Estrategia Psicosocial

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Fracción del Manual

de
Estrategia Psicosocial

y
La Mística de las Runas

Nimrod de Rosario
Luis Felipe Cires Moyano Roca (1946 - 1996), mejor conocido
como Nimrod de Rosario, fue un escritor argentino fundador de
la Orden de Caballeros Tirodal de la República Argentina (OC-
TRA). Sus dos obras escritas más importantes son El Misterio de
Belicena Villca y los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea.

“Belicena Villca” representa un puente hacia la originalidad,


pues nunca antes algún autor demostró tanto esclarecimiento
gnóstico y político. Se afirma en algunos círculos que para escri-
bir la Novela Mágica tuvo que estudiar más de 5000 libros.

La obra de Nimrod muestra un vínculo entre el Nacionalso-


cialismo y las tradiciones espirituales arias, principalmente el
gnosticismo, creando así un sistema espiritual conocido como la
Sabiduría Hiperbórea.

Tuvo encuentro con personalidades del ámbito político y so-


cial dentro de su país y fuera de el. A finales de 1973 viajaba a
la Antártida en el Rompehielos ARA Gral. San Martín, a la base
Belgrano la más austral del continente antártico, con la secreta
intención de encontrar vestigios de oficiales y alemanes del III
Reich en ese continente.

Además de las dos obras mencionadas del autor, se tiene co-


nocimiento de otros textos: Historia Secreta de la Thulegesells-
chaft y Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial de la SS; es
esta última la que corresponde a la presente edición.
PRÓLOGO DEL EDITOR

La edición que les presento a continuación es una parte del


libro “Manual de Estrategia Psicosocial”, que el autor no publico
debido a que estaba dirigido originalmente a miembros del Ter-
cer Reich. Solo un fragmento esta disponible en internet. El texto
original contiene la cuarta disertación mencionada en “La Histo-
ria Secreta de la Thulegesellschaft”, que vendría a ser el cuarto
libro del autor. Pero, ya que solo salió a la luz una fracción del
mismo, se puede considerar al contenido de este texto como un
material complementario.

Este ejemplar esta dividido por incisos, de los cuales faltan los
primeros dos. El texto completo constaría de más de 300 pági-
nas, incluyendo gráficos. Además, existe una parte que nos habla
acerca de la Runas (que incluí al final).

Aunque la fracción que se puede obtener en internet contie-


ne algunos fragmentos más (parte del texto y gráficos al final),
estos están incompletos. Además, los gráficos finales hacen re-
ferencia al material de lectura desglosado en “Los Fundamen-
tos de la Sabiduría Hiperbórea”, por lo que a mi criterio sería
innecesario añadirlos a la presente edición. En cambio, decidí
transcribir el texto, rediseñar los gráficos de los incisos III al VII
y añadir algunas imágenes (en especial al final de “La Mística de
la Runas”, donde se pueden apreciar imágenes de los diseños de
Alex Borisson).

Espero que este material les sea de gran ayuda en el recorrido


de este sendero, por el cual transitaron todos aquellos que sin-
tieron el legado de sus ancestros.

Enrique Flores Aruquipa

Editor
Nimrod de Rosario 7

FRACCIÓN DEL MANUAL DE ESTRATEGIA PSICOSOCIAL

PRÓLOGO

Este manual ha sido desarrollado para actualizar a los cama-


radas de WEWELLSBURG en nuevos aspectos de la Estrategia S.S.
Es fruto de un largo esfuerzo realizado por especialistas de diver-
sas ramas del saber orientados todos hacia un objetivo preciso:
establecer una SISTEMÁTICA de la Estrategia S.S.

Los beneficios de tal esfuerzo son a todas luces evidentes; si


es posible SISTEMATIZAR la Estrategia S.S., podría ser presentada
gran parte de esta a la manera de una ciencia axiomática y po-
sibilitaría, entonces, el acceso intelectual a personas profanas.
Hasta ahora, para dominar elementos de la Estrategia S.S., era
necesario recibir la Iniciación Hiperbórea en Wewellsburg pero,
ante la inminencia de la Guerra Total, nos hemos persuadido a
considerar la posibilidad de instruir por esta única vez a cama-
radas NO INICIADOS.

Es así como, atendiendo a la misión encomendada por el


Führer, a la S.S., titulamos Estrategia Psicosocial a la ciencia que
presentamos aquí para vuestra consideración. Pero tal título no
debe llamar al engaño: la única “Estrategia” del Tercer Reich es la
Estrategia General del Führer. La Estrategia Psicosocial de la S.S.
es una estrategia particular o de “campo”, solo aplicable en el
marco de dicha Estrategia General, bajo la conducción del Führer
y merced a las concepciones raciales que brinda la Sabiduría Hi-
perbórea de la Thulegesellschaft. Como se advierte, varias son
las condiciones para que este esfuerzo fructifique, según se ex-
plica más ampliamente en los distintos incisos de este manual.

Hasta el final del siglo XVIII, y hasta Clausewitz, todos los teó-
ricos militares hacían de la estrategia una “ley de la guerra” prefi-
riendo llamar “político” al conjunto de acciones coordinadas por
una nación en tiempos de paz. Esta concepción dualista surgía
8 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

de la errónea creencia de que sólo la guerra implicaba la existen-


cia del CONFLICTO, o, en otras palabras, se reconocía la CRISIS
cuando ésta era inevitable. Por lo tanto, se hacían denodados
esfuerzos por mantener la “paz”, o sea evitar el conflicto arma-
do, pero todo cuanto surgía de la diplomacia era letra muerta
a partir de las hostilidades por estar separados maniqueamen-
te y artificialmente, dos estados “ideales”: la guerra y la paz. El
proverbio latino SI VIS PACEM PARABELLUM era, por supuesto,
considerado inmoral.

Dos hechos del siglo XIX cambian este panorama. El primero


se origina en la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas
cuando, alumbrando la aparición del “nacionalismo” en Europa,
irrumpen los pueblos para participar activamente de la guerra.
Más que la férrea disciplina de las tropas, profesionales y tra-
dicionalmente al mando de un Noble o Señor, importa ahora la
“moral” y el “fervor patriótico” del soldado, considerado no obs-
tante como masa o muchedumbre. Desaparece el combatiente
mercenario, barrido por pueblos fervorosos que quieren parti-
cipar en las contiendas para “defender sus fronteras”, sus “ban-
deras y símbolos patrios”, o sus “tradiciones nacionales”, todos
conceptos que un día antes nadie conocía. Como consecuencia
de esta participación popular, las guerras pasan a ser “totales”,
involucrando en el conflicto a la totalidad de la población.

El segundo hecho lo constituye la formulación filosófica y doc-


trinaria que postulan Carlos Marx y Federico Engels al plantear la
LUCHA DE CLASES, como un conflicto permanente en la Historia,
y su “síntesis” dialéctica: la dictadura del proletariado.

Según dichos autores la acumulación de riqueza en manos de


una burguesía cada vez más ávida, fortalece a ese sector social o
“clase” el cual genera, por la explotación despiadada que debe
hacer del obrero productor y por leyes de plusvalía propias del
capitalismo financiero, una nueva clase miserable y “desposeí-
da”: el proletariado. Como se trata, según Marx, de una “ley de
la naturaleza”, tal como “la ley de gravedad” o la ley de Ampe-
Nimrod de Rosario 9

re, la “clase proletaria” y la “clase capitalista”, opuestas dialécti-


camente, acaban por enfrentarse, que es la manera en que los
“opuestos” resuelven su conflicto. De este enfrentamiento entre
una tesis (capitalismo) y una antítesis (socialismo) surge la sínte-
sis, esto es socialismo científico o comunismo con su consecuen-
cia política inexorable: la destrucción de la clase capitalista y la
toma del poder por parte de la clase proletaria. Ambos hechos,
el advenimiento del “nacionalismo burgués” y el “socialismo
científico”, forman parte de un plan satánico que se aplica sis-
temáticamente desde todos los rincones de la sociedad humana
por miles de miembros de las Sociedades Secretas sinárquicas y
por los judíos, “raza elegida” de Jehová-Satanás.

¿Cuál es el objetivo del plan sinárquico al plantear los dos he-


chos mencionados? Forzar el SALTO SOCIAL de la EVOLUCIÓN a
la REVOLUCIÓN. Es decir que, siendo la “evolución” una ley con
la cual se rige la “creación” material de Jehová-Satanás, la “revo-
lución” tiene como fin acelerar procesos evolutivos previos, “ma-
durados por la acción del tiempo”; y arribar a “cambios” sociales
permanentes que facilitan la conclusión del plan sinárquico con
la fundación del Gobierno Mundial de la Sinarquía.

Una aclaración: estos “cambios” revolucionarios son pura-


mente MECÁNICOS y nada tienen que ver con las “mutaciones
carismáticas”, extraídas de la Sabiduría Hiperbórea, que estudia-
remos en la Estrategia Psicosocial.

Retornando a los dos hechos mencionados puede compren-


derse, a la luz de los mismos, que los conceptos tradicionales
de “guerra” y “paz” quedan trastornados. El “nacionalismo”, la
percepción por parte de la masa del pueblo del SER NACIONAL,
su participación activa, ALTERAN EL DESARROLLO DISCIPLINADO
Y GEOMÉTRICO DE LA GUERRA hasta entonces, dando lugar a la
aparición de batallas de aniquilación, con tropas desordenadas
pero muy numerosas.

La “revolución social”, la sublevación de las masas proletarias


y campesinas, los “sindicatos rojos”, toda la maquinaria subver-
10 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

siva y revolucionaria del marxismo, ALTERAN EL DESARROLLO DE


LA PAZ hasta entonces, dando lugar a la aparición del “proletario
combatiente” y su “táctica de lucha”: el terrorismo. Si cualquier
ciudadano puede tornarse un “revolucionario” y luchar contra el
estado, se entiende que una sociedad viva, a partir de Marx, en
estado de guerra permanente dado que la “defensa” es un modo
de la guerra y todo estado moderno dispondrá la forma de de-
fenderse de sus enemigos internos en “tiempos de paz”.

Nuevas formas de hacer la guerra entre naciones y una agita-


ción mundial de las masas, inducidas a desatar la guerra revolu-
cionaria llamada justamente internacional, hablan de la desapa-
rición de los límites precisos en que antes se dividían la guerra
y la paz. Es una nueva concepción estratégica que se impone en
el siglo XIX, cuya característica es el cambio en el objetivo de la
lucha: antes era común combatir por el derecho a la soberanía
territorial y el poder emergente de tales situaciones de fuerza,
objetivo que apenas variaba en las “guerras de religión”. A partir
de los dos hechos nombrados, el enfrentamiento será por IDEO-
LOGÍAS. La estrategia pasó así a jugar un importante papel en
naciones que han perdido de vista los límites entre el estado de
paz y el de guerra y que luchan por imponer sus ideologías al
adversario o liberarse de ideologías enemigas. Las estrategias to-
talizadoras de las modernas potencias, al fin del siglo XIX, han
absorbido a la política, a la economía, a la acción militar, etc. y
conforman grandes y complejos planes de acción con el fin de
cumplir objetivos nacionales o sinárquicos. Podría decirse, te-
niendo en cuenta esta nueva dimensión de la estrategia, que “la
conducta exterior de una nación es fiel expresión de su estrate-
gia totalizadora o general.”

De lo visto hasta ahora se infiere que al teatro de operaciones


de una guerra moderna se ha anexado un espacio que antes no
poseía: el ámbito “civil” en el plano físico y el ámbito “mental”
en el plano psíquico. La lucha cambia continuamente de campo
o, mejor dicho, invade otros planos: el alma de las naciones, la
psique colectiva, el inconsciente personal, todos terrenos aptos
Nimrod de Rosario 11

para las nuevas estrategias de la revolución y de la contrarre-


volución. Es importante ahora contar con la “convicción” del
“hombre masa”, con su comportamiento en las “muchedumbres
organizadas”.

Surgen así NUEVAS ARMAS para esta moderna guerra de


ideologías: la propaganda, la acción psicológica, la agitación, etc.
El objetivo táctico de las mismas ya no es matar el cuerpo sino
el espíritu; avasallarlo con el “poder de contagio” de las ideolo-
gías subversivas y revolucionarias o nacionalistas burguesas; im-
plantar en el “interior del hombre” ideas recurrentes que obran
mecánicamente haciendo de este un esclavo más abyecto que la
esclavitud proletaria que el marxismo pretende conjurar.

Y estas armas, temibles, ya no son creadas por ingenieros mi-


litares sino por pensadores: filósofos, psicólogos, sociólogos, etc.
que investigan los fenómenos gregarios, descubren relaciones y
postulan leyes. Se establece, por ejemplo, que la conducta colec-
tiva de las masas obedece a impulsos emergentes del INCONS-
CIENTE y, estando el CONTENIDO del inconsciente compuesto
de un material SIMBÓLICO, es preciso recurrir a leyes de ANA-
LOGÍA para su interpretación y praxis. Con este INSTRUMENTO
DE ANÁLISIS, la interpretación analógica de la semiótica, se bus-
ca un elemento COMÚN a los miembros de la masa para OPE-
RAR SOBRE ÉL o REEMPLAZARLO si fuere posible.

Este elemento común, cuya comprensión y dominio darían un


poder insospechado a los conductores de pueblos, es el Mito.
Pero no sólo el Mito es un importante objeto de estudio sino
también su “ámbito de acción”, el cual es conocido desde tan
antiguo como la humanidad misma, es decir el “alma colectiva”
(G. Le Bon), llamado también “espíritu gregario” (L.Charpentier),
“inconsciente colectivo psicoideo” (C.G.Jung), “egrégoro” (E.
Levi), “alma grupal” (Max Heindel, R. Steiner u otros sinarcas),
linga sharira (Vivekananda y Patanjali).

La Sinarquía, que decide lanzar su ofensiva final en el siglo


XX, presenta un frente estratégico compuestos de tres alas tácti-
12 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

cas: a la derecha, al ala liberal o judeo-liberal con sus Sociedades


Secretas masónicas y aparatos políticos exteriores; al centro, el
ala sionista que es eminentemente judaica y agrupa a cientos
de organizaciones secretas del del tipo de la B’ NEI BRITH; y a la
izquierda, el ala marxista o judeo-comunista con todo el aparato
del terrorismo subversivo y revolucionario mundial.

Este formidable frente estratégico tiene por objeto principal


ir apoderándose, física e ideológicamente, de las naciones y pue-
blos del mundo para organizar, al fin del siglo XX, el Gobierno
Mundial de la Sinarquía. En la ejecución del Plan sinárquico se
contemplan todas las variantes “negras” de la guerra moderna,
desde la idiotización colectiva de naciones “belicosas” por medio
de la administración masiva de drogas, hasta el genocidio liso
y llano, pasando por la siempre útil bolchevización comunista,
que tan buenos resultados dio hasta ahora.

Todo esto es posible porque la Sinarquía domina técnicas


de acción psicológicas realmente efectivas, dispone de “Mitos”
contagiosos como el de la “huelga general” o el de la “igualdad
social” y cuenta con la inestimable ayuda de las Sociedades Se-
cretas enquistadas en todo el tejido social de la humanidad. Y
también por el carácter de “Jerarquía Oculta” de Jehová-Satanás
que ostenta la Sinarquía, la cual ya es, de hecho, un Gobierno
Secreto de la Tierra, desde su centro “Shambalá”.

Contra este Plan diabólico, los Siddhas hiperbóreos NO INTER-


VENDRÍAN a no ser por la mediación de los viryas más ilumina-
dos de la humanidad que claman, en el misterio de la Minne,
por el cielo perdido. La Sabiduría Hiperbórea dice que, aunque
sea uno sólo, entre millones de viryas perdidos, el que clame a
los Siddhas y a Cristo-Lúcifer, será guiado en el eterno retorno
hacia una ruta interior de redención. En este caso es toda una
raza la que intenta trasmutar su miserable condición de esclavos
a que los tiene sometido el Demiurgo Jehová-Satanás y la que ha
ELEGIDO un Führer para que la conduzca a la victoria.
Nimrod de Rosario 13

Pero esta raza hiperbórea, que reclama su redención luciféri-


ca, no es ya la “raza aria” sino casi todas las ramas que compo-
nen el gran tronco blanco indo-germano y algunas partes de la
raza amarilla y negra. Y el Führer, reconocido por todas como el
conductor de los pueblos hiperbóreos, es portador de la Estrate-
gia General que asegura el éxito final.

Hemos hecho un repaso de la aparición de una “nueva estra-


tegia” sinárquica, en el siglo XIX, caracterizada por un enfrenta-
miento ideológico, es decir que el objetivo de la guerra moderna
ya no es el “aniquilamiento” (Napoleón) o “imponer por un acto
de fuerza nuestra voluntad al enemigo” (Clausewitz) sino “im-
poner al enemigo nuestra ideología”; tema que caracterizará los
conflictos modernos donde el adoctrinamiento sinárquico de las
masas será considerado esencial. Esta “lucha”, como ya dijimos,
es forzada por la Sinarquía para generar el juego dialéctico de la
oposición ideológica y medrar con la síntesis resultante.

El Führer, ha decidido en esta circunstancia, librar una guerra


total contra la Sinarquía en sus tres alas, pero aceptando las “le-
yes del juego” planteado, esto es: la lucha ideológica, sin revelar
el objetivo real de su Estrategia General. Este objetivo, altamente
secreto, es además incomprensible para los pasú y demás miem-
bros de la Sinarquía, pues consiste en el doble propósito de bus-
car la mutación colectiva de la raza y poner fin al Kaly Yuga.

No será entonces una oposición ideológica la planteada sino


un conflicto de PRINCIPIOS ESENCIALES: la Sabiduría Hiperbórea
opuesta a la Sinarquía satánica.

La Estrategia General del Führer solo es conocida en su tota-


lidad por él y, todas las demás estrategias, política, económica,
diplomática, PSICOSOCIAL o militar, son estrategias parciales que
solo pueden responder por sí mismas en los planes y tácticas
fijadas para alcanzar sus objetivos propios. Los objetivos de cada
estrategia particular o de “campo” las fija el Führer con arreglo a
los PRINCIPIOS SECRETOS de su Estrategia General y son llevadas
a cabo por cuerpos sociales debidamente constituidos a tal fin;
14 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

un Servicio Exterior para cumplir una “estrategia diplomática”;


un Ministerio de Agricultura para parte de una “estrategia eco-
nómica”; una Dirección de Raza y Colonización para una “estra-
tegia social”; un Ministerio de la Juventud para una “estrategia
de adoctrinamiento”; un Ministerio de Propaganda para una “es-
trategia política”, etc.

En este contexto de estrategias de campo, debe ubicarse la Es-


trategia Psicosocial de la S.S. que estudiaremos en este manual,
y que tiene el objetivo de ESTABLECER TÉCNICAS Y MÉTODOS DE
CONTROL DE MUCHEDUMBRES EN BASE A LA SABIDURÍA HIPER-
BÓREA dejando en claro la DIFERENCIA IRREDUCTIBLE existente
con la estrategia sinárquica.

Este manual trata, ahora podemos decirlo con mayor preci-


sión, de los principios y las leyes de la Estrategia S.S. desarrollan-
do los temas desde niveles de fácil comprensión hasta profundi-
zar en los aspectos más complejos de la Sabiduría Hiperbórea.
Esperamos, entonces, que el mismo sea del agrado de los ca-
maradas de Wewellsburg y llenen, al finalizar su lectura, la ficha
adjunta para conocer vuestra opinión, recordando nuevamente
que en caso de ser la misma positiva, se procederá a encarar la
divulgación, a oficiales no iniciados, de estas técnicas secretas.

Representación de una guerra en la antiguedad. Un gran grupo de soldados


conformando un “espíritu gregario” o “egrégoro” del tipo militar.
Nimrod de Rosario 15

INCISO III

PROFESIONES ABSOLUTAMENTE

COLECTIVAS

Hagamos un resumen conceptual de lo visto en el inciso II,


antes de continuar.

Ya sabemos qué es ser profesional: el enlace entre uno y la


sociedad, de acuerdo a un arquetipo descripto; por lo tanto,
conciencializado, en el plan de capacitación, que consiste en un
“conocimiento específico” (ser) y uno “apariencia de conocer
tal conocimiento” (forma). La llamada ética profesional, por
ejemplo, corresponde exclusivamente a la esfera de la aparien-
cia (forma), así como toda prevención de orden moral (idea de
“servicio”, uso “bueno” de la ciencia, etc.) pues el conocimiento
(ser) puro, en tanto que tal, es universal y amoral. Estudiamos
también el riesgo que supone la inflación psíquica y el identifi-
carse con el arquetipo profesional: la pérdida de la individuali-
dad. También dijimos que este riesgo se reduce estableciendo un
TIEMPO SOCIAL (horario) en el que el hombre adopta la “for-
ma” (apariencia) profesional y la ejerce efectivamente, pasado
el cual reasume su personalidad corriente. Los límites de ese
TIEMPO SOCIAL actúan inconscientemente como valla psíquica
para los desbordes del arquetipo. Concluimos entonces en que
lo “normal” es que el hombre marque los límites si no de su con-
ciencia por lo menos de su profesión y, de hecho, millones de
hombres se comportan de ese modo.

