Montoneros. Relacion de Genero 1

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1

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS

LICENCIATURA EN HISTORIA

Titulo de la Tesis:
“LAS RELACIONES DE GÉNERO EN LA ORGANIZACIÓN POLÍTICO-
MILITAR MONTONEROS: VIDA DOMÉSTICA Y VIDA PÚBLICA”

AUTORA: MARÍA GRACIA TELL

DIRECTORA DE TESIS: Dra. TERESA SUÁREZ

JULIO DEL 2011


2

Capítulo II
La Participación De Las Mujeres en el Espacio Público.
Concepciones Ambivalentes

“No hay duda de que la trama de la historia de


las mujeres presenta la misma complejidad que la
de los hombres. Pero podemos suponer que el
tiempo, tal como lo vive la parte femenina de la
humanidad, no transcurre según los mismos ritmos
ni es percibido de la misma manera que el de los
hombres” Maité Albistur

Las Mujeres y las paradojas de la retórica peronista en los ‘40.

Construir la historia de las relaciones de género en Montoneros, requiere


realizar una exploración acerca del lugar que el movimiento peronista le ha dado a las
mujeres, ya que éste ha generado algunas transformaciones en el plano de las
relaciones genéricas, por el lugar otorgado a ella en el espacio público, especialmente
de la mano de Eva Duarte, esposa de Juan Domingo Perón, figura carismática y
significativa en la historia argentina y en la historia del movimiento peronista.
María Eva Duarte de Perón1 fue la primera mujer en la Argentina que
acompañó a su esposo y participó activamente en la campaña electoral de la fórmula
Perón-Quijano en febrero de 1946. Esto fue toda una novedad para la sociedad
argentina de mediados del siglo XX, porque las mujeres carecían de todo derecho
político, considerando inapropiada sus opiniones y la participación de ellas en los
espacios públicos. El lugar destinado a las mujeres era exclusivamente el del espacio
doméstico o privado, incluso las esposas de los presidentes actuaban solamente
dentro del protocolo, quedando su lugar relegado detrás de la figura de sus esposos
presidentes, única figura a la que se debía venerar.
Una de las primeras transformaciones importantes en la que Eva Perón tuvo
influencia, fue la sanción de la ley 13.010 en 1947 que consagró el sufragio femenino;
dos años más tarde se incluyo el voto de las mujeres en la reforma constitucional y en
1951 por primera vez votan en Argentina. En estas elecciones el 51% de las votantes
dieron su voto al Partido Justicialista 2. Se debe tener en cuenta, que desde principios
de siglo las mujeres socialistas -como Alicia Moreau de Justo, destacada feminista-,
lucharon y reclamaron por mayores derechos para las mujeres y fundamentalmente
por el voto femenino, pero no fueron tenidas en cuenta ni en los partidos políticos
1
Eva Duarte se casa con Juan Domingo Perón el 22 de octubre de 1945.
2
El Partido Justicialista fue creado en 1947.
3

donde las mujeres no tenían espacio propio, ni por el Congreso, que por ley sus
bancas eran exclusivamente ocupadas por varones.
Sumada a la sanción del voto femenino, en 1949 el Partido Justicialista crea
dos ramas según el sexo, la rama masculina y la rama femenina, a ésta última
posteriormente se la denominó Partido Peronista Femenino, en adelante PPF.
Si bien hay antecedentes de representación femenina en algunos de los
partidos políticos de la época, -el partido socialista tenia desde hacia mucho mujeres
participando, incluso escribiendo en La Vanguardia3-, algunas investigaciones
demuestran que el peronismo fue la única fuerza que permitió admitir en mayor
número, una formación femenina.
En las Unidades Básicas4, en adelante UB, de la rama femenina, se llevaron a
cabo muchas y variadas actividades: la realización del primer censo femenino, la
asistencia a personas pobres, tareas de refuerzo para los/las niños/as, dictado de
clases para adultos, cursos de dactilografía, taquigrafía y manualidades (corte y
confección, tejido, telar). Dentro de estas Unidades Básicas hubo también un código
moral en el que se prohibía el ingreso de varones, ya que se consideraba que llevaba
a confundir el desempeño de las mujeres, pero además se trataba de evitar las
habladurías de la oposición.5
Por al contrario en las UB masculinas las actividades eran: organizar y
coordinar “campañas” electorales, organizar conferencias y cursos de adoctrinamiento,
hacer publicidad a través de distintos medios de comunicación, y organizar la
publicidad (panfletos, afiches, etc.), realizar la prensa partidaria, administrar pequeñas
bibliotecas, organizar eventos deportivos, control de afiliación, control de las
actividades opositoras, organizar actos programados y "relámpagos", organizar
“agasajos” a dirigentes, coordinar tareas de área o sección (fiscales, transporte),
coordinar campañas informativas estatales, atender los reclamos de afiliados (con
relación al espacio municipal principalmente), articular con otras instituciones
(sindicatos, agrupaciones, asociaciones barriales, etc.).6 Las actividades de las UB
masculinas y femeninas demuestran que hubo una notable división del trabajo político.

3
La Vanguardia es un periódico argentino fundado por Juan B. Justo en 1894, que a partir de
1896 se convirtió en órgano oficial del Partido Socialista de la Argentina.

4
Las Unidades Básicas (UB) constituyen los organismos primarios del Partido. Hubo de dos
tipos: UB Gremiales y Ordinarias, la única diferencia entre ellas, fue que los afiliados inscriptos
en las primeras debían tener la misma profesión, oficio o actividad de trabajo. Las UB
necesitaban como mínimo 50 afiliados para su existencia.
5
Barrancos, Dora Mujeres en la sociedad argentina. Una historia de cinco siglos, Editorial
Sudamericana, Buenos Aires, 2007. Pág. 184
4

Se observa en las actividades internas del PPF que el objetivo de éste era en
gran medida de ayuda social, existiendo una limitada participación de las mujeres en
política pese a estar organizadas dentro de un partido. Además, en sus discursos Eva
Perón, dejaba entrever que su política era de acción social y que no buscaba
posiciones públicas sino aportar valores morales al partido de los varones del
peronismo.7 En este sentido son notables las declaraciones de Eva Perón que decía:
“jamás haré política…quiero que vean (en mí)… al corazón del viejo coronel Perón en
la Secretaría de Trabajo y Previsión”8. El discurso oficial manifestaba claramente el
lugar de la mujer que como madre debía “abnegadamente resolver problemas
concretos como el presupuesto familiar, la alimentación, la educación y el abrigo de
sus hijos”.9
Las mujeres peronistas, comienzan a tener una mayor participación en el
espacio público, aunque esto no significó un descuido del espacio domestico ni de las
tareas tradicionales asignadas por su rol de mujeres, ya que la propuesta de
participación femenina por parte de Eva Perón o de la ideología peronista no fue
revolucionaria con relación al género, ni adherente a las reivindicaciones feministas,
por el contrario reforzó el patriarcado político. Las mujeres que abrazaban al
movimiento, debían responder a su líder masculino; existiendo paradojas en la
posición que Eva Perón tenía con respecto al lugar de las mujeres. Estas paradojas se
evidencian por un lado, en un discurso que siguió apegado al estereotipo femenino
tradicional argumentando como fundamental el lugar de las mujeres en el hogar, pero
por otro y contradictoriamente, se le demandaba a las mujeres mayor disponibilidad
para seguir a su líder, Perón, exigiéndoles abandonar sus deberes domésticos.10
6
Quiroga, Nicolás, “Las Unidades Básicas durante el primer peronismo. Cuatro notas sobre el
Partido Peronista a nivel local”. http://nuevomundo.revues.org/30565#ftn10. marzo de 2011
7
Barry, Carolina, “El Partido Peronista Femenino: la gestación política y legal”en
http://nuevomundo.revues.org/12382, 10 marzo de 2011
8
Perón, Eva, Mensajes y discursos. Tomo II, Buenos Aires: Fundación pro Universidad de la
Producción y del Trabajo- Fundación de Investigaciones Históricas Evita Perón, 1999), 109 en
Barry, Carolina, “El Partido Peronista Femenino: la gestación política y legal” en
http://nuevomundo.revues.org/12382, 30 de Abril de 2011
9
Perón, Eva, Mensajes y discursos. Tomo II, Buenos Aires: Fundación pro Universidad de la
Producción y del Trabajo- Fundación de Investigaciones Históricas Evita Perón, 1999, en
“Mujeres Peronistas: Centinelas de la Austeridad”. Responsabilidad y rol de las mujeres
peronistas y las unidades básicas femeninas en la implementación del Plan Económico de
Austeridad y el Segundo Plan Quinquenal http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/Barry1.pdf,
30 de Abril de 2011.
10
Barranco, Dora, Ob.Cit. Pág. 185
5

La política de participación femenina fue definida y defendida desde la retórica


peronista, como una extensión de su rol maternal, ampliando sus funciones del ámbito
familiar a redes más amplias de participación, como el ámbito estatal. El argumento
central de Eva Perón fue la afirmación de que las mujeres por su condición natural no
eran interesadas ni egoístas y que por tanto, sabrían reorientar su accionar político, y
le darían un sentido social.
Durante los primeros gobiernos peronistas (1946-1955), se le concedió en el
discurso oficial, un privilegio a los valores familiares pero no hubo una política estatal
pro-natalista, no hubo un proyecto de propaganda específico que invitara a las mujeres
a aumentar en número los embarazos, ni hubo una condena a prácticas abortivas 11,
esto si sucedió cuando el Peronismo vuelve al poder en 1973, en tanto, existió una
política específica pro-natalista por parte del Estado ante el descenso de la tasa de
natalidad, tomando medidas coercitivas con respecto al derecho individual de
regulación de la fecundidad, por ejemplo prohibiendo la distribución de pastillas
anticonceptivas12.
Pese a todo esto, por primera vez en la historia argentina, un sujeto político
femenino, Eva Perón, construía un poder inigualable, en un contexto social hostil, de
desigualdad de género y de discriminación a las mujeres. Uno de los lugares
principales, y desde donde construyó este poder, fue la Fundación Eva Perón, creada
en 1948, que funcionaba como nexo entre el gobierno peronista y los pobres, las
mujeres, los niños y los jóvenes que constituían los elementos más débiles de la
sociedad.13. Desde la fundación, Eva Perón repartía fondos provenientes del Tesoro
Nacional, de subsidios empresariales y de los aportes de los obreros, a los más
necesitados. Sus funciones se extendieron también al campo de la salud y de la
educación, construyendo hospitales, hogares para ancianos y mujeres y niños,
ciudades universitarias, etc.14 La fundación abrió tres hogares de tránsito15 en la ciudad
11
Barrancos, Dora, “Iniciativas y debates en materia de reproducción durante el primer
peronismo (1946-1952)”, Buenos Aires, CESAL, 2002
12
Sapriza, Graciela, “Memorias del cuerpo” en Historia, Género y Política en los ’70, Feminaria,
Buenos Aires, 2005, Primera Parte: Lucha y militancia.
13
Plotkin, Mariano, Mañana es San Perón, Buenos Aires, Ariel, 1994, Pág. 223
14
Golbert, Laura, “Las políticas sociales antes y después de la Fundación Eva Perón” en Barry,
Carolina; Ramacciotti, Karina y Valobra, Adriana (Editoras), La fundación Eva Perón y las
mujeres: entre la provocación y la inclusión, Buenos Aires, Biblos, 2008.
15
Uno de estos hogares de transito es actualmente el Museo Evita. El museo fue inaugurado el
26 de julio de 2002, al cumplirse cincuenta años de la muerte de Eva y está emplazado en un
pequeño hotel construido en la primera década del siglo XX. En 1948, la casona de la calle
Lafinur fue adquirida por la Fundación de Ayuda Social Eva Perón para albergar el Hogar de
6

de Buenos Aires, que de acuerdo con sus estatutos, tenían el fin de proteger a la
mujer que con o sin hijos, estuviera privada accidentalmente de vivienda. Un ejemplo
es el de aquellas mujeres del interior del país que debían viajar a Buenos Aires y
alojarse allí por diversos motivos (tratamientos médicos, trámites, búsqueda de trabajo
etc.). El alojamiento como la alimentación en los hogares eran gratuitos y las mujeres
recibían ayuda monetaria o en elementos como ropa, pasajes, viviendas, instrumentos
de trabajo, becas, etc.16. Además se crearon guarderías en los lugares de trabajo,
reivindicación de las mujeres obreras.
En este marco, lentamente algunas mujeres peronistas en particular,
comienzan a ocupar lugares significativos en el Congreso, por ejemplo en las
elecciones del 195, por primera vez hubo candidatas femeninas: 6 mujeres del PPF
fueron senadoras nacionales y 23 fueron diputadas, en una época en el que a nivel
mundial tenían una limitada participación, como en Francia, Inglaterra, Alemania, y
ninguna en países latinoamericanos. En 1952, las mujeres (todas ellas provenientes
del Partido Peronista Femenino) ocuparon el 15,4% de las bancas de la Cámara de
Diputados y pasaron a constituir el 20% de los integrantes del Senado de la Nación
Luego de las elecciones de 1954, estas proporciones se ubicaron, respectivamente, en
el 21,7% y 22,2% de cada Cámara.17
Además las mujeres en general van ocupando cada vez más lugares en el
campo laboral, debido a la ampliación de las oportunidades laborales a fines de los
años ’50 producto del crecimiento económico y de una política estatal intervencionista
de desarrollo industrial. La participación se fue acrecentando en el sector de servicios,
en cargos estatales, en empresas telefónicas, en el sector industrial y fabril (textil,
frigorífico, confección, alimentos, gráfico), en el comercio, y también en las labores
agropecuarias, esta contribución en el espacio público de las mujeres se completaba
con la expansión de la educación formal de la enseñanza secundaria y técnica.
Asimismo, luego de Golpe del 55’ en la Resistencia Peronista mencionada en
el capitulo I, hubo una gran participación de mujeres en actividades clandestinas,
encargándose de tareas de identificación de aliados y enemigos, de la coordinación y
distribución de la información, de la manipulación de armas caseras, de hospedar los

Tránsito Nº 2, un lugar que recibía a mujeres del interior del país en su paso por Buenos Aires.
16
Barry, Carolina, “Mujeres en tránsito” en Barry, Carolina; Ramacciotti, Karina y Valobra,
Adriana (Editoras), La fundación Eva Perón y las mujeres: entre la provocación y la inclusión,
Buenos Aires, Biblos, 2008.
17
Marx, Jutta; Borner, Jutta y Caminotti, Mariana, Las legisladoras. Cupos de género y Editora
Iberoamericana, 2007
en http://www.undp.org.ar/docs/Libros_y_Publicaciones/Legisladoras.pdf, 30 de abril de 2011.
7

perseguidos por la dictadura incluso muchas de ellas fueron encarceladas, algunos


estudios consideran que fueron “las guardianas del hogar”18 las que mantuvieron
encendido el fuego sagrado de la mística peronista durante el período de proscripción
ya que muchas de ellas fueron asumiendo nuevos compromisos dentro del movimiento
que la alejaban del tradicional accionar dentro de la UB.
Es indudable que existieron cambios en el lugar otorgado a la mujer durante los
gobiernos peronistas, pero como se dijo con anterioridad, ni Eva Perón, ni Perón, ni la
ideología peronista, rompieron radicalmente con los signos tradicionales de género
sino que por el contrario siguió reproduciendo los principios fundamentales de la visión
androcéntrica y el sistema de dominación patriarcal.

