Masculinidades Discursos y Prácticas de Resistencia Al Patriarcado

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Masculinidades: discursos y prácticas de

resistencia al patriarcado

“Diploma de Estudios Avanzados en Gestión


Parlamentaria y Políticas Públicas.”
ICaP-EPyG/UNSAM”
Seminario en Género y Trabajo Legislativo
Módulo I - 2021
Prof. Balestrini - Prof. Boland - Prof. Kaimen
LOS VARONES ANTE EL PROBLEMA
DE LA IGUALDAD DE LAS MUJERES.
¿TODOS LOS HOMBRES SON IGUALES?
IDENTIDAD MASCULINA Y CAMBIOS
SOCIALES.
Luis Bonino Méndez
(2002)
LOS MOVIMIENTOS DE VARONES

Desde los años ´70 se está impulsando, por parte de los varones de varios países
occidentales desarrollados (especialmente los escandinavos, EEUU, UK, Australia, Canadá,
Francia e incipientemente España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema principal.

A dichas actividades se las ha dado en llamar "políticas de la masculinidad" en los


ambientes académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular. Con este último nombre
las designaremos en este artículo.

No consideran a la masculinidad como algo garantizado y natural, sino algo a transformar.


Intentan ser también una respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de las
mujeres y el feminismo.
LOS MOVIMIENTOS DE VARONES

Estas actividades tienen importancia por varias razones:

• porque se están desarrollando en diversos ámbitos formadores de opinión y teoría,


-tanto en el terreno sociopolítico, asociacionista, académico, asistencial o educativo-,
• porque pese a haber comenzado en el primer mundo se están difundiendo ya en los
países en transición y subdesarrollados,
• porque representan claramente la variedad de respuestas de los varones a las
demandas de las mujeres,
• porque se divulgan con fuerza a través de los medios de comunicación y publicaciones,
utilizando especialmente Internet como modo global de difusión.
LOS MOVIMIENTOS DE VARONES
De acuerdo a sus diversas concepciones y abordajes respecto a la masculinidad y al
"desafío" femenino, se pueden diferenciar varios movimientos de varones, que representan
otras tantas formas de posicionamiento masculino frente a los cambios de las mujeres y
frente al feminismo.

Algunos son movimientos de oposición a la igualdad intergenérica que canalizan el


resentimiento masculino ante el desplazamiento de lugares hegemónicos, intentando la
restauración o reivindicación de la masculinidad hegemónica.

Y otros son contrahegemónicos e intentan el desmantelamiento de la dominación


masculina sobre las mujeres y otros varones que no cumplen con los mandatos de
masculinidad obligatoria. Es un movimiento formado por varones pero también por
mujeres, y está dedicado a la creación y difusión de nuevos modelos sociales masculinos.
LOS MOVIMIENTOS DE VARONES
EL MOVIMIENTO ANTISEXISTA / PROFEMINISTA

Es un movimiento de crítica y desconstrucción de la masculinidad tradicional hegemónica,


que surgió en los países anglosajones y escandinavos a principios de los años 70, asociado a
los movimientos por los derechos civiles.
Desde mediados de los ´90 sus integrantes suelen denominarse "profeministas". Está
constituido en su mayoría por varones de sectores medios, afines a las ciencias sociales y
educativas o redes asociativas, que se han acercado al movimiento a través de la
comprensión de la injusticia sobre las mujeres, a partir del conocimiento del feminismo o
por haber sido víctimas del modelo masculino hegemónico.
Se nutren de las ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva de género,
cuestionan la opresión femenina, así como la alienación deshumanizante de la socialización
de los varones.
LOS MOVIMIENTOS DE VARONES

EL MOVIMIENTO ANTISEXISTA / PROFEMINISTA

Reconocen la responsabilidad masculina en el mantenimiento de la subordinación social de


las mujeres y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del poder.
Rechazan el modelo masculino dominante, el sometimiento acrítico al corporativismo
viril y la homofobia, no se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus vidas, y
proponen el activismo social, la investigación académica y la formación de grupos
de reflexión de varones para deconstruir el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la complicidad masculina antisexista
y practicar la igualdad con las mujeres.
LOS MOVIMIENTOS DE VARONES
EL MOVIMIENTO ANTISEXISTA / PROFEMINISTA