Pero ¿siempre puede hacerse esto? ¿es absolutamente posi-


ble para todas las profesiones escapar a la identificación con el
arquetipo colectivo?

Para la gran mayoría de los profesionales humanos lo es, pero


existen actividades que sin dejar de ser profesiones no pueden
englobarse en el caso general considerado. Por ejemplo, un artis-
16 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

ta ¿es un profesional? En cierto modo sí; ejerce un oficio, quizás


lucre con su arte, cumple un rol social; hay, en una palabra, ser
y forma, conocimiento y apariencia. Pero, se dice, un artista no
deja de serlo en ningún momento y es obvio que nadie puede
ser realmente poeta solamente en un horario determinado. Lo
mismo vale para el pintor, escultor, compositor musical, etc.

Se allana esta dificultad diciendo que el artista es un profe-


sional que sobrepasa la profesión en virtud de hallarse en pose-
sión de una “CAPACIDAD CREADORA”. Así se distingue entre el
compositor musical y el músico ejecutante, entre el copista y el
pintor, etc. A una base profesional (técnica) el artista añade la
inspiración creadora.

¿Y qué decir del sacerdote (cura, rabino, pastor, ayatollah,


etc.) profesional? Aquí la cuestión se agudiza, pero se dice que
a una base profesional (conocimiento del dogma, culto, ritos,
etc.), el sacerdote añade una VOCACIÓN MÍSTICA que lo pone
en contacto con la divinidad. Por supuesto que un sacerdote
siempre lo es, en todo momento y lugar. Y todos aceptamos
esto sin pensar. Otro ejemplo: Un militar ¿es profesional? Esta-
mos como en los casos anteriores del artista y el sacerdote, pero
aquí puede existir alguna incertidumbre por el abuso del término
“profesional” en la jerga militar. Se dice, por ejemplo, “el militar
es el profesional de la guerra” y se habla siempre de “militar pro-
fesional” aunque no esté bien claro a qué se refiere con eso. Una
acepción vulgar del término profesión alude a aquel “que hace
hábito o profesión de alguna cosa” o sea aquel que vive de una
profesión u oficio; esta interpretación es seguramente la causa
del mal uso del término. Porque un militar es siempre militar
como un sacerdote es siempre sacerdote y un artista es siem-
pre artista.

Por último, lo mismo puede decirse del juez, que no solamen-


te es un cargo público pues nadie es juez si no posee “sentido
de la justicia”, algo que no puede enseñarse en el plan de capa-
citación y que, de hecho, lo diferencia del simple abogado que
Nimrod de Rosario 17

sólo conoce la ley. Y así decimos también que un juez es siempre


juez.

Podríamos extendernos, pero con lo dicho se comprende que


en todos los casos citados se sobrepasa el nivel profesional por
el aporte personal de una virtud trascendente: el artista con su
inspiración, el sacerdote con su mística, el juez con su sentido
de justicia, el militar... ¿con qué virtud trascendente cuenta para
afirmar que sobrepasa el nivel profesional?

Antes de responder diremos que de aquí en más tomaremos


para el análisis las figuras del sacerdote y el militar en razón de
que “el juez” es una figura de aparición reciente siendo en la
antigüedad cumplidas sus funciones (legislador) por algunos de
los dos primeros o por “el Rey”, otra figura que comparte los con-
ceptos anteriores. El artista por otra parte es atípico para nuestro
objetivo.

Aclarado esto vayamos a la respuesta. Diremos que los pue-


blos indoarios, que componen el sustrato étnico de lo que se lla-
ma CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL, poseían de muy antiguo el con-
cepto de que la sociedad debe organizarse en base a la armonía
de tres funciones colectivas: sacerdotal, regia y guerrera. En la
India este concepto es la base del sistema de castas correspon-
diendo la casta brahmánica a la función sacerdotal y la casta
kashatriya a la función regia y guerrera.

Estas funciones se vinculan a arquetipos colectivos, que por


supuesto no están descriptos en ningún plan de capacitación
pero que pueden verse retratados en las grandes figuras míticas
(generalmente divinas, algunas veces históricas). Por ejemplo,
tenemos para la función regia, Dioses reyes como el Zeus griego,
el Júpiter romano o el Pandú hindú. Para la función sacerdotal,
por ejemplo, el Dios sacerdote Hermes griego o Zoroastro iraní;
y para la función guerrera, Dioses héroes como Indra en la India
o Marte en Grecia y Roma, etc.
18 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

Y aquí contestaremos concretamente la pregunta: en tanto


el militar esté definido por la función guerrera participará de
manera trascendente en la manifestación de un arquetipo mí-
tico, se pondrá en contacto con una deidad guerrera y sobrepa-
sará el mero nivel profesional. Es por esto que son análogos el
sacerdote y el militar, ambos dependen de una MÍSTICA para
trascender el plano vulgar de la convención social y profesional,
cosa que lograrán siempre y cuando se “ajusten” a los requisitos
del arquetipo colectivo o del Mito.

Hemos dicho por una parte que la sociedad protege (límite)


al profesional regulando el TIEMPO SOCIAL (horario), evitando
una excesiva identificación con el arquetipo colectivo y por otra
que sacerdotes y militares escapan a esta protección demos-
trando una permanencia típica más allá de todo TIEMPO SOCIAL,
hecho que es aceptado por todos y hasta alentado. A nadie se le
ocurriría pensar en un militar “profesional” que no sea tal cosa
fuera de su horario y se negara a actuar como puede hacer cual-
quier profesional, por ejemplo, un abogado consultado “fuera de
hora”; lo mismo vale para el sacerdote. Corresponde interrogar
nuevamente: ¿por qué esto es así; por qué la sociedad regula el
TIEMPO SOCIAL para unas profesiones y para otras lo elimina (o
“debilita” su sentido limitador)? La respuesta es sencilla. En la
sociedad occidental, directa heredera de la tradición indoaria,
todas las profesiones deben estar reguladas por el TIEMPO SO-
CIAL, menos aquellas que se encuentran dentro de las funcio-
nes sacerdotal, regia o guerrera pues estas funciones constitu-
yen los cimientos, el andamiaje, sobre el que está edificada la
sociedad misma. Hacen falta aquí hombres “full time”; y la eli-
minación de estos límites temporales a la acción profesional tor-
na casi imposible descubrir al “hombre” que está “detrás” del
militar o sacerdote. De hecho, esta identificación se busca deli-
beradamente pues si bien los miembros de la sociedad pueden
ejercer profesiones sólo en determinados TIEMPOS SOCIALES, la
misma sociedad, con sus funciones sacerdotal, regia o guerrera,
debe existir en todo tiempo igual que los miembros en quienes
se ha delegado esa función (sacerdotes, reyes, guerreros). Existe
Nimrod de Rosario 19

entonces una pérdida de individualidad en el sacerdote y el mi-


litar en favor de asumir una función colectiva permanente. Esta
“pérdida”, la sociedad la compensa aceptando, o exigiendo, en
el sacerdote y el militar una disminución de la responsabilidad
individual en el cumplimiento de su función. Así el sacerdote
dirá: “si lo digo yo, lo dice Dios”, cosa que nadie discutirá. Y el
militar podrá decir: “cumplo órdenes”, cosa que nadie intentará
verificar. La responsabilidad individual es relativa al desempeñar
una función colectiva, todo lo contrario de un profesional cuya
actividad se desarrolla en un TIEMPO SOCIAL (horario) concreto,
que debe responder responsable e individualmente por todo lo
que haga o diga.

Hay una “pérdida” de la individualidad y la sociedad la com-


pensa, como hemos visto, pero esta pérdida ¿significa que sacer-
dotes y militares están en gran parte poseídos por un arquetipo
colectivo? Sin ninguna duda se puede responder afirmativa-
mente pues todo nuestro análisis así lo demuestra y este hecho
constituye una de las leyes de la Estrategia Psicosocial.

El problema aquí (y la clave de toda la cuestión) radica en que


el arquetipo colectivo al cual se ajustan sacerdotes y militares
está en el inconsciente colectivo. Algo muy diferente al caso del
arquetipo colectivo profesional que, ya vimos, está “descripto”
en el plan de capacitación y por lo tanto conciencializado.

El profesional rara vez sobrepasa los límites de dicha “des-


cripción” pues debe conservar la “forma”, la apariencia, y por
otra parte, puede desprenderse fácilmente de esta máscara, si
no se ha identificado esencialmente, fuera del TIEMPO SOCIAL.
Esto nos lleva a la siguiente afirmación: “En el profesional hay un
PREDOMINIO DEL SER SOBRE LA FORMA, del conocimiento so-
bre la apariencia. En el sacerdote o militar hay un PREDOMINIO
DE LA FORMA SOBRE EL SER, de la apariencia sobre la esencia”.

Así la superación (progreso real) de un profesional se da en


el plano del conocimiento intelectual, de la sabiduría, lo que
corresponde al ser de su arquetipo colectivo. La forma (aparien-
20 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

cia profesional) es una condición “fija”, establecida socialmente


y subordinada al ser (conocimiento). Sólo a un “sabio”, quien ha
sobrepasado por lejos el nivel del conocimiento profesional, se le
permite “descuidar la apariencia (forma)”.

En cambio, las épocas en que se advierte un “avance” de la


función guerrera sobre otras (militarismo, Estado militar, Impe-
rio) se caracterizan por la exaltación de las “formas” militares
(uniformes vistosos, exhibición de útiles de guerra, prolifera-
ción de banderas y estandartes, etc.). Lo mismo cuando la fun-
ción sacerdotal ejerce el poder temporal, se observa una exal-
tación de las “formas” religiosas puramente materiales (ricas
vestimentas rituales, magnificencia en los templos, etc.).

Exaltación de la forma decimos ¿y qué hay del ser en este ar-


quetipo colectivo del sacerdote o militar, que pertenece al in-
consciente colectivo? El ser esta subordinado a la forma como
en todos los casos en que se quiere revelar o descubrir un ser
trascendente por intermedio de la semiótica o la analogía. Un
arquetipo inconsciente solo puede ser “visto” colectivamente
en el mundo mediante su proyección simbólica sobre lo concre-
to; pero esta proyección será fundamentalmente “formal” con el
fin de apresar el ser en los límites de la forma, de anclarlo en el
mundo, en espera de su posterior emergencia. Es por eso que en
actividades religiosas o guerreras se exalta exageradamente lo
formal sobre lo esencial, para forzar mágicamente la manifes-
tación del arquetipo.

Un sacerdote que deba emprender una acción misionera se


presentará con hábitos o túnicas de color conveniente, portan-
do signos sagrados, demostrando virtudes ascéticas, etc. Por-
que los creyentes, en presencia de esta imagen formal, proyec-
tarán su propio arquetipo religioso inconsciente, transfiriendo
al sacerdote los atributos del arquetipo o el Mito.

Antes de la iniciación religiosa (contacto íntimo con el mito)


todo adepto es “instruido formalmente” pues sin una prepa-
ración previa no hay garantía de que se produzca la ascesis; es
Nimrod de Rosario 21

necesario con-formar todo un esquema simbólico, CONVERTIR-


SE UNO MISMO EN SÍMBOLO, para que se manifieste el arque-
tipo, mito o divinidad. Este es también el principio del RITUAL
y del CEREMONIAL (religioso o mágico) que tiene como fin lo-
grar, por medio de un arreglo u orden de acciones exteriores
(formalismo), el contenido trascendente con lo divino. Pero el
oficio de un rito persigue un objetivo más complejo que la mera
experiencia individual; por intermedio de una cierta ordenación
o reordenación (nuevo orden) del mundo concreto (plano mate-
rial) se busca producir una transformación de éste, tornándolo
semejante al otro mundo (plano espiritual) dentro de los límites
formales de la acción ritual. Si el ritual consigue su objetivo se
logrará generar, en primer término, un “clima” especial, per-
ceptible para todos los oficiantes (y a veces hasta para algún
espectador profano), que “no es de este mundo”. Esta es la “se-
ñal” de que se ha trascendido de plano, de que dos mundos han
hecho interferencia, intersección o contacto. A partir de allí se
halla “abierta la puerta” para múltiples experiencias individua-
les y colectivas.

Por otra parte, la forma del escudo, el diseño de la espada,


los ornamentos del casco (plumas de aves sagradas, tachonado
de piedras “mágicas”, etc.), las vestimentas, todo contribuye a
dibujar una “forma” guerrera de alto simbolismo que tiene el
doble objeto de despertar virtudes combativas en quien lo luce
e infundir temor en el enemigo. A esta presentación se añaden
técnicas de combate individual (y colectiva) con mucha influen-
cia de aquellos ritmos y cadencias de la naturaleza que por su
carácter de violencia o agresión pueden despertar en el enemi-
go temores primordiales. El guerrero se “moverá y rugirá como
una pantera”; “correrá más veloz que el viento”; su “grito será
temible como el trueno”; su brazo tendrá la “fuerza del oso”; etc.
Hay también rituales guerreros con la práctica de danzas que
semejan el vuelo del águila o el salto del león; con la emisión
de sonidos onomatopéyicos de la naturaleza; con la intervención
del fuego, etc. Haciendo de este modo todo lo posible para evo-
car el arquetipo colectivo del guerrero, que aquí será sin ningu-
22 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

na duda una divinidad, un Dios de la guerra.

Está claro entonces, la importancia que la forma reviste en la


institucionalización de la función sacerdotal o guerrera (militar)
y porqué es así: porque la sociedad debe asegurarse la efectiva
manifestación de arquetipos colectivos que están en el incons-
ciente colectivo.

La pauta de hasta qué punto el arquetipo colectivo del sacer-


dote o el militar está en el inconsciente colectivo lo da el hecho
de que en los períodos históricos en los que el poder se reparte
equilibradamente en las tres funciones: sacerdotal, regia y gue-
rrera, vemos a la masa del pueblo identificarse colectivamente
con el rey, el sacerdote o el guerrero que detente tal poder. Un
pueblo puede “espiritualizarse” o “militarizarse” por la actuali-
zación sincrónica de un arquetipo colectivo (inconsciente) reli-
gioso o patriótico, pero jamás un pueblo se abogadizará, inge-
nierizará, o medicinizará (valgan las conjugaciones) pues estos
arquetipos colectivos son conscientes, están descriptos, y su
acción está controlada por el TIEMPO SOCIAL (horario).

Por último, notemos que todos los intentos “formales” men-


cionados, que se hicieran para evocar el arquetipo colectivo in-
consciente de la función sacerdotal o guerrera, serían inútiles si
no se contara con una MÍSTICA adecuada. Precisemos el sentido
que dicho término posee, de acuerdo a la Sabiduría Hiperbórea.

Apariencia formal del arquetipo colectivo del guerrero.


Nimrod de Rosario 23

INCISO IV

LA MÍSTICA HIPERBÓREA,

MOTOR MÁGICO-SOCIAL

El misticismo es una actitud del hombre hacia la Divinidad;


actitud que conduce a una experiencia interior última deno-
minada ÉXTASIS MÍSTICO (o UNIÓN MÍSTICA) en la que se es-
tablece en vínculo personal entre el hombre y Dios. Para que
la actitud mística concluya en el éxtasis místico y se concrete la
experiencia interior trascendente debe intervenir un agente me-
diador denominado CARISMA.

Recordemos que el místico no es “iniciado” y por lo tanto pro-


fano, pero la experiencia trascendente que persigue y obtiene
pertenece al orden más excelso de la gnosis esotérica, por lo
que el CARISMA debe allanarle, como en la iniciación, todos los
obstáculos (racionales, morales, biológicos, etc.) que se inter-
pongan entre él y la Divinidad. El agente carismático interviene
de manera aparentemente gratuita y contingente sobre deter-
minados místicos resultando esta intervención tan incompren-
sible o inescrutable que algunos pensadores profanos lo atribu-
yeron al capricho de Dios, llamándolo justamente “don de Dios”
o “gracia divina”. Pero la Sabiduría Hiperbórea, cuyos pálidos re-
flejos sobreviven en algunas tradiciones esotéricas, afirma que
el AGENTE CARISMÁTICO está perpetuamente presente en un
plano “absolutamente trascendente” al mundo inmanente de la
materia y se denomina PARÁCLITO. Es lo que la teología cristiana
ha denominado Espíritu Santo, incluyéndolo equivocadamente
como una de las “personas” de la trinidad, es decir un aspecto
de YAHVÉH-SATANÁS. La kábala judía también pervierte el ca-
rácter absolutamente trascendente del PARÁCLITO, ligándolo a
la inmanencia panteísta de YAHVÉH-SATANÁS. Ya veremos más
adelante una definición del PARÁCLITO al estudiar la Metafísica
Hiperbórea de la THULEGESELLSCHAFT; por ahora continuamos
precisando en concepto de MÍSTICA.
24 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

La Sabiduría Hiperbórea enseña que el Paráclito (o AGENTE


CARISMÁTICO) está vinculado Simpáticamente a la sangre, a
un CONTENIDO REMINISCENTE que ésta posee en algunos seres
y que se denomina MINNE. De allí la aparente falta de “lógi-
ca mundana” en la manifestación del agente carismático, pues
sólo interviene en aquellos místicos que han “sentido la remi-
niscencia” que otorga la Minne sanguínea. Es que no todos pue-
den sentir la Minne y muchos que sienten no saben qué sienten.

Sentir la Minne es acceder a su contenido gnóstico y esto


sólo se logra cuando, inmerso en el torrente misterioso de la
sangre, se produce el reencuentro con una verdad olvidada, es
decir hecha inconsciente. Este reencuentro no es necesariamen-
te un recuerdo sino la reminiscencia de la propia divinidad per-
dida (VRIL) y la certeza íntima de pertenecer a otro orden de
existencia espiritual para el cual la materia es odiosa y la reali-
dad del mundo esencialmente maligna. A la reminiscencia so-
breviene inmediatamente una nostalgia infinita que sólo puede
mitigarse con la esperanza del regreso.

La Minne, entonces, no es tanto el recuerdo como la re-


miniscencia y aún la nostalgia que se debe experimentar ínti-
mamente como acto previo al éxtasis místico, al que se llega
por mediación carismática del PARÁCLITO. Por eso la Sabiduría
Hiperbórea sostiene un concepto más amplio del carisma en el
sentido de ATRIBUTO PERSONAL que puede ser conquistado y
desarrollado en beneficio propio y de la raza. El carisma personal
sería en este caso “el efecto sensible producto de la intervención
causal del agente carismático o Paráclito, en el éxtasis místico;
éxtasis que sólo es posible experimentar si previamente se ha
vivenciado la Minne sanguínea, esa nostalgia”. A partir de este
concepto existe toda una técnica secreta, que permite desarro-
llar el carisma personal, fundada en la posibilidad de acceder a
la Minne mediante el “Principio Hiperbóreo de la Purificación
de la Sangre”. Este principio alude a la SANGRE ASTRAL (FAN-
HEMA) complemento sutil de la sangre física e intermediaria
entre el espíritu y el cuerpo físico. Según dicho principio, la
Nimrod de Rosario 25

Minne no está presente en todos los seres antropomorfos sino


en aquellos “descendientes” de la Raza Cósmica Hiperbórea de
Cristo-Lucifer, únicos que merecen el calificativo de hombres o
viryas, pero aún en estos existen diversos grados de impureza en
la SANGRE ASTRAL o FANHEMA que obstaculizan o impiden el
acceso a la Minne y a su nostalgia liberadora. Es preciso enton-
ces purificar la sangre astral para que se manifieste el “recuerdo
contenido” de la Minne. Esto se logra por medio de Técnicas Se-
cretas que contemplan la posibilidad de conocer exactamente si
el hombre es de linaje hiperbóreo (virya) y, de ser así, qué grado
de impureza en la sangre astral le oscurece el “recuerdo conte-
nido” de la Minne.

La Sabiduría Hiperbórea afirma que, si un Siddha desea, du-


rante el Kaly Yuga o Edad Oscura, reconocer el linaje hiperbóreo
en razas degradadas y degeneradas por la “IMPUREZA DE SAN-
GRE”, con vistas a su purificación y regeneración, sólo dispone de
siete vías posibles, una de las cuales es la efectiva posesión del
GRAAL. Las Técnicas Secretas, que son siete también, una para
cada vía, hacen posible la purificación de la sangre astral has-
ta un grado tan elevado que pueden provocar la trasmutación
del VIRYA en SIDDHA, es decir del hombre semidivino en Divino
Hiperbóreo inmortal. Podemos asegurar a este respecto que la
Técnica Topológica de Individuación del Dr. Jung es una de las
(7) Técnicas Secretas Hiperbóreas adaptada por él para su uso
en Occidente.

