Apuntes 10
Apuntes 10
Apuntes 10
Volvemos a la integral de Lebesgue, ahora para funciones reales de una variable real, con el
fin de analizar la relación entre integral y derivada, lo que nos llevará a estudiar el que se conoce
como Teorema Fundamental del Cálculo, denominación que indica su importancia. Viendo la
derivación y la integración como dos operaciones con funciones, el teorema pone de manifiesto
que cada una de ellas es la inversa de la otra.
Este resultado admite una versión particular mucho más sencilla, y probablemente conocida,
en la que sólo intervienen integrales de funciones continuas. Sin embargo, este resultado más
elemental, es suficiente para muchas aplicaciones prácticas. Por eso lo repasamos previamente,
ya que admite una demostración mucho más sencilla que la del teorema general.
Esta notación parece ambigua, por indicar sólo los límites de integración α y β , que no varían
al sustituir J por su interior J ◦ , o por su cierre J . Sin embargo, puesto que λ J \ J ◦ = 0 , es
obvio que la integral que aparece en el segundo miembro de (1) sigue teniendo sentido, y su
valor se mantiene, al sustituir J por J ◦ . Lo mismo ocurre cuando sustituimos J por J , dando
a f cualquier valor en los puntos de J \ J.
131
10. Teorema Fundamental del Cálculo 132
Así pues, cuando α, β ∈ R , podemos entender que la integral del primer miembro de (1)
se refiere a cualquiera de los cuatro intervalos cuyos extremos son α y β , según nos pueda
convenir. Análogamente, si α = −∞ y β ∈ R , o bien α ∈ R y β = +∞ , podemos pensar que
dicha integral se refiere a una semirrecta abierta o cerrada según convenga.
Para abreviar ciertos razonamientos, convendrá usar integrales cuyos límites aparecen en
posición invertida. Concretamente para una función integrable f ∈ L1 (J) escribimos
Z α Z β
def
f (x) dx = − f (x) dx (2)
β α
También aparecerán integrales cuyos límites de integración coinciden, en cuyo caso se entiende
que la integral se anula: Z a
f (x) dx = 0 ∀a ∈ J (3)
a
Estos convenios se usarán enseguida para introducir una noción que será clave en todo lo que
sigue. La definimos para funciones que verifican una condición más débil que la integrabilidad.
Diremos que una función medible f ∈ L(J) es localmente integrable en J, cuando f sea
integrable en todo intervalo compacto K ⊂ J, y denotaremos por Lloc 1 (J) al conjunto de tales
funciones. Es claro que L1 (J) es un subespacio vectorial de L(J) , con L1 (J) ⊂ Lloc
loc
1 (J) . Esta
inclusión es obviamente una igualdad cuando el intervalo J es compacto, pero no en general,
como enseguida veremos.
Como todo intervalo compacto tiene medida finita, toda función medible y acotada en J es
localmente integrable en J. Como ejemplo más sencillo, tomando f (x) = 1 para todo x ∈ J,
tenemos f ∈ Lloc1 (J) , pero f ∈ L1 (J) si, y sólo si, J está acotado. Por otra parte, si f : J → R
es una función continua, y por tanto medible, entonces f está acotada, luego es integrable, en
todo intervalo compacto K ⊂ J, luego f ∈ Lloc 1 (J) .
Para tener otro ejemplo ilustrativo, usamos el intervalo J = ] 0 , 1 ] y la función ϕ : J → R
dada por ϕ(x) = 1/x para todo x ∈ J. Según hemos visto, ϕ ∈ Lloc 1 (J) por ser continua. Por
otra parte, como la integral de Lebesgue extiende a la de Cauchy, que suponemos conocida,
sabemos que
Z 1 Z 1
dx
ϕ(x) dx = = log n ∀n ∈ N
1/n 1/n x
Teniendo en cuenta que ] 1/n , 1 ] % ] 0 , 1 ] , si ϕ fuese integrable en J, la continuidad
creciente de su integral nos diría que la sucesión {log n} converge en R , lo que es obviamente
falso. Para un intervalo J que ahora es acotado, pero no cerrado, vemos que L1 (J) 6= Lloc 1 (J) .
A diferencia de lo que ocurría con las funciones integrables, vemos en el ejemplo anterior
que, definiendo ϕ(0) de cualquier forma, tenemos una función localmente integrable en J pero
no en J . Tomando H = [ 0 , 1 ] , vemos que ϕ es localmente integrable en H ◦ pero no en H.
