STC2994 2023

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AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

Magistrado ponente

STC2994-2023
Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00
(Aprobado en sesión de veintinueve de marzo de dos mil veintitrés)

Bogotá, D. C., veintinueve (29) de marzo de dos mil


veintitrés (2022).

Se decide la acción de tutela promovida por Diana


Andrea Plata Noreña contra la Sala Civil del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Cali, trámite al cual se
vinculó a las partes e intervinientes en el asunto que originó
la queja.

ANTECEDENTES

1. La accionante reclamó la protección


constitucional de sus derechos de «acción» y debido proceso,
presuntamente vulnerados por la sede judicial acusada al
dictar sentencia de segunda instancia en el juicio
declarativo fustigado.

Solicitó, entonces, revocar el fallo emitido el pasado 27


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de enero por el Tribunal recriminado y ordenar a esa


Colegiatura «proferir nuevamente la [s]entencia que desate la
[a]pelación, respetando el marco procesal fijado por las
partes al interponer la demanda principal, la demanda de
reconvención y las respectivas contestaciones y efectuando
una hermenéutica de las normas, una valoración probatoria
y una motivación… que reivindiquen [sus] derecho[s]
fundamental[es]».

2. Los siguientes son los hechos relevantes para la


definición de este caso:

2.1. El 3 de noviembre de 2016 Luis Fernando


Jaramillo Botero (promitente comprador) ajustó contrato de
promesa de compraventa con la accionante y Carlos Alfredo
Endo Plata (promitentes vendedores), respecto de dos lotes,
acuerdo en el que fijaron: i) como precio, la suma de 380
millones de pesos (pagaderos así: 30 millones a la firma de
la promesa, 50 el 10 de diciembre de 2016, 120 el 10 de
enero de 2017 y el saldo de 180, mediante crédito
hipotecario que desembolsaría Bancolombia una vez
estuviese registrada la escritura pública con el gravamen a
su favor); y ii) el 10 de febrero de 2017, a las 10:00 a.m., en
la Notaría Veintiuno del Círculo de Cali, para el
otorgamiento de la escritura pública correspondiente.

2.2. Jaramillo Botero formuló juicio de cumplimiento


del contrato de promesa contra la accionante y Endo Plata
aduciendo, en lo medular, que el instrumento público no se
suscribió en la fecha pactada porque, para entonces, i) sus

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promitentes vendedores no ostentaban el derecho pleno de


dominio sobre los predios, estando pendiente un trámite
sucesoral; y ii) él «estaba sujeto al desembolso de un crédito
hipotecario, por lo que se requería previa escrituración del
bien»; pero que, resuelto lo primero, desde el 26 de
septiembre de 2019, sus antagonistas no habían procedido
a efectuarle la respectiva transferencia; asunto al que
comparecieron los demandados oponiéndose e incoando
demanda de reconvención de resolución contractual,
fundada en que su antagonista incumplió con el pago de las
sumas de dinero que le correspondía satisfacer con
antelación a la fecha establecida para el otorgamiento de la
mentada escritura.

2.3. Surtidas las etapa de rigor, el 19 de octubre de


2021 el Juzgado Doce Civil del Circuito de Cali dictó
sentencia, en la que denegó las pretensiones del libelo
inicial, al hallar fundada la excepción de mérito de «contrato
no cumplido», y accedió a la reconvención, declaró que
Jaramillo Botero incumplió el pacto, lo declaró resuelto,
ordenó al vencido pagar a sus antagonistas i) $13.847.267,
«por concepto de gastos en los cuales tendrán que incurrir los
demandantes para mitigar y compensar los daños
ambientales generados en los inmuebles prometidos en
venta con los movimientos de tierra realizados»; y ii)
$10.000.000, «por concepto daños morales, para cada uno»;
además, dispuso que Jaramillo Botero perdía la «parte del
precio pagado, por concepto de arras pactadas en el contrato
de promesa de compraventa resuelto, las cuales ascienden
a… ($30.000.000)»; y condenó a la quejosa y a Endo Plata a

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restituir a su contraparte «el excedente del precio[,] es


decir…[,] ($15.000.000), valor resultante luego de
descontadas las arras indicadas». Determinación que apeló
Jaramillo Botero.

2.4. El 27 de enero de 2023 el Tribunal acusado


emitió el veredicto de segundo grado (aclarado el 23 de
febrero siguiente), a través del cual revocó el proferido por el
a-quo para, en su lugar, «DECLARAR LA NULIDAD
ABSOLUTA del contrato de promesa de compraventa» y
ordenar a «Endo Plata y… Plata Noreña, cancelar al señor…
Jaramillo Botero[,] las siguientes sumas de dinero: -
$61.208.242 por concepto de indexación a la fecha de la
presente providencia[,] - $16.238.430 por concepto de
intereses legales civiles al 6% efectivo anual a la fecha de la
presente providencia».

Para arribar a tal conclusión, en lo medular, allí se


sostuvo que aunque en la cláusula quinta del contrato de
promesa las partes pactaron expresamente la fecha, hora y
lugar en que se otorgaría el instrumento público mediante
el cual se materializaría la compraventa, lo cierto era que
teniendo en cuenta la cláusula cuarta y el parágrafo de
aquélla, «fallaron al establecer que, el último pago se
realizaría una vez la entidad financiera realizara el
desembolso del crédito hipotecario, por cuanto dejaron al
arbitrio del Banco, definir el momento en que se realizaría el
préstamo hipotecario, sin establecer un plazo para ello», con
lo que desatendieron lo reglado en el canon 89 de la Ley
157 de 1887, en punto a establecer en la promesa «un plazo

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o condición que fije la época en que ha de celebrarse el


contrato».

