Productos M1 V.S
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Recupera las ideas principales del Módulo, del texto 8.1.5 Eje
articulador “Vida Saludable” del Plan de Estudio para la educación preescolar
primaria y secundaria y del Video Eje articulador Vida saludable. Lizbeth Díaz
Trejo. Especialista en gestión y políticas de salud. CENAPRECE. SSA, a partir
de lo que consideres más relevante y acorde a tu contexto
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A pesar de que la esperanza de vida es mayor que hace unas décadas, ésta no va
acompañada de buena salud en la mayoría de los casos. Se ha dejado al
desarrollo de la ciencia y la tecnología la posibilidad de que vivir más años vaya
acompañada de una condición de vida saludable: la tendencia es la
sistematización de grandes volúmenes de información que se desprenden de la
historia clínica de las personas, así como el desarrollo de diagnósticos y
prescripciones médicas y farmacéuticas con la ayuda de la inteligencia artificial.
Sin negar los beneficios que tiene el uso de la tecnología en la salud humana, se
está estableciendo en la sociedad la idea de que una vida saludable es un asunto
de interpretación automatizada de su estado de salud que no cuestiona los
hábitos de consumo de la población ni los factores de riesgo ambientales, cuando
en realidad la salud es un derecho y un hecho social que requiere del aprendizaje
y la participación de todas y todos desde la primera infancia.
Una vida saludable está determinada por diversos condicionantes sociales que
influyen fuertemente en la salud, como contar con una alimentación apropiada,
una vida libre de adicciones y violencia, tener ingresos adecuados para procurarse
una vida digna, contar con protección social y ejercer los derechos humanos que
defiendan a las personas de actos de racismo, exclusión, humillación por cualquier
motivo, además de vivir con márgenes controlables de estrés, factores todos ellos
con repercusiones en la salud individual y colectiva.
La salud de niñas, niños y adolescentes en las últimas décadas se ha visto
mermada considerablemente porque no sólo no ha atendido los determinantes
sociales de la salud, sino que ha funcionado con un sistema segmentando,
diferenciado y profundamente desigual, que administraba oportunidades de
acuerdo con las posibilidades económicas de las familias.
La educación es buena para la salud porque brinda capacidades para todas las
etapas del ciclo de vida. Un desarrollo lento y un apoyo afectivo escaso durante la
educación preescolar, primaria y secundaria aumentan el riesgo de tener una
mala salud durante toda la vida. Hay diversos estudios que demuestran que existe
una relación entre las condiciones de desventaja económica, social, educativa,
económica y cultural respecto a su salud y la duración de su vida.
Una vida saludable debe ser parte de todos los momentos del ciclo de vida de
cada persona en contextos concretos en donde estén presentes de manera
solidaria los miembros de la comunidad. Hay que destacar el aspecto social del
cuidado que se plantea como un derecho humano con estrechos vínculos con los
derechos a la salud, a la educación, al trabajo, a la nutrición ya la vida.
En esto hay un elemento ético central. Lo que aprendan las y los estudiantes en la
escuela para vivir una vida saludable debe estar en congruencia con lo que ven en
su entorno inmediato, ya sea en el ámbito familiar y, por supuesto, en su
comunidad. De no ser así, es necesario que sepan identificar las contradicciones
que existen en sus espacios de convivencia, plantear los problemas y proponer
soluciones.
Esto conlleva mayor comunicación entre la escuela y las comunidades, asi como la
construcción de vínculos formativos con las familias para que conozcan lo que
están aprendiendo las y los estudiantes sobre su salud, y puedan incorporar estos
saberes y conocimientos en la vida cotidiana, por ejemplo, que las familias se
habitúen a leer el etiquetado de los productos y puedan tomar decisiones
conscientes e informadas.
Es necesario formar a niñas, niños y adolescentes para que comprendan que una
alimentación sana precisa que aprendan a diferenciar entre los alimentos que son
buenos para su salud de aquellos que no lo son. Problematizar una dieta
saludable en el salón de clases requiere identificar elementos biológicos, químicos,
tecnológicos y geográficos con los que se elaboran los alimentos, incluyendo los
pesticidas que en su mayoría causan efectos negativos en la salud.
