al conocerlo
bien, notó la inmensa imaginación que tenía… y él lo ayudaba a expandirla: leyéndole
historias. A veces las inventaba. Cada noche, era una nueva aventura. Noche tras noche,
se transportaban a castillos, bosques y grandes playas. (TR) Pero el tiempo pasó… el
pequeño creció. Dejó de interesarse por las historias. Ya le parecían aburridas, tan
aburridas como su abuelo el caballero. Y así como si nada, pasó a estorbar a toda su
familia. (TR) Un día lo invitaron a cenar. El caballero estaba muy feliz puesto que parecía
que al fin su familia lo amaba de nuevo. Llegaron a la entrada del restaurante y firmaron
unos papeles… ¿Papeles? Sí. Papeles. No era un restaurante. Era un sitio en el que el
caballero pasaría el resto de su vida. Sólo, engañado y abandonado. Sin su familia. La
familia que él tanto amaba, pero que no lo amaba tanto a él. (TR) Bueno… creo que mejor
cortamos la historia ahí. El punto está bastante claro, ¿no? Quiero agradecerles a cada uno
por tanto. Jacinta y León, por recordarme lo hermoso que es el amor cuando se da con
respeto. Teodora, Francisca y Otilia, por recordarme lo valiosa que es la amistad verdadera.
Y a tí, Clemente… gracias por enseñarme que siempre se puede ser mejor y aprender de
los errores. Fuiste el mejor amigo. (TR) Hoy me voy feliz…"
(Clemente lucha con las ganas de llorar. Pasa la carta a Teodora)
Clemente: No puedo.
Teodora: Tranquilo, yo continúo. (Lee) "Hoy me voy felíz. Felíz porque aprendí algo de
cada uno y siento que ustedes también aprendieron algo de mí. Discúlpenme si por
momentos pequé de fastidioso con mis historias… sólo quería recordar a mi nieto de alguna
manera. Hoy, el dolor y la nostalgia hicieron de las suyas conmigo y… pierdo la batalla. No
puedo más. Sin embargo, quiero que ustedes vivan… y vivan felices. Son los mejores
amigos que pude tener. Por favor, no dejen que nada les borre la sonrisa. Gracias por
brindarme los mejores últimos días. Nada de caras largas por mi partida, ¿ok? En mi
corazón seguiremos siendo los 7 viejitos locos del Geriátrico Santa Fé. La excéntrica
Jacinta, el pavo León, la emocional Francisca, la habladora Otilia, la amorosa Teodora, el
amargado Clemente, y yo: El caballero soñador. Con amor, Amelio"
(Todos lloran. Silencio)
Clemente: Se que él está mejor.
Teodora: Eso, mijo. Hay que recordarlo con amor.
Jacinta: Con esa sonrisa larga.
Francisca: Con su energía incomparable.
Otilia: Con sus chistes, a veces malos, pero simpáticos todos.
León: La verdad es que la mayoría eran malos.
Clemente: Y con sus increíbles historias… (TR) De hecho, quiero contarles una. ¿Me
dejan?
Teodora: ¡En honor a Amelio! ¡Eso me gusta!
León: ¡Es verdad! ¡Por Amelio!
Todos: ¡Por Amelio!
Clemente: Bien, haré mi mejor esfuerzo: Había una vez, ¡una familia cavernícola! Sí y se
llamaban: ¡Los picaroca!
León: (A Jacinta) ¿Pero no se llamaban los pica…?
Jacinta: Déjalo fluir. Mira lo felíz que está.
"OLVIDADOS"
FIN.