Dada f ∈ Lloc
1 (J) , y fijado un punto a ∈ J, la integral indefinida de f con origen en a es
la función F : J → R dada por
Z x
F(x) = f (t) dt ∀x ∈ J
a
10. Teorema Fundamental del Cálculo 133
Nótese que la integral anterior tiene sentido para todo x ∈ J. Si a < x , ello se debe a que f
es integrable en el intervalo compacto [ a , x ] ⊂ J . Si a > x , entonces f es integrable en [ x , a ]
y basta tener en cuenta (2) . Finalmente, en virtud de (3) se tiene F(a) = 0 .
La aditividad de la integral de f da lugar a una propiedad de su integral indefinida que
usaremos a menudo.
Si f ∈ Lloc
1 (J) , para cualesquiera a, b, c ∈ J se tiene:
Z b Z c Z b
f (x) dx = f (x) dx + f (x) dx (4)
a a c
igualdad que es obvia cuando dos de los puntos a, b, c coinciden. Por otra parte, es fácil observar
que, al intercambiar cualesquiera dos de esos puntos, el primer miembro de (5) tan sólo cambia
de signo. Basta por tanto considerar el caso a < c < b . Pero en ese caso, teniendo en cuenta
U
por ejemplo que [ a , b [ = [a , c [ [ c , b [ , la igualdad (4) es consecuencia obvia de la aditividad
de la integral de f , como función del conjunto sobre el que se integra.
Aclaremos la relación entre dos integrales indefinidas de una misma función f ∈ Lloc 1 (J) .
Para ello, dados a, c ∈ J , denotemos por Fa y Fc a las integrales indefinidas de f con orígenes
en a y c respectivamente. Usando la igualdad (4) con b = x obtenemos que
Sea f ∈ Lloc
1 (J) y F una integral indefinida de f . Si f es continua en un punto x ∈ J ,
entonces F es derivable en el punto x , con F 0 (x) = f (x) .
Fijado y ∈ J \ {x} , integrando una función constante, vemos claramente que, tanto si x < y
Z y
como si y < x , se tiene (y − x) f (x) = f (x) dt . Además, si la integral indefinida F tiene su
x
origen en a ∈ J, usando (4) con c = x y b = y obtenemos que
Z y Z x Z y
F(y) − F(x) = f (t) dt − f (t) dt = f (t) dt
a a x
Por otra parte, dado ε > 0 , la continuidad de f en el punto x nos da un δ > 0 tal que, para
todo t ∈ J que verifique |t − x | < δ , se tiene | f (t) − f (x) | < ε .
Supongamos que | y − x | < δ y sea Ky al intervalo compacto de extremos x e y . Puesto
que f es integrable en Ky , también lo es la función ϕ : Ky → R dada por ϕ(t) = f (t) − f (x)
para todo t ∈ Ky . Además, para t ∈ Ky se tiene que |t − x | 6 | y − x | < δ , luego | ϕ(t) | < ε .
Deducimos claramente que
Z y Z
Z
f (t) − f (x) dt = ϕ 6 | ϕ | 6 ε λ(Ky ) = ε | y − x |
x Ky Ky
Acabamos de ver que F es derivable en J con F 0 = f , que es una función continua, luego F
es de clase C 1 en J.
Expliquemos la forma en que el resultado anterior muestra la integración como operación
inversa de la derivación. Para ello fijamos un punto a ∈ J y consideramos, por una parte, el
espacio vectorial Ca1 (J) formado por las funciones reales de clase C 1 en J, que se anulan en el
punto a . Por otra, tenemos el espacio vectorial C(J) formado por todas las funciones continuas
de J en R .
Consideremos ahora la aplicación lineal D : Ca1 (J) → C(J) definida por D(F) = F 0 para
toda F ∈ Ca1 (J) . Como transforma funciones en funciones, se dice que D es un operador lineal.
Si F ∈ Ca1 (J) verifica que D(F) = F 0 = 0, al ser J un intervalo, del teorema del valor medio
se deduce que F es constante en J , pero F(a) = 0 , luego tenemos F = 0 . Esto prueba que el
operador D es inyectivo, sin que hasta ahora haya aparecido integral alguna.
Pero dada una función continua f ∈ C(J) , sea I( f ) la integral indefinida de f con origen
en a , es decir: Z x
I f (x) =
f (t) dt ∀x ∈ J
a
10. Teorema Fundamental del Cálculo 135
Si g ∈ Lloc
1 (J) no toma valores negativos, entonces toda integral indefinida de g es una
función creciente.
Sea f ∈ Lloc
1 (J) y F : J → R una integral indefinida de f . Entonces F se expresa como
diferencia de dos funciones crecientes, luego tiene variación acotada en cada intervalo
compacto K ⊂ J .