Una parte importante de la actividad de este movimiento se ha centrado en la generación


de estrategias reflexivo/educativo/asistenciales para el cambio de la masculinidad
violenta tradicional y contra la violencia hacia las mujeres, así como en el apoyo a
las políticas antirracistas y pro-derechos de las personas homosexuales.
En el ámbito académico, tiene una destacada inserción, y lo hace a través de los estudios
críticos sobre los varones y las masculinidades que incorporan la categoría de género en su
marco referencial, y se desarrollan sobre todo en las facultades de sociología, antropología,
historia y filología . Nutren dichos estudios investigaciones sobre la historia, las
diferencias culturales y los cambios sociales de las masculinidades, así como sobre
las temáticas del poder, la sexualidad, las nuevas paternidades, la construcción de la
subjetividad, la violencia, la pornografía, la salud, y las políticas de cambio para los
varones.
LOS MOVIMIENTOS DE VARONES
EL MOVIMIENTO DE LAS TERAPIAS DE LA MASCULINIDAD

Se ha desarrollado a partir de fines de los años 80 por varones preocupados por la llamada
"crisis" de la masculinidad, y se fue estructurando alrededor de teorías y prácticas
psicológicas y terapéuticas utilizadas para apoyar a los integrantes del colectivo masculino
en la "reconstrucción" o "redefinición" de su identidad "dañada" o "cuestionada" por los
cambios sociales y femeninos.
Este movimiento ha sido el sostén para muchos varones confrontados a la inadecuación
entre la masculinidad tradicional y las nuevas exigencias femeninas, y ha permitido
a muchos reapropiarse del cuerpo y las emociones.
LOS MOVIMIENTOS DE VARONES
EL MOVIMIENTO DE LAS TERAPIAS DE LA MASCULINIDAD

Hay en este movimiento dos corrientes con dos proyectos terapéuticos distintos
para el cambio masculino:
La primera que apunta a la"recuperación" de lo masculino. Se centra en abordar y
disminuir los "perjuicios" del rol masculino, "cicatrizar las heridas de la masculinidad" y
asegurar la alicaída autoestima masculina.
La segunda corriente tiene como objetivo el desmontaje, redefinición y reestructuración de
la masculinidad tradicional. Su trabajo se centra en las dificultades de los varones para
renunciar a los "beneficios" abusivos del rol masculino, en transformar la violencia (contra
las mujeres y contra otros varones no hegemónicos), en eliminar la violencia
lesbo-homo-transodiante y en reconsiderar el sentimiento de baja autoestima masculina
(producido por la impotencia de no poder ser "un hombre de verdad").
LOS MOVIMIENTOS DE VARONES
EL MOVIMIENTO DE "LA RETÓRICA DE LOS NUEVOS VARONES"

Formando parte de una retórica de una tipología de “nuevos varones” que han derivado en
la construcción de modelos/mitos que indican/prescriben el camino masculino hacia el
cambio.

El nuevo varón sensible es uno de ellos: presentado como progresista, legitima el


lado “femenino” de los varones (entendido como emocional y receptivo). Otro
modelo es el del nuevo padre, que se enuncia en los discursos modernos sobre el cambio
masculino. Este modelo presenta a un varón que puede ligarse emocionalmente a sus hijxs
y dedicarse a ellxs. Un tercer modelo es el del varón familiar, que revalora el hogar,
desencantado de la vida laboral productora de tensiones deshumanizantes.
LOS MOVIMIENTOS DE VARONES
Finalmente, existe otro grupo de varones que si bien no constituyen movimiento, se
definen por su ámbito de actuación: Son los que ocupan puestos jerárquicos en las
instituciones sociales.
Son miembros de las administraciones públicas, de partidos progresistas y de los poderes
del Estado, de ONG´s, sindicatos, etc, que al votar leyes y presupuestos, ser portavoces en
las instituciones públicas o impulsar programas de acción, tienen un importante papel en
los cambios legislativos y sociales que favorecen la igualdad.
En ellos, su trabajo en favor de la igualdad resulta de una compleja síntesis entre su
sensibilidad a las problemáticas de las mujeres y su accionar político.
Funcionan en red o en alianzas con otros grupos (antixenófobos, feministas,
homosexuales), más que como movimiento u organización jerarquizada.
Nuevas masculinidades:
Discursos y prácticas de resistencia al
patriarcado

