Pensadores, Jefes y Héroes de La Contrarrevolución
Pensadores, Jefes y Héroes de La Contrarrevolución
Pensadores, Jefes y Héroes de La Contrarrevolución
REVOLUCIÓN Y CONTRARREVOLUCIÓN
La desintegración del antiguo Orden social cristiano se puede remontar a los tiempos
del Renacimiento, cuando se impuso una visión antropocéntrica de la cultura, que llevó a esa
interpretación individualista de la religión que fue el Protestantismo, el cual rompió,
consecuentemente, con las formas comunitarias, jerárquicas y litúrgicas de vivir el hecho
religioso. Pero a pesar de todo el deterioro que aquellos movimientos trajeron sobre la vida
social, todavía se mantuvieron con suficiente vitalidad ciertos principios tradicionales que
estructuraban la vida social: la religión como fundamento de la comunidad; el principio de
autoridad encarnado en las Monarquías; la familia fundada en el matrimonio sacramental e
indisoluble, y célula básica del orden social; el aprecio por la cultura y las bellas artes; el
reconocimiento de la preeminencia social que da el conocimiento; el respeto a la propiedad;
la estructuración gremial de la actividad laboral...
En estas páginas nos proponemos presentar a las principales figuras que, ya sea desde
el ámbito del pensamiento, de la jefatura del Estado, o de la resistencia heroica, se opusieron
a los estragos producidos por la Revolución.
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ANTOINE DE RIVAROL
“Antoine de Rivarol nació el 26 de junio
de 1753 en Bagnols-sur-Céze. Espíritu fino, de
humor cáustico e ingenioso fue el primero,
dentro de Francia, en reaccionar contra la
pretensión revolucionaria de fundar la
autoridad en el consentimiento popular…
…Su inteligencia…descubría con gran sagacidad los intereses mezquinos ocultos detrás de
las grandes frases…
…hizo una crítica de la Declaración de los derechos del hombre que anticipa las reflexiones
de Burke…
…Para él no existen las ficciones pseudofilosóficas con que los revolucionarios tratarán de
justificar sus crímenes… (Vio en la Revolución) un confuso levantamiento de la canalla
provocado por una camarilla de ambiciosos…
…Puesto a descubrir una causa real del caos del ochenta y nueve, la encontró en la
defección del ejército: ‘La defección del ejército no es una de las causas de la revolución, es
la misma revolución’…
Los amantes de las buenas letras no dejarán…de apreciar con deleite la elegante
certeza de sus aforismos:
‘Las revoluciones son comenzadas, a veces, por gente de ingenio, pero siempre son
terminadas por bestias feroces.’…
‘Será hermoso ver un día a los filósofos y a los apóstatas seguir a Bonaparte a misa y
a los republicanos hacer la gran reverencia. Sin embargo habían jurado matar al primero
que tomara el poder. Sería gracioso que creara cordones y decorara reyes, que se hiciera
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…esta preciosa profecía política, (fue) escrita un par de años antes que Napoleón Bonaparte
pasara a ser Napoleón I.” (RUBÉN CALDERÓN BOUCHET. Nacionalismo y Revolución.
En Francia, Italia y España. Librería Huemul. Buenos Aires. 1983, pp.28-34)
En sus últimos años, García Moreno fuer revelando todas las dimensiones de un gran
estadista, también lúcido e intrépido, convencido de que lo más trascendente de su gestión
consistía en llevar a cabo la restauración…
ANTONIO RIVERA
“Hace cincuenta años entregaba su vida a Dios, Antonio Rivera Ramírez, el ‘Ángel
del Alcázar’. Yo fui su amigo, y de él aprendí, más que con su palabra, con su ejemplo,
mucho de lo que ha ido perfilando la mía…
Para mí, lo más llamativo de Antonio Rivera fue su propósito bien cumplido de dar a
su vida un tono heroico. En un clima de mediocridad, de pasotismo, de inhibición y de
tibieza, como es, a todas luces, el clima de nuestro tiempo, una resolución de ese tipo, que va
contra corriente y que implica la asunción de renuncias personales y de contradicciones
públicas, nos apela como un aldabonazo en la intimidad del ser, como una campanada recia
y viril en la conciencia aturdida por la confusión del ruido y del estrépito.
Cuatro fueron los recursos que ‘el Ángel del Alcázar’ utilizó para alcanzar el tono
heroico para su vida, y para cerrarla, concluyéndola, como héroe.