En otro orden, es posible también desarrollar el carisma


personal de un líder para que, en la conducción de un pueblo,
ejerza sobre la masa del pueblo esa fascinación carismática de
los grandes jefes. Incluso una élite dirigente podría ser dotada
carismáticamente si se cuenta con alguna vía para la selección de
los VIRYAS y se aplica la Técnica Secreta.

Aclararemos ahora un difundido error que consiste en re-


lacionar análogamente el carisma personal con el magnetis-
mo físico, en la creencia que éste se comporta como aquél. En
26 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

esta burda analogía cientificista, el hombre carismático posee


un “campo de fuerza” interno que es percibido por otros hom-
bres merced a la “interferencia de campos” que se produce al
situarse en su vecindad. Se dice entonces que tal hombre posee
“magnetismo personal” y el carisma, como las fuerzas de acción
a distancia de la física, queda asociado a la noción de magnitud
y extensión espacial. Nada de esto enseña la Sabiduría Hiperbó-
rea, pero afirma en cambio que el carisma personal que un líder
“trasmite” colectivamente a la masa, en realidad es percibido
por cada uno en particular, merced a un fenómeno de sincro-
nía. Esta es la razón por la que el carisma personal, por más
intenso que sea, nunca es infalible, sino que sólo afecta a aque-
llos que, por su linaje espiritual y grado de pureza sanguínea, es
decir por la calidad de su Minne, pueden percibirlo en mayor o
menor medida. Pero esta percepción no es meramente sensible
sino eminentemente trascendente y espiritual, como correspon-
de a una superior virtud personal, que eso es el carisma y no una
fuerza ciega y engañosa.

Disponemos ahora de un concepto mejor definido sobre lo


que es un místico (de linaje hiperbóreo o virya). La Sabiduría Hi-
perbórea asegura que todo virya, por muy impura que esté su
sangre, posee condiciones místicas potenciales susceptibles de
ser “despertadas” y orientadas convenientemente en beneficio
del individuo y de la raza.

Este “despertar” del misticismo puede ser inducido por el


carisma personal de un jefe (FUHRER), líder o gurú, especial-
mente dotado. De hecho, todos los fundadores de religiones y
aún los fundadores de simples órdenes religiosas, por ejemplo,
dispusieron de un gran carisma personal que les permitió reunir
en torno suyo a gente de la más variada condición, la cual se sen-
Nimrod de Rosario 27

tía “arrebatada” hacia la nueva fe1.

Este carisma, que poseen en alto grado los líderes y que pa-
rece ser elemento indispensable para garantizar el éxito en la
conducción de comunidades y la fundación de organizaciones
colectivas perdurables, es el principio sobre el que se asienta
una Mística. En efecto, una Mística Hiperbórea o simplemente
Mística, es siempre la percepción colectiva de un carisma que a
su vez puede estar sustentado en la presencia de un líder visible
o dimanar de un pequeño grupo de personas ocultas. Aclaremos
esto.

Cuando se habla de lo esotérico y lo exotérico, suele decirse


que lo segundo es la expresión profana de lo primero. Así como
una religión es el aspecto exterior, profano, EXOTÉRICO, de una
DOCTRINA SECRETA ESOTÉRICA, interna, iniciática, guardada
celosamente por sacerdotes o gurúes de quienes dimana el ca-
risma percibido por lo fieles, al que se denomina MÍSTICA. Pero,
si bien esto es un hecho cierto en la perpetuación de las religio-
nes, en el comienzo del movimiento religioso quizás haya actua-
do un solo líder (Mahoma, Jesús, Manes, San Francisco de Asís,
etc.) poseedor de un poderoso carisma y expositor de una Ver-
dad revelada. Atraídos intelectualmente por esta Verdad, pero,
fundamentalmente, persuadidos en su credulidad por el caris-
ma personal, los hombres se agrupan armónicamente junto a
ese CENTRO DE PODER que es el líder.

En estos y en todos los casos, la Mística es expresión de un


carisma que, percibido por muchos, actúa como agente agluti-
nante u ordenador en torno al OBJETO de la Mística (líder, igle-
sia, doctrina, patria, etc.) Veamos un ejemplo. Un ejército pue-
de estar muy bien equipado y organizado, pero demostrar un
comportamiento mediocre en las operaciones. La presencia de
(1) Dice el Cardenal Suenens: El monaquismo, en sus comienzos constitu-
ye en efecto un movimiento carismático. La ascesis que él proclama se concibe
como una victoria del Espíritu Santo sobre las oscuras potencias del mundo, de
la carne y del demonio. ¿Un nuevo pentecostés?
Editorial Descleé de Brouws - España
28 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

un jefe carismático revertirá esta situación introduciendo una


Mística adecuada al fin de elevar el rendimiento operativo que
asegure la victoria. Para ello apelará, en principio, al patriotismo
o a la fe. No importa demasiado, en realidad, el contenido con-
ceptual de su arenga discursiva y oratoria, pues la Mística pre-
dispone a los hombres a creer y por otra parte, como ya vimos,
en la función guerrera (y sacerdotal) la forma predomina sobre
el ser. Por eso el jefe presentará bien claro el estandarte a seguir
y el ejemplo a imitar. Se exaltará la figura de un héroe legenda-
rio, un Dios de la guerra o una Virgen de los Ejércitos, divinidad
a la que hay que imitar y de la que se espera protección. Se fija-
rán consignas, se cantarán himnos, se emprenderán avances o
desfiles, se diseñarán uniformes y distinciones, banderas y es-
cudos, y otras infinitas variantes de la “determinación formal”.

En poco tiempo se observará un cambio asombroso. El ejér-


cito de ayer, de moral dudosa y desconfiable eficacia, se ha
transformado en una máquina de guerra, en una estructura or-
gánicamente disciplinada cuyo rendimiento operativo es inmen-
samente superior. Tal el beneficioso efecto producido al realizar
la función del mando en el “marco” de una Mística.

Por otra parte, la Historia así vista es algo claramente mor-


fológico, cuya percepción ocasiona experiencias de orden tras-
cendente. Podemos aludir al carácter semiótico que la Mística
presenta en cuanto FORMA sensible e inteligible pues, como el
símbolo, la Mística revela su SER a quien es capaz de aprehen-
derla. Por ello decimos que: “la Mística es una FORMA que en-
cubre (o revela) un SER llamado CARISMA”.

Páginas atrás definimos la Historia como “la percepción colec-


tiva de un carisma que a su vez puede estar sustentado en la pre-
sencia de un líder visible o dimanar de un pequeño grupo de per-
sonas ocultas”. En beneficio de la posterior exposición, conviene
establecer claramente qué se entiende por “percepción colecti-
va de un carisma” en esta definición: El carisma es la expresión
del Paráclito o Espíritu Santo y SOLO ES EXPERIMENTABLE SU
Nimrod de Rosario 29

RECUERDO a partir de la Minne sanguínea. Esto significa hablar


de una experiencia absolutamente trascendente e INDIVIDUAL
a la cual llamamos ÉXTASIS MÍSTICO y a lo que no es posible ni
imaginar relacionada con LO COLECTIVO en cuanto este concep-
to alude a “lo” relativo a “cualquier reunión de individuos”.2

La percepción del Paráclito mediante su expresión, el agente


carismático, es la suprema experiencia individual, equivalente a
lo que el Dr. Jung llama “reintegración psíquica en el sí-mismo
(self)”. ¿Qué queremos decir entonces al hablar de percepción
COLECTIVA del carisma?: Que, en el “marco” de la Mística las
experiencias carismáticas, individuales, diferentes y únicas en sí
mismas, coinciden sincronísticamente en tiempo y espacio. Lo
que no significa en absoluto que tales experiencias sean COLEC-
TIVAS en el sentido con que denominamos a las EXPERIENCIAS
COMUNES o fenómenos cuya percepción, una y la misma, es
compartida por muchos tal como la observación de un eclipse o
la audición de una melodía.

La Sabiduría Hiperbórea denomina “vinculación carismática”


al hecho de la coincidencia carismática en el marco de la Mística
y ésta es la única concesión que hace en cuanto a lo COLECTIVO.

Por lo tanto, cuando en el marco de una Mística se establece


la “vinculación carismática” entre los hombres, que no es otra
cosa que la “percepción colectiva del carisma” antes menciona-
da, deberá interpretarse este hecho dando a LO COLECTIVO la
dimensión conceptual de COINCIDENCIA ESPACIO TEMPORAL DE
INDIVIDUOS en lugar de la más corriente idea de masa o muche-
dumbre. Somos conscientes de la dificultad que entraña esta dis-
tinción por lo que trataremos de esclarecer aún más la cuestión
en el próximo inciso V.

Recordemos por ahora la tesis del inciso III. Allí demostramos


que en las funciones sacerdotal y guerrera “LA FORMA PRE-
DOMINA SOBRE EL SER”. De ello se infiere que “mediante un
adecuado manejo de la forma puede determinarse el ser” en
(2) y “lo individual” se opone gnoseológicamente a “lo colectivo”.
30 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

la función sacerdotal o guerrera, posibilidad que contribuye el


principio del control de grupos humanos en la Estrategia Psico-
social. Ahora bien: siendo por definición la Mística “UNA FOR-
MA QUE REVELA A UN SER, EL CARISMA”, se comprende que la
Mística es el instrumento FORMAL adecuado para operar sobre
las comunidades humanas en el objetivo de “fijar” cualitativa-
mente las funciones sacerdotal o guerrera, o simplemente para
“evocar” un arquetipo colectivo determinado. Por ello la Místi-
ca, tal cual la hemos definido aquí, es el sistema empleado tradi-
cionalmente por los grandes guías hiperbóreos de la humanidad
y en la actualidad por nuestro Führer, quien ha logrado producir
la “vinculación carismática” en la totalidad del pueblo alemán.

La manifestación de la vinculación carismática del Führer en el Tercer Reich.


Nimrod de Rosario 31

INCISO V

primera ley de la estrategia psicosocial o


ley jerárquica

a) CONSIDERACIONES. - Conocemos la existencia de dos


ideas antiquísimas que tratan, ambas, de dar una solución a
los siguientes problemas: ¿cómo interpretar la “conducta social
del hombre y la “conducta colectiva” de las muchedumbres? y
¿cómo estas muchedumbres pueden ser influidas, dirigidas,
guiadas o controladas? Estas dos ideas, opuestas en su esencia
conceptual, tienen su origen en la más profunda sabiduría anti-
gua y han sido sujeto, como tantas otras, de la degradación in-
telectual y racionalista propias del Kaly Yuga o Edad Oscura, es
decir de todo el tiempo que llamamos Era Histórica. La primera
de ellas ya la hemos expuesto elementalmente en el INCISO IV
como el concepto de Mística Hiperbórea; la segunda, que será
desarrollada en este inciso, es también una idea antigua, como
lo demostraremos en seguida, pero readaptada a la mentalidad
“moderna” y reelaborada para su aprehensión en estructuras
semánticas psicologistas y pseudocientificistas. Siendo nuestro
propósito pasar a exponer la praxis de la Mística Hiperbórea
como principio de la Estrategia Psicosocial nos vemos en la nece-
sidad de esclarecer previamente la confusión existente en torno
a las dos ideas mencionadas.

Por todas estas consideraciones insistimos ante los camaradas


S.S., destinatarios de este ensayo, que procuren una profunda
comprensión de la tesis de este inciso, pues de ello depende en
gran parte la posterior asimilación de lo aquí expuesto e incluso
la interpretación del rol que debe desempeñar la ORDEN S.S. en
Alemania y el mundo.

b) TESIS. - Retomemos el último concepto del INCISO IV. He-


mos establecido un hecho: la Mística es una estructura morfo-
lógica continente cuyo contenido, ontológico, es un ser llamado
carisma. Y el carisma o agente carismático, según vimos, es la
32 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

expresión del Paráclito o Espíritu Santo, el cual, como así tam-


bién Dios en tanto el Espíritu Santo es Dios mismo, se manifiesta
en un plano absolutamente trascendente al plano inmanente de
la materia. El Paráclito por lo tanto es inexperimentable e ina-
prensible en el plano físico, y si su expresión, el carisma, es per-
ceptible para algunos hombres, ello es solamente en virtud del
recuerdo contenido de la Minne. Lo que significa hablar de una
experiencia individual dado que la Minne es algo “personal”, di-
ferente de una persona a otra. La “vinculación carismática” de
más de un hombre, varios o muchos es lo mismo, solo puede
darse en el marco de una Mística.

Pero esta “vinculación carismática” entre varios hombres que


ocurre en el marco de la Mística Hiperbórea es de orden SIN-
CRÓNICO, es decir NO CAUSAL, según vimos en el inciso IV, y no
ocurre debido a la interacción de un CAMPO DE FUERZA (mag-
nético, eléctrico, etérico, astral, estructurador de forma, pránico,
etc.), pues ello equivaldría a admitir una relación causal en los
fenómenos colectivos. Sin embargo, la hipótesis de los campos
de fuerza o magnetismo colectivo es la más aceptada, incluso
dogmáticamente, en la moderna psicología de masas y la razón
de ello es que los mencionados campos parecen poseer existen-
cia real y generar, en parte, diversos fenómenos de psicología co-
lectiva. Pero dichos fenómenos colectivos CAUSADOS por cam-
pos de magnetismo animal o humano nada tienen que ver con
la “vinculación carismática” manifestada a los hombres en virtud
de una Mística.

Para la Sabiduría Hiperbórea no existe el hecho de la masa de


hombres (VIRYAS), ni aun en plena muchedumbre. Siempre, so-
los o reunidos, cercanos o lejanos, los VIRYAS permanecen UNO
en el misterio de la sangre y si algún lazo existe entre ellos, éste
es el de la AUREA CATENA (el cordón dorado, sincromático, no
causal, del eterno retorno) que liga, fuera del determinismo ma-
terial del universo, a la raza divina de CRISTO-LUCIFER. Por ello la
“vinculación carismática” es trascendente e individual, hombre
por hombre, VIRYA POR VIRYA, y si involucra a un número de
Nimrod de Rosario 33

hombres en el marco de la Mística, estos no deben ser conside-


rados de ningún modo masa o muchedumbre. Sin embargo, la
Sabiduría Hiperbórea acepta que en animales o animales-hom-
bre (pasú) ocurren fenómenos de campo de fuerza debido a la
unidad genética de todo lo existente dentro del continuo espacio
tiempo en que se manifiesta la acción ordenadora de Jehová-Sa-
tanás (el Demiurgo de la materia).

En el inciso VI daremos una sintética visión de la cosmogonía


hiperbórea que aclarará este último concepto.

Lo importante es comprender ahora que en tanto se conside-


re a las masas o muchedumbres desde el punto de vista cuanti-
tativo y causal, sujetos a fenómenos psicológicos de campo de
fuerza o magnético, estamos cometiendo un grueso error desde
la perspectiva hiperbórea y corriendo un riesgo esotérico por
cuanto las “fuerzas colectivas” que actúan en las poblaciones
animales o de animales-hombres (pasú) son de neto orden sa-
tánico o demoníaco, técnicamente denominadas en ocultismo
“proyecciones arquetípicas en la luz astral” o egrégoros, es decir
arquetipos colectivos vitalizados y “liberados” fuera del hombre
y fuera de los hombres pero con capacidad para actuar sobre
los hombres. Esta errónea concepción ha tomado tal auge en
las ciencias políticas y sociales que, aún en Alemania y lo que es
peor hasta en el Partido, hay quienes no “ven” hiperbóreamente
al pueblo como el conjunto de VIRYAS que son, sino que “ven
sinárquicamente”, masa y muchedumbre.

Pero sin visión hiperbórea no puede haber comprensión de la


misión del Führer que es conducir al pueblo, como un solo VIRYA,
hacia la mutación colectiva del fin del KALY YUGA, haciendo efec-
tiva la promesa de redención de CRISTO-LUCIFER y trasmutan-
do al hombre en superhombre, al VIRYA en SIDDHA inmortal, en
un despertar colectivo que sin embargo será personal y secreto,
porque se dará en los 7 cielos y más allá del cielo, para cada uno.

La visión sinárquica del hombre masa en cambio brinda una


idea de rebaño que sólo puede conducir a una concepción co-
34 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

lectivista de la sociedad y del estado, tal como ocurre con los


socialistas y marxistas o a una democracia liberal en donde el
estado, controlado por oligarquías políticas y mafias económicas,
se asienta en las masas sufragistas, cuyas mayorías no ejercen
ningún control real sobre su destino histórico y son simplemente
reducidas a “clases” sometidas.

La visión hiperbórea nos lleva a la liberación del orden causal,


a la elevación del hombre desde lo colectivo en que se halla in-
merso y a su individuación definitiva, reintegrándose al sí-mismo
(self). Es el fin del Kaly Yuga o Edad Oscura.

La visión sinárquica significa continuar con el orden causal, su-


jetos a la ley de evolución y a las pautas del progreso material en
que se fundamenta la civilización occidental. Significa la inmer-
sión cada vez mayor del individuo en lo colectivo, marchando
la historia hacia una sociedad futura mecánicamente compleja
en la que el hombre desaparecerá como tal en una atrofia me-
tafísica de su yo, objetivo indispensable para cumplir el fin de
la visión sinárquica que es el Gobierno Mundial. Pero en este
supergobierno imperará el orden de la colmena: un gigantesco
hormiguero mundial regido por una jerarquía endógama proba-
blemente hebraica. ¿El Dios mundial?: Yahveh-Satanás.

Las dos ideas que mencionamos en las consideraciones ini-


ciales de este inciso están relacionadas con las dos visiones que
acabamos de exponer. La Mística Hiperbórea solo puede com-
prenderse con la visión hiperbórea. La psicología de masas que
revisaremos a continuación es producto de una visión sinárquica
de la sociedad humana y de la historia. Pero la Estrategia Psico-
social exige el uso de una Mística para obtener la “vinculación
carismática” entre los VIRYAS lo que permitirá su conducción y
control por parte del líder o führer. La psicología de masas pre-
tende algo parecido al postular que en una “muchedumbre orga-
nizada” se forma una “conciencia colectiva” que puede ser con-
ducida y controlada por un líder. Y esta concepción sinárquica
de la “conciencia colectiva” es la causa de la gran confusión que
Nimrod de Rosario 35

suscita el tema de la Mística al que resulta casi imposible com-


prender hiperbóreamente sin desechar tales hipótesis de campo
de fuerza o magnetismo colectivo.

Estudiaremos entonces de donde proviene la confusión para


luego confrontar ambas ideas y extraer conclusiones definitivas.

c) DEMOSTRACIÓN. - El principal elemento de confusión lo


constituye el concepto de “colectivo” que utiliza la psicología
de masas extraído, previsiblemente, del campo de la zoología.
En efecto, se puede confundir la “vinculación carismática” de la
Mística con fenómenos colectivos, propios de las poblaciones
animales, e incluso se ha desarrollado una psicología de masas y
ha surgido toda una escuela sociológica a partir de los trabajos
del francés GUSTAVO LE BON y sus discípulos que contribuye a
perpetuar este estado de confusión.

Para disipar este error demostraremos ahora la diferencia


existente entre el concepto de Mística Hiperbórea, ya expuesto
en el inciso IV, y la siguiente definición sinárquica de “muche-
dumbre organizada” que estableció la psicología a partir de ob-
servaciones empíricas.

“En el sentido ordinario, la palabra muchedumbre representa


una reunión de individuos, cualesquiera que sean también los
accidentes que los reúnan”.

