4a Lpra Capitulo Ix (F)

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TITULO CUATRO Apéndices Reglas del Tribunal

IX.Código de Etica Profesional (1970)

Aprobado en 24 de diciembre de 1970; enmendado en 30 de junio de 1980


Parte I.Deberes del Abogado para con la Sociedad
Artículo 1.Criterio general
Artículo 1.Criterio general
Canon 1. Responsabilidad del abogado de laborar por que toda persona tenga representación legal
adecuada—Servicios legales a personas indigentes
Canon 2. Responsabilidad del abogado de laborar por que toda persona tenga representación legal
adecuada—Calidad de los servicios legales
Canon 3. Responsabilidad del abogado de laborar por que toda persona tenga representación legal
adecuada—Educación al público sobre sus derechos
Canon 4. Responsabilidad del abogado de laborar por el mejoramiento del sistema legal
Canon 5. Conducta como defensor o fiscal
Canon 6. Conducta ante agencias gubernamentales
Canon 7. Consejos en relación con la comisión de delitos
Canon 8. Actos impropios de los clientes
Los miembros de la profesión legal, individual y colectivamente, tienen la responsabilidad de velar por
que los distintos procesos legales de la sociedad incorporen y consagren de manera efectiva y adecuada
los principios de vida democrática y de respeto a la inviolable dignidad del ser humano. Para
desempeñar esta responsabilidad la sociedad debe tener a su alcance todos aquellos servicios
profesionales adecuados, de naturaleza legal, que sean necesarios. También es menester que todo
abogado, como ciudadano y en su capacidad profesional, ya sea como juez, fiscal, abogado postulante,
asesor o en cualquier otro carácter, actúe siempre de acuerdo al ideal expresado en el preámbulo de
estos cánones.
Canon 1. Responsabilidad del abogado de laborar por que toda persona tenga representación
legal adecuada—Servicios legales a personas indigentes
Constituye una obligación fundamental de todo abogado luchar continuamente para garantizar que toda
persona tenga acceso a la representación capacitada, íntegra y diligente de un miembro de la profesión
legal.
En la consecución de este objetivo el abogado debe aceptar y llevar a cabo toda encomienda razonable
de rendir servicios legales gratuitos a indigentes, especialmente en lo que se refiere a la defensa de
acusados y a la representación legal de personas insolventes. La ausencia de compensación económica
en tales casos no releva al abogado de su obligación de prestar servicios legales competentes, diligentes
y entusiastas.
También es obligación del abogado ayudar a establecer medios apropiados para suministrar servicios
legales adecuados a todas las personas que no pueden pagarlos. Esta obligación incluye la de apoyar
los programas existentes y la de contribuir positivamente a extenderlos y mejorarlos.
HISTORIAL
Propósito.
El Preámbulo del Código de Etica que Regirá la Conducta de los Miembros de la Profesión Legal de
Puerto Rico, según aprobado mediante Resolución del Tribunal Supremo del 24 de diciembre de 1970,
dispone:
“En Puerto Rico, donde el sistema democrático es fundamental para la vida de la comunidad y donde la
fe en la justicia se considera factor determinante en la convivencia social, es de primordial importancia
instituir y mantener un orden jurídico íntegro y eficaz, que goce de la completa confianza y apoyo de la
ciudadanía.
“La consecución de estos fines le impone a los miembros de la profesión jurídica, sobre quienes recae
principalmente la misión de administrar la justicia y de interpretar y aplicar las leyes, el deber de
desempeñar su alto ministerio con la mayor y más excelsa competencia, responsabilidad e integridad.
“En particular, el logro de estos fines le exige al abogado:
“(a)Que entienda que el fin primordial de su función como jurista es el servicio a la sociedad, servicio que
tiene que estar dirigido principalmente a lograr la existencia real de un orden jurídico íntegro y eficaz y
que tiene que estar orientado esencialmente por los principios de vida democrática y de respeto a la
inviolable dignidad del ser humano que rigen la convivencia social en el país.
“(b)Que tenga presente siempre que las gestiones de su profesión afectan de una manera sustancial los
aspectos principales de la vida comunal.
“(c)Que reconozca que existe un imperioso interés social en que todo ciudadano que lo necesite tenga
fácil acceso a los servicios legales de abogados cuya conducta sea siempre honrosa, diligente y
educada.
“(d)Que esté consciente de la importancia de evitar aun la apariencia de conducta impropia.
“(e)Que tenga un compromiso solemne e inquebrantable, no sólo de conducir su propia persona de
acuerdo con los anteriores principios y los que siguen, sino también de velar porque la conducta de sus
compañeros de profesión se rija igualmente por dichas exigencias.
“Los Cánones de Etica Profesional que a continuación se enumeran son adoptados por el Colegio de
Abogados de Puerto Rico como normas mínimas que fijan de manera más concreta la conducta que la
sociedad le exige a los miembros del foro. La enumeración de deberes específicos, sin embargo, no deja
de hacer mandatorias otras obligaciones no señaladas en este cuerpo de normas y que son inherentes a
la responsabilidad social y profesional de los juristas y a la conducta moral que se espera de todo
miembro de la profesión. Estará vedado al abogado violar los presentes cánones aun por medios
indirectos o mediante el empleo de terceros.”
Disposiciones especiales.
Código de Etica Profesional del Colegio de Abogados de Puerto Rico .—El Código de Etica
Profesional fue presentado por el Colegio de Abogados de Puerto Rico acompañado de la misiva de
Octubre 1, 1970, firmada por el Presidente de turno de dicho Colegio, el Lcdo. Francisco Aponte Pérez, y
dirigida al entonces Juez Presidente del Tribunal Supremo, Hon. Luis Negrón Fernández, la cual misiva
en la parte pertinente expone:
“San Juan, Puerto Rico
“Para estudio y consideración muy respetuosamente le someto el Código de Etica que regirá la conducta
de los miembros de la profesión legal en Puerto Rico aprobado por unanimidad por la Junta de Gobierno
del Colegio de Abogados de Puerto Rico y a su vez por la Asamblea Anual del Colegio de Abogados de
Puerto Rico celebrada en fecha 5 de septiembre de 1970 en nuestra sede en Miramar. Este Código fue
objeto de un cuidadoso estudio por la Comisión para Revisar los Cánones de Etica Profesional que
preside el Lic. Francisco Agrait Oliveras.
“Le acompaño, además, como apéndice, el informe de la Comisión sobre los Cánones de Etica
Profesional, así como el Memorando del compañero Rodolfo Cruz Contreras enviado a la matrícula sobre
los acuerdos de la Honorable Junta de Gobierno de esta institución con respecto a dicho informe.
Igualmente le acompaño la transcripción total de los debates de nuestra Honorable Junta de Gobierno,
celebrada en fecha 22 de agosto de 1970, referente al mismo.”
La Resolución del Tribunal Supremo de 24 de diciembre de 1970 aprobó dicho Código con las
enmiendas también consignadas en dicha resolución, que declara en lo pertinente:
“Vista la anterior comunicación del Presidente del Colegio de Abogados de Puerto Rico de 1 de octubre
de 1970, examinados los Cánones de Etica Profesional acompañados a la misma, y encontrando que
constituyen normas de conducta tendientes a situar el ejercicio de la abogacía en el plano elevado y
fecundo en que debe desarrollarse, el Tribunal, de acuerdo con lo dispuesto en el Art. 2, letra f de la Ley
Núm. 43 de 1932 para determinar la organización del Colegio de Abogados de Puerto Rico, especificar
sus funciones y deberes, y para otros fines, [sec. 773(f) de este título], les imparte su aprobación con las
siguientes enmiendas:
“1.Canon 5. Insertar un primer párrafo que diga: ‘Es el deber primordial del abogado defensor y del fiscal
procurar que se haga justicia’.
“Se elimina la primera oración del segundo párrafo de dicho canon 5 por estar ya expresada en la
enmienda antes mencionada.
“2.Canon 7. Al final del primer párrafo de ese canon se elimina la frase ‘y así evitar daño a un tercero’.
“3.Canon 11. En la primera oración de dicho canon se elimina la frase ‘sin justificación dentro de sus
relaciones personales’ y se eliminan las dos comas que enmarcan dicha frase.
“4.Canon 24. El párrafo séptimo de dicho canon se enmienda para que lea como sigue: ‘El abogado debe
acatar los deseos de un cliente ansioso de transigir su pleito’.
“5.Canon 26. Se añade al final del primer párrafo lo siguiente: ‘El abogado debe obedecer siempre su
propia conciencia y no la de su cliente’.
“6.Canon 34. En la línea 6 del primer párrafo luego de la coma se le añaden las palabras ‘sin ser
requerido’.
“Comuníquese esta resolución al Colegio de Abogados y publíquese con la carta y el Código de Etica
Profesional, así enmendado, que se acompaña a esta Resolución en el tomo 99 de las Decisiones de
Puerto Rico.”
ANOTACIONES
1. En general.
Cuando las expresiones oficiales de un juez de apelaciones en una resolución de inhibición podían
interpretarse de forma ofensiva y contrarias al respeto que merecen sus compañeros jueces, el juez violó
las obligaciones bajo los Cánones 1, 3, 6, 8 y 14 del Código de Ética Judicial, 4 L.P.R.A. Ap. IX. In re
Carlos Candelaria Rosa, 197 D.P.R. 445, 2017 PR Sup. LEXIS 40 (P.R. 2017).
Cuando una licenciada ignoró una orden del tribunal designándola como abogada de oficio de un
indigente en un procedimiento criminal, la licenciada violó este canon y los Cánones 9, 12 y 18 del
Código de Ética Profesional. Licenciada fue censurado enérgicamente por el incidente aislado. In re
Yadira Hance Flores, 193 D.P.R. 767, 2015 PR Sup. LEXIS 119 (P.R. 2015).
Un abogado de oficio no puede solicitar del acusado o sus familiares una cantidad de dinero para cubrir
los gastos de los procedimientos. In re Garcia Munoz, 160 D.P.R. 744 (P.R. 2003).
Canon 2. Responsabilidad del abogado de laborar por que toda persona tenga representación
legal adecuada—Calidad de los servicios legales
A fin de viabilizar el objetivo de representación legal adecuada para toda persona, el abogado también
debe realizar esfuerzos para lograr y mantener un alto grado de excelencia y competencia en su
profesión a través del estudio y la participación en programas educativos de mejoramiento profesional:
ayudando a los tribunales, juntas y demás autoridades en la promulgación de normas y requisitos
adecuados que orienten los programas educativos de las escuelas de derecho y el proceso de admisión
al ejercicio de la profesión; y sirviendo en comités, seminarios y organismos con funciones relacionadas
con la divulgación, mejoramiento y aplicación de los cánones de responsabilidad profesional.
ANOTACIONES
1. En general.
Cuando los licenciados incumplieron con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua
(PEJC) o no pagó la cuota por cumplimiento tardío, ellos hicieron caso omiso a los requerimientos del
PEJC y incurrieron en un acto contrario al deber de excelencia y competencia requerido por este canon.
El Tribunal Supremo decretó la suspensión inmediata e indefinida de los licenciados del ejercicio de la
abogacía. In re Rivera, 196 D.P.R. 1044, 2016 PR Sup. LEXIS 174 (P.R. 2016).
Cuando varios licenciados incumplieron con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua
(PEJC) y no comparecieron ante el Tribunal Supremo para que mostrara causa por la cual no debía ser
suspendido del ejercicio de la abogacía por incumplir con los requisitos del PEJC, los licenciados violaron
este canon y demostraron menosprecio hacia la autoridad del Tribunal Supremo e infringieron el Canon 9
de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C.9. Los licenciados fueron suspendido inmediata e indefinida de
la abogacía. In re Irizarry, 195 D.P.R. 978, 2016 PR Sup. LEXIS 131 (P.R. 2016).
Cuando una licenciada incumplió con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua, no
compareció al mostrar causa por la cual no debía ser suspendida y incumplió con la orden del Tribunal
Supremo de actualizar sus datos personales en el Registro Único de Abogados, dicha conducta violó
este canon y demostró su falta de interés en practicar la profesión de la abogacía y conllevó la
separación indefinida del ejercicio de la abogacía. In re Fernández, 195 D.P.R. 979, 2016 PR Sup. LEXIS
136 (P.R. 2016).
Tres abogados y una abogada violaron este canon al incumplir reiteradamente con los requerimientos
del Programa de Educación Jurídica Continua, a pesar de que se les concedió la oportunidad para
cumplir tardíamente con los requisitos. Dicha conducta reflejó falta de compromiso con el deber de
excelencia y competencia exigidos por este canon. In re López, 195 D.P.R. 978, 2016 PR Sup. LEXIS
123 (P.R. 2016).
El licenciado violó este canon al no cumplir con su obligación de tomar los cursos de Educación Jurídica
Continua correspondientes al primer periodo de cumplimiento una vez concluida la exención provista
para los primeros dos años luego de haber sido admitido a la profesión legal. In re Padilla, 195 D.P.R.
606, 2016 PR Sup. LEXIS 107 (P.R. 2016).
Cuando cuatro abogados incumplieron con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua
(PEJC) y no comparecieron al acreditaran su cumplimiento con los requisitos del PEJC, dicha conducta
reflejó una patente falta de compromiso con el deber de excelencia y competencia que encarna este
canon. In re Westwood, 194 D.P.R. 960, 2016 PR Sup. LEXIS 45 (P.R. 2016).
Tribunal Supremo decretó la suspensión de varios miembros de la profesión jurídica por incumplir con
los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua (PEJC) y no acatar las órdenes del Tribunal
Supremo. La desidia y la dejadez ante los requerimientos del Programa de Educación Jurídica Continua,
no solo constituye un gasto de recursos administrativos para el Programa, sino que también refleja una
patente falta de compromiso con el deber de excelencia y competencia. In re Santos, 194 D.P.R. 960,
2016 PR Sup. LEXIS 36 (P.R. 2016).
Tres licenciados fueron suspendidos inmediata e indefinida de la abogacía porque los licenciados
incumplieron con las exigencias del Programa de Educación Jurídica Continua. El Tribunal Supremo
determinó que la inacción y el desdén de los licenciados violaron los Cánones 2 y 9 del Código de Ética
Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 2, 9. In re Samo, 194 D.P.R. 960, 2016 PR Sup. LEXIS 27 (P.R. 2016).
Varios miembros de la profesión legal fueron suspendidos inmediata e indefinida del ejercicio de la
abogacía y de la notaría porque los licenciados incumplieron con los requerimientos del Programa de
Educación Jurídica Continua (PEJC) y del Tribunal Supremo. La desidia y dejadez ante los
requerimientos del PEJC representan un gasto de recursos administrativos por parte de ese programa y
reflejan una patente falta de compromiso con el deber de excelencia y competencia que encarna el
Canon 2. In re Lcdo, 194 D.P.R. 960, 2015 PR Sup. LEXIS 173 (P.R. 2015) sub. nom.In re Fernández,
195 D.P.R. 977, 2016 PR Sup. LEXIS 122 (P.R. 2016).
Reiterado incumplimiento con los requerimientos del Programa de Educación Jurídica Continua violó
este canon y el Tribunal Supremo se ordenó la suspensión inmediata e indefinida de varios miembros de
la profesión legal por dicho incumplimiento. In re Rivera, 193 D.P.R. 1021, 2015 PR Sup. LEXIS 113 (P.R.
2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría porque
el licenciado no cumplió con los requisitos de educación jurídica continua y no compareció ante el
Tribunal Supremo para justificar su proceder. Su proceder fue uno de dejadez y menosprecio hacia la
autoridad del Tribunal Supremo y esa conducta fue incompatible con el ejercicio de la profesión. In re
Estrada, 193 D.P.R. 1021, 2015 PR Sup. LEXIS 68 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía porque incumplió
con su obligación de mantener actualizada su información de contacto en el Registro Único de Abogados
y Abogadas de Puerto Rico y incumplió con los requisitos de educación jurídica continua. Esto
obstaculizó la facultad disciplinaria y constituyó una violación a las órdenes del In re Velázquez, 192
D.P.R. 818, 2015 PR Sup. LEXIS 69 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinida de la abogacía porque no solicitó un cambio a estatus
inactivo en el Tribunal Supremo, no cumplió con los requisitos del Programa de Educación Jurídica
Continua ni contestó los requerimientos del In re Marrero, 192 D.P.R. 923, 2015 PR Sup. LEXIS 61 (P.R.
2015).
Cuando una licenciada no solicitó un cambio de estatus ante el Tribunal Supremo, no cumplió con los
requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua, no contestó los requerimientos del Tribunal
Supremo ni mantuvo actualizados sus datos personales en el Registro Único de Abogados, la licenciada
fue suspendido inmediata e indefinida de la práctica de la abogacía. In re Marianela Jové Gotay, 192
D.P.R. 804, 2015 PR Sup. LEXIS 60 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía porque no cumplió
con los créditos de educación jurídica continua, no compareció a una vista informal del Programa de
Educación Jurídica Continua y no contestó los requerimientos del Tribunal Supremo ni mantuvo
actualizados sus datos personales en el Registro Único de Abogados. In re Torres, 192 D.P.R. 777, 2015
PR Sup. LEXIS 62 (P.R. 2015).
Cuando una licenciada no mantenía al día su dirección en el Registro Único de Abogados, no subsanó
sus deficiencias de educación jurídica continua, y exhibió una actitud de indiferencia, el Tribunal Supremo
decretó su suspensión inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía. In re Martínez, 192 D.P.R. 291,
2015 PR Sup. LEXIS 66 (P.R. 2015).
Cuando un licenciado incumplió con los requisitos de educación jurídica continua y en sus
comparecencias ante el Tribunal Supremo, se limitó a exponer meras circunstancias personales que,
según alegó, constituyen “justa causa” para incumplir con los requisitos del Programa de Educación
Jurídica Continua (PEJC), tal incumplimiento constituyó causa suficiente para que lo suspendió inmediata
e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y denegó su solicitud de una baja voluntaria de la
profesión. In re Pérez, 197 D.P.R. 1093, 2017 PR Sup. LEXIS 17 (P.R. 2017).
Cuando un licenciado incumplió con los requerimientos del Programa de Educación Jurídica Continua
(PEJC) y de la Oficina de Inspección de Notarías (ODIN) y no actualizó oportunamente su dirección en el
RUA según prescrito en la Regla 9(j) del Reglamento del Tribunal Supremo y, durante el curso del trámite
administrativo, el licenciado se limitó a enviar un correo electrónico informando que se había visto
forzado a cerrar su oficina debido a la situación económica por la que atravesaba, dicha conducta violó
los Cánones 2 y 9 del Código de Ética, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y ameritó sanciones severas. In re Melecio, 197
D.P.R. 275, 2017 PR Sup. LEXIS 21 (P.R. 2017).
Licenciada fue suspendido inmediata e indefinida de la práctica de la abogacía y la notaría porque la
licenciada infringió su deber de completar los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua.El
mero hecho que un abogado con estatus “activo” no ejerza la profesión legal no le exime de su
obligación de completar los requisitos de educación jurídica continua. In re Villani, 198 D.P.R. 1112, 2017
PR Sup. LEXIS 106 (P.R. 2017).
Aunque un licenciado daba varias razones para su reiterado incumplimiento con los requisitos del
Programa de Educación Jurídica Continua, el Tribunal Supremo concluyó que ninguna de esas razones
eximió al licenciado de su deber de cumplir con los requisitos y el Foro suspendió inmediata e
indefinidamente del ejercicio de la abogacía al licenciado. In re Arocho, 198 D.P.R. 1112, 2017 PR Sup.
LEXIS 117 (P.R. 2017).
Una licenciada violó el Canon 2 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, cuando ella incumplió
con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua (PEJC) para tres periodos y aun adeuda
las multas de tres periodos y cuando la licenciada no compareció al mostrar causa por la cual no debía
ser suspendida del ejercicio de la profesión de la abogacía, con su conducta, la licenciada violó el Canon
9 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y demostró su falta de interés en practicar la
profesión de la abogacía. In re Ortiz, 198 D.P.R. 1112, 2017 PR Sup. LEXIS 126 (P.R. 2017).
Licenciada fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía por razón de su
incumplimiento con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua en violación del Canon 2
del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 2, no acatar las órdenes del Tribunal Supremo en
violación del Canon 9 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 9, y no mantener actualizada
su información en el Registro Único de Abogados y Abogadas de Puerto Rico en clara contravención al
deber de actualización que le impone la Regla 9(j) del Reglamento del Tribunal Supremo, 4 L.P.R.A. Ap.
XXI-B, R. 9(j). In re Rivera, 198 D.P.R. 1112, 2017 PR Sup. LEXIS 108 (P.R. 2017).
Licenciada fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía y de la notaría porque no
completó los requisitos reglamentarios de educación jurídica continua durante cuatro periodos
consecutivos y no pagó las multas impuestas, ni compareció a los procedimientos que el Programa de
Educación Jurídica Continua inició. In re Idalis Abreu Figueroa, 198 D.P.R. 532, 2017 PR Sup. LEXIS 128
(P.R. 2017).
Tribunal Supremo concluyó que licenciados demostraron menosprecio a la autoridad del Foro al obviar
las múltiples órdenes que le ha cursado. También, su patente y reiterado incumplimiento con los
requisitos de educación jurídica continua y con su deber de alertar al Foro sobre los cambios en su
información personal constituyeron conductas altamente reprochables. In re Vázquez, 194 D.P.R. 960,
2016 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2016).
Tribunal Supremo ordenó la suspensión indefinida de varios miembros de la profesión legal que
incumplieron con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua (PEJC) e hicieron caso
omiso a los requerimientos del PEJC y del Tribunal Supremo. Cuando ellos incumplieron con los
requisitos del PEJC, dichos actos violaron este canon. In re Ana, 195 D.P.R. 978, 2016 PR Sup. LEXIS
129 (P.R. 2016).
Cuando un licenciado admitió su incumplimiento con los requisitos de educación jurídica continua para
los años del 2007 al 2013 y no tomó acciones suficientes conducentes a subsanar las deficiencias
señaladas, el Tribunal Supremo denegó una petición del licenciado que le solicitó al Foro que hiciera
caso omiso a los señalamientos del Programa de Educación Jurídica Continua y autorizara su renuncia
voluntaria de la práctica de la abogacía porque entretener dicha petición tendría como consecuencia
permitirle esquivar las consecuencias de su incumplimiento con las obligaciones que rigen la profesión
legal. In re Rivera, 195 D.P.R. 979, 2016 PR Sup. LEXIS 140 (P.R. 2016).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía y la notaría cuando el
licenciado incumplió con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua (PEJC) durante tres
periodos y no pagó las cuotas por cumplimiento tardío correspondientes a cuatro periodos. Con dicha
conducta, el licenciado contravino el deber de excelencia y competencia que requiere el Canon 2. In re
Rivera, 195 D.P.R. 978, 2016 PR Sup. LEXIS 89 (P.R. 2016).
La desidia y la dejadez ante los requerimientos del Programa de Educación Jurídica Continua (PEJC),
no solo constituye un gasto de recursos administrativos para el Programa, sino que también refleja una
patente falta de compromiso con el deber de excelencia y competencia que encarna el Canon 2 y tal
conducta conlleva la separación inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía. In re Rodríguez, 194
D.P.R. 960, 2016 PR Sup. LEXIS 32 (P.R. 2016).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría por
incumplir con los requisitos de educación jurídica continua y por no comparecer ante el Programa de
Educación Jurídica Continua cuando le fue requerido y por incumplir con el deber de mantener su
información personal actualizada en el RUA. In re Rivera, 192 D.P.R. 812, 2015 PR Sup. LEXIS 41 (P.R.
2015).
Licenciada fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía por incumplir con
los requisitos de educación jurídica continua desde el año 2007 y por no comparecer ante el Programa
de Educación Jurídica Continua cuando le fue requerido y por incumplir con el deber de mantener su
información personal actualizada en el RUA. In re Cruz, 192 D.P.R. 271, 2015 PR Sup. LEXIS 42 (P.R.
2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía cuando incumplió con los
requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua e ignorar la orden de comparecencia emitida
por el Tribunal Supremo. Su conducta reflejó dejadez, desatención y falta de diligencia, cualidades
incompatibles con la práctica de la profesión legal. In re Rivera, 192 D.P.R. 548, 2015 PR Sup. LEXIS
59 (P.R. 2015).
Licenciada fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía por incumplir con
los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua y no informar a la Secretaría del Tribunal
Supremo los cambios de dirección postal y física conforme al Reglamento de Educación Jurídica
Continua. In re María, 192 D.P.R. 543, 2015 PR Sup. LEXIS 56 (P.R. 2015).
Cuando un licenciado no mostró causa por la cual no debe ser suspendido de la abogacía por incumplir
con los requisitos de educación jurídica continua y por no comparecer ante el Programa de Educación
Jurídica Continua cuando le fue requerido, procedió que el licenciado fue sancionado con la suspensión
indefinida del ejercicio de la abogacía. In re Rodríguez, 192 D.P.R. 539, 2015 PR Sup. LEXIS 57 (P.R.
2015).
Licenciado fue suspendido indefinida e inmediata del ejercicio de la abogacía porque no cumplió con las
disposiciones del Reglamento del Programa de Educación Jurídica Continua. Su tardanza en cumplir
incidió en el compromiso de todo abogado de mantener un alto grado de excelencia y competencia
establecido en este canon. In re Paisán, 190 D.P.R. 1, 2014 PR Sup. LEXIS 3 (P.R. 2014).
Un abogado de oficio no puede solicitar del acusado o sus familiares una cantidad de dinero para cubrir
los gastos de los procedimientos. In re Garcia Munoz, 160 D.P.R. 744 (P.R. 2003).
A todo abogado le acompaña la obligación de evitar tanto en la realidad como en la apariencia la
impresión de conducta conflictiva. In re Santiago, 117 D.P.R. 197, 1986 PR Sup. LEXIS 118 (P.R. 1986).
Los abogados tienen la obligación ética de informarse adecuadamente del derecho aplicable a los casos
bajo su consideración, para descargar de forma responsable sus obligaciones profesionales para con su
cliente. In re Alonso, 115 D.P.R. 755, 1984 PR Sup. LEXIS 166 (P.R. 1984); El Pueblo De P.R. v. Colon,
115 D.P.R. 511, 1984 PR Sup. LEXIS 132 (P.R. 1984).
El abogado no puede escudarse en su ignorancia de las leyes aplicables a los casos que representa
para solicitar que se le exima de su cumplimiento para beneficio del cliente. El Pueblo De P.R. v. Colon,
115 D.P.R. 511, 1984 PR Sup. LEXIS 132 (P.R. 1984).
Canon 3. Responsabilidad del abogado de laborar por que toda persona tenga representación
legal adecuada—Educación al público sobre sus derechos
Otra tarea que el abogado debe efectuar a fin de asegurar que toda persona tenga representación legal
adecuada es la de realizar gestiones dirigidas a educar al público para que éste conozca sus derechos y
las maneras de hacerlos valer. Ello incluye participar en programas educativos, organizar y conducir
seminarios y conferencias, redactar y publicar artículos legales y otras actividades similares.
Anotaciones
1. En general.
Cuando las expresiones oficiales de un juez de apelaciones en una resolución de inhibición podían
interpretarse de forma ofensiva y contrarias al respeto que merecen sus compañeros jueces, el juez violó
las obligaciones bajo los Cánones 1, 3, 6, 8 y 14 del Código de Ética Judicial, 4 L.P.R.A. Ap. IX. In re
Carlos Candelaria Rosa, 197 D.P.R. 445, 2017 PR Sup. LEXIS 40 (P.R. 2017).
Canon 4. Responsabilidad del abogado de laborar por el mejoramiento del sistema legal
Es deber de todo abogado laborar continuamente por el mejoramiento del ordenamiento jurídico y de los
procesos e instituciones legales. Mediante el estudio y la publicación de artículos, participando en vistas
públicas, foros, conferencias y debates y por otros medios apropiados, el abogado debe intervenir en la
promulgación y discusión de legislación y de programas de mejoramiento del sistema legal.
ANOTACIONES
1. En general.
Un abogado viene obligado a cumplir fielmente el trámite prescrito en las leyes y reglamentos aplicables
para el perfeccionamiento de los recursos instados ante el Tribunal Supremo. Dicho Tribunal exigirá
celosamente que así se haga. Otros v. Metro. Marble Corp., 104 D.P.R. 122, 1975 PR Sup. LEXIS 2240
(P.R. 1975).
Canon 5. Conducta como defensor o fiscal
Es el deber primordial del abogado defensor y del fiscal procurar que se haga justicia.
El abogado tiene derecho a asumir la defensa de una persona acusada de un crimen
independientemente de su opinión personal en cuanto a la culpabilidad del acusado ya que de otro
modo, a personas inocentes que sólo son víctimas de circunstancias sospechosas, se les negaría el
derecho de defenderse. Después que el abogado se ha hecho cargo de la defensa de un acusado está
en el deber de presentar, por todos los medios rectos y honorables, cualquier defensa que las leyes
vigentes permitan con el fin de que ninguna persona sea privada de su vida o de su libertad sin el debido
proceso de la ley.
La supresión de hechos o la ocultación de testigos capaces de establecer la inocencia del acusado es
altamente reprochable. Será también altamente reprochable que un abogado defensor o fiscal produzca
ante un tribunal prueba falsa, con pleno conocimiento de su falsedad. La intervención indebida por un
abogado o fiscal con sus testigos o los de la parte contraria es intolerable.
ANOTACIONES
1. En general.
Licenciado fue suspendido de la práctica de la abogacía y la notaría por un término de seis meses
porque incurrió en conducta contraria al Cánones 5, 35 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A.
Ap. IX, al solicitarle a una persona que fingiera ser su representado durante una vista preliminar como
estrategia para cuestionar la precisión de una identificación. In re García, 197 D.P.R. 515, 2017 PR Sup.
LEXIS 33 (P.R. 2017).
Los Cánones 5, 18 y 35 de Etica Profesional prescriben y enfatizan la necesidad de que las
aportaciones de los abogados al quehacer jurídico estén enmarcadas dentro de lo que se espera de esta
insigne profesión. In re Soto, 146 D.P.R. 55, 1998 PR Sup. LEXIS 2 (P.R. 1998).
Es reprochable la intervención indebida de un abogado con sus testigos o los de la parte contraria con el
propósito de salir triunfante en las causas de un cliente. In re Soto, 146 D.P.R. 55, 1998 PR Sup. LEXIS 2
(P.R. 1998).
Constituye conducta profesional impropia la utilización por un fiscal de medios ilegales para obtener
evidencia o emplear, instruir o estimular su uso por terceros. In re Fontán, 128 D.P.R. 1, 1991 PR Sup.
LEXIS 279 (P.R. 1991).
A los fiscales se les aplican incuestionablemente los principios que regulan la profesión de abogado, con
las modificaciones resultantes de las peculiaridades inherentes de su cargo. In re Fontán, 128 D.P.R. 1,
1991 PR Sup. LEXIS 279 (P.R. 1991).
Una contienda judicial no debe degenerar en coloquios mortificantes entre el fiscal y la defensa ni aun
cuando por su puerilidad y nimiedad en nada lastimen el curso legal del proceso. El Pueblo De P.R. v.
Etanislao Martínez Valentin, 102 D.P.R. 492, 1974 PR Sup. LEXIS 296 (P.R. 1974).
La función que como abogados defensores voluntariamente asuman unos letrados o les sea impuesta a
éstos como funcionarios del tribunal que son, es parte integral esencialísima del orden legal instituido y
su abandono por dichos letrados constituye, aun en ausencia de propósito preconcebido a tal efecto, una
indebida obstrucción de la justicia. El Pueblo De P.R. v. Torres, 81 D.P.R. 124, 1959 PR Sup. LEXIS 60
(P.R. 1959).
Cuando en un desacato se está ante la obstinada y consciente desobediencia de unos letrados a las
órdenes del tribunal prohibiéndoles que se retiraran del caso y de la corte en medio del proceso criminal,
esta conducta es una que es de necesidad castigar sumariamente sin la formalidad de querella, vista y
oportunidad de comparecer y defenderse. El Pueblo De P.R. v. Torres, 81 D.P.R. 124, 1959 PR Sup.
LEXIS 60 (P.R. 1959).
2. Transacción de intereses de un menor sin permiso del tribunal.
Falta al cumplimiento de sus deberes y obligaciones para con su cliente y para con el tribunal un
abogado que sabiendo que entre los lesionados en un accidente de automóvil figura un menor de edad,
radica en corte una moción sobre sentencia por estipulación a nombre de todos los lesionados en la cual
se transigían y comprometían los intereses de dicho menor sin dar conocimiento de la minoridad al
tribunal, privando a éste de pasar sobre la necesidad y conveniencia para el menor de la transacción en
cuestión. In re Juarbe, 80 D.P.R. 713, 1958 PR Sup. LEXIS 144 (P.R. 1958).
Canon 6. Conducta ante agencias gubernamentales
Al prestar sus servicios profesionales ante organismos legislativos o administrativos el abogado debe
observar los mismos principios de ética profesional que exige su comportamiento ante los tribunales. Es
impropio de un abogado ocultar su gestión profesional ante dichas agencias gubernamentales mediante
el empleo de terceros o de medios indirectos para promover determinada acción gubernamental en
interés de su cliente. Un abogado que ejerza su profesión y que además ocupe un cargo legislativo o
gubernamental debe anteponer el interés público al de su cliente cuando ambos vengan en conflicto e
inmediatamente renunciar la representación del cliente.
ANOTACIONES
1. En general.
Cuando las expresiones oficiales de un juez de apelaciones en una resolución de inhibición podían
interpretarse de forma ofensiva y contrarias al respeto que merecen sus compañeros jueces, el juez violó
las obligaciones bajo los Cánones 1, 3, 6, 8 y 14 del Código de Ética Judicial, 4 L.P.R.A. Ap. IX. In re
Carlos Candelaria Rosa, 197 D.P.R. 445, 2017 PR Sup. LEXIS 40 (P.R. 2017).
Cuando una licenciada incumplió reiteradamente con las órdenes y requerimientos que le cursó la
Oficina de Ética Gubernamental y antepuso al interés público su interés personal e intereses privados de
terceros, la licenciada vulneró los preceptos éticos que encarna el Canon 6. In re Torres, 194 D.P.R. 925,
2016 PR Sup. LEXIS 73 (P.R. 2016).
El licenciado violó los Cánones 6, 12, 18 y 19 del Código de Ética Profesional al no actuar
diligentemente, incumplir con las órdenes de la Junta de Personal de la Rama Judicial y no mantener
informada directamente a su clienta, lo cual culminó en la desestimación con perjuicio de dos querellas y
la imposiblidad de solicitar revisión judicial en las restantes, las cuales también resultaron adversas a la
cliente. In re Castellón, 185 D.P.R. 982, 2012 PR Sup. LEXIS 101 (P.R. 2012).
Al aceptar la tarea de representar a una cliente en las apelaciones ante la Comisión Apelativa de
Servicio Público (CASP), la licenciada tenía la obligación ineludible de defender los intereses
de su clienta. Debió tramitar los casos con puntualidad, diligencia y respetando las
ordenes de la CASP. La licenciada quebrantó este canon y Canon 9 al no atender
con premura dichas órdenes. In re Custodio, 187 D.P.R. 529, 2012 PR Sup. LEXIS 187 (P.R. 2012).
Independientemente de la informalidad con la cual el oficial examinador de una agencia administrativa
condujo una vista, la abogada venía obligada a acatar sus instrucciones, a tenor de lo establecido en el
canon, y la abogada incurrió en conducta profesional impropia por alzarle la voz al oficial examinador,
faltándole así el respeto y atentando contra la solemnidad y decoro característico de todo procedimiento,
bien sea ante los tribunales o ante las agencias administrativas. In re Velázquez, 156 D.P.R. 212, 2002
PR Sup. LEXIS 19 (P.R. 2002).
Un abogado viola este canon al no comparecer a las conferencias celebradas en JASEP sobre el estado
de los procedimientos del caso, y al no contestar las órdenes y requerimientos de dicha junta. In re Luís
Américo Aguila López, 152 D.P.R. 49, 2000 PR Sup. LEXIS 133 (P.R. 2000).
Procede la suspensión provisional del ejercicio de la abogacía de un abogado que, sin excusa válida
oportuna, no haya cumplido en forma diligente con requerimientos hechos por la Oficina del Procurador
General de Puerto Rico respecto a una queja contra él presentada en dicha oficina y que está siendo
investigada por dicho funcionario con el propósito de rendir un informe sobre conducta profesional ante el
Tribunal Supremo. In re Ayala, 115 D.P.R. 814, 1984 PR Sup. LEXIS 178 (P.R. 1984).
Merece la censura del Tribunal Supremo que un abogado, que es también legislador, represente a un
alcalde en una investigación que realiza en su municipio la Oficina del Contralor de Puerto Rico. In re
Río, 112 D.P.R. 353, 1982 PR Sup. LEXIS 106 (P.R. 1982).
Canon 7. Consejos en relación con la comisión de delitos
Será altamente impropio de un abogado dar consejo legal a una persona o entidad para facilitar o
encubrir la comisión de un delito público. Si un abogado es informado por su cliente de su intención de
cometer un delito público, tiene el deber de adoptar aquellas medidas adecuadas para evitar la comisión
de tal delito.
Ello no impide que un abogado exprese su opinión honesta sobre la ilegalidad de un estatuto, pero en
caso de así hacerlo debe advertir al cliente sobre las consecuencias legales de una violación a la ley y
las posibilidades de éxito del planteamiento.
ANOTACIONES
1. En general.
Constituye conducta antiética que viola este Canon y los Cánones 8, 9, 35 y 38 de este apéndice y
justifica el suspender a un abogado del ejercicio de la profesión legal: (a) asistir a los tribunales barbudo,
desaliñado y vistiendo camisa deportiva y en chancletas; (b) entrar en las oficinas de los jueces sin
solicitar permiso con una taza de café y un cigarrillo en las manos; (c) sentarse en la mesa destinada a
los fiscales mientras se dirigía al tribunal en sesión, rehusando permanecer de pie a orden del tribunal y
luego invitando a pelear al juez, quien procedió a dictar sentencia por desacato criminal; (d) interrumpir
los procedimientos judiciales de vista preliminar celebrada ante un Juez de Distrito, quien procedió a
dictar sentencia por desacato criminal; (e) proferir palabras obscenas contra la persona de un fiscal
auxiliar porque éste pidió se investigara la conducta profesional del abogado; (f) invitar a pelear a un
fiscal, mientras se celebraba una vista preliminar en un Tribunal de Distrito, manifestando que se había
criado en los barrios bajos de Mayagüez y que resolvía sus casos con pelea; (g) ocultar de un juez el
hecho que no estaba firmada ni era firme una sentencia de divorcio de un cliente a quien acompañó
frente al magistrado a casarse con otra mujer, y (h) no mantener a un cliente informado del curso de una
acción civil, enterándose él por iniciativa propia de la desestimación de su demanda. In re Lic. Enrique
Vázquez Báez, 110 D.P.R. 628, 1981 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 1981).
2. Desaforo.
El delito de encubrir y ayudar, con conocimiento e intencionalmente, a hacer o a que se hicieran a la
representante de Medicare en Puerto Rico, Seguros de Servicios de Salud, aseveraciones fraudulentas o
falsas sobre hechos materiales en violación a las Secs. 001 y 002 del Título 8 de USCS, Código Penal de
Estados Unidos, implica depravación moral y procede la separación inmediata del ejercicio de la
abogacía. In re Díaz, 117 D.P.R. 92, 1986 PR Sup. LEXIS 90 (P.R. 1986).
Una vez presentada copia certificada de sentencia de convicción de un abogado por delito que implica
depravación moral, el Tribunal Supremo separará inmediatamente del ejercicio de la abogacía al
abogado convicto. In re Díaz, 117 D.P.R. 92, 1986 PR Sup. LEXIS 90 (P.R. 1986).
Canon 8. Actos impropios de los clientes
El abogado no debe permitir que sus clientes, en el trámite de los asuntos que crean la relación de
abogado y cliente, incurran en conducta que sería impropia del abogado si él la llevase a cabo
personalmente. Esta norma tendrá particular aplicación en lo referente a las relaciones con los tribunales,
los funcionarios judiciales, los jurados, los testigos y las otras partes litigantes. Cuando un cliente persista
en incurrir en tal conducta impropia, el abogado debe terminar con él sus relaciones profesionales.
ANOTACIONES
1. En general.
Cuando las expresiones oficiales de un juez de apelaciones en una resolución de inhibición podían
interpretarse de forma ofensiva y contrarias al respeto que merecen sus compañeros jueces, el juez violó
las obligaciones bajo los Cánones 1, 3, 6, 8 y 14 del Código de Ética Judicial, 4 L.P.R.A. Ap. IX. In re
Carlos Candelaria Rosa, 197 D.P.R. 445, 2017 PR Sup. LEXIS 40 (P.R. 2017).
Cuando una clienta retiró los fondos de una institución bancaria aunque a petición de su representación
legal, se habían congelado las cuentas para que las partes no pudieran retirar los fondos, la licenciada
violó este canon porque no tan solo representaba, asesoraba y conocía de las acciones de su clienta,
sino que colaboró activamente con su conducta. In re Navarro, 193 D.P.R. 303, 2015 PR Sup. LEXIS 90
(P.R. 2015).
Al autorizar un pagaré falso, la notaria actuó con el propósito de defraudar al acreedor de su cliente, y
actuó en contravención de este canon. In re De Ruiz, 167 D.P.R. 661, 2006 PR Sup. LEXIS 68 (P.R.
2006).
Una abogada violó los Cánones 8,15, y 29 de Etica Profesional cuando, inspirada por la animosidad de
su cliente, permitió que éste dirigiera el caso y se convirtiera en el dueño de su conciencia en un trámite
de reclamación y cobro de pensiones alimenticias de menores de edad. In re Feliciano, 165 D.P.R. 565,
2005 PR Sup. LEXIS 126 (P.R. 2005).
Este canon impone la obligación al abogado, en la relación profesional con su cliente, de no permitirle a
éste que incurra en conducta que resultaría impropia si el mismo abogado la llevare a cabo. In re Ruiz,
131 D.P.R. 500, 1992 PR Sup. LEXIS 272 (P.R. 1992).
Constituye conducta antiética que viola este canon y los Cánones 7, 9, 35 y 38 de este apéndice y
justifica el suspender a un abogado del ejercicio de la profesión legal: (a) el asistir a los tribunales
barbudo, desaliñado y vistiendo camisa deportiva y en chancletas; (b) entrar en las oficinas de los jueces
sin solicitar permiso con una taza de café y un cigarrillo en las manos; (c) sentarse en la mesa destinada
a los fiscales mientras se dirigía al tribunal en sesión, rehusando permanecer de pie a orden del tribunal
y luego invitando a pelear al juez, quien procedió a dictar sentencia por desacato criminal; (d) interrumpir
los procedimientos judiciales de vista preliminar celebrada ante un Juez de Distrito, quien procedió a
dictar sentencia por desacato criminal; (e) proferir palabras obscenas contra la persona de un fiscal
auxiliar porque éste pidió se investigara la conducta profesional del abogado; (f) invitar a pelear a un
fiscal, mientras se celebraba una vista preliminar en un Tribunal de Distrito, manifestando que se había
criado en los barrios bajos de Mayagüez y que resolvía sus casos con pelea; (g) ocultar de un juez el
hecho que no estaba firmada ni era firme una sentencia de divorcio de un cliente a quien acompañó
frente al magistrado a casarse con otra mujer, y (h) no mantener a un cliente informado del curso de una
acción civil, enterándose él por iniciativa propia de la desestimación de su demanda. In re Lic. Enrique
Vázquez Báez, 110 D.P.R. 628, 1981 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 1981).
Parte II.Deberes del Abogado para con los Tribunales
Artículo 9.Criterio general
Artículo 9.Criterio general
Canon 9. Conducta del abogado ante los tribunales
Canon 10. Deberes en relación con la selección y el nombramiento de jueces
Canon 11. Indebidas atenciones e influencias hacia los jueces
Canon 12. Puntualidad y tramitación de las causas
Canon 13. Publicidad sobre casos criminales pendientes
Canon 14. Publicidad sobre otros pleitos pendientes
Canon 15. Conducta hacia testigos y litigantes
Canon 16. Conducta en relación con los jurados
Canon 17. Litigios injustificados
La buena marcha del proceso judicial del país es responsabilidad ineludible de todo miembro de la
profesión legal. Le corresponde a todo abogado procurar que prevalezca siempre en los tribunales un
ambiente de decoro y solemnidad laborando por mejorar la calidad de la justicia que en éstos se imparte.
Para lograr el más adecuado desenvolvimiento y desarrollo del proceso judicial, el miembro de la
profesión jurídica debe realizar todas las gestiones propias y legales que estén a su alcance, observando
especialmente los cánones siguientes, que señalan algunos deberes particulares que surgen de este
criterio general.
Canon 9. Conducta del abogado ante los tribunales
El abogado debe observar para con los tribunales una conducta que se caracterice por el mayor respeto.
Ello incluye la obligación de desalentar y evitar ataques injustificados o atentados ilícitos contra los
jueces o contra el buen orden en la administración de la justicia en los tribunales. En casos donde
ocurrieren tales ataques o atentados, el abogado debe intervenir para tratar de restablecer el orden y la
buena marcha de los procedimientos judiciales.
El deber de respeto propio para con los tribunales incluye también la obligación de tomar las medidas
que procedan en ley contra funcionarios judiciales que abusan de sus prerrogativas o desempeñan
impropiamente sus funciones y que no observen una actitud cortés y respetuosa.
ANOTACIONES
1. En general.
La licenciada quebrantó los Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 de Ética Profesional, al: (1) incumplir con las
órdenes emitidas por la CASP; (2) no atender las órdenes con prontitud y diligencia; (3) actuar de
manera incompetente en relación con los intereses de la quejosa, a quien representaba ante la CASP;
(4) no informar ni orientar a la quejosa de los asuntos importantes del caso; (5) renunciar a la
representación legal de la quejosa luego de que la CASP desestimara los casos con perjuicio. In re
Blanca Bonhomme Meléndez Ts-10,611, 2019 PR Sup. LEXIS 105 (P.R. 2019).
Cuando el Tribunal Supremo le concedió a una licenciada amplia oportunidad para que compareciera
ante el Foro y contestara una queja y la licenciada incumplió, en clara inobservancia a las órdenes del
Foro, dicha conducta violó el Canon 9 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 9. Dicha
conducta conllevó la separación inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía. In re Cortés, 196
D.P.R. 1, 2016 PR Sup. LEXIS 205 (P.R. 2016).
Licenciada violó este canon al desatender las órdenes de la Oficina de Inspección de Notarías (ODIN)
en cuanto a deficiencias en su obra notarial, y de la Subsecretaria del Tribunal Supremo de Puerto Rico
en cuanto a una queja presentada en su contra, además de desatender las órdenes del Foro en cuanto a
ambos asuntos. El hecho de que la licenciada eventualmente respondiera a los requerimientos de la
ODIN no subsana lo anterior. In re Collazo, 196 D.P.R. 239, 2016 PR Sup. LEXIS 181 (P.R. 2016).