Las Mujeres y las paradojas de la retórica Peronista en los ’70.

En los años ’70 el contexto político se iba transformando por las presiones y
fracasos del programa militar. La política autoritaria de los regímenes militares iba
siendo cada vez más crítica y la represión iba en aumento, un ejemplo de esto fue el
fusilamiento de 16 miembros de distintas organizaciones armadas peronistas y de
izquierda, presos políticos que se habían fugado de la cárcel de Trelew el 22 de
agosto de 1972.
Montoneros continuó actuando y presionando, principalmente por el regreso de
Perón a la Argentina19 y por el retorno de la democracia y de las elecciones en el país,
-en septiembre de 1971 Lanusse debió anunciar elecciones generales para el mes de
marzo de 1973-.
En este marco, el 14 de diciembre de 1971, se realizó el Segundo Congreso
Nacional de la Rama Femenina, presidido por la tercer esposa de Perón, Isabel
Martínez, cuya función principal fue reorganizar la Rama Femenina.
El tiempo transcurrido desde el I Congreso, presidido por Eva, fue de 22 años y
la novedad del II Congreso fue la participación de las delegadas de la Juventud
Peronista, que ya había sido admitida formalmente por Perón dentro del movimiento
como la cuarta rama. Karin Grammático, analizando las propuestas de éste Congreso,
considera que hay una continuidad con respecto al Primero, ya que el peronismo no
cambió su forma de pensar las relaciones de género, ni las condiciones que
habilitaban a las mujeres a participar en la política. Al igual que la época de los `40 en

18
Pulido, Nora, “Mujer, obrera y militante política” Universidad de Lomas de Zamora, Facultad
de Ciencias Sociales.
19
El slogan utilizado por los militantes peronistas para convocar el regreso de Perón del exilio
fue el de “Luche y Vuelve”.
8

los ’70 el peronismo seguía considerando a la mujer como sujetos políticos en tanto
madres y esposas. Ni el discurso de Isabel ni el discurso de las jóvenes en el
Congreso apelaban a un análisis político específico de la situación de la mujer.20
A pesar de los significativos cambios en las condiciones de las mujeres, en
materia de participación política, en el mercado de trabajo, en el aumento que significó
su presencia en la matrícula universitaria, en los cambios dentro de la organización
familiar, etc., el peronismo continuó la línea anterior y se vio renuente a considerar y
repensar un nuevo lugar para las mujeres en la política y una transformación en las
relaciones entre los géneros. Por el contrario, el interés del II Congreso estuvo puesto
en la problemática de definición del lugar que ocuparía la Juventud al interior del
Movimiento Peronista.21
Otro elemento significativos a tener en cuenta en el análisis acerca del lugar de
la mujer en el peronismo, son las elecciones de marzo de 1973. Estas elecciones
fueron importantes ya que durante 10 años no hubo instancias democráticas de
participación en la Argentina. Hector Cámpora asume como presidente argentino, el 25
de mayo de 1973, su mandato fue breve ya que renuncia -luego de eliminar la
proscripción para que Perón pueda regresar al país- para dar lugar a nuevas
elecciones presidenciales en septiembre del mismo año, estrategia política pensada
por el líder del Peronismo para poder regresar a la Argentina. De este modo, luego de
este breve gobierno, con el 62% de los votos gana, el Frente Justicialista de Liberación
(FREJULI)22 con la fórmula Perón-Perón.
Así se recuperaba, al menos transitoriamente, - en 1976 se produce el Golpe
de Estado más cruento de la historia Argentina- la constitucionalidad en el país, luego
de un período de casi 20 años de proscripción, permanentes golpes de Estados, y
algunos breves lapsos democráticos.
En Santa Fe en marzo de 1973, es electo Gobernador Carlos Silvestre Begnis,
del FREJULI. Lo acompañaba Eduardo Cuello, vinculado a la Unión Obrera
Metalúrgica, lo que evidencia que las fuerzas político-sindicales se disputaban la
supremacía en el peronismo santafesino.

20
Grammático, Karen “Ortodoxos versus juveniles: disputas en el Movimiento Peronista. El caso
del Segundo Congreso de la Rama Femenina, 1971” en De minifaldas, militancias y
revoluciones. Exploraciones sobre los 70 en la Argentina, Luxemburg, Buenos Aires, 2009.
21
Grammático, Karen, Ob. Cit.
22
Fue una alianza electoral del Partido Justicialista con otros partidos menores como el
Conservador Popular que proveyó al vicepresidente, Vicente Solano Lima, el Movimiento de
Integración y desarrollo Frondizista, democristianos y socialistas, formada en 1972,
9

En su estudio sobre la participación femenina en estas elecciones, Lilian Ferro


comenta, que el Peronismo utilizó su sistema de cupos de mujeres para las
candidaturas de las listas electorales, dándole un 25 % de participación en sus cuatro
ramas (la Juvenil, la sindical, la partidaria, y la femenina), este sistema pudo haberlas
favorecido, sin embargo las mujeres candidatas en total cubrieron solo el 11% en la
lista del FREJULI y mucho menos en los otros partidos. Ingresan a la Cámara de
Diputados cinco mujeres sobre un total de cincuenta (10% de representación
femenina). Ellas son Susana Abaca, propuesta por el sector Juventud Peronista
(MJP), Julia Moreira de Gasalla, propuesta por la Rama Femenina, Fani Oñate de
Morello, abogada, propuesta por el “ala partidaria” como Zulma Córdoba de Vallejos y
Teresa Cozzarini que accede a la banca por un Partido opositor al FREJULI, El Partido
Orientación Legalista (POL). Por su parte, en el Senado no hubo ninguna mujer.23
En la estructura partidaria del tercer gobierno peronista pese a haber una lógica
de inclusión de las mujeres como candidatas del partido, se observa que
contradictoriamente hubo también una lógica de exclusión de participación concreta.
Además hubo una política estatal pro-natalista, expuesto con anterioridad, que siguió
concibiendo el rol de la mujer en su función principalmente de madre.
En síntesis, el análisis de los mandatos de Perón, incluso el de su última mujer
Isabel Perón24, demuestran que el patriarcado triunfaba, y con él, triunfaba el sistema
político masculino de control.

Las mujeres militantes santafesinas en los ’70: cambios y continuidades.

Entre los años ’60 y ’70 las mujeres se encontraron en un mundo


convulsionado por algunas transformaciones no solo en el espacio social y político
sino también en el espacio privado. En la Argentina en particular, los cambios en el
estilo de vida, en las relaciones de pareja y familiares fueron importantes y de alguna
manera también lo fueron en Santa Fe.
Las mujeres van ingresando progresivamente a diferentes espacios de la
sociedad: cada vez más a las casas de altos estudios, el número de egresadas
mujeres pasa de 5% en los años de 1930 al 30%, treinta años después, aunque en su
gran mayoría eran mujeres de clase alta y media que vivían en las ciudades y en
menor proporción las que venían de los sectores populares.

23
Ferro, Lilian, “Mujeres y participación política. El caso de Santa Fe en los ´70” en Historia,
Género y Política en los ’70, Feminaria, Buenos Aires, 2005, Primera Parte: Lucha y militancia.
24
Perón falleció el 1 de Julio de 1974 lo sucedió la vicepresidenta, su esposa Isabel Martínez de
Perón.
10

Los testimonios brindados por las mujeres que pertenecieron a la organización


y a las agrupaciones de Montoneros en Santa Fe, demuestran en primer lugar, que
mayoritariamente tienen secundario completo, que asistieron a Colegios privados
católicos y que eran de clase media y media alta. También los testimonios manifiestan
que participaron mujeres obreras y empleadas de clase media baja, pero no dentro del
grupo de las entrevistadas para esta investigación. Esto resulta interesante para el
análisis, en tanto la escuela es una institución que trasmite presupuestos patriarcales
reproduciendo claramente el orden jerárquico, pero además porque los
establecimientos educativos a los que asistieron la mayoría de las entrevistadas eran
confesionales y pertenecientes a la Iglesia Católica, institución que tiene una fuerte
carga antifeminista y misógina, en donde el clero condena todas las faltas de la mujer
a la decencia (en materia de indumentaria, virginidad, etc.). A nivel mundial, la Iglesia
está dominada por valores patriarcales legitimados por el dogma de “inferioridad
natural” de las mujeres.25
En segundo lugar los testimonios demuestran que en su mayoría el ingreso al
“mundo universitario” generó el acceso a la política mediante la militancia estudiantil.
Patricia comenta que fue en la Universidad donde comienza una militancia partidaria:

“Porque ahí me incorporo a la estructura de la que en ese momento era la


Juventud Universitaria Peronista, Regional 2, que respondía la conducción de la
organización político militar Montoneros. Anteriormente, durante la secundaria, en
la villa con los chicos y las monjas del Tercer Mundo. Aparte de una formación fue
una búsqueda en lo teórico. …. Termino en 1973 quinto año, fue una conmoción
muy grande por un montón de cosas que yo desgraciadamente no viví porque no
estaba integrada en la estructura de la Juventud Peronista ni en la UES, participé
de movilizaciones, del medio boleto, de búsqueda de reivindicaciones pero no
estaba integrada. … En la facultad me integro a una agrupación que tenía algunas
exigencias que a mí me parecían lógicas: estudiar, rendir, ser un buen estudiante
para no ser un bicho raro. En la agrupación estaba una compañera con la cual
después soy detenida, con (se reserva el nombre), Fernando Dussex que está
desaparecido, Graciela Rubio (ella después se integra a otra organización y la
matan). Me encuentro con ellos, los conozco y me integro a lo que era el trabajo
de la agrupación, un trabajo reivindicativo de los estudiantes pero siempre con la
perspectiva de discutir un proyecto, un modelo del país, más que la cuestión de los
apuntes, los horarios, toda esa cosa. Ese año la agrupación ingresa a lo que eran
todos los centros de estudiantes, por primera vez, esa fue una de las tareas. Otra
que se emprendió fue que la Facultad de Edafología pasara al ámbito de la

25
Bourdieu, Pierre, La dominación masculina, Barcelona, Anagrama, 2007.
11

Universidad Nacional del Litoral para que la carrera, que era muy precaria, tuviera
un desarrollo. Ese eje produjo mucha movilización dentro del estudiantado, era
otra de las reivindicaciones. En 1976 después del Golpe dejo la facultad. Ingreso
en la Universidad del Litoral en la Escuela Universitaria del Profesorado en la
carrera de Letras; era una cuestión absolutamente ingenua, como medio de
protección porque en Edafología era conocida como militante. Esto por supuesto
estaba acordado con la agrupación.”26

El acceso de las mujeres a los estudios secundarios, terciarios o universitarios


en un contexto de movilización y participación de la juventud en los ‘70, les permite
tender un puente de conexión con la militancia política, pero también esto es permitido
por sus historias políticas familiares previas. Stella Marys V. plantea que ingresa a la
militancia:

“Porque termino la escuela secundaria, entramos en la universidad y era todo un


momento histórico de mucho activismo, de mucha participación. Por otro lado yo
vengo de una familia peronista, entonces mi papá también fue militante gremial,
estuvo preso. Todo eso hizo que en forma casi natural me sumara a la militancia
universitaria.” 27

En este marco de intensa actividad política y movilización social, también se


van generando espacios de reivindicación y lucha contra la opresión y la
discriminación hacia las mujeres, surgiendo las primeras organizaciones feministas en
Argentina entre 1970 y 1975: la Unión Feminista Argentina (UFA), cuyas fundadoras
principales fueron María Luisa Bemberg, Nelly Bugallo, Gabriella Roncoroni de
Christeller; Movimiento de Liberación Femenina (MLF), liderado por María Elena
Oddone, el Movimiento Feminista Popular (MOFEP), la Asociación para la Liberación
de la Mujer Argentina (ALMA),28 cuyo accionar fue principalmente en Buenos Aires.
Estas organizaciones también fueron influenciadas por un contexto internacional de
movimientos sociales y políticos protagonizados por mujeres con iniciativas de
transformación, para alcanzar la igualdad entre varones y mujeres, como el
“Movimiento de Liberación de la Mujer” que tuvo una fuerte influencia en Francia,
Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia.

26
Entrevista realizada por la autora a Patricia el 11 de Febrero de 2011
27
Entrevista realizada por la autora a Stella V. el 20 de diciembre de 2010.
28
Grammático, Karen, “Las “mujeres políticas” y las feministas en los tempranos setenta: ¿Un
diálogo (im) posible?” en Historia, Género y Política en los ’70, Feminaria, Buenos Aires, 2005,
Primera Parte: Lucha y militancia.
12

Pese a esto, se observa que la creación de organizaciones feministas, no


generó ningún tipo de adhesión por parte de los/las integrantes de la organización
político-militar Montoneros de Santa Fe. Todos los testimonios, de mujeres y varones,
señalan que no hubo relación o contacto en aquella época con ninguna organización o
reivindicación feminista, incluso desconocían la existencia de éstas a nivel local.
Daniel y Patricia dicen lo siguiente:

“No, ni sabía que existían. Creo que no era una cosa que estaba en boga”. 29
“No, para nada. Sinceramente hasta ignoro si existían.”30

La manifestación de inquietudes con relación a “la problemática de la mujer” en


las testimoniantes se encuentra ausente, para ellas este tipo de reivindicaciones las
alejaba de sus posicionamientos ideológicos por considerarlas expresiones de la
burguesía reaccionaria y pro-imperialista. Se entiende, que estas apreciaciones
terminaban siendo funcionales a la retórica católica y patriarcal en general. Tres de las
mujeres entrevistadas comentan lo siguiente:

“no soy ni fui feminista. No lo digo mal, pero no me interesó nunca el feminismo.
Entiendo lo que plantean y todo lo demás, pero creo que dentro de la organización
nosotros teníamos el espacio para hacer ese trabajo desde el punto de vista
político-ideológico. Nunca me acerqué al feminismo.”31

“nos parecían reaccionarias, cosas de burguesas yanquis o europeas, lo mismo


que los hippies vernáculos que les copiaban la estética y la ideología a los del
norte. Nosotros éramos latinoamericanistas y sigo siéndolo.”32

“Esa diferenciación a mí, hasta el día de hoy me cuesta, por ahí estaba como
asociado con una cuestión más burguesa.” 33

En este sentido, se analiza que el feminismo, como movimiento, no produjo un


impacto significativo en las/los militantes Montoneros de Santa Fe. Sin embargo, en
este período comienza a resquebrajarse el modelo de mujer y de varón tradicional
construido social y culturalmente en la sociedad argentina –en la que la mujer ocupa
solo el lugar del hogar y el varón el de sustento económico-, pero este cambio no vino
29
Entrevista realizada a Daniel el 25 de Febrero de 2011.
30
Entrevista realizada a Patricia el 11 de Febrero de 2011.
31
Entrevista realizada por la autora a María Rosa el 24 de Febrero de 2011.
32
Entrevista realizada por la autora a Dora. el 16 de Diciembre de 2009.
33
Entrevista realizada por la autora a Lucía el 17 de febrero de 2011.
13

acompañado por los movimientos feministas sino por las nuevas posibilidades y
accesos a espacios públicos que las jóvenes de clase media alta, tuvieron en los ’70
en Santa Fe (participación a partir del voto, estudios secundarios y terciarios,
ocupación de algunos cargos políticos, militancia en organizaciones y agrupaciones).