“Desde el punto de vista psicológico, la expresión MUCHE-


DUMBRE toma otra significación muy distinta. En ciertas circuns-
tancias dadas, y solamente en estas circunstancias, una aglome-
ración de hombres posee caracteres nuevos muy diferentes de
los individuos que componen esa aglomeración. La personalidad
consciente se desvanece, los sentimientos y las ideas de todas
las unidades son orientados en una misma dirección. Se forma
un alma colectiva, transitoria, sin duda, pero que presenta carac-
teres muy puros. La colectividad entonces se convierte en lo que,
a falta de una expresión mejor, pudiéramos llamar UNA MUCHE-
DUMBRE ORGANIZADA, o si se prefiere así, una muchedumbre
36 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

psicológica. Entonces forma un solo ser, y se encuentra sometida


a la LEY DE LA UNIDAD MENTAL DE LAS MUCHEDUMBRES”.1

Digamos ante todo que esta idea del alma colectiva que ex-
pone GUSTAVO LE BON es antiquísima siendo un antecedente
remoto de la misma: “los genios, que los antiguos llamaban los
vigilantes del cielo o EGRÉGOROS”.2 Un egrégoro es una entidad
psíquica capaz de actuar sobre una colectividad, animal o huma-
na, siendo su existencia una realidad aceptada desde hace mile-
nios por innumerables culturas de todo el orbe. En occidente el
concepto en su versión erudita y operativa era privilegio de ma-
gos y alquimistas, y sucumbió a la desaparición de éstos por obra
de la Inquisición durante la Edad Media. El positivismo poste-
rior al Renacimiento descalificó también el término en su versión
profana haciéndolo desaparecer del lenguaje corriente. A pesar
de todo esto, la Sinarquía y todas sus escuelas teosóficas suelen
emplearlo con un sentido más o menos degradado y demoníaco.
Por ejemplo, mientras en Grecia un egrégoro era una divinidad
celeste tal como el espíritu de una estrella o de un astro o sim-
plemente un titán, en la Escolástica medieval se los equiparaba a
las causas segundas y para los cabalistas judíos eran los ENACIM
de la Biblia. En esta degradación del término llegamos al egré-
goro, “alma colectiva” o “entidad astral” que utiliza la Sinarquía
tal como podemos leer en ELIPHAS LEVI: “EGRÉGOROS. - Forma
astral generada por una colectividad”. Al respecto de las cadenas
invisibles y de la formación del ser colectivo a que el ocultismo
llama EGRÉGORO, dice G. PHANEG: “los pensamientos, la volun-
tad, el deseo, son fuerzas tan reales y tal vez mayores que la di-
namita o la electricidad. Bajo su influencia, la materia astral, que
es tan plástica, se hace compacta y toma forma”.

El hecho está probado por innumerables experiencias. Por


consiguiente, si algunas personas se reúnen en un local, emi-

(1) GUSTAVO LE BON. - PSICOLOGÍA DE LAS MULTITUDES.


MADRID 1911. DANIEL JORRO.
(2) ELIPHAS LEVI. - EL GRAN ARCANO DEL OCULTISMO REVELA-
DO - PAG. 148 - Ed. KIER - ARGENTINA 1977.
Nimrod de Rosario 37

tiendo vibraciones fuertes e idénticas, pensamientos de la mis-


ma naturaleza, un ser verdadero ganará vida y quedará animado
de una fuerza, buena o mala, según el género de pensamientos
emitidos. Al principio débil e incapaz de actividad, presto a disol-
verse si fuere abandonado a sí mismo, este ser colectivo se va
definiendo a medida que las reuniones aumentan; su forma se
vuelve cada vez más nítida y va adquiriendo posibilidad de ac-
ción mayor. ¡Calcúlese que terrible fuerza no ha de tener un ser
así al cabo de 2 000 años, como por ejemplo por el empleo de
una gran religión! ¡Qué poder no tendrá para auxiliar o castigar
a sus adeptos! Así se comprenderá que si un hechicero está solo
y la persona maleficiada forma parte de una cadena o corrien-
te cualquiera (religión, asociación esotérica, etc.), que tenga un
Egrégoro poderoso en el invisible, el hechicero pierde su tiempo
y su trabajo. En el caso contrario, si la víctima está aislada y el
maleficiante afiliado a una asociación oculta, la “víctima está casi
perdida salvo circunstancias imprevistas. Disponiendo el Egré-
goro de la energía y del saber acumulados de las personas que
lo forman, será más fuerte e inteligente que cualquiera de los
miembros en particular; él los vigila y dirige, corrigiéndolos y cas-
tigándolos, cuando tratan de desviarse de las líneas comunes”.

Hemos dicho que el egrégoro, palabra griega que significa


vigilante, expresa una idea muy antigua y ya hemos visto que
en el ocultismo sinárquico moderno posee un sentido específi-
co de entidad astral con influencia colectiva. Sin embargo, falta
aún llegar al verdadero origen de la idea que expresa la palabra
egrégoro, el cual debe buscarse en el parentesco que esta pala-
bra posee con GREGARIO, de donde procede otra idea también
antigua, la de “espíritu gregario”.

Ahora nos hallamos más cerca de la idea original y debemos


destacar dos cosas. Primero, que el “espíritu gregario” es el con-
cepto que GUSTAVO LE BON ha reelaborado, despojándolo de
esoterismo y desvinculándolo del egrégoro, bajo la denomina-
ción de “alma colectiva” en su psicología de masas. Segundo, que
la etimología de GREGARIO nos lleva a la palabra GREY (GREX),
38 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

rebaño grande de ganado, es decir a las poblaciones animales


y más particularmente a las llamadas sociedades animales. Es
sabido que, en el reino animal, al que el hombre pertenece des-
de el punto de vista biológico, algunas especies manifiestan la
tendencia a la vida en sociedad, concentrándose ésta principal-
mente gracias a la posibilidad que poseen los miembros de la
especie animal considerada, de comunicarse entre sí, es decir
de provocar y recibir estímulos de distinto tipo entre ellos. Dado
que las sociedades animales van desde simples agrupaciones de
miembros, asociados por motivos primarios como la “seguridad”
que da el vivir en conjunto, la estimulación mutua del “fácil”
apareamiento, el espulgue o desparasitación, etc., hasta orga-
nizaciones complejas como las sociedades de insectos donde se
practica una verdadera división del trabajo en base a miembros
de la especie altamente diferenciados; no conviene encararse el
estudio de las sociedades humanas pasando por alto las innume-
rables referencias al comportamiento colectivo animal obtenido
por la ciencia a partir de observaciones rigurosas. Afirmamos
esto porque siendo el hombre (pasú) un estudio superior en la
escala de las especies del reino animal, subyace en su conducta
como ser social un sustrato de motivaciones primitivas fácilmen-
te equiparables a las que presentan las conductas de otras espe-
cies sociales inferiores.

Esto se hace patente en cuanto al fenómeno del gregarismo


que estamos considerando cuyas manifestaciones típicas en la
conducta animal pueden detectarse casi invariablemente en la
conducta humana, siendo ya lugar común el hablar de gregaris-
mo como: “ZOOL. - Tendencia o inclinación de ciertos animales a
vivir en sociedad con sus congéneres” y también como: “Ejército
gregario. - Tendencia, por falta de ideas propias a seguir dócil-
mente las opiniones de la mayoría”3según una conocida enciclo-
pedia.

(3) NEOFONS. - DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO SOPENA - ARTI-


CULO: GREGARISMO.
Nimrod de Rosario 39

Se ve, pues, que una misma palabra, gregarismo, designa un


fenómeno a la vez animal y humano.

En las sociedades animales suelen presentarse fenómenos


“superiores” de gregarismo que han resistido todos los inten-
tos de interpretación racional. Estos son los que involucran una
“respuesta” colectiva instantánea a ciertos estímulos exteriores
percibidos por uno de los miembros de la grey (rebaño, manada,
bandada, banco, cardumen, etc.) y que guardan especial relación
con fenómenos colectivos de las muchedumbres humanas del
tipo de la psicosis colectiva o de la historia colectiva.

Estas formas superiores de gregarismo son las que en la anti-


güedad se justificaban por la existencia de un egrégoro, alma co-
lectiva o grupal, que “dirigía” la población animal. En las teorías
de “evolución espiritual” difundidas por la Sinarquía a través de
la Teosofía, Filosofía, Rosacruz, Antroposofía, Martinismo, Maso-
nería, etc., se habla de que el reino animal evoluciona de acuer-
do a planes grupales, guiados por devas u otros espíritus de la
naturaleza de manera que efectivamente todos los animales de
una manada, por ejemplo, son una sola entidad espiritual o alma
grupal. El hombre, en estas teorías al haber evolucionado desde
los reinos inferiores (elemental, mineral, vegetal y animal) se “in-
dividualiza” pasando de este modo a poseer una única entidad
espiritual. Volveremos sobre esta teoría en el inciso VI al estudiar
sintéticamente la cosmogonía hiperbórea.

Digamos por ahora que la “conducta instintiva” con que la


ciencia moderna pretende justificar los fenómenos más incom-
prensibles de gregarismo, no alcanza a justificar el funcionamien-
to orgánico de, por ejemplo, un hormiguero de una colmena,
donde parece más propio hablar del “espíritu del hormiguero”
que de la conducta individual instintiva de las hormigas (o abe-
jas).

Dice el biólogo V.D. CARTHY: “cuando una bandada alza vuelo,


gira, da vueltas en el aire y vuelve a posarse en el suelo, pare-
ce, a menudo como si las aves ya no fueran individuos, sino sim-
40 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

plemente piezas de una gran máquina” ...y más adelante dice:


“Del mismo modo que una bandada de aves gira y da vueltas
en conjunto, lo mismo ocurre con un banco de peces. Es algo im-
presionante ver un banco de arenques cambiar súbitamente de
dirección. Los peces en un momento determinado están nadando
en una dirección, luego, en una fracción de segundo, todos giran
en ángulo agudo a la izquierda o a la derecha, conservando una
formación perfecta”.4

Para éstos y otros fenómenos semejantes de gregarismo ani-


mal, la ciencia no posee respuestas satisfactorias como no sea
recurrir al antiquísimo concepto del egrégoro. Es lo que hace LO-
VIS CHARPENTIER en una extensa página que puede servir como
resumen de todo lo expuesto: “Un animal solo, solitario, es un in-
dividuo que tiene sus cualidades propias, cualesquiera que sean”.

Cuando los animales se agrupan y forman una horda, manada


o clan, se produce el fenómeno denominado “gregarismo” y que
parece puramente instintivo. Se crea una entidad “rebaño”, “hor-
da” o “clan” que integra a cada animal como una célula de esta
nueva entidad. La manada reacciona como manada, y no por
cada uno de los individuos aislados. No existe ya el miedo de los
animales, la cólera de los animales, sino el miedo y la cólera de la
manada. El instinto gregario aventaja al individual. Los hindúes
dicen que se desarrolla una “alma-clan” y los ocultistas, un “egré-
goro”. La palabra es, desde luego, más erudita, pero equivale a lo
mismo y expresa la formación de la entidad “clan”.

Ahora bien, el fenómeno es constante y constantemente ob-


servable; ese “egrégoro”, esa “alma-clan”, se concentra sobre
uno de los individuos de la manada o rebaño, o sea sobre aquél
a quien llamamos su “conductor”. Diríase que converge en él, el
instinto de la manada, así como el pensamiento de ésta; él susci-
ta los actos de la manada.

(4) J.D. CARTHY - LA CONDUCTA DE LOS ANIMALES


SALVAT - ESPAÑA. 1970 - PAG. 59.
Nimrod de Rosario 41

“El fenómeno es demasiado constante para que no respon-


da a una ley biológica, y está fuera de duda que ese gregarismo
se crea sin que lo proponga cada individuo. El proceso guarda
cierta analogía con las leyes de la gravitación; una agrupación
de corpúsculos crea un cuerpo que posee una unidad, un centro
de gravedad y cualidades distintas de las de los componentes.
Asimismo, la manada o rebaño tiene una personalidad, un poder
distinto del de sus componentes. Y el “conductor” tiene una per-
sonalidad distinta de la que tenía como individuo solitario y que
pierde cuando vuelve a encontrarse solo”.

“El instinto gregario existe tanto en los hombres como en los


animales, pero con algunas diferencias sensibles. Puede obrar de
manera inconsciente, pero también ser desarrollado voluntaria-
mente, como fue el caso de los concejos de la Edad Media y de las
hermandades profesionales. Esto se observa todavía, de modo
más fugaz pero no menos fehaciente, en los equipos deportivos.
Así se dice a veces que un equipo de rugby, por ejemplo, está
“en estado de gracia” cuando todos los movimientos sumamente
complejos, de este juego, se coordinan de manera armoniosa,
como si una inteligencia superior distribuyera las posiciones de
los jugadores a fin de obtener la mayor eficacia posible para un
“movimiento” que VA A VENIR. Es que el “egrégoro” ha sido for-
mado, y este tiene más inteligencia del juego que cada uno de los
jugadores (aunque cada cual tenga, sobre todo, la inteligencia de
su juego propio). En principio, este “egrégoro” VIVE en el capitán
o en cualquier otro jugador, que puede muy bien no darse cuenta
de ello, pero que “dirige” sin tener ni siquiera que mandar”.

“Triunfar voluntariamente exige sin duda, a la vez, mucho or-


gullo y mucha humildad”.

“Vayamos más lejos. En lugar de una asamblea de hombres


corrientes, tomemos una de sabios que QUIEREN realizar ese
“egrégoro”. Es poco más o menos lo que se llama ahora, según
creo, “equipo científico”. Y es sabido que los resultados que al-
canzan tales equipos son muy superiores a los conseguidos por la
42 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

suma de los individuos tomados por separado (en el supuesto de


que el equipo haya sido plenamente realizado).

“Vayamos más lejos aún. Tomemos una asamblea de “ma-


gos” que hayan superado la fase de sabio para alcanzar la de
“sabedor”, la del conocedor, la del iniciado. En una palabra, de
aquel que se encuentra, a título personal y consciente, en “es-
tado de gracia”. Tales “magos” se hallarán en condiciones, una
vez superada toda vanidad humana, de crear un “egrégoro” de
una cualidad que, como para la manada, superará la suma de las
cualidades y posibilidades de cada participante; cualidades y po-
sibilidades que se fijarán en uno de ellos, el cual será en sentido
propio, “poseído” por ese espíritu y que hará, para el pueblo, el
papel de profeta, santo o dios.”5

Todo lo que hemos expuesto hasta ahora es suficiente para


demostrar que cuando GUSTAVO LE BON dice, en el párrafo ci-
tado al comienzo del inciso, que en una “muchedumbre organi-
zada” se forma “un alma colectiva”, está hablando de la antigua
idea del egrégoro. Pero si aún nos quedase alguna duda, veamos
a qué se refiere LE BON cuando dice que en una “muchedum-
bre organizada” o “muchedumbre psicológica” se da una “ley
psicológica de la unidad mental de las muchedumbres”. Esta ley
la desarrolla así: “Entre los caracteres psicológicos de las mu-
chedumbres, hay algunos que son comunes con el del individuo
aislado; otros, por el contrario, le son absolutamente especiales,
y no se encuentran sino en las colectividades. Estos son los que
vamos a estudiar demostrando su importancia. El hecho más
admirable que presenta una muchedumbre psicológica, es el si-
guiente: cualesquiera que sean los individuos que la componen,
y por semejantes o desemejantes que sean su género de vida, sus
ocupaciones, su carácter y su inteligencia, por el solo hecho de
transformarse en muchedumbre, poseen una clase de alma co-
lectiva que los hace pensar, sentir y obrar de una manera comple-
tamente diferente a aquella de como pensaría, sentiría u obraría

(5) LUIS CHARPENTIER - LOS GIGANTES Y EL MISTERIO DE LOS


ORÍGENES - PAG. 117 - PLAZA Y JANES.
Nimrod de Rosario 43

cada uno de ellos aisladamente. Emiten ideas, sentimientos que


no se producen o no se transforman en actos, sino en individuos
constituidos en muchedumbre. La muchedumbre psicológica es
un ser provisional formado de elementos heterogéneos que por
un instante se unen, como las células que constituyen un cuerpo
vivo, forman por su reunión un ser nuevo que manifiesta caracte-
res muy diferentes poseídos por cada una de esas células”.6

Comprobamos que la antiquísima idea del egrégoro o alma


colectiva y la más moderna pero afín idea del “gregarismo”, se
hallan psicologizadas y expuestas de modo “moderno” o pseu-
docientífico en la tesis de Le Bon sobre psicología de las muche-
dumbres.

Hagamos una aclaración doctrinaria.

Nuestra posición es que no deben desecharse los elementos


que presenta la ciencia empírica para conocer e interpretar el
mundo, especialmente si esta ciencia permite extraer algún tipo
de praxis tecnológica que contribuya a mejorar la miserable con-
dición del hombre, es decir, si aporta impulso técnico o cultu-
ral a la civilización. Pero cuando se trata de reinterpretar ideas
antiguas que han sido mucho mejor formuladas en un tiempo
por quienes las concibieron, pero que en razón de intereses es-
púreos se pretende presentar como “nuevas” disfrazándolas de
lenguaje científico o académico, nos encontramos en presencia
de un auténtico atentado a la cultura o de una conspiración oscu-
rantista. Es lo que ocurre hoy con toda esta “corriente filosófica
de Oriente” que fomenta la Sinarquía a través de sus incontables
escuelas y movimientos, con su “ocultismo” y sus “cosmogonías
teosóficas” racionalistas o ateas. No pretendemos con esto til-
dar a GUSTAVO LE BON de agente sinarca, pero lo cierto es que
su obra refleja la “tendencia” de la época: toma ideas antiguas,
de origen esotérico según vimos, y las presenta como “nuevas”
u “originales” en un lenguaje psicológico y racionalista que los
“acerca” a la mentalidad mediocre y amoral del “público” en for-

(6) GUSTAVO LE BON - OB. CIT. PAG. 31


44 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

ma de “manual de consulta”.

En esta actitud, interesada o irresponsable, radica el peligro


del “mal uso” que podría hacerse de conocimientos que durante
milenios la prudencia aconsejó ocultar justamente al “público”
que hoy recibe su “revelación”. No se crea que exageramos pues
de la obra de GUSTAVO LE BON y escuelas afines se han nutrido
numerosos núcleos de investigación sinárquica que han logrado
resultados tan “benéficos” para la humanidad como las “tácticas
de acción psicológica”, las “técnicas de propaganda amarilla”, las
“técnicas de sugestión hipnótica colectiva”, etc. Un ejemplo ilus-
trativo de ello son las llamadas “ciencias de la comunicación”, eu-
femismo que encubre la investigación de disciplinas destinadas a
desarrollar “técnicas de penetración de mensajes” con fines de
venta y promoción, es decir lo que hoy llamamos vulgarmente
“publicidad”. Estas “técnicas” de la psicología social tienen el fin
declarado de “inducir” inconscientemente al hombre “receptor
del mensaje” a comprar, votar o realizar actos que no haría segu-
ramente librado a su albedrío.

Piénsese en esta visión sinárquica del hombre des-espirituali-


zado, convertido en “sujeto consumidor”, en hombre masa “pro-
gramado” psicológicamente para “responder” a los mensajes de
la publicidad o a los egrégoros que digita el “ocultismo” teosofis-
ta y se tendrá una idea de lo que es el satanismo. Piénsese tam-
bién en la visión hiperbórea del hombre libre y uno en la bús-
queda del sí-mismo y de Dios, pero unido carismáticamente con
la raza (en el misterio de la sangre y de la inmortalidad) y se ten-
drá una idea de lo que es el cristianismo luciférico. Seguramente
de la reflexión sobre ambas concepciones del hombre, el lector
concluirá correctamente que la confrontación es inevitable y que
incluso debe apurarla. Y en ello le asistirá la razón, pues esa es
justamente la gran lección que nos ha dado el Führer al proponer
la guerra total contra la Sinarquía y disponer de una Estrategia
General, mágica, hiperbórea, que garantiza el éxito final. Porque
en esta guerra, la Sinarquía será derrotada y su derrota marcará
el fin del Kaly Yuga.
Nimrod de Rosario 45

Hecha esta aclaración digamos algo en favor de Le Bon. A pe-


sar de la confusión que fomenta para la visión hiperbórea su obra
en conjunto, auténtico manual sinárquico, hay un mérito notable
en una parte de ella, la cual es su afirmación certera, años antes
que el Dr. Jung expusiera su teoría del “inconsciente colectivo”,
de que las causas de los fenómenos psicológicos de las muche-
dumbres debían buscarse en el inconsciente. A este respecto ci-
tamos un trozo revelador: “Es fácil comprobar el hecho de que el
individuo en muchedumbre difiere del individuo aislado; pero es
menos fácil descubrir las causas de esta diferencia”.

“Para llegar siquiera a entrever sus causas es preciso recor-


dar previamente esta comprobación de la psicología moderna,
a saber: que no solamente en la vida orgánica juegan un papel
completamente preponderante los fenómenos inconscientes,
sino también en el funcionamiento de la inteligencia. La vida
consciente del espíritu no es sino una débil parte de la vida total
de éste, junto a su vida inconsciente. El analista más sutil y escru-
puloso, el observador más profundo, apenas llega a descubrir un
pequeño número de los móviles inconscientes que lo impulsan.
Nuestros mismos actos conscientes, derivan de un SUSTRATUM,
encierran innumerables residuos de antepasados que constitu-
yen el alma de la raza. Tras de las causas confesadas de nuestros
actos, hay, sin duda, causas secretas no confesadas por nosotros,
y aún hay muchas de esas causas secretas ignoradas por noso-
tros mismos. La mayor parte de nuestras acciones más frecuen-
tes, no son sino el efecto de móviles ocultos que escapan a la
propia observación”.