2.5. En sede de tutela, en concreto, la quejosa


cuestionó que el Tribunal accionado incurrió en patente
defecto fáctico al efectuar una «interpretación desbordada,
burda e inexplicable del… contrato de promesa de
compraventa», comoquiera que no es cierto que se hubiere
dejado de pactar plazo específico para la celebración del
pacto prometido porque, como ese mismo sentenciador lo
reconoció, fue expreso y claro el señalamiento de fecha,
hora y notaría en la que se otorgaría el instrumento público
(10 de febrero de 2017 a las 10:00 a.m. en la Notaría 21 del
Círculo de Cali), lo que no varió por lo establecido en cuanto
al pago del saldo del precio, ni mucho menos por la
condición meramente potestativa que se incluyó en el
parágrafo de la cláusula quinta, lo que imponía concluir
que, en el orden de las obligaciones, el primero que
incumplió fue su antagonista, pues no canceló la totalidad
de los 200 millones que debía pagar con antelación a la
suscripción de la escritura, lo que hacía inexigible su
otorgamiento.

Agregó que, sin justificación válida, el fallador ad-


quem se negó a resolver sobre las restituciones mutuas
respecto de ambas partes, haciéndolo sólo a favor del
promitente comprador, aduciendo que, para la reparación
de los perjuicios reclamados por sus antagonistas, éstos
debían agotar otra acción en la que se contara con concepto
de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca

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respecto a la afectación de los predios por los supuestos


movimientos inadecuados de tierra que en ellos efectuó su
contraparte.

3. La Corte admitió la demanda de amparo, ordenó


librar las comunicaciones de rigor y pidió rendir los
informes a que alude el canon 19 del Decreto 2591 de 1991.

LAS RESPUESTAS DE LOS CONVOCADOS

1. La Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Cali pidió i) «tener en cuenta los argumentos
expuestos en la sentencia que hoy se ataca por vía de tutela,
toda vez que, las afirmaciones… [de] la parte accionante son
de discrepancia hermenéutica y no de una indebida
valoración probatoria»; y ii) denegar la salvaguarda porque
«las inconformidades… [d]el accionante obedecen a
situaciones de interpretación subjetiva, ya que como lo ha
decantado la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
- Sala de Casación Civil, cuando se trata de nulidad absoluta
su decreto puede ser oficioso conforme con los postulados del
artículo 1742 del Código Civil, por lo que distinto a lo
sostenido por el accionante, no se quebrantó el marco
procesal de la demanda, contestación y demás, como quiera
que se trata de un tema que involucra el orden público y por
tanto el juez puede realizarlo aún sin petición de parte».

2. Por lo demás, al momento de someter a


consideración de la Sala el proyecto de decisión elaborado
en este asunto, ningún otro de los convocados había

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efectuado manifestación alguna frente a la solicitud de


protección.

CONSIDERACIONES

1. Conforme al artículo 86 de la Constitución


Política, la acción de tutela es un mecanismo jurídico
concebido para proteger los derechos fundamentales,
cuando son vulnerados o amenazados por los actos u
omisiones de las autoridades públicas y, en determinadas
hipótesis, de los particulares, cuya naturaleza subsidiaria y
residual no permite sustituir o desplazar a los jueces
funcionalmente competentes, ni los medios comunes de
defensa judicial.

Por lineamiento jurisprudencial, en tratándose de


actuaciones y providencias judiciales, el resguardo se abre
paso de manera excepcional y limitado a la presencia de
una irrefutable vía de hecho, cuando «el proceder ilegítimo
no es dable removerlo a través de los medios ordinarios
previstos en la ley» (CSJ STC, 11 may. 2001, rad. 2001-
00183-01); y por supuesto, se cumpla el requisito de la
inmediatez.

2. Por ese sendero, en los precisos casos en los


cuales el funcionario respectivo incurra en un proceder
claramente opuesto a la ley, por arbitrario o antojadizo,
puede intervenir el juez de tutela con el fin de restablecer el
orden jurídico si el afectado no cuenta con otro medio de
protección judicial.

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Al respecto, la Corte ha manifestado que:

…el Juez natural está dotado de discreta autonomía para


interpretar las leyes, de modo que el amparo sólo se abre paso si
‘se detecta un error grosero o un yerro superlativo o mayúsculo
que, abrupta y paladinamente cercene el ordenamiento positivo;
cuando tenga lugar un ostensible e inadmisible
resquebrajamiento de la función judicial; en suma, cuando se
presenta una vía de hecho, así denominada por contraponerse en
forma manifiesta al sistema jurídico, es posible reclamar el
amparo del derecho fundamental constitucional vulnerado o
amenazado...’ (CSJ STC, 11 may. 2001, rad. 0183;
reiterada en STC4269-2015, 16 abr.).

Por ende, se ha reconocido que cuando el Juez se


aparta de la jurisprudencia, sin aportar argumentos
valederos, o cuando se presenta un defecto sustantivo en el
proveído, entre otros, se estructura la denominada «vía de
hecho».

3. Mediante el escrito de tutela la reclamante


cuestiona, en síntesis, de una parte, la que, aduce,
deficiente valoración probatoria efectuada por el Tribunal
convocado para revocar la decisión de primer grado (que
despachó adversamente la demanda principal de
cumplimiento y acogió la de reconvención de resolución
contractual) y, en su lugar, declarar, de oficio, la nulidad
absoluta del contrato de promesa de compraventa; y de otro
lado, la injustificada omisión en torno a resolver sobre las
prestaciones que le asistían, al extremo que representa, al
momento de pronunciarse sobre las restituciones mutuas.