Actitudes diversas respecto al modelo familiar


Otro de los cambios reveladores que aparece en ésta época, es el
revolucionario método anticonceptivo que permitió a las mujeres -inicialmente de
clases medias y altas- tener una mayor autonomía de decisión sobre su propio cuerpo
y la opción por los hijos.
Si bien algunas militantes defendían la liberación de la clase obrera, se
resistían a declinar la maternidad, mientras que otras optaron por la contracepción.
Entre las primeras, la idea estaba reforzada por la Iglesia Católica, que aunque se
había pronunciado a favor de algunas transformaciones sociales, rechazó las medidas
anticonceptivas.
Las pastillas anticonceptivas permitieron separar la reproducción del placer, no
obstante entre las militantes santafesinas entrevistadas se mantuvo el mandato de la
maternidad como ideal y proyección para algunas, si se tiene en cuenta que dos de las
seis mujeres entrevistadas deciden tener hijos después de la militancia en la
organización y como concreción de la maternidad para otras, entendida como la de un
cuerpo re-productor de proyectos de futuro, aún en situaciones de riesgo. En este
sentido Lucía comenta:

“…planteamos la maternidad como una forma de permanecer, de continuidad


histórica más allá que nuestros hijos fueran militantes o no. Éramos muy pocos los
que nos cuidábamos, queríamos tener hijos, tan es así que cuando caigo, mi hija
tenía seis meses y creí que estaba embarazada porque nunca nos cuidábamos.” 34

Pero el análisis de las fuentes demuestra que el número de hijos no fue muy
numeroso entre las mujeres entrevistadas, ni tampoco entre los varones entrevistados
que tuvieron parejas militantes, el máximo de hijos fue tres. Por tanto se podría
suponer que los y las militantes pudieron haber usado métodos anticonceptivos, o que
quizás el impedimento de haber seguido teniendo hijos se debió a que muchas de
ellas o sus parejas caen presos rápidamente sin dejar margen en la continuidad de la
proyección de hijos. Además se observa que luego de la cárcel, algunos/as de lo/las

34
Entrevista a Lucía (17/02/ 2011)
14

militantes siguen teniendo hijos y otros/as no, pero el número máximo sigue sin
superar los tres hijos.
A pesar de esto, la proyección de tener hijos, desde el discurso, para los y las
entrevistados era importante porque estaban convencidos/as de que la victoria era
inminente y tenían una especial confianza en el futuro. Además la lucha político-militar
por un país más justo sería disfrutado por sus hijos que continuarían el proyecto y la
lucha. En este sentido, Luis L. y Patricia T. comentan:

“Creo que (…) teníamos una gran confianza en el futuro, en el conjunto (…)
Era estar seguros de que estábamos haciendo un mundo para los que venían y
que además necesitábamos muchos que lo continúen. Esa idea existía con un
gran amor por debajo, porque no era “vamos a ser soldados para…”, nosotros
estábamos convencidos que éramos los soldados que en tres años ganábamos la
guerra y se terminaba todo, pero nuestros hijos iban a construir el país justo que
necesitábamos…mi primer hijo nace cuando yo ya estaba en la cárcel. Mi
compañera sigue en libertad un año más y tuvimos a él en esa época. Ella estuvo
en Devoto. Unos meses antes deja a mi hijo con la familia materna, así que
cuando cae, cae ella sola.” 35

“…nosotros confiábamos en la victoria, la derrota no estaba en nuestro horizonte,


entonces, era una discusión, yo sé que hubo agrupaciones que se plantearon el no
tener hijos, pero todo el planteo era desde el tema de la seguridad y lo que
implicaba para los chicos esta vida que era muy sacrificada, ir de acá para allá,
que muchos tuvieran muchísimos nombres, los chicos había determinados lugares
en que sabían que se llamaban de una manera y en otros de otra porque tenían
que compartir la clandestinidad de sus padres. El tema era que los chicos iban a
vivir para otro país, para esa victoria que era dentro de la vida que se llevaba era
tratar de mantener ciertos parámetros de la vida igual al común de la gente” 36

Para la organización político-militar Montoneros, la transcendencia de tener


hijos no se contraponía con el interés superior de hacer la revolución, en tanto los hijos
serían los continuadores del proceso revolucionario. Así lo manifiesta Antonio R.:

“…sé que en la organización el tema de tener hijos tenía que ver con una
proyección revolucionaria, en donde el hijo era la continuidad del proyecto, esta es
la única explicación de la gran paridera que se da entre los años 75-76-77 toda
una etapa donde hay una cantidad de hijos…sí, eso sí fue una consigna dentro de

35
Entrevista realizada a Luis L. el 2 de diciembre de 2010.
36
Entrevista realizada por la autora a Patricia T. el 11 de Febrero de 2011
15

la organización, de Montoneros, yo creo que ya estaba, yo nunca vi ningún… pero


si había mucha cuestión de…, por eso digo de institucionalizar algunas pautas
no?”37

Sin embargo, hubo mujeres que decidieron no tener hijos debido al riesgo que
implicaba para la vida del militante, y los problemas de seguridad que esta decisión
significaba en un momento de persecuciones, desapariciones y secuestros. Incluso
desde el presente algunas se replantean y se juzgan por las dificultades y sufrimientos
que significó asumir la maternidad en un contexto atravesado por el miedo y la
incertidumbre de tener que separarse de sus hijos.

“Algunos decidían tener hijos y otros no, porque no teníamos tampoco una
noción de lo que iba a pasar, no evaluábamos lo que iba a venir, evaluábamos
mal. Realmente el nivel de represión que hubo fue un genocidio. Las
desapariciones, las apropiaciones de bebés, los campos, los centros
clandestinos.” 38

“…fue la terrible dificultad que a mi significó asumir la clandestinidad cuando se


empezó a podrir todo, socialmente hablando, asumir que tenía que abandonar a
mis hijos. Y los tenía que abandonar. Todas las noches antes de ir a dormir
organizábamos las vías de escape, dónde quedaban encerrados los chicos, por
dónde nos escapábamos. Eso siempre para mí fue una cosa tremenda, muy
terrible, hoy la pienso y me sigue pareciendo muy terrible. Sé que no había otra
manera, la otra manera era no tener hijos y ya los tenía. Mirá lo que te voy a decir,
creo que si hubiera planificado mi pareja en el ámbito de la militancia no hubiera
tenido hijos o no los hubiera tenido inmediatamente porque para mí fue una de las
cosas más dolorosas de mi vida. El tener que separarme de mis hijos, estar siete
años presa con mis hijos chiquititos como eran, fue lo peor que me pasó en la vida.
Yo estuve siete años en cana, una tenía tres, la otra tenía cinco y el varón tenía
siete, y me sigo emocionando como cada vez que lo digo. No fue fácil, fue muy
difícil y sigue siendo…”39

Se reflexiona a partir de las fuentes orales que en la retórica de la organización


permaneció el “mandato” de la maternidad como significante de la condición femenina
y como proyecto futuro de continuidad revolucionaria. No obstante el 50% de las
mujeres entrevistadas optaron la maternidad, aunque si tenemos en cuenta la totalidad

37
Entrevista a Antonio (14/12/09)
38
Entrevista a Stella V. (20/02/10)
39
Entrevista a María Rosa (24/02/11)
16

de entrevistados varones y mujeres, el 75% optan por la maternidad/paternidad,


incluso por una maternidad o paternidad limitada, ya que como se dijo el máximo de
hijos fue de tres.
En síntesis, hubo cambios en los treinta años que van de la década del ’40 a
los ’70, si se analiza que las mujeres progresivamente transcendieron del espacio
privado o doméstico al espacio público y político, sin embargo también hubo
continuidades en la condición de las mujeres ya que la dominación masculina, en los
períodos históricos analizados, tuvo todas las condiciones para su pleno ejercicio, en
donde la división sexual siguió apareciendo en el “orden de las cosas” como natural y
el espacio domestico continuó sin posibilidades de democratizarse. Esto, desde los
análisis de Pierre Bourdieu, se debe a que las estructuras de dominación de género no
son ahistóricas sino que por el contrario son producto de un trabajo continuado de
reproducción en el cual participan agentes singulares e instituciones como la Familia,
la Escuela, la Iglesia y el Estado, y se podría agregar la organización político-militar
estudiada. El trabajo de reproducción de las relaciones jerárquicas de género queda
asegurado, por estas instituciones, las cuales actúan conjuntamente sobre las
estructuras inconscientes.40

Capítulo III
La organización:
Entre los espacios Público y Privado.

“Para que el universo ideológico revolucionario


pudiera ser puesto en práctica se requería una
entrega y un compromiso incondicional, la
subordinación de la vida a la revolución”
Ana Guglielmucci (2007)

“El “Mundo de la Militancia”…había hegemonizado


tanto los comportamientos públicos como los
privados”.
Silvia Valero (2005)

40
Bourdieu, Pierre, Ob. Cit
17

La Estructura de Montoneros

Integralidad y Compartimentación.
La estructura nacional y federativa de Montoneros, estaba prácticamente
consolidada en el año 1972, y duró con algunas modificaciones hasta
aproximadamente 1977.
Desde el punto de vista organizativo, siguieron el principio de “integralidad”,
este era un principio que establecía los tipos de relaciones que se llevarían a cabo
entre la organización para la lucha armada y los frentes de masas. Esta intentó llevar
adelante la integración del accionar político con la resistencia militar, debido a que sus
miembros venían de los frentes políticos.41
De este modo, se conformaron las Unidades Básicas de Combate, en adelante
UBC; que constituían el núcleo central de la organización, sus miembros eran los
oficiales que tenían a su cargo la jefatura general de la organización en un espacio
geográfico determinado; dependiendo de estas unidades y de un oficial de la UBC
estaban las Unidades Básicas Revolucionarias, en adelante UBR, cuyos miembros
eran denominados “aspirantes”. Estas unidades tenían funciones políticas específicas
-territoriales, sindicales, estudiantiles- o actividades –prensa, logística, etc.- que se
llevaban a cabo a través de las distintas agrupaciones que eran públicas, legales y que
formaban parte de los frentes de masas, a diferencia de las UBC cuyo funcionamiento
era clandestino.42
Las agrupaciones, estaban conformadas por los militantes de base y fueron: la
Juventud Peronista, la Juventud de Trabajadores Peronistas, la Agrupación Evita, el
Movimiento Villero Peronista, la Juventud Universitaria Peronista y la Unión de
Estudiantes Secundarios.
Por encima de la UBC, estaban las Columnas o conducciones de zonas,
integradas por los oficiales de la UBC. A su vez, los jefes de columna constituían una
regional -hubo siete regionales y la Regional II fue la del Litoral- y los jefes de cada
regional conformaban un Consejo Nacional, que era el poder máximo dentro de la
organización.

ESQUEMA ORGANIZATIVO 1973 hasta 1977

41
Perdía, Cirilo Roberto. La otra historia. Testimonio de un Jefe Montonero, Argentina, Grupo
Ágora Documentos de la Argentina, 1997.
42
Perdía, Cirilo Roberto Ob.cit.
18

CONSEJO NACIONAL
CONDUCCIÓN NACIONAL
REGIONALES I, II, III, IV, V, VI, VII
COLUMNAS (De 2 a 5 por Regional)
UBC (De 5 a 10 por columna) (Oficiales)
UBR (De 6 a 12 por UBC) Aspirantes
AGUPACIONES (aproximadamente por cada compañero de UBR)
(Militantes de base)

La estructura de la organización también se formó bajo otro principio, el de


“compartimentación”, adoptando una estructura celular que sólo tenían un limitado
acceso a cierta información y que conocían lo fundamental de la estructura general
para un mejor funcionamiento de la seguridad interna. Esta táctica militar, tenía la
finalidad de que si pocos miembros de la organización conocían los detalles de algún
objetivo, el riesgo de que dicha información cayera en manos del enemigo se reducía.
El sistema de mando fue verticalista en la toma de decisiones, inherente a
cualquier práctica militar basada en un modelo del ejército y necesaria por los
problemas que podrían acarrear: la infiltración, la fuga de información y la creación de
facciones antagónicas.43 Un ejemplo de esto lo plantea una entrevistada:

“…personalmente no estuve de acuerdo con la muerte en algunos casos, lo


planteé y fue debatido, no me parecía el momento, no me parecía el objetivo...en
ese momento el costo para la organización fue muy alto….participé de algunos
operativos sin saberlo, me enteré después, estaba de apoyatura, no sabía de qué
era, había ido con una mujer del barrio, la mujer tenía y tiene confianza conmigo,
aparte fui con mi hija… Participé de la parte de la dispersión de los que habían
actuado del operativo. Yo sabía lo que tenía que hacer pero no sabía cuál era el
objetivo principal…”44

Sistema de Conducción verticalista.


La organización tenía una organización verticalista 45 con relación a sus
integrantes que se caracterizaba de la siguiente manera:

43
Gillespie, Richard, Soldados de Perón, Los Montoneros, Buenos Aires, Grijalbo S.A, 1998
44
Entrevista a Lucia realizada por la autora el 17 de febrero de 2011
45
“Código de Justicia Penal Revolucionario. Montoneros- Consejo Nacional 4 de octubre de
1975”. En Lucha Armada en Argentina, Buenos Aires, Argentina, Año 3, Número 8, 2007.
Documentos, Págs.124 a 127
19

Oficiales Superiores
Oficiales Mayores
Oficiales Primeros
Oficiales Segundos
Oficiales
Aspirantes a Oficiales
Soldados
Milicianos
Militantes de la agrupación
Activistas

Funciones y roles jerárquicos atribuidos a mujeres y varones.


La elección de la conducción era realizada, bajo otro principio fundamental, que
fue la evaluación autocrítica que en cada uno de los niveles realizaban sus miembros.