“Estos elementos inconscientes, que forman el alma de una


raza, son principalmente el lazo de SEMEJANZA de todos los indi-
viduos; y, por el contrario, aquellos elementos conscientes, frutos
de la educación, pero sobre todo de una herencia excepcional,
son principalmente los que los hacen definir. Los hombres más
semejantes por su inteligencia tienen instintos, pasiones, senti-
mientos parecidos: religión, política, moral, afectos, antipatías,
etc.; los hombres más eminentes no pasan sino muy raramente
46 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

el nivel de los individuos comunes. Entre un gran matemático y


su zapatero puede existir un abismo desde el punto de vista inte-
lectual; pero desde el punto de vista del carácter, la diferencia es
muy frecuentemente nula o muy débil”.

“Estas cualidades generales del carácter, regidas por lo incons-


ciente, y que la mayor parte de los individuos normales de una
raza poseen casi en el mismo grado que las muchedumbres, son
precisamente, las que se manifiestan en común. Las aptitudes
intelectuales de los individuos, y por consecuencia su individuali-
dad, se borran en el alma colectiva. Lo heterogéneo se anega en
lo homogéneo, y dominan las cualidades inconscientes”.7

d) CONCLUSIÓN: PRIMERA LEY DE LA ESTRATEGIA PSICOSO-


CIAL. - Se ha demostrado claramente la existencia de dos ideas
antiquísimas, una expresada por la Mística Hiperbórea y la otra
por la psicología de las muchedumbres de GUSTAVO LE BON y
escuelas similares. Hemos afirmado también que la primera idea
se fundamenta en una manera de pensar que llamamos “visión
hiperbórea” y que la segunda idea, si bien es parte de una ver-
dad mayor, sirve de fundamento a otro modo de pensar llamado
“visión sinárquica” presente en la psicología de las muchedum-
bres y en su interpretación de los fenómenos sociales.

Como nuestra intención no es realizar una oposición dialéc-


tica, entre ambas ideas para obtener la SÍNTESIS de las conclu-
siones, dado que esta actitud racionalista sería el peor método
de “saber” desde el punto de vista de la Sabiduría Hiperbórea,
expondremos las conclusiones de manera afirmativa y luego, en
el inciso VI, las apoyaremos doctrinariamente.

Consideremos primero una afirmación: “La Mística Hiperbó-


rea no es una TEORÍA que sirve para REEMPLAZAR a la psicología
de las muchedumbres”.

Se deben considerar las dos ideas como de DISTINTO ORDEN,


no opuestas ni excluyentes sino enlazadas jerárquicamente en-
(7) GUSTAVO LE BON - OB. CIT. PAG. 33
Nimrod de Rosario 47

tre sí, en el ámbito de esa ilusión que llamamos mundo real. Esto
significa que las mencionadas ideas pueden relacionarse análo-
gamente a como enlazamos jerárquicamente tres clases de seres
humanos, los animales-hombres o pasú, los hombres o viryas y
los superhombres o viryas a quienes conocemos también como
Siddhas inmortales o divinos hiperbóreos. Debemos considerar,
entonces, el enlace jerárquico entre Siddhas, viryas y pasú, cues-
tión que requiere el dominio previo de ciertos conceptos de la
Sabiduría Hiperbórea que trataremos de resumir a continuación
en dieciocho comentarios.

1.- Los Siddhas, viryas y pasú; los tres, poseen cuerpo físi-
co biológico en el ámbito real y concreto del universo material
(aclaración que hacemos porque los Siddhas poseen la posibi-
lidad de existir también, sin cuerpo físico biológico, fuera del
universo material, posibilidad que no interesa considerar por el
momento; por otra parte, al hablar de viryas o Siddhas nos refe-
rimos a los inmortales hiperbóreos, acepción que no debe olvi-
darse pues las mismas palabras sánscritas se utilizan en la India y
el Tíbet para designar a yoguis o gurúes adeptos a la Sinarquía).

2.- En un sentido biológico, al menos, los tres tipos humanos


son análogos, pudiéndose considerar elementalmente la dife-
rencia entre ellos del modo siguiente: el Siddha posee un centro
denominado VRIL (es lo que a veces se ha llamado ESPÍRITU, di-
ferente del ALMA, aunque no siempre se habla de lo mismo al
usar la palabra espíritu).

3.- El virya ha PERDIDO el Vril por la impureza de sangre, pero


puede recuperarlo experimentando el recuerdo contenido de la
MINNE.

4.- El pasú jamás ha poseído el Vril y es imposible que pueda


obtenerlo a menos que logre “mezclar su sangre” con un Siddha
inmortal.

5.- El Siddha es PURO desde el punto de vista de la sangre, lo


que significa que como ser humano es un “hombre despierto” a
48 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

la realidad exterior del universo material de Yahveh-Satanás.

6.- El Siddha es dueño del TIEMPO y si permanece SITUADO


en este universo material es por voluntad propia y solo mientras
también permanezca aquí CRISTO-LUCIFER, es decir hasta que se
cumpla el MISTERIO DE LA REDENCIÓN HIPERBÓREA, conocido
también como RETORNO AL ORIGEN DORADO. Pero esta ESPERA
no TRANSCURRE pues la posesión del Vril hace que el Siddha sea
inmortal como ser humano, no estando sujeto en absoluto a nin-
guna ley evolucionista ni a ningún determinismo. El Vril implica
vivir una TEMPORALIDAD PROPIA no interferible con el tiempo
del mundo fenoménico en el que moran el virya y el pasú. En
SU TIEMPO los Siddhas viven en colectividad, sincronísticamente
entre ellos, y forman parte importante en la raza hiperbórea.

7.- Los viryas pueden “saber” - gnósticamente - de los Siddhas


gracias a la Minne, pero muchos de ellos al pasar el “recuerdo de
sangre” por la red de la razón, en la imposibilidad de compren-
der la inmortalidad de los Siddhas, han concluido erróneamente
en que los mismos se DESPLAZAN CIRCULARMENTE con respecto
a ellos, tanto en el espacio (es decir en la geografía, por la confu-
sión originada al intentar situar el centro hiperbóreo, THULE, en
algún lugar del mapa, y comprobar que ha estado, o está, en mu-
chas partes a la vez) como en el tiempo (es decir en la historia,
por la confusión originada al comprobar que las intervenciones
de los Siddhas, así como las circunstancias históricas que moti-
varon estas intervenciones, como los Siddhas mismos, se repiten
análogamente, y empeñarse tercamente en buscarle una “ley
cíclica” al devenir).

Esta percepción errónea ha dado lugar a la idea del eterno re-


torno, idea que se aplica para interpretar tanto a la historia como
al destino individual del hombre. Pero hay nuevamente aquí una
equívoca comprensión del tiempo, lo que es motivo también de
otras innumerables confusiones. Digamos por ahora que es la
sangre del virya, su Minee, la que se haya sujeta a una ley circular
de eterno retorno, pero esto es solo una imagen muy aproxima-
Nimrod de Rosario 49

da de una verdad que trataremos en el inciso VI.

8.- Los viryas son un parte PERDIDA de la raza Hiperbórea,


pero es posible que puedan REGRESAR al seno de la misma, in-
dividual o colectivamente (en sentido sincronístico esta palabra),
por intermedio de la aplicación de una de las 7 vías secretas.

9.- Pasar de Virya a Siddha no consiste en una superación o en


un ascenso espiritual que es una idea moral basada en el concep-
to de “pecado y caída” o en el de “evolución”. Para la Sabiduría
Hiperbórea no existe el “pecado” ni la “culpa”, sino la SITUACIÓN
del virya. El virya no ha “caído”, SE HA EXTRAVIADO (dormido si
se quiere) al perder el Vril y su estado espiritual es más bien de
CONFUSIÓN que de “culpa”.

10.- Siendo un contenido gnóstico de la sangre el único recur-


so con que cuenta el virya para recuperar el Vril y mutarse en Si-
ddha, se comprende que la “impureza” de sangre es su principal
obstáculo. Esta impureza, de origen genético, responsable de la
confusión gnóstica que significa ignorar la Minne, se incrementa
al incorporar sangre del pasú a la propia herencia cromosomáti-
ca de manera tal que tras un prolongado proceso de mestizaje
puede llegarse a perder toda posibilidad de mutación y retorno.

11.- El Virya y el pasú, como el Siddha, poseen cuerpo físico


biológico, pero sujeto al orden espacio-temporal del Universo
material. Cuando el estado de confusión es muy grande en poco
se diferencia el virya del pasú, dado que las TENDENCIAS ANIMA-
LES -lineales- de éste predominan por sobre el linaje hiperbóreo
que representa la Minne sanguínea. Pero cuando en el virya pre-
domina la herencia hiperbórea, la ley evolutiva que rige el enca-
denamiento material sigue la forma circular del eterno retorno.

12.- El pasú es la cepa básica del hombre. Su definición cua-


litativa elemental es la de un “animal evolutivo provisto de un
mecanismo de conducta lógico racional localizado en el sistema
cerebro-espinal y de un ALMA o mecanismo de conducta emo-
cional superior localizado, en parte, en el sistema nervioso o
50 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

bioeléctrico”.

13.- El pasú es absolutamente colectivo, temporal y mortal.


Padece una ilusión de existencia individual y “cree” sobrevivir
a la muerte, pero en realidad NO EXISTE más que como repre-
sentación concreta de arquetipos creados por Yahveh-SATANÁS
y proyectados por Su Voluntad en el orden material de la mani-
festación panteísta. Allí es sujeto de una ley de evolución lineal
que lo lleva a “progresar” y ascender de “reino en reino” y de
escala en escala, como bien les enseña la Sinarquía, en una alu-
cinante carrera que lo conduce inexorablemente, luego de enor-
mes “sacrificios” y tras larguísimo tiempo, a descubrir a “Dios”
(Yahveh-SATANÁS) en “todas las cosas” y adorarlo. Esta ilusión
concluye con la fagocitación del pasú en la conciencia colectiva
del Demiurgo, experiencia nihilista que los pasú denominan NIR-
VANA o SAMADHI.

14.- La denominada TENDENCIA ANIMAL DEL PASÚ es, en-


tonces, la ley de evolución lineal de la naturaleza panteísta del
Demiurgo, encadenada temporalmente con la voluntad de Yah-
veh-SATANÁS, cuestión que retomaremos en el inciso VI.

15.- Por último, notemos que el cuerpo físico-biológico del


pasú es, literalmente, el de un animal antropomorfo, solo dife-
rente al del virya o Siddha en el sistema circulatorio-linfático,
pero esta diferencia no es verificable por medio de la observa-
ción concreta y directa, sino por medio de una de las 7 vías se-
cretas.

16.- El alma colectiva o egrégoro, fenómeno propio de las po-


blaciones animales, es una ley psíquica colectiva PROPIA DE LOS
PASÚ O ANIMALES HOMBRES.

17.- La Mística Hiperbórea es la ley formal que vincula a los


Siddhas, es decir a los superhombres inmortales o divinos hiper-
bóreos, cuya pureza significa la posesión del Vril, naturaleza ex-
tra-universal o ESPÍRITU INCREADO.
Nimrod de Rosario 51

18.- El virya está entre ambos. Participa tanto de la naturaleza


divina, por la Minne, como de la naturaleza animal, por lo que
hay en él de pasú. Pero en esta etapa del Kaly Yuga es que las
tendencias del pasú se ven expandidas en todos los ámbitos de
la actividad humana por el tremendo impulso satánico (es decir
judaísmo) aplicado a la civilización, impulso que vemos orgáni-
camente representado en la Sinarquía, comprobamos la prolife-
ración por doquier de muchedumbres y masas psicológicas que
encajan en los patrones de conducta colectiva de Le Bon. Y estas
masas, a las que corresponde clasificar e influenciar de acuerdo
a los principios de la psicología de las muchedumbres, NO ES-
TAN COMPUESTAS POR SIMPLES PASÚ, sino que los viryas, en su
CONFUSIÓN, responden colectivamente a las tendencias anima-
les del pasú que hay en ellos.

Es por esta razón (N°18) que debe considerarse una relación


jerárquica en las dos ideas expuestas en este inciso V, tal como
afirmamos al comienzo de esta primera conclusión, análoga al
enlace jerárquico entre pasú, virya y Siddha.

Podemos presentar ahora esta relación jerárquica como una


categoría estratégica o PRIMERA LEY DE LA ESTRATEGIA PSICO-
SOCIAL: “En la conducción” colectiva de los viryas, PRIMERO
debe controlarse el alma colectiva o egrégoro y DESPUÉS, solo
después que este control se ha obtenido y asegurado, se puede
aplicar la Mística hiperbórea”.

Debe tenerse presente que (hoy) el VIRYA (cualquier virya) se


encuentra confuso de su naturaleza divina; animalizado, perdido
en el mundo demoníaco del pasú, o (tal vez) sirviendo a éstos y a
la Sinarquía, en abyecta sumisión.

Sin embargo, el virya es el OBJETO PRIMERO Y ÚLTIMO de la


Mística Hiperbórea. A ellos se dirige todo el esfuerzo de la revo-
lución nacional socialista y por ellos Alemania librará su batalla
en la Guerra Cósmica, que nadie sabe cuándo comenzó ni cuan-
do acabará. Porque en la Guerra total está la posibilidad heroica
de alcanzar la purificación y la redención para todo virya que se
52 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

COMPROMETA en el conflicto.

Habiendo tres clases de hombres (PASÚ, VIRYA y SIDDHA),


creemos necesario aclarar que para nosotros EL “HOMBRE” ES
EL VIRYA, prototipo del héroe hiperbóreo, dejando la palabra
“hombre” para denominar al pasú.

Por lo tanto, cuando decimos “hombre” debe leerse “pasú”, a


menos que se aclare lo contrario. Y cuando decimos “virya” nos
referimos al prototipo del héroe hiperbóreo de cuyo linaje todos
nosotros, los que COMBATIMOS en el bando de CRISTO-LUCIFER,
participamos.

En cuanto a las palabras cuantitativas o genéricas, como


RAZA, HUMANIDAD, PUEBLO, etc., las interpretamos siempre
en función de este criterio: La “RAZA” es primeramente “raza de
viryas”. Esta palabra, raza, puede exceder entonces el marco de
las clasificaciones raciales etnológicas clásicas pues una raza que
“abarque a todos los viryas” es una raza asentada sobre el princi-
pio universal del “recuerdo común” de la Minne, lo que significa
también la “comunidad de sangre” que vincula carismáticamen-
te a los viryas. La “raza de viryas” así concebida es una comu-
nidad de héroes hiperbóreos y de monjes guerreros, espiritual
y universal, que puede incluir entre sus miembros a viryas de
todas las razas de la clasificación étnica.

La palabra “humanidad”, que involucra a todo el género hu-


mano, es utilizada normalmente por la Sinarquía desde el pun-
to de vista del pasú. De ese modo se considera “humano”, por
ejemplo, al sentimentalismo o a la cobardía, “virtudes” del pasú
que todo virya repudia profundamente. A partir de tal concep-
to sinárquico de “humanidad” el virya resultará, naturalmente,
inhumano. Nosotros, prudentemente, tratamos de no utilizar la
palabra “humanidad” sin aclarar previamente su sentido. Por úl-
timo, la palabra pueblo y otras por el estilo deben emplearse con
una visión hiperbórea: pueblo será “pueblo de viryas”, etc.
Nimrod de Rosario 53

Repetimos lo dicho en el comentario 18: esta 1ra. Ley estra-


tégica es circunstancial del Kaly Yuga y tiene su origen en la con-
fusión que padecen los viryas semidivinos por la impureza de
sangre.

La Ley jerárquica puede exponerse también del siguiente


modo: “Al aplicar la Mística hiperbórea, en la conducción de los
viryas, pueden sucederse fenómenos gregarios de acuerdo al
grado de confusión de los mismos. En estos casos no hay posibi-
lidad segura de vinculación carismática y mutación, por lo que la
Sabiduría Hiperbórea recomienda PREVIAMENTE el control del
egrégoro mediante un arquetipo colectivo conocido y adecuado
a los planes de conducción de la Estrategia Psicosocial”.

En rigor de la verdad, esta Ley NO IMPLICA DOS OPERACIONES


como parece a primera vista, las que serían: 1° control del egré-
goro. 2° aplicación de la Mística Hiperbórea. Recordemos que lo
primero, el gregarismo, es un fenómeno de campo de fuerza y
que lo segundo, la vinculación carismática, es una experiencia
individual y trascendente, solo verificable “colectivamente” en la
sincronía de los aconteceres, lo que significa que ambos fenóme-
nos son tan intransferibles entre sí, como opuestos en su esencia
conceptual; son también las dos, ideas originales.

La descomposición del hecho “colectivo” en dos realidades


enlazadas jerárquicamente por la 1ra. Ley estratégica fue nece-
saria solo para la correcta interpretación de los fenómenos que
estamos considerando y actuar de acuerdo a la Sabiduría Hiper-
bórea. En la instrumentación de la Mística Hiperbórea, esto es
en la praxis, la Sabiduría Hiperbórea enseña que UNA SOLA OPE-
RACIÓN BASTA PARA LOGRAR EL DOBLE CONTROL DEL PASÚ Y EL
VIRYA.

Esta única operación será explicada en el inciso VII.


54 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

Representación de un Virya transmutado en Siddha inmortal.


Nimrod de Rosario 55

INCISO VI

SEGUNDA LEY DE LA

ESTRATEGIA PSICOSOCIAL O LEY CUÁNTICA

a) INTRODUCCIÓN. - En el inciso V, al deducir la Primera Ley,


hemos demostrado que la Psicología de las muchedumbres de G.
Le Bon y otras afines, basadas en la posibilidad de influir sobre
un egrégoro, es una ciencia sinárquica, solo apta para operar so-
bre los pasú y los viryas “perdidos”. No obstante, esta conclusión,
la Primera Ley afirma que se debe controlar al egrégoro ANTES
de aplicar la Mística Hiperbórea. Será necesario, entonces, do-
minar la ciencia de controlar los pasú a pesar de ser ésta una
doctrina opuesta a la Mística Hiperbórea. Debe primar, creemos,
el principio estratégico de que “es más probable la victoria final
si aprendemos a conocer tan profundamente al enemigo que po-
damos prever sus menores pensamientos”.

Salvada la posible objeción que pudiera hacerse al criterio


empleado aquí, de encarar el análisis de la Psicología de las mu-
chedumbres, diremos algo con referencia a esta Segunda Ley
que se estudiará a continuación.

La Ley Cuántica como se advierte por su nombre, que recuer-


da a la teoría de los “quanta” de Max Planck, implica definir una
psicofísica. Para ello se deben interpretar fenómenos de “campo
de fuerzas”, fenómenos a cuyo estudio la Sinarquía se ha consa-
grado durante siglos con razonables resultados, de los que dan
cuenta sus numerosas escuelas “teosóficas”. Parecerá ser crite-
rio justo, entonces, el aprovechar estos estudios “clásicos” de
la Sinarquía, expuesta desde siempre en el control de los pasú,
y emplearlos por nosotros para cumplir la Primera Ley. De otro
modo habría que desarrollar toda una ciencia que explique la
realidad de los fenómenos gregarios y que permita deducir téc-
nicas de control a partir de sus propias leyes.
56 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

Aunque produzca extrañeza, este último ha sido nuestro cri-


terio: se ha desarrollado toda una nueva ciencia, más exacta que
cualquiera que pueda poseer la Sinarquía, a partir de conceptos
milenarios de la Sabiduría Hiperbórea y modernas investigacio-
nes llevadas a cabo por la S.S. De modo que ninguna doctrina si-
nárquica será utilizada por nosotros, venga de “Oriente o de Oc-
cidente”. Como ha dicho el Führer: “la guerra contra las fuerzas
oscuras, contra los elementalwessen, es total. Nada tomaremos
ni en carácter de préstamo, del enemigo”.

Por esta férrea posición doctrinaria de la Thulegesellschaft


es que reiteramos a los camaradas S.S. de Wewellsburg que re-
nueven siempre su lucha a muerte contra la cultura sinárquica,
evolucionista y falsamente ocultista. Nada es preciso tomar de
ellos teniendo a nuestra disposición la milenaria y maravillosa
Sabiduría Hiperbórea.

b) DOS AFIRMACIONES PARA EL ANÁLISIS

A.- “Cuando el VIRYA se construye en “colectividad carismáti-


ca”, es decir cuando entre él y sus prójimos se establece la “vin-
culación carismática” en el modo de una Mística Hiperbórea: SE
ELEVA DEL MERO NIVEL HUMANO A LO SOBREHUMANO O DIVI-
NO”.