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Con base en tales premisas, concluye la Corte que el


resguardo de que se trata está llamado a prosperar, por las
razones que se pasa a explicar:

3.1. De entrada, se muestra necesario recordar que el


contrato de promesa surtirá efectos cuando satisfaga los
presupuestos contemplados en el canon 1611 del Código
Civil, a saber: que «conste por escrito», que el pacto a que
«se refiere no sea de aquellos que las leyes declaran
ineficaces por no concurrir los requisitos que establece el
artículo 1511 <sic 1502>» ibídem, que «contenga un plazo o
condición que fije la época en que ha de celebrarse el
contrato» y que «se determine de tal suerte el contrato, que
para perfeccionarlo solo falte la tradición de la cosa o las
formalidades legales».

Aparte normativo del cual, acorde con «la doctrina que


esta Corporación viene sosteniendo de tiempo atrás», se
desprende, «en síntesis, el carácter transitorio y solemne que
distingue ese tipo de acuerdos; su finalidad, que no es otra
que la celebración de una convención ulterior, esa sí
definitiva; la circunstancia de que las obligaciones que de
ellos emanan, son solamente de hacer; y la exigencia
contemplada en el numeral 4º de la misma disposición,
relativa a que en la promesa debe determinarse el contrato
prometido de tal manera que para su perfeccionamiento
solamente falte “la tradición de la cosa o las formalidades
legales”, conduce a colegir que el plazo y/o la condición
que se utilicen para fijar la época en que ha de
realizarse el contrato prometido, deben ser

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determinados» (se resaltó - CSJ SC642-2019, 9 sep., rad.


1991-02023-01):

Ello “por cuanto solo una condición de estas (o un plazo), permite


la delimitación de la época en que debe celebrarse el contrato
prometido. La de otra clase, precisamente por su incertidumbre
total, deja en el limbo esa época, y con ella la transitoriedad del
contrato de promesa que es una de sus características
esenciales”, toda vez que “(…) ‘(…) bien se comprende que para
cumplir tal exigencia no puede acudirse a un plazo
indeterminado o a una condición indeterminada, porque ni el uno
ni el otro, justamente por su indeterminación son instrumentos
idóneos que sirven para cumplir el fin perseguido, que es el
señalamiento o fijación de la época precisa en que ha de
celebrarse la convención prometida’ (Sentencia de Casación civil
de 5 de julio de 1983, citada en G.J. N° 2423, pág. 284)” (CSJ,
SC del 22 de abril de 1997, Rad. n.° 4461) (ibídem).

En el mismo sentido y de cara a la nulidad absoluta


del contrato de promesa, in extenso, esta Corte
reiteradamente ha dejado dicho que:

…La promesa de contrato no produce obligaciones para quienes


la celebran a no ser que reúna los requisitos concurrentes que
establece el artículo 1611 del Código Civil, subrogado por el
artículo 89 de la Ley 153 de 1887.

Las solemnidades previstas en esa norma son de las


denominadas ad substantiam actus, por lo que la validez del
acto depende de su confluencia. La promesa es, por lo tanto, un
contrato solemne, que para que produzca efectos debe cumplir
con tales formalidades, según lo ordena el artículo 1500 del
Código Civil. Tales solemnidades, impuestas por intereses de
orden público, no pueden ser derogadas ni por las partes ni por
el juez.

La consecuencia de la ausencia de uno o más de tales requisitos


es la nulidad absoluta del acto, pues así lo dispone el artículo
1741 del Código Civil, que en su inciso primero establece: «la

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nulidad producida por un objeto o causa ilícita, y la nulidad


producida por la omisión de algún requisito o formalidad que las
leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en
consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado
de las personas que los ejecutan o acuerdan, son nulidades
absolutas…».

Los requisitos que deben concurrir para que el contrato de


promesa produzca efectos, son, según la disposición citada como
infringida por el recurrente, los siguientes: 1) que conste por
escrito; 2) que el contrato a que la promesa se refiere no sea de
aquellos que las leyes declaran ineficaces por no concurrir los
requisitos que establece el artículo 1502 del Código Civil; 3) que
contenga un plazo o condición que fije la época en que ha de
celebrarse el contrato; y 4) que se determine de tal suerte el
contrato, que para perfeccionarlo sólo falte la tradición de la cosa
o las formalidades legales.

El tercero de tales requisitos, es decir, el que ordena que la


promesa: «…contenga un plazo o condición que fije la época en
que ha de celebrarse el contrato», impone a los contratantes
señalar con precisión la época en la que ha de
perfeccionarse el acuerdo de voluntades prometido, lo que
tiene que hacerse mediante la fijación de un plazo o una
condición que no deje en incertidumbre aquél momento futuro, ni
a las partes ligadas de manera indefinida.

En efecto, ello se desprende del significado del vocablo «época»


que se utiliza en dicha disposición, al respecto del cual la Corte
ha tenido la oportunidad de precisar:

El Código emplea la palabra época en dos sentidos. En la


mayoría de las veces (Arts. 92, 400, 799, 1551 y 1882) la usa en
su acepción tecnológica de instante o momento, esto es, de un
breve espacio de tiempo que sirve de punto de referencia para
calcular o medir la duración del mismo tiempo. En otras
ocasiones (Arts. 97, 108 y 215) la toma en el significado
ordinario o de intervalo, período o espacio de tiempo. El
expresado ordinal 3º del Art. 89 de la Ley 153 de 1887 la emplea
en la primera de las acepciones anotadas, o sea como sinónima
de instante o momento. De manera que en dicho precepto la
expresión ‘fijar la época’ equivale a señalar o determinar el
momento preciso y cierto en que ha de celebrarse la convención

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prometida. No se opone, sin embargo, a la índole provisional del


contrato de promesa entender el vocablo época en el sentido
vulgar de espacio más o menos prolongado de tiempo, como un
día, una semana, un mes o un año, para admitir la fijación de un
periodo de esta clase como época de la celebración del contrato,
con tal que se lo designe y delimite en forma precisa y que no
quede incertidumbre alguna sobre el cuándo de esa celebración.
(CSJ. SC. Jun. 1º de 1965. GJ CXI, CXII-135).