Entonces, para todo x ∈ J , tanto si a < x como si a > x , tenemos F(x) = F1 (x) − F2 (x) . Por
la observación previa, F = F1 − F2 es diferencia de dos funciones crecientes. Para un intervalo
compacto K ⊂ J , como F1 K y F2 K son funciones crecientes, deducimos que F K es una
función de variación acotada.
10. Teorema Fundamental del Cálculo 136
Como habíamos anunciado, si F es una integral indefinida de una función f ∈ Lloc 1 (J) , el
teorema de derivación de Lebesgue nos asegura que F es derivable c.p.d. en J , pero nuestro
objetivo es ahora probar que de hecho se tiene F 0 (x) = f (x) p.c.t. x ∈ J , cosa que no es nada
fácil. Nótese que la anterior igualdad c.p.d. es lo mejor que podemos esperar, aún cuando F
fuese derivable en todo punto de J . Basta pensar que F también es una integral indefinida de
cualquier función que coincida con f c.p.d.
Para conseguir el resultado deseado, seguiremos un camino que a partir de ahora usaremos
varias veces. Partiendo del caso en que f es una función muy sencilla, en nuestro caso la
función característica de un intervalo acotado, iremos extendiendo el resultado a funciones más
generales, pasando por la función característica de un conjunto medible, una función simple
positiva y una función medible positiva, para llegar finalmente al caso general. Como se puede
adivinar, este proceso requerirá salvar algún paso al límite, es decir, probar el resultado para
el límite puntual de una sucesión de funciones, una vez que se conoce para cada término de
la sucesión. Esto es lo que se podrá conseguir fácilmente con un resultado previo que vamos a
probar. Lo deduciremos del siguiente teorema, útil para permutar la derivación con la suma de
una serie de funciones crecientes. Se debe al matemático italiano G. Fubini (1879-1943), más
conocido por su teorema sobre las integrales múltiples, que estudiaremos más adelante.
En lo que sigue trabajamos sobre todo en un intervalo compacto. Para evitar repeticiones,
fijamos un intervalo K = [ a , b ] ⊂ R con a < b .
La función g es creciente, y es derivable en todo punto x ∈ E con g 0 (x) = f 0 (x) . Del mismo
modo, tenemos gn0 (x) = fn0 (x) para todo x ∈ E y todo n ∈ N . Vemos también que
∞ ∞ ∞
∑ gn(t) = ∑ fn(t) − ∑ fn(a) = f (t) − f (a) = g(t) ∀t ∈ K
n=1 n=1 n=1
10. Teorema Fundamental del Cálculo 137
En un primer paso, probaremos que la serie ∑ gn0 converge puntualmente en E . Para ello,
n>1
consideremos las sumas parciales y el resto de la serie ∑ gn , es decir:
n>1
n ∞
Sn (t) = ∑ gk (t) y Rn (t) = g(t) − Sn (t) = ∑ gk (t) ∀t ∈ K , ∀ n ∈ N
k=1 k=n+1
Fijado x ∈ E , para cada n ∈ N tenemos gn0 (x) > 0 , ya que gn es creciente. Por otra parte,
también para todo n ∈ N , la función Rn es creciente, por ser la suma de una serie de funciones
crecientes, luego también tenemos Rn0 (x) > 0 , de donde
para k > kn . Definimos entonces por inducción, σ(1) = k1 y σ(n + 1) = máx{σ(n) + 1 , kn+1 }
para todo n ∈ N , con lo que σ : N → N es estrictamente creciente y, para todo n ∈ N se tiene
que σ(n) > kn , de donde Rσ(n) (b) 6 1/2 n . Como Rσ(n) es creciente, deducimos que
1
0 6 Rσ(n) (t) 6 Rσ(n) (b) 6 ∀x ∈ K , ∀n ∈ N
2n
Además, de nuevo porser x ∈ E , sabíamos que la sucesión Sn0 (x) es convergente, luego
no queda más salida que Sn0 (x) → g 0 (x) . Así pues, para todo x ∈ B , concluimos que
∞ ∞
f 0 (x) = g 0 (x) = lı́m Sn0 (x) = ∑ gn0 (x) = ∑ fn0(x)
n→∞
n=1 n=1
A continuación obtenemos una consecuencia sencilla del teorema anterior, que es la que nos
interesa:
Supongamos que, para cada n ∈ N se verifica que Φn0 (x) = ϕn (x) p.c.t. x ∈ K . Entonces
también se tiene que Φ 0 (x) = ϕ(x) p.c.t. x ∈ K .