B.- “Cuando el hombre (pasú o virya perdido) se constituye


en “muchedumbre psicológica”, es decir, cuando participa de un
alma colectiva o egrégoro, DESCIENDE DEL NIVEL HUMANO AL
ANIMAL”.

c) EL LIDER S.S. DEMUESTRA LA AFIRMACIÓN “A”

Tengamos presente una advertencia previa. Debe estable-


cerse a partir de la afirmación “A” un juicio de valor que disua-
da definitivamente a los camaradas de emplear, ni siquiera por
error, la degradante praxis de la Psicología de las muchedumbres
que la sinarquía emplea y fomenta. ¡Quien no se dirige al pue-
blo (VOLK) místicamente, con una visión hiperbórea del mundo,
Nimrod de Rosario 57

inexorablemente será presa de los egrégoros demoníacos y pa-


sará a desenvolverse en el “plan” sinárquico!

Existen muchas maneras de conducir a los pueblos, pero solo


la Mística Hiperbórea garantiza su liberación de la ley evolutiva y
determinista que rige el mundo satánico de la materia. Por ello
la S.S. ha dedicado enormes esfuerzos en la formación de una
élite de dirigentes carismáticos capaz de actuar según los prin-
cipios de la Sabiduría Hiperbórea. Diremos dos palabras sobre
esta élite.

Si bien es aún demasiado pronto para juzgar los resultados


definitivos de tantos esfuerzos, podemos considerar ya un éxito
la obtención en la WAFFEN S.S. de un tipo de LIDER S.S. realmen-
te hiperbóreo.

La “materia prima”, es decir los viryas, son reclutados inicial-


mente en los Ordenburg y seleccionados como elementos de éli-
te altamente calificados para recibir la iniciación hiperbórea en
Wewellsburg. Allí, luego de una selección más rigurosa, quedan
al cuidado de instructores especiales pertenecientes al penúlti-
mo círculo de la Thulegesellschaft. El primer paso de su iniciación
es “percibir la Minne”, maravilla que se logra luego de un gran
esfuerzo de purificación. El “recuerdo de sangre” les pone, final-
mente, en condiciones de mutación y pueden así recibir la inicia-
ción, experiencia ésta, en sí, indescriptible pero que, sin embar-
go, produce una modificación permanente e irreversible en los
viryas, susceptible de ser percibida por todos y a ella nos referi-
remos. El virya, luego de la iniciación, ha trasmutado su natura-
leza inferior de pasú y es ahora un auténtico héroe hiperbóreo o
“virya re-orientado”. No es aún un Siddha, pero ya jamás cederá
a las tendencias animales del pasú. La iniciación en Wewellsburg
le ha puesto en “contacto” metafísico con Cristo-Lucifer y a partir
de esa experiencia trascendente tenderá, en el mundo, a confor-
mar un arquetipo luciférico, de héroe solar o monje guerrero.
Será un “caballero cristiano”, en un sentido mucho más profun-
do y místico que el que suele darse a esos términos. Porque ese
58 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

“entrar en contacto” es un éxtasis místico en el que el camarada


S.S. logra la individuación (self) y la conciencia del Vril. A partir
de allí es ya un “líder carismático” apto para servir al pueblo, al
Reich y al Führer.

El perfil psicológico de este tipo de Líder S.S. será considerado,


seguramente, como “poco humano” e incluso “inhumano”, pero
ello se debe a la gran pureza racial de los viryas que conforman,
como ya dijimos, un arquetipo luciférico, imitación de Cristo-Lu-
cifer. De hecho, el Líder S.S. aparece ya como “extraño” y “cruel”
en el juicio de observadores profanos. Pero estos profanos, de-
gradados y ablandados por las costumbres decadentes del Kaly
Yuga, no pueden apreciar la belleza e intrepidez APOLÍNEA del
Líder S.S. Para ello deberían poseer el ojo de Píndaro.

En realidad, la pureza racial del Líder S.S., sin las tendencias


animales del pasú, hacen de él un ser sobrehumano, verdadero
prototipo del virya liberado y trasmutado. De modo que un juicio
objetivo sobre las virtudes del Líder S.S. solo puede ser efectua-
da a partir de una “visión hiperbórea”.

Por nuestra parte, he aquí la opinión: Hemos visto al Líder


S.S. actuar carismáticamente en la muchedumbre. Su voz sonaba
enérgica e irresistible, despertando en los oyentes la reminiscen-
cia de ese recuerdo común que nos une a todos en el eterno
retorno. Y hemos visto a los viryas obedecer inmediatamente al
Líder S.S. movidos por la vinculación carismática que ellos per-
cibían íntimamente. Comprobamos así que el Líder S.S. desper-
taba en los viryas el “conocimiento del hecho de la jerarquía”
resultando que ellos, cada uno de ellos, SABÍAN que el Líder S.S.
era SUPERIOR, ANTES DE OBEDECER y, lo que es importante, no
participaban de ningún impulso gregario.

El Líder S.S. que hemos evocado se conduce de acuerdo a las


leyes de la Estrategia Psicosocial. La Primera Ley dice que, en la
conducción de muchedumbres, PRIMERO debe controlarse el
egrégoro y DESPUÉS aplicar la Mística Hiperbórea. Por lo tanto,
es necesario emprender el estudio sistemático del fenómeno
Nimrod de Rosario 59

gregario para comprender cómo controla el Líder S.S. al egrégo-


ro.

d) INVESTIGACIONES DEL INSTITUTO AHNENERBE RESPECTO


A LA AFIRMACIÓN “B”

La afirmación “B” ha sido verificada rigurosamente mediante


investigaciones realizadas por círculos de expertos del Instituto
Ahnenerbe. Estas investigaciones, que ya llevan 7 años, no po-
drían ser expuestos aquí debido a su extensión, variedad temá-
tica y complejidad metodológica, pero podemos citar algunos
experimentos que darán relieve a lo ya dicho.

En primer término, conviene destacar las investigaciones lle-


vadas a cabo en los primeros tiempos para comprobar el fenó-
meno gregario del “alma colectiva”. Con este fin se realizaron en-
tre otros, mediciones de los principales BIORRITMOS HUMANOS
en diferentes clases de muchedumbres. El muestreo se llevó a
cabo considerando la clasificación hecha por G. Le Bon:

A - MUCHEDUMBRES HETEROGÉNEAS

1° - ANÓNIMAS. - Como, por ejemplo, multitudes callejeras.

2° - NO ANÓNIMAS. - Jurados, asambleas parlamentarias, etc.

B - MUCHEDUMBRES HOMOGÉNEAS

1° - SECTAS. - Políticas, religiosas, etc.

2° - CASTAS. - Militar, sacerdotal, obrera, etc.

3° - CLASES. - Burguesa, campesina, etc.


60 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

Los resultados de las investigaciones demostraron de manera


concluyente que al producirse el fenómeno gregario se alteran
los BIORRITMOS INDIVIDUALES y aparece un BIORRITMO CO-
LECTIVO, correspondiente al alma colectiva de la muchedumbre.
En estos casos ocurre que se ENGANCHAN o sincronizan, entre
otros, los ritmos cardíacos o respiratorios de todos los partícipes
del egrégoro, resultando hasta cierto punto impresionante ver a
enormes multitudes agitarse cadenciosamente en su respiración
uniforme.

Pero esto no es todo, sino que otros ritmos bioeléctricos del


cerebro también suelen sincronizarse, como se ha comprobado,
por lo que puede afirmarse sin lugar a dudas que el gregarismo
constituye un fenómeno típico de “campo de fuerzas”, el cual
tiende a uniformar a todos los partícipes sujetándolos a leyes
colectivas.

Estos resultados pueden completarse considerando otras in-


vestigaciones realizadas para determinar el grado de “sensibili-
dad” que presenta un alma colectiva o egrégoro.

El avance dado en este sentido fue el segundo gran paso en


las investigaciones sobre la conducta colectiva pues comprobaba
la existencia del “alma colectiva”; cabía preguntarse: ¿cómo re-
acciona una muchedumbre psicológica ante distintos estímulos?

De los múltiples experimentos concebidos para impresionar


a la entidad colectiva y comprobar su capacidad de reacción,
quizás los más ilustrativos para este comentario sean aquellos
realizados en relación a la trasmisión de instrucciones de control
a las muchedumbres impartidas por “agitadores profesionales”
totalmente ajenos a la S.S. o a cualquier institución oficial.

Sabido es que un agitador ejerce una particular sugestión en


las muchedumbres llevándolas a obedecer ciegamente sus ins-
trucciones. Partiendo de este hecho se introdujeron agitadores
profesionales en ciertas muchedumbres, sometidas a observa-
ción por científicos del Instituto Ahnenerbe, comprobándose
Nimrod de Rosario 61

que en la ejecución de voces de mando o el canto de consignas


existía una reacción INSTANTÁNEA Y SIMULTÁNEA en todos los
miembros. Es decir que el estímulo acústico provocaba una re-
acción INSTANTÁNEA en todos los miembros, AUN EN AQUELLOS
QUE NO HABÍAN OÍDO LA CONSIGNA por estar demasiado ale-
jados del agitador. Algo parecido a los fenómenos gregarios que
ocurren en rebaños o bandadas de animales o al giro completo
de un banco de peces ya citado (INCISO V - párrafo c).

Estos experimentos nos han permitido comprender íntima-


mente los fenómenos gregarios y la psicología de los agitado-
res o supuestos “jefes” de muchedumbres, que en realidad no
son tales pues TODOS, agitadores y muchedumbres responden a
causas inconscientes. Las muchedumbres siguen a un jefe o agi-
tador, y éste a una “idea” que lo ha fagocitado o sea a un arque-
tipo. Así lo había comprobado también G. Le Bon pues escribió:
“El agitador ha sido, casi siempre un agitado. El mismo ha sido
hipnotizado por la “idea”, de la cual se ha convertido inmediata-
mente en apóstol. Esta idea (el egrégoro decimos nosotros) le ha
invadido hasta el punto que, todo, fuera de ella, desaparece, que
toda opinión contraria, le parece error y superstición”.

Sugerimos releer los comentarios 16, 17, 18 y 19 (INCISO V


párrafo d) pues conviene tener presente, en lo sucesivo, los con-
ceptos allí vertidos.

e) SEGUNDA LEY DE LA ESTRATEGIA PSICOSOCIAL O LEY


CUÁNTICA. - Hemos mencionado investigaciones que han arro-
jado información cuantitativa sobre los “biorritmos sincroniza-
dos” en muchedumbres psicológicas. Trataremos ahora de los
aspectos cualitativos del fenómeno. Conviene saber, en primer
término, que dichos biorritmos sincronizados (presumiblemente
la sincronización ocurre al constituirse el egrégoro o alma colec-
tiva) NO PERMANECEN CONSTANTES, es decir no conservan el
ritmo, sino que varían durante el fenómeno.

El análisis cualitativo de estas variaciones de ritmo, compro-


badas en experimentos de diversa índole, ha permitido esta-
62 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

blecer la existencia de ciertos ESTADOS sumamente ESTABLES y


repetitivos en las muchedumbres psicológicas. Por ejemplo, en
una MISMA muchedumbre los parámetros medidos en DISTIN-
TAS oportunidades, correspondientes a IDÉNTICOS ESTÍMULOS,
resultaban ser siempre iguales y repetitivos. Este y otros ejem-
plos nos permiten arribar a la siguiente conclusión: “En toda
muchedumbre psicológica, aglutinada por un fenómeno de alma
colectiva o egrégoro, la conducta colectiva se conduce de acuer-
do a una relación causal que denominamos Ley Cuántica de las
muchedumbres psicológicas”.

Esta ley se desarrolla en cinco “fases” que corresponden a los


cinco “estados” más estables de la muchedumbre psicológica. Su
formulación para el uso de la Estrategia Psicosocial es el siguien-
te:

LEY CUÁNTICA DE LAS MUCHEDUMBRES

PRIMERA FASE - GÉNESIS DEL EGRÉGORO (MAHAPASÚ)

COMPROBACIÓN: Se mide y verifica una sincronización de


biorritmos.

SEGUNDA FASE - NIVEL HUMANO DEL EGRÉGORO (PASÚ)

COMPROBACIÓN: Los biorritmos medidos corresponden a la


fisiología humana.

TERCERA FASE - NIVEL SUBHUMANO DEL EGRÉGORO (SHEI-


DIM)

COMPROBACIÓN: Los biorritmos medidos no corresponden a


la fisiología humana.

CUARTA FASE - EFECTO AVALANCHA

COMPROBACIÓN: Al descargar la energía se verifica que la


conducta colectiva sigue un patrón de conducta animal. La Ava-
lancha es análoga a la “estampida” en poblaciones animales.
Nimrod de Rosario 63

QUINTA FASE - EXTINCIÓN DEL EGRÉGORO O CLAUSURA

COMPROBACION: Descomposición de la conducta gregaria;


desconcentración de la multitud; recuperación de la conducta
individual; etc. En todos los casos se verifica la ausencia de bio-
rritmos sincronizados.

La Ley cuántica comienza a regir cuando “nace” el egrégoro:


ésta es la primera fase “génesis del egrégoro”. A partir de la 1ra
fase, pueden desarrollarse las dos fases inmediatamente poste-
riores, 2da y 3ra, y sobrevenir la clausura, 5ta fase, “después” de
arribar a cualquiera de ellas, 1ra, 2da, 3ra fase. Pero si se llega a
la 4ta fase, de avalancha, no es posible provocar la clausura sin
que previamente se produzca un efecto de DESCARGA DE ENER-
GÍA PSÍQUICA IRREVERSIBLE, en el transcurso del cual la muche-
dumbre queda “sin control” exterior al egrégoro.

Para llegar a la clausura del fenómeno o extinción del egré-


goro luego de cualquiera de las fases: 1ra, 2da, 3ra o 4ta; debe
ocurrir un completo “cambio de estado”, correspondiente a tal
fase, en la muchedumbre.

El paso de un estado a otro, desde un punto de vista “ener-


gético”, o sea de la energía psicofísica cualquier cosa que ésta
sea, se opera como “cambio de nivel” o “salto”, semejante al que
ocurre en los “cambios de estado” de la materia estudiados en
Termodinámica. Por ejemplo, el agua, de su “estado” sólido (hie-
lo) salta a los 0°C a su “estado líquido”, y de éste salta a su estado
gaseoso (vapor) a los 100°C. Pero mientras la temperatura no lle-
ga al “punto fijo”, por ejemplo, el punto de ebullición a 100°C, no
se produce el cambio de estado, ni a 99,9°C; pero ni bien alcanzó
esta temperatura, la materia cambia de estado bruscamente, en
un salto. Por otra parte, como se aprecia en el gráfico de la va-
riación de la temperatura del agua en función del tiempo, Fig. 1,
durante el cambio de estado la temperatura PERMANECE CONS-
TANTE (segmentos AB y CD). Es decir que, por ejemplo, hasta la
total evaporación del agua la temperatura permanece constante
en el “punto fijo” de 100°C.
64 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

OR
125 CAMBIO

VAP
DE
ESTADO
100
°C 75 C D

IDA
50
QU
A LI
CAMBIO
25 DE
AGU
ESTADO

0 A B
T
LO

Figura 1
HIE

-25
De análogo modo ocurre el cambio de estado psicológico,
medido en sus parámetros energéticos como ya veremos, que
expresa el cambio de fase de la Segunda Ley. Esta característica
del SALTO DE NIVEL y el hecho de que la “energía” parece emi-
tirse o trasmitirse por CUANTOS (del latín quantum = cantidad)
de energía o partículas llamadas UEVAC, ha sido el motivo de
que denomináramos “Ley cuántica de las muchedumbres” a la
Segunda Ley.

Debemos destacar que las fases 1ra, 2da, y 3ra de la ley cuán-
tica corresponden a transformaciones en las cuales se opera una
“ACUMULACIÓN DE ENERGÍA” en el egrégoro por lo que llama-
mos a estas fases “positivas”. Las fases 4ta y 5ta corresponden a
“DESCARGA DE ENERGÍA” del egrégoro y son consideradas “ne-
gativas”. Pero, se dirá: ¿qué entendemos por ACUMULACIÓN DE
ENERGÍA y DESCARGA DE ENERGÍA? Es necesario, antes de conti-
nuar con la interpretación de la Segunda Ley, responder a éstos y
otros interrogantes con algunos conceptos de psicofísica.

f) ELEMENTOS DE PSICOFÍSICA. - A partir de las investigacio-


nes correspondientes se ha llegado a la convicción de que los
fenómenos de gregarismo, propios del pasú y del virya perdido,
Nimrod de Rosario 65

deben interpretarse en el marco de una PSICOFÍSICA. Esta con-


vicción se fundamenta principalmente en el hecho de que los
fenómenos de gregarismo, así como otros fenómenos psíquicos
PARANORMALES, presentan todas las características de los fenó-
menos de la naturaleza que suelen definirse en base a los con-
ceptos fisicomatemáticos de CAMPO y ENERGÍA.

Por lo tanto, el problema estriba en saber cómo es ese “cam-


po psicofísico” y cuál es la “energía psicofísica”.

Con el fin de avanzar en estas investigaciones la S.S., por in-


termedio del INSTITUTO AHNENERBE, ha desarrollado la teoría
que aplicamos en esta disertación sobre la Estrategia Psicosocial.

En principio debemos aceptar la existencia de un GRAN CAM-


PO llamado PSICOESFERA que rodea a la Tierra y la compenetra
totalmente. En rigor debe decirse que la Tierra, así como su at-
mósfera y toda sustancia afín, se encuentran “dentro” de la psi-
coesfera, la cual existe a priori de esta ordenación de la materia
que llamamos “el mundo”.

La psicoesfera es, según la Sabiduría Hiperbórea, uno de los


“cuerpos” o “velos” del Demiurgo Jehová-Satanás y su naturale-
za metafísica se discute en el inciso VIII. Hacemos notar también
que la psicoesfera guarda relación con los conceptos panteístas
tradicionales de “alma del mundo” (ANIMA MUNDI, etc.)

Es en el “gran campo” de la psicoesfera donde debe situarse


el campo “psicofísico” de los fenómenos gregarios o psicológicos
colectivos.

En cuanto a la “energía” conviene hacer una distinción en-


tre “energía psíquica” y “energía psicofísica”. La denominación
“energía psíquica” debe conservarse para los procesos y elabo-
raciones psíquicas individuales, especialmente inconscientes, y
puede asimilarse al concepto tradicional de LIBIDO. la “energía
psicofísica” es aquella que interviene en los fenómenos colecti-
vos de gregarismo que estamos estudiando y en muchos otros,
66 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

incluida TODA ACCIÓN DE LA PSICOESFERA SOBRE EL INDIVIDUO.


La energía psicofísica, que interviene en toda interacción recí-
proca entre el hombre y la psicoesfera, es de naturaleza cuánti-
ca denominándose “cuanto de energía psicofísica” o UEVAC o la
UNIDAD DE ENERGÍA psicofísica.

Las uevac llenan totalmente la psicoesfera (lo que significa


TODO EL ESPACIO) y poseen, cada una de ellas, un PUNTO NO
COORDENABLE en el espacio de cuatro dimensiones corriente.
Estos puntos no coordenables, que se hallan en el CENTRO de
cada uevac, poseen la insólita propiedad de ser indiscernibles,
es decir iguales; con igualdad absoluta. La identidad absoluta
entre dos cosas contradice el PRINCIPIUS IDENTITATIS INDISCER-
NIBILIUM, el principio de identidad de las cosas indiscernibles
de LEIBNIZ. Este filósofo parte de la errónea creencia de que el
mundo material ha sido creado por Dios y en virtud de la perfec-
ción de éste, PERECTIO DEI, no podrían existir dos cosas iguales.
Según Leibniz, Dios no habría creado dos veces lo mismo.

La Sabiduría Hiperbórea por el contrario afirma que el mundo


material ha sido “ordenado” por el Demiurgo Jehová-Satanás y
que el principio de la “individualidad absoluta del SIDDHA fuera
de la materia”, tal como lo concebimos, exige POR OPOSICIÓN la
violación del “principium” de Leibniz. Esta cuestión y el carácter
PARADOJAL de la uevac lo trataremos en el inciso VIII. Continua-
remos mientras tanto con el concepto psicofísico de la uevac.

Decíamos que posee la uevac un punto indiscernible. Esto


quiere decir que, aunque las uevac ocupen distinto lugar en el
espacio, poseen todas un punto común para el cual no existe
la distancia entre uno y otro, pues son todos el mismo punto
(valga la paradoja). Esta propiedad permite explicar numerosos
fenómenos paranormales como, por ejemplo, la “trasmisión
instantánea” de mensajes en la TELEPATÍA pues en realidad no
hay “tiempo de tránsito” de la información, ya que NO EXISTE LA
DISTANCIA ENTRE UN PUNTO Y OTRO POR MÁS DISTANTES QUE
ESTEN (valga la paradoja).
Nimrod de Rosario 67

Adjuntamos un apéndice con toda la teoría uevac para quien


desee profundizar en este complejo tema.

