Libro Sos 2010

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Manual Didáctico de Técnicas de Salvamento y Socorrismo Acuático José Antonio Pérez de la Lastra Sturlese

MANUAL DIDÁCTICO DE
TÉCNICAS DE SALVAMENTO
Y
SOCORRISMO ACUÁTICO
Psicología, legislación y primeros auxilios
básicos aplicados

José Antonio Pérez de la Lastra Sturlese (coordinador)


Ángel de Pedro Álvarez
Carlos Gallego Cózar
Angélica Fernández Fuentes
José Antonio Castro Morillo
Manual Didáctico de Técnicas de Salvamento y Socorrismo Acuático José Antonio Pérez de la Lastra Sturlese

AGRADECIMIENTOS Y PRÓLOGO

El presente libro responde a una necesidad común por parte de un grupo de trabajo de instructores de la
Federación Andaluza de salvamento y socorrismo, en adelante F.A.S.S., por aunar la estructura y dinámica formativa de
los cursos de socorrismo. Esta labor hubiese sido imposible sin la colaboración desinteresada de D. Manuel Domínguez
Caro, Vicepresidente de la F.A.S.S., ya que gracias a su labor nos transmitió su inquietud para darle una mayor
coherencia y calidad a los cursos de socorrista acuático impartidos a lo largo de la geografía andaluza, y más
concretamente en las provincias de Cádiz y Sevilla.

Por otra parte, no puedo sino agradecer la inestimable colaboración de los compañeros del grupo de trabajo que
han hecho posible la elaboración del presente, destacando los nombres de Angel de Pedro Álvarez en el área de
Socorrismo y Salvamento Acuático como Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de
Galicia, Entrenador Nacional de Natación y Licenciado en Psicopedagogía; de José Antonio Castro Morillo y Antonio
Vázquez Sánchez en el área de Primeros Auxilios como Diplomados en Enfermería por la Universidad de Cádiz, de
Angélica Fernández Fuentes en la de Legislación como Graduada Social y responsable de recursos humanos de la empresa
de socorrismo Team Rescue S&S S.L.U., y de Carlos Gallego Cózar en la de Psicología como Licenciado en Psicopedagogía
y Diplomado en Educación Física por la Universidad de Cádiz.

Con respecto al presente libro, decir que tiene su base teórica en una amplia revisión bibliográfica, pero sin duda
alguna se basa en mi experiencia académica, como Licenciado en Educación física y Entrenador Nacional de Natación,
experiencia docente, como delegado de formación de la Federación Andaluza de Socorrismo y Salvamento Acuático en la
provincia de Sevilla, así como en la participación en los cursos de F.P.O. de la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir y
otros de entidades de formación privadas. También me debo a la experiencia profesional que he recabado desde el año
2002 en la empresa de socorrismo profesional Team Rescue S&S, a la cual agradezco tantos años de contratación, así
como muchas de las imágenes que en el libro aparecen.

En cuanto al libro en si, he intentado darle un enfoque directo y práctico, que pueda ser utilizado como manual
para los cursos de Técnicos en Salvamento Acuático, integrando las diferentes áreas con la mayor congruencia posible.
Así, la estructura del presente se conforma en cuatro grandes bloques: Salvamento Acuático, Legislación, Psicología y
Primeros Auxilios, todos ellos aplicados al salvamento acuático. Estos bloques son, desde mi punto de vista, los
contenidos de mayor interés para dedicarnos profesionalmente al rescate acuático.

Espero que con ello el lector pueda adquirir los conocimientos necesarios para desempeñar una labor profesional,
que es lo que realmente se pretende.

Para ponerse en contacto con las personas responsables de la formación, podrá dirigirse a las direcciones que en
la siguiente tabla se detallan:

WEB CORREO ELECRÓNICO

DELEGACIÓN DE SEVILLA www.socorrismosevilla.es [email protected]

DE LEGACIÓN DE CÁDIZ www.socorrismocadiz.es [email protected]

José Antonio Pérez de la Lastra Sturlese


Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de Granada
Diplomado en Educación Física por la Universidad de Cádiz
Profesor de Salvamento Acuático por la F.A.S.S.
Entrenador Nacional de Natación
Master en Prevención de Riesgos Laborales
Coordinador de servicios de socorrismo en playas y piscinas en la empresa Team Rescue S&S S.L.U.

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Manual Didáctico de Técnicas de Salvamento y Socorrismo Acuático José Antonio Pérez de la Lastra Sturlese

ÍNDICE

Pág.

1. INTRODUCCIÓN AL SALVAMENTO ACUÁTICO 5

2. HISTORIA DEL SALVAMENTO ACUÁTICO 8

3. ¿QUÉ ES UN T.S.A.? REQUISITOS DE FORMACIÓN 11


3.1. Pruebas de aptitud física. Recomendaciones 13

4. PRINCIPIOS BÁSICOS DE UN SALVAMENTO ACUÁTICO 15


4.1. Prevenir 16
4.1.1. Educación 17
4.1.2. Divulgación de la información 18
4.1.3. Servicio de socorrismo y salvamento acuático 19
4.2. Vigilar 20
4.3. Controlar la situación 22
4.4. Actuar con presteza 22
4.5. Diagnosticar y aplicar los primeros auxilios 23

5. ENTORNOS ACUÁTICOS. DIFERENCIAS Y FUNCIONES DEL T.S.A. 24


5.1. Piscinas 25
5.1.1. Tipos de piscinas 26
5.1.2. Reglamento de régimen interno para piscinas de uso colectivo 26
5.1.3. Productos químicos. Medición de pH y cloro 27
5.2. Parques acuáticos 28
5.2.1. Reglamento de régimen interno para parques acuáticos 29
5.3. Entornos naturales 30
5.3.1. Normativa para costas 31
5.4. Funciones del T.S.A. 32

6. SECUENCIA DE ACTUACIÓN ANTE ACCIDENTES ACUÁTICOS. FLUJOGRAMA 33


6.1. Protocolo de actuación tipo para playas 35
6.2. Evaluación final del salvamento y análisis estadístico 37
6.3. Medios para la comunicación 38

7. ¿CÓMO ENTRAR EN EL AGUA PARA HACER UN RESCATE? 40


7.1. Tipos de entrada al agua 41
7.1.1. Del propio T.S.A. 41
7.1.2. Con algún tipo de embarcación 44

8. EL DESPLAZAMIENTO EN EL MEDIO ACUÁTICO 46


8.1. Aspectos técnicos del crol 47
8.1.1. La posición del cuerpo 47
8.1.2. La respiración 48
8.1.3. La acción de los brazos 48
8.1.4. La acción de las piernas 52
8.1.5. La coordinación brazos-piernas 53
8.2. Técnica de aproximación para un T.S.A. 53
8.2.1. Crol con cabeza fuera 53
8.2.2. Buceando 54
8.2.3. Uso de material de rescate en la aproximación 55
8.3. La flotación en el rescate acuático 58
8.3.1. Factores que influyen en la flotación 58
8.3.2. Tipos de flotación 60

9. ¿CÓMO CONTROLAR Y SOLTARSE DE UNA VÍCTIMA EN EL AGUA? 62


9.1. Tipos de zafaduras 64
9.1.1. Para agarres de frente por cabeza y cuello 64
9.1.2. Para agarres por el pecho con brazos apresados 65

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9.1.3. Para agarres por el pecho con brazos libres 65


9.1.4. Para agarres por las manos o muñecas 65
9.1.5. Para agarres por la espalda 65
9.1.6. Zafadura universal 66

10. ¿CÓMO REMOLCAR A UNA VÍCTIMA EN EL AGUA? 67


10.1. Técnicas de remolque directo 68
10.1.1. Con doble agarre 69
10.1.2. Con un brazo libre 69
10.1.3. Con control total 70
10.1.4. Otras técnicas 71
10.2. Técnicas de remolque indirecto 72
10.2.1. Aro o flotador salvavidas 72
10.2.2. Flopi 74
10.2.3. Boya torpedo 75
10.2.4. Tabla de rescate 76
10.2.5. Bolsa de rescate o lanzacabos 77
10.2.6. Neumática 78
10.2.7. Moto acuática 78
10.2.8. Torno de rescate 79
10.2.10. Pértiga 80
10.2.11. Ropa 80
10.2.12. Materiales de fortuna 81

11. ¿CÓMO EXTRAER DEL MEDIO ACUÁTICO A UN ACCIDENTADO SIN LESIÓN? 82


11.1. Sin ayuda 83
11.1.1. De frente al borde del vaso 83
11.1.2. De espaldas al borde del vaso 84
11.1.3. Por las escaleras del vaso 84
11.2. Con ayuda 85
11.2.1. Con los dos T.S.A. fuera del vaso 85
11.2.2. Con un T.S.A. en el vaso y el otro fuera 85
11.3. Desde una embarcación de rescate 86

12. ¿CÓMO EXTRAER DEL MEDIO ACUÁTICO A UN ACCIDENTADO CON LESIÓN MEDULAR? 88
12.1. Identificación de la lesión medular 90
12.2. Secuencia de actuación 90
12.3. Secuencia de ejecución 90
12.3.1. Entrada y aproximación a la víctima 90
12.3.2. Toma de contacto 91
12.3.3. Inmovilización básica. Técnicas 91
12.3.4. Remolque 95
12.3.5. Extracción del agua 95

13. LA RESPIRACIÓN BOCA A BOCA EN EL MEDIO ACUÁTICO. FISIOPATOLOGÍA DEL AHOGADO 100
13.1. Técnicas de respiración boca a boca 101

14. LEGISLACIÓN APLICADA AL SALVAMENTO ACUÁTICO 103


14.1. Responsabilidad penal 104
14.2. Responsabilidad civil 106
14.3. Legislación laboral 107
14.3.1. Jerarquía de las normativas 108
14.3.2. El contrato: forma y duración 108
14.3.3. Período de prueba 109
14.3.4. Salario 109
14.3.5. Jornada de trabajo 110
14.3.6. Vacaciones anuales 110
14.3.7. Fiestas 111
14.3.8. Permisos remunerados 111
14.3.9. Modalidades de contratos de trabajo 112
14.3.10. Código de conducta laboral 115

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14.3.11. Régimen de sanciones 116


14.3.12. Extinción del contrato de trabajo 117
14.3.13. Despido disciplinario 117

15. PSICOLOGÍA APLICADA AL SALVAMENTO ACUÁTICO 118


15.1. Secuencia de actuación psicológica del T.S.A. 119
15.1.1. Percepción de la situación de peligro 119
15.1.2. Análisis de la situación 120
15.1.3. Toma de decisiones 120
15.1.4. Ejecución de las acciones elegidas y feedback 121
15.2. Procesos psicológicos que influyen en la actuación del T.S.A. 121
15.2.1. La sobreactivación y la ansiedad 122
15.2.2. El estrés 123
15.3. Técnicas para controlar los procesos psicológicos perjudiciales para el T.S.A. 124
15.3.1. Masticar chicle 124
15.3.2. Respiración completa 124
15.3.3. Técnicas de relajación 125
15.3.4. La concentración y la atención 125
15.3.5. La práctica imaginada 126
15.3.6. La autoconfianza 126
15.4. La comunicación 127
15.4.1. La comunicación verbal 127
15.4.2. La comunicación no verbal 128
15.4.3. La comunicación simbólica o audiovisual 130
15.4.4. Situaciones conflictivas en la comunicación 130
15.4.5. Situaciones especiales 131

16. ANATOMÍA BÁSICA DEL CUERPO HUMANO 133


16.1. Estructura ósea del cuerpo humano 134
16.1. Estructura muscular del cuerpo humano 135

17. PRIMEROS AUXILIOS BÁSICOS APLICADOS AL SALVAMENTO ACUÁTICO 136


17.1. Principios generales de actuación 137
17.2. P.A.S. (activación del sistema de emergencia) 138
17.2.1. Proteger 138
17.2.2. Alertar 138
17.2.3. Socorrer 139
17.3. Cadena de supervivencia 139
17.4. Posibles problemas que nos podemos encontrar 139
17.4.1. Alteración del nivel de conciencia 139
17.4.2. Lesiones sobre la piel 141
17.4.3. Lesiones sobre el aparato locomotor 144
17.4.4. Lesiones vasculares 147
17.5. Accidentes por sumersión 150
17.6. Obstrucción de la vía aérea 151
17.6.1. Anatomía de la vía aérea 151
17.6.2. Causas de la obstrucción de la vía aérea 151
17.6.3. Asfixia por obstrucción por cuerpo extraño 151
17.6.4. Maniobra de Heimlich 152
17.6.5. Volteo decúbito-prono 153
17.7. Reanimación cardio-pulmonar o R.C.P. 154
17.7.1. Descripción técnica de la R.C.P. 156
17.7.2. Riesgos de contagio durante la R.C.P. y medidas de autoprotección 159
17.8. Desfibrilador externo automático 159
17.8.1. Técnica de desfibrilación con el DEA 160
17.9. Traslado de pacientes 161
17.10. Botiquín de primeros auxilios 162
17.10.1. Buen uso del botiquín 162

18. BIBLIOGRAFÍA 163

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CAPÍTULO 1
Introducción al salvamento acuático

OBJETIVOS

‰ Concienciarnos sobre las posibilidades de


trabajo de ser socorrista.
‰ Justificar los motivos de la necesidad de
contar con un T.S.A. en espacios acuáticos.
CONTENIDOS

‰ Normativas.
‰ Estadísticas de accidentes acuáticos.

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1. INTRODUCCIÓN AL SALVAMENTO ACUÁTICO


Según datos de la Dirección General de Costas, en España se
contabilizan 2940 playas, aproximadamente unos 3900 km. de costa, más de
5000 km. de ríos, más de 700.000 piscinas públicas y privadas y más de 35
parques acuáticos. En Andalucía concretamente contamos con 12 parques
acuático y 812 km. de costas.

Además, gracias a sus condiciones climatológicas (más de 3000 horas


de luz y una temperatura media anual de 18º según la Web Oficial de Turismo
en Andalucía), el sector turístico es una de nuestras grandes fuentes de
ingreso; la Encuesta de Gasto Turístico (EGATUR) realizada en 2007 revela que
el gasto turístico internacional en España fue de 49.946 millones de euros, con
un número de turistas de 57.410.860, siendo Andalucía con un 15,1% la
Imagen 1.a: Comunidad Autónoma de Andalucía tercera comunidad autónoma donde mayor concentración de destinos se
produjo.

Por otra parte, un estudio realizado por Abraldes Valieras y Rubio Asensio en el 2005, establece que el aumento
del tiempo libre y de ocio incrementa la práctica de actividades acuáticas en los espacios naturales o construidos.

Además, es bien sabido que el medio acuático aporta grandes beneficios para la salud a nivel cardiovascular,
respiratorio, músculo-esquelético, socio-psicológico, para el envejecimiento, trabajo con bebés y embarazadas,
rehabilitación de lesiones, el tratamiento de ciertos dolores, relajación, etc., siendo uno de los motivos de la demanda
social hacia la construcción de espacios acuáticos (piscinas municipales, centros Wellness, piscinas de hoteles, camping,
comunidades de propietarios, Spa, centros de rehabilitación, etc.).

Gracias a todo ello, y teniendo en cuenta el marco legal que regula estos espacios acuáticos (Decreto 23/1999 de
23 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento Sanitario de Piscinas de Uso Colectivo; Decreto 244/1988, de 28 de
junio, por el que se aprueba el Reglamento de Parques Acuáticos al aire libre; y Bandos Municipales para playas), la
necesidad de contar con personas cualificadas y formadas que velen por la seguridad de los bañistas, de ahí nuestro afán
por formar Técnicos en Salvamento Acuático (en adelante T.S.A.) profesionales con grandes conocimientos teóricos-
prácticos en la materia.

¿Y por qué? En el lado opuesto de la diversión, la ocupación del tiempo de ocio y libre hacia la práctica de
actividades deportivas acuáticas y el incremento turístico, han aumentado el número de accidentes y lesiones (Abraldes
Valieras y Rubio Asensio, 2005; OMS, 2003). Y es que el mar, el río, la piscina… pueden significar diversión, pero si no
hay prevención o vigilancia, o esta es insuficiente en medios materiales y humanos, estos lugares pueden convertirse en
una trampa mortal para todos, pudiendo derivar en lesiones oculares, cortes, resbalones, tropiezos y caídas, paraplejías y
tetraplejias, lesiones en la cabeza o la espalda…, siendo la que más nos preocupen los ahogamientos (OMS, 2003).

Para hacernos una idea de la necesidad e importancia del T.S.A., además de la repercusión social y personal que
supone un ahogamiento, a nivel económico, el coste total que se estima según estudios realizados por los Centros para la
Prevención y el Control de Enfermedades en Estados Unidos está entre 2.790.000 y 3.610.000 dólares, y el coste de una
lesión que acabe en discapacidad se estima entre 138.000 y 181.000 dólares, además de 15.000 dólares mensuales para
el mantenimiento de esta persona (Nacional Safety Council, 2004).

Para mayor concienciación de nuestra labor, se detallan a continuación datos extraídos de un informe de la OMS
(Fernández Abuín y Pernas Tallón, 2006), o bien los datos sacados de la Campaña Nacional de Seguridad Infantil y el
Consejo Nacional de Seguridad:

‰ Antes del año 1971 se producían más de 10.000 accidentes acuáticos anuales, siendo mortales el 53%.
‰ Según datos de la ONU en el 1987, cada año mueren en el mundo 200.000 personas ahogadas.
‰ Según la OMS, en el año 2001, 685.000 niños menores de 15 años perdieron la vida en todo el mundo a
causa de traumatismos no intencionados, siendo el 19% fueron por ahogamientos.
‰ En el año 2002 se ahogaron 859 niños de hasta 14 años, y más del 60% eran menores de 4 años.
‰ El 15% de los niños internados en hospitales por situaciones cercanas al ahogamiento mueren, mientras
que un 20% sufre daños cerebrales severos y permanentes.
‰ Según la OMS, cada año mueren en España entre 70 y 150 personas víctimas de ahogamiento, siendo los
niños menores de 4 años el colectivo con mayor índice de muerte con un 85%. Los ahogamientos son más
frecuentes en las piscinas (80%), especialmente en las privadas.

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‰ En el Reino Unido, cada año el ahogamiento causa más de 500 muertes, siendo la tercera causa más
común de accidentes fatales infantiles, después de los accidentes de tráfico y las quemaduras, mientras
que en EE.UU. causa más de 8.000 muertes al año. Así, en todo el mundo las cifras aumentan hasta
150.000 al año, siendo las víctimas más frecuentes los niños y adultos jóvenes, y casi un 80% son
varones. La incidencia máxima se produce durante los meses cálidos.
‰ En el año 2006, en Andalucía se contabilizaron cerca de 2000 muertes entre 1996 y 2006, dándose con
mayor frecuencia en aguas no vigiladas.

Una tabla muy descriptiva de la importancia del socorrista es la expuesta por el Ministerio de Salud de Argentina
en el primer Simposio de Salvamento acuático del Litoral de la ciudad de Concordia, Entre Ríos.

TOTAL DE DEFUNCIONES POR AHOGAMIENTO ACCIDENTAL


Fuente: Dirección de estadística e información de salud (2002)

Edades Varón Mujer Ambos sexos Edades Varón Mujer Ambos sexos

0-6 días 0 0 0 35 - 39 años 32 2 34


7-27 días 0 0 0 40 - 44 años 36 2 38
28 días-11 meses 4 5 9 45 - 49 años 30 4 34
1 año 34 17 51 50 - 54 años 19 5 24
2 años 29 14 43 55 - 59 años 14 1 15
3 años 15 10 25 60 - 64 años 15 2 17
4 años 11 3 14 65 - 69 años 12 4 16
5 - 9 años 22 10 32 70 - 74 años 9 3 12
10 -14 años 34 16 51 75 - 79 años 13 7 20
15 - 19 años 84 12 96 80 - 84 años 5 3 8
20 - 24 años 74 8 82 más de 85 años 6 2 8
25 - 29 años 44 1 45 Sin especificar 8 0 8
30 - 34 años 38 2 40 TOTAL 588 133 722

Todos estos datos confirman la importancia de la labor profesional y preparación de los socorristas, así como la
concienciación de la necesidad de este sector dentro del mundo acuático.

Para evitar confusión en la adquisición de los contenidos, a continuación se explican algunos conceptos de
interés:

‰ Tendido prono: Posición horizontal con la cabeza hacia abajo.


‰ Tendido supino: Posición horizontal con la cabeza hacia arriba (como regla mnemotécnica podríamos decir que el
verbo supinar es pedir, y como esto se hace con la mano hacia arriba, tendido supino será boca arriba).
‰ Eficaz: Cuando se consigue el objetivo, sea como sea.
‰ Eficiente: Cuando se consigue el objetivo pero con el menor gasto posible, la mayor velocidad y las menores
consecuencias. Esto es lo que se busca en un T.S.A.
‰ T.S.A.: Técnico en salvamento acuático profesional y formado (anteriormente conocido como socorrista).
‰ Técnica: Es el modo de ejecución de un movimiento.
‰ Estilo: Es la adaptación de la técnica a las características personales de cada uno.

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CAPÍTULO 2
Historia del salvamento acuático

Ángel de Pedro Álvarez


Doctorando en Medicina del Deporte
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte
Licenciado en Psicopedagogía
Maestro Especialista en Educación Física
Entrenador Superior de Natación y Profesor de Salvamento Acuático

OBJETIVOS

‰ Conocer la historia del salvamento acuático.


CONTENIDOS

‰ La historia fuera de Europa, en Europa y en


España.

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2. HISTORIA DEL SALVAMENTO ACUÁTICO


El Salvamento Acuático no es una necesidad del hoy actual, sino que lleva a su espalda una gran historia y
antecedentes. Comenzaremos con una reflexión… si es moda ahogarse, ¿por qué no es moda saber nadar?, ¿será moda
algún día? (Guts Muths, 1771).

Cuando la humanidad decidió utilizar el mar, los ríos y lagos para el dominio del mundo, la recreación o los baños
propios en la época de los griegos y romanos, el comercio en la época de los fenicios y cartagineses, o el descubrimiento
de tierras propio de la Edad Media, se vio en la necesidad de generar formas de prevención de accidentes y rescates ante
la peligrosidad e inadaptación al medio por parte de sus usuarios.

Los fenicios, grandes navegantes y comerciantes, ya


formaban equipos de nadadores para sus viajes en el caso de
naufragios con el fin de rescatar mercancías y pasajeros. Estos
equipos también tenían la función de mantener libre de
obstáculos los accesos portuarios para permitir la entrada de los
barcos a los puertos.

Dada la inmensa cantidad de datos que podrían verterse


sobre el registro de eventos propios del salvamento acuático
humanitario y deportivo en la historia, nos detendremos tan sólo
en los hechos modernos humanitarios más destacables. Con ello
conseguiremos aproximarnos a los momentos más importantes,
así como para conocer aquellas entidades que provocaron su desarrollo.

Así, destacamos algunas de las reseñas históricas del salvamento fuera de Europa:

‰ Massachussets Human Society (1785). Condecoración a los socorristas con medallas y dinero en efectivo cuando
hacían frente a dramáticos rescates en situaciones adversas.
‰ El servicio de Salvamento de EE.UU. (United States Lifesaving Service), creado por la Secretaría del Tesoro en 1878,
acreditó el salvamento de 175.000 personas en 1981.
‰ En 1915 se crea la Guardia Costera de EE.UU. (United States Coast Guard).
‰ En Australia se funda en 1984 la Surf Life Saving Association.
‰ El primer flotador salvavidas fue fabricado en 1897 por el Capitán Harry Sheffield para un club de Salvamento de
África del Sur. Este flotador cababa en punta, tenía una longitud de 1.22 m. y era bastante pesado.
‰ En 1908 se concedió la medalla de oro del Servicio de Salvamento de EE.UU. a George Douglas Freeth por el rescate
de 7 pescadores cuyos botes habían sido destrozados contra el rompeolas de la playa Venice en California.
‰ George Douglas Freeth fue el primer oficial socorrista en la costa del Pacífico. Desarrolló un programa de
entrenamiento para socorristas en la playa Redondo en California, y fue el introductor del deporte del surf en EE.UU..
Además, sugirió que se instalaran campanas de bronce, como la de los barcos, en unos postes, para que cualquiera
que viese a alguien en peligro pudiera tocar la campana para pedir auxilio.
‰ En 1913, el famoso Duque Paoa Kahanamoku, padre del surf Hawaiano, introdujo en la playa de Long Beach la tabla
de surf para realizar salvamentos.
‰ El eslogan de la American Red Cross en 1914 fue: Cada persona un nadador, cada nadador un socorrista.
‰ En 1918, tras el ahogamiento de 13 personas en un río de la ciudad de San Diego, California, se crea un servicio de
salvamento y socorrismo.
‰ En 1925 se crean los vigilantes de la playa, donde su primer jefe, Myron Cox, acuñó la siguiente frase: Prevenir un
rescate en lugar de hacerlo.
‰ En los años 30 se fabricó en EE.UU. el primer tubo de rescate. Era inflable y podía ser cerrado alrededor del
accidentado.
‰ En 1964 se crea en EE.UU. la United States Lifesaving Association (USLA). Esta asociación creó programas educativos
de técnicas y métodos de salvamento de surf y seguridad acuática. La USLA es reconocida en EE.UU. como la entidad
de mayor autoridad en el campo del salvamento y socorrismo en aguas abiertas, surf y seguridad acuática.
‰ En 1995 se creó la serie de TV más vista del mundo con 2300 millones de personas: Los vigilantes de la playa.

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Ya en Europa podemos destacar algunas reseñas históricas:

‰ Aparece en París un cuerpo experimentado en la lucha contra los ahogamientos llamados Salvadores del Sena.
‰ Raymond Pitet, fundador del Instituto de Salvamento del Mediterráneo, realizó la mayor contribución histórica del
salvamento. En 1889 crea la Federación Francesa de Salvamento, y establece una célebre frase: El salvamento de
una vida es un deber para todos los humanos y no tiene fronteras.
‰ En Inglaterra se crea en el año 1981 la Royal Life Saving Society con el objetivo de intentar reducir el número de
ahogados anuales, estimado en 2000 personas.
‰ En 1892 se crea en Portugal el Instituto de Socorro de Náufragos.
‰ El 3 de septiembre de 1994 se constituye en Cardiff la Asamblea General de la Internacional Life Saving Federation
(ILS), con más de 85 organizaciones miembros, quedando disueltas las antiguas federaciones internacionales (FIS y
WLS). Tenía como objetivos los siguientes:

ƒ Mejorar técnicas de salvamento acuático y resucitación.


ƒ Desarrollar la educación en salvamento acuático.
ƒ Intercambiar experiencias prácticas, médicas, técnicas y científicas.
ƒ Divulgar las habilidades del salvamento acuático por todo el mundo.
ƒ Promover y organizar el deporta y las competiciones de salvamento acuático.
ƒ Ayudar a la prevención de la contaminación de las aguas.
ƒ Motivar hacia la uniformidad en equipamientos, símbolos, señales y leyes en salvamento acuático.

Por último, algunas de las reseñas históricas del salvamento en España son las siguientes:

‰ En 1880 se crea en España la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos. Su actividad se prolongó hasta 1940.
En el año 1957, esta Sociedad se integra en la F.E.N como sección de Salvamento Acuático.
‰ Durante el año 1955, un grupo de personas, procedentes de la natación, Cruz Roja y el Buceo, patrocinados por el
Vicealmirante de la Marina Española D. Ignacio Martel Viniegra, fundaron la Comisión Nacional de Salvamento y
socorrismo. Esta comisión fue declarada oficial en 1958, dependiente de la Federación Española de Natación.
‰ En enero de 1961 quedaría legalmente reconocida como una federación deportiva más, denominada Federación
Española de Salvamento y Socorrismo. Esta Federación comenzó organizando cursos de socorristas acuáticos,
campeonatos nacionales y participaciones internacionales de salvamento deportivo.
‰ En el año 1988 se celebra en el INEF de Galicia el primer curso monográfico de Salvamento dentro de los contenidos
propios de la licenciatura de Exudación Física. Actualmente se conoce como la maestría, cuyo núcleo central es, en
todo momento, su valor humanitario.
‰ La F.E.S.S crea la Escuela Española de Salvamento y Socorrismo a finales de 1989. Con unos objetivos muy claros:

ƒ Organización y desarrollo de cursos.


ƒ Preparación y revisión de los planes de estudio.
ƒ Organización de congresos, seminarios, conferencias, mesas redondas, etc.
ƒ La relación con otras escuelas federativas y organismos afines.

A partir de aquí surge un desarrollo de las Federaciones de Salvamento y Socorrismo de las diferentes
comunidades autónomas en su doble vertiente: deportiva y formativa (como labor humanitaria), además de multitud de
eventos al año (conferencias y congresos).

En la actualidad podemos observar que el estudio del socorrismo y el salvamento no se ha detenido.

Por otra parte surgen empresas profesionales de ámbito público y privado en el rescate que tecnifican y
operativizan las técnicas de salvamento existentes.

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CAPÍTULO 3
¿Qué es un T.S.A.? Requisitos de formación

OBJETIVOS

‰ Definir el significado de ser socorrista


acuático.
‰ Determinar los requisitos de formación.
‰ Superar las pruebas físicas de nivel.
CONTENIDOS

‰ ¿Qué es y qué no es un T.S.A.?


‰ Requisitos de formación.
‰ Pruebas físicas y recomendaciones.

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3. ¿QUÉ ES UN T.S.A.? REQUISITOS DE FORMACIÓN


El socorrista o T.S.A. es el primer eslabón de la cadena de salvamento, es decir, es la primera persona que
atiende al accidentado en el medio acuático y le aplica los primeros auxilios para su estabilización (evaluación primaria y
secundaria), mientras que los siguientes eslabones de la cadena lo constituyen el resto de los servicios sanitarios, los
cuales se encargarán de su traslado y seguimiento hasta el lugar donde pueda ser atendida por personal especializado. Es
lo que conocemos como evaluación terciaria (capítulo 17).

Por el contrario, un T.S.A. no es:

‰ El “chico multiuso”, que pasa el barrefondo al vaso de la piscina, recoge las hojas que caen, corta el césped, echa los
productos químicos, etc. Nuestra función debe estar clara (capítulo 5.4).
‰ El chico guapo, moreno y musculado que se tumba a tomar el sol a esperar la llegada de sus amigos o a exhibirse.
‰ El “listillo” que se cree que por ser socorrista lo sabe todo y es mejor que nadie. Hemos de ser humildes ante todo.

Por desgracia, estos casos son muy frecuentes, de ahí la mala fama que los socorristas hemos adquirido en los
últimos años y la poca concienciación que tienen aquellos que nos contratan sobre la importancia de nuestra labor. Por
ello, hemos de dar un vuelco a esta idea y conseguir cambiar nuestra imagen, de ahí la importancia de adquirir una
formación seria y profesional (imagen 3.a), para al final convertirnos en la persona capaz de prevenir, vigilar y de actuar
en caso de accidente acuático, así como la prestación de primeros auxilios, quedando encargado y responsabilizado del
mantenimiento del local de primeros auxilios y del armario botiquín (artículo 25.7 del capítulo III del Decreto 23/1999).

Esta formación se basará en:

1. Dominar el medio acuático: Un T.S.A. debe nadar correctamente,


mantenerse a flote, bucear para el rastreo y dominar el abanico de
técnicas de rescate (zafaduras, remolques, etc.) para poder actuar
adecuadamente en toda situación de rescate.

2. Tener una buena condición física: Hemos de mantenernos en


forma tanto dentro como fuera del agua, y para ello es necesario el
entrenamiento continuo de todas las cualidades físicas (fuerza,
amplitud de movimiento, resistencia, velocidad y coordinación).
Cuando se trata de salvar vidas, la preparación física nos permitirá Imagen 3.a: Docente impartiendo sesión en la Piscina
estar mejor cualificados para el rescate (Fernández Costas, 2001). Municipal de Cádiz

3. Poseer buenos valores humanos y psicológicos: En principio, cualquiera puede ser socorrista, pero no todos
tienen los valores humanos y psicológicos que caracterizan un buen T.S.A., es decir, el hecho de estar preparado
física y teóricamente no quiere decir que a la hora de la verdad estemos realmente preparados. Estos valores se
resumen en los siguientes:

‰ Voluntad de servir a los demás.


‰ Seguridad en sí mismo y firmeza en las decisiones.
‰ Conocer y aceptar nuestras propias limitaciones.
‰ Ser serios, profesionales y responsables en el desempeño de
nuestra labor.
‰ Tener madurez y estabilidad emocional

4. Adquirir conocimientos teórico-prácticos: Nos referimos a la


adquisición de conocimientos y destrezas como las técnicas de
rescate, aplicación de los primeros auxilios, manipulación de heridos,
extracción de accidentados con lesión medular, los protocolos de
actuación, tener conocimientos aplicados de psicología y legislación,
Imagen 3.b: Aula de formación teórica en la Piscina
Municipal de Cádiz
criterios para una buena vigilancia, indicios de peligro, etc. (imagen
3.b).

Si a todos estos requisitos de formación le añadimos la imaginación y la creatividad, nuestra formación será la
adecuada para prestar este servicio de tal importancia.

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Con todo, hemos de insistir en el mantenimiento año tras año de nuestras capacidades físico-técnicas, y para ello
son necesarios, además del entrenamiento continuo, los reciclajes, la formación continua a base de monográficos,
congresos, seminarios, jornadas, etc.

3.1 PRUEBAS DE APTITUD FÍSICA. RECOMENDACIONES


Si se desea una formación cualificada, no debemos conformarnos con conocer y practicar técnicas de rescate,
debemos ir más allá y adquirir un nivel mínimo de habilidades y capacidades físicas. Por ello, la Federación Andaluza de
Socorrismo y Salvamento establece las siguientes pruebas de aptitud física para la obtención del título:

1ª. 50 m. salvamento con zafaduras. Tiempo Límite: 20” (25 m.)

Tras la señal, entrada al agua sin hundir la cabeza y realizar 25 m. de nado libre con cabeza fuera
mirando a la persona que simula ahogarse. Antes de llegar a ella sumergirse para realizar la toma de
contacto por la espalda.

‰ Recomendación práctica: Hay que dar el 100% en la aproximación ya que en esta prueba solo se contabiliza el
tiempo que se tarde desde la señal hasta el contacto con la víctima.

2ª. 50 m. rescate del maniquí. Tiempo Límite: 1’10”

Tras la señal, entrada al agua sin hundir la cabeza y realizar 25 m. de nado libre con cabeza fuera.
Recoger el maniquí del fondo del vaso en su parte más profunda y remolcarlo 25 m. sin que el agua
pase por encima de su cara.

‰ Recomendación práctica: A la hora de recoger el maniquí coger aire para sumergirnos y hacerlo en diagonal para
no perder tiempo. El remolque del maniquí será por las axilas y para subir a la superficie de nuevo nos impulsaremos
fuertemente con las piernas hacia arriba y siempre en diagonal para ganar distancia.

3ª. 75 m. con desplazamiento terrestre y material. Tiempo Límite: 1’20”

Tras la señal, realizar 25 m. en desplazamiento terrestre, recoger el flopi y efectuar 25 m. de nado


libre, se controla con el material a una persona que simula inconsciencia y se la remolca 25 m. sin que
el agua pase por encima de su cara.

‰ Recomendación práctica: La carrera deberá ser con gran control y seguridad, sobretodo en la esquina. Nunca
hacerla por encima de las rejillas ya que estas pueden partirse y lesionarnos. Una vez que nos coloquemos el flopi,
pero debemos tener cuidado de que no se enganche la cuerda a nada (corcheras, rejillas o trampolines) ni a nadie
(compañeros), ya que en caso de hacerlo podremos hacernos mucho daño y/o partir el material.

4ª. 25 m. buceo y rastreo. Tiempo Límite: 40”

Tras la señal, realizar 25 m. de buceo intentando recoger diez aros tirados al azar en una calle.

‰ Recomendación práctica: Evitar hiperventilar antes de la inmersión para no acelerar la frecuencia cardíaca y
respiratoria. Al sumergirnos nos impulsaremos fuertemente desde la pared colocando el cuerpo totalmente horizontal
y buscando profundidad. Al recoger los aros nos lo iremos colocando en los brazos para tener las manos despejadas.
En cuanto a la técnica, utilizar aquella en la que estemos más cómodos.

5ª. 150 m. rescate con aletas. Tiempo Límite: 3’00”

Tras la señal, colocarse las aletas, entrar al agua, realizar 75 m. de nado libre, recoger el maniquí del
fondo del vaso en su parte más profunda y remolcarlo 75 m. sin que el agua pase por encima de su cara.

‰ Recomendación práctica: Practicar antes la colocación de las aletas varias veces para disminuir el tiempo. Las
brazadas deberán ser largas y en extensión con movimientos continuos y de poca amplitud de piernas. Al llegar a la
víctima podemos realizar un remolque con doble agarre por axilas ya que la fuerza que hacemos con las piernas.

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6ª. 100 m. salvamento con ropa. Tiempo Límite: 2’45”

Tras la señal, entrada al agua, realizar 50 m. de nado libre con ropa, quitarse la ropa dentro del agua,
recoger a una persona que simula inconsciencia utilizando el pantalón, y remolcarlo 50 m. sin que el
agua pase por encima de su cara.

‰ Recomendación práctica: Practicar la manera de quitarse la ropa dentro del agua.

7ª. 100 m. combinada con buceo. Tiempo Límite: 2’45”

Tras la señal, entrar al agua, realizar 50 m. de nado libre, tocar la pared y, antes de cinco segundos,
sumergirse y efectuar 15 m. de buceo hasta llegar al maniquí, recogerlo y remolcarlo 35 m. sin que el
agua pase por encima de su cara.

‰ Recomendación práctica: Los primeros 50 m. deberán ser tranquilos para soportar los 15 m. del buceo.

8ª. 300 m. con aletas. Tiempo Límite: 4’45”

Tras la señal, colocarse las aletas, entrar al agua, realizar 300 m. de nado libre con aletas, de forma
continuada.

‰ Recomendación práctica: Hemos de dosificar el esfuerzo y mantener un ritmo continuo salvo al final, donde
daremos el todo por el todo.

Como entiendo que para algunos puede resultar ciertamente complejo el poder pasar todas las pruebas, he de
decir que por norma general la primera vez que se hace se suele hacer en un tiempo mayor, bien por falta de
entrenamiento o bien por no dosificar el esfuerzo y no conocer realmente la prueba. El hecho de entrenar y practicarla
varias veces siempre, y digo siempre, hace que mejoremos los tiempos y, al final, la superemos.

No obstante, no debemos confundir el pasar las pruebas con ser ya un buen T.S.A, todo lo contrario, para ser un
profesional del salvamento debemos seguir avanzando en el resto de los capítulos.

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CAPÍTULO 4
Principios básicos del salvamento acuático

OBJETIVOS

‰ Desarrollar los principios básicos del


salvamento acuático.
‰ Establecer consejos y criterios para llevar a
cabo todos los principios básicos.
‰ Determinar los factores que perjudican
negativamente en cada uno de los principios
básicos.
CONTENIDOS

‰ Principios básicos del salvamento acuático.


‰ Criterios para cada principio básico.
‰ Factores que repercuten negativamente en
cada principio básico.

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4. PRINCIPIOS BÁSICOS DEL SALVAMENTO ACUÁTICO


Los principios básicos del salvamento acuático se estructuran en cinco: prevenir, vigilar, controlar la situación,
actuar con presteza y diagnosticar y aplicar los primeros auxilios.

4.1 PREVENIR
A pesar de que los múltiples consejos y recomendaciones que nos intentan hacer llegar para evitar accidentes
acuáticos, la realidad es que se siguen produciendo, preocupándonos todos aquellos que se podrían haber evitado con el
cumplimiento de nuestra labor.

Por ello, debemos insistir en la prevención, es decir, el conjunto de preparativos que, con anticipación, tienen
como objetivo evitar o impedir cualquier tipo de riesgo o accidente tras advertir su indicio, así como minimizarlo y evitar
que el que se haya producido se agrave y se pueda cometer otro posterior.

Esta prevención debe ser constante ya que no existe un calendario de accidentes, es decir, un accidente se
puede producir en cualquier momento, y siempre debemos estar alertas. Por ello, hemos de tener claro que no es mejor
socorrista aquel que realiza unos primeros auxilios perfectos, sino aquel que sabe analizar las situaciones y los indicios y
actúa en consecuencia previniendo el accidente.

PREVENIR ES MEJOR QUE CURAR Y QUE LAMENTAR


Teniendo en cuenta lo anterior, queda claro que la prevención requiere de una mayor implicación por parte del
T.S.A., pero sin duda alguna es la mejor manera de impedir el incremento de las estadísticas de accidentes y conseguir
hacer desaparecer la imagen de pasotas y chulitos que algunos sectores de la sociedad tienen sobre nuestra profesión.

Para reconocer un indicio de accidente tenemos la siguiente tabla (Caballero Serena y Tsimkas González, 2005):

‰ Saltar o correr alrededor del vaso de la piscina o sobre el trampolín.


‰ Número de usuarios excesivo, superando en los casos de piscinas o
parques acuáticos el aforo limitado.
‰ Usuarios con un excesivo entusiasmo.
‰ Restos de materiales, o bien materiales mal colocados o en mal estado
(imagen 4.1.a y 4.1.b).
‰ Hora del día (digestión).
‰ Condiciones del agua (temperatura, suciedad, corrientes, etc.).
‰ Condiciones climatológicas adversas (viento fuerte, tormenta eléctrica,
calor agobiante, etc.).
‰ Apneas prolongadas sin balizar o hacerlo en lugares ocultos.
‰ Usuarios que aceptan retos por lucirse o bien por salvar su prestigio Imagen 4.1.a: Piedra en medio de la playa de El Palo
(Málaga)
ante los demás (sobre todo los chicos).
‰ Entrada al baño sin ducha previa (aclimatación), o hacerlo sin esperar
que el que se ha zambullido antes de nosotros se haya alejado.
‰ Zambullidas en zonas poco profundas o con fondo desconocido (lagos,
fondos rocosos, etc.). La entrada al agua debe ser lenta, y en su caso
hacerlo con los brazos en prolongación del cuerpo, protegiendo el
cuello y la cabeza.
‰ Ingesta excesiva de alimentos, bebidas alcohólicas o estupefacientes.
‰ Usuarios con algún tipo de discapacidad o enfermedad.
‰ No dosificar el esfuerzo, sobretodo en entornos abiertos, donde será
más difícil subestimar las distancias.
‰ Edad (los adolescentes suelen tener conductas de mayor riesgo por su
afán por llamar la atención). No cumplir las indicaciones de la
cartelería, banderas, del propio T.S.A., etc., o bien utilizar las medidas Imagen 4.1.b: Portería en medio de la piscina municipal de
Cádiz
de seguridad inadecuadamente (utilizar los aros salvavidas para
jugar).
‰ Tirarse al agua desde diferentes alturas (trampolín, escalera, saltando a un amigo, buscando distancia, desde una
roca o precipicio, etc.), o hacerlo corriendo.

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‰ Personas con piel excesivamente blanca, o bien a principio de la temporada veraniega, donde nuestra piel no está
adaptada a la exposición prolongada al sol y podemos tener problemas. Para ello debemos cubrirnos la cabeza y usar
la camiseta en las horas más fuertes, así como aplicarnos cremas con alta protección, ya que el cáncer de piel está a
la orden del día.
‰ No comprobar la profundidad del agua, sobre todo si el agua está turbia y no hay visibilidad, o bien en espacios
naturales, donde los niveles de agua pueden variar de un día para otro por la acción de las mareas, aperturas o
cierras de compuertas, etc.
‰ Exceso de materiales o accesorios de baño (manguitos, gorros, niño en brazos, aletas, etc.), o bien ausencia de ellos
en determinados casos que pierden el sentido común.
‰ Nadar fuera de las zonas especificadas y balizadas para tal efecto (sobretodo si hay embarcaciones en ella).
‰ Ignorar los peligros existentes (corrientes marinas, crecidas de río, tormenta eléctrica, olas excesivamente grandes,
rompientes peligrosas, etc.).
‰ Con alguna embarcación:
ƒ Ser inexperto en su manejo, sobrecargarla, o hacerlo de forma temeraria.
ƒ No utilizar chaleco salvavidas o los materiales de rescate adecuados.
ƒ No mantener la distancia de seguridad entre la embarcación y resto de usuarios u otras embarcaciones.
ƒ Navegar dentro de las zonas señalizadas para bañistas, que será a una distancia no superior a 200 metros en
playas (artículo 69.1 de la Ley 22/1988, de 28 de Julio, de Costas).
ƒ Realizar la entrada y salida fuera del canal de embarcaciones destinado a ello, o bien hacerlo a una velocidad
superior a los 3 nudos (artículo 69.2 de la misma Ley de Costas).
‰ Desplazarse sin abrir los ojos, o bien nadar a espaldas sin buscar referencias.
‰ Juegos peligrosos, tanto fuera como dentro del agua (empujones, ahogadillas, agarres, etc.).
‰ Etc.

En total, podemos englobar cuatro bloques de consejos preventivos generales en los siguientes:

‰ Concienciar: Se trata de concienciar a todos los bañistas, monitores, T.S.A., docentes, padres, etc. de la
responsabilidad y peligrosidad que concierne la realización de actividades peligrosas en el medio acuático, sobre todo
en niños y adolescentes, y de la importancia de evitar los indicios de accidente desarrollados anteriormente.

‰ Prohibir: Muchas veces las recomendaciones se quedan en el saco, y por ello hay veces que más vale prohibir que
lamentar, de ahí la existencia de la legislación vigente. Esto no quita que sea interesante dar las explicaciones
pertinentes para hacerle ver al bañista el motivo de la norma. Si el bañista hace caso omiso la responsabilidad será
suya.

‰ Señalizar: Hay que señalizar las zonas de mayor riesgo, incrementando la presencia de personal cualificado o de
señalizaciones fijas para advertir a los usuarios de los peligros de la zona.

‰ Contar con recursos: Nos referimos aquí a los recursos humanos (deberán existir en cantidad y calidad, para lo
cual se tendrán en cuenta los requisitos de formación que en el capítulo 3 se establecen, así como sus respectivos
reciclajes, entrenamientos, simulacros, etc.) y materiales (hemos de contar con collarines, camillas rígidas y
especiales con las cinchas de sujeción, materiales de rescate, etc.).

Para conseguir el objetivo de la prevención, hemos de hacerla llegar a los bañistas, y para ello contamos con
diferentes medios: la educación, la divulgación de la información y, como elemento más importante, la actuación del
propio servicio de socorrismo y salvamento, es decir, el T.S.A.

4.1.1 Educación
Los programas educativos nos aportarán conocimientos, consejos y protocolos de actuación ante accidentes,
indicándonos qué debemos hacer, pero sobretodo qué no debemos hacer para no agravar más la situación. La mejor
prevención es educar.

Estos programas educativos se trabajan en diferentes medios, destacando los siguientes:

‰ El tema transversal de educación para la salud, que se trabajará sobretodo en el área de E.F. al ser la materia más
relacionada con los primeros auxilios, el cuerpo humano y la salud, pero también porque es en la que más accidentes
se producen debido al riesgo inherente derivado del movimiento y la actividad física (Castro Blanco, 2005). En la
enseñanza en general, sabemos que a los alumnos se les enseñan cantidad de cosas, pero pocas sirven para salvar la
vida a otra persona, o reaccionar frente a un accidente.

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‰ El bloque de contenidos de actividades en la naturaleza del área de E.F., ya que el hecho de caminar por un bosque o
realizar juegos en la playa o en el agua puede ocasionar picaduras, mordeduras de diferentes animales o peces, o la
necesidad de improvisar una camilla para transportar un herido, situaciones para las que conviene estar preparados
y, para ello, qué mejor manera que estar formado en primeros auxilios y salvamento (Melendo y otros 2002).

Imagen 4.1.1.a: Aplicación de R.C.P. con maniquís para


Imagen 4.1.1.b: Sesión en seco de traslado víctima
alumnos de E.S.O.

‰ Los Ciclos Formativos, como el establecido en el Decreto 380/1996, de 29 de julio, por el que se establecen las
enseñanzas correspondientes al título de Formación Profesional de Técnico Superior en Animación de Actividades
Físicas y Deportivas (BOJA 112 de 28 de septiembre de 1996), donde se incluyen entre sus módulos profesionales el
de primeros auxilios y socorrismo acuático.

‰ Cursos F.P.O. de socorrista acuático subvencionados por la Junta de Andalucía y la Comunidad Económica Europea,
ubicados en la familia profesional de servicios a la comunidad y personales, Área Profesional actividades deportivas y
de bienestar físico, código SPBF10, cuya duración asciende a 274 horas en el año 2008.

‰ Facultades de Ciencias de la Educación, donde poco a poco se van introduciendo contenidos relacionados con el
socorrismo, los primeros auxilios, la educación física para la salud o de bases biológicas del cuerpo humano, tanto en
asignaturas obligatorias, troncales, optativas y de libre configuración, en respuesta a la necesidad formativa para los
futuros docentes y en una aplicación del currículo educativo.

‰ Federaciones de Salvamento y Socorrismo Acuático: Son las responsables de fomentar y desarrollar en salvamento
en su faceta deportiva y formativa en cada una de las comunidades autónomas de la geografía española.

‰ Empresas privadas: Existen cantidad de empresas que se dedican al desarrollo de cursos de salvamento y socorrismo
acuático, como por ejemplo la empresa Forespro (www.forespro.es) que, además, abarca cursos de mayor
especialización en el rescate profesional.

‰ Campañas: Existen campañas como la de AESLEME que hacen llegar el concepto de prevención y su importancia a los
ciudadanos (www.aesleme.es).

4.1.2 Divulgación de la información


Otro medio para extender la prevención en el medio acuático a
los bañistas es por medio de la divulgación de la información a través de:

‰ Paneles informativos: En ellos se establecerán todas las normas a


cumplir por los bañistas, pudiendo presentarse a modo de texto o a
modo de imagen.

‰ Medios de comunicación: La televisión, radio, prensa o Internet


son medios informativos de notable eficacia que divulgan los
accidentes que suceden, y gracias a ello se conciencia a los usuarios Imagen 4.1.2.a: Panel informativo del parque acuático de
Maspalomas (Las Palmas de Gran Canarias)
de los peligros del baño sin control y respeto, así como la importancia
de seguir las instrucciones del T.S.A. y las normativas expuestas.

‰ Otros: El color de las banderas, los horarios de vigilancia, las zonas de mayor fuerza del agua, las tablas de mareas,
etc. son elementos informativos que intentan indicarnos una situación concreta del entorno para que cada bañista
modifique su conducta inicial.
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4.1.3 Servicio de socorrismo y salvamento acuático


Nos referimos a dotar la zona de baño con un servicio de
socorrismo y salvamento mediante personal socorrista con la
titulación válida para el desempeño de su actividad, así como con los
reciclajes teóricos y de aptitud física periódicos en el tiempo.

Dependiendo de cada instalación a vigilar se determinará un


sistema de trabajo u otro, pero siempre con la obligatoriedad de
cubrir el servicio durante las horas que esté abierto al público ya que,
según el artículo 25.6 del Decreto 23/1999, durante el horario de
funcionamiento, será obligatoria la presencia del personal socorrista
en las inmediaciones de los vasos. En este sentido, nunca debemos
dejar la piscina o la instalación acuática sin servicio, debiendo
organizar la jornada laboral o los turnos de comida, principalmente Imagen 4.1.3.a: T.S.A. controlando la recepción de la pista blanda
en aquellas instalaciones donde se necesiten más de un T.S.A. del parque acuático de El Puerto de Santa María (Cádiz)

(parques acuáticos y playas).

Asimismo, este personal socorrista, además de conocer los indicios de accidente, deberá transmitir los consejos
oportunos para evitar ahogamientos, pudiendo utilizar los expuestos en la siguiente tabla:

CONSEJOS PARA EVITAR UN ACCIDENTE ACUÁTICO

‰ Antes del baño debemos conocer la zona de baño: Profundidad (para los casos de zambullida),
temperatura del agua, fondo, oleaje, corriente, etc.
‰ Si no sabemos nadar, entra al agua hasta el pecho, contrata sesiones de natación previas, nunca
te alejes de la orilla y evita bañarte solo.
‰ Cuando nades, hazlo en paralelo a la orilla y siempre en zonas de vigilancia.
‰ Evita aguas pantanosas y entrelazadas por algas y plantas.
‰ Si hay tormenta eléctrica sal del agua. El agua conduce la electricidad y se podría producir una
descarga eléctrica. Sería interesante conocer de antemano el pronóstico del tiempo.
‰ Llevar consigo el material de nado y rescate que la situación establezca (p.e.: chaleco salvavidas
para actividades en piragua).
‰ El uso de colchonetas, cámaras neumáticas y animales de goma puede resultar peligroso,
sobretodo en casos de fuerte oleaje, viento excesivo, etc. Asimismo, acostumbramos a confiar
demasiado en estos flotadores, y a veces pueden resultar peligrosos, sobretodo los de cintura, ya
que si el niño se da la vuelta será muy complicado volver la cabeza hacia arriba.
‰ No subestimes tus fuerzas y facultades en aguas abiertas.
‰ Respeta la hora de digestión: evita las comidas abundantes antes del baño y pasadas 2-3 horas
entra en el agua de forma progresiva para regular la temperatura corporal.
‰ Si te bañas con un niño, atiende a los siguientes aspectos: piel de gallina, temblores, color de los
labios, etc. En estos casos es conveniente sacarlo del agua y abrigarlos convenientemente.
‰ Refréscate y aclimátate antes de entrar al agua. Retírate de la misma cuando sientas frío.
‰ Respeta las normas del T.S.A. y de la propia instalación o entorno (reglamento de régimen
interno, paneles informativos, banderas, etc.). Nunca hagas excepciones con la seguridad.
‰ Si ves que estás en peligro conserva la calma y no pierdas energías innecesariamente.
‰ No beber alcohol ni tomar estupefacientes. Afecta a la coordinación, al equilibrio, disminuye los
reflejos, a realizar juicios razonables, aumenta el tiempo de reacción, daña la visibilidad, etc.
‰ Saltar de cabeza desde demasiada altura.
‰ Atravesar una ola sin tener cuidado de lo que viene detrás (otra ola, tabla, etc.).
‰ No colocar los brazos en prolongación del cuerpo en una zambullida.
‰ En casos de enfermedad visible.
‰ No comer o masticar chicle durante el nado ya que podría obstruir las vías respiratorias.
‰ Etc.

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4.2 VIGILAR
Otro de los principios básicos del salvamento acuático es la vigilancia acuática. Una buena vigilancia es también
una buena prevención y, por lo tanto, una manera más de evitar incidentes.

Entendemos la vigilancia acuática como la observación, cuidado y atención de aquella zona que esté a cargo del
T.S.A., polarizando la atención en las personas o situaciones que presenten algún indicio de peligro (niños pequeños,
ancianos, discapacitados, psicofísica, elementos punzantes, rocas, olas de envergadura, rompientes, fuertes corrientes
marítimas, etc.).

Imagen 4.2.a: T.S.A. en posición elevada para la vigilancia en el Imagen 4.2.b: La niebla como factor perjudicial para la
parque acuático de El Puerto de Santa María (Cádiz) vigilancia

Algunos de los factores que pueden perjudicar la vigilancia acuática y plasmarse en la relajación del T.S.A. son:

‰ Las condiciones del entorno: Altas o bajas temperaturas, lluvia,


12
viento, niebla, etc. (imagen 4.2.b).
10
‰ Escasez de recursos humanos y materiales (gafas de sol,
Grado Activación

8 gorras, sombrillas, sombras, otros T.S.A., etc.).


6 ‰ Falta de concienciación por parte del T.S.A.
‰ Duración del estímulo: Los turnos de vigilancia largos producen
4
cansancio psicológico y, por consiguiente cierta relajación. En la
2
gráfica 4.2.a observamos la relación activación-tiempo.
0 ‰ La extensión del estímulo puede abarcar desde como mínimo
0 1 2 3 4 5 6 7 8
una piscina de 200 m2 hasta varios kilómetros en una playa.
Tiempo ‰ Escasa remuneración económica: Una cosa lleva a la
Gráfica 4.2.a: Relación entre activación y tiempo desmotivación, y esta a la dejadez.