Cuando los licenciados incumplieron con las Resoluciones del Tribunal Supremo, dicha conducta
constituyó una violación al Canon 9 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 9, y tenía como
consecuencia la suspensión del ejercicio de la profesión. In re Rivera, 196 D.P.R. 1044, 2016 PR Sup.
LEXIS 174 (P.R. 2016).
Licenciado violó este canon y el Canon 12 del Código de Ética Profesional al no cumplir con las órdenes
emitidas por el Tribunal de Apelaciones para el perfeccionamiento de un recurso de apelación. La falta de
interés de su cliente en el recurso y el hecho de que éste no pagara por la transcripción de la prueba oral
ni por los honorarios adeudados, no excusan al licenciado de su incumplimiento ni el dejar de tramitar el
recurso de apelación. In re Ortiz, 196 D.P.R. 126, 2016 PR Sup. LEXIS 171 (P.R. 2016).
Tres licenciados violaron este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto Rico en
torno a la falta de cumplimiento con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua. Dicha
conducta refleja una patente falta de compromiso con el deber de excelencia y competencia que encarna
el Canon 2 del Código de Ética Profesional, y constituye un gasto de recursos administrativos para el
Programa de Educación Jurídica Continua. In re Sobá, 195 D.P.R. 978, 2016 PR Sup. LEXIS 170 (P.R.
2016).
Licenciado violó este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto Rico durante un
procedimiento disciplinario instado en su contra, además de haber mostrado un patrón de
incumplimientos hacia las órdenes del Foro. 2016 PR Sup. LEXIS 162.
Licenciada violó este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto Rico y los
requerimientos de la Oficina de Inspección de Notarías en torno a varios señalamientos de
incumplimiento en sus obligaciones. In re Ramos, 196 D.P.R. 57, 2016 PR Sup. LEXIS 165 (P.R. 2016).
Licenciada violó este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto Rico y los
requerimientos de la Oficina de Inspección de Notarías en torno a la falta de presentación de un informe
estadístico anual, además de haber incumplido con su deber de informar su dirección actual. In re Torres,
196 D.P.R. 50, 2016 PR Sup. LEXIS 164 (P.R. 2016).
Licenciado violó este canon al desatender una orden del Tribunal Supremo de Puerto Rico en la que se
le solicitó que mostrara causa por la cual no debía ser suspendido de la práctica de la profesión en
Puerto Rico luego de que fuera suspendido de la práctica de la profesión en el Distrito de Columbia,
Estados Unidos de América, por haber violentado reglas de conducta profesional mientras representaba
a varios clientes en asuntos de inmigración. In re Quesada, 195 D.P.R. 967, 2016 PR Sup. LEXIS 160
(P.R. 2016).
Licenciado violó este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto Rico durante el
transcurso de un procedimiento disciplinario instado en su contra por no haber realizado un trámite para
el cual fue contratado. In re Nin, 195 D.P.R. 958, 2016 PR Sup. LEXIS 159 (P.R. 2016).
Licenciado violó este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto Rico durante el
procedimiento disciplinario instado en su contra. El licenciado presentó su contestación 20 meses
después de que la Oficina de la Procuradora General presentara la querella. Tal proceder demoró
sustancialmente el procedimiento disciplinario del licenciado y configuró una infracción a este canon. In
re Galarza, 195 D.P.R. 894, 2016 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2016).
Licenciado violó este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto Rico en torno a
una querella presentada en su contra por no realizar las gestiones encomendadas por su representado
en un caso de violencia doméstica. In re Martínez, 195 D.P.R. 912, 2016 PR Sup. LEXIS 157 (P.R.),
modified, 196 D.P.R. 72, 2016 PR Sup. LEXIS 270 (P.R. 2016).
Licenciada violó este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto Rico y sus
dependencias durante un procedimiento disciplinario, además de dilatar el procedimiento al no
comparecer debido a razones de salud sin haber acreditado su condición. Los padecimientos de salud de
un abogado no lo excusan de cumplir con los deberes éticos que informan el ejercicio de la abogacía en
Puerto Rico. In re Román, 195 D.P.R. 882, 2016 PR Sup. LEXIS 156 (P.R. 2016).
La licenciada violó este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo, además de incumplir
con los requisitos y requerimientos de la Oficina de Inspección de Notarías en torno a la falta de
presentación de varios índices de actividad notarial mensual y anual. In re Torres, 195 D.P.R. 600, 2016
PR Sup. LEXIS 139 (P.R. 2016).
Cuando una licenciada incumplió con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua, no
compareció al mostrar causa por la cual no debía ser suspendida y incumplió con la orden del Tribunal
Supremo de actualizar sus datos personales en el Registro Único de Abogados, dicha conducta violó
este canon y demostró su falta de interés en practicar la profesión de la abogacía y conllevó la
separación indefinida del ejercicio de la abogacía. In re Fernández, 195 D.P.R. 979, 2016 PR Sup. LEXIS
136 (P.R. 2016).
Cuando varios licenciados incumplieron con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua
y no comparecieron ante el Tribunal Supremo para que mostrara causa por la cual no debía ser
suspendido del ejercicio de la abogacía por incumplir con los requisitos del PEJC, los licenciados violaron
el Canon 2 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C.2 y demostraron menosprecio hacia la autoridad del
Tribunal Supremo e infringieron este canon. Los licenciados fueron suspendido inmediata e indefinida de
la abogacía. In re Irizarry, 195 D.P.R. 978, 2016 PR Sup. LEXIS 131 (P.R. 2016).
Tres abogados y una abogada violaron este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de
Puerto Rico para mostrar causa por la cual no debían ser suspendidos de la profesión de la abogacía por
razón de su incumplimiento con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua. Dicha
conducta obstaculizó el ejercicio del poder inherente del Foro para reglamentar la profesión legal y
constituyó una falta ética adicional que ameritó la separación del ejercicio de la abogacía. In re López,
195 D.P.R. 978, 2016 PR Sup. LEXIS 123 (P.R. 2016).
Licenciada violó este canon al incurrir en un patrón de incumplimiento ante las órdenes del Tribunal
Supremo de Puerto Rico, los requerimientos de la Oficina de Inspección de Notarías y de la Oficina de la
Procuradora General. La situación personal de la licenciada no justificó el abandono de sus deberes ético
profesionales. La licenciada no realizó esfuerzo alguno que denotara su intención de cumplir con las
órdenes, pese a las múltiples oportunidades que le fueron concedidas. In re Morales, 195 D.P.R. 678,
2016 PR Sup. LEXIS 118 (P.R. 2016).
Licenciado violó este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto Rico en el trámite
de un proceso ético-disciplinario en su contra relacionado a fallas en unas escrituras otorgadas por él
que no se han podido inscribir. Habiendo transcurrido más de cuatro años desde que el Foro emitió la
primera orden, el licenciado no presentó un plan de acción para lograr la inscripción de las escrituras y
sus alegadas gestiones no constituyeron cumplimiento con lo ordenado. In re Lugo, 195 D.P.R. 550, 2016
PR Sup. LEXIS 103 (P.R. 2016).
Cuando una licenciada no actualizó su dirección postal en la base de datos del Registro Único de
Abogados (RUA), esta conducta violó el Canon 9 del Código de Ética Profesional, y la Ley Notarial de
Puerto Rico, secs. 2001 et seq. de este título, y su reglamento. La licenciada fue suspendida inmediata e
indefinida del ejercicio de la abogacia y la notaria. In re Noelma Colón Cordovés, 195 D.P.R. 543, 2016
PR Sup. LEXIS 94 (P.R. 2016).
Cuando un licenciado incumplió con los requisitos de la Oficina de Inspección de Notarías (ODIN) y no
acató las órdenes del Tribunal Supremo, dicha conducta constituyó un craso incumplimiento con los
Cánones 9 y 18 del Código de Ética Profesional. El licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del
ejercicio de la abogacía y la notaría. In re Morales, 195 D.P.R. 521, 2016 PR Sup. LEXIS 93 (P.R. 2016).
El abogado violó el Cánon 9 de este apéndice cuando no respondió a los órdenes del Tribunal Supremo
y los requerimientos de la Oficina de Procurador General. In re Ruiz Fontanet, 201 D.P.R. 663, 2019 PR
Sup. LEXIS 4 (Jan. 9, 2019).
La abogada violó el Cánon 9 de este apéndice cuando no respondió a los órdenes del Tribunal Supremo
y los requerimientos de la ODIN para subsanar las deficiencias en un obra notarial. In re Parés, 201
D.P.R. 667, 2019 PR Sup. LEXIS 3 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18 y 38 de este apéndice cuando no respondió a los órdenes de los
tribunales que resultó en la desestimación de la apelación del caso criminal en que trabajó como
abogado de oficio. In re Lugo, 201 D.P.R. 729, 2019 PR Sup. LEXIS 11 (P.R. 2019).
La abogada violó los Cánones 9, 11, 35 y 38 de este apéndice (1) al enviar copia del recurso a un oficial
jurídico de uno de los miembros de esta Curia, con conocimiento del puesto que ocupaba, para influir en
el proceso decisorio de este Foro; (2) al responder a las advertencias del oficial jurídico a través de
mensajes en tono desafiante e irrespetuoso; (3) al dificultar el curso de la investigación de la queja a
cargo de la Oficina de la Procuradora General proveyendo respuestas evasivas e inclusive incorrectas. In
re Sánchez, 201 D.P.R. 765, 2019 PR Sup. LEXIS 19 (P.R. 2019).
El abogado violó el Cánon 9 de este apéndice cuando no respondió a los órdenes del Tribunal Supremo
y los requerimientos del PEJC. In re Echevarría, 2019 PR Sup. LEXIS 20 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 35 y 38 de este apéndice por no comparecer a las vistas
señaladas por el tribunal; por no cumplir con las órdenes del foro judicial; por dejar transcurrir mucho
tiempo sin hacer alguna gestión para corregir su dirección errónea; y por aceptar colaborar como
abogado en el caso sabiendo que no podía esforzarse al máximo en la representación. In re Rodríguez,
201 D.P.R. 1057, 2019 PR Sup. LEXIS 35 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 35 y 38 de este apéndice cuando aceptó un acuerdo
transaccional sin informárselo y ni consultárselo a su clienta; endosó el cheque producto del negocio con
el nombre de la clienta y lo depositó en la cuenta bancaria de este; y mantuvo el cheque en su cuenta
por un año. In re Allan A. Peña Ríos Ts-11,445, 2019 PR Sup. LEXIS 54 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 17, 18, 20, 35 y 38 de este apéndice (1) al no comparecer en
tiempo a los requerimientos de la TTAB; (2) al hacer falsas representaciones a dicho ente adjudicativo en
cuanto a su renuncia y los acuerdos con su cliente, las cuales indujeron a error al referido foro; y (3) al
no mantener informado a su cliente sobre el estado de los procedimientos en el caso. Ex parte Guerrero,
201 D.P.R. 345, 2018 PR Sup. LEXIS 203 (P.R.), modified, 201 D.P.R. 606, 2018 PR Sup. LEXIS 200
(P.R. 2018).
El abogado violó el Cánon 9 de este apéndice cuando no respondió a los órdenes del PEJC. In re
Santana Rabell, 201 D.P.R. 637, 2018 PR Sup. LEXIS 201 (Dec. 17, 2018).
Cuando un licenciado incumplió con los requerimientos de la Oficina de Inspección de Notarías (ODIN) y
del Tribunal Supremo, dicha conducta violó este canon y ameritó la suspensión del ejercicio de la
abogacía. In re Collazo, 197 D.P.R. 334, 2017 PR Sup. LEXIS 28 (P.R. 2017).
En la tercera ocasión en que el licenciado se encontró inmerso en un proceso disciplinario, el Tribunal
Supremo consideró que el licenciado reiteradamente demostró un deficiente desempeño profesional, al
no desplegar la debida diligencia y competencia ante las encomiendas de un cliente, desobedeció las
órdenes y requerimientos de foros judiciales, sin presentar justificación para ello, y no mantuvo una
comunicación efectiva con sus clientes, y aunque el licenciado aceptó su responsabilidad y se allanó a
los cargos contenidos en la querella, el Tribunal Supremo concluyó que el licenciado infringió los
Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y que la reincidencia
en su comportamiento antiético mereció una suspensión indefinida. In re Vega, 197 D.P.R. 829, 2017 PR
Sup. LEXIS 65 (P.R. 2017).
Cuando un licenciado incumplió con los requisitos de educación jurídica y no compareció oportunamente
ante el Programa de Educación Jurídica Continua (PEJC) cuando le fue requerido y no presentó escrito o
evidencia alguna de que cumpliera con los requisitos del PEJC, así como con el pago de la cuota de
cumplimiento tardío, dicha conducta infringió el Canon 9 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap.
IX. In re Llambías, 2016 PR Sup. LEXIS 81 (P.R. 2016).
Un licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría
porque el licenciado violó Canon 9 cuando no presentó los índices de actividad notarial mensual y los
informes estadísticos de actividad notarial anual a la Oficina de Inspección de Notarías (ODIN) y no
actualizó su información personal en el Registro Único de Abogados del Tribunal Supremo. In re Torres,
195 D.P.R. 437, 2016 PR Sup. LEXIS 75 (P.R. 2016).
Una licenciada incumplió flagrantemente el precepto ético que consagra el Canon 9 del Código de Ética
Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 9, al hacer caso omiso de los múltiples requerimientos que le hizo la
Oficina de Inspección de Notarías, con tal de poder inspeccionar su obra protocolar. La licenciada fue
suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría y el Tribunal Supremo
se le impuso a licenciada una sanción económica de $500.00 al amparo de este artículo. In re Arroyo,
194 D.P.R. 932, 2016 PR Sup. LEXIS 50 (P.R. 2016).
Una licenciada violó este canon cuando esta incumplió con su deber de responder oportunamente a los
requerimientos del Tribunal Supremo y luego de una orden al respecto, esta no entregó su obra notarial
completa ni cumplió con los requerimientos de la Oficina de Inspección de Notarías (ODIN) en cuanto a
sus índices notariales. La licenciada fue suspendido indefinidamente de la práctica de la abogacía y de la
notaría. In re Rodríguez, 194 D.P.R. 753, 2016 PR Sup. LEXIS 49 (P.R. 2016).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinida de la práctica de la abogacía y la notaría porque
adeudaba un sinnúmero de índices de actividad mensual notarial, así como múltiples informes
estadísticos de actividad notarial annual, y demostró una actitud desafiante ante la Oficina de Inspección
de Notarías y ante el Tribunal Supremo. In re González, 194 D.P.R. 688, 2016 PR Sup. LEXIS 22 (P.R.
2016).
Tres licenciados fueron suspendidos inmediata e indefinida de la abogacía porque los licenciados
incumplieron con las exigencias del Programa de Educación Jurídica Continua. El Tribunal Supremo
determinó que la inacción y el desdén de los licenciados violaron los Cánones 2 y 9 del Código de Ética
Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 2, 9. In re Samo, 194 D.P.R. 960, 2016 PR Sup. LEXIS 27 (P.R. 2016).
Cuando un licenciado incumplió con los requisitos de educación jurídica continua y no compareció ante
el Tribunal Supremo al mostrar causa por la cual no debía ser suspendido del ejercicio de la profesión de
la abogacía por incumplir con los requisitos del PEJC, la actitud de no cumplir con las órdenes del
Tribunal Supremo denotó menosprecio hacia su autoridad, por lo cual dicha conducta constituyó una
violación a este canon y tenía como consecuencia la suspensión del ejercicio de la profesión. In re
Fariña, 192 D.P.R. 763, 2015 PR Sup. LEXIS 174 (P.R. 2015).
Varios miembros de la profesión legal fueron suspendidos inmediata e indefinida del ejercicio de la
abogacía y de la notaría porque los licenciados incumplieron con los requerimientos del Programa de
Educación Jurídica Continua (PEJC) y del Tribunal Supremo. El incumplimiento con el deber de
mantener actualizados en el Registro Único de Abogados y Abogadas del Tribunal Supremo sus datos
personales, incluyendo su dirección física, postal y electrónica, obstaculiza el ejercicio de la jurisdicción
disciplinaria y es suficiente para decretar su separación indefinida de la profesión. In re Lcdo, 194 D.P.R.
960, 2015 PR Sup. LEXIS 173 (P.R. 2015) sub. nom.In re Fernández, 195 D.P.R. 977, 2016 PR Sup.
LEXIS 122 (P.R. 2016).
Licenciada fue suspendido del ejercicio de la abogacía y la notaría por un término de tres meses por
incumplir con sus deberes hacia una clienta y por desatender reiteradamente las órdenes del Tribunal
Supremo en violación de los Cánones 9, 12, 18, 20 y 38 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX. Dos
casos presentado en el Tribunal de Primera Instancia fueron desestimado debido a que la licenciada no
cumplió con una orden de ese tribunal y la desatención a las órdenes de los foros primarios demostró
una clara falta de respeto a los tribunales, en violación del Canon 9. In re Ojeda, 193 D.P.R. 966, 2015
PR Sup. LEXIS 140 (P.R. 2015).
Los miembros de la profesión legal tienen el deber de contestar con diligencia los requerimientos
exigidos por parte del Tribunal Supremo. No contestar los requerimientos del Tribunal Supremo infringe
este canon, puesto que constituye una afrenta al poder inherente del Tribunal Supremo de regular el
ejercicio de la profesión legal. In re Rivera, 193 D.P.R. 1021, 2015 PR Sup. LEXIS 113 (P.R. 2015).
Tribunal Supremo suspendió a varios letrados y letradas del ejercicio de la abogacía por incumplir con
los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua (PEJC), las horas crédito requeridas de
educación continua y el deber que le impone la Regla 9(j) del Reglamento del Tribunal Supremo de
actualizar y mantener al día su dirección postal. Cuando un abogado no cumple con las órdenes del
Tribunal Supremo, demuestra menosprecio hacia la autoridad del Foro, infringiendo de ese modo, las
disposiciones del Canon 9 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX. De esta forma, si luego de
proveerle un término al abogado para que muestre causa por la cual no debe ser suspendido de la
profesión, éste incumple con el mandato del Foro, procede que el abogado sea sancionado con la
suspensión indefinida del ejercicio de la abogacía. In re González, 193 D.P.R. 1021, 2015 PR Sup. LEXIS
104 (P.R. 2015).
Licenciada violó este canon cuando la licenciada hizo caso omiso en reiteradas ocasiones a las órdenes
del Tribunal de Primera Instancia que le requerían consignar en el tribunal las sumas de dinero del
caudal hereditario que retenía sin autorización de las partes en su cuenta personal. In re Navarro, 193
D.P.R. 303, 2015 PR Sup. LEXIS 90 (P.R. 2015).
Aunque las deficiencias encontradas en la obra notarial de un licenciado como parte del proceso
rutinario de inspección de la Oficina de Inspección de Notarías (ODIN) conforme al Art. 62 de la Ley
Notarial, sec. 2102 de este título, y la Regla 77 del Reglamento Notarial pudieron ser atendidos a nivel
administrativo sinmayores consecuencias, el licenciado nada hizo para atender los requerimientosde la
ODIN y del Tribunal Supremo. El licenciado fue suspendido indefinidadel ejercicio de la notaría y la
abogacía; los notariosno pueden asumir una actitud pasiva y deben subsanar las deficienciasy coordinar
una próxima reunión con la ODIN para efectuarla reinspección de la obra notarial y culminar el
procedimiento. In re González, 193 D.P.R. 387, 2015 PR Sup. LEXIS 82 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y notaría por no
contestar una queja presentada en su contra, a pesar de que el Tribunal Supremo le brindó tiempo más
que suficiente para hacerlo. Dicha conducta constituyó una violación de este canon. In re Zambrana, 193
D.P.R. 352, 2015 PR Sup. LEXIS 83 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido indefinidamente del ejercicio de la notaría y la abogacía debido a su craso
incumplimiento con la Ley Notarial, con el Reglamento Notarial, y por su indiferencia a las órdenes del
Tribunal Supremo cuando no tenía bajo su custodia los protocolos de seis años, no encuadernaba dos
cajas de los instrumentos públicos, y no mantenía actualizada su información de contacto en el Registro
Único de Abogados y Abogadas. Dicha conducta constituyó una violación a este canon. In re Maldonado,
193 D.P.R. 340, 2015 PR Sup. LEXIS 85 (P.R. 2015).
Aunque el Tribunal Supremo apercibió al licenciado en repetidas ocasiones de que podrían imponérsele
sanciones disciplinarias severas de no responder oportunamente a los requerimientos de la Oficina de la
Procuradora General, de la Oficina de Inspección de Notarías y del Tribunal Supremo, el licenciado hizo
caso omiso. El expediente del licenciado reflejó un patrón de desidia y desinterés de su parte en cuanto
al proceso disciplinario que se inició en su contra. Esta conducta violó el deber de diligencia y respeto;
procedió la suspensión del ejercicio de la abogacía y la notaría. In re Galarza, 193 D.P.R. 148, 2015 PR
Sup. LEXIS 73 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía porque su actitud
indiferente en un proceso disciplinario y su incumplimiento con las órdenes del Tribunal Supremo violaron
este canon. In re Toro, 193 D.P.R. 159, 2015 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 2015).
Licenciado violó este canon cuando no cumplió con los requisitos de educación jurídica continua y no
compareció ante el Tribunal Supremo para justificar su proceder. Su proceder fue uno de dejadez y
menosprecio hacia la autoridad del Tribunal Supremo y esa conducta fue incompatible con el ejercicio de
la profesión. In re Estrada, 193 D.P.R. 1021, 2015 PR Sup. LEXIS 68 (P.R. 2015).
Cuando el Tribunal Supremo ordenó al licenciado en cuatro ocasiones la devolución de los honorarios
que percibió por trabajos no realizados y el licenciado no compareció para declarar su cumplimiento con
las órdenes emitidas por el Tribunal Supremo, el licenciado fue suspendido indefinidamente del ejercicio
de la abogacía porque dicha conducta infringió este canon. In re Romero, 192 D.P.R. 957, 2015 PR Sup.
LEXIS 179 (P.R.), modified, 193 D.P.R. 232, 2015 PR Sup. LEXIS 49 (P.R. 2015).
Cuando una licenciada no mantenía al día su dirección en el Registro Único de Abogados, no subsanó
sus deficiencias de educación jurídica continua, y exhibió una actitud de indiferencia, el Tribunal Supremo
decretó su suspensión inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía. In re Martínez, 192 D.P.R. 291,
2015 PR Sup. LEXIS 66 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría por
incumplir con los requisitos de educación jurídica continua y por no comparecer ante el Programa de
Educación Jurídica Continua cuando le fue requerido y por incumplir con el deber de mantener su
información personal actualizada en el RUA. In re Rivera, 192 D.P.R. 812, 2015 PR Sup. LEXIS 41 (P.R.
2015).
Licenciada fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía por incumplir con
órdenes emitidas por el Tribunal Supremo; su actitud denotó indiferencia y displicencia al incumplir con
los dictámenes y contravino la ineludible obligación de todo miembro de la profesión de responder,
diligente y oportunamente, a dichas órdenes. In re Dávila, 192 D.P.R. 786, 2015 PR Sup. LEXIS 40 (P.R.
2015).
Cuando un licenciado incumplió con los requisitos de educación jurídica continua y no compareció ante
el Tribunal Supremo al mostrar causa por la cual no debía ser suspendido del ejercicio de la profesión de
la abogacía por incumplir con los requisitos del PEJC, la actitud de no cumplir con las órdenes del
Tribunal Supremo denotó menosprecio hacia su autoridad, por lo cual dicha conducta constituyó una
violación a este canon y tenía como consecuencia la suspensión del ejercicio de la profesión. In re
Fariña, 192 D.P.R. 763, 2015 PR Sup. LEXIS 174 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía porque incumplió
con su obligación de mantener actualizada su información de contacto en el Registro Único de Abogados
y Abogadas de Puerto Rico y incumplió con los requisitos de educación jurídica continua. Esto
obstaculizó la facultad disciplinaria y constituyó una violación a las órdenes del Tribunal Supremo y violó
este canon. In re Velázquez, 192 D.P.R. 818, 2015 PR Sup. LEXIS 69 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía cuando incumplió con los
requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua e ignorar la orden de comparecencia emitida por
el Tribunal Supremo. Su conducta reflejó dejadez, desatención y falta de diligencia, cualidades
incompatibles con la práctica de la profesión legal. In re Rivera, 192 D.P.R. 548, 2015 PR Sup. LEXIS 59
(P.R. 2015).
Cuando un licenciado no mostró causa por la cual no debe ser suspendido de la abogacía por incumplir
con los requisitos de educación jurídica continua y por no comparecer ante el Programa de Educación
Jurídica Continua cuando le fue requerido, procedió que el licenciado fue sancionado con la suspensión
indefinida del ejercicio de la abogacía. Cuando el licenciado no cumplió con las órdenes del Tribunal
Supremo, demostró menosprecio hacia la autoridad del Foro. In re Rodríguez, 192 D.P.R. 539, 2015 PR
Sup. LEXIS 57 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido indefinida de la profesión legal por incumplir con los requisitos del Programa
de Educación Jurídica Continua (PEJC), así como hacer caso omiso a los requerimientos del PEJC y del
Tribunal Supremo. Dicha conducta violó este canon. In re Veguet, 192 D.P.R. 532, 2015 PR Sup. LEXIS
80 (P.R. 2015).
Licenciado violó este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto Rico, así también
como las órdenes del Programa de Educación Jurídica Continua en torno a la falta de cumplimiento con
los créditos de educación jurídica continua y las órdenes de la Oficina de Inspección de Notarías que le
requerían subsanar deficiencias en su obra protocolar. In re Soto, 196 D.P.R. 1044, 2016 PR Sup. LEXIS
254 (P.R. 2016).
Un licenciado violó este canon y los Cánones 12 y 18 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, al incumplir
reiteradamente con las órdenes del tribunal sumado a una serie de incomparecencias injustificadas del
abogado a vistas pautadas por el foro de instancia, causando una dilación indebida en la tramitación del
caso. In re Delgado, 196 D.P.R. 541, 2016 PR Sup. LEXIS 224 (P.R. 2016).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría porque
el licenciado ignoró las órdenes del Tribunal Supremo y no subsanó las deficiencias en su obra notarial y
dicha conducta constituyó una violación al Canon 9, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C.9. In re Laguardia, 196 D.P.R.
844, 2016 PR Sup. LEXIS 253 (P.R. 2016).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría por
incumplir con los requisitos de educación jurídica continua y por no comparecer ante el Programa de
Educación Jurídica Continua cuando le fue requerido y por incumplir con el deber de mantener su
información personal actualizada en el RUA. In re Rivera, 192 D.P.R. 812, 2015 PR Sup. LEXIS 41 (P.R.
2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía y de la notaría por no
haber completado las horas crédito de educación jurídica continua y por su incomparecencia ante el
Programa de Educación Jurídica Continua y el Tribunal Supremo cuando le fue solicitado. In re De Jesús
Román, 192 D.P.R. 799, 2015 PR Sup. LEXIS 39 (P.R. 2015).
Cuando un licenciado incumplió con los requisitos de educación jurídica y no compareció oportunamente
ante el Programa de Educación Jurídica Continua (PEJC) cuando le fue requerido y no presentó escrito o
evidencia alguna de que cumpliera con los requisitos del PEJC, así como con el pago de la cuota de
cumplimiento tardío, dicha conducta infringió el Canon 9 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap.
IX. In re Llambías, 2016 PR Sup. LEXIS 81 (P.R. 2016).
Aunque el Tribunal Supremo le concedió a una licenciada amplia oportunidad para subsanar las
deficiencias señaladas y acreditar su cumplimiento con el Programa de Educación Jurídica Continua, la
licenciada finalmente incumplió las órdenes. Dicha conducta violó este canon y la licenciada fue
suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía y la notaría. In re Sepúlveda, 192 D.P.R.
985, 2015 PR Sup. LEXIS 47 (P.R. 2015).
Licenciado violó este canon cuando incumplió con las órdenes del Tribunal Supremo que ordenó al
licenciado la devolución de los honorarios que percibió por trabajos no realizados. El licenciado fue
suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía porque no atendió con diligencia los
requerimientos del Tribunal Supremo. In re De Jesús Román, 192 D.P.R. 799, 2015 PR Sup. LEXIS 39
(P.R. 2015).
Cuando un licenciado no compareció en el término concedido al licenciado para que mostrara causa por
la cual no debía ser suspendido por incumplir con los requisitos de educación jurídica continua y por no
comparecer ante el Programa de Educación Jurídica Continua cuando le fue requerido, no fue excusa
válida el hecho de que las notificaciones previas del PEJC jamás le llegaron y las del Tribunal Supremo
le fueron enviadas de manera tardía; fue el licenciado quien decidió no actualizar su dirección de RUA
una vez se mudó fuera de Puerto Rico y, en cambio, optó por descansar en su hermana para que le
hiciera llegar las notificaciones que le llegaran a esa dirección. In re Acosta, 192 D.P.R. 848, 2015 PR
Sup. LEXIS 50 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido indefinida e inmediata del ejercicio de la abogacía y de la notaría por
incumplir con el Canon 9 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX al no responder
oportunamente a los requerimientos del Tribunal Supremo en un caso de conducta profesional. In re
Echevarría, 192 D.P.R. 526, 2015 PR Sup. LEXIS 32 (P.R. 2015).
En un caso de conducta profesional, un licenciado fue suspendido inmediata e indefinida de la práctica
de la abogacía y de la notaría porque ignoró e incumplió con los requerimientos del Tribunal Supremo y
de la Oficina de Inspección de Notarías (ODIN) sobre las deficiencias señaladas en su obra notarial.Su
actitud de indiferencia y desatención violó este canon. In re Suárez, 191 D.P.R. 261, 2014 PR Sup.
LEXIS 99 (P.R. 2014)
En un caso de conducta profesional, un licenciado no compareció a contestar dos quesas presentada en
su contra; esta conducta violó Canon 9 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX y el licenciado
fue suspendido indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría. In re Román, 191 D.P.R. 186,
2014 PR Sup. LEXIS 94 (P.R. 2014).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la notaría porque demostró
dejadez en subsanar una deuda arancelaria en abierta violación a las órdenes emitidas por el Tribunal
Supremo y la Oficina de Inspección de Notarías. In re Díaz, 190 D.P.R. 431, 2014 PR Sup. LEXIS 26
(P.R. 2014)
Una licenciada fue suspendido inmediata e indefinidamente porque no ha respondido a ninguna de las
notificaciones que le permitirían contestar una queja presentada en su contra; particularmente, no ha
contestado una Resolución, la cual fue notificada personalmente, y en la que le concedió un término final
de cinco días para contestar la queja. In re Sharlene Ballesteros La Salle, 190 D.P.R. 222, 2014 PR Sup.
LEXIS 12 (P.R. 2014).
Un licenciado fue suspendido indefinida e inmediatamente del ejercicio de la abogacía y la notaría
porque falló en actualizar su dirección postal, residencial y de oficina, según dispone la Regla 9(j) del
Reglamento del Tribunal Supremo, Ap. XX1-B de este título. El licenciado infringió este canon al provocar
dilaciones injustificadas en el proceso disciplinario. In re Ramos, 188 D.P.R. 947, 2013 PR Sup. LEXIS
75 (P.R. 2013).
Un licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría por
incumplir con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua, no informar a la Secretaría los
cambios de dirección, y no atender los requerimientos del Tribunal Supremo. No responder a las órdenes
del Tribunal Supremo conlleva la suspensión del ejercicio de la profesión, pues denota indiferencia a los
apercibimientos. Esta conducta constituye una violación del Canon 9.In re Higuera, 188 D.P.R. 507, 2013
PR Sup. LEXIS 63 (P.R. 2013).
Un licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y de la notaría
porque no contestó los requerimientos del Tribunal Supremo sobre cuatro quejas contra el licenciado en
un caso de conducta profesional.In re Del Valle, 189 D.P.R. 245, 2013 PR Sup. LEXIS 93 (P.R. 2013).
Una licenciada fue suspendida inmediatamente e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y de la
notaría porque incumplió con los requisitos reglamentarios de educación jurídica continua y con el
requerimiento al mantener su información personal actualizada en el Registro Único de Abogados y
Abogadas. In re Trani, 188 D.P.R. 454, 2013 PR Sup. LEXIS 67 (P.R. 2013).
Un licenciado fue suspendido indefinida e inmediatamente del ejercicio de la abogacía y la notaría
porque falló en actualizar su dirección postal, residencial y de oficina, según dispone esta regla . El
licenciado infringió el Canon 9 al provocar dilaciones injustificadas en el proceso disciplinario. In re
Ramos, 188 D.P.R. 947, 2013 PR Sup. LEXIS 75 (P.R. 2013).
Un licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría por
incumplir con los requisitos del Programa de Educación Jurídica Continua, 4 L.P.R.A. Ap. XVII-E, no
informar a Secretaría los cambios de dirección, y no atender los requerimientos del Tribunal Supremo. In
re Higuera, 188 D.P.R. 507, 2013 PR Sup. LEXIS 63 (P.R. 2013).
Los miembros de la profesión legal tienen el deber de contestar con diligencia los requerimientos del
Tribunal Supremo relacionados con su práctica profesional. Ello tiene que hacerse prontamente,
independientemente de los méritos de las quejas presentadas en su contra; no hacerlo constituye un
serio agravio a la autoridad de los tribunales e infringe este canon. In re Trani, 188 D.P.R. 454, 2013 PR
Sup. LEXIS 67 (P.R. 2013).
Un licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría
porque no compareció al mostrar causa por la cual el Tribunal Supremo no se debía ejercer la
jurisdicción disciplinaria por incumplir con los requerimientos de la Oficina de Inspección de Notarías. In
re Romero, 188 D.P.R. 511, 2013 PR Sup. LEXIS 69 (P.R. 2013).
Un licenciado violó este canon porque no contestó una queja en un caso de conducta profesional aun
bajo apercibimiento de que la falta de cumplimiento conllevó sanciones tan severas como la suspensión
del ejercicio de la profesión. In re Ubaldo Lugo Cruz, 188 D.P.R. 112, 2013 PR Sup. LEXIS 41 (P.R.
2013).
Un licenciado fue suspendido inmediatamente e indefinidamente del ejercicio de la abogacía porque ha
incumplido con los requerimientos del Tribunal Supremo en innumerables ocasiones denotando una
actitud de dejadez e indiferencia ante apercibimientos de sanciones disciplinarias. In re Alicea, 188
D.P.R. 498, 2013 PR Sup. LEXIS 58 (P.R. 2013).
En un caso de conducta profesional, un licenciado fue suspendido del ejercicio de la profesión inmediata
e indefinidamente porque el licenciado incumplió reiteradamente con los requerimientos del Tribunal
Supremo. Su reiterado incumplimiento con las órdenes del Foro constituyó una violación a este canon In
re Ramírez, 188 D.P.R. 244, 2013 PR Sup. LEXIS 35 (P.R. 2013).
Un abogado fue suspendido indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría porque no
compareció en un procedimiento disciplinario, aunque el Tribunal Supremo le concedió 20 días para
que se expresara en torno al informe presentado por la Oficina de
Inspección de Notarías, y no respondió a una segunda resolución concediéndole un nuevo
término improrrogable de 20 días. Desatender las órdenes judiciales constituyó un serio agravio a
la autoridad de los tribunales e infringe este canon. In re Ramón Colón Olivo, 187 D.P.R. 659, 2013 PR
Sup. LEXIS 20 (P.R. 2013).
Un licenciado fue suspendido del ejercicio de la abogacía y de la notaría por incumplir con su deber de
responder oportunamente a los requerimientos del Tribunal Supremo. El
licenciado recibió personalmente dos notificaciones enviadas por correo certificado y una resolución
notificada personalmente por la Oficina del Alguacil del Tribunal Supremo y
nunca compareció. In re Zayas, 187 D.P.R. 830, 2013 PR Sup. LEXIS 25 (P.R. 2013).
Un licenciado fue suspendido indefinidamente del ejercicio de la abogacía porque no compareció y no
mostró causa por la cual no debía ser suspendido del ejercicio de la
abogacía debido a su incumplimiento con los requisitos de educación jurídica continua y a su
indiferencia ante los requerimientos del Programa de Educación Jurídica
Continua. In re Rodríguez, 187 D.P.R. 826, 2013 PR Sup. LEXIS 31 (P.R. 2013).
Un licenciado violó este canon porque ha manifestado gran menosprecio a las Resoluciones del
Tribunal Supremo y a los requerimientos del Programa de Educación Jurídica
Continua al no comparecer oportunamente a las exigencias que le han impuesto
ambos foros y al no cumplir cabalmente con los mandatos que le han dirigido. In re
Piñeiro Vega, 188 D.P.R. 77, 2013 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 2013).
Un licenciado violó este canon porque ha incumplido con los requerimientos del Tribunal Supremo y la
Oficina de Inspección de Notarías e ignoró el apercibimiento de sanciones
disciplinarias. Este proceder reveló una actitud de indiferencia y menosprecio a la
autoridad del Tribunal Supremo, merecedora de la suspensión indefinida de la
abogacía y la notaría. In re Piñeiro Vega, 188 D.P.R. 77, 2013 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 2013).
Un abogado fue suspendido indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría porque no
compareció en un procedimiento disciplinario, aunque el Tribunal Supremo le concedió 20 días para
que se expresara en torno al informe presentado por la Oficina de
Inspección de Notarías, y no respondió a una segunda resolución concediéndole un nuevo
término improrrogable de 20 días. Desatender las órdenes judiciales constituyó un serio agravio a
la autoridad de los tribunales e infringe este canon. In re Ramón Colón Olivo, 187 D.P.R. 659, 2013 PR
Sup. LEXIS 20 (P.R. 2013).
Un licenciado fue suspendido del ejercicio de la abogacía y de la notaría por incumplir con su deber de
responder oportunamente a los requerimientos del Tribunal Supremo. El
licenciado recibió personalmente dos notificaciones enviadas por correo certificado y una resolución
notificada personalmente por la Oficina del Alguacil del Tribunal Supremo y
nunca compareció. In re Zayas, 187 D.P.R. 830, 2013 PR Sup. LEXIS 25 (P.R. 2013).
Un licenciado fue suspendido indefinidamente del ejercicio de la abogacía porque no compareció y no
mostró causa por la cual no debía ser suspendido del ejercicio de la
abogacía debido a su incumplimiento con los requisitos de educación jurídica continua y a su
indiferencia ante los requerimientos del Programa de Educación Jurídica
Continua. In re Rodríguez, 187 D.P.R. 826, 2013 PR Sup. LEXIS 31 (P.R. 2013).
Un licenciado violó este canon porque ha manifestado gran menosprecio a las Resoluciones del
Tribunal Supremo y a los requerimientos del Programa de Educación Jurídica
Continua al no comparecer oportunamente a las exigencias que le han impuesto
ambos foros y al no cumplir cabalmente con los mandatos que le han dirigido. In re
Piñeiro Vega, 188 D.P.R. 77, 2013 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 2013).
Un licenciado violó este canon porque ha incumplido con los requerimientos del Tribunal Supremo y la
Oficina de Inspección de Notarías e ignoró el apercibimiento de sanciones
disciplinarias. Este proceder reveló una actitud de indiferencia y menosprecio a la
autoridad del Tribunal Supremo, merecedora de la suspensión indefinida de la
abogacía y la notaría. In re Piñeiro Vega, 188 D.P.R. 77, 2013 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 2013).
En un caso de conducta profesional, un licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de
la abogacía porque el licenciado incumplió con las órdenes emitidas por el Tribunal Supremo y no
corrigió su obra notarial aunque muchas de las deficiencias que quedaban pendientes eran de carácter
grave. In re López, 184 D.P.R. 1050, 2012 PR Sup. LEXIS 79 (P.R. 2012).
En un caso de conducta profesional, un licenciado fue suspendido inmediata e indefinidamente del
ejercicio de la abogacía porque el licenciado nunca compareció a contestar una queja aunque el
licenciado acudió ante el Tribunal Supremo a realizar un cambio de dirección distinta a la cual se habían
enviado dos notificaciones de la queja. In re Víctor Rojas Rojas, 185 D.P.R. 405, 2012 PR Sup. LEXIS
74 (P.R. 2012).
Una licenciada fue suspendida inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría
porque no había comparecido ante el Tribunal Supremo, ni había hecho gestión alguna para corregir las
deficiencias encontradas en su obra notarial y, adicionalmente, había fallado en mantener al día su
información personal de contacto. In re Class, 184 D.P.R. 1050, 2012 PR Sup. LEXIS 83 (P.R. 2012).
Aunque el Tribunal Supremo se notificó al peticionario sobre una queja a la dirección postal que el
peticionario identificó para notificaciones y las resoluciones del Foro fueron devueltas, el Tribunal
Supremo reinstaló el peticionario al ejercicio de la abogacía porque no surgió del expediente un deseo
contumaz de desobedecer las órdenes del Foro. In re Latorre, 187 D.P.R. 12, 2012 PR Sup. LEXIS 152
(P.R. 2012).
En un caso de conducta profesional, un abogado fue suspendido inmediata e indefinidamente del
ejercicio de la abogacía y de la notaría porque el abogado incumplió su obligación de mantener
actualizada su información de contacto en el Registro Único de Abogados y Abogadas y nunca contestó
los requerimientos del Tribunal Supremo sobre una queja. Incumplir con el deber de notificar
inmediatamente al Tribunal Supremo cualquier cambio en su dirección postal o física violó este canon. In
re Latorre, 186 D.P.R. 412, 2012 PR Sup. LEXIS 145 (P.R. 2012).
En un caso de conducta profesional, un abogado fue suspendido inmediata e indefinidamente del
ejercicio de la abogacía y de la notaría porque el abogado incumplió su obligación de mantener
actualizada su información de contacto en el Registro Único de Abogados y Abogadas bajo esta regla y
nunca contestó los requerimientos del Tribunal Supremo sobre una queja. Incumplir con el deber de
notificar inmediatamente al Tribunal Supremo cualquier cambio en su dirección postal o física violó 4A
L.P.R.A. Ap. IX, Canon 9. In re Latorre, 186 D.P.R. 412, 2012 PR Sup. LEXIS 145 (P.R. 2012).
Un licenciado violó este canon y Canon 12 cuando su contestación a una queja fue parca y poco
responsiva y el licenciado no hizo entrega de información adicional y otra
documentación requerida. Ese incumplimiento demostró un patrón de desidia a las
órdenes del Tribunal Supremo. In re Ortiz, 187 D.P.R. 507, 2012 PR Sup. LEXIS 190 (P.R. 2012).
En un caso de conducta profesional, un licenciado fue suspendido inmediata e indefinida de la abogacía
y la notaría por incumplir requerimientos del Tribunal Supremo; una
resolución notificada personalmente incluyó apercibimiento de que la falta de cumplimiento
conllevó sanciones tan severas como la suspensión del ejercicio de
la profesión. Aunque el licenciado compareció mediante moción informativa, no presentó su
contestación. In re Colón, 187 D.P.R. 379, 2012 PR Sup. LEXIS 177 (P.R. 2012).
Al aceptar la tarea de representar a una cliente en las apelaciones ante la Comisión Apelativa de
Servicio Público (CASP), la licenciada tenía la obligación ineludible de defender los intereses
de su clienta. Debió tramitar los casos con puntualidad, diligencia y respetando las
ordenes de la CASP. La licenciada quebrantó este canon y Canon 6 al no atender
con premura dichas órdenes. In re Custodio, 187 D.P.R. 529, 2012 PR Sup. LEXIS 187 (P.R. 2012).
Una licenciada fue suspendida del ejercicio de la abogacía de manera indefinida porque no
compareció y no cumplió una resolución y orden del Tribunal Supremo en un caso
de conducta profesional. El desatender las órdenes judiciales constituye una ofensa a la autoridad
de los tribunales e infringe este canon. In re Nilka Marrero García, 187 D.P.R. 578, 2012 PR
Sup. LEXIS 192 (P.R. 2012).
Un licenciado violó este canon y Canon 12 cuando su contestación a una queja fue parca y poco
responsiva y el licenciado no hizo entrega de información adicional y otra
documentación requerida. Ese incumplimiento demostró un patrón de desidia a las
órdenes del Tribunal Supremo. In re Ortiz, 187 D.P.R. 507, 2012 PR Sup. LEXIS 190 (P.R. 2012).
En un caso de conducta profesional, un licenciado fue suspendido inmediata e indefinida de la abogacía
y la notaría por incumplir requerimientos del Tribunal Supremo; una
resolución notificada personalmente incluyó apercibimiento de que la falta de cumplimiento
conllevó sanciones tan severas como la suspensión del ejercicio de
la profesión. Aunque el licenciado compareció mediante moción informativa, no presentó su
contestación. In re Colón, 187 D.P.R. 379, 2012 PR Sup. LEXIS 177 (P.R. 2012).
Al aceptar la tarea de representar a una cliente en las apelaciones ante la Comisión Apelativa de
Servicio Público (CASP), la licenciada tenía la obligación ineludible de defender los intereses
de su clienta. Debió tramitar los casos con puntualidad, diligencia y respetando las
ordenes de la CASP. La licenciada quebrantó este canon y Canon 6 al no atender
con premura dichas órdenes. In re Custodio, 187 D.P.R. 529, 2012 PR Sup. LEXIS 187 (P.R. 2012).
Una licenciada fue suspendida del ejercicio de la abogacía de manera indefinida porque no
compareció y no cumplió una resolución y orden del Tribunal Supremo en un caso
de conducta profesional. El desatender las órdenes judiciales constituye una ofensa a la autoridad
de los tribunales e infringe este canon. In re Nilka Marrero García, 187 D.P.R. 578, 2012 PR
Sup. LEXIS 192 (P.R. 2012).
En un caso de conducta profesional, el Tribunal Supremo determinó que un licenciado violó este canon
cuando el licenciado no notificó un cambio en su dirección postal o física ante el Tribunal Supremo. In re
Medina, 183 D.P.R. 821, 2011 PR Sup. LEXIS 193 (P.R. 2011).
Un licenciado fue disciplinado porque desatendió a las órdenes del Tribunal Supremo y no compareció
ante el Tribunal Supremo para responder sobre la moción de la cancelación de la fianza notarial. In re
Bonilla Montalvo;2011 PR Sup. LEXIS 157 (2011).
El abogado violó los Cánones 9, 17, 18 y 26 de este apéndice cuando hizo alegaciones falsas en
beneficio de su cliente en una petición de habeas corpus que su cliente era el padre biológico de la
menor y que había sido despojado ilegalmente de la custodia del menor a través de una orden de
protección. In re Benjamín Guzmán Guzmán, 181 D.P.R. 495, 2011 PR Sup. LEXIS 44 (P.R. 2011).
Un licenciado violó este canon y los Cánones 12 y 38 cuando el ejerció deficientemente el notariado,
hizo caso omiso de las órdenes del Tribunal Supremo para que subsanara las deficiencias y practicó la
notaría mientras estaba suspendido. In re Fontánez, 181 D.P.R. 407, 2011 PR Sup. LEXIS 59 (P.R.