Volviendo al interrogante planteado al fin del parágrafo, con-


viene dividirlo en dos preguntas a las que responderemos por
separado.

1°. ¿Qué se entiende en psicofísica por ACUMULACIÓN DE


ENERGÍA EN EL EGRÉGORO?

En las fases 1ra, 2da y 3ra de la Segunda Ley, la muchedumbre


cede energía psicofísica a la psicoesfera, la que es “acumulada”
en una entidad colectiva, egrégoro, de acuerdo a una ley de si-
metría cristalina (de la cual se derivan las leyes de la cristalogra-
fía común) por lo que desde le punto de vista de la psicofísica,
el egrégoro es rigurosamente un PSICOCRISTAL. Esta ley, como
ocurre con las asociaciones de macromoléculas en un cristal co-
mún, dice que “1+1=1 mayor” o sea que “una unidad de energía
sumada a una unidad de energía es igual a una unidad de energía
mayor”.

El egrégoro es entonces un “capacitor”, que se carga con


energía psicofísica, del cual participan todos los miembros de la
muchedumbre. Sin embargo, el egrégoro, al formar parte de la
psicoesfera, sigue una “ordenación arquetípica” que determina
su naturaleza, su forma, su patrón de conducta, etc. Trataremos
de explicarlo. El Dr. C. G. Jung afirma que los dioses y mitos son
“representaciones arquetípicas” siendo los “arquetipos” en sí un
“modelo hipotético, no intuíble, como el patrón de conducta de
la biología”.

Los arquetipos serían comunes a toda la humanidad y su na-


turaleza genética los haría trasmisibles por herencia. Es decir que
la Psicología Analítica nos circunscribe al terreno de la biología
con este “arquetipo colectivo individual” hereditario.

Al utilizar el concepto de la psicoesfera, en cambio, conside-


ramos un plano arquetípico exterior al hombre, pero común a
68 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

todos (colectivo) por las propiedades de la energía uevac, don-


de subyacen los Arquetipos de las cosas existentes en el mundo.
Distinguimos así entre “Arquetipos”, de la Psicoesfera, y “arque-
tipos”, personales.

Los Arquetipos son la clave de la “creación” de Jehová-Sata-


nás, o sea de la “ordenación del caos material” que realizó el De-
miurgo al “dar a luz” el mundo sensible. Equivalen a “ideas” del
Demiurgo, las que se “materializan” por intermedio de la unidad
de energía uevac y la fuerza irresistible de Su Voluntad que se
denomina Tiempo del Mundo. Volveremos también sobre este
concepto en el inciso VIII.

Los Arquetipos de la psicoesfera son el “soporte de cualida-


des” de las cosas existentes, siendo los arquetipos colectivos del
inconsciente meras correspondencias humanas de aquellos. El
Dr. C. G. Jung denominó PSICOID a estos Arquetipos externos.

Para completar estos conceptos diremos que el Arquetipo


Unitario, a partir del cual se estructuran todos los Arquetipos, es
la unidad uevac. La uevac están presentes en todo lo existente,
incluidos los Arquetipos de la psicoesfera. Son soporte de toda
porción ponderable de materia desde los átomos o partículas
subatómicas a organizaciones complejas como un animal o un
hombre.

Por estas propiedades de la psicoesfera, decíamos que el


egrégoro “se comporta como un capacitor, acumulando ener-
gía psicofísica de la muchedumbre”, pero “sigue una ordenación
arquetípica exterior a la muchedumbre, la que determina su
morfología, patrón de conducta, etc.” Es que, en estos casos, el
egrégoro no solo “responde a la forma” del Arquetipo, sino que
se consustancializa con el mismo, aportándole sustancia uevac y
vivificándolo. El egrégoro así constituido es “independiente” de
los arquetipos individuales de la muchedumbre y se comporta
como un Arquetipo dominante de la psicoesfera. Esta propiedad
de adquirir “vida independiente de los individuos que componen
la muchedumbre es la que explica el “cambio de conducta” que
Nimrod de Rosario 69

se observa en las muchedumbres cuando actúa sobre ellas un


egrégoro.

Se comprende así porqué ha sido un problema antiguo, pero


siempre actual y propio de líderes y conductores de pueblos, el
cómo proceder para controlar de alguna manera el alma colec-
tiva o egrégoro de las muchedumbres. Y se comprende también
que, en la mayoría de los casos, el egrégoro de los pueblos es tan
poderoso que al tornarse “independiente”, como Arquetipo do-
minante, provoca “la aparición de un conductor o jefe”, tal como
ocurre en las poblaciones animales. Este “jefe”, expresión fiel del
egrégoro o extensión de éste, asume el poder por la vía del “re-
conocimiento” colectivo sin que nadie pueda impedirlo.

Podemos afirmar que existe el medio de “operar” sobre los


Arquetipos de la psicoesfera, prueba de ello es la Estrategia Psi-
cosocial, y que, de hecho, esta operación se ha venido realizando
desde antiguo. Pero como las “técnicas” aplicadas pertenecían al
dominio de sacerdotes o iniciados y eran secretas; la incapacidad
moderna para interpretar los vestigios que poseemos de dichas
técnicas ha llevado generalmente a clasificarlas con el dudoso
mote de “magia” o “magia ritual”.

Por nuestra parte el camino seguido para arribar a tal conoci-


miento será el siguiente: la Primera Ley establece que es nece-
sario controlar primero al egrégoro y después aplicar la Mística
Hiperbórea. La interpretación de la Segunda Ley nos dirá cómo
hacerlo.

2°. ¿Qué se entiende en psicofísica por DESCARGA DE ENER-


GÍA DEL EGRÉGORO?

Ya sabemos qué significa “acumular energía” en las fases po-


sitivas 1ra, 2da y 3ra de la Segunda Ley; estudiaremos ahora la
“descarga de energía” de las fases negativas 4ta y 5ta

Hemos visto que la energía psicofísica se acumula en el Ar-


quetipo desde que se inicia el egrégoro, 1ra fase, hasta que se
70 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

produce la descarga en la 4ta fase, llamada “avalancha”. Debe-


mos aclarar ahora que esta “avalancha” no puede suceder si no
se ha llegado antes a la 3ra fase, condición ineludible de la Ley
cuántica.

Es decir que, si bien es posible “extinguir” el fenómeno lue-


go de la 1ra, 2da o 3ra fase mediante la clausura de la 5ta fase,
para producir la “avalancha” (4ta fase) es preciso haber arriba-
do previamente a la 3ra fase. Pero también dijimos que la 4ta y
la 5ta fase eran de “descarga” y las llamamos “negativas”. ¿Por
qué entonces no puede pasarse, por ejemplo, de la 2da fase a
la avalancha de la 4ta fase y sí puede pasarse de la 2da fase a la
clausura de la 5ta fase siendo que ambas son fases de descarga
de energía? Dejamos momentáneamente planteada la pregunta
para apuntar algunos elementos de juicio.

En el inciso estudiaremos al agitador pasú de muchedumbres


y al líder S.S., conductor hiperbóreo de viryas. De dicho inciso
adelantaremos un concepto que pondrá en claro la importancia
que posee esta Segunda Ley para la Estrategia Psicosocial; debe
tenerse presente que “la 4ta fase es el OBJETIVO MÁS PRECIADO
DEL AGITADOR DE MUCHEDUMBRES. ¿Por qué? Porque significa
en la práctica la MOVILIZACIÓN DIRIGIDA de la muchedumbre
hacia la consecución de un fin”.

Destacada la importancia de esta 4ta fase, digamos que su


principal característica radica en el “corto tiempo” del suceso.
Así como la 1ra fase “génesis del egrégoro”, es “casi instantánea”,
la 4ta fase, “avalancha”, es más veloz aún.

En cambio, las 2da y 3ra fase son progresivas y lentas; y la


5ta fase es la más lenta de todas, pudiendo ocurrir que se llega
a la desconcentración total de la muchedumbre y sin embargo
persiste el efecto del egrégoro. Aun estando muy “distanciados”
los miembros de la muchedumbre puede subsistir el fenómeno
gregario, y, como ya veremos, hay casos en que la extinción no
ocurre nunca de manera definitiva.
Nimrod de Rosario 71

Ahora responderemos a la pregunta pendiente, pero lo hare-


mos con una respuesta provisoria, pues una completa compren-
sión de la “descarga de energía en la 4ta fase” solo se logrará lue-
go de estudiar los próximos incisos. La explicación de por qué es
necesario alcanzar previamente la 3ra fase para que se produzca
la descarga en avalancha de la 4ta fase es la siguiente: “Cuan-
do una muchedumbre forma un alma colectiva o egrégoro, 1ra
fase, éste acumula energía psicofísica en un intercambio mutuo
con todos los miembros. Esta energía acumulada va “creciendo”
mientras la muchedumbre pasa por las fases 2da y 3ra Si la ener-
gía acumulada ES SUFICIENTE, y solo si es suficiente, se accede a
un UMBRAL que permite el cambio de fase de la 3ra a la 4ta y la
avalancha. Si la energía es INSUFICIENTE no se arriba al umbral y
no ocurre la avalancha de la 4ta fase, aunque puede obtenerse la
clausura, 5ta fase, y la extinción del egrégoro”.

Se puede comprender mejor este aspecto inflexible de la Se-


gunda Ley si tenemos en cuenta que la avalancha de energía ob-
tenida en la 4ta fase es un residuo en el pasú de un fenómeno
propio de las poblaciones animales conocido como ESTAMPIDA.
Justamente se debe acceder INDEFECTIBLEMENTE a la 3ra fase
porque en ella el egrégoro vitaliza un Arquetipo zoomorfo o an-
tropozoomorfo, SHEIDIM, cuyo patrón de conducta es subhuma-
no o animal y cuyos biorritmos, medidos en la muchedumbre,
presentan un VIRAJE REGRESIVO. En estas condiciones sucederá
que un ESTÍMULO determinado provoque en la muchedumbre
una REACCIÓN correspondiente a la ESTAMPIDA de los rebaños
animales; ésta será la descarga “avalancha” de la 4ta fase.

Todas estas explicaciones sobre el significado de la Segunda


Ley y sus diferentes fases se comprenderán mejor utilizando un
modelo ANALÓGICO que permita una “visualización” simbólica
del fenómeno. Es lo que haremos en el inciso VII mediante el
análisis gráfico de la Segunda Ley.
72 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

Ahnenerbe (“Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia


Ancestral Alemana”). - Fue una entidad pseudocientífica alemana constituida
formalmente por dirigentes e ideólogos del Partido Nacionalsocialista Alemán.
Orientó su actividad hacia expediciones arqueológicas, etnológicas y antropoló-
gicas tanto en países sudamericanos como Brasil y Argentina, como también en
el Tíbet y el Cáucaso.
Nimrod de Rosario 73

INCISO VII

ESTUDIO GRÁFICO DE LA SEGUNDA LEY

Para representar gráficamente la Segunda Ley hemos creído


conveniente utilizar un sistema de coordenadas cartesianas or-
togonales. Pero al interesar aquí el ASPECTO CUALITATIVO del fe-
nómeno gregario optamos por suprimir toda referencia cuantita-
tiva a las cifras y valores obtenidos en las mediciones y emplear
un CUADRANTE ANALÓGICO. Este cuadrante permitirá realizar
representaciones analógicas de la Segunda Ley muy evidentes y
aptas para comprender nuestras exposiciones.

a) - EL CUADRANTE ANALÓGICO

ψ Inciso VII
Figura 1

IV
ENERGÍA PSICOFÍSICA

III PSICOESFERA

II
I T
0 TIEMPO
74 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

En el eje (x) de abscisas hemos representado convencional-


mente el tiempo (T). Este “tiempo” debe entenderse como el
“tiempo colectivo” o tiempo del mundo, es decir el que miden
los relojes de los miembros de la muchedumbre.

El eje (y) de ordenadas nos permitirá apreciar los niveles de


energía psicofísica que alcanza el alma colectiva o egrégoro y
será denominado eje ψ (psi) con el símbolo de la unidad de ener-
gía uevac.

Se ha indicado con rectas paralelas ciertos NIVELES FIJOS de


energía que existen en la psicoesfera, pero téngase presente que
se trata de representaciones ANALÓGICAS. Ver la figura N°1.

Distinguimos cuatro “zonas” o “lugares geométricos” en el


cuadrante, marcadas I, II, III y IV, las que constituyen cuatro “pla-
nos” de la psicoesfera. Separando cada zona se halla una recta
que representa un NIVEL FIJO de energía o “nivel del plano”. Ob-
servemos atentamente la figura N°2. El primer nivel (I) es análo-
go a la conciencia individual del pasú o virya perdido.

El segundo nivel (II) corresponde al inconsciente individual del


pasú o virya perdido. Puede observarse en la figura N°2 que este
segundo nivel se halla dividido por una línea punteada. Esta lí-
nea divide el inconsciente individual en dos zonas, una más “cer-
cana” a la conciencia denominada inconsciente personal y otra,
analógicamente más “profunda”, que corresponde al inconscien-
te colectivo individual, es decir al conjunto de los arquetipos he-
redados y su “lugar” psíquico.

El tercer nivel (III) simboliza esa parte de la psicoesfera que


llamamos INCONSCIENTE COLECTIVO UNIVERSAL, es decir, un
plano psíquico que es COMÚN a todos los hombres pues se su-
perpone en la línea Estigia a los inconscientes individuales y
permite la “participación mutua” entre ambos planos. Si bien
la psicoesfera compenetra todo lo existente, es solo a través de
este tercer nivel que se realiza el “contacto” psíquico, incons-
ciente, entre el Demiurgo y el pasú. Este tercer nivel es el asien-
Nimrod de Rosario 75

ψ Inciso VII
Figura 2
NIVEL DE
Jehová-Satanás
IV CONCIENCIA
DEL DEMIURGO

γ
NIVEL FAGOCITACIÓN

Arquetipos
NIVEL DEL
Colectivos
Universales III INCONSCIENTE
COLECTIVO PSICOESFERA

β
NIVEL ESTIGIA
arquetipos heredados
Complejos de carga afectiva II NIVEL DEL INCONSCIENTE
INDIVIDUAL
α NIVEL SUBCONSCIENTE

I NIVEL DEL CONSCIENTE

T
NIVEL CONSCIENTE
INDIVIDUAL
0
to de los Arquetipos de la psicoesfera (también de la “memoria
colectiva” como ya veremos) y, naturalmente, donde MORAN
LOS EGRÉGOROS.

El cuarto nivel (IV) es parte, solo una parte para respetar la


analogía en el cuadrante, del nivel de conciencia del Demiurgo.
Es el plano de “Dios” para los pasú por lo que la percepción de
este nivel de energía es lo que se suele denominar NIRVANA.
No creemos necesario advertir la peligrosidad de ponerse en
“contacto” con el nivel IV, número de JEHOVÁ-SATANÁS, pues al
atravesar el nivel ocurre la FAGOCITACIÓN que es, en la práctica,
una SUCCIÓN formidable de ENERGÍA PSÍQUICA (PSÍQUICA NO
PSICOFÍSICA) del imprudente pasú.

Entre los niveles I y II, sobre la línea de nivel, hay una “zona os-
cura” graduada “α” (alfa) en el eje ψ. Esta zona semeja la compe-
netración que presentan los dos planos individuales, consciente
e inconsciente, en la frontera (α). Es una zona mixta denominada
subconsciente, primer estadio del “yo” durante el sueño.
76 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

Entre los niveles II y III, sobre la línea de nivel, hay otra zona
oscura, un poco mayor que α, graduada como “β” (beta) en el
eje ψ. Esta zona simboliza la compenetración que presentan los
dos planos inconscientes, el individual y el colectivo, en el pasú.
Cuando se ATRAVIESA la zona oscura β es que ocurren los fe-
nómenos parapsíquicos de precognición, telepatía, etc. También
atravesando β es que opera el egrégoro o alma colectiva.

Entre los niveles III y IV, sobre la línea de nivel, hay una zona
oscura graduada como “γ” (gamma) en el eje ψ. Es la zona de
fagocitación, por donde el Demiurgo se realimenta con su propia
creación.

b) - REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE LA SEGUNDA LEY

Comencemos con la 1ra fase: “génesis del egrégoro”.

Ver figura 3.

ψ Inciso VII
Figura 3

γ
LA ENERGÍA
ψ1 PERMANECE
B C CONSTANTE
β
α A
0 t1 PRIMERA FASE
T
Nimrod de Rosario 77

Comprobamos que el fenómeno se inicia desde el nivel sub-


consciente (α) y en un brevísimo tiempo (t ₁) queda formado el
egrégoro al alcanzar el nivel ψ₁ de energía un “estado” estable.
Se cumple así la primera fase de la ley cuántica verificándose
que, en tanto no se inicie un cambio de estado, el nivel de ener-
gía permanece estable en el tiempo.

El estado ψ₁ del egrégoro se denomina MAHAPASÚ porque


en él presenta un patrón de conducta “superior” (más “evolucio-
nado”) al del pasú como consecuencia de “activar” el Arquetipo
Universal del pasú.

Siendo “lo humano” nuestro patrón de comparación debe-


mos convenir que dicho estado es el más “elevado” al que puede
llegar un egrégoro, pues es el más cercano o inmediato al nivel
humano. Y esto es realmente así pues en las siguientes fases el
egrégoro desciende en la jerarquía arquetípica (regresión evolu-
tiva) hasta conformar una entidad animal.

Si en la representación de la primera fase, figura 3, cuando la


muchedumbre ha alcanzado el estado ψ₁, provocamos la extin-
ción del egrégoro mediante la 5ta fase de clausura, figura 4, com-
probamos que la descarga es lenta, casi tanto como el tiempo
que duró el estado mahapasú. La extinción se completa cuando
la energía de la muchedumbre psicológica llega al nivel α de con-
ciencia individual, o subconciencia, momento en que los miem-
bros “recuperan” el control personal que estaba en poder del
egrégoro.

Antes de continuar con el estudio de la 2da fase, definamos


las líneas del gráfico. Cada línea AB, BC, CD representa una varia-
ción continua de energía asociada a un cambio de estado por lo
que se denominan cada una de ellas, “transformación”; la flecha
indica el sentido de la transformación.
78 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

ψ Inciso VII
Figura 4

γ LA ENERGÍA
PERMANECE
CONSTANTE
ψ1
B C
β
α A D

0 t1 t2 t3 T
PRIMERA FASE Y CLAUSURA

El análisis matemático de funciones dice que si al crecer la


abscisa (T) aumenta el valor de la ordenada (ψ), la función es
CRECIENTE; y que si al crecer la abscisa (T) disminuye el valor
de la ordenada (ψ), la función es DECRECIENTE. Por lo tanto, la
transformación AB es “creciente”, la transformación BC es “cons-
tante” y la transformación CD es “decreciente”. La pendiente, ex-
presión de la “velocidad de variación”, es la derivada d ψ1 y su
dT
signo indica si la función es creciente o decreciente.

Por eso, porque en las funciones crecientes la pendiente es


positiva y en las decrecientes negativa, es que llamamos positi-
vas a las fases 1ra, 2da y 3ra de la ley; y negativas a las fases 4ta
y 5ta según veremos.

Consideremos la 2da fase de la ley. El egrégoro alcanza el es-


tado humano (pasú) ascendiente lentamente de nivel en la 2da
fase. Ver figura 5. Al alcanzar el nivel, el egrégoro conserva las
características humanas del pasú. Este estado es sumamente es-
table, quizás el más estable de todos y por tal razón es un tanto
difícil que se produzca el cambio de estado a la 3ra fase de la ley.
Cuando la muchedumbre alcanza la 2da fase estable, los agita-
Nimrod de Rosario 79

ψ Inciso VII
Figura 5

γ
ψ2
D
ψ1
B C
β
α A
0 t1 t2 t3 T
PRIMERA Y SEGUNDA FASE

dores suelen decir que “está dura” o “blanda”, aludiendo a la


dificultad o facilidad para alterar el muy estable segundo estado.
A partir del nivel ψ₂ puede producirse la clausura o cambiar a la
3ra fase. La extinción del egrégoro o clausura está representada
en la figura 6.

ψ Inciso VII
Figura 6

γ
ψ2
D E
ψ1
B C
β
α A F
0 t1 t2 t3 t4 t5 T
PRIMERA, SEGUNDA FASE Y CLAUSURA
80 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

Pero si a partir del nivel ψ₂, el egrégoro asimila energía para


pasar a la 3ra fase, la transformación correspondiente puede ob-
servarse en la figura 7.