En cuarto lugar y como último medio, Antonio Rivera se fijó en el sufrimiento que
acompaña a cada hombre, y que le acompañó a él de tantas maneras, y, en especial, en el
sufrimiento del último desenlace, que llamamos la muerte; y se negó a tolerar sufrimientos y
muerte con estoicismo silencioso o indignarse contra ellos con rebeldía blasfema, sino que
quiso aceptarlos y asumirlos como expiación para sí y para los demás.” (BLAS PIÑAR,
citado por ALFREDO SÁENZ en El pendón y la aureola, pp. 366-368)
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Pero esas ideas, se dirá, son las que ha propagado la doctrina política de Charles
Maurras; ¡ahí está Maistre, todo La Tour du Pin, todo Fustel y también la enseñanza de las
grandes Encíclicas! Sí, esas ideas son las nuestras; pero hélas aquí aplicadas, realizadas por
un hombre que gobierna, encarnadas en una experiencia actual, inscriptas en una historia
viviente. Su acierto, su éxito nos prueban que nuestras ideas no eran abstracciones hijas del
espíritu de sistema, sino ‘realidades disponibles’ de las que una nación bajo nuestros ojos
saca provecho para renacer.” (HENRI MASSIS, Jefes. Sol y Luna. 1939, pp. 70-71)
EL PORVENIR DE LA INTELIGENCIA
“En efecto, como consecuencia de los cien años de Revolución, la masa decorada con el
título público se considera de revestida con la soberanía de Francia. Como el público es rey
de nombre, el que dirige la opinión pública es rey de hecho…En donde las instituciones se
han hecho democráticas se ha sobrevaluado a los directores de la opinión.” (CHARLES
MAURRAS)
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La reforma dio el primer paso decisivo al predicar la libertad individual para examinar
y determinar el contenido de la fe…
HILAIRE BELLOC
“(La Celle, 1870 - Guildford, 1953) Ensayista, novelista, humorista y poeta británico.
Hijo de madre inglesa y padre francés, católicos ambos, estudió en Oxford, sirvió durante
algún tiempo en la artillería de Francia y más tarde, en 1902, tomó la ciudadanía británica.
Fue miembro del Parlamento desde 1906 hasta 1910, año en que, no satisfecho por la
política inglesa, se retiró a la vida privada.
…Son interesantes sus catorce colecciones de ensayos (On Nothing and Kindred subjects,
On Something, On Everything, etc.), y sus veinte libros y monografías de carácter
netamente histórico que abarcan desde la interpretación de las Cruzadas y de las grandes
herejías hasta estudios sobre personajes como Carlos I de Inglaterra, Oliver Cromwell,
Luis XIV o Robespierre…” (Información extraída de
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/belloc.htm)
En muchas de sus obras nuestro autor se dedicó a analizar en profundidad las raíces
de la civilización occidental, su derrotero y la crisis desencadenada a partir de la
Modernidad. Esto se puede apreciar en libros como La crisis de nuestra civilización, Así
ocurrió la Reforma o Europa y la fe. De este último ensayo extremos las siguientes líneas,
sumamente luminosas:
…El proceso de nuestra historia es fácil, natural y total. También es definitivo, terminante.”
(HILAIRE BELLOC. Europa y la Fe. Traducción de E. A. Lanús. Editorial Sudamericana.
Buenos Aires. 1967, pp. 9-10)
Tan sólo contaría con dieciséis meses para hacer fructificar sus numerosos talentos. El padre
Antonio Dragón, jesuita canadiense, que fue condiscípulo suyo en la Compañía, no puede
ocultar su admiración por lo tanto que realizó en el corto tiempo que DIOS le había
concedido de vida. 'Causa admiración el apostolado del P. Pro, breve pero fecundísimo,
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Pasó por las calles y por los hogares haciendo el bien." (ALFREDO SÁENZ. "La gesta de
los cristeros. Serie La Nave y las tempestades")
Salazar como jefe se propone “hacer vivir a Portugal habitualmente”, esto es “hacerlo
vivir según sus modalidades, las cualidades más durables de su ser, las más firmes; es obrar
conforme lo exige su naturaleza, es…ordenar las potencias que comandan sus movimientos…
‘Nuestro pasado glorioso pesa demasiado sobre nuestro presente, dice en una página en
que la voluntad de lo que debe ser disputa con el orgullo de lo que fue…’
He ahí por qué si aspira a hacer vivir a Portugal habitualmente, el Sr. Salazar entiende
imponer a la nación una dirección que utilice los hábitos, las disposiciones favorables de la
raza …” (Massis, Henri. Jefes. Sol y Luna. Buenos Aires. 1939, pp. 78-81)
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Durante cuatro décadas, en dos nobles naciones del Occidente otrora cristiano -España y
Portugal-, gracias a la labor férrea de dos Jefes eminentes, se pudo frenar la acción corrosiva
que llevaba un siglo y medio. Desaparecidos los Jefes, la Revolución volvió a imperar, y
nuevamente el "relato" se volvió a imponer -cada vez con una fuerza mayor-. En dicho relato,
aquellos Jefes arquetípicos son presentados como seres monstruosos y deleznables. Así es el
mundo creado por la Revolución: un sumidero de mentiras.