En el contrato de promesa, entonces, los contratantes deben


señalar sin excepción la época determinada en que se celebrará
el vínculo prometido, mediante el pacto de una condición o plazo
que así lo dispongan.

Si no establecen una época para tal efecto y, por el contrario,


dejan indeterminado tal momento futuro, es decir, no delimitan el
período o lapso preciso en que debe perfeccionarse el contrato
prometido, desatienden el requisito del numeral 3.º del artículo
1611, al que se ha hecho mención.

Se deduce de lo anterior, que la condición o plazo de que trata la


norma deben ser, necesariamente, «determinados», y su
indeterminación, por contrapartida, impide que la promesa surta
efectos.

Sobre lo expuesto, la Sala ha precisado lo que sigue:

La referida fijación de época puede hacerse mediante la


designación de un plazo o de una condición... Según el art. 1551
del C. Civil por plazo se entiende ‘la época que se fija para el
cumplimiento de una obligación’, es decir, el momento futuro en
que ha de ejecutarse una obligación. El plazo es, pues, un
acontecimiento futuro y cierto. Cierto en el sentido de que
siempre habrá de suceder. El plazo se divide en legal,
convencional y judicial, suspensivo y resolutorio, determinado o
indeterminado. El convencional puede ser a su vez expreso o
tácito. El citado Art. 1551 explica lo que es el plazo suspensivo.
Plazo resolutorio o extintivo es la época que se fija para que cese
el cumplimiento de una obligación. Plazo determinado es el que
necesariamente ha de llegar y se sabe cuándo, e indeterminado
aquel que también ha de suceder, pero no se sabe cuándo, en
qué fecha ni época, como el día de la muerte de una persona.

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La condición es un suceso futuro e incierto, esto es, que puede


suceder o no (C.C., 1128 y 1530). Entre las varias clases de
condiciones importa recordar aquí la suspensiva y la resolutoria,
la determinada y la indeterminada. Suspensiva es la que
suspende la adquisición de un derecho, y resolutoria aquella
cuyo cumplimiento produce la extinción de un derecho. Condición
determinada es aquella que, sin perder sus caracteres de futura
e incierta, ofrece la particularidad de que, si llega a realizarse,
por anticipado se sabe cuándo o en qué época ha de suceder.
Indeterminada es la condición que se halla estrictamente
sometida a la incertidumbre, esto es, que no se sabe si sucederá
o no, ni cuándo.

Si de acuerdo con el ordinal 3º del Art. 89 de la Ley 153, citada,


la promesa de contrato debe fijar la época precisa en que ha de
celebrarse la convención prometida, bien se comprende que
para cumplir tal requisito no puede hacer uso de un plazo
o de una condición de carácter indeterminado, porque ni
el uno ni la otra sirven para señalar esa época. La propia
naturaleza del plazo y de la condición indeterminados los
hace inadecuados para fijar la época en que debe
concretarse el contrato prometido. De consiguiente, siendo
el requisito de la fijación de la época de la esencia del
contrato de promesa, esta convención será inválida o
carente de eficacia jurídica cuando le falte ese requisito
bien por no contenerlo en realidad o por hallarse él
subordinado a un plazo o a una condición indeterminados.
(Resalta la Sala. CSJ. SC. Jun. 1º de 1965. GJ CXI, CXII-135).

Si los contratantes no fijan la época del contrato prometido,


mediante una condición o plazo determinados, la secuela de tal
desatención no es otra que la nulidad absoluta del acto o
contrato, pues tal falta lesiona los intereses del orden público 1.

Por lo tanto, acorde con el artículo 1741 ya citado, y 1742 de la


misma codificación, tal nulidad absoluta «puede y debe» ser
declarada de oficio por el juzgador «aún sin petición de parte»,
siempre y cuando concurran los requisitos señalados por la ley.
Estos, como se ha señalado de forma invariable, se compendian
así:

… el poder excepcional que al juez le otorga el artículo 2º de la


1
Cas., 29 mayo 1983, VIII, 300; 8 octubre 1913, XIII, 290; 19 agosto 1935, XLII, 372; 15 de
febrero de 1940, XLIX, 71; 28 de agosto 1945, LIX, 424).

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Ley 50 de 1936 para declarar de oficio la nulidad absoluta no es


irrestricto o ilimitado, sino que por el contrario está condicionado
por la concurrencia de tres circunstancias: 1ª que la nulidad
aparezca de manifiesto en el acto o contrato, es decir, que a la
vez que el instrumento pruebe la celebración del acto o contrato
contenga, muestre o ponga de bulto por sí solo los elementos que
configuran el vicio determinante de la nulidad absoluta; 2ª que el
acto o contrato haya sido invocado en el litigio como fuente de
derechos u obligaciones para las partes; y 3ª que al pleito
concurran, en calidad de partes, las personas que intervinieron
en la celebración de aquél o sus causahabientes, en guarda del
principio general que enseña que la declaratoria de nulidad de
un acto o contrato en su totalidad no puede pronunciarse sino
con audiencia de todos los que lo celebraron. (CSJ. SC. Abr. 5 de
1946. G.J. LX-357, reiterada en SC Jul. 14 de 2014, Rad. 2006-
00076-01) (CSJ SC2468-2018, 29 jun., rad. 2008-
00227-01).