ψ Inciso VII
Figura 7
IV
γ
NIVEL SHEIDIM ψ3
F
δ UMBRAL
z
UMBRAL

NIVEL PASÚ ψ2
D E III
NIVEL MAHAPASÚ ψ1
B C
β
II
α A
I
0 t1 t2 t3 t4 t5 T
PRIMERA, SEGUNDA Y TERCERA FASE

El cambio de estado ocurre rápidamente, transformación EF,


como puede apreciarse en el corto tiempo (t₅ - t₄) empleado.
El estado estable se obtiene al llegar al nivel ψ₃ en que la ener-
gía permanece constante. Conviene observar la transformación
EF en su entorno para así apreciar la influencia del umbral en el
cambio de estado. Con este fin dispondremos de un gráfico que
abarque solamente la zona III. Ver figura 8.

Para interpretar esta transformación conviene considerar el


trazo EF como puesto en dos partes EZ y ZF. Así podemos decir
que el egrégoro, que estaba estabilizado en la 2da fase de la ley,
aumenta lentamente su nivel de energía sin posibilidad de al-
canzar un nivel estable para la 3ra fase. Pero al llegar a un nivel
δ (delta), llamado nivel de umbral, se produce un brusco creci-
miento que coloca al egrégoro en el nivel constante ψ₃. La gráfica
muestra que en el codo Z varía la pendiente, o sea la velocidad
de crecimiento de la curva, presentando a partir de allí, segmen-
Nimrod de Rosario 81

ψ Inciso VII
Figura 8
FAGOCITACIÓN
γ
ψ3 F

UMBRAL UMBRAL
δ z III

ψ2
E

0 t4 t5 T
TERCERA FASE

to ZF, un trozo casi vertical que le permite adoptar un muy alto


nivel de energía psicofísica ψ₃.

El umbral es una valla que hay que sortear siempre que se


quiera acceder a la 3ra fase de la ley. Pero el NIVEL DE UMBRAL
no es siempre el mismo, varía de un egrégoro a otro y depende
de múltiples factores psicofísicos como ser: el número de miem-
bros de la muchedumbre, el nivel ψ₂, el Arquetipo dominante,
factores telúricos (que ya estudiaremos), etc.

Los únicos “puntos fijos” de la psicoesfera, si hay algo que


pueda considerarse así, son los niveles constantes (α, β, γ) y es-
tos están “rodeados” de una franja oscura. El umbral, en cambio,
puede situarse en cualquier nivel POR ENCIMA de la transforma-
ción constante DE, figura 7.

Ya sabemos que el nivel del umbral es variable pero aún no


explicamos en que se fundamenta la existencia del umbral. Lo
haremos ahora teniendo presente que se trata de uno de los
conceptos más importantes de la Estrategia Psicosocial.
82 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

El umbral es generado por una METAMORFOSIS ARQUETÍPICA


ocurrida cuando el egrégoro pasa del nivel sheidim, es decir del
nivel humano al subhumano o animal. Esto no significa un RE-
EMPLAZO de Arquetipo sino una METAMORFOSIS ARQUETÍPICA
y, de la ductilidad del Arquetipo “activado” por el egrégoro, de-
pende la CERCANÍA o LEJANÍA del umbral. Por ejemplo, en estos
motivos radica la conveniencia de utilizar no solo imágenes an-
tropomorfas para las deidades, sino también zoomorfas y en el
mejor de los casos una mezcla de ambas pues, de ese modo, se
salvan las “distancias evolutivas” que separan al pasú del simple
animal, facilitándose la metamorfosis arquetípica.

Un arquetipo así conformado (una esfinge, un minotauro,


etc.), es una poderosa clave para ACERCAR el umbral y ejercer
un gran control sobre la muchedumbre. Este, y otros muchos,
han sido secretos que siempre han permanecido celosamente
guardados por sacerdotes o iniciados que actuaban sobre la psi-
cología de los pueblos. En el inciso volveremos sobre el umbral y
su determinación.

Volviendo a la figura 7 observemos el nivel constante ψ₃,


alcanzado en esta 3ra fase de la ley, que denominamos SHEI-
DIM (mezcla de animal y hombre). El egrégoro aquí es inevita-
blemente “animal”. Esto significa que los biorritmos colectivos
“regresan a ritmos animales” y que la conducta colectiva del
egrégoro es propia del reino animal. En esas condiciones es
factible provocar la avalancha de la 4ta fase, o sea el cambio
de estado que se caracteriza por una descarga instantánea de
energía. Efecto que, hemos dicho, es un reflejo del fenómeno de
“estampida” propio de las poblaciones animales. Justamente es
necesario alcanzar el nivel ψ₃ para que el egrégoro adquiera la
conducta animal que posibilite la avalancha de la 4ta fase.

Se aprecia en la figura 9 que llevó un tiempo t₆, suma de los


tiempos anteriores, al egrégoro acumular la energía ψ₃, suma de
los niveles de energía de las fases 1ra, 2da y 3ra. Pero esta ener-
gía acumulada en el largo tiempo t₆ se descarga casi instantánea-
Nimrod de Rosario 83

ψ Inciso VII
Figura 9
IV
γ
ψ3 F G
δ UMBRAL
z
UMBRAL

ψ2
D E III
ψ1
B C H
β
II
α A I
I
0 t1 t2 t3 t4 t5 t6 t7 t8
SEGUNDA LEY COMPLETA: 1ra., 2da., 3ra., 4ta. y 5ta. FASE
T

mente en un brevísimo tiempo (t₇ - t₆) lo que explica el nombre


de “efecto avalancha” dado a la 4ta fase de la ley.

No es necesario insistir en que tal “descarga” se realiza sobre


la muchedumbre misma, expresión física del egrégoro, y que la
4ta fase significa “MUCHEDUMBRE EN MOVIMIENTO DIRIGIDO”.
Por supuesto, “dirigido” en la medida en que se hayan implanta-
do las órdenes y los fines de la movilización PREVIAMENTE, pues-
to que una vez sucede la avalancha, igual que en una estampida
animal, la muchedumbre queda sin control, librada a la “volun-
tad” del egrégoro.

Verifiquemos así, figura 9, que la 4ta fase es una “transforma-


ción” casi vertical que concluye en el nivel β, línea fronteriza en-
tre el inconsciente colectivo universal y el inconsciente colectivo
individual, sucediendo AUTOMÁTICAMENTE el cambio de estado
que la Segunda Ley considera en su 5ta fase como extensión del
egrégoro y clausura del fenómeno.

Asimismo, en la figura 9, podemos confirmar que las 1ra, 2da


y 3ra fases consisten, cada una, en dos transformaciones, una de
84 Fracción del Manual de Estrategia Psicosocial

energía variable y la otra de energía constante. En efecto la fase


1ra se representa por AB y BC; la fase 2da por CD y DE; y la fase
3ra por EF y FG.

Por el contrario, las fases de “descarga” 4ta y 5ta consisten,


cada una, en una transformación de energía variable (decrecien-
te). Puede comprobarse que la 4ta fase se representa por GH y
la 5ta fase por HI.

Ejemplo de la 4ta fase de la Ley (efecto avalancha)

Bagdad. - (11 septiembre, 2019) Al menos 31 personas murieron y más de 100


resultaron heridas en una “estampida humana” durante la tradicional peregrina-
ción anual “Ashura” a la ciudad iraquí de Kerbala, que conmemora la muerte del
Imam Hussein, nieto del profeta Mahoma, en el año 680 después de Cristo (d.C).
Nimrod de Rosario 85

LA MÍSTICA DE LAS RUNAS

El idioma germánico primitivo o teutónico ya hereda una pa-


labra “rún”, muy anterior. Si bien, su significado inmediato es “le-
tra”, para una persona de la Edad de Hierro germana, significa
mucho más. Hace relativamente poco que entendemos por “le-
tra” un simple carácter tipográfico y, aún persiste el darle como
significado el de “mensaje”, y esto casualmente, está más desa-
rrollado en la forma de pensar que implican las lenguas germáni-
cas (inglés, alemán, etc.). Etimológicamente “letra” proviene del
latín “littera”; pero no olvidemos que, entre los latinos, también
significa “carta” o “misiva” y que, con este sentido, aparece letra,
por primera vez escrita en el castellano de año 1 140 y que, aún
se conserva este sentido en la bancaria “letra de cambio”. Por
ello “rún” - del plural “rúnar” - verdaderamente indica: “Mensa-
je, misterio del saber” ...algo que conocen bien pocos iniciados
en la sabiduría superior.

El trazo rectilíneo, es el instintivo en el hombre para dejar


un “mensaje” marcado, con un material duro sobre otro menos
duro (ya que, el curvilíneo es más delicado y trabajoso de elabo-
rar). Los mensajes han de dejarse sobre materiales perdurables
e, instintivamente se comprende que el rallado es más indeleble
que el pintado. El hombre sabe que lo agudo llega a defenderlo
mejor que lo romo y porta armas aguzadas, siendo lógico que,
con estos “útiles”, escriba igualmente.

Si hay abundancia de hueso o madera, resultan (para cierta


perduración del mensaje) más fáciles de trabajar que la piedra.
En el ámbito originario de la runa, el danés, la madera es material
disponible. Pero la madera, tiene vetas que hay que “diferenciar”
para evitar “confusiones con el mensaje” y por ello, los trazados
rectilíneos se inclinan o verticalizan, evitando la horizontalidad.
86 La Mística de la Runas

Una conífera es “inútil” de marcar, disponiendo de abedules;


pero éstos, a su vez, tienen una coraza que se desprende en aros
o ritidomas horizontales, lo que “inhabilita” aún más el trazo ho-
rizontal; amén de que el árbol (en general) “disimula” mejor, al
crecer las cicatrices horizontales de su súber o corteza, por ele-
mental fisiología vegetal. Las runas, por tanto, “evitan el trazo
horizontal (así como el curvilíneo), ya que la curvada superficie
de un tronco no lo “aconseja”.

Un diestro escribiendo frente a un árbol, sobre su tronco, tie-


ne más fácil (y segura) labor, si traza de derecha a izquierda y, de
aquí, que así se realice la primitiva escritura rúnica que perdu-
rará por costumbre (y ritual místico) después, aun sobre otros
materiales.

El alfabeto fenicio (y los que de él se derivan, incluido el íbero)


tienen trazos de manufactura aparentemente igual, pero estos
matices de horizontalidad ausente, ya persuaden de una funda-
mental diferencia entre los alfabetos (nombre de las primeras
letras) y los futharks (mismo caso) protogermánicos.

La arqueología ya ha venido a demostrar, indeleblemente, que


las runas primitivas se originan en Dinamarca. Hay que distinguir
(muy brevemente) diversos períodos de escritura rúnica, (varian-
do rasgos en número y aspecto) ya que originan confusión sobre
su “nacimiento”. Los alfabetos íbero-etruscos, derivados-interre-
lacionados con el fenicio, confunden a algunos autores que de-
fienden que, en los prístinos contactos de tribus germánicas con
latinas (a J.C.; región de lagos Mayor y Como), aquellas “toman
la idea” de éstas; y este origen invalidaría el posterior (igualmen-
te inexacto), que hace originar las runas en la traducción que el
Obispo Ulfilas (s. IV d.J.C.) rehízo de la Biblia, para “Cristianizar”
a su pueblo germano del bajo Danubio (los visigodos o godos del
Oeste del Danubio); traduce la Biblia, utilizando-inventando un
alfabeto gótico de 27 letras, de las cuales 19 o 20 se pueden in-
vestigar, originadas del griego uncial; 5 o 6 de un latín modificado
y solo 1 o 2 de runas auténticas. Pero el gótico, y otros lengua-
Nimrod de Rosario 87

jes germánicos anteriores, son ya diferentes del rúnico primitivo,


en su escritura, por más que acaben por suplantarlo (y hacerlo,
cada vez, más recónditamente sagrado, ante esta verdadera per-
secución religiosa). Incluso el gótico, como es sabido, evoluciona
repetidas veces a lo largo de los siglos (anglosajón, anglo, teutó-
nico, etc.) pero... ¡Ni en sus orígenes fue rúnico!

El lenguaje rúnico y su escritura religiosa, persiste sagrado y


primitivo, cada vez más ubicado en el área geográfica que le dio
origen y al norte de ésta; y se refugia, hasta sus últimos vestigios
utilizados en la Escandinavia de principios del siglo XIX, en una
modalidad de 16 letras originadas en el siglo VIII.

El rúnico es un “alfabeto” (futhark) totalmente diferente de


los restantes europeos. Sus letras tienen un muy diferente or-
den; cada una tiene un especial y propio valor numérico; lleva
un nombre mitológico (bien de los géneros, animales o plantas
divinos; de las fuerzas o fenómenos naturales; de objetos sagra-
dos de la vida diaria en el ámbito cultural protogermánico). ¡Es
un futhark, en suma!...

El inventor (o inventores) de la escritura rúnica prístina, no


solo conocía las características de la corteza de un árbol (como
anticipo de otros muchos rasgos de hombre práctico, que con-
cibe racionalmente el sentido y la finalidad de su trabajo), sino
que, con su genialidad lingüística y talento artístico, acompaña-
ba un fortísimo sentimiento religioso; ya que los nombres pro-
pios, significativos de cada una de las runas están íntimamente
relacionados con rasgos muy antiguos de la religión (germánica),
como queda dicho...Y esto, ¡Tampoco ocurre en ningún otro alfa-
beto (incluidos los semitas) conocido hasta la fecha!

La paciente labor de los filólogos, no ha llegado aún a dilu-


cidar qué motivos llevaron a ordenar, como aparece, el futhark
protogermánico. Incluso en letras que, por su forma, rememoran
letras de alfabetos mediterráneos, no se lleva el mismo orden, ni
sonido, ni simbolismo...El estudio de un “alfabeto” tan simbóli-
co, requiere sensibilidad, erudición y trabajo; considerándome
88 La Mística de la Runas

limitado, me ciño a “abrir una puerta” en el interés de otros más


dotados.

Los 24 rasgos, están agrupados en tres “öttir” de ocho letras.


Todas, y cada una, tienen un significado mágico, que daban en
su aplicación, indudablemente, un sentido trascendente; si se
marcaban con primoroso cuidado, conferían poderes especiales
al objeto que los portase. La intención mágica “recomendaba”,
grabarlos en una parte no visible (interior del anillo - “alianza”
que llevaba la mujer como necesitada de protección en el ma-
trimonio -; parte interna de la abrazadera del escudo; hoja del
arma - que de la funda habría de pasar a la intimidad del cuerpo
del enemigo -; cara interna de fíbulas y broches; etc.); ya que,
en las partes “visibles” las runas eran “públicas”, indicando mera
pertenencia; independientemente de haberse bañado o no en
sangre sacrificial.

Estos rasgos se agrupan relacionándose en cuatro calidades


de efectos: Runas protectoras que alejan el peligro; Runas me-
dicinales; Runas Amargas que causan perjuicios y Runas Victo-
riosas.

Según su tema se clasifican en:

A) Runas de Seres Superiores

1.- Runa de los Dioses. Es la Runa “Tir”, que representa al Dios


Tir. Simboliza el Honor. Originará “t” y “d”.

2.- Runa de los Ases. Runa “Anse”, “Ans” o “Ansur”. Originará


la “a”.

3.- Runa del Hombre Superior. Runa “Ing”, por el Dios Ing.

4.- Runa de los Gigantes. Runa “Thurs”.

5.- Runa de la Humanidad. Esta runa puede clasificarse en el


grupo siguiente. En algunos períodos fue doble según el sexo;
originará la “m”.
Nimrod de Rosario 89

B) Runas de Animales Divinos

1.- Runa del Uro (bisonte). Runa “Ur”. Originará la “u” y la “v”.

2.- Runa del Anta (alce). Runa “Ilhs”.

3.- Runa del Caballo. Es la Runa “Ehar” o “Eah”, nombre del


caballo del dios del cielo Tir.

Las primeras son Runas Amargas. La última relacionada con la


del Agua y la del Día, es simbolismo de Creación, Génesis, etc...
O sea, protectora de la madre, etc...

C) Runas de Plantas Divinas

1.- Runa del Tejo. Runa “Yr”. Simboliza la muerte honrosa en


combate o sacrificio.

2.- Runa del Abeto o Abedul. Runa “Biarkan” o “Biork”. Origi-


nará la “b” y “p”.

3.- Runa del árbol Frutal. Runa “Peorth”.

4.- Runa del Puerro Acuático. Runa “Logr” o “Lag”. También


simboliza el agua (el Mar). Dará la “I”.

D) Runas de Fenómenos Naturales

1.- Runa del Año Bueno. Runa “Jara”.

2.- Runa de la Tormenta. Tiene tres acepciones; la Runa del


Granizo, símbolo de la muerte natural; la Runa de la Lluvia y de
la Vida; y ambas reunidas en la Runa de la Nieve, que es Runa de
Vida y Muerte conjunta o “Hagal” (La Hagal-rune de sus caídos).
Originará la “h”.

3.- Runa del Sol. Runa “Sygil”. Representa el Sol Victorioso


(Sieg en alemán es Victoria). Dará la “s”. Como el sol es “comido”
en el Ragnarok u Ocaso de los Dioses, por el lobo Fenrir, poste-
riormente de la Runa de la Victoria se derivó la Runa del Lobo o
90 La Mística de la Runas

Runa del Combate. La Runa Solar “reforzada”, origina la conocida


“cruz gamada” (por reunir cuatro letras gamma mayúsculas) que
representa la inmortal fuerza de la vida racial. La runa “ygil” tam-
bién representa al dios Thor, con sus rayos y truenos.

4.- Runa del Día.

5.- Runa del Hielo. Runa “Is”. Dará la “i”.

E) Runas de ÁMBITO CULTURAL (Las dos primeras pueden in-


cluirse en el grupo anterior).

1.- Runa de la Enfermedad (Absceso). Runa “Ken” o “Kaun”,


o sea hacha y antorcha, como instrumentos de lesión y de cura-
ción. Dará la “k”.

2.- Runa de la Fatalidad (Necesidad y Esclavitud). Runa “Neid”


o “Naud”. Dará la “n”.

3.- Runa del Carro. Runa “Rad” o Reid”, como de la rueda del
carro. Dará la “r”. Al ser el carro hogar frecuente del germano,
donde transportaba el fuego eterno y los dioses familiares, esta
runa es también la Runa del Hogar.

4.- Runa del Regalo (Dádiva). Runa “Geofu”.

5.- Runa del Bienestar. (Deleite y Consuelo). Runa “Wynn”.

Igualmente, como de ámbito cultural se consideran las runas


primera y última del “futhark”, o sea:

6.- Runa del Ganado (Bienes, muebles que se pueden adquirir,


conquistar, trabajar, etc....) Es la Runa “Fou” o “Fe” que dará “f”.

7.- Runa de la Herencia. Runa “Odal” u “Odalan”, por Odón o


Wotan. Dará la “o”. Esta runa representa la propiedad heredada;
todo lo que surge de los antepasados - educación, ideas, etc....
(en alemán Ahne es antepasado y Ahnung es opinión, criterio) -
como continuidad racial, como dádiva divina de la sangre.
Nimrod de Rosario 91

Para finalizar alisto el primitivo “futhark”, los nombres tradu-


cidos. Cada grupo de ocho runas es un “öettir” y sugiero se me-
dite el hecho de que, tomadas en orden (1ra, 2da, etc....) dentro
de cada grupo, hay una relación no difícil de deducir:

Ganado, Bisonte, Gigante, Ases, Rueda, Enfermedad, Regalo,


Bienestar; Tormenta, Fatalidad, Hielo, Año Bueno, Árbol frutal,
Tejo, Alce, Sol; Dioses, Abeto, Caballo, Humanidad, Puerro, Hom-
bre heroico, Día, Herencia.

SIMBOLOS RÚNICOS

GAV rune THOR rune WOLFANGEL MAN rune


rune

WUNJO AS rune PEORD LAV rune


rune rune

HAGAL RIT rune YR rune ING rune


rune

NOTH KAUN SIG rune TYR rune


rune rune

IS rune UR rune BAR rune ODAL


rune

JAR rune EH rune FREYA DAG rune


rune
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94 La Mística de la Runas
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96 La Mística de la Runas
Nimrod de Rosario 97
98 La Mística de la Runas

Este libro fue editado según la fuente original escrita a máqui-


na y escaneada en formato PDF y que puede descargarse de la
siguiente página web:

https://www.academia.edu/36414667/Manual_de_Estrategia_
Psicosocial_de_la_SS_Nimrod_de_Rosario_Version_Original_
Escrita_a_Maquina
Nimrod de Rosario 99

El Arco de Artemisa, obra hiperbórea dividida en tres episodios de los


cuales el segundo contiene mitos y alegorías respecto a las “runas”.

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