DECISIONES

RADICALES
LUCAS CONSLIE

• Hacemos una oración: “Jesús, despiértanos a la mayor responsabilidad de anunciar, edificar,
construir y empoderar a otros para que tu Reino se establezca con justicia, verdad y equidad”.

1. ¿ESTÁS DISPUESTO A PERDER PARA GANAR?

• A ningún ser humano le gusta perder ya que no fuimos creados para perder. En la caída, cuando
el pecado entró, ejecutó nuestra vida, y por esta causa luchamos todos los días, y nos
desilusionamos cuando no llegamos al objetivo y perdemos. La humanidad lo único que nos
enseña son pasos para ser mejores y exitosos. Pero en esta generación hay algo que Dios nos
quiere enseñar: personas que están dispuestas a perder para ganar.

• Una encrucijada es un lugar donde se cruzan distintas direcciones y debemos escoger entre varias
posibilidades para saber cómo actuar y cuál es la correcta. La encrucijada a la que esta generación
responderá es: “¿Estoy dispuesto a perder para ganar?”

Si nuestro objetivo en esta sociedad es ser exitosos en esta tierra, esa será nuestra recompensa.

Pero hay una recompensa mayor, la cual no se compra con plata ni oro,
y solo la puede dar el Padre de la gloria.

Esta no se mide en distancias, sino en compromiso de amor y devoción.

• La verdadera gloria de Dios es la que se manifiesta desde el secreto, donde nadie nos ve. Si
tenemos otro objetivo que no sea este en nuestra vida, viviremos frustrados. Pero si estamos
dispuestos a darlo todo, por más que todos nos rechacen, habrá Uno que nos coronará de favor y
misericordia.

• Estas encrucijadas Dios las usa para desatar una fe salvaje. La cual se desarrolla en los mayores
momentos de quebranto. Dios está levantando personas que van a medir su aceite por el nivel de
quebranto que tienen en esta generación. Todos quieren ser como David, reyes y poderosos, pero
no queremos vivir el nivel de quebranto que él vivió.

2. UNA FE SALVAJE

“Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad;
y salió sin saber a dónde iba. Por fe habitó en la tierra prometida como en tierra ajena,
morando en cabañas con Isaac y Jacob, herederos juntamente de la misma promesa:
Porque esperaba ciudad con fundamentos, el artífice y hacedor de la cual es Dios.
Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir simiente;
y parió aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó ser fiel el que lo había prometido”.
Hebreos 11:8-11

• Todo lo que Abraham conquistó y el desarrollo de su historia fue: por la fe.

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• Si no tenemos fe es imposible agradar a Dios. Y si no caminamos traduciendo nuestra fe en
acciones prácticas, todo lo que estamos hablando hoy se va a diluir en el tiempo, y cuando venga
la gran tribulación muchos van a negar la fe. Porque lo que está en juego en el desarrollo de todo
lo que vivimos y desarrollamos, es la fe.

“Pelea la buena batalla de la fe”. 1 Timoteo 6:12

• La fe salvaje se desata solo en crisis. Estamos a las puertas de ver el mayor desarrollo de fe de la
Iglesia como nunca se vio antes en la historia. Y Dios nos pregunta: ¿Estás dispuesto a seguir
creciendo en fe? Porque lo que está en juego es la fe. Debemos pelear la batalla y que nuestra fe
no falle en tiempos de crisis.

• Muchas veces nuestra fe falla cuando no vemos el resultado de lo que queremos. Este es un
mensaje dulce y amargo. Que cuando nos toque transitar tiempos de crisis, de pérdida, de dolor,
y caminemos en lo amargo del mensaje, podamos decir: ¡MARANATA! Nuestra esperanza está en
que cuando Él venga todo ojo le verá y todos los muertos en Cristo resucitarán primero.

• Los que desataron una fe salvaje en tiempos de quebranto, van a saber hacia dónde dirigirse,
porque saben en dónde están parados y hacia dónde van.

• Abraham sale de su tierra y de su parentela con la claridad de que aquello que iba a encontrar era
una tierra con un fundamento firme, la cual Dios había construido. La pregunta es: ¿Tenemos claro
hacia dónde nos estaremos dirigiendo?

Si lo que estamos haciendo hoy, no está conectado con el Evangelio eterno,
siempre vamos a tomar decisiones equivocadas.

Y en esos momentos, Dios nos introduce en encrucijadas de amor para que nos volvamos al retorno
y cumplamos el propósito eterno que Él sí tiene para nuestras vidas.

• Abraham tenía la promesa, pero el tiempo pasaba frente a él y no veía el cumplimiento de la
promesa. Por ende, comenzó a tomar decisiones por su propia voluntad y engendró a Ismael.
Después de un tiempo, Dios cumple su promesa y le da a Isaac. Pero Abraham fue movido fuera
de la voluntad de Dios al tomar decisiones.

• Ismael simboliza aquello que hacemos por fuerza propia, fuera de la voluntad de Dios.

• Toda mala acción tiene una mala recompensa. Y toda buena acción tiene una buena recompensa.

• Todos leemos este pasaje de manera lineal, pero no nos introducimos en los detalles de Abraham
caminando por el monte con su hijo para sacrificarlo, diciéndole: “Siempre vas a tener mi sí”, y es
en este momento que su fe estaba siendo desarrollada.

• El mayor desafío no es crecer en carácter individual, sino que el mayor desafío es que nuestra
Iglesia local comience a vivir lo que cada uno de nosotros está viviendo.

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 Por toda la historia hemos visto a grandes ungidos,
pero el mayor derramar de Dios será sobre una familia.

3. EL CARÁCTER DEL PADRE Y DEL HIJO

• Cuando Abraham llegó al altar, no dudó. Levantó su cuchillo, empezó a bajarlo en dirección a su
hijo y escuchó una voz. Hay veces que nos encontramos en momentos extremos como este. Pero
en los cuales Dios nos dice “sacrifica lo que más amas”. Y nosotros decimos “no puedo”. Pero en la
escena de Abraham la pregunta es: ¿Qué es lo que llevó a Abraham a sacrificar lo que más le costó?
Y la respuesta es que Abraham conocía el carácter de Dios.

• El que conoce el carácter de Dios sabe que cuando Dios habla, Él no es mentiroso, y lo que Él dijo,
lo va a cumplir.

• Abraham sabía que, si Dios mataba al hijo de la promesa, Dios era tan Dios para resucitar al hijo
de la promesa.

• ¿Qué es lo que Dios estaba probando en el corazón de Abraham? Quería ver si su corazón tenía el
carácter del Hijo. Los que tienen el carácter de Cristo están dispuestos a entregarlo todo.

• Abraham tenía el carácter del Padre y del Hijo. Era un padre que estaba dispuesto a entregarlo
todo, pero un padre que estaba dispuesto a sacrificarlo todo.

En esta generación vamos a hacer cosas que otros no van a comprender,
pero que serán nuestro Isaac para que el Evangelio del Reino se siga proclamando.

¿Estamos dispuestos a romper las barreras de lo que Dios dirá?
Necesitamos estar dispuestos para desatar una fe salvaje.

• Mártir también es aquel que está dispuesto a darlo todo por servir a los demás. Hoy podemos
vivir principios de martirio cuando estamos dispuestos a decir “no” a las cosas que nos atan a
esta tierra pero que desatan el cielo en la tierra.

4. ACTOS DE JUSTICIA QUE REVISTEN A LA NOVIA

• ¿Estamos dispuestos a caminar con pequeños actos de justicia que marquen la diferencia
alrededor de todo lo que estamos haciendo? Porque no se trata de nosotros, son pequeños actos
de justicia que revisten a la Novia. Nuestra generación va a darlo todo como ninguna otra
generación y seremos hallados en justicia.

Una pequeña luz, un pequeño acto de amor puede revestir de justicia a esta generación.

• Cuando estamos dispuestos a ser pregoneros de esta generación sin importar lo que la gente diga,
es un acto de justicia, y estamos quebrantando y matando a Isaac como un sacrificio vivo.
Debemos reconocer que no nacimos para agradar a los hombres.

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• Cuando cada uno de nosotros está dispuesto a hacer pequeños actos de justicia en la asignación
que Dios nos dio, tomamos nuestro lugar en el Reino de Dios y su luz brilla.

• Muchos de estos actos no nos harán ganar nada en esta tierra, pero sí a otros. Debemos estar
dispuestos a perder para ganar. Lo que ganaremos es ver vidas transformadas y conectadas con
la cultura del Reino. Una pequeña luz puede transformar todo a nuestro alrededor.

• Cuando hacemos un acto de servicio y de amor por otros, el cuerpo libera oxitocina. Esta es una
hormona liberada en el canal de parto cuando la mujer está por dar a luz. Y produce que, en un
momento de quebranto y sufrimiento, la mujer no esté pensando en el sufrimiento sino en el fruto
de la recompensa.

• Esta oxitocina también es producida con un amor ferviente. No solo la recibe el que da, sino el
que está recibiendo y el que está escuchando. Nacimos para servir a los demás.

• Ver el triunfo de otros nos hace entender nuestro propósito mismo. El precio de la felicidad del
otro es nuestra pérdida, y nuestra tristeza es la felicidad del otro. ¿Cuál es el precio de la felicidad
de la gente? Porque eso nos va a hacer perder, pero teniendo una recompensa que se mide en la
obediencia.

• Cuando unos son revestidos, otros son descalzados. Pero debemos estar conscientes de que
estamos escribiendo la historia de Dios.

Si queremos ser mártires para Dios debemos comenzar hoy entregando lo que más nos duele,
despojándonos de las cosas que nos atan a esta tierra y no nos permiten ver
el cielo abierto sobre nuestras vidas todos los días.

• La historia cambia cuando tomamos la parte del Evangelio que nos toca. ¿Cuál es la asignación
que Dios te dio y por la que estás dispuesto a perder para ganar?

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