Para evitar esto, a continuación se detallan los criterios que un T.S.A. debe seguir para conseguir su objetivo y
llevar a cago una buena vigilancia:

CRITERIOS PARA UNA BUENA VIGILANCIA

‰ Continuada: Debe ser continuada y mantenida en el tiempo, lo cual conlleva un peligro adicional
tal y como se observa en la gráfica anterior. Para ello son útiles los turnos de vigilancia, las
rotaciones, realizar actividades dinámicas como moverse alrededor de la instalación, conversar
con otros bañistas, realizar ejercicios de calentamiento o de movilidad articular, etc.

‰ Cercana: Estar lo más cerca posible de la zona de peligro para, en caso de incidente, poder
realizar el rescate y aplicar los primeros auxilios en el menor tiempo posible o bien llamar la
atención de los usuarios antes de que suceda nada.

‰ Recursos materiales y personales: Debemos disponer de los recursos materiales necesarios


(prismáticos, gafas polarizadas, silbatos, walkie, torretas cerradas que eviten la exposición directa
del sol, lluvia y viento, etc.), así como de los recursos humanos suficientes en función de la
dimensión, configuración y características de la zona de baño.

‰ Adaptada: El puesto de vigilancia deberá determinarse una vez se ha analizado el entorno para
determinar el mejor punto.

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‰ Extensiva: Debemos tener una buena amplitud visual, y esto requiere abarcar toda la zona de
baño, realizando un barrido visual de toda la zona. Es buena idea establecer las llamadas zonas
de prioridad, donde diferenciaremos las zonas tranquilas de las más peligrosas y en las que
tendremos que centrar nuestra atención (niños, rompiente de olas, corrientes, ancianos, zonas de
mayor deslizamiento del suelo, etc.). Para ello podemos seguir la siguiente clasificación:

ƒ Zona de prioridad primaria: Es la zona que nunca puede dejar de ser vigilada ya que es la
zona más peligrosa de todo el entorno acuático.
ƒ Zona de prioridad secundaria: Es la zona que rodea la zona de prioridad primaria y que
debe ser vigilada regularmente.
ƒ Zona de prioridad terciaria: Son el resto de zonas del entorno, no debiendo ser vigiladas
continuamente. Basta con inspeccionarlas diariamente para determinar y eliminar posibles
indicios de peligro.

‰ Puesto de vigilancia: Debe estar cubierto del sol y de las inclemencias meteorológicas, así
como ubicado en una posición elevada para que no nos moleste ningún usuario o estructura
(paneles, pilares, torres, rocas, árboles, etc.) y tengamos una mayor amplitud visual, de ahí el
uso cada vez mayor de torretas o sillas altas. Por otra parte, si tenemos el sol de frente, nos
colocaremos en una posición diferente para que no nos moleste.

En caso de tener que hacer alguna rotación en torreta, este deberá realizarse arriba, de
manera que mientras que el T.S.A. que va a rotar está bajando, el socorrista que llega se
disponga de inmediato a la vigilancia. El cambio deberá realizarse con rapidez.

‰ Comunicación: Debe existir una adecuada comunicación, tanto con los compañeros como con el
exterior, ya sea mediante señales visuales como acústicas.

‰ Uniformidad: Debemos estar debidamente uniformados en todo momento para ser reconocidos
por los usuarios y permitirnos realizar nuestra labor (imagen 4.2.d).

‰ Movilidad: Para evitar el agarrotamiento y, consecuentemente, la distracción o el aburrimiento,


podemos realizar rutas a pie por el entorno acuático para que la vigilancia sea más dinámica y
activa. Esto a su vez fomentará el contacto con los usuarios y permitirá reforzar constantemente
las normas de seguridad.

‰ Selectiva: Se refiere a polarizar nuestra atención en aquellos estímulos, conductas y actividades


más peligrosas: niños por su escaso desarrollo psicomotriz, especialmente en menores de cinco
años; ancianos por la pérdida de fuerza y habilidad; adolescentes por su afán de impresionar al
resto y su falta de control de sus posibilidades y limitaciones; y discapacitados por su
discapacidad física, psíquica o sensorial. No obstante, nunca dejaremos de lado el resto de
estímulos ya que siempre puede suceder algo en el tiempo y lugar menos esperado.

Imagen 4.2.c: Puesto de vigilancia como elemento para una buena Imagen 4.2.d: Uniformidad como elementos para una buena vigilancia
vigilancia

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4.3 CONTROLAR LA SITUACIÓN


Entendemos por control de la situación el dominio de
aquellos momentos en los que se requiere de nuestra intervención
(rescate, primeros auxilios, zafaduras, etc.), así como de su contexto
(olas, rompientes, elementos punzantes, ubicación de otros usuarios
o embarcaciones, etc.), conservando la tranquilidad y serenidad para
actuar con eficiencia.

En este principio también nos podemos encontrar con ciertos


factores que repercuten negativamente en el dominio de la situación:
Imagen 4.3.a: T.S.A. controlando una colchoneta con alumnos en
Piscina Municipal de Chiclana de la Frontera (Cádiz)
‰ Escasa o nula preparación del socorrista.
‰ Inseguridad en nuestra actuación.
‰ Asumir riesgos innecesarios.
‰ Excesiva confianza de las personas a las que se le solicita ayuda (otros usuarios).

Para controlar la situación debemos aplicar todos y cada uno de los consejos que en el capítulo 15 se desarrollan,
centrándonos en las técnicas de control de la sobreactivación (respiración y relajación) y la comunicación en situaciones
de estrés.

4.4 ACTUAR CON PRESTEZA


Este principio es básico en todo salvamento y se refiere a la
ejecución rápida y eficiente de las decisiones tomadas tras el análisis de
la situación, evitando la precipitación y el descontrol.

Los factores que repercuten negativamente en este principio son


los siguientes:

‰ No disponer de los medios materiales para ejecutar las acciones


(embarcación, tabla de salvamento, etc.), o bien hacer un uso
Imagen 4.4.a: Entrada al agua con presteza tras observar
inadecuado de ellos. un accidente en parque acuático de El Puerto de Santa
María (Cádiz)
‰ Poca preparación del T.S.A., que le produce estrés y ansiedad.
‰ Escasa o nula conexión de las distintas fases o eslabones de la cadena de salvamento.
‰ Carencia de accesos adecuados para los medios sanitarios a la zona de baño.

CRITERIOS PARA ACTUAR CON PRESTEZA

‰ Estar preparado física (cualidades físicas básicas), técnica (en la aplicación de las técnicas de
remolque, zafaduras, entrada al agua, etc.), táctica (tener claro el protocolo de actuación) y
psicológicamente (realizar prácticas imaginadas, controlar la ansiedad, etc.) para el rescate.
‰ Realizar ejercicios de entrenamiento por medio de simulacros.
‰ Disminuir los obstáculos que impidan la velocidad en la ejecución de nuestras acciones (vayas,
desorden, etc.) o bien incluir sistemas (rampas de acceso, marcación rápida del móvil, etc.).
‰ Utilizar los medios materiales correctamente (walkies, embarcaciones, aletas, chanclas cerradas,
tablas de rescate, etc.).
‰ Realizar cada cierto tiempo ejercicios de calentamiento y de movilidad articular para que siempre
mantengamos nuestro cuerpo activo.
‰ Solicitar la ayuda que sea necesaria y tiempo y forma.

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4.5 DIAGNÓSTICAR Y APLICAR LOS PRIMEROS AUXILIOS

Entendemos este principio como la acción de realizar una


evaluación primaria (signos vitales: conciencia, respiración y pulso) y
secundaria (signos no vitales: hemorragias, traumatismos, contusiones,
etc.) del herido para, en caso necesario, aplicar los primeros auxilios
acordes a su estado, tal y como veremos en el capítulo 17.

Se trata de diagnosticar lo que le ha sucedido al individuo y,


consecuentemente, actuar para conseguir llevar a cabo unos primeros
auxilios lo más eficientes posibles que consigan mantenerle con vida hasta
la llegada de asistencia sanitaria con mejor cualificación (evaluación
terciaria).
Imagen 4.5.a: Evaluación primaria de víctima

Los factores que repercuten negativamente y los criterios para un buen diagnóstico y aplicación de los primeros
auxilios son prácticamente los mismos que en el principio anterior de actuar con presteza.

Todos estos principios podrán ser mejorados por medio de la aplicación de las técnicas psicológicas previstas en
el capítulo 15 y gracias a los simulacros y entrenamientos que debieran ser obligatorios en todos los servicios de
socorrismo, principalmente en aquellos en los que se requiere coordinador de diferentes eslabones de la cadena de
salvamento (playas y parques acuáticos principalmente).

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CAPÍTULO 5
Entornos acuáticos. Diferencias y funciones
del T.S.A.

OBJETIVOS

‰ Diferenciar entornos acuáticos.


‰ Establecer las ventajas e inconvenientes de
trabajar en cada espacio acuático.
‰ Aprender a realizar las mediciones de pH y
cloro.
‰ Aplicar el Reglamento de régimen interno en
cada situación.
‰ Asimilar las funciones del T.S.A.
CONTENIDOS

‰ Ventajas, inconvenientes y Reglamento de


régimen interno en piscinas, parques
acuáticos y entorno natural.
‰ Funciones del T.S.A. antes, durante y
después de la jornada laboral.
‰ Medición de pH y cloro.

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5. ENTORNOS ACUÁTICOS. DIFERENCIAS Y FUNCIONES


DEL T.S.A.
Para la prevención de accidentes en instalaciones acuáticas, hemos de tener en cuenta las características del
entorno en el que se producen, principalmente en los entornos abiertos como las playas, ya que estos ambientes
acuáticos están en constante evolución (Short y Hogan, 1994).

Podemos diferenciar tres tipos de instalaciones acuáticas: piscinas, parques acuáticos y entornos naturales. Pero
antes dejar claro que las normativas y reglamentos que aparecen en cada uno de ellos se refieren a la Comunidad
Autónoma de Andalucía (España), siendo diferentes en el resto de comunidades, aunque con pocas variaciones.

5.1 PISCINAS
La reglamentación de las piscinas en Andalucía viene
recogida en el Decreto 23/1999, de 23 de febrero, por el que se
aprueba el Reglamento Sanitario de las Piscinas de Uso Colectivo.

Así, según su artículo 2, entendemos por piscina el recinto


que comporta la existencia de uno o más vasos artificiales destinados
al baño o a la natación, así como a las diferentes instalaciones y
equipamientos necesarios para el desarrollo de estas actividades.

Se compone de varias partes según el artículo 2 del Decreto Imagen 5.1.a: Piscina con usuarios de la Piscina Municipal de El
Viso del Alcor (Sevilla)
(Definiciones):

‰ Zona de baño: La constituida por el vaso y el andén o playa que rodea este.
‰ Playa o andén: La superficie que circunda el vaso de la piscina.
‰ Zona de descanso: El área de hierba u otro pavimento que sirve para jugar, descansar o permanencia de usuarios.

VENTAJAS DE TRABAJAR EN UNA PISCINA

‰ En el decreto anteriormente citado se determinan una serie de normativas en cuanto a instalaciones y


servicios (capítulo II) y de personal, vigilancia y usuarios (capítulo III) que velan por la seguridad de los
bañistas y la prevención de riesgos.
‰ Las distancias son relativamente cortas. Además, basándonos en el artículo 25.2 del decreto, si la lámina de
agua tiene más de 200 m2 debe contar con un servicio de vigilancia obligatoriamente, mientras que a
medida que aumentan las dimensiones incrementa el número de socorristas exigidos.
‰ El entorno es estable y limitado, y por lo tanto el control total de la zona es más fácil, posible y rápido.
‰ Se dispone de material de rescate próximo, sobretodo de aros salvavidas, cuya obligatoriedad queda
reflejada en el artículo 11 del capítulo II del decreto (excepto en los vasos infantiles o de chapoteo, donde
no será obligatorio, se colocarán flotadores salvavidas en número no inferior al de escaleras, instalados en
lugares visibles y de fácil acceso para los bañistas. Cada flotador dispondrá de una cuerda unida a él de
longitud no inferior a la mitad de la máxima anchura del vaso más tres metros).
‰ Estadísticamente tienen pocos rescates por temporada, aunque esto dependerá de los usuarios (número,
edad, sexo, etc.) y de la piscina (estructura, número de vasos, puestos de vigilancia, etc.).
‰ El aforo está limitado según el artículo 3 del capítulo II del decreto (se entenderá por aforo el resultante de
establecer, en las piscinas al aire libre, dos m2 de superficie de lámina de agua por usuario, y en las piscinas
cubiertas tres m2 por usuario. La cifra correspondiente a este aforo se expondrá en lugar visible, tanto en la
entrada de la piscina como en su interior). Por lo tanto si se sobrepasa este límite podemos prohibir el
acceso a más usuarios a la instalación, cosa que en una playa no podemos hacer.
‰ Ofrecen la posibilidad de llevar a cabo programas diversificados para personas de diferente edad y
capacidad (técnica de nado, matronatación, natación bebés, aquagym, waterpolo, cursos de buceo, etc.).
‰ Existe un Reglamento de Régimen Interno en el artículo 27 donde se establecen todas las normas que
deben cumplir los usuarios (capítulo 5.1.2).

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INCONVENIENTES DE TRABAJAR EN UNA PISCINA

‰ Posiblemente estarás solo ante el peligro, y la buena resolución del accidente o del problema que resulte
dependerá exclusivamente de ti.
‰ Las horas se pasan muy lentamente, de ahí a la facilidad de relajación.
‰ La forma geométrica de la piscina puede dejar algunos ángulos sin visión, sobretodo en piscinas de
construcción antiguas.
‰ En determinas ocasiones, para poder acceder a este puesto de trabajo, estamos obligados por la dirección
de la instalación a realizar tareas de mantenimiento (limpieza, maquinaria, etc.) que no son sin lugar a duda
nuestra labor, dejando en segundo plano nuestras funciones reales, con el prejuicio que ello supone.

5.1.1 Tipos de piscinas


Como piscinas podemos encontrar ciertas diferencias dependiendo de su finalidad y tipo de usuarios.

‰ Piscinas de hoteles: Tienen como finalidad la recreación y la


relajación, y la tipología de usuarios-clientes suele ser principalmente
de un uso esporádico y relativamente corto en el tiempo, por lo que
el trabajo del T.S.A. en cuanto a prevención deberá ser constante
puesto que semana tras semana llegan nuevos bañistas.

Por norma, suelen contar con personal propio para el


mantenimiento de la piscina, medición del pH y cloro y la
cumplimentación del libro de sanidad. No obstante, siempre debemos
estar informados de estas mediciones para verificar que el vaso está
en condiciones óptimas para el baño. Por otra parte, suelen ser
flexibles con la aplicación del Reglamento de régimen interno. Imagen 5.1.1.a: Piscina del hotel Fuerte El Rompido de El
Rompido (Huelva)

‰ Piscinas de urbanizaciones privadas (comunidades de


propietarios o clubes deportivos): Suelen abrir en la temporada de
verano, mientras que en invierno permanecen cerradas, y el tipo
de usuarios que asiste puede ser fijo (socios de clubes deportivos o
propietarios de vivienda) o temporal (inquilinos en régimen de
alquiler).

Por este motivo, es indispensable dejar claro y aplicar el


Reglamento de régimen interno desde el primer día, debiendo
haber coordinación entre todos los miembros del equipo de
salvamento para aplicar las normas a todos por igual sin
discriminación.
Imagen 5.1.1.b: Piscina com. prop. Pinar de la Almadraba de
Rota (Cádiz)

En este tipo de piscinas lo habitual es que sea el T.S.A. quien realice las mediciones de cloro y pH así como la
cumplimentación del libro de sanidad, informando al encargado de mantenimiento cualquier anomalía que surja.

‰ Piscinas climatizadas: En su mayoría son de carácter municipal, aunque también las hay privadas (centros
Wellness). Suelen estar abiertas durante todo el año, y se ofertan gran cantidad de actividades: nado libre (vigilados
por el T.S.A.) y cursos de natación (bebes, infantil, jóvenes, adultos, terapéutica, embarazadas, aquaerobic, etc.),
donde existe la figura del monitor como responsable del grupo tanto a nivel de aprendizaje como de prevención.

5.1.2 Reglamento de régimen interno para piscinas de uso


colectivo
Este reglamento viene recogido en el artículo 27 (Usuarios) del decreto y en él se recoge lo siguiente:

1. Los usuarios de piscinas de uso colectivo deberán seguir las instrucciones de los socorristas y
cumplir las normas que establezca el Reglamento de régimen interno, que estará expuesto
públicamente y en lugares visibles, tanto en la entrada de la piscina como en su interior.

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2. Este reglamento será obligatorio en toda piscina y como mínimo contendrá las siguientes
prescripciones:

‰ Prohibición de entrada a la zona de baño con ropa o calzado de calle.


‰ Obligatoriedad de utilizar la ducha antes de la inmersión.
‰ Prohibición de abandonar desperdicios o basuras en la piscina, debiendo utilizarse las papeleras
u otros recipientes destinados al efecto.
‰ Utilización de gorros de baño en las piscinas cubiertas.
‰ Prohibición de entrar en la piscina con animales, sin perjuicio de lo establecido en la Ley
51/1998, de 23 de noviembre, relativa al uso en Andalucía de perros guía por personas con
disfunciones visuales.

5.1.3 Productos químicos. Medición de pH y cloro


Legalmente no es necesario que un T.S.A. tenga conocimientos sobre las determinaciones físico-químicas y
microbiológicas (sección 3ª. Saneamiento e Higiene de las Piscinas de Uso Colectivo y anexo I del decreto) que tiene una
piscina. Aun así, el saber no ocupa lugar, y no está de más el conocer la funcionalidad de algunos de estos productos y
sus efectos sobre el organismo para que con ello nos mantengamos más alerta en nuestra tarea de prevención.

‰ Medidas de seguridad: Para manipular productos químicos debemos usar elementos protectores como gafas,
mascarillas, guantes de goma, etc. Asimismo, tienen efectos perniciosos para el medio ambiente, debiendo evitar que
caigan en el alcantarillado, aguas superficiales o subterráneas.

‰ Principales productos químicos: Diferenciaremos los siguientes:

ƒ Cloro: Sirve para desinfectar el agua, y se distribuye en varios formatos: hipoclorito (líquido), en pastillas o
granulado. En la actualidad también se esta usando la sal marina (a través de un proceso de electrolisis del
cloruro sódico se obtiene cloro). Un nivel óptimo de cloro será entre 0.4 y 1,5 mg/l. según el anexo I del decreto
de piscinas: Requisitos de calidad del vaso de agua.
ƒ Floculante: Actúa sobre las partículas en suspensión para que se depositen en el fondo de vaso y así puedan ser
absorbidas por el sistema de filtración.
ƒ Reductor de pH (potencial de hidrógeno): Es un ácido utilizado para disminuir el pH del agua. Hay que tener
especial cuidado al manipularlo ya que su exposición directa provoca quemaduras. Un nivel óptimo de pH será
entre 6,8 y 8.0 según también el anexo I del decreto. Si el pH del agua es menor que 7 será ácida, y si es mayor
será alcalina.
ƒ Algicida: Es un antialgas cuya función es evitar la aparición de algas en las paredes y fondo del vaso. Si la dosis
utilizada es alta puede producir espuma.

‰ Kit de medición de pH y cloro: Contiene dos probetas con una escala


de colores cada una en sus laterales para poder determinar la cantidad
de cloro y pH. Los reactivos pueden ser líquidos o sólidos (pastillas). En
el componente líquido se distinguen dos tipos, uno de color rojo y otro
amarillo. En el de pastillas hay tres: DpD 1, DpD 3 y Phenol Red.

ƒ Instrucciones de uso para líquido: Seguiremos los siguientes pasos:

1. Llenar las probetas con agua del vaso hasta el borde.


2. Agregar cuantas gotas indique el bote de líquido amarillo y rojo
en sus respectivas probetas para pH y cloro.
3. Cerrar el recipiente, agitar y comparar el color de la solución
Imagen 5.1.3.a: Kit para medición de pH y cloro
con la escala de color de la probeta.

ƒ Instrucciones de uso para pastillas: Seguiremos los siguientes pasos:

1. Llenar las probetas con agua del vaso hasta el borde.


2. Agregar el reactivo Dpd 1 en la probeta destinada al cloro y la pastilla de pH (Phenol Red) en la del pH.
3. Cerrar el recipiente, agitar y, una vez disuelta la pastilla, comparar el color de la solución con la escala de
color de la probeta. La medición obtenida en la probeta del cloro se denomina cloro libre. Para obtener el
cloro total, sin vaciar el líquido que ya tiene, introduciremos la Dpd 3 y lo agitaremos. Por último, el cloro
combinado resultará de restar el cloro libre al cloro total (Dpd3-Dpd1), que no podrá ser superior a 0,6

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También se encuentra un mecanismo digital que, con solo introducir una pequeña cantidad de agua en un frasco
y depositarla en este mecanismo se determina la composición química del agua facilitando y agilizando la labor del T.S.A.

Estos parámetros, así como otros recogidos en el anexo II del decreto (tabla inferior), deben recogerse en un
libro de registro y control de la calidad del agua (artículo 26 del capítulo III) previamente diligenciado por la Delegación
Provincial de la Consejería de Salud, y deberán realizarse dos veces al día, la primera al inicio de la jornada y la siguiente
en el momento de máxima concurrencia de usuarios. Evitaremos realizar las mediciones justo en la salida del agua, donde
los productos químicos serán directos.

HORA COLOR ESPUMAR Y NÚMERO P. CUBIERTA


DESINFECTANTE DESINFECTANTE AGUA AGUA
DÍA/MES DEL PH TRANSPARENCIA Y SUSTANCIAS DE Tª AGUA OBSERVACIONES
(*) RESIDUAL DEPURADA RENOVADA
MUESTREO OLOR EXTRAÑAS BAÑISTAS HUMEDAD AIRE
INICIO
JORNADA
MAXIMA
CONCURRENCIA
INICIO
JORNADA
MAXIMA
CONCURRENCIA

Si el vaso de la piscina no está dentro de los niveles óptimos exigidos por la administración pública estamos
obligados a prohibir el baño, así como avisar al encargado del mantenimiento para que lleve a cabo las acciones de
regulación correspondientes. Y es que unos niveles altos de cloro pueden provocar irritación ocular, nasal y de garganta
(3 a 6 mg/l), irritación del aparato respiratorio que puede dar lugar a hiperreactividad bronquial o tos (90 mh/l), que
puede acabar en vómito y en casos extremos en edema pulmonar y hasta la muerte (300 mg/l).

En esta situación, realizaremos mediciones cada corto espacio de tiempo y, una vez haya vuelto el vaso a sus
niveles normales, permitiremos el baño.

En cuanto a los usuarios, evitaremos que cunda el pánico tranquilizando a los usuarios sin alarmar más la
situación y haciéndoles ver que se están tomando las medidas oportunas para corregir la anomalía lo antes posible.

5.2 PARQUES ACUÁTICOS


La reglamentación de los parques acuáticos en Andalucía viene
recogida en el Decreto 244/1988, de 28 de junio, por el que se aprueba el
Reglamento de Parques Acuáticos al aire libre (BOJA núm. 58, de 22 de
julio de 1988). Según su artículo 2, se definen como el recinto no cubierto
dedicado especialmente a la práctica de Actividades Acuáticas de las
incluidas en el Catálogo de Actividades Acuáticas de nuestra Comunidad
Autónoma.

Imagen 5.2.a: Pista blanda del parque acuático de


Maspalomas (Las Palmas de Gran Canarias)

VENTAJAS DE TRABAJAR EN UN PARQUE ACUÁTICO

‰ Hay una mayor cantidad de compañeros que pueden darte cobertura en caso de accidente, estando
recogida su obligatoriedad en los artículos 78 del capítulo VIII (Personal de socorrismo), 91 del capítulo
IX (Régimen de funcionamiento) y Anexo III del decreto (Condiciones técnicas y de uso). Además, el
personal de socorrismo estará organizado jerárquicamente en: supervisor, jefe de zona, socorrista y
ayudante de socorrista, y como norma general se realizan puestas en común al inicio o al finalizar la
jornada laboral para comentar detalles de interés para mejorar el servicio.
‰ Tienen una gran variedad de atracciones que hacen que nos mantengamos alerta en todo momento. De
hecho, en el Anexo III del decreto viene recogido el Catálogo de Actividades Acuáticas de la Comunidad
Autónoma de Andalucía: Piscinas, laguna, lago navegable, ríos, pista blanda, tobogán y rampas, así
como otras muchas instalaciones no incluidas en el catálogo como montañas rusas, juegos mecánicos y
piscinas. En este anexo se incluye además el número de socorristas que debe de haber por cada
actividad acuática así como su ubicación, cantidad, equipamiento y normas generales de uso.
‰ El aforo está limitado según el artículo 5 del capítulo II del decreto (es el resultante de aplicar la
relación de una persona por cada cinco m2 de superficie total del recinto a excepción de las zonas no
accesibles para el público).

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VENTAJAS DE TRABAJAR EN UN PARQUE ACUÁTICO

‰ Según el artículo 10 del capítulo II (Servicio de asistencia sanitaria), todo Parque Acuático dispondrá de
un servicio de asistencia sanitaria ubicada en lugar visible, de fácil acceso por el interior del recinto y
que permita a su vez una inmediata y rápida evacuación por el exterior, así como un servicio de
ambulancia que garantice cualquier evacuación en condiciones óptimas.
‰ Siguiendo el artículo 18 del capítulo III (Planes de emergencia), deben contar con un Plan de
Emergencia para asegurar con los medios propios de que se disponen, la evacuación total de los
usuarios o visitantes del mismo ante las diversas situaciones que pudieran dar lugar a ello.
‰ Según el artículo 32 del capítulo III (Medios de seguridad), como medidas de seguridad se incluyen las
pertenecientes a los medios personales (T.S.A.) como a los materiales, diferenciando los que sirven:

ƒ De apoyo al rescate (artículo 35), como son: Aros salvavidas, bote de rescate, tubos de rescate,
perchas, camilla, tabla de columna, embarcaciones de rescate y botón de paro.
ƒ De elementos pasivos (artículo 36), como son: Carteles, marcas de profundidad, corcheras,
chalecos salvavidas, apoyos, vallas, sillas de socorrista, escalerillas, rampas y escalinatas.
ƒ De sistemas de comunicación (artículo 37), como son: Teléfonos y señales acústicas y visuales.

‰ Debido al gran volumen de bañistas, podemos llegar a estresarnos y fatigarnos en la vigilancia y


prevención. Para evitar o retrasar esto serán necesarias las rotaciones y descansos programados con
anterioridad, intercalando puestos de pie, sentados, uso de material o no, etc.
‰ Existe un Reglamento de régimen interno en la sección primera del capítulo IX del decreto donde se
establecen todas las normas que deben cumplir los usuarios (capítulo 5.2.1.).

INCONVENIENTES DE TRABAJAR EN UN PARQUE ACUÁTICO

‰ No podemos relajarnos en ningún momento, y la posición de sentado desaparece casi por completo.
‰ Al haber atracciones donde se prima la velocidad, los accidentes son en mayor número y gravedad.
‰ A veces nuestra función se acerca más a la de controlador por mantener un orden en las filas, lo cual
llega a suponer bastante incómodo.

5.2.1 Reglamento de régimen interno para parques acuáticos


Este reglamento viene recogido en el artículo 86 del capítulo IX del decreto (Régimen de uso y funcionamiento de
los parques acuáticos), y en el se recogen las siguientes normas (casi son idénticas a las normas de las piscinas):

1. Los parques acuáticos deberán disponer de unas normas de régimen interno para los usuarios de
obligado cumplimiento, y entre cuyas prescripciones deberán incluirse las siguientes:

‰ No podrán acceder a la zona reservada para bañistas las personas afectadas por enfermedades
contagiosas.
‰ En la zona de Actividades Acuáticas no se podrá comer ni fumar.
‰ No se podrán abandonar basuras en todo el recinto del Parque Acuático, siendo necesario
utilizar las papeleras dispuestas al efecto.

2. Como normas de uso de las Actividades Acuáticas, no se podrá participar en ellas con prendas que
tengan remaches, o provistas de relojes, pulseras o cualquier objeto que pueda ocasionar daños a
los restantes usuarios o a las superficies deslizadoras.

3. En los toboganes, pistas y rampas, los usuarios:

‰ No podrán tirarse de pie, debiendo hacerlo del modo que se indica en cada uno de ellos.
‰ No podrán pararse en el recorrido, ni formarán cadenas o uniones con otros usuarios.
‰ Deberán de tomar la salida para el deslizamiento en la plataforma o cabecera de salida
establecida al respecto, estando prohibido introducirse o incorporarse al recorrido por cualquier
otro lugar distinto de aquél.
‰ Tan pronto se produzca la caída o toma de contacto de los bañistas o usuarios en la piscina de
recepción, abandonarán de inmediato el denominado espacio de seguridad de estos vasos o
recipientes.

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5.3 ENTORNOS NATURALES (playas, lagos, embalses, etc.)


Siguiendo los estudios de Abraldes Valieras y Rubio Asensio
(2005), los factores de peligrosidad, entendidos estos como los
elementos del ambiente que exponen a los usuarios a una situación
de peligro (Short, 2001), pueden proceder de gran cantidad de
factores, destacando los dos siguientes:

‰ Morfología de la playa: Nos referimos a la forma y sus


características físicas, pudiendo diferenciar dos zonas:

ƒ Zona seca: Abarca la zona de la playa no cubierta de agua


y que dificulta la visión del T.S.A. (torretas, chiringuitos de
playa, usuarios, embarcaciones varadas en seco, etc.).
ƒ Zona de agua: Abarca la zona de la playa cubierta de agua
Imagen 5.3.a: Playa de Chiclana de la Frontera (Cádiz)
(superficie, fondo, obstáculos, animales salvajes, presencia
de corrientes o mareas, olas, etc.).

‰ Aspectos circunstanciales: Nos referimos a:

ƒ Meteorología: Debemos estar atentos a las evoluciones del estado de la mar, el viento, las corrientes, mareas,
etc., ya que pueden crear situaciones de riesgo, y por lo tanto, implican tomar medidas oportunas, como por
ejemplo el uso de elementos de señalización, o bien la colocación de un color de bandera. Recuerda que bandera
verde significa baño apto para los usuarios, bandera amarilla se refiere a que sigue permitido el baño pero hay
que tomar ciertas precauciones, mientras que la bandera roja se refiere a que el baño está totalmente prohibido.
ƒ Usuarios: Pueden ser desde bebés hasta ancianos, desde expertos nadadores hasta aquellos bañistas del interior
que vienen por primera vez a la costa.

Según Brewster (1995), podemos hacer una comparativa ambiental entre piscinas, parques y playas:

CONDICIÓN PISCINAS Y PARQUES PLAYAS


En el mar se pierde más
Temperatura del agua Puede ser controlada Sujeta a rápidamente la temperatura
condiciones corporal
naturales La visibilidad en el rescate
Claridad del agua Controlada
puede ser nula
Grandes distancias y en condiciones adversas.
Dificultad del rescate Contacto tras nadar poca distancia Además, psicológicamente es estresante el no
controlar las distancias.
Pueden ser extensos y pueden ser no visibles
Peligros naturales Ninguno
aparentemente
Corrientes y acción Ninguna o predecibles y Son frecuentes, pueden llegar a ser la fuente
de las olas totalmente controlables más significativa de accidentes
Nivel y horas de ocupación Puede ser controlado Generalmente no se pueden controlar
Condiciones atmosféricas Poco efecto Posible efecto severo

VENTAJAS DE TRABAJAR EN UN ENTORNO NATURAL

‰ Es la actividad más distraída del salvamento ya que tenemos usuarios en la orilla, en la arena, dando
un paseo, corriendo, jugando, dándose un baño relajado, nadando, etc.
‰ Tienes la posibilidad de realizar rutas de vigilancia o prevención por tierra (andando o sobre algún
vehículo especial) o mar (sobre alguna embarcación, tabla, etc.).
‰ Es bueno pasar por todos los puestos de vigilancia (tierra, agua y torreta) y utilizar todos los materiales
de rescate para familiarizarnos con ellos, lo cual impide que el nivel de atención decaiga.
‰ El 80% de los rescates se realizan en la rompiente de las olas, de ahí a que tengamos que centrar
nuestra vigilancia en esta zona.
‰ El trabajo debe ser en equipo y basado en un S.A.E., lo cual pueden resultar muy motivante.

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INCONVENIENTES DE TRABAJAR EN UN ENTORNO NATURAL

‰ La normativa a cumplir se establece según el Bando Municipal de cada Ayuntamiento, y no suele estar
visible, con lo que su cumplimiento queda supeditado a la intervención de la policía local y las
indicaciones de los T.S.A. Esta normativa podrá variar de un Ayuntamiento a otro.
‰ No obstante, en el Reglamento General para desarrollo y ejecución de la Ley 22/1988, de 28 de Julio,
de Costas se establecen algunas directrices sobre playas, debiendo destacar el artículo 69.1 del Título
III.
‰ El espacio a cubrir varia en cuanto a tamaño y forma, con lo que cuanto más cerrada sea la zona, más
fácil será nuestra labor.
‰ En caso de buscar una persona sumergida, existe la desventaja de:

ƒ Corrientes: Pueden hacernos variar nuestra posición significativamente casi sin darnos cuenta, y
en caso de vernos involucrados en ella no permiten que la víctima descanse o haga una pausa
para respirar. Además, el agua puede arrastrar residuos y objetos que nos crearán riesgos
adicionales de lesión tanto para el T.S.A. como para la víctima. Existen tres causas de corrientes:

o Por las mareas: Mueven grandes masas de agua y pueden sucederse a lo largo de grandes
distancias.
o Por las resacas: Son básicamente movimientos de retroceso del agua agrupada por la acción
de las olas en las orillas siguiendo la pendiente de la playa.
o Por la confluencia de los ríos que desembocan en el bar: Ante fuerzas opuestas se producen
torbellinos o laberintos de aguas que chocan entre ellas.

ƒ Crecidas: Provoca situaciones de peligro mortal a causa de su naturaleza imprevisible.


ƒ Agua sucia y turbia: Limitará nuestra visibilidad, provocándonos una desorientación e imprecisión,
lo cual aumentará la dificultad del rescate.

‰ Pueden haber ciertos elementos físicos que dificulten el rescate (rocas, otras embarcaciones, boyas,
etc.).

En caso de tener que hacer un salvamento por una zona de


rocas, debemos evitarlas si es posible para eliminar al máximo los riesgos
que implican (golpes, heridas, pérdidas de conocimiento, etc.). En estos
casos, se recomienda realizar una mayor distancia o bien esperar la
llegada de una embarcación si con ello es posible evitar el riesgo.

No obstante, en caso de tener que pasar por una zona de rocas,


hemos de fijarnos en primer lugar en la secuencia de olas para poder
elegir el momento más adecuado. En caso de que la ola llegue cuando ya
estamos en la roca, nos pegaremos lo máximo a ella para evitar el
zarandeo, ya que si esta nos lleva podremos golpearnos contra otras
rocas y perder el control. Imagen 5.3.b: Dificultad del salvamento en zona de rocas
y oleaje

5.3.1 Normativa para costas


Según el artículo 69.1 del Título III (Utilización del dominio público marítimo-terrestre) del Reglamento General
para desarrollo y ejecución de la Ley 22/1988, de 28 de Julio, de Costas:

1. En las zonas de baño debidamente balizadas estará prohibida la navegación deportiva y de recreo, y
la utilización de cualquier embarcación o medio flotante movido a vela o motor. El lanzamiento o
varada de embarcaciones deberá hacerse a través de canales debidamente señalizados.

2. En los tramos de costa que no estén balizados como zona de baño se entenderá que ésta ocupa una
franja de mar contigua a la costa de una anchura de 200 metros en las playas y de 50 metros en el
resto de la costa.

Dentro de estas zonas no se podrá navegar a una velocidad superior a tres nudos, debiendo
adoptarse las precauciones necesarias para evitar riesgos a la seguridad humana. Estará prohibido
cualquier tipo de vertido desde las embarcaciones.

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Ya a nivel más específico para cada entorno y para cada localidad se desarrollan los Bandos Municipales de cada
Ayuntamiento, los cuales determinarán las normativas específicas a la zona.

5.4 FUNCIONES DEL T.S.A.


Las funciones que todo T.S.A. debe llevar a cabo consistirán, según el decreto de piscinas, en la prevención,
vigilancia y actuación en caso de accidentes, así como en la prestación de primeros auxilios, quedando encargado y
responsabilizado del mantenimiento del local de primeros auxilios y del armario botiquín.

Haciendo una sinergia entre el T.S.A. y un atleta, y basándonos en el estudio sobre este tema de Antonio
Fernández Costas (2001), podríamos decir que salvar vidas es la meta más alta que un atleta puede conseguir, superior a
cualquier medalla olímpica.

No obstante, en la práctica real, estas funciones pueden y deben desglosarse mucho mas hasta sacar la esencia
fundamental de la tarea de todo T.S.A. Así, para organizar estar funciones, diferenciamos tres momentos:

‰ Antes de la apertura de la instalación acuática comprobará si esta está en óptimas condiciones para el baño, y para
ello atenderá a los siguientes aspectos:

ƒ Recorrer, inspeccionar y supervisar toda la zona de baño para conocer, analizar y controlar perfectamente su
entorno de trabajo para poder prevenir y minimizar los riesgos y accidentes que puedan producirse (capítulo
4.1).
ƒ En piscinas de uso colectivo, medir los niveles de pH y cloro y cerciorarse de que se encuentran dentro de los
niveles óptimos según los parámetros registrados en el Anexo I del decreto de piscinas. En caso contrario actuar
tal y como se establece en el capítulo 5.1.3.
ƒ Comprobar el estado y ubicación del material de rescate y vigilancia. Si observamos que no se encuentran en el
lugar que corresponda o están en mal estado tomaremos las medidas necesarias lo antes posible.
ƒ Comprobar que el botiquín de primeros auxilios está completo además de verificar las fechas de caducidad de
cada uno de los medicamentos para su reposición inmediata.

‰ Durante la jornada laboral atenderá a los siguientes aspectos:

ƒ Poner en marcha los principios básicos del salvamento desarrollados en el capítulo 3: prevenir, vigilar, controlar
la situación, actuar con presteza y diagnosticar y aplicar los primeros auxilios.
ƒ Velar por la seguridad de los usuarios.
ƒ Poner en marcha la cadena de salvamento en caso necesario (capítulo 6), aplicando las técnicas de nado y de
rescate adecuadas para cada situación de emergencia, así como rescatar a las personas en caso de accidente o
situación de emergencia.
ƒ Exigir el cumplimiento del Reglamento de régimen interno establecido para cada instalación acuática.
ƒ Aplicar todos aquellos consejos y recomendaciones que la psicología nos aporta en la comunicación, así como el
resto de recomendaciones para disminuir el nivel de estrés y ansiedad (capítulo 15).
ƒ Manejar correctamente el material de rescate.
ƒ Informar a su superior de cualquier incidencia ocurrida y que repercuta en la seguridad de los bañistas.

‰ Tras la jornada laboral deberá mantenerse en forma tanto física (entrenamientos diarios) como mentalmente (para
recordar las técnicas y procedimientos de primeros auxilios y psicología). Asimismo, completará los partes diarios e
informes de actuaciones para su posterior análisis estadístico y memoria, además de la puesta en común de los
acontecimientos sucedidos para la mejora de los protocolos. Para ello podemos utilizar la técnica de torbellino de
ideas.

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CAPÍTULO 6
Secuencia de actuación ante accidentes
acuáticos. Flujograma

OBJETIVOS

‰ Asimilar y saber seguir un S.A.E.


‰ Establecer la utilidad y necesidad de los
informes de accidentes, estadísticas,
memorias y partes diarios.
‰ Determinar los factores que perjudican
negativamente en cada uno de los principios
básicos.
‰ Saber comunicarse en salvamento.
CONTENIDOS

‰ S.A.E. Características.
‰ Protocolo de actuación para playas.
‰ Estadísticas e informes.
‰ Medios y códigos de comunicación.

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6. SECUENCIA DE ACTUACIÓN ANTE ACCIDENTES


ACUÁTICOS. FLUJOGRAMA
Desde el momento en que se produce una situación de emergencia hasta la llegada de la asistencia sanitaria
especializada, el T.S.A. debe seguir una secuencia de actuación de emergencia o S.A.E., también conocido como protocolo
de actuación de emergencia (flujograma 6.a), que tendrá como objetivo:

‰ Reducir o minimizar en lo posible el riesgo de que se produzcan otras situaciones de emergencia.


‰ Evitar que la situación empeore, controlando la situación de emergencia para que los pasos a seguir se lleven a cabo
eficientemente.
‰ Iniciar la cadena de salvamento para asistir a las víctimas con los medios humanos y materiales que dispongamos.
‰ Evitar la descoordinación, la confusión y la pérdida de tiempo.

A continuación podemos ver un flujograma para todo tipo de entornos acuáticos:

Flujograma 6.a: Secuencia de actuación ante accidentes acuáticos para todo tipo de entornos

Este S.A.E. deberá constar por escrito y dependerá de cada instalación acuática (capítulo 6.1), no estando de
más afirmar que el flujograma 6.a define un protocolo de actuación común para cualquier instalación. Se considera como
el documento en el que se establecen todos los pasos secuenciales, funciones a seguir y momentos de actuación de todos
los medios y eslabones que intervengan en el salvamento y rescate de una o varias víctimas.

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Este protocolo debe trabajarse por medio de entrenamientos y simulacros lo más reales posibles, ya que por lo
general una situación de emergencia nos genere un estado de estrés y ansiedad que puede dificultar nuestra capacidad
para analizar la situación, tomar las decisiones correctas y, como consecuencia, actuar de manera desordenada y
descontrolada. De esta manera adquiriremos experiencia y minimizaremos los errores que pudiéramos cometer.

No obstante, y teniendo en cuenta que la automatización a base de la repetición es la piedra angular del
aprendizaje técnico, cuando realicemos los simulacros debemos variar todos los factores (dificultad, número de víctimas,
condiciones del entorno, etc.) para que de esta manera adquiramos una destreza real y creamos un circuito neuronal
(Oña, A., Martínez, M., Moreno, F. y Ruiz, L. M., 1999).

Este protocolo de actuación se estructura en una triple actuación, lo que comúnmente se conoce como P.A.S.:
proteger, alertar y socorrer, que se desarrollará plenamente en el capítulo 17.

6.1 PROTOCOLO DE ACTUACIÓN TIPO PARA PLAYAS


A continuación vamos a desarrollar el protocolo de actuación que Protección Civil estableció en el verano de
2008, versión 11/06/2008, en la playa del Excmo. Ayuntamiento de El Puerto de Santa María (Cádiz):

ACCIDENTE EN TIERRA O EN MAR

1. Ante cualquier situación de emergencia comunicárselo por radio a la naval.


2. La naval contactará y se lo comunicará inmediatamente al botiquín.
3. La naval se dirigirá al lugar del accidente.
4. Desde el momento del aviso todo el personal del dispositivo permanecerá a la escucha.
5. Los T.S.A. realizan una evaluación primaria del accidentado comunicándoselo inmediatamente al botiquín.
En caso de inconsciencia avisar que tienen un preomega (persona inconsciente, grave).
6. La naval comunica al botiquín el punto de encuentro, que serán las calles de las embarcaciones que se
encuentra frente a los botiquines, salvo que la situación requiera que el personal de la embarcación y la
ambulancia en ese momento acuerden otro punto más conveniente y de mejor acceso.
7. La primera asistencia al accidentado la hará el T.S.A. de la embarcación hasta que llegue el D.U.E. del
botiquín o coordinador médico, quien es informado en todo momento de la situación y punto de encuentro.
8. Los T.S.A. apoyarán al equipo médico si lo precisaran.
9. El herido permanecerá en el botiquín el tiempo que el facultativo estime conveniente para su posterior
traslado.

VARAMIENTO DE MAMÍFEROS Y TORTUGAS MARINAS

1. En caso de varamiento de ejemplar muerto, se comunicará a Protección Civil para que avisen a IMUCONA.
2. En caso de varamiento de ejemplar vivo:

‰ Avisar a Protección Civil quienes dará aviso inmediato al Técnico de la Concejalía de Playas.
‰ Sólo 2 ó 3 personas atenderá al ejemplar. Se deben evitar todo tipo de ruidos o situaciones estresantes
para el animal, sobretodo en cetáceos.
‰ Evitar obstáculos, arena o agua en los orificios respiratorios.
‰ Si el animal se viese afectado por el oleaje y no pudiese mantenerse a flote, se procedería a sacar del
agua con cuidado de no coger o doblar las aletas pectorales y a la hora de depositarlo sobre la arena,
estas aletas deben ir en agujeros para mantener su posición natural.
‰ Mantenerlos en sombra, con un sombrilla, y húmedos, con agua o puños húmedos.
‰ Si la persona que actúa tiene alguna herida o erosión en la piel o si padece alguna enfermedad que
pueda transmitir al animal, evitará el contacto con este y con el agua de las proximidades en las que se
encuentra el animal.
‰ Siempre se tendrá las manos protegidas con guantes asépticos.
‰ Siempre que sea posible, se utilizarán mascarillas y se evitará la exposición ante el aire respirado por
el animal.
‰ Si por cualquier causa el personal actuante se hiere o se mancha con cualquier fluido, se lavará y
desinfectará la zona afectada a la mayor rapidez posible.
‰ Se debe tener mucho cuidado con todos los movimientos del animal, en especial con la aleta caudal.
No se debe olvidar que se trata de un animal salvaje, en el que por tanto sus reacciones son siempre
imprevisibles.

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CONTAMINACIÓN EN LAS AGUAS DE BAÑO

1. Cuando se tenga conocimiento, por avistamiento o aviso de usuario, de contaminación marítima, se


comprobará en primer lugar la certeza del aviso y en segundo lugar se comunicará inmediatamente a
protección Civil aportándoles los siguientes datos: situación, extensión, apariencia, aspecto, olor y
naturaleza de la contaminación.
2. Protección Civil se lo comunicará a la Policía Local y a su Supervisor.
3. En caso de la cercanía de la contaminación a los bañistas, y al objeto de que no se vean afectados, se les
avisará inmediatamente, desde las embarcaciones por parte de los patrones-socorristas y desde tierra por
parte del resto del equipo de salvamento.
4. Si la superficie afectada iguala o supera los 500 metros lineales también se dará aviso mediante la
megafonía de la playa, según mensaje tipo.
5. Se enviará parte de procedimiento al Centro Local de Coordinación de Salvamento en Cádiz.

Imagen 6.1.a: Suciedad en el agua de playa Imagen 6.1.b: Suciedad en orilla de playa

NIÑOS PERDIDOS

En caso de que los familiares informen del extravío de un menor a los equipos de emergencia

1. Se les remite al botiquín.


2. En el botiquín se les pide rellene un parte con todos los datos del menor, de los familiares y forma de
contacto al tiempo que se les advierte que en el caso de que ellos lo encuentren primero se lo hagan saber.
3. El botiquín comunica vía radio a todo el dispositivo que se ha perdido un niño y sus características.
4. Se da aviso por megafonía de playa por medio de un mensaje tipo.
5. Si media hora antes de que acabe la jornada el menor permanece aún en el botiquín, se le comunicará a la
Policía Local quienes harán las gestiones pertinentes con bienestar social o Policía Autónoma, que son la
autoridad competente en estos casos.
6. Una vez localizado se le comunica a todo el personal del dispositivo.
7. Cuando sean varios los niños perdidos se indicará cual de ellos es el que ha aparecido y se les recordará,
con sus datos, que aún permanece perdido un niño.
8. Si el menor apareciera en zona muy alejada del botiquín se pedirá a los T.S.A. que lo acerquen.

En caso de que encontremos un niño perdido y tengamos que localizar a sus familiares

1. Se le enviará al botiquín. Si el niño está lejos acercarlo.


2. En el botiquín se le tomarán todos los datos con una ficha tipo.
3. Se le comunicará vía radio a todo el personal de salvamento.
4. Inmediatamente después de la comunicación por radio a todo el personal, se comunicará por megafonía.
5. Si aparecen sus familiares se harán identificar con todos sus datos personales y firmarán el parte de que lo
han recogido y se hacen cargo del mismo.

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6.2 EVALUACIÓN FINAL DEL SALVAMENTO Y ANÁLISIS


ESTADÍSTICO
Tras producirse un accidente y realizar el rescate no debemos finalizar ahí nuestra actuación, debemos ser
profesionales e ir más allá, analizando y recapacitando sobre nuestra actuación y la del resto del equipo para:

‰ Detectar posibles deficiencias y fallos cometidos.


‰ Realizar las modificaciones y mejoras pertinentes para posibles
intervenciones futuras.
‰ Establecer las causas del accidente para prevenir otros.
‰ Verificar el funcionamiento de las comunicaciones.
‰ Comprobar la idoneidad de los protocolos.

Imagen 6.2.a: Reunión del personal socorrista del Parque


Acuático de El Puerto de Santa María (Cádiz) para evaluar un
rescate

Asimismo, hemos de realizar críticas constructivas, siendo de


gran ayuda el torbellino de ideas y el trabajo en equipo. También son
de gran utilidad los partes diarios de trabajo y los informes de
accidentes (tabla 6.2.a y b) en los que se detallan los acontecimientos
Tabla 6.2.a: Parte diario para playas de la empresa de
socorrismo Team Rescue S&S que se suceden a lo largo del día y sus incidencias.

Tabla 6.2.b: Parte diario para piscinas e informe de accidente de la empresa de socorrismo Team Rescue S&S

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Tras la elaboración de estos partes, es


necesario el análisis estadístico de los datos ASISTENCIAS-RESCATES DEL MES
obtenidos para establecer tendencias, situaciones 1 5 64

de mayor riesgo, estado de la mar, viento, marea, 77

afluencia de usuarios, asistencias o rescates por 2


horas y zonas, cantidad de niños perdidos, etc.). 123

En la mayoría de los casos, el objetivo 35


principal de las estadísticas es proporcionar
33
información a los medios de comunicación. Sin 6 7
14
embargo, un profesional las utiliza para planificar la 34
42 0 19

temporada siguiente, indicando al personal de Picaduras Colisiones Transporte embarc. Discusión Peleas Llamadas de S.O.S.
rescate y sanitario de la temporada siguiente las Lesión musc.
R.C.P.
Bajadas tensión
Personas perdidas
Nadador cansado
Insolación quemad.
Animales sueltos
Urtos
Cortes
Otros
características e incidencias más comunes que
Imagen 6.2.a: Estadística asistencias-rescate del mes de Agosto de la Playa de El Puerto
suceden en la zona a trabajar para que, de esta de Santa María de la empresa Team Rescue S&S S.L.U.
manera, esté más preparado.

6.3 MEDIOS PARA LA COMUNICACIÓN


Durante la fase de alerta del P.A.S., hemos de tener en cuenta que la comunicación es un elemento fundamental
para un rescate, sobretodo con un equipo de trabajo (parques acuáticos y entornos naturales), y sin embargo, a menudo
resulta difícil comunicarnos en el lugar del accidente debido al ruido del agua en movimiento, las condiciones
atmosféricas, la aglomeración de usuarios cotillas, la distancia a la víctima, las estructuras naturales o artificiales
colindantes, etc. Por ello, hemos de contar con ciertos medios de comunicación, destacando los siguientes:

‰ Señales visuales: Estas señales pueden realizar por medio de:

ƒ Las manos: Deberán hacerse despacio, y pueden indicarnos diferentes mensajes (p.e.: señalar para indicar una
dirección, puño alzado para indicar que se necesita ayuda, manos levantadas y cruzadas por encima de la cabeza
para indicar la interrupción de la instalación o cierre, brazos levantados hacia un lado con palmas enfrentadas
para indicar que el siguiente bañista es un niño, etc.).
ƒ Luces o bengalas: Pueden resultar muy eficaces en la oscuridad.
ƒ Gestos: La expresión facial, los movimientos o la postura llegan a comunicar hasta un 60% del mensaje.
ƒ Otros: Nos referimos a aquellos materiales que en el momento concreto nos ayudan a comunicarnos en situación
de emergencia (movimiento de camisetas, bandera, etc.).

‰ Señales auditivas: Estas señales pueden realizar por medio de:

ƒ La palabra: Se desarrollará en el capítulo 15.4, pero resaltar que con la palabra tan solo le llega al receptor el
10% del mensaje, mientras que con la entonación, ritmo, pausas o énfasis que demos le llegará hasta un 30%.
ƒ Walkie: Es un sistema de comunicación muy importante para llevar a cabo un buen trabajo, tanto entre los
T.S.A. como entre el resto del equipo de emergencia (botiquín, mantenimiento, seguridad, protección civil,
dirección, etc.).
ƒ Teléfono móvil: Nos sirven para emitir o recibir grandes cantidades de información, o bien para reducir el
tiempo de ocupación de la radio.
ƒ Silbato: Supone un sonido estridente, y dependiendo de las
características del sonido podrá indicarnos una u otra acción
(p.e.: un pitido corto para llamar la atención del usuario, dos
cortos para llamar la atención de otro T.S.A., dos largos para una
emergencia grave, uno largo para iniciar rescate y S.A.E., etc.).
Estas características deberán venir recogidas en el S.A.E. de cada
instalación.
ƒ Megáfono: Ayudan a proyectar la voz y hacer que suene más
fuerte para que la puedan oír grandes aglomeraciones de gente o
sea perceptible desde grandes distancias. Podremos comunicar
las preocupaciones y normas del baño, el color de la bandera que
ondee y los cambios en la misma, horario de mareas, avisos
sobre personas extraviadas, climatología, evacuación de zonas de Imagen 6.3.a: Silbato de socorrista como señal auditiva

baño, ubicación de los servicios, etc.

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Con respecto a los walkies, son esenciales los repetidores,


es decir, estaciones radioeléctricas fijas y automáticas que se ubican
en lugares elevados para dar mayor cobertura y cuya misión
principal es la de captar las señales débiles y volverlas a emitir a
mayor potencia pero en otra frecuencia.

Existen diversidad de códigos de comunicación con los


walkies, destacando el código ICAO establecido por la Organización
Internacional de la Aviación Civil y que se utiliza para deletrear
palabras, números, o bien el código Q.

Imagen 6.3.b: Utilización del walkie para comunicar un indicio de


accidente como señal auditiva

LETRA Y PRONUNCIACIÓN DEL CÁDIGO


A ALFA G GOLF M MAIK S SIERRA Y YANKI
B BRAVO H HOTEL N NOVEMBER T TANGO Z ZULÚ
C CHARLI I INDIA O OSCAR U UNIFORM N NOVEMBER
D DELTA J JULIET P PAPA V VICTOR

E ECO K KILO Q QUEBEC W WISQUI

F FOXTROT L LIMA R ROMEO X X-RAY

NÚMERO Y DENOMINACIÓN
0 NEGATIVO 2 SEGUNDA 4 CUARTA 6 SEXTA 8 OCTAVA
1 PRIMERA 3 TERCERA 5 QUINTA 7 SÉPTIMA 9 NOVENA

CÓDIGO Q SIGNIFICADO
QRV En el puesto. Torreta Fuentebravía en QRV.
QRT Fin del servicio. Torreta Fuentebravía en QRT.
QRK Control de escucha. Déme un QRK.
QSL Estoy de acuerdo. Es QSL para su QTC.
QRX Que todo el servicio esté en silencio porque se necesitan las comunicaciones libres.
QRM Recepción del mensaje con mucha interferencia. Le recibo con mucho QRM, repita su QTC.
QTC Mensaje a transmitir. ¿Cuál es su QTC?
QTH ¿Cuál es su ubicación? Mi QTH es…
Q… Etc.

Existen ciertas normas de utilización para el manejo de las comunicaciones con walkie:

‰ Antes de comenzar a transmitir comprobar si está libre la frecuencia.


‰ Mantener pulsado el PTT durante toda la transmisión.
‰ Aproximar el micrófono a la boca pero sin llegar a rozarla para evitar la captación de las fases respiratorias.
‰ Hablar con voz clara, pausada y sin gritar, con mensajes breves, claros y concisos para no ocupar la emisora mucho
tiempo. Si no tenemos experiencia pensar o escribir el mensaje antes de transmitirlo.
‰ Indicar primero el destinatario del mensaje y luego a quién llama. Ambos indicativos irán separados por la palabras
“para”, “de”, “aquí” o “a”.
‰ Dejar un corto periodo sin transmitir entre mensaje por si alguien necesita transmitir un mensaje más urgente.
‰ No utilizar códigos no reglamentarios, y mucho menos utilizar los walkies para hacer una gracia.

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CAPÍTULO 7
¿Cómo entrar en el agua para hacer un
rescate?

OBJETIVOS

‰ Aprender las diferentes técnicas de entrada


al agua.
‰ Saber aplicar el tipo de entrada al agua en
función a la situación del rescate.
CONTENIDOS

‰ Tipos de entrada al agua y utilización.

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7. ¿CÓMO ENTRAR EN EL AGUA PARA HACER UN RESCATE?


Para ayudar a una persona en peligro por ahogamiento, tras activar el S.A.E. hemos de introducirnos en el agua.
Sin embargo, esta entrada debe ser específica para el salvamento, diferenciándose de la normal en que se deben seguir
una serie de pautas fundamentales:

‰ Velar por nuestra seguridad y la del resto de usuarios: Procuraremos controlar la zona en la que nos
sumerjamos para evitar sufrir lesiones (rocas en el fondo, usuarios cercanos, altura de la entrada, temperatura del
agua, turbulencia, etc.), sobretodo en zonas desconocidas y dañar a algún otro usuario, evitando con ello el llamado
sobreaccidente, es decir, tener dos víctimas (víctima-bañista y socorrista) en lugar de la propiamente dicha.

‰ Brevedad en la entrada: Todo rescate debe llevarse a cabo con la mayor brevedad posible ya que, tal y como
podemos advertir en la tabla de relación tiempo/posibilidades de recuperación del capítulo 13, cuanto más tiempo
pase menos posibilidades de recuperación tendrá la víctima.

‰ No perder de vista a la víctima: Nunca debemos perder de vista a la víctima ya que en cualquier momento puede
hundirse y perderla para siempre. Por ello, si bien en la técnica de aproximación la cabeza va siempre fuera, en la
entrada procuraremos hacer lo mismo, y en su caso que la fase subacuática sea mínima. Si perdemos de vista a la
víctima, utilizaremos como referencia el último punto de avistamiento para sumergirnos. Es ideal contar con la ayuda
de algún compañero que nos oriente sobre la localización de la víctima.

‰ Tener en cuenta el entorno y la situación: Nuestra entrada se verá influenciada en función a:

ƒ El estado del accidentado (consciente-inconsciente, tranquilo-nervioso,...), estado del agua (corrientes, rocas,
etc.), existencia de lesión vertebral, etc. ya que determinará la técnica de entrada.
ƒ Altura desde el lugar que se encuentra el T.S.A. y profundidad del agua.
ƒ Distancia y profundidad a la que se encuentra el accidentado.

7.1 TIPOS DE ENTRADA AL AGUA

7.1.1 Del propio T.S.A.

Podemos destacar varios tipos de entrada al agua:

‰ En posición de protección y hundiéndose: El cuerpo se coloca


totalmente extendido en la vertical, desde la punta de los pies hasta la
cabeza, para evitar golpes bruscos con el agua y procurar buscar
profundidad. Los pies entrarán primero en el agua. Imagen 7.1.1.a: Entrada en posición de protección y
hundiéndose cruzando los brazos por delante
ƒ Cruzar los brazos por delante y pegados al cuerpo (imagen 7.1.1.a).
ƒ Elevar los brazos en la vertical y colocarlos paralelos y en línea con el cuerpo (imagen 7.1.1.b).
ƒ Colocar uno de nuestros brazos en cruz y sobre el hombro contrario mientras que con el otro brazo nos tapamos
las vías respiratorias (imagen 7.1.1.c).

Imagen 7.1.1.b: Entrada en posición de protección y Imagen 7.1.1.c: Entrada en posición de protección y
hundiéndose elevando los brazos en la vertical hundiéndose tapándose la nariz

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El hecho de buscar profundidad le exigirá al T.S.A. salir a la


superficie del agua lo antes posible para no perder de vista a la
víctima mucho tiempo, o bien le beneficiará para ganar profundidad
para víctimas que se encuentren en el fondo de la piscina al haber
perdido el oxígeno de los pulmones y estén prácticamente ahogados.

‰ En posición abierta y sin hundirse: La entrada al agua es con las


piernas abiertas hacia delante-atrás, los brazos abiertos en posición
horizontal hacia atrás y el tronco inclinado ligeramente hacia delante.
Una vez que entremos en contacto con el agua, realizaremos un
movimiento brusco de cierre de las piernas y brazos evitando hundir la
cabeza para nunca perderemos de vista a la víctima.
Imagen 7.1.1.d: Entrada en posición abierta y sin hundirse

Se utiliza sobretodo en saltos de muy poca altura o de poca


profundidad, así como con víctimas que están a punto de
hundirse.

En caso de saltar al agua desde una altura media, tal y como


puede ocurrir en la piscina de olas de un parque acuático o en
algunas playas con zonas rocosas, es conveniente hacerlo
utilizando algún tipo de material auxiliar que nos ayude a
mantenernos a flote una vez contactemos con el agua (imagen
7.1.1.e), debiendo colocarlo delante de nosotros para mayor
resistencia.
Imagen 7.1.1.e: Entrada en posición de abierta y sin hundirse
Habría que decir que, a pesar de que comúnmente se desde una altura media y con flopi

establece esta técnica como la ideal para todo rescate, hay gran discordia al respecto. Así, si vemos que la víctima aún se
encuentra en la superficie, no hay duda de que esta es la técnica a utilizar, pero si por el contrario esta se encuentra en el
fondo de la piscina tras haber perdido todo el oxígeno que su organismo disponía, y sabiendo que está hundida cerca de
nosotros, la técnica ideal será en este caso la de en protección y hundiéndose para buscar profundidad, mientras que si la
víctima se encuentra lejos, la técnica más adecuada será la de agujero. Por
lo tanto, no existe una técnica ideal, sino que dependerá de la ubicación de
la víctima.

‰ En agujero: Consiste en tirarse de cabeza al agua como en una


prueba de natación. Se realiza para conseguir una mayor profundidad
y distancia sin necesitar movimientos propulsivos de brazos y piernas.
Tiene la ventaja de que tiene un buen enlace con el nado que
vayamos a realizar para el rescate, que normalmente será el crol con
cabeza fuera.

El gesto técnico correcto se consigue cuando el hueco por el que


Imagen 7.1.1.f: Entrada en agujero
entran las manos es el mismo por donde entra el resto del cuerpo.

‰ En carpa: Es igual que la entrada en agujero pero en este caso no se


busca profundidad sino ganar distancia horizontal sin tanta
profundidad, con lo que el tiempo de pérdida de visión con respecto a
la víctima es inferior y evitaremos de este modo perder de vista al
sujeto en caso de que se hunda. Para ello, el gesto técnico correcto se
consigue cuando la toma de contacto con el agua sea simultánea entre
las manos y los pies, y posteriormente el resto del cuerpo.

Es apropiada para entradas desde poca altura y zonas no muy


profundas.

Imagen 7.1.1.g: Entrada en carpa


En el caso de que se utilice material auxiliar, en el momento del
salto para la entrada lo lanzaremos hacia delante y hacia un lado para evitar caer encima de el y autolesionarnos,
aunque también nos lo podemos colocar entre las piernas con la cuerda por detrás. Para ambos casos, debemos
procurar que el material no se enganche con nada ya que si durante la fase de vuelo se anuda con alguna corchera,
poyete o rejilla podemos hacernos daño y, en su caso, partir el material (imagen 7.7.1.h).

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‰ En carrera: En los casos en los que realicemos una entrada al agua desde la orilla de una playa (imagen 7.1.1.i) o
zona en la que la profundidad vaya aumentando progresivamente (pantano o río), esta deberá hacerse en carrera, y
siempre con cuidado de las irregularidades del terreno (rocas, cristales, piedras pequeñas, agujeros, desnivel, etc.)
hasta que nuestra velocidad de desplazamiento se vea disminuida notablemente, momento en el que pasaremos a la
fase de nado. En todo caso, con respecto a las olas, el T.S.A. deberá valorar su tamaño, de manera que si estas son
pequeñas será más efectivo una entrada saltando por encima de ellas, pero si son demasiado grandes debe entrar en
el agua antes de que estas rompan y pasando por debajo de ellas.

Imagen 7.1.1.h: Error en la entrada al agua. Cuidado con Imagen 7.1.1.i: Entrada al agua en carrera para playa y con
que no se nos quede atrás el material material

En el caso de utilizar algún tipo de material para la entrada en carrera, como por ejemplo flopi, torpedo e incluso
una tabla, mantendremos el material fuera del contacto con el agua y, a la hora de iniciar la fase de nado, en el caso
de la tabla nos tumbaremos sobre ella para deslizarnos sobre el agua, mientras que con el resto del material lo
lanzaremos para que tome contacto con el agua y poder nadar cómodamente.

‰ Con volteo hacia delante: En los casos en los que utilicemos aletas, gafas y tubo o bien nos encontremos en una
embarcación, nos colocaremos en el borde del vaso o, en su caso, de la embarcación, con el cuerpo agrupado en
cuclillas, con la barbilla pegada al pecho, la cadera elevada y las manos protegiendo las gafas y el tubo. Desde esta
posición inicial, realizaremos un volteo hacia delante dejándonos caer. Al igual que con el volteo hacia atrás, tiene el
inconveniente de la pérdida de visión sobre la víctima, al igual que un mayor tiempo de ejecución.

Imagen 7.1.1.j: Entrada al agua con volteo hacia delante Imagen 7.1.1.k: Entrada al agua con volteo hacia atrás

Ya en el agua realizaremos una espiración forzada para sacar del tubo el agua que le haya entrado, poder
utilizarlo para la respiración y realizar la aproximación sin sacar la cabeza del agua para así ganar velocidad de
aproximación (será solo en los casos en los que el sujeto esté consciente y estemos seguros de que no va a
ahogarse, o bien en los casos en los que se acaba de hundir y estamos viendo hacia donde está cayendo o hacia
donde lo está llevando la corriente). Se utiliza principalmente para adquirir una profundidad adecuada para la
inmediata puesta en acción y protección del equipo evitando su pérdida.

‰ Con volteo hacia atrás: Se trata de caer en el agua con la espalda en primer lugar y es apropiada para lanzarse al
agua desde el borde de una embarcación con equipo de buceo. Sin embargo, tiene el inconveniente de la pérdida de
visión con la víctima.

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7.1.2 Con algún tipo de embarcación

Cuando trabajemos como socorristas en un entorno natural y utilicemos algún tipo de embarcación para el
rescate, es importante contar con un remolque de varada o jettrack (imagen 7.1.2.a). Este elemento nos permitirá
mantener la embarcación en seco, fuera del continuo ajetreo de las olas, evitará el desgaste del material y facilitará la
labor de mantenimiento de la embarcación. Asimismo, estará más visible de cara a los usuarios y, como función más
importante para un salvamento, nos permitirá una entrada al agua más rápida.

Si por el contrario no utilizamos ningún tipo de remolque y la embarcación queda varada sobre la tierra (imagen
7.1.2.b), la acción de las olas hará que esta se vaya encallando en la arena poco a poco hasta el momento en el que
necesitemos la ayuda de varios usuarios para moverla, cosa que perjudicaría seriamente el rescate. Además, el continuo
ajetreo y la entrada de agua perjudicaría su mantenimiento, de manera tal que el motor podría no estar en condiciones
óptimas para ni tan solo arrancar.

Imagen 7.1.2.a: remolque de varada o Jettrack Imagen 7.1.2.b: Varada de neumática en tierra sin remolque

Para realizar la entrada al agua mantendremos la embarcación a unos 10 ó 15 metros de separación con la orilla
(no más para evitar descontrol de la embarcación o cansancio en la carrera de los T.S.A., ni menos para no perder
inercia). Tras la decisión de entrar, empujaremos la embarcación con fuerza (imagen 7.1.2.c) en dirección al agua de
manera que, al contactar con ella, la propia embarcación siga hacia delante y el jettrack se bloquee por la resistencia del
agua, consiguiendo sacarla del remolque. En este punto tendremos que tener cuidado de quitar los amarres entre la
embarcación y el remolque (imagen 7.1.2.d).

Imagen 7.1.2.c: Entrada al agua con neumática empujando con


Imagen 7.1.2.d: Tirar del cabo que une el remolque con la
fuerza
embarcación en la entrada al agua

‰ Con moto acuática: Seguirá prácticamente el protocolo anterior, de manera que una vez estemos dentro del agua
nos colocaremos en la posición de atrás o bien encima de la camilla hawaiana (imagen 7.1.2.e) para que el patrón
nos aproxime a la víctima o punto de destino.

‰ Con neumática: Podemos diferenciar la entrada para situaciones de fuerte oleaje o para mar en calma:

ƒ Entrada con fuerte oleaje: El patrón se colocará en la popa de la neumática, agarrando con la mano derecha el
motor fueraborda que estará subido, justo por encima de la caña, y con la mano izquierda en la aleta de babor.
El T.S.A. se colocará en la proa de la neumática, sujetando el cabo de proa, de manera que si viene alguna ola
tirará de la cuerda hacia abajo para evitar que la embarcación salga volando o vuelque hacia atrás (imagen
7.1.2.f).

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Imagen 7.1.2.e: Aproximación rápida con T.S.A. en camilla tras Imagen 7.1.2.f: Entrada al agua con neumática y fuerte oleaje
entrada al agua con moto

En el momento en el que la neumática se encuentre a una altura suficiente como para bajar el motor
fueraborda y evitar que la hélice choque con el suelo (inclusive por su inclinación vertical debido a la acción de
alguna ola), el patrón se subirá a la neumática, bajará el motor fueraborda, lo arrancará y esperará la subida del
T.S.A., que lo hará justo en el momento en el que el oleaje sea menor o esté la resaca de la ola. Este momento
será cuando la profundidad del agua sea de más de un metro y medio. A partir de ahí, el patrón meterá la
marcha al motor para adentrarse en el agua con potencia pero con control.

ƒ Entrada para mar en calma: El patrón se colocará igual que en el caso anterior, mientras que el T.S.A. lo hará a
su izquierda, es decir, cogerá el motor con su brazo izquierdo y la aleta de estribor con el derecho.

Una vez nos hayamos adentrado lo suficiente (aproximadamente un metro de profundidad), el patrón se
subirá a la neumática, bajará el motor fueraborda y lo arrancará cerciorándose antes de que no esté puesta la
marcha. Durante este tiempo, el T.S.A. que estaba en el agua seguirá controlando la neumática, y en el
momento de subirse, se agarrará al espejo de la embarcación para que, con un fuerte impulso, subirse con
cuidado de no resbalarse, momento en el cual el patrón le dará a la marcha para adentrarse en el agua.

Algunos aspectos comunes para las entradas con embarcación son las siguientes:

‰ La embarcación tendrá que estar aproada a las olas, es decir, en contra a las olas. Si nos ladeamos hacia un lado u
otro estaremos a merced de las olas y entrará agua en la bañera.
‰ En todo momento procuraremos que no haya nadie en la dirección nuestra, para lo cual tendremos que aplicar la
normativa en la que se establece que en la zona de embarcaciones está prohibido el baño.
‰ El T.S.A. subirá a la embarcación siempre y cuando el patrón se lo indique. En caso de que el motor no arranque y el
T.S.A. ya se haya subido la embarcación estaremos a merced de las olas.
‰ Los primeros metros de entrada son siempre los más peligrosos ya que es el lugar donde hay bañistas y oleaje.

En cuanto a la entrada al agua desde una neumática,


tendremos que colocarnos en uno de los laterales de la misma, y una
vez llegados a la altura de la víctima, realizaremos la técnica de
entrada al agua que corresponda para cada situación, para lo cual
tendremos que colocar el pie con el que vamos a impulsarnos
flexionado sobre uno de los flotadores o bulbos, haciendo presión
sobre éste para impulsarnos hacia delante.

A partir de ahí, el patrón maniobrará para que la


embarcación quede con la popa separada del T.S.A.

Recordar que en caso de víctima con lesión medular, la


aproximación con la embarcación deberá ser lenta y desde un punto Imagen 7.1.2.g: Entrada al agua desde neumática

más lejano para evitar el oleaje.

En caso de entrar con aletas desde la embarcación tendremos que hacerlo adelantando uno de los pies para
dejarnos caer verticalmente simulando la entrada en protección abierta y sin hundirse (imagen 7.1.2.g), procurando dar
un pequeño salto hacia delante para alejarnos todo lo posible de la embarcación y su hélice en caso de neumática. El uso
de material de rescate nos permitirá mejorar la flotación y el posterior remolque.

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CAPÍTULO 8
El desplazamiento en el medio acuático

OBJETIVOS

‰ Asimilar la técnica de nado crol.


‰ Adaptar la técnica de nado crol al
salvamento acuático.
‰ Saber utilizar técnicas de aproximación para
el rescate acuático.
‰ Aplicar la técnica de flotación para cada
situación de rescate acuático
CONTENIDOS

‰ Técnica de nado crol.


‰ Adaptación del crol al salvamento acuático.
‰ Tipos de aproximación para el salvamento.
‰ Ventajas y utilidad de la flotación.

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8. EL DESPLAZAMIENTO EN EL MEDIO ACUÁTICO


Para desplazarnos en el agua podemos utilizar cualquier técnica de nado (crol, braza, espalda o mariposa). Sin
embargo, como para el salvamento se requiere la técnica más rápida, desarrollaremos a continuación los aspectos
técnicos del crol como tal y, posteriormente, la adaptación del nado al T.S.A.

8.1 ASPECTOS TÉCNICOS DEL CROL


Para el análisis técnico del crol vamos a dividir este apartado en otros cinco: La posición del cuerpo, la
respiración, la acción de los brazos, de las piernas y la coordinación entre ambas.

8.1.1 La posición del cuerpo


La posición del cuerpo en el agua es vital
para reducir la resistencia al avance y mejorar la
velocidad de nuestro desplazamiento. Para ello
tendremos que controlar tres aspectos: Imagen 8.1.1.a: Resistencia al avance frontal por mala alineación horizontal

Para controlar la posición del cuerpo diferenciaremos tres aspectos:

‰ Alineación horizontal (imagen 8.1.1.a): Consiste en mantener la línea del cuerpo lo más horizontal posible en el
agua evitando así resistencia al avance y, por lo tanto mayor gasto energético. Buscaremos una alineación horizontal
en los siguientes casos:

ƒ La batida de piernas irá ligeramente inferior a la altura del pecho. Los pies alcanzarán justo la superficie en su
batido ascendente y en el batido descendente llegarán por debajo de la línea del cuerpo.
ƒ Mantendremos la cabeza en línea con la superficie situada entre el arranque del cabello y la mitad de la parte alta
de la cabeza.
ƒ La barbilla se colocará lo suficientemente alta como para permitir ver delante, y los ojos deberán enfocarse hacia
delante y hacia abajo, y no debemos arquear la espalda.

Imagen 8.1.1.b: Colocación de la cabeza para mantener la alineación horizontal

‰ Alineación lateral (imagen 8.1.1.c): Nos referimos aquí a las


fluctuaciones que tiene nuestro cuerpo como consecuencia del
movimiento alternativo de brazos. Cuando el nadador realiza una
brazada con el brazo derecho su cuerpo tiende a irse hacia la
izquierda, y viceversa, con lo que siempre estaremos en un
movimiento de zig-zag y, por lo tanto, de resistencia al avance.

Para conseguir la alineación lateral, durante el rolido rotaremos el


cuerpo en el eje longitudinal unos 45º llevando los hombros, cadera y
piernas como una unidad y dibujando una línea recta a lo largo del
cuerpo. La idea es mantener las caderas y las piernas dentro del ancho
del cuerpo para evitar incrementar la resistencia al avance.

‰ Rolido (imagen 8.1.1.d): Debemos estar girando continuamente el


cuerpo alrededor del eje longitudinal. Es mas, se pasa más tiempo
Imagen 8.1.1.c: Desalineación lateral
girado hacia un lado que en posición horizontal.

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Imagen 8.1.1.d: Resistencia al avance durante el rolido

Si no realizamos un buen rolido obtendremos:

ƒ Una mala alineación lateral con la consiguiente pérdida de velocidad.


ƒ Una inadecuada recuperación de los brazos, ya que estos deben girar lo suficiente como para que los
hombros sobresalgan del agua hasta que la mano haya entrado en ella.
ƒ Una respiración ineficaz ya que no inspiraríamos bien el aire.
ƒ Una tracción insuficiente debido a la falta de profundidad conseguida.
ƒ Una mayor resistencia al avance al ser mayor la superficie de contacto.

8.1.2 La respiración
La cabeza se girará hacia el lado del rolido de manera simultánea al barrido hacia arriba del brazo del costado
por el que respira, ya que es este el momento en el que el cuerpo está rotando hacia el lado de la respiración.

La inspiración deberá realizarse durante la primera mitad del recobro, y nuestra cara deberá volver al agua
durante la segunda mitad del mismo en coordinación con el rolido del cuerpo hacia el lado contrario, lo cual volverá a
colocar la cara dentro del agua y su cuerpo en la mejor alineación posible durante el barrido ascendente.

La respiración se llevará a cabo gracias a la coordinación del rolido del cuerpo y el movimiento lateral de la
cabeza, de manera tal que la cara se girará hacia el mismo lado que gire el cuerpo, produciéndose la respiración en el
momento máximo de rotación, que coincidirá en el momento en el que el codo del recobro sale a la superficie y se
encuentra en su punto más alto (codo alto).

Durante la inspiración, una mejilla, una oreja y un ojo han de


estar en el agua (imagen 8.1.2.b). No es necesario que la boca se
sitúe por encima de la superficie del agua ya que se inspira al amparo
de una onda arqueada originada por el movimiento hacia delante.

La espiración se prolongará hasta el momento en el que


vayamos a realizar otra inspiración, con lo que su expulsión será lenta
al principio dejando escapar el aire por la boca y la nariz lo
suficientemente como para reducir la presión torácica, mientras que
será completa e intensa en el momento en el que la boca se halle
cerca de la superficie para la siguiente inspiración. Imagen 8.1.2.a: Colocación de la cabeza en la respiración

Un error muy frecuente es volver la cabeza demasiado pronto, provocando esto una aceleración descontrolada de
la brazada subacuática. También se producen inspiraciones con la cabeza inclinada hacia atrás o bien con levantamiento
de la cabeza por encima de la superficie, cosa que modificará la alineación horizontal del cuerpo.

8.1.3 La acción de brazos


Se compone de tres barridos diagonales: el barrido hacia abajo, hacia dentro y hacia arriba. También se
describirán la entrada y extensión así como el final de la acción propulsora y el recobro.

‰ Entrada y extensión (figura 1): La entrada de la mano debe


realizarse dentro de la línea media de la cabeza y la parte
distal del hombro. No debemos salirnos de este espacio para
evitar un movimiento de lado a lado de las caderas y piernas
y tener una mala alineación lateral, cosa que provocaría una
mayor resistencia al avance.

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El codo estará semiflexionado, a una altura superior a la mano, de manera tal que sean los dedos los que
contacten con el agua en primer lugar. Si realizamos la entrada con el codo demasiado flexionado empujaremos el
brazo hacia delante, abajo y luego hacia arriba en una trayectoria circular, ejerciéndose mayor resistencia al avance.

Será el pulgar el primer dedo que contacte con el agua, con lo que la palma de la mano tendrá que mirar hacia
abajo y hacia fuera en una angulación de entre 30 a 40 grados. Si introducimos la mano flexionada originaremos una
resistencia que frenará nuestra velocidad. Además, debemos evitar la entrada de la mano golpeando con fuerza el
agua hacia abajo, ya que esto provoca movimientos verticales innecesarios del cuerpo y un aumento de la
turbulencia en la superficie del agua y de la resistencia.

Tras la entrada en el agua de la mano, esta girará hacia abajo al mismo tiempo que el brazo se extiende
completamente hacia delante por debajo de la superficie del agua, de ahí el concepto de extensión y no
deslizamiento, ya que en todo momento hay un avance del brazo.

La propulsión de la brazada no se producirá inmediatamente después de que la mano haya entrado en el agua ya
que el otro brazo estará todavía a mitad de su recorrido.

Esta fase continuará cuando el otro brazo finalice su fase propulsora, de ahí a que nunca debamos comenzar la
fase propulsora tras la entrada en el agua ya que de este modo se interferirán las fuerzas y se provocará mayor
resistencia. Así, mantendrá su posición estirada hasta el momento en que el otro brazo haya finalizado su fase
propulsora.

‰ Agarre y barrido hacia abajo (figuras de la 2 a la 8): Da comienzo inmediatamente después de que la fase de
propulsión del brazo contrario se haya completado y el codo está casi completamente extendido tras la fase de
entrada y extensión. En este momento, el codo empieza a flexionarse.

El brazo de delante comenzará a barrer


hacia abajo y hacia fuera siguiendo un recorrido
curvilíneo hasta marcar el agarre. Flexionaremos
gradualmente el codo durante este barrido
descendente para orientarlo hacia atrás en el agarre.

La palma de la mano ha de estar inclinada hacia abajo, hacia fuera y hacia atrás durante este barrido. De esta
forma se nos permitirá aplicar mayor fuerza propulsora durante el barrido hacia dentro, que es el que le sigue.

Durante todo este recorrido se recomiendan ángulos de ataque de la mano de entre 30 a 40 grados, dejándola
con una posición algo cóncava para llevar una forma más hidrodinámica.

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De las tres fases propulsivas, ésta es la que constituye la menor propulsión de la brazada, pero sin embargo es
de vital importancia hacerlo correctamente para que el brazo se encuentre en buena disposición para un barrido hacia
dentro efectivo.

‰ Barrido hacia dentro (figura 9): Tiene comienzo cuando la


mano alcanza el punto más profundo del barrido hacia abajo,
es decir, hasta que el brazo se ha desplazado por debajo del
cuerpo hasta que alcancemos un ángulo de 90º
aproximadamente al finalizar este movimiento. La mano
habrá pasado ya por debajo de la cabeza.

Es el primer barrido propulsor de la brazada y se produce por el giro de la palma de la mano hacia dentro, hacia
arriba y hacia atrás a medida que la mano se desplaza bajo el cuerpo desde una posición exterior respecto de los
hombros hasta situarse próxima a la línea central.

‰ Barrido hacia arriba (figuras de la 10 a la 14): Es el segundo y último barrido propulsor del crol, y tiene lugar una
vez finalizado el barrido hacia dentro. Es sin duda la fase de mayor propulsión de la brazada.

En este momento la inclinación de la mano


cambiará rápidamente de dentro hacia fuera
mientras que desplazamos el brazo hacia fuera, hacia
arriba y hacia atrás en dirección a la superficie del
agua desde el pecho.

El barrido hacia arriba finalizará cuando nuestra mano pase a la altura del muslo, y no cuando llegue a la
superficie, y este fin se realizará con una extensión ligera, pero no total, y con la máxima velocidad. La mano deberá
inclinarse durante este barrido ascendente hacia fuera y hacia arriba, y al llegar al final del movimiento debe mirar
hacia dentro en dirección al muslo, colocando el meñique como primer dedo que toque la superficie.

No obstante, el codo sigue estando a una altura superior a la mano, saliendo del agua antes que esta.

Algunos de los errores que se comenten en este último movimiento son el extender los brazos por completo o
aplicar fuerza hasta alcanzar la superficie, lo cual empujará el agua hacia arriba en mayor medida que hacia atrás y,
por consiguiente, creará mayor turbulencia y una desaceleración en el movimiento, así como el hundimiento de las
caderas y, por ello, una mala alineación horizontal.

‰ Fin de la acción propulsora y recobro (figuras de la 15 a la 18): Tiene como objetivo el colocar el brazo en la
posición adecuada para comenzar otra brazada. Dará comienzo antes de que nuestra mano abandone el agua, es
decir, cuando el codo se posicione por encima de la superficie durante el anterior barrido hacia arriba.

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El codo debe emerger a la superficie moviéndose hacia delante, mientras que la mano termina el barrido hacia
arriba. El codo se desplazará hacia arriba y hacia delante, después del salir del agua, siguiéndole a continuación el
antebrazo y la mano.

La palma, al salir del agua, se gira hacia dentro paralelamente al muslo sacando el dedo meñique en primer lugar
y así disminuir la resistencia, mientras que al mismo tiempo el brazo se desplaza hacia arriba, hacia fuera y hacia
delante durante la primera fase del reciclaje. Este movimiento se convertirá en un movimiento hacia delante, hacia
dentro y hacia abajo en el momento de disponerse a entrar en el agua, y siempre lo haremos manteniendo el codo en
alto.

El hombro actuará de eje para el movimiento del brazo, flexionando el brazo durante la primera mitad del
movimiento y extendiéndolo durante la segunda mitad, una vez que sobrepase la altura del hombro, lo cual permitirá
que el brazo continúe moviéndose hacia arriba y hacia delante después de haber abandonado el agua, además de
evitar que la mano ejecute una trayectoria demasiado abierta.

En esta segunda mitad la palma de la mano, que anteriormente estaba orientada hacia dentro en dirección al
cuerpo durante la primera parte del recobro, se orientará hacia fuera en el momento que vaya a realizar la entrada al
agua.

Comenzaremos a extender la mano para la entrada, iniciándose la extensión del brazo, y la entrada se realizará
cuando el brazo esté todavía ligeramente flexionado para disminuir la turbulencia.

El rolido facilitará la efectividad del recobro, debiendo rotar hacia el lado en el que se realiza de manera que el
hombro de dicho brazo esté en un plano superior al otro. Con ello se conseguirá la posición de codo alto más
fácilmente.

Durante el recobro la musculatura deberá estar relajada, utilizando el suficiente esfuerzo como para mantenerlo
coordinado con el otro, de manera que si queremos aplicar velocidad, nos centremos en aumentar la velocidad en la
fase propulsiva y no en recobrar más deprisa, ya que esta será una acción de efecto y evitaremos desperdiciar
energías.

‰ Coordinación de los brazos: Los movimientos alternativos de los brazos deben coordinarse con el rolido del cuerpo
y viceversa para facilitar los tres barridos y mantener al mismo tiempo el cuerpo en la postura adecuada.

El brazo situado delante deberá entrar en el agua cuando el otro se encuentre en la mitad de su barrido hacia
dentro, lo cual nos permitirá rotar el cuerpo hacia el lado en que estemos efectuando la brazada y, seguidamente,
preparemos el barrido ascendente. No deberá comenzar su desplazamiento hacia abajo hasta que el otro haya
finalizado su barrido hacia arriba.

Sería un error que el brazo que recobra entre en el agua después que el otro brazo finalice la fase propulsiva, ya
que abría un momento en el que no se aplicarían fuerzas y se desaceleraría el movimiento.

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8.1.4 La acción de piernas


La acción de las piernas tendrá una dirección principal de arriba abajo, aunque con el rolido se moverán
lateralmente. Se compondrá de dos batidos: hacia abajo y hacia arriba.

Estos movimientos parten de las caderas, y son


las rodillas las que marcan el latigazo.

‰ Batido hacia arriba (figuras de la 1 a la 4): El


batido hacia arriba se solapa con el batido hacia
abajo de manera que la inercia de la pierna hacia
abajo pueda ser vencida cuando la dirección del
movimiento cambia de la dirección hacia abajo a la
dirección hacia arriba. Esto se conseguirá gracias a
la extensión de las articulaciones de la cadera y
rodilla simultáneamente y la acción del glúteo
mayor, de manera que el muslo se mueva hacia
arriba mientras que la parte inferior de la pierna
esté terminando su batido hacia abajo.

Si doblamos la rodilla provocaremos una fuerza negativa que haría que nuestra propulsión nos hiciera retroceder.
Tras este cambio de dirección, la pierna barre hacia arriba.

‰ Batido hacia abajo (figuras de la 5 a la 10): El


batido hacia abajo comienza antes de que la pierna
haya terminado su anterior batido hacia arriba, de
manera tal que cuando se acerca el talón del pie a la
superficie da comienzo la flexión de la cadera por
medio de la musculatura del psoas ilíaco, sartorio y
femoral, obligando al muslo a desplazarse hacia
abajo mientras que se flexiona la rodilla y continua
hacia arriba.

Esta flexión de la rodilla se obtiene de la fuerza


del agua dirigida hacia arriba sobre la parte inferior
de la pierna, la cual estará relajada. Será la presión
del agua la que provocará, gracias a la distensión
del pie y tobillo, la flexión de la planta del pie. Es un
movimiento pasivo, relajado y de efecto, parecido a
un latigazo.

El muslo continuará moviéndose hacia abajo


hasta que la rodilla llegue a una profundidad de 20 a
25 centímetros (algo inferior a la máxima profundidad de la brazada para evitar incrementar la resistencia). En este
momento, una fuerte extensión de la articulación de la rodilla iniciará el movimiento de la parte inferior de la pierna
hacia abajo hasta que la pierna quede completamente extendida por la rodilla.

Al finalizar el batido hacia abajo, el pie debe estar a una profundidad de 30 a 35 centímetros, o lo que es lo
mismo, ligeramente más profundo que el pecho.

‰ Amplitud de la batida: La acción de las piernas no deberá ser ni muy superficial ni muy profunda, oscilando entre
50 y 80 cm. Lo importante es que nos proporcione estabilidad y propulsión, pero sin que haya demasiada resistencia
al avance (alineación horizontal). Así, el pie deberá alcanzar la superficie del agua durante la trayectoria ascendente,
saliendo si cabe ligeramente, ya que si sale demasiado se empujará al nadador hacia abajo. En la trayectoria
descendente el pie deberá estar situado justo por debajo de la línea del nivel del cuerpo.

‰ Acción lateral de las piernas: La acción lateral de las piernas ayudará a la rotación y la estabilidad del cuerpo. Así,
si una pierna se mueve en la misma dirección del rolido, permitirá mantener la alineación lateral, mientras que la otra
pierna deberá batir en la dirección opuesta, es decir, cuando el cuerpo rota hacia la derecha, una pierna deberá batir
diagonalmente hacia abajo y hacia la derecha mientras que la otra batirá diagonalmente hacia arriba y hacia la
izquierda. Estos movimientos deberán invertirse cuando el nadador gire su cuerpo hacia el lado izquierdo.

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8.1.5 La coordinación brazos-piernas


Dependerá del número de batidos por ciclo de brazos.

‰ Batido de 6: Se podría decir que es un golpe por cada barrido del brazo, con lo que habrá un batido descendente en
coordinación con cada uno de los tres barridos que componen una brazada acuática. Así, el barrido hacia abajo del
brazo izquierdo se produce simultáneamente con el batido de pies hacia debajo de la pierna izquierda. El barrido
hacia dentro de la brazada del brazo izquierdo estará coordinado con el batido hacia debajo de la pierna derecha y
subida de la izquierda, y el barrido hacia arriba del brazo izquierdo se combina con otro batido hacia debajo de la
pierna del lado izquierda.

La coordinación entre los barridos del brazo y los batidos de la pierna es tal que el principio y el final de cada
batido descendente coinciden exactamente con el principio y el final de cada barrido del brazo correspondiente.

‰ Batido de 2: Se completarán dos batidos descendentes por cada ciclo del movimiento de los brazos o un batido
descendente por cada brazada. Cada batido hacia abajo se acompaña del barrido hacia dentro y hacia arriba del
brazo del mismo lado que la pierna que bate hacia abajo. La pierna del lado contrario, al mismo tiempo, ejecuta un
batido ascendente.

Al final de cada batido, las piernas se mantienen en una posición abierta hasta que el barrido descendente de la
siguiente brazada se ha completado. Entonces se realiza el batido descendente de la pierna de dicho costado, durante
el barrido hacia dentro y hacia arriba del brazo.

También está el batido de 2 cruzado o el batido de cuatro golpes, pero son menos usuales.

8.2 TÉCNICA DE APROXIMACIÓN PARA UN T.S.A.


La técnica de desplazamiento de un T.S.A. para un rescate en el medio acuático se basa en el crol, pero
adoptando ciertas modificación con el objetivo de mantener el control visual de la víctima tanto para la aproximación (en
caso de que la víctima se hunda sabremos su ubicación exacta), para el remolque (si la víctima está tragando agua o se
desmaya), y por el entorno (localización de rocas o bordillos, rompiente de las olas, otros bañistas que se cruzan en
nuestra trayectoria, embarcaciones, etc.).

En el salvamento acuático podemos diferenciar diversas técnicas tanto para la aproximación como el remolque:

8.2.1 Crol con cabeza fuera


Según estudios realizados, el estilo crol es el más rápido, seguido
de la mariposa, la espalda y en última lugar la braza. El crol adaptado al
salvamento se diferencia en ciertos aspectos del original en:

‰ La cabeza va fuera, y por este motivo hay mayor sobrecarga


muscular en las cervicales y las lumbares y hay un hundimiento del
tren inferior, por lo que el batido de pies deberá ser más potente y se
exigirá un mayor golpe de riñón.
‰ La respiración es frontal, y por lo tanto el rolido es insignificante al no
existir respiración lateral. Imagen 8.2.1.a: Crol con cabeza fuera par aproximación

‰ La extensión de la brazada será más corta, casi sin fase de agarre y pasando casi inmediatamente hacia el barrido
hacia abajo, ya que la finalidad del nado no es únicamente el avance horizontal, sino que también busca el mantener
el cuerpo en una posición elevada de hombros y cabeza para la respiración frontal y no perder de vista a la víctima.
‰ Al ser un nado más estresante, hay mayor consumo energético.

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8.2.2 Buceando
Hemos de mantener siempre una posición hidrodinámica y de
máxima extensión desde los brazos hasta las piernas, de manera que los
movimientos de propulsión y recobro de brazos sigan la línea del cuerpo
para disminuir la resistencia al avance. La técnica es parecida a la braza,
efectuando la brazada cuando las piernas se encuentren extendidas,
mientras que la patada se producirá cuando los brazos se encuentren
completamente extendidos por delante de la cabeza. No obstante, la
patada también puede realizarse con patada de crol, en cuyo caso será
independiente de las brazadas.
Imagen 8.2.2.a: T.S.A. buceando par aproximación

Sin embargo, en el nado subacuático cada T.S.A. deberá conocer su manera más eficiente en el desplazamiento,
pudiendo realizar patada de braza, crol o mariposa en función a su comodidad. Diferente es en los casos en los que
utilicemos aletas, en cuya situación nos veremos condicionados para realizar únicamente una patada de mariposa o crol.
Asimismo, podremos elegir no utilizar las manos para mantener una posición hidrodinámica y disminuir el esfuerzo físico
durante la apnea.

Algunos aspectos a tener en cuenta en el buceo y en la búsqueda de un cuerpo sumergido son los siguientes:

‰ Presión hidrostática: Si aplicamos la Ley de Boyle-Moriette, si llenamos un globo de aire y lo hundimos en el agua
veremos cómo su volumen se va reduciendo a medida que ganamos profundidad. Al bucear, a medida que
descendemos la presión del agua va aumentando y, como consecuencia, puede provocarnos presión y molestias en
los tímpanos. Por ello, existen varias medidas para reducir esta presión y evitar la lesión:

ƒ Deglución de saliva: Consiste en tragar saliva acompañado de movimientos de masticación.


ƒ Maniobra de Valsalva: Con la boca cerrada, pinzaremos la nariz con los dedos índice y pulgar y soplaremos con
moderación.
ƒ Bostezo: Con la boca cerrada, imitaremos la acción del bostezo.

‰ Profundidad: Buscaremos una profundidad media para el desplazamiento, ni pegados al fondo ni en superficie. Es
lo que conocemos como resistencia de superficie (oleaje) o resistencia de choque (el agua que golpea el fondo).
‰ Respiración: Esta debe ser normal y profunda, y dependerá de la capacidad vital de la persona, su estado físico y
emocional y el dominio de la técnica. Hemos de evitar la hiperventilación para no acelerar el ritmo cardíaco, y
además nunca expulsaremos el aire ya que si lo hacemos desaprovecharemos el oxígeno aún no utilizado.
‰ Eficiencia técnica: Debemos realizar los movimientos sin brusquedad, adoptando una posición hidrodinámica,
aprovechando el impulso de salida y sin realizar al principio movimientos propulsivos. Una vez en la fase acuática
debemos aprovechar al máximo cada una de las acciones propulsivas, evitando que cuando realicemos propulsiones
con el tren inferior no estén en contraposición con los movimientos del tren superior, y viceversa.
‰ Corrientes marinas: Un cuerpo que se hunde no cae en
línea recta debido a la acción de corrientes marinas.
También habrá que tenerlo en cuenta en la aproximación.
‰ Estrategias de búsqueda: Para evitar dejar zonas sin
rastrear podemos realizar la búsqueda en cuadrados o
círculos en extensión, por sectores o en línea recta. Si la
búsqueda la realizan varios T.S.A., la distancia que haya
entre unos y otros no debe ser grande para evitar que la víctima se escurre entre ellos.
‰ Visibilidad: Si abrimos los ojos bajo el agua la visibilidad será muy borrosa por el contacto directo de nuestros ojos
con el agua. Para ver adecuadamente tendremos que utilizar gafas o máscaras que interpongan un espacio de aire
entre nuestros ojos y el agua.
‰ Luminosidad: Bajo el agua la luz es absorbida, desviada y reflejada, perdiendo capacidad lumínica a medida que
aumenta la profundidad.
‰ Relajación-concentración: La tensión y el nerviosismo producen un mayor gasto energético.
‰ Uso de material: Siempre que sea posible procuraremos ir atados a una cuerda (línea de vida) que nos asegure el
regreso y la ayuda desde fuera. No obstante, este recurso debe permitirnos librarnos de el con facilidad.
‰ Establecer la zona de búsqueda: Antes de la inmersión debemos determinar las zonas de búsqueda. Para ello
podemos marcar las zonas mediante boyas. De esta manera cada buceador tendrá unos límites de movilidad.
‰ Sonidos: En el agua los sonidos se propagan mejor y a velocidad cinco veces mayor que en el aire, con lo que será
más fácil oírlos, aunque más difícil determinar su procedencia.

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‰ No remover el fondo: Aunque parezca algo absurdo para algunos y evidente para otros, en la aproximación, así
como en la búsqueda o rastreo de la víctima ahogada, debe hacerse de tal manera que no removamos demasiado el
fondo marino en caso de trabajar en espacios naturales abiertos, ya que si esto ocurre no podremos ver
absolutamente nada y el rescate se dificultaría.
‰ Descansos: Con dos T.S.A., mientras uno realiza la búsqueda el
otro descansará y así alternativamente, mientras que también puede
hacerse simultáneamente dividiéndonos la zona por sectores.
Asimismo, es preferible realizar más inmersiones y no realizar
menos de mayor duración temporal para evitar cansarnos.

En cuanto a la hora de iniciar el buceo, si estamos en


aproximación, para no perder tiempo, realizaremos lo que comúnmente
se conoce como picado o golpe de riñón, cogiendo aire antes de la
inmersión. El picado debemos hacerlo al menos dos metros antes de
llegar a la vertical de la víctima hundida para aprovechar la velocidad de
aproximación y acercarnos al sujeto en diagonal, optimizando el tiempo
Imagen 8.2.2.b: Picado para iniciar buceo tras fase de
aproximación a víctima
de aproximación.

8.2.3 Uso de material de rescate en la aproximación


Puede darse el caso de que durante la aproximación, o bien para el posterior remolque, tengamos que ayudarnos
de algún material auxiliar de rescate. En cada caso nuestro desplazamiento variará tanto en velocidad como en gesto.

‰ Tabla: Las condiciones hidrodinámicas que ofrecen las tablas permiten una mejora en la velocidad de desplazamiento
en el agua para entornos naturales por disponer de grandes distancias (playas, embalses, lagos, etc.). Técnicamente
podemos desplazarnos colocando nuestras rodillas sobre la tabla y propulsándonos con ambos brazos a la vez
(imagen 8.2.3.a), o bien tumbándonos encima de la tabla y propulsándonos con los brazos de manera alternativa y
con batida de pies al estilo crol (imagen 8.2.3.b). También podemos hacerlo colocándonos detrás de la tabla y
propulsándonos con batida de piernas, siempre y cuando mantengamos una posición de extensión.

Imagen 8.2.3.a: Aproximación en tabla con brazos a la vez Imagen 8.2.3.b: Aproximación entabla con brazos alternativos y batida de crol

‰ Aro salvavidas: Teniendo en cuenta que el objetivo de la


aproximación es llegar lo antes posible a la víctima, si
debemos transportar con nosotros un aro salvavidas
podemos hacerlo, previo a la toma de contacto, de tres
maneras diferentes:

ƒ Cogiéndolo con la mano: En el estilo crol, mientras el


brazo libre realiza los movimientos de propulsión en
coordinación con la batida de piernas, el brazo que
sujeta el aro salvavidas se mantiene en completa
Imagen 8.2.3.c: Aproximación con aro salvavidas cogiéndolo con la
mano extensión, colocando el aro perpendicular al agua y
agarrándolo en su parte inferior y en línea con nosotros
(imagen 8.2.3.c).

ƒ Cogiéndolo con el brazo: Igual que el anterior pero en este caso el brazo no va completamente extendido, sino
que sujeta el aro metiéndose de dentro a fuera y en contacto con nuestro costado. Será necesario una flexión de
codo para mantener el aro perpendicular al agua y en línea con nosotros (imagen 8.2.3.d).

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ƒ Empujándolo: En este caso alternaremos fases de brazadas y fases de empuje del aro con una mano y luego la
otra, o bien con ambas a la vez si la técnica de nado es la braza (imagen 8.2.3.e) entre las dos anteriores, esta
resulta la más cómoda de llevar.

Imagen 8.2.3.d: Aproximación con aro salvavidas Imagen 8.2.3.e: Aproximación con aro salvavidas
cogiéndolo con el brazo empujándolo

‰ Flopi o brazo de rescate y boya torpedo: En situaciones en las que haya demasiado oleaje o estemos muy
cansados en la aproximación, nos colocaremos el flopi debajo de nuestra cintura realizando brazadas de crol con
cabeza fuera para mantenernos a flote y avanzar (imagen 8.2.3.f). No obstante, si lo que pretendemos es ganar
velocidad de aproximación nos colocaremos la cuerda del flopi en bandolera y nadaremos a crol quedando el material
por detrás de nosotros (imagen 8.2.3.g). Cuidado con enredarnos la cuerda entre las piernas.

Imagen 8.2.3.f: Aproximación con flopi con material Imagen 8.2.3.g: Aproximación con flopi con material
debajo para mantenernos a flote detrás nuestra

‰ Aletas: Las aletas nos ofrecen ciertas ventajas:

ƒ Permite una mayor velocidad de desplazamiento gracias a que la


superficie plantar es mayor.
ƒ Permite realizar desplazamientos más largos, siendo útil para
entornos naturales.
ƒ Como la mayor propulsión es de piernas, utilizaremos los brazos
para mantener la posición hidrodinámica, equilibrar el cuerpo,
ayudar al rolido para la respiración y transportar material de
rescate.

Los aspectos técnicos de la batida son los mismos que con el crol,
Imagen 8.2.3.h: Aproximación con aletas
solo que la amplitud de la batida será menor y se nos contraerán más los
gemelos si no dejamos los tobillos y rodillas relajados y no realizamos el efecto latigazo. También podemos batir con la
técnica de mariposa.

‰ Moto acuática: Este material resulta imprescindible en entornos naturales con grandes distancias ya que la
aproximación al accidentado se hace de manera más rápida, pero sobretodo porque posibilita el inicio inmediato de
las técnicas de reanimación gracias al uso de la camilla hawaiana, aprovechando así un tiempo vital. Asimismo, llega
a lugares donde otras embarcaciones no pueden hacerlo gracias a su tamaño, maniobrabilidad e inexistencia de
hélice. Esto último evita el riesgo de las lesiones por corte que anteriormente sucedían por la hélice de las
neumáticas.

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Imagen 8.2.3.i: Aproximación con moto de agua y camilla Imagen 8.2.3.j: Aproximación con neumática
hawaiana

‰ Neumática: Cumple casi las mismas ventajas que las motos acuáticas, solo que una vez introducida la víctima en su
suelo podemos realizar las maniobras de reanimación en seco y con mayor espacio para trabajar.

En el desplazamiento, la colocación de los tripulantes debe ser procurando siempre una buena distribución de la
carga, con el patrón y el T.S.A. sentados en la parte superior del flotador lateral posterior y agarrados fuertemente a
los agarres de los laterales (asas y/o cuerda), con el cuerpo ligeramente inclinado hacia el interior y los pies con una
amplia base de sustentación para mantenernos equilibrados y estables ante cualquier movimiento brusco provocado
por la acción de las olas y las maniobras del patrón.

El patrón se colocará en la banda de babor a popa y al lado


de la caña del motor, sobre el flotador, mientras que el T.S.A. se
colocará en el lado contrario (estribor), ligeramente más a proa que
el patrón. No obstante, si navegamos con fuerte oleaje o viento, el
socorrista cambiará de posición y se colocará más a popa para
conseguir que la neumática no se eleve verticalmente. Si lo vemos
necesario, este también podrá ponerse de pie en la proa, agarrado
al cabo de proa, con los pies abiertos para conseguir mayor base de
sustentación y flexión de rodillas para mejorar la estabilidad
(imagen 8.2.3.j y k). El uso de escarpines mejorará el agarre a la
bañera de la embarcación.
Imagen 8.2.3.k: Aproximación con neumática con T.S.A. situado
en proa de pie

La labor del patrón consistirá en ajustar la velocidad a las condiciones del mar y viento. También debemos
cerciorarnos de que no haya materiales por medio que puedan hacernos daños (deben estar amarrados).

En la aproximación a una víctima con algún tipo de embarcación debemos tener en cuenta ciertos consejos
básicos:

‰ Al principio iremos con el viento de proa, y una vez lleguemos al destino nos colocaremos con el viento en
barlovento, dejando la víctima por sotavento, de manera que al estar parados sea el propio viento quien nos
aproxime a ella. Es en este momento cuando le lanzaremos a la o las víctimas el material de rescate. Si por el motivo
que fuera la víctima no lograra hacerse con el material (incluso tras varios intentos), será el T.S.A. quien se lanzará
al agua para controlar a la víctima, o bien se acercará la embarcación para que la víctima pueda asirse a ella.

‰ Si existiera fuerte viento u oleaje durante el rescate, la embarcación se mantendrá proada a las olas o al viento con
cuidado de no ladearse. El T.S.A. se lanzará al agua para controlar a la víctima y, si es posible, atado con algún cabo
a la embarcación de manera que una vez esté la víctima y el junto poder arrastrar a ambos hacia un lugar más
seguro para la subida.

En resumen, siempre hemos de procurar contar con material de rescate, ya que en condiciones normales
mejorarán la eficacia del rescate al reducirse el gasto energético para mantener a flote a la víctima y a nosotros mismos,
así como beneficiarán la aproximación y el remolque.

Asimismo, no debemos olvidarnos de la importancia de dosificar nuestro esfuerzo a la hora de desplazarnos en el


medio acuático, ya que los primeros auxilios se inician una vez que llegamos a la víctima. Una aproximación impulsiva y
de gran desgaste energético supondrá un riesgo para la víctima y, sobretodo, para nosotros mismos.

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8.3 LA FLOTACIÓN EN EL RESCATE ACUÁTICO


Según el diccionario de la Real Academia Española, flotar es sostenerse en la superficie de un líquido. Más
coloquialmente, como el equilibrio de fuerzas que permite mantener un cuerpo sobre el agua y sin hundirse. No obstante,
esta definición se podría mejorar si recurrimos al principio de Arquímedes.

Este principio establece que cuando un cuerpo está total o parcialmente sumergido en un líquido en reposo
experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del volumen del líquido desalojado. Por lo tanto, si un cuerpo tiene una
densidad relativa menor que 1, flotará, ya que el peso del objeto es menor que el agua desplazada.

El cuerpo humano puede alterar su densidad en función a la cantidad de aire que albergue en sus pulmones,
permitiendo que el peso del volumen de agua desalojada aumente o disminuya en relación al peso del cuerpo en su
conjunto. Cuando inspiramos, el peso del cuerpo suele ser menor que 1, con lo que flotará, mientras que cuando
espiramos suele ser mayor que 1, con lo que no flotará.

Siguiendo el principio de Arquímedes, sobre un cuerpo sumergido actúan dos fuerzas: la fuerza de la gravedad o
peso y la fuerza de flotación, empuje o fuerza ascensional.

El punto de aplicación de estas dos fuerzas sobre el cuerpo humano es distinto debido al reparto heterogéneo de
masas. Así, en posición horizontal, el punto de aplicación del centro de gravedad se sitúa más bajo que el punto de
aplicación del centro de flotación.

Teniéndose en cuenta esto, podemos concluir que, desde un punto de vista biomecánico (Gutiérrez Dávila,
1998), la condición indispensable para que un cuerpo se encuentre en equilibrio es:

‰ Que la resultante de las fuerzas externas aplicada sea igual a cero, es decir, que el empuje sea igual al peso (∑F =
0).
‰ Que la resultando de los momentos de fuerza (efecto de una fuerza que produce una rotación de un objeto sobre un
eje determinado) sean igual cero, es decir, que el empuje y el peso tenga la misma línea de aplicación, ya que de lo
contrario se produciría un movimiento rotatorio en el que se hundiría la parte más pesada, generalmente las piernas,
hasta que el centro de gravedad y el centro de flotación se hallen en la vertical (∑Γ = 0)).

Así, siempre que se den estas dos situaciones nuestro cuerpo estará en equilibrio.

8.3.1 Factores que influyen en la flotación


Todas las personas flotan en mayor o menor medida, y ello dependerá de ciertos factures, destacando por
ejemplo los siguientes:

‰ La cantidad de grasa corporal: Los individuos con preponderancia de grasa, flotarán mejor que aquellos que no
acumulan tejido adiposo en exceso.

Esta cantidad de grasa determinará el somatotipo de la persona, entendiendo este concepto como un sistema de
medición antropométrica diseñado para determinar de manera cuantitativa la composición corporal de un individuo.
Así, existen tres somatotipos:

ƒ Mesomorfo: personas que poseen grandes masas


músculo-esqueléticas (típico de atletas).

ƒ Endomorfo: personas que poseen preponderancia de


grasa y caracterizados por tener un abdomen
protuberante, un pecho relativamente más pequeño y
unas extremidades relativamente cortas.

ƒ Ectomorfo: personas comúnmente altas, delgadas y con


reducida grasa corporal. Poseen extremidades largas,
tronco corto, poco desarrollo músculo-esquelético y un
metabolismo rápido.

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Con todo, decir que una persona de somatotipo endomorfo, al poseer un mayor volumen de tejido graso flotará
mejor que una persona de somatotipo mesomorfo o ectomorfo. Asimismo, una persona ectomórfica tendrá mayor
dificultad para flotar ya que carece de grasa corporal y posee un mayor volumen óseo.

‰ El volumen de aire que contengamos en nuestros pulmones: En inspiración contendremos mayor cantidad de
aire en nuestros pulmones, con lo que nuestra densidad diminuirá.

‰ El sexo: La grasa flota sobre el agua, tal y como podemos observar si echamos un poco de aceite en un vaso de
agua, donde este se mantendrá en la parte superior del mismo. Así, las mujeres tienen un porcentaje de agua y de
tejido graso acumulado de manera natural en los pechos, brazos, glúteos y parte externa de los muslos y en las
caderas superior al del sexo masculino. Con ello, tiene muy repartido el tejido graso en el cuerpo, siendo estos los
motivos por los que, de una manera generalizada, las mujeres flotan más que los hombres en el agua.

Por otra parte, los hombres tienen un porcentaje de peso en músculos y huesos superior al de las mujeres,
siendo estos materiales causantes de la menor capacidad de flotación en el agua. Asimismo, el reparto de grasa de
los hombres es más desigual al tenerlo acumulado principalmente en el tórax y el vientre.

‰ La edad: La escasez de tejido graso en las personas de menor edad sumado al mayor peso de las piernas por la
musculatura provoca que las personas de corta edad tengan mayor dificultad a la hora de flotar en posición horizontal
en el agua.

‰ La raza: En igualdad de condiciones de edad y sexo, las personas de la raza negra tienen mayor cantidad de masa
ósea y de volumen muscular que los de raza blanca o amarilla, con lo que tendrán una dificultad mayor de mantener
a flote. De hecho, tal y como podemos observar, no existen prácticamente nadadores de raza negra en competición
de alto nivel.

‰ La densidad del agua: Una sustancia flotará sobre otra si su densidad es menor (p.e.: la madera flota sobre el
agua y el plomo no, ya que el plomo posee mayor densidad que el agua mientras que la densidad de la madera es
menor; sin embargo, ambas sustancias se hundirán en la gasolina, la cual tiene una densidad más baja).

Así, para que una persona pueda flotar en el medio acuático debemos saber cuál es la densidad del agua y cuál
es la densidad de la persona. Sin embargo, existes valores medios en los que se puede afirma que los seres humanos
flotan, tal y como podemos observar en la siguiente tabla.

FLOTABILIDAD SUSTANCIA MATERIA DENSIDAD (kg/m3)


Aire 1,3
Gasolina 680
FLOTA SOBRE Madera 900
EL AGUA Hielo 920
Aceite 920
Cuerpo humano 950
Agua dulce 1000
Agua salada 1027
NO FLOTA SOBRE
Acero 7800
EL AGUA
Plomo 11300
Mercurio 13600

Así, si la densidad del agua dulce es de 1000 Kg/m3 y la del cuerpo es de 950, el cuerpo humano podrá flotar
con facilidad sobre el agua. Por otra parte, el agua del mar contiene otros compuestos, lo cual provoca que ésta sea
más densa (1027 Kg/m3), con lo que el flotar será aún más fácil que en una piscina o en un río.

Otro factor que puede alterar la densidad del agua es su temperatura, estableciéndose que cuanto más fría esté
el agua, más densa será y, como consecuencia, mejor se flotará.

‰ El centro de gravedad corporal: El centro de gravedad no es un punto fijo en el cuerpo, sino que varia de una
persona a otra dependiendo de su constitución física, edad y sexo, pero también dependiendo de la disposición de sus
segmentos corporales. Así, si la proyección del centro de gravedad cae dentro de la base de sustentación del sujeto,
se puede decir que el cuerpo está en equilibrio, pero cuando este centro de gravedad no cae dentro de la base,
perderemos el equilibrio.

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Como las mujeres tienen un reparto más equitativo de su tejido graso, su centro de gravedad estará más
centralizado que el de los hombres, y por lo tanto, flotarán con mayor facilidad.

8.3.2 Tipos de flotación


Podemos distinguir dos tipos de flotación: la dinámica y la estática, señalando que la primera se produce durante
el desplazamiento en el agua o cuando intentamos mantenernos a flote mediante movimientos de piernas y brazos,
mientras que la segunda se da cuando no existen movimiento alguno.

Se suele cometer el error de pensar que cuando se habla de flotación se está haciendo referencia únicamente al
equilibrio que se es capaz de alcanzar en el medio acuático desde una posición estática. La flotación va más allá y se
convierte en el equilibrio que capacita al individuo para desplazarse o permanecer inmóvil en el agua.

En el caso concreto de flotación como equilibrio que garantiza los desplazamientos en el agua hay que mencionar
que este en un proceso complejo dentro de un sistema de equilibración constante equivalente al que el cuerpo realiza
sobre suelo firme en el proceso de caminar o correr.

Dentro del marco del salvamento acuático diferenciamos tres tipos de flotación: estática, dinámica e indirecta.

‰ Estática: Aquella que se consigue sin realizar ningún tipo de


movimiento ni fuerza ya que se basa en el control y dominio del
cuerpo del propio sujeto. Se aplica principalmente para el descanso
ya que el consumo de energías es mínimo. Existen tres formas
básicas para conseguir mantener la flotación estática:

ƒ En vertical, adoptando una posición de pie dentro del agua


donde, con la cabeza inclinada hacia atrás y arqueando la
espalda, se garantice que la cara permanezca fuera del agua.
ƒ En oblicuo, flexionando o no las piernas (imagen 8.3.2.a).
ƒ En horizontal, con el cuerpo totalmente extendido, incluidas las
piernas. Imagen 8.3.2.a: Flotación estática oblicua

‰ Dinámica: Aquella que se logra mediante la aplicación de fuerza


sobre el agua por medio de los movimientos de las piernas y
brazos principalmente. Nos permitirá:

ƒ Visualizar mejor la situación de peligro y las condiciones del


entorno.
ƒ Pedir ayuda siempre y cuando sea necesario.
ƒ Mantenernos a distancia de la persona que se está
ahogando y controlarla mejor hasta que ésta se calme para
así evitar que nos agarre y dificulte nuestro rescate.

Existen tres formas para mantener la flotación dinámica: Imagen 8.3.2.b: Visualización de la zona de peligro mientras
flotamos

ƒ Flotación con el tren superior: Se realiza por medio de


movimientos ondulatorios y laterales (natación sincronizada),
garantizándose el mantenimiento de posiciones verticales,
oblicuas u horizontales con la proyección de la fuerza ejercida
por medio de nuestros brazos, antebrazos, muñecas y manos.

ƒ Flotación con el tren inferior: Se realiza utilizando la patada


de braza, patada de waterpolo, o bien con movimientos
alternativos de bicicleta. Este tipo de flotación se utilizará
principalmente durante la fase de aproximación y remolque de
accidentados de columna, con lo que su importancia es
fundamental. Imagen 8.3.2.c: Flotación con el tren inferior y superior

ƒ Flotación con el tren inferior y superior: Es una combinación de las dos anteriores, consiguiendo incluso
poder elevarnos de la superficie del agua (waterpolo) (imagen 8.3.2.c).

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‰ Indirecta: Aquella flotación que se consigue por medio del uso de ciertos materiales (chalecos salvavidas, aros
salvavidas, flopi, boya torpedo, flotadores, balones, maderas, bidones, neumáticos, la propia ropa, etc.).

Imagen 8.3.2.d: Aro salvavidas para la flotación Imagen 8.3.2.e: Utilización de un pantalón como material
para la flotación

Se distinguen entre aquellos objetos que están diseñados específicamente para el salvamento acuático, y
aquellos otros que por su gran flotabilidad y cercanía pueden adquirir la función de salvavidas. Estos materiales se
denominan “materiales de fortuna” (balones, maderas, colchonetas, ropa, corcheras, etc.).

El uso de la ropa como elemento de flotación y remolque podremos verlo más desarrollado en el capítulo
10.2.1.

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CAPÍTULO 9
¿Cómo controlar y soltarse de una víctima
en el agua?

OBJETIVOS

‰ Controlar a una víctima.


‰ Saber zafarse de una víctima en el medio
acuático.
CONTENIDOS

‰ Técnicas de zafaduras.

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9. ¿CÓMO CONTROLAR Y SOLTARSE DE UNA VÍCTIMA EN


EL AGUA?
Por lo general, cualquier persona que crea que se encuentra en una situación de peligro adquiere un
comportamiento instintivo de supervivencia: deseo de salvarse y de agarrarse a algo seguro (rocas, embarcación o el
propio T.S.A.). En esta situación, el miedo, la ansiedad, el estrés…, le hacen disminuir su capacidad de razonar y su
fuerza se ve incrementada gracias a la segregación de la hormona adrenalina y al mayor aporte de sangre a los músculos
por la acción del Sistema Nervioso Simpático sobre el Parasimpático.

Asimismo, ante el peligro de ahogamiento, sus movimientos se vuelven desesperados, descontrolados y


asimétricos, y pueden llegar a golpearnos involuntariamente y, por lo tanto, hacer peligrar la integridad física del
socorrista, de ahí a que el primer contacto del rescate sea una de las partes más delicadas del rescate (Arenillas, 1990).

Por ello, antes de cualquier contacto directo con la víctima


hemos de considerar ciertos aspectos:

‰ Desde cierta distancia (1 ó 2 metros), hay que tranquilizarla


informándole cuidadosamente de lo que vamos a hacer para
rescatarla, haciéndola ver que somos los profesionales
formados que esperaba y actuando con seguridad. Durante
este tiempo también aprovecharemos para recuperar la
respiración tras la aproximación, ya que aunque hayamos
dosificado el esfuerzo nunca está de más descansar unos
instantes si la situación lo permite. Imagen 9.a: Recuperación del esfuerzo realizado tras la
aproximación a la víctima sin dejar de controlarla visualmente

‰ Si la víctima se nos abalanza sin antes haberse tranquilizado


debemos alejarnos lo más rápidamente posible. Para ello
utilizaremos la técnica de nado de braza invertida para nunca
perder el control visual (imagen 9.a). No obstante, la técnica
que utilicemos dependerá de nuestra destreza, pudiendo coger
aquella que más nos interese.

‰ Si contamos con material auxiliar de rescate, interponerlo entre


la víctima y nosotros para que esta pueda agarrarse y comenzar
a calmarse (imagen 9.b). En este caso podremos fiarnos mucho
más ya que la víctima, al estar agarrada a algo flotante, se
Imagen 9.b: Interponer el flopi entre el T.S.A. y la víctima para calmará más rápidamente y nuestra actuación será más segura.
que esta se agarre y se tranquilice por si sola

ƒ En los casos en los que no nos de tiempo alejarnos de la


víctima aplicaremos técnicas de bloqueo, pudiendo diferenciar
tres tipos:

ƒ Bloqueo con material: Golpear su pecho con un golpe


seco y rápido (imagen 9.c) a la vez que nos alejamos.
ƒ Bloqueo con tren superior: Utilizaremos nuestro propio
brazo para separarnos (imagen 9.d) pero con cuidado de
no hacerle daño o que nos agarre.
ƒ Bloqueo con tren inferior: Igual que el anterior pero
utilizando nuestro pie para el bloqueo y alejarnos (imagen Imagen 9.c: Técnica de bloqueo utilizando una tabla para golpear el
9.e). Apoyaremos el pie sobre el pecho y empujaremos pecho de la víctima y evitar que nos atrape

hacia el lado contrario.

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Imagen 9.d: Técnica de bloque utilizando el brazo para golpear el Imagen 9.e: Técnica de bloque utilizando la pierna para
pecho de la víctima y alejarnos de ella para evitar que nos atrape apoyar el pie sobre el pecho de la víctima para empujarnos
en sentido contrario y evitar que nos atrape

En los casos en los que sea completamente necesario controlar a la víctima consciente sin antes haberla relajado
(p.e.: si viene una embarcación o una ola grande), podemos sorprender a la víctima mediante dos técnicas diferentes,
ambas con el objetivo de aparecer por su espalda:

ƒ Dos metros antes del contacto nos


sumergiremos con golpe de riñón (imagen 9.f) y
a partir de ahí realizar el remolque directo
(capítulo 10). Si vemos que la víctima se gira
180º en el eje longitudinal, cuando estemos
debajo de ella aprovecharemos para agarrarle
los pies y girar su cuerpo para así
encontrárnosla de espalda. No obstante, para
ambas situaciones hemos de tener cuidado de
no recibir ninguna patada que pudiera dejarnos
Secuencia 9.a: Aproximación, apnea y salida por la espalda de la víctima para el control
sin consciencia. y el remolque
ƒ Rodearla rápidamente a una distancia prudencial.

Si aún con todo el T.S.A. comete un error al acercarse demasiado a la víctima o bien esta nos sorprende y nos
agarra (desde mi punto de vista “la caga”), tendremos la obligación de aplicar las técnicas de zafaduras, que son técnicas
basadas en el judo y la defensa personal adaptadas al medio acuático que permiten al T.S.A. soltarse de la víctima en
caso de agarre sin llegar a utilizar la violencia. Estas técnicas pueden llegar a salvarnos la vida, de ahí la necesidad de
conocerlas y dominarlas.

9.1 TIPOS DE ZAFADURAS


Podemos diferenciar varias técnicas de
zafaduras según el lugar por donde nos agarren. Las
más intuitivas y fáciles de ejecutar son las que a
continuación se presentan, siendo válidas otras muchas
técnicas que aparecen en la bibliografía:

9.1.1 Para agarres de frente


por cabeza y cuello
Si la víctima agarra al T.S.A. de frente con
ambas manos por el cuello, la cabeza o incluso el pelo,
la zafadura se aplica colocando una de nuestras manos
sobre el codo contrario con el pulgar por dentro y la
otra mano sobre su muñeca para a partir de ahí soltar
el agarre mediante una elevación del miembro superior
y llevando el brazo de la víctima hacia su espalda con
una flexión de codo para realizar el posterior remolque
Secuencia 9.1.1.a: Zafadura para agarres de frente por cabeza y cuello
(capítulo 10).

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9.1.2 Para agarres por el pecho con brazos apresados


Si la víctima nos atrapa con sus dos brazos
agarrados a nuestro cuerpo y además tenemos los
brazos apresados (imagen 9.1.2.a), para salir de este
agarre anclaremos nuestras manos en los costados del
accidentado para desde esta posición hacer palanca
hacia arriba y hundirnos al mismo tiempo que nos
echamos hacia atrás para separarnos. Tendremos que
tener cuidado de los movimientos de piernas de la
víctima ya que pueden golpearnos y dejarnos
inconscientes.

Secuencia 9.1.2.a: Zafadura para agarres por el pecho con brazos apresados

9.1.3 Para agarres por el pecho con brazos libres


Si la víctima nos atrapa igual que
antes pero en esta ocasión tenemos los
brazos libres (imagen 9.1.3.a), la zafadura se
aplica colocando uno o los dos brazos entre el
pecho de la víctima y el nuestro a la altura
del esternón y, desde esta posición, aplicar
fuerza hacia la víctima para empujarla hacia
atrás y poder zafarnos de el. No obstante,
también podemos ayudarnos en el empuje de
la pierna apoyándola sobre el pecho o el
hombro del accidentado. Secuencia 9.1.3.a: Zafadura para agarres por el pecho con brazos libres

9.1.4 Para agarres por las manos o muñecas


Si la víctima agarra nuestras manos o muñecas, la zafadura se realiza aplicando con fuerza y rapidez un giro
hacia fuera o hacia dentro de las muñecas y antebrazos, de manera tal que permita zafarnos de la presión de la víctima
(pasos 9.1.4.a y b).

Paso 9.1.4.a: Zafadura para agarre por las manos o Paso 9.1.4.b: Zafadura para agarre por las manos o
muñecas muñecas

9.1.5 Para agarres por la espalda


Si la víctima agarra al T.S.A. por la espalda, la zafadura consiste en coger una de las muñecas del sujeto con
nuestra mano contraria y al mismo tiempo que la giramos hacia dentro nos hundimos para pasar por debajo el brazo
correspondiente y colocarnos a la espalda del accidentado sin soltar la muñeca (secuencia 9.1.5.a). A partir de ahí realizar
el remolque que corresponda.

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Secuencia 9.1.5.a: Zafaduras para agarres por la espalda

9.1.6 Zafadura universal


Si vemos que no podemos llevar a cabo las zafaduras
anteriores por cansancio o por diferencias de fuerza entre la víctima y
el T.S.A. aplicaremos la zafadura universal, que consiste en tomar
aire, hundirse y aguantar un tiempo en apnea para que la víctima
sienta que a lo que se ha agarrado no le vale y por instinto de
supervivencia tenderá a soltarnos.

Muchos autores consideran como válida únicamente esta


técnica ya que elimina cualquier posibilidad de lesión al accidentado al
no existir ningún tipo de forcejeo entre ambos. Sin embargo, es
conveniente conocer el resto para tener un mayor abanico de
recursos.

Hay que tener especial atención en dos casos:


Secuencia 9.1.6.a: Zafadura universal

‰ Si en la aproximación a la víctima o en el forcejeo de la zafadura hemos realizado un sobreesfuerzo, nuestra


capacidad de apnea se verá disminuida notablemente.
‰ Si tenemos un chaleco salvavidas esta técnica resulta imposible ya que la flotación del material nos impedirá el
hundimiento.

En definitiva, existen otras muchas más técnicas de zafaduras, y en función a la zona por la que nos agarre
podemos aplicar combinaciones de técnicas. Lo importante es conocer al menos varias de ellas para poder aplicar la que
más me interese en cada momento. Recuerda que el saber no ocupa lugar.

Y para terminar, dejar claro que nunca debemos utilizar la violencia para zafarnos ante una situación de
emergencia (dar un puñetazo, codazo, etc.). Debemos ser profesionales y saber aplicar con garantías la técnica
apropiada.

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CAPÍTULO 10
¿Cómo remolcar a una víctima en el agua?

OBJETIVOS

‰ Utilizar las técnicas de remolque acuático


para cada situación.
CONTENIDOS

‰ Técnicas de remolque directo e indirecto.

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10. ¿CÓMO REMOLCAR A UNA VÍCTIMA EN EL AGUA?


Consideraremos el remolque acuático como el traslado de manera controlada y eficiente de una persona que ha
sufrido un accidente acuático desde el lugar donde nos lo encontramos hasta otro seguro (orilla, borde o embarcación).

Podemos diferenciar diversas técnicas de remolque, y su elección dependerá de ciertos aspectos:

‰ El nivel de destreza del T.S.A.: Una vez conocidas y practicadas todas las técnicas, será el T.S.A. quien elegirá
aquella que más le interese y mejor se adapte a sus propias posibilidades y limitaciones físicas y técnicas.

‰ La distancia a recorrer: Este factor influirá en la elección de la técnica ya que cada una tiene un gasto energético
diferente (p.e.: no es lo mismo recorrer 100 metros con una técnica cuerpo a cuerpo que con material auxiliar).

‰ Situación: La técnica de remolque a elegir dependerá de si la víctima está consciente, inconsciente, tranquila,
nerviosa, edad, si tiene o no lesión vertebral, amputación de algún miembro, si es necesario remolcarla
urgentemente por algún indicio de peligro o no hay prisa, etc.

‰ El material de salvamento que dispongamos: La técnica de remolque será diferente en función al material
auxiliar con el que contemos (tabla de salvamento, moto acuática, neumática, aro salvavidas, flopi, etc.).

‰ La técnica de zafadura empleada: Una zafadura de agarre por la espalda nos coloca en la posición inicial previa
para realizar un remolque cuerpo a cuerpo con un brazo libre y a la espalda. Ocurre lo mismo con la zafadura de
agarre por cabeza y cuello (capítulo 9.1).

No obstante, un T.S.A. puede variar la técnica de remolque que esté aplicando durante el rescate si las
circunstancias así se lo aconsejan. Si esto sucede, tendremos que tener en cuenta cuatro premisas básicas:

‰ No perder el contacto físico con el accidentado, en caso de remolque cuerpo a cuerpo, ni el contacto visual en caso de
remolque con material auxiliar.
‰ Buscar la continuidad y no hacer el cambio bruscamente.
‰ Avisar del cambio para que se espere la modificación en la posición.

Podemos diferenciar dos grupos de técnicas de remolque: cuerpo a cuerpo o directas y con material de rescate o
indirectas. En todos los casos, debemos tener en cuenta la posición que adopta la víctima durante el remolque, ya que
puede suponer una mayor o menor resistencia al avance.

10.1 TÉCNICAS DE REMOLQUE DIRECTO


Son remolques en los que hay un contacto directo entre la víctima y el T.S.A., de ahí a que también se conozcan
como técnicas de remolque cuerpo a cuerpo. Pueden llegar a ser peligrosas para la integridad física del socorrista, y por lo
tanto su aplicación se verá reducida en los siguientes casos:

‰ Cuando la víctima haya perdido el conocimiento, ya que no peligrará nuestra integridad ni habrá forcejeo.
‰ Cuando no dispongamos de ningún material auxiliar, inclusive ropa.
‰ Cuando la víctima rehuye del material auxiliar que le prestamos por fobia o desconfianza.
‰ Cuando la víctima está consciente pero se mantiene en calma, muy dado en los casos de personas que han sufrido
algún tirón muscular o que están muy cansadas pero que saben nadar correctamente.

Dentro de las diferentes técnicas de remolque cuerpo a cuerpo destacamos las siguientes:

REM. DIRECTO AGARRE REM. DIRECTO AGARRE


Nuca-frente
CON DOBLE AGARRE Los dos brazos a la espalda
Axilas y doble mentón CON CONTROL TOTAL
Nuca Control de la cabeza
Pecho Un T.S.A. para dos víctimas
CON UN BRAZO LIBRE
Brazo a la espalda OTRAS TÉCNICAS Nadador cansado
Mentón simple Dos T.S.A. para una víctima

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10.1.1 Con doble agarre


‰ Nuca-frente: El doble agarre nuca-frente consiste en controlar a la
víctima colocando una de nuestras manos en su nuca con la palma de
la mano hacia arriba y la otra en la frente para favorecer la
hiperextensión del cuello.

Es aplicable a sujetos inconscientes o con paradas respiratorias,


y nunca se debe aplicar con sujetos en los que prevea alguna lesión
de carácter cervical o dorsal.

‰ Axilas y doble mentón: El doble agarre por axilas consiste en


Imagen 10.1.1.a: Remolque directo con doble agarre nuca-
controlar al sujeto cogiéndolo por las axilas y por debajo. El doble frete
mentón será igual pero por la parte lateral de sus mentones.

Es aplicable a sujetos tranquilos y con entorno de olas y nunca lo


aplicaremos en sujetos en los que se prevea alguna lesión en los
miembros superiores (hombros y brazos).

Ambas técnicas se caracterizan por los siguientes aspectos


técnicos:

‰ Las caderas, piernas y pies se hunden aún más, aumentando la


resistencia al avance.
‰ Nos colocamos en posición dorsal para el agarre de la víctima con
nuestras manos, mientras que será el tren inferior del cuerpo el que
propulsa, sobretodo a nivel de rodillas y tobillos, mediante a una Imagen 10.1.1.b: Remolque directo con doble agarre axilar

patada de braza dorsal, semilateral o invertida.


‰ Si bien en la patada del estilo braza el ángulo formado entre cadera y muslo es de unos 125º aproximadamente, en
el remolque este ángulo se ve reducido para evitar que las rodillas salgan del agua.
‰ Hay que girar la cabeza continuamente para ver el punto de destino y las condiciones del entorno.

10.1.2. Con un brazo libre


‰ Nuca: El agarre de nuca con un brazo libre consiste en controlar al
sujeto colocando una de nuestras manos en su nuca con la palma de
la mano hacia arriba, igual que en el doble agarre nuca-frente, con la
diferencia de que la propulsión la conseguimos por medio de la mano
que queda libre así como con una patada de braza dorsal o
semilateral.

Es aplicable a sujetos inconscientes, tranquilos o en entornos con


olas, y nunca la aplicaremos en sujetos en los que se prevea alguna
Imagen 10.1.2.a: Remolque directo con un brazo libre con
agarre por nuca lesión de carácter cervical o dorsal.

‰ Pecho: El agarre por el pecho con un brazo libre consiste en


controlar al sujeto sujetándole desde el lateral y pasando nuestros
brazos por debajo de su brazo y por encima del pecho hasta llegar a
la parte externa del brazo contrario para sujetarnos a el. La
propulsión es la misma que con el agarre nuca con un brazo libre.

Es aplicable a sujetos inconscientes, tranquilos o en entornos con


olas. Debemos evitar que cuando crucemos el brazo por delante del
pecho ahoguemos el cuello de la víctima ya que podemos hacerle
daño y ponerla nerviosa.

Imagen 10.1.2.b: Remolque directo con un brazo libre con


agarre por pecho

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‰ Brazo a la espalda: El agarre con un brazo a la espalda y el otro


libre consiste en controlar al sujeto sujetándole una de sus muñecas
en su espalda, a la altura de las escápulas, gracias a una flexión
completa de codo. La propulsión es la misma que con el agarre nuca
con un brazo libre.

Es aplicable a sujetos tranquilos, y nunca lo aplicaremos en


sujetos en los que prevea alguna lesión de en los miembros
superiores (hombros, brazos, antebrazos y muñecas).

‰ Mentón simple: El agarre mentón simple con un brazo libre consiste


Imagen 10.1.2.c: Remolque directo con un libre con un en agarrar a la víctima con la mano por el mentón propiamente
brazo a la espalda dicho. Hemos de procurar no pegar jalones para evitar lesionar las
cervicales, así como no bajar mucho el brazo ya que podríamos dañar
la tráquea.

Todas estas técnicas se caracterizan por los siguientes aspectos


técnicos:

‰ Tenemos un brazo libre para la propulsión, con lo que la coordinación


brazo-pierna es importante.
‰ El recobro o extensión del brazo hacia delante puede hacerse aéreo o
Imagen 10.1.2.d: Remolque directo con un brazo libre con subacuático, aunque este último es el más recomendado al requerir
agarre por mentón
un menor esfuerzo físico en el movimiento.
‰ Hay que girar la cabeza continuamente para ver el punto de destino y las condiciones del entorno.
‰ Con grandes distancias interesa realizar una brazada larga en la que el recobro finalice con la extensión completa del
brazo, mientras que en distancias cortas interesa una braza corta, más rápida y con una mayor frecuencia tanto de
patada como de brazada.
‰ También podría realizarse aquí una patada no de braza sino de tijera, que no es más que una patada de braza
combinada con espalda.

Existen otras muchas técnicas de remolque, como la del martillo abajo o martillo arriba, pero no las
desarrollaremos ya que son técnicas que pueden hacerle daño a la víctima y, sobretodo, requieren de un gran esfuerzo
físico por parte del T.S.A., además de que con las ya vistas es suficiente para realizar remolques adecuadamente.

10.1.3 Con control total


‰ Los dos brazos a la espalda: El control total con agarre con los dos brazos a la espalda consiste en controlar al
sujeto sujetándole ambos brazos por detrás de su espalda con uno de nuestros brazos (imagen 10.1.3.a). La
propulsión es la misma que con el agarre nuca con un brazo libre.

También puede darse el caso de que el agarre lo hagamos con los dos brazos, en cuyo caso sujetaremos ambos
brazos por detrás de su espalda con nuestros dos brazos hasta llegar a enlazar ambas muñecas para asegurar el
control al máximo (imagen 10.1.3.b). Nos propulsaremos por medio de una patada de braza dorsal o semilateral.

Imagen 10.1.3.a: Remolque directo con control Imagen 10.1.3.b: Remolque directo con control total con los
total con los dos brazos a la espalda dos brazos apresados a la espalda

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‰ Control de cabeza: El control total por agarre de cabeza consiste en


pasar nuestros brazos por debajo de sus axilas y flexionando los
codos para que con las manos podamos controlar la cabeza. Esta
será la técnica de la pinza lateral, y también se utilizará esta técnica
en una de las fases de la extracción de accidentados de columna
(capítulo 12) (imagen 10.1.3.c).

Las dos técnicas anteriores se aplicarán a sujetos intranquilos, y


nunca lo aplicaremos en sujetos en los que se prevea alguna lesión en los
miembros superiores (hombros, brazos y antebrazos).

Imagen 10.1.3.c: Remolque directo con control total de la


10.1.4 Otras técnicas cabeza

‰ Un T.S.A. para dos víctimas: Se trata de realizar la técnica de


agarre nuca con ambos brazos, uno a cada víctima, eliminando el
brazo libre, de manera que la propulsión se hará únicamente con
patada de braza invertida.

Es aplicable a sujetos tranquilos y con niños pequeños.

‰ Nadador cansado: Existen tres opciones:

ƒ El T.S.A. se desplaza al estilo braza pero sin hundir la cabeza,


con la víctima por debajo y de frente a el, con sus manos Imagen 10.1.4.a: Remolque directo de un T.S.A. para dos
agarradas a nuestros hombros para descansar y la cadera a la víctimas

altura de nuestra cabeza (imagen 10.1.4.b). Tendremos que abrir más las piernas durante la patada para no
golpearnos con la víctima.
ƒ Igual que la técnica anterior pero en esta ocasión la víctima va de espaldas al T.S.A. (pecho con espalda) y no de
frente. No obstante, esta técnica presenta el inconveniente de perder a la víctima de vista.
ƒ Que la víctima coloque sus pies encima de nuestros hombros y desde una posición totalmente horizontal para
descansar mientras nos desplazamos a braza sin hundir la cabeza (imagen 10.1.4.c).

Imagen 10.1.4.b: Remolque directo para nadador cansado Imagen 10.1.4.c: Remolque directo para nadador cansado

Es aplicable a sujetos que saben nadar, pero que por alguna circunstancia no pueden regresar (lesión, cansancio,
etc.), así como con sujetos tranquilos y niños pequeños. Nunca debemos confiarnos mucho de esta técnica ya que el
accidentado puede ponerse nervioso y agarrarnos, de ahí la continua comunicación entre ambos.

‰ Dos T.S.A. para una víctima: Pueden darse dos opciones:

ƒ Los dos T.S.A. en posición prona, uno delante y el otro detrás, con nado a braza mientras que la víctima se
encuentra entre ambos, dejando caer sus manos sobre los hombros del T.S.A. de delante y los pies sobre los
hombros del T.S.A. de detrás (imagen 10.1.4.d).
ƒ Los dos T.S.A. se colocan a los laterales de la víctima para el nado de braza lateral con una sola mano mientras
la víctima se encuentra en tendido supino. El T.S.A. y la víctima entrelazarán sus brazos proximales para el
agarre. Podrán colocarse en tendido prono o supino (imagen 10.1.4.e).

Ambas son aplicables a cualquier accidentado. Se requiere por parte de ambos T.S.A. una gran coordinación en
los movimientos para que no resulte un avance descontrolado y a tirones.

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Imagen 10.1.4.d: Remolque directo de dos T.S.A. para una Imagen 10.1.4.e: Remolque directo de dos T.S.A. para una
víctima víctima

10.2 TÉCNICAS DE REMOLQUE INDIRECTO


Son aquellos remolques en los que se utiliza material auxiliar. Tienes ciertas ventajes con respecto al remolque
cuerpo a cuerpo, destacando las siguientes:

‰ Nos permiten interponer el material entre nosotros y la víctima antes del contacto directo (capítulo 9), con lo cual el
riesgo de agarre de la víctima es menor.
‰ Permite una mayor velocidad en el remolque, y además reduce el gasto energético para ello.
‰ Puede usarse para llevar a cabo la respiración artificial dentro del agua intercalando fases de propulsión con otras
para insuflaciones (capítulo 13).
‰ No ayuda a mantenernos a flote sin apenas gasto energético, y además facilita el descanso tanto del accidentado
como de nosotros mismos gracias a su carácter de flotación.
‰ Permite poder llevar otros materiales de primeros auxilios (sobretodo con tablas de rescate y embarcaciones).
‰ Si la situación es con accidentado consciente, podemos lanzarlo cerca de la víctima, con cuidado de no golpearle con
el material, y desde nuestra posición y tras el agarre, tirar del material para remolcarlo a zona segura. Para ejecutar
esta acción tendremos que mantener una posición equilibrada, sujetando el material con la mano dominante y con la
mano no dominante mantener el cabo para que no se nos escape. El lanzamiento, sobretodo para flotador salvavidas,
se realizará con un giro de cintura.

No obstante, el material auxiliar de rescate no siempre es imprescindible, depende de cada situación. Aún así,
hemos de conocer y experimentar con cada uno de ellos para que, en situación de emergencia, podamos sacarle el
máximo provecho y el salvamento se consiga con la mayor eficiencia posible.

En la siguiente tabla relacionaremos algunos de estos materiales con una técnica de remolque indirecto
dependiendo de la situación de la víctima:

MATERIAL AUXILIAR SITUACIÓN Y ESTADO DE LA VÍCTIMA


AROS O FLOTADORES SALVAVIDAS
Consciente o inconsciente (tendido prono o supino, poco
FLOPI O BRAZO DE RESCATE
sumergido y bastante sumergido)
BOYA TORPEDO
TABLA DE RESCATE Consciente e inconsciente
BOLSA DE RESCATE O LANZACABOS Consciente
NEUMÁTICA Consciente
MOTO ACUÁTICA Consciente e inconsciente
TORNO DE RESCATE En general
PÉRTIGA Consciente
ROPA Consciente e inconsciente
MATERIALES DE FORTUNA

10.2.1 Aro o flotador salvavidas


Debido a su tamaño, peso y forma, la velocidad de desplazamiento es corta, y además no podemos bucear con
el, debiendo dejarlo en la superficie. Por ello, cada vez está más en desuso, sobretodo con la aparición de los materiales
de rescate que se verán posteriormente, principalmente el flopi, que puede ser el más aconsejado.
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Sin embargo, y aunque hay quienes lo rehuyan, aún es un


material con el que debemos familiarizarnos ya que, tal y como se
establece en el artículo 11 del Decreto 23/1999 (piscinas) y en el 35 del
Decreto 244/1988 (parques acuáticos), es obligatorio (capítulo 5.1 y 5.2).

Como técnicas de rescate con aro salvavidas diferenciaremos


varias en función a la situación y estado de conciencia de la víctima:

ƒ Con accidentado consciente: Le daremos el aro a la víctima para


que se agarre, se tranquilice y posteriormente remolcarla agarrando el
aro con un brazo. El brazo libre lo utilizaremos para la propulsión
junto con las piernas, pudiendo hacerlo cogiéndolo o tirando desde su
Imagen 10.2.1.a: Remolque indirecto con aro salvavidas
propia cuerda (imagen 10.2.1.a). En todo caso dirigiremos la mirada para accidentado consciente
hacia nuestro punto de destino, pero siempre revisando que la víctima
sigue agarrada girando la cabeza hacia su posición por si pierde la
conciencia o se suelta del material, aunque en este caso lo notaremos
inmediatamente por la pérdida de lastre.

‰ Con accidentado inconsciente y tendido prono o supino:


Colocaremos el aro en la vertical, con el hueco orientado a la víctima y
con nosotros en el lado contrario. Introduciremos la mano y el brazo
libre por el aro, agarraremos las dos manos del accidentado (paso
10.2.1.a) y tiraremos de ellas hacia el interior del aro (paso 10.2.1.b).
Si está en tendido prono, al mismo tiempo que tiramos giraremos su
cuerpo en el eje longitudinal para que sus vías respiratorias queden
despejadas. Tras esto iniciaremos el remolque (paso 10.2.1.c) o, en Paso 10.2.1.a: Remolque indirecto con aro salvavidas para
accidentado inconsciente y tendido prono
su caso, la respiración artificial (capítulo 13).

Paso 10.2.1.b: Remolque indirecto con aro salvavidas para Paso 10.2.1.c: Remolque indirecto con aro salvavidas para
accidentado inconsciente y tendido prono accidentado inconsciente y tendido prono

‰ Con accidentado inconsciente y poco sumergido: Una vez nos encontremos a la altura de la víctima nos
introduciremos en el interior del aro apoyándonos a nivel de cintura. Nos sumergiremos hasta agarrar las dos manos
o muñecas de la víctima (imagen 10.2.1.b) y, desde esta posición, tiraremos de sus brazos hacia arriba hasta que la
dejemos en el interior del hueco del aro y en tendido supino con un giro en su eje longitudinal si es necesario.

‰ Con accidentado inconsciente y


bastante sumergido: Una vez
lleguemos a la altura del
accidentado dejaremos el aro en la
superficie y bucearemos hacia el
(imagen 10.2.1.c) pero teniendo en
cuenta las consideraciones que
aparecen en el capítulo 8.2.2. Al
llegar a su posición cogeremos sus
dos manos y lo subiremos hasta
llegar a la superficie. El resto de
Imagen 10.2.1.b: Remolque indirecto con aro salvavidas acciones seguirá los mismos pasos Imagen 10.2.1.c: Remolque indirecto con
para accidentado inconsciente y poso sumergido
del punto anterior. aro salvavidas para accidentado
inconsciente y muy sumergido

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10.2.2 Flopi
Debido a sus características en cuanto a tamaño, peso y forma, es un material muy manejable con el que no
vemos peligrar nuestra integridad física. Además, su cuerda nos permite sumergirnos al menos dos metros de
profundidad.

Como técnicas de rescate con flopi diferenciamos varias en función a la situación y estado de conciencia de la
víctima:

‰ Con accidentado consciente: Le daremos el material a la víctima y, una vez nos hayamos asegurado que lo tiene
agarrado, nos desplazaremos con el flopi cogida en bandolera, pudiendo hacerlo a crol (imagen 10.2.2.a), a braza
(imagen 10.2.2.b) o espalda. Procuraremos que la víctima se coloque en línea con el material y la dirección del
movimiento para disminuir la resistencia al avance.

Imagen 10.2.2.a: Remolque indirecto con flopi para Imagen 10.2.2.b: Remolque indirecto con flopi para
accidentado consciente accidentado consciente

‰ Con accidentado inconsciente y tendido prono o supino: La


primera toma de contacto puede hacer de dos maneras:

1. Rescate con flopi por muñecas: Una vez lleguemos a la


víctima, con una de nuestras manos cogemos sus brazos y
con la otra el centro del flopi. A partir de ahí aplicaremos
fuerzas opuestas de ambas manos para colocar la víctima
encima del material. Durante esta tracción haremos girar el
cuerpo del accidentado en su eje longitudinal para colocarlo
en tendido supino, encima del flopi, que se hundió para
facilitar la maniobra (pasos 10.2.2.a, b y c).
Paso 10.2.2.a: Remolque indirecto con flopi para accidentado
inconsciente y tendido prono

Paso 10.2.2.b: Remolque indirecto con flopi para Paso 10.2.2.c: Remolque indirecto con flopi para
accidentado inconsciente y tendido prono accidentado inconsciente y tendido prono

2. Rescate con flopi por espalda: Si la víctima está en tendido prono, una vez lleguemos a su altura nos echaremos
encima de ella con el flopi entre ambos dejándolo caer sobre sus escápulas (imagen 10.2.2.c). Lo agarraremos
por las axilas (imagen 10.2.2.d) para volcarlo su cuerpo sobre el nuestro y sacar sus vías respiratorias del agua.

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Imagen 10.2.2.c: Remolque indirecto con flopi para accidentado Imagen 10.2.2.d: Remolque indirecto con flopi para accidentado
inconsciente y tendido prono inconsciente y tendido prono

‰ Con accidentado inconsciente y poco sumergido:


Seguiremos la misma dinámica que con el aro salvavidas, con
la diferencia de que en este caso la acción será más cómoda
por las características del flopi.

‰ Con accidentado inconsciente y muy sumergido: Una vez


a la altura de la víctima, dejaremos el aro en la superficie pero
con la banda colocada, y tras contactar con ella la subiremos a
la superficie. Si esta se encuentra a más de dos metros de
profundidad será conveniente soltarnos del flopi ya que es la
longitud de la cuerda.
Imagen 10.2.2.e: Remolque indirecto con flopi para accidentado
inconsciente y poco sumergido

10.2.3 Boya torpedo


Su tamaño, peso y forma permiten una velocidad de aproximación rápida, pero su extrema rigidez puede hacer
peligrar la integridad física de la víctima y del propio T.S.A. Podemos diferenciar varias técnicas de rescate con la boya
torpedo:

‰ Con accidentado consciente: Será igual que con los materiales anteriormente desarrollados, dándole el material
para que se tranquilice (imagen 10.2.3.a) y pudiendo remolcar tirando de la cuerda (imagen 10.2.3.b).

Imagen 10.2.3.a: Remolque indirecto con torpedo con Imagen 10.2.3.b: Remolque indirecto con torpedo con
accidentado consciente accidentado consciente

‰ Con accidentado inconsciente y tendido prono o supino:


Pasaremos uno de nuestros brazos por debajo de los brazos y por
delante del tórax de la víctima para facilitar el remolque y la
flotabilidad con patada de braza invertida o dorso-lateral con un
brazo libre (pasos 10.2.3.a, b y c).

Para el remolque en si, nos colocaremos delante de la víctima y,


tras el control, podemos llevar a cabo dos maneras de remolcarla:

ƒ Colocando el torpedo por encima de la víctima, en cuyo caso


dejaremos caer sus brazos encima (paso 10.2.3.c).
Paso 10.2.3.a: Remolque indirecto con torpedo con
accidentado inconsciente y tendido prono

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ƒ Colocando el torpedo por debajo de la víctima, en cuyo colocaremos nuestros brazos por encima de sus hombros
y con las manos sujetando el torpedo por la espalda (imagen 10.2.3.c). De esta manera se facilitará la flotación
durante el remolque.

Paso 10.2.3.b: Remolque indirecto con torpedo por arriba Paso 10.2.3.c: Remolque indirecto con torpedo por arriba
y con accidentado inconsciente y tendido prono con accidentado inconsciente y tendido prono

‰ Con accidentado inconsciente y poco sumergido o muy


sumergido: Igual que con el flopi.

10.2.4 Tabla de rescate


Se utilizan en espacios abiertos, de largas distancias y con
gran oleaje, y entre sus ventajas destacamos la velocidad en el
desplazamiento y que nos permite mantenernos a flote más
fácilmente, inclusive con la víctima encima. Podemos diferenciar varias Imagen 10.2.3.c: Remolque indirecto con torpedo por abajo
técnicas de rescate en función a la situación y estado de conciencia de con accidentado inconsciente y tendido prono

la víctima:

‰ Con accidentado consciente: Vemos dos maneras:

1. Uno arriba y otro abajo: Ayudaremos a la víctima a colocarse encima de la tabla y en su parte central, mientras
que el T.S.A. se colocará en la proa de la misma para tener visibilidad en el trayecto y comenzar el remolque. En
este caso el desplazamiento será lento y el cansancio mayor.

2. Los dos arriba: Tras colocar a la víctima encima de la tabla, el T.S.A. se coloca en la popa de la tabla y encima de
ella para controlar a la víctima y realizar patada de crol y propulsiones con los brazos a estilo crol o mariposa a
modo de remo. De esta manera conseguiremos avanzar más y mejor, además de cansarnos bastante menos, y
en su caso, poder descansar sobre la tabla tal y como se puede observar en los pasos 1, 2 y 3 c.

Imagen 10.2.4.a: Remolque indirecto con tabla de rescate con accidentado Paso 10.2.4.a: Remolque indirecto con tabla de rescate con
consciente y colocados uno arriba y otro abajo accidentado consciente y colocados los dos arriba

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Paso 10.2.4.b: Remolque indirecto con tabla de rescate con Paso 10.2.4.c: Remolque indirecto con tabla de rescate con
accidentado consciente y colocados los dos arriba accidentado consciente y colocados los dos arriba

‰ Con accidentado inconsciente: Tras acercarnos a la víctima, daremos la vuelta a la tabla, cogeremos las muñecas
del sujeto (paso 10.2.4.a) y tiraremos de ellas para colocarlas en el borde opuesto a la víctima y dejar sus brazos
apoyados encima del material (paso 10.2.4.b). Posteriormente nos colocaremos en el lado opuesto de la tabla,
apoyaremos medio cuerpo nuestro encima de ella y, sujetando al accidentado, dejarnos caer hacia atrás al mismo
tiempo que giramos la tabla trayéndonos a la víctima para que quede encima de la tabla (paso 10.2.4.c y d). Tras
esto colocaremos al sujeto en tendido supino si es necesario para mantener las vías aéreas despejadas y aplicarle los
primeros auxilios si son necesarios (paso 10.2.4.e).

Pasos 10.2.4.a, b, c, d y e: Secuencia de actuación para remolque indirecto con tabla de rescate con accidentado inconsciente

10.2.5 Bolsa de rescate o lanzacabos


Es una bolsa con cierto peso junto a una cuerda. Este material se lanzará a la
víctima que está en el agua, siempre y cuando esté consciente, para que, una vez se
agarre a ella comencemos a traccionar la cuerda y atraer a la víctima con velocidad
sin que esta se ocupe de nada salvo de mantener agarrada la bolsa.

Hemos de tener en cuenta ciertos aspectos a la hora de lanzar este material:

‰ Colocarse en una posición de lanzamiento estable con el pie opuesto al brazo del
lanzamiento delante.
‰ Lanzar la bolsa en la dirección en que sopla el viento o corriente arriba y por
Imagen 10.2.5.a: Remolque indirecto con
encima de la cabeza de la persona para que la cuerda quede a su alcance. bolsa de rescate
Cuidado de no golpear a la víctima.
‰ Cuando la víctima haya sujetado la bolsa de rescate firmemente, el T.S.A. debe traccionar hasta llevarla a un lugar
seguro. Cuidado de no caernos al agua mientras tiramos.

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10.2.6 Neumática
Comúnmente conocida como zodiac. Tras la aproximación
(capítulo 8.2.3), subir a la víctima a la neumática siguiendo las
indicaciones de los capítulos 11.3 y 12 sobre extracción de
accidentados del agua.

Una vez dentro de la neumática, la víctima se colocará en


posición supina a lo largo de la bañera, con las piernas de proa a
popa para mantenerlas en alto y facilitar el riego sanguíneo hacia el
cerebro. Procuraremos que no haya materiales sueltos para evitar
Imagen 10.2.6.a: Aproximación lateral a víctima consciente para
que alguno le golpee. subirla a la neumática y remolcarla

Al igual que podrá ocurrir con la moto acuática, en caso de tener algún accidentado consciente, podremos
lanzarle algún material a la víctima para que ésta se agarre y, amarrado nuestro cabo a la embarcación, remolcar a la
víctima sin que tenga que subirse. Si vemos que al lanzar el material la víctima no lo coge, el T.S.A. de la neumática
entrará en el agua aplicando las recomendaciones del capítulo 9 sobre qué debemos hacer antes del contacto directo.

10.2.7 Moto acuática


Su uso se reduce a los espacios naturales amplios y
permite gran maniobrabilidad, velocidad, robustez y un
acercamiento máximo a la víctima por carecer de hélice, a
diferencia de la neumática donde nos cuidaremos de ello.

Podemos diferenciar varias técnicas de rescate en función a


la situación y estado de conciencia de la víctima:

‰ Con accidentado consciente: Nos acercamos lentamente y


de manera lateral para evitar golpear a la victima. Una vez
estemos próximos le acercaremos nuestra mano para
impulsarlo con fuerza y subirlo a bordo (pasos 10.2.7.a, b y c).
Si contamos con una camilla hawaiana mucho mejor ya que
Paso 10.2.7.a: Aproximación lateral a víctima con moto acuática
podremos dejar a la víctima consciente encima para el para control y remolque para accidentado consciente
remolque, aproximar a otro T.S.A. a la zona del accidente, o
bien aplicar primeros auxilios de la víctima in situ.

Paso 10.2.7.b: Ayudar a la víctima que se suba a la camilla Paso 10.2.7.c: Remolque de víctima consciente en la camilla
hawaiana de la moto acuática para el remolque hawaiana de la moto acuática

A la hora de depositar a la víctima encima de la camilla, la dejaremos de espaldas a ella, con el T.S.A.
de frente y encima de la víctima. Este pasará sus brazos por debajo de sus axilas y se agarrará a los amarres
laterales de la camilla para asegurar el remolque. De esta manera conseguiremos que la víctima no se deslice
hacia abajo. En cuanto a las piernas, intentaremos colocarlas lo más paralelas posible para evitar la resistencia al
avance.

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‰ Con accidentado inconsciente: Será igual salvo que en esta


situación necesitaremos la colaboración de otro T.S.A. para que
este entre en el agua y poder remolcar a la víctima hasta la
camilla hawaiana. La aproximación se deberá hacer más
lentamente por miedo a lesión medular (capítulo 8.2.3).

10.2.8 Torno de rescate


Es un rodillo con una cuerda larga y en la que en su extremo
se encuentra una especie de cinta o arnés que el T.S.A., a medida
Imagen 10.2.7.d: Aproximación de dos T.S.A. con moto en caso de
que se aproxima a la víctima, se va soltando cuerda. Suelen tener accidentado inconsciente en playa y posible lesión medular
una especie de boya pequeña en el extremo para que la cuerda
nunca se hunda y siempre este en la superficie. Su uso requiere de la participación de otros implicados:

‰ El T.S.A. que se adentra en el agua y se aproxima a la víctima.


‰ Varios colaboradores que van a ir soltando cuerda y, una vez
controlada la víctima por el T.S.A., tirarán de la cuerda. Existen tres
formas:

ƒ En cadena: Que el remolque se realice con los colaboradores


traccionando de la cuerda en posición estática (imagen 10.2.8.b).
ƒ Con vehículo: Que el remolque se realice con algún vehículo a
motor como por ejemplo un quad o pick-up (imagen 10.2.8.d).
ƒ En circuito cerrado: Los dos colaboradores tiran de la cuerda
mientras que cada pocos metros el primero pasa al último para
Imagen 10.2.8.a: Torno de rescate para remolque
seguir una cadena cíclica (imagen 10.2.8.c). indirecto

Imagen 10.2.8.b: Remolque indirecto con torno de rescate Imagen 10.2.8.c: Remolque indirecto con torno de rescate
con T.S.A. en cadena con T.S.A. en circuito cerrado

‰ Un T.S.A. que se encargará de dirigir, controlar y verificar que no hay problemas, que la cuerda se va desenrollando
sin problemas y que la víctima está siendo remolcada adecuadamente, estando atento a las indicaciones del T.S.A.
que tiene a la víctima por si solicita algo.

Gracias a todo esto el T.S.A. que tiene controlada a la víctima


tendrá como única responsabilidad el controlar que las vías respiratorias
de esta estén despejadas y evitar que se suelte. Hemos de tener en
cuenta dos consideraciones:

‰ Procurar que al colocar el torno quede en línea con la víctima


teniendo en cuenta la dirección del viento y de la marea
(procuraremos no ir nunca en contra).
‰ El T.S.A. que realiza la aproximación puede utilizar otro material de
rescate, como el torpedo (imagen 10.2.8.e), de manera que una vez
llegue a la víctima mejore la flotabilidad del remolque y podamos Imagen 10.2.8.d: Remolque indirecto con torno de rescate
practicar de inmediato la respiración artificial en caso de parada. y con tracción de quad

‰ La cinta del torno nos la colocaremos en forma de bandolera (imagen 10.2.8.e) o de mochila (imagen 10.2.8.f)
dependiendo del tipo de torno que utilicemos.

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Imagen 10.2.8.e: Remolque indirecto con torpedo y torno Imagen 10.2.8.f: Remolque indirecto con torno de rescate
de rescate colocado en bandolera colocado en forma de mochila

No obstante, hemos de tener en cuenta que se puede perder mucho tiempo en la colocación de este material, de
ahí a que su uso no sea muy corriente.

10.2.10 Pértiga
Se trata de una barra alargada de unos tres metros de
longitud con una cuerda o estructura metálica en su extremo que se
utiliza como prolongación de nuestro propio brazo. Sirve
principalmente para el salvamento en piscinas o en parques
acuáticos y con accidentados conscientes, quienes se agarrarán a el
para salir del agua. Hemos de cuidar de no caer al agua al tirar.

10.2.11 Ropa Imagen 10.2.10.a: Remolque indirecto con pértiga

Si a la hora de realizar un rescate no disponemos de material,


podremos utilizar nuestra propia ropa tanto para el remolque como para
mejorar nuestra flotación. Sin embargo, no resulta fácil quitársela dentro
del agua sin antes practicarlo. Para ello, debemos mantenernos en todo
momento relajados, tomando aire para cada prenda y adoptando una
posición agrupada quitándonos primero una extremidad y luego la otra. El
hecho de quitarnos antes el pantalón o la camiseta será según queramos,
pero siempre habrá que quitarse antes los zapatos y las prendas grandes
ya que son las que más nos van a molestar y frenar en el avance.

Si la víctima está inconsciente y en tendido supino, le pasaremos


la ropa por delante del pecho y se la cruzaremos por la espalda pasándola Imagen 10.2.11.a: Remolque indirecto con ropa para
por debajo de las axilas para hacer un nudo a la altura de las cervicales y víctima inconsciente y en tendido supino

así mantener la cabeza erguida y agarrar bien la ropa para el remolque (imagen 10.2.11.a). Si por el contrario el usuario
se encuentra consciente, le daremos un extremo de la prenda sirviéndonos esta como prolongación de nuestro brazo y,
con ello, evitar el contacto directo (imagen 10.2.11.b y c).

Imagen 10.2.11.c: Remolque indirecto con ropa (pantalón)


Imagen 10.2.11.b: Remolque indirecto con ropa (camiseta) para víctima consciente
para víctima consciente

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A la hora de tener que decidir si nos quitamos la ropa para hacer un rescate o no, nuestra decisión dependerá de
la distancia a la que se encuentre el accidentado, de manera que si la víctima está lejos convendrá quitarse la ropa antes
de entrar en el agua, ya que la resistencia que se produce en el agua es muy grande.

Por otra parte, a la hora de remolcar a alguien podemos utilizar la ropa como flotador para mantenerlo a flote.
Para ello podemos utilizar las siguientes formas:

‰ Para camisetas o jerséis: No hará falta que nos quitemos la ropa ya que podemos insuflar aire por el espacio libre
existente entre la prenda y el pecho e impedir que este salga manteniendo cerrada la abertura (imagen 10.2.11.d).

‰ Para pantalones: Tendremos que quitarnos la prenda y cerrar todas las aberturas menos una que será por donde
insuflaremos el aire. Una vez hecha esta operación cerraremos la abertura y nos colocaremos correctamente el
flotador. El viento también nos puede ayudar, para lo cual tendremos que colocar la abertura de la prenda en su
misma dirección (imagen 10.2.11.e).

Imagen 10.2.11.d: Utilización de la camiseta como flotador Imagen 10.2.11.d: Utilización del pantalón como flotador

Para terminar, es totalmente recomendable el uso de algún material auxiliar para los rescates (Brewster, 1995).
No obstante, es conveniente entrenar con y sin material para conseguir una formación más completa y, con ello, estar
más seguros de nuestra actuación.

10.2.12 Materiales de fortuna


Además de todos los materiales que hemos visto anteriormente, hemos de saber que cualquier material no
convencional, con imaginación, puede convertirse en material de rescate, como:

‰ Piraguas: Podremos colocar a la víctima encima de ella o bien ayudarnos de ella para mantener a la víctima a flote.
‰ Corcheras: Su adaptación puede convertirlas en flopis, aros salvavidas, etc.
‰ Materiales de cursos de natación (colchonetas, manguitos, balones, tablas, pullbuoys, etc.): Pueden ayudarnos a
mantenernos a flote.
‰ Troncos, neumáticos, tablones de madera, etc.: Igual que el anterior.

El material de fortuna es un abanico de posibilidades y funciones.

En general, todas las técnicas desarrolladas


mejorarán su eficiencia con aletas gracias a las ventajes
que ofrece (capítulo 8.3).

Y para concluir, decir que hay quien puede llegar a


plantearse el por qué enseñar tantas técnicas (de entrada
al agua, de zafaduras, remolques, etc.), y el motivo es el
siguiente:

Imagen 10.2.12.a: Remolque indirecto con aleta


LA DIVERSIDAD ENRIQUECE
Lo importante es conocer, dentro del abanico de técnicas existentes, algunas de ellas, para poder aplicarlas en
cualquier situación real.

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CAPÍTULO 11
¿Cómo extraer del medio acuático a un
accidentado sin lesión medular?

OBJETIVOS

‰ Extraer a un accidentado sin lesión medular.


‰ Tomar conciencia de la situación.
CONTENIDOS

‰ Extracción de accidentados sin lesión


medular.
‰ Ponerse en situación.

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11. ¿CÓMO EXTRAER DEL MEDIO ACUÁTICO A UN


ACCIDENTADO SIN LESIÓN MEDULAR?
En los casos en los que un bañista no pueda salir del agua por estar inconsciente, porque tenga algún problema
funcional que lo incapacite, y estemos seguros que no es por lesión medular, el o los T.S.A. podrán aplicar varias técnicas
dependiendo de si existen o no ayudas, de las circunstancias del accidentado, de la capacidad física y técnica del T.S.A.,
de las características físicas de la víctima y, en quinto lugar, el material a utilizar para su posterior remolque y aplicación
de los primeros auxilios (embarcación de rescate).

11.1 SIN AYUDA


Podemos diferenciar varios tipos: de frente al borde, de espaldas
y por las escaleras.

11.1.1 De frente al borde del vaso


Nos colocaremos a la espalda de la víctima y pasaremos nuestras
manos por debajo de sus axilas siguiendo la línea de sus brazos hasta
llegar a las manos para depositarlas encima del borde unidas y en cruz
(paso 11.1.1.a). A partir de ahí, con nuestra mano más próxima a la
víctima sujetamos sus muñecas, mientras que con nuestra mano más
distal al accidentado nos apoyaremos en el borde para impulsarnos hacia Paso 11.1.1.a: Extracción accidentado sin lesión medular y
sin ayuda de frente al borde del vaso
arriba y salir del vaso siempre sin soltar a la víctima (pasos 11.1.1.b y c).

Paso 11.1.1.b: Extracción accidentado sin lesión medular y Paso 11.1.1.c: Extracción accidentado sin lesión medular y
sin ayuda de frente al borde del vaso sin ayuda de frente al borde del vaso

Una vez fuera del vaso, nos colocaremos en el borde con los pies orientados a la víctima mientras tenemos
cogidas sus manos (paso 11.1.1.d), y con un fuerte impulso realizaremos una flexión-extensión de rodilla para subir a
la víctima al borde y dejarla apoyada sobre su tórax y abdomen (paso 11.1.1.e). Posteriormente la giraremos
longitudinalmente y la colocaremos en tendido supino.

Paso 11.1.1.d: Extracción accidentado sin lesión medular y Paso 11.1.1.e: Extracción accidentado sin lesión medular y sin
sin ayuda de frente al borde del vaso ayuda de frente al borde del vaso

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11.1.2 De espaldas al borde del vaso


Es igual que en el anterior a diferencia de que cuando estemos fuera del vaso giraremos los brazos de la víctima
para colocarla de espaldas a la pared (paso 11.1.2.a) y tras el impulso hacia arriba se apoyarán los glúteos del
accidentado en la playa del vaso (paso 11.1.2.b) con cuidado de no rozarle la espalda.

Paso 11.1.2.a: Extracción accidentado sin lesión medular y Paso 11.1.2.b: Extracción accidentado sin lesión medular y
sin ayuda y de espaldas al borde del vaso sin ayuda y de espaldas al borde del vaso

11.1.3 Por las escaleras del vaso


Tenemos dos opciones para la extracción:

‰ Situarnos de frente a la escalera mientras colocamos a la víctima


frente a nosotros y de espaldas a la escalera (imagen 11.1.3.a).
Desde esta posición cogemos sus brazos para colocarlos entrelazados
por encima de nuestros hombros, mientras que pasamos nuestras
manos por el hueco poplíteo de sus piernas para dejarlas entrelazadas
por detrás de nuestra espalda a nivel lumbar y encima de nuestros
muslos (paso 11.1.3.a).

Desde esta posición, el T.S.A. subirá el primer escalón con ayuda


de sus brazos y con cuidado de no resbalarse o soltarse de la escalera
(paso 11.1.3.b), de manera que una vez saquemos los glúteos de la
víctima los dejaremos sobre el borde del vaso (paso 11.1.3.c). Paso 11.1.3.a: Extracción accidentado sin lesión medular y
Procuraremos que a la hora de subir lo hagamos con el cuerpo sin ayuda por las escaleras del vaso

inclinado hacia atrás para evitar caernos hacia delante por el peso. Seguidamente, inclinaremos a la víctima hacia
atrás hasta dejarla en tendido supino con cuidado de no golpearle la cabeza y aplicarle los primeros auxilios.

Paso 11.1.3.b: Extracción accidentado sin lesión medular y Paso 11.1.3.c: Extracción accidentado sin lesión medular y
sin ayuda por las escaleras del vaso sin ayuda por las escaleras del vaso

‰ Dejar caer a la víctima en uno de nuestros hombros (paso 11.1.3.d), y a medida que subimos por las escaleras lo
haremos más pegados a la zona lateral de la misma pero del mismo lado en el que tenemos a la víctima. Una vez
lleguemos a la altura del borde la depositaremos (paso 11.1.3.e) con cuidado de que no se nos vaya en peso muerto.

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Paso 11.1.3.d: Extracción accidentado sin lesión medular y Paso 11.1.3.e: Extracción accidentado sin lesión medular y
sin ayuda por las escaleras del vaso sin ayuda por las escaleras del vaso

11.2 CON AYUDA


Podemos diferenciar varios tipos: con los dos T.S.A. fuera del
vaso y con uno dentro y el otro fuera.

11.2.1 Con los dos T.S.A fuera del vaso


El que está dentro del vaso le da las manos de la víctima al de
fuera (paso 11.2.1.a) para poder salir del agua tranquilamente. Tras esto,
ambos T.S.A. sujetan las manos de la víctima (paso 11.2.1.b) y la suben
con fuerza para depositarla en el borde del vaso (paso 11.2.1.c) y aplicar
Paso 11.2.1.a: Extracción de accidentado sin lesión
aplicarle los primeros auxilios que correspondan. medular con ayuda y con los dos T.S.A. fuera del vaso

Paso 11.2.1.b: Extracción de accidentado sin lesión Paso 11.2.1.c: Extracción de accidentado sin lesión
medular con ayuda y con los dos T.S.A. fuera del vaso medular con ayuda y con los dos T.S.A. fuera del vaso

11.2.2 Con un T.S.A en el vaso y el otro fuera


Tras el paso 11.2.1.a de la técnica anterior tenemos dos opciones:

‰ A modo de trampolín: El T.S.A. que está en el vaso se sumerge para salir por debajo de la víctima y alzarla hacia
arriba con fuerza (imagen 11.2.2.a) al mismo tiempo que el que esta fuera realiza la tracción correspondiente. Esta
técnica se utilizará en los casos en los que hagamos pie ya que aprovecharemos el impulso de piernas para la subida.

‰ A modo de rampa: El T.S.A. que está en el vaso hace de rampa con su espalda (imagen 11.2.2.b), debiendo tener
cuidado con golpearse la cabeza con el borde (imagen 11.2.2.a). También podemos hacerlo utilizando alguna tabla,
flopi, etc. Esta técnica se utilizará en los casos en los que no hagamos pie al no poder impulsarnos desde el suelo con
las piernas.

En ambos casos, el T.S.A. colocará las manos unidas y delante de su cabeza para evitar golpearse la cabeza con
el borde del vaso durante la subida de la víctima. Asimismo, en ningún momento colocaremos los dedos en garra sobre el
bordillo ya que a la hora de que nos pase la víctima por encima durante la extracción puede que esta caiga sobre nuestros
dedos y podemos llegar a rompérnoslos por el peso.

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Imagen 11.2.2.a: Extracción accidentado sin lesión Imagen 11.2.2.a: Extracción accidentado sin lesión
medular con ayuda y con un T.S.A. dentro del vaso y medular con ayuda y con un T.S.A. dentro del vaso y
alzándose hacia arriba y el otro fuera actuando de rampa y el otro fuera

11.3 DESDE UNA EMBARCACIÓN DE RESCATE


‰ Neumática: Tras realizar la aproximación a la víctima de
manera tranquila tal y como se detalla en el capítulo 8.2.3, una
vez nos encontremos a la altura de la víctima y con esta en el
lateral, si vemos que solamente necesita descansar le
indicaremos que se agarre a las agarraderas laterales de la
neumática para que recupere el aliento (imagen 11.3.a).

Si por el contrario vemos que es necesario subirlo a bordo,


el T.S.A. entrará en el agua y actuará con la víctima tal y como
se detalla en el capítulo 11.2.2 a modo de trampolín, mientras
que el patrón, con los brazos de la víctima hacia arriba, en línea
con su cuerpo y cogiendo sus antebrazos, lo subirá a la Imagen 11.3.a: Fase de descanso de víctima consciente para su
posterior extracción del agua hacia la neumática y remolque a
neumática en coordinación con la acción del T.S.A. zona segura

En caso de que la víctima esté inconsciente, debemos actuar como si tuviera lesión medular (capítulo 12).

‰ Moto acuática: En caso de disponer de una moto acuática con camilla hawaiana y con accidentado consciente, la
aproximación a la víctima se realizará del mismo modo que en el caso anterior. Para subir a la víctima a la camilla
podemos ayudarle haciéndoles llegar nuestro propio brazo tal y como aparecen en la secuencia de pasos 10.2.7.a, b
y c del capítulo 10, o bien hacer la aproximación con un segundo T.S.A., que irá sobre la camilla y una vez llegue a la
víctima se acercará a ella para ayudarla a subir (imagen 11.3.c).

No obstante, en caso de no disponer de camilla, también le podemos indicar que se suba en el asiento trasero de
la moto, en cuyo caso le aconsejaremos que se agarre a nuestra cintura con fuerza (imagen 11.3.c) y realice
flexiones-extensiones de rodillas para evitar dañarse la zona lumbar al navegar con oleaje.

Imagen 11.3.b: Traslado de un T.S.A. en la camilla Imagen 11.3.c: Remolque de víctima en el asiente de la moto
hawaiana para ayudar a la víctima a subirse a la acuática
embarcación.

‰ Tabla: Seguiremos las indicaremos del capítulo 10.2.4

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En general, hemos de tener ciertas precauciones en la aplicación de todas estas técnicas de extracción:

‰ Cuidar de que al subir a la víctima en el borde del vaso no se golpee la cabeza con el bordillo (imagen 11.3.a), o bien
de que al depositarla en el bordillo no se raspe el pecho, el abdomen o la espalda. Para ello la subida deberá ser
completamente en la vertical, aunque también podemos colocar nuestro pie adelantado en el borde para que sirva de
rampa, colocando los dedos de los pies hacia abajo para evitar arañar con las uñas.
‰ Que no se nos escapen las manos en la tracción.
‰ No realizar la tracción por las muñecas, sino por lo antebrazos, dado el peligro potencial de luxación.
‰ Realizar las tracciones con flexo-extensión del tren inferior a nivel de rodillas para evitar lesionarnos la espalda a
nivel lumbar (levantamiento de peso muerto) (imagen 11.3.b).

Imagen 11.3.b: Flexión-extensión del tren inferior a nivel


Imagen 11.3.a: Golpe de cabeza del T.S.A. que está en el
de rodillas para evitar lesionarnos a la hora de extraer
agua para la extracción de la víctima del vaso
accidentados del agua

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CAPÍTULO 12
¿Cómo extraer del medio acuático a un
accidentado con lesión medular?

Ángel de Pedro Álvarez


Doctorando en Medicina del Deporte
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte
Licenciado en Psicopedagogía
Maestro Especialista en Educación Física
Entrenador Superior de Natación y Profesor de Salvamento Acuático por la F.A.S.S.

OBJETIVOS

‰ Identificar una lesión medular.


‰ Extraer a un accidentado con lesión
medular.
‰ Aplicar la secuencia de actuación para la
extracción y las técnicas de inmovilización.
‰ Tomar conciencia de la situación.
CONTENIDOS

‰ Extracción de accidentados con lesión


medular.
‰ Secuencia de actuación.
‰ Técnicas de inmovilización.
‰ Adaptación técnica ante situaciones diversas.

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12. ¿CÓMO EXTRAER DEL MEDIO ACUÁTICO A UN


ACCIDENTADO CON LESIÓN MEDULAR?
Cuando a la extracción de un accidentado le sumamos una situación grave, como es una lesión medular, las
cosas se complican. Nuestra actuación debe ser lo mínimamente eficaz como para que la situación y gravedad de nuestro
accidentado no empeore. Para ello deberán dominarse las técnicas específicas y no sólo eso, sino que al igual que el resto
de técnicas, deben de practicarse con regularidad para conocer nuestros puntos débiles y mejorar la ejecución y eficiencia
de las mismas.

Siguiendo las estadísticas, las tres primeras causas de lesiones medulares son, en este orden, los accidentes de
coche, los de moto y las pertenecientes a tirarse al agua de cabeza. De hecho, es en los tres meses de verano donde se
incrementan en un 100% las hospitalizaciones por lesiones medulares, coincidiendo esto con los meses de mayor
asistencia a entornos acuáticos.

Y es que, según la Asociación para el Estudio de Lesiones Medulares (AESLEME), la falta de concienciación de los
bañistas sobre el peligro que suponen las zambullidas en el agua provoca en España el 6,5% del total de las lesiones
medulares, un total de 50 víctimas al año, de las cuales el 90% acaban en tetraplejia o hemiplejia.

Esta Asociación (AESLEME) no se centra en un solo grupo de personas, sino en todas en general, ya que todos
somos población de riesgo de sufrir este tipo de accidentes por el uso cotidiano del coche, nuestra actividad laboral, los
deportes de riesgos, etc. Por ello, AESLEME hace mucho hincapié en la importancia de la prevención, tal y como se ha
podido ver en las campañas que han llevado a cabo en países como EE.UU. y Australia, dando como resultado una
reducción significativa de estos accidentes en los últimos años.

Según datos recogidos del Hospital de Parapléjicos de Toledo, el 5% de las personas que han tratado en los
últimos cinco años se deben a accidentes en el agua.

El perfil de los pacientes que sufren este tipo de lesiones es el de una persona joven (entre el 80% y el 90%
tienen entre 15 y 25 años) y en su mayoría varones (cuatro de cada cinco).

No obstante, la concienciación de la población está mejorando. No hay más que comprobar la tabla siguiente
sobre las asistencias realizadas por la Unidad de Lesionados Medulares del Hospital Juan Canalejo de A Coruña (unidad de
referencia para Galicia). Aún así, no podemos bajar la guardia.

AÑO 1.989 1.998 2.001 2.002 2.003 2.004

NÚMERO DE ATENCIONES MEDULARES 12 7 0 0 1 0

Las causas más comunes de este tipo de accidentes suelen ser las siguientes:

‰ En embarcaciones: Por caídas de sus tripulantes o por golpes a otros bañistas.


‰ Práctica de deportes acuáticos: Surf, windsurf, kitesurf, flysurf, esquí acuático, wakeboard, barranquismo, rafting,
hidrospeed, etc.
‰ Zambullidas en el agua: Cuando se hacen incorrectamente o en zonas de gran riesgo (poca profundidad, gran
altura, orilla de playas, muelles, etc.).
‰ Uso incorrecto de las atracciones, sobretodo en parques acuáticos.
‰ Golpes y caídas no controladas con un final inesperado.
‰ En definitiva, falta de conciencia sobre los peligros del agua y de conocimiento del medio en el que se practican las
actividades.

Para disminuir estos datos, nuestra mejor arma es la prevención (juegos peligrosos, objetos potencialmente
peligrosos, zonas resbaladizas, etc.) y el máximo control del área a la que damos cobertura.

Por eso, hemos de conocer los indicios y seguir los consejos que en el capítulo 4.1 se establecen. Asimismo, para
una buena intervención ante lesionados medulares, debemos seguir las siguientes recomendaciones técnicas:
Identificación de la lesión medular, secuencia de actuación y secuencia de ejecución.

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12.1 IDENTIFICACIÓN DE LA LESIÓN MEDULAR


Lo ideal para determinar si se ha producido un accidente con lesión vertebral es ver el momento del accidente,
de ahí la importancia de la continua vigilancia (capítulo 4.2). Pero si no lo hemos visto, lo ideal es hacerse una
composición del lugar preguntando a otros usuarios sobre lo sucedido, o bien observar el entorno cercano (p.e.:
sospecharemos de lesión medular en piscina si la víctima se encuentra en agua poco profunda o en la esquina y cerca del
borde; en espacios naturales si hay presencia de rocas, troncos, desnivel del terreno, fuertes olas y corrientes, etc.).

Cuando nos encontremos en una situación de este tipo, la mejor manera para identificar si hay o no lesión
vertebral es siguiendo los criterios que en el capítulo 17.4.3 se establecen. No obstante, si no estamos seguros, hemos de
actuar pensando en lo peor, como si tuviera lesión medular (acción preventiva), en cuyo caso es fundamental inmovilizar
el cuello y pedir la ayuda de un equipo sanitario. Nunca se debe trasladar a la persona que ha sufrido el accidente en un
vehículo particular (FAMMA, 2006).

La rapidez de actuación será fundamental ya que no estamos ante una actuación sencilla sino ante una situación
complicada: tanto por el accidente como por el entorno en el que sucede. Deberemos tener presente que cuanto más
tiempo tardemos en llegar al accidentado más aumentarán las posibilidades de un final fatal y no deseado.

12.2 SECUENCIA DE ACTUACIÓN


Antes de nada hemos de dejar claro que la extracción de accidentados de columna es una técnica que exige del
T.S.A. una gran preparación y que, por su importancia, debe ser dominada perfectamente, ya que un pequeño error en la
ejecución puede ocasionar consecuencias fatales para la víctima. Así, los pasos a seguir ante este tipo de accidentados
son los siguientes: entrada, aproximación, toma de contacto, inmovilización básica, remolque y extracción. Todos ellos
estarán incluidos en la secuencia de ejecución.

Toda ayuda, siempre y cuando esté controlada, es buena y necesaria para el éxito de la operación. Por ello,
podríamos decir que existe diferencia en la complejidad en función al número de rescatadores que haya de manera que:

‰ Si contamos con tan sólo un T.S.A. se requerirá una mayor experiencia para salir con éxito de la intervención.
‰ Si contamos con dos o tres T.S.A. entrenados y coordinados podremos garantizar una buena intervención.
‰ En caso de contar con personal no cualificado como ayudantes en nuestra intervención, deberemos dirigir con
autoridad y control la secuencia de las distintas fases del rescate.

Otro de los aspectos a tener en cuenta será el entorno o espacio en el que realicemos nuestra intervención,
pudiendo diferenciarse entre zona poco profunda o profunda, piscina, mar, orilla, existencia de oleaje, etc.

Con todo, hemos de tener controlada para acción táctica de la intervención (p.e.: por donde realizar la entrada,
qué material utilizamos, a quién pedimos ayuda, si hay posibilidades de extraer con seguridad al accidentado o espero
ayuda en una zona segura, etc.) y la acción técnica (p.e.: técnica de inmovilización a utilizar).

12.3 SECUENCIA DE EJECUCIÓN


Diferenciamos varias fases secuenciales:

12.3.1 Entrada y aproximación a la víctima


La entrada al agua debe realizarse desde el punto más cercano a la víctima, con rapidez pero al mismo tiempo
con cuidado de evitar aumentar el oleaje para no mover a la víctima y agravar así su situación (imagen 12.3.1.a). Estas
consideraciones son válidas para todas las situaciones y entornos.

También se evitará provocar turbulencias en el agua, y para ello la técnica a utilizar será patada de braza
alternativa (waterpolo) con brazadas subacuáticas también de braza (imágenes 12.3.1.b y c).

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Imagen 12.3.1.a: Entrada al agua para cosas de lesión Imagen 12.3.1.b: Aproximación a víctima para casos de
medular lesión medular

Imagen 12.3.1.c: Aproximación a víctima para casos de Imagen 13.3.2.a: Toma de contacto parar casos de lesión
lesión medular medular

12.3.2 Toma de contacto


Tras realización la identificación de la lesión medular (capítulo 12.1) realizaremos una evaluación primaria del
accidentado (capítulos 17.5 y 17.6), pudiéndonos encontrar desde una víctima inconsciente con pulso, sin pulso o
consciente.

12.3.3 Inmovilización básica. Técnicas


El objetivo de esta fase consiste en asegurar la integridad y seguridad de la víctima con el fin de no agravar las
lesiones existentes o bien de no provocarlas. Para conseguir la inmovilización de la víctima comenzaremos por la cabeza,
cuello y espalda, y así impedir cualquier movimiento voluntario o accidental (flexión-extensión, abducción-aducción o
rotaciones), ya que a mayor longitud de columna inmovilizada, mayor control y posibilidades de éxito.

Para ello, dentro de la cantidad de técnicas existentes, desarrollaremos las tres siguientes: torno canadiense,
pinza de bíceps y J.PRATG, dependiendo la elección que hagamos de una u otra en función a si nos encontramos en la
orilla del mar o en zona profunda, sin utilizamos camilla o material de fortuna, la experiencia y técnica del T.S.A., la
distancia a recorrer para el remolque, etc. No obstante, si necesitamos cambiar de técnica por las circunstancias que sean
podemos hacerlo siempre y cuando no perjudique la estabilidad del accidentado.

DESCRIPCIÓN TÉCNICA DEL TORNO CANADIENSE

‰ Con el brazo dominante: Pasarlo por delante del cuerpo de la víctima, por debajo de su brazo, a lo largo
Víctima en tendido

del esternón y con los dedos sobre el maxilar (imagen 12.3.3.a).

‰ Con el brazo no dominante: Colocarlo a lo largo de la columna dorsal (imagen 12.3.3.b), abarcando la
supino

base del cráneo con la palma de la mano y manteniendo las muñecas completamente rígidas y los
antebrazos pegados al cuerpo del accidentado a modo de pinza.

Es de vital importancia mantener entre ambos brazos una línea recta para anular cualquier movimiento
de cabeza y cuello. Debemos tratar de traccionar levemente nuestras manos hacia arriba con objeto de reducir
la presión del peso de la cabeza de la víctima sobre los discos intervertebrales de la zona cervical.

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Imagen 12.3.3.a: Agarre vista Imagen 12.3.3.b: Agarre vista posterior de la técnica del Imagen 12.3.3.c: Error en la colocación de los brazos para
anterior de la técnica del torno torno la inmovilización

Hemos de tener en cuenta que si no disponemos de material auxiliar, debemos poner en práctica nuestra
imaginación para lograr formar materiales de fortuna (p.e.: si no tenemos camilla, utilizar una puerta, un banco, una
tabla, un pullboy, planchas de goma espuma, etc.).

DESCRIPCIÓN TÉCNICA DEL TORNO CANADIENSE

Tendremos que colocar a la víctima en tendido supino para despejar sus vías aéreas, y debemos saber
Víctima en tendido

que hacerlo en el agua disminuirá tensiones en la columna gracias a sus condiciones de flotación y de presión
hidrostática. Este volteo lo podemos hacer de dos maneras diferentes:
prono

‰ Realizar el torno y voltear sobre nosotros mismos en bloque metiéndonos bajo el agua unos instantes para
acabar en posición supina.

‰ Aplicar el torno y colocar el cuerpo del accidentado hacia la posición vertical, cuidando de realizar un
movimiento en bloque.

En ambos casos, a la hora del giro longitudinal lo haremos con movimientos lentos y en bloque.

Errores frecuentes en la ejecución de la técnica torno canadiense son:

‰ No llevar los brazos en línea con la columna y el esternón (imagen 12.3.3.c).


‰ No mover en bloque nuestros brazos (moviendo tan sólo nuestras manos).
‰ No asegurarse de que las vías aéreas están despejadas.

DESCRIPCIÓN TÉCNICA DE LA PINZA DE BÍCEPS

‰ Desde la posición horizontal de la víctima, nos colocamos en un lateral de la víctima o por delante de ella.
Víctima en tendido

‰ Elevaremos suavemente sus miembros superiores hacia arriba, colocando los brazos pegados a las orejas y a
los lados de la cabeza para que esta quede inmovilizada siguiendo la línea vertebral (imagen 12.3.3.d).
supino

‰ La posición de nuestras manos podrá ser a lo largo de los brazos de la víctima (codos, muñecas, etc.),
aunque se aconseja hacerlo lo más pegado posible al hombro para aumentar la precisión de la inmovilización.

‰ Una vez conseguida la inmovilización, podemos quedarnos de frente a la víctima o bien lateralmente. Si lo
hacemos lateral, existe la posibilidad de controlar al accidentado realizando una pinza con un solo brazo
apretando a la víctima desde su parte distal hacia nuestro propio hombro para fijarlo (imagen 12.3.3.e).

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Imagen 12.3.3.e: Pinza de bíceps desde el lateral y con


Imagen 12.3.3.d: Pinza de bíceps
apoyo de hombro

Partiendo del punto anterior en el que ya teníamos resuelta la inmovilización:

‰ Si nos colocamos de frente a su cabeza: Nuestro brazo izquierdo va a su codo izquierdo por arriba, y
nuestro brazo derecho por debajo de nuestro brazo izquierdo a su codo derecho por debajo (imagen
12.3.3.f). Desde esta posición girar a la víctima 180º hacia la izquierda en el eje longitudinal manteniendo el
eje cabeza-cuello-tronco. Los agarres de las manos serán al contrario si giramos hacia la derecha.
Víctima en tendido prono

‰ Si nos colocamos en un lateral de su cabeza: Si estamos en el lado del hombro derecho de la víctima,
llevaremos nuestro brazo izquierdo a su codo izquierdo por arriba, y nuestro brazo derecho a su codo
derecho por arriba. A continuación, giraremos 180º el cuerpo de la víctima acercando nuestro brazo izquierdo
a nosotros. Durante este giro podemos colocarnos a la víctima sobre nuestro brazo derecho. Los agarres de
las manos serán al contrario si nos colocamos en el lateral izquierdo de la víctima (imagen 12.3.3.g).

Imagen 12.3.3.f: Pinza de bíceps de frente a la cabeza de la Imagen 12.3.3.g: Pinza de bíceps desde el lateral de la
víctima para accidentados en tendido prono víctima para accidentados en tendido prono

En estos casos aplicaremos la técnica desde arriba de la víctima levantando sus hombros y sacándola a
hundida
Víctima

la superficie con la pinza formalizada y cuidando de subirla diagonalmente para no provocar movimientos en su
tronco.

Errores frecuentes en la ejecución de la técnica pinza de bíceps son:

‰ Tardar demasiado tiempo en la ejecución de la técnica mientras tiene las vías aéreas bajo el agua.
‰ No alinear los brazos a las orejas del accidentado, produciendo como consecuencia movimientos de flexión-extensión
(imagen 12.3.3.h).
‰ Realizar la pinza con agarre en el antebrazo y sin tracción de los brazos hacia arriba, con la consecuencia de
movimientos (flexión-extensión) no deseados del cuello de la víctima.
‰ Del mismo modo, coger a la víctima por la zona distal del brazo y no la proximal (pegado al hombro), lo cual
produciría menor estabilidad en la inmovilización (imagen 12.3.3.i).
‰ Movilizar a la víctima sin seguir el eje cabeza-cuello-tronco.

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Imagen 12.3.3.h: Error en la pinza de bíceps al Imagen 12.3.3.i: Error en la pinza de bíceps al coger a la
provocando movimientos del cuello de la víctima víctima por zona distal al hombro

DESCRIPCIÓN TÉCNICA J.PRATG (Ángela Tamurejo Galán y Juan Pedro Rabanal Ángel)

La primera operación que debemos realizar es hundir a la víctima verticalmente, independientemente si


se encuentra en tendido prono o supino. Para ello nos colocaremos a su espalda (imagen 12.3.3.j) y tiraremos
Tendido supino o

suavemente hacia abajo y hacia atrás desde las caderas (espinas ilíacas) para conseguir hundirla y que, como
resultado, se coloque en la vertical sin que se vea afectada su columna gracias a las fuerzas de flotación (imagen
prono

12.3.3.k).

A partir de ahí iniciaremos la técnica de inmovilización, que consistirá en colocar nuestros antebrazos en
paralelo y sobre la espalda de la víctima, a la altura de las escápulas, dejando en medio su columna vertebral.
Asimismo, colocaremos nuestros dedos pulgares juntos atrás, los dedos índices apoyados en los pómulos, los
dedos corazones sujetando el mentón y los dedos anulares y meñiques libres (pueden tomar el pulso carotídeo si
es necesario) (imagen 12.3.3.l).

Imagen 12.3.3.j: Colocación en la espalda de la víctima Imagen 12.3.3.k: Tracción hacia abajo para hundir a la
para iniciar la técnica J.PRATG víctima e iniciar la técnica J.PRATG

Imagen 12.3.3.l: Colocación manos para la técnica


Imagen 12.3.3.m: Error en la pinza J.PRATG al provocar
J.PRATG
una hiperextensión de cuello

Errores frecuentes en la ejecución de la técnica J.PRATG son:

‰ Rotar al accidentado a la hora de aplicar la técnica de hundimiento, o realizarlo con brusquedad.


‰ Mover el cuello de la víctima al colocar nuestras manos en su cabeza (imagen 12.3.3.m).
‰ No mover en bloque nuestros brazos (movimiento de las muñecas), provocando la extensión del cuello de la víctima.

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12.3.4 Remolque
Independientemente de la técnica de inmovilización utilizada, el remolque sigue unas pautas comunes cuando se
trata de accidentes medulares, que consistirán en adoptar una posición vertical y llevar un batido alternativo de braza o
waterpolo (imagen 12.3.4.a) hasta llegar a una zona en la que se haga pie o que hayamos elegido para la evacuación o la
colocación del tablero espinal. No obstante, la técnica J.PRATG nos permitirá ir en una posición más diagonal y no tan
vertical, consiguiendo con ello un desplazamiento menos forzado.

Si el accidente se produce en una piscina nos dirigiremos al bordillo o a la zona menos profunda, pero si ocurre
en un entorno natural como una playa, nos dirigiremos a la orilla del mar, fuera de la rompiente de las olas por supuesto,
hasta la llegada de alguna camilla. Si ocurre en el medio del mar, será la embarcación la que se acerque a nosotros de
manera controlada y suave para no producir oleaje (capítulo 8.2.3).

En todo momento procuraremos mantener las vías aéreas despejadas para permitir al accidentado respirar
(imagen 12.3.4.b).

Imagen 12.3.4.a: Remolque de accidentado con lesión Imagen 12.3.4.b: Error en el remolque de la pinza de
medular bíceps al no advertir que la víctima tiene las vías aéreas
bajo el agua

12.3.5 Extracción del agua


Una vez que tenemos conseguida la inmovilización de la víctima debemos extraerla del agua para su evacuación.
Sin embargo, en toda extracción hay un momento en el que perdemos la inmovilización para incorporar a la víctima al
tablero espinal, material de fortuna, o bien el T.S.A. que está fuera esperando sin material (transición entre imagen
12.3.5.j y k). Por ello hemos de extremar aquí la precaución, ya que un fallo en esta fase puede echar a perder todo el
trabajo anterior, de ahí la importancia de los entrenamientos y simulacros.

Para su desarrollo, será el rescatador más experimentado es el que tenga a la víctima inmovilizada con la técnica
correspondiente, mientras que los ayudantes (otros T.S.A. o personal no sanitario) se encargarán de colocar la camilla y/o
ayudar en la extracción.

Debe haber una coordinación milimétrica en este trabajo en equipo, siendo el T.S.A. principal quien hará la
función de líder y dirigirá la operación, estableciendo los pasos secuenciales para que todo se haga sin comprometer la
seguridad del accidentado, así como las precauciones que se deben tomar.

En caso de realizar la extracción sin ayuda de otros medios humanos, la función del T.S.A. será la de acercar a la
víctima hasta la orilla o borde de la piscina para esperar la ayuda necesaria.

Para explicar esta fase de la secuencia de ejecución diferenciaremos dos maneras: con tablero espinal o material
de fortuna con la misma función, y sin tablero espinal ni material de fortuna. Al mismo tiempo también diferenciaremos si
estamos en piscina poco profunda o profunda.

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EXTRACCIÓN CON TABLERO ESPINAL O MATERIAL DE FORTUNA CON LA MISMA


FUNCIÓN
Los pasos secuenciales son los siguientes:

1. Colocar a la víctima en posición horizontal y alineada (eje cabeza-tronco-piernas).

2. Hundir horizontalmente el material bajo el agua y aproximarlo a la víctima (imagen 12.3.5.d).

3. Introducir el material bajo la víctima con seguridad y llevarlo suavemente a la superficie y horizontalmente.
Es importante sujetar bien el material para evitar que la fuerza de flotación ascendente golpee a la víctima y
desequilibremos la inmovilización.

4. Inmovilizar a la víctima con el collarín o almohadillas y correas. Cabe destacar que a mayor número de
correas o cinchas mayor seguridad, pero que con tener dos a nivel cervical, dos a nivel del tronco, y dos a
nivel de tren inferior es suficiente. A nivel de extremidades superiores pasaremos la cincha por las axilas,
dejando los brazos libres a nivel de hombros, ya que a nivel de cadera los brazos quedan asegurados.

Para la inmovilización en el tablero espinal colocaremos en primer lugar las almohadillas laterales o
Dama de Elche, y posteriormente colocaremos las sujeciones de frente y mentón (imagen 12.3.5.a). Hay que
tener en cuenta que las almohadillas tienen una pequeña hendidura para las orejas. También podemos
utilizar el collarín de inmovilización cervical (imagen 12.3.5.b).
Piscina poco profunda

Imagen 12.3.5.a: Colocación en tablero espinal de Imagen 12.3.5.b: Colocación de collarín cervical para
almohadillas laterales con agarre frente-mentón para víctimas con lesión medular
víctimas con lesión medular

Posteriormente pasaremos a las fijaciones o correas del


tronco y piernas, dejando eso si los brazos fuera de las
correas (imagen 12.3.5.c) para que de esta manera, si la
camilla pasase a una posición diagonal o vertical el sujeto no
se cayese en ningún momento y mantuviera su sujeción. En
cuanto a la fijación de la cadera, mantendrá dentro las manos
para evitar que estas se muevan y desequilibren a la víctima,
así como que a la hora de depositar la camilla encima del
borde, no nos molesten. Las últimas fijaciones serán las de las
rodillas y pies.

Si aplicamos la técnica de pinza de bíceps la


inmovilización en la camilla para la extracción será colocando Imagen 12.3.5.c: Colocación de las correas de la camilla a
nivel de tronco y piernas para la extracción de
en primer lugar un lateral de las almohadillas y luego el otro accidentados con lesión medular
(imagen 12.3.5.d y e).

5. Extraer del agua al accidentado con seguridad.

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Imagen 12.3.5.d: Hundimiento de camilla sin perder la Imagen 12.3.5.e: Colocación de la Dama de Elche con
pinza de bíceps pinza de bíceps

Los pasos secuenciales son los siguientes:

1. Uno de los ayudantes introducirá la camilla vertical y paralelamente al borde del vaso (imagen 12.3.5.f).
Para ello se sentará en el bordillo y hundirá el tablero con los brazos. Para evitar el desplazamiento lateral o
frontal nos ayudaremos de ambas piernas.

2. Una vez tengamos el tablero completamente hundido y la víctima sea situada paralela y verticalmente a la
misma, el T.S.A. que realizaba la inmovilización soltará la mano de la columna dorsal para ajustarla por
detrás de la tabla simulando la misma acción (imagen 12.3.5.g). Desde esta posición, dejaremos que la
parte distal del tablero vaya elevándose lentamente, con ayuda de los pies de la persona que sostiene la
camilla, teniendo precaución de que esta subida no sea brusca por la fueraza de flotación del agua sobre el
material.

Si se produce esto, la zona donde debe ir colocada la cabeza del accidentado iría más arriba de donde
realmente tiene que ir y provocaría el movimiento del cuello de la víctima, que se encuentra en esta fase
pegado al tablero espinal.
Piscina profunda

Imagen 12.3.5.f: Colocación de tablero espinal para la Imagen 12.3.5.g: Colocación mano dominante detrás del
extracción de accidentados con lesión medular en piscina tablero espinal para la extracción de accidentados con
profunda lesión medular en piscina profunda

3. El T.S.A. que se encarga de la inmovilización, ahora con la camilla en transición a la horizontal, sigue
controlando la posición del accidentado desde un lateral.

4. Una vez lleguemos a la posición horizontal, el T.S.A. del agua abandonará el agarre ya que el ayudante que
está fuera, además de controlar que la tabla no se mueva al tenerla entre las rodillas, inmovilizará la cabeza
de la víctima con sus antebrazos para mantenerla fija desde los maxilares (imagen 12.3.5.h).

5. A partir de ahí, el T.S.A que hasta ese momento dirigía la operación pasa a ser el que coloca el collarín (si
disponemos de él), la Dama de Elche, o el material de fortuna que hayamos utilizado (toalla, pullboy, banco,
etc.). Tras asegurar la zona cervical no será necesaria la inmovilización cervical por parte de los ayudantes.

7. La extracción debe hacerse siempre con la tabla en posición horizontal en todo momento y sin realizar
movimientos bruscos sino suaves, con control de la estabilidad, y como si fuera un bloque. Para ello
podemos colocar la tabla paralelamente al bordillo o al material de rescate utilizado (imagen 12.3.5.i),
pidiendo la ayuda que creamos necesaria, para lo cual será necesario que los movimientos entre los
rescatadores sean coordinados.

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Imagen 12.3.5.h: Colocación del ayudante desde fuera del Imagen 12.3.5.i: Fase de extracción del accidentado del
agua para la inmovilización cervical en la extracción de agua en la secuencia de actuación de la extracción de
accidentados con lesión medular accidentados con lesión medular

En cuanto a la colocación de las manos, los rescatadores intentarán abarcar toda la longitud del material
para evitar que esta ladee a un lado u otro.

Este paso es bastante decisivo en el éxito del rescate, ya que se calcula que más del 10% de las víctimas
de accidentes con lesión medular tienen lesiones secundarias como consecuencia de una mala actuación en la
inmovilización y en el transporte, de ahí la importancia de tener claras las pautas anteriormente citadas.

EXTRACCIÓN SIN TABLERO ESPINAL O MATERIAL DE FORTUNA

Indistintamente si la piscina es profunda o poco profunda, y siempre teniendo en cuenta que contamos con
ayuda desde fuera del agua, la inmovilización deberá seguir los siguientes pasos secuenciales:

1. Una vez llegado al punto de destino del remolque (bordillo, embarcación, etc.) y con la víctima de espaldas al
mismo, el ayudante, que estará fuera del agua, ofrecerá su brazo para el agarre de nuca (imagen 12.3.5.j).

2. Una vez lo tenga agarrado el ayudante de fuera del agua, el T.S.A. del agua soltará la pinza que tenga hecha en la
nuca y mantendrá la de delante hasta el momento en que el de fuera le asegura la inmovilización (imagen 12.3.5.k).

3. A partir de ahí, otro colaborador elevará los brazos hacia arriba para aplicar la pinza de bíceps mientras que el T.S.A.
del agua mantiene la cadera inmovilizada (imagen 12.3.5.l).

4. A la señal, elevaremos al accidentado hacia fuera del agua con suavidad hasta sentarla en el borde con cuidado de
evitar presionar los discos intervertebrales y mover la técnica de inmovilización (imagen 12.3.5.m).

5. Posteriormente la depositaremos en el suelo hasta la llegada del personal sanitario manteniendo a la víctima
inmovilizada y con tracción hacia arriba para evitar la presión medular (imagen 12.3.5.n y o).

Imagen 12.3.5.j: Ayuda de T.S.A. desde fuera del agua Imagen 12.3.5.k: Inmovilización del T.S.A. desde fuera del
para la extracción sin camilla agua para la extracción sin camilla

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Imagen 12.3.5.l y m: Extracción de accidentado del agua sin camilla y Imagen 12.3.5.n y o: Colocación de la víctima en el suelo manteniendo
con lesión medular pinza de bíceps

Como norma general, una vez tengamos al accidentado fuera del agua es importante tapar a la víctima para
evitar la hipotermia y aplicar los primeros auxilios correspondientes (capítulo 16).

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CAPÍTULO 13
La respiración boca a boca en el medio
acuático. Fisiopatología del ahogado

OBJETIVOS

‰ Aplicar la respiración artificial para cada


situación de rescate.
CONTENIDOS

‰ Técnica de la respiración artificial.

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13. LA RESPIRACIÓN BOCA A BOCA EN EL MEDIO


ACUÁTICO. FISIOPATOLOGÍA DEL AHOGADO
La respiración artificial en el agua es la acción de introducir aire
de nuestros propios pulmones a alguien que ha dejado de respirar o que
tiene dificultades para hacerlo.

Si nos encontramos en esta situación, hemos de tener en cuenta


las tres fases que aparecen en la tabla de clasificación el capítulo 17.5
(paro respiratorio, paro cardíaco y anoxia de tejidos). En aquella
clasificación podemos concretar que el tiempo que transcurre desde que
la víctima deja de respirar hasta la actuación del T.S.A. es vital para su
recuperación, pudiendo darse el caso de que las posibilidades de
recuperación vayan disminuyendo hasta el punto de pasar de ser casi
segura su reanimación a probable e improbable, tal y como se establece
en la siguiente tabla y grafica siguiente (Curva de Drinker). De ahí la Imagen 13.a: Víctima a punto de ahogarse

importancia de actuar con presteza.

RELACIÓN TIEMPO/POSIBILIDADES DE RECUPERACIÓN

POSIBILIDADES DAÑO
MINUTOS CURVA DE DRINKER
DE RECUPERACIÓN CEREBRAL

1 98%
2 92%
Improbable
3 72%
4 50%
5 25%
6 11%
7 8%
Probable
8 6%
9 5%
10 2%
11 1/1.000%
Casi seguro Gráfica 13.1.a
12 1/10.000%

Estos tiempos variarán de persona a persona en función al estado de su corazón, esfuerzo físico realizado
previamente, temperatura del agua, etc., de ahí la importancia de la presteza en nuestra actuación.

13.1 TÉCNICAS DE RESPIRACIÓN BOCA A BOCA


Podemos distinguir varias maneras de llevar a cabo la respiración
artificial en el medio acuático: Sin apoyo, con apoyo (de una corchera, en
el bordillo o de material de rescate) y bajo el agua.

‰ Sin apoyo: Colocaremos una mano debajo de su nuca para conseguir


la extensión del cuello y favorecer la apertura de las vías respiratorias,
mientras que la otra mano la colocamos en la frente y con los dedos
pulgar e índice tapando la nariz (imagen 13.1.a). Para poder
mantenernos a flote verticalmente realizaremos una patada de braza.

‰ Con apoyo de una corchera, del bordillo o de material de


rescate: Colocaremos la nuca del accidentado sobre el material o el
bordillo para así tener la mano libre para mantener elevado el tronco Imagen 13.1.a: Respiración artificial sin apoyo

por las vértebras dorsales (imagen 13.1.b, c, d y e).

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Imagen 13.1.b: Respiración artificial con apoyo de Imagen 13.1.c: Respiración artificial con apoyo de bordillo
corchera del vaso

Imagen 13.1.d: Respiración artificial con apoyo de aro


Imagen 13.1.e: Respiración artificial con apoyo de flopi
salvavidas

‰ Bajo el agua: En los casos en los que el sujeto quede atrapado bajo el agua por
alguna roca, grieta, rama, etc. y el T.S.A. no pueda sacarlo, mientras esperamos
la ayuda necesario tendremos que proporcionarle aire bajo el agua. En esta
situación, el T.S.A. realizará una inspiración profunda antes de cada inmersión, y
una vez que llegue a la altura del accidentado hemos de advertirle que vamos a
practicarle esta técnica con objeto de evitar que se asuste o bien que no
responda positivamente al acto ya que hemos de acercarnos totalmente a su
cara hasta aplicar un cierre hermético entre su boca y la nuestra, siendo esto lo
más difícil. En caso de que no se consiga este cierre cada vez que insuflemos
entrará agua y la operación no habrá servido para nada, además de verse
incrementado el estrés y la ansiedad de la víctima.
13.1.f: Respiración artificial bajo el agua

Cada vez que insuflemos el aire subiremos de nuevo para tomar otra bocanada de aire y repetir la acción hasta
la llegada de la ayuda. Pasado un tiempo la situación se verá peligrar por la hipotermia.

Para llevar a cabo la operación de la respiración artificial hemos de seguir las consideraciones que aparecen en el
capítulo 17.7.2.

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CAPÍTULO 14
Legislación aplicada al salvamento acuático

Angélica Fernández Fuentes


Graduado Social
Técnico de formación
Responsable gestión de recursos humanos de la empresa de socorrismo Team Rescue S&S S.L.U.

OBJETIVOS

‰ Saber qué tipos de responsabilidades tiene


un T.S.A. durante su labor.
‰ Saber manejar la legislación laboral básica.
CONTENIDOS

‰ Responsabilidad penal.
‰ Responsabilidad civil.
‰ Legislación laboral (Estatuto de los
trabajadores y Convenio Colectivo).

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14. LEGISLACIÓN APLICADA AL SALVAMENTO ACUÁTICO


Este capítulo trata de hacernos ver la relación existente entre la legislación vigente y el socorrismo, dejando claro
que cualquier acto que realice una persona repercute en los demás, y por ello su actividad debe estar limitada y reglada
dentro de un marco que no afecte ni lesione los derechos o el bienestar de todos.

Aunque el derecho es uno sólo, se encuentra dividido en ramas o materias según el ámbito que va a regular o
sobre el que se va a aplicar. En el ámbito del salvamento acuático abordamos los aspectos penales, civiles y laborales,
por ser estos con los que se va a encontrar el T.S.A. a la hora de desempeñar su función.

14.1 RESPONSABILIDAD PENAL


Algunas de las preocupaciones con las que un T.S.A. pueden encontrarse en su
trabajo se resumen en:

‰ ¿Qué ocurriría si al atender a un accidentado agravo su situación?


‰ ¿Qué me pasaría si fallece una persona al trasladarle?
‰ ¿Cuál sería la responsabilidad que tengo si mi actuación afecta negativamente sobre la
víctima?
‰ ¿Qué pasaría si no atiendo a una víctima?

Pues bien, para responder a estas preguntas debemos conocer algunos artículos de la Ley Orgánica 10/1995 de
23 de Noviembre del Código Penal. Así, el Código Penal, en adelante C.P., es el conjunto de normas que regulan el
ejercicio del poder sancionador y preventivo del Estado y tutelan los valores y principios básicos de la convivencia social.
En este compendio de normas se establece la responsabilidad penal que puede llegar a tener la actuación de cualquier
ciudadano.

El C.P. está dividido en capítulos, y estos a su vez se estructuran en artículos. Así, según el artículo 10 del
Capítulo I del C.P. (Delitos y Faltas), los delitos y faltas se definen como las acciones y omisiones dolosas o imprudentes
penadas por la ley.

‰ Acciones u omisiones dolosas: Cuando hay conciencia y voluntariedad en causar un mal.


‰ Acciones u omisiones imprudentes: Cuando el mal es causado sin intención, actuando sin la debida negligencia o
cuidado

Los delitos o faltas en las que un T.S.A. puede incurrir son: Omisión del deber de socorro, omisión del deber de
impedir ciertos delitos, denegación de auxilio, delitos imprudentes y lesión por accidente.

‰ Omisión del deber de socorro: Estos delitos vienen regulados en los siguientes artículos C.P.:

ƒ Artículo 195:

1. El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave,
cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de tres
a doce meses.
2. En las mismas penas incurrirá el que, impedido de prestar socorro, no demande con urgencia auxilio
ajeno.
3. Si la víctima lo fuere por accidente ocasionado fortuitamente por el que omitió el auxilio, la pena
será de prisión de seis meses a 18 meses, y si el accidente se debiere a imprudencia, la de prisión
de seis meses a cuatro años.

ƒ Artículo 196:

El profesional que, estando obligado a ello, denegare asistencia sanitaria o abandonare los
servicios sanitarios, cuando de la denegación o abandono se derive riesgo grave para la salud de las
personas, será castigado con las penas del artículo precedente en su mitad superior y con la de
inhabilitación especial para empleo o cargo público, profesión u oficio, por tiempo de seis meses a tres
años.

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Si bien estos deberes de solidaridad son comunes a todas las personas, lo son aún más fuertes para aquellos que
voluntariamente o por contrato asumen la función de socorrer a las personas.

En definitiva, del T.S.A. no solo se va a demandar la actuación, sino también el intento de evitar el resultado que
pueda producirse. Así, el socorrista que contempla como una persona se está ahogando y no actúa, por determinados
prejuicios, o por reconocer en aquella persona a un enemigo, por ejemplo, incurrirá en responsabilidad agravada por
comisión por omisión (cometer un delito por omisión).

Asimismo, no solo se exige actuar, sino además, intentar evitar la producción del resultado lesivo.

‰ Omisión del deber de impedir ciertos delitos: Este delito viene regulado en el artículo 450 del C.P., y estará
penado cuando:

1. El que, pudiendo hacerlo con su intervención inmediata y sin riesgo propio o ajeno, no impidiere la
comisión de un delito que afecte a las personas en su vida, integridad o salud, libertad o libertad
sexual, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si el delito fuera contra la
vida, y la de multa de seis a veinticuatro meses en los demás casos, salvo que al delito no impedido
le correspondiera igual o menor pena, en cuyo caso se impondrá la pena inferior en grado a la de
aquél.
2. En las mismas penas incurrirá quien, pudiendo hacerlo, no acuda a la autoridad o a sus agentes
para que impidan un delito de los previstos en el apartado anterior y de cuya próxima o actual
comisión tenga noticia.

Vemos como en este caso la ley castiga la pasividad. Ante una situación de riesgo, el T.S.A. tiene la obligación de
intervenir para evitarlo, y si no puede hacerlo, tiene al menos la obligación de denunciarlo. No obstante, no se
considerará delito cuando si con la intervención corre riesgo propio o ajeno.

‰ Denegación de auxilio: Estos delitos vienen regulados en los artículos del C.P., y estará penado cuando:

ƒ Artículo 407:

1. A la autoridad o funcionario público que abandonare su destino con el propósito de no impedir o no


perseguir cualquiera de los delitos comprendidos en los Títulos XXI, XXII, XXIII y XXIV se le
castigará con la pena de prisión de uno a cuatro años e inhabilitación absoluta para empleo o cargo
público por tiempo de seis a diez años. Si hubiera realizado el abandono para no impedir o no
perseguir cualquier otro delito, se le impondrá la pena de inhabilitación especial para empleo o
cargo público por tiempo de uno a tres años.
2. Las mismas penas se impondrán, respectivamente, cuando el abandono tenga por objeto no
ejecutar las penas correspondientes a estos delitos impuestas por la autoridad judicial competente.

ƒ Artículo 408:

La autoridad o funcionario que, faltando a la obligación de su cargo, dejare intencionadamente


de promover la persecución de los delitos de que tenga noticia o de sus responsables, incurrirá en la
pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años.

Esta figura jurídica esta pensada para aquellas personas que ostentan la condición de funcionarios
públicos y por tanto tienen mayor obligación de intervenir que un ciudadano corriente. Podría darse el caso de
que un T.S.A. fuese funcionario público si estuviese incorporado a la administración por una relación de servicios
profesionales y retribuidos como tal.

‰ Delitos imprudentes: Este delito viene regulado en el artículo 142 del C.P., y estará penado cuando:

1. El que por imprudencia grave causare la muerte de otro, será castigado, como reo de homicidio
imprudente, con la pena de prisión de uno a cuatro años.
3. Cuando el homicidio fuere cometido por imprudencia profesional se impondrá además la pena de
inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o cargo por un período de tres a seis
años.

Entendemos la imprudencia cuando, aún sin intención, no se pone la debida diligencia en una acción y por eso
resulta un mal.

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La distinción entre delito o falta no se mide en este caso por la mayor o menor gravedad del resultado producido,
sino por la mayor o menor falta de prevención y diligencia del sujeto. Un T.S.A. incurrirá en imprudencia, por
ejemplo, al manipular inadecuadamente a un herido cuyos síntomas indican que pueden sufrir lesión de columna
vertebral.

‰ Lesión por accidente: Si de la actuación de un T.S.A. se derivase una situación lesiva para la víctima, sin culpa ni
intención, y habiendo adoptado los medios necesarios para evitar el daño, no existirá responsabilidad penal.

Para finalizar la Responsabilidad penal, hemos de tener en cuenta varios aspectos de interés:

‰ Responsabilidad penal según la edad: Según la edad de la persona que cometa el delito se le juzgará o
sancionará por una norma u otra. Así, a los mayores de 18 años se les aplicará el la Ley Orgánica 10/1995
anteriormente citada, mientras que si tiene entre 16 años y 18 se les aplicará la Ley Orgánica 5/2000 de 12 de enero
que regula la responsabilidad del menor.

‰ La responsabilidad penal es personal: La pena o la sanción la ha de cumplir


directamente el que haya cometido el delito o la falta, a diferencia de la
responsabilidad civil, que como veremos más adelante se puede aplicar a varias
personas aún no habiendo participado en la comisión del hecho. De hecho, las
sanciones se establecen en tres:

ƒ Privativas de libertad (cárcel o arresto domiciliario).


ƒ Privativas de derecho (inhabilitación para seguir desempeñando el trabajo).
ƒ Multa.

‰ No se puede castigar nada que no esté contemplado en el C.P.


‰ No hay delito si el hecho ocurre por fuerza mayor o de manera fortuita, por alguna catástrofe o algo totalmente ajeno
a nosotros que no puede controlar la persona humana.

Por otra parte, existen algunas circunstancias que pueden modificar la Responsabilidad Penal que pueda tener
una persona por un hecho determinado. Estas circunstancias pueden anular, atenuar o agravar la responsabilidad penal:

‰ Eximentes (art. 20 del C.P.): Son hechos que ocurren que pueden incluso anular la responsabilidad penal (p.e.:
Cuando una persona fallece mientras estamos atendiendo a otro sujeto y nos hemos percatado de su situación).

‰ Atenuantes (art. 21 del C.P.): Son hechos o indicios que hacen que la responsabilidad penal se minore y no sea tan
severa (p.e.: Cuando una persona fallece y no has podido socorrerlo porque te encontrabas indispuesto, con
mareos).

‰ Agravantes (art. 22 del C.P.): Son hechos que hacen que la responsabilidad se agrave aún más (p.e.: Dejar de
auxiliar a alguien por algún tipo discriminación por razón de sexo, raza, religión, etc.).

14.2 RESPONSABILIDAD CIVIL


Se regula en el Código Civil, que es el texto legal que contiene las normas básicas de convivencia en la sociedad
y tiene por objeto regular las relaciones civiles de las personas físicas y jurídicas, privadas o públicas.

Es en los artículos 116.1 del C.P. y 1902 del Código Civil, donde se regula la responsabilidad civil.

‰ Artículo 116:

1. Toda persona criminalmente responsable de un delito o falta lo es también civilmente si del hecho
se derivaren daños o perjuicios. Si son dos o más los responsables de un delito o falta los Jueces o
Tribunales señalarán la cuota de que deba responder cada uno. Por tanto, se entiende que no todos
los delitos o faltas derivan en responsabilidad civil, sino únicamente cuando se produzca un daño o
perjuicios a terceros.

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‰ Artículo 1902:

El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado
a reparar el daño causado.

En base a esta normativa, las actuaciones del T.S.A. están sujetas a responsabilidad tanto en el ámbito penal
como en el civil, si como consecuencia de su actuación se produce un resultado lesivo para terceras personas.

La responsabilidad civil, al igual que hemos explicado anteriormente con la penal, no existe o se interrumpe por
dos motivos:

‰ Por fuerza mayor: Por alguna circunstancia ajena a nuestra voluntad y que se produce como consecuencia de una
acción fortuita e incontrolable por el ser humano (p.e.: Fuerte oleaje, maremoto, fuerte viento, etc.).

‰ Por aleatoriedad: Cuando ocurre un hecho imprevisible para el T.S.A. (p.e.: Fallo depuradora de piscina).

La responsabilidad civil consistirá en:

‰ La restitución de la cosa o el bien sobre el que se produce el daño.


‰ La reparación del daño causado.
‰ La indemnización de los perjuicios materiales o morales.

Otro concepto de interés es la responsabilidad civil subsidiaria. Así, la cadena de responsabilidad civil comenzaría
en el propio T.S.A. como autor material de la imprudencia o negligencia. En caso de que éste no responda, aparecería la
figura del responsable subsidiario: empresa que le contrató (como responsable subsidiario de las faltas en que incurran
sus trabajadores en el desempeño de sus funciones), instalación donde ocurrieron los hechos y, por último, la compañía
aseguradora de cualquiera de ellos, o de todos ellos, que sería quien en último lugar tendría que pagar la indemnización,
dado que a ello se obliga por el contrato específico de seguro que se hubiera contratado. En el caso de piscinas públicas
es obligatoria la existencia de tal seguro.

En esta misma línea se establece el artículo 116.2 sobre personas civilmente responsables:

2. Los autores y los cómplices, cada uno dentro de su respectiva clase, serán responsables
solidariamente entre sí por sus cuotas, y subsidiariamente por las correspondientes a los demás
responsables.

La responsabilidad subsidiaria se hará efectiva primero, en los bienes de los autores, y después, en los de los
cómplices. Tanto en los casos en que se haga efectiva la responsabilidad solidaria como la subsidiaria, quedará a salvo la
repetición del que hubiere pagado contra los demás por las cuotas correspondientes a cada uno

El plazo de prescripción de la responsabilidad civil es de 1 año desde que se produjeron los hechos.

14.3 LEGISLACIÓN LABORAL


Podemos definir el Derecho del Trabajo como el conjunto de normas de obligatorio cumplimiento que regula las
relaciones que nacen del contrato de trabajo entre empresario y trabajador. La normativa mínima en España se recoge en
el Estatuto de los Trabajadores, en adelante E.T., en el Real Decreto legislativo 1/1995, de 24 de marzo.

El trabajo regulado por el Derecho Laboral es aquel que se presta:

‰ De forma libre o voluntaria: Sin coacción.


‰ Por cuenta ajena: Existirá ajenidad tanto en los riesgos como en los beneficios.
‰ Retribuido: El trabajador recibirá a cambio de su trabajo un salario que le permita cubrir sus necesidades.
‰ Dependiente: El trabajo ha de realizarse bajo la organización y dirección del empresario, de manera que el
trabajador estará obligado a cumplir las órdenes individuales y colectivas que de su empresario sobre la forma, el
lugar y el tiempo de ejecución del trabajo.

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14.3.1 Jerarquía de las normativas


Las normas están ordenadas
jerárquicamente en función a la fuerza, rango o
valor que tengan, de manera que aquellas que
tengan una mayor fuerza o rango se van a
situar por encima de aquellas cuyo rango,
fuerza o valor es menor. Esto lo podemos
observar mejor en la siguiente derecha.

En ella podemos observar que la norma


suprema es la Constitución Española, que
contiene los derechos básicos de las personas, y
ésta se deriva en las normas con rango de ley
en materias específicas, en este caso, deriva a
la Ley del E.T. la regulación del Derecho del
Trabajo.

En el E.T. se establecen los derechos y


obligaciones que surgen de la relación laboral
entre empresario y trabajador, pero estos
derechos tienen el carácter de mínimos, es decir, pueden ser mejorados por la negociación colectiva, materializándose en
los Convenios Colectivos, en adelante C.C.

De entre los C.C., uno que se adapta perfectamente a la función laboral del socorrismo es el II Convenio
colectivo nacional de instalaciones deportivas y gimnasios (B.O.E. nº 213 de fecha 6 de septiembre de 2.006), ya que es
aplicable a empresas que presten servicios de ocio-deportivo, ejercicio físico, vigilancia acuática, gimnasios, clubes de
natación…, aunque hay otros convenios como el Convenio Colectivo Estatal de Mantenimiento y Conservación de
Instalaciones Acuáticas que también podría englobar el socorrismo.

14.3.2 El contrato: forma y duración (artículos 8 y 15 del E.T.


respectivamente)
El contrato de trabajo es un acuerdo entre empresario y trabajador, sobre las condiciones en las que se va a
desarrollar el trabajo.

Para que un contrato de trabajo sea válido es necesario que:

‰ Ambas partes consientan válidamente.


‰ Exista un objeto (la prestación de un servicio).
‰ Exista una causa (la causa será distinta para el empresario, que lo que desea es
obtener el resultado del trabajo del trabajador, y la causa para el trabajador será
recibir un salario en contraprestación por el trabajo realizado).

A la hora de formalizar por escrito un contrato de trabajo debemos de tener en cuenta que existen ciertos datos
que no debemos omitir, tales como:

‰ Tipo de contrato de trabajo.


‰ Datos identificativos de la empresa.
‰ Datos identificativos del trabajador.
‰ Consentimiento de los padres en caso de que el futuro trabajador tenga menos de 18 años.
‰ Condiciones laborales.
‰ Categoría profesional del trabajador (puesto que ocupará, fecha de inicio o de finalización del contrato, salario que va
a percibir, horario y jornada laboral, vacaciones, períodos de prueba (si existe) y firma de los contratantes).

Cuando se trate de contratos por tiempo determinado de duración superior a las 4 semanas, cualquiera de las
partes del contrato de trabajo podrá exigir que éste se realice por escrito.

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14.3.3 Período de prueba (artículo 14 del E.T.)


Es el tiempo, al inicio del contrato de trabajo, durante el cual el empresario podrá comprobar si el trabajador
reúne o no las capacidades y aptitudes necesarias para el desempeño del puesto de trabajo.

Para que exista periodo de prueba es necesario hacerlo constar por escrito en el contrato. De no hacerlo así dicho
periodo de prueba no existirá.

En caso de que el trabajador no supere el periodo de prueba, el empresario podrá dar por extinguida la relación
laboral sin que el trabajador tenga derecho a indemnización alguna. El trabajador cobrará únicamente los días que haya
trabajado efectivamente.

La duración del periodo de prueba puede variar, aunque el E.T. fija una duración máxima de:

‰ 6 meses para técnicos titulados.


‰ 2 meses para el resto de los trabajadores.
‰ 3 meses para técnicos no titulados en empresas de menos de 25 trabajadores.

Los C.C. podrán fijar un periodo de prueba específico para los trabajadores que se encuentren dentro de su
ámbito de aplicación, respetando estos máximos. Así, según el artículo 17 del C.C. de instalaciones deportivas y
gimnasios, para la categoría de socorrista (grupo cuatro, nivel 1), el periodo de prueba no podrá exceder de 2 meses.

No podrá pactarse un nuevo periodo de prueba para un mismo trabajador y para un mismo puesto de trabajo en
la misma empresa, es decir, no podrán pactarse dos periodos de prueba para la realización de las mismas funciones en la
empresa. Durante el periodo de prueba el trabajador tendrá los mismos derechos y las mismas obligaciones que durante
el contrato.

14.3.4 Salario (artículo 26 del E.T.)


Es toda percepción económica de los trabajadores, en dinero o en especie, por la prestación profesional de los
servicios laborales por cuenta ajena.

El pago del salario al trabajador por su trabajo es una de las obligaciones o deberes básicos del empresario,
puesto que la recepción de dicho salario permite cubrir las necesidades al propio trabajador y a su familia (artículo 35 de
la Constitución española).

Mediante la negociación colectiva o, en su defecto, el contrato individual, se determinará la estructura del salario,
que deberá comprender el salario base, como retribución fijada por unidad de tiempo o de obra y, en su caso,
complementos salariales fijados en función de circunstancias relativas a las condiciones personales del trabajador, al
trabajo realizado o a la situación y resultados de la empresa, que se calcularán conforme a los criterios que a tal efecto se
pacten.

El gobierno fija el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que es revisado anualmente en función del IPC, y a
partir de este, el salario puede ser determinado por acuerdos entre empresario y trabajador, o a través de los C.C. que
recogen, por categorías profesionales, la cuantía mínima retributiva, no pudiendo pactarse entre el empresario y el
trabajador, a través de contrato individual, unas retribuciones inferiores.

Según el artículo 32 del C.C. de instalaciones deportivas, tendrán la consideración de salario los siguientes
conceptos:

‰ Salario base: Es el establecido para cada categoría dentro del grupo profesional correspondiente que se
indica en las tablas salariales del anexo 1 del presente convenio.
‰ Plus de nocturnidad: Su cuantía se fija en el anexo 1 del presente convenio.
‰ Complementos salariales.

No tienen la consideración de salario las percepciones extrasalariales. Éstas son las cantidades
de carácter indemnizatorio o de gastos que percibe el trabajador como consecuencia de la prestación de
su trabajo sin que, en ningún caso, formen parte de las bases de cotizaciones a la Seguridad Social. Así,
dentro de este concepto, se establece un plus de transporte, dietas y un plus de kilometraje.

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Hora nocturna Hora


Hora extra Hora extra
Grupo Plus complemento complemento
Nivel Salario ordinaria festiva
Profesional Transporte/día Euros/hora traslado
Euros/hora Euros/hora
de 22:00 a 06:00 Euros/hora
Grupo 4 1 713,30 € 1,54 € 0,76 € 0,47 € 5,76 € 9,04 €
Nota: El grupo 4, nivel 1 es el correspondiente al socorrista acuático según el C.C. de Instalaciones Deportivas y Gimnasios para el año 2.009

Según el artículo 35 del C.C. de instalaciones deportivas, los trabajadores tendrán derecho a
dos pagas extraordinarias, de 30 días de salario base y mejora voluntaria, siempre y cuando la perciba
el trabajador, cada una de ellas, que se devengarán semestralmente: la correspondiente a junio, del día
1 de enero al 30 de junio de cada año, y la correspondiente a diciembre, del 1 de julio al 31 de
diciembre, igualmente, de cada año.

El abono de dichas pagas se efectuará, como máximo la de junio el día 30 de dicho mes y la de
diciembre el día 20 de dicho mes. Las pagas extras podrán ser prorrateadas mensualmente, si así se
acuerdan entre empresa y el trabajador.

14.3.5 Jornada de trabajo (artículos del 34 al 37 del E.T.)


Entendemos por jornada de trabajo el tiempo que cada día, cada semana o cada año ha de dedicar el trabajador
a la ejecución del contrato de trabajo, siendo su cumplimiento la principal obligación de todo trabajador.

En estos artículos se regulan los tiempos de descanso y el régimen jurídico de la jornada de trabajo, que se
establecerán dentro de unos límites que se detallan a continuación:

‰ Descanso de 12 horas entre jornada y jornada.


‰ Descanso de 1,5 días de descanso ininterrumpido a la semana. En el caso de los menores de 18 años el descanso
semanal será de 2 días ininterrumpidos. Según el artículo 17 del C.C. de instalaciones deportivas y gimnasios, los
trabajadores tendrán derecho mínimo de dos días a partir del año 2009.
‰ La jornada máxima legal será de 40 horas semanales. Según el artículo 26 del C.C. anteriormente citado, a partir del
año 2009 la jornada anual será de 1776 horas de jornada efectiva. El número de horas semanales de tiempo efectivo
para los trabajadores a jornada no podrá ser superior a 45 horas durante la vigencia de este convenio.
‰ La jornada máxima diaria será de 9 horas efectivas al día, salvo que por C.C. o acuerdo entre trabajador y
empresario se establezca una distribución de la jornada diaria diferente, siempre respetando el descanso de 12 horas
entre jornada y jornada La jornada máxima diaria para los menores de 18 años será de 8 horas.
‰ Los menores de 18 años no podrán realizar horas extraordinarias ni trabajos nocturnos.
‰ Por cada seis horas de trabajo continuado, el trabajador tendrá derecho a un descanso mínimo de 15 minutos.
‰ Según el artículo 26 del C.C., la jornada laboral podrá desarrollarse en régimen de jornada partida o continuada y la
misma se prestará de lunes a domingo. La jornada es continuada cuando se trabajan 6 horas seguidas con un
descanso mínimo de 15 minutos. La jornada partida es aquella en la que se trabaja menos de 6 horas de forma
continuada, normalmente se divide en 2 partes separadas por el tiempo dedicado a la comida del mediodía.

14.3.6 Vacaciones anuales (artículo 38 del E.T.)


El tiempo de vacaciones será el pactado en el C.C. o en el propio contrato, sin que éste pueda ser inferior a 30
días naturales al año. Su compensación económica está prohibida.

La fecha para disfrutar las vacaciones se pactará entre el empresario y el trabajador.

El tiempo de maternidad, enfermedad, accidente y el de ausencia del trabajo por motivos independientes de la
voluntad del trabajador ha de ser computado como de servicio para acumular derecho a las vacaciones. Sin embargo, la
ausencia no justificada implica la pérdida proporcional de la retribución correspondiente al descanso semanal.

Las vacaciones son obligatorias. Las sanciones no pueden reducirlas, no son sustituibles por compensación
económica y tampoco cabe la acumulación de las vacaciones correspondientes a varios años. La remuneración de las
vacaciones ha de ser la normal o media del trabajador en época de actividad. Solo en caso de contrato extinguido sin
disfrute de vacaciones cabe la compensación económica.

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Si los servicios prestados en la empresa hubiesen durado menos de un año, el trabajador disfrutará de la parte
proporcional de vacaciones que le corresponda. Los domingos y festivos que estén dentro del periodo de disfrute de las
vacaciones se cuentan como vacaciones.

14.3.7 Fiestas (artículo 37.2 del E.T.)


Son fiestas que anualmente se reconocen a los trabajadores en un número máximo de 14 y que tienen carácter
retribuido no siendo recuperables.

FIESTAS NACIONALES FIESTAS LOCALES

25 de diciembre Natividad del Señor


1 de enero Año Nuevo
1 de mayo Fiesta del Trabajo
12 de Octubre Fiesta de la Hispanidad
6 de diciembre Día de la Constitución Española 2 al año, son fijadas por los respectivos municipios
15 de agosto Asunción de la Virgen (estos días se establecerán en el calendario laboral
1 de noviembre Día de Todos los Santos de la Junta de Andalucía)
8 de diciembre Inmaculada Concepción
Jueves Santo
Viernes Santo
6 de enero Adoración de los Reyes Magos
28 de febrero, día de Andalucía

14.3.8 Permisos remunerados (artículo 37.3 del E.T.)


Todo trabajador tendrá derecho a disfrutar de una serie de permisos retribuidos cuando se de alguna de las
causas que el propio artículo establece:

‰ Por matrimonio del trabajador: 15 días naturales.


‰ Por nacimiento de un hijo o enfermedad grave o fallecimiento de parientes hasta el segundo grado de consanguinidad
o afinidad: dos días, ampliables a 4 días cuando el trabajador necesite desplazarse.
‰ Por traslado del domicilio habitual: 1 día.
‰ Por el cumplimiento de un deber de carácter público y personal (asistir a un juicio, ser miembro de un jurado,..),
incluyendo el derecho al sufragio activo, el tiempo indispensable.
‰ Para realizar funciones sindicales o de representación del personal en los términos establecidos legal o
convencionalmente.
‰ Por el tiempo indispensable para la realización de exámenes prenatales y técnicas de preparación al parto que deban
realizarse dentro de la jornada de trabajo.
‰ Por el tiempo indispensable para la realización de exámenes, previo aviso y justificación de los mismos a la empresa,
cuando el trabajador curse estudios para la obtención de un título académico o de capacitación profesional.
‰ En el artículo 28 del C.C., además de estos permisos, establece 3 jornadas de licencia retribuida por asuntos propios
por año natural. Estas jornadas de licencia serán disfrutadas, una vez salvadas las necesidades del servicio, en las
fechas acordadas entre la dirección de la empresa y el empleado que haya de disfrutarlas.
‰ Por otra parte, según artículo 28 del C.C., los trabajadores, previo aviso y posterior justificación, tendrán derecho a
permisos retribuidos de cómo máximo 16 horas anuales de duración, para acudir a visitas médicas del médico del
propio trabajador o para acompañar ascendentes o descendientes que convivan con ellos, siempre y cuando la
asistencia se preste a través de los servicios sanitarios del Servicio Publico de la Salud.

Tanto la duración de los permisos como las causas podrán ampliarse por Convenio Colectivo. En todo caso, el
trabajador tendrá la obligación de preavisar y justificar al empresario estos permisos.

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14.3.9 Modalidades de contratos de trabajo (sección IV del


Capítulo I del E.T.)
La relación que nace del acuerdo entre empresario y trabajador puede tener multitud de características en
función del tipo de contrato de trabajo que se realice.

Se puede hacer una clasificación de los contratos de trabajo en función de su duración:

TIPOS DE CONTRATOS DE DURACIÓN INDEFINIDA

Son aquellos en los que se acuerda una fecha de inicio de la relación laboral pero no se
determina una fecha de finalización de la misma.

Adquirirán la condición de trabajadores fijos, independientemente de la modalidad de


contratación, los que no hubieran sido dado de alta en la Seguridad Social, una vez transcurrido
un plazo igual al que legalmente hubiera podido fijar para el periodo de prueba, salvo que de la
Indefinido u ordinario
(Artículo 15 del E.T.)

propia naturaleza de las actividades o de los servicios contratados se deduzca claramente la


duración temporal de los mismos, todo ello sin perjuicio de las demás responsabilidades a que
hubiera lugar en derecho.

También se considerarán indefinidos y a jornada completa los contratos de trabajo que


no se realicen por escrito, debiendo hacerse por escrito según el artículo 8 del E.T.

Se presumirán por tiempo indefinido los contratos temporales celebrados en fraude de


Ley.

Adquirirán la condición de fijos aquellos trabajadores que en un periodo de 30 meses


hubieran estado contratados durante un plazo superior a 24 meses para el mismo puesto de
trabajo, en la misma empresa, mediante dos o más contratos temporales (sin contar los contratos
formativos, de relevo e interinidad que veremos a continuación).

Se trata de una modalidad contractual que tiene como objetivo el incentivar a las
de la contratación
Para el fomento

empresas para que contraten a determinados colectivos, más desfavorecidos a la hora de


insertarse en el mercado laboral, a través de contratos indefinidos.
indefinida

Para ello se le ofrecen una serie de ventajas al empresario: bonificación en el pago a la


Seguridad Social en la Base de Cotización por Contingencias Comunes, indemnización reducida en
caso de despido por causas económicas, indemnizaciones para adaptación del puesto de trabajo
en caso de trabajadores minusválidos...

Es aquel contrato cuya finalidad es la realización de una actividad que no requiere la


discontinuo

Trabajo

prestación de servicios durante todos los días del año, sino solo en épocas determinadas.
fijo-

Todos los años en las mismas fechas se avisará para trabajar a los mismos trabajadores
(fijos-discontinuos), en caso contrario se consideraría un despido sin causa justificada.

TIPOS DE CONTRATOS TEMPORALES

Se regula en el artículo 15 del E.T., y tiene como finalidad el sustituir a trabajadores con
derecho a reserva de puesto de trabajo, siempre que en el contrato de trabajo se especifique el
De interinidad

nombre del trabajador sustituido y la causa de sustitución, también podrá realizarse este tipo de
contrato para cubrir los puestos vacantes en la empresa mientras dure el proceso de selección
para determinar su titular definitivo.

La duración de este contrato se extenderá hasta que se reincorpore el trabajador


sustituido o hasta que dure el proceso de selección (máximo 3 meses).

Este contrato se extinguirá con la incorporación del trabajador sustituido y sin necesidad
de preaviso.

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Manual Didáctico de Técnicas de Salvamento y Socorrismo Acuático José Antonio Pérez de la Lastra Sturlese

Tiene por objeto la realización de actividades propias de la empresa debido a un exceso


de pedidos, acumulación de tareas, periodos punta de producción o cualquier otra causa

Eventual por circunstancias del


relacionada con las circunstancias de producción de la empresa, aun tratándose de la actividad
común de la empresa. Este incremento de la actividad de la empresa debe ser transitorio y
provisional y no debe confundirse con contratos de temporada que se repiten cíclicamente.

Este contrato puede tener una duración de 6 meses como máximo dentro de un periodo
mercado

de referencia de 12 meses desde que se produzcan dichas causas.

Por C.C. sectorial podrá modificarse la duración máxima de estos contratos sin que se
superen los 12 meses en un periodo de referencia de 18 meses. Según el artículo 20 del C.C. de
instalaciones deportivas: La duración máxima de este tipo de contrato será de nueve meses dentro
de un período de 12, quedando sometidos estos contratos a una sola prórroga si se formalizan por
una duración menor a la del plazo máximo establecido.

A la finalización del contrato, el trabajador tendrá derecho a recibir una indemnización en


cuantía equivalente a la parte proporcional de la cantidad que resultaría de abonar ocho días de
salario por cada año de servicio.

El contrato de trabajo en prácticas podrá concertarse con quienes estuvieren en posesión


de título universitario o de formación profesional de grado medio o superior o títulos oficialmente
reconocidos como equivalentes, que habiliten para el ejercicio profesional, dentro de los cuatro
años, o de seis años cuando el contrato se concierte con un trabajador minusválido, siguientes a la
terminación de los correspondientes estudios.

Será necesario que no hayan transcurrido más de 4 años desde la terminación de dichos
estudios.
En prácticas

La duración de este contrato será como mínimo de 6 meses y como máximo de 2 años. Se
pueden realizar 2 prorrogas máximo.

El contrato deberá formalizarse por escrito y registrarse en la oficina de empleo


correspondiente debiendo hacer constar la duración, la jornada laboral, la retribución, la titulación
del trabajador, el puesto de trabajo a desempeñar y el periodo de prueba si existe (máximo 1 mes
en titulaciones de grado medio y 2 meses en las de grado superior).

El trabajador en prácticas no podrá cobrar menos del 60% y 75% durante el primer y
segundo año respectivamente de la retribución que recibe un trabajador en igual o equivalente
puesto de trabajo.

Según el artículo 24 del C.C., la retribución de este tipo de contrato será del 90% de las
retribuciones del Convenio según su Grupo y de los complementos a que tenga derecho.

El contrato para la formación tendrá por


objeto la adquisición de la formación teórica y
práctica necesaria para el desempeño adecuado de
Para la formación

un oficio o de un puesto de trabajo que requiera un


determinado nivel de cualificación.

Se podrá celebrar con trabajadores


mayores de dieciséis años y menores de veintiún
años que carezcan de la titulación requerida para
realizar un contrato en prácticas.

El límite máximo de edad será de Imagen 14.3.9.a: Reunión formativa entre socorristas del
parque acuático de El Puerto de Santa María
veinticuatro años cuando el contrato se concierte

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Manual Didáctico de Técnicas de Salvamento y Socorrismo Acuático José Antonio Pérez de la Lastra Sturlese

con desempleados que se incorporen como alumnos-trabajadores a los programas de escuelas


taller y casas de oficios o se trate de personas con discapacidad.

En todos los casos deben de carecer de la titulación requerida para realizar un contrato en
prácticas.

El contrato para la formación tendrá una duración mínima de 6 meses y máxima de 2


años, aunque por convenio colectivo se podrá establecer una duración máxima de 3 años.
Transcurrido este periodo el trabajador no podrá ser contratado bajo esta modalidad por la misma
o distinta empresa.

Durante la jornada laboral, una parte de la misma se dedicará a la formación teórica y


otra parte a la realización de las funciones propias del puesto de trabajo a desempeñar. En ningún
caso la parte de la jornada destinada a la formación teórica podrá ser inferior al 15% de la jornada
máxima prevista en convenio o la jornada máxima legal.

Prohibiciones:

‰ No se podrán celebrar contratos para la formación que tengan por objeto la cualificación para
un puesto de trabajo que haya sido desempeñado con anterioridad por el trabajador en la
misma empresa por un periodo superior a 12 meses. Un trabajador contratado por la duración
máxima del contrato no podrá ser contratado después para la formación por la misma o
distinta empresa.
‰ Al terminar el contrato el trabajador tiene Derecho a que se le de un certificado por la
empresa en el que conste la duración de la formación teórica y el nivel de formación práctica
adquirido. El trabajador también podrá solicitar un certificado de profesionalidad a la
Administración competente.

Se exige forma escrita donde se recoja el oficio o nivel ocupacional, edad del trabajador,
etc. Existe la obligación de registrar el contrato en el Servicio Andaluz de Empleo o en el INEM
(Instituto Nacional de Empleo) y dejar allí depositada copia del contrato.

Cuando el trabajador no haya finalizado los ciclos educativos relativos a la escolaridad


obligatoria, la formación teórica tendrá dicha finalidad.

Si el trabajador acreditase mediante certificación de la administración pública, que ha


realizado un curso de formación profesional ocupacional adecuado al oficio o puesto de trabajo
objeto del contrato, se dará por cumplida dicha formación, teniendo por ello derecho a percibir la
remuneración que le corresponda por la realización de la jornada completa.

Si el empresario incumpliese las obligaciones relativas a la formación teórica, el contrato


se presumirá de carácter común u ordinario.

La retribución será la que fije el convenio, sin que pueda ser inferior al Salario Mínimo
Interprofesional en proporción al trabajo efectivo realizado.

Según el artículo 24 del C.C., la retribución del trabajador sujeto a esta modalidad
contractual será:

‰ Del 80% de las retribuciones del Convenio previstas para su Grupo y de los complementos a
que tenga derecho, durante su primer año.
‰ Del 90% de las retribuciones del Convenio previstas para su Grupo y de los complementos a
que tenga derecho, durante su segundo año.

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El contrato de trabajo se entenderá celebrado a tiempo parcial cuando se haya acordado


la prestación de servicios durante un número de horas al día, a la semana, al mes o al año, inferior
a la jornada de trabajo de un trabajador a tiempo completo comparable.

Se entenderá por trabajador a tiempo completo comparable a un trabajador a tiempo


A tiempo parcial

completo de la misma empresa y centro de trabajo, con el mismo tipo de contrato de trabajo y que
realice un trabajo idéntico o similar.

El contrato a tiempo parcial podrá concertarse por tiempo indefinido o por duración
determinada.

El contrato se debe formalizar necesariamente por escrito, en el modelo que se


establezca. En el contrato deberán figurar el número de horas ordinarias de trabajo al día, a la
semana, al mes o al año contratadas y su distribución.

De no observarse estas exigencias, el contrato se presumirá celebrado a jornada


completa, salvo prueba en contrario que acredite el carácter parcial de los servicios.

14.3.10 Código de conducta laboral (Capítulo VII del C.C.)


La Dirección de la empresa podrá sancionar las acciones u omisiones culpables de los trabajadores que supongan
un incumplimiento contractual de sus deberes laborales, de acuerdo con la graduación de las faltas que se establecen en
los artículos siguientes del C.C. de instalaciones deportivas y gimnasios.

Toda falta cometida por los trabajadores se clasificará en atención a su trascendencia, o intención en: leve,
grave, muy grave según el artículo 43 del C.C. de instalaciones deportivas.

‰ Faltas leves: Se considerarán faltas leves las siguientes:

ƒ La falta de puntualidad en la asistencia al trabajo, de tal forma que sumen tres faltas en un mes o
dos cuando el retraso sea superior a 15 minutos en dicho periodo.
ƒ No comunicar con suficiente antelación la ausencia al trabajo por motivos justificados salvo que se
pruebe la imposibilidad de haberla efectuado.
ƒ Faltar un día de trabajo sin la debida autorización o causa justificada.
ƒ Ausentarse del puesto de trabajo durante la realización del mismo sin justificar, por tiempo breve y
sin mayores consecuencias.
ƒ Pequeños descuidos en la conservación en los géneros o del material de la empresa.
ƒ Las discusiones, siempre que no sea en presencia del público, con otros trabajadores dentro de la
empresa.
ƒ Falta de aseo y limpieza personal cuando sea de tal índole que pueda afectar al proceso productivo e
imagen de la empresa.
ƒ No atender al público con la corrección y diligencia debida.

‰ Faltas graves: Se consideran faltas graves las siguientes:

ƒ La suma de faltas de puntualidad en la asistencia al trabajo cuando exceda de treinta minutos en un


mes o por dos faltas leves por el mismo motivo.
ƒ Simular la presencia de otro trabajador, fichando o firmando por él.
ƒ La inasistencia al trabajo sin la debida autorización o causa justificada de dos días.
ƒ La desobediencia a la Dirección de la empresa, a quienes se encuentren con facultades de dirección
u organización en el ejercicio regular de sus funciones en cualquier materia de trabajo, siempre y
cuando la orden no implique una condición vejatoria para el trabajador o suponga un riesgo para la
vida, integridad, salud tanto de él como de sus compañeros. Si la desobediencia fuese reiterada o
implicase quebranto manifiesto de la disciplina en el trabajo o de ella se derivase perjuicio para la
empresa o para las personas podrá ser calificada como falta muy grave.
ƒ La inobservancia de las órdenes o el incumplimiento de las normas en materia de seguridad e
higiene en el trabajo, así como, negarse a usar los medios de seguridad e higiene facilitados por la
empresa.
ƒ Descuido importante en la conservación de los géneros o del material de la empresa.

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ƒ Emplear para uso propio artículos, enseres o prendas de la empresa, o sacarlos de instalaciones o
dependencias de la empresa a no ser que exista autorización.
ƒ Realizar, sin el oportuno permiso, trabajos particulares durante la jornada laboral.
ƒ Las discusiones con otros trabajadores en presencia del público o que trascienda a éste.
ƒ La comisión de tres faltas leves, aunque sea de distinta naturaleza, dentro de un trimestre y
habiendo mediado sanción o amonestación por escrito.

‰ Faltas muy graves: Se consideran faltas muy graves las siguientes:

ƒ Faltar más de dos días al trabajo sin la debida autorización o causa justificada en una semana.
ƒ La simulación de enfermedad o accidente.
ƒ El fraude, deslealtad o abuso de confianza en las gestiones encomendadas, así como en el trato con
los otros trabajadores o con cualquier otra persona durante el trabajo, o hacer negociaciones de
comercio o industria por cuenta propia o de otra persona sin expresa autorización de las empresas,
así como la competencia desleal en la actividad de la misma.
ƒ Violar la confidencialidad de la correspondencia o documentos reservados de la empresa o revelar a
personas extrañas a la misma el contenido de éstos.
ƒ La imprudencia o negligencia inexcusables, así como el incumplimiento de las normas de seguridad
e higiene en el trabajo, cuando sean causa de accidente laboral grave, perjuicios graves a sus
compañeros o a terceras personas, o de daño grave a la empresa o a sus productos.
ƒ La embriaguez habitual y drogodependencia manifiesta en la jornada laboral y en su puesto de
trabajo. El estado de embriaguez a la ingestión de estupefacientes manifestados una sola vez serán
constitutivos de falta grave, siempre que no trascienda a los clientes.
ƒ Hacer desaparecer, inutilizar o causar desperfectos en materiales, útiles, herramientas,
maquinarias, aparatos, instalaciones, edificios, enseres y documentos de la empresa.
ƒ El robo, hurto o malversación cometidos tanto a la empresa como a los compañeros de trabajo o a
cualquier otra persona dentro de las dependencias de la empresa o durante la jornada laboral en
cualquier otro lugar.
ƒ Disminución continuada y voluntaria en el rendimiento normal de su trabajo.
ƒ Falta notoria de respeto o consideración al público.
ƒ Originar frecuentes riñas y pendencias con los compañeros de trabajo.
ƒ Los malos tratos de palabra u obra o la falta grave de respeto y consideración a los Jefes o a sus
familiares, así como a los compañeros y subordinados.
ƒ Toda conducta, en el ámbito laboral, que atente gravemente al respeto de la intimidad y dignidad
mediante la ofensa, verbal o física, de carácter sexual. Si la referida conducta es llevada a cabo
prevaleciéndose de una posición jerárquica supondrá una circunstancia agravante de aquélla.
ƒ El acoso psicológico o moral que promueva un superior jerárquico o un compañero de trabajo a
través de acciones u omisiones en el centro de trabajo.
ƒ La continuada y habitual falta de aseo y limpieza de tal índole que pueda afectar al proceso
productivo e imagen de la empresa.
ƒ La reincidencia en falta grave, aunque sea de distinta naturaleza, siempre que se cometa dentro de
los seis meses siguientes de haberse producido la primera, habiendo mediado sanción por escrito.

14.3.11 Régimen de sanciones (artículo 44 del C.C.)


La sanción de las faltas requerirá comunicación por escrito al trabajador, haciendo constar la
fecha y los hechos que la motivan.

Impuesta la sanción, la efectividad en su cumplimiento tendrá lugar en un período máximo de


30 días a partir de la fecha de notificación.

Las sanciones que las empresas podrán imponer, según la gravedad y circunstancias de las
faltas cometidas, serán las siguientes:

‰ Por faltas leves: Amonestación verbal, amonestación por escrito, suspensión de empleo y sueldo
hasta tres días.
‰ Por faltas graves: Suspensión de empleo y sueldo de tres a treinta días.
‰ Por faltas muy graves: Desde la suspensión de empleo y sueldo de treinta y un días a sesenta
días, hasta la rescisión del contrato de trabajo o despido en los supuestos en que la falta fuera
calificada en su grado máximo.

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14.3.12 Extinción del contrato de trabajo (artículo 49 del E.T.)


El contrato de trabajo se extinguirá:

‰ Por mutuo acuerdo de las partes.


‰ Por las causas consignadas válidamente en el contrato salvo que las mismas constituyan abuso de
derecho manifiesto por parte del empresario.
‰ Por dimisión del trabajador, debiendo mediar el preaviso que señalen los convenios colectivos o la
costumbre del lugar.
‰ Por muerte, gran invalidez o invalidez permanente total o absoluta del trabajador.
‰ Por jubilación del trabajador.
‰ Por muerte, jubilación en los casos previstos en el régimen correspondiente de la Seguridad Social, o
incapacidad del empresario, o por extinción de la personalidad jurídica del contratante.
‰ Por fuerza mayor que imposibilite definitivamente la prestación de trabajo.
‰ Por despido colectivo fundado en causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, siempre
que aquél haya sido debidamente autorizado conforme a lo dispuesto en esta Ley.
‰ Por voluntad del trabajador, fundamentada en un incumplimiento contractual del empresario.
‰ Por despido del trabajador.
‰ Por causas objetivas legalmente procedentes.
‰ Por decisión de la trabajadora que se vea obligada a abandonar definitivamente su puesto de trabajo
como consecuencia de ser víctima de violencia de género.
‰ Por expiración del tiempo convenido o realización de la obra o servicio objeto del contrato. A la
finalización del contrato, excepto en los casos del contrato de interinidad y de los contratos formativos,
el trabajador tendrá derecho a recibir una indemnización de cuantía equivalente a la parte proporcional
de la cantidad que resultaría de abonar ocho días de salario por cada año de servicio, o la establecida,
en su caso, en la normativa específica que sea de aplicación.

Los contratos de duración determinada que tengan establecido plazo máximo de duración,
incluidos los contratos en prácticas y para la formación, concertados por una duración inferior a la
máxima legalmente establecida, se entenderán prorrogados automáticamente hasta dicho plazo cuando
no medie denuncia o prórroga expresa y el trabajador continúe prestando servicios.

Expirada dicha duración máxima o realizada la obra o servicio objeto del contrato, si no hubiera
denuncia y se continuará en la prestación laboral, el contrato se considerará prorrogado tácitamente por
tiempo indefinido, salvo prueba en contrario que acredite la naturaleza temporal de la prestación.

Si el contrato de trabajo de duración determinada es superior a un año, la parte del contrato


que formule la denuncia está obligada a notificar a la otra la terminación del mismo con una antelación
mínima de quince días.

14.3.13 Despido disciplinario (artículo 54 del E.T.)


1. El contrato de trabajo podrá extinguirse por decisión del empresario, mediante despido basado en un
incumplimiento grave y culpable del trabajador.

2. Se considerarán incumplimientos contractuales:

‰ Las faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad al trabajo.


‰ La indisciplina o desobediencia en el trabajo.
‰ Las ofensas verbales o físicas al empresario o a las personas que trabajan en la empresa o a los
familiares que convivan con ellos.
‰ La transgresión de la buena fe contractual, así como el abuso de confianza en el desempeño del
trabajo.
‰ La disminución continuada y voluntaria en el rendimiento de trabajo normal o pactado.
‰ La embriaguez habitual o toxicomanía si repercuten negativamente en el trabajo.
‰ El acoso por razón de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u
orientación sexual y el acoso sexual o por razón de sexo al empresario o a las personas que
trabajan en la empresa.

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CAPÍTULO 15
Psicología aplicada al salvamento acuático

Carlos Gallego Cózar


Licenciado en Psicopedagogía
Diplomado en Educación Física
Delegado de Formación de la F.A.S.S. en Cádiz

OBJETIVOS

‰ Asimilar la secuencia de actuación


psicológica del T.S.A. durante un rescate.
‰ Atender a los factores psicológicos que
influyen en nuestra actuación.
‰ Utilizar las técnicas para controlar los
factores psicológicos.
CONTENIDOS

‰ Secuencia de actuación psicológica.


‰ Factores psicológicos que influyen
negativamente en nuestra actuación.
‰ Medidas para minimizar los factores
psicológicos.

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15. PSICOLOGÍA APLICADA AL SALVAMENTO ACUÁTICO


En la actualidad, la psicología ha demostrado su utilidad en la solución de problemas y optimización de procesos
con fines profesionales. Nuestra intención es aprovechar los conocimientos que esta área nos aporta para de optimizar los
resultados de los socorristas acuáticos en su desempeño profesional. Concretamente nos nutriremos de los numerosos
trabajos realizados en el marco de la psicología deportiva y del ámbito de las emergencias, los desastres y las catástrofes.

Partiendo de estas aportaciones, en este capítulo se profundizará en cuatro grandes bloques de contenidos:
Secuencia de actuación psicológica del T.S.A., procesos psicológicos, técnicas psicológicas y la comunicación.

15.1 SECUENCIA DE ACTUACIÓN PSICOLÓGICA DEL T.S.A.


En cualquier acción voluntaria que realiza el ser humano acontecen una serie de pasos que conviene conocer.
Para su estudio y comprensión, dividiremos estos procesos en fases secuenciales, siendo estas partes fases entrelazadas
e inseparables de un proceso global.

En este capítulo se analizarán la secuencia de actuación del T.S.A. a nivel cognitivo, así como cantidad de
aspectos que debemos tener en cuenta en nuestro comportamiento a la hora de actuar profesionalmente como T.S.A.

15.1.1 Percepción de la situación de peligro


Un T.S.A. debe estar atento a todo lo que acontece a su alrededor con objeto de percibir cualquier situación que
requiera de su intervención. La percepción tiene su base en los órganos de los sentidos, pero se complementa con la
experiencia previa y el apoyo de materiales auxiliares, como pueden ser los prismáticos.

‰ Órganos de los sentidos: Los canales perceptivos que más información externa nos aportan son el visual y el
auditivo. Sin embargo, es tanta la cantidad de información que percibimos que debemos polarizar la atención sobre
aquellos puntos que más nos interesen (llamadas de auxilios, gritos, movimientos desesperados de brazos buscando
la superficie del agua, etc.) y rechazar los superfluos. Esto es lo que conocemos como atención selectiva.

Por otra parte, el órgano del olfato también puede advertirnos de algunos problemas, sobretodo los referentes a
los olores de lo productos químicos como el exceso de cloro, presencia de fuego o contaminantes, etc.

‰ Experiencias previas: La memoria y el aprendizaje fruto de actuaciones previas optimizarán nuestra calidad
perceptiva, lo cual mejorará nuestra interpretación de movimientos, señales e indicios de accidentes.

Debemos tener presente que la mayoría de los bañistas


realizan actividades muy parecidas en cuanto a forma e
intensidad a las de una persona en peligro (zambullidas, gritos
de socorro, movimientos desesperados, descontrolados y
asimétricos con un nivel de fuerza poco habitual de brazos y
piernas buscando la superficie del agua, etc.), todo ello para
desestresarse de su rutina laboral. En estos casos, nuestra
experiencia será crucial para discriminar la conducta normal de la
de un usuario en peligro y atender verdaderamente a aquellos
que necesitan nuestra ayuda.

Imagen 15.1.1.a: T.S.A. percibiendo una situación de peligro

Del mismo modo, cuando una persona está apunto de ahogarse, adquiere una posición concreta en el agua, de
modo que por norma mantiene una lucha por mantener la cara y por tanto las vías respiratorias fuera del agua, echando
su cabeza hacia atrás. Tiene gran dificultad para respirar, y cada vez que lo consigue aspira agua y le es prácticamente
imposible pedir ayuda, además que puede provocarse un espasmo reflejo de la laringe, especialmente en aguas frías, que
cierre la entrada al agua pero también al aire, por lo que la víctima podrá quedar inconsciente rápidamente. En su cara
podremos observar una expresión de pánico, terror, con los ojos excesivamente abiertos y el pelo en la cara. Esto es lo
que conocemos como víctima activa.

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En el caso de víctima pasiva, esta se caracteriza por ser víctimas activas que han dejado de serlos, o bien son
personas que han padecido algún accidente o patología súbita en el agua. Por ello, las podemos encontrar sumergidas o
flotando en tendido prono, con lo que nuestra intervención será urgente e inmediata ya que habrá dejado de respirar y
estará en peligro su vida.

Nuestra experiencia también influirá en la valoración óptimo-motora, es decir, en el cálculo mental de


trayectorias (espacio, tiempo, velocidad y trayectoria de desplazamientos) para adelantarnos al accidente.

‰ Material auxiliar: A la hora de percibir una situación de peligro es importante tener en cuenta todos los criterios que
se establecen en el capítulo 3.2.

15.1.2 Análisis de la situación


Una vez percibido el peligro debemos analizar la situación
para determinar:

‰ Si debemos actuar.
‰ Los pasos a seguir.
‰ Si es necesaria la participación de otros medios materiales y
humanos.
‰ Si existe peligro para nuestra integridad física.
‰ Las técnicas precisas para la entrada al agua, la aproximación, el
remolque, así como la trayectoria a seguir. Imagen 15.1.2.a: T.S.A. analizando una situación de peligro
‰ Etc.

En definitiva, en esta fase analizaremos todos los estímulos que percibamos, y de este análisis dependerá
nuestra ejecución y, por lo tanto, el éxito del rescate.

15.1.3 Toma de decisiones


Precede a la acción física necesaria para resolver el problema y depende de las dos fases anteriores. Es en esta
fase donde decidiremos qué vamos a hacer, pero además del estrés y la ansiedad que se producen, existen multitud de
factores que pueden dificultad nuestra decisión (Oña Sicilia, A. y otros, 1999).

‰ Número de decisiones a tomar: Cuanto mayor sea el número de decisiones más compleja será la decisión.

‰ Número de respuestas alternativas en cada decisión: Cuanto mayor sea el número de respuestas alternativas
mayor será la complejidad de la decisión.

‰ Tiempo requerido para la toma de decisión: Cuanto menor tiempo tengamos para la toma de decisión mayor
complejidad tendrá esta. La precipitación es la enfermedad del salvamento.

‰ Nivel de incertidumbre con el que se toma la decisión: Lo imprevisible y la incertidumbre que tanto el factor
humano en situación de estrés como el climatológico, sobretodo en zonas abiertas como espacios naturales o parques
acuáticos, dificultan la toma de decisión.

‰ Nivel de riesgo que comporta la decisión: El riesgo y el miedo al fracaso o a provocar un mal mayor son factores
que dificultan nuestra toma de decisión.

‰ Orden secuencial de las decisiones: Aunque exista un protocolo de actuación a seguir, una situación de
emergencia puede llegar a ser tan cambiante que tengamos que tomar decisiones en el momento sobre el orden
secuencial de las decisiones, lo cual dificultará nuestra actuación.

Todos estos factores justifican la necesidad del autocontrol y del trabajo de las técnicas de relajación que
veremos en temas posteriores.

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15.1.4 Ejecución de las acciones elegidas y feedback


Se trata de ejecutar la acción elegida tras la toma de decisión para la resolución del rescate.

Será interesante resaltar la importancia que tiene en esta fase el concepto de feedback, conocimiento de
resultados o retroalimentación, entendido como la evaluación de la ejecución o de los resultados, es decir, el elemento
que nos informa de si las acciones que hemos realizado han sido correctas o no.

Para G. Sage (1977), el feedback es aquella información que un individuo recibe como resultado de alguna
respuesta. Este concepto viene reflejado en la siguiente gráfica:

PERCEPCIÓN ANÁLISIS DE TOMA DE EJECUCIÓN DE


DEL PROBLEMA LA SITUACIÓN DECISIONES LAS ACCIONES

FEEDBACK o CONOCIMIENTO DE RESULTADOS

Existen dos tipos de feedback:

‰ Intrínseco: Se refiere a la información que el sujeto recibe de sí


mismo durante la ejecución de la tarea (dosificación del esfuerzo,
efectividad de la R.C.P., velocidad del remolque, etc.) con objeto de
detectar errores en la ejecución y precisar los movimientos (Zubiaur,
1995) (p.e.: si iniciamos una aproximación en un rescate y
detectamos que nos estamos fatigando demasiado teniendo en
cuenta la distancia que nos queda por recorrer, economizaremos
nuestro esfuerzo e impediremos fatigarnos prematuramente).

‰ Extrínseco: Se refiere a la información que recibimos del exterior y Imagen 15.1.4.a: Ejecución de la entrada al agua tras
tomar la decisión conveniente
que utilizaremos para controlar y/o adaptar nuestro movimiento en
beneficio de la eficiencia del rescate (p.e.: que otro T.S.A. nos informe continuamente de la distancia que nos queda
para llegar a la víctima).

Además, es importante el feedback que nos pueden proporcionar nuestros compañeros de trabajo, de manera
que podamos evaluar y mejorar nuestras intervenciones. Cuando proporcionemos esta información a nuestros
compañeros debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

‰ Ser específico en lugar de general.


‰ Escoger uno o dos aspectos en los que el compañero pueda concentrarse.
‰ Empezar por lo positivo.

15.2 PROCESOS PSICOLÓGICOS QUE INFLUYEN EN LA


ACTUACIÓN DEL T.S.A.
Para que un T.S.A. actúe de manera profesional, debe estar entrenado en todos los ámbitos, no solo a nivel
físico, sino también a nivel psicológico y comportamental. Y es que en una situación de emergencia entran en acción
ciertos factores imperceptibles a simple vista que pueden perjudicar nuestra actuación, tales como la ansiedad, el estrés,
los nervios, la falta de autoconfianza, la sobreactivación, etc. Por ello, la psicología es un pilar fundamental del
salvamento acuático que nos permitirá dominar y/o minimizar los efectos de estos factores. En caso contrario, el
componente psicológico podría anular o bloquear parcial o totalmente el componente físico.

El primer concepto que tenemos que conocer es el triple nivel de respuesta. El triple sistema de respuestas es el
modo de responder de cada persona ante las distintas situaciones y problemas, cuando nos enfrentamos a una situación
emitimos tres tipos de respuestas:

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‰ Fisiológico: Se refiere a lo que sentimos a nivel físico (p.e.: taquicardia, aumento de la frecuencia respiratoria,
sudoración, fatiga durante la aproximación en un rescate mientras nadamos a crol con cabeza fuera).
‰ Cognitivo: Se refiere a lo que pensamos que está pasando o puede suceder (p.e.: pensar que con el ritmo que llevo
en la aproximación no estoy dosificando el esfuerzo y no podamos realizar el remolque posterior en condiciones
óptimas).
‰ Motor: Se refiere a la respuesta motriz de nuestro propio cuerpo (p.e.: disminuir el ritmo de nado).

En una situación de emergencia, la actuación física del T.S.A. podrá verse mermada por el componente
psicológico (p.e.: no tomar las precauciones necesarias, cometer errores que nunca antes se habían cometido, dudas a la
hora de utilizar una técnica o un material u otro, etc.). Por este motivo, debemos conocer los factores que pueden
influirnos, así como las técnicas apropiadas para que el socorrista domine la situación y sea capaz de estructurar
mentalmente todas las posibilidades y soluciones, con las mínimas dudas posibles, con total concentración, y sin el menor
riesgo de cometer errores.

15.2.1 La sobreactivación y la ansiedad


Podemos definir la ansiedad como un estado de angustia y desasosiego, producido por temor ante una amenaza
o peligro. La ansiedad puede ser normal ante la presencia de estímulos amenazantes o que suponen riesgo o desafío. Por
lo tanto no es siempre patológica, sino que es una emoción común como el miedo, la ira o la felicidad. La ansiedad
cumple una función importante dentro del ámbito de la supervivencia.

Por otra parte, nos indica que se debe estar atento frente a posibles amenazas, y de esta manera asumir
mecanismos de prevención. La ansiedad usualmente empieza con un peligro no muy bien definido, mientras que el miedo
usualmente empieza cuando hay una situación que está muy bien definida.

Un concepto relacionado con la ansiedad es el nivel de activación. Podemos definirlo como la cantidad de
energía que tenemos en un momento concreto. La activación es inexistente en el momento de la muerte, baja durante el
sueño, se modera en las actividades de la vida cotidiana, y se eleva en los momentos de excitación, emoción o pánico. Se
suele considerar la activación general del organismo como un continuo que va desde el sueño más profundo hasta un
estado de máxima excitación.

Para llevar a cabo sus funciones, el T.S.A. requiere de un nivel de activación óptimo, que dependerá de tres
factores:

‰ Personalidad del T.S.A.: Una T.S.A. con personalidad impulsiva tendrá que llevar a cabo un rescate con un nivel de
activación pequeño, mientras que otro de personalidad más relajada requerirá de una activación mayor.

‰ Experiencias previas del T.S.A.: Un socorrista que haya realizado muchos simulacros o tenga experiencia en
realizar rescates tendrá un nivel de activación menor que otro que tenga menos experiencia, donde será mayor.

‰ Complejidad de la tarea: Para realizar tareas precisas o de concentración se necesitará un nivel de activación
pequeño, mientras que si la tarea requiere de fuerza o velocidad el nivel de activación deberá ser alto.

Cuando recibimos algún estímulo, el córtex cerebral, que es el lugar donde se interpretan los estímulos, manda
una señal al hipotálamo, el cual pone en marcha cambios funcionales por medio del Sistema Nervioso Simpático y el
Neuroendocrino, y si el estímulo es una situación de peligro, la primera e innata reacción del organismo es una
sobreactivación.

Debemos ser conscientes cuando nos sobreactivemos, de modo que podamos emplear alguna técnica para
disminuir el nivel de activación. Si no lo conseguimos algunos efectos de la sobreactivación serán los siguientes:

CAMBIOS EN EL ORGANISMO EN UNA SITUACIÓN DE PELIGRO

‰ Incremento de la frecuencia cardíaca y respiratoria para que la sangre circule más


rápidamente ésta lleve la cantidad de oxígeno necesario a los grupos musculares
principales.
A NIVEL
‰ Aumenta el tono muscular y la presión sanguínea.
FISIOLÓGICO
‰ Contracción de la musculatura.
‰ Incremento de la sudoración y sequedad en la boca.
‰ Liberación de las hormonas adrenalina para actuar como vasoconstrictora para que,

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por ejemplo, si se produce una hemorragia, ésta cese inmediatamente, y a nivel de


endorfinas para minimizar la sensación de dolor.
‰ Cesan las actividades no prioritarias como la digestión
‰ Dilatación de las pupilas.

‰ Pensamientos negativos y valoraciones irracionales.


‰ Toma de decisiones desorganizada.
A NIVEL
‰ Inexistente análisis de la situación.
COGNITIVO
‰ Falta de autoconfianza, concentración y control de la situación.
‰ No habrá focalización de la atención.

‰ Incremento del tiempo de reacción.


‰ Descoordinación e imprecisión del movimiento.
A NIVEL ‰ Precipitación de las acciones.
MOTOR ‰ Bloqueo y tartamudeo.
‰ Gestos motores innecesarios o inadecuados (tics).
‰ Recurrencia a antiguas automatizaciones inadecuadas.

Si el T.S.A. no es capaz de controlar estos cambios y se prolongan en el tiempo, el consumo de energía será
mucho mayor y entrará en un estado de ansiedad, que dará lugar a tres posibles respuestas:

‰ Inexistencia de respuesta (se quedará bloqueado).


‰ Respuesta inadecuada (olvidarse de la secuencia de actuación).
‰ Evitar la situación (pedirá ayuda a otros para que sean estos quienes realicen el rescate).

La psicología nos aportará las técnicas para poder actuar


dentro de unos niveles de activación óptimos que eviten la ansiedad
y el agotamiento prematuro.

15.2.2 El estrés
Cuando la situación de emergencia nos supera, como
puede ser en entornos acuáticos donde haya grandes
aglomeraciones de usuarios o existan muchos de indicios de peligro,
entramos en un estado de estrés, entendido como un estado
temporal de alteración de los ámbitos fisiológicos, cognitivos y
motores, provocados por un exceso de estimulación o una demanda Imagen 15.2.2.a: Situación estresante para un T.S.A. durante una
sesión de aeróbic en un parque acuático
fuera de lo habitual. En esta situación, el rescate puede verse
perjudicado.

Existen gran cantidad de factores estresantes o situaciones desencadenantes del estrés, como pueden ser
cualquier estímulo, externo o interno (tanto físico, químico, acústico o somático como sociocultural) que, de manera
directa o indirecta, propicie la desestabilización en el equilibrio dinámico del organismo o homeostasis).

Existen cantidad de factores que pueden llegar a provocarnos estrés:

‰ Interpretaciones personales: Se basa en la interpretación que le damos a las cosas (p.e.: pensar que estamos
siendo observados durante las rutas de vigilancia puede resultar estresante).

‰ Fisiológicos: Se refiere a aquellos factores que provocan cambios fisiológicos en nuestro organismo (p.e.: la
exposición prolongada al sol o el frío).
‰ Novedad o incertidumbre de la situación: El hecho de cambiar la situación en la que nos encontremos o bien
desconocer lo que se nos avecina puede llegar a estresarnos (p.e.: desconocimiento de una instalación o cambio de
compañero).

‰ Duración del estrés: La continuidad del estímulo puede llegar a estresarnos (p.e.: tener que estar atentos a
usuarios que hacen caso omiso a mis advertencias cuando se que la actividad que realizan es peligrosa).

‰ Probabilidad de que ocurra el problema: Cuando existe una probabilidad alta de que ocurra algún problema
(p.e.: grupo de discapacitados que se introducen en el vaso).

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Este estrés puede llevar al T.S.A. a un estado de sobreactivación y ansiedad que perjudicarán mucho más su
labor.

15.3 TÉCNICAS PARA CONTROLAR LOS PROCESOS


PSICOLÓGICOS PERJUDICIALES PARA EL T.S.A.
Con el fin de eliminar o minimizar los efectos de los procesos psicológicos que pueden alterar la conducta del
T.S.A., podemos utilizar en beneficio propio algunas de las múltiples técnicas que ha desarrollado la psicología aplicada.
Esbozamos algunas de las técnicas que han demostrado su utilidad en el campo del salvamento.

15.3.1 Masticar chicle


Según un estudio de la Universidad de Northwestern y el Wrigley Science Institute presentados en el Congreso
de Neurociencias de 2.008 llevado en Washington D.C., se demuestra que masticar chicle en momentos de presión
disminuye el estrés en cinco veces de los niveles normales y además mejora la memoria a corto plazo. Los científicos no
saben aún cual es la causa de este efecto, pudiendo ser el azúcar, el sabor o la mecánica de masticar. No obstante, este
estudio replantea las prohibiciones escolares de masticar chicle en clase.

15.3.2 Respiración completa


La respiración completa es una técnica que consiste en llenar plenamente los pulmones, dilatando sucesivamente
las partes alta (clavicular), media (torácica) y baja (abdominal), y exhalando de manera inversa. Aunque tienen un
fundamento psicológico, los principales responsables de la difusión de esta técnica han sido las escuelas de meditación
orientales, principalmente el yoga. La práctica de la respiración completa calma las emociones, alivia la tensión, relaja
los músculos y fomenta la concentración.

James Gordon, director del Centro para la Medicina de la Mente y el Cuerpo en Washington D.C., afirma que una
inspiración habitual llena de aire la zona torácica de los pulmones (parte superior), y que si conseguimos llenar la zona
abdominal o diafragmática (parte inferior), el cambio de oxígeno se hará más eficiente, el corazón latirá mejor, disminuirá
la presión sanguínea y conseguiremos relajar la musculatura, con lo que nuestra mente se relajará y se inhibirá la
ansiedad.

Lo cierto es que en una situación de emergencia la respiración no se hace más completa, sino más acelerada, y
esto provocará una menor oxigenación de los tejidos, una aceleración del ritmo cardíaco, fatiga muscular y, por
consiguiente, a un estado de ansiedad y de descontrol respiratorio.

Por ello, en esta situación debemos realizar respiraciones relajadas y completas que abarquen los pulmones por
completo. Para trabajar esta técnica podemos seguir el siguiente procedimiento a repetir varias veces:

1. Acostado sobre la espalda colocarse un libro sobre el vientre, relajar los músculos del estómago y realizar
inspiraciones completas hasta que el libro se levante. Al espirar el aire veremos también bajar el libro.
2. Desde la posición de sentado, poner una de nuestras manos sobre el abdomen y la otra sobre el pecho. A partir de
ahí respirar profundamente observando cómo se levantan y bajan las manos situadas en el abdomen y la del pecho
queda inmóvil. La respiración se llevará inspirando por la nariz y espirando por la nariz o boca.
3. Realizar una apnea durante cinco segundos y luego expúlsalo durante el mismo tiempo.

15.3.3 Técnicas de relajación


Podemos clasificar las técnicas de relajación en dos grandes grupos:

‰ Relajación cuerpo-mente: En este grupo se engloban las técnicas denominadas también músculo-mente, ya que
estas técnicas de relajación se caracterizan por partir de ejercicios de relajación muscular con el objetivo de relajar el
cuerpo e indirectamente la mente.

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Una de las técnicas músculo-mente más extendidas es la relajación progresiva de Jacobson, que consiste en
adquirir la capacidad de controlar la tensión de nuestra musculatura para evitar tensiones innecesarias y disminuir la
fatiga muscular.

Jacobson utiliza un método inductivo y fisiológico que consiste en, desde una posición de partida de tranquilidad,
realizar contracciones musculares de zonas del cuerpo, mantener la tensión durante algunos segundos, y finalmente
volver a estado de reposo muscular. Con ello pretende percibir las sensaciones de relajación en oposición a la tensión
y disminuir el tono muscular. Por lo tanto, a través del músculo relajaremos la mente, más concretamente el córtex
cerebral del Sistema Nervioso.

El trabajo de esta técnica consistirá en partir desde una situación controlada y sencilla, para de forma gradual ir
aumentando la cantidad y calidad de los estímulos para que con el paso del tiempo el T.S.A. consiga estar relajado en
condiciones reales de rescate (alta temperatura, luz intensa, ruidos de bañistas, gritos o alaridos directos, personas
observándole, etc.

La secuencia a seguir es contraer y relajar suavemente los diferentes grupos musculares (brazos, piernas,
vientre, nuca y cabeza) entre cinco y quince segundos, insistiendo en las sensaciones de contracción y relajación

‰ Relajación mente-cuerpo: En este otro grupo de técnicas destacamos el entrenamiento autógeno de Schultz. Esta
técnica tiene como objetivo la adquisición de la capacidad de controlar nuestros pensamientos para llegar a controlar
nuestra musculatura, basándose en las sensaciones de calor-frío/pesado-liviano y en la imaginación y la visualización,
en la cual entraría nuestro ámbito.

El trabajo de esta técnica consistirá en una primera parte, donde se incluyen las sensaciones de calor y pesadez,
y en una segunda parte y de mayor interés para el T.S.A., la práctica imaginada. En la primera parte nos centraremos
en la musculatura, los vasos sanguíneos, el corazón, la respiración, los órganos abdominales y la cabeza.

Estas técnicas nos permitirán:

‰ Perder menor cantidad de energía.


‰ Eliminar gran cantidad de contracciones parasitarias e inútiles.
‰ Tomar conciencia de la sensación de contracción muscular y su posterior relajación.
‰ Regular el tono muscular.
‰ Disminuir el estrés, la depresión, la ansiedad, la fatiga, dolores musculares, etc.
‰ Realizar una actividad con un nivel de activación baja.

15.3.4 La concentración y la atención


La atención es la capacidad para concentrar el pensamiento sobre un determinado objeto o situación. Es una
parte de la percepción mediante el cual el sujeto se concentra para percibir mejor un determinado estímulo del ambiente.

Cuando hablamos de atención selectiva, nos referimos a la situación en la que el individuo se fija en aquello que
le interesa (p.e.: al leer un periódico se miran antes los titulares, decidiendo por éstos si leer o no el artículo completo).
Es tan selectiva que si el sujeto, entre un grupo de cosas, encuentra una que realmente le interesa, las otras
prácticamente dejan de tener importancia en ese momento.

Las alteraciones de la atención son: la distracción, que consiste en la concentración del sujeto en su vida interior,
con lo que no tiende a estímulos externos; la distrabilidad, que consiste en la fluctuación constante de la atención, que
pasa de un objeto a otro sin quedar fija en ninguno; y la fatigabilidad, que se manifiesta por un rápido cansancio de la
atención.

Para mantener la atención en nuestra vigilancia debemos seleccionar los estímulos que no nos interesen
(atención selectiva) y centrarnos en aquellos que llamen más nuestra atención (polarizar la atención) eliminando aquellos
estímulos distractores. Por ello, la atención está íntimamente relacionada con la concentración.

La concentración trata de focalizar o polarizar la atención en estímulos relevantes, concretos y seleccionados, de


origen interno o externo, desechando aquellos irrelevantes que no nos interesen.

Entre los ejercicios más usuales para mejorar la atención y la concentración son: focalizar figuras geométricas o

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materiales de salvamento, sopas de letras, identificación de palabras, crucigramas, ejercicios para completar frases o
palabras, práctica imaginada del rescate (entrada al agua, aproximación, zafaduras, etc.), visualización de estímulos
concretos como con el ejercicio de ¿dónde está Wally?, atender y concentrarse en dos tareas al mismo tiempo durante al
menos diez minutos (leer y ver la tele) para luego comentar o escribir en un papel toda la información que has podido
asimilar de uno y otro estímulo, prestar atención durante cuatro minutos en un cuadro para luego escribir lo que
recordemos de sus detalles, realizar barridos visuales (técnicas de scanning) siguiendo líneas imaginarias en la zona de
baño, realizar barridos por grupos concretos (por sexo, por color de bañador, por expresión facial, por atractivo, por
grupos de edad, etc.), etc.

Con ellos conseguiremos que el T.S.A. se acostumbre a percibir mejor y más rápidamente determinados
estímulos, mantener mejor y más tiempo la atención, mejorar la calidad perceptiva y, por lo tanto, la eficiencia del
rescate.

15.3.5 La práctica imaginada


También conocido como entrenamiento mental o visualización. Se trata de visualizar mentalmente la ejecución
de una o varias acciones, es decir, un ensayo mental previo al físico. Y es que resulta difícil entrenar con las condiciones
reales de un salvamento real ya que el estrés y la presión del entorno son muy específicos, de ahí a que se recurra a esta
técnica.

Tiene una efectividad muy alta en deportes de alto rendimiento ya que además de eliminar o corregir posibles
errores, se repasan, perfeccionan, adquieren, refrescan y refuerzan conocimientos teórico-prácticos sobre las técnicas de
rescate, protocolos de actuación, etc. y se detectan posibles problemas que puedan sucederse tanto en el entorno como
en nuestra actuación, etc. para hacer más precisos los movimientos, controlar las emociones y, con todo, mejorar la
eficiencia del rescate.

Visualizar mentalmente un movimiento comporta una excitación cerebral y ligeras contracciones de los músculos,
lo cual tiene repercusiones en el desarrollo neuromuscular. Sin embargo, la capacidad de imaginar depende de cada
individuo, de tal manera que no todos tenemos la misma capacidad para imaginar una acción (Aragón Arjona, 2008).

Esta técnica parte de los trabajos de Jackobson, (1931), quien observó que la práctica imaginada de doblar un
brazo creaba pequeñas contracciones musculares en los músculos flexiones del mismo.

Podemos trabajar esta técnica imaginándonos un entorno, centrando nuestra atención en una imagen,
imaginando un sabor o un olor, etc.

La práctica imaginada debe ser algo realista y concreta, y su trabajo se basa en dos etapas. La primera etapa
consiste en instalar en el sujeto la habilidad de relajarse e imaginar la situación, mientras que la segunda etapa busca
aplicar esta habilidad al aprendizaje de la tarea concreta.

15.3.6 La autoconfianza
Se refiere a la creencia de que se puede realizar satisfactoriamente una conducta deseada, es decir, supone
tener pensamientos o expectativas optimistas sobre un fin que queremos conseguir y de lo cual estamos convencidos que
vamos a tener éxito de lograrlo.
La autoconfianza que tengamos en nuestras posibilidades y
limitaciones debe ser realista, sin demasiado optimismo ni derrotismo,
ya que un exceso o defecto en ella puede hacer que la eficacia del
rescate se vea perjudicada, de ahí a que a que en la gráfica 15.3.6.a
podamos observar la relación entre confianza y rendimiento. Si
nuestra confianza es óptima o real, el rendimiento o la eficacia será
máxima, mientras que si nuestra confianza es baja o excesiva el
rendimiento se verá perjudicado significativamente.

En este sentido, diferenciamos tres tipos de confianza:

‰ Exceso de confianza: Hace que nos relajemos y no nos


Gráfica 15.3.6.a: Relación rendimiento-autoconfianza
concentremos al máximo para conseguir el objetivo.

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‰ Confianza óptima: Se refiere a estar convencido de conseguir el objetivo marcado siempre y cuando pongamos
todo por nuestra parte. Este objetivo debe ser realizaste para autoconvencernos. De esta manera, aunque
cometamos errores en la ejecución en algún momento podremos enfrentarnos a la situación manteniendo un buen
nivel de ejecución.

‰ Falta de confianza: Dudar sobre nuestra capacidad perjudica la consecución del objetivo, aumentando la ansiedad,
rompiendo la concentración y dificultando los procesos psicológicos de análisis de la situación y toma de decisión y,
por lo tanto, la ejecución. Se trata de centrarse sobretodo en nuestros puntos débiles.

Para trabajar la autoconfianza podemos hacerlo mediante diversas técnicas:

‰ La práctica imaginada, desarrollada en el capítulo 15.3.5.


‰ Establecer objetivos realistas, que puedan conseguirse.
‰ Trabajar la autodisciplina, insistiendo en el entrenamiento físico y psicológico.
‰ Tener una actitud positiva para mejorar el aprendizaje y la predisposición a aprender.
‰ Las autoinstrucciones, es decir, controlar los pensamientos para mantener una actitud positiva (p.e.: en un rescate
acuático donde haya que recorrer una larga distancia, evitar el pensamiento negativo y derrotista de “no podré llegar,
está muy lejos”, y mandarnos autoinstrucciones de “tendré que dosificar el esfuerzo”; en una posible lesión medular,
no pensar que “no voy a realizarle correctamente la pinza mientras que me mantengo a flote”, sino insistir en que
“puedo hacerlo y que le remolcaré poco a poco a una zona menos profunda”).
‰ Tener buena preparación física.
‰ Realizar simulacros con situaciones estresantes.

15.4 LA COMUNICACIÓN
Además de los medios para la comunicación que se desarrollan en el capítulo 6.3, existe la habilidad del T.S.A.
para comunicarse con los bañistas y aplicar las normas establecidas. Esta habilidad es lo que más adelante
denominaremos asertividad. Para evitar que a la hora de comunicarnos nuestro diálogo resulte conflictivo, el socorrista
deberá controlar la dimensión verbal y no verbal de la comunicación:

15.4.1 La comunicación verbal


Es aquella en la que para comunicarnos utilizamos la voz. Hemos de saber que del 100% de la información que
transmitimos por el medio verbal, solo el 10% le llega al receptor. Dentro de la comunicación verbal debemos considerar
tres aspectos:

‰ Qué decir: Hemos de controlar aquello que decimos para poder adaptarnos a la persona a la que nos dirigimos.
Nuestra manera de hablar deberá ser clara y concisa.

‰ A quién: Dependiendo de si nos dirigimos a un adulto, a un niño, etc. debemos utilizar una terminología distinta para
adaptar el mensaje al receptor y conseguir su comprensión. Podríamos decir que debemos utilizar el mismo lenguaje.

‰ Cómo: El cómo decir las cosas lo veremos en la tabla de criterios básicos para la comunicación verbal.

‰ Para qué: En la comunicación verbal siempre debemos procurar que el bañista entienda que la llamada de atención
tiene como objetivo la prevención y el cumplimiento de las normas, haciéndole entender que cumplimos con nuestra
obligación al advertir un indicio de peligro e intentar evitarlo o prevenirlo, o que está fuera de las normas
establecidas.

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Es más, lo ideal no es prohibir las cosas, sino decirles que


las hagan de manera y forma diferente (p.e.: no hagas torres cerca
del bordillo, hazlas en la zona central donde además hay menos
bañistas y donde si se cae la torre caerán en el agua). Si podemos
justificar el motivo de nuestra llamada de atención mejor (p.e.: si
vemos que alguien está corriendo alrededor del vaso, le
advertiremos que no corra porque puede resbalarse debido a que el
suelo ha perdido el antideslizante, y con el suelo mojado la caída se
podría producir sin darnos cuenta. Asimismo, le indicaremos que si
quiere correr que lo haga en la zona de césped).

Imagen 15.4.a: Utilización de megáfono por parte del T.S.A. para Dentro de la comunicación verbal podemos diferenciar dos
comunicarse con los bañistas tipos:

‰ Comunicación verbal directa: Es aquella en la que nos comunicamos cara a cara con el usuario y lo hacemos de
manera próxima y personal.

‰ Comunicación verbal indirecta: Es aquella en la que utilizamos algún medio para la comunicación. Así, en el caso
de tener que comunicarnos con gran cantidad de usuarios o haya mucho ruido de ambiente podemos utilizar
megáfonos (imagen 15.4.a). En caso de comunicarnos con el resto de servicios de emergencia vía walkie o teléfono
móvil, debemos seguir las indicaciones que se desarrollan en el capítulo 6.3 y 17.1.

CRITERIOS BÁSICOS PARA LA COMUNICACIÓN VERBAL

‰ Expresarnos con claridad, fluidez y con una dicción correcta.


‰ Exprésate con un léxico adecuado y adaptado al tipo de usuario (edad, sexo, etc.).
‰ Utiliza un lenguaje preciso, que no de lugar a confusiones. Sabemos que hay palabras y formas de decir
las cosas que se pueden entender de diversas maneras.
‰ Si la petición de socorro se realiza desde algún teléfono, procurar facilitar el número desde el que se llama
con el fin de poder establecer un contacto posterior para informar o recabar más datos.
‰ Asegúrate de vez en cuando si el emisor del mensaje te sigue y está comprendiéndote. Haz preguntas
sueltas.
‰ Si no hay nadie, se debe gritar solicitando ayuda, mientras que si hay mas personas en el lugar del
accidente podemos ayudarnos de ellos para que señalicen el lugar del accidente, socorrer a otras
víctimas, o bien pedirles que busquen ayuda. No obstante, no siempre es efectivo decir simplemente
“¡busquen ayuda!”, da mejor resultado señalar a una persona y decirle directamente que pida ayuda.
‰ Mantener siempre una actitud positiva y ser accesible frente a los usuarios.
‰ Contestar correcta y educadamente ante las preguntas de los usuarios.

15.4.2 La comunicación no verbal


Del 100% de la información que queremos transmitir, al receptor le llega de la comunicación no verbal hasta el
60%, de ahí la importancia de la tabla siguiente:

ASPECTOS NO VERBALES A TENER EN CUENTA EN LA COMUNICACIÓN NO


VERBAL CON BAÑISTAS

‰ La expresión facial: Por ejemplo, llamar la atención de un usuario con un rostro sereno producirá menor
tensión que si realizamos la advertencia de manera airosa. El hecho de fruncir el ceño o parecer enfadado
puede resultar amenazador.

‰ El contacto visual: Siempre debemos buscar el contacto ocular con el receptor del mensaje para
transmitir seguridad y energía en lo que decimos, creando a su vez una relación más personal con el
receptor. En caso contrario, o si bajamos la mirada hacia el suelo mientras hablamos es señal de falta de
autoconfianza.

‰ El movimiento: Podemos utilizar el movimiento para captar la atención del bañista, y así mantenerlos
alerta ante nosotros y su entorno. De hecho, normalmente los bañistas tienden a centrar su atención en
la actuación del T.S.A. Aprovechémonos de ello.

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‰ La postura: Debe ser natural, relajada y abierta. Hablar de pie es más atractivo y conveniente que
hacerlo sentado, y el hecho de cruzar o separar los brazos del cuerpo puede ser percibido como gesto
tenso y de defensa. El hecho de mantener la calma ayudará a la otra persona a calmarse, y también
favorecerá a que el resto de usuarios se agiten, se asusten, o sientan interés por nuestra conversación.

‰ La proximidad espacial: Hemos de cuidar la distancia a la que le hablamos al usuario para evitar que se
sienta molesto si nos ponemos demasiado cerca, o que perciba falta de seguridad si nos ponemos muy
lejos. Una buena distancia podrá decir estar a un metro y medio aproximadamente.

‰ La voz: Este factor influye en un 30% en la información que le llega al receptor, de ahí su importancia.
Así, dentro de este factor diferenciamos varios aspectos a tener en cuenta:

ƒ El volumen: Debe ser claramente audible por cualquiera y cuidar con el final de las frases que,
inconscientemente, tendemos a pronunciar más bajo.
ƒ La entonación: Debemos evitar la voz monótona, dando énfasis a aquello en lo que queremos insistir.
ƒ La velocidad: Debe adaptarse al interlocutor.
ƒ El ritmo: La clave es ser variable.
ƒ Las pausas: Sirven para darle tiempo al receptor a reflexionar sobre lo que decimos), son aspectos
que debemos cuidar a la hora de comunicarnos.

‰ Los gestos: Puede ayudarnos a apoyar o enfatizar el mensaje verbal, debiendo ser naturales y
coherentes con lo que decimos. Las manos o la cara son parte importante en la comunicación no verbal, y
lanzan mensajes del interés al receptor.

‰ Escucha activa: Presta atención a cada palabra. El hecho de la el bañista sepa que compartimos su
problema es interesante, aunque al final le indiquemos totalmente lo contrario. No obstante, no olvides
que si estás trabajando debes seguir con tu labor de socorrista (capítulo 4).

Con todo, es fundamental utilizar la comunicación verbal y


no verbal conscientemente para que nuestro mensaje le llegue al
receptor de manera armoniosa y útil, provocándole el efecto que
queramos conseguir. Nuestra meta debe ser controlar todos estos
elementos para ser lo más asertivo posible.

Así, entendemos la asertividad como la capacidad de


comunicación, en la que nuestro pensamiento se manifiesta
libremente, sin miedo a que los demás no compartan lo que
pensamos y respetando los sentimientos y los derechos de los
demás. Decir no resulta difícil a veces, requiere cierta dosis de valor
y tener las ideas muy claras. Es frecuente encontrar dos tipos de
Imagen 15.4.b: Comunicación no verbal de un T.S.A. para indicar
personas: alguna información

‰ Aquellas a las que les cuesta decir no, les resulta especialmente violento y prefieren evitarlo, cediendo si hace falta.
‰ Otras que dicen no de manera prepotente, brusca, sin importarles el impacto negativo que pueda tener en la otra
persona.

La asertividad define la capacidad de decir no de manera natural,


espontánea, sin generar tensión y sin deteriorar la relación con la otra
parte. Estas personas saben decir no cuando entienden que hay que
decirlo, pero sin brusquedades, sencillamente, sin que ello les suponga
ninguna dificultad especial. Son personas asertivas por naturaleza.
Aquellas personas que no gozan de esta habilidad pueden llegar a
aprenderla con una buena práctica.

15.4.3 La comunicación simbólica o


audiovisual
Imagen 15.4.3.a: Panel informativo sobre las normas de
una de las atracciones de un Parque Acuático
Se refiere a la comunicación realizada por medio de la simbología

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de los paneles informativos, banderas, señales, etc.

15.4.4 Situaciones conflictivas en la comunicación


En la comunicación pueden darse ciertas situaciones que perjudiquen la comunicación entre el T.S.A. y el
bañista:

‰ Hostilidad: El hecho de hacer cumplir las normas, especialmente prohibiciones, puede conducir a situaciones hostiles
para con los usuarios. Así, si tras llamarle la atención al bañista este entra en cólera con nosotros, el T.S.A. debe
mantener su comportamiento y no entrar en el juego. Cogerá aire profundamente mientras escucha activamente,
atendiendo al bañista y dándole a entender que entendemos su postura y su punto de vista, sin juzgarle ni
interrumpirle hasta que acabe.

No debemos contagiarnos de su estado, y menos aún retraernos ante su comportamiento. Al final, orientaremos
la conversación hacia nuestro objetivo, que no es más que la prevención y el cumplimiento de las normas
establecidas, siendo interesante dar alguna explicación sobre nuestra actuación para hacerle ver que es por su bien.

Si aún así el usuario parece estar lejos de calmarse y la cosa empeora, pediremos ayuda.

No obstante, no debemos interpretar la hostilidad de la persona como algo personal, ya que la situación se ha
producido entre el usuario y el socorrista, y no entre tu y ella (es diferente).

‰ Pánico: En situación de emergencia, lo normal es que el bañista en situación de peligro adquiera un comportamiento
de pánico y de gran tensión muscular, no atienda a razonamientos, no escucha ni ve aún teniendo los ojos abiertos,
etc. ante la posibilidad inmediata de muerte, y por lo tanto la comunicación puede volverse compleja, con lo que
nuestro afán por tranquilizarla puede llegar a ser inútil.

Por ello, a la hora de comunicarnos debemos hacerlo con mensajes claros y concisos (p.e.: ¡Toma el salvavidas y
agárrate a el!, ¡soy el socorrista!), animarla (p.e.: ¡No te preocupes!), distraerla (p.e.: ¿Cómo te llamas?),
tranquilizarla (p.e.: El peligro ya ha pasado), orientarla sobre lo que se va a hacer (p.e.: Voy a pasarte el flotador por
el pecho para mantenerte a flote), etc.

‰ Familiares de la víctima: Los familiares deberán estar cerca de la víctima, pero siempre y cuando no dificulten
nuestra labor. Una vez que esta ha sido trasladado por los equipos de emergencia es de gran utilidad proporcionar a
los familiares la ayuda necesaria en cuanto a apoyo canalizando su estado es estrés y tranquilizándoles.

A la hora de comunicar una mala noticia, hemos de saber que una mala noticia siempre es mala, pero nuestra
labor será comunicarla evitando exageraciones ni subjetividad. El impacto psicológico puede ser fulminante. Por otra
parte, hemos de estar bien informados de lo que tenemos que comunicar. Asimismo, dar la noticia en un lugar
discreto y lejos del sucedo, siendo claro, respetuoso, paciente y comprensible con su reacción (llanto, jadeo, grito,
lamento, etc.). Nunca reprimir ni cortar, sino ayudar al desahogo del familiar.

‰ Alerta colectiva: En los casos en los que tengamos que llamar la atención a un grupo grande de bañistas (p.e.:
despejar la piscina por una fuga de cloro, o una corriente de agua peligrosa en playa), la manera de comunicarnos a
todos es expresarnos de manera clara sin tecnicismos, con claridad, brevedad y sin dramatismo para no alarmar más
la situación, y explicaremos las causas de la situación de peligro para convencer a los usuarios de la importancia de
hacer caso a nuestras indicaciones.

‰ Situación de peligro: Cuando el T.S.A. llega al lugar del accidente, probablemente tenga que utilizar ciertos
mensajes imperativos e intensos con el resto de usuarios que se encuentran alrededor como: ¡no la muevan!,
¡apártese, soy el socorrista!, etc. A la hora de atender a la víctima, hemos de controlar en primer lugar su estado
emocional, y para ello procuraremos:

ƒ Identificarnos claramente.
ƒ Manifestar seguridad y calma a través de nuestra comunicación verbal y no verbal.
ƒ Escuchar las necesidades de la víctima mientras le atendemos, aunque realmente atendamos otros aspectos de
mayor importancia diferentes a sus indicaciones.
ƒ Indicarle los pasos que vamos a ir llevando a cabo, sin entrar mucho en detalles.
ƒ Tras la valoración primaria y secundaria, quedarnos junto a la víctima para calmarla.

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‰ Servicios de urgencia: Seguir las indicaciones del capítulo 17.1.

‰ Idioma: En los casos en que el idioma entre la víctima y el T.S.A. sea diferente, debemos utilizar la comunicación
por medio de gestos y expresiones. Este es un idioma universal.

En cuanto a lo que nunca debemos hacer, podemos seguir la siguiente tabla (González Fernández, F., Palacios
Aguilar, J., Barcala Furelos, R. J. y Oleagordia Aguirre, A., 2008):

¿QUÉ NO PUEDO HACER ANTE UNA SITUACIÓN DE EMERGENCIA?

‰ Culpar o recriminar a alguien de lo sucedido. El accidente ya ha ocurrido y no ganamos nada por hacerlo.
Para eso está la justicia, quien tomará las medidas penales y civiles correspondientes.
‰ Diagnosticar nada sin antes haberlo fundamentado y evidenciado. No podemos decirle a alguien que está
en la camilla que va a quedarse paralítico porque no sabemos realmente lo que le pasa. Debemos ser
prudentes y ponernos en su situación.
‰ Alterarnos hasta el punto de gritar a alguien, ya que esto empeorará la situación y el nerviosismo de la
víctima.
‰ Asustar a la víctima para que haga lo que queremos, ya que esto puede empeorar la situación al
incrementar el miedo de la víctima, lo cual podría conllevar actuaciones más irresponsables y peligrosas.

15.4.5 Situaciones especiales


En situaciones especiales, podemos utilizar algunos de los consejos comunicativos que aparecen a continuación:

‰ Niños perdidos: Hemos de procurar tranquilizar al niño y evitar apartarlos de la zona de baño donde lo hemos
encontrado ya que normalmente los padres pueden estar cerca.

‰ Quejar por instalación en mal estado: Cuando recibamos alguna queja de algún usuario denota interés por
nuestra parte el anotar la queja por escrito en el registro de incidencias. Escucharemos y atenderemos al usuario y, si
el problema ya es conocido y se van a tomar las acciones correctoras, se lo indicaremos. En caso contrario
avisaremos al supervisor de la instalación agradeciéndole al usuario su amabilidad al informarnos de la incidencia.

‰ Cierre de la instalación por inclemencia: En caso de inclemencias meteorológicas que nos obliguen a cerrar la
instalación (tormenta eléctrica, fuerte viento, lluvias torrenciales, fuerte oleaje, etc.), avisaremos a los usuarios del
motivo del cierre total o parcial de la instalación, debiendo permanecer en nuestra zona o cerca de ella para informar
y controlar que nadie acceda al recinto hasta que no nos indiquen lo contrario.

‰ Cierre de la instalación por avería o reparación: Informaremos a los usuarios de la avería y el tiempo
aproximado de su reparación indicándoles que se están poniendo los medios para solucionar el problema. En caso de
tener que permanecer en el puesto de trabajo, mantendremos una postura correcta.

‰ Usuarios pequeños: Hemos de saber que los niños pequeños no se dan cuenta del riesgo que corren, de ahí a que
prestemos nuestra máxima atención a estos casos, así como advertiremos a sus padres de que tengan cuidado.

‰ Grupos de jóvenes: En la mayoría de los casos nos ven como guardas o porteros que vienen a cortarnos el royo.
Podemos llevar a cabo algunos consejos de actuación y comunicación:

ƒ Exponerles que nuestra obligación es cumplir las normas, y que estas están puestas en beneficio de todos.
ƒ Si le damos confianza lo lamentaremos a medio o largo plazo. Por ello, hemos de imponer nuestra autoridad
desde el principio desde el principio para evitar problemas después.
ƒ Si no conseguimos neutralizar el problema, o bien este se desmadra, el hecho de expulsar de la instalación a
alguno de ellos puede resultar positivo para que ellos vean quien es el que manda verdaderamente. No obstante,
hemos de tener el consentimiento del responsable de la misma para hacer esto y así evitar tener problemas.

‰ Juegos peligrosos: No es la primera vez que un usuario, sin querer, lesiona a un pecho o a otro usuario. Debemos
saber y hacer comprender que ciertos juegos deben estar prohibidos o controlados.

‰ Depresión emocional del T.S.A.: Si tras la intervención del T.S.A. en un accidente cae en un estado de depresión

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emocional, es conveniente llevar a cabo ciertos consejos:

ƒ Hablar de lo ocurrido, de lo que pensamos y de lo que sentimos.


ƒ Disfrutar del descanso, hobbies, el entorno social o familiar, etc.
ƒ No extrañarse si de vez revivimos alguna situación.
ƒ Tener en cuenta que nuestra situación es una reacción normal del ser humano.
ƒ Buscar ayuda profesional para afrontar la situación.

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CAPÍTULO 16
Anatomía básica del cuerpo humano

José Antonio Castro Morillo


Diplomado Universitario en Enfermería (D.U.E.)
Experto Universitario en Urgencias, Emergencias y Catástrofes

OBJETIVOS

‰ Conocer nuestro cuerpo a nivel óseo y


muscular.
CONTENIDOS

‰ Anatomía básica del cuerpo humano (huesos


y músculos).

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16. ANATOMÍA BÁSICA DEL CUERPO HUMANO


La anatomía es la ciencia que estudia las estructuras del cuerpo y las relaciones que estas tienen entre si.

Con respecto a la anatomía, entendemos que la posición anatómica es aquella en la que el sujeto se haya en
posición erecta de cara al observador, con las palmas de las manos hacia delante, la cabeza y los ojos mirando al frente y
los pies planos sobre el suelo.

Asimismo, para describir la posición del cuerpo existen dos Zona 1


términos básicos:
Zona 2
‰ Decúbito supino: Se refiere a una colocación del cuerpo acostado
sobre el suelo y mirando hacia arriba.
‰ Decúbito prono: Se refiere a una colocación del cuerpo acostado
sobre el suelo y mirando hacia abajo. Zona 4

Zona 3
En relación a las partes del cuerpo, es de vital importancia
conocerlas, para detallar la posición de la zona afectada del bañista a
los servicios de emergencia. Por ello, a continuación se detallan las
partes básicas del mismo estructuradas en regiones:

‰ Cabeza: Cráneo y cara (zona 1). Zona 5


‰ Cuello: Sostiene la cabeza y se une al tronco (zona 2).
‰ Tronco: Formado por tórax, abdomen y pelvis (zona 3).
‰ Extremidad superior: Hombro, brazo, codo, antebrazo, muñeca y
mano (zona 4)
‰ Extremidad inferior: Glúteo, muslo, rodilla, pierna, tobillo y pie Imagen 16.a: Aparato locomotor pasivo
(zona 5).

Hay que decir que existen otras terminologías que nos ayudarían aún más en definir la posición y estructura del
cuerpo, como son los ejes y planos (sagital, frontal, etc.), así como los términos direccionales (proximal, distal, etc.). Sin
embargo, son conceptos que deberán verse en cursos con mayor especialización.

16.1 ESTRUCTURA ÓSEA DEL CUERPO HUMANO


La estructura ósea del cuerpo humano se conforma por un total de 208 huesos, que constituyen la parte
fundamental del aparato locomotor junto con la musculatura. Para su estudio, podemos analizar la siguiente tabla:

(todas las partes se indican gráficamente en la imagen XX)


ZONAS HUESOS OBSERVACIONES

En su conjunto es rectilínea, pero se pueden observar cinco curvaturas: el


cóxis (2 ó 3 vértebras), que es una continuación del sacro, la curvatura sacra
COLUMNA (5 vértebras), la curvatura lumbar (5 vértebras), la curvatura dorsal (12
Vértebras
VERTEBRAL vértebras) y la curvatura cervical (7 vértebras). Estas curvaturas están para
soportar un mayor peso, amortiguar mejor las fuerzas verticales y poder
mantener mejor y más tiempo la postura erecta o bípeda.

Esternón Son tres partes: manubrio esternal, cuerpo esternal y apéndice xifoides.
Costillas De cada una de las doce vértebras dorsales salen las costillas, una a cada lado,
TÓRAX hasta un total de 24 costillas. Las 7 primeras costillas se unen por delante con
el esternón (costillas verdaderas), las costillas 8ª, 9ª y 10ª se articulan
Vértebras dorsales
mediante un cartílago común (costillas falsas) también en el esternón, mientras
que las costillas 11ª y 12ª no se articulan con nada (costillas flotantes).
EXTREM. Escápula Es un hueso plano con forma triangular.
SUPERIORES
Clavícula Está situado horizontalmente en la parta anterior y superior del tórax.

Húmero Forma el brazo y une el codo con el hombro en su parte distal y el esternón con

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el acromion en la proximal.
Cúbito
Forman en antebrazo.
Radio
Son ocho: piramidal, pisiforme, semilunar, escafoides, trapecio, trapezoides,
Carpo
grande y ganchoso.

Metacarpo Son cinco huesos.

Falanges Cada dedo tiene tres falanges a excepción del dedo gordo que tiene dos.
Ilion
PELVIS Isquion Las tres partes se combinan para formar la cadera.
Pubis
Fémur Forma el muslo y une la cadena y la roilla por medio de la cavidad cotiloidea.

Rótula Conforma la rodilla.


Tibia
EXTREM. Forman la pierna y unen la rodilla al tobillo por medio del astrágalo.
Peroné
INFERIORES
Tarso Son 7: astrágalo, calcáneo, cuboides, escafoides y 1º, 2º y 3º cuneiforme.

Son cinco metatarsianos y sus respectivas falanges, también tres en cada una
Metatarso
menos en el dedo gordo.

Imagen 16.1.a: Aparato locomotor pasivo Imagen 16.2.a: Aparato locomotor activo

16.2 ESTRUCTURA MUSCULAR DEL CUERPO HUMANO


Los huesos están recubiertos por una envoltura muscular, que le da al cuerpo forma y conjunción, así como
facilita el movimiento junto con la existencia de las articulaciones, ligamentos y tendones.

Esta musculatura tiene la capacidad de contraerse y estirarse permitiendo realizar el movimiento.

Estas articulaciones sirven de unión entre los huesos, y se compactan mediante los ligamentos y los cartílagos de
conjunción, que sirven para que las articulaciones tengan congruencia entre sí. Por el contrario, los tendones sirven de
nexo entre la musculatura propiamente dicha y los huesos.

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CAPÍTULO 17
Primeros auxilios básicos aplicados al
salvamento acuático

José Antonio Castro Morillo


Diplomado Universitario en Enfermería (D.U.E.)
Experto Universitario en Urgencias, Emergencias y Catástrofes

OBJETIVOS

‰ Saber actuar en caso de accidente acuático.


‰ Asimilar la secuencia de activación de
emergencia (P.A.S.).
‰ Saber aplicar los primeros auxilios básicos
para cada situación.
‰ Evitar los riesgos de contagio.
CONTENIDOS

‰ Principios básicos de actuación.


‰ P.A.S.
‰ Cuadros clínicos típicos del socorrismo
acuático.
‰ R.C.P.
‰ Obstrucción de la vía aérea (Maniobra de
Heimlich).
‰ Medidas de autoprotección.
‰ Desfibrilador semiautomático.
‰ Botiquín de primeros auxilios.

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17. PRIMEROS AUXILIOS BÁSICOS APLICADOS AL


SALVAMENTO ACUÁTICO
Se entiende por primeros auxilios a las técnicas y procedimientos de carácter inmediato, limitado en el tiempo,
no profesional que recibe una persona, víctima de un accidente o enfermedad repentina. Es la primera asistencia que se
recibe en una situación de emergencia.

17.1 PRINCIPIOS GENERALES DE ACTUACIÓN


A la hora de atender cualquier situación de emergencia, debemos seguir unas pautas básicas de actuación
comunes:

1. Compórtate tranquilo y sereno: Actuar con calma nos permitirá ordenar mejor nuestras ideas y actuar más rápida
y eficientemente. También tranquilizaremos a la víctima, hablándole con un tono de voz tranquilizador, diciéndole que
somos los T.S.A., preguntándole por sus lesiones e informándole de todas las acciones que vamos a ir llevando para
su evaluación y diagnóstico, así como que la ayuda ya se ha solicitado y que llegarán pronto. Se ha demostrado que
esta conducta ejerce un efecto positivo en el enfermo al inspirarle confianza y una mayor serenidad. Calmaremos sus
temores y le levantaremos el ánimo. No obstante, podemos desarrollar este apartado en el capítulo 15.

Asimismo, nunca dejaremos que vea su herida por miedo a provocarle pánico e incluso un shock. No olvidar que
existen personas que no pueden ver, oír o hablar (ciegos, sordos, mudos, desminuidos, etc.) o, simplemente, que no
entienden nuestro idioma. En estos casos tratar de expresar lo necesario mediante gestos.

2. Hacer una composición del lugar: En caso de accidente múltiple, no podemos atender a la primera víctima que
nos encontremos ya que puede que haya otras víctimas que precisan de nuestra intervención inmediata. Asimismo,
hemos de controlar posibles fuentes de peligro que puedan existir para evitar otras amenazas.

3. P.A.S.: Seguir el protocolo de proteger, alertar y socorrer, que veremos posteriormente.

4. Evaluar al herido: Para ello podemos diferenciar dos tipos:

‰ Evaluación primaria: Se trata de reconocer sus signos vitales en el siguiente orden: conciencia, respiración, pulso
y estado neurológico.
‰ Evaluación secundaria: Se trata de reconocer sus signos no vitales (presencia de hemorragias, traumatismos,
contusiones, etc.).
‰ Evaluación terciaria: Se procede a trasladar a la víctima a un centro sanitario. Este traslado deberá llevarse a
cabo en posición adecuada a su patología, lo cual se desarrollará en capítulos posteriores.

5. Manejo del herido: Debe ser con gran precaución, utilizando las técnicas más convenientes para cada caso y
número de auxiliadores. Para ello, es conveniente ver los capítulos relacionados con cada patología. Por norma, a
toda persona inconsciente que haya sufrido un traumatismo grave la trataremos como si tuviera una lesión en la
columna vertebral (evitar manipularla bruscamente).

6. Mantener al herido caliente: Una pérdida o aumento de la temperatura puede agravar el cuadro. Existen mantas
térmicas para tal fin.

7. No hacer más que lo indispensable: No debemos olvidarnos que aplicamos unos primeros auxilios, no somos
quienes curamos las fracturas ni nada por el estilo ya que esto requiere de una mayor formación (D.U.E. o médicos).

8. No dar jamás de beber a una persona inconsciente: Parte de ese líquido puede introducirse por la vía aérea
inferior. Tampoco debe darse de beber en accidentados con un traumatismo abdominal o cuando se presuma que
debe ser operado. Solo se dará de beber en casos de pacientes quemados y siempre en aquellos que estén
conscientes. Bajo ninguna circunstancia, dar de beber bebidas alcohólicas.

9. Nunca dejarlo solo: En pocos instantes el herido puede empeorar y tendremos que estar atentos para actuar en
consecuencia.

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17.2 P.A.S. (ACTIVACIÓN DEL SISTEMA DE EMERGENCIA)


A la hora de atender a un accidentado y practicarle los primeros auxilios, hemos de seguir, además de las
recomendaciones anteriormente citadas, un protocolo de actuación que se basa en tres bloques secuenciales definidos en
los que comúnmente conocemos por las siglas PAS: Proteger, alertar y socorrer.

17.2.1 Proteger
Es la primera acción que debemos llevar a cabo en caso de accidente, y para ello debemos tomar las siguientes
medidas:

‰ Emplear unos instantes en realizar una inspección visual del lugar y su entorno para detectar posibles riesgos
(número de accidentados, gravedad de la lesión, presencia de peligros adicionales que puedan provocar otros
accidentes: si existe derrame de líquidos inflamables, materias tóxicas o corrosivas en la ropa de la víctima,
presencia de olas, existencia de rocas, remolinos y corrientes, objetos cortantes o punzantes que puedan herirnos,
ruptura de canalizaciones de gas o de agua, amenaza de derrumbe, etc.).
‰ Proteger a la víctima.
‰ Protegernos a nosotros mismos. Para ello adoptaremos medidas de autoprotección, así como actuar teniendo en
cuenta nuestras posibilidades y limitaciones.
‰ Prevenir el que se agrave la situación de peligro señalizando el lugar del accidente.

17.2.1 Alertar
Se trata de la activación real del S.A.E. ya que en este
eslabón el T.S.A. debe alertar al resto de miembros del equipo
sanitario y autoridades para que se activen los protocolos de
actuación necesarios. La información a detallar debe reflejar los
siguientes aspectos:

‰ Identificarse.
‰ Número aproximado de heridos, personas involucradas y estado
aparente de las víctimas.
Imagen 17.2.1.a: T.S.A. alertando por walkie un accidente en
‰ Sexo y edad aproximada. paseo marítimo de la playa de Conil de la Frontera
‰ Localización exacta del accidente (carretera, punto kilométrico, sentido del accidente, calle o número de la casa o
piso, posibles referencias, etc.). Utilizar zonas conocidas como bares, restaurantes, edificios emblemáticos, etc.
‰ Tipo de accidente (por colisión, por caída, por ahogamiento, etc.).
‰ Características especiales de las víctimas (disminuido físico, psíquico o sensorial, embarazo, reacciones alérgicas,
enfermedades, etc.).
‰ Circunstancias o peligros que puedan agravar la situación (caídas de postes eléctricos, riesgos de incendio, productos
corrosivos, etc.).

A la hora de alertar, es recomendable y responsabilidad del T.S.A. el recopilar los teléfonos de asistencia más
cercanos de la zona en la que vayamos a trabajar para que la asistencia sea lo más rápida posible (tabla inferior).

EJEMPLO DE TELÉFONOS DE INTERÉS DE EL PUERTO DE SANTA MARÍA


ENTIDAD DOMICILIO TELFÉFONO
EMERGENCIAS EN GENERAL 112
EMERGENCIAS SANITARIAS 061
POLICIA LOCAL BATALLA DE LEPANTO, S/N 092 / 956 54 19 93
GUARDIA CIVIL CTRA. MADRID-CÁDIZ, S/N 062 / 956 87 13 36
PROTECCION CIVIL BATALLA DE LEPANTO, 1 956 54 35 51
CRUZ ROJA AVDA. M. ARAMBURU DE MORA, S/N 956 85 72 05
HOSPITAL STA. MARIA DE EL PUERTO CTRA. FUENTEBRAVIA, KM. 1 956 54 00 11
BOMBEROS 085

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17.2.3 Socorrer
Una vez completados los dos puntos anteriores comenzará la asistencia real sobre el accidentado, teniendo en
cuenta, y en este orden, el nivel de conciencia, respiración, pulso y estado neurológico (flujograma 17.2.3.a). Por otra
parte, a la hora de llevar a cabo este procedimiento tendremos en cuenta lo establecido en el capítulo 6.

Flujograma 17.2.3.a: Secuencia de actuación ante accidentados

17.3 CADENA DE SUPERVIVENCIA


Se refiere a los pasos secuenciales que se deben
de llevar a cabo para que la atención se realice de la
manera más eficiente posible. Estos pasos constan de
cuatros eslabones:

1. Activación precoz del S.A.E.


2. Reanimación cardiopulmonar básica (RCP básica).
3. Desfibrilación precoz (DEA). Imagen 17.3.a: Cadena de supervivencia

4. Soporte Vital Avanzado y servicios de medicina intensiva (exclusivo de servicios sanitarios cualificados).

17.4 POSIBLES PROBLEMAS QUE NOS PODEMOS


ENCONTRAR
En nuestro trabajo como socorristas, podemos encontrarnos con diversidad de cuadros clínicos como
consecuencia de algún accidente. A continuación se desarrollarán brevemente cada uno de ellos:

17.4.1 Alteración del nivel de conciencia


La consciencia es un estado en el que nuestro cerebro es capaz de procesar las sensaciones que recibe y las
órdenes que transmite. La pérdida de consciencia o inconsciencia será el estado en el que el cerebro pierde determinados
actos reflejos ante ciertos estímulos.

En primeros auxilios, lo más importante es determinar la presencia o ausencia de conciencia independientemente


de la causa que lo haya motivado, pudiendo diferenciarse diferentes grados de alteración de la conciencia:

LIPOTIMIA

Es una pérdida de conciencia breve, transitoria y podemos llegar a sentir antes de su


aparición debido a una disminución del aporte sanguíneo al cerebro, siendo el motivo por el cual
CONCEPTO
la cara de la víctima se vuelve pálida.

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Toda pérdida de conciencia conlleva un mecanismo autónomo de defensa mediante el


cual el cerebro asegura de nuevo su aporte sanguíneo favoreciendo el riego a las estructuras
situadas en este.

‰ Hambre. ‰ Golpes de calor.


‰ Traumatismos.
ETIOLOGÍA ‰ Fatiga. ‰ Emoción brusca.
‰ Etc.
‰ Lugar poco ventilado. ‰ Hemorragias.

‰ Tumbar a la persona en posición de decúbito supino y elevar las piernas no más de 45º para
favorecer el retorno venoso.
‰ Facilitarle la respiración aflojándole ropa u otros objetos que puedan comprimir cuello,
ACTUACIÓN pecho, cintura, etc.
‰ Mantener la permeabilidad de la vía aérea (capítulo 17.6).
‰ Comprobar las constantes vitales (conciencia, respiración y pulso).
‰ Mantenerla tumbada unos minutos hasta que recupere la conciencia.

SÍNCOPE

A diferencia de la lipotimia, este cuadro se presenta de manera súbita, ya que se trata


CONCEPTO
de un paro momentáneo del corazón que ocasiona una pérdida repentina de la conciencia.

Puede estar motivada por enfermedad cardíaca o por motivos de origen nervioso. En un
tiempo de unos 20” se restablece la circulación y la palidez viene seguida de un enrojecimiento
ETIOLOGÍA debido a la entrada masiva de sangre en los capilares sanguíneos.

No obstante, las causas del síncope pueden ser las mismas que las de la lipotimia.

‰ Mantener la permeabilidad de la vía aérea.


‰ Comprobar las constantes vitales.
ACTUACIÓN
‰ Iniciar la R.C.P. en caso necesario (capítulo 17.7.1).
‰ Si se mantienen las constantes, actuar igual que en el caso de la lipotimia.

SHOCK

Es una situación clínica que se puede deber a muchos factores. El shock aparece
cuando en el organismo se produce un trastorno de la circulación, es decir, una disminución del
CONCEPTO aporte sanguíneo a los tejidos periféricos. Lo podemos entender como una mala perfusión
sanguínea (p.e.: shock hipovolémico provocado por una disminución del volumen sanguíneo
como consecuencia de alguna hemorragia).

‰ Disminución del estado de ‰ Piel pálida, fría y


‰ Somnolencia.
alerta (obnubilación). sudorosa,
‰ Incremento de la frecuencia
SÍNTOMAS ‰ Disminución del tiempo de especialmente las
respiratoria (taquipnea) y
reacción. manos y pies (zonas
cardiaca (taquicardia).
‰ Hipotensión. distales).

‰ Traumatismo o herida grave. ‰ Posterior a una infección, dolor intenso, ataque


ETIOLOGÍA ‰ Estados emocionales de cardíaco, envenenamiento por comidas o productos
depresión. químicos, quemaduras extensas, etc.

‰ Mantener la permeabilidad de la vía aérea.


‰ Comprobar las constantes vitales.
‰ Iniciar la R.C.P. en caso necesario.
‰ Si se mantienen las constantes, colocar a la víctima en posición antishock, que consistirá en
ACTUACIÓN
elevar las piernas para favorecer el retorno venoso al tener la cabeza más baja que las
piernas. En este caso colocaremos la cabeza ladeada (posición de trendelemburg).
‰ Mantener la temperatura corporal del paciente.
‰ Trasladarlo a un centro especializado (evaluación terciaria).

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En todas estas situaciones, hemos de tener en cuenta que si las constantes están controladas, y la persona ha
sufrido una pérdida de conciencia no presenciada por nosotros, la colocaremos en la posición lateral de seguridad o P.L.S.
(capítulo 17.7) para prevenir la asfixia por la caída de la lengua hacia atrás y posibles vómitos.

17.4.2 Lesiones sobre la piel


La piel es el órgano que recubre todo el cuerpo. Sirve como barrera protectora evitando la entrada de gérmenes
del exterior, se encarga de recibir estímulos a través de las terminaciones nerviosas distribuidas por todo el organismo,
mantiene la temperatura corporal (función termorreguladora) y permite la entrada y salida de líquidos.

Tiene tres capas, distribuidas de la más superficial a la más profunda: epidermis, dermis e hipodermis. Puede
quedar lesionada dando lugar a varios tipos de lesión en función del tipo de agresión y de su profundidad.

Algunas de las lesiones que sobre la piel podemos encontrarnos son las siguientes:

HERIDAS

Es la pérdida de continuidad en la piel como


consecuencia de la agresión de este tejido. Existe riesgo de
infección y la posibilidad de lesionar tejidos adyacentes
CONCEPTO
(músculos, nervios, órganos, etc.). Pueden ser graves o no
en función de su profundidad, extensión, localización y
signos de infección.

‰ Heridas incisas: Ocasionadas por un objeto cortante (cuchillo, navaja, etc.).


‰ Heridas contusas: Ocasionadas por un objeto romo (martillo, bastón, etc.).
TIPOS
‰ Heridas especiales: Ocasionadas por mordeduras, arrancamientos, aplastamientos, armas
de fuego, etc.

‰ Desinfección de las manos del T.S.A.


‰ Limpieza de la herida, a ser posible con suero fisiológico o agua y jabón.
‰ Taponar la herida si esa fuera abundante.
ACTUACIÓN
‰ Si la separación de bordes de la herida es importante, precisará la sutura de un facultativo.
‰ Enviar al hospital al paciente en caso de herida significativa.
‰ En caso de herida grave, prevenir la aparición del shock y tratarlo en su caso.

CONTUSIONES

Lesión producida por una agresión sin llegar a romper la piel y puede dar lugar a
CONCEPTO
lesiones internas.

‰ Contusión simple: Provoca un enrojecimiento de la piel de escasa importancia.


‰ Contusión de primer grado: Rotura de pequeños vasos sanguíneos en la dermis
(cardenal).
TIPOS ‰ Contusión de segundo grado: Hay un mayor acúmulo de sangre localizado en tejidos
subcutáneos (chichón).
‰ Contusión de tercer grado: Muerte de los tejidos profundos por falta de aporte
sanguíneo.

‰ Inmovilizar la zona y elevarla para favorecer el retorno venoso.


‰ Aplicar frío local mediante compresas o hielo, pero nunca en contacto directo con la piel
ACTUACIÓN para conseguir una disminución del dolor debido a que el frío actúa como anestésico.
‰ No pinchar los hematomas.
‰ Recomendar valoración por parte del facultativo.

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QUEMADURAS

Se define como toda lesión de la piel producida por el calor en cualquiera de sus formas
(llama, objeto incandescente, etc.). La determinación de la gravedad de una quemadura
CONCEPTO
dependerá de la profundidad y de la extensión de la misma, aunque a continuación veamos solo
el primero.

‰ Primer grado: Solo afecta a la epidermis (enrojecimiento o eritema).


‰ Segundo grado: Afecta a la dermis, apareciendo ampollas muy dolorosas y con líquido en
su interior.
TIPOS
‰ Tercer grado: Afecta a la hipodermis, y aparece una herida o escara de color negro debido
a su profundidad. Puede afectar a órganos internos (músculos, vasos, etc.), y no son
dolorosas porque al ser tan profundas destruye las terminaciones nerviosas.

‰ Valorar el estado general de la víctima.


‰ Mantener la permeabilidad de la vía aérea.
‰ Comprobar las constantes vitales en caso necesario.
‰ Enfriar la quemadura colocándola bajo un chorro de agua fría al menos durante 10’. Ampliar
este intervalo en caso de quemaduras por agente químico hasta 15’ ó 20’.
‰ Cubrir la zona afectada con apósitos estériles humedecidos.
ACTUACIÓN
‰ No quitar la ropa al paciente ya que se encontrará adherida a la piel.
‰ No aplicar cremas, pomadas ni ningún tipo de medicamento.
‰ No pinchar las ampollas.
‰ En caso de quemados, se puede dar de beber agua pero no en gran cantidad.
‰ Trasladar a la víctima a un centro especializado para prevenir la aparición del shock
hipovolémico por la pérdida de líquido.

CAUSTICACIONES

CONCEPTO Son quemaduras producidas por agentes químicos (cloro, ácidos, etc.).

‰ Al contrario que ocurría en el apartado de quemaduras comunes, aquí si retiraremos la ropa


debido a que se encuentra impregnada con el agente químico.

ACTUACIÓN ‰ Arrastrar el corrosivo con abundante agua, y si es posible frotar con un cepillo.
‰ Si la causticación se produce en los ojos, lavar con abundante agua durante al menos 20’.
‰ Trasladar a la víctima a un centro especializado.

CONGELACIONES

La congelación no debe confundirse con el estadio


inicial de ella (hipotermia: que es un gran descenso de la
temperatura corporal por exposición a baja temperatura
ambiente, es decir, menos de 35º). Hablamos de
congelación cuando la temperatura ambiente es menor de
3º y se forman cristales en los tejidos, provocando
CONCEPTO isquemias, hipoxias, disminución del aporte sanguíneo y del
oxígeno respectivamente.

Las primeras partes afectadas suelen ser las zonas


distales (nariz, orejas y dedos) hasta llegar a una
Imagen 17.4.2.a: Lesión sobre la piel por
congelación generalizada. congelación

‰ Temblores (mecanismo de ‰ Entumecimiento.


‰ Desorientación.
defensa para producir calor). ‰ Fatiga.
SÍNTOMAS ‰ Somnolencia.
‰ Aturdimiento (puede llegar a ‰ Calambres.
‰ Pérdida de visión.
la pérdida de conciencia). ‰ Rigidez muscular.

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‰ Valorar el estado general de la víctima.


‰ Mantener la permeabilidad de la vía aérea.
‰ Comprobar las constantes vitales en caso necesario.
‰ No realizar fricciones locales ya que las zonas congeladas se vuelven frágiles y pueden
partirse.
ACTUACIÓN ‰ Cubrir las zonas con mantas o ropa de abrigo.
‰ No deben aplicarse bolsas de agua caliente ni acercar a la persona a una estufa porque el
calor excesivo y repentino puede provocarle una vasodilatación periférica que puede dañar
los tejidos. Este calor debe ser progresivo y gradual.
‰ Si el sujeto está consciente, dar de beber bebidas calientes azucaradas y no alcohólicas.
‰ Trasladar a la víctima a un centro especializado.

ELECTROCUCIÓN

Quemadura producida como consecuencia del paso de la corriente eléctrica por el


CONCEPTO cuerpo. La gravedad dependerá de la resistencia de los tejidos corporales, la intensidad de la
corriente y la duración del contacto.

‰ Desconectar la corriente antes de tocar a la víctima. Si no es posible, utilizar objetos


aislantes (palo) para no llegar a tocar directamente a la víctima.
‰ Valorar el estado general de la víctima.
‰ Mantener la permeabilidad de la vía aérea.

ACTUACIÓN ‰ Comprobar las constantes vitales en caso necesario.


‰ Valorar posibles traumatismos por caídas.
‰ Cubrir la zona afectada.
‰ Observar orificios de entrada y salida.
‰ Trasladar a la víctima a un centro especializado.

PICADURAS

Son pequeñas heridas producidas por otros seres vivos (artrópodos, animales marinos,
CONCEPTO
etc.), a través de las cuales penetra sustancias tóxicas en el organismo.

‰ Picaduras de artrópodos: Arañas, garrapatas, escorpiones, avispas, etc. Son las más
frecuentes. Ocasionalmente, pero muy raras veces, pueden llegar a provocar la muerte
debido a una reacción alérgica por el veneno que inoculan. Las manifestaciones más
ETIOLOGÍA
frecuentes son dolor, inflamación y enrojecimiento.
‰ Picaduras de animales marinos: Medusas, peces venenosos, etc. Las manifestaciones
más comunes son dolor con sensación de ardor, erupción y ronchas en la piel.

‰ Evitar cualquier actividad ya que la excitación acelera la circulación y, por consiguiente,


agiliza la absorción del veneno.
‰ Si el artrópodo ha dejado introducido el aguijón, retirarlo en la misma dirección en la que
entró con las pinzas del botiquín (capítulo 17.9).
ACTUACIÓN ‰ Aplicar compresas de agua fría para reducir la inflamación, disminuir el dolor y absorber el
veneno.
‰ En casos de animales marinos, la actuación consiste en lavado con agua salada, desprender
los restos del animal con las pinzas y no frotar.
‰ Trasladar a la víctima a un centro especializado si es necesario

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En caso de picaduras de serpiente, además de las nociones


anteriores, la actuación consistirá en:

‰ Comprobar las constantes vitales en caso necesario.


‰ Si la víctima no recibe atención en 30’, habrá que extraerle el
veneno haciendo punciones en el área de la mordedura con una
aguja estéril y succionar el líquido. Esta maniobra la repetirá
durante al menos 30’.
‰ Cubrir la lesión con un apósito estéril.
‰ Aplicar un vendaje compresivo ancho y apretado.
‰ Estar alerta para prevenir signos de shock.
Imagen 17.4.2.b: Lesión sobre la piel por picadura de víbora

MORDEDURAS

Son heridas ocasionadas por los dientes de un animal o por el hombre, y se


caracterizan por ser punzantes, presentar hemorragias y bordes irregulares. Existe alto riesgo
de infección porque la boca está llena de bacterias. Las más frecuentes son por mordeduras de
CONCEPTO perro, gato, etc.

En caso de animales, es obligatorio comunicarlos a los servicios veterinarios


pertinentes.

‰ Retirar los objetos que se encuentren en la zona de mordedura.


‰ Lavar la zona con suero fisiológico o agua y jabón sin friccionar.
ACTUACIÓN
‰ Evitar los torniquetes.
‰ Trasladar a la víctima a un centro especializado.

17.4.3 Lesiones sobre el aparato locomotor


El aparto locomotor está formado por dos sistemas importantes: el sistema osteoarticular, formado por huesos,
articulaciones y ligamentos, y el sistema muscular, formado por músculos y tendones.

Consideramos traumatismos a cualquier agresión que sufre el organismo como consecuencia de la acción de
agentes físicos o mecánicos. Podemos diferenciar dos tipos:

‰ Traumatismos articulares: Aquellos que afectan a las articulaciones (esguinces y luxaciones).


‰ Traumatismos óseos: Aquellos que afectan a los huesos (fracturas).

ESGUINCES

Es la separación momentánea de las superficies articulares que produce la distensión de


CONCEPTO
los ligamentos debido a movimientos forzados de la articulación.

‰ Primer grado: Si solo existe distensión del ligamento.


TIPOS ‰ Segundo grado: Cuando hay un desgarro parcial del ligamento.
‰ Tercer grado: Cuando existe rotura total del ligamento (es el más grave).

‰ Dolor intenso. ‰ Imposibilidad de realizar movimientos


SÍNTOMAS
‰ Inflamación de la zona. habituales.

‰ Inmovilizar la articulación afectada mediante un vendaje compresivo.


‰ Elevar el miembro afectado y mantenerlo en reposo.
ACTUACIÓN
‰ Aplicar frío local (nunca en contacto directo con la piel).
‰ Trasladar a la víctima a un centro especializado.

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LUXACIONES

Es el desplazamiento sufrido por el extremo de un hueso que forma parte de una


articulación con la consiguiente lesión de ligamentos y otras estructuras adyacentes. Las
CONCEPTO
luxaciones más frecuentes son de hombro, codo (húmerocubital), clavícula (acromioclavicular) y
dedos (metacarpofalángica).

‰ Dolor muy agudo. ‰ Imposibilidad de realizar movimientos


SÍNTOMAS
‰ Deformación. habituales.

‰ Inmovilizar la articulación afectada tal y como se encuentre.


‰ No reducir la luxación, es decir, la recolocación del hueso, ya que esta labor deberá realizar
ACTUACIÓN
personal especializado.
‰ Trasladar a la víctima a un centro especializado.

FRACTURAS

Es la pérdida de continuidad en el hueso debido a


CONCEPTO
una fuerza externa.

‰ Abierta: Cuando la fractura del hueso lesiona la


continuidad de la piel (imagen 17.4.3.a derecha).
‰ Cerrada: Cuando la fractura del hueso no lesiona la
continuidad de la piel.
TIPOS
‰ Alineada: Cuando la fractura del hueso no provoca un
desplazamiento del mismo (imagen 17.4.3.a izquierda).
‰ Desplazada: Cuando la fractura del hueso provoca una
desplazamiento del mismo (imagen 17.4.3.a central). Imagen 17.4.3.a: Lesión sobre el aparato
locomotor por fractura

‰ Otras complicaciones (lesión


‰ Dolor muy agudo.
de vasos, nervios,
‰ Inflamación. hemorragias, infección en
SÍNTOMAS
‰ Deformación. caso de fractura abierta por
la herida que estas
‰ Imposibilidad de realizar movimientos habituales.
provocan, etc.).

‰ No movilizar al accidentado si no es absolutamente necesario para evitar agravar la lesión.


‰ Retirar anillos, relojes, etc. en caso de afectación del miembro superior por la inflamación
que esta lesión provoca en las estructuras.
‰ Inmovilizar la fractura sin reducirla.
ACTUACIÓN ‰ En caso de fractura abierta cubrir la herida que ésta genera con apósito estéril y tratar de
cohibir la hemorragia (taponar).
‰ Trasladar a la víctima a un centro especializado.
‰ Especial atención con las personas mayores ya que en la precipitación de éstas al suelo
siempre sospecharemos una fractura de cadera.

TRAUMATISMOS DE CRÁNEO Y CARA

Es un traumatismo localizado en la cavidad craneal. Son especialmente importantes ya


CONCEPTO
que dependiendo de su magnitud, pueden afectar al Sistema Nervioso Central.

‰ Salida de sangre u otro tipo


‰ Alteración del estado de ‰ Aparición de
de fluidos por los orificios
conciencia. hematomas en los
SÍNTOMAS naturales (oreja, nariz y
‰ Alteración del tamaño y ojos (periorbitarios).
boca).
simetría de las pupilas. ‰ Cefaleas.
‰ Presencia de vómitos.

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‰ Manipular con sumo cuidado a la víctima (bloque eje cabeza-cuello-tronco).


‰ Mantener la permeabilidad de la vía aérea.
ACTUACIÓN ‰ Vigilar las constantes vitales.
‰ Trasladar a la víctima a un centro especializado (si la víctima está inconsciente trasladarla
en P.L.S. (capítulo 17.7).

TRAUMATISMOS DE LA COLUMNA VERTEBRAL

Son lesiones traumáticas que afectan a uno o varios de los huesos o articulaciones de la
columna vertebral, implicando a veces a la médula espinal. La columna vertebral es una hilera
de vértebras que se extienden desde la cabeza hasta la cadera y que presenta cinco curvaturas:
CONCEPTO
la zona cervical, dorsal, lumbar, sacra y la zona del cóccix. Estas curvaturas tienen varias
funciones: soportar un mayor peso, amortiguar mejor las fuerzas verticales, poder mantener
mejor y más tiempo la postura erecta o bípeda y, sobretodo, proteger la médula espinal.

‰ Caídas desde gran altura


‰ Golpes directos sobre la ‰ Movimientos
ETIOLOGÍA sobre los pies o sobre los
columna vertebral. violentos del cuello.
glúteos.

‰ Debilidad muscular. ‰ Incapacidad motriz,


‰ Priapismo (erección del sobretodo por debajo del ‰ Deformidad de la
pene). punto de la lesión. zona.

‰ Espalda torcida o doblada. ‰ Se orina o defeca sin ‰ Nivel de conciencia


advertirlo. alterada que le
SÍNTOMAS ‰ Falta de sensibilidad.
provoca
‰ Sangrado por oídos o nariz.
‰ Dolor. desorientación y
‰ Zonas rojizas.
‰ Entumecimiento u habla
hormigueos de los ‰ Rigidez muscular o incomprensible.
miembros. desgarramiento.

‰ No movilizar al accidentado si no es absolutamente necesario para evitar agravar la lesión.


‰ Inmovilizar al paciente siguiente la línea cabeza-cuello-tronco.
‰ Si se encuentra en el medio acuático, liberar la vía aérea.
‰ Trasladar sobre superficie rígida y plana.
ACTUACIÓN ‰ Vigilar constantes vitales.
‰ Si la víctima no respira, la inmovilización pasará a segundo plano, y nos centraremos en la
R.C.P.
‰ Si la lesión se produce en el agua y se encuentra en decúbito prono, realizar la técnica de la
pinza.

POLITRAUMATIZADO

Se trata de un paciente que, a consecuencia de un traumatismo, presente lesiones en


más de un órgano, aparato, etc. y le puede suponer un riesgo vital. Las lesiones más frecuentes
CONCEPTO
suelen afectar al cráneo, columna vertebral, tórax, abdomen y extremidades, predominando
fracturas, hemorragias, quemaduras, etc.

‰ Comprobar las constantes vitales en caso necesario.


‰ Realizar la R.C.P. si fuese necesario.
‰ Controlar la hemorragia agua y el shock.
‰ Manipular con sumo cuidado a la víctima (bloque eje cabeza-cuello-tronco).
ACTUACIÓN
‰ Estabilizar fractura.
‰ Tratar heridas y quemaduras.
‰ Evitar pérdidas de calor en el paciente.
‰ Trasladar a la víctima a un centro especializado.

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17.4.4 Lesiones vasculares


Podemos considerar el aparato circulatorio como un circuito cerrado formado por un motor (corazón), unos
conductos (vasos sanguíneos: arterias, venas y capilares) y un fluido (sangre).

‰ Corazón: Está ubicado en el tórax, sobre el diafragma, entre los dos pulmones y ligeramente hacia el lado izquierdo,
y tiene el tamaño de un puño (imagen 17.4.4.a). Tiene como función principal el bombear sangre hacia los pulmones
(circulación menor) y al resto de los tejidos (circulación mayor).

Se compone de 2 aurículas (derecha e izquierda) y 2 ventrículos (derecho e izquierdo). En cuanto al recorrido de


la sangre, desde la aurícula derecha, la sangre pasa a través de la válvula tricúspide al ventrículo derecho, que
bombeará la sangre a través de la válvula pulmonar hasta la arteria pulmonar, que lleva la sangre a los pulmones
derecho e izquierdo (imagen 17.4.4.b).

Tras el aporte de oxígeno a la sangre, esta abandona los pulmones a través de las venas pulmonares, que la
llevan hacia la aurícula izquierda, donde la sangre pasará a través de la válvula mitral hacia el ventrículo izquierdo y
a través de la válvula aórtica hacia la arteria aorta, que finalmente la envía a todas las partes y sistemas del cuerpo.

‰ Vasos sanguíneos: Es a través de los vasos sanguíneos cómo se hace circular la sangre hacia todas las partes del
cuerpo. Las arterias son los vasos que salen del corazón, y a medida que se alejan y se ramifican pierden parte de su
diámetro y su capa elástica hasta llegar a las arteriolas, que son de menor calibre.

Tras esto la sangre pasa a los capilares, cuyas paredes son muy delgadas, y donde la circulación es lenta
favoreciendo el intercambio de sustancias y gases entre la sangre y los tejidos.

Imagen 17.4.4.b: Ubicación del corazón en la cavidad Imagen 17.4.4.c: Circulación de la


Imagen 17.4.4.a: Corte del corazón torácica sangre en el organismo

Tras abandonar los capilares, la sangre entra en las vénulas para iniciar el camino de regreso al corazón, y a
medida que se acercan a este va aumentando su diámetro hasta llegar a la vena cava.

‰ Sangre: En el organismo existen alrededor de 5 litros de sangre, y esta tiene como funciones principales las
siguientes:

ƒ Transporte de gases, nutrientes y productos de desecho.


ƒ Termorreguladora (control de la temperatura corporal).
ƒ Favorece la coagulación (plaquetas).

Algunas de las lesiones vasculares que podemos encontrarnos son las siguientes:

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PARADA CIRCULATORIA

Cuando el corazón se para, no se detecta sonido en la auscultación, debido a que la


circulación de la sangre se habrá detenido y no se percibirá el pulso. La vida de la persona se
extinguirá en breve si no actuamos en consecuencia, es decir, realizando la reanimación
CONCEPTO cardíaca o masa cardíaco externo.

Entre las lesiones, la más frecuente es el infarto agudo de miocardio (IAM), que se
produce al interrumpirse la circulación que irriga al propio corazón.

‰ Intoxicaciones por diversas


‰ Lesiones torácicas.
ETIOLOGÍA sustancias (alcohol, nicotina, ‰ La electrocución.
‰ Enfermedades patológicas.
veneno, etc.).

‰ Pérdida de conocimiento. ‰ Hipotonía muscular.


‰ Disnea, que
‰ No se escuchan sonidos ‰ Palidez.
SÍNTOMAS concluye en poco
cardíacos ni existe pulso ‰ Midriasis (pupilas dilatadas tiempo en apnea.
periférico. permanentemente).

ACTUACIÓN ‰ Seguir el protocolo de actuación de R.C.P. (capítulo 17.7.1).

HEMORRAGIAS

Se define como la salida de sangre de los vasos sanguíneos como consecuencia de una
CONCEPTO
rotura de los mismos.

‰ Según su naturaleza:
ƒ Externas: La emisión de sangre se produce hacia el exterior del organismo (epistaxis).
ƒ Internas: La sangre se acumula en una cavidad cerrada del organismo sin
comunicación con el exterior (hemotórax).

‰ Según su origen:
ƒ Arterial: La sangre es de color rojo brillante, su salida es abundante y a borbotones
coincidiendo con el latido cardíaco.
ƒ Venosa: La sangre es de color rojo oscuro y su salida es continua.
ƒ Capilar: Tiene el mismo comportamiento que la sangre venosa con la diferencia que la
pérdida suele ser mínima debido a un menor calibre del vaso. Este tipo de sangre se
coagula pronto.
TIPOS

‰ Según su presentación:
ƒ Agudas: Muy rápida instauración.
ƒ Crónicas: Pérdida mantenida en el tiempo.

‰ Según su gravedad: Depende del tipo de vaso, del calibre, etc.


ƒ Leve: Si la pérdida es menor de 500 ml.
ƒ Moderada: Si la pérdida es entre 500 y 1.000 ml.
ƒ Grave: si la pérdida es mayor a 1.000 ml.

‰ Según su procedencia: Hemoptisis, hematemesis, melenas, rectorragia, hematuria,


otorragia, epistaxis, etc.

‰ Hemoptisis: Salida de sangre de la boca procedente del aparato respiratorio. Aparece con
la tos y la sangre se presenta mezclada con esputo. No confundir con la sangre procedente
ACTUACIÓN del tubo digestivo, ya que esta es de color rojo claro.
ƒ Aplicar frío local.
ƒ Colocar en posición de decúbito supino semisentado para que el plano vertical alivie la

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respiración.
ƒ Guardar la muestra de esputo para su posterior estudio.
ƒ Valorar y tratar el shock.
ƒ Trasladar a la víctima a un centro especializado.

‰ Hematemesis: Salida de sangre de la boca procedente del aparato digestivo. Se presenta


mezclada con vómitos (sangre de color oscuro, que es a lo que se denomina posos de café).
ƒ Aplicar frío local.
ƒ Colocar al herido en P.L.S. o en decúbito supino con ambas rodillas flexionadas porque
esta posición disminuye la presión abdominal.
ƒ Valorar y tratar el shock.
ƒ Trasladar a la víctima a un centro especializado.

‰ Melenas: Salida de sangre procedente del ano, de color negruzco, mezclada con heces, de
aspecto pegajoso y maloliente. La actuación es igual que la hematemesis, es decir, en
posición semisentado con las rodillas flexionadas para evitar el retroceso de la sangre hacia
el aparato digestivo.
‰ Rectorragia: Igual que las melenas radicando su diferencia en que el sangrado no procede
de vías digestivas altas. La actuación consiste en trasladar a la víctima a un centro
especializado, aunque este tipo de lesión no suele presentar una gravedad excesiva.
‰ Hematuria: Salida de sangre con la orina. La actuación consiste en trasladar a la víctima a
un centro especializado para comprobar, mediante pruebas específicas, tipo de sangrado,
procedencia, etc. (analítica).
‰ Otorragia: Es la salida de sangre por el oído. Si la hemorragia es leve, la actuación
consistirá en la limpieza de la zona. Si la hemorragia es grave puede ser un signo de
fractura en la base del cráneo, actuando de la siguiente manera:
ƒ Colocar al herido en P.L.S. hacia el lado del oído sangrante.
ƒ Poner un almohadillado bajo la cabeza.
ƒ No taponar.
ƒ Trasladar a la víctima a un centro especializado.

‰ Epistaxis: Es la salida de sangre por la nariz. Suelen ser leves.


ƒ Compresión manual de la fosa sangrante.
ƒ No colocar la cabeza hacia atrás.
ƒ Colocar una gasa empapada en agua oxigenada en la fosa sangrante porque este
líquido contiene sustancias que permiten el sellado del vaso lesionado.
ƒ Levantar el brazo opuesto a la fosa sangrante por el retorno venoso.
ƒ Trasladar a la víctima a un centro especializado.

Es la maniobra encaminada a detener una hemorragia mediante la compresión de todos


los vasos sanguíneos de una zona. Es útil en amputaciones traumáticas, aplastamientos, o
cuando han fracasado las medidas convencionales para detener la hemorragia, aunque esta
técnica implica ciertos riesgos.

Ha de realizarse entre la herida y el corazón (zona proximal). Una vez aplicado, solo
TORNIQUETE debe ser quitado por un facultativo. No deben emplearse objetos que puedan cortar al
comprimir la zona (alambres o cuerdas), lo usual es utilizar un pañuelo o algo similar con
suficiente anchura.

Es muy importante reflejar la hora y localización del torniquete, fundamentalmente en


la piel de la víctima, para que cuando llegue al centro especializado los profesionales tengan la
máxima información posible y así actuar en consecuencia.

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17.5 ACCIDENTES POR SUMERSIÓN


Llamado ahogado a la víctima de un cuadro que ocurre con la inmersión de su cuerpo o de la vía aérea en un
líquido, produciéndole la muerte en el momento o en horas posteriores. Si sobrevive a esto, deberíamos hablar de
semiahogado.

Podemos clasificar los cuadros de ahogamientos atendiendo al aspecto de la víctima, al hecho de que se haya
producido o no aspiración de agua, y en función de la naturaleza del agua en la que se sumerge la víctima.

CLASIFICACIÓN

‰ Ahogado blanco o hidrocutado: Vulgarmente se llama corte de digestión, ya que se ha


demostrado la relación existente entre la aparición de este síndrome y factores como por
ejemplo la ingestión de una comida copiosa previa al contacto con el agua, temperatura
baja de la misma, ejercicios físico intenso, etc. Hay diferentes teorías que explican el
mecanismo por el que se produce este cuadro: choque termodiferencial, patología cardíaca
de base, vasodilatación periférica como respuesta vagal, shock anafiláctico por proteínas de
la digestión, etc.

MECANISMO ‰ Ahogado azul: Estos pacientes son víctimas del clásico ahogamiento por asfixia. Su
DE apareciendo cianótica nos hace pensar en una anoxia, bien por una interrupción de la
PRODUCCIÓN ventilación, bien del intercambio de gases con la sangre, o bien por cualquier otro motivo.
‰ Ahogado seco: Sufre asfixia por un laringoespasmo reflejo al contacto con el agua. Este
laringoespasmo protege de la entrada de agua a los pulmones. Se ha demostrado que se da
con más frecuencia en pacientes que pierden el conocimiento en el momento del contacto
con el agua, o incluso antes del mismo. Este tipo de víctimas es más fácilmente
recuperable.
‰ Ahogado húmedo: Se produce asfixia y anegación de los pulmones por líquido exterior
acompañado a menudo de contenido gástrico.

‰ Agua de mar: Provoca paso de líquido desde el torrente circulatorio hacia los alvéolos
pulmonares, dificultando el intercambio gaseoso y llegando a la muerte por asfixia, hipoxia,
acidosis y edema pulmonar.
‰ Agua dulce: Pasa rápidamente desde el alveolo al torrente circulatorio, produciendo
AHOGAMIENTO
hipervolemia y hemólisis, lo que ocasiona la muerte por fibrilación ventricular, hipoxia y
SEGÚN EL
edema pulmonar.
MEDIO
‰ Ahogamiento de piscina: Es igual que en agua dulce, con el agravamiento que el cloro
puede acarrear, ya que este ejerce una acción tóxica sobre la pared alveolar.
‰ Ahogamiento en aguas contaminadas: Presente dos problemas añadidos, la
contaminación bacteriana y la química.

1. Paro respiratorio (pocos segundos): En una situación de ahogamiento la víctima intenta


salvarse por todos los medios posibles, realizando un gran esfuerzo por mantenerse a flote.
Por ello, cuando se sumerge lo hace de manera consciente pero involuntaria, y pocos
segundos después entra en parada respiratoria, caracterizada porque deja de respirar pero
FASES DEL
su corazón sigue latiendo. También puede darse el caso de producirse desmayo. Si
AHOGAMIENTO
rescatamos a esta persona en esta fase solo hará falta llevar a cabo la respiración artificial
(los tiempos son sin masaje cardíaco.
oscilativos)
2. Paro cardíaco (de 3 a 4 minutos): Pasado este tiempo desde la parada respiratoria, el
ahogado entra en parada cardíaca, siendo necesaria la aplicación de la R.C.P.
3. Anoxia de tejidos (de 6 a 8 minutos): Pasado este tiempo desde la parada cardíaca, y
debido a la falta de oxígeno en el organismo, entramos en la anoxia de los tejidos.

‰ Lo más importante es extraer a la víctima del lugar del ahogamiento e iniciar rápidamente
las medidas de reanimación. Se debe iniciar junto con la respiración boca-boca la
administración de altas concentraciones de oxígeno, si se dispone de el, incluso en los
MEDIDAS A
pacientes conscientes y sin aparente dificultad respiratoria, para resolver al hipoxia.
TOMAR
‰ Si no se aprecia latido cardíaco se debe pasar a una reanimación cardiopulmonar básica
completa.
‰ Tener especial precaución con los vómitos que tiene lugar en un alto porcentaje de los

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ahogados durante la resucitación.


‰ Fundamental una adecuada limpieza de las vías aéreas y siempre un manejo del paciente
como si existiera lesión de la columna cervical.
‰ Tener presente la presencia de hipotermia, que va a aumentar el tiempo de resucitación
normal, ya que esto es un mecanismo reflejo del cuerpo para proteger al cerebro de la
hipoxia.

17.6 OBSTRUCCIÓN DE LA VÍA AÉREA


En primer lugar es necesario diferenciar las fases respiratorias, que se componen de dos: la inspiración, que es la
fase de entrada de aire a los pulmones, y la espiración, que es la fase de salida de aire de los pulmones al exterior. El
conjunto de ambas es lo que conocemos como respiración.

En caso de obstrucción de la vía aérea, lo primero que debemos hacer ante esta situación es comprobar la
permeabilidad de la vía aérea, es decir, que no haya ningún elemento que impida la entrada y salida de aire, ya que
cuando ocurre esto se compromete automáticamente la vida.

La obstrucción de la vía aérea suele ir acompañada por una alteración del nivel de conciencia, normalmente
debido a la ingestión accidental de algún objeto o resto de alimento. Si estamos presentes, y la víctima está conciente,
veremos cómo esta lleva sus manos al cuello como signo universal del atragantamiento y asfixia. Si no estamos presentes
en el momento del atragantamiento, la observación del lugar puede darnos pistas de vital importancia (p.e.: niños
desmallados junto a un bote de canicas), de ahí la importancia del capítulo 17.2.1.

17.6.1 Anatomía de la vía aérea


La vía aérea vamos a dividirle en dos partes:

‰ Vías respiratorias altas: Boca, nariz, faringe (dividida esta última en rinofaringe y orofaringe) y laringe. Cuando la
obstrucción se localiza en las vías respiratorias altas, la obstrucción se considera total.

‰ Vías respiratorias bajas: Tráquea, bronquios y bronquiolos. Cuando se produce en las vías respiratorias bajas, la
obstrucción se considera parcial, ya que el objeto puede alojarse tanto en un bronquio como en otro, permitiendo la
ventilación del bronquio no afectado.

17.6.2 Causas de la obstrucción de la vía aérea


La falta de permeabilidad de la vía aérea puede estar motivada por:

‰ Por incapacidad para mantener la vía aérea abierta de forma espontánea.


‰ Lesión u oclusión de la misma:

ƒ Traumatismo de la vía aérea.


ƒ Obstrucción por cuerpo extraño.
ƒ Obstrucción por caída de la lengua hacia atrás (suele ser la más común).
ƒ Hemorragia masiva en cavidad oral.
ƒ Presencia de contenidos gástricos.
ƒ Traumatismo maxilofacial severo.
ƒ Quemadura inhalatoria.

17.6.3 Asfixia por obstrucción por cuerpo extraño


La asfixia puede producirse por innumerables circunstancias (p.e.: un niño que se haya llevado algún objeto a la
boca, una persona que se haya atragantado comiendo, etc.).

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Debemos diferenciar dos tipos de obstrucciones por cuerpo extraño:

‰ Obstrucción parcial de la vía aérea: La víctima estará inquieta y toserá. Puede haber sibilancias (el sonido en
forma de pito que se produce cuando la víctima intenta inspirar). En estos casos la víctima, generalmente, será capaz
de eliminar el cuerpo extraño tosiendo ya que la tos genera presiones elevadas en la vía aérea que permiten expulsar
el cuerpo extraño.

‰ Obstrucción completa de la vía aérea: La víctima será incapaz de hablar, respirar, toser y acabará perdiendo el
conocimiento. En estos casos, la acción de toser no eliminará el cuerpo extraño y veremos seriamente comprometida
la vida del paciente.

El tratamiento de la obstrucción de la vía aérea dependerá del estado del paciente, diferenciando tres pasos:

‰ Si la víctima está consciente, anímela para que siga tosiendo y no haga nada más.
‰ Si la víctima queda inconsciente, depositarla en el suelo, controlar sus constantes vitales e iniciar la R.C.P. en caso
necesario.
‰ Si la víctima muestra signos de obstrucción pero está consciente, seguiremos la siguiente secuencia de pasos:

ƒ Aplicar cinco palmadas fuertes en la espalda con el talón de la


mano entre los omóplatos. Para ello nos colocaremos al lado y
ligeramente detrás de la víctima. Sujetaremos el pecho con
nuestra mano y reclinaremos a la víctima hacia delante (imagen
17.6.3.a), de modo que cuando el cuerpo extraño se mueva lo
haga hacia arriba, hacia la boca, en lugar en bajar. Si vemos que
el cuerpo sale con la primera palmada no serán necesarias las
cuatro restantes.

ƒ Si tras la secuencia anterior no conseguimos que salga el cuerpo


extraño, aplicar maniobra de Heimlich, que desarrollaremos en el
capítulo siguiente. Imagen 17.6.3.a: Golpeo en espalda para obstrucción
completa de la vía aérea

17.6.4 Maniobra de Heimlich


Es una maniobra universal que permite que una persona que está sufriendo un atragantamiento vuelva a su
estado normal. Para desarrollar esta maniobra hemos de diferenciar si es para adultos o niños o si es para bebés:

‰ Para adultos o niños: Seguiremos una serie de pasos secuenciales que se desarrollarán a continuación:

1. Retirar cualquier objeto que pueda haberse quedado suelto en la boca (p.e.: una dentadura postiza).
2. Aliviar la zona de presión del cuerpo, como por ejemplo el abdomen o el cuello, y retirar todo tipo de objetos que
puedan provocar compresión (cinturón, desabrochamiento del primer botón de la camisa, corbata, etc.).
3. En función a la posición de la víctima:

ƒ Si está de pie, con víctima consciencia: Nos colocaremos de pie a su espalda como al principio de la imagen
17.6.3.a.
ƒ Si está sentado, con víctima inconsciente: Nos colocaremos detrás de la víctima también sentados y
apoyaremos su espalda contra nuestro pecho.
ƒ Si está tumbado, con víctima inconsciente: Lo colocaremos en la posición de sentado e iniciaremos el
proceso anterior.

4. Sujetar el pecho de la víctima con una mano, arqueando ligeramente la espalda del paciente, para que cuando el
objeto que provoca la obstrucción se movilice, salga por la boca en lugar de seguir bajando por la vía aérea.
5. Dar hasta cinco golpes secos y fuertes en la espalda de la víctima, concretamente entre los omóplatos, con el
talón de la palma de la mano.
6. Si fallan estos golpes, comenzar con las compresiones abdominales, que consistirán en colocarse de nuevo detrás
del paciente extendiendo ambos brazos alrededor de la parte superior de su abdomen (imagen 17.6.4.a).

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7. Incline nuevamente a la víctima hacia delante, cierre el puño de


una mano y colóquelo entre el ombligo y el extremo inferior del
esternón, por debajo del apéndice xifoides. Sujetar el puño con la
palma de la otra mano abierta.
8. Empuje bruscamente hacia dentro y hacia arriba para que el
cuerpo extraño causante de la obstrucción salga por la boca.
9. Si aún así la obstrucción no se ha solucionado aún, busque
cualquier objeto que pueda quedar en la boca y siga alternando
los cinco golpes en la espalda con cinco compresiones
abdominales.

Imagen 17.6.4.a: Paso 6 de la maniobra de Heimlich para ‰ Para bebés: También desarrollaremos los pasos secuenciales a
adultos continuación:

1. Realizar barrido digital de arrastre para retirar el objeto causante de la obstrucción (colocar dedo índice en forma
de gancho y recorrer el interior de la boca) únicamente si el rescatador lo puede ver (imagen 17.6.4.b).
2. Colocar al bebé boca abajo, a lo largo del antebrazo, y aplicarle golpes secos y fuertes en su espalda con el talón
de la mano (imagen 17.6.4.c).
3. Da cinco ventilaciones de rescate (solamente se realizan en bebés) y antes de comenzar las compresiones
torácicas.
4. Comprima el tórax aproximadamente un tercio de su profundidad utilizando dos dedos en caso de lactante, y una
o dos manos para cuando la edad del bebé sea algo más avanzada para conseguir una profundidad adecuada.

Imagen 17.6.4.b: Paso 1 de la maniobra de Heimlich Imagen 17.6.4.c: Paso 2 de la maniobra


para bebés de Heimlich para bebés

Puede darse el caso de que sea uno mismo sea víctima de obstrucción de la vía aérea y no haya nadie para
ayudar. En este caso aplicaremos la maniobra auto Heimlich, que consiste en colocar el propio puño en el abdomen y
presionar con la otra mano hacia atrás y hacia arriba. Si no desaparece la obstrucción, podemos presionar nuestro
abdomen sobre alguna superficie rígida y con bordes romos (silla, mesa, valla, etc.).

17.6.5 Volte decúbito-prono


Si nos encontramos con una víctima en posición prona y, para poder aplicarle los primeros auxilios, necesitamos
voltearla y dejarla en la posición supina, debemos seguir los siguientes pasos:

1. Son necesarios tres T.S.A. para el volteo.


2. En primer lugar debemos colocar las piernas alineadas (paso 17.6.5.a y b).
3. El T.S.A. que se encuentra en la posición de la cabeza debe situarse en el lado contrario a la dirección de la cara de la
víctima, cogiéndole la misma con los pulgares orientados hacia la boca (paso 17.6.5.c).
4. Los otros dos T.S.A. se colocarán en el mismo lado y, mientras uno le agarra por el hombro y la cadera, el otro lo
hará por la cadera y las piernas (paso 17.6.5.d).
5. A la hora de girar a la víctima, todos los harán como un bloque siguiendo las órdenes del T.S.A. situado en la cabeza
y manteniendo el eje cabeza-cuello-tronco (paso 17.6.5.e y f).

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Paso 17.6.5.a: Alineación de los miembros inferiores para Paso 17.6.5.b: Alineación de los miembros inferiores para
el volteo decúbito-prono volteo decúbito-prono

Paso 17.6.5.c: T.S.A. situado en la cabeza para el volteo Paso 17.6.5.d: Volteo decúbito-prono
decúbito-prono

Paso 17.6.5.e: Volteo decúbito-prono siguiendo eje Paso 17.6.5.f: Fin del volteo decúbito-prono
cabeza-cuello-tronco

17.7 REANIMACIÓN CARDIO-PULMONAR O R.C.P.


Antes de desarrollar el presente capítulo, es conveniente aclarar ciertos conceptos básicos:

‰ Paro cardiorrespiratorio o P.C.R.: Es la interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la


circulación y respiración espontáneas. Es diferente a la muerte natural por envejecimiento biológico o enfermedad
terminal. El P.C.R. puede iniciarse por paro respiratorio o por paro cardíaco.

ƒ Paro respiratorio: Se suspende la respiración, aunque los latidos cardíacos persisten durante un corto espacio de
tiempo, lo que nos permitirá actuar con rapidez para evitar al paro cardíaco. Las causas más frecuentas son:
intoxicación (fármacos, drogas, etc.), obstrucción de la vía aérea, traumatismos torácicos y abdominales,
enfermedades vasculares, etc.
ƒ Paro cardíaco: Se produce una ausencia de circulación que provoca la falta de aporte de oxígenos a los tejidos
(anoxia) con un rápido deterioro de la función respiratoria.

‰ Reanimación cardiopulmonar o R.C.P.: Conjunto de maniobras encaminadas a revertir el estado de P.C.R. para
intentar restaurar la respiración y la circulación espontáneas con el objetivo fundamental de recuperar las funciones
cerebrales completas. Lo desarrollaremos en el capítulo 17.7.1.

‰ Soporte Vital Básico o S.V.B.: Se refiere al mantenimiento de la permeabilidad de la vía aérea y el soporte de la

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respiración y de la circulación sin utilizar otros dispositivos que no sean los de protección, que se verán en el capítulo
17.7.2.

Consta de una serie de pasos secuenciales:

1. Garantizar la seguridad del reanimador y de la víctima realizando las maniobras pertinentes en una zona segura.
2. Valorar el nivel de conciencia, que consistirá en zarandearlo por los hombros y preguntarle con voz fuerte si se
encuentra bien:

ƒ Si responde: Dejarlo en la posición en la que lo encontramos, valorar su estado, pedir ayuda si es necesario y
valorar a la víctima regularmente.
ƒ Si no responde: Gritar pidiendo ayuda, colocarlo en la posición de P.L.S. y abrir la vía aérea utilizando la
maniobra frente-mentón (capítulo 17.7.1).

3. Valorar la respiración, que consistirá en acercar el oído a la boca


del paciente para oír los sonidos respiratorios y sentir la salida
de aire en las mejillas, así como observar la elevación y
depresión del tórax (imagen 17.7.a). Ver, oír y sentir un máximo
de diez segundos para ver si respira normalmente.

ƒ Si respira: Colocar a la víctima en la posición lateral de


seguridad o P.L.S. (capítulo 17.7). Enviar a alguien por
ayuda siguiendo las indicaciones del capítulo 15.4 y 6.3, y si
estás solo dirígete tú mismo volviendo posteriormente junto
a la víctima y controlar si la respiración sigue existiendo.
ƒ Si no respira, da boqueadas agónicas o ruidosas o no
Imagen 17.7.a: Valoración de la respiración
estamos seguros completamente de percibir una respiración
normal: Seguimos los mismos pasos anteriores con respecto a la petición de ayuda, mantener la
permeabilidad de la vía aérea mediante la maniobra frente-mentón, revisar la boca de la víctima y retirar
cualquier cuerpo extraño que pueda provoca la obstrucción. Posteriormente iniciar la R.C.P.

4. Valorar la circulación, que consistirá en la comprobación de signos evidentes de circulación mediante la toma del
pulso. Se palparán pulsos centrales a nivel de las arterias carótidas preferentemente, o arterias femorales. Para
tomar el pulso carotídeo debemos seguir una serie de pasos:

ƒ Se colocarán dedos índice y corazón sobre el lado derecho del cuello, en la zona
situado por debajo del ángulo de la mandíbula (imagen 17.7.a).
ƒ Presionar con los dedos suavemente hasta que localicemos el pulso. No utilizar el
dedo pulgar ya por el discurre una arteria y podríamos confundir el pulso propio
con el de la víctima.
ƒ Realizar la misma operación sobre el lado opuesto del cuello para palpar la arteria
del otro lado (es importante no palpar las dos carótidas al mismo tiempo y no
hacer la compresión con fuerza ya que impediríamos la correcta entrada de aire).

‰ Soporte Vital Avanzado o S.V.A.: Requiere personal especializado equipado con el


material necesario, y nunca podrá llevarlo a cabo un T.S.A. En caso de P.C.R., debe
iniciarse la R.C.P. antes de ocho minutos. El tiempo de actuación por lo tanto es mayor Imagen 17.7.a: Toma de
gracias a la mayor cantidad de materiales específicos para la reanimación. pulso carotídeo

‰ Posición lateral de seguridad (P.L.S.) o posición de recuperación: Es la postura standard de transporte o en


espera del accidentado inconsciente consistente en colocarlo tumbado sobre un costado, con la cabeza apoyada en un
brazo y la pierna libre flexionada. Evita que, en caso de producirse vómitos, estos sean aspirados a las vías
respiratorias y que la lengua las obstruya.

La técnica para la colocación del paciente en P.L.S. sigue los siguientes pasos secuenciales:

1. Retirar cualquier objeto visible en la cara del paciente (p.e.: gafas).


2. Arrodíllate junto a la víctima y asegúrate de que ambas piernas están alineadas.
3. Coloca el brazo más próximo al rescatador en ángulo recto, hacia arriba y con la palma de la mano en supinación
(paso 17.7.a).
4. Coloca el brazo más alejado y crúzalo sobre el pecho y por debajo de la mejilla de la víctima (paso 17.7.b).

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5. Flexiona la rodilla más lejana a usted por la rodilla elevándola hacia arriba pero manteniendo el pie en el suelo
(paso 17.7.b).

Paso 17.7.a: Colocación brazo proximal en ángulo recto Paso 17.7.b: Colocación brazo distal sobre el pecho para
para la posición de P.L.S. la posición de P.L.S.

6. Tirar de la pierna alejada con suavidad para hacer rodar a la víctima hacia el reanimador sobre su costado hasta
conseguir un ángulo recto con la rodilla y la cadera (paso 17.7.c).
7. Mantener la cabeza hacia atrás para asegurar que la vía aérea permanece abierta (paso 17.7.d), manteniendo la
mano bajo la mejilla para mantener la cabeza extendida.
8. Vigila sus constantes vitales.

Paso 17.7.c: Rotación de la víctima para la posición de Paso 17.7.d: Colocación de la cabeza sobre la mejilla para
P.L.S. la permeabilidad de la vía aérea para la posición de P.L.S.

17.7.1 Descripción técnica de la R.C.P.


En las emergencias cardiorrespiratorias debemos de establecer un protocolo de actuación para evitar la muerte
del sujeto, que se designan con las siguientes siglas: ABCD.

1. A (Airway): Se refiere a la permeabilidad de la vía aérea.

En un sujeto inconsciente se produce la caída la lengua hacia atrás y, como consecuencia, se crea una resistencia
al paso del aire. Por lo tanto, tenemos que proceder a la apertura de la vía aérea, para lo cual llevaremos a cabo los
siguientes pasos:

‰ Aliviar la zona de presión del cuerpo y retirar todo tipo de objetos


que puedan provocar compresión.
‰ Eliminar cualquier obstrucción de dentro de la boca (piezas dentales,
coágulos, etc.). Para ello realizaremos el barrido digital
anteriormente comentado.
‰ Maniobra frente-mentón. Es la maniobra de elección para asegurar la
permeabilidad de la vía aérea. Consiste en colocar una mano en la
frente de la víctima y los dedos de la otra mano en la prominencia
del mentón, inclinar la cabeza hacia atrás y elevar la mandíbula,
dejando libres el pulgar e índice de la mano colocada en la frente
para cerrar su nariz en el caso de que requiera ventilación.
Imagen 17.7.1.a: Maniobra frente-mentón

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Imagen 17.7.1.c: Apertura de la vía aérea tras


Imagen 17.7.1.b: obstrucción de la vía aérea
aplicación maniobra frente-mentón

Cabe destacar la existencia de otra maniobra que sustituye a la frente-mentón, que es la tracción
mandibular. Sin embargo, su realización no se estima conveniente en S.V.B. al ser más compleja y requerir de
mayor especialización ya que puede provocar movimiento espinal.

2. B (Breathing): Que el paciente respire con normalidad.

Esta técnica es la que comúnmente denominamos boca a boca y consiste en introducir aire por medio del
rescatador en las vías respiratorias de la víctima a través de la boca. Los pasos a seguir son:

‰ Abrir la boca de la víctima y pinzar la nariz con los dedos índice y


pulgar de la mano colocada en la frente mientras mantenemos
elevado el mentón.
‰ El rescatador sellará la boca de la víctima con la suya propia, y
soplará tras una inspiración normal hasta que se eleve el tórax,
momento en el cual el rescatador retirará su boca y detendrá la
insuflación, permitiendo que el paciente espire pasivamente.
‰ Realizar dos ventilaciones evitando que sean demasiado rápidas
y bruscas (se debe otorgar el mismo tiempo tanto a la
insuflación como al periodo de espiración pasiva del paciente).
‰ Otra alternativa efectiva a la ventilación boca a boca es la
ventilación boca-nariz, siéndonos de gran utilidad cuando el
paciente se encuentra en el agua, es difícil de acceder a su boca Imagen 17.7.1.d: Boca a boca

y sellarla, o ha sufrido algún traumatismo.


‰ La ventilación boca a traqueotomía, que se realizará a una persona con traqueotomía, y consiste en insuflar aire
por dicho conducto.
‰ Si tras las ventilaciones no se eleva el pecho, comprobaremos que no haya ningún cuerpo extraño dentro de la
boca y que la maniobra frente-mentón es correcta.
‰ Tras las dos ventilaciones realizar la fase siguiente: el masaje cardíaco.

3. C (Circulation): Pretende conseguir una circulación eficiente de la sangre, y para ello es necesario el masaje
cardíaco externo. Su aplicación requiere de los siguientes pasos secuenciales y consejos de ejecución:

‰ Situarse de rodilla en el lado izquierdo del paciente (más cercano


a la posición del corazón), el cual se encontrará en decúbito
supino sobre una superficie horizontal y rígida. Nos colocaremos
verticalmente al pecho con los brazos rectos (imagen 17.7.1.e).
‰ Localizar el área donde vamos a realizar el masaje cardíaco. En
los adultos se realizará dos dedos por debajo de la apéndice
xifoides, coincidiendo con el centro del pecho. Colocar el talón de
una mano en la posición anteriormente descrita y el talón de la
otra mano sobre la primera entrelazando los dedos.
‰ En caso de niños las compresiones se harán con un solo brazo.
‰ No aplicar la presión sobre la parte final del esternón (costillas)
ni tampoco sobre la parte superior del abdomen.
Imagen 17.7.1.e: Colocación del reanimador para la R.C.P.
‰ Tanto con un solo rescatador como con dos, se realizarán treinta
compresiones consecutivas seguidas de dos ventilaciones efectivas (30:2) al mejorar la relación entre flujo
sanguíneo y administración de oxígeno. Estas compresiones se realizarán a una ritmo de 100 por minuto,
deprimiendo el esternón entre cuatro y cinco centímetros.

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‰ Al igual que en el boca a boca, el tiempo entre la compresión y la descompresión debe ser igual, y el tórax debe
volver a su sitio después de cada compresión.
‰ Se interrumpirán las compresiones durante un período de tiempo no superior a diez segundos para comprobar si
el paciente respira.
‰ Cada vez que se vuelven a realizar las compresiones, el reanimador debe tener localizado el punto de masaje
para no perder tiempo.
‰ Para prevenir la fatiga del reanimador, y en los casos en los que haya dos rescatadores, se turnarán cada uno o
dos minutos procurando que el cambio sea rápido.

En el caso de ser dos reanimadores, la secuencia sigue siendo la misma. En este caso, nos colocaremos los dos
en el mismo lado y mientras uno hace el boca a boca (imagen 17.7.1.f) el otro realiza el masaje cardíaco (imagen
17.7.1.g).

Imagen 17.7.1.f: Respiración boca a boca en R.C.P. con Imagen 17.7.1.g: Masaje cardíaco a R.C.P. con dos
dos reanimadores reanimadores

En cuanto a la R.C.P. infantil, cabe destacar las siguientes diferencias:

‰ La R.C.P. se realizará con cinco ventilaciones de rescate iniciales, que


también se realizarán en el adulto en caso únicamente de ahogados.
‰ En caso de bebés, se presionará con la punta de los dedos índice y
corazón en el centro del esternón deprimiéndolo alrededor de un
centímetro (imagen 17.7.1.h).
‰ Se realizarán quince compresiones por cada dos insuflaciones (15:2), y
a un ritmo de 120/minuto.
‰ La toma de pulso en el bebé se realizará en la arteria braquial.
‰ En caso de niños en edad infantil, las compresiones se realizarán con el
talón de una sola mano, deprimiendo el esternón de dos a cuatro
centímetros. El ritmo del masaje cardíaco será igual que en el adulto y
se realizarán las mismas compresiones y ventilaciones (30:2), tanto si
Imagen 17.7.1.h: R.C.P. para bebés
hay un rescatador como con dos.

Estas compresiones torácicas producen un flujo sanguíneo al incrementar la presión intratorácica y por la
compresión directa del corazón, lo cual genera un pequeño aporte sanguíneo al cerebro y el corazón.

Dejaremos de aplicar la R.C.P. cuando nos hayamos equivocado en el diagnóstico de la P.C.R., si la víctima
reacciona (presencia de respiración), por fatiga extrema del reanimador, o cuando llega el personal sanitario y se
encarga de la situación.

4. D (Desfibrillation): La desfibrilación precoz. Es el empleo de procedimiento cuyo fundamento es el de generar


impulsos eléctricos que permitan, por lo general, revertir la existencia de arritmias malignas que comprometan la
vida de un paciente. Hasta hace poco tiempo, este tratamiento era realizado por el Soporte Vital Avanzado. Sin
embargo, en la actualidad, se ha incorporado la desfibrilación eléctrica dentro del Soporte Vital Básico mediante la
utilización del desfibrilador externo automático, que se desarrollará en el capítulo 17.8.

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17.7.2 Riesgos de contagio durante la R.C.P. y medidas de


autoprotección
Para evitar el riesgo de exposiciones a enfermedades infecciosas de transmisión por la sangre o el aire, es
importante contar con mascarillas de reanimación, las cuales evitarán el contacto entre las bocas de la víctima y del
T.S.A. o reanimador y permitirán insuflar aire sin contacto físico a través de una espita en la parte superior.

Imagen 17.7.2.a: Mascarilla de reanimación para bolsa Imagen 17.7.2.b: Mascarilla de reanimación de bolsillo

De todas maneras, el riesgo de contagio por VIH y hepatitis es mínimo. El contagio a través del boca-boca no
está documentado, y además la saliva no está implicada en los mecanismos de transmisión de ambas enfermedades. Si
es posible contraer por la saliva algunas enfermedades como el virus del herpes simple, neisseria, meningiditis,
tuberculosis y SARS (enfermedad vírica respiratoria). Por ello, existen mecanismos de barrera con válvula unidireccional
que previenen la transmisión oral de bacterias de la boca de la víctima al reanimador durante las ventilaciones.

En cuanto a las mascarillas con bolsa de oxígeno, éstas permitirán que el porcentaje de O2 insuflado sea mayor
que si lo hacemos nosotros mismos ya que al expulsarlo de nuestro organismo ya sale con un porcentaje mayor de CO2,
con lo que su utilidad es bastante menor. De hecho, se ha calculado que el porcentaje de oxígeno cuando entra en los
pulmones es del 20,16 % y que cuando sale lo hace con un porcentaje del 16,20 %, siendo la diferencia existente la
retenida en la hemoglobina de la sangre para su distribución constante a todos los tejidos del organismo, produciéndose
así la oxidación de las sustancias alimenticias y la energía que requieren las funciones biológicas.

En caso de reticencias por parte del reanimador a la hora de las insuflaciones boca-boca, se recomienda realizar
al menos el masaje cardíaco externo, que aunque no es lo apropiado, es mejor que no hacer nada.

17.8 DESFIBRILADOR EXTERNO AUTOMÁTICO


El término desfibrilador externo automático (DEA) se emplea para describir aquellos desfibriladores que
incorporan un sistema mediante el cual se analiza el ritmo cardíaco examinando en pocos segundos señales del EKG
(electrocardiograma), y con ello confirmar la presencia de un ritmo en el cual está indicado el choque eléctrico. En caso
afirmativo, carga los condensadores y actúa de dos maneras según el tipo de desfibrilador automático:

‰ El desfibrilador plenamente automático: El reanimador oye una alarma que precede al choque eléctrico en pocos
segundos, a menos que se anule manualmente.

‰ El desfibrilador semiautomático: Se presenta la información


solicitada al reanimador mediante una señal acústica o luminosa, y
este es el que ejecuta el choque eléctrico pulsando un botón.

Desde que se presiona el botón de análisis hasta que el DEA


efectúa el choque eléctrico, transcurren de 10 a 15 segundos. Para
administrar un segundo o un tercer choque en caso necesario, no hace
falta presionar el botón de análisis, ya que este se ha activado de forma
automática en el primer choque.

Otros elementos con los que cuentan los desfibriladores son las
palas-electrodos, las cuales son adhesivas y su función es la de captar la
Imagen 17.8.a: Desfibrilador externo semiautomático
señal eléctrica procedente del EKG.

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Algunas características que deben tener los DEAs debido a que se utiliza en el Soporte Vital Básico, es que sean
fáciles de usar, que sean de bajo peso coste, y que requieran un mantenimiento mínimo. Asimismo, los DEAs utilizan
mensajes de voz para guiar al reanimador.

Cada desfibrilación cuenta con una secuencia de tres choques eléctricos, con unos niveles de energía de 200, 200
y 360 julios. Cuando los desfibriladores se diseñan para Soporte Vital Avanzado, encontraremos algunas diferencias con
respecto a los desfibriladores anteriormente nombrados.

Las arritmias que con más frecuencia se encuentran en la situación de paro cardiorrespiratorio son la taquicardia
ventricular sin pulso y la fibrilación ventricular, la cual tiende a convertirse en pocos minutos en asistolia (ausencia de
pulso).

17.8.1 Técnica de desfibrilación con el DEA


Todos los DEA operan siguiendo los cuatro pasos secuenciales (algoritmo 17.8.1.a):

1. Estando la víctima inconsciente, pediremos ayuda siguiendo las indicaciones del capítulo 15.4 y 6.3 y abriremos las
vías aéreas con el paciente en decúbito supino.
2. Si hay más de un reanimador, realizar la R.C.P. mientras que se coloca el DEA al lado izquierdo del paciente a la
altura de su cabeza. Descubriremos el tórax del paciente y le afeitaremos el pecho si es necesario para la colocación
de los parches electrodo para desfibrilar. Colocaremos en primer lugar los cables al desfibrilador y posteriormente al
pecho del paciente, pegando uno de ellos en el lado derecho del pecho (región infraclavicular) y el otro en el borde
inferior izquierdo de las costillas.
3. Una vez colocado el DEA, lo encenderemos para que el propio aparato analice el ritmo cardíaco del sujeto mediante
un microprocesador que examina en pocos segundos y varias veces múltiples señales del EKG de superficie
(frecuencia, amplitud, forma y pendiente de las ondas).
4. Seguiremos las indicaciones visuales o auditivas que nos indique el DEA.
5. Si el choque eléctrico está indicado, el DEA lo aplicará tras una advertencia, mientras que el semiautomático anuncia
su indicación mediante una alarma visual o auditiva, y es el reanimador quien pulsará el botón para el choque. No se
debe tomar el pulso tras el primer choque eléctrico, ya que puede interferir con el análisis del DEA. La comprobación
del pulso se realizará después de cada serie de tres choques.
6. Si el choque eléctrico no está indicado continuaremos con la R.C.P. y las indicaciones del DEA hasta la llegada de
personal cualificado, fatiga o cuando la víctima comience a respirar normalmente.

Algoritmo 17.8.1: Pasos secuenciales para la utilización del DEA

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17.9 TRASLADO DE PACIENTES


Teniendo en cuenta que el traslado debe llevarse a cabo por personal cualificado, en los casos en los que se
precise movilizar a la víctima con urgencia (incendio, ahogamiento, embarcación, etc.) deberá hacerlo siguiendo una serie
de consejos básicos dependiendo de si está solo o con otro compañero:

TRASLADO DE ACCIDENTES CON UN T.S.A.

Cogeremos a la víctima por los tobillos, antebrazo o brazos para arrastrarlo hacia un lugar
Arrastre
seguro.

Muleta Si la víctima ha sufrido algún golpe en la extremidad inferior, podrá apoyarse en el T.S.A. y
humana andar a pata coja.

Cargaremos a la víctima a cuestas, en la espalda, en el hombro o en cuadrupedia. Para llevar a


Cargada cado esta técnica debemos tener en cuenta el peso de la víctima, aunque durante su traslado en el
medio acuático será mucho más cómoda debido a las fuerzas de flotación del agua.

TRASLADO DE ACCIDENTES CON DOS T.S.A.

Doble muleta Se llevaría a cabo la misma operación que en la técnica de muleta humana pero en este caso el
humana apoyo es en ambos laterales.

Asiento o Los T.S.A. se colocarán uno a cado lado de la víctima, con las manos entrelazadas por debajo de
silla de reina las rodillas de ésta y las otras por detrás de su espalda.

En estos casos hemos de seguir ciertos consejos de ejecución:

‰ Realizar el arrastre o el traslado con el mayor control posible para evitar aumentar las lesiones que pudiera tener la
víctima.
‰ Controlar constantemente a la víctima en caso de estar consciente pero con síntomas de desvanecimiento.

En caso de intuir lesión medular y tengamos que movilizar a la víctima, podemos utilizar las siguientes técnicas:

TRASLADO DE ACCIDENTES CON VARIOS T.S.A.

Podemos seguir los siguientes pasos secuenciales:


Rodadura lateral

1. El T.S.A. más experimentado aplicará una pinza lateral y tracción sobre la cabeza de la víctima (imagen
12.3.5.h).
2. Dos socorristas se colocarán a la altura del tórax y su cadera, disponiendo las manos en la parte lateral distal
de la víctima.
3. A la señal, el T.S.A. de la cabeza coordinará la acción de girar el cuerpo de la víctima hacia el lado de los
otros dos socorristas, quedando apoyada esta sobre un costado.
4. El T.S.A. más alejado al de la cabeza irá a por el tablero espinal y lo colocará debajo de la víctima.
5. Recuperar la posición inicial para volverla a girar de nuevo al sitio de antes, esta vez sobre la camilla.
6. Completar la inmovilización con la colocación de las cinchas.
7. Traslado a un lugar seguro.

Podemos seguir los siguientes pasos secuenciales:

1. Al igual que en el caso anterior, el T.S.A. más experimentado aplicará la pinza lateral.
El bloque

2. El resto de T.S.A. o colaboradores se colocarán a los lados del cuerpo de la víctima, repartiéndose
uniformemente el peso.
3. A la voz del T.S.A. principal levantarán a la víctima siempre en bloque.
4. Otro T.S.A. colocará la camilla debajo de la víctima.
5. A la voz del T.S.A. principal volveremos a depositar a la víctima en el suelo, esta vez sobre el tablero espinal.
6. Completar la inmovilización con la colocación de las cinchas.
7. Traslado a un lugar seguro.

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En ambos casos, lo ideal hubiera sido colocar el collarín cervical antes de cualquier maniobra para estabilizar la
zona cervical. Asimismo, en todo momento los movimientos deberán ser suaves y controlados, siempre siguiendo el eje
cuello-tronco-piernas.

17.10 BOTIQUÍN DE PRIMEROS AUXILIOS


Según el artículo 16 del Decreto 23/1999, que trata sobre el local de primeros auxilios y armario botiquín:

1. Las piscinas de uso colectivo cuyos vasos tengan una superficie de lámina de agua igual o superior a 600
metros cuadrados deberán contar con un local adecuado e independiente, de fácil acceso y bien
señalizado, destinado a la prestación de los primeros auxilios. Este local deberá disponer del
equipamiento señalado en el Anexo 3, cuya reposición habrá de ser continua y podrá ser utilizado
durante todo el tiempo de funcionamiento de la piscina.

2. Las piscinas de uso colectivo no comprendidas en el apartado anterior, tendrán al menos un armario
botiquín, de reposición continua, dotado con el material de cura especificado en el Anexo 3 de este
Reglamento.

ANEXO 3 (EQUIPAMIENTO DEL LOCAL DE PRIMEROS AUXILIOS Y DEL


ARMARIO BOTIQUÍN)
1. El local de primeros auxilios deberá disponer de: lavabo, camilla o mesa basculante, bala de oxígeno con
regulador de flujo y mascarilla, férula y tablillas para inmovilización, ambú clínico, adulto e infantil,
pinzas de lengua y abrebocas, tijeras curvas y rectas, guantes desechables, desinfectante de manos y
material de cura (algodón, esparadrapo, vendas, apósitos estériles, solución antiséptica desinfectante,
analgésico general, antihistamínico y antipruriginoso de uso tópico).

2. El armario botiquín deberá contar con el material de cura especificado en el apartado anterior.

A continuación detallaremos la utilidad de algunos de los elementos que se recogen:

‰ Bala de oxígeno con regulador de flujo y mascarilla: Es una bombona que contiene oxígeno que se utiliza para
en los casos en los que la víctima requiera un aporte extra para situaciones en las que se comprometa la respiración.
‰ Férula y tablillas para inmovilización: Para mantener la continuidad de algún miembro en el que se haya
producido algún traumatismo, así como para facilitar la evacuación.
‰ Ambú clínico, adulto e infantil: Son dispositivos utilizados para las insuflaciones de aire durante la R.C.P.
‰ Apósitos estériles: Para la limpieza de las heridas.
‰ Solución antiséptica desinfectante: Comúnmente conocida como betadine o yodo.
‰ Analgésico general: Para el dolor.
‰ Antihistamínico: Pastillas para la alergia.
‰ Antipruriginoso de uso tópico: Pomada para las alergias y picaduras.

Con respecto a los medicamentos que se recogen en el botiquín, hemos de dejar claro que un T.S.A. no está
capacitado para proporcionar alguno bajo su responsabilidad. El hecho de que esté en un botiquín se debe a su obligación
legal y para los casos en los que sea el propio usuario quien lo demande.

17.10.1 Buen uso del botiquín


Para tener controlado el botiquín de primeros auxilios debemos seguir algunas pautas fundamentales:

‰ Debe estar ordenado y con todos los materiales claramente clasificados, identificados y etiquetados (no es mala idea
el escribir en la caja para qué sirve para cosa).
‰ El lugar de conservación debe ser un espacio en el que no haya humedad y no le de el sol directamente.
‰ Revisar su estado periódicamente para ver las fechas de caducidad y consumo.
‰ Es aconsejable colocar la lista de teléfonos que en el capítulo 17.2.1 se establece para urgencias, así como el
protocolo de actuación correspondiente a la instalación.
‰ La cerradura del botiquín debe ser de fácil apertura, ya que en momentos de urgencia solemos perder motricidad fina
si no mantenemos el control.

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CAPÍTULO 18
Bibliografía

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Manual Didáctico de Técnicas de Salvamento y Socorrismo Acuático José Antonio Pérez de la Lastra Sturlese

18. BIBLIOGRAFÍA
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