“Los de menor nivel participaban en las evaluaciones… se evaluaba de


abajo y de arriba, así como el ámbito superior evaluaba al de abajo…. había un
proceso de autocrítica muy fuerte internamente muy incentivado porque era propio
de que había que decir las cosas como son, entonces ese compañero si era
cuestionado desde abajo, evidentemente perdía rango”46

Los testimonios demuestran que las cualidades que debían reunir los y las
militantes para ir ascendiendo en responsabilidades eran el compromiso, la claridad
intelectual y la entrega, que debía ser “total” ya que un buen militante debía “poner
todo”.

“Formalmente había que demostrar en la práctica la capacidad de compromiso


y de acción, como todas las acciones humanas”.47

“Fundamentalmente se evaluaba la discusión política, la posibilidad de


análisis que cada uno tenía, la profundidad, la adhesión al proyecto, el
grado de compromiso en el cumplimiento de las tareas asignadas. Creo que
eran esos básicamente, todo se podría resumir en el tema del grado de
compromiso que cada uno ponía diariamente en muchos aspectos”. 48

46
Entrevista realizada por la autora a Francisco 22 de Febrero de 2010.
47
Entrevista realizada por la autora a Dora 16 de Diciembre de 2009.
48
Entrevista realizada por la autora a Patricia 11 de Febrero de 2011
20

Además debían tener ciertas cualidades de liderazgo, como carisma,


capacidad de conducción y ciertos atributos y habilidades que les permitían a los
oficiales varones de Montoneros solamente discurrir en actos públicos.

“…Lo que sí tenía el liderazgo masculino es que por ahí era más jetón. Si
pensamos en quiénes eran los referentes de las regionales de Juventud Peronista
casi todos estaban encuadrados en la organización; si bien aparecían
públicamente como JP, en general todos eran oficiales Montoneros, eran ellos los
que estaban a cargo, eran varones y eran jetones. Tenían que disertar en los
actos… mujeres no había. El liderazgo de la mujer no era de jetonear, la mujer que
jetoneaba era la de base, no la que estaba en la organización, en cambio en los
varones se daba bastante el tema del discurso. Las diferencias tenían que ver con
que había más varones que mujeres, pero como expliqué había una tendencia a la
protección de la mujer, a preservarla, pero eso no quitaba responsabilidad.” 49

La participación de las mujeres en cargos jerárquicos dentro de la


organización, fue cambiando a medida que se fue consolidando Montoneros a nivel
nacional y adquiriendo una estructura más “militarizada”. Se observa en un primer
momento, que las responsabilidades de conducción en el grupo originario de Santa Fe
de fines de los sesenta, eran cubiertas en su mayoría por mujeres, una de sus líderes
más importantes por ejemplo fue María Graciela de los Milagros Doldán, 50 y un
segundo momento posterior a 1974, en donde el análisis de las fuentes demuestra
que la gran mayoría de los dirigentes Montoneros eran varones 51. Pocas mujeres
llegaron a ser oficiales superiores, existiendo una ausencia importante de ellas a
medida que las responsabilidades en la organización iban en aumento.
Las militantes mujeres que llegaron a ser oficiales y oficiales superiores de la
organización fueron: María Antonia Berger, sobreviviente de la masacre de Trelew,
Norma Arrostito uno de los referentes femeninos más importantes de Montoneros –
única mujer que participó en el operativo militar de Aramburu-, que no se tienen
evidencias de que haya pertenecido a la Conducción Nacional de Montoneros, pero
posiblemente haya participado en las reuniones de conducción. Elida D’Ippolito que
ejerció la jefatura máxima de la Columna Norte en Buenos Aires y en Santa Fe Raquel
Carolina Negro que fundó en Santa Rosa de Lima el Movimiento Villero Peronista y

49
Entrevista a Lucia realizada por la autora el 17 de febrero de 2011
50
Esto se analiza en el Capítulo I.
51
A nivel Nacional esto es planteado por Dora Barrancos en una de sus investigaciones. Entre
1975/1977 no hubo dirigentes mujeres en los cuadros de conducción nacional.
21

formó parte de la conducción de la Agrupación Evita Regional Santa Fe, durante los
años 73-74 y que desparece en Mar del Plata el 2 de enero de 1978.

“Visto a la distancia había una diferencia, los cargos de mayor responsabilidad eran
de los compañeros. Pero había una conducción nacional donde había una
compañera o dos, Norma Arrostito y Berger, no me acuerdo del nombre de la
compañera. Norma Arrostito muere en la ESMA y la otra compañera muere en un
enfrentamiento…. había más prevalencia de varones. Como era una estructura que
se iba cerrando producto de la represión que iba creciendo, es como que no
conocíamos toda la red…era todo muy tapado.” 52

“Las mujeres éramos menos en la organización. Al ser más los varones, las
conducciones en general eran varones, pero había también mujeres que conducían:
Raquel Negro, era oficial. Una chica que no voy a nombrar porque está tapada, no
cayó presa ni nada, era una de las conducciones más altas que tuvo la organización
en Santa Fe. Vienen de las FAR53 las dos.” 54

De acuerdo a Isabella Cosse, la restructuración de las relaciones de género tuvo


un lugar secundario en las organizaciones de izquierda en general, en donde fueron
pocas mujeres las que participaron de responsabilidades, incluso usualmente se les
otorgaba tareas asociadas con su condición femenina.55
Por cuestiones de seguridad los/las militantes prácticamente desconocían los
nombres de las conducciones, solo tenían conocimiento de los responsables y de los
compañeros/as de sus células. La información de quienes fueron algunos de sus
compañeros/as militantes de Montoneros, oficiales o militantes de base, la obtienen
muchos años después, estando en la cárcel o con la llegada de la democracia. En
este sentido, Stella V. y Daniel comentan que:

52
Entrevista realizada por la autora a Susana el 20 de febrero de 2011.
53
Las FAR o Fuerzas Armadas Revolucionarias, fue una organización político-militar creada a
fines de los ’60, con una tendencia ideológica marxista-leninista, en un primer momento su
objetivo fue a través de la guerrilla rural y luego se orientaron a la urbana, con el tiempo se
fueron definiendo políticamente más cercanos al Peronismo, fusionándose con Montoneros en
octubre de 1973. Dos de los principales dirigentes de FAR, fueron Roberto Quieto y Julio
Roqué, ambos pasaron a ocupar cargos jerárquicos dentro de la organización Montoneros.
54
Lucia (17/02/2011)
55
Cosse, Isabella, Pareja, sexualidad y familia en los años sesenta, Siglo XXI, Buenos Aires,
2010.
22

“De la gente que era reconocida por ahí sabías si era orgánico o no si habías
participado alguna vez con él de algo orgánico o si habías funcionado con él. Si no
era un compañero de la Tendencia 56, de la JP, de la JTP o de la superficie, ahí
estaban los carismáticos, los jetones o jetonas, eran reconocidos en ese nivel. La
Flaca Manso a nivel de magisterio. Para adentro, creo que los oficiales superiores de
la orga no eran tan conocidos por todos ni eran vistos.”57

“De la organización hacia adentro (porque para afuera no, porque nadie sabía)
no nos conocíamos todos, entre los que nos conocíamos había compañeras que
eran muy reconocidas, con mucho mérito. Recuerdo a María o Raquel Negro.
Varones carismáticos, hacia adentro, había unos cuantos.” 58

Participación de las Mujeres en la Organización y las Agrupaciones de


Montoneros.

Es difícil establecer la cantidad de varones y mujeres que participaron en la


organización y en las agrupaciones de Montoneros, debido a la ausencia de listas de
afiliados y de otras fuentes que puedan corroborar la totalidad, pero en general los
testimonios demuestran que la cantidad de mujeres en la organización era menor que
el de los varones y aunque ninguno de los/as entrevistados se atreve a dar una
porcentaje estimativo de la cantidad, Cirilo Perdía que fue miembro de la conducción
nacional de Montoneros, dice: “cuantitativamente las mujeres significaban,
aproximadamente, un tercio del conjunto de la militancia montonera”. 59
Además si se
tiene en cuenta, la lista60 de muertos y desaparecidos Montoneros en Santa Fe, se
56
La Tendencia Revolucionaria estaba conformada por distintas agrupaciones identificadas con
el peronismo revolucionario y el socialismo nacional como proyecto político: la Juventud
Peronista Regionales (JPR); el Movimiento Villero Peronista (MVP); la Juventud Universitaria
Peronista (JUP); la Juventud de Trabajadores Peronistas (JTP); la Unión de Estudiantes
Secundarios (UES); y el Movimiento de Inquilinos Peronistas (MIP) -todas ellas organizaciones
de superficie de Montoneros-, junto con otras agrupaciones menores como las Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FAR), las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y el Peronismo de
Base (PB).
57
Entrevista realizada por la autora a Daniel el 25 de Febrero de 2011
58
Stella V. (20/02/2011)
59
Perdía, Cirilo Roberto. La otra historia. Testimonio de un Jefe Montonero, Argentina, Grupo
Ágora Documentos de la Argentina, 1997.Pág. 214
60
Realizada a partir del trabajo de investigación de Historias de vida. Homenaje a militantes
santafesinos. Aportes para la construcción de la Memoria colectiva, Tomo I y II, Secretaría de
Estado de Derechos Humanos. Gobierno de Santa Fe, Santa Fe 2007 y 2010.
23

puede expresar que aproximadamente de un total de 152, 108 son varones y 44 son
mujeres.
Teniendo en cuenta estos datos, se analiza por un lado, que efectivamente la
participación de mujeres fue menor en la organización y en las agrupaciones de
Montoneros, y por otro, que la intervención en operativos militares de alto riesgo para
la vida del militante, fue consignado principalmente a varones, resguardando la
exposición en los mismos a las mujeres.
Asimismo, surgen referencias de una gran participación de mujeres en
agrupaciones como la Juventud Universitaria Peronista (JUP) que según las
Facultades o estamentos universitarios a lo cuales pertenecían, el número de mujeres
y varones variaba.

“la mujer recién estaba empezando a estudiar en la universidad, recuerdo que


en Santa Fe toma bastante auge lo que en aquel momento la Escuela del
Profesorado que después se transforma en la Facultad de Ciencias que esta en calle
9 de julio y que ahora esta en el Pozo…era más que todo de mujeres, empezaron a
llegar mujeres en Derecho y por primera vez empiezan a aparecer mujeres
estudiando Ingeniería, en número no masivo pero importante…siendo que la
profesión de ingeniero era mucho más reservado para el hombre, que mucho hoy
existe…y también se vuelca las mujeres a la parte de Ciencias Económicas y si tiene
mucho desarrollo la mujer en la Facultad de Católica…en la Universidad Católica…
una mujer que avanza en el estudio digamos…la mujer por primera vez ingresa
masivamente al estudio, a tener presencia, estamos hablando de treinta años
atrás”61

La organización Montoneros como ya se dijo, se nutría de las distintas


agrupaciones, una de ellas era la JUP, y aunque se evidencia que la participación de
las mujeres no es en cantidad igual a la de los varones, es significativa ya que en este
caso en los ‘60 y ‘70 las mujeres comienzan a ingresar masivamente en las casas de
altos estudios, permitiendo su acercamiento a la organización.

Los Frentes Barriales: La Agrupación Eva Perón


Con la llegada de la democracia y el triunfo del peronismo en las elecciones de
1973. Montoneros, abandona la lucha armada y comienza a orientar su estrategia
política para debilitar y progresivamente desplazar a su enemigo interno, la derecha
peronista. En este marco, forma frentes de masas para profundizar el trabajo social y
político en los barrios con los sectores populares.

61
Entrevista realizada por la autora a Patricio el 30 de noviembre de 2009
24

En la historia del Movimiento Peronista, la rama femenina, analizada en el


capítulo II, fue un eslabón muy importante para la construcción del poder. La figura de
su fundadora, Eva Perón, fue y lo sigue siendo hasta el día de hoy, muy significativa
para el imaginario peronista. El problema, para Montoneros, era que la rama femenina
del partido, estaba cooptada por la ortodoxia del peronismo significando algunas
limitaciones para la organización en su estrategia política de construcción de poder
dentro del movimiento.62Es por ello, que funda su propia línea femenina, la Agrupación
Evita, en adelante AE, como frente barrial. Lucía a través de su testimonio, demuestra
como para Montoneros la Rama Feminista, entraba en contradicción con los
postulados y la orientación política de la organización:

“La Agrupación Evita es como una superación de la rama femenina, una


visión revolucionaria de la rama femenina (que existió siempre en el Partido). La
Agrupación, fundamentalmente, me parece que tiene que ver con otra visión de la
inserción política y del poder. …Una cosa es la Agrupación Evita para la toma
del poder y la construcción del socialismo nacional, y otra es la rama
femenina que agrupaba a las mujeres con un rol político, con cierto poder
pero que no pasaba de una burocracia partidaria. El objetivo, la construcción
de un poder nacional y popular y aporte al nacionalismo nacional y el
protagonismo de la mujer no desde la perspectiva de acompañar al hombre que
estaba en el partido sino de construcción de poder femenino; poder real
político y organizativo, no de disputa con el hombre.” 63

Sin embargo, y teniendo en cuenta los análisis de Karin Grammático, la AE,


como frente de masas tuvo como actividades principales problemáticas relacionadas
con la familia, la niñez y la educación. La Agrupación Evita, se dedicó a varias
actividades como por ejemplo: la organización de campamentos infantiles, la limpieza
y canalización de zanjones en los barrios, la reparación de escuelas, charlas sobre
educación femenina e infantil, difusión de materiales políticos (en especial cintas y
audios de Eva Perón), también se dedicó a dictar cursos de alfabetización de adultos,
organizar colonias de vacaciones y produjo festivales en los barrios en celebraciones
como el Día de la Madre o el Día del Niño.64

62
Grammático, Karin “Las “mujeres políticas” y las feministas en los tempranos setenta: ¿Un
diálogo (im)posible?” en Andújar, Andrea, Historia, Género y Política, Buenos Aires, Feminaria,
2005.
63
Entrevista a Lucia (17/02/11)
64
Grammático, Karin Ob.Cit.
25

Montoneros en general y las mujeres en particular que participaron activamente


en la AE, no pretendieron generar ninguna ruptura con la tradicional interpelación
política por parte del peronismo a las mujeres como madres y esposas. La fundación
de la Agrupación Evita sin embargo pudo significar también un espacio en donde hubo
al menos un esbozo de “empoderamiento”, de construcción de poder femenino como
plantea Lucía y al mismo tiempo, haber servido como dice Luis como un espacio
estratégico para dar “una respuesta a determinada estructura política que había en ese
momento, que era la rama femenina…era una incorporación masiva de las mujeres en todos
los frentes: en el barrio, en la fábrica, en la universidad. En general como la agrupación había
que hacerla, porque se tenía que dar la lucha en esos lugares, las compañeras no querían ir
ahí. ….Me parece que las compañeras no le veían mucho sentido. En nuestra época no
considerábamos al feminismo una cosa muy válida que digamos, porque planteábamos
una revolución total, no era una cuestión de solucionar pequeñas cosas. ”.65
Se analiza que el objetivo principal de lucha de la organización Montoneros se
relacionaba con el sistema de dominación capitalista y no con el sistema de
dominación patriarcal, como dice Luis “en la manera en que vos modifiques la sociedad
todo eso va a estar incluido” 66, En este contexto se entendería, lo planteado por este
testimonio, de por qué las mujeres de la organización tuvieron un escaso interés en
participar en la AE, y muchas de las mujeres que fueron destinadas a esas tareas
incluso la entendieron como despromoción.