Para este propósito, Anacleto se dirigió principalmente a la juventud, a la que por once
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años consagró lo mejor de sus energías…Su verbo era fascinante. Nos cuenta Heriberto
Navarrete que, siendo él estudiante secundario, se encontró un día con Anacleto, a la sazón
profesor de Historia Patria, reunido con un grupo en la plaza del Carmen. ‘Sois estudiantes
–les dijo-. Tras de largas peregrinaciones por aulas e Institutos, llegaréis a conquistar vuestra
inmediata ambición: un título profesional. Y bien ¿qué habréis obtenido? Una posición; es
decir, pan, casa, vestido. ¿Es esto todo para el hombre? Me diréis que de paso llenáis una
misión nobilísima cultivando la ciencia. ¿Puede ser esa la misión de un ser como el hombre?
No es la principal labor del hombre el cultivo del cuerpo, ni el de la inteligencia. Ha de ser el
cultivo de las facultades más altas del espíritu. La de amar; pero amar lo inmortal, lo único
digno de ser amado sin medida: amara a Dios…Amar a Dios, para un joven, debe significar
entusiasmos sin medida, ardores apasionados de santo, sueños de heroísmo y arrojos de
leyenda. La vida es una milicia’. Dice Navarrete que esas y otras ideas fueron brotando en
medio de un diálogo vivaz, apasionante. ‘A mí no me cabía duda. Aquel hombre alcanzaba
los perfiles de los grandes líderes. La claridad brillante de sus ideas unida a la férrea voluntad
de un ardoroso corazón, lo delineaban como un egregio conductor de masas. Había ahí
madera para un santo, alma para un mártir’.” (ALFREDO SÁENZ. La Nave y las
tempestades. La persecución en México y la gesta de los Cristeros. Ediciones Gladius.
Buenos Aires. 2012, pp. 275-276)
La soberbia del hombre que sueña con ser dios está en el origen de la soberbia de las
sociedades que pretenden constituirse en instancia suprema.” (ALFREDO SÁENZ, El
cardenal Pie. Lucidez y coraje al servicio de la Verdad. Gladius. Buenos Aires. 2007, pp.
347-348)
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Puede decirse, en un sentido, que en este período se dan en nuestro suelo las guerras de
religión que para el resto de Europa tuvieron lugar en el siglo XVI...
Por mucho que se repita que tiempos y generaciones cambian, y por grande que sea su
capacidad de adaptación o su anhelo de 'mantenerse al día', no puede sustraerse a la idea de
que la transformación mental operada en los últimos veinte años ha sido superior a la que,
con anterioridad a su vida, se operó en varios siglos." (RAFAEL GAMBRA, 1983)
“(...)es evidente que Rosas conforma un pensamiento y un obrar políticos en franca rivalidad
contra el pensamiento y el obrar político que, sobre todo a partir de 1789, dio en llamarse
Revolución (...)”
Este escolio -nota escrita al margen de un texto- de Nicolás Gómez Dávila (1913-1994)
podría representar la quintaesencia de su pensamiento y de su escritura. Su pensamiento es
una contundente recusación de la modernidad que marca el curso del siglo XX. Su escritura
se caracteriza por la condensación, en forma de breves, afilados y contundentes aforismos,
de una ímproba reflexión de décadas.
Gómez Dávila escribió durante años y años sin intención de publicar y ajeno por
completo a la sociedad literaria y a la actividad pública de Bogotá, ciudad en la que vivió
aislado en una señorial casa de estilo Tudor del barrio de El Nogal. Su notoriedad como
escritor, aunque para iniciados y en forma restringida, no se inició hasta cumplidos los 64
años. Cojo y con calzado ortopédico por causa una caída de un caballo en su finca de
Soacha, cercana a Bogotá, se dedicó a leer en siete idiomas -inglés, alemán, francés,
italiano, griego, latín y, obvio, español-, a pensar, a escribir, a estar con amigos y a reunir
una biblioteca de 30.000 libros.