El teorema de la convergencia monótona nos asegura que la sucesión Φn converge a Φ
puntualmente en K . Para poder usar el teorema anterior, expresamos dicha sucesión en forma
de serie. Para ello tomamos Φ0 (t) = 0 para todo t ∈ K y escribimos
Φn = ∑ Ψn donde Ψn = Φn − Φn−1 ∀ n ∈ N
n>1
∞
Φ(x) = lı́m Φn (x) = ∑ Ψn(x) ∀x ∈ K
n→∞
n=1
Además, tomando también ϕ0 (t) = 0 para todo t ∈ K , vemos que, para cada ∈ N , se tiene
Z x
Ψn (x) = Φn (x) − Φn−1 (x) = ϕn (t) − ϕn−1 (t) dt ∀x ∈ K , ∀n ∈ N
a
Como la sucesión {ϕn } es creciente, vemos que, para cada n ∈ N , la función ϕn − ϕn−1 no
toma valores negativos, luego su integral indefinida Ψn es una función creciente.
Usando el teorema anterior, obtenemos un conjunto B ⊂ K , con λ(K \ B) = 0 , tal que Ψn
es derivable en B para todo n ∈ N y Φ es derivable en B con
∞
Φ 0 (x) = ∑ Ψn0 (x) ∀x ∈ B (8)
n=1
10. Teorema Fundamental del Cálculo 139
Por hipótesis sabemos que, para cada n ∈ N , existe un conjunto An ⊂ K , con λ(K \An ) = 0 ,
∞
tal que Φn es derivable en An con Φn0 (x) = ϕn (x) para todo x ∈ An . Tomando A =
T
An
n=1
∞
se tiene K \ A = (K \ An ) , luego λ(K \ A) = 0 , y para todo n ∈ N tenemos que Φn es
S
n=1
derivable en A con Φn0 (x) = ϕn (x) para todo x ∈ A . Deducimos claramente que, también para
todo n ∈ N , la función Ψn es derivable en A con
Ψn0 (x) = Φn0 (x) − Φn−1
0
(x) = ϕn (x) − ϕn−1 (x) ∀x ∈ A, ∀n ∈ N (9)
Finalmente, tomamos C = A ∩ B , que verifica λ(K \C) = 0 . En vista de (8) y (9) , para
todo x ∈ C tenemos
∞ ∞
0
Ψn0 (x)
Φ (x) = ∑ = ∑ ϕn (x) − ϕn−1 (x)
n=1 n=1
n
= lı́m ∑ ϕk (x) − ϕk−1 (x) = lı́m ϕn (x) = ϕ(x)
n→∞ n→∞
k=1
Todo está ya preparado para completar la derivación de una integral indefinida. Por ahora
seguimos trabajando en el intervalo compacto K .
Para evitar repeticiones, se entenderá que todas las integrales indefinidas que usemos tienen su
origen en a . Para formalizar mejor el proceso que vamos a seguir, denotemos por F al conjunto
de todas las funciones que verifican la afirmación del enunciado, es decir, funciones integrables
en K que coinciden c.p.d. con la derivada de su integral indefinida. Nuestro objetivo es probar
que F = L1 (K) , y para ello usaremos dos propiedades de estabilidad que tiene el conjunto F .
La primera se comprueba rutinariamente, sin dificultad: F es un subespacio vectorial de L1 (K) .
El segundo tipo de estabilidad que tiene F viene dado por el resultado probado previamente:
si una función ϕ ∈ L1 (K) es el límite puntual de una sucesión creciente {ϕn } de funciones
medibles positivas, y ϕn ∈ F para todo n ∈ N , entonces ϕ ∈ F .
Probaremos de forma rutinaria que, para todo conjunto medible E ⊂ R , se tiene χE ∈ F ,
donde se entiende que χE es la restricción a K de la función característica de E . Empezamos
por un intervalo semiabierto I = [ c, d [ con c < d . Como χI es continua en K \ {c, d} , su
integral indefinida Φ es derivable en dicho conjunto con Φ 0 (x) = χI (x) para x ∈ K \ {c, d} ,
luego χI ∈ F . En particular tenemos χI ∈ F para todo intervalo diádico I ⊂ R
∞
Dado un abierto G ⊂ R podemos escribir G = In donde, para cada n ∈ N , In es un
U
n=1
intervalo diádico y, llamando χn a su función característica, tenemos χn ∈ F . Se tiene entonces
∞ n
que χG = ∑ χn , y definimos ϕn = ∑ χk para todo n ∈ N .
n=1 k=1
10. Teorema Fundamental del Cálculo 140
Es claro que {ϕn } es una sucesión creciente de funciones medibles positivas, que converge
a χG puntualmente en K . Como E es subespacio vectorial de L1 (K) tenemos que ϕn ∈ F para
todo n ∈ N , luego también χG ∈ F .