“el problema de la mujer se va a resolver junto con el del hombre porque en


realidad son los trabajadores los que tienen que modificar su situación con
respecto a los patrones; son todos los del barrio que tienen que mejorar sus
cosas. En esto tiene mucho peso el papel de Evita, que no era feminista;
encarna la reivindicación pública de la mujer desde otro lugar, ponerse a la par.
Eso creo que nos marcó a todos, a hombres y mujeres.” 67

Asimismo, la Agrupación Evita “tuvo una reminiscencia popular de reivindicación del


liderazgo de Evita (pensemos que estaba la figura farsesca de Isabel)” 68 . Son interesantes
las reflexiones críticas que desde el presente realiza Stella V. acerca del liderazgo de
Evita:

65
Entrevista realizada por la autora a Luis el 2 de diciembre de 2010.
66
Luis (2/12/10)
67
Idem, Luis.
68
Entrevista realizada por la autora a Dora el16 de Diciembre de 2009.
26

“en esos años una de las cosas que nosotros rescatábamos como bandera era
“Renuncio a los honores pero no a la lucha”. En el renunciamiento, Evita dice eso.
Hoy analizando eso, con perspectiva de género, nuestra forma de levantar esa
bandera es injusta para el género; el General era el líder, el conductor, el que
tomaba las decisiones y Evita… renuncia a los cargos. Creo que Evita está muy
sacralizada como mujer y abanderada de los humildes, la cuidadora, salió del rol
doméstico intrafamiliar pero pasó un rol doméstico más a nivel nacional.”69

Este análisis permite observar que Montoneros reivindicaba el liderazgo de


Evita como la figura femenina más importante del movimiento, incluso con slogans
que planteaban “Si Evita viviera sería Montonera”. Es decir, la organización le otorgó
un lugar emblemático, un rol destacado pero como dice Stella V. no dejo de ser un “rol
doméstico a nivel nacional”.
La estrategia Montonera de construcción de un poder nacional y popular a
través de formación de frente de masas de inserción política, se fue debilitando al
tiempo que se debilitaba la relación con su líder. El punto de ruptura con Perón fue el
1º de Mayo de 1974 cuando luego de un enfrentamiento verbal con su líder,
Montoneros y todas sus agrupaciones de masa se retiran de la Plaza de Mayo.70
Comenzaba así, una nueva etapa para Montoneros, la vuelta a la lucha
armada y a la clandestinidad, en un marco de persecución política por parte de la
derecha del peronismo, a través de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) 71.
Esto hizo que agrupaciones de masas quedaran indefensas y con pocas posibilidades
de acción, como la Agrupación Evita que al poco tiempo se diluyó.

Las Células: ¿Relaciones más horizontales?


69
Entrevista realizada por la autora a Stella. V 20 de febrero de 2011.
70
Cabe aclarar que la ruptura con Perón no fue una ruptura definitiva, siempre estuvo el
justificativo del “circulo” de derecha que rodeaba a Perón para salvaguardar su figura como
líder. Nunca rompieron definitivamente con él porque eso hubiera menoscabado su propia
legitimidad como herederos dentro del Movimiento.
71
A fines de 1973 se formó la Alianza Anticomunista Argentina (AAA), organización parapolicial
dirigida por el comisario general Alberto Villar, jefe de la Policía Federal entrenado en la
Escuela de Panamá, y por José López Rega, Ministro de Bienestar Social. Su personal se
integró con oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Policía, ya fuera en actividad o retirados y
con militantes de la derecha del peronismo. Su objetivo: asesinar y desaparecer a militantes,
colaboradores o simpatizantes de los sectores “revolucionarios”, fueran o no peronistas, con un
enorme nivel de vaguedad de sus “blancos” probables. Información extraída de Calveiro, Pilar,
Política y/o violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años '70, Buenos Aires, Verticales
de Bolsillo, 2005. Pág.40
27

El sistema de compartimentación de Montoneros estaba dado por la


organización en células que tenían la mayor autonomía táctica posible respecto a la
estructura. Por razones de seguridad, se conformaron éstas unidades operativas
básicas denominadas usualmente “ámbitos”. En cada una de ellas las relaciones
tendían a ser más horizontales intentando llevar adelante un criterio democrático e
igualitario en la toma de decisiones.

“El manejo de la plata era equitativo, las decisiones medio que las tomábamos
en las reuniones de células. Nos organizábamos por células por criterios de
seguridad y había compañeros y compañeras responsables de cada célula.” 72

Los testimonios manifiestan que aunque el esquema organizativo de


Montoneros tenía un sistema de conducción verticalista, existía el principio de
centralismo democrático, ya que al interior de cada célula todos los temas se debatían
por igual entre varones y mujeres. Sin embargo, la lógica militarizada de la
organización condujo progresivamente a un autoritarismo interno, que volvía
inexcusable las decisiones tomadas por las jefaturas.

“No es que te decían “Andá a hacerlo vos”, en ese sentido la organización era
una estructura piramidal pero democrática”.73

Pese a esto, los miembros de cada una de las células debían remitirse siempre
a su responsable cuya función era ser el nexo con las instancias superiores de
mando.74
Las relaciones construidas en cada célula entre los/las responsables y sus
miembros eran percibidas por los y las militantes como igualitarias y respetuosas,
incluso algunos comentan que se conocían de la “vida legal” y eran amigos,
considerando que había vínculos fraternos y que a pesar de que las obligaciones,
compromisos y responsabilidades eran diferentes por el grado de jerarquía, los y las
responsables de cada célula eran considerados/das como “un par, un compañero
más”, ya sea mujer o varón.

72
Entrevista a Stella V. (20/02/ 2011)
73
Entrevista a Lucia (17/02/11)
74
Guglielmucci, Ana, Memorias Desveladas. Prácticas y representaciones colectivas del
encierro por razones políticas, Buenos Aires, Tientos, 2007.
28

“No había tratos diferenciados. Responsables tuve varios pero no lo noté. Te lo


digo así categórico porque teníamos el mismo trato.”75

“…tuve responsables varones. Había buen trato. Yo a su vez era responsable de


otro grupo de la organización, por ser responsable sentí que era valorada”76

“…probablemente en general en antigüedad y en experiencia yo tenía mayor


antigüedad, mayor experiencia que ella (haciendo referencia a su responsable
mujer), y bueno a ella le toco ser responsable mío y yo lo aceptaba con normalidad
digamos porque era una disposición interna no?...el responsable de un grupo no
era la estructura militar “que yo porque soy esto, vos tenés que hacer esto”… no
era así o sea nosotros como responsables del grupo teníamos que ser la
síntesis del grupo”77

“Tuve responsables mujeres y varones… Era de mucho respeto y de afecto.


Pasa que nosotros veníamos de una formación humanista, más desde el
cristianismo… Es más, después lo que nos sostuvo fue éso. Al desmoronarse la
organización, lo que te sostiene son los afectos…”78

La organización Montoneros, según lo planteado por las y los interlocutores/as


constituía un colectivo de socialización cuyos vínculos se construían no solamente por
afinidades políticas e ideológicas sino también por relaciones afectivas y trayectorias
comunes eran amigos o incluso eran parejas La organización constituyó para sus
miembros un referente político pero también afectivo.

Tareas y roles asignados en las células a mujeres y a varones.


Con relación a las tareas realizadas en las células de la organización, los/las
entrevistados/as manifiestan, que se asignaban de forma equitativa, compartiendo casi
todas las actividades desde los campamentos de adiestramiento hasta las discusiones
políticas e ideológicas; poniéndose en juego toda una serie de prácticas de
cooperación, de intercambio y de división de trabajos.

75
Entrevista realizada por la autora a María Rosa el 24 de Febrero de 2011.
76
Entrevista a Lucia (17/02/11)
77
Entrevista realizada a Francisco el 22 de Febrero de 2010
78
Entrevista a Stella V. (20/02/ 2011)
29

“Se compartía por igual. Cuando hacíamos campamentos de adiestramiento,


militancia o discusión ideológica, las tareas eran repartidas igualitariamente entre
hombres y mujeres.” 79

“Corríamos juntos. Disparábamos parejito y siempre íbamos de la mano. Era


como una cosa así, el compañero te agarraba de la mano y corríamos juntos.” 80

Sin embargo, dos cuestiones generaron diferencias para los y las militantes con
relación a la asignación de tareas. La primera refiere a las capacidades o destrezas
físicas que cada uno tenía que varía según el sexo, en este sentido Juan y Mario
comentan:

“… no subestimo ninguna capacidad todo lo contrario,…pero convengamos que


en general había un marco mayor de torpeza digamos en la forma en la
destreza de cómo fugarse o escaparse arrojar una molotov no? o sea cuestiones
que fuimos saldando si, con el tiempo si, pero estaba presente este machismo, y
prejuzgábamos las destrezas de la mujer”81

“…las mujeres participaban (…) por ejemplo en la facultad si vos te ibas a pelear,
vos sabías que venía el clima enrarecido y que podía haber trompadas,
normalmente la primera línea eran hombres no vas a poner mujeres…si vos
ibas a un acto político donde estaba la Juventud Sindical Peronista, no ibas a poner
en primera línea a las mujeres, una cuestión protectora machista puede ser, pero
por otra parte la mujer tampoco estaba preparada físicamente no existían los
gimnasios…venían de un colegio donde jugaban pelota al cesto y de ahí no pasaba,
físicamente vos no podes poner a pelearse con un mono del sindicalismo que venían
con unos palos que te partían la cabeza…”82
Y la segunda diferencia, refiere a las pautas culturales de la época que le
asignaban ciertos comportamientos y roles diferentes a varones y a mujeres dentro de
la sociedad y que fueron tenidas en cuenta estratégicamente por la organización o las
agrupaciones al momento de realizar un operativo, principalmente por cuestiones de
seguridad interna.

“….Personalmente dentro de la organización nunca vi diferencias. Salvo las


ocasiones cuando salíamos a pintar que salíamos en pareja, o en cuestiones de

79
Entrevista a María Rosa (24/02/2011)
80
Entrevista a Stella V. (20/02/ 2011)
81
Entrevista realizada por la autora a Antonio el 14 de diciembre de 2009
82
Entrevista realizada a Patricio el 30 de noviembre de 2009.
30

camuflaje por ejemplo “Andá vos que sos mujer y levantás menos sospecha”. Pero
eran cuestiones de la sociedad no de nosotros, es decir, convenía. Por ejemplo,
si tenías que entrar a un bar convenía que fuera un varón porque en esa época una
chica sola en un bar de noche no correspondía. No era que no correspondía para
nosotros si no para la sociedad. Y si había un lugar donde tenía que entrar la chica
sola el varón se quedaba afuera. “83

“…Para algunas acciones era más conveniente que estuviera una mujer, por
ejemplo para hacer relevamientos, investigaciones, chequeos de operativos, casi
siempre iban mujeres, que después no eran las que actuaban. Si vos ves una
mujer caminando por la calle mirando no te genera la misma sospecha que
un hombre, era como que pasaba más desapercibida. Incluso la idea era,
según el lugar que tenías que chequear, ir vestida de una forma u otra que pasara
más desapercibida o que se notara como un minón, depende de qué cosas eran.
Pero hay cuestiones que sí, hacíamos las mujeres en cuanto al operativo.” 84

Las diferencias que se establecieron con relación a la asignación de tareas en


las células de la organización demuestran que no se plantearon cuestionamientos con
relación a los roles tradicionales atribuidos a los varones y a las mujeres sino que por
el contrario Montoneros los siguió reproduciendo, en este sentido María Rosa dice: “…
Montoneros no era un globo, era parte de la sociedad que seguía siendo absolutamente
machista.”85Es decir hubo una división interna de trabajo sexual para los operativos de
acuerdo a los roles asignados a cada género.
Al interior de cada célula, como ya se dijo, se debatían una variedad de temas
políticos, económicos, sociales, militares, pero no se discutían directamente los
relacionados con las problemáticas de género o se discutían pero sin visualizarlo
como tal, encubierto en otras cuestiones.

“He presenciado discusiones políticas muy fuertes entre mujeres y varones pero por
cuestiones políticas o de concepciones o formas de ver las cosas, no por
cuestiones de poder o tareas asignadas.” 86

“…No había un sentarse a discutir el tema de género, o si eran discutidas eran


discutidas muy superficialmente a raíz de algún incidente”87

83
Entrevista realizada por la autora a Daniel el 25 de Febrero de 2011
84
Entrevista a Lucia (17/02/11)
85
Entrevista a María Rosa (24/02/2011)
86
Entrevista realizada a Daniel el 25 de Febrero de 2011
87
Entrevista realizada a Patricia el 11 de Febrero de 2011
31

Los debates políticos que se planteaban entre los/las integrantes de Montoneros


se relacionaban estrictamente con el sistema de dominación de clase, con la opresión
de la burguesía sobre el proletariado, y no con la opresión de los varones sobre las
mujeres. La lucha, el compromiso y la entrega pasaban por erradicar el sistema de
dominación capitalista y no por cuestionar el sistema de dominación patriarcal, por eso
el desinterés en general de los y las militantes, de discutir acerca de las relaciones de
poder de género.
La organización no era un “globo” dentro de la sociedad, como decía María
Rosa, continuó reproduciendo los roles tradicionales asignados a mujeres y varones.
El rol de protección y de cuidado de los militantes varones hacia las militantes mujeres
de la agrupación, es una constante en los testimonios. Stella F. por ejemplo habla
sobre este tema, siendo interesante su aporte en la media que ella no lo cuestiona
sino que además le parece satisfactorio:

“…había una cuestión marcada y te diría satisfactoria…eso que uno la veía con
satisfacción de parte de los compañeros…esa cuestión del cuidado y de la
protección de la mujer…en situaciones de exposición o de riesgos siempre el
varón tenía una tendencia a proteger, nunca a dejar desprovista a la mujer,…..
yo nunca me voy a olvidar las elecciones del 73’ que yo estaba como presidenta de
mesa y entonces eran unas elecciones muy fuertes porque todo el mundo pensaba
que podía haber situaciones de violencia …y yo estaba como presidenta de mesa y
se me apareció un grupo de todos varones de compañeros a cuidarme….a mi me
sorprendió tanto…por qué? cómo puede ser que ellos piensen que no puedo ser
presidenta de mesa en estas circunstancia, eran compañeros de la facultad, era
como una cosa de cuidado… del varón a la mujer…esa cosa de la protección si yo
la sentí”88

Discriminación.
La organización como institución política, inmersa en una sociedad androcéntrica
con “normas” genéricas establecidas, no quedó exenta de reproducir los mandatos
biologistas de división sexual, y de auspiciar tratos de “discriminación simbólica”. En
este sentido, se considera que explicar las relaciones de género al interior de
Montoneros, implica poder reinsertar en la historia a esta organización, devolverle su
acción histórica y no deshistorizarla, como analiza Pierre Bourdieu.89

88
Entrevista realizada por la autora a Stella F. el 24 de noviembre de 2009
89
Bourdieu, Pierre La dominación masculina, Anagrama, Barcelona, 2000. Pag.8
32

“Recuerdo una consigna…que los compañeros cantaban “Mujeres, mujeres son


las nuestras, las demás están de muestra”. En las asambleas había peleas
entre agrupaciones…me acuerdo una vez en la Facultad de Derecho, había una
agrupación que se llamaba AUN que era una agrupación de izquierda… “AUN,
gallinas, a ustedes los corremos con la rama femenina” que de alguna manera
implicaba que nosotras éramos más débiles pero éramos combativas de última.
Pero expresiones sexistas sí las había.”90

“Por ejemplo mi sobrenombre “Mina”. Me parece que había como una valoración
mística de la mujer militante, era la que tenía huevos. Incluso había una consigna
que cantábamos “Mujeres, mujeres, mujeres son las nuestras las demás están de
muestra”91.