Gómez Dávila nunca militó en un partido, ni tuvo activismo político. Tradicionalista en lo
religioso, escéptico, pesimista y desesperanzado, su filosofía política arremete tanto contra el
marxismo como contra el liberalismo y el capitalismo.
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Todos nuestros grandes poetas, que no hay necesidad de citar, responden de tal manera al
sentimiento católico…
Nosotros tenemos una pintura que es un reflejo vivo del alma nacional; en ella se expresa
de una manera aún más gráfica que en la escultura el sentimiento religioso que ha animado
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nuestro pueblo, y que refleja desde sus albores en las miniaturas de los códices, en los
cuadros murales, en las vidrieras de colores, en las tablas y en los trípticos del siglo XV; y
cuando llega -con el retablo de Zamora, de Fernando Gallegos, y el de San Miguel y la
Piedad, de Bartolomé Bermejo, recientemente sacado a la luz- a lanzar las últimas
llamaradas del amor cristiano de la Edad Media, el sentimiento religioso que la inspira no se
apaga, sino que se acrecienta en el siglo XVI, en las imágenes idealistas, de Luis Morales el
Divino…en las prodigiosas Concepciones de Murillo…
En la misma arquitectura, la más material de las bellas artes, veréis ese espíritu brillar en
los primitivos templos románicos, que todavía no han podido levantar la bóveda circular
sobre sus muros, que tienen pobres techumbres y aquella ornamentación lineal y rígida como
las espadas de los guerrilleros de la Reconquista, pero que irán multiplicando y
enriqueciendo la arquivolta ajedrezada sobre las columnas que se agrupan en sus portadas,
embelleciéndolas con tímpanos hasta hasta convertirlas en arcos triunfales del arte, como el
Pórtico de la Gloria, que parece levantado por la fe para recibir al arte ojival, que llega con
magníficas catedrales que son como la materia idealizada y arrodillada ante la cruz…”
EL ESTADO NOVO
“El salazarismo, entendido como cuadro doctrinal e ideológico…es una reacción a la
fuerte inestabilidad -el desorden generalizado-...y a la marcada debilidad del Estado,
incapaz de cumplir su función primordial: garantizar el orden…(busca) poner coto a la
llamada crisis del Estado moderno o, si se prefiere, liberal,…se integra en la corriente
contrarrevolucionaria…tradicional o tradicionalista…
Esta situación puede entenderse como la consecuencia del hecho de que en el siglo XIX
encuentran aplicación en el campo político y social todas las herejías que en el campo
teórico se vienen pronunciando desde siempre. Lo novedoso del siglo no es el tipo de
afirmaciones teóricas que profieren aquellos que se oponen al orden, sino la audacia que
presentan en la aplicación política y social de los errores en que cayeron los siglos pasados.
Estos portadores de “nuevas verdades” sólo se complacen cuando las afirmaciones teóricas
descienden al campo de lucha social corrompiéndolo todo, haciendo salir de cada error un
conflicto, de cada herejía una revolución y una catástrofe de cada una de sus afirmaciones.
Puestas en el campo político estas “nuevas verdades” dejan de ser especulaciones teóricas
o, mejor dicho, teológicas, y pasan a formar parte de las luchas políticas y
sociales,cuestionando así el fundamento de la autoridad en el que descansa todo orden..."
(M. S. La crítica al liberalismo: Carl Schmitt y Donoso Cortés)
REVOLUCIÓN Y CONTRARREVOLUCIÓN
“Si la Revolución es el desorden, la Contra-Revolución es
la restauración del Orden. Y por Orden entendemos la paz de
Cristo en el Reino de Cristo. O sea, la civilización cristiana,
austera y jerárquica, fundamentalmente sacral,
antiigualitaria y antiliberal…
PRINCIPIOS CONSERVADORES
"Burke, y en general los conservadores (defendieron )...la religión, la propiedad, la
autonomía nacional y los roles de larga tradición en el orden social...
La autoridad, al igual que la propiedad, es uno de los dos conceptos centrales de la
filosofía conservadora...