Con estos elementos, las y los estudiantes pueden construir una perspectiva más
amplia de una dieta saludable, además de que se impulsa la toma de conciencia r
sobre el papel activo que requiere de ellos y de su comunidad la preparación de
los alimentos o la selección responsable de los mismos.
Una educación que favorezca una vida saludable implica que se enseñe a las y los
estudiantes a desarrollar un poderoso sentido de dignidad sobre sí y sobre las
demás personas, que les permita proyectar en el presente y en el futuro un
sentido de certeza de que las acciones que realicen tienen un impacto real en los
distintos momentos de su ciclo de vida.
Es fundamental que niñas, niños y adolescentes participen en la construcción de
una sociedad en la que pueden verse como sujetos cuya vida es importante para
las y los demás y viceversa; en donde las emociones, los afectos, los cariños, las
pasiones, el amor, las alegrías, los sentimientos de frustración, rechazo y tristeza,
que en principio se expresan de manera individual, pueden vivirse en compañía,
en solidaridad y con vínculos de cuidado con otras personas para fortalecer
estados de salud mental desde lo común.
Es importante que las y los estudiantes aprendan que los efectos sobre la salud se
ejercen en los distintos momentos de desarrollo de la vida humana, con diferente
intensidad y duración de acuerdo con la edad, el género, la alimentación, la etnia,
r la clase social, la cultura, la actividad productiva -o su ausencia-, y, por
supuesto, el medio ambiente.
Este eje procura introducir en la vida escolar la comprensión de que salud humana
y medio ambiente son organismos vivos interdependientes; el cuidado de uno
tiene efectos positivos en otras personas y viceversa. Existe un circulo vital entre
las actividades humanas: producción energética, extracción de minerales,
actividad industrial y agropecuaria; el medio ambiente: suelo, aire, clima, agua,
flora, fauna, etcétera, y la salud de las personas.
Esta condición civilizatoria marcada por la pandemia del virus SARS-CoV-2 exige
de los sistemas educativos, las maestras, los maestros y las familias, un mirada
transformadora y no negociable del cuidado del medio ambiente y de la salud que
no permita el agotamiento del patrimonio natural común como la tierra, el agua y
el aire en las zonas urbanas y rurales, ni tampoco la adaptación al cambio
climático. Adaptarse a la degradación ambiental significa aceptar que las personas
sigan enfermando, sobre todo las más vulnerables, o, que no se tome en cuenta
como caso particular el aumento de la temperatura que propicia mayor presencia
de mosquitos que propagan enfermedades tropicales como el dengue o la
malaria.
El eje de vida saludable impulsa una formación que hace visible desde la niñez la
importancia de los procesos de salud-enfermedad-cuidado-atención para todas y
todos en condiciones de igualdad y equidad. Por lo que es particularmente
importante que se observe la atención a las mujeres, debido a que para ellas
prevalece una visión patriarcal de la salud y la ciencia en donde la prevención,
diagnóstico y tratamiento de enfermedades son confundidos o minimizados o mal
diagnosticados. En este sentido es ineludible visibilizar las desigualdades de
atención a la salud existentes entre las mismas mujeres, por la edad, la clase
social, el territorio, las culturas, la educación disponible, su condición migrante o
por alguna discapacidad.
Una vida saludable desde la perspectiva de género reconoce que existe una
relación entre las desigualdades entre hombres y mujeres en la sociedad y las
desigualdades de género en la salud mental. Promover en niñas, niños y
adolescentes el respeto, la igualdad y el ejercicio efectivo de los derechos de las
mujeres en todos los ámbitos de la vida, asl como mayor participación social de
éstas repercutirá positivamente en la disminución de las desigualdades en salud
mental entre hombres y mujeres.
Secretaría de Educación Pública (SEP). (2022). Plan de Estudio para la educación preescolar
primaria y secundaria p p 108 -116. Disponible en:
http://gestion.cte.sep.gob.mx/insumos/php/docs/sesion8/Plan_de_Estudios_para_la_
Educacion_Preescolar_Primaria_y_Secundaria.pdf?1686960531987
Eje articulador Vida saludable. Lizbeth Díaz Trejo. Especialista en gestión y
políticas de salud. CENAPRECE. SSA. Disponible en
https://educacionbasica.sep.gob.mx/consejos-tecnicos-escolares-ciclo-escolar-
2022-2023-recursos-e-insumos-2/
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