Dado un conjunto cerrado F ⊂ R , observamos que χF (t) = 1 − χG (t) para todo t ∈ K ,
donde G = R \ F es abierto, luego χG ∈ F y es evidente que toda función constante en K
pertenece a F , luego χF ∈ F . Si ahora A es un conjunto de tipo Fσ , podemos escribir {Fn } % A
donde, para cada n ∈ N , el conjunto Fn es cerrado y llamamos ψn a su función característica.
Entonces {ψn } es una sucesión creciente de funciones medibles positivas que converge a χA
puntualmente en K . Como ya sabemos que ψn ∈ F para todo n ∈ N , deducimos que χA ∈ F .
Finalmente, para un conjunto medible E ⊂ R , podemos escribir E = A ] Z donde A es un
conjunto de tipo Fσ y λ(Z) = 0 . Ya sabemos que χA ∈ F y es evidente que χZ ∈ F , pues la
integral indefinida de χZ es la función idénticamente nula en K , cuya derivada coincide con χZ
c.p.d. en K . Como χE = χA + χZ , concluimos que χE ∈ F , lo cual es cierto para todo E ∈ M
como se quería.
Usando de nuevo que F es subespacio vectorial de L1 (K) , obtenemos que sK ∈ F para
toda función simple positiva s . Si ahora g ∈ L1 (K) no toma valores negativos, tenemos una
sucesión creciente {sn } de funciones simples positivas que converge a g puntualmente en K .
Como sn K ∈ F para todo n ∈ N , deducimos que g ∈ F . Finalmente, para f ∈ L1 (K) hemos
probado que f + , f − ∈ F , luego también f ∈ F . Así pues, F = L1 (K) como se quería.
Para obtener lo que se puede entender como una primera parte del Teorema Fundamental
del Cálculo, sólo queda sustituir el intervalo compacto K por un intervalo no trivial, lo que no
ofrece dificultad:
Ha quedado claro que toda integral indefinida de una función integrable en K es absolutamente
continua, y nuestro objetivo es probar, entre otras cosas, que el recíproco también es cierto.
Esto nos llevará a la caracterización que buscamos de las integrales indefinidas de funciones
localmente integrables, para completar el estudio del teorema fundamental del cálculo.
Hemos visto que toda función absolutamente continua es continua, pero enseguida veremos
que el recíproco es falso, como consecuencia de otra propiedad clave que tienen las funciones
absolutamente continuas. Preparamos el resultado probando la aditividad de la variación total
de cualquier función:
V (F ; a, b) = V (F ; a, c) + V (F ; c, b) (10)
10. Teorema Fundamental del Cálculo 142
Dada una partición P = {a = x0 < x1 < . . . < xn = b} ∈ Π(a, b) con c ∈ / P , sea k ∈ ∆n tal
que xk−1 < c < xk . Tomando Q = P ∪ {c} ∈ Π(a, b) , vemos claramente que
σ( f , Q) − σ( f , P) = F(c) − F(xk−1 ) + F(xk ) − F(c) − F(xk ) − F(xk−1 ) > 0
desigualdad que es evidente cuando c ∈ P , pues entonces Q = P .
Entonces, tomando P1 = Q ∩ [ a , c ] ∈ Π(a, c) y P2 = Q ∩ [ c , b ] , se tiene
σ(F, P) 6 σ(F, Q) = σ(F, P1 ) + σ(F, P2 ) 6 V (F ; a, c) + V (F ; c, b)
Como P ∈ Π(a, b) era arbitraria, deducimos que V (F ; a, b) 6 V (F ; a, c) + V (F ; c, b) .
La otra desigualdad es aún más sencilla. Dadas P1 ∈ Π(a, c) y P2 ∈ Π(c, b) , podemos
tomar Q = P1 ∪ P2 para tener como antes que
σ(F, P1 ) + σ(F, P2 ) = σ(F, Q) 6 V (F ; a, b)
y dada la arbitrariedad de P1 y P2 , concluimos que V (F ; a, c) + V (F ; c, b) 6 V (F ; a, b) .
Dada ahora una partición P = {a = x0 < x1 < . . . < xn = b} ∈ Π(a, b) , mediante una obvia
inducción, deducimos a partir de (10) que, para cualquier función F : K → R se tiene:
n
V (F ; a, b) = ∑ V (F ; xk−1, xk ) (11)
k=1
Podemos ya obtener la propiedad de las funciones absolutamente continuas que nos interesa:
Tomando por ejemplo ε = 1 , sea δ > 0 dado por la continuidad absoluta de F. Subdividimos
entonces K en intervalos que tengan longitud menor que δ , es decir, para conveniente m ∈ N ,
tomamos una partición P = {a = x0 < x1 < . . . < xm = b} ∈ Π(a, b) , con xk − xk−1 < δ para
todo k ∈ ∆m .