La 'Teoría del Poder' de Bonald, publicada un año antes de la muerte de Burke y con un
reconocimiento al estímulo de las 'Reflections' de Burke, adelantó una filosofía de la
autoridad y del poder que pudo provenir directamente de Tomás de Aquino. La soberanía,
declaró Bonald, existe sólo en DIOS. ÉL delega la soberanía de manera más o menos igual
entre la familia, la Iglesia y el gobierno político. Cada porción de esta autoridad asignada
por DIOS debe contemplarse como suprema en su propio reino. La autoridad -y por lo tanto
la libertad o la autonomía- de la familia es sacrosanta; ni el Estado ni la Iglesia pueden
transgredir legítimamente las prerrogativas que pertenecen al parentesco... Cada uno tiene
su deber y adecuada autoridad en su propio ámbito. La tiranía consiste, escribió Bonald, en
la transgresión de una esfera sobre otra. El poder revolucionario en Francia provino de su
injustificable invasión en las esferas de la familia y de la Iglesia." (ROBERT NISBET,
Conservadurismo)
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Quien imagine un reloj cuyos engranajes todos variaran continuamente en fuerza, peso,
dimensión, forma y posición, y que señalase no obstante la hora invariablemente, se formará
una cierta idea de la acción de los seres libres en relación con los planes del Creador.
En el mundo político y moral, tal como en el mundo físico, existe un orden habitual, y hay
excepciones al mismo. Habitualmente vemos una serie de efectos producidos por las mismas
causas; pero en determinados momentos, vemos acciones suspendidas, causas paralizadas y
efectos nuevos.
El milagro es un efecto producido por una causa divina o sobrehumana, que suspende o
contradice a una causa ordinaria…la Revolución Francesa, y todo lo que ocurre en Europa
actualmente, es tan prodigiosa en su orden como la fructificación instantánea de un árbol en
pleno invierno…
Lo que más impresiona en la Revolución Francesa es esa fuerza arrolladora que doblega
todos los obstáculos. Su torbellino arrastra como briznas de paja cuanto la fuerza humana
ha sabido oponerle: nadie ha contrariado su avance impunemente…
Se ha observado, con gran razón, que la Revolución Francesa conduce a los hombres más
de lo que es conducida por ellos…
…hombres sin genio y sin conocimiento han conducido a maravilla el que llamaban carro de
la revolución…
El torrente revolucionario ha tomado sucesivamente distintas direcciones; y los hombres
más destacados de la Revolución no adquirieron la especie de poder y de fama que podía
caberles, sino siguiendo la corriente del momento…
…No se podría repetirlo demasiado, no son nunca los hombres quienes conducen la
revolución, es la revolución la que usa a los hombres. Se habla muy acertadamente, cuando
se dice que ‘marcha por sí sola’. Esta frase significa que nunca se había mostrado tan
claramente la Divinidad en ningún hecho humano. Si utiliza los instrumentos más viles, es
porque castiga para regenerar.” (Consideraciones sobre Francia)
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Italia, Roma representa la Fe, y está fundamentada sobre el apóstol San Pedro. En el extremo
occidental de Europa, España, bajo el patrocinio del apóstol Santiago, llevó adelante las
batallas de Dios, fundada en la virtud de la Esperanza. Francia, la “hija primogénita de la
Iglesia”, representa la caridad, virtud en la que brilló el apóstol San Juan. De este modo, el
Padre Julio relaciona, pues, a cada una de estas naciones con uno de los tres apóstoles más
íntimos del Señor, y con una virtud teologal: “Y así como tres son las virtudes teologales, Fe,
Esperanza y Caridad, sin las cuales no es posible concebir el cristianismo y con sólo las
cuales el cristianismo es una hermosa realidad y así como Pedro, Santiago y Juan, símbolos
de estas tres virtudes, se formó alrededor de Cristo el núcleo esencial del apostolado
cristiano; del mismo modo, con Roma, España y Francia, queda en substancia constituida la
Cristiandad”
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EL ORDEN Y LA REVOLUCIÓN
Los cambios provocados por la Revolución Francesa y Revolución Industrial a fines del
siglo XVIII, transformaron la vida social de Europa a lo largo del siglo XIX. Los conflictos y
las rivalidades generadas por estos cambios, pusieron al mundo al borde de la Guerra y la
Revolución a comienzos del siglo XX. Esta situación desembocó en la Gran Guerra del 14
(Primera Guerra Mundial), y en la Revolución Rusa que llevó al Comunismo al Poder por
primera vez en la Historia. El mundo posterior a la Guerra, víctima de la muerte, del horror y
del caos; y amenazado por la Revolución, cuestionó todo lo que el siglo anterior había
elevado. La décadas de 1920 y 1930 se caracterizaron por el surgimiento de movimientos
filosóficos y políticos que cuestionaron a la Modernidad, procurando recuperar algunos de los
valores sobre los que se había constituido la Sociedad Tradicional.