2011).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 19, 35 y 38 de este apéndice por no contestar la moción de
desestimación, no comparecer a la vista de conferencia con antelación al juicio, contestar el
descubrimiento de prueba fuera del término establecido, no informar al cliente de la desestimación del
caso hasta mucho tiempo después, y no ser honesto en decir la verdadera razón por la cual se
desestimó el caso. In re Nieves, 181 D.P.R. 25, 2011 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2011).
Una licenciada fue suspendida indefinidamente del ejercicio de la abogacía y de la notaría después de
que la licenciada incumplió con su obligación de remitir sus índices notariales y no corrigió las
deficiencias en el término concedido. In re Rivera, 180 D.P.R. 692, 2011 PR Sup. LEXIS 24 (P.R. 2011).
En un caso de conducto profesional, la desatención a las órdenes del Tribunal Supremo constituyó una
violación a este canon y la actitud de indiferencia y menosprecio a la autoridad del Tribunal Supremo
mereció la suspensión indefinida del licenciado. In re Viera, 179 D.P.R. 868, 2010 PR Sup. LEXIS 189
(P.R. 2010).
Cuando una licenciada había incumplido con los requerimientos del Tribunal Supremo en innumerables
ocasiones y había sido selectiva en aquellas quejas a contestar y cuando contestar, la licenciada violó
este canon y el Tribunal Supremo le suspendió indefinidamente del ejercicio de la abogacía. In re
Cabrera, 179 D.P.R. 1, 2010 PR Sup. LEXIS 118 (P.R. 2010).
Cuando un licenciado no había realizado gestión alguna para corregir la situación cinco años después
del hurto de su Registro de Testimonios y el licenciado adeudaba varios índices notariales a la ODIN, el
Tribunal Supremo suspendió del ejercicio de la abogacía y notaría al licenciado como violación de este
canon. In re Sánchez, 178 D.P.R. 647, 2010 PR Sup. LEXIS 48 (P.R. 2010).
El delito de manipulación de testigos fue un delito totalmente revestido de depravación, y el Tribunal
Supremo decretó la separación inmediata e indefinida de un abogado después de su convicción por
delito grave en la jurisdicción federal y su incumplimiento con una orden de demostrar por qué no debía
ser suspendido del ejercicio de la profesión de la abogacía. In re Rodríguez, 178 D.P.R. 625, 2010 PR
Sup. LEXIS 72 (P.R. 2010).
En un caso de conducto profesional, el Tribunal Supremo le concedió prórroga para presentar una
contestación a una queja presentada contra el licenciado; cuando el licenciado no compareció a
contestar, el licenciado fue suspendió indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría. In re
Hernández, 177 D.P.R. 963, 2010 PR Sup. LEXIS 99 (P.R. 2010).
En un caso de conducta profesional, un abogado fue suspendido del ejercicio de la abogacía y la notaría
porque él no había contestado una queja, no había devuelto un documento a un cliente y no había
atendido a los requerimientos del Tribunal Supremo, en contravención de este canon. In re Arias, 177
D.P.R. 576, 2009 PR Sup. LEXIS 193 (P.R. 2009).
En un caso de conducta profesional, un abogado fue suspendido del ejercicio de la abogacía y la notaría
porque el abogado no había informado sus clientes después de que una demanda fue desestimada y no
había atendido a los requerimientos del Tribunal Supremo, el cual contravino este canon. In re Incera,
177 D.P.R. 329, 2009 PR Sup. LEXIS 191 (P.R. 2009).
Una abogada fue suspendida del ejercicio de la notaría y la abogacía porque hizo caso omiso a las
órdenes del Tribunal Supremo y no pagó la fianza notarial. In re Bermúdez, 175 D.P.R. 1051, 2008 PR
Sup. LEXIS 183 (P.R. 2008).
Una abogada fue separada del ejercicio de la abogacía porque no cumplió con las órdenes del Tribunal
Supremo ni cumplió con la investigación del Procurador General. In re Terrón, 175 D.P.R. 335, 2009 PR
Sup. LEXIS 27 (P.R. 2009).
En un caso de conducta profesional, una abogada-notaria fue disciplinada porque según un informe de
la Oficina de Inspección de Notarías existían deficiencias en su obra notarial, y la abogada-notaria nunca
compareció ni respondió a las órdenes del Tribunal Supremo. In re Cartagena, 174 D.P.R. 763, 2008 PR
Sup. LEXIS 146 (P.R. 2008).
Una notario fue disciplinado porque no compareció ante el Tribunal Supremo y su conducta demostró un
desprecio por las órdenes del Tribunal Supremo. In re Ortiz, 174 D.P.R. 755, 2008 PR Sup. LEXIS 147
(P.R. 2008).
Una abogada fue disciplinada porque desatendió a las órdenes del Tribunal Supremo y no compareció
ante el Tribunal Supremo ni solicitó una prórroga. In re Mercado, 174 D.P.R. 751, 2008 PR Sup. LEXIS
151 (P.R. 2008).
En un caso de conducta profesional, el Tribunal Supremo denegó ejercer su jurisdicción porque un
representante de un partido político, quien presentó una queja contra el Secretario de Justicia, no pudo
demostrar un interés legítimo ético. In re De, 174 D.P.R. 453, 2008 PR Sup. LEXIS 137 (P.R. 2008).
Un abogado no merecía ser reinstalado al ejercicio de la abogacía por su reiterado incumplimiento con
las órdenes de los tribunales, su clara dejadez y menosprecio en la tramitación de los casos que le han
sido encomendados, y su incumplimiento con las órdenes durante el procedimiento de acción
disciplinaria. In re Velázquez, 174 D.P.R. 433, 2008 PR Sup. LEXIS 144 (P.R. 2008).
En un caso de conducta profesional, un abogado fue suspendido del ejercicio de la abogacía porque
hizo caso omiso a las órdenes y resoluciones del Tribunal Supremo, en contravención a este canon. In re
Jiménez, 173 D.P.R. 830, 2008 PR Sup. LEXIS 97 (P.R. 2008).
Un abogado fue suspendido del ejercicio de la abogacía porque no cumplió con las órdenes o
resoluciones del Tribunal Supremo y no compareció ante el Tribunal Supremo para responder a un
informe de la Directora de la Oficina de Inspección de Notarías sobre severas deficiencias en su obra
notarial. In re Betancourt, 173 D.P.R. 716, 2008 PR Sup. LEXIS 103 (P.R. 2008).
La abogada notaria fue suspendida del ejercicio de la abogacía porque no compareció ante el Tribunal
Supremo, aunque el Tribunal emitió una resolución para que ella compareciera y ya había sido
suspendida del ejercicio de la notaría. In re Bastard, 173 D.P.R. 673, 2008 PR Sup. LEXIS 94 (P.R.
2008).
Un abogado violentó a este canon porque fue negligente en la supervisión del manejo de una
correspondencia sobre la notificación de la sentencia. In re Segismundo López Montalvo, 173 D.P.R.
193, 2008 PR Sup. LEXIS 61 (P.R. 2008).
Un abogado violentó a este canon porque hizo caso omiso, por meses, de las órdenes del foro de
instancia y desatendió completamente el trámite del caso, resultando en que su cliente perdió sus
derechos de reclamación. In re De León Rodríguez, 173 D.P.R. 80, 2008 PR Sup. LEXIS 60 (P.R. 2008).
En un caso de conducta profesional, el Tribunal Supremo resolvió que una abogada debía ser
disciplinada porque la abogada había actuado de forma censurable al no ser responsiva a los
requerimientos que le había hecho al Tribunal Supremo. In re Vargas, 173 D.P.R. 2, 2008 PR Sup.
LEXIS 47 (P.R. 2008).
El Tribunal Supremo dictó la suspensión del abogado del ejercicio de la abogacía porque no pagó la
cuota anual ni respondió a las ordenes y resoluciones del Tribunal Supremo. In re Benjamín Acevedo
Defilló, 172 D.P.R. 1075, 2008 PR Sup. LEXIS 13 (P.R. 2008).
Una abogada no solo incumplió con su deber de mantener al día su dirección sino que hizo caso omiso
a las órdenes al incumplir con la resolución y comunicaciones y mostró indiferencia ante el
apercibimiento de imponerle sanciones disciplinarias. In re Virgen E. Rivera Torres, 172 D.P.R. 1075
(2007).
El abogado fue disciplinado y suspendido porque no respondió a las órdenes y resoluciones del Tribunal
Supremo. In re Ramos, 172 D.P.R. 1031, 2008 PR Sup. LEXIS 42 (P.R. 2008).
Un abogado fue sancionado porque no cumplió con las resoluciones de la Oficina de Inspección de
Notarías y el Tribunal Supremo. In re Caraballo, 172 D.P.R. 1006, 2008 PR Sup. LEXIS 11 (P.R. 2008).
Un abogado fue sancionado porque no atendió a las órdenes o resoluciones del Tribunal Supremo tras
la presentación de una queja contra el abogado. In re Bonilla, 172 D.P.R. 999, 2008 PR Sup. LEXIS 10
(P.R. 2008).
Tras ser suspendido y readmitido del ejercicio de la abogacía, el abogado fue sancionado otra vez por
no someter a pruebas de dopaje y al no comparecer ante las órdenes del Tribunal Supremo. In re
Román, 172 D.P.R. 485, 2007 PR Sup. LEXIS 202 (P.R. 2007).
Un abogado fue disciplinado porque no cumplió con las resoluciones del Tribunal Supremo, según los
requisitos de este canon. In re César A. Rosado Ramos Fecha:, 172 D.P.R. 400, 2007 PR Sup. LEXIS
193 (P.R. 2007).
Un abogado actuó de una manera en contravención de este canon porque no respondió a las
resoluciones del Tribunal Supremo, ni compareció ante el Colegio de Abogados ni ante Tribunal Supremo
para responder a una queja en su contra. In re Bigas, 172 D.P.R. 345, 2007 PR Sup. LEXIS 198 (P.R.
2007).
La abogada faltó en su deber de diligencia de la tramitación de la apelación al incumplir con las órdenes
del foro apelativo intermedio que causó demoras irrazonables en el trámite de la apelación de su cliente
quien había sido encontrado culpable de un delito y se encontraba confinado en ese momento. In re
Mourino Fecha, 170 D.P.R. 968 (2007).
Un abogado admitió su culpabilidad e infringió los cánones de ética profesional porque fue negligente en
la tramitación de un pleito de sus clientes: (1) no realizó ninguna gestión ulterior a la radicación de la
demanda y el diligenciamiento de los emplazamientos; (2) se ausentó de las vistas; (3) no contestó las
órdenes del tribunal; y (4) no informó a los clientes de la desestimación de su caso. In re Lopez, 170
D.P.R. 793, 2007 PR Sup. LEXIS 81 (P.R. 2007).
Un abogado no respondió a las resoluciones del Tribunal Supremo ni compareció ante dicho Foro; la
desatención a las órdenes del Tribunal Supremo constituye una violación a este canon. In re Colon
Rivera, 170 D.P.R. 440 (2007).
Licenciado fue suspendido inmediata de la abogacía y de la notaría por el término de tres meses porque
el licenciado infringió y violentó las disposiciones de Canon 38 y este canon al conducirse de manera
irrespetuosa a la Secretaria del Tribunal I en el Centro Judicial de Guayama. In re Rivera, 170 D.P.R.
863, 2007 PR Sup. LEXIS 235 (P.R. 2007).
Un abogado fue disciplinado porque el Tribunal Supremo había ordenado que corrigiera ciertas
deficiencias en su obra notarial y el abogado no cumplió con la resolución del Tribunal. In re Rodríguez,
168 D.P.R. 566, 2006 PR Sup. LEXIS 127 (P.R. 2006).
En un caso de conducta profesional, el Tribunal Supremo concluyó que el abogado debía ser
disciplinado porque no compareció ante el Tribunal para contestar dos quejas en su contra. In re Abel
Robles Cirino Ab-2005-229 Ab-2005-244 Fecha:, 168 D.P.R. 321, 2006 PR Sup. LEXIS 120 (P.R. 2006).
El abogado actuó en contravención a las ordenes del Tribunal Supremo al no comparecerse ante el
Tribunal Supremo cuando su cliente presentó una queja contra él. In re Zayas, 167 D.P.R. 394, 2006 PR
Sup. LEXIS 53 (P.R. 2006).
La actitud persistente de un licenciado de incumplir con las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto
Rico durante un procedimiento disciplinario caracterizaba un absoluto menosprecio y violentó los
Cánones 9 y 12 del Código de Ética Profesional. In re Franco, 166 D.P.R. 787, 2006 PR Sup. LEXIS 10
(P.R. 2006).
La conducta de la jueza de llenar un formulario falso y decir mentiras en relación a un boleto de tránsito
no constituye una violación de este canon, porque este precepto dirige la conducta del abogado litigante
en corte. In re Aboy, 166 D.P.R. 49, 2005 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2005).
El abogado actuó en una manera en contravención a los cánones por desobedecer las instrucciones del
juez de no interferir en las contestaciones de su cliente. In re Carrasquillo, 164 D.P.R. 813, 2005 PR Sup.
LEXIS 77 (P.R. 2005).
Un abogado demuestra conducta de dejadez, indiferencia y falta de diligencia al ignorar las resoluciones
del tribunal ordenando la contestación de la querella y la presentación de un memorando de costas y
gastos. In re Guzmán, 161 D.P.R. 469, 2004 PR Sup. LEXIS 40 (P.R. 2004).
La conducta de los abogados al no comparecer a las vistas citadas porque estaban en huelga es
irrespetuosa hacia el tribunal de instancia; el derecho a la huelga no puede interferir con las obligaciones
profesionales de un abogado. In re Roldos Matos, 161 D.P.R. 373 (P.R. 2004).
Al no responder a las órdenes del Tribunal de Instancia, del Tribunal Supremo, ni los requirimientos del
Procurador General, el abogado violó esta regla. In re Martinez Miranda, 160 D.P.R. 263 (P.R. 2003),
rev'd, In re Miranda, 162 D.P.R. 744, 2004 PR Sup. LEXIS 129 (P.R. 2004).
Procede la sanción de un abogado que radicó una moción con lenguaje irrespetuoso hacia el tribunal
apelativo. In re Queja, 158 D.P.R. 881, 2003 PR Sup. LEXIS 31 (P.R. 2003).
El comportamiento de un abogado ante los empleados de la secretaría del tribunal de instancia,
acusándoles de incompetencia, es inapropriado e irrespetuoso. In re Ríos, 157 D.P.R. 352, 2002 PR Sup.
LEXIS 84 (P.R. 2002).
Una abogada no infringe este canon cuando su impropia conducta es ante una agencia gubernamental y
no ante un foro judicial, pues en casos envolviendo a los organismos administrativos, es el Canon 6 del
Código de Etica Profesional que incorpora las normas para ello. In re Velázquez, 156 D.P.R. 212, 2002
PR Sup. LEXIS 19 (P.R. 2002).
Incurre en violación a este canon un abogado que observa una conducta irrespetuosa contra los
examinadores de pensiones alimentarias. In re Abreu, 149 D.P.R. 260, 1999 PR Sup. LEXIS 158 (P.R.
1999).
Aun cuando no desempeñan una labor judicial propiamente, los examinadores de pensiones
alimentarias merecen igual respeto y deferencia que los jueces de parte de los abogados. In re Abreu,
149 D.P.R. 260, 1999 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 1999).
Los abogados, fiscales y jueces deben de evitar la grosería, la gritería, el empleo de imputaciones
infundadas y las alegaciones contrarias a la verdad o desprovistas de una razonable presunción de
exactitud. In re Lcda, 147 D.P.R. 746, 1999 PR Sup. LEXIS 38 (P.R. 1999).
Procede la censura contra un fiscal de distrito que comparece a su oficina disgustado por la suspensión
de una vista preliminar en alzada fijada para ese día que no se le había notificado y de forma
destemplada, fuera de control y en voz alta infiere impropiedades contra los fiscales bajo su supervisión.
In re Lcda, 147 D.P.R. 746, 1999 PR Sup. LEXIS 38 (P.R. 1999).
La crítica judicial sana y oportuna es un medio necesario y efectivo para mantener a los jueces en alerta
y atentos al estricto cumplimiento de sus funciones, por lo cual procede que cuando los abogados se
dirijan al tribunal lo hagan con respeto y deferencia. In re Lic. José E. Crespo Enríquez, 147 D.P.R. 656,
1999 PR Sup. LEXIS 34 (P.R. 1999).
Denota escasa competencia profesional aquel abogado que en lugar de utilizar argumentos persuasivos
para convencer al tribunal recurre al uso de lenguaje soez para adelantar los intereses de su cliente. In re
Lic. José E. Crespo Enríquez, 147 D.P.R. 656, 1999 PR Sup. LEXIS 34 (P.R. 1999).
Resulta nefasto a la buena práctica de la profesión que un abogado haga serias imputaciones sobre el
obrar de un juez cuando dichas imputaciones no están avaladas con evidencia contundente e indubitada.
In re Lic. José E. Crespo Enríquez, 147 D.P.R. 656, 1999 PR Sup. LEXIS 34 (P.R. 1999).
El que un abogado defienda apasionada y diligentemente la causa de acción de su cliente no es
incompatible con la exigencia de que cuando al tribunal lo haga respetuosa y decorosamente. In re Lic.
José E. Crespo Enríquez, 147 D.P.R. 656, 1999 PR Sup. LEXIS 34 (P.R. 1999).
Aunque se reconoce que hay instancias en que a los abogados les causa desazón las determinaciones
adversas que puedan hacer los tribunales, ello no es licencia para cuestionar la dignidad, honestidad y
ecuanimidad de los miembros de la judicatura. In re Lic. José E. Crespo Enríquez, 147 D.P.R. 656, 1999
PR Sup. LEXIS 34 (P.R. 1999).
El tribunal ha elaborado tres criterios a los fines de evaluar la conducta tanto oral como escrita de un
abogado, a saber: (a) si aunque equivocado, el abogado cree en la validez de las imputaciones al juez;
(b) si aunque los hechos no son ciertos, tiene motivos fundados o causa probable para creer en su
veracidad, y (c) si la imputación no es hecha maliciosamente con el propósito deliberado de denigrar al
tribunal. In re Lic. José E. Crespo Enríquez, 147 D.P.R. 656, 1999 PR Sup. LEXIS 34 (P.R. 1999).
Incurre en violación a este canon un abogado que a través de varios escritos dirigidos al tribunal hace
serias imputaciones contra el juez de instancia que en nada aportan a los procedimientos que ante este
último se ventilan, y donde no surge del expediente que lleve a pensar que el abogado tenía motivos
fundados más allá de meras alegaciones para creer que en efecto el juez actuó en contravención de la
ética y la moral. In re Lic. José E. Crespo Enríquez, 147 D.P.R. 656, 1999 PR Sup. LEXIS 34 (P.R. 1999).
La abogacía y notaría exigen meticulosa atención, diligencia estricta y acatamiento a las órdenes del
tribunal, especialmente cuando se trata de procedimientos sobre la conducta profesional. In re Rivera,
147 D.P.R. 380, 1999 PR Sup. LEXIS 14 (P.R. 1999).
Los abogados tienen el deber de responder diligentemente a los requerimientos del tribunal respecto a
una queja presentada en su contra que está siendo investigada. In re Rivera, 147 D.P.R. 380, 1999 PR
Sup. LEXIS 14 (P.R. 1999).
La desatención de un abogado a los requerimientos de la Oficina de Inspección de Notarías y del
tribunal resulta en suspensión indefinida del ejercicio de la abogacía y de la notaría hasta tanto acredite
su disposición de cumplir rigurosamente con las órdenes del tribunal y dicho foro disponga lo que
proceda en derecho. In re Rivera, 147 D.P.R. 380, 1999 PR Sup. LEXIS 14 (P.R. 1999).
El incumplimiento reiterado por un abogado querellado con las numerosas órdenes emitidas por el
tribunal, así como su incomparecencia luego de haber sido advertido por segunda ocasión mediante
resolución, que el incumplimiento con lo ordenado por el tribunal acarrearía su suspensión, constituyen
una violación flagrante a su deber como miembro de la profesión y un insulto grave a la autoridad del
tribunal, máxime cuando dicho incumplimiento surge dentro de un procedimiento investigador de su
conducta profesional bajo la jurisdicción disciplinaria del tribunal. In re Lic. Pedro A. Otero Fernández,
145 D.P.R. 582, 1998 PR Sup. LEXIS 93 (P.R. 1998).
Los deberes inherentes a la práctica de la abogacía, así como de la notaría, exigen una meticulosa
atención y obediencia a las órdenes del tribunal, especialmente cuando se trata de procedimientos sobre
su conducta profesional. In re Lic. Pedro A. Otero Fernández, 145 D.P.R. 582, 1998 PR Sup. LEXIS 93
(P.R. 1998).
La naturaleza y la importancia de sus funciones reclaman del abogado una observancia estricta de las
órdenes de los tribunales, y su voluntaria desobediencia a ese tipo de comunicación obstaculiza y debilita
la función reguladora de la profesión por el tribunal. In re Lic. Pedro A. Otero Fernández, 145 D.P.R. 582,
1998 PR Sup. LEXIS 93 (P.R. 1998).
La desatención a las órdenes emitidas por los tribunales de justicia constituye un grave insulto a la
autoridad de éstos en directa violación al deber de conducta exigido por este canon. In re Lic. Pedro A.
Otero Fernández, 145 D.P.R. 582, 1998 PR Sup. LEXIS 93 (P.R. 1998).
La incomparecencia de un abogado ante la Oficina del Procurador General y ante el tribunal no sólo
constituyó una actuación detrimental para la administración de la justicia, ya que imposibilitó que se
tramitara con prontitud y diligencia una querella presentada por un ciudadano, sino que revela un alto
grado de indiferencia hacia las obligaciones mínimas que le exige la profesión togada a cada uno de sus
miembros, por lo que procede su suspensión indefinida. In re Laborde Freyre, 144 D.P.R. 827 (1998).
En el ejercicio de la función disciplinaria, se ha enfatizado al expresar que la indiferencia de los
abogados a responder órdenes del tribunal de por sí conlleva la imposición de sanciones disciplinarias
severas; e igual conclusión se impone cuando los abogados demuestran indiferencia desmedida hacia el
trámite de querellas formuladas en su contra ante la Oficina del Procurador General. In re Laborde
Freyre, 144 D.P.R. 827 (1998).
Procede la suspensión indefinida de un abogado debido a haber hecho caso omiso en reiteradas
ocasiones a los requerimientos del tribunal en cuanto a una queja presentada contra éste. In re Lcdo,
144 D.P.R. 824, 1998 PR Sup. LEXIS 72 (P.R. 1998).
La indiferencia de un abogado en responder a las órdenes del Tribunal Supremo en la esfera
disciplinaria acarrea severas sanciones disciplinarias. In re Lcdo, 144 D.P.R. 824, 1998 PR Sup. LEXIS
72 (P.R. 1998).
Reiteradamente se ha expresado que los abogados tienen la obligación ineludible de responder
diligentemente a los requerimientos del tribunal, particularmente cuando se trata de una queja
presentada en su contra que está siendo investigada, independientemente de los méritos de la misma. In
re Lcdo, 144 D.P.R. 824, 1998 PR Sup. LEXIS 72 (P.R. 1998).
Cuando un abogado desplaza por consideraciones personales el respeto que merece un tribunal, falta a
su deber de cortesía hacia sus compañeros del Foro, y su conducta supone un trato distinto por motivo
de sus características personales, en este caso el género; dicha conducta se ha reconocido como
instancias que reflejan los estereotipos que propician el trato discriminatorio en los tribunales, las cuales
son lesivas a la integridad institucional del sistema de justicia, al igual que suponen una afrenta a la
integridad individual del funcionario a quien van dirigidas, y por tal razón, no serán toleradas por ningún
tribunal y serán sancionadas enérgicamente para erradicarlas total y efectivamente del sistema de
justicia. In re Mulero, 142 D.P.R. 41, 1996 PR Sup. LEXIS 355 (P.R. 1996).
Un abogado al desatender requerimientos del Tribunal Supremo en relación a una queja presentada
ante el Colegio de Abogados y la falta de diligencia en la corrección de deficiencias en la obra notarial
reflejan una injustificada indiferencia y desidia hacia los requerimientos del tribunal que acarrea sanción
disciplinaria. En El Asunto De, 129 D.P.R. 955, 1992 PR Sup. LEXIS 187 (P.R. 1992).
No se tolerará la contumaz negativa de un miembro del foro de cumplir con las órdenes emitidas por el
Tribunal Supremo, por lo que ha de decretar la suspensión provisional del abogado que demuestre tal
conducta. In re Lcdo, 129 D.P.R. 717, 1992 PR Sup. LEXIS 155 (P.R. 1992).
La naturaleza de la función de la abogacía requiere una escrupulosa atención y obediencia a las
órdenes del Tribunal Supremo particularmente cuando se trata de trámites relacionados con la conducta
profesional. In re Méndez, 129 D.P.R. 696, 1991 PR Sup. LEXIS 277 (P.R. 1991); In re Meléndez, 129
D.P.R. 495, 1991 PR Sup. LEXIS 265 (P.R. 1991).
Todos los abogados tienen el deber de responder diligentemente a los requerimientos del Tribunal
Supremo y de la Oficina del Procurador General respecto a quejas presentadas que son investigadas. In
re Meléndez, 129 D.P.R. 495, 1991 PR Sup. LEXIS 265 (P.R. 1991).
La irrazonable e inexcusable tardanza en cumplir con las órdenes del Tribunal Supremo cuando se
investiga una queja contra un abogado constituye una falta de respeto a dicho foro. In re Torres, 129
D.P.R. 490, 1991 PR Sup. LEXIS 264 (P.R. 1991).
Las expresiones del Gobernador Interino no son las de un abogado de las partes, y no caen bajo este
canon. In re Queja Contra El Lic. Héctor Rivera Cruz, 126 D.P.R. 768, 1990 PR Sup. LEXIS 242 (P.R.
1990).
Resulta una conducta inexcusable e injustificada el que un abogado no cumpla ni conteste repetidas
órdenes del Tribunal Supremo. In re Rodríguez, 122 D.P.R. 532, 1988 PR Sup. LEXIS 261 (P.R. 1988).
La conducta de un abogado notario, que incumple persistentemente con las órdenes del Tribunal
Supremo en absoluto menosprecio de su deber de respetar las mismas y en clara violación de este
canon, es detrimental a una eficiente administración de la justicia. In re Batista, 122 D.P.R. 485, 1988 PR
Sup. LEXIS 258 (P.R. 1988).
La responsabilidad dual del abogado para con su cliente y para con los tribunales genera deberes que
trascienden una relación puramente privada entre el abogado y el cliente. Lluch v. Espana Serv. Station,
117 D.P.R. 729, 1986 PR Sup. LEXIS 159 (P.R. 1986).
Procede la suspensión provisional del ejercicio de la abogacía de un abogado que incurre en una
indebida, irrazonable e inexcusable tardanza al contestar una querella radicada por el Procurador
General, ya que esa conducta denota una falta de respeto hacia los procedimientos del Tribunal
Supremo. In re Mont, 117 D.P.R. 11, 1986 PR Sup. LEXIS 97 (P.R. 1986).
Para evaluar la legitimidad de la conducta oral o escrita del abogado al hacer imputaciones a un juez o
tribunal deben considerarse los siguientes criterios: (a) si aunque equivocado, creía en la validez de las
imputaciones al juez; (b) si aunque los hechos no eran ciertos, tenía motivos fundados o causa probable
para creer en su veracidad, y (c) si la imputación no fue hecha maliciosamente con el propósito
deliberado de denigrar al tribunal. In re Lic. Alfredo Cardona Alvarez, 116 D.P.R. 895, 1986 PR Sup.
LEXIS 82 (P.R. 1986).
Puede imponerse una sanción disciplinaria a un abogado por hacer imputaciones orales o escritas sobre
la comisión de hechos, inmorales o ilegales, que no están respaldadas por evidencia competente, que
tiendan a degradar la dignidad, honorabilidad e integridad de los tribunales y de sus funcionarios o que
puedan debilitar la confianza pública en los mismos. In re Lic. Alfredo Cardona Alvarez, 116 D.P.R. 895,
1986 PR Sup. LEXIS 82 (P.R. 1986).
La presentación de mociones y escritos en los que el abogado formula acusaciones a los magistrados,
sin fundamentos, mediante el uso de lenguaje impropio u ofensivo, constituye conducta lesiva a la
dignidad del tribunal. In re Lic. Alfredo Cardona Alvarez, 116 D.P.R. 895, 1986 PR Sup. LEXIS 82 (P.R.
1986).
El abogado no tiene licencia absoluta en el uso del lenguaje para poner en entredicho o mancillar la
dignidad de los jueces. In re Lic. Alfredo Cardona Alvarez, 116 D.P.R. 895, 1986 PR Sup. LEXIS 82 (P.R.
1986).
Denota una conducta ilegítima y censurable el abogado que recurre constantemente al apuntamiento de
que el tribunal actuó “con prejuicio, pasión y parcialidad”, sin sustanciarlo o sin motivos fundados para así
creerlo. In re Lic. Alfredo Cardona Alvarez, 116 D.P.R. 895, 1986 PR Sup. LEXIS 82 (P.R. 1986).
Los abogados, como funcionarios auxiliares del tribunal, deben colaborar en la compartida e indivisible
encomienda de lograr la verdad y administrar cumplida justicia. Reyes v. Jusino, 116 D.P.R. 275 (1985).
El lenguaje oral o escrito de un abogado que traspase los límites de lo forensamente permisible es base
para acción disciplinaria contra el abogado. Dicho lenguaje no puede justificarse por haber sido objeto de
una actuación judicial adversa, aunque sea incorrecta y posteriormente revocada. In re Pagán, 116
D.P.R. 107, 1985 PR Sup. LEXIS 49 (P.R. 1985).
En la etapa del descubrimiento de prueba, se repudian los más sutiles intentos de acosar o de obstruir al
oponente, como darle respuestas inadecuadas. Pagan v. Universidad De P.R., 116 D.P.R. 88, 1985 PR
Sup. LEXIS 47 (P.R. 1985).
Un demandado no puede fundamentar su negativa al contestar una demanda en “falta de conocimiento
o información suficiente”, si el hecho contenido en la alegación a negarse es de conocimiento público o
de fácil comprobación. Los abogados deben tener especial cuidado al formular sus alegaciones de no
negar hechos que les consten o que pueden verificar fácilmente. Cuando les consta o pudiendo
comprobarse lo alegado se niega por falta de conocimiento o información suficiente, procede no
considerar la contestación y dar por admitido lo así negado. Pagan v. Universidad De P.R., 116 D.P.R.
88, 1985 PR Sup. LEXIS 47 (P.R. 1985).
La conducta de un abogado no debe obstaculizar la función adjudicativa de un tribunal so pretexto de
promover los intereses de su cliente, y el éxito de su representación no puede descansar en habilidades
o destrezas técnicas que burlan elementales principios de justicia. Pagan v. Universidad De P.R., 116
D.P.R. 88, 1985 PR Sup. LEXIS 47 (P.R. 1985).
Los cánones de ética profesional obligan a los abogados no sólo ante el foro judicial, sino también ante
el foro administrativo. In re Lcda, 113 D.P.R. 568, 1982 PR Sup. LEXIS 242 (P.R. 1982).
Expresiones en un escrito sobre orden de mostrar causa a los efectos de que ésta constituye un
“ritualismo procesal”, “un ejercicio abstracto”, “un ejercicio fútil”, “que vulnera los derechos de los
acusados” son una crítica velada al Tribunal Supremo, que no está a la altura de quienes deben siempre
honrarse a sí mismos como defensores del buen nombre y prestigio de los tribunales de justicia, por lo
cual se previene a los abogados autores de dichas expresiones contra la inobservancia de estos
principios [este canon]. El Pueblo De P.R. v. Solis, 113 D.P.R. 17, 1982 PR Sup. LEXIS 174 (P.R. 1982).
Constituye conducta antiética que viola este canon y los Cánones 7, 8, 35 y 38 de este apéndice y
justifica el suspender a un abogado del ejercicio de la profesión legal: (a) el asistir a los tribunales
barbudo, desaliñado y vistiendo camisa deportiva y en chancletas: (b) entrar en las oficinas de los jueces
sin solicitar permiso con una taza de café y un cigarrillo en las manos; (c) sentarse en la mesa destinada
a los fiscales mientras se dirigía al tribunal en sesión, rehusando permanecer de pie a orden del tribunal
y luego invitando a pelear al juez, quien procedió a dictar sentencia por desacato criminal; (d) interrumpir
los procedimientos judiciales de vista preliminar celebrada ante un Juez de Distrito, quien procedió a
dictar sentencia por desacato criminal; (e) proferir palabras obscenas contra la persona de un fiscal
auxiliar porque éste pidió se investigara la conducta profesional del abogado; (f) invitar a pelear a un
fiscal, mientras se celebraba una vista preliminar en un Tribunal de Distrito, manifestando que se había
criado en los barrios bajos de Mayagüez y que resolvía sus casos con pelea; (g) ocultar de un juez el
hecho que no estaba firmada ni era firme una sentencia de divorcio de un cliente a quien acompañó
frente al magistrado a casarse con otra mujer, y (h) no mantener a un cliente informado del curso de una
acción civil, enterándose él por iniciativa propia de la desestimación de su demanda. In re Lic. Enrique
Vázquez Báez, 110 D.P.R. 628, 1981 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 1981).
Es deber principal de un abogado el acatar las órdenes y providencias judiciales, las cuales son
revisables únicamente por los cauces de ley. In re Lic. Luís Enrique Vargas Soto, 108 D.P.R. 490, 1979
PR Sup. LEXIS 86 (P.R. 1979).
Incurre en conducta impropia que justifica su separación del ejercicio de la profesión legal, aquel
abogado que en una comparecencia escrita ante un tribunal reafirma expresiones indecorosas y vulgares
—alegando que el tribunal, “introdujo la modalidad del chantaje judicial” en los procedimientos civiles—
utilizadas en una segunda moción de reconsideración por él presentada. In re Martínez, 108 D.P.R. 158,
1978 PR Sup. LEXIS 614 (P.R. 1978).
Constituye infracción a este canon la reiteración de lenguaje indecoroso y vulgar por parte de un
abogado en un escrito radicado ante el Tribunal Supremo exponiendo razones por las que no debía ser
disciplinado, lenguaje producto de reflexión y del propósito deliberado de dicho abogado de denigrar al
tribunal. In re Martínez, 108 D.P.R. 158, 1978 PR Sup. LEXIS 614 (P.R. 1978).
Constituye una mancha en la historia del abogado puertorriqueño, así como un agravio no sólo para la
dignidad del Tribunal Supremo de Puerto Rico sino para la tradición de honor y respeto de la profesión
jurídica, la conducta de un abogado utilizando lenguaje impropio, indecoroso, vulgar e irrespetuoso en un
escrito ante un tribunal y quien reafirmó dicho lenguaje en un escrito radicado posteriormente ante el
tribunal. In re Martínez, 108 D.P.R. 158, 1978 PR Sup. LEXIS 614 (P.R. 1978).
Incurre en conducta inmoral, impropia y negligente aquel abogado que ha sido designado Comisionado
Especial por un tribunal cuando abandona súbitamente la responsabilidad inherente de ese cargo al
ausentarse del país sin haber solicitado previamente del tribunal que le relevara de su cargo, designando
a un segundo abogado que desempeñara tal encomienda, para lo cual no tiene autoridad. In re Vazquez,
108 D.P.R. 6, 1978 PR Sup. LEXIS 598 (P.R. 1978).
En apelación, un abogado no debe hacer ante el Tribunal Supremo planteamientos inmeritorios que
recargan el tiempo y el esfuerzo del tribunal en perjuicio de mejores causas. El Pueblo De P.R. v.
Santiago, 106 D.P.R. 1, 1977 PR Sup. LEXIS 2496 (P.R. 1977).
Justifícase la suspensión de un letrado del ejercicio de la práctica de abogado cuando utiliza en distintos
escritos radicados en los tribunales un lenguaje impropio, indeseable y ofensivo, no sólo a la dignidad y
respeto de los tribunales, sino poco decoroso e inadecuado al ejercicio de la abogacía, comportamiento
que está reñido con los principios de ética profesional y evidencian una línea de conducta impropia,
incompatible con el ejercicio de la profesión de abogado. In re Hernández, 105 D.P.R. 796, 1977 PR Sup.
LEXIS 1941 (P.R. 1977).
El uso de lenguaje soez y de frases mordaces por un abogado resta dignidad a su propio ministerio y
hace que surjan serias dudas sobre su competencia profesional. De Latorre v. Alcalde de Carolina, 104
D.P.R. 523 (1976).
La grosería por parte de un abogado jamás debe hacer eco en el recinto de un tribunal. De Latorre v.
Alcalde de Carolina, 104 D.P.R. 523 (1976).
Incumple un abogado su deber profesional para con el Tribunal Supremo y para con su cliente al no
discutir los errores que levanta en su alegato. El Pueblo De P.R. v. Calderón, 95 D.P.R. 724, 1968 PR
Sup. LEXIS 94 (P.R. 1968).
Un abogado defensor, además de velar por los derechos del acusado, tiene la obligación de velar que
no se interrumpa la justa administración de la justicia. Mora v. Superior, 95 D.P.R. 117, 1967 PR Sup.
LEXIS 282 (P.R. 1967).
La conducta de los abogados y su deber de siempre guardar respeto y consideración a los tribunales se
explican en la opinión. Moya v. De La Carcel, 89 D.P.R. 225, 1963 PR Sup. LEXIS 430 (P.R. 1963).
Siendo la conducta observada impropia e indigna de un abogado, lesiva al prestigio, dignidad y buen
nombre del Tribunal de Distrito y de la administración de justicia y en violación del anterior Canon 1 de
Etica Profesional, y considerando que el tribunal anteriormente impuso al querellado una suspensión de
seis meses del ejercicio de la profesión por una conducta similar a la aquí incurrida, procede la
suspensión por un año del ejercicio de la profesión de abogado. In re Suarez, 83 D.P.R. 724, 1961 PR
Sup. LEXIS 470 (P.R. 1961).
El querellado hizo manifestaciones perjudiciales a la dignidad de un juez que resultaron no ser ciertas; la
investigación demostró que (1) las hizo creyendo de buena fe que información recibida por él de 4
personas era cierta y (2) no tuvo intención de degradar la dignidad o integridad del juez ni de debilitar la
confianza pública en él; por tanto el Tribunal Supremo estima que la conducta del querellado no amerita
medidas disciplinarias y resuelve que debe archivarse la querella. In re Rodríguez, 81 D.P.R. 928, 1960
PR Sup. LEXIS 52 (P.R. 1960).
Siendo la conducta observada impropia e indigna de un abogado, lesiva al prestigio, dignidad y buen
nombre del Tribunal de Distrito y de la administración de justicia y en violación del anterior Canon 1 de
Etica Profesional, procede la suspensión por seis meses del ejercicio de la profesión de abogado. In re
Suárez, 81 D.P.R. 638, 1959 PR Sup. LEXIS 95 (P.R. 1959).
Al ejercer su profesión, el abogado asume, como parte sustancial de su obligación de obedecer la
Constitución y los estatutos en vigor, el deber de mantener en todo tiempo el correspondiente respeto a
los tribunales de justicia y a todo funcionario judicial, sin menoscabo de su derecho a sostener una
defensa vigorosa y a criticar, con motivo fundado y de manera respetuosa, la conducta de los
funcionarios judiciales. In re César Andréu Ribas, 81 D.P.R. 90, 1959 PR Sup. LEXIS 59 (P.R. 1959).
El hecho de que un abogado se sienta molesto por una actuación o expresión del juez que preside una
vista no justifica que observe una conducta desafiante y desdeñosa hacia dicho juez y en detrimento de
la dignidad, el prestigio y el buen nombre del tribunal. In re César Andréu Ribas, 81 D.P.R. 90, 1959 PR
Sup. LEXIS 59 (P.R. 1959).
Una injustificada imputación formulada conscientemente por un abogado de experiencia y habilidad
profesionales por la cual principalmente resultan acusados el juez y el taquígrafo de un tribunal de haber
conspirado para preparar una transcripción de evidencia falsificada en perjuicio de un acusado apelante
—hechos delictivos bajo el Código Penal—constituye causa suficiente para disciplinar a dicho abogado,
conforme al estatuto y a los Cánones de Etica Profesional. In re César Andréu Ribas, 81 D.P.R. 90, 1959
PR Sup. LEXIS 59 (P.R. 1959).
Un abogado no debe hacer imputación alguna de deshonestidad al juez que preside un tribunal si no
tiene la certeza o el conocimiento claro y seguro respecto a la imputación, ni causa probable o
fundamento alguno para creer en la verdad de la misma, pues al así actuar viola sus deberes que como
abogado tiene para dicho tribunal y juez. In re César Andréu Ribas, 81 D.P.R. 90, 1959 PR Sup. LEXIS
59 (P.R. 1959).
Es justa causa para imponer sanciones disciplinarias toda imputación, oral o escrita, de la comisión de
hechos inmorales o ilegales que formulada por un abogado no esté respaldada por evidencia competente
y tienda a degradar o a afectar la dignidad, honorabilidad o integridad de los tribunales o sus
funcionarios, o que pueda debilitar o destruir el respeto o la confianza en los mismos. In re César Andréu
Ribas, 81 D.P.R. 90, 1959 PR Sup. LEXIS 59 (P.R. 1959).
2. Juez no imparcial.
Cuando un abogado estima que el comportamiento judicial de alguna manera afecta los derechos de su
representado, debe solicitar del Foro correspondiente el remedio apropiado, y posteriormente, de ser
necesario, puede llevarlo a récord para la acción correctiva procedente por un tribunal de superior
jerarquía. In re Lic. Alfredo Cardona Alvarez, 116 D.P.R. 895, 1986 PR Sup. LEXIS 82 (P.R. 1986).
Los abogados de un acusado o litigante deben llevar a las actas el comportamiento de un juez que
afecte derechos de su representado para la acción correctiva que proceda por un tribunal superior, pero
no constituirse por sí mismos en árbitros de la situación para resolverla por su cuenta. El Pueblo De P.R.
v. Torres, 81 D.P.R. 124, 1959 PR Sup. LEXIS 60 (P.R. 1959).
El hecho de que con olvido de su condición de juzgador imparcial un magistrado asuma posiciones en la
contienda, no es motivo para que sus mandatos sean desafiados por aquellos llamados a obedecerlos.
El Pueblo De P.R. v. Torres, 81 D.P.R. 124, 1959 PR Sup. LEXIS 60 (P.R. 1959).
Canon 10. Deberes en relación con la selección y el nombramiento de jueces
Es deber del foro esforzarse por impedir que en la selección de los jueces intervengan razones de orden
político. El abogado, como miembro del foro y exponente del principio de la independencia judicial, tiene
la obligación de velar por que los jueces sean seleccionados a base de méritos profesionales, vocación
para el alto ministerio de impartir justicia, rectitud, entereza de carácter y honradez indiscutible. Debe
abstenerse, por consiguiente, de ejercer influencia para que en la selección de los jueces intervengan
razones de orden político o personal en detrimento de las condiciones de capacidad profesional.
Canon 11. Indebidas atenciones e influencias hacia los jueces
Las marcadas atenciones y la hospitalidad inusitada por parte de un abogado hacia un juez traen consigo
equívocas interpretaciones sobre los motivos tanto del juez como del abogado y deben evitarse. Un
abogado no debe comunicarse ni discutir con el juez en ausencia de la otra parte sobre los méritos de un
caso pendiente, y merece ser reprendido por cualquier acción encaminada a obtener especial
consideración personal de un juez. Sumo cuidado debe tener el abogado que ocupa un cargo público o
político en abstenerse de tratar de ejercer influencia o presión indebida en la tramitación de cualquier
asunto sometido a la consideración judicial.
ANOTACIONES
1. En general.
La abogada violó los Cánones 9, 11, 35 y 38 de este apéndice (1) al enviar copia del recurso a un oficial
jurídico de uno de los miembros de esta Curia, con conocimiento del puesto que ocupaba, para influir en
el proceso decisorio de este Foro; (2) al responder a las advertencias del oficial jurídico a través de
mensajes en tono desafiante e irrespetuoso; (3) al dificultar el curso de la investigación de la queja a
cargo de la Oficina de la Procuradora General proveyendo respuestas evasivas e inclusive incorrectas. In
re Sánchez, 201 D.P.R. 765, 2019 PR Sup. LEXIS 19 (P.R. 2019).
Resulta impropia la comunicación ex parte de un abogado dirigida a anticiparle a un juez la intención y
fundamentos para solicitarle su inhibición mediante presentación de recusación. In re Lcdo, 151 D.P.R.
973, 2000 PR Sup. LEXIS 129 (P.R. 2000).
El abogado de un periódico debe ejercer sumo cuidado en abstenerse de tratar de ejercer influencia o
presión indebida en la tramitación de cualquier asunto sometido a la consideración judicial. In re Lcdo,
151 D.P.R. 973, 2000 PR Sup. LEXIS 129 (P.R. 2000).
Bajo las disposiciones de este canon a un abogado le está prohibida cualquier actuación que dé lugar a
una apariencia de indebidas influencias o presiones hacia los jueces. In re Torres, 104 D.P.R. 758, 1976
PR Sup. LEXIS 2234 (P.R. 1976).
La actuación de un abogado al remitir a un juez una suma en efectivo la cual le fue entregada al
magistrado mientras presidía una sesión del tribunal justifica la separación de dicho abogado del ejercicio
de su profesión. In re Blanco Colón, 93 D.P.R. 534 (1966).
Canon 12. Puntualidad y tramitación de las causas
Es deber del abogado hacia el tribunal, sus compañeros, las partes y testigos el ser puntual en su
asistencia y conciso y exacto en el trámite y presentación de las causas. Ello implica el desplegar todas
las diligencias necesarias para asegurar que no se causen indebidas dilaciones en su tramitación y
solución. Sólo debe solicitar la suspensión de vista cuando existan razones poderosas y sea
indispensable para la protección de los derechos sustanciales de su cliente.
HISTORIAL
Contrarreferencias.
Demoras injustificadas, véase el Canon XX del Ap. IV-A de este título.
ANOTACIONES
1. En general.
2. Ausencia de la vista.
3. Desatención por la parte interesada.
1. En general.
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18 y 38 de este apéndice cuando no respondió a los órdenes de los
tribunales que resultó en la desestimación de la apelación del caso criminal en que trabajó como
abogado de oficio. In re Lugo, 201 D.P.R. 729, 2019 PR Sup. LEXIS 11 (P.R. 2019).
La abogada violó las disposiciones de la Ley Notarial y su reglamento y los Cánones 12, 18, 19, 35 y 38
del Código de Ético Profesional por consignar hechos falsos en una escritura de compraventa sobre el
conocimiento de los comparecientes y el precio pagado por el inmueble y por no mantener sus clientes
informados sobre el transcurso del caso. In re Cabrera, 201 D.P.R. 902, 2019 PR Sup. LEXIS 40 (P.R.
2019).
Se censuró enérgicamente la abogada por violaciones de los Cánones 12 y 18 de este apéndice por no
comparecer a los señalamientos del tribunal; no contestar los interrogatorios sometidos; y por permitir
que expire el término prescriptivo del caso. In re Del Pilar García Incera, 201 D.P.R. 1043, 2019 PR Sup.