3.2. Ya de cara al caso concreto, se tiene que la


promesa de compraventa génesis del litigio cuestionado se
celebró por escrito el 3 de noviembre de 2016, entre Luis
Fernando Jaramillo Botero -como promitente comprador- y
Diana Andrea Plata Noreña (acá accionante) y Carlos Alfredo
Endo Plata -como promitentes vendedores-, quienes allí
acordaron la futura transferencia de dos (2) lotes,
identificados con folios inmobiliarios Nros. 370-164657 y
370-164660; establecieron como su precio la suma de
$380.000.000, pagaderos así: i) $30.000.000 a la firma de
ese documento (en dos pagos, $15.200.000 a favor de
determinado agente inmobiliario, por concepto de comisión
de la venta; y $14.800.000 mediante transferencia a cuenta
bancaria de Plata Noreña); ii) $50.000.000 el 10 de
diciembre de 2016, a través de transferencia bancaria a
favor de Plata Noreña; iii) $120.000.000 el 10 de enero de
2017, mediante el mismo mecanismo del pago anterior; y

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iv) el saldo de $180.000.000 con el crédito hipotecario que


desembolsaría Bancolombia una vez estuviese registrada la
escritura pública con el gravamen a favor de esa entidad; y
en la cláusula quinta de esa convención fijaron «el día
viernes, diez (10) de febrero de dos mil diecisiete (2017), a
las 10:00 A.M., en la Notaría Veintiuna (21) del Círculo [de]
Cali (Valle)», para otorgar la escritura pública «para el
perfeccionamiento del contrato de compraventa».

Además, en el parágrafo de ese último aparte


contractual acordaron que:

…La notaría determinada en la cláusula “QUINTA - PLAZO PARA


EL OTORGAMIENTO” paro la firma de la escritura pública que
perfecciona el presente contrato fue elegida por las partes
contratantes, sin embargo tienen plena conciencia que el
pago del inmueble prometido en venta está sujeto a un
desembolso de Crédito Hipotecario por parte de la entidad
“BANCOLOMBIA”, por lo cual si el banco determina que la
escritura pública de compraventa debe otorgarse en una notaría
diferente a la antes acordada las partes lo aceptan desde este
momento y mínimo dos (2) días antes a la fecha del
cumplimiento elaborarán y otorgarán un “OTROSÍ” que
hará parte integrante del presente contrato donde conste la
notaría que el banco haya determinado, el lugar, la fecha y la
hora (se destacó).

3.3. Efectuadas esas precisiones, se procede a


auscultar la sentencia emitida por el Tribunal convocado el
pasado 27 de enero (aclarada el 23 de febrero posterior),
empresa en la cual se observa que, de entrada, como
problema jurídico, allí se indicó que correspondería
«resolver los reparos concretos determinados por la parte
recurrente; sin embargo, se avizora nulidad absoluta del

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contrato de promesa de compraventa, en razón a la


indeterminación del plazo…, por lo que de conformidad con
los artículos 1741 y 1742 del Código Civil se declarará la
nulidad del precitado contrato».

Y para validar tal aseveración, tras exponer algunas


generalidades en torno a la «responsabilidad civil» (con
apoyo, entre otros, en los cánones 1495, 1602, 1603 y 1613
del Código Civil; y la jurisprudencia de esta Corporación -
SC7220-2015 y SC2468-2018-) y el contrato de promesa, su
validez y efectos (acudiendo también a pronunciamientos de
esta Sala, entre ellos, la sentencia SC3666-2021); anotó que
en el caso auscultado «se invocó como fuente de las
obligaciones entre las partes el contrato de promesa de
compraventa de dos inmuebles, que celebraron los aquí
intervinientes, el demandante en su condición de promitente
comprador y los demandados como promitentes vendedores»,
en el que en la cláusula primera determinaron «como objeto
que, los demandados venden la totalidad de los derechos
sobre los inmuebles lote 57 y lote 59 identificados con M.I.
370-164657 y 370-164660 al demandado y éste se
compromete a comprarlos»; y en la estipulación cuarta
establecieron «el precio y forma de pago» así:

“El precio estipulado en pago por el (los) inmueble (s) prometido


en venta es la suma de TRESCIENTOS OCHENTA MILLONES DE
PESOS M/CTE ($380.000.000), que el PROMITENTE
COMPRADOR pagara a los PROMITENTES VENDEDORES de la
siguiente manera: 1) A la firma del presente documento de
compraventa se entrega la suma de TREINTA MILLONES DE
PESOS M/CTE ($30.000.000) así: a) La suma de QUINCE
MILLONES DOSCIENTOS MIL PESOS M/CTE ($15.200.000), que

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00

serán entregados al agente inmobiliaria el señor… ZANINOVICH


identificado (…), por el concepto de comisión de la venta del
predio anteriormente descrito. b) La suma de CATORCE
MILLONES OCHOCIENTOS MIL PESOS M/CTE ($14.800.000),
dinero representando mediante transferencia bancaria a la
cuenta de ahorros (XXX) la cual se encuentra a nombre de DIANA
ANDREA PLATA NOREÑA, 2) El saldo es decir la suma de
TRESCIENTOS CINCUENTA MILLONES DE PESOS
($350.000.000), así: a) La suma de CINCUENTA MILLONES DE
PESOS M/CTE ($50.000.000), dinero representando mediante
transferencia bancaria a la cuenta [d]e ahorros (xxx) la cual se
encuentra a nombre de la señora DIANA ANDREA PLATA
NOREÑA, para el día Sábado, Diez (10) de Diciembre de 2.016, b)
la suma de CIENTO VEINTE MILLONES DE PESOS M/CTE
($120.000.000), dinero representado mediante transferencia
bancaria a la cuenta de ahorros (xxxxx) la cual se encuentra a
nombre de la señora DIANA ANDREA PLATA NOREÑA, para el
día Martes, Diez (10) de Enero de 2.017, c) el saldo es decir la
suma de CIENTO OCHENTA MILLONES DE PESOS M/CTE
($180.000.000), que se cancelarán con dineros
provenientes del desembolso de un crédito Hipotecario de
BANCOLOMBIA a favor del señor LUIS FERNANDO
JARAMILLO BOTERO, desembolso que se hará efectivo, una
vez la escritura pública este a favor de BANCOLOMBIA y se
encuentre inscrita en la oficina de Registro e Instrumentos
Públicos del círculo correspondiente.
PARÁGRAFO – ORIGEN Y DESTINACIÓN DE FONDOS: (…)”
(negrillas por fuera de texto)

Seguidamente refirió que «[l]a cláusula quinta


estableció el plazo de otorgamiento de la escritura
pública, la sexta la prórroga del término para el
cumplimiento de las obligaciones, séptima la entrega del
inmueble, la novena estipula “arras” y la décima segunda
regula lo concerniente a la primacía del contrato escrito sobre
cualquier acuerdo verbal, lo anterior en los siguientes
términos» (se destacó):

“QUINTA-PLAZO: La escritura pública que deberá hacerse para el

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00

perfeccionamiento del contrato de compraventa del (los) presente


inmuebles (s) identificado (s) en la cláusula primera, se hará
para el día Viernes, Diez (10) de Febrero de Dos Mil Diecisiete
(2017), a las 10:00 A.M. en la Notaría Veintiuna (21) del Círculo
Cali (Valle), pudiéndose anticipar de común acuerdo entre las
partes. PARÁGRAFO I: La notaría determinada en la cláusula
“QUINTA-PLAZO PARA EL OTORGAMIENTO” para la firma de la
escritura pública que perfecciona el presente contrato fue elegido
por las partes contratantes, sin embargo tienen conciencia
que el pago del inmueble prometido en venta está sujeto a
un desembolso de crédito hipotecario por parte de la
entidad “ BANCOLOMBIA”, por lo cual si el banco
determina que la escritura pública debe otorgarse en una
notaría diferente a la antes acordada las partes lo
aceptan desde este momento y mínimo dos (2) días antes a
la fecha del cumplimiento elaborará y otorgarán un
“OTRO SÍ” que hará parte integrante del presente contrato
donde conste la notaría que el banco haya determinado, el
lugar, la fecha y la hora.

SEXTA: PRORROGA: Solo se podrá prorrogar el termino para el


cumplimiento de las obligaciones por este contrato se contraen
cuando así los acuerden las partes mediante “OTRO SI” que se
agregue al presente instrumento, firmada por ambas partes por
lo menos con dos días hábiles de anticipación del término inicial
señalado para la extensión de la escritura pública.

SÉPTIMA: ENTREGA: LOS PROMITENTES VENDEDORES harán


entrega real y material del inmueble a EL PROMITENTE
COMPRADOR, con todas sus mejoras, anexidades, usos,
costumbres y servidumbres, que legal y naturalmente le
corresponden sin reservar como fecha tentativa para el día
Martes, Diez (10) de Enero de Dos mil Diecisiete (2017) pero los
promitentes están plenamente conscientes que la entrega del
predio se hará en el momento que la entidad pertinente haga el
efectivo registro de la sucesión y el desembolso del banco.

PARÁGRAFO I: Los gastos ocasionados por servicios públicos


(acueducto, alcantarillado, energía, gas domiciliario, cuotas de
administración serán canceladas por los PROMITENTES
VENDEDORES hasta la fecha en que se efectúe la entrega
material del inmueble objeto del presente contrato.

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00

PARÁGRAFO II: LOS PROMITENTES VENDEDORES cancelarán la


totalidad del impuesto predial correspondiente al año 2016 y se
encargarán de obtener a su costa los paz y salvos del año 2016
y estampillas correspondientes para el trámite notarial.

PARÁGRAFO III: EL PROMITENTE COMPRADOR declara conocer


y haber identificado plenamente el bien inmueble prometido en
venta (…)
(…)
NOVENA - ARRAS: Las partes acuerdan arras por un valor de
TREINTA MILLONES DE PESOS M/CTE ($30.000.000). De
acuerdo con este pacto, se entiende que cada uno de los
contratantes podrá retractarse: el que ha dado las arras,
perdiéndolas y el que las ha recibido, restituyéndolas dobladas.
Además, las partes podrán hacer efectivo el pacto sin acudir a la
vía jurisdiccional, ocurrido lo cual se entenderá que las partes
quedan en libertad por causa del incumplimiento, sin que haya
lugar a la aplicación de lo dispuesto en el Código Civil, artículo
1935 a 1938, régimen al cual las partes renuncian
expresamente.
(…)
DÉCIMA SEGUNDA: EL PROMITENTE COMPRADOR Y LOS
PROMITENTES VENDEDORES, manifiestan que no reconocerán
validez a estipulaciones verbales relacionadas con el presente
contrato de promesa de compraventa, puesto que en este
documento se consignan el acuerdo total y completo acerca de su
objeto y todo lo relacionado con [é]l y reemplaza y deja sin
validez cualquier otro contrato verbal escrito pactado
anteriormente celebrado entre las partes.

Después, supuestamente con fundamento en tales


fronteras contractuales, categóricamente, anotó:

Como se puede colegir de lo anterior, se tiene que, las partes


fijaron fecha y hora para la suscripción de la escritura
pública y establecieron la Notaría en la que se realizaría
la misma; sin embargo, analizado el contrato en su conjunto, se
observa que, las partes acordaron que el último pago está
condicionado al desembolso de un crédito hipotecario a
favor del demandante, sin especificar en qué fecha se otorgaría,
ni cuando finalizaría dicho trámite financiero, aunado a que se

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00

indicó en la cláusula quinta, que las partes tenían conciencia que


el pago está sujeto al desembolso del crédito hipotecario, por lo
que además estipularon que en caso que la entidad financiera
indique una Notaría diferente para el gravamen hipotecario, las
partes lo aceptan y dos días antes del cumplimiento elaborará y
otorgarán un “otro sí” integrante del contrato en el que conste la
notaría que el banco haya determinado, lugar, fecha y hora.