Para poder comprender estos cambios vamos a analizar dos casos: en primer lugar el de un
líder político: Antonio de Oliveira Salazar; en segundo lugar las ideas desplegadas por el
filósofo y sociólogo español José Ortega y Gasset.
Antonio de Oliveira Salazar: El estadista portugués expuso algunas de sus ideas en un
célebre discurso pronunciado en 1928. En él afirmó:
“En esta Europa enferma, convulsionada, empobrecida, desequilibrada, que busca
tenazmente las soluciones políticas de futuro, es donde debemos ubicar el caso portugués
(…)Todos sabemos de dónde venimos: de una de las mayores desorganizaciones que en
Portugal se han visto: en economía, en finanzas, en política y en la administración, errores
acumulados, falta de represión de los vicios en nuestra organización social, desorden
constitucional permanente, sucesivas revoluciones que nada remediaban y agravaban todos
los males, hicieron perder la fe en el Estado como dirigente y coordinador de los esfuerzos
individuales (…) ¿Qué hacer, pues? Recoger resueltamente en las manos las tradiciones
aprovechables del pasado, las realidades del presente, los frutos de la experiencia propia o
ajena, la previsión del futuro, las justas aspiraciones de los pueblos, el ansia de autoridad y
disciplina que agita las generaciones de nuestro tiempo, y construir el nuevo orden de
cosas”.
Señala a continuación la necesidad de superar el liberalismo político del siglo XIX, que
levantó la figura del ciudadano, individuo desmembrado de la familia, de la clase
(estamento), de la profesión, y le dio el derecho de determinar la constitución del Estado,
poniendo allí la fuente de la soberanía del pueblo. En lugar de dicha abstracción, será
necesario volver a los grupos naturales. Ante todo a la familia, núcleo de la nación y primer
elemento de la polis, a partir de la cual se podrán restaurar los municipios, que no son sino la
expansión natural de las personas. Luego habrá que reorganizar las corporaciones culturales y
económicas, como las universidades, las academias, los grupos literarios, artísticos y
técnicos, comerciales y obreros.
José Ortega y Gasset: Este sociólogo español expuso con maestría la irrupción de las
“masas” en la vida social contemporánea, haciendo un análisis crítico de dicha presencia,
indicando que con esta realidad la cultura tendía a vulgarizarse, ya que todo se volvía
“masivo” perdiendo excelencia y calidad. Por otra parte, las masas se acostumbran a reclamar
derechos, desconociendo el esfuerzo que ha significado el desarrollo de la civilización. El
reclamo de derechos olvida la contraparte que significan los deberes.
Escribe Ortega:
“Ahora, de pronto, aparecen bajo la especie de aglomeración, y nuestros ojos ven
dondequiera muchedumbres (…) en los lugares mejores (…) reservados antes a grupos
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menores (…) La muchedumbre (…) es lo mostrenco social (…) Los derechos niveladores (…)
se han convertido (…) en apetitos (…)
El hombre vulgar, al encontrarse con este mundo técnica y socialmente tan perfecto, cree
que lo ha producido la Naturaleza y o piensa nunca en los esfuerzos geniales de individuos
excelentes que supone su creación (…) Así se explica y define el absurdo estado de ánimo
que esas masa revelan: no les preocupa más que su bienestar y al mismo tiempo son
insolidarias de las causas de ese bienestar.” (“La Rebelión de las Masas”)
“Vivimos rodeados de gentes que no se estiman a sí mismas, y casi siempre sin razón.
Quisieran los tales que a toda prisa fuese decretada la igualdad entre los hombres (…) Cada
día que tarde en realizarse esta irrealizable nivelación es una cruel jornada para esas
criaturas ‘resentidas’ (…) ¿Hay nada tan triste como un escritor, un profesor o un político
sin talento, sin finura sensitiva, sin prócer carácter? ¿Cómo han de mirar esos hombres,
mordidos por el íntimo fracaso, a cuanto cruza ante ellos irradiando perfección y sana
estima de sí mismos?” (“Democracia Morbosa”)