LEXIS 32 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 35 y 38 de este apéndice por no comparecer a las vistas
señaladas por el tribunal; por no cumplir con las órdenes del foro judicial; por dejar transcurrir mucho
tiempo sin hacer alguna gestión para corregir su dirección errónea; y por aceptar colaborar como
abogado en el caso sabiendo que no podía esforzarse al máximo en la representación. In re Rodríguez,
201 D.P.R. 1057, 2019 PR Sup. LEXIS 35 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 35 y 38 de este apéndice cuando aceptó un acuerdo
transaccional sin informárselo y ni consultárselo a su clienta; endosó el cheque producto del negocio con
el nombre de la clienta y lo depositó en la cuenta bancaria de este; y mantuvo el cheque en su cuenta
por un año. In re Allan A. Peña Ríos Ts-11,445, 2019 PR Sup. LEXIS 54 (P.R. 2019).
La licenciada quebrantó los Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 de Ética Profesional, al: (1) incumplir con las
órdenes emitidas por la CASP; (2) no atender las órdenes con prontitud y diligencia; (3) actuar de
manera incompetente en relación con los intereses de la quejosa, a quien representaba ante la CASP;
(4) no informar ni orientar a la quejosa de los asuntos importantes del caso; (5) renunciar a la
representación legal de la quejosa luego de que la CASP desestimara los casos con perjuicio. In re
Blanca Bonhomme Meléndez Ts-10,611, 2019 PR Sup. LEXIS 105 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 17, 18, 20, 35 y 38 de este apéndice (1) al no comparecer en
tiempo a los requerimientos de la TTAB; (2) al hacer falsas representaciones a dicho ente adjudicativo en
cuanto a su renuncia y los acuerdos con su cliente, las cuales indujeron a error al referido foro; y (3) al
no mantener informado a su cliente sobre el estado de los procedimientos en el caso. Ex parte Guerrero,
201 D.P.R. 345, 2018 PR Sup. LEXIS 203 (P.R.), modified, 201 D.P.R. 606, 2018 PR Sup. LEXIS 200
(P.R. 2018).
En la tercera ocasión en que el licenciado se encontró inmerso en un proceso disciplinario, el Tribunal
Supremo consideró que el licenciado reiteradamente demostró un deficiente desempeño profesional, al
no desplegar la debida diligencia y competencia ante las encomiendas de un cliente, desobedeció las
órdenes y requerimientos de foros judiciales, sin presentar justificación para ello, y no mantuvo una
comunicación efectiva con sus clientes, y aunque el licenciado aceptó su responsabilidad y se allanó a
los cargos contenidos en la querella, el Tribunal Supremo concluyó que el licenciado infringió los
Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y que la reincidencia
en su comportamiento antiético mereció una suspensión indefinida. In re Vega, 197 D.P.R. 829, 2017 PR
Sup. LEXIS 65 (P.R. 2017).
El licenciado incurrió en violación de este canon y los cánones 18 y 38 del Código de Ética Profesional,
4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 18, 38, al incurrir en dejadez y falta de diligencia en la tramitación de la causa de
sus clientes en un proceso de impugnación de herencia, lo cual causó que el Tribunal de Primera
Instancia dictara sentencia en contra de sus clientes; no solicitar ningún remedio post sentencia, por lo
cual los clientes vieron perdida su causa de acción; y haberse ausentado injustificadamente a la vista de
ejecución de sentencia señalada, a pesar de que el Tribunal de Primera Instancia no había aceptado su
renuncia como representante legal de los clientes quejosos. In re Alexis Irizarry Vega Ts-10,707, 198
D.P.R. 1066, 2017 PR Sup. LEXIS 173 (P.R. 2017).
Cuando un licenciado permitió que su cliente dirigiera el caso y le cedió la facultad de decidir el
contenido de los escritos que se presentaban al foro judicial, y el licenciado se ausentaba a las vistas sin
que el tribunal hubiera autorizado su incomparecencia, él violó los Cánones 9, 12, 15, 18, 20, 29, 35 y 38
del Código de Ética Profesional. El licenciado fue suspendido indefinida e inmediata del ejercicio de la
abogacía y de la notaría. In re Rodríguez, 198 D.P.R. 369, 2017 PR Sup. LEXIS 116 (P.R. 2017).
Las actuaciones de una licenciada que acarrearon dilaciones injustificadas en el proceso en su contra,
dichas actuaciones infringieron la norma de diligencia que consagra el Canon 12. In re Torres, 194 D.P.R.
925, 2016 PR Sup. LEXIS 73 (P.R. 2016).
Cuando un licenciado incumplió con su deber de comparecer a todos los señalamientos de un caso
criminal, él violó los Cánones 12 y 18 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. AP. IX, al dilatar
injustificada e irrazonablemente el trámite del caso para el cual fue contratado y el licenciado violó el
Canon 38 al no comparecer a una vista sin presentar moción para exponer la razón para su
incomparecencia y al no presentarse según fue citado. El licenciado fue suspendido de la práctica de la
abogacía por el término de 30 días. In re López, 195 D.P.R. 527, 2016 PR Sup. LEXIS 97 (P.R. 2016)
Aunque un cambio de señalamiento de fechas por parte del Tribunal Federal en un caso de alto interés
público fue un aspecto sobre el cual el licenciado no tuvo ningún control y fue un factor atenuante en la
sanción a imponer, las actuaciones del licenciado infringieron los Cánones 12, 18, y 38 del Código de
Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, Cs. 12, 18 y 38 y pusieron en riesgo la causa de acción de su cliente
al no ser puntual en el trámite y la presentación de su caso y su falta de diligencia se manifestó al no
informar a su cliente en el caso sobre custodia, el hecho de que enviaría a un abogado sustituto y, tanto
al foro local como a su cliente, sobre el conflicto en calendario por el señalamiento del caso federal. El
licenciado fue censurado enérgicamente. In re Chervoni, 195 D.P.R. 693, 2016 PR Sup. LEXIS 133 (P.R.
2016).
Cuando un licenciado no compareció a una vista de desahucio y dejó que expirara el término
jurisdiccional para acudir ante el Tribunal de Apelaciones, dicha conducta contravino lo dispuesto en este
canon y Canon 18 del Código de Ética Profesional. In re Díaz, 195 D.P.R. 623, 2016 PR Sup. LEXIS 109
(P.R. 2016).
La continua desobediencia a las órdenes del tribunal configura una infracción a este canon. Licenciado
violó este canon, pues no fue puntual en la tramitación de la apelación de su cliente en un caso criminal.
El licenciado no volvió a comparecer ante el foro intermedio hasta casi 6 meses después de haberse
presentado el recurso de apelación, a pesar de las múltiples órdenes emitidas solicitando la presentación
de la transcripción de la vista. In re Galarza, 195 D.P.R. 894, 2016 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2016).
Licenciada violó este canon al desatender las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto Rico y sus
dependencias durante un procedimiento disciplinario, además de dilatar el procedimiento al no
comparecer debido a razones de salud sin haber acreditado su condición. Los padecimientos de salud de
un abogado no lo excusan de cumplir con los deberes éticos que informan el ejercicio de la abogacía en
Puerto Rico. In re Román, 195 D.P.R. 882, 2016 PR Sup. LEXIS 156 (P.R. 2016).
Cuando un licenciado no le comunicó al Tribunal Supremo ni a su cliente sus problemas de salud a
tiempo y pretendió continuar un caso que no podía atender adecuadamente, el licenciado faltó a sus
deberes bajo este canon. Aunque el licenciado también incurrió en violaciones a los Cánones 18, 19, 20
y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y esta no constituyó su primera falta, el Tribunal
Supremo entendió adecuado suspender el licenciado por un término de cuatro meses del ejercicio de la
abogacía y la notaría porque la representación legal coincidió con el deterioro de su salud y otros
asuntos de índole familia y el licenciado demostró su sincero arrepentimiento y reembolsó a la cliente los
honorarios pagados. In re López, 196 D.P.R. 479, 2016 PR Sup. LEXIS 211 (P.R. 2016).
Un licenciado violó este canon y los Cánones 9 y 18 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, al incumplir
reiteradamente con las órdenes del tribunal sumado a una serie de incomparecencias injustificadas del
abogado a vistas pautadas por el foro de instancia, causando una dilación indebida en la tramitación del
caso. In re Delgado, 196 D.P.R. 541, 2016 PR Sup. LEXIS 224 (P.R. 2016).
Cuando una licenciada retuvo fondos que la licenciada estaba encargada de consignar inmediatamente
en el tribunal y no notificó que poseía los mismos hasta que se solicitó una orden de arresto contra su
clienta, la falta de diligencia de la licenciada en la tramitación del caso provocó la violación al este canon.
In re Navarro, 193 D.P.R. 303, 2015 PR Sup. LEXIS 90 (P.R. 2015).
Cuando una licenciada ignoró una orden del tribunal designándola como abogada de oficio de un
indigente en un procedimiento criminal, la licenciada violó este canon y los Cánones 1, 9 y 18 del Código
de Ética Profesional. Licenciada fue censurado enérgicamente por el incidente aislado. In re Yadira
Hance Flores, 193 D.P.R. 767, 2015 PR Sup. LEXIS 119 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediatamente del ejercicio de la abogacía por el término de tres meses
porque violó este canon y los Cánones 18, 19 y 38 del Código de Ética Profesional cuando
reiteradamente éste hizo caso omiso a las órdenes dictadas por el Tribunal de Primera Instancia, éste no
fue competente ni diligente, y éste incumplió con su deber ineludible de mantener informados a sus
clientes sobre los asuntos importantes que surgieron en la tramitación del caso que se le encomendó. In
re José A. Miranda Daleccio, 193 D.P.R. 753, 2015 PR Sup. LEXIS 126 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía porque violó este canon y
los Canones 9, 17, 26, 35, y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX al incoar procesos
judiciales frívolos en contra de varios funcionarios públicos, incluyendo jueces y abogados, con la única
intención de hostigarla, perseguirla y perjudicarla. Exhibió una conducta irrespetuosa, desafiante e
irreverente ante los tribunales y durante el trámite del asunto ético, éste asumió un proceder similar y
nunca expresó arrepentimiento, ni reconoció trasgresión ética alguna. In re Rodríguez, 193 D.P.R. 633,
2015 PR Sup. LEXIS 112 (P.R. 2015).
Licenciada fue suspendido del ejercicio de la abogacía y la notaría por un término de tres meses por
incumplir con sus deberes hacia una clienta y por desatender reiteradamente las órdenes del Tribunal
Supremo en violación de los Cánones 9, 12, 18, 20 y 38 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX. Dos
casos presentado en el Tribunal de Primera Instancia fueron desestimado debido a que la licenciada no
cumplió con una orden de ese tribunal y la licenciada no actuó con la diligencia que requiere el Canon 12
para evitar dilaciones innecesarias en la tramitación y solución de los procedimientos judiciales. In re
Ojeda, 193 D.P.R. 966, 2015 PR Sup. LEXIS 140 (P.R. 2015).
Un licenciado violó este canon cuando su falta de diligencia ocasionó que se archivara sin perjuicio un
caso de vicios de construcción ante el Tribunal de Primera de Instancia en el que su cliente
comparecía como parte demandante. El licenciado incumplió con el deber de ser puntual en
su asistencia, así como de ser conciso y exacto en el trámite y presentación del caso. In re
González, 188 D.P.R. 721, 2013 PR Sup. LEXIS 72 (P.R. 2013).
Un licenciado violó este canon y Canon 9 cuando su contestación a una queja fue
parca y poco responsiva y el licenciado no hizo entrega de información adicional y
otra documentación requerida. Ese incumplimiento demostró un patrón de desidia a las órdenes
del Tribunal Supremo. In re Ortiz, 187 D.P.R. 507, 2012 PR Sup. LEXIS 190 (P.R. 2012).
Un abogado que rinde servicios profesionales ante organismos administrativos debe observar los
mismos principios de ética profesional que exige su comportamiento ante los tribunales.
Violentó este canon por no entregar al Departamento de Justicia los anejos que se
presentaron junto con una apelación; con esa actuación se causó una dilación
indebida en la tramitación del caso. También abonó al retraso el hecho de que la
licenciada no entregó de forma inmediata a la cliente los expedientes de los casos. In re Custodio, 187
D.P.R. 529, 2012 PR Sup. LEXIS 187 (P.R. 2012).
Un licenciado que ignoró una orden judicial al presentar un proyecto de sentencia hasta casi 3 años
infringió este canon. La desatención de la orden judicial produjo, a su vez, que el licenciado incumpliera
con el deber impuesto en este canon. Se amonestó al licenciado por su conducta. In re Rosa, 183 D.P.R.
759, 2011 PR Sup. LEXIS 205 (P.R. 2011).
El licenciado violó los Cánones 6, 12, 18 y 19 del Código de Ética Profesional al no actuar
diligentemente, incumplir con las órdenes de la Junta de Personal de la Rama Judicial y no mantener
informada directamente a su clienta, lo cual culminó en la desestimación con perjuicio de dos querellas y
la imposiblidad de solicitar revisión judicial en las restantes, las cuales también resultaron adversas a la
cliente. In re Castellón, 185 D.P.R. 982, 2012 PR Sup. LEXIS 101 (P.R. 2012).
El abogado violó los Cánones 12, 18 y 19 de este apéndice a no comparecer a la varias vistas ante el
tribunal, no cumplir con los requerimientos para contestar el descubrimiento de prueba, y no notificar su
cliente sobre los señalamientos del caso. In re Plaud González, 181 D.P.R. 874 (2011).
Un licenciado violó este canon, y los Cánones 9 y 38 cuando el ejerció deficientemente el notariado, hizo
caso omiso de las órdenes del Tribunal Supremo para que subsanara las deficiencias y practicó la
notaría mientras estaba suspendido. In re Fontánez, 181 D.P.R. 407, 2011 PR Sup. LEXIS 59 (P.R.
2011).
Cuando un licenciado actuó como abogado y notario en un mismo asunto, y fungió como comprador y
vendedor de terrenos de la sucesión que fue de su cliente, el licenciado causó dilaciones y confusiones
innecesarias en contravención de este canon. In re Vázquez, 180 D.P.R. 527, 2010 PR Sup. LEXIS 218
(P.R. 2010).
Cuando un licenciado interpuso una demanda de interdicto posesorio y luego una solicitud de sentencia
sumaria en contra de la quejosa con conocimiento de la frivolidad de sus planteamientos, el licenciado
violó este canon en contravención al mandato respecto al deber del abogado en ser conciso y exacto en
el trámite de sus causas. In re Vázquez, 180 D.P.R. 527, 2010 PR Sup. LEXIS 218 (P.R. 2010).
Dilaciones innecesarias en el trámite de un caso, la tardanza en el diligenciamiento de los
emplazamientos y su posterior trámite tardío y sin justa causa, el incumplimiento con las órdenes
emitidas en el caso por el Tribunal de Primera Instancia, así como la tardanza en renunciar y entregar el
expediente del caso, fueron pruebas que la conducta del abogado violó este canon. In re Ramos, 178
D.P.R. 651, 2010 PR Sup. LEXIS 49 (P.R. 2010).
Un abogado incurrió en conducta violatoria de los Cánones de Etica Profesional, porque el abogado
proveyó al tribunal de instancia información falsa, y no cumplió con sus deberes ante el foro de instancia,
e incompareció ante el foro de instancia. In re Torres, 176 D.P.R. 545, 2009 PR Sup. LEXIS 147 (P.R.
2009).
Un abogado incurrió en violaciones a los Cánones 12 y 18 de este apéndice, por no haber incluido en
una demanda por un pagaré extraviado una parte indispensable: la prueba demostró una falta de
diligencia y cuidado. In re Lcdo, 176 D.P.R. 201, 2009 PR Sup. LEXIS 102 (P.R. 2009).
Un abogado no merecía ser reinstalado al ejercicio de la abogacía por su reiterado incumplimiento con
las órdenes de los tribunales, su clara dejadez y menosprecio en la tramitación de los casos que le han
sido encomendados, y su incumplimiento con las órdenes durante el procedimiento de acción
disciplinaria. In re Velázquez, 174 D.P.R. 433, 2008 PR Sup. LEXIS 144 (P.R. 2008).
Un abogado violentó a este canon porque fue negligente en la supervisión del manejo de una
correspondencia sobre la notificación de la sentencia. In re Segismundo López Montalvo, 173 D.P.R.
193, 2008 PR Sup. LEXIS 61 (P.R. 2008).
Un abogado actuó de una manera en contravención de este canon porque no respondió a las
resoluciones del Tribunal Supremo, ni compareció ante el Colegio de Abogados ni ante el Tribunal
Supremo para responder a una queja en su contra. In re Bigas, 172 D.P.R. 345, 2007 PR Sup. LEXIS
198 (P.R. 2007).
El abogado violó este canon por: (1) no investigar adecuadamente los méritos del caso antes de radicar
una demanda; (2) no diligenciar en una forma adecuada los emplazamientos; (3) no replicar a dos
mociones de desestimación; (4) no mantener a su cliente debidamente informado; y (5) renunciar a la
representación profesional del cliente sin pedirle permiso. In re Ayffán, 170 D.P.R. 126, 2007 PR Sup.
LEXIS 12 (P.R. 2007).
Al no lograr coordinar sus fechas decidido, con la anuencia de sus representados, contratar a otros
letrados para que lo sustituyeran en las vistas a las que no podía asistir, con el problema adicional de
que estos abogados nunca estuvieron debidamente preparados para atender las vistas a las que
comparecieron, un abogado violó a este canon porque sus actuaciones causaron dilaciones innecesarias
en el tramite de un caso. In re Nelson Vélez Lugo, 168 D.P.R. 492 (2006).
La actitud persistente de un licenciado de incumplir con las órdenes del Tribunal Supremo de Puerto
Rico durante un procedimiento disciplinario caracterizaba un absoluto menosprecio y violentó los
Cánones 9 y 12 del Código de Ética Profesional. In re Franco, 166 D.P.R. 787, 2006 PR Sup. LEXIS 10
(P.R. 2006).
Un abogado viola este canon en presentar solicitudes de quiebra bajo la ley federal para obstaculizar y
detener los procedimientos ante el Tribunal de Primera Instancia en un caso de pensión alimentaria. In re
Fajardo, 161 D.P.R. 351, 2004 PR Sup. LEXIS 51 (P.R. 2004).
Unos abogados incumplen con su deber de diligencia al no presentar un informe pericial, cual conducta
viola este canon. In re Héctor Collazo Maldonado Y Nelson Rivera Cabrera Queja, 159 D.P.R. 141, 2003
PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 2003).
Los miembros de la clase togada tienen que responder con premura a los requerimientos relacionados a
quejas por conducta profesional; hacer lo contrario conlleva graves sanciones disciplinarias. In re Rivera,
148 D.P.R. 354, 1999 PR Sup. LEXIS 87 (P.R. 1999).
Ante alegaciones de que no se contestaron requerimientos del Procurador General por escrito, el
tribunal dictaminó que cada vez que se requiera a un miembro de la profesión de la abogacía responder
a un señalamiento por conducta profesional, éste deberá hacerlo por escrito. In re Rivera, 148 D.P.R.
354, 1999 PR Sup. LEXIS 87 (P.R. 1999).
Un abogado que acepta un caso y luego no demuestra la competencia y diligencia que exige el ejercicio
de la abogacía, y no mantiene al cliente informado de los desarrollos del caso, incurre en violación seria
de la ética profesional. In re Verdejo Roque, 145 D.P.R. 83 (1998).
El resarcimiento por el abogado a su cliente puede ser un atenuante, pero no precluye el ejercicio de la
jurisdicción disciplinaria del tribunal. In re Verdejo Roque, 145 D.P.R. 83 (1998).
La reiterada conducta en que el abogado es encontrado incurso en y se declara culpable de delito
menos grave en conexión con el ejercicio de la profesión por violación a los Cánones de Etica
Profesional, constituye causa para sanción disciplinaria bajo este Cánon. In re Velázquez, 144 D.P.R. 84,
1997 PR Sup. LEXIS 496 (P.R. 1997).
Constituye una violación tanto al criterio general de los deberes del abogado como al Cánon 18 de Etica
Profesional la falta de notificación al tribunal sobre un acuerdo de resolución en el foro administrativo de
una controversia pendiente a apelación ante el tribunal, ya que no sólo se incumplió con el deber de
proveer al tribunal información necesaria para la resolución del caso, sino que no presentó información
que hubiera ayudado a que se resolviera el caso a favor de su cliente o que se reconsiderara la decisión
en contra de éste; las excusas aducidas por el abogado no justifican sus omisiones. In re Matos, 143
D.P.R. 641, 1997 PR Sup. LEXIS 530 (P.R. 1997).
La desobediencia a las órdenes del tribunal, reflejando la clara intención de inducir a error, tanto como el
intento de alterar la eficiente tramitación de casos y la buena marcha de la justicia conllevan la
suspensión temporera del ejercicio de la abogacía. In re Hernández, 141 D.P.R. 113, 1996 PR Sup.
LEXIS 280 (P.R. 1996).
La indebida, irrazonable e inexcusable tardanza de un abogado en formular su contestación a una
querella es indicativa de una falta de respeto hacia los procedimientos del tribunal. In re Rodriguez, 115
D.P.R. 810, 1984 PR Sup. LEXIS 176 (P.R. 1984).
No es posible pensar que un tribunal suspenda la celebración del juicio en un caso criminal, para el cual
los testigos han sido debidamente citados y la parte contraria está preparada para su celebración,
simplemente porque el abogado defensor presente en el último minuto una moción de suspensión.
United States v. Chapel, 480 F. Supp. 591, 1979 U.S. Dist. LEXIS 8750 (D.P.R. 1979); .
El deber del abogado de tramitar rápida y diligentemente los procedimientos judiciales y administrativos,
no se limita a situaciones en que interviene en su función clásica de abogar por terceras personas, sino
que también se extiende a aquellos asuntos en que está directamente envuelto. In re Matías Díaz
García, 104 D.P.R. 171, 1975 PR Sup. LEXIS 2247 (P.R. 1975).
Constituye una falta de respeto hacia los procedimientos del Tribunal Supremo, la indebida, irrazonable
e inexcusable tardanza de un abogado en formular su contestación a una querella de desaforo en su
contra. In re Matías Díaz García, 104 D.P.R. 171, 1975 PR Sup. LEXIS 2247 (P.R. 1975).
Es obligación de los abogados así como de los litigantes el desplegar diligencia y acción en el reclamo
del derecho a todo lo largo del trámite judicial cubriendo desde la radicación de la demanda, su rápida
contestación, el uso de los mecanismos de descubrimiento de prueba y el cumplimiento de las órdenes
del Tribunal. Heftler Const. Co. v. Tribunal Superior, 103 D.P.R. 844 (1975).
En la tramitación de un pleito, un abogado debe a las cortes el respeto a las órdenes judiciales que le
son dirigidas, exigiéndose de él la asistencia puntual y el despliegue de todas las diligencias necesarias
para asegurar que no se causen indebidas dilaciones en la tramitación y solución de los casos. Acevedo
v. Compañía Telefónica de P.R., 102 D.P.R. 787 (1974).
2. Ausencia de la vista.
El licenciado violó este canon y el Canon 18 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 18, al
ausentarse a tres vistas diferentes durante la representación de su cliente en un caso civil, puesto que
así demostró una actitud indolente en cuanto a su deber de diligencia para con el tribunal, sus
compañeros y las partes. In re Ortiz, 198 D.P.R. 432, 2017 PR Sup. LEXIS 120 (P.R. 2017).
Un abogado no violó este canon al demostrar una falta de comparecencia durante los
procedimientos del caso en el foro de primera instancia. El hecho de que el querellado no
compareciera a una vista en el foro de primera instancia constituyó un incidente
procesal intranscendente que debió ser atendido por ese foro judicial. En esa ocasión, tal
incomparecencia no puso en riesgo la acción de la clienta ni causó dilaciones ulteriores.
Esa fue la única vista a la que el querellado no asistió durante el trámite del
pleito. In re Ortiz, 187 D.P.R. 507, 2012 PR Sup. LEXIS 190 (P.R. 2012).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 19, 35 y 38 de este apéndice por no contestar la moción de
desestimación, no comparecer a la vista de conferencia con antelación al juicio, contestar el
descubrimiento de prueba fuera del término establecido, no informar al cliente de la desestimación del
caso hasta mucho tiempo después, y no ser honesto en decir la verdadera razón por la cual se
desestimó el caso. In re Nieves, 181 D.P.R. 25, 2011 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2011).
Un abogado admitió su culpabilidad e infringió los cánones de ética profesional porque fue negligente en
la tramitación de un pleito de sus clientes: (1) no realizó ninguna gestión ulterior a la radicación de la
demanda y el diligenciamiento de los emplazamientos; (2) se ausentó de las vistas; (3) no contestó las
órdenes del tribunal; y (4) no informó a los clientes de la desestimación de su caso. In re Lopez, 170
D.P.R. 793, 2007 PR Sup. LEXIS 81 (P.R. 2007).
El abogado fue disciplinado porque violó a los Cánones de Etica Profesional por no comparecer a una
vista citada y al no presentar una moción a tiempo. In re León Malavé, 172 D.P.R. 1036 (2008).
El abogado actuó en contravención a las ordenes del Tribunal Supremo al no comparecerse ante el
Tribunal Supremo cuando su cliente presentó una queja contra él. In re Zayas, 167 D.P.R. 394, 2006 PR
Sup. LEXIS 53 (P.R. 2006).
La conducta de los abogados al no comparecer a las vistas citadas porque estaban en huelga es
irrespetuosa hacia el tribunal de instancia; el derecho a la huelga no puede interferir con las obligaciones
profesionales de un abogado. In re Roldos Matos, 161 D.P.R. 373 (P.R. 2004).
El abogado no puede ser responsabilizado por su incomparecencia al tribunal a vistas para las cuales no
había sido citado. In re Nieves, 159 D.P.R. 746, 2003 PR Sup. LEXIS 135 (P.R. 2003).
La incomparecencia del abogado a los señalamientos de vista ante el tribunal de instancia, su
incumplimiento con las órdenes emitidas por dicho tribunal y por el Tribunal Supremo, y su falta de
diligencia en la tramitación del caso, constituyen un patrón de conducta irresponsable en violación de
este canon. In re Díaz, 154 D.P.R. 70, 2001 PR Sup. LEXIS 65 (P.R. 2001).
El suspender o no una vista ya iniciada es atributo del funcionario que la preside y no de un abogado
que ante él postule. Un abogado no tiene derecho de ausentarse de la vista y provocar con ello su
suspensión, sin permiso del funcionario que la preside. In re Lcda, 113 D.P.R. 568, 1982 PR Sup. LEXIS
242 (P.R. 1982).
Constituye desacato la ausencia voluntaria e injustificada de un abogado del juicio contra su cliente.
United States v. Chapel, 480 F. Supp. 591, 1979 U.S. Dist. LEXIS 8750 (D.P.R. 1979); United States v.
Chapel, 480 F. Supp. 588, 1979 U.S. Dist. LEXIS 8806 (D.P.R. 1979).
Si bien la incomparecencia de un abogado al juicio en el día señalado constituye por regla general
desacato punible con censura, multa pequeña u otra sanción de igual categoría, la reiteración de esa
conducta unida a otras circunstancias ameritan que se le impongan sanciones de prisión y desaforo
definitivo. United States v. Chapel, 480 F. Supp. 591, 1979 U.S. Dist. LEXIS 8750 (D.P.R. 1979); United
States v. Chapel, 480 F. Supp. 588, 1979 U.S. Dist. LEXIS 8806 (D.P.R. 1979).
Aun cuando señalamientos conflictivos y cúmulo de trabajo de los abogados no son razones para
suspender y posponer vistas judiciales señaladas con tiempo, como excepción, se justifica la suspensión
de la vista de un caso—a los fines de establecer la fecha en que cierta persona quedó incapacitada—
cuando, a la luz de las circunstancias particulares de este caso, la incomparecencia de los abogados no
fue caprichosa, teniendo razones atendibles para ello, surgiendo del expediente que los abogados fueron
diligentes y puntuales, en nada afectaba dicha suspensión los intereses de las partes y dicha suspensión
era necesaria para evitar una injusticia. Neri Tirado v. Tribunal Superior, 104 D.P.R. 429 (1975).
Examinada la prueba en el caso de autos—incomparecencia de un abogado al señalamiento de un caso
criminal a pesar de haber sido debidamente citado—el tribunal concluye que la sentencia por desacato
que se le impuso no puede prevalecer por no tener base en la prueba desfilada. El Pueblo De P.R. v.
Arraiza, 103 D.P.R. 243, 1975 PR Sup. LEXIS 1379 (P.R. 1975).
3. Desatención por la parte interesada.
Licenciado violó este canon y el Canon 9 del Código de Ética Profesional al no cumplir con las órdenes
emitidas por el Tribunal de Apelaciones para el perfeccionamiento de un recurso de apelación. La falta de
interés de su cliente en el recurso y el hecho de que éste no pagara por la transcripción de la prueba oral
ni por los honorarios adeudados, no excusan al licenciado de su incumplimiento ni el dejar de tramitar el
recurso de apelación. In re Ortiz, 196 D.P.R. 126, 2016 PR Sup. LEXIS 171 (P.R. 2016).
Cuando un tribunal tiene ante sí una situación de desatención al caso por la parte interesada, la
imposición de sanciones debe ser en primer término al abogado de la parte y de esto no producir efectos
positivos, entonces procedería la desestimación, como medida más severa. Otra v. Otra, 141 D.P.R. 194,
1996 PR Sup. LEXIS 283 (P.R. 1996).
Canon 13. Publicidad sobre casos criminales pendientes
El abogado y el fiscal deben abstenerse de publicar o de cualquier manera facilitar la publicación en
periódicos o a través de otros medios informativos, detalles u opiniones sobre casos criminales
pendientes o que señalen la probabilidad de casos criminales futuros, pues tales publicaciones pueden
obstaculizar la celebración de un juicio imparcial y perjudicar la debida administración de la justicia.
Cuando circunstancias realmente extraordinarias requieran hacer manifestaciones la expresión debe
limitarse a las constancias de los autos, sin hacer referencia a la prueba de que se dispone o los testigos
que se utilizarán, ni al contenido de sus testimonios.
Tanto el abogado defensor como el fiscal deben evitar en lo posible ser retratados para fines publicitarios
y es impropio que un abogado o fiscal aparezca posando en retratos relacionados con casos criminales
en los cuales participe o haya participado.
Canon 14. Publicidad sobre otros pleitos pendientes
El abogado debe abstenerse de publicar o de cualquier manera facilitar la publicación en periódicos o a
través de otros medios informativos, detalles u opiniones sobre pleitos pendientes o que señalen la
probabilidad de litigios futuros, pues tales publicaciones pueden obstaculizar la celebración de un juicio
imparcial y perjudicar la debida administración de la justicia. En caso de que las circunstancias extremas
de un pleito específico justifiquen ofrecer una información al público, será impropio el hacerlo
anónimamente. Una referencia unilateral o ex parte a los hechos de un caso debe limitarse a citas
tomadas de los récord y documentos archivados en los tribunales; pero aun en estos casos extremos, es
preferible abstenerse de ofrecer tales declaraciones.
Anotaciones
1. En general.
Cuando las expresiones oficiales de un juez de apelaciones en una resolución de inhibición podían
interpretarse de forma ofensiva y contrarias al respeto que merecen sus compañeros jueces, el juez violó
las obligaciones bajo los Cánones 1, 3, 6, 8 y 14 del Código de Ética Judicial, 4 L.P.R.A. Ap. IX. In re
Carlos Candelaria Rosa, 197 D.P.R. 445, 2017 PR Sup. LEXIS 40 (P.R. 2017).
Canon 15. Conducta hacia testigos y litigantes
Un abogado debe tratar a los testigos y litigantes adversarios con respeto y consideración. No debe
actuar inspirado por la animosidad ni por los prejuicios de su cliente ni debe permitir que éste dirija el
caso ni que se convierta en el dueño de la conciencia del abogado.
Será impropio utilizar los procedimientos legales en forma irrazonable o con el fin de hostigar la parte
contraria.
Todo abogado debe abstenerse de brindar, ofrecer u otorgar beneficios a un testigo para inducirle a
declarar falsamente. Será impropio pagar u ofrecer el pago de honorarios contingentes a cualquier
testigo. El abogado debe velar por el cumplimiento de estas normas por cualquier otra persona inclusive
su cliente.
ANOTACIONES
1. En general.
2. Deberes para con el tribunal.
3. Procedimiento de desaforo.
1. En general.
Cuando un licenciado permitió que su cliente dirigiera el caso y le cedió la facultad de decidir el
contenido de los escritos que se presentaban al foro judicial, y el licenciado se ausentaba a las vistas sin
que el tribunal hubiera autorizado su incomparecencia, él violó los Cánones 9, 12, 15, 18, 20, 29, 35 y 38
del Código de Ética Profesional. El licenciado fue suspendido indefinida e inmediata del ejercicio de la
abogacía y de la notaría. In re Rodríguez, 198 D.P.R. 369, 2017 PR Sup. LEXIS 116 (P.R. 2017).
No existió evidencia robusta, clara y convincente de que el licenciado retuvo información, suministró
datos contrarios a la realidad, o manipuló los hechos para acomodarlos a la reclamación de su prima y
cliente. In re Arana, 188 D.P.R. 339, 2013 PR Sup. LEXIS 53 (P.R. 2013).
Cuando tres peritos psiquiatras evaluaron un licenciado bajo esta regla en un caso de conducta
profesional y concluyeron que estaba incapacitado para ejercer la profesión, el licenciado fue separado
de la abogacía y de la notaría inmediata e indefinidamente con el fin de proteger a sus clientes. In re
Pellicia, 183 D.P.R. 251, 2011 PR Sup. LEXIS 204 (P.R. 2011).
Al referir a la parte adversa como una persona manipuladora, el abogado no violentó a este canon
porque estas expresiones, aunque no sean las mas apropiadas, por si solas, son insuficientes para
constituir una violación del canon. In re Lugo, 175 D.P.R. 854, 2009 PR Sup. LEXIS 86 (P.R. 2009).
Un abogado infringió este canon por haber utilizado un lenguaje ofensivo contra un compañero abogado
y su cliente. In re Castro, 172 D.P.R. 193, 2007 PR Sup. LEXIS 167 (P.R. 2007).
El abogado violó los Cánones 15, 35 y 38 de Etica Profesional al ser encontrado culpable de
conspiración de cometer delito o defraudar a los Estados Unidos, intervenir indebidamente con un
testigo, víctima o informante, y obstrucción a la justicia. In re Ramírez, 169 D.P.R. 414, 2006 PR Sup.
LEXIS 194 (P.R. 2006).
Una abogada violó los Cánones 8,15, y 29 de Etica Profesional cuando, inspirada por la animosidad de
su cliente, permitió que éste dirigiera el caso y se convirtiera en el dueño de su conciencia en un trámite
de reclamación y cobro de pensiones alimenticias de menores de edad. In re Feliciano, 165 D.P.R. 565,
2005 PR Sup. LEXIS 126 (P.R. 2005).
Este canon exige que un abogado trate a los litigantes contrarios y a sus testigos con respeto y
consideración. In re González, 149 D.P.R. 817, 1999 PR Sup. LEXIS 193 (P.R. 1999).
Los abogados deben ejercer el deber de cortesía, respeto y consideración que les impone este canon, y
jamás deben de olvidar que siempre deben de actuar con gran celo, cuidado y prudencia. In re González,
149 D.P.R. 817, 1999 PR Sup. LEXIS 193 (P.R. 1999).
Si bien es cierto que un abogado tiene el derecho y la obligación de defender la causa del cliente que le
fue encomendada con gran vigor, energía y vehemencia, ello no implica que éste pueda ser poco
respetuoso o prudente. In re González, 149 D.P.R. 817, 1999 PR Sup. LEXIS 193 (P.R. 1999).
Incurre en violación a este canon un abogado que radicó un escrito en el cual, entre otras cosas, señala
que la “actitud de la demandante, al radicar una moción con información falsa, deja mucho que pensar
sobre su honradez y sobre sus principios morales ante este tribunal”. In re González, 149 D.P.R. 817,
1999 PR Sup. LEXIS 193 (P.R. 1999).
La moderación del lenguaje es uno de los primeros deberes del abogado, implicando esto el evitar
groserías, imputaciones, falsas alegaciones contrarias a la verdad o desprovistas de una razonable
presunción de exactitud. In re Cardona, 148 D.P.R. 505, 1999 PR Sup. LEXIS 92 (P.R. 1999).
Resultan impropias las expresiones de un abogado en un escrito de apelación haciendo imputaciones
sobre alegadas relaciones no profesionales entre un fiscal y un testigo en un pleito sin presentar pruebas
sobre dichas alegaciones. In re Cardona, 148 D.P.R. 505, 1999 PR Sup. LEXIS 92 (P.R. 1999).
Constituye conducta censurable de parte de un abogado el intervenir, antes de una vista, con un testigo
de cargo en una causa criminal, cuando dicho abogado fue unido, como abogado de la defensa para
conducir el contrainterrogatorio de dicho testigo, quien ya había prestado testimonio directo, máxime
cuando el delito imputado no era uno de los que se podía transigir. In re Torres, 104 D.P.R. 758, 1976 PR
Sup. LEXIS 2234 (P.R. 1976).
Es censurable el que un abogado incumpla su obligación de asegurarse de que sus expresiones en
documentos que radica ante un tribunal respondan a la verdad. José M. Alonso García v. Comision
Indus. De P.R., 102 D.P.R. 752, 1974 PR Sup. LEXIS 342 (P.R. 1974).
Constituye conducta reprobable el que un abogado, mientras examina los testigos de cargo fuera del
tribunal, les insinúe que alteren sus testimonios en cualquier detalle que a juicio del abogado pueda
favorecer al acusado por él representado. In, 100 D.P.R. 223, 1971 PR Sup. LEXIS 183 (P.R. 1971).
Constituye una seria violación a los Cánones de Ética Profesional la instigación a perjurio por parte de
un abogado. In, 100 D.P.R. 223, 1971 PR Sup. LEXIS 183 (P.R. 1971).
Siendo clara la prueba de la violación por el querellado de los anteriores Cánones 15 y 22 en que se
prohíbe al abogado hacer alegaciones falsas para salir triunfante en las causas a él confiadas y se
dispone que no es profesional ni honorable no ajustarse a la sinceridad de los hechos al redactar una
alegación y desprendiéndose de ella circunstancias, así como omisiones de buena fe, que si no excusan
esa violación, aminoran su nocivo efecto sobre la mejor práctica de nuestra profesión y la administración
de la justicia, el Tribunal Supremo censura a dicho querellado por su conducta en relación con la
radicación de la moción de reconsideración de que se trata. In re Colón, 81 D.P.R. 617, 1959 PR Sup.
LEXIS 64 (P.R. 1959).
2. Deberes para con el tribunal.
Un abogado viola este canon en presentar solicitudes de quiebra bajo la ley federal para obstaculizar y
detener los procedimientos ante el Tribunal de Primera Instancia en un caso de pensión alimentaria. In re
Fajardo, 161 D.P.R. 351, 2004 PR Sup. LEXIS 51 (P.R. 2004).
Una contienda judicial no debe degenerar en coloquios mortificantes entre el fiscal y la defensa ni aun
cuando por su puerilidad y nimiedad en nada lastimen el curso legal del proceso. El Pueblo De P.R. v.
Etanislao Martínez Valentin, 102 D.P.R. 492, 1974 PR Sup. LEXIS 296 (P.R. 1974).
3. Procedimiento de desaforo.
En la consideración de una querella de desaforo contra un abogado por su conducta profesional al
examinar los testigos de cargo en un caso criminal—en el cual el acusado fue declarado culpable por un
jurado—el Tribunal Supremo juzgará dicha conducta independientemente de las consecuencias que tuvo
en el resultado del caso. In, 100 D.P.R. 223, 1971 PR Sup. LEXIS 183 (P.R. 1971).
Canon 16. Conducta en relación con los jurados
La actitud del abogado hacia los jurados debe regirse en todo momento por normas de absoluta
integridad y honradez profesional. Resulta antiética toda actuación dirigida a halagar o adular a los
jurados, ya sea en forma directa o indirecta. Esto presupone que debe haber una total abstención de
hacer favores o regalos de clase alguna a los mismos o a sus familiares.
No debe el abogado comunicarse en forma alguna con los jurados acerca de casos en los cuales esté
interesado y, ya en la etapa de la celebración del juicio, debe evitar comunicarse privadamente con ellos,
aunque sea sobre asuntos extraños al caso excepto con el permiso del tribunal. También debe
abstenerse de hacer sugerencias, al alcance del oído de jurados, dirigidas a la conveniencia o
comodidad de éstos. No debe comunicarse con un jurado o con familiares de éste después del juicio
sobre materias relacionadas con el caso excepto únicamente para investigar si existe alguna razón legal
para impugnar el veredicto, y ello con el permiso previo del tribunal.
Un abogado en cualquier capacidad en que se desempeñe no debe de ofrecer evidencia claramente
inadmisible con el propósito deliberado de influir en el jurado.
Canon 17. Litigios injustificados
Todo abogado debe negarse a representar a un cliente en un caso civil cuando estuviere convencido de
que se pretende por medio del pleito molestar o perjudicar a la parte contraria, haciéndole víctima de
opresión o daño. Su comparecencia ante un tribunal debe equivaler a una afirmación sobre su honor de
que en su opinión el caso de su cliente es uno digno de la sanción judicial. La firma de un abogado en
una alegación en un caso equivale a certificar que ha leído la alegación y que de acuerdo con su mejor
conocimiento, información y creencia está bien fundada.
Un abogado deberá solicitar permiso del tribunal para renunciar la representación profesional de su
cliente en un caso en litigio cuando se convenza durante el curso del pleito que el mismo es injustificado
y que se pretende por medio del proceso molestar o perjudicar a la parte contraria, haciéndole víctima de
opresión o daño.
ANOTACIONES
1. En general.
La abogada violó los Cánones 17, 18, 20 y 23 de este apéndice cuando presentó distintos formularios
que no cumplían con los requisitos legales establecidos para los hechos específicos del caso de
inmigración; cuando negó inicialmente entregar el expediente del caso, una copia de los contracto de
servicios profesionales suscritos, el desglose detallado de los servicios prestados y la suma de dinero
entregada por las labores no completadas. In re Lcda, 2019 PR Sup. LEXIS 62 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 17, 18, 20, 35 y 38 de este apéndice (1) al no comparecer en
tiempo a los requerimientos de la TTAB; (2) al hacer falsas representaciones a dicho ente adjudicativo en
cuanto a su renuncia y los acuerdos con su cliente, las cuales indujeron a error al referido foro; y (3) al
no mantener informado a su cliente sobre el estado de los procedimientos en el caso. Ex parte Guerrero,
201 D.P.R. 345, 2018 PR Sup. LEXIS 203 (P.R.), modified, 201 D.P.R. 606, 2018 PR Sup. LEXIS 200
(P.R. 2018).
Licenciada fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía porque la licenciada
violó este canon y los Cánones 18, 35 y 38 cuando la licenciada presentó una demanda a pesar de
contar con prueba pericial que exoneraba de responsabilidad al potencial demandado. In re Santiago,
191 D.P.R. 611, 2014 PR Sup. LEXIS 139 (P.R. 2014).
No existió evidencia robusta, clara y convincente de que el licenciado retuvo información, suministró
datos contrarios a la realidad, o manipuló los hechos para acomodarlos a la reclamación de su prima y
cliente. In re Arana, 188 D.P.R. 339, 2013 PR Sup. LEXIS 53 (P.R. 2013).
El abogado violó los Cánones 9, 17, 18 y 26 de este apéndice cuando hizo alegaciones falsas en
beneficio de su cliente en una petición de habeas corpus que su cliente era el padre biológico de la
menor y que había sido despojado ilegalmente de la custodia del menor a través de una orden de
protección. In re Benjamín Guzmán Guzmán, 181 D.P.R. 495, 2011 PR Sup. LEXIS 44 (P.R. 2011).
El abogado violó este canon por: (1) no investigar adecuadamente los méritos del caso antes de radicar
una demanda; (2) no diligenciar en una forma adecuada los emplazamientos; (3) no replicar a dos
mociones de desestimación; (4) no mantener a su cliente debidamente informado; y (5) renunciar a la
representación profesional del cliente sin pedirle permiso. In re Ayffán, 170 D.P.R. 126, 2007 PR Sup.
LEXIS 12 (P.R. 2007).
Los abogados no deben hacer planteamientos inmeritorios que recargan el tiempo y el esfuerzo de los
tribunales. In re Báez, 128 D.P.R. 509, 1991 PR Sup. LEXIS 237 (P.R. 1991).
Parte III.Deberes del Abogado para con sus Clientes
Artículo 18.Criterio general
Artículo 18.Criterio general
Canon 18. Competencia del abogado y consejo al cliente
Canon 19. Información al cliente
Canon 20. Renuncia de representación legal
Canon 21. Intereses encontrados
Canon 22. Abogado como testigo
Canon 23. Adquisición de intereses en litigio y manejo de los bienes del cliente
Canon 24. Fijación de honorarios
Canon 25. Demandas contra clientes por honorarios
Canon 26. Derechos y limitaciones en relación con clientes
La relación de abogado y cliente debe fundamentarse en la absoluta confianza. Sujeto a las exigencias
que surgen de las obligaciones del abogado para con la sociedad, las leyes y los tribunales, todo
miembro del foro legal le debe a sus clientes un trato profesional caracterizado por la mayor capacidad,
la más devota lealtad y la más completa honradez. El abogado debe poner todo su empeño en llevar a
cabo en esa forma su gestión profesional, y no debe dejar de cumplir con su deber por temor a perder el
favor judicial o por miedo a perder la estimación popular.
Canon 18. Competencia del abogado y consejo al cliente
Será impropio de un abogado asumir una representación profesional cuando está consciente de que no
puede rendir una labor idónea competente y que no puede prepararse adecuadamente sin que ello
apareje gastos o demoras irrazonables a su cliente o a la administración de la justicia.
Es deber del abogado defender los intereses del cliente diligentemente, desplegando en cada caso su
más profundo saber y habilidad y actuando en aquella forma que la profesión jurídica en general estima
adecuada y responsable.
Este deber de desempeñarse en forma capaz y diligente no significa que el abogado puede realizar
cualquier acto que sea conveniente con el propósito de salir triunfante en las causas del cliente. La
misión del abogado no le permite que en defensa de un cliente viole las leyes del país o cometa algún
engaño. Por consiguiente, al sostener las causas del cliente, debe actuar dentro de los límites de la ley,
teniendo en cuenta no sólo la letra de ésta, sino el espíritu y los propósitos que la informan. No debe
tampoco ceder en el cumplimiento de su deber por temor a perder el favor judicial ni la estimación
popular. No obstante, un abogado puede asumir cualquier representación profesional si se prepara
adecuadamente para ello y no impone gastos ni demoras irrazonables a su cliente y a la administración
de la justicia.