Leonardo Fabián García


(2015)
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Aunque el patriarcado es completamente pertinente como categoría para analizar el
sistema social de dominación, ofrece un marco interpretativo y explicativo limitado
para abordar el trabajo sobre masculinidades. Este límite se expresa especialmente
frente a la comprensión contemporánea de los modos en que es construida la masculinidad
y cómo los sujetos de manera situada le dan sentido a su ser hombre:
...“el concepto de patriarcado, como concepto surgido desde enfoques estructuralistas en
las ciencias sociales, fue dominante en la conceptualización de género por mucho tiempo, lo
cual, dado que hacía énfasis en la unidad de poder social y cultural que ejercen los hombres,
no dio espacio para la diversidad y el examen de las contradicciones en los distintos
grupos de hombres. La identificación de los hombres como patriarcas dejaba poco espacio
para analizar sus costos y limitaciones en el orden patriarcal e impedía el reconocimiento
del carácter múltiple y fragmentado de las identidades masculinas”...
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Es claro que la concepción del patriarcado como identificador de las masculinidades está
instalada como referente para el análisis y desde allí se explica la existencia de los hombres
(mujeres y otros sujetos feminizados) como sujetos machistas que son sistemáticamente
deshumanizados por el modelo sexo genérico hegemónico.
Este elemento, descansa sobre una concepción esencial del hombre y de la
masculinidad, que ejerce una “supresión, a menudo violenta de la heterogeneidad de
lo(s) sujeto(s) en cuestión”.
Esta concepción deja ver su limitada capacidad explicativa, debido a que el patriarcado,
como sistema, no es incorporado consistente y homogéneamente por todos los individuos,
y aunque ofrece una interpretación del sistema sexo genérico, hasta el momento no
explica las relaciones, identidades y a los sujetos que, en sus prácticas cotidianas, se
resisten al modelo.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Frente a los graves efectos y lo restrictivo del patriarcado en la vida de los hombres y las
mujeres, es imperativo construir un modelo alternativo de masculinidad.
Se sitúa un giro epistémico y político que lleva a instituir las nuevas masculinidades como
discurso y práctica de resistencia al patriarcado.
Si bien el patriarcado se mantiene como un sistema de “predominio cultural de lo
masculino en general, como referente humano, por sobre lo femenino y lo
feminizado, cuyos efectos no se quedan en lo simbólico sino que tiene en efecto
práctico en el mundo, en las prácticas de las instituciones y de la gente”, ya no define,
una condición ontológica de ‘los hombres’.
Como alternativa, se sitúa a las nuevas masculinidades como principio ético político para la
transformación y como propuesta de resistencia al patriarcado.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Se aprecia el cambio cualitativo al incorporar un lenguaje de naturaleza político para
situar una posición antipatriarcal. Se hace referencia a características de un tipo de
masculinidad más humanizante; si bien se registran elementos centrales del patriarcado:
el androcentrismo y la homofobia, carece de la fuerza política de antaño.

También, sobresale la intencionalidad política orientada a transformar el patriarcado a


través de dos propuestas, la equidad de género y las nuevas masculinidades.

...“Para ello son necesarios procesos de deconstrucción de los patrones masculinos


de crianza y de socialización deshumanizantes, androcéntricos y homofóbicos en los
que hemos crecido”...
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Nuevas masculinidades como apuesta ético política

En perspectiva crítica, las nuevas masculinidades responden a la pregunta por el poder


en la construcción de la identidad de género de los hombres.
En esta re-conceptualización convergen por lo menos dos dimensiones: en el plano
relacional de género, en todos los ámbitos cotidianos de la vida, con hombres, mujeres y
personas con otras identidades como una “forma primaria de relaciones significantes de
poder” y en el plano estructural, en las relaciones sociales, económicas y políticas de un
contexto histórico y cultural situado.
Asumir una nueva masculinidad se convierte en un paraguas que protege de las demandas
del movimiento social de mujeres y el feminismo pero si no se basa en un replanteamiento
de las relaciones de poder, devela que se trata del mismo sexismo con un ropaje distinto.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Nuevas masculinidades como apuesta ético política