Así las cosas, si bien en un inicio pactaron una fecha para la


suscripción de la escritura pública, fallaron al establecer
que, el último pago se realizaría una vez la entidad financiera
realizara el desembolso del crédito hipotecario, por cuanto las
partes dejaron al arbitrio del Banco, definir el momento en que se
realizaría el préstamo hipotecario, sin establecer un plazo para
ello; es así como no se tenía certeza de cu[á]ndo se realizaría
el desembolso del dinero, ni el gravamen hipotecario, por lo
que según dicha condición las partes ignoraban cuando
sucedería el hecho futuro que permitiría la suscripción de
la escritura correspondiente.

Se tiene que, frente a la indeterminación de dicho plazo, podía


suceder que el Banco no conceda el crédito hipotecario por lo que
nunca llegaría el momento futuro en el que se suscribiría la
escritura pública del contrato prometido, o lo que ocurre en este
caso, que el demandante aduce no haber cancelado en razón a
que no podía gestionar el crédito con el Banco hasta que no se
resolviera un trámite sucesoral por parte de los demandados.

Los contratantes, por lo tanto, establecieron una condición de


carácter meramente potestativo, y, por ende, indeterminado; lo
anterior, conforme con la jurisprudencia transcrita en el acápite
anterior, constituye un factor de incertidumbre, por lo que no se
cumple con los postulados del artículo 1611 del Código Civil
numeral 3 subrogado por el artículo 89 de la Ley 157 de 1887,
que ordena que la promesa contenga “un plazo o condición
que fije la época en que ha de celebrarse el contrato”.

Conforme con lo anterior, la promesa que acá fue objeto de


discusión no podía producir obligación alguna y el hecho que en
la cláusula “QUINTA” se hubiere estipulado la fecha de
protocolización de la escritura pública, la misma no despoja la
condición aludida de su carácter indeterminado, ya que el hecho
futuro e incierto del que se hizo pender la celebración del contrato

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00

prometido referente al pago de la última cuota mediante un


crédito hipotecario, no permite saber el momento o lapso en que
el mismo ocurriría. Cuestión distinta seria si las partes, en la
promesa, hubiesen unido la celebración del contrato prometido a
un hecho que, en caso de suceder, se sabe cuándo, o a un plazo
que se sabe cuándo ha de llegar, pero en este caso no se pactó
nada al respecto. Es preciso aclarar que se tendría una fecha
determinada si desde el principio se hubiere establecido un plazo
para el trámite del crédito hipotecario, o las fechas en las que se
realizaría el gravamen hipotecario y se tuviera como punto de
partida una fecha determinada y el mismo no dependería de la
voluntad de un tercero, en este caso, la entidad financiera.

Como se puede evidenciar, el contrato de promesa de


compraventa no cumple con los requisitos exigidos por el artículo
1611 del Código Civil subrogado por el artículo 89 de la Ley 157
de 1887, por tanto, la consecuencia de dicho defecto es la
nulidad absoluta, según lo señala el artículo 1741 ibidem.

3.4. Ahora, basta volver sobre los fragmentos


transcritos respecto de la providencia del Tribunal criticado
para, tras contrastarlos con las premisas normativas y
jurisprudenciales reseñadas con antelación, avistar que
incurrió en el defecto probatorio enrostrado, comoquiera
que le asiste razón a la accionante en cuanto al errado
alcance que aquél dio al contenido preciso de la promesa de
compraventa para, erradamente, sostener que estaba
insatisfecha la exigencia del numeral 3º del artículo 1611
del Código Civil -subrogado por el precepto 89 de la Ley 157
de 1887-, por la supuesta indeterminación de la época en
que habría de realizarse el contrato prometido.

Nótese que del aludido convenio preparatorio, como,


incluso, lo consignó la misma colegiatura recriminada,
claramente se desprende que los contratantes, en su

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00

cláusula quinta, de forma expresa y precisa, establecieron


el día 10 de febrero de 2017, a las 10:00 de la mañana, en
la Notaría Veintiuna del Círculo de Cali, para el
otorgamiento del respectivo instrumento público con el que
materializarían el contrato prometido, de donde es evidente
la inexistencia de la indeterminación referida por el
sentenciador accionado.

Además, contrario a lo aducido por el fallador ad-quem


encausado, fue desacertado concluir que el pacto nítido y
certero referido a espacio se vio alterado por lo consignado
en el parágrafo de la cláusula quinta de tal convenio,
comoquiera que este aparte no se refería a la
materialización del contrato prometido sino a la eventual
modificación del acuerdo de cara a lo relacionado con el
pago del saldo de $180.000.000 del precio, el cual sería
satisfecho a través de un crédito hipotecario que
desembolsaría la entidad Bancolombia cuando estuviese
registrada la escritura pública con el gravamen a su favor;
alteración que, en todo caso, debió efectuarse por escrito y
no se acreditó haber realizado, de donde nunca perdió
vigencia lo allí expresamente consignado.

Por ese rumbo, también debe resaltarse que, a


diferencia de lo señalado por el Tribunal, no es cierto que el
desembolso del crédito hipotecario tuviera alguna injerencia
de cara a la materialización del contrato prometido a través
del otorgamiento de la respectiva escritura pública, pues lo
cierto es que, acorde con el orden de cumplimiento de las
obligaciones establecidas en dicho convenio, al promitente

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00

comprador (demandante inicial y demandado en


reconvención) le correspondía pagar, entre la suscripción del
acuerdo preparatorio y el 10 de enero de 2017, la suma de
$200.000.000 del precio de $380.000.000 que fijaron; lo
que, sólo en el caso de satisfacerse cabalmente, imponía a
las partes la suscripción del mentado instrumento público
el 10 de febrero de 2017 a las 10:00 de la mañana, ante la
Notaría Veintiuna del Círculo de Cali; documento último en
el que, conforme a lo pactado, se constituiría gravamen
hipotecario a favor de Bancolombia y, registrado el mismo,
posteriormente podría presentarse ante dicha entidad para
el desembolso del aludido crédito con el que, se itera, sería
satisfecho el saldo de $180.000.000 del precio.