ANOTACIONES
1. En general.
La licenciada quebrantó los Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 de Ética Profesional, al: (1) incumplir con las
órdenes emitidas por la CASP; (2) no atender las órdenes con prontitud y diligencia; (3) actuar de
manera incompetente en relación con los intereses de la quejosa, a quien representaba ante la CASP;
(4) no informar ni orientar a la quejosa de los asuntos importantes del caso; (5) renunciar a la
representación legal de la quejosa luego de que la CASP desestimara los casos con perjuicio. In re
Blanca Bonhomme Meléndez Ts-10,611, 2019 PR Sup. LEXIS 105 (P.R. 2019).
Cuando el licenciado no presentó una moción de renuncia cuando se percató de que no podía atender el
caso diligentemente y su omisión conllevó la desestimación del mismo por el foro primario, dicha
conducta violó este canon. Aunque el licenciado también incurrió en violaciones a los Cánones 12, 19, 20
y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y esta no constituyó su primera falta, el Tribunal
Supremo entendió adecuado suspender el licenciado por un término de cuatro meses del ejercicio de la
abogacía y la notaría porque la representación legal coincidió con el deterioro de su salud y otros
asuntos de índole familia y el licenciado demostró su sincero arrepentimiento y reembolsó a la cliente los
honorarios pagados. In re López, 196 D.P.R. 479, 2016 PR Sup. LEXIS 211 (P.R. 2016).
Licenciado fue censurado enérgicamente por infringir este canon y el Canon 19 del Código de Ética
Profesional, al no dar seguimiento al caso de su cliente luego de enviar una carta de reclamación
extrajudicial a compañía de seguros y al no advertirle a su cliente cuándo vencía el término prescriptivo
de su acción luego de que la compañía de seguros le denegó la reclamación. In re López, 196 D.P.R.
199, 2016 PR Sup. LEXIS 175 (P.R. 2016).
Licenciado violó este canon al desatender de forma tal el recurso de apelación, presentado ante el
Tribunal de Apelaciones, que éste fue desestimado. El licenciado no defendió diligente ni
competentemente los intereses de su cliente al no informar al Tribunal de Apelaciones sobre los métodos
de reproducción de la prueba oral a utilizarse o las dificultades enfrentadas para cumplir con sus
órdenes. In re Ortiz, 196 D.P.R. 126, 2016 PR Sup. LEXIS 171 (P.R. 2016).
Aquellas actuaciones que expongan al cliente a una posible desestimación o archivo de su recurso
configuran una infracción a este canon. Licenciado violó este canon al demorarse en presentar la
transcripción de vista solicitada y el correspondiente alegato. El licenciado conocía o debió conocer que
no había perfeccionado el recurso y que ello exponía a su cliente a una posible desestimación. In re
Galarza, 195 D.P.R. 894, 2016 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2016).
Licenciada violó este canon y los Cánones 19 y 35 del Código de Ética Profesional al cometer
numerosas faltas notariales en torno a la otorgación de un contrato de compraventa, las cuales reflejaron
falta de diligencia, entre éstas - omitir advertencias legales, no exponer información sobre otorgantes e
información de ella como notaria autorizante, describir solares de forma incompleta e incongruente, y
omitir el tracto sucesivo de las cabidas. In re Del Collado Ruiz, 195 D.P.R. 705, 2016 PR Sup. LEXIS 155
(P.R. 2016).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18 y 38 de este apéndice cuando no respondió a los órdenes de los
tribunales que resultó en la desestimación de la apelación del caso criminal en que trabajó como
abogado de oficio. In re Lugo, 201 D.P.R. 729, 2019 PR Sup. LEXIS 11 (P.R. 2019).
La abogada violó las disposiciones de la Ley Notarial y su reglamento y los Cánones 12, 18, 19, 35 y 38
del Código de Ético Profesional por consignar hechos falsos en una escritura de compraventa sobre el
conocimiento de los comparecientes y el precio pagado por el inmueble y por no mantener sus clientes
informados sobre el transcurso del caso. In re Cabrera, 201 D.P.R. 902, 2019 PR Sup. LEXIS 40 (P.R.
2019).
Se censuró enérgicamente la abogada por violaciones de los Cánones 12 y 18 de este apéndice por no
comparecer a los señalamientos del tribunal; no contestar los interrogatorios sometidos; y por permitir
que expire el término prescriptivo del caso. In re Del Pilar García Incera, 201 D.P.R. 1043, 2019 PR Sup.
LEXIS 32 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 35 y 38 de este apéndice por no comparecer a las vistas
señaladas por el tribunal; por no cumplir con las órdenes del foro judicial; por dejar transcurrir mucho
tiempo sin hacer alguna gestión para corregir su dirección errónea; y por aceptar colaborar como
abogado en el caso sabiendo que no podía esforzarse al máximo en la representación. In re Rodríguez,
201 D.P.R. 1057, 2019 PR Sup. LEXIS 35 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 35 y 38 de este apéndice cuando aceptó un acuerdo
transaccional sin informárselo y ni consultárselo a su clienta; endosó el cheque producto del negocio con
el nombre de la clienta y lo depositó en la cuenta bancaria de este; y mantuvo el cheque en su cuenta
por un año. In re Allan A. Peña Ríos Ts-11,445, 2019 PR Sup. LEXIS 54 (P.R. 2019).
La abogada violó los Cánones 17, 18, 20 y 23 de este apéndice cuando presentó distintos formularios
que no cumplían con los requisitos legales establecidos para los hechos específicos del caso de
inmigración; cuando negó inicialmente entregar el expediente del caso, una copia de los contracto de
servicios profesionales suscritos, el desglose detallado de los servicios prestados y la suma de dinero
entregada por las labores no completadas. In re Lcda, 2019 PR Sup. LEXIS 62 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 17, 18, 20, 35 y 38 de este apéndice (1) al no comparecer en
tiempo a los requerimientos de la TTAB; (2) al hacer falsas representaciones a dicho ente adjudicativo en
cuanto a su renuncia y los acuerdos con su cliente, las cuales indujeron a error al referido foro; y (3) al
no mantener informado a su cliente sobre el estado de los procedimientos en el caso. Ex parte Guerrero,
201 D.P.R. 345, 2018 PR Sup. LEXIS 203 (P.R.), modified, 201 D.P.R. 606, 2018 PR Sup. LEXIS 200
(P.R. 2018).
En la tercera ocasión en que el licenciado se encontró inmerso en un proceso disciplinario, el Tribunal
Supremo consideró que el licenciado reiteradamente demostró un deficiente desempeño profesional, al
no desplegar la debida diligencia y competencia ante las encomiendas de un cliente, desobedeció las
órdenes y requerimientos de foros judiciales, sin presentar justificación para ello, y no mantuvo una
comunicación efectiva con sus clientes, y aunque el licenciado aceptó su responsabilidad y se allanó a
los cargos contenidos en la querella, el Tribunal Supremo concluyó que el licenciado infringió los
Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y que la reincidencia
en su comportamiento antiético mereció una suspensión indefinida. In re Vega, 197 D.P.R. 829, 2017 PR
Sup. LEXIS 65 (P.R. 2017).
Cuando la falta de diligencia de la licenciada hizo que el caso de su cliente se desestimara con perjuicio
y que posteriormente fuera desestimado en el foro apelativo intermedio por falta de jurisdicción, el
Tribunal Supremo concluyó que la licenciada infringió lo dispuesto en los Cánones 18 y 38 del Código de
Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX y la licenciada fue suspendido de la práctica de la abogacía y de la
notaría por un término de tres meses. El hecho de que la cliente hubiera dejado de comunicarse con su
oficina no fue motivo para desentenderse de la causa de acción de su cliente porque ante esta situación
la licenciada debió solicitar el relevo de la representación legal. In re Liliana Morell Bergantiños, 195
D.P.R. 759, 2016 PR Sup. LEXIS 135 (P.R. 2016).
Cuando un licenciado no compareció a una vista de desahucio y dejó que expirara el término
jurisdiccional para acudir ante el Tribunal de Apelaciones, dicha conducta contravino lo dispuesto en este
canon y Canon 12 del Código de Ética Profesional. In re Díaz, 195 D.P.R. 623, 2016 PR Sup. LEXIS 109
(P.R. 2016).
Cuando un licenciado incumplió con su deber de comparecer a todos los señalamientos de un caso
criminal, él violó los Cánones 12 y 18 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. AP. IX, al dilatar
injustificada e irrazonablemente el trámite del caso para el cual fue contratado y el licenciado violó el
Canon 38 al no comparecer a una vista sin presentar moción para exponer la razón para su
incomparecencia y al no presentarse según fue citado. El licenciado fue suspendido de la práctica de la
abogacía por el término de 30 días. In re López, 195 D.P.R. 527, 2016 PR Sup. LEXIS 97 (P.R. 2016).
Cuando un licenciado incumplió con los requisitos de la Oficina de Inspección de Notarías (ODIN) y no
acató las órdenes del Tribunal Supremo, dicha conducta constituyó un craso incumplimiento con los
Cánones 9 y 18 del Código de Ética Profesional. El licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del
ejercicio de la abogacía y la notaría. In re Morales, 195 D.P.R. 521, 2016 PR Sup. LEXIS 93 (P.R. 2016).
Licenciada fue suspendido del ejercicio de la abogacía y la notaría por un término de tres meses por
incumplir con sus deberes hacia una clienta y por desatender reiteradamente las órdenes del Tribunal
Supremo en violación de los Cánones 9, 12, 18, 20 y 38 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX. Dos
casos presentado en el Tribunal de Primera Instancia fueron desestimado debido a que la licenciada no
cumplió con una orden de ese tribunal y la licenciada incurrió en una violación del Canon 18, pues no
desplegó la diligencia necesaria para defender los derechos e intereses de su clienta. In re Ojeda, 193
D.P.R. 966, 2015 PR Sup. LEXIS 140 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata del ejercicio de la notaría por un término de seis meses porque
violó este canon y el Canon 35 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y los Artículos 2, 14 y
16 de la Ley Notarial de Puerto Rico, secs. 2002, 2032 y 2034 de este título, al autorizar un testimonio a
sabiendas de que los declarado era falso. In re González, 193 D.P.R. 877, 2015 PR Sup. LEXIS 123
(P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediatamente del ejercicio de la abogacía por el término de tres meses
porque violó este canon y los Cánones 12, 19 y 38 del Código de Ética Profesional cuando
reiteradamente éste hizo caso omiso a las órdenes dictadas por el Tribunal de Primera Instancia, éste no
fue competente ni diligente, y éste incumplió con su deber ineludible de mantener informados a sus
clientes sobre los asuntos importantes que surgieron en la tramitación del caso que se le encomendó. In
re José A. Miranda Daleccio, 193 D.P.R. 753, 2015 PR Sup. LEXIS 126 (P.R. 2015).
Un licenciado violó este canon y los Cánones 9 y 12 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, al incumplir
reiteradamente con las órdenes del tribunal sumado a una serie de incomparecencias injustificadas del
abogado a vistas pautadas por el foro de instancia, causando una dilación indebida en la tramitación del
caso. In re Delgado, 196 D.P.R. 541, 2016 PR Sup. LEXIS 224 (P.R. 2016).
Un abogado-notario fue disciplinado porque certificó como cierto bajo la fe notarial un hecho falso
durante el traspaso de un vehículo. Esa conducta violó el Art. 56 de la Ley Notarial, la Regla 67 del
Reglamento Notarial y los Cánones 18, 35 y 38 de Ética Profesional. In re Velázquez, 193 D.P.R. 681,
2015 PR Sup. LEXIS 114 (P.R. 2015).
Un abogado-notario fue disciplinado porque autorizó una escritura para hacer una partición de una
herencia aunque el derecho hereditario no estaba inscrito. También el abogado-notario identificó como
otorgantes en la escritura personas que no firmaron ni iniciaron la escritura. Esa conducta violó los
artículos 2, 16, 24, 28 y 34 de la Ley Notarial, y de los Cánones 18 y 35 de Ética Profesional. In re
Velázquez, 193 D.P.R. 681, 2015 PR Sup. LEXIS 114 (P.R. 2015).
Cuando una licenciada retuvo fondos que la licenciada estaba encargada de consignar inmediatamente
en el tribunal y no notificó que poseía los mismos hasta que se solicitó una orden de arresto contra su
clienta, la licenciada hizo caso omiso a su deber de proteger los intereses de su clienta y dicha conducta
violó este canon. In re Navarro, 193 D.P.R. 303, 2015 PR Sup. LEXIS 90 (P.R. 2015).
Tribunal Supremo censuró enérgicamente al licenciado porque su actuación negligente conllevó el
archivo del caso de su cliente y el licenciado incumplió su deber de mantener informada a su cliente de
los pormenores y la tramitación del caso. In re Cruz, 193 D.P.R. 224, 2015 PR Sup. LEXIS 71 (P.R.
2015).
Licenciado infringió este canon al autenticar las firmas de los otorgantes en varios contratos de opción
de compraventa sobre unos predios sin segregar, conociendo que la finca matriz era objeto de un pleito
de ejecución de hipoteca. El licenciado debió informar a las partes sobre las implicaciones que tenía el
proceso de ejecución de hipoteca sobre el negocio jurídico que llevaron ante él. In re Rivera Grau, 2016
TSPR 212, 2016 PR Sup. LEXIS 216 (4 de octubre de 2016).
Aunque un Comisionado Especial tenía razón en que no era razonable la desestimación de la causa de
la querellante como primera sanción cuando una licenciado no presentó un proyecto de sentencia,
menos aun cuando el caso ya estaba listo para resolución, el Tribunal Supremo concluyó que ello no fue
razón para eximir a la licenciada. Se desentendió del caso y este descuido constituyó una falta de
diligencia inexcusable, en clara violación al este canon y la licenciada fue censurada enérgicamente. In
re Mónica Vega Quintana, 188 D.P.R. 536, 2013 PR Sup. LEXIS 66 (P.R. 2013).
Dos notarios violaron este canon porque faltaron a su deber de diligencia en el momento en que
otorgaron escrituras públicas en que figuraban menores de edad como comparecientes porque con
esas escrituras se dispuso de bienes de menores de edad sin la requerida autorización
judicial bajo el Art. 214 del Código Civil, 31 L.P.R.A. § 788. In re García Cabrera et al., 2013 TSPR 39,
2013 PR Sup. LEXIS 42.
Un licenciado violó este canon cuando su falta de diligencia ocasionó que se archivara sin perjuicio un
caso de vicios de construcción ante el Tribunal de Primera de Instancia en el que su cliente
comparecía como parte demandante. Desde los inicios del pleito, el licenciado no actuó de
forma diligente en la tramitación de los asuntos concernientes al mismo. In re González,
188 D.P.R. 721, 2013 PR Sup. LEXIS 72 (P.R. 2013).
Un licenciado violó este canon cuando su falta de diligencia ocasionó que se archivara sin perjuicio un
caso de vicios de construcción ante el Tribunal de Primera de Instancia en el que su cliente
comparecía como parte demandante. Desde los inicios del pleito, el licenciado no actuó de
forma diligente en la tramitación de los asuntos concernientes al mismo. In re González,
188 D.P.R. 721, 2013 PR Sup. LEXIS 72 (P.R. 2013).
Licenciada violó este canon al no desempeñarse con la competencia debida y no diligenciar los
emplazamientos dentro del término de seis meses que disponían las Reglas de Procedimiento Civil y
dicha inacción tuvo el efecto de que el pleito se desestimara con perjuicio, sin realizar esfuerzo alguno
para evitarlo. Su problemas matrimoniales no justifica que haya desatendido el caso. In re Del Díaz
Nieves, 189 D.P.R. 1000, 2013 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2013).
En un caso de conducta profesional, un licenciado no podía ser sancionado por violaciones al Código de
Ética Profesional que no fueron imputadas en la querella; cuando el Comisionado Especial determinó
que no existía prueba clara, robusta y convincente de que el licenciado hubiera violado este canon, no
procedía sancionarlo mediante el mismo procedimiento disciplinario por una violación del Canon 20 que
no fue imputada en la querella. In re Charraire, 186 D.P.R. 1019, 2012 PR Sup. LEXIS 153 (P.R. 2012).
El licenciado violó este canon y los Cánones 6, 12, 18 y 19 del Código de Ética Profesional al no actuar
diligentemente, incumplir con las órdenes de la Junta de Personal de la Rama Judicial y no mantener
informada directamente a su clienta, lo cual culminó en la desestimación con perjuicio de dos querellas y
la imposiblidad de solicitar revisión judicial en las restantes, las cuales también resultaron adversas a la
cliente. In re Castellón, 185 D.P.R. 982, 2012 PR Sup. LEXIS 101 (P.R. 2012).
En un caso de conducta profesional, un licenciado no podía ser sancionado por violaciones al Código de
Ética Profesional que no fueron imputadas en la querella. Cuando el Comisionado Especial
determinó que no existía prueba clara, robusta y convincente de que el licenciado hubiera
violado este canon, no procedía sancionarlo mediante el mismo procedimiento
disciplinario por una violación del Canon 20 que no fue imputada en la querella. In re
Charraire, 186 D.P.R. 1019, 2012 PR Sup. LEXIS 153 (P.R. 2012).
Un abogado que rinde servicios profesionales ante organismos administrativos debe observar los
mismos principios de ética profesional que exige su comportamiento ante los tribunales. Una
licenciada infringió este canon al no desplegar su más profundo saber y habilidad en
la tramitación de un caso ante la Comisión Apelativa de Servicio Público. In re
Custodio, 187 D.P.R. 529, 2012 PR Sup. LEXIS 187 (P.R. 2012).
La presentación tardía de un recurso ante un foro apelativo que conllevó su desestimación se configuró
como una violación ética del licenciado bajo este canon y el Canon 38. El Tribunal Supremo
censuró enérgicamente al licenciado. In re Luna, 187 D.P.R. 584, 2012 PR Sup. LEXIS 191 (P.R. 2012).
En un caso de conducta profesional, un licenciado no podía ser sancionado por violaciones al Código de
Ética Profesional que no fueron imputadas en la querella. Cuando el Comisionado Especial
determinó que no existía prueba clara, robusta y convincente de que el licenciado hubiera
violado este canon, no procedía sancionarlo mediante el mismo procedimiento
disciplinario por una violación del Canon 20 que no fue imputada en la querella. In re
Charraire, 186 D.P.R. 1019, 2012 PR Sup. LEXIS 153 (P.R. 2012).
Un abogado que rinde servicios profesionales ante organismos administrativos debe observar los
mismos principios de ética profesional que exige su comportamiento ante los tribunales. Una
licenciada infringió este canon al no desplegar su más profundo saber y habilidad en
la tramitación de un caso ante la Comisión Apelativa de Servicio Público. In re
Custodio, 187 D.P.R. 529, 2012 PR Sup. LEXIS 187 (P.R. 2012).
La presentación tardía de un recurso ante un foro apelativo que conllevó su desestimación se configuró
como una violación ética del licenciado bajo este canon y el Canon 38. El Tribunal Supremo
censuró enérgicamente al licenciado. In re Luna, 187 D.P.R. 584, 2012 PR Sup. LEXIS 191 (P.R. 2012).
Un licenciado que ignoró una orden judicial al presentar un proyecto de sentencia hasta casi 3 años
infringió este canon. La displicencia del licenciado tuvo la consecuencia de dejarlo desprovisto de una
representación diligente que defendiera cabalmente sus intereses. Con tal conducta infringió este canon
por no defender los intereses de su cliente con la debida diligencia. Se amonestó al licenciado por su
conducta. In re Rosa, 183 D.P.R. 759, 2011 PR Sup. LEXIS 205 (P.R. 2011).
La abogada violó este canon por no ocuparse que los emplazamientos fueron actualmente tramitados,
por cual razón el caso fue desestimado con perjuicio. In re Dayra Amill Acosta, 181 D.P.R. 934, 2011 PR
Sup. LEXIS 84 (P.R. 2011).
El abogado violó los Cánones 12, 18 y 19 de este apéndice a no comparecer a la varias vistas ante el
tribunal, no cumplir con los requerimientos para contestar el descubrimiento de prueba, y no notificar su
cliente sobre los señalamientos del caso. In re Plaud González, 181 D.P.R. 874 (2011).
El abogado violó los Cánones 9, 17, 18 y 26 de este apéndice cuando hizo alegaciones falsas en
beneficio de su cliente en una petición de habeas corpus que su cliente era el padre biológico de la
menor y que había sido despojado ilegalmente de la custodia del menor a través de una orden de
protección. In re Benjamín Guzmán Guzmán, 181 D.P.R. 495, 2011 PR Sup. LEXIS 44 (P.R. 2011).
El abogado violó los Cánones 18 y 26 de este apéndice cuando, ayudando otro abogado en la
preparación de una apelación, firmó y presentó la apelación fuera del término, que causó la
desestimación de la apelación por falta de jurisdicción; aunque el abogado no recibió honorarios ni
mantuvo una relación abogado cliente antes de la apelación, una vez que firmó el escrito de apelación se
convirtió en su cliente y desde ese momento debía descargar responsable y diligentemente su gestión.
profesional In re Nieves, 181 D.P.R. 49, 2011 PR Sup. LEXIS 81 (P.R. 2011).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 19, 35 y 38 de este apéndice por no contestar la moción de
desestimación, no comparecer a la vista de conferencia con antelación al juicio, contestar el
descubrimiento de prueba fuera del término establecido, no informar al cliente de la desestimación del
caso hasta mucho tiempo después, y no ser honesto en decir la verdadera razón por la cual se
desestimó el caso. In re Nieves, 181 D.P.R. 25, 2011 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2011).
Al no desplegar la diligencia y responsabilidad necesaria en el trámite de un caso, específicamente en
cuanto al diligenciamiento de los emplazamientos, la solicitud tardía y fuera de término de unos nuevos
emplazamientos que ocasionó la eliminación de los demandados en el caso, el incumplimiento con las
órdenes del foro primario, y la tardanza en cumplir con las órdenes emitidas en el caso, fueron pruebas
que la conducta del abogado violó este canon. In re Ramos, 178 D.P.R. 651, 2010 PR Sup. LEXIS 49
(P.R. 2010).
Aunque un cliente residió en múltiples lugares y nunca informó los cambios de dirección y teléfono, el
Tribunal Supremo censuró al licenciado por no realizar los esfuerzos necesarios para informar a su
cliente de la sentencia dictada por el foro ni de la orden emitida para ejecutar la sentencia, en violación
del Canon 19 de este apéndice, cual es independiente al deber de diligencia impuesto por este canon. In
re Castro Colón, 177 D.P.R. 333 (2009).
Un abogado incurrió en conducta violatoria de los Cánones de Etica Profesional, porque el abogado
proveyó al tribunal de instancia información falsa, y no cumplió con sus deberes ante el foro de instancia,
e incompareció ante el foro de instancia. In re Torres, 176 D.P.R. 545, 2009 PR Sup. LEXIS 147 (P.R.
2009).
Un abogado infringió los Cánones 18 y 19 de este apéndice porque permitió que el término de una
apelación prescribiera sin informar a su cliente. In re Lozada, 176 D.P.R. 215, 2009 PR Sup. LEXIS 105
(P.R. 2009).
Un abogado incurrió en violaciones a los Cánones 12 y 18 de este apéndice, por no haber incluido en
una demanda por un pagaré extraviado una parte indispensable; la prueba demostró una falta de
diligencia y cuidado. In re Lcdo, 176 D.P.R. 201, 2009 PR Sup. LEXIS 102 (P.R. 2009).
Un abogado fue sancionado porque aceptó la representación a dos clientes, pero no les representó
diligentemente; no reembolsó los honorarios inmediatamente y abandonó la representación legal de sus
clientes. In re Lugo, 175 D.P.R. 1023, 2009 PR Sup. LEXIS 85 (P.R. 2009).
Al asumir la representación de un adquiriente de un auto, un bien en el divorcio del cliente del abogado,
no existía prueba de una actuación descuidada por parte del abogado, aunque al aceptar la
representación legal, el abogado no actuó con prudencia. In re Lugo, 175 D.P.R. 854, 2009 PR Sup.
LEXIS 86 (P.R. 2009).
El violó a este canon al involucrarse en los negocios del cliente utilizando el dinero del cliente en forma
contraria a lo acordado y obteniendo un beneficio personal. In re Betancourt, 175 D.P.R. 827, 2009 PR
Sup. LEXIS 56 (P.R. 2009).
En una vista disciplinaria, no existía prueba clara, robusta, y convincente de que el abogado hubiese
faltado a los deberes de lealtad, sinceridad y honradez: el abogado tuvo el derecho a confrontar y
contrainterrogar a su cliente, el querellante, pero éste no demostró interés alguno en el proceso, ni
compareció a ofrecer su testimonio. In re Aguirre, 175 D.P.R. 433, 2009 PR Sup. LEXIS 16 (P.R. 2009).
Un abogado no violó el Canon 18 de este apéndice aunque fue un error del abogado al no entrevistar a
quien se convirtió en su cliente antes de radicar la demanda y depender exclusivamente de los datos
provistos por otro abogado. In re Ríos, 175 D.P.R. 57, 2008 PR Sup. LEXIS 182 (P.R. 2008).
Un notario violó el Canon 18 de este apéndice porque autorizó un testimonio de autenticidad en un
contrato de compraventa en contravención de la sec. 2091 del Título 4. In re Medina, 175 D.P.R. 43,
2008 PR Sup. LEXIS 218 (P.R. 2008).
Un abogado, quien abandonó un caso ante el tribunal federal, violó al Canon 18 de este apéndice
porque no defendió diligentemente los derechos de sus clientes. In re Muñoz, 174 D.P.R. 907, 2008 PR
Sup. LEXIS 177 (P.R. 2008).
Un abogado no cumplió con el Canon 18 de este apéndice por no haberse cumplido con el
diligenciamiento de los emplazamientos de un caso dentro del término correspondiente ni solicitó una
prórroga. In re Fuentes, 174 D.P.R. 863, 2008 PR Sup. LEXIS 187 (P.R. 2008).
Un abogado no merecía ser reinstalado al ejercicio de la abogacía por su reiterado incumplimiento con
las órdenes de los tribunales, su clara dejadez y menosprecio en la tramitación de los casos que le han
sido encomendados, y su incumplimiento con las órdenes durante el procedimiento de acción
disciplinaria. In re Velázquez, 174 D.P.R. 433, 2008 PR Sup. LEXIS 144 (P.R. 2008).
Un abogado fue disciplinado porque al otorgar una escritura de compraventa sin asegurarse que el
vendedor tenía título a la propiedad, el abogado actuó en contravención a este canon, y la ley notarial. In
re Díaz, 174 D.P.R. 99, 2008 PR Sup. LEXIS 143 (P.R.), modified, 174 D.P.R. 790, 2008 PR Sup. LEXIS
198 (P.R. 2008).
Las actuaciones y omisiones de una abogada al representar una cliente constituyeron una violación a
los Cánones de Etica Profesional porque todo abogado debe saber que si carece de los conocimientos
necesarios para llevar a cabo una gestión legal de forma capaz, no se puede asumir esa encomienda. In
re Del Carmen Mulero Fernández, 174 D.P.R. 18, 2008 PR Sup. LEXIS 118 (P.R. 2008).
Un abogado violentó a este canon porque hizo caso omiso, por meses, de las órdenes del foro de
instancia y desatendió completamente el trámite del caso, resultando en que su cliente perdió sus
derechos de reclamación. In re De León Rodríguez, 173 D.P.R. 80, 2008 PR Sup. LEXIS 60 (P.R. 2008).
El abogado fue disciplinado porque violó a los Cánones de Etica Profesional por no comparecer a una
vista citada y al no presentar una moción a tiempo. In re León Malavé, 172 D.P.R. 1036 (2008).
Un abogado violó a este canon por haber aceptado la representación de un cliente durante una etapa
procesal cuando no pudo hacer nada mas que presentar una moción en relevo a una sentencia sumaria
dictada por un foro de instancia. In re Rivera, 172 D.P.R. 703, 2007 PR Sup. LEXIS 229 (P.R. Super. Ct.
2007).
El abogado violentó a este canon porque compareció a una reunión de la junta de directores de una
corporación, en representación de la parte adversa, en ausencia de los abogados de la corporación. In
re Amundaray Rodríguez, 172 D.P.R. 60 (2007).
Un abogado violó este canon cuando se comprometió con su cliente a solicitar la revisión de la
sentencia dictada en el pleito de liquidación de bienes gananciales y no lo hizo y no le informó a su
cliente del status procesal del caso. In re Morera, 172 D.P.R. 49, 2007 PR Sup. LEXIS 150 (P.R. 2007).
En un caso de cobro de dinero y daños y perjuicios, el abogado violó a este canon porque no se
comunicó, ni mantuvo informado a sus clientes desde el día en que fue contratado; además, no defendió
los intereses de sus clientes al haber solicitado un embargo de un camión a sabiendas de que existía la
posibilidad que el bien perteneciera a un tercero. In re Colón Ortiz, 171 D.P.R. 855 (2007).
La omisión de un notario al no indagar, advertir y orientar a los otorgantes de un contrato sobre la
necesidad de una autorización judicial para poder efectuar la enajenación de un inmueble constituye una
falta al deber de competencia que establecen los Cánones 18 y 35. In re Lcdo, 171 D.P.R. 781, 2007 PR
Sup. LEXIS 128 (P.R. 2007).
Una abogada violentó a este canon por su desatención al caso de su cliente, el cual fue desestimado
por inactividad por el Tribunal de Primera Instancia, y también no lo había le contestaba sus llamadas
telefónicas. In re Del Pujol Thompson, 171 D.P.R. 683, 2007 PR Sup. LEXIS 125 (P.R. 2007).
La abogada faltó en su deber de diligencia de la tramitación de la apelación al incumplir con las órdenes
del foro apelativo intermedio que causó demoras irrazonables en el trámite de la apelación de su cliente
quien había sido encontrado culpable de un delito y se encontraba confinado en ese momento. In re
Mourino Fecha, 170 D.P.R. 968 (2007).
Un abogado admitió su culpabilidad e infringió los cánones de ética profesional porque fue negligente en
la tramitación de un pleito de sus clientes: (1) no realizó ninguna gestión ulterior a la radicación de la
demanda y el diligenciamiento de los emplazamientos; (2) se ausentó de las vistas; (3) no contestó las
órdenes del tribunal y; (4) no informó a los clientes de la desestimación de su caso. In re Lopez, 170
D.P.R. 793, 2007 PR Sup. LEXIS 81 (P.R. 2007).
El abogado violó este canon por: (1) no investigar adecuadamente los méritos del caso antes de radicar
una demanda; (2) no diligenciar en una forma adecuada los emplazamientos; (3) no replicar a dos
mociones de desestimación; (4) no mantener a su cliente debidamente informado; y (5) renunciar a la
representación profesional del cliente sin pedirle permiso. In re Ayffán, 170 D.P.R. 126, 2007 PR Sup.
LEXIS 12 (P.R. 2007).
Un abogado infringió a los Cánones 18, 19 y 20 de Etica Profesional al no comunicarse con sus clientes
y no entregar el expediente del caso a su cliente cuando se lo exigió. In re López, 169 D.P.R. 763, 2006
PR Sup. LEXIS 184 (P.R. 2006).
La actuación de un abogado no fue diligente, ni adecuada, ni responsable porque la demanda de daños
y perjuicios presentada por él en representación de una cliente fue finalmente desestimada a causa de
su falta de diligencia, que consistía en errores crasos, al no atender al trámite procesal del caso, no
contestar planteamientos fundamentales y permitir que el caso fuera desestimado sin realizar esfuerzo
alguno. In re Pérez, 169 D.P.R. 91, 2006 PR Sup. LEXIS 170 (P.R.), modified, 169 D.P.R. 309, 2006 PR
Sup. LEXIS 165 (P.R. 2006).
El notario actuó en contravención al deber de sinceridad y honradez cuando autorizó a una escritura de
segunda hipoteca sobre una propiedad que pertenecía al deudor hipotecario, dio fe de haberse
autorizado el pagaré en una fecha, cuando, en realidad, se lo autorizó tres días antes, y no admitió sus
errores hasta que la Directora de la Oficina de Inspección de Notarias le enfrentó con unas interrogantes.
In re Sánchez, 168 D.P.R. 173, 2006 PR Sup. LEXIS 105 (P.R. 2006).
Al autorizar un pagaré falso, la notaria actuó con el propósito de defraudar al acreedor de su cliente, y
actuó en contravención a este canon. In re De Ruiz, 167 D.P.R. 661, 2006 PR Sup. LEXIS 68 (P.R.
2006).
Aunque el Tribunal decidió que su intervención sería a destiempo en un caso contra un licenciado sobre
incumplimiento de contrato y daños y perjuicios, el Tribunal entendió procedente amonestar al licenciado
por incumplir con los deberes éticos en revisar una escritura de compraventa de este canon. In re La
Fontaine, 167 D.P.R. 111, 2006 PR Sup. LEXIS 18 (P.R. 2006).
Al dar fe en un testimonio para apoyar una compraventa de dos lotes, cuando se constaba al notario que
existían embargos sobre los lotes, el notario violó la ley notarial, este canon y el Canon 35 de este
apéndice. In re Fragosa, 166 D.P.R. 567, 2005 PR Sup. LEXIS 203 (P.R. 2005).
El ejercicio de la práctica de la profesión de abogado requiere en todo momento celo, cuidado, y
prudencia; aunque no fuera la intención de un abogado de engañar al tribunal apelativo cuando se
incluyó un apéndice distinto que no fue presentado al foro de instancia, este acto fue negligente e
incompetente. In re Román, 165 D.P.R. 801, 2005 PR Sup. LEXIS 144 (P.R. 2005).
La abogada violó las disposiciones de este canon a no comparecer a la reunión de acreedores, no
radicar un informe sobre los activos y pasivos de la corporación, y no contestar una moción de
desestimación; no obstante el hecho de que el cliente no estaba cooperando, si la abogada entendía que
era imposible continuar con el caso por esa falta de cooperación, el curso de acción a seguir era la
renuncia de la representación. In re Querella, 162 D.P.R. 80, 2004 PR Sup. LEXIS 82 (P.R. 2004).
La conducta de los abogados al no comparecer a las vistas citadas porque estaban en huelga es
irrespetuosa hacia el tribunal de instancia; el derecho a la huelga no puede interferir con las obligaciones
profesionales de un abogado. In re Roldos Matos, 161 D.P.R. 373 (P.R. 2004).
El cliente contrató los servicios del abogado, quien no hizo ninguna gestión relacionada al caso, y el
caso fue desestimado por el Tribunal de Primera Instancia; pues las acciones del abogado violaron esta
canon. In re Martinez Miranda, 160 D.P.R. 263 (P.R. 2003), rev'd, In re Miranda, 162 D.P.R. 744, 2004 PR
Sup. LEXIS 129 (P.R. 2004).
El abogado violó este canon y el Canon 19, Ap. IX, de este título con sus actuaciones negligentes,
cuando permitió que se eliminaran las alegaciones de su representada; aunque ya indemnizó a la cliente
de los daños sufridos, fue después de que aquella tuviera que recurrir a una acción judicial. In re Freyre,
159 D.P.R. 697, 2003 PR Sup. LEXIS 137 (P.R. 2003).
Procede la devolución de honorarios al cliente y la amonestación a una abogada quien no informó al
cliente del status de su caso, ni quien realizó gestión alguna respecto al caso. In re Queja, 159 D.P.R.
284, 2003 PR Sup. LEXIS 62 (P.R. 2003).
Unos abogados incumplen con su deber de diligencia al no presentar el informe pericial; no informarle
prontamente al tribunal y a las partes con respecto a los problemas confrontados con el perito; no
comparecer a los señalamientos del tribunal, y no contestar los interrogatorios. In re Héctor Collazo
Maldonado Y Nelson Rivera Cabrera Queja, 159 D.P.R. 141, 2003 PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 2003).
Una abogada incumple con los deberes de este canon a no orientarse ni orientar a los otorgantes sobre
las consecuencias de no tener en escritura pública una cesión de derechos hereditarios. In re González
Vélez, 156 D.P.R. 580 (2002).
Un abogado falta en sus deberes notariales cuando no se comunica con su cliente a informarla de los
problemas con una escritura y esta falta de comunicación resulta en gastos adicionales para la cliente. In
re Cardona Ubinas, 156 D.P.R. 340 (2002).
Un abogado viola este canon al pretender cobrar honorarios contingentes sobre la cuantía recibida por
su cliente por concepto de los beneficios de una póliza de seguros que no forma parte del caudal relicto y
fue recibida antes de contratar los servicios de abogados. In re Cordobés, 155 D.P.R. 284, 2001 PR Sup.
LEXIS 138 (P.R. 2001).
La incomparecencia del abogado a los señalamientos de vista ante el tribunal de instancia, su
incumplimiento con las órdenes emitidas por dicho tribunal y por el Tribunal Supremo, y su falta de
diligencia en la tramitación del caso, constituyen un patrón de conducta irresponsable en violación de
este canon. In re Díaz, 154 D.P.R. 70, 2001 PR Sup. LEXIS 65 (P.R. 2001).
Un abogado viola este canon al no comparecer a las conferencias sobre el estado de los procedimientos
del caso y al no contestar las órdenes y requerimientos de la junta involucrada. In re Luís Américo Aguila
López, 152 D.P.R. 49, 2000 PR Sup. LEXIS 133 (P.R. 2000).
Un abogado no viola este canon por el hecho de no levantar la defensa de falta de jurisdicción sobre la
persona, pudiendo ser una estrategia o táctica de litigación. In re Lcdo, 152 D.P.R. 298, 2000 PR Sup.
LEXIS 167 (P.R. 2000).
El deber de desempeñarse en forma capaz y diligente no significa que un abogado pueda realizar
cualquier acto que le sea conveniente con el propósito de salir triunfante en la causa del cliente, por lo
cual la misión del abogado no le permite que en defensa de un cliente viole las leyes del país o cometa
algún engaño. In re Libertad Díaz Ortiz, 150 D.P.R. 418, 2000 PR Sup. LEXIS 51 (P.R. 2000).
Incurre en violación a este canon un abogado que no realiza un estudio de título independiente antes del
otorgamiento de unas escrituras y descansa en un viejo estudio de título suministrado por unas de los
otorgantes y donde se ocultaba la existencia de un gravamen hipotecario de más de $15,000.00 hecho
por dicho cliente. In re Díaz, 149 D.P.R. 756, 1999 PR Sup. LEXIS 191 (P.R. 1999).
Un abogado que acepta un caso y luego no demuestra la competencia y diligencia que exige el ejercicio
de la abogacía y no mantiene al cliente informado de los desarrollos del caso, incurre en violación seria
de ética profesional. In re Rivera, 148 D.P.R. 354, 1999 PR Sup. LEXIS 87 (P.R. 1999).
Al determinar la sanción disciplinaria que ha de imponerse a un abogado que ha incurrido en conducta
impropia, se consideran el previo historial del abogado, si se trata de una primera falta o de una conducta
aislada y si el abogado goza de buena reputación en la comunidad. In re Rivera, 148 D.P.R. 354, 1999
PR Sup. LEXIS 87 (P.R. 1999).
Aún cuando un abogado actúe con dejadez y negligencia al representar los intereses de su cliente y se
consideren como atenuantes el haber resarcido económicamente al cliente y el ser la primera queja en
su contra desde que fue admitido al ejercicio de la profesión, podrá ser suspendido del ejercicio de la
profesión por el período de tiempo que el tribunal determine. In re Rivera, 148 D.P.R. 354, 1999 PR Sup.
LEXIS 87 (P.R. 1999).
Irrespectivamente de cuánto le debía su cliente por concepto de honorarios de abogado, el abogado
querellado viene obligado a pagar la sanción impuesta por el tribunal, máxime cuando, al enterarse de
ello, el cliente le había entregado un cheque por la cantidad exacta de la misma. In re Figarella, 146
D.P.R. 541, 1998 PR Sup. LEXIS 3 (P.R. 1998).
Incumple con este canon un abogado que no comparece en representación de su cliente a una vista y
sin haber justificado su ausencia ante el foro de instancia, lo cual tuvo como consecuencia que el tribunal
le impusiera solidariamente a él y a su cliente una sanción de $1,560 y, al no haber pagado dicha
sanción a pesar de que su cliente le entregó un cheque por la cantidad exacta de ésta con el propósito
de que fuese pagada y a pesar de que de la resolución en la cual se impuso dicha sanción, surgía
claramente que la obligación de pagarla era solidaria entre el abogado y su cliente. In re Figarella, 146
D.P.R. 541, 1998 PR Sup. LEXIS 3 (P.R. 1998).
Los abogados vienen obligados a hacer todas las gestiones necesarias para cumplir con los
señalamientos, evitar dilaciones indebidas en los trámites y solución de casos y desplegar su habilidad y
capacidad en forma responsable para beneficio de su cliente como del tribunal. In re Figarella, 146
D.P.R. 541, 1998 PR Sup. LEXIS 3 (P.R. 1998).
Los Cánones 5, 18 y 35 de Etica Profesional prescriben y enfatizan la necesidad de que las
aportaciones de los abogados al quehacer jurídico estén enmarcadas dentro de lo que se espera de esta
insigne profesión. In re Soto, 146 D.P.R. 55, 1998 PR Sup. LEXIS 2 (P.R. 1998).
Incurre en grave falta y violación de este canon el abogado que retiene una suma adelantada por el
cliente en concepto de honorarios sin realizar la gestión a la cual se comprometió. In re Osorio Díaz, 146
D.P.R. 39 (1998).
La actuación del abogado en este caso se caracterizó por ser una de descuido y negligencia en el
cumplimiento de sus obligaciones como abogado, en perjuicio de los mejores intereses de su cliente al
permitir que, por su falta de diligencia, se desestimara la acción de su cliente, desobedeció varias
órdenes del tribunal de instancia sin justificación alguna y tampoco mantuvo informado a su representado
de las incidencias de su caso ni de la notificación de la desestimación de la acción. In re Velázquez, 145
D.P.R. 308, 1998 PR Sup. LEXIS 165 (P.R. 1998).
Los abogados que en el ejercicio de sus funciones actúan con desidia, despreocupación, inacción o
displicencia, no mantienen al cliente informado del desarrollo del caso y permiten que la acción de éste
sea desestimada por no desplegar toda su habilidad y capacidad en beneficio de su representado,
incurren en una seria violación de ética profesional que podría conllevar la suspensión del ejercicio de la
abogacía. In re Velázquez, 145 D.P.R. 308, 1998 PR Sup. LEXIS 165 (P.R. 1998).
Como parte de impartir justicia los abogados tienen la encomienda de desempeñar su ministerio con la
mayor competencia, responsabilidad e integridad; asegurarse que sus actuaciones fomenten la justa,
rápida y económica solución de las controversias, y obligarse a atender los intereses de su cliente,
desplegando la mayor diligencia y cuidado en los asuntos que éste le ha encomendado. In re Velázquez,
145 D.P.R. 308, 1998 PR Sup. LEXIS 165 (P.R. 1998).
Un abogado que acepta un caso y luego no demuestra la competencia y diligencia que exige el ejercicio
de la abogacía y no mantiene al cliente informado de los desarrollos del caso, incurre en violación seria
de la ética profesional. In re Verdejo Roque, 145 D.P.R. 83 (1998).
El resarcimiento por el abogado a su cliente puede ser un atenuante, pero no precluye el ejercicio de la
jurisdicción disciplinaria del tribunal. In re Verdejo Roque, 145 D.P.R. 83 (1998).
Un letrado jamás debe dejar de cumplir con la norma básica que establece que en el ejercicio de la
práctica de la profesión de abogado se requiere de éste en todo momento: celo, cuidado y prudencia. In
re Lic. Antonio Filardi Guzmán, 144 D.P.R. 710, 1998 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 1998).
No puede un abogado poner en funcionamiento el sistema de la administración de la justicia cuando
sabe que al así hacerlo y en aras de adelantar sus propios intereses falta a la verdad. In re Lic. Antonio
Filardi Guzmán, 144 D.P.R. 710, 1998 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 1998).
Procede la suspensión indefinida de un abogado quien en dos ocasiones distintas, mediante
procedimientos ex partede declaratorias de herederos, recurrió a los tribunales solicitando que su madre
fuera declarada única y universal heredera de dos causantes distintas cuando sabía de la existencia de
otros coherederos. In re Lic. Antonio Filardi Guzmán, 144 D.P.R. 710, 1998 PR Sup. LEXIS 74 (P.R.
1998).
La reiterada conducta en que el abogado es encontrado incurso en, y se declara culpable de delito
menos grave en conexión con el ejercicio de la profesión por violación a los Cánones de Etica
Profesional, constituye causa para sanción disciplinaria bajo este Canon. In re Velázquez, 144 D.P.R. 84,
1997 PR Sup. LEXIS 496 (P.R. 1997).
Constituye una violación tanto al criterio general de los deberes del abogado como al Canon 18 de Etica
Profesional la falta de notificación al tribunal sobre un acuerdo de resolución en el foro administrativo de
una controversia pendiente a apelación ante el tribunal, ya que no sólo se incumplió con el deber de
proveer al tribunal información necesaria para la resolución del caso, sino que no presentó información
que hubiera ayudado a que se resolviera el caso a favor de su cliente o que se reconsiderara la decisión
en contra de éste. In re Matos, 143 D.P.R. 641, 1997 PR Sup. LEXIS 530 (P.R. 1997).
Al determinar la sanción disciplinaria a imponer a un abogado que ha incurrido en conducta impropia, el
tribunal toma en consideración como atenuantes la buena reputación del abogado en la comunidad si se
trata de una primera falta y si ninguna parte ha resultado perjudicada. In re Cardona, 143 D.P.R. 50, 1997
PR Sup. LEXIS 390 (P.R. 1997).
Cuando un abogado viola los Cánones de Etica 18, 19 y 35 por tener a sus clientes ajenos a todo lo que
acontece en su caso, e incluso evade todo tipo de comunicación con ellos, al punto que ni siquiera sus
clientes saben que su caso ha sido archivado, y sabiendo dicho abogado que tenía el deber de
asesorarles acerca del derecho de apelación que les cobijaba, y con su actitud no sólo provocó que el
caso fuera desestimado sino también les negó a sus clientes la oportunidad de apelar de dicha
determinación, y les miente repetidas veces tanto al tribunal como a sus clientes, está el tribunal en
derecho de suspenderlo de la profesión de la abogacía hasta que el tribunal disponga otra cosa. In re
Classen, 142 D.P.R. 611, 1997 PR Sup. LEXIS 343 (P.R. 1997).
Un notario incurre en conducta impropia en su gestión notarial al utilizar como testigos instrumentales a
parientes del otorgante de una escritura, causando así la nulidad de esa escritura como instrumento
público. In re Ramírez, 142 D.P.R. 329, 1997 PR Sup. LEXIS 482 (P.R. 1997).
Un notario que procede a expedir copia certificada motu proprio de un documento notarial, y que
expresa falsamente que lo hace a solicitud de una parte viola no tan sólo lo impuesto en 3 L.P.R.A. 2065,
sino también el deber de actuar con honradez y sinceridad en todo momento. In re Ramírez, 142 D.P.R.
329, 1997 PR Sup. LEXIS 482 (P.R. 1997).
La desobediencia a las órdenes del tribunal, reflejando la clara intención de inducir a error, tanto como el
intento de alterar la eficiente tramitación de casos y la buena marcha de la justicia, conllevan la
suspensión temporera del ejercicio de la abogacía. In re Hernández, 141 D.P.R. 113, 1996 PR Sup.