El análisis de la consigna expuesta por los varones de Montoneros, permite


visualizar que hubo al interior de la organización tratos de “discriminación simbólica”.
Podría interpretarse que en el planteo “las mujeres son las nuestras” está implícita una
idea de propiedad o de posesión de las mujeres por parte de los varones de la
organización, pero además decir “las demás están de muestra”, implica que había dos
tipos de mujeres, por un lado las mujeres militantes combativas y comprometidas con
la lucha política y por otro, mujeres de muestra, que podría suponerse que refieren a
mujeres sin reflexión política alguna y por esto subestimadas en su condición
femenina. Pero además, al interior de la organización las mujeres militantes
Montoneras también eran discriminadas por su condición de mujeres más débiles con
relación a los varones, si se tiene en cuenta la consigna planteada por Clara que decía
que “a ustedes los corremos con la rama femenina”.
Se considera que estas consignas manifiestan que hubo tratos discriminatorios
al interior de Montoneros y que las características particulares asignadas a las mujeres
dentro de la organización como fuera de ella, eran conocidas y admitidas tanto por los
varones como las mujeres.

Las Montoneras: Limitaciones para militar


En general las mujeres entrevistadas consideran que no tuvieron limitaciones
en su “ámbito” para poder militar. Incluso plantean que no hubo una separación entre
el espacio doméstico y la militancia que ambos planos se interrelacionaban porque se
compartía todo.

90
Entrevista realizada a Patricia (11/02/2011)
91
Entrevista a Lucia (17/02/11)
33

“Las limitaciones las puso la realidad. Nos las puso a todos y todas, no había la
perspectiva de género que hay ahora, había una equidad natural. Con mi
compañero siempre estábamos cubriendo citas, era un control “Llegás, no llegás, a
qué hora”, el que llegaba preparaba la comida y si quedaban los platos sucios se
lavaba. No era que había una separación del trabajo doméstico y la militancia. No
sé cómo habrá sido el caso de las compañeras con hijos porque en el ámbito que
yo estuve no se presentaron esos casos.”92

Sin embargo, una Montonera entrevistada plantea que las limitaciones en


algunos casos aparecían cuando se militaba en pareja con diferencias de rango dentro
la jerarquía de la organización. María Rosa plantea que debió ceder su tiempo y
espacio de militancia para quedarse en su casa cuidando a sus hijos para que así su
compañero pudiera cumplir las responsabilidades como Oficial Mayor de la
organización.

“…vas a encontrar esto de la pareja de militantes en el seno de la clandestinidad.


…A mí me pasó que siempre fui la compañera de alguien de más nivel, de
mucho más nivel. Entonces si había que definir quién perdía la reunión, era yo.
Mi marido era Oficial Mayor, yo entré como Aspirante. …se discutía internamente
en los ámbitos de cada uno quién cuidaba los chicos, quién hacía los mandados,
quién manejaba el coche; pero objetivamente cuando había que resolver en
situaciones de emergencia o en situaciones normales pero más apuradas, siempre
era mi lugar el que cedía el espacio, el tiempo y demás.”93

También aparecen en las fuentes algunos casos que manifiestan que a raíz de la
militancia full time que significaba asumir el compromiso como Oficial Mayor o
Superior –jerarquías ocupadas en su mayoría por varones-, sus parejas encontraban
limitaciones para militar. Y a pesar de que la división de tareas a nivel privado y
público eran discutidas en el ámbito para que sea lo más democrática posible, la
urgencia de las circunstancias políticas hacía que la asignación de tareas terminara
siendo desigual entre varones y mujeres. Esto no significó que el problema de la
igualdad en las relaciones cotidianas de parejas estuvieran ausentes, pese a la
sumisión de las consignas feministas a las lógicas de la lucha política.94

“… en el seno de la pareja me pasaban estas cosas y sí recuerdo haber discutido


en este ámbito “Por qué no va alguien allá de tres escalones más arriba a
92
Entrevista a Stella V. (20/02/ 2011)
93
Entrevista realizada a María Rosa (24/02/2011)
94
Cosse, Isabella, Ob. Cit.
34

putear contra éste que me deja los chicos y se va”. Pero objetivamente no
había demasiadas posibilidades de armarlo de otra manera. La conciencia estaba
y también los límites….” 95

Asimismo, se considera que el orden familiar de los ’70 en Santa Fe también


generó limitaciones en la participación política de algunas mujeres. Las jóvenes
militantes que en general provenían de familias de clase media con una fuerte matriz
católica, y que comienzan a participar social y políticamente entre los 15 y los 22 años,
en su mayoría, solamente dejaban la casa paterna de la mano de un varón luego de
casarse, un ejemplo de esto lo comenta María Rosa: “Me caso a los 18 años para rajar de
mi casa, estaba enamorada pero de todos modos me casé para rajar de casa”.96
En general estas jóvenes en los ’70 se atrevían cada vez más a ocupar el
espacio público y político, pero había algunas que todavía no se habían casado y
vivían con sus padres. El ámbito familiar les imponía ciertas normas de
comportamientos restringidas, limitando las posibilidades de militancia y condicionando
su compromiso de “entrega total” que demandaba ser una o un militante en esa época.
En este sentido, Patricio comenta lo siguiente:

“…yo me acuerdo de la problemática familiar para aquella que no se había ido


de su casa todavía lógicamente la relación con los padres era indudablemente
distinta a lo que es ahora, la democracia familiar y participativa era distinta...era
una concepción de familia distinta por lo tanto… las libertades que tenía era
mucho más difícil sobre todo para las mujeres que para el hombre. En ese
momento para más o menos si querías formalizar algo vos llegabas a los 18
años y era una obligación para el hombre…y la mujer también la tenía, su
opción era ante todo casarse a los 18,…por eso había diferencia de lo que
existe ahora una gran necesidad de salir rápidamente de la casa de los
padres… ahora no hay apuro…obviamente le costaba más a la mujer que
al hombre digamos porque todavía estaba la concepción de que la mujer
no podía tener ciertas libertades como el hombre…vos en tu casa tenías
limitaciones muy estrictas pero no porque eran malos los padres sino porque
era así la sociedad”97

95
María Rosa (24/02/2011)
96
María Rosa (24/02/2011)
97
Entrevista realizada por la autora a Patricio el Lunes 30 de noviembre de 2009
35

Asimismo, las mujeres participaron en varios operativos militares y tareas


importantes dentro de la organización pero esto no significó que tuvieran las mismas
posibilidades de maniobra que los varones a la hora de militar, sino que por el
contrario su rol de hijas, esposas y madres, dificultó su accionar en el espacio público
y político. Por ejemplo, una de las restricciones que aparecen para las mujeres se
relacionaba con los entrenamientos militares, generándose una diferencia con los
varones que tenían más posibilidades para entrenarse. Sin dudas, los varones como
las mujeres en Montoneros asumieron la lucha armada pero con posibilidades muy
diferentes.

“…En general los entrenamientos se hacían los fines de semana. La mujer no


siempre podía, la que era soltera por que vivía con su familia,
ubiquémonos que no es como ahora que las mujeres viven solas, nosotras
vivíamos con nuestros padres. Y que un varón se vaya a la isla era más
lógico, era una actividad masculina, cazar, pescar, todo eso. Para las casadas
también era más difícil porque si tenías hijos alguien se tenía que quedar
con ellos en caso que los dos fueran militantes. Aparte al trabajarse tan a full
los días de semana, vos tenías que pensar que si no estabas ese fin de semana
con tu hijo después no estabas hasta la otra semana. Entonces, había
cuestiones en que había diferencias en la labor y posibilidades de uno y otro,
pero eran bien asumidas, era como distribuir la tarea. Eso no quitaba que uno y
otro no asumieran la lucha armada.”98

Con relación a los operativos militares se reitera en las fuentes orales, que la
distribución de tareas era igual para mujeres y varones y que las diferencias sólo
dependía de las capacidades físicas que cada uno tenía independientemente del
sexo.

“No había diferencias por lo menos en mi experiencia, salvo la fuerza, que es


diferente.” 99

“Había diferencias de características físicas que eran insoslayables. No eran


de mujer o varón, dependían de contextura física, había compañeras que eran
unos roperos y podían llevar cualquier cosa, y había compañeros que recién
salían de la secundaria que no estaban capacitados para tirar con cualquier
cosa.”100
98
Entrevista a Lucia (17/02/11)
99
Entrevista realizada por la autora a Dora el 16 de Diciembre de 2009
100
Entrevista a Daniel el 25 de Febrero de 2011
36

Ser un “buen militante” implicaba tener un total compromiso por la causa y una
entrega incondicional, pero en este marco, las mujeres estaban condicionadas por sus
roles tradicionales atribuidos para poder “poner todo” en la organización.

“El compromiso. El que ponía todo, eso era absolutamente fundamental, por
ejemplo en mi caso yo tenía un tema que era que nunca pude decir “Me voy
de mi casa”, de la casa en la que vivía con mis padres, a mí me implicaba
todo un esfuerzo con respecto a esta cuestión de que cuando yo salía a
pintar una pared a las cuatro o cinco de la mañana me tenía que ir a dormir a la
casa de un compañero porque no podía salir a las cuatro de la mañana de mi
casa. A la vez, donde yo vivía, si alguien venía a mi casa, era un compañero de
estudio y mi familia no sabía que venía y era un militante, era un compañero de
estudio. Mi nivel de compromiso en algunas cuestiones era limitado. El día que me
fueron a buscar yo estaba viviendo en mi casa.” 101

Aquí se puede analizar como la institución familiar es uno de los sitios


primordiales de reproducción de la “dominación masculina”, ya que en la misma se
impone prematuramente la división sexual del trabajo y por ende la representación
legítima de esa división.
La “dominación masculina” de padres y esposos condicionó a muchas mujeres
Montoneras a comprometerse full time con la militancia ya que estos condicionantes
reducía sus posibilidades de acción y por tanto, también sus posibilidades de
promoción dentro de la jerarquía interna de la organización y así poder ocupar cargos
superiores.

¿Hombre Nuevo y Mujer Nueva?

La nueva sociedad por la que luchaban estos varones y mujeres Montoneros


debía superar a la sociedad capitalista, causante de la deshumanización de los sujetos
producto de la explotación de la burguesía sobre el proletariado.

“Había algunos documentos que hablaban acerca del Hombre Nuevo, el


Hombre en un país como el que buscamos, como el que deseábamos” 102

101
Entrevista a Patricia el 11 de Febrero de 2011
102
Entrevista realizada a Stella V. 20 de febrero de 2011.
37

El objetivo revolucionario era construir un sujeto completamente emancipado y


desarrollado en todos sus aspectos y una sociedad en donde el “hombre” pudiera
desplegar todo su potencial humano: un “Hombre Nuevo” en una sociedad nueva que
le permita la satisfacción material y espiritual necesaria para su desarrollo político,
ideológico y moral.
Montoneros se nutre de la idea de “Hombre Nuevo” encarnado en Ernesto
Guevara y plantea la necesidad de transformar al “hombre” en la medida en que éste
transformaba la sociedad con nuevos valores y principios. Como dice Dora, “todos
éramos el Che”.103
La construcción de “Hombre Nuevo” fue un reto importante para los/las
militantes, porque les fue muy difícil formar a un “hombre” con una amplia capacidad
de entrega, compromiso social, de subordinación de la vida a la revolución,
sacrificando la autosuficiencia individual en favor de un colectivo social que planteaba
la cooperación mutua, en un contexto social que seguía siendo absolutamente
individualista y atomizado.
La contrapartida del “hombre nuevo” socialistas, cuyas características eran la
humildad, la sencillez, el espíritu de entrega, el compromiso y la generosidad, era el
“hombre viejo” o burgués liberal que encarnaba todos los vicios del capitalismo. Por
esto los entrevistados comentan que debían luchar contra todas aquellas acciones
individualistas y egoístas que lo asemejaran a un burgués. “La existencia de valores
por encima del individualismo, asentados en los idearios revolucionarios y nutridos por
la instauración de intricados lazos afectivos entre los miembros de una misma
organización, permitieron y fomentaron el despliegue de una serie de mecanismos de
disciplinamiento de cada militante”. 104

“El tema era evitar las conductas liberales tanto para la mujer como para el
hombre.”105

“uno de los tantos elementos que estaban incorporados en la concepción de lo


que se llamaba el “Hombre Nuevo”, el Hombre Nuevo lógicamente era un faro,
un ideal a…donde supuestamente había una cierta perspectiva de la visión del
hombre, chocando con esa vieja concepción…el “Hombre es lobo para
Hombre”.106

103
Entrevista realizada por la autora a Victoria el 16 de Diciembre de 2009
104
Guglielmucci, Ana, Ob.Cit, Pág37
105
Entrevista a María Rosa (24/02/2011)
106
Entrevista a Patricio (30/11/2009)
38

Unos de los elementos esenciales de la moral revolucionaria para este proceso


de cambio, era formar nuevas generaciones que iban a ser las encargadas de
continuar con el proceso revolucionario. Por esto mismo para la organización fue
importante la proyección de tener hijos.
Junto a la moral revolucionaria y a la idea de “Hombre Nuevo” tomadas del
guevarismo, Montoneros también sostuvo una moral cristiana, que como ya se ha
planteado en el capítulo I, se relacionaba con la formación católica tercermundista de
los/las integrantes de la organización. La moral cristiana de Montoneros, planteaba
otros atributos necesarios para ser un buen militante y un “Hombre Nuevo” para una
sociedad nueva. Stella V. dice: “Éramos muy exigentes en cuanto a valores morales,
teníamos todo nuestro grupo que venía del Ateneo, que a su vez tenía sus raíces en el
cristianismos con unos principios morales muy estrictos, las lealtades, la verdad, la
fidelidad, una cosa muy fuerte en la formación que teníamos.” 107

Estos atributos se relacionaron también con las modalidades que debía asumir
la pareja de militantes, por ejemplo con relación a la fidelidad.