En breve, lo dicho quiere decir que, siempre y cuando


el promitente vendedor hubiese efectuado el pago de los
$200.000.000 que como parte del precio se comprometió a
satisfacer entre la suscripción de la promesa y el 10 de
enero de 2017, surgía para las partes la obligación de
otorgar, el 10 de febrero siguiente a las 10 de la mañana y
ante la Notaría Veintiuna del Círculo de Cali, la respectiva
escritura pública destinada a la materialización del contrato
prometido, aunque, para entonces, no se hubiese
acreditado el desembolso del crédito destinado al pago del
saldo del precio, como no debía serlo, en tanto que, se
insiste, el mismo se fijó para luego de la inscripción de la
tradición junto con el registro del gravamen hipotecario, sin
que ello constituyese indeterminación alguna de cara a la
fecha, hora y lugar destinados a la realización del pacto
definitivo.

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00

3.5. En ese orden, atendiendo a tales circunstancias,


es incuestionable que el ad-quem accionado, al dictar su
decisión, incurrió en patente defecto fáctico, con alcance
sustancial, al erradamente dar por insatisfechos los
requisitos concurrentes que para la validez del contrato de
promesa exige el canon 1611 del Código Civil, en tanto que
el allegado como soporte del juicio recriminado, en
concordancia con los pronunciamientos jurisprudenciales
examinados, como quedó visto, se ajustaba, en un todo, al
mentado supuesto normativo.

En punto a la procedencia del resguardo en tratándose


de falencias en la apreciación probatoria se tiene que:

…ha explicado la Sala que “[u]no de los supuestos que estructura


aquella [vía de hecho] es el defecto fáctico, en el que incurre
el juzgador cuando sin razón justificada niega el decreto o la
práctica de una prueba, omite su valoración o la hace en
forma incompleta o distorsionando su contenido objetivo;
incluso, cuando olvida apreciar el material probativo en conjunto
o le confiere mérito probativo a un elemento de juicio que fue
indebidamente recaudado. Esto, porque si bien los jueces tienen
un amplio margen para valorar el acervo probatorio en el cual
deben fundar su decisión y formar libremente su convicción,
inspirándose en los principios científicos de la sana crítica
(artículo 187 del Código de Procedimiento Civil [hoy 176 del
Código General del Proceso]), también es cierto que jamás
pueden ejercer dicho poder de manera arbitraria, irracional o
caprichosa. Y es que la ponderación de los medios de persuasión
implica la adopción de criterios objetivos, no simplemente
supuestos por el fallador; racionales, es decir, que sopesen la
magnitud y el impacto de cada elemento de juicio; y riguroso,
esto es, que materialicen la función de administración de justicia
que se le encomienda a los funcionarios judiciales sobre la base
de pruebas debidamente incorporadas al proceso” (se destacó

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00

- CSJ STC, 10 oct. 2012, rad. 2012-02231-00;


reiterada en STC, 7 mar. 2013, rad. 2012-00522-01; y
STC, 9 dic. 2014, rad. 2014-00210-01).

4. La anotada contingencia, sin duda, comprometió


la garantía fundamental al debido proceso de la actora, lo
que impone conceder el resguardo y ordenar al despacho
acusado que, tras dejar sin efecto la providencia censurada,
proceda a dictar una de remplazo, en la que observe los
razonamientos aquí vertidos.

Finalmente, como lo concluido trae consigo la


necesaria variación del veredicto de la autoridad
recriminada, por sustracción de materia, resulta inviable
que la Corte se ocupe de los restantes cuestionamientos de
la reclamante.

DECISIÓN

Con fundamento en lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando Justicia
en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
concede el amparo al derecho al debido proceso de la
accionante Diana Andrea Plata Noreña, por la incursión en
defecto fáctico por parte de la autoridad judicial acusada.
En consecuencia, dispone:

Primero. Ordenar a la Sala Civil del Tribunal


Superior del Distrito Judicial de Cali que, dentro de los diez
(10) días siguientes al recibo del expediente contentivo del

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00

juicio fustigado, tras dejar sin valor ni efecto la sentencia


que profirió el 27 de enero de 2023, junto con las
determinaciones que de ella dependan, en el juicio
declarativo tramitado bajo el consecutivo 76001-31-03-012-
2020-00174, proceda a adoptar una nueva decisión en la
cual resuelva el recurso de apelación propuesto por el allí
demandante inicial - demandado en reconvención contra el
veredicto del a-quo, teniendo en cuenta las consideraciones
contenidas en la parte motiva de este fallo. Por Secretaría
remítasele copia de esta decisión.

La autoridad accionada informará a esta Corporación


sobre el cumplimiento de la orden impartida, dentro de los
tres (3) días siguientes al vencimiento de aquel término.

Segundo. Ordenar al Juzgado Doce Civil del Circuito


de Cali remitir al Tribunal accionado, de manera inmediata
y, en todo caso, en un término no superior a un (1) día, el
expediente materia de la queja constitucional, para que
dicho despacho dé cumplimiento a lo dispuesto en el
ordinal anterior.

Tercero. Comunicar lo aquí resuelto a todos los


intervinientes, por el medio más expedito, y en oportunidad,
en caso de no impugnarse este fallo, remítanse las
actuaciones respectivas a la Corte Constitucional, para la
eventual revisión.

MARTHA PATRICIA GUZMÁN ÁLVAREZ

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2023-01143-00

Presidenta de Sala

HILDA GONZÁLEZ NEIRA

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

Comisión de servicios
OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

FRANCISCO TERNERA BARRIOS

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