LEXIS 280 (P.R. 1996).
Procede la suspensión del ejercicio de la abogacía de un abogado que demuestre una extrema
indiferencia a este canon y al Canon 19 de este apéndice. In re Santiago, 131 D.P.R. 676, 1992 PR Sup.
LEXIS 285 (P.R. 1992).
Aunque la ley no impone al notario autorizante el deber de presentar para su inscripción las escrituras
que ante él se otorguen, cuando el notario se obliga a hacer la diligencia y recibe la cuantía
correspondiente a los aranceles registrales tiene el deber de actuar diligentemente y conforme a este
canon. In re Martínez, 131 D.P.R. 481, 1992 PR Sup. LEXIS 269 (P.R. 1992).
Un abogado que acepta una encomienda apelativa sin tener los conocimientos procesales y sustantivos
necesarios para realizarla responsablemente y sin la preparación y dedicación que usualmente requieren
los recursos apelativos, refleja falta de diligencia y de conocimiento. In re Valentín, 124 D.P.R. 403, 1989
PR Sup. LEXIS 139 (P.R. 1989).
Todo miembro de la profesión legal tiene el deber de defender los intereses del cliente diligentemente
con un trato profesional caracterizado por la mayor capacidad, la más devota lealtad y la más completa
honradez. Su gestión profesional debe llevarse a cabo aplicando en cada caso sus conocimientos,
experiencia y habilidad, desempeñándose de una forma adecuada y responsable, capaz y efectiva. In re
Mariano Acosta Grubb, 119 D.P.R. 595, 1987 PR Sup. LEXIS 182 (P.R. 1987).
Cuando un tribunal determina que una situación creada por un abogado amerita la imposición de
sanciones, éstas se deben imponer al abogado, como primera alternativa, antes de privar a la parte de
su día en corte. Esta norma descansa en el fundamento de que, de ordinario, la parte que ejercita su
derecho en corte no está informada de los trámites rutinarios. Mundo v. Hosp. San Miguel, 117 D.P.R.
807, 1986 PR Sup. LEXIS 167 (P.R. 1986).
Cuando una parte está informada de la falta de diligencia en el trámite de su caso y ha sido apercibida
de la sanción que acarrearía su falta de cumplimiento con el trámite de su caso u órdenes del tribunal, no
es de aplicación la norma de que la sanción debe imponerse al abogado y no a la parte como primera
alternativa. Mundo v. Hosp. San Miguel, 117 D.P.R. 807, 1986 PR Sup. LEXIS 167 (P.R. 1986).
El abogado que acepta un caso y no demuestra la competencia y diligencia que exige el ejercicio de la
abogacía y que no mantiene al cliente informado de todo asunto importante que surja en el desarrollo del
caso, incurre en violación a este canon y al Canon 19 de este apéndice. In re Rosario, 116 D.P.R. 462,
1985 PR Sup. LEXIS 102 (P.R. 1985).
No es excusa que justifique la falta de diligencia de un abogado en la tramitación de un caso, el hecho
de que no haya recibido la compensación acordada por los gastos incurridos. In re Rosario, 116 D.P.R.
462, 1985 PR Sup. LEXIS 102 (P.R. 1985).
El deber de lealtad del abogado a la justicia y la verdad no es menor que el debido a su cliente. Pagan
v. Universidad De P.R., 116 D.P.R. 88, 1985 PR Sup. LEXIS 47 (P.R. 1985).
En causas de demandados múltiples, los abogados deben ser extremadamente cuidadosos y
específicos en cuanto al lenguaje de las posiciones adoptadas por sus respectivos representados y sus
admisiones o defensas, particularmente en cuanto a hechos esenciales. Pagan v. Universidad De P.R.,
116 D.P.R. 88, 1985 PR Sup. LEXIS 47 (P.R. 1985).
Incumple con sus deberes para con los clientes el abogado que luego de aceptar representar a un
cliente para la presentación de una demanda y tras recibir dinero como honorarios iniciales, no hace
gestión profesional alguna a favor del cliente. Tal conducta, que anteriormente había sido motivo de
censura por el Tribunal Supremo, unida al incumplimiento del abogado a su compromiso de compensar
al cliente por los daños que le causó su negligencia, conlleva la suspensión indefinida del ejercicio de la
abogacía. In re Lic. Samuel Pagan Ayala, 115 D.P.R. 431, 1984 PR Sup. LEXIS 121 (P.R. 1984).
El abogado tiene, para con su cliente, un deber de diligencia que se conoce como el principio de
diligencia, cuya violación conlleva que incurra en responsabilidad civil por negligencia. Prieto v. Lic.
Wilfredo A. Geigel, 115 D.P.R. 232, 1984 PR Sup. LEXIS 82 (P.R. 1984).
En ausencia de convenio, un abogado no está obligado para con su cliente de apelar cualquier fallo o
sentencia en su contra; sin embargo, ello no debe confundirse con la responsabilidad que tiene el
abogado de salvaguardar el derecho de apelar, cuyo incumplimiento conlleva responsabilidad civil por
negligencia. Prieto v. Lic. Wilfredo A. Geigel, 115 D.P.R. 232, 1984 PR Sup. LEXIS 82 (P.R. 1984).
Incurre en grave falta y violación de este canon el abogado que retiene una suma adelantada por el
cliente en concepto de honorarios sin realizar la gestión a la cual se comprometió. In re Carmona, 114
D.P.R. 390, 1983 PR Sup. LEXIS 120 (P.R. 1983).
Por regla general y en ausencia de circunstancias que justifiquen lo contrario, todo litigante que escoge
libremente a un abogado para que lo represente en un litigio no puede evitar las consecuencias de los
actos y omisiones de tal agente y debe considerarse que ha tenido aviso de todos los hechos y actos que
le han sido notificados a su abogado. Maldonado v. Srio. de Rec. Naturales, 113 D.P.R. 494 (1982).
La indiferencia, desidia, despreocupación, inacción y displicencia de parte de un abogado como patrón
de conducta en relación con asuntos encomendados por algunos clientes, constituyen una violación de
este canon. In re Arana, 112 D.P.R. 838, 1982 PR Sup. LEXIS 170 (P.R. 1982).
Un abogado, en el ejercicio de su profesión, debe dar fiel cumplimiento a este canon. In re Lic. Luís
Enrique Vargas Soto, 108 D.P.R. 490, 1979 PR Sup. LEXIS 86 (P.R. 1979).
Incurre en conducta profesional impropia e inmoral que justifica su censura aquel abogado que,
ignorando una resolución del Tribunal Supremo en la que se fijaban las condiciones en que podría
disponerse la venta de un inmueble perteneciente a un incapacitado, procede a la venta de dicha
propiedad en contra de los mejores intereses de éste, no liberándolo de responsibilidad ética el hecho de
que no tuviera intención aviesa para el incapaz ni le causara perjuicio alguno, constituyendo un
atenuante a su conducta impropia el considerable esfuerzo profesional de dicho abogado para
cumplimentar, aun cuando a posteriori, la resolución del tribunal. In re Lic. Luís Enrique Vargas Soto, 108
D.P.R. 490, 1979 PR Sup. LEXIS 86 (P.R. 1979).
La relación de abogado y cliente—según exige el criterio general expresado en este apéndice relativo a
los deberes del abogado para con sus clientes—debe fundamentarse en la absoluta confianza entre
ambos y por tanto requiere un trato profesional caracterizado por la más devota lealtad y la más
completa honradez. In re Pedró Roldan Figueroa, 106 D.P.R. 4, 1977 PR Sup. LEXIS 2497 (P.R. 1977).
Es deber de un abogado el desplegar oportunamente las diligencias de rigor pertinentes para acreditar
durante el trámite apelativo de un caso y ante el acusado su determinación de que no es el abogado de
récord del acusado. In re Torres, 104 D.P.R. 758, 1976 PR Sup. LEXIS 2234 (P.R. 1976).
Un abogado jamás debe dejar de cumplir con la norma básica que establece que en el ejercicio de la
práctica de la profesión de abogado se debe ejercer en todo momento celo, cuidado y prudencia. In re
Torres, 104 D.P.R. 758, 1976 PR Sup. LEXIS 2234 (P.R. 1976).
Examinada la prueba en el caso de autos el Tribunal Supremo concluye que el querellado era el
abogado de récord del acusado, y que la conducta de dicho abogado denota una postulación descuidada
y desorganizada. In re Torres, 104 D.P.R. 758, 1976 PR Sup. LEXIS 2234 (P.R. 1976).
Un abogado está comprometido con sus clientes a desplegar el mayor celo, cuidado y diligencia en la
atención de los asuntos que se le han encomendado. Acevedo v. Compañía Telefónica de P.R., 102
D.P.R. 787 (1974).
Incumple un abogado su deber de proteger los intereses de su cliente—lo que constituye una violación
de este canon—y su conducta conlleva la reprobación y censura del Tribunal Supremo el tomar la
decisión de no asistir a un juicio de desahucio contra su cliente por estimarlo fútil. In re Coll, 101 D.P.R.
799, 1973 PR Sup. LEXIS 257 (P.R. 1973).
2. Empleados del abogado.
Una secretaria de un abogado aceptó el dinero y dijo a los clientes prospectivos que el abogado
aceptaría los casos; las representaciones de la secretaria crearon una situación anómala. El abogado no
violó el código de ética profesional; él actuó diligentemente e hizo todo en su poder para remediar los
daños sufridos por sus clientes. In re Nieves Rodríguez, 172 D.P.R. 130 (2007).
Incurre en violación a este canon un abogado que no realiza un estudio de título independiente antes del
otorgamiento de unas escrituras y descansa en un viejo estudio de título suministrado por unas de los
otorgantes y donde se ocultaba la existencia de un gravamen hipotecario de más de $15,000.00 hecho
por dicho cliente. In re Díaz, 149 D.P.R. 756, 1999 PR Sup. LEXIS 191 (P.R. 1999).
Es deber de un notario asegurarse que la gestión que delega a otra persona para tramitar una
inscripción de la hipoteca de una escritura de compraventa en el registro de la propiedad se haya
cumplido a cabalidad, y de no hacerlo, incurre en falta de diligencia para con sus clientes, causándoles
daño y violando así los deberes impuestos por el Canon 18 de Etica Profesional. In re Ramírez, 142
D.P.R. 329, 1997 PR Sup. LEXIS 482 (P.R. 1997).
No es la parte demandada en un pleito, sino su abogado, quien debe sufrir las consecuencias de la
conducta negligente injustificada de empleados de dicho letrado en el trámite de un procedimiento
judicial. Otros v. Ashford Travel, 104 D.P.R. 24, 1975 PR Sup. LEXIS 2221 (P.R. 1975).
Canon 19. Información al cliente
El abogado debe mantener a su cliente siempre informado de todo asunto importante que surja en el
desarrollo del caso que le ha sido encomendado.
Siempre que la controversia sea susceptible de un arreglo o transacción razonable debe aconsejar al
cliente el evitar o terminar el litigio, y es deber del abogado notificar a su cliente de cualquier oferta de
transacción hecha por la otra parte.
El abogado que representa varios clientes con intereses comunes o relacionados entre sí no debe
transigir ninguno de los casos envueltos sin que cada cliente esté enterado de dicha transacción y sus
posibles consecuencias.
ANOTACIONES
1. En general.
La abogada violó las disposiciones de la Ley Notarial y su reglamento y los Cánones 12, 18, 19, 35 y 38
del Código de Ético Profesional por consignar hechos falsos en una escritura de compraventa sobre el
conocimiento de los comparecientes y el precio pagado por el inmueble y por no mantener sus clientes
informados sobre el transcurso del caso. In re Cabrera, 201 D.P.R. 902, 2019 PR Sup. LEXIS 40 (P.R.
2019).
La licenciada quebrantó los Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 de Ética Profesional, al: (1) incumplir con las
órdenes emitidas por la CASP; (2) no atender las órdenes con prontitud y diligencia; (3) actuar de
manera incompetente en relación con los intereses de la quejosa, a quien representaba ante la CASP;
(4) no informar ni orientar a la quejosa de los asuntos importantes del caso; (5) renunciar a la
representación legal de la quejosa luego de que la CASP desestimara los casos con perjuicio. In re
Blanca Bonhomme Meléndez Ts-10,611, 2019 PR Sup. LEXIS 105 (P.R. 2019).
La licenciada transgredió los Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A.
Ap. IX, cuando la licenciada ignoró las órdenes del foro primario y el foro primario tuvo que recalendarizar
varias vistas, emitir órdenes para mostrar causa y tampoco se logró someter el informe con antelación al
juicio a tiempo debido a que la licenciada no lo firmó y su desidia y ausencias injustificadas provocaron el
retraso innecesario del caso del quejoso y el proceso disciplinario que se llevó en su contra. Ella fue
suspendido de la abogacía y la notaría por el término de tres meses porque se mostró sinceramente
arrepentida, este constituyó su primera falta, y ella resarció al querellante la sanción económica que le
impuso el foro primario. In re López, 197 D.P.R. 340, 2017 PR Sup. LEXIS 22 (P.R. 2017).
En la tercera ocasión en que el licenciado se encontró inmerso en un proceso disciplinario, el Tribunal
Supremo consideró que el licenciado reiteradamente demostró un deficiente desempeño profesional, al
no desplegar la debida diligencia y competencia ante las encomiendas de un cliente, desobedeció las
órdenes y requerimientos de foros judiciales, sin presentar justificación para ello, y no mantuvo una
comunicación efectiva con sus clientes, y aunque el licenciado aceptó su responsabilidad y se allanó a
los cargos contenidos en la querella, el Tribunal Supremo concluyó que el licenciado infringió los
Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y que la reincidencia
en su comportamiento antiético mereció una suspensión indefinida. In re Vega, 197 D.P.R. 829, 2017 PR
Sup. LEXIS 65 (P.R. 2017).
Licenciado fue suspendido del ejercicio de la notaría por un término de tres meses porque él infringió el
Art. 15(f) de la Ley Notarial, 4 L.P.R.A. § 2033, la fe pública registral, y Canon 18 y 19 del Código de Ética
Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, cuando autorizó una escritura pública para trasladar la titularidad de un
inmueble cuando ignoraba su estado registral. In re Grimaldi Maldonado Maldonado, 197 D.P.R. 802,
2017 PR Sup. LEXIS 68 (P.R. 2017).
Un licenciado infringió este canon cuando el licenciado no informó a su representado de la resolución
final que dictó el Tribunal de Primera Instancia respecto a una moción de reconsideración y no informó a
su representado que el Tribunal de Apelaciones había dictado una sentencia desestimatoria por falta de
jurisdicción. In re Díaz, 195 D.P.R. 623, 2016 PR Sup. LEXIS 109 (P.R. 2016).
Licenciada violó este canon y los Cánones 18 y 35 del Código de Ética Profesional al cometer
numerosas faltas notariales en torno a la otorgación de un contrato de compraventa, las cuales reflejaron
falta de diligencia, entre éstas - omitir advertencias legales, no exponer información sobre otorgantes e
información de ella como notaria autorizante, describir solares de forma incompleta e incongruente, y
omitir el tracto sucesivo de las cabidas. In re Del Collado Ruiz, 195 D.P.R. 705, 2016 PR Sup. LEXIS 155
(P.R. 2016).
Licenciado fue censurado enérgicamente por infringir este canon y el Canon 18 del Código de Ética
Profesional, al no dar seguimiento al caso de su cliente luego de enviar una carta de reclamación
extrajudicial a compañía de seguros y al no advertirle a su cliente cuándo vencía el término prescriptivo
de su acción luego de que la compañía de seguros le denegó la reclamación. In re López, 196 D.P.R.
199, 2016 PR Sup. LEXIS 175 (P.R. 2016).
Cuando el licenciado no presentó una moción de renuncia cuando se percató de que no podía atender el
caso diligentemente y su omisión conllevó la desestimación del mismo por el foro primario y el licenciado
no le notificó a su cliente que el caso había sido desestimado, dicha conducta violó este canon. Aunque
el licenciado también incurrió en violaciones a los Cánones 12, 18, 20 y 38 del Código de Ética
Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y esta no constituyó su primera falta, el Tribunal Supremo entendió
adecuado suspender el licenciado por un término de cuatro meses del ejercicio de la abogacía y la
notaría porque la representación legal coincidió con el deterioro de su salud y otros asuntos de índole
familia y el licenciado demostró su sincero arrepentimiento y reembolsó a la cliente los honorarios
pagados. In re López, 196 D.P.R. 479, 2016 PR Sup. LEXIS 211 (P.R. 2016).
Tribunal Supremo censuró enérgicamente al licenciado por infringir los Cánones 18 y 19 del Código de
Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, cuando infringió su deber de diligencia al no subsanar los defectos
señalados mediante las órdenes emitidas por el foro primario y al no mantener informada a su cliente
sobre la desestimación de la demanda. El Foro tomó como atenuantes a favor del licenciado el hecho
que durante su carrera profesional no había sido objeto de alguna medida disciplinaria, que el licenciado
aceptó los errores cometidos y el daño que sus omisiones le causaron a la quejosa, y que el licenciado
resarció a esta mediante una indemnización de $80,000 dólares. In re Juan Maldonado Torres Ts-6547,
196 D.P.R. 835, 2016 PR Sup. LEXIS 256 (P.R. 2016).
Tribunal Supremo censuró enérgicamente al licenciado porque su actuación negligente conllevó el
archivo del caso de su cliente y el licenciado incumplió su deber de mantener informada a su cliente de
los pormenores y la tramitación del caso. In re Cruz, 193 D.P.R. 224, 2015 PR Sup. LEXIS 71 (P.R.
2015).
Licenciado fue suspendido inmediatamente del ejercicio de la abogacía por el término de tres meses
porque violó este canon y los Cánones 12, 18, y 38 del Código de Ética Profesional cuando
reiteradamente éste hizo caso omiso a las órdenes dictadas por el Tribunal de Primera Instancia, éste no
fue competente ni diligente, y éste incumplió con su deber ineludible de mantener informados a sus
clientes sobre los asuntos importantes que surgieron en la tramitación del caso que se le encomendó. In
re José A. Miranda Daleccio, 193 D.P.R. 753, 2015 PR Sup. LEXIS 126 (P.R. 2015).
Cuando conducta impropia del licenciado fue contra la dignidad y honor de la profesión legal y el
licenciado infringió los Cánones 18, 19, 21, 23, 35 y 38, licenciado fue suspendido inmediatamente de la
práctica de la profesión legal por el término de un año. Aunque el licenciado gozó de una reputación
intachable y laboró activamente en su iglesia y esta constituyó la primera falta del licenciado, el
licenciado negó su responsabilidad y sostuvo hechos contradictorios, y con relación a la querella
presentada el licenciado presentó alegaciones inconsistentes desde el comienzo. In re Coreano, 190
D.P.R. 739, 2014 PR Sup. LEXIS 54 (P.R. 2014).
Un licenciado violó este canon cuando su falta de diligencia ocasionó que se archivara sin perjuicio un
caso de vicios de construcción ante el Tribunal de Primera de Instancia en el que su cliente
comparecía como parte demandante. El licenciado no mantuvo a su clienta informada de las
incidencias del caso pues no fue hasta después de la segunda desestimación del caso que
el licenciado se comunicó con ella. In re González, 188 D.P.R. 721, 2013 PR Sup. LEXIS
72 (P.R. 2013).
Un licenciado violó este canon cuando su falta de diligencia ocasionó que se archivara sin perjuicio un
caso de vicios de construcción ante el Tribunal de Primera de Instancia en el que su cliente
comparecía como parte demandante. El licenciado no mantuvo a su clienta informada de las
incidencias del caso pues no fue hasta después de la segunda desestimación del caso que
el licenciado se comunicó con ella. In re González, 188 D.P.R. 721, 2013 PR Sup. LEXIS
72 (P.R. 2013).
Licenciada infringió este canon cuando no le informó a una cliente sobre la sentencia del foro primario
que desestimó el pleito con perjuicio. Tampoco le explicó la razón por la cual no diligenció el
emplazamiento ni el efecto que ello tuvo sobre el caso. Más aun, la licenciada nunca le comunicó a su
clienta que enfrentaba problemas personales que le impedían continuar representándola ni le consultó la
alternativa de referir el caso a otra licenciada. In re Del Díaz Nieves, 189 D.P.R. 1000, 2013 PR Sup.
LEXIS 158 (P.R. 2013).
El licenciado violó este canon y los Cánones 6, 12, 18 y 19 del Código de Ética Profesional al no actuar
diligentemente, incumplir con las órdenes de la Junta de Personal de la Rama Judicial y no mantener
informada directamente a su clienta, lo cual culminó en la desestimación con perjuicio de dos querellas y
la imposiblidad de solicitar revisión judicial en las restantes, las cuales también resultaron adversas a la
cliente. In re Castellón, 185 D.P.R. 982, 2012 PR Sup. LEXIS 101 (P.R. 2012).
El abogado violó los Cánones 12, 18 y 19 de este apéndice a no comparecer a la varias vistas ante el
tribunal, no cumplir con los requerimientos para contestar el descubrimiento de prueba, y no notificar su
cliente sobre los señalamientos del caso. In re Plaud González, 181 D.P.R. 874 (2011).
Al incumplir con el deber impuesto en este canon de mantener debidamente informado a sus clientes del
trámite y las gestiones de un caso, lo que les llevó a tener que presentar mociones por derecho propio
ante el Tribunal de Primera Instancia fueron pruebas que la conducta del abogado violó este canon. In re
Ramos, 178 D.P.R. 651, 2010 PR Sup. LEXIS 49 (P.R. 2010).
Un abogado infringió los Cánones 18 y 19 de este apéndice porque permitió que el término de una
apelación prescribiera sin informar a su cliente. In re Lozada, 176 D.P.R. 215, 2009 PR Sup. LEXIS 105
(P.R. 2009).
Un abogado fue sancionado porque aceptó la representación a dos clientes, pero no les representó
diligentemente; no reembolsó los honorarios inmediatamente y abandonó la representación legal de sus
clientes. In re Lugo, 175 D.P.R. 1023, 2009 PR Sup. LEXIS 85 (P.R. 2009).
Un abogado, quien abandonó un caso ante el tribunal federal y empezó a trabajar para el Departamento
de Salud, violó el Canon 19 de este apéndice porque no mantuvo a sus clientes informados. In re
Muñoz, 174 D.P.R. 907, 2008 PR Sup. LEXIS 177 (P.R. 2008).
Una cliente y su esposo intentaron a comunicarse con su abogado, pero todas sus gestiones resultaron
infructuosas, pues el abogado no cumplió con el Canon 19 de este apéndice porque no mantuvo a sus
clientes informados del desarrollo de su caso. In re Fuentes, 174 D.P.R. 863, 2008 PR Sup. LEXIS 187
(P.R. 2008).
Un abogado no merecía ser reinstalado al ejercicio de la abogacía por su reiterado incumplimiento con
las órdenes de los tribunales, su clara dejadez y menosprecio en la tramitación de los casos que le han
sido encomendados, y su incumplimiento con las órdenes durante el procedimiento de acción
disciplinaria. In re Velázquez, 174 D.P.R. 433, 2008 PR Sup. LEXIS 144 (P.R. 2008).
Las actuaciones y omisiones de una abogada al representar una cliente constituyeron una violación a
los Cánones de Etica Profesional porque todo abogado debe saber que si carece de los conocimientos
necesarios para llevar a cabo una gestión legal de forma capaz, no se puede asumir esa encomienda. In
re Del Carmen Mulero Fernández, 174 D.P.R. 18, 2008 PR Sup. LEXIS 118 (P.R. 2008).
Un abogado violentó a este canon porque hizo caso omiso, por meses, de las órdenes del foro de
instancia y desatendió completamente el trámite del caso, resultando en que su cliente perdió sus
derechos de reclamación. In re De León Rodríguez, 173 D.P.R. 80, 2008 PR Sup. LEXIS 60 (P.R. 2008).
Un juez violó a los Cánones de Etica Profesional porque no renunció su representación de sus clientes
cuando asumió al cargo de juez; además, no notificó a sus clientes adecuadamente, no entregó los
expedientes, y condicionó la entrega del expediente al pago de los honorarios de abogado. In re Hon.
Grau Acosta, 172 D.P.R. 159 (2007).
Una secretaria de un abogado aceptó el dinero y dijo a los clientes prospectivos que el abogado
aceptaría los casos; las representaciones de la secretaria crearon una situación anómala. El abogado no
violó el código de ética profesional; él actuó diligentemente e hizo todo en su poder para remediar los
daños sufridos por sus clientes. In re Nieves Rodríguez, 172 D.P.R. 130 (2007).
Un abogado violó este canon cuando se comprometió con su cliente a solicitar la revisión de la
sentencia dictada en el pleito de liquidación de bienes gananciales y no lo hizo y no le informó a su
cliente del status procesal del caso. In re Morera, 172 D.P.R. 49, 2007 PR Sup. LEXIS 150 (P.R. 2007).
Un abogado admitió su culpabilidad e infringió los cánones de ética profesional porque fue negligente en
la tramitación de un pleito de sus clientes: (1) no realizó ninguna gestión ulterior a la radicación de la
demanda y el diligenciamiento de los emplazamientos; (2) se ausentó de las vistas; (3) no contestó las
órdenes del tribunal y; (4) no informó a las clientes de la desestimación de su caso. In re Lopez, 170
D.P.R. 793, 2007 PR Sup. LEXIS 81 (P.R. 2007).
El abogado violó este canon por: (1) no investigar adecuadamente los méritos del caso antes de radicar
una demanda; (2) no diligenciar en una forma adecuada los emplazamientos; (3) no replicar a dos
mociones de desestimación; (4) no mantener a su cliente debidamente informado; y (5) renunciar a la
representación profesional del cliente sin pedirle permiso. In re Ayffán, 170 D.P.R. 126, 2007 PR Sup.
LEXIS 12 (P.R. 2007).
Un abogado infringió a los Cánones 18, 19 y 20 de Etica Profesional al no comunicarse con sus clientes
y no entregar el expediente del caso a su cliente cuando se lo exigió. In re López, 169 D.P.R. 763, 2006
PR Sup. LEXIS 184 (P.R. 2006).
Un abogado falta en sus deberes notariales cuando no se comunica con su cliente a informarla de los
problemas con una escritura y esta falta de comunicación resulta en gastos adicionales para la cliente. In
re Cardona Ubinas, 156 D.P.R. 340 (2002).
Un abogado no puede reclamar inmunidad respecto a la aplicación de los Cánones de Etica Profesional
alegando que las personas cuyos intereses representó como abogado y quienes eran los beneficiarios
directos de sus gestiones no eran sus clientes y sí una entidad que había contratado con dichas
personas el proveerles servicios legales. In re Morales, 151 D.P.R. 842, 2000 PR Sup. LEXIS 114 (P.R.
2000).
Una sentencia es un asunto que debe informarse inmediatamente al cliente. In re Cardona Ubiñas, 146
D.P.R. 598 (1998).
En vista de que el querellado indemnizó al querellante por los daños que aquél pudo haberle causado, lo
cual es un atenuante respecto a su conducta impropia; y en vista, además, de que tanto el Procurador
General como el Comisionado Especial recomiendan el archivo de la querella, se resuelve así hacerlo,
no sin antes censurar al querellado por la pobre conducta profesional desplegada, y apercibirle de que,
en lo sucesivo, deberá cumplir estrictamente con los deberes que exigen los Cánones de Etica
Profesional para con sus clientes. In re Cardona Ubiñas, 146 D.P.R. 598 (1998).
Cumplido el período de suspensión por un mes y pago de sanción económica por incumplimiento de
este canon, procede reinstalar al querellado que comparece ante el tribunal a solicitar dicha reinstalación
al amparo de la Regla 14(s) del Reglamento del Tribunal Supremo. In re Cruz, 142 D.P.R. 957, 1997 PR
Sup. LEXIS 380 (P.R.), rev'd, 144 D.P.R. 388, 1997 PR Sup. LEXIS 505 (P.R. 1997).
Un abogado debe mantener informado a su cliente de las gestiones realizadas y del desarrollo de los
asuntos a su cargo, consultándole cualquier duda sobre asuntos que no caigan en el ámbito discrecional
y, dentro de los medios permisibles, cumplir con sus instrucciones. In re Mariano Acosta Grubb, 119
D.P.R. 595, 1987 PR Sup. LEXIS 182 (P.R. 1987).
El deber de información aplica también al Secretario de Justicia. In re Quejas Presentadas Contra El
Secretario De Justicia, 118 D.P.R. 827, 1987 PR Sup. LEXIS 128 (P.R. 1987).
Un Secretario de Justicia que no cumple con el deber de mantener a sus representados debidamente
informados infringe con su actuación el deber de información. In re Quejas Presentadas Contra El
Secretario De Justicia, 118 D.P.R. 827, 1987 PR Sup. LEXIS 128 (P.R. 1987).
Le corresponde al abogado el deber de mantenerse informado sobre las decisiones de un tribunal con
respecto a los asuntos en los cuales ostenta la representación de una de las partes. Fernández v.
Alguacil Tribunal Superior, 116 D.P.R. 733, 1985 PR Sup. LEXIS 133 (P.R. 1985).
El deber de proteger el derecho de apelación va inexorablemente ligado al de comunicación. Este canon
impone al abogado mantener siempre informado a su cliente de todo asunto importante que surja en el
desarrollo del caso que le ha sido encomendado. Prieto v. Lic. Wilfredo A. Geigel, 115 D.P.R. 232, 1984
PR Sup. LEXIS 82 (P.R. 1984).
Una sentencia, de archivo o en sus méritos, que pone fin parcial o totalmente a la causa de acción es
uno de los asuntos a ser informados por el abogado inmediatamente al cliente. Prieto v. Lic. Wilfredo A.
Geigel, 115 D.P.R. 232, 1984 PR Sup. LEXIS 82 (P.R. 1984).
Incurre en grave falta y violación de este canon el abogado que retiene una suma adelantada por el
cliente en concepto de honorarios sin realizar la gestión a la cual se comprometió. In re Carmona, 114
D.P.R. 390, 1983 PR Sup. LEXIS 120 (P.R. 1983).
La indiferencia, desidia, despreocupación, inacción y displicencia de parte de un abogado como patrón
de conducta en relación con asuntos encomendados por algunos clientes, constituyen una violación de
este canon. In re Arana, 112 D.P.R. 838, 1982 PR Sup. LEXIS 170 (P.R. 1982).
Examinados los hechos en que varios ciudadanos se quejaron de que su abogado (el querellado) se
negaba a darles información alguna relativa al caso a él encomendado, y en cuyo trámite el querellado
desatendió las cartas que le envió el Procurador General, y habiendo los quejosos desistido de su queja,
el tribunal censura y amonesta al querellado para que en lo sucesivo sea diligente en sus relaciones
oficiales y en el desempeño de sus encomiendas como abogado. In re Ayala, 109 D.P.R. 712, 1980 PR
Sup. LEXIS 106 (P.R. 1980).
Falta a su deber como notario y constituye conducta impropia para con su cliente un abogado que luego
de presentar una escritura en el Registro de la Propiedad no hace más gestión para su inscripción
correspondiente, ausentándose del país sin atender a los defectos que impidieron su inscripción, sin
notificación al cliente y desatendiendo las comunicaciones de éste sobre el asunto, así como las de su
nuevo abogado. In re Vazquez, 108 D.P.R. 6, 1978 PR Sup. LEXIS 598 (P.R. 1978).
Además de representar a su cliente con fidelidad, lealtad y diligencia, un abogado tiene el deber de
mantener a su cliente siempre informado de todo asunto importante que surja en el desarrollo del caso
cuya atención le ha sido encomendada. In re Vazquez, 108 D.P.R. 6, 1978 PR Sup. LEXIS 598 (P.R.
1978).
Incurre en conducta profesional impropia que acarrea medidas disciplinarias aquel abogado que
abandona súbitamente el caso de un cliente dejando a éste en completo estado de indefensión, sin darle
información alguna sobre el caso y sin haber renunciado formalmente a éste, máxime cuando ello
acarrea el archivo definitivo del caso en perjuicio del cliente. In re Vazquez, 108 D.P.R. 6, 1978 PR Sup.
LEXIS 598 (P.R. 1978).
Un abogado tiene el deber de informarle a su cliente las probabilidades de éxito que tiene la
interposición de un recurso de apelación. El Pueblo De P.R. v. Ayala, 103 D.P.R. 528, 1975 PR Sup.
LEXIS 1476 (P.R. 1975).
No constituye una buena y recta conducta profesional el que un abogado no plantee la falta de
voluntariedad de la renuncia al jurado al tribunal de instancia, y aun más, informar al tribunal que el
apelante ha sido instruido sobre ello, para luego apuntarlo como error ante el tribunal apelativo. Pueblo v.
Acevedo Colón, 103 D.P.R. 501 (1975).
En la adjudicación de controversias—ya sea en la órbita administrativa o en la judicial—una parte, un
abogado y cualquier otra persona que participe en determinada controversia tiene el deber implícito de
mantener y dar constancia de los cambios de dirección postal. De Relaciones v. Marex Constructión Co.,
103 D.P.R. 135, 1974 PR Sup. LEXIS 450 (P.R. 1974).
2. Deber de informar al cliente.
Licenciado infringió este canon al no mantener a su representado informado sobre los procedimientos
ante la Junta Apelativa de Inmigración y al no informarle acerca de que el caso fue desestimado
sumariamente. El licenciado dejó transcurrir casi 1 año y no realizó gestión alguna entre la fecha límite
para entregar el escrito legal y la fecha de desestimación. Dicha conducta demostró desidia y provocó
que el cliente incurriera en gastos adicionales para contratar nueva representación legal. In re
Michaelangelo Rosario Vázquez Ts-11,114, 197 D.P.R. 237, 2017 PR Sup. LEXIS 6 (P.R. 2017).
Licenciado violó este canon al no informarle a su cliente sobre una sentencia adversa emitida por el
Tribunal de Apelaciones y al no orientarle sobre los remedios disponibles después de la desestimación
del recurso de apelación. In re Ortiz, 196 D.P.R. 126, 2016 PR Sup. LEXIS 171 (P.R. 2016).
Licenciado violó este canon al haber delegado a otro licenciado su obligación de informar a su cliente
sobre el estado de los procedimientos. In re Galarza, 195 D.P.R. 894, 2016 PR Sup. LEXIS 158 (P.R.
2016).
Cuando un licenciado envió una carta a su cliente por correo ordinario en la que el licenciado explicó al
cliente el resultado de la apelación y el cliente negó haber recibido la misma, el licenciado infringió este
canon. Esta gestión no resultó suficiente dada la importancia que representaba el asunto dentro del
trámite del caso. In re Nazario, 193 D.P.R. 573, 2015 PR Sup. LEXIS 108 (P.R. 2015).
Un licenciado violó este canon al no notificar inmediatamente a la quejosa la
sentencia dictada en su contra y no mantener comunicación con ella durante la etapa de ejecución de la
sentencia. In re Ortiz, 187 D.P.R. 507, 2012 PR Sup. LEXIS 190 (P.R. 2012).
Un licenciado violó este canon al no notificar inmediatamente a la quejosa la
sentencia dictada en su contra y no mantener comunicación con ella durante la etapa de ejecución de la
sentencia. In re Ortiz, 187 D.P.R. 507, 2012 PR Sup. LEXIS 190 (P.R. 2012).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 19, 35 y 38 de este apéndice por no contestar la moción de
desestimación, no comparecer a la vista de conferencia con antelación al juicio, contestar el
descubrimiento de prueba fuera del término establecido, no informar al cliente de la desestimación del
caso hasta mucho tiempo después, y no ser honesto en decir la verdadera razón por la cual se
desestimó el caso. In re Nieves, 181 D.P.R. 25, 2011 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2011).
Aunque un cliente residió en múltiples lugares y nunca informó los cambios de dirección y teléfono, el
Tribunal Supremo censuró al licenciado por no realizar los esfuerzos necesarios para informar a su
cliente de la sentencia dictada por el foro ni de la orden emitida para ejecutar la sentencia, en violación
de este canon, cual es independiente al deber de diligencia impuesto por el Canon 18 de este apéndice.
In re Castro Colón, 177 D.P.R. 333 (2009).
En un caso de cobro de dinero y daños y perjuicios, el abogado no defendió los intereses de sus clientes
al haber solicitado el embargo de un camión a sabiendas de que existía la posibilidad que el bien
perteneciera a un tercero, no se comunicó, ni mantuvo informado a sus clientes desde el día en que fue
contratado, y además, radicó una apelación sin consultar, previamente, con sus clientes. In re Colón
Ortiz, 171 D.P.R. 855 (2007).
Una abogada violentó a este canon porque no mantuvo a su cliente bien informado y no le explicó a su
cliente cuales eran las repercusiones de no acudir en revisión de la desestimación del caso. In re Del
Pujol Thompson, 171 D.P.R. 683, 2007 PR Sup. LEXIS 125 (P.R. 2007).
Un abogado violó este canon porque quedó demostrado que el abogo no le informó a su cliente de la
sentencia que recayó en su contra en un caso instado, así como tampoco le advirtió de los recursos
instados a nivel apelativo luego de que recayera sentencia. In re Elfrén García Muñoz, 170 D.P.R. 780,
2007 PR Sup. LEXIS 122 (P.R. 2007).
Un abogado no mantuvo informados a sus clientes sobre el curso de la demanda original y su
desestimación; además el abogado nunca informó sus decisiones a los clientes que provocó que éstos
fueran demandados por no pagar un vehículo y que recayera una sentencia en su contra. In re Pérez,
169 D.P.R. 91, 2006 PR Sup. LEXIS 170 (P.R.), modified, 169 D.P.R. 309, 2006 PR Sup. LEXIS 165 (P.R.
2006).
El cliente contrató los servicios del abogado, quien no hizo ninguna gestión relacionada al caso, y el
caso fue desestimado por el Tribunal de Primera Instancia; pues las acciones del abogado violaron este
canon al no mantener a su cliente informado de los tramites en el caso. In re Martinez Miranda, 160
D.P.R. 263 (P.R. 2003), rev'd, In re Miranda, 162 D.P.R. 744, 2004 PR Sup. LEXIS 129 (P.R. 2004).
El abogado violó este canon y el Canon 18, Ap. IX, de este título con sus actuaciones negligentes,
cuando permitió que se eliminaran las alegaciones de su representada; solo se reunió con su cliente una
vez, ni mantuvo a la cliente informada de lo que estaba pasando en el caso; aunque ya indemnizó a la
cliente de los daños sufridos, fue después de que aquella tuviera que recurrir a una acción judicial. In re
Freyre, 159 D.P.R. 697, 2003 PR Sup. LEXIS 137 (P.R. 2003).
Procede la devolución de honorarios al cliente y la amonestación a una abogada quien no informó al
cliente del status de su caso, ni quien realizó gestión alguna respecto al caso. In re Queja, 159 D.P.R.
284, 2003 PR Sup. LEXIS 62 (P.R. 2003).
Se contraviene este canon cuando unos abogados informan a sus clientes de la no disponibilidad del
perito, y los problemas confrontados en relación a éste. In re Héctor Collazo Maldonado Y Nelson Rivera
Cabrera Queja, 159 D.P.R. 141, 2003 PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 2003).
Procede el mero apercibimiento de unos abogados aunque la cliente no fue advertida de los términos
prescriptivos y le faltaron en comunicación porque mantuvieron a la cliente informada de los asuntos del
caso. In re Hernández, De Mier-le Blanc, 159 D.P.R. 63 (2003).
El abogado tuvo el deber de mantener a su cliente informada de la fecha de una vista en su caso contra
un deudor aunque existiese una alta probabilidad de que el caso se transigiera. In re Aponte, 158 D.P.R.
140, 2002 PR Sup. LEXIS 118 (P.R. 2002).
Un abogado falta en sus deberes notariales cuando no se comunica con su cliente a informarla de los
problemas con una escritura y esta falta de comunicación resulta en gastos adicionales para la cliente. In
re Cardona Ubinas, 156 D.P.R. 340 (2002).
Cuando un abogado viola los Cánones de Etica 18, 19 y 35 por tener a sus clientes ajenos a todo lo que
acontece en su caso, e incluso evade todo tipo de comunicación con ellos, al punto que ni siquiera sus
clientes saben que su caso ha sido archivado, y sabiendo dicho abogado que tenía el deber de
asesorarles acerca del derecho de apelación que les cobijaba, y con su actitud no sólo provocó que el
caso fuera desestimado, sino también les negó a sus clientes la oportunidad de apelar de dicha
determinación, y les miente repetidas veces tanto al tribunal como a sus clientes, está el tribunal en
derecho de suspenderlo de la profesión de la abogacía hasta que el tribunal disponga otra cosa. In re
Classen, 142 D.P.R. 611, 1997 PR Sup. LEXIS 343 (P.R. 1997).
Canon 20. Renuncia de representación legal
Cuando el abogado haya comparecido ante un tribunal en representación de un cliente no puede ni debe
renunciar la representación profesional de su cliente sin obtener primero el permiso del tribunal y debe
solicitarlo solamente cuando exista una razón justificada e imprevista para ello.
Antes de renunciar la representación de su cliente el abogado debe tomar aquellas medidas razonables
que eviten perjuicio a los derechos de su cliente tales como notificar de ello al cliente; aconsejarle
debidamente sobre la necesidad de una nueva representación legal cuando ello sea necesario;
concederle tiempo para conseguir una nueva representación legal; aconsejarle sobre la fecha límite de
cualquier término de ley que pueda afectar su causa de acción o para la radicación de cualquier escrito
que le pueda favorecer; y el cumplimiento de cualquier otra disposición legal del tribunal al respecto,
incluyendo la notificación al tribunal de la última dirección conocida de su representado.
Al ser efectiva la renuncia del abogado debe hacerle entrega del expediente a su cliente y de todo
documento relacionado con el caso y reembolsar inmediatamente cualquier cantidad adelantada que le
haya sido pagada en honorarios por servicios que no se han prestado.
ANOTACIONES
1. En general.
2. Aprobación del tribunal.
3. Expediente del cliente.
4. Reembolso por servicios no prestados
5. Notificación al cliente.
1. En general.
La abogada violó los Cánones 17, 18, 20 y 23 de este apéndice cuando presentó distintos formularios
que no cumplían con los requisitos legales establecidos para los hechos específicos del caso de
inmigración; cuando negó inicialmente entregar el expediente del caso, una copia de los contracto de
servicios profesionales suscritos, el desglose detallado de los servicios prestados y la suma de dinero
entregada por las labores no completadas. In re Lcda, 2019 PR Sup. LEXIS 62 (P.R. 2019).
La licenciada quebrantó los Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 de Ética Profesional, al: (1) incumplir con las
órdenes emitidas por la CASP; (2) no atender las órdenes con prontitud y diligencia; (3) actuar de
manera incompetente en relación con los intereses de la quejosa, a quien representaba ante la CASP;
(4) no informar ni orientar a la quejosa de los asuntos importantes del caso; (5) renunciar a la
representación legal de la quejosa luego de que la CASP desestimara los casos con perjuicio. In re
Blanca Bonhomme Meléndez Ts-10,611, 2019 PR Sup. LEXIS 105 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 17, 18, 20, 35 y 38 de este apéndice (1) al no comparecer en
tiempo a los requerimientos de la TTAB; (2) al hacer falsas representaciones a dicho ente adjudicativo en
cuanto a su renuncia y los acuerdos con su cliente, las cuales indujeron a error al referido foro; y (3) al
no mantener informado a su cliente sobre el estado de los procedimientos en el caso. Ex parte Guerrero,
201 D.P.R. 345, 2018 PR Sup. LEXIS 203 (P.R.), modified, 201 D.P.R. 606, 2018 PR Sup. LEXIS 200
(P.R. 2018).
En la tercera ocasión en que el licenciado se encontró inmerso en un proceso disciplinario, el Tribunal
Supremo consideró que el licenciado reiteradamente demostró un deficiente desempeño profesional, al
no desplegar la debida diligencia y competencia ante las encomiendas de un cliente, desobedeció las
órdenes y requerimientos de foros judiciales, sin presentar justificación para ello, y no mantuvo una
comunicación efectiva con sus clientes, y aunque el licenciado aceptó su responsabilidad y se allanó a
los cargos contenidos en la querella, el Tribunal Supremo concluyó que el licenciado infringió los
Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y que la reincidencia
en su comportamiento antiético mereció una suspensión indefinida. In re Vega, 197 D.P.R. 829, 2017 PR
Sup. LEXIS 65 (P.R. 2017).
Licenciado violó este canon al no informarle al tribunal y a sus clientes sobre sus padecimientos de
salud y al no solicitar la renuncia en todos los casos que había asumido. Conforme a esta disposición, es
el abogado quien debe solicitar la renuncia al tribunal si se percata que no puede continuar rindiendo un
servicio competente. No obstante, fue el cliente quien le solicitó al tribunal que relevara al licenciado
querellado de su representación. Si bien los problemas de salud del licenciado explicaron sus
incomparecencias, no por ello las justificó. In re Ortiz, 198 D.P.R. 432, 2017 PR Sup. LEXIS 120 (P.R.
2017).
Cuando un licenciado permitió que su cliente dirigiera el caso y le cedió la facultad de decidir el
contenido de los escritos que se presentaban al foro judicial, y el licenciado se ausentaba a las vistas sin
que el tribunal hubiera autorizado su incomparecencia, él violó los Cánones 9, 12, 15, 18, 20, 29, 35 y 38
del Código de Ética Profesional. El licenciado fue suspendido indefinida e inmediata del ejercicio de la
abogacía y de la notaría. In re Rodríguez, 198 D.P.R. 369, 2017 PR Sup. LEXIS 116 (P.R. 2017).
Licenciado fue censurado enérgicamente por violación a los Cánones 20 y 23 de Ética Profesional y la
ley 402, 32 L.P.R.A. § 3114 et seq. cuando contrató con un empleado honorarios contingentes y le
requirió el adelanto de los mismos ante una posible causa de acción de naturaleza laboral por
hostigamiento sexual bajo la legislación laboral. In re Rodríguez, 194 D.P.R. 467, 2016 PR Sup. LEXIS 7
(P.R. 2016).
Un abogado debió presentar su renuncia a la representación legal tan pronto su cliente se tornó
inaccesible y al no hacerlo, el licenciado infringió este canon. In re Díaz, 195 D.P.R. 623, 2016 PR Sup.
LEXIS 109 (P.R. 2016).
Cuando el licenciado se demoró en devolver el expediente y el dinero pagado en honorarios de abogado
cuando su cliente se lo solicitó, dicha conducta violó este canon. Aunque el licenciado también incurrió en
violaciones a los Cánones 12, 18, 19 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y esta no
constituyó su primera falta, el Tribunal Supremo entendió adecuado suspender el licenciado por un
término de cuatro meses del ejercicio de la abogacía y la notaría porque la representación legal coincidió
con el deterioro de su salud y otros asuntos de índole familia y el licenciado demostró su sincero
arrepentimiento y reembolsó a la cliente los honorarios pagados. In re López, 196 D.P.R. 479, 2016 PR
Sup. LEXIS 211 (P.R. 2016).