“el tema de la moral revolucionaria, moral cristiana que no es lo mismo,…pero es


igual…como diría Silvio Rodríguez, … voy a hacer algunas confesiones…espero
sirvan simplemente para interpretación y no para exposición…no para mi escarnio
si? Yo machista no sé si era pero que obviamente tenía el modelo de la poligamia
la tenía, o sea gran parte de la participación de muchas de las compañeras era
como se decía en su momento groseramente con vencimiento vaginal…Y bueno
cuando me encuentro con quien va a ser después mi esposa, mi única esposa…el
planteo viene por el lado cristiano viste, si bien es cierto el Hombre Nuevo
quién era?, el Hombre Nuevo era el Che Guevara, era Cristo, era Camilo
Torres viste, había un montón de Hombres Nuevos todo se confundía bajo el
paraguas del Hombre Nuevo ….no podía tener una doble moral por ejemplo,
entonces me fajan mal por ese lado…por la infidelidad y muerdo el polvo
mal”. 108

La vida del militante abarcaba un conjunto de reglas y normas que hacía que
cada uno se sintiera parte de la organización, pero al mismo tiempo invadida por ella.
El “mundo del militante” atravesaba los comportamientos tanto del espacio privado o
doméstico como del espacio público. En este sentido Patricia comenta que: “La
infidelidad a tu pareja era sancionada desde la organización política, porque nuestra vida
era un permanente servicio a la militancia. Si vos no le eras leal a tu compañera o a tu

107
Entrevista a Stella V. (20/02/ 2011)
108
Entrevista a Antonio (14/12/2009)
39

compañero no podías serle leal ni a la organización ni al proyecto político. El precepto


era así.”109
Serle infiel a la pareja para Montoneros era serle infiel a la revolución, era ser
contra-revolucionario y se relacionaba con ciertas actitudes liberales e inmorales, por
eso la infidelidad era sancionada.
Las sanciones en general, no solo las referidas a la infidelidad, en su mayoría
tenían que ver con la realización de un proceso de autocrítica que podían implicar
desde hacer un trabajo por escrito hasta la degradación, ajustándose al grado de
jerarquía ocupado en la organización. Un testimonio da cuenta del caso de descenso
de grado por infidelidad de Paco Urondo.110 Este caso es interesante para analizar ya
que fue su pareja, Lili Mazzaferro, quien lo acusara ante la Conducción Montonera
pidiendo una pena dentro del código de conducta. Aparentemente Urondo fue visto
saliendo de un hotel junto a su última pareja mientras compartía su vida con
Mazzaferro, fue elevado a juicio revolucionario, despromovido de su rango y se le dio
un nuevo destino.
Así recuerdan algunos/as entrevistados/das acerca de las sanciones al interior
de la organización y cómo variaban según el lugar de responsabilidad de cada
militante:

“Te bajaban de nivel o suspendían en el nivel, o días de arresto en una casa,


te daban un dormitorio y una parva de libros para que leyeras, para rever por
qué había flaqueado tu moral revolucionaria.” 111

“El tratamiento para los compañeros que estaban encuadrados en la organización


era bastante estricto y sobre todo con aquél que tuviera más responsabilidad. Es lo
que decía del compromiso, para el que asume una responsabilidad al ser
consecuente, ante un error, las críticas y sanciones son mayores que hacia
otro que está empezando, aprendiendo; eso era una característica. O sea,
podes encontrar que ante una misma situación a alguien que tenía
responsabilidades se lo trató de manera mucho más severa que a uno que
recién empezaba. Creo que lo que estaba claro era que quienes conducían o
dirigían tenían que dar el ejemplo, entonces no se permitía que fueran un mal
ejemplo. La sanción en general era despromoverlo, que pase a ocupar
lugares menores”.112
109
Entrevista a Patricia (11/02/2011)
110
Francisco “Paco Urondo”, nacido en Santa Fe, poeta y periodista, militante de Montoneros y
perteneciente al equipo de prensa. Muere en Mendoza en Junio de 1976.
111
Entrevista a Daniel (25/02/2011)
112
Entrevista realizada a Luis el 2 de diciembre de 2010
40

“Cuanto mayor nivel tenían las sanciones eran peores, de más rigor. Sanciones
para los militantes de base no conozco, en mi experiencia no sancionábamos a los
militantes de base, los llamábamos y los cagábamos a puteadas cuando se
equivocaban, se les planteaba desde un lugar de poder, porque el militante de base
sabía con quién estaba hablando. De lo que conozco, las sanciones eran internas.
Iban desde enchufarte dos días en la casa haciendo cartucheras hasta quince
días de encierro con trabajo interno, otras que conozco, documentos que
tenías que leer y elaborar tu posición. Se sancionaba por cualquier tipo de
problema ideológico, por no respetar órdenes internas de la organización, por
llegar tarde a una cita, por no cubrir una actividad que tuvieras que hacer.
Había sanciones, sí; y eran mayores para los miembros de mayor nivel.”113

En cada célula se discutían cuestiones relacionadas no solo con las actividades


que referían a la lucha política sino también a las relaciones de pareja. “ El grupo lo
discutía, lo debatía y el responsable era el que de algún modo aplicaba la sanción y controlaba
que fuera cumplida. Fundamentalmente las sanciones eran prohibirle el contacto con las
mujeres durante dos meses y controlar que blanqueara la situación con su mujer.
Estábamos en contra de la deslealtad, no era el que anduviera con otra si no el hecho de
que tenía que blanquearlo.”114
La organización Montoneros intervenía en la casa, en la pareja, en la ‘vida
privada’ de sus miembros, adoctrinando, inculcando valores comunes y sancionando
determinados comportamientos considerados ‘individualistas’.115
Con el tiempo, la fidelidad, como pauta de conducta dentro de la pareja se instaló
formalmente en la organización. Montoneros el 4 de octubre de 1975 publicó un
documento, el Código Penal Revolucionario del Consejo Nacional en el que dispuso
sanciones diversas: a la traición, a la deserción, a la insubordinación, a la confesión, a
la delación, a la conspiración, etc. y también dispuso sanciones a la deslealtad con la
pareja116. Para esta sanción en particular se estableció que el ámbito de aplicación de
la misma era para los oficiales, oficiales segundos, oficiales primeros, oficiales
mayores y oficiales superiores, y no así para los soldados, milicianos o militantes de la

113
Entrevista a María Rosa (24/02/2011)
114
Entrevista a Lucia (17/02//2011)
115
Guglielmucci, Ana, Ob.Cit,
116
“Código de Justicia Penal Revolucionario. Montoneros- Consejo Nacional 4 de octubre de
1975”. Artículo 16: Deslealtad. Incurren en este delito quienes tengan relaciones sexuales al
margen de la pareja constituida, son responsables los dos términos de esa relación aún cuando
uno solo de ellos tengan pareja constituida. En Lucha Armada en Argentina, Buenos Aires,
Argentina, Año 3, Número 8, 2007. Documentos, Págs.124 a 127
41

agrupación. Las penas aplicadas por el Tribunal Revolucionario a la infidelidad podían


ser: degradación, expulsión, confinamiento, destierro, prisión, exceptuando para esta
disposición el fusilamiento. Con relación a este Código Penal, los/las entrevistados/as
manifiestan en general no haberlo conocido o prefieren no hacer ningún tipo de
comentarios al respecto, exceptuando un militante, Daniel, que plantea una crítica al
proceso de militarización de la organización que se desprende del análisis del Código
Penal y comenta acerca de la deslealtad como código fundamental de la organización
pero no hace una alusión o crítica a la sanción o pena por deslealtad. Pero además se
desprende de sus comentarios una lectura machista del Código de Justicia, porque lo
que analiza es desde el lugar de que la infidelidad se penaba por deslealtad a un
compañero no porque estaba mal serle infiel a tu mujer:

“Sí, lo conocí….voy a dar la opinión de todo mi grupo cuando lo leímos, nos


pareció que era una zarpada típica de cuando ya se estaba empezando a caer en
el militarismo. No en la organización político-militar que hacías acciones político-
militares, es decir que cada acción militar tenía su contexto político, sino del
militarismo de uniforme….Me acuerdo que lo nuestro de la infidelidad venía de la
parte del hombre nuevo…. Te podías quedar a dormir en la casa de las mujeres,
dormíamos todos en la misma pieza, ningún problema y a vos no se te iba ocurrir
ni loco… teníamos una compañera adelante. La mujer era tu mujer o Raquel
Welch en el cine, la compañera era la cumpa de fulano, un tabú te diría casi. No
era el tema de la infidelidad hacia tu compañera si no “¿Cómo le voy a hacer eso a
fulano de tal?”, era una cuestión de códigos.”117

Las fuentes demuestran que las diferencias de sanción se relacionaba con el


nivel dentro de la estructura de Montoneros que tuviera el/la militante que cometería
un acto de infidelidad, sin embargo son interesantes las palabras de Stella V. cuando
recupera un hecho concreto de infidelidad dentro de su propio ámbito, y manifiesta que
más allá de la sanción, la mujer fue mucho más cuestionada que el varón.

“En ese momento cae preso el novio, la pareja de una compañera. Se empezó a
dar que las casas eran refugios de compañeros que venían de distintos lugares.
Cuando Montoneros pasa a la clandestinidad, lo que se podía mantener como una
fachada legal se usaba para que esos compañeros que venían escapando de la
represión estuvieran refugiados hasta que pudieran salir del país. Esta compañera
tenía su novio preso, (noviazgo de tres o cuatro meses porque se cortaban) y
además tenía un compañero encerrado en una pieza las 24 horas del día, no salía
ni a tomar aire al patio. Y se gustan, hay un acercamiento entre los dos, afectivo,
117
Entrevista a Daniel (25/02/2011)
42

sexual y ella queda embarazada. Eso provocó una cuestión interna de mucha
discusión, de cómo puede ser si él está preso que ella tenga sexo con otro, cómo
se considera eso, ¡unas discusiones! Ella participaba, todo era muy frontal y de
mucho debate. Todo el mundo la veía y “¡Ay! Mirá lo que hizo”. Nadie la quería,
nadie la quiso, pobre….Ahora que lo pienso, a él no se le cuestionó. En este
momento me cae que a él no se le cuestionó. Ella decide tener su bebé y le avisa
a su novio que estaba embarazada de otro. No sé cómo lo habrá tomado el preso,
pero fue así. Se mantiene con su embarazo…Estando embarazada se pone en
pareja con un tercero… un compañero espectacular porque entendió todo. Ella,
una transgresora, viéndolo ahora. Se casan, se van a vivir juntos con una panza
brutal. Los tres compañeros eran de la organización.”118

Como se dijo en cada célula se discutían y se intentaban resolver cuestiones


diversas: seguridad, pareja, dinero, trabajo, operativos militares, etc., todo se
socializaba y compartía incluso el cuidado de los hijos. En este sentido, Cirilo Perdía
que fue un miembro de la conducción nacional de Montoneros, comenta que “la
organización más que un frío organigrama o estructura institucional era todo un
sistema de vínculos y valores dentro del cual se ordenaba y organizaba la vida
personal y familiar…. Era el sitio donde se discutían y decidían, desde los problemas
personales hasta la estrategia política… En sus temarios aparecían tanto las
características de la etapa en debate como las cuestiones de pareja, la crianza de los
hijos, el trabajo, la seguridad.”119 Cuando se les pregunta a los y las entrevistados/as
que consideran acerca de esta afirmación en su totalidad acuerdan con lo planteado.
Los y las integrantes de Montoneros compartían “todo” desde las prácticas políticas
en el marco de un proyecto de transformación social (acciones político-militares,
marchas, movilizaciones, pintadas, volanteadas, etc.), como acontecimientos de la
vida familiar (cumpleaños, casamientos, nacimientos, etc.) y otros rituales de
socialización (peñas, quermeses, etc.).120 Esto hacía que entre los/las militantes se
consolidaran los lazos de confianza y lealtad, alentando el compromiso por la causa,
incluso comentan que esos vínculos se cristalizaron con el tiempo perdurando hasta
la actualidad.

Cuidado y crianza de los hijos.

118
Entrevista a Stella V.(20/02/ 2011)
119
Perdía, Roberto Cirilo, La otra historia. Testimonio de un Jefe Montonero, Grupo Ágora,
Buenos Aires, 1997.
120
Guglielmucci, Ana, Ob.Cit.
43

Con relación al cuidado y crianza de los hijos, los/las militantes se remiten a los
valores del “hombre nuevo”, a la moral revolucionaria y cristiana que todos/as
compartían que implicaba entre otras cosas, socializar las tareas dentro del ámbito de
la organización como del ámbito privado, en tanto entendían la opción por la lucha
política como una opción de vida. Se selecciona tres entrevistadas y un entrevistado
para reflexionar acerca de este punto.

“…ambos se hacían cargo (refiriéndose a los hijos)…la construcción del


hombre nuevo para nosotros…tenía que ver con valores que incluíamos en la
construcción del socialismo, hablábamos mucho de estos temas y tratábamos
de ser coherentes, los compañeros cuidábamos los hijos de otros
compañeros, eran todos como sobrinos, ese era el vínculo.”121

“Recordá que en Santa Fe teníamos muchísima formación cristiana, veníamos


de la Teoría de la Liberación, la formación del hombre nuevo, entonces era
compartir las tareas de la casa. Al menos en el ámbito donde me desenvolví. En
todo había una actitud de compartir la responsabilidad, el trabajo, el riesgo,
todo. No había hombres que trabajaban y mujeres que cuidaban a los hijos.” 122

“Por provenir de sectores de la iglesia era esa perspectiva del hombre


nuevo, una mirada del hombre nuevo. Lo que te puedo contar es que había
mucha solidaridad, cuidábamos los hijos, nos decíamos que si algo le iba a
pasar queríamos que quedaran los hijos al cuidado de los compañeros por
la formación que había.” 123

“Recuerdo que en la cuestión del cuidado de los hijos era compartido porque
se ponían en un lugar común los hijos. Por ejemplo, pensábamos que en caso
que nos pasara algo queríamos que los hijos los tuvieran los compañeros, la
familia…mucha gente tenía a su cuidado hijos de compañeros que caían. En
ese sentido veo que era un rol compartido el cuidado de los hijos.” 124

El análisis de las fuentes orales demuestra que por un lado se compartía y se


socializaba todo por igual dentro de la organización como por ejemplo el cuidar los
hijos de los compañeros, pero por otro también demuestra que no en todos los casos
121
Entrevista realizada por la autora a Dora el 16 de Diciembre de 2009
122
Entrevista realizada por la autora a Luis el 2 de diciembre de 2010
123
Entrevista realizada por la autora a Stella el 20 de febrero de 2011
124
Entrevista realizada por la autora a Patricia el 11 de Febrero de 2011
44

de parejas militantes en el espacio privado o domestico se repartían equitativamente


las tareas, sino que dependía del grado de responsabilidad que cada uno/a tenía en
la organización y como se analizó con anterioridad, los niveles de mayor
responsabilidad y jerarquía en Montoneros estaban ocupados por varones. Esta
contradicción fue marcada claramente por María Rosa que como ya se dijo estaba
casada con un Oficial Mayor, ella comenta acerca de cómo fue el cuidado de los hijos
entre los compañeros/as militantes en general y cómo fue en su pareja en particular:

“…Lo que sí se hacía era socializar los hijos, los niños se conocían entre ellos, era una
sub-familia, estar con la tía tal, con los primos. En ese sentido sí, era discutir cómo
criarlos, cómo hablar con ellos de lo que estábamos viviendo, porque un niño de cinco
años no podía decir su apellido por ejemplo. Mi hijo mayor, pobre, cargó con toda la
responsabilidad de las dos brujitas a las que les encantaba decir cómo se llamaban, y
por ahí lo veías entrar corriendo con una hermana “¡Esta boluda dijo el apellido en la
panadería!”; y ¿qué haces cuando la criatura tiene cinco años y quiere ser eso?…Eso se
discutía mucho, pero en un tráfago de cosas que estábamos haciendo
permanentemente. No era muy fácil, porque había cosas que teníamos que resolver, la
respuesta a la situación política, la respuesta a lo que significaba vivir solos y aislados en
este marco de lo clandestino…No era fácil, se discutía y se socializaban los hijos, era
común ver a un compañero con nueve chicos, tres suyos, más dos de fulano… Lo que
de pronto también podía generar problemas de seguridad porque ¡tanto pariente tenía
este vago! Había que contemplar todo eso, no era sencillo, había buena intención pero
no era fácil….A los otros (varones) los veía colaborando más, pero también tenían
menos nivel, no lo estoy justificando, pero a lo mejor era porque tenía que hacer
otras cosas. De todos modos él (refiriéndose a su marido) tenía su buen déficit
ideológico, su buena mentalidad machista… Los veía a los otros con los niños,
yendo al barrio, con los chicos arriba del auto haciendo una cita, con ellos, o ibas
a la casa y los veías limpiando con la criatura y ella estaba en el barrio. En ese
aspecto, cubriendo los lugares que normalmente cubríamos las mujeres.” 125

En este discurso se pude observar como la figura de lo doméstico se


contradice con la figura de lo público. El espacio privado ocupado por la militante
cumple la función de hogar permitiéndole a su compañero realizar las tareas que
dentro de la organización sólo él podía realizarlas. La reclusión en el caso María
Rosa al espacio doméstico, garantizó de algún modo el funcionamiento del
“orden” al menos en la célula en la que esta pareja funcionaban dentro
Montoneros, quedando los valores de igualdad y libertad propias de la moral

125
Entrevista a María Rosa (24/02/2011)
45

revolucionaria, habilitadas para este caso en particular, solamente para el varón


dentro el espacio público de la organización.
Diferente fue el caso de otra pareja de militantes Montoneros Lucía y Daniel,
en la que ambos compartían el mismo rango dentro de la organización, aunque
participaban en distintas células. Ellos comentan que durante el período en el que
militaban las tareas domésticas y el cuidado de los hijos eran compartidas
igualitariamente. Sin embargo, Lucía reflexiona que con el correr de los años en
un contexto político diferente en donde las características de la militancia full time
ya no eran viables, la distribución de las tareas domésticas comenzaron a ser más
desiguales y las labores del hogar pasaron a ser más exclusivamente de ella que
de él. Por una parte, Lucia dice que:

“En el caso de mi marido la cuidaba mucho, estaba mucho tiempo. Pero en


general era una tarea asumida por los dos, no como ahora, incluso en mi actual
pareja que es la misma hay una visión más de ayudar, “Te ayudo”, a diferencia
de cuando éramos activos militantes que era de compartirlo. Ahora es como una
cuestión de solidaridad conmigo que soy la que lo tengo que hacer y en la época
en que militábamos eso no era así, el que llegaba tenía que cocinar, si no había
nada para comer tenía que salir a comprar cosas, si había mucha ropa para
lavar se ponía a lavar. Creo que en esas cosas se reflejan las cuestiones de
género todavía, los varones son generosos con las mujeres pero a modo de
ayuda, generosamente ayudadores. Hace falta ir al supermercado y “¿Qué falta
en casa? “Voy ir al supermercado a comprar”, pero ¿por qué tengo que decidir
yo qué falta? Quiere decir que sigue habiendo una fuerte impronta de que la
mujer se encarga de la cuestión de la casa. En esa época había otra.” 126

Y por otra Daniel, compañero hasta el día de hoy de Lucía, comenta:

“Mi hija asistía a las reuniones conmigo, muchas veces la cuidaban compañeros
nuestros. Nos hacíamos cargo, el tiempo que la tuve me hice cargo como mi
compañera, los dos nos hacíamos cargo de los chicos y nos tocaban las mismas
tareas. En esa época no había pañales descartables, eran carísimos y se usaban
para ir al médico, entonces era abrir la tapa del horno, poner la silla con los
pañales, a la noche tirar los pañales sucios adentro de bidet…lavarlos con vinagre,
ponerlos al sol. Esto era para cualquiera, hasta compañeros que estaban en casa
los ponías a planchar los pañales. No quiero compararlo con un kibutz o los

126
Entrevista a Lucia (17/02//2011)
46

falansterios pero eran tareas que hacían a la organización. Ahí es donde se


mezcla lo privado con lo público”127

Militancia en pareja: entre el amor y la política


Las investigaciones demuestran que en los ’70 se construye una nueva forma de
militar que significaba una entrega absoluta de la vida del militante a la acción política
revolucionaria y muchos/as lo hicieron en marco de una pareja, los planes para la
liberación social se inscribían en los marcos de la pareja heterosexual unida por el
amor y el compañerismo.128 En este sentido los y las entrevistados/as, en general,
aunque con algunas excepciones, sostienen que fue fundamental que la pareja que
elegían adhiriera a sus convicciones políticas y compartiera el compromiso de la
entrega revolucionaria, por eso fue tan importante sostener una pareja dentro de la
misma organización, además de los problemas de seguridad interna que podría haber
acarreado si la pareja elegida estaba en otra organización o no militaba.
La pareja debía asumir junta el compromiso de la militancia política ya que había
un compromiso colectivo mayor, que trascendía lo individual, que era con la
revolución. El espacio de la pareja quedaba cerrado por la dinámica de una militancia
que se hacía más intensa y riesgosa.129

“…era imposible mantener la militancia, podía tenerse amigos, pero la pareja


necesitaba compartir tanto la política como las cuestiones de seguridad
que superaban lo individual.”130

La misma actividad política de los militantes hacía que se frecuentaran todo el


día y esto llevaba a que muchos se enamoraran, además de influir ciertas razones de
seguridad que generaba dificultades para mantener una relación por fuera de la
organización.

“…Lo que pasa es que, como en cualquier cosa, uno va construyendo las
parejas en base a la afinidad… En ese momento, donde había un altísimo
nivel de militancia y de política, es normal que el acercamiento se diera ahí.
Porque además estamos hablando de grandes cantidades, imaginate que si la

127
Entrevista a Daniel (25/02/2011)
128
Cosse, Isabella Pareja, sexualidad y familia en los años sesenta, Siglo XXI, Buenos Aires,
2010.
129
Cosse, Isabella Ob. Cit.
130
Entrevista realizada por la autora a Dora el 16 de Diciembre de 2009
47

JUP (Juventud Universitaria Peronista) en Santa Fe tenía trescientos militantes


131
que eran 170 hombres y 130 mujeres, y… 100 parejas tenías.”

“era fundamental, era muy difícil sostener otra cosa. En ese sentido…si alguien
tenía una pareja fuera de la organización era un tema que se discutía. No
había un planteo directamente de “o esto se modifica o te vas” pero era un tema
que se trataba básicamente desde el punto de vista de los problemas de
seguridad que acarreaba.”132

Una de las entrevistadas comenta un caso de una compañera de la organización


que se enamora de un militante de otra organización, y que abandona la organización
Montoneros para irse a militar al PRT. Este caso refuerza la idea de que era muy
difícil mantener vínculos de pareja por fuera de la militancia pero aún era más difícil
para las mujeres ser militante y que sus parejas no lo fueran ya que el machismo que
atravesaba y condicionaba los roles masculinos y femeninos era significativo.

“..Era muy difícil. Sobre todo para la mujer, por ahí el hombre podía ser militante
y la mujer no. Sé de hombres que militaban y la mujer no. Te imaginás con el
machismo que había en esa época, que la mujer militara y el hombre
no…”133

Esta mayor libertad de los varones con relación a la elección de sus parejas
podría deberse a que ellos estaban más habilitados por la sociedad y la
organización para priorizar su desarrollo político en el espacio público. Mientras que
las mujeres que compartían la militancia o no con sus compañeros debían alivianar
y fomentar la actividad política de los militantes encargándose de las tareas del
hogar. Incluso las mujeres militantes hacían un doble esfuerzo, el de militar y el de
cubrir las actividades domésticas. Esta situación se intensificaba, como se analizó
con anterioridad, cuanto más alta era la jerarquía asumida por el varón.
Francisco comenta acerca de cómo fue su relación con su primera pareja, que
no era militante de la organización, pero que adhería al compromiso político.

“…mi casa fue una casa operativa, una casa muy usada o sea que mis hijos
estaban permanentemente, ese es el tema de mi esposa en esa época, ella no
militaba pero nosotros veníamos a reunirnos y ella agarraba preparaba los

131
Entrevista realizada por la autora a Luis. 2 de diciembre de 2010
132
Entrevista realizada por la autora a Patricia el 11 de Febrero de 2011
133
Entrevista a Lucia (17/02//2011)
48

mates… por ahí aparecía con alguna torta…colaboraba con compañeros que
venían a dormir o con compañeras que se quedaban, especialmente cuando yo
me fui de la casa porque tomé la otra pareja, que duró muy poco también, ella
siguió colaborando y la casa se siguió usando de hecho la fueron a buscar ahí a
ella, cuando me estaban buscando a mí, entonces era mucho más fácil era
mucho más entendible, eso es lo que te permitía una militancia…entender el
todo y bueno colaborar en todo”.134

Se analiza que en general formar pares en la pareja fue muy costoso, pese a
los nuevos valores que se intentaban fomentar, “debido a toda una cultura impuesta
ancestralmente donde los roles tradicionales de género imponían una división de
esferas –público/privado-, en la cual las mujeres estaban relegadas a la tarea
doméstica y su integración en otro tipo de actividades implicaba un sacrificio
extra”.135

Maternidad y Paternidad socializada


Como se consideró con anterioridad fue muy importante para los y las
militantes de Montoneros traer hijos al mundo, ellos fueron deseados como una
forma de permanecer y de continuidad histórica revolucionaria, aunque como se
planteó en el capítulo II hubo diversas actitudes ante el modelo de familia. En tanto,
para las mujeres fue todo un desafío de valentía y sacrificio porque por un lado, en
su mayoría participaban políticamente y debían hacer un doble esfuerzo, de militar y
cuidar a sus hijos, y por otro, fue dificultoso por los riesgos que corrían ellas y sus
hijos frente a los altos niveles de represión y tortura durante la Dictadura.

“Primero, cuando uno dice las consignas “Perón o muerte”, todas esas
consignas eran como que de algún modo uno pensaba en los riesgos que
corría. No pensábamos tanto en la tortura si en la cárcel y en la muerte, era una
de las consecuencias que podía traer la militancia; sobre todo después que
empiezan a caer más compañeros, la Triple A.”136

El testimonio de Lucía como otros expuestos en el capítulo II muestran


claramente las contradicciones que les generaba a las mujeres la opción por la
maternidad como una forma de ser revolucionaria ya que pesar de haber concebido a

134
Entrevista realizada por la autora a Francisco el 22 de Febrero de 2010
135
Martínez, Paula. Género, política y revolución en los años setenta. Las mujeres del PRT-
ERP, Imago Mundi, Buenos Aires, 2009. Pág. 97
136
Entrevista a Lucia (17/02//2011)
49

la maternidad como algo importante, y a los hijos como buscados, deseados y


amados, las posibilidades de muerte, cárcel e incluso la clandestinidad que generaba
la opción política fue y sigue siendo para ellas un dilema de difícil resolución.
En este marco, como ya se dijo, la maternidad y la paternidad se socializaba
entre los y las militantes, todos eran tías y tíos, porque los hijos de los/las
compañeros/as debían criarse en una familia revolucionaria.
Las entrevistas, también demuestran que hubo una redefinición del concepto
de paternidad. Los padres militantes comenzaron a tener una mayor implicancia en los
cuidados de los hijos y una relación afectiva más próxima con ellos. Diferenciándose
en algunos puntos del modelo de crianza de su propia generación donde “el vínculo
afectivo entre la madre y el niño no estaban acompañadas de expresiones semejantes
respecto del padre.”137

“Mi hijo, era una mochila pobre viste, dormía en los sillones del sindicato, porque
mi militancia después del 73 en realidad tiene que ver con algunas actividades
por ahí de logísticas pero era una militancia político gremial,…así que reuniones
gremiales en continuidad y obviamente mi hijo dormía en los sillones del
sindicato, a veces pobre yo llegaba a casa y lo zamarreaba un rato viste vení
que tenemos que comer hijo”.138

“Después, por ejemplo, nos encontrábamos todos en la sala del pediatra con los
chicos. Si alguien no podía llevar el chico al médico lo llevaba el que estaba.”139

Sin embargo, la participación más o menos comprometida de los padres con el


cuidado de sus hijos dependió del nivel de responsabilidad de los varones dentro de la
organización. Asimismo según el testimonio de un militante, asumir nuevas formas de
crianza por parte de los padres demostradas en público significaba cierta evidencia del
compromiso y de la militancia dentro de alguna organización por parte de las fuerzas
de seguridad, representando una limitación para la construcción de un nuevo modelo
de paternidad.

“Era un signo de identificación. Había salido una cartilla de la Policía Federal que
decía “¿Cómo identificar un guerrillero?: Fuma Particulares 70, toma yerba Taragüí,

137
Cosse, Isabella, Ob. Cit. Pág. 177
138
Entrevista a Antonio (14/02/2009)
139
Entrevista a Daniel (25/02/2011)
50

normalmente andan con los bebés a cuesta y el bolso para cambiarle los pañales en
el hombro”. Eran cosas para identificarnos.”140

En general, los testimonios demuestran que hubo una subordinación de la vida


privada al compromiso revolucionario, y que por lo tanto la maternidad y la paternidad
también se subordinaron a la misma entrelazando las decisiones personales con lo
político.

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140
Entrevista a Daniel (25/02/2011)
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