Fijado k ∈∆m , sea ahora Pk = {xk−1 = t0 < t1 < . . . < tn = xk } ∈ Π(xk−1 , xk ) . Vemos
entonces que ]t j−1 , t j [ : j ∈ ∆n es una familia de n intervalos abiertos no vacíos, dos a
n
dos disjuntos y contenidos en K , verificando que ∑ (t j − t j−1) = xk − xk−1 < δ , luego la
j=1
elección de δ nos dice que
n
σ(F, Pk ) = ∑ F(t j ) − F(t j−1 ) <1
j=1
Procede ahora recordar que la función f : [ 0 , 1 ] → R , definida por f (x) = x cos(π/x) para
todo x ∈] 0 , 1 ] y f (0) = 0 , es continua, de hecho uniformemente continua, pero no es de
variación acotada, luego tampoco puede ser absolutamente continua. Por tanto, la continuidad
absoluta es una propiedad estrictamente más fuerte que la continuidad. Enseguida vemos una
condición natural, fácil de adivinar, que garantiza la continuidad absoluta.
10. Teorema Fundamental del Cálculo 143
Sea M ∈ R+ 0 la constante de Lipschitz de F y, dado ε > 0 , tomemos δ > 0 tal que δ M < ε .
Si ahora n ∈ N y { ] ak , bk [ : k ∈ ∆n es una familia de intervalos abiertos no vacíos, dos a dos
n
disjuntos y contenidos en K , verificando que ∑ (bk − ak ) < δ , se tiene
k=1
n n
∑ F(bk ) − F(ak ) | 6 M ∑ (bk − ak ) < M δ < ε
k=1 k=1
Así pues, si f es una función medible positiva, definida c.p.d. en Ω , para todo conjunto
medible A ⊂ Ω podemos definir Z Z
def
f = g (13)
A A
donde g : Ω → [ 0 , ∞ ] es cualquier extensión de f . Del mismo modo, cuando f es una función
real medible, definida c.p.d. en Ω , decimos que f es integrable en un conjunto medible A ⊂ Ω ,
cuando cualquier extensión de f lo sea, en cuyo caso, la integral de f sobre A se define de
nuevo mediante la igualdad (13) . En particular escribimos f ∈ L1 (Ω) cuando g ∈ L1 (Ω) .
Como se ha dicho, pretendemos estudiar la integrabilidad de la derivada de una función de
variación acotada. Empezamos aprovechando comentarios anteriores para probar la siguiente
observación:
Extendemos la función F definiendo F(x) = F(b) para todo x ∈ ] b , b + 1 ] , con lo que sigue
siendo creciente. Podríamos haber perdido la derivabilidad de F en b , pero no la usaremos.
Fijamos un conjunto E ⊂ K ◦ , con λ(K \ E) = 0 tal que F sea derivable en E . Nuestro primer
objetivo es probar que la función F 0 , definida c.p.d. en K , es una función medible positiva.
Para ello consideramos la sucesión {Fn } de funciones de K en R+0 definida por
F x + (1/n) − F(x)
Fn (x) = ∀x ∈ K , ∀n ∈ N
1/n
Para cada n ∈ N , vemos que Fn se expresa como diferencia de dos funciones crecientes, luego
es una función medible. Además, por definición de derivada tenemos que Fn (x) → F 0 (x)
Es tentador pensar que la desigualdad (15) pueda ser una igualdad, pero enseguida nos
damos cuenta de que el anterior resultado, con igualdad en (15) , no puede ser cierto. En tal
caso, lo podríamos usar para todo intervalo de la forma [ a , x ] con a < x < b , obteniendo que
Z x
F 0 (t) dt = F(x) − F(a) ∀x ∈ [a, b]
a
Pero entonces, salvo una constante aditiva, F sería una integral indefinida de F 0 , luego F
sería absolutamente continua. Sin embargo, F era solamente una función creciente, que puede
no ser siquiera continua. Así pues, para conseguir el resultado anterior, con igualdad en (15) ,
debemos suponer que F es absolutamente continua, que es exactamente lo que haremos. Pero
antes, conviene probar una versión más general del último resultado, que no ofrece dificultad:
Fijado n ∈ N con n > 2 , usamos la desigualdad anterior para todo k ∈ ∆n−1 , y teniendo en
cuenta que G1 = U1 , obtenemos:
n−1
λ(Gn ) = λ(U1 ) + λ(Gn ) − λ(G1 ) = λ(U1 ) + ∑ λ(Gk+1 ) − λ(Gk )
k=1
n−1 n−1 ε
ε
< λ∗ (E1 ) + + ∑ λ∗ (Ek+1 ) − λ∗ (Ek ) + ∑ k+1
2 k=1 k=1 2
n−1
ε
= λ(En ) + ∑ 2 k+1 < λ∗ (En ) + ε
k=0
Como ε > 0 era arbitrario, tenemos λ∗ (E) 6 ρ , que era la desigualdad que faltaba.
Pasamos a probar una propiedad clave de las funciones absolutamente continuas: preservan
los conjuntos de medida nula. Volvemos a trabajar en un intervalo compacto K = [ a , b ] ⊂ R ,
con a < b .
Si F : K → R es absolutamente
continua, para todo conjunto A ⊂ K , con λ(A) = 0 , se
tiene que λ F(A) = 0 .
Fijado ε > 0 , sea δ > 0 dado por la continuidad absoluta de F . Como λ(A) = 0 , existe un
abierto G ⊂ R tal que A ⊂ G y λ(G) < δ . Expresamos entonces el abierto G ∩ K ◦ como
unión numerable de intervalos diádicos, dos a dos disjuntos:
∞
◦
]
G∩K = [ ak , bk [ (16)
n=1
Para cada k ∈ N , por ser F continua, se tiene que F [ ak , bk ] es un intervalo compacto,
así que existen ck , dk ∈ [ ak , bk ] , con ck < dk tales que F [ ak , bk ] es el intervalo cerrado de
extremos F(ck ) y F(dk ) . Se tiene por tanto que
λ F( [ ak , bk ] ) = F(dk ) − F(ck ) ∀k ∈ N (17)
y es claro que ] ck , dk [ ⊂ ] ak , bk [ .
Para cada n ∈ N , vemos ahora que ] ck , dk [ : k ∈ ∆n es una familia de intervalos abiertos
no vacíos, dos a dos disjuntos y contenidos en K , verificando que
n ∞
bk − ak = λ(G ∩ K ◦ ) 6 λ(G) < δ
∑ dk − ck < ∑
k=1 k=1
10. Teorema Fundamental del Cálculo 148
n
La elección de δ nos permite obtener que ∑ F(dk ) − F(ck ) < ε y, como esto es cierto
k=1
∞
para todo n ∈ N , deducimos que ∑ F(dk ) − F(ck ) 6 ε.
n=1
Usando ahora (16) y (17) , obtenemos
∞
λ∗ F( A ∩ K ◦ ) 6 λ∗ F( G ∩ K ◦ ) 6 ∑ λ∗
F( [ ak , bk [ )
n=1
∞ ∞
λ∗ F( [ ak , bk ] ) =
6 ∑ ∑ F(dk ) − F(ck ) 6 ε
n=1 n=1
El próximo resultado es un caso particular del resultado que buscamos, del que luego se
deducirá el caso general.
Sea B ⊂ K ◦ , con λ(K \ B) = 0 , tal que F sea derivable en B , con F 0 (x) = 0 para todo x ∈ B .
Fijado un ε > 0 , para cada n ∈ N consideramos el conjunto Bn ⊂ B definido de la siguiente
forma
Bn = x ∈ B : | F(y) − F(x) | 6 ε | y − x | ∀ y ∈] x − (1/n) , x + (1/n) [ ∩ K
F(y) − F(x)
Es claro que Bn ⊂ Bn+1 para todo n ∈ N . Además, dado x ∈ B , como lı́m = 0,
y→x y−x
existe δ > 0 tal que, para y ∈ K con | y − x | < δ se tiene que | F(y) − F(x) | 6 ε | y − x | .
Tomando entonces n ∈ N con 1/n < δ , vemos que x ∈ Bn . Por tanto, tenemos {Bn } % B .
m
Subdividimos el intervalo K ◦ en la forma K ◦ = Ik donde m ∈ N y, para cada k ∈ ∆m , el
U
k=1
intervalo Ik verifica que λ(Ik ) < 1/n . Fijado k ∈ ∆m , para
cualesquiera x, y ∈ Bn ∩ Ik se tiene
que | x − y | 6 λ(Ik ) < 1/n , y la definición de Bn nos da F(x) − F(y) 6 ε x − y 6 ε λ(Ik ) .
Esto implica que el conjunto F(Bn ∩ Ik ) está contenido en un intervalo de longitud ε λ(Ik ) ,
de donde deducimos que λ∗ F(Bn ∩ Ik ) 6 ε λ(Ik ) . Como esto es cierto para todo k ∈ ∆m ,
obtenemos que
!
m m
∗ ∗
F(Bn ∩ Ik ) 6 ∑ λ∗ F(Bn ∩ Ik )
[
λ F(Bn ) = λ
k=1 k=1
∞
6ε ∑ λ(Ik ) = ε ( b − a )
k=1
10. Teorema Fundamental del Cálculo 149
Como {Bn } % B , tenemos que F(Bn ) % F(B) , y usando la continuidad creciente de
la medida exterior de Lebesgue, obtenemos que λ∗ F(B) 6 ε (b − a) . Si ahora tenemos en
cuenta la arbitrariedad de ε , hemos probado que λ F(B) = 0 .
Por una parte sabemos que G es absolutamente continua, y por otra, el teorema de derivación
de integrales nos da un conjunto B ⊂ A , con λ(K \ B) = 0 , tal que G es derivable en B y se
verifica que G 0 (x) = F 0 (x) para todo x ∈ B .
Puesto que G y F K son funciones absolutamente continuas, se comprueba sin 0 ninguna
dificultad que la diferencia Φ = G − F K también lo es. Por otra parte, tenemos que Φ (x) = 0
todo x ∈ B , así que Φ 0 (x) = 0 p.c.t. x ∈ K . El resultado recién probado nos dice que Φ es
constante, luego Φ(b) = Φ(a) . Deducimos claramente que
Z b
F 0 (t) dt = G(b) = F(b) + Φ(b) = F(b) + Φ(a) = F(b) − F(a)
a
donde hemos usado que Φ(a) = −F(a) , ya que G(a) = 0 . Esto prueba la igualdad (18) ,
concluyendo la demostración.
10. Teorema Fundamental del Cálculo 150
Como hicimos con la versión elemental, el resultado anterior puede expresarse de forma que
muestre la integración como operación inversa de la derivación, pero ahora en un contexto más
general. Para ello, fijamos un intervalo no trivial J ⊂ R y un punto a ∈ J .
Como espacio de partida, en el que definir un operador de derivación, consideramos el
conjunto ACa (J) formado por todas las funciones de J en R , que son absolutamente continuas
en cada intervalo compacto K ⊂ J , y se anulan en el punto a . Claramente, ACa (J) es un
subespacio vectorial del espacio de todas las funciones de J en R . El teorema anterior nos
asegura que cada función F ∈ ACa (J) es derivable c.p.d. en J con F 0 ∈ Lloc
1 (J) .
Por razones que se comprenderán enseguida, como espacio de llegada de nuestro operador
de derivación, no conviene usar Lloc
1 (J) sino un cociente suyo, análogo al empleado para definir
los espacios de Lebesgue. Concretamente, es claro que el conjunto N(J) , formado por las
funciones de J en R que se anulan c.p.d. en J , es un subespacio vectorial de Lloc 1 (J) . Ello
permite considerar el espacio vectorial cociente
L1loc (J) = Lloc
1 (J) / N(J)
Veamos el operador de integración, que acabará siendo el inverso de D . Para f ∈ Lloc 1 (J) ,
si F : J → R es la integral indefinida de f con origen en a , sabemos que F es absolutamente
continua en cada intervalo compacto K ⊂ J , con F(a) = 0 , es decir, F ∈ ACa (J) . Pero al
sustituir f por otra función que coincida con ella c.p.d. en J , la función F no se altera, luego
podemos asociar a cada clase de equivalencia ef ∈ L1loc (J) la integral indefinida de f con origen
en a , obteniendo así una aplicación bien definida de L1loc (J) en ACa (J) , que es el operador de
integración que buscamos:
Z x
I : L1 (J) → ACa (J) ,
loc
I f (x) = f (t) dt ∀ x ∈ J , ∀ f ∈ Lloc
1 (J)
e
a
Sólo queda comprobar que el operador lineal I es el inverso de D . Dada F ∈ ACa (J) ,
vemos en (18) que, para todo b ∈ J se tiene
Z b
F 0 (t) dt = I F
f0 (b) = I D(F) (b)
F(b) =
a
luego I ◦ D es la identidad en ACa (J) .
Por otra parte, si f ∈ Lloc
1 (J) y tomamos F = I f , el teorema de derivación de integrales
e
nos dice que F 0 (x) = f (x) p.c.t. x ∈ J , luego D(F) = Ff0 = ef , y esto prueba que D ◦ I es
la identidad en L1 (J) . Se comprende ahora la razón para usar el cociente L1loc (J) en vez del
loc
espacio Lloc 0
1 (J) : las funciones F y f coinciden c.p.d., pero pueden no ser idénticas.
En resumen, hemos visto que I = D −1 , o bien D = I −1 , como se quería.