Aunque es deseable que los honorarios a ser cobrados sean acordados por el abogado y el cliente al
comienzo de la relación profesional y que ese acuerdo sea puesto por escrito, un acuerdo verbal de
servicios profesionales es tan válido como uno escrito y un licenciado no infringió este canon y el Canon
24 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, al aceptar una representación legal bajo un acuerdo verbal. In
re Delgado, 196 D.P.R. 541, 2016 PR Sup. LEXIS 224 (P.R. 2016).
Cuando una licenciada retuvo fondos que la licenciada estaba encargada de consignar inmediatamente
en el tribunal y no notificó que poseía los mismos hasta que se solicitó una orden de arresto contra su
clienta, la licenciada provocó un conflicto con los mejores intereses de su clienta y la actuación de la
licenciada claramente violó este canon. In re Navarro, 193 D.P.R. 303, 2015 PR Sup. LEXIS 90 (P.R.
2015).
Fue el deber del licenciado renunciar cuando se enfrentó a un cliente negligente y que no colaboró en la
gestión de su causa. Cuando el licenciado perdió contacto con el cliente, el licenciado venía obligado a
informarle al foro administrativo que había perdido contacto con éste, razón que le impedía dar
cumplimiento a una Orden requiriendo documentos. El licenciado fue censurado enérgicamente cuando
la falta de diligencia del licenciado ocasionó desestimación de causa de su cliente aunque la falta de
cooperación, negligencia y dejadez del cliente en la gestión del caso aportó a que perdiera toda causa de
acción. In re Nazario, 193 D.P.R. 573, 2015 PR Sup. LEXIS 108 (P.R. 2015).
Licenciada fue suspendido del ejercicio de la abogacía y la notaría por un término de tres meses por
incumplir con sus deberes hacia una clienta y por desatender reiteradamente las órdenes del Tribunal
Supremo en violación de los Cánones 9, 12, 18, 20 y 38 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX. No fue
aceptable que ante las diferencias con su cliente y preocupaciones legítimas la licenciada permitió que
un caso fuera desestimado por falta de actividad. De acuerdo al Canon 20, el deber de la licenciada en
ese momento era informarle al tribunal de la queja presentada por su clienta y solicitar autorización para
renunciar formalmente a la representación legal de esta. In re Ojeda, 193 D.P.R. 966, 2015 PR Sup.
LEXIS 140 (P.R. 2015).
Licenciado infringió Canon 18 y este canon debido a que sus actuaciones provocaron que el caso de su
cliente fue desestimado. Cuando el caso se trasladó al Distrito de Florida, el licenciado no estaba
autorizado a ejercer la abogacía allí. Sin embargo el licenciado continuaba siendo el abogado de récord.
Aunque el contrato de servicios profesionales consignó que la representación legal iba a ser
exclusivamente en el Tribunal federal para el Distrito de Puerto Rico, su deber era notificarle al tribunal su
inhabilidad para continuar representando a su cliente. In re Jiménez, 192 D.P.R. 152, 2014 PR Sup.
LEXIS 143 (P.R. 2014).
Licenciada violentó este canon debido a que abandonó la representación de su clienta sin antes
presentar una moción de renuncia ante el tribunal. Además, no le comunicó a su clienta que no
continuaría representándola ni la asesoró sobre las alternativas disponibles y los términos que corrían en
su contra. In re Del Díaz Nieves, 189 D.P.R. 1000, 2013 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2013).
En un caso de conducta profesional, un licenciado no podía ser sancionado por violaciones al Código de
Ética Profesional que no fueron imputadas en la querella; Cuando el Comisionado Especial determinó
que no existía prueba clara, robusta y convincente de que el licenciado hubiera violado el Canon 18, no
procedía sancionarlo mediante el mismo procedimiento disciplinario por una violación de este canon que
no fue imputada en la querella. In re Charraire, 186 D.P.R. 1019, 2012 PR Sup. LEXIS 153 (P.R. 2012).
La abogado violó este canon por renunciar de facto la representación del cliente sin permiso del tribunal;
también no tomó las medidas para orientar sus clientes sobre su renuncia para proteger sus derechos en
el litigio. In re Dayra Amill Acosta, 181 D.P.R. 934, 2011 PR Sup. LEXIS 84 (P.R. 2011).
Al no someter la renuncia del caso oportunamente y retener indebidamente el expediente de dicho caso
fueron pruebas que la conducta del abogado violó este canon. In re Ramos, 178 D.P.R. 651, 2010 PR
Sup. LEXIS 49 (P.R. 2010).
Un abogado fue sancionado porque aceptó la representación a dos clientes, pero no les representó
diligentemente; no reembolsó los honorarios inmediatamente y abandonó la representación legal de sus
clientes. In re Lugo, 175 D.P.R. 1023, 2009 PR Sup. LEXIS 85 (P.R. 2009).
Un abogado, quien abandonó un caso ante el tribunal federal y empezó a trabajar para el Departamento
de Salud, violó el Canon 20 de este apéndice porque no renunció la representación de sus clientes. In re
Muñoz, 174 D.P.R. 907, 2008 PR Sup. LEXIS 177 (P.R. 2008).
Un abogado actuó de una manera en contravención a este canon porque no entregó un expediente de
un cliente oportunamente tras el renuncio del abogado de su representación. In re Rivera, 172 D.P.R.
703, 2007 PR Sup. LEXIS 229 (P.R. Super. Ct. 2007).
Un abogado infringió a los Cánones 18, 19 y 20 de Etica Profesional al no comunicarse con sus clientes
y no entregar el expediente del caso a su cliente cuando se lo exigió. In re López, 169 D.P.R. 763, 2006
PR Sup. LEXIS 184 (P.R. 2006).
Incurre en violación a este canon un abogado que planteó ante el tribunal de instancia una moción de
renuncia de representación legal como estrategia para lograr la suspensión del caso y lograr tiempo para
que su cliente reuniese un dinero para pagar a los perjudicados y lograr de éstos una mejor anuencia
para el caso. In re Torregrosa, 149 D.P.R. 85, 1999 PR Sup. LEXIS 136 (P.R. 1999).
El hecho de que un abogado no hubiese sido compensado por sus servicios no es excusa para que
desatendiera la defensa de su cliente. In re Esteves, 131 D.P.R. 515, 1992 PR Sup. LEXIS 273 (P.R.
1992).
Una vez acepta un cliente, un abogado no puede ni debe renunciar a esta responsabilidad sin antes
obtener permiso del tribunal y tomar aquellas medidas razonables que sean necesarias para evitar que
se le causen perjuicios al cliente. In re Mariano Acosta Grubb, 119 D.P.R. 595, 1987 PR Sup. LEXIS 182
(P.R. 1987).
Un abogado no puede ni debe renunciar a la representación profesional de un cliente sin antes obtener
permiso del tribunal y tomar aquellas medidas razonables que sean necesarias para evitar que se le
causen perjuicios al cliente. In re Orta, 117 D.P.R. 14, 1986 PR Sup. LEXIS 98 (P.R. 1986).
No queda automáticamente desvinculado de su responsabilidad para con su cliente y para con el
tribunal, aquel abogado que radica una moción de renuncia de representación profesional en la corte,
siendo necesaria la aprobación del tribunal para que dicha renuncia sea efectiva. Otros v. Metro. Marble
Corp., 104 D.P.R. 122, 1975 PR Sup. LEXIS 2240 (P.R. 1975).
Un abogado debe renunciar la representación profesional de un cliente—obteniendo previamente el
permiso del tribunal y tomando aquellas medidas razonables para evitar perjuicios a los derechos de su
cliente—cuando por razones justificadas no pueda representarlo adecuadamente. Wallpaper v. Ivan Wolff
Y La Soc., 102 D.P.R. 451, 1974 PR Sup. LEXIS 289 (P.R. 1974).
Un abogado sólo quedará relevado de su obligación libremente asumida de proteger los intereses de su
cliente cuando discrepancias irreconciliables de criterio con el cliente relativas a la defensa del caso, o
insalvable conflicto personal o fricción entre el cliente y el abogado justifiquen la renuncia de éste ante el
tribunal para que le sustituya otro abogado. In re Coll, 101 D.P.R. 799, 1973 PR Sup. LEXIS 257 (P.R.
1973).
La función que como abogados defensores voluntariamente asuman unos letrados o les sea impuesta a
éstos como funcionarios del tribunal que son, es parte integral esencialísima del orden legal instituido y
su abandono por dichos letrados constituye, aun en ausencia de propósito preconcebido a tal efecto, una
indebida obstrucción de la justicia. El Pueblo De P.R. v. Torres, 81 D.P.R. 124, 1959 PR Sup. LEXIS 60
(P.R. 1959).
2. Aprobación del tribunal.
Licenciado violó este canon al abandonar el procedimiento de apelación cuando tenía la capacidad de
informar al Tribunal de Apelaciones de las dificultades en perfeccionar el recurso o haber presentado una
moción de renuncia. In re Ortiz, 196 D.P.R. 126, 2016 PR Sup. LEXIS 171 (P.R. 2016).
El abogado violó este canon por: (1) no investigar adecuadamente los méritos del caso antes de radicar
una demanda; (2) no diligenciar en una forma adecuada los emplazamientos; (3) no replicar a dos
mociones de desestimación; (4) no mantener a su cliente debidamente informado; y (5) renunciar a la
representación profesional del cliente sin pedirle permiso. In re Ayffán, 170 D.P.R. 126, 2007 PR Sup.
LEXIS 12 (P.R. 2007).
Un abogado que asume la representación legal de una persona y comparece ante un tribunal para
reclamar o defender algún derecho de su cliente, no puede ni debe renunciar a esta responsabilidad sin
antes obtener permiso del tribunal, pues en el ejercicio de su gestión profesional debe en todo momento,
y hasta que sea formalmente relevado de su responsabilidad por el tribunal, desplegar el más alto grado
de competencia y diligencia posible. Lluch v. Espana Serv. Station, 117 D.P.R. 729, 1986 PR Sup. LEXIS
159 (P.R. 1986).
La responsabilidad dual del abogado para con su cliente y para con los tribunales genera deberes que
trascienden una relación puramente privada entre el abogado y el cliente. Lluch v. Espana Serv. Station,
117 D.P.R. 729, 1986 PR Sup. LEXIS 159 (P.R. 1986).
Falta a su deber, tanto para con su cliente como para con el tribunal, un abogado que no cumple con la
Regla 12.3 del Ap. II-A de este título y con una orden del tribunal que específicamente le requería
informar la dirección de su cliente. El que esta información conste en el expediente del tribunal como
parte de las alegaciones de la demanda no lo releva de este deber. Lluch v. Espana Serv. Station, 117
D.P.R. 729, 1986 PR Sup. LEXIS 159 (P.R. 1986).
Cuando un cliente es negligente y no coopera con su abogado en la tramitación de su caso, el abogado
debe renunciar la representación legal de dicho caso. In re Tollinche, 112 D.P.R. 699, 1982 PR Sup.
LEXIS 157 (P.R. 1982).
Este canon es específico en cuanto a las medidas que debe adoptar todo abogado que pretende
renunciar a la representación profesional de un cliente para no dejar en estado de indefensión a su
representado y no causar dilación a los procedimientos en los tribunales y tal especificidad no excluye
otros deberes consustanciales que dependen de las circunstancias de cada caso en particular. In re Lic.
Carmelo Avila, 109 D.P.R. 440, 1980 PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 1980).
Es altamente censurable y antiético que un abogado que no logra ponerse de acuerdo con su cliente
respecto a los honorarios a cobrar por la apelación del caso en que lo representó, deje de formular por
escrito su renuncia de representación profesional y de solicitar el correspondiente permiso al tribunal. In
re Lic. Carmelo Avila, 109 D.P.R. 440, 1980 PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 1980).
Incurre en conducta inmoral e impropia en violación a la responsabilidad social y profesional de los
abogados, aquel letrado que se ausenta súbitamente del país, enviando los expedientes de sus clientes
a un segundo abogado a quien ni siquiera conocía, sin entrevistarse personalmente con dicho abogado,
y sin notificar a sus clientes que tenía que renunciar a los casos, seleccionando a otro abogado sin
conocimiento y consentimiento de sus clientes, quienes depositaron su confianza en él directamente y no
en un tercero. In re Vazquez, 108 D.P.R. 6, 1978 PR Sup. LEXIS 598 (P.R. 1978).
Incurre en una conducta profesional que amerita medidas disciplinarias, aquel abogado que abandona
sin justificación alguna las responsabilidades inherentes a la representación profesional que ostenta,
dejando a los clientes súbitamente sin representación, sin notificación alguna y sin devolverles
previamente los documentos pertinentes, máxime cuando tal conducta causa daños irreparables a sus
clientes al extremo de que la reclamación de naturaleza sencilla se dilate en ventilarse por un período de
años considerables. In re Vazquez, 108 D.P.R. 6, 1978 PR Sup. LEXIS 598 (P.R. 1978).
Las normas a observar en relación a la renuncia de representación de un acusado son: (a) el no deber
aprobar una renuncia de representación profesional presentada en fecha tan cercana al señalamiento de
la causa para juicio que pudiera tener el efecto de provocar la suspensión de la misma; (b) el no deber
relevar a un abogado de representar a un acusado contratado por él sin que se acredite
satisfactoriamente que dicho abogado ha devuelto a su cliente el importe de honorarios cobrados por él o
parte sustancial de éstos, dependiendo de la labor hasta entonces realizada por el abogado; (c) el
aprobar una renuncia de representación, tanto el acusado como el abogado renunciante, deber
presentarse en el acto de aprobación de dicha renuncia, a menos que mediaren circunstancias
extraordinarias o que surja de los autos que el acusado está representado adecuadamente por otro
abogado, y (d) al aprobar la renuncia de representación profesional, el tribunal debe notificar
inmediatamente al acusado y le concederle un plazo razonable para que contrate un nuevo abogado,
indicándole la fecha del señalamiento y apercibiéndole que la vista señalada no será suspendida. El
Pueblo De P.R. v. Mercado, 106 D.P.R. 684, 1978 PR Sup. LEXIS 208 (P.R. 1978).
Señalado un caso criminal para vista tras haber sido suspendido por razón de la renuncia del abogado
defensor, si dicho acusado compareciere a dicha vista sin abogado de su selección, una vez se
determine mediante investigación la insolvencia del acusado, el tribunal podrá requerir de la Sociedad
para Asistencia Legal que designe uno de sus abogados miembros para que represente al acusado. El
Pueblo De P.R. v. Mercado, 106 D.P.R. 684, 1978 PR Sup. LEXIS 208 (P.R. 1978).
Es obligación de un abogado que renuncia la representación profesional de un acusado, el cumplir con
lo dispuesto en este canon. El Pueblo De P.R. v. Mercado, 106 D.P.R. 684, 1978 PR Sup. LEXIS 208
(P.R. 1978).
3. Expediente del cliente.
Un abogado violó el Canon 20 de este apéndice porque dispuso del expediente de un caso sin
autorización del cliente. In re Ríos, 175 D.P.R. 57, 2008 PR Sup. LEXIS 182 (P.R. 2008).
El cliente le solicitó la renuncia al abogado en un pleito; el abogado le remitió una carta a su cliente, en
la cual condicionaba la entrega del expediente a que le satisficieran los honorarios adeudados. El
abogado violó este canon, y con su acción, impidió que otro abogado asumiera la representación legal
del cliente. In re Elfrén García Muñoz, 170 D.P.R. 780, 2007 PR Sup. LEXIS 122 (P.R. 2007).
Una vez un cliente solicita la entrega del expediente, el abogado viene obligado a entregarlo de
inmediato y sin dilación alguna. In re Lcdo, 141 D.P.R. 627, 1996 PR Sup. LEXIS 335 (P.R. 1996).
En esta jurisdicción el abogado no tiene derecho de retención de los documentos y papeles del cliente,
ni un gravamen sobre el producto de una sentencia obtenida. Rizek v. Hernández, 123 D.P.R. 360, 1989
PR Sup. LEXIS 83 (P.R. 1989).
4. Reembolso por servicios no prestados
Licenciado violó este canon y el Canon 23 al retener honorarios recibidos por servicios profesionales
que no prestó. El licenciado recibió un cheque para la tramitación del recurso apelativo de su cliente en
un caso criminal pero limitó su participación a la presentación del recurso de apelación y no llegó a
perfeccionar el mismo. In re Galarza, 195 D.P.R. 894, 2016 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2016).
5. Notificación al cliente.
La licenciada tenía la responsabilidad de notificarle a sus clientes sobre su renuncia, el cierre de su
oficina, el estatus de sus casos, y que no podría continuar la representación legal tras ser nombrada y
confirmada como jueza. La licenciada podía recabar la ayuda de su secretaria en el proceso, pero no
podía delegar enteramente este trámite en su empleada sin rendición de cuentas y asumir que eso era
suficiente para cumplir con los propósitos éticos de este canon. In re Del, 201 D.P.R. 174, 2018 PR Sup.
LEXIS 148 (P.R. 2018).
Canon 21. Intereses encontrados
El abogado tiene para con su cliente un deber de lealtad completa. Este deber incluye la obligación de
divulgar al cliente todas las circunstancias de sus relaciones con las partes y con terceras personas, y
cualquier interés en la controversia que pudiera influir en el cliente al seleccionar su consejero. Ningún
abogado debe aceptar una representación legal cuando su juicio profesional pueda ser afectado por sus
intereses personales.
No es propio de un profesional el representar intereses encontrados. Dentro del significado de esta regla,
un abogado representa intereses encontrados cuando, en beneficio de un cliente, es su deber abogar por
aquello a que debe oponerse en cumplimiento de sus obligaciones para con otro cliente.
La obligación de representar al cliente con fidelidad incluye la de no divulgar sus secretos o confidencias
y la de adoptar medidas adecuadas para evitar su divulgación. Un abogado no debe aceptar la
representación de un cliente en asuntos que puedan afectar adversamente cualquier interés de otro
cliente anterior ni servir como árbitro, especialmente cuando el cliente anterior le ha hecho confidencias
que puedan afectar a uno u otro cliente, aun cuando ambos clientes así lo aprueban. Será altamente
impropio de un abogado el utilizar las confidencias o secretos de un cliente en perjuicio de éste.
Un abogado que representa a una corporación o sociedad le debe completa lealtad a la persona jurídica
y no a sus socios, directores, empleados o accionistas y solamente puede representar los intereses de
dichas personas cuando los mismos no vengan en conflicto con los de la corporación o sociedad.
Cuando un abogado representa a un cliente por encomienda de otra persona o grupo, quien le paga al
abogado por dicho servicio, debe renunciar la representación de ambos tan pronto surja una situación de
conflicto de intereses entre la persona o grupo que le paga sus honorarios y la persona a quien
representa.
ANOTACIONES
1. En general.
La abogada violó los Cánones 21 y 38 de este apéndice cuando representó legalmente a la esposa en el
pleito de divorcio el cual fue consolidado con el de alimentos, y posteriormente, aceptó representar el
esposo en la vista de desacato y en la vista de orden de protección, a pesar de que el Tribunal de
Primera Instancia no había aceptado su renuncia a la representación legal de la esposa en el caso del
divorcio. In re Roxana Soto Aguilú Ts-15,968, 2019 PR Sup. LEXIS 61 (P.R. 2019).
La representación simultánea permisible en el contexto de un divorcio por consentimiento mutuo se
tornó adversa, impermisible y consecuentemente antiética. Existió una relación abogado-cliente dual que
provocó una violación a este canon. El licenciado debió renunciar a la representación legal de ambos
cónyuges. Un abogado puede representar a ambas partes en un divorcio por consentimiento mutuo
mientras no surjan diferencias irreconciliables que afecten el deber de lealtad que merece cada cliente. In
re Torres, 201 D.P.R. 583, 2018 PR Sup. LEXIS 209 (P.R. 2018).
Tribunal Supremo censuró enérgicamente a una licenciada para la representación simultánea de la
hermana de una víctima de un delito y también el acusado; esto representó una clara violación a los
Cánones 21 y 38 del Código de Ética Profesional. In re Duchesne, 191 D.P.R. 247, 2014 PR Sup. LEXIS
137 (P.R. 2014).
Cuando conducta impropia del licenciado fue contra la dignidad y honor de la profesión legal y el
licenciado infringió los Cánones 18, 19, 21, 23, 35 y 38, licenciado fue suspendido inmediatamente de la
práctica de la profesión legal por el término de un año. Aunque el licenciado gozó de una reputación
intachable y laboró activamente en su iglesia y esta constituyó la primera falta del licenciado, el
licenciado negó su responsabilidad y sostuvo hechos contradictorios, y con relación a la querella
presentada el licenciado presentó alegaciones inconsistentes desde el comienzo. In re Coreano, 190
D.P.R. 739, 2014 PR Sup. LEXIS 54 (P.R. 2014).
El abogado violó este canon al involucrarse en los negocios del cliente utilizando el dinero del cliente en
forma contraria a lo acordado y obteniendo un beneficio personal. In re Betancourt, 175 D.P.R. 827, 2009
PR Sup. LEXIS 56 (P.R. 2009).
En una vista disciplinaria, no existía prueba clara, robusta, y convincente de que el abogado hubiese
faltado a los deberes de lealtad, sinceridad y honradez: el abogado tuvo el derecho a confrontar y
contrainterrogar a su cliente, el querellante, pero éste no demostró interés alguno en el proceso, ni
compareció a ofrecer su testimonio. In re Aguirre, 175 D.P.R. 433, 2009 PR Sup. LEXIS 16 (P.R. 2009).
Un abogado incurrió en conducta violatoria de los Cánones 21 y 38 de este apéndice porque comenzó a
trabajar como asesor legal de un municipio mientras era abogado del cliente en un pleito en que éste
figuraba como demandado y el municipio como demandante. In re Arnaldo Báez Genoval, 175 D.P.R.
28, 2008 PR Sup. LEXIS 176 (P.R. 2008).
La actuación de una abogada al representar a una cliente no violó a este canon porque no sabía que
otro abogado, con quien compartía oficinas, pero quien no fue socio o empleado del bufete de la
abogada, había representado a una parte tercera en un caso penal. In re Del Carmen Mulero
Fernández, 174 D.P.R. 18, 2008 PR Sup. LEXIS 118 (P.R. 2008).
Un abogado no violó a este canon al autorizar, en su capacidad como notario, una escritura entre un
municipio y una corporación porque este canon no aplica a un notario. In re Rodríguez, 172 D.P.R. 665,
2007 PR Sup. LEXIS 212 (P.R. 2007).
El abogado no violó este canon porque, al momento de redactar un contrato entre una compañía para
desarrollo económico y la Autoridad de Desperdicios Sólidos, no existía un conflicto de intereses. In re
Vicente, 172 D.P.R. 349, 2007 PR Sup. LEXIS 181 (P.R. 2007).
Un abogado, quien era un notario y un pastor de una iglesia, no violentó este canon porque, al ratificar
un documento, el cual no fue escritura pública, al favor de la iglesia, el abogado no actuó en una
capacidad para su beneficio personal, sino actuó en representación de la iglesia, una entidad separada e
independiente. In re Sánchez, 172 D.P.R. 181, 2007 PR Sup. LEXIS 180 (P.R. 2007).
Un juez violó a los Cánones de Etica Profesional porque no renunció su representación de sus clientes
cuando asumió al cargo de juez; además, no notificó a sus clientes adecuadamente, no entregó los
expedientes, y condicionó la entrega del expediente al pago de los honorarios de abogado. In re Hon.
Grau Acosta, 172 D.P.R. 159 (2007).
Un abogado aceptó la representación legal de clientes con intereses contrapuestos porque representó a
un miembro de una sociedad ganancial en liquidación y al mismo tiempo representó a presuntos
deudores de dicha sociedad; que las partes den sus consentimientos para que el abogado los represente
a todos no elimina el conflicto de interés ni le permite a este aceptar dicha representación. In re
Carmona, 172 D.P.R. 105, 2007 PR Sup. LEXIS 156 (P.R. 2007).
Un abogado violó a este canon por haber comparecido representando a un heredero tras comparecer en
representación a un cliente quien había convivido con el padre del heredero y quien solicitó que se
dividiera la herencia. In re Lcdo, 171 D.P.R. 894, 2007 PR Sup. LEXIS 139 (P.R. 2007).
El abogado actuó de una manera violatoria de estos cánones porque demandó a su propio cliente en
representación de otro, que es conducta suficiente para establecer un claro conflicto de intereses entre
ambas representaciones. In re Viera, 170 D.P.R. 306, 2007 PR Sup. LEXIS 56 (P.R. 2007).
Aunque las transacciones comerciales entre abogado y cliente son de ordinario desfavorecidas, la venta
de un carro no tuvo el efecto de afectar el juicio profesional independiente del abogado ni el deber de
lealtad y fidelidad que éste le debía a su cliente. In re Nieves, 159 D.P.R. 746, 2003 PR Sup. LEXIS 135
(P.R. 2003).
El abogado en el caso no tiene conflicto de interés porque no tuvo una relación de abogado-cliente con
la dueña de la propiedad, con quien había entrado en un acuerdo para comprar la propiedad, aunque
autorizó una escritura de división de la comunidad. In re Cordero, 157 D.P.R. 867, 2002 PR Sup. LEXIS
119 (P.R. 2002).
Un bufete de abogados no tuvo un conflicto de intereses al representar a una compañía brasileña
cuando había representado los accionistas de una compañía puertorriqueña anteriormente; el bufete
había ofrecido sus servicios a la compañía de las accionistas, que podían catalogarse como técnicos, y
su intervención no fue prolongada. Eliane Exportadora v. Maderas Alfa, 156 D.P.R. 532, 2002 PR Sup.
LEXIS 39 (P.R. 2002).
Un abogado viola este canon al realizar gestiones para un cliente con el motivo de conseguir el
préstamo de una determinada suma de dinero para unos cónyuges quienes también habían sido clientes
del abogado. In re Querella, 155 D.P.R. 345, 2001 PR Sup. LEXIS 151 (P.R. 2001).
Un abogado viola este canon cuando representa copartes después de renunciar anteriormente la
representación de una de las partes contra la otra en una acción de filiación. In re Rodríguez, 154 D.P.R.
684, 2001 PR Sup. LEXIS 106 (P.R. 2001).
Un abogado viola este canon al redactar una demanda de una tercera persona contra su cliente. In re
Lcdo, 152 D.P.R. 298, 2000 PR Sup. LEXIS 167 (P.R. 2000).
Un abogado no puede reclamar inmunidad respecto a la aplicación de los Cánones de Etica Profesional
alegando que las personas cuyos intereses representó como abogado y quienes eran los beneficiarios
directos de sus gestiones no eran sus clientes y sí una entidad que había contratado con dichas
personas el proveerles servicios legales. In re Morales, 151 D.P.R. 842, 2000 PR Sup. LEXIS 114 (P.R.
2000).
Para que entre en vigor la prohibición sobre conflicto de intereses dispuesta en los Cánones de Etica
Profesional, se requiere la existencia de una relación abogado-cliente dual; al no llegar un abogado a
asumirla, la conducta desplegada por dicho abogado no se encuentra enmarcada dentro de la norma
sobre intereses encontrados dispuesta por el Canon 21. In re Cardona, 143 D.P.R. 50, 1997 PR Sup.
LEXIS 390 (P.R. 1997).
Es deber de un notario asegurarse que la gestión que delega a otra persona para tramitar una
inscripción de la hipoteca de una escritura de compraventa en el Registro de la Propiedad se haya
cumplido a cabalidad ya que, de no hacerlo, incurre en falta de diligencia para con sus clientes,
causándoles daño y violando así los deberes impuestos por el Canon 18 de Etica Profesional. In re
Ramírez, 142 D.P.R. 329, 1997 PR Sup. LEXIS 482 (P.R. 1997).
Un notario incurre en conducta impropia en su gestión notarial al utilizar como testigos instrumentales a
parientes del otorgante de una escritura, causando así la nulidad de esa escritura como instrumento
público. In re Ramírez, 142 D.P.R. 329, 1997 PR Sup. LEXIS 482 (P.R. 1997).
Un notario que procede a expedir copia certificada motu proprio de un documento notarial, y que
expresa falsamente que lo hace a solicitud de una parte, viola no tan sólo lo impuesto en la sec. 2065 del
Título 3, sino también el deber de actuar con honradez y sinceridad en todo momento. In re Ramírez, 142
D.P.R. 329, 1997 PR Sup. LEXIS 482 (P.R. 1997).
El mero hecho de autorizar unos años atrás unos documentos donde uno de los otorgantes resulta ser
en el presente la parte codemandada no es óbice para impedir todo tipo de representación sucesiva en
su contra por parte del mismo abogado-notario. Resulta necesario que la parte que alega conflicto de
intereses demuestre la relación sustancial existente entre la representación anterior y la presente. Otros
v. Luís, 141 D.P.R. 820, 1996 PR Sup. LEXIS 340 (P.R. 1996).
Un abogado viola este canon cuando al fungir como asesor legal de un municipio trata de venderle a
este último una finca de su propiedad a través de su álter ego una corporación de la cual es dueño y
sobre la cual tiene control de sus transacciones. In re Lic. Rafael Toro Cuberge, 140 D.P.R. 523, 1996 PR
Sup. LEXIS 244 (P.R. 1996).
La doctrina prevaleciente ha favorecido el que, aun cuando el conflicto resulte potencial, si la
controversia está sustancialmente relacionada a la de otro cliente actual o anterior, el abogado debe
renunciar a ambas representaciones. Liquilux Gas Corp. v. Otros, 138 D.P.R. 850, 1995 PR Sup. LEXIS
267 (P.R. 1995).
Aunque este canon permite al abogado corporativo la representación simultánea o sucesiva de la
corporación y sus accionistas, la misma debe ejercerse únicamente en casos excepcionales ya que es la
corporación a la que le debe lealtad el abogado. Liquilux Gas Corp. v. Otros, 138 D.P.R. 850, 1995 PR
Sup. LEXIS 267 (P.R. 1995).
Al evaluar mociones de descalificación de abogados, mociones que constituyen medidas preventivas,
los tribunales tienen el deber de sopesar los intereses en conflicto: si el solicitante tiene legitimación
activa para invocarla, la gravedad del conflicto de interés envuelto, complejidad del derecho o los hechos
pertinentes a la controversia, y el expertise de los abogados envueltos, la etapa de los procedimientos en
que surge la controversia y su posible efecto en cuanto a la resolución justa, rápida y económica del caso
y si la moción de descalificación está siendo utilizada como mecanismo procesal para dilatar los
procedimientos. Liquilux Gas Corp. v. Otros, 138 D.P.R. 850, 1995 PR Sup. LEXIS 267 (P.R. 1995).
Cuando la moción de descalificación incluye al abogado y al bufete al cual éste pertenece, resulta
necesario considerar para determinar si la situación amerita que se descalifique al bufete en su totalidad,
si la descalificación del abogado en particular (descalificación primaria) debe imputársele al bufete en
general (descalificación imputada). Liquilux Gas Corp. v. Otros, 138 D.P.R. 850, 1995 PR Sup. LEXIS 267
(P.R. 1995).
Ante una representación simultánea que resulta adversa dado el hecho de que independientemente de
la posición que asuma un abogado de un bufete, si incumple con su deber de lealtad para con uno de
sus clientes, dicho abogado tiene la obligación de renunciar a la representación legal de ambos. Liquilux
Gas Corp. v. Otros, 138 D.P.R. 850, 1995 PR Sup. LEXIS 267 (P.R. 1995).
Existiendo graves conflictos de intereses, y no declinando la representación de dichos clientes ante un
asomo razonable de dichos conflictos, procede suspender al abogado en cuestión del ejercicio de la
abogacía por un término de un año y seis meses. In re Trujillo, 126 D.P.R. 743, 1990 PR Sup. LEXIS 240
(P.R. 1990).
Este canon requiere la existencia de una relación abogado-cliente para poder imponer sanciones
disciplinarias por su violación. In re Trujillo, 126 D.P.R. 743, 1990 PR Sup. LEXIS 240 (P.R. 1990).
No existiendo una relación abogado-cliente entre el licenciado y la Asamblea Municipal, el alcalde o las
instrumentalidades o dependencias del municipio, no existe conflicto de intereses para un abogado que
demanda al municipio, quien a su vez es asambleísta municipal. Carmen A. García Otros v. Hon.
Alejandro Junior Cruz Y Otros, 126 D.P.R. 518, 1990 PR Sup. LEXIS 222 (P.R. 1990).
La posición de un abogado que demanda al municipio es incompatible con la de asambleísta municipal;
por consiguiente deberá renunciar a esta última o abstenerse de representar, en su ejercicio privado, a
clientes en pleitos en los cuales el municipio sea parte. Carmen A. García Otros v. Hon. Alejandro Junior
Cruz Y Otros, 126 D.P.R. 518, 1990 PR Sup. LEXIS 222 (P.R. 1990).
Una moción de descalificación para que un abogado se abstenga de participar en cierto procedimiento
no equivale a un proceso de acción disciplinaria, y puede ser resuelta por los tribunales de instancia.
K'Mart Corp. v. Walgreens of P.R., 121 D.P.R. 633, 1988 PR Sup. LEXIS 215 (P.R. 1988).
Un solo abogado puede representar lícitamente a ambos cónyuges en una acción bajo la causal de
consentimiento mutuo, siempre y cuando de las conversaciones privadas con éstos, juntos o separados,
no surjan diferencias de criterio irreconciliables. In re Roura, 119 D.P.R. 1, 1987 PR Sup. LEXIS 131 (P.R.
1987).
Un abogado que ha representado a unos cónyuges en un divorcio por la causal de consentimiento
mutuo está impedido subsiguientemente de representar a cualquiera de esos cónyuges en acciones
directas o indirectas relacionadas con dicho divorcio. In re Roura, 119 D.P.R. 1, 1987 PR Sup. LEXIS 131
(P.R. 1987).
Al Secretario de Justicia no le es aplicable la prohibición absoluta de este canon, pues haría inoperante
las secs. 3085 et seq. del Título 32. In re Quejas Presentadas Contra El Secretario De Justicia, 118
D.P.R. 827, 1987 PR Sup. LEXIS 128 (P.R. 1987).
No actúa prudente y diligentemente e incurre en un claro conflicto de intereses que viola este canon, un
Secretario de Justicia que emite cierta opinión sobre un caso subjúdice, mientras ostenta la
representación legal simultánea de una parte con intereses adversos a la opinión emitida. In re Quejas
Presentadas Contra El Secretario De Justicia, 118 D.P.R. 827, 1987 PR Sup. LEXIS 128 (P.R. 1987).
Un Secretario de Justicia que suscribe una opinión de que cierto puesto de Gerente Escolar, tal como
fue creado, clasificado e implantado es ilegal y contrario a las leyes y reglamentos aplicables, por lo que
procede la separación de aquellas personas que lo ocupan, infringe este canon, en cuanto al valor
deontológico primario que lo inspira, e incurre en un claro e insalvable conflicto de intereses por razón de
la representación simultánea que ostentaba de los Gerentes Escolares demandados y de la funcionaria
que cuestiona la legalidad de dicho puesto. In re Quejas Presentadas Contra El Secretario De Justicia,
118 D.P.R. 827, 1987 PR Sup. LEXIS 128 (P.R. 1987).
Este canon prohíbe el conflicto dimanante de representar intereses encontrados o incompatibles. In re
Santiago, 117 D.P.R. 197, 1986 PR Sup. LEXIS 118 (P.R. 1986).
A todo abogado le acompaña la obligación de evitar tanto en la realidad como en la apariencia la
impresión de conducta conflictiva. In re Santiago, 117 D.P.R. 197, 1986 PR Sup. LEXIS 118 (P.R. 1986).
Cualquier duda sobre cuestiones de ética profesional debe resolverlas el abogado con rigurosidad
contra sí mismo. Op. Sec. Just. Núm. 49 de 1986.
Incurre en un claro conflicto de intereses el abogado del Departamento de Transportación y Obras
Públicas que representa a un conductor empleado de dicho departamento en un caso criminal por
violación a la Ley de Vehículos y Tránsito de Puerto Rico y a la vez desempeña sus funciones como
abogado del propio departamento velando por los intereses del mismo. Op. Sec. Just. Núm. 49 de 1986.
Los abogados que trabajan en la oficina del Asesor Legal del Departamento de Transportación y Obras
Públicas éticamente están impedidos de representar empleados del propio departamento en procesos
criminales por infracción a la Ley de Vehículos y Tránsito de Puerto Rico. Op. Sec. Just. Núm. 49 de
1986.
Los abogados no deben evitar únicamente el conflicto de intereses actual, sino también el potencial. La
representación simultánea de partes con potencial conflicto de intereses es éticamente impermisible.
Rodríguez v. Jiménez, 116 D.P.R. 172, 1985 PR Sup. LEXIS 52 (P.R. 1985).
En una situación que plantee la posibilidad de descalificación de un abogado por conflicto de intereses,
cualquier duda debe ser adjudicada en favor de la descalificación. Queja Contra Los Lics, 115 D.P.R.
778, 1984 PR Sup. LEXIS 171 (P.R. 1984).
Un abogado no puede aducir como justificación, para salvar un conflicto de intereses, que no habrá de
utilizar las confidencias o secretos de un cliente en perjuicio de éste. Queja Contra Los Lics, 115 D.P.R.
778, 1984 PR Sup. LEXIS 171 (P.R. 1984).
Existe un insalvable conflicto de intereses entre el ejercicio de la profesión de abogado ante el Fondo del
Seguro del Estado y la Comisión Industrial y el ocupar el cargo de Presidente de la Unión del Fondo. El
conflicto surge de la posibilidad de apariencia de influenciar a los unionados en los casos en que
interviene como abogado. Queja Contra Los Lics, 115 D.P.R. 778, 1984 PR Sup. LEXIS 171 (P.R. 1984).
Para enfrentar el problema de la representación sucesiva se ha elaborado el criterio de “relación
sustancial”, bajo cual fórmula el cliente sólo tiene que demostrar que la controversia legal en la que el
abogado comparece en su contra estaba relacionada sustancialmente con la materia o causa de acción
en la que tal abogado previamente le representó. Queja Contra Los Lics, 115 D.P.R. 778, 1984 PR Sup.
LEXIS 171 (P.R. 1984).
Existe una presunción irrefutable de que información confidencial será utilizada por el abogado que
representó anteriormente a un cliente y ahora asume una posición contraria a sus intereses. Queja
Contra Los Lics, 115 D.P.R. 778, 1984 PR Sup. LEXIS 171 (P.R. 1984).
En casos de representación de varios clientes múltiples la apariencia de impropiedad será utilizada para
resolver cualesquiera dudas que surjan sobre posible conflicto de intereses, en favor de la
descalificación. Queja Contra Los Lics, 115 D.P.R. 778, 1984 PR Sup. LEXIS 171 (P.R. 1984).
La autonomía del cliente no se extiende al punto de permitirle que acepte mediante la manifestación de
su consentimiento voluntario e informado la representación legal cuando existe alguna posibilidad de
conflicto de intereses. Queja Contra Los Lics, 115 D.P.R. 778, 1984 PR Sup. LEXIS 171 (P.R. 1984).
El problema de la responsabilidad y ética profesional en la representación gremial surge del hecho de
que el abogado provee servicios a un principal y sus agentes, la cuestión central siendo el determinar la
manera en la cual el abogado debe actuar para satisfacer sus deberes de competencia, lealtad y
comunicación con su cliente. Queja Contra Los Lics, 115 D.P.R. 778, 1984 PR Sup. LEXIS 171 (P.R.
1984).
Existe un conflicto de intereses, o por lo menos es aparente, entre el ejercicio de la profesión de
abogado ante el Fondo del Seguro del Estado y la Comisión Industrial y ocupar el puesto de Presidente
de la Hermandad Unión de Empleados del Fondo del Seguro del Estado. In re Lic. Osvaldino Rojas Lugo,
114 D.P.R. 687, 1983 PR Sup. LEXIS 147 (P.R. 1983).
Un abogado que ha representado a una agencia en la negociación colectiva con determinada unión y
que posteriormente dicta unas conferencias en su carácter de profesor sobre el aspecto teórico-legal de
la negociación colectiva, por haberlo solicitado así la unión de la Universidad de Puerto Rico y por haber
sido ese profesor el designado, no incurre en falta de ética de conflicto de intereses. En este caso el
abogado sólo participa como profesor en una actividad académica y no como asesor legal. In re Lic. José
A. Añeses Pena, 113 D.P.R. 756, 1983 PR Sup. LEXIS 56 (P.R. 1983).
Está reñido con este canon que un abogado represente a la Asamblea Municipal de determinado
municipio y al mismo tiempo sea abogado de causas en que el municipio pueda ser llamado a responder,
representando el interés contrario al municipio, pues esto equivale a que el abogado se está
beneficiando de su cliente, Asamblea Municipal, contra los intereses de la corporación municipal de que
la Asamblea es parte. In re Quejas Contra Los Lics, 113 D.P.R. 238, 1982 PR Sup. LEXIS 196 (P.R.
1982).
Viola este canon un abogado que represente en un pleito de divorcio y alimentos pendente lite a la
esposa de un antiguo cliente y amigo suyo en contra de éste, cuando, como en este caso, la estrecha
relación profesional y de amistad que existió entre ambos supone la revelación de secretos y
confidencias. In re Suarez, 111 D.P.R. 486, 1981 PR Sup. LEXIS 146 (P.R. 1981).
Un abogado no puede aducir como justificación para evadir el conflicto que supone representar a la
esposa de un antiguo cliente y amigo suyo en un pleito de divorcio y alimentos pendente lite en contra de
éste, el que no habrá de utilizar las confidencias o secretos de un cliente en perjuicio de éste, pues todo
abogado “debe evitar hasta la apariencia de conducta profesional impropia” según dispone el Canon 38
de este apéndice. In re Suarez, 111 D.P.R. 486, 1981 PR Sup. LEXIS 146 (P.R. 1981).
La gestión por parte de una corporación privada con fines de lucro para suplementar el pago de la
diferencia de los honorarios de un letrado por servicios profesionales prestados a una oficina pública—
diferencia que resulta de reducciones presupuestarias—puede ser considerada como impropia y
éticamente reprobable. Op. Sec. Just. Núm. 29 de 1981.
Constituye un acto contrario a la ética profesional el que un abogado represente los intereses de un
cliente cuando los intereses de éste son contrarios a los de una compañía de fianzas en la cual dicho
abogado tiene un gran interés económico. Tal proceder crea un conflicto de intereses en la gestión
profesional de dicho abogado. In re Rivera, 106 D.P.R. 239, 1977 PR Sup. LEXIS 2870 (P.R. 1977).
Constituye una violación de este canon—conducta inmoral e impropia que amerita una sanción severa—
el que un abogado represente los bienes e intereses de un cliente cuando al mismo tiempo dicho
abogado es miembro de la Junta de Directores, Presidente, abogado y prácticamente el dueño de una
compañía de fianzas que tenía considerable interés económico en los bienes de dicho cliente. In re
Rivera, 106 D.P.R. 239, 1977 PR Sup. LEXIS 2870 (P.R. 1977).
Constituye una conducta profesional reprobable reñida con las normas consagradas en los Cánones 20
y 21 de este apéndice el que un abogado defienda a X en un caso criminal y lo represente como
demandado en una reclamación por daños durante un período en que el perjudicado en la referida causa
criminal y demandante en el caso civil, W, era también su cliente en un caso criminal pendiente de
trámite apelativo. In re Torres, 104 D.P.R. 758, 1976 PR Sup. LEXIS 2234 (P.R. 1976).
El Código de Etica Profesional impone al abogado la obligación de guardar fidelidad a su cliente,
prohibiéndole no sólo el divulgar los secretos y las confidencias que éste le haga, sino también el aceptar
igualas o empleos de otros en asuntos en que un cliente anterior le haya consultado o encargado su
representación y que afecten adversamente el interés del anterior cliente con relación al cual se hayan
hecho confidencias. In re Juarbe, 80 D.P.R. 713, 1958 PR Sup. LEXIS 144 (P.R. 1958).
2. Desaforo.
La conducta de un abogado al comparecer como tal contra un cliente suyo anterior en acciones de
daños y perjuicios nacidas de la misma transacción o evento que motivó un proceso criminal en el cual él
representó a dicho cliente anterior, constituye conducta profesional impropia que justifica la separación
del abogado del ejercicio de su profesión. In re Juarbe, 80 D.P.R. 713, 1958 PR Sup. LEXIS 144 (P.R.
1958).
3. Deber de informar al cliente.
Se contravino esta regla cuando los abogados adquirieron un interés pecuniario sobre un bien de su
cliente, la Oficina de Liquidación; los abogados tampoco divulgaron el hecho a su cliente, ni aconsejaron
que obtuviera representación nueva. In re Corrada, 158 D.P.R. 791, 2003 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2003).
Un abogado que es accionista, asesor legal y financiero, y miembro de la Junta de Directores de una
corporación financiera debe advertirle a su cliente que piensa invertir en la corporación que si hace la
transacción es por su cuenta y riesgo y que él no intervendrá ni asumirá posición en el asunto; de no
hacerse la referida advertencia, el abogado estará en la situación de conflicto de intereses a que se
refiere este canon. In re Santiago, 117 D.P.R. 197, 1986 PR Sup. LEXIS 118 (P.R. 1986).
Estando las relaciones entre abogado y cliente basadas fundamentalmente en una mutua confianza, el
deber de abogado, al ser encargado de un asunto, es divulgar todas las circunstancias de sus relaciones
con las partes, así como el interés que pueda tener en la controversia. In re Juarbe, 80 D.P.R. 713, 1958
PR Sup. LEXIS 144 (P.R. 1958).
Canon 22. Abogado como testigo
Excepto cuando sea esencial para los fines de la justicia, el abogado debe evitar testificar en beneficio o
en apoyo de su cliente. Cuando un abogado es testigo de su cliente, excepto en materias meramente
formales, tales como la comprobación o custodia de un documento y otros extremos semejantes, debe
dejar la dirección del caso a otro abogado.
Igualmente, un abogado debe renunciar la representación de su cliente cuando se entera de que el
propio abogado, un socio suyo o un abogado de su firma puede ser llamado a declarar en contra de su
cliente.
ANOTACIONES
1. En general.
El hecho de que un abogado fuera abogado de una iglesia, en un caso instado por está en contra de un
tercero, en el que el abogado pudiera ser testigo, no necesariamente crea un conflicto o la
incompatibilidad; este canon no ordena en forma absoluta la renuncia de la representación legal por un
abogado, ante la posibilidad de que surja esta situación. In re Sánchez, 172 D.P.R. 181, 2007 PR Sup.
LEXIS 180 (P.R. 2007).
El tribunal debe adoptar una línea intermedia entre el derecho de las partes a seleccionar abogado y el
propósito de la regla del “abogado-testigo”, que restringe el derecho de los abogados a aceptar la
representación de un cliente en casos donde pudiesen ser llamados a testificar, al sancionar a un
abogado en un caso de violación de este canon. Culebras Enterprises Corp. v. Rivera-Ríos, 846 F.2d 94
(1988).
Los servicios legales prestados a una parte antes de la demanda, en un caso donde el abogado pudiera
ser llamado a declarar como testigo, y el percibir honorarios por esa actuación no viola este canon.
Culebras Enterprises Corp. v. Rivera-Ríos, 846 F.2d 94 (1988).