… “Ello sirve de advertencia ante la capacidad de adaptación y reciclaje de la cultura


patriarcal y, de manera asociada, ante la ineficacia transformadora de la misma por
parte de los procesos que se centran exclusivamente en la promoción de la
colaboración masculina en los asuntos domésticos o en su expresividad emocional. Si
no se interpela críticamente como tema central la distribución del poder, podemos
contribuir apenas al camuflaje pragmático o sensible del modelo”...
Nombrarse nuevo masculino, a partir de la reivindicación de la equidad de género como
postura políticamente correcta, sin cuestionar el poder, la dominación, la complicidad y los
privilegios del modelo hegemónico de masculinidad significa una práctica sexista
contemporánea que expresa el reciclaje de la cultura patriarcal hegemónica.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Nuevas masculinidades como apuesta ético política

Para marcar este nuevo lugar de enunciación, se define las nuevas masculinidades como
prácticas de vivenciamiento de la masculinidad distantes y críticas frente a los patrones
culturales del patriarcado, no sólo en la dimensión personal, sino en la dimensión
estructural, mediante el compromiso con la transformación del sistema mismo de las
relaciones de género en sus dimensiones económica, política, simbólica y cultural en un
camino hacia la justicia y la equidad sociales.
La práctica es el factor central para darle sentido político a las nuevas masculinidades,
argumentando que el replanteamiento o no de la masculinidad hegemónica patriarcal no
opera a través de discursos políticamente correctos, sino por las prácticas corrientes. “Las
nuevas masculinidades no tienen que ver tanto con los discursos sino en cómo nos
comportamos”.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Nuevas masculinidades como apuesta ético política

Prácticas a nivel personal:


Aumentar la capacidad autocrítica y autorreflexiva, realizar esfuerzos permanentes de
cambio y liberarse de cargas, competencias y coacciones sociales que empobrecen la
humanidad. Expresar libremente las emociones y los sentimientos; cuidar de la salud
psicológica y física; desarrollar actitudes de crítica, confrontación y superación activas de
las desigualdades, discriminaciones y violencias de género; y cumplir con roles humanos
fundamentales que son de nuestra responsabilidad (crianza, oficios domésticos, cuidado de
las y los demás).
Se apunta a un ejercicio sano, responsable, gratificante, sensible, afectivo y placentero del
erotismo, sin las afectaciones de las presiones sociales, la obsesión penetrativa, el acoso
sexual, la explotación sexual y la prostitución de personas adultas.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Nuevas masculinidades como apuesta ético política
Prácticas a nivel personal:
En el ámbito familiar comprenden tanto las relaciones de pareja como las relaciones
paterno-filiales: promover la democracia y la equidad, un trato afectivo y cercano y el
diálogo intergeneracional; eliminar la violencia intrafamiliar, la violencia de género y el
maltrato infantil y juvenil; solucionar pacíficamente los conflictos y replantear
positivamente las relaciones de crianza y socialización.
En todos los ámbitos, problematizar y buscar la superación del sexismo, el racismo, el
clasismo, la misoginia, el homo lesbo trans odio, el adultocentrismo, la xenofobia y
cualesquiera otras formas de marginación y exclusión, así como el autoritarismo, la
manipulación y las violencias. Distanciarnos de posturas de complicidad con el sistema
patriarcal, ejerciendo acciones críticas y movilizando iniciativas de cambio a situaciones de
autoritarismo familiar, comunitario, laboral, social, económico y político.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Nuevas masculinidades como apuesta ético política
Prácticas a nivel comunitario y social:
Replantearnos los modos, contenidos y poderes en las relaciones inter e intragénero. Entre
hombres, establecer relaciones afectivas y colaborativas, y superar la complicidad en torno
a la manipulación, la corrupción, la desigualdad, la competencia, el engaño, la
discriminación y las violencias.
Sumarse a espacios de acción, movilización y reflexión social y de género que insten a la
construcción de una cultura de paz en todos los ámbitos.
Bajo el horizonte compartido de la equidad de género, apoyar en forma decidida y evidente
las reivindicaciones de los movimientos sociales de mujeres, feministas, por la diversidad
sexual y de otros grupos y organizaciones comprometidos con la construcción de
masculinidades alternativas al modelo hegemónico.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Nuevas masculinidades como apuesta ético política
El tercer campo refiere a las prácticas organizativas:
Actuar de manera ética, transparente y democrática tanto en la condición
de miembros como en la asunción de cargos específicos.
Convertir en rasgos cotidianos de las relaciones entre miembros del Colectivo la
puntualidad, la responsabilidad, el respeto, la igualdad, la transparencia, la honestidad,
el diálogo, la sinceridad, la solidaridad, la fraternidad, la ternura y el afecto.
Implementar procesos de pedagogía social con coberturas e impactos crecientes, que se
orienten a promover dinámicas corporales, emocionales, reflexivas y conceptuales de
replanteamiento de la masculinidad hegemónica.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Nuevas masculinidades como apuesta ético política
El tercer campo refiere a las prácticas a nivel de políticas públicas:
Promover la producción de conocimientos situados en relación con las problemáticas que
nos convocan y el diseño de metodologías y modelos de interacción y acompañamiento
orientados a grupos y poblaciones particulares.
Y, finalmente, promover formas configuraciones de Estado, formas de gobierno y modelos
de producción, redistribución y desarrollo social y económico éticos, equitativos,
igualitarios, justos, democráticos y cuidadosos de la naturaleza, que propendan por el
máximo desarrollo de las potencialidades humanas en la perspectiva de una ética del
cuidado personal, social y del planeta.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado

Es claro que la masculinidad no es una categoría con un contenido preestablecido, que los
sujetos que se reconocen hombres construyen ese sentido desde diversas entradas. De
acuerdo con Scott (1999), el género es un sistema de relaciones significantes de poder
que coloca a los sujetos en permanente tensión entre lo que indica la normativa, sus
discursos de resistencia y sus prácticas de cambio.
Esto implica que ni las relaciones de poder son estáticas, ni los hombres ni las
masculinidades representan una esencia y su práctica no siempre es consistente frente a la
normativa o la resistencia. Esta posición epistémica permite reconocer que cada sujeto
(de manera dialógica con el contexto simbólico, social y cultural) decide cómo llenar
de contenido y agenciar su lugar en las relaciones de género.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Se acepta que no todo depende exclusivamente de la agencia del sujeto pues éste se localiza
en relaciones de poder a nivel estructural que refieren a las relaciones con las
instituciones sociales.
Así entendidas las nuevas masculinidades, se puede aseverar que no hay una única
manera de ser un masculino distinto a nivel individual (y que aquello se logra en la
práctica) y que, a nivel histórico, social y cultural, no hay una única manera de construir
el significado de la masculinidad.
En esa línea, se permite afirmar que “cualquier masculinidad, como una configuración
de la práctica, se ubica simultáneamente en varias estructuras de relación, que
pueden estar siguiendo diferentes trayectorias históricas”. Por consiguiente, la
masculinidad, así como la femineidad, siempre están en contradicciones internas y rupturas
históricas. Las nuevas masculinidades como proyecto político radica en las prácticas de
cambio que genera en los individuos y su potencial actoría e incidencia en el escenario
político local y nacional.
Nuevas masculinidades como resistencia al patriarcado
Tres elementos como condición crítica para posicionar las masculinidades no
hegemónicas:
• La búsqueda individual y colectiva de coherencia entre los discursos y las prácticas,
partiendo de que no se trata de sujetos terminados ni de dinámicas organizativas
lineales; se trata, en esos dos niveles, de instalar la pregunta por el uso, redistribución
y democratización del poder como principio ordenador de la práctica.
• Se exhorta a que cada vez que se citen las masculinidades como proyecto político se
declare su propósito: el cuestionamiento crítico del poder patriarcal y la masculinidad
hegemónica.
• La necesidad de que los sujetos tomen distancia crítica y cuestionen permanentemente
las masculinidades como categoría política para no despojarlas de su fuerza
transformadora y para que éstas no se reduzcan a un discurso inocuo.

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