Historia Derecho Penal

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El Derecho Penal 

como rama del Derecho es muy antigua, pues el ser humano sintió
la necesidad de que quien ocasionara un daño a otro fuera castigado, por un
sentimiento natural de búsqueda de justicia, que en sus comienzos se confundió con
el de venganza.

Historia

Hammurabi fue rey durante el imperio paleobabilónico de la ciudad-estado de


Babilonia y heredó el poder hacia el 1792 a.C. Babilonia era una de las muchas
antiguas ciudades de la llanura mesopotámica y declaró la guerra a otras urbes por
el control de las fértiles tierras agrícolas. Aunque en Mesopotamia convivieron
muchas culturas, la de Babilonia se ganó un gran prestigio entre las clases
alfabetizadas de todo Oriente Medio. Los reyes anteriores a Hammurabi habían
empezado a consolidar el dominio de Babilonia sobre el centro de Mesopotamia

codigo de leyes:
Hammurabi es conocido por la promulgación de un nuevo código de ley babilónica: el
código de Hammurabi, una de las primeras leyes escritas de la Historia. El código fue
inscrito con caracteres cuneiformes en una estela de piedra de diorita de forma
cilíndrica y 2,4 m de altura. La pieza debió estar expuesta en un lugar público a la
vista de todos, aunque pocos estaban alfabetizados para leerla. La estela fue
después saqueada por los Elamitas, que la llevaron a su capital, Susa. Allí fue
redescubierta en 1901 y en la actualidad se halla expuesta en el Museo del Louvre
de París. El código de Hammurabi contiene 282 leyes escritas por escribas en doce
tabletas. A diferencia de leyes anteriores, en este código están escritas en acadio, el
idioma diario en Babilonia, para que pudiera ser leído por cualquier persona
alfabetizada. El código tiene una estructura específica y estipula un castigo para
cada transgresión de la ley. Los castigos descritos son muy duros para los
estándares modernos, pues muchos implican la pena de muerte, la desfiguración y la
filosofía del ojo por ojo, la Ley del Talión. El código es también uno de los más
tempranos ejemplos del principio de presunción de inocencia, pues sugiere que el
acusado o el acusador tienen la oportunidad de aportar pruebas. Sin embargo, no
incluye ninguna disposición por circunstancias atenuantes que puedan modificar la
pena prescrita.

En la parte superior de la estela que sirve de soporte al código hay un relieve que
representa al rey Hammurabi recibiendo las leyes de un dios, Shamash o Marduk y el
prefacio afirma que Hammurabi fue elegido por los dioses de su pueblo para traerles
las leyes.

Las primeras prohibiciones a las conductas tuvieron carácter mágico a través de los
tabúes, cuya violación traía aparejado en general, un castigo colectivo para toda la
tribu.

Las primeras normas, basadas en la costumbre, dejaban a la víctima del delito o a


sus familiares o al clan al que pertenecía, la imposición del castigo, generando en
ocasiones guerras entre clanes; no guardando proporción muchas veces la pena con
el daño, imponiéndose de este modo la venganza privada, y penándose con la
muerte delitos leves.

Luego la venganza dio paso a la posibilidad de la reparación dineraria. Por ejemplo,


en la antigua Roma, el pater podía liberarse de entregar a su filius o su esclavo a la
familia de la víctima del daño, ofreciendo una reparación económica.

Un paso fundamental en la eliminación de la venganza privada, o justicia por mano


propia, lo constituyó la Ley del Talión: “Ojo por ojo y diente por diente” donde el
castigo tenía íntima conexión con la gravedad del hecho ilícito cometido. El Código
de Hammurabi en Babilonia, la Ley Hebrea y la Ley de las XII Tablas de los romanos,
aceptan esta proporcionalidad. Ya no es ahora el propio interesado o su familia los
que gradúan la pena, sino que está determinada legalmente.

A fines de la República romana, la justicia pasa de ser privada a pública, cuando las
leges judiciorum publicirum crearon tribunales para conocer de los delitos que ellas
tipificaban.
En la Edad Media, por influencia de la iglesia y el Derecho Canónico, pasan a
homologarse los pecados con los delitos, al menos en la práctica.

El rey español Alfonso X, en la Séptima Partida, del año 1265, establece penas muy
duras, que incluyen la muerte, el destierro, las torturas, la confiscación de bienes, los
trabajos forzados, etcétera.

El siglo XVIII y su ideario iluminista trajeron nuevos modos de concebir el Derecho


penal. Fue Beccaria en su obra “Dei Delitti e delle Pene”; en español “Del delito y de
la pena” quien fijó el principio de que las leyes son la únicas capaces de imponer las
penas para los delitos que describen, que deben guardar proporción con la gravedad
del mismo. Sus ideas más destacadas son la humanización de las penas,
proponiendo entre otras medidas, la supresión de la tortura.

La Escuela Clásica, basada en la existencia del Derecho Natural, que rige por
encima del Derecho Positivo, poniéndole límites e inspirando su contenido, tuvo su
máximo representante en Francesco Carrara (1805-1888). En su “Programa de
Derecho Criminal” de 1859, expuso que la razón debe primar sobre las normas
legales. Funda la responsabilidad criminal en el libre albedrío, por lo cual declara la
inimputabilidad de aquel que no actuó pudiendo elegir.

En el siglo XIX, Augusto Comte (1798-1853) sienta las bases del positivismo, que
privilegia los hechos, sin cuestionar su justicia o sus motivos. Las ideas se
manifestaron en varios ámbitos, y en el Derecho, el criminólogo y médico italiano,
Cesare Lombroso (1835-1909) sentó la teoría del delincuente nato, nacido para
delinquir según ciertos rasgos físicos y psíquicos predeterminados. El delincuente no
es responsable de lo que hace pues no puede evitarlo. Por eso, en vez de castigarlo,
hay que establecer medidas de seguridad. Éstas incluían la pena de muerte, pues
para este médico, no es posible en muchos casos, sobre todo cuando son
peligrosos, su reinserción social. Las penas se vinculaban al grado de peligrosidad
del delincuente más que a la gravedad del delito que hubieran cometido.
Luego de las Guerras mundiales resurge la idea de la aplicación del Derecho Natural.

Entre 1960 y 1970, renace la relación entre la pena y la culpabilidad, y de la


rehabilitación del delincuente. Surgen medidas sustitutivas a la prisión o reclusión,
como los trabajos comunitarios o la prisión domiciliaria. En 1970 se vuelve a un
sistema más represivo por temor a la inseguridad.

Actualmente se discute si el endurecimiento de las penas y la baja de edad de


imputabilidad penal serían una medida para poner freno a la inseguridad, aunque se
avanza en la despenalización de ciertos hechos que habían sido delictivos como el
adulterio, el aborto o el consumo de drogas.

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