La posibilidad de que el comportamiento se estime incorrecto es una de las razones para prohibir que un
abogado acepte la representación en un caso si sabe que él u otros miembros de su bufete tienen que
ser llamados a testificar en el mismo. La dualidad abogado-testigo es incongruente con la integridad del
sistema procesal adversativo puesto que perjudica al cliente al atacar la credibilidad del abogado como
testigo o disminuye sus poderes de persuasión como abogado, y perjudica a la parte contraria por inhibir
el contrainterrogatorio del abogado-testigo o imbuir su papel de abogado con los efectos purificadores de
estar declarando bajo juramento prestado en presencia del jurado. Culebras Enterprises Corp. v. Rivera
Rios, 660 F. Supp. 540, 1987 U.S. Dist. LEXIS 3841 (D.P.R. 1987), vacated, 846 F.2d 94, 1988 U.S. App.
LEXIS 6122 (1st Cir. P.R. 1988).
Aunque es preferible que los abogados se excusen espontáneamente cuando las situaciones pudieran
crear conflictos de ética, si no lo hacen, la sanción para el caso de prosperar la demanda—denegación
de honorarios—es sanción más adecuada que el cambio de la sentencia. Culebras Enterprises Corp. v.
Rivera Rios, 660 F. Supp. 540, 1987 U.S. Dist. LEXIS 3841 (D.P.R. 1987), vacated, 846 F.2d 94, 1988
U.S. App. LEXIS 6122 (1st Cir. P.R. 1988).
A los efectos de determinar si procede conceder honorarios de abogado es preciso establecer si los
abogados que eran directores y accionistas demandantes, aunque no aparecían mencionados en el
encabezamiento de la demanda, no eran litigantes por su propio derecho sino posibles testigos. Culebras
Enterprises Corp. v. Rivera Rios, 660 F. Supp. 540, 1987 U.S. Dist. LEXIS 3841 (D.P.R. 1987), vacated,
846 F.2d 94, 1988 U.S. App. LEXIS 6122 (1st Cir. P.R. 1988).
En el caso de autos, los abogados y su bufete por implicación debían haberse excusado de representar
a una corporación de la cual eran accionistas, especialmente cuando admitieron que, como tales
accionistas de las corporaciones demandantes tenían que ser llamados a testificar. Culebras Enterprises
Corp. v. Rivera Rios, 660 F. Supp. 540, 1987 U.S. Dist. LEXIS 3841 (D.P.R. 1987), vacated, 846 F.2d 94,
1988 U.S. App. LEXIS 6122 (1st Cir. P.R. 1988).
Los abogados que eran directores y accionistas de las corporaciones demandantes y los demás
miembros de su bufete no tienen derecho a que se les concedan honorarios de abogado en una
demanda sobre derechos civiles. Los problemas de credibilidad y los perjuicios a las dos partes litigantes
de esa situación lo impiden. Culebras Enterprises Corp. v. Rivera Rios, 660 F. Supp. 540, 1987 U.S. Dist.
LEXIS 3841 (D.P.R. 1987), vacated, 846 F.2d 94, 1988 U.S. App. LEXIS 6122 (1st Cir. P.R. 1988).
Canon 23. Adquisición de intereses en litigio y manejo de los bienes del cliente
El abogado no debe adquirir interés o participación alguna en el asunto en litigio que le haya sido
encomendado.
Un abogado no debe adelantar o prometer ayuda financiera a su cliente para gastos médicos o
subsistencia, excepto que puede adelantar el pago de las costas del litigio, y los gastos de investigación
y de exámenes médicos necesarios para representar debidamente el caso de su cliente.
La naturaleza fiduciaria de las relaciones entre abogado y cliente exige que éstas estén fundadas en la
honradez absoluta. En particular, debe darse pronta cuenta del dinero u otros bienes del cliente que
vengan a su posesión y no debe mezclarlos con sus propios bienes ni permitir que se mezclen.
ANOTACIONES
1. En general.
2. Endoso falso.
3. Expediente del cliente.
1. En general.
La abogada violó los Cánones 17, 18, 20 y 23 de este apéndice cuando presentó distintos formularios
que no cumplían con los requisitos legales establecidos para los hechos específicos del caso de
inmigración; cuando negó inicialmente entregar el expediente del caso, una copia de los contracto de
servicios profesionales suscritos, el desglose detallado de los servicios prestados y la suma de dinero
entregada por las labores no completadas. In re Lcda, 2019 PR Sup. LEXIS 62 (P.R. 2019).
Licenciado fue censurado enérgicamente por violación a los Cánones 20 y 23 de Ética Profesional y la
ley 402, 32 L.P.R.A. § 3114 et seq. cuando contrató con un empleado honorarios contingentes y le
requirió el adelanto de los mismos ante una posible causa de acción de naturaleza laboral por
hostigamiento sexual bajo la legislación laboral. In re Rodríguez, 194 D.P.R. 467, 2016 PR Sup. LEXIS 7
(P.R. 2016).
Licenciado violó este canon y el Canon 20 al retener honorarios recibidos por servicios profesionales
que no prestó. El licenciado recibió un cheque para la tramitación del recurso apelativo de su cliente en
un caso criminal pero limitó su participación a la presentación del recurso de apelación y no llegó a
perfeccionar el mismo. In re Galarza, 195 D.P.R. 894, 2016 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2016).
Cuando una licenciada retuvo fondos que la licenciada estaba encargada de consignar inmediatamente
en el tribunal y no notificó que poseía los mismos hasta que se solicitó una orden de arresto contra su
clienta, la licenciada violó este canon. La dilación en la devolución de los fondos fue causa suficiente
para infringir este canon. In re Navarro, 193 D.P.R. 303, 2015 PR Sup. LEXIS 90 (P.R. 2015).
Cuando conducta impropia del licenciado fue contra la dignidad y honor de la profesión legal y el
licenciado infringió los Cánones 18, 19, 21, 23, 35 y 38, licenciado fue suspendido inmediatamente de la
práctica de la profesión legal por el término de un año. Aunque el licenciado gozó de una reputación
intachable y laboró activamente en su iglesia y esta constituyó la primera falta del licenciado, el
licenciado negó su responsabilidad y sostuvo hechos contradictorios, y con relación a la querella
presentada el licenciado presentó alegaciones inconsistentes desde el comienzo. In re Coreano, 190
D.P.R. 739, 2014 PR Sup. LEXIS 54 (P.R. 2014).
Cuando un contrato suscrito entre una cliente y un licenciado dispuso que el licenciado será
compensado si ganó el caso y en proporción a la cuantía concedida en la sentencia, las partes acordaron
honorarios por contingencia; al no prevalecer, el licenciado tuvo el derecho a ser compensado por los
gastos incurridos y la retención de la suma restante del depósito constituyó violación a este canon. In re
Hernández, 189 D.P.R. 275, 2013 PR Sup. LEXIS 91 (P.R. 2013).
Cuando un licenciado retuvo el anticipo pagado por un quejoso por gestiones que no realizó y no
devolvió éstos hasta dos años más tarde en un alegado acto de buena fe, la retención del dinero
adelantado configuró una infracción a este canon y Canon 20, ya que el licenciado retuvo dinero por
servicios que no prestó y faltó a su deber de fiducia y honradez absoluta. El licenciado se vio obligado a
devolver el dinero recibido debido a las insistencias del quejoso con relación al trámite de su queja. No
obstante, en ningún momento entendió que no era merecedor del mismo, sino que aseveró que la
devolución era un acto de buena fe. In re Vega, 189 D.P.R. 672, 2013 PR Sup. LEXIS 127 (P.R. 2013).
Un abogado infringió este canon al no devolver una cantidad de dinero a su cliente. In re Lozada, 176
D.P.R. 215, 2009 PR Sup. LEXIS 105 (P.R. 2009).
Una abogada infringió a los Cánones 23 y 38 de este apéndice al retener el cheque de la cliente y
condicionar la entrega del mismo a la discusión sobre los honorarios de abogado. In re Berlingeri, 175
D.P.R. 897, 2009 PR Sup. LEXIS 61 (P.R. 2009).
El abogado violó este canon al involucrarse en los negocios de un cliente utilizando el dinero del cliente
en forma contraria a lo acordado y obteniendo un beneficio personal. In re Betancourt, 175 D.P.R. 827,
2009 PR Sup. LEXIS 56 (P.R. 2009).
El Canon 23 de este apéndice no fue aplicable a los hechos imputados al abogado, porque él no
adquirió un interés en un bien objeto de un litigio; la propiedad adquirida no fue el objeto de un pleito,
sino el medio de lograr la ejecución de la sentencia y la participación en la propiedad adquirida por el
abogado fue solamente para garantizar los honorarios de abogado. In re Aguirre, 175 D.P.R. 433, 2009
PR Sup. LEXIS 16 (P.R. 2009).
Un abogado violó el Canon 23 de este apéndice porque recibió un cheque de una compañía
aseguradora, pero no dio pronta cuenta ni entregó el dinero a su cliente, ni informó al cliente de la
existencia del cheque. In re Ríos, 175 D.P.R. 57, 2008 PR Sup. LEXIS 182 (P.R. 2008).
El abogado violentó a estos cánones porque retuvo los fondos de sus clientes, bajo el subterfugio de un
préstamo. In re Cid, 173 D.P.R. 40 (P.R. 2008).
Un abogado infringió a este canon porque no acordó los honorarios que cobraría a su cliente y retuvo un
cheque a favor del cliente con el propósito de ir juntos a cambiarlo para así poder cobrar sus honorarios.
In re Delannoy Solé, 172 D.P.R. 95 (2007).
El abogado violó este canon por tratar de un cheque girado al nombre del cliente, proveniente de una
transacción que éste desconocía que se había logrado, que fue endosado sin saber el cliente por quien,
y depositado en la cuenta del abogado. In re Elfrén García Muñoz, 170 D.P.R. 780, 2007 PR Sup. LEXIS
122 (P.R. 2007).
Un aspecto importante en las relaciones entre el abogado y sus clientes es que el primero no puede
adquirir intereses o participación sobre el asunto por el cual ha sido contratado; un abogado impugnado
admitió que le adelantó dinero a una clienta y ninguno de los adelantos se basó en alguno de los
propósitos permitidos. In re Pérez, 169 D.P.R. 91, 2006 PR Sup. LEXIS 170 (P.R.), modified, 169 D.P.R.
309, 2006 PR Sup. LEXIS 165 (P.R. 2006).
Un abogado no tiene derecho de retención o gravamen sobre el dinero que recibe del cliente en un caso
para satisfacer los honorarios; la actuación de una abogada, al retener los fondos del cliente para
satisfacer sus honorarios, constituyó conducta gravemente impermisible. In re Mercado, 165 D.P.R. 630,
2005 PR Sup. LEXIS 140 (P.R. 2005).
Constituye una falta grave el que un abogado retenga una suma de dinero adelantado por el cliente en
concepto de honorarios sin realizar la gestión a la cual se comprometió. In re Guzmán, 161 D.P.R. 469,
2004 PR Sup. LEXIS 40 (P.R. 2004).
El Tribunal Supremo concluyó que el abogado no incurrió en conducta contraria a esta regla al recibir un
cheque producto de la compraventa de un inmueble perteneciente a la cliente en concepto de pago por
deuda previa y honorarios devengados, debido a que dicho pago fue con el consentimiento de la clienta.
In re Nieves, 159 D.P.R. 746, 2003 PR Sup. LEXIS 135 (P.R. 2003).
El abogado no debió endosar el cheque en el nombre de su cliente, ni debió depositarlo en su cuenta, ni
debió cobrar indebidamente los honorarios de abogado, reteniendo sin autorización de su cliente. In re
Aponte, 158 D.P.R. 140, 2002 PR Sup. LEXIS 118 (P.R. 2002).
Este canon presupone una relación de abogado-cliente para que el tribunal pueda ejercer su jurisdicción
disciplinaria, quedando excluida de su alcance aquella conducta no relacionada con la profesión legal. In
re Lcdo, 147 D.P.R. 607, 1999 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 1999).
No constituye violación a este canon la conducta de un abogado quien actúa exclusivamente en calidad
de agente de una casa hipotecaria y no presta en ningún momento servicios legales. In re Lcdo, 147
D.P.R. 607, 1999 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 1999).
Constituye una grave falta el que el abogado retenga una suma de dinero que le adelantó el cliente en
concepto de honorarios sin realizar la gestión a la cual se comprometió. In re Esteves, 131 D.P.R. 515,
1992 PR Sup. LEXIS 273 (P.R. 1992).
El hecho de que un abogado no hubiese sido compensado por sus servicios no es excusa para que
desatendiera la defensa de su cliente. In re Esteves, 131 D.P.R. 515, 1992 PR Sup. LEXIS 273 (P.R.
1992).
Aunque la ley no impone al notario autorizante el deber de presentar para su inscripción las escrituras
que ante él se otorguen, cuando el notario se obliga a hacer la diligencia y recibe la cuantía
correspondiente a los aranceles registrales tiene el deber de actuar diligentemente y conforme a este
canon. In re Martínez, 131 D.P.R. 481, 1992 PR Sup. LEXIS 269 (P.R. 1992).
La retención de fondos pertenecientes a sus clientes por un abogado amerita sanción aunque los
hubiere devuelto, o no hubiere tenido la intención de apropiárselos. In re Vázquez O'Neill, 121 D.P.R. 623
(1988).
La prohibición al abogado de adquirir intereses en la cuestión litigiosa bajo su dirección, de ofrecer o
adelantar ayuda económica al cliente, o de involucrar la propiedad de su cliente con la suya propia
constituye una regla fundamental de las relaciones entre abogado y cliente. In re Sanchez-Ferreri, 620 F.
Supp. 951, 1985 U.S. Dist. LEXIS 15634 (D.P.R. 1985).
Incurre en una violación crasa a este canon, que conlleva separación del ejercicio de la abogacía, el
abogado que adquiere interés en un bien en litigio con relación al asunto que le ha encomendado el
cliente, sin conocimiento ni autorización del mismo. In re Lic. Franco T. Sanchez Ferreri, 115 D.P.R. 40,
1984 PR Sup. LEXIS 66 (P.R. 1984).
Incurre en grave falta y violación de este canon el abogado que retiene una suma adelantada por el
cliente en concepto de honorarios sin realizar la gestión a la cual se comprometió. In re Carmona, 114
D.P.R. 390, 1983 PR Sup. LEXIS 120 (P.R. 1983).
La indiferencia, desidia, despreocupación, inacción y displicencia de parte de un abogado como patrón
de conducta en relación con asuntos encomendados por algunos clientes, constituyen una violación de
este canon. In re Arana, 112 D.P.R. 838, 1982 PR Sup. LEXIS 170 (P.R. 1982).
Constituye una conducta impropia que amerita el desaforo de un abogado el que, como en este caso,
dicho abogado solicitara y obtuviera dinero de su cliente bajo la falsa representación de que sería
destinado a satisfacer cierta sentencia y sin la autorización ni conocimiento del cliente falsificara su firma
para endosar un cheque, lo cambiara indebidamente y se apropiara de su importe para fines personales,
amén de requerir un tiempo después más dinero del cliente con idéntico propósito y no honrar un pagaré
que le otorgó a su cliente por el importe de lo adeudado. In re Lic. Hugo Ruben Felix, 111 D.P.R. 671,
1981 PR Sup. LEXIS 172 (P.R. 1981).
Viola este canon el abogado que, mediante un contrato profesional verbal, adquiere interés o
participación en el asunto en litigio que le haya sido encomendado. Colón v. All Am. Life & Cas. Co., 110
D.P.R. 772, 1981 PR Sup. LEXIS 86 (P.R. 1981).
Aunque no se probó en el caso de autos el cargo de apropiación de fondos pertenecientes a su cliente
por parte del querellado, el Tribunal Supremo entiende, vista la prueba, que dicho abogado faltó a su
obligación de ejercer su profesión con el celo, cuidado y diligencia que se le requiere en los Cánones de
Etica Profesional, no siendo razón suficiente para liberar al abogado de la anterior amonestación y
advertencia sobre su futura conducta en el desempeño de la delicada función como abogado, el
resarcimiento de los daños sufridos por su cliente con motivo de sus actuaciones negligentes. In re Soto,
110 D.P.R. 748, 1981 PR Sup. LEXIS 83 (P.R. 1981).
Constituye una violación de este canon que justifica la suspensión del ejercicio de la profesión, que un
abogado disponga impropiamente de cualquier suma de dinero perteneciente a su cliente. In re Lic.
Carmelo Avila, 109 D.P.R. 440, 1980 PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 1980).
Determinado que un letrado incurrió en conducta palmariamente reñida con las normas de ética que
debe informar la vida profesional de un abogado procede, no separarlo del ejercicio de su profesión por
un período limitado, sino por un período indefinido, y si en el futuro dicho querellado estimare que ha
reformado su conducta de tal forma que lo haga acreedor de ser admitido nuevamente al ejercicio de su
profesión, podrá solicitar la consideración de su readmisión al ejercicio de la profesión. In re Lic. José W.
Báez Torres, 108 D.P.R. 358, 1979 PR Sup. LEXIS 63 (P.R. 1979).
La ética del abogado está reñida con cualquier actuación de éste que implique interés personal en
bienes que estén en litigios, o puedan ser objeto de litigio entre la parte que el abogado representa y la
parte contraria. In re Lcdo, 108 D.P.R. 353, 1979 PR Sup. LEXIS 62 (P.R. 1979).
Constituye una actuación prohibida por la ley el que un abogado adquiera por compra bienes y derechos
que fueren objeto de un litigio en que él intervino por su profesión y oficio. In re Lcdo, 108 D.P.R. 353,
1979 PR Sup. LEXIS 62 (P.R. 1979).
Constituye suficiente justificación para suspender a un letrado del ejercicio de la abogacía y del
notariado, el que dicho letrado, luego de haberle el Secretario del Tribunal Supremo ofrecido varias
oportunidades de explicar una queja en su contra consistente en haber retenido indebidamente fondos
de un cliente, no responda a una orden expedida por dicho tribunal sobre mostración de causa por la
cual no debía ser disciplinado por tal conducta profesional. In re Arana, 106 D.P.R. 210, 1977 PR Sup.
LEXIS 2865 (P.R. 1977).
Un abogado, en sus relaciones fiduciarias con sus clientes, debe dar cuenta del dinero u otros bienes
del cliente que vengan a su posesión y no debe mezclarlos con sus propios bienes ni permitir que se
mezclen. In re Pedró Roldan Figueroa, 106 D.P.R. 4, 1977 PR Sup. LEXIS 2497 (P.R. 1977).
2. Endoso falso.
Incurre en conducta profesional impropia que justifica su desaforo, aquel abogado que retira de un
tribunal un cheque de su cliente, lo endosa fraudulentamente, y luego lo deposita en su cuenta personal,
actos que constituyen actuaciones punibles. La devolución de dicho cheque al cliente no excusa la
conducta inmoral e ilegal de dicho abogado. In re Vazquez, 108 D.P.R. 6, 1978 PR Sup. LEXIS 598 (P.R.
1978).
Cuando un abogado recibe un cheque de un cliente—demandante en un caso de accesión—expedido a
nombre de una persona X—demandado en dicho caso de accesión—y sin permiso, conocimiento ni
consentimiento de dichas dos personas, endosa el cheque falsificando el nombre de X y abre una cuenta
corriente en un banco, del cual retiró dicha suma y otras por él depositadas, para su propio y personal
beneficio, ello constituye conducta inmoral e impropia de un abogado. In re Soto, 83 D.P.R. 444, 1961 PR
Sup. LEXIS 422 (P.R. 1961).
3. Expediente del cliente.
En esta jurisdicción un abogado no tiene derecho de retención de los documentos y papeles del cliente,
como tampoco existe un gravamen (attorney's lien) sobre el producto de una sentencia obtenida, aun
cuando medien controversias respecto a determinados honorarios. In re Vélez, 103 D.P.R. 590, 1975 PR
Sup. LEXIS 1489 (P.R. 1975).
Canon 24. Fijación de honorarios
La fijación de honorarios profesionales debe regirse siempre por el principio de que nuestra profesión es
una parte integrante de la administración de la justicia y no un mero negocio con fines de lucro. Al fijar el
valor de los honorarios, deben considerarse los siguientes factores:
(1) El tiempo y trabajo requeridos, la novedad y dificultad de las cuestiones envueltas y la habilidad que
requiere conducir propiamente el caso;
(2) si el aceptar la representación del caso en cuestión ha de impedir al abogado que se haga cargo de
otros casos que probablemente han de surgir del mismo asunto, y en los cuales existe una razonable
expectativa de que de lo contrario sus servicios serán solicitados o que tal representación implique la
pérdida de otros asuntos extraños al caso en cuestión o el antagonismo con otros clientes;
(3) los honorarios que acostumbradamente se cobran en el distrito judicial por servicios similares;
(4) la cuantía envuelta en el litigio y los beneficios que ha de derivar el cliente de los servicios del
abogado;
(5) la contingencia o certeza de la compensación, y
(6) la naturaleza de la gestión profesional, si es puramente casual o para un cliente constante.
Es deseable que se llegue a un acuerdo sobre los honorarios a ser cobrados por el abogado al inicio de
la relación profesional y que dicho acuerdo sea reducido a escrito.
El abogado no debe estimar sus consejos y servicios en más ni en menos de lo que realmente valen. Al
aceptar la representación profesional de un cliente debe considerar que le debe a éste un máximo de
esfuerzo profesional en la medida de su talento y preparación. No debe aceptar retribuciones mínimas
con la idea preconcebida de rendir esfuerzos mínimos.
La aptitud de un cliente para pagar no puede justificar que se cobre en exceso del valor de los servicios
prestados, pero su pobreza puede ser tal que requiera el que se le cobre menos y aun nada. Solicitudes
razonables de servicios de parte de colegas, de sus viudas y huérfanos, sin medios amplios de fortuna,
deben recibir especial y bondadosa consideración.
Un abogado debe exigir el pago de honorarios contingentes sólo en aquellas ocasiones en que dichos
honorarios sean beneficiosos para su cliente, o cuando el cliente lo prefiera así después de haber sido
debidamente advertido de las consecuencias.
Con el propósito de que los clientes estén protegidos contra cargos injustos, los honorarios contingentes
deben ser razonables y estar siempre sujetos a la aprobación del tribunal, en aquellos casos en que la
intervención judicial sea requerida por ley o por alguna de las partes en el litigio. Es altamente impropio
de un abogado el cobrar honorarios contingentes en un caso criminal.
El abogado debe acatar los deseos de un cliente ansioso de transigir su pleito.
Los honorarios concedidos por un tribunal son para beneficio del cliente y no debe el abogado
reclamarlos para sí o renunciarlos sin autorización expresa del cliente.
ANOTACIONES
1. En general.
Aunque es deseable que los honorarios a ser cobrados sean acordados por el abogado y el cliente al
comienzo de la relación profesional y que ese acuerdo sea puesto por escrito, un acuerdo verbal de
servicios profesionales es tan válido como uno escrito y un licenciado no infringió este canon y el Canon
20 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, al aceptar una representación legal bajo un acuerdo verbal. In
re Delgado, 196 D.P.R. 541, 2016 PR Sup. LEXIS 224 (P.R. 2016).
Licenciado fue suspendido inmediata del ejercicio de la abogacía y la notaría por un término de tres
meses porque cobró honorarios contingentes por cuantías recibidas por su cliente en concepto de
beneficios de una póliza de seguros que no fue parte del caudal sujeto a adjudicación y liquidación. Estas
actuaciones por parte del licenciado no sólo demostraron falta de competencia en su desempeño
profesional y constituyen una violación al Canon 18 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C.
18, sino que, además, constituyen una violación a este canon, el cual regula lo relativo a los contratos de
servicios profesionales y el cobro de honorarios de abogado. In re Cora, 193 D.P.R. 447, 2015 PR Sup.
LEXIS 99 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata del ejercicio de la abogacía y la notaría por un término de tres
meses porque no desplegó la debida diligencia en su representación de dos menores cuyos bienes la
madre administraba. El licenciado al realizar los trámites relacionados con la liquidación del caudal relicto
en cuestión, y cobrar honorarios por esas diligencias, debió haber procurado que la madre solicitara la
debida autorización judicial previo al pago de los honorarios, conforme al Artículo 159 del Código Civil, 31
L.P.R.A. § 616. El licenciado sabía o debía saber que tales transacciones eran ilegales sin dicha
autorización judicial. In re Cora, 193 D.P.R. 447, 2015 PR Sup. LEXIS 99 (P.R. 2015).
El abogado violó este canon en tratar de utilizar el desistimiento con perjuicio de un caso para poder
cobrar honorarios de abogado. In re Lugo, 180 D.P.R. 987, 2011 PR Sup. LEXIS 36 (P.R. 2011).
Una licenciada incurrió en violaciones a este canon y a la sec. 742 de este título al cobrar un 33.3% por
concepto de honorarios contingentes en un caso de daños y perjuicios en que representó una cliente
quien era menor de edad al momento de otorgar el contrato de servicios profesionales, y el contrato
dispuso que el honorario sería 25% menos aunque la menor hubiera sido emancipada durante el caso.
Aunque al momento de cobrar los honorarios en controversia la menor estaba emancipada, la licenciada
no fue justificada en, sin notificación previa, sin enmienda al contrato, y sin solicitarlo al tribunal,
aumentar sus honorarios al cobrar 33.3% a la menor emancipada. In re Álvarez, 178 D.P.R. 685, 2010
PR Sup. LEXIS 71 (P.R. 2010).
No procede la inclusión de los honorarios de abogado en el plan de pagos que se le fije a una parte para
el pago de una pensión alimentaria; los honorarios de abogado deben satisfacerse inmediatamente.
Torres Rodríguez v. Carrasquillo Nieves, 177 D.P.R. 728 (2009).
Un abogado infringió a este canon porque no acordó los honorarios que cobraría a su cliente y retuvo un
cheque a favor del cliente con el propósito de ir juntos a cambiarlo para así poder cobrar sus honorarios.
In re Delannoy Solé, 172 D.P.R. 95 (2007).
Un abogado violentó este canon por haber cobrado a una unión laboral, con quién tuvo un contrato para
proveer servicios legales, y un cliente para el mismo trabajo. In re Lcdo, 171 D.P.R. 942, 2007 PR Sup.
LEXIS 142 (P.R. 2007).
Un abogado debe reducir a escrito el acuerdo sobre honorarios; una abogada violó este canon porque,
sin dar explicación alguna, retuvo 25 por ciento de los fondos del cliente luego que se transigiera el
asunto. In re Mercado, 165 D.P.R. 630, 2005 PR Sup. LEXIS 140 (P.R. 2005).
En este caso, la fijación de la cantidad de los honorarios por el foro primario fue justo; y para evitar
problemas de honorarios en el futuro, el abogado debe llegar a un acuerdo con sus clientes sobre los
honorarios al principio de la representación. In re Montañez, 164 D.P.R. 678, 2005 PR Sup. LEXIS 79
(P.R. 2005).
Los $7,000 cobrados por un licenciado por representar al cliente mediante acuerdo verbal fue una
cantidad justa y razonable como el licenciado representó al cliente en cuatro recursos judiciales y en tres
instancias distintas.In re Edmundo Ayala Oquendo, 166 D.P.R. 587, 2005 PR Sup. LEXIS 211 (P.R.
2005).
Procede la suspensión de la práctica de la abogacia de un abogado quien indebidamente cobró
honorarios en exceso en la representación de indigentes. In re Diez, 159 D.P.R. 163, 2003 PR Sup.
LEXIS 69 (P.R. 2003).
Un abogado viola este canon al pretender cobrar honorarios contingentes sobre la cuantía recibida por
su cliente por concepto de los beneficios de una póliza de seguros que no forma parte del caudal relicto y
fue recibida antes de contratar los servicios de abogados. In re Cordobés, 155 D.P.R. 284, 2001 PR Sup.
LEXIS 138 (P.R. 2001).
Un abogado viola este canon al cobrar un 331/3 % por la compraventa de un bien—objeto de la acción
por la cual el abogado había sido contratado—para servir como base de los honorarios contingentes que
se pactó para llevar la acción a cabo, por ser la compraventa una transacción ajena a dicha acción. In re
Peña, 154 D.P.R. 501, 2001 PR Sup. LEXIS 185 (P.R. 2001).
Las Reglas Modelo de Conducta Profesional de la American Bar Association reconocen el uso válido de
los honorarios contingentes en casos no contenciosos, pero se enfatiza que serían irrazonables en todo
tipo de caso en que la cantidad de trabajo realizada por el abogado sea relativamente pequeña o en
casos en que no esté envuelto un asunto complejo o la posibilidad de no obtener una sentencia
favorable. De Rodríguez v. Otros, 142 D.P.R. 26, 1996 PR Sup. LEXIS 359 (P.R. 1996).
Son válidos los honorarios contingentes y no están reñidos con la ética, siempre y cuando el cliente los
prefiera y el abogado le haya explicado a éste, con claridad, sus consecuencias. De Rodríguez v. Otros,
142 D.P.R. 26, 1996 PR Sup. LEXIS 359 (P.R. 1996).
El cobro de un 50% en honorarios contingentes excede los honorarios que acostumbradamente cobran
los abogados en Puerto Rico, y un 50% en honorarios hiere el sentido de lo justo y da a la profesión de
abogado visos de negocio más que de instrumento integrante en la administración de justicia. In re Ruiz,
131 D.P.R. 500, 1992 PR Sup. LEXIS 272 (P.R. 1992).
Al fijar la cuantía de honorarios de abogado, el tribunal tomará en consideración factores tales como: (1)
el grado de temeridad que ha existido; (2) la naturaleza del procedimiento; (3) los esfuerzos y actividad
profesional que haya habido que desplegar, y (4) la habilidad y reputación de los abogados. Santos
Bermúdez v. Texaco P.R., Inc., 123 D.P.R. 351 (1989).
Los honorarios contingentes no están reñidos con la ética, especialmente cuando el cliente los prefiera y
se le hayan explicado sus consecuencias. Ramírez, Segal & Látimer v. Rojo Rigual, 123 D.P.R. 161
(1989).
Al fijar los honorarios profesionales, las partes pueden tomar en consideración, entre otras cosas, la
cuantía envuelta en el litigio; los beneficios que derivará el cliente de los servicios del abogado; la
habilidad que requiere conducir el caso adecuadamente; la contingencia de la compensación, y la
complejidad de las cuestiones envueltas. Ramírez, Segal & Látimer v. Rojo Rigual, 123 D.P.R. 161
(1989).
Un abogado que retiene la cantidad destinada a costas y honorarios de abogado en vista de los gastos
incurridos en un pleito en que se acordaron honorarios contingentes no incurre en conducta antiética. In
re Ciordia, 121 D.P.R. 412, 1988 PR Sup. LEXIS 194 (P.R. 1988).
Los servicios prestados por un abogado no generan un gravamen o derecho de retención de los
documentos y papeles del cliente. Esto es aplicable con relación al ejercicio de la notaría. In re Feliciano,
115 D.P.R. 172, 1984 PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 1984).
El pacto de honorarios contingentes no limitados por ley especial tiene en la actualidad aceptación ética
si satisface el rigor de su regulación por los cánones de conducta profesional y el valor moral de buena fe
de la sec. 3375 del Título 31. De Vict. v. Ana Mercedes, 113 D.P.R. 265, 1982 PR Sup. LEXIS 200 (P.R.
1982).
Los honorarios contingentes no riñen con la ética cuando sean beneficiosos para el cliente, o cuando el
cliente lo prefiera así una vez informado de las consecuencias. El recurso a la contingencia o resultas del
pleito es particularmente de provecho para el cliente que, teniendo una reclamación justa y meritoria,
carece de los medios que de otro modo le permitirían pagar en forma anticipada o al corriente los
honorarios relativamente altos que corresponden a un servicio profesional de excelencia. De Vict. v. Ana
Mercedes, 113 D.P.R. 265, 1982 PR Sup. LEXIS 200 (P.R. 1982).
En casos de contratos de honorarios de abogado contingentes, como en cualquier otro contrato, la
excesiva onerosidad que alcance dimensiones de mala fe, que niegue aquellas normas de conducta
colectiva que han de ser observadas por toda conciencia honrada y leal connaturales a la contratación,
justificaría la intervención moderadora del tribunal. De Vict. v. Ana Mercedes, 113 D.P.R. 265, 1982 PR
Sup. LEXIS 200 (P.R. 1982).
Al iniciar su gestión profesional, todo abogado debe tener presente la advertencia de este canon y, entre
otras cosas, acordar con su cliente, en el correspondiente contrato escrito, los honorarios que percibirá
por su gestión profesional. En aquellos casos en que no sea anticipable de un todo al inicio de la gestión
profesional la extensión y valor de los honorarios, un abogado deberá reducir a escrito el acuerdo sobre
honorarios, libre de ambigüedades y con óptima claridad en sus términos, consignando las contingencias
previsibles que pudieran surgir durante el transcurso del pleito. Colón v. All Am. Life & Cas. Co., 110
D.P.R. 772, 1981 PR Sup. LEXIS 86 (P.R. 1981).
A los fines de las relaciones profesionales entre un abogado y su cliente, desígnase como honorarios
contingentes de dicho profesional, el acuerdo entre las partes de que el abogado será compensado si
gana el caso y en proporción a la cuantía concedida en la sentencia. Dicho pacto debe evitarse. Colón v.
All Am. Life & Cas. Co., 110 D.P.R. 772, 1981 PR Sup. LEXIS 86 (P.R. 1981).
De no poderse estimar los honorarios de abogado en un pleito a base de quota litis pactado, un tribunal
debe proceder a estimar una razonable compensación que retribuya adecuadamente la labor realizada
por el letrado. Colón v. All Am. Life & Cas. Co., 110 D.P.R. 772, 1981 PR Sup. LEXIS 86 (P.R. 1981).
Los honorarios de un abogado no pueden depender de contingencias ajenas a su labor profesional.
Colón v. All Am. Life & Cas. Co., 110 D.P.R. 772, 1981 PR Sup. LEXIS 86 (P.R. 1981).
Es necesario que todo abogado exija recibo de pago a sus clientes cuando desembolse dinero y retenga
los honorarios de abogado pactados, como medida cautelar en el desempeño de su gestión profesional.
In re Peñagarícano, Jr., 111 D.P.R. 165 (1981).
Un abogado, bajo las disposiciones de este canon—que establece los criterios para fijar el valor de los
honorarios profesionales tomando en consideración la cuantía envuelta en el litigio y los beneficios que
ha de derivar el cliente de los servicios del abogado—tiene necesariamente, al inicio de la relación
profesional, que reducir a escrito el acuerdo a que llegue con su cliente en cuanto a sus honorarios
profesionales. In re Lic. Carlos M. Díaz Lamoutte, 106 D.P.R. 450, 1977 PR Sup. LEXIS 3102 (P.R.
1977).
En la confección de un contrato de servicios profesionales, un abogado debe ser cuidadoso a los fines
de no dar lugar a dudas o malas interpretaciones que luego causan fricción entre abogado y cliente. In re
Lic. Carlos M. Díaz Lamoutte, 106 D.P.R. 450, 1977 PR Sup. LEXIS 3102 (P.R. 1977).
Un abogado, en la confección de un contrato de servicios profesionales, debe procurar—bajo las normas
de este canon—que dichos honorarios sean razonables, dando debida consideración al hecho de que su
profesión no es un mero negocio con fines de lucro. In re Lic. Carlos M. Díaz Lamoutte, 106 D.P.R. 450,
1977 PR Sup. LEXIS 3102 (P.R. 1977).
2. Concesión por temeridad.
Como excepción a este canon, los honorarios de abogado dispuestos por sentencia serán otorgados
directamente a favor de la representación legal, de figurar ésta entre las organizaciones autorizadas para
prestar servicios legales a indigentes o a personas de escasos recursos económicos que estén exentas
del pago de aranceles y derechos. Otros v. Faustino, 126 D.P.R. 370, 1990 PR Sup. LEXIS 208 (P.R.
1990).
La concesión a favor de la parte de honorarios de abogado por temeridad debe estar supeditada a que
dicha parte los haya sufragado directamente. Otros v. Faustino, 126 D.P.R. 370, 1990 PR Sup. LEXIS
208 (P.R. 1990).
Canon 25. Demandas contra clientes por honorarios
Las controversias con los clientes con respecto a la compensación deben evitarse por el abogado en
todo lo que sea compatible con el respeto a sí mismo y con el derecho que tenga a recibir una
compensación razonable por los servicios prestados. Solamente deben establecerse demandas contra
los clientes para evitar injusticias, imposiciones o fraudes.
ANOTACIONES
1. En general.
El abogado incurrió en violaciones a este canon al envolverse en un conflicto de interés por involucrar
los fondos del cliente en un negocio relacionado con la propiedad en la que ubican sus oficinas de
abogado. In re Betancourt, 175 D.P.R. 827, 2009 PR Sup. LEXIS 56 (P.R. 2009).
Un abogado no tiene derecho de retención o gravamen sobre el dinero que recibe del cliente en un caso
para satisfacer los honorarios; la actuación de la abogada, al retener los fondos del cliente para
satisfacer sus honorarios, constituyó conducta gravemente impermisible. In re Mercado, 165 D.P.R. 630,
2005 PR Sup. LEXIS 140 (P.R. 2005).
En este caso, la fijación de la cantidad de los honorarios por el foro primario fue justo; y para evitar
problemas de honorarios en el futuro, el abogado debe llegar a un acuerdo con sus clientes sobre los
honorarios al principio de la representación. In re Montañez, 164 D.P.R. 678, 2005 PR Sup. LEXIS 79
(P.R. 2005).
No es hasta el abogado termina su gestión profesional que puede entablar la correspondiente acción en
cobro de honorarios y es en este momento que surge la causa de acción. Plinio Pérez Marrero v.
Colegio, 131 D.P.R. 545, 1992 PR Sup. LEXIS 276 (P.R. 1992).
No procede resolver por vía incidental en los autos de un caso la controversia entre abogados que
intervinieron en el mismo con relación a sus honorarios y reembolso de gastos. Otros v. De, 125 D.P.R.
432, 1990 PR Sup. LEXIS 152 (P.R. 1990).
Un abogado que es contratado bajo un convenio de honorarios contingentes y no termina su gestión
profesional debido al deseo del cliente de desistir del pleito tiene derecho a ser compensado a base del
valor razonable de los servicios prestados. Otros v. De, 125 D.P.R. 432, 1990 PR Sup. LEXIS 152 (P.R.
1990).
Un abogado, como regla general, debe establecer demanda contra su cliente en cobro de honorarios
profesionales únicamente para evitar injusticias, imposiciones o fraude. Colón v. All Am. Life & Cas. Co.,
110 D.P.R. 772, 1981 PR Sup. LEXIS 86 (P.R. 1981).
Aun cuando un abogado tiene derecho a demandar a un cliente que no quiere honrar el convenio de
honorarios pactado, ese tipo de pleito debe establecerse sólo para evitar injusticias, imposiciones o
fraudes, y constituye una conducta censurable el que un abogado radique tal tipo de demanda contra su
cliente cuando ha sido éste último la víctima de las actuaciones impropias de dicho abogado. In re
Vazquez, 108 D.P.R. 6, 1978 PR Sup. LEXIS 598 (P.R. 1978).
Canon 26. Derechos y limitaciones en relación con clientes
Ningún abogado está obligado a representar a determinado cliente y es su derecho el aceptar o rechazar
una representación profesional. Es altamente impropio aconsejar transacciones o actos en contra de la
ley, entablar pleitos viciosos, instigar falsas defensas sin que pueda el abogado justificar dichos actos
con el pretexto de que al actuar así, lo hizo siguiendo las instrucciones de su cliente. El abogado debe
obedecer siempre su propia conciencia y no la de su cliente.
Es impropio de un abogado relevarse de responsabilidad por actos u omisiones negligentes en su
gestión profesional.
ANOTACIONES
1. En general.
2. Deberes con el cliente.
3. Querellas.
1. En general.
El licenciado infringió el Canon 26 del Código de Ética Profesional al presuntamente condicionar un
acuerdo de pago, en una acción civil en daños y perjuicios por impericia profesional, a que se retirara y
no se presentaran otras querellas éticas en su contra. In re Rivera, 2019 PR Sup. LEXIS 233 (P.R. 2019).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía porque violó este canon y
los Canones 9, 12, 17, 35, y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX al incoar procesos
judiciales frívolos en contra de varios funcionarios públicos, incluyendo jueces y abogados, con la única
intención de hostigarla, perseguirla y perjudicarla. Exhibió una conducta irrespetuosa, desafiante e
irreverente ante los tribunales y durante el trámite del asunto ético, éste asumió un proceder similar y
nunca expresó arrepentimiento, ni reconoció trasgresión ética alguna. In re Rodríguez, 193 D.P.R. 633,
2015 PR Sup. LEXIS 112 (P.R. 2015).
El abogado violó los Cánones 9, 17, 18 y 26 de este apéndice cuando hizo alegaciones falsas en
beneficio de su cliente en una petición de habeas corpus que su cliente era el padre biológico de la
menor y que había sido despojado ilegalmente de la custodia del menor a través de una orden de
protección. In re Benjamín Guzmán Guzmán, 181 D.P.R. 495, 2011 PR Sup. LEXIS 44 (P.R. 2011).
El abogado violó los Cánones 18 y 26 de este apéndice cuando, ayudando otro abogado en la
preparación de una apelación, firmó y presentó la apelación fuera del término, que causó la
desestimación de la apelación por falta de jurisdicción; aunque el abogado no recibió honorarios ni
mantuvo una relación abogado cliente antes de la apelación, una vez que firmó el escrito de apelación se
convirtió en su cliente y desde ese momento debía descargar responsable y diligentemente su gestión. In
re Nieves, 181 D.P.R. 49, 2011 PR Sup. LEXIS 81 (P.R. 2011).
El abogado fue disciplinado porque violó a los Cánones de Etica Profesional por no comparecer a una
vista citada y al no presentar una moción a tiempo. In re León Malavé, 172 D.P.R. 1036 (2008).
Una secretaria de un abogado aceptó el dinero y dijo a los clientes prospectivos que el abogado
aceptaría los casos; las representaciones de la secretaria crearon una situación anómala. El abogado no
violó el código de ética profesional; él actuó diligentemente e hizo todo en su poder para remediar los
daños sufridos por sus clientes. In re Nieves Rodríguez, 172 D.P.R. 130 (2007).
Si bien el Código de Etica le reconoce al abogado el derecho de aceptar o rechazar una representación
profesional, una vez acepta y asume la representación legal de un cliente, tiene la responsabilidad de
descargar su labor con la requerida rapidez y eficiencia. In re Mariano Acosta Grubb, 119 D.P.R. 595,
1987 PR Sup. LEXIS 182 (P.R. 1987).
La ética le exige a todo abogado que rehúse representar a una parte cuando está consciente de que no
puede defender sus intereses en forma adecuada. In re Mariano Acosta Grubb, 119 D.P.R. 595, 1987 PR
Sup. LEXIS 182 (P.R. 1987).
Este canon no impide al abogado que en el desempeño de sus funciones haya incurrido en negligencia,
indemnizar extrajudicialmente al perjudicado. Sólo prohíbe que a priori o mediante recursos posteriores
indebidos se libere de esa responsabilidad. In re Lic. Samuel Pagán Ayala, 117 D.P.R. 180, 1986 PR Sup.
LEXIS 116 (P.R. 1986).
A los abogados les está vedado convertirse en instrumentos de sus clientes. Quinones v. Conde, 117
D.P.R. 1, 1986 PR Sup. LEXIS 95 (P.R. 1986).
2. Deberes con el cliente.
En el descargo de su responsabilidad para con una persona que solicita sus servicios, un abogado tiene
el deber de ser claro y preciso en cuanto a si acepta o no representar sus intereses, y hacerlo saber a
dicha persona sin lugar a equívocos. In re Lcda, 103 D.P.R. 910, 1975 PR Sup. LEXIS 1967 (P.R. 1975).
Un abogado no puede ampararse en la ausencia de un contrato escrito, o en que no se le hiciera un
abono inicial a sus honorarios, o en que no se hablara del importe o condiciones de sus servicios, para
excusar su responsabilidad, si por sus actos induce al cliente a creer que ha aceptado su representación.
In re Lcda, 103 D.P.R. 910, 1975 PR Sup. LEXIS 1967 (P.R. 1975).
3. Querellas.
No constituye fundamento para una querella por conducta antiética el resultado desfavorable de un
asunto encomendado a un abogado, más aún cuando éste advirtió al cliente las pocas probabilidades de
éxito. In re Marrero, 120 D.P.R. 278, 1988 PR Sup. LEXIS 115 (P.R. 1988).
El ejercicio final de la jurisdicción disciplinaria del Tribunal Supremo, con relación a negligencia
profesional del abogado, no puede ser precluido en virtud de un acuerdo de transacción entre el abogado
y el cliente perjudicado. La admisión de responsabilidad civil y el resarcimiento por el abogado a su
cliente, constituirán atenuantes o podrán ser determinantes para su archivo, si es que finalmente se insta
querella. In re Lic. Samuel Pagán Ayala, 117 D.P.R. 180, 1986 PR Sup. LEXIS 116 (P.R. 1986).
Un abogado no puede transigir con su cliente la acción civil en daños por mala práctica profesional si
establece como condición que no se presente querella por violación ética en su contra. Un contrato de
esa naturaleza sería nulo bajo la sec. 3372 del Título 31. La decisión de presentar la querella, aun
cuando haya sido satisfecho el daño, descansa en el sano y prudente criterio del cliente perjudicado. In
re Lic. Samuel Pagán Ayala, 117 D.P.R. 180, 1986 PR Sup. LEXIS 116 (P.R. 1986).
Cuando un abogado incurre en negligencia profesional, una vez satisfecho el perjuicio privado de la
persona afectada, en ausencia de un interés público mayor, de ordinario el asunto no debe convertirse en
una querella por conducta profesional antiética. In re Lic. Samuel Pagán Ayala, 117 D.P.R. 180, 1986 PR
Sup. LEXIS 116 (P.R. 1986).
Parte IV.Deberes del Abogado en Relación con sus Compañeros y su Profesión
Artículo 27.Criterio general
Artículo 27.Criterio general
Canon 27. Colaboración profesional y diversidad de opiniones
Canon 28. Comunicaciones con la parte contraria
Canon 29. Cuestiones personales entre abogados
Canon 30. Derecho a dirigir los incidentes del juicio
Canon 31. Costumbres y prácticas reconocidas en el foro
Canon 32. Subasta de servicios profesionales y notariales
Canon 33. Colaboración al ejercicio ilegal de la abogacía
Canon 34. Instigación o gestión de pleitos
Canon 35. Sinceridad y honradez
Canon 36. Publicidad o anuncios del abogado
Canon 37. Participación del abogado en actividades comerciales
Canon 38. Preservación del honor y dignidad de la profesión
La preservación del honor y la dignidad de la profesión y la buena relación entre compañeros es
responsabilidad ineludible de todo miembro de la profesión legal y para ello todo abogado debe observar
con sus compañeros una actitud respetuosa, sincera, honrada y de cordialidad y cooperación
profesional, velando siempre por el buen ejercicio de la profesión legal.
Canon 27. Colaboración profesional y diversidad de opiniones
Un abogado o una firma legal no debe asociar a otro abogado en la defensa de los intereses de su
cliente sin obtener previamente el consentimiento de éste para ