Huevos de Pascua
Huevos de Pascua
Huevos de Pascua
En la prehistoria[editar]
Se piensa que el origen de la tradición de comer huevos al finalizar el periodo de los reyes
magos es una reminiscencia de la Edad de Hielo. Tras el duro invierno, y cuando apenas
quedaban provisiones, con la llegada de la primavera volvían las aves desde el sur (esto solo
es aplicable al hemisferio norte) y empezaban a poner huevos, de los que se alimentaban
los seres humanos hasta que podían volver a cazar con la llegada de mejores temperaturas.1
En el judaísmo[editar]
El huevo de Pascua no aparece como un símbolo dentro de la costumbre judía. Sin embargo,
en varios países, como por ejemplo, en Estados Unidos, Polonia, etc. existe el simbolismo de
utilizar un huevo decorado dentro del plato (Keará) que se prepara durante el Séder de Pésaj,
como una representación de la continuidad del ciclo de la vida (por su forma ovalada). Otro
significado dentro de la creencia judía que se le otorga al huevo durante el Séder es el del
endurecimiento del corazón de faraón Ramsés II, que no permitía salir al pueblo hebreo
de Egipto. Un tercer significado que se le atribuye al simbolismo del huevo es el
fortalecimiento que presentó el pueblo judío al lograr salir de Egipto durante el Éxodo, aunque
no existan pruebas arqueológicas que aseveren tales afirmaciones. 2
En el cristianismo[editar]
Véase también
Los huevos de Pascua son una tradición que se remonta a la antigua Roma y
Persia, donde se consideraban símbolos de la fertilidad y la renovación de la vida. Los
cristianos adoptaron esta fecha y la incorporaron a la celebración de la Pascua,
que conmemora la resurrección de Jesucristo.
“Esas patas hacen que al conejo le sea fácil ascender y difícil descender. Esto era
utilizado para representar el camino de la vocación del cristiano. Debe ser reacio
y difícil a ir hasta abajo en su vida moral y a la vez debe ser pronto, presto y ágil
para ir hacia arriba, hacia la resurrección del Señor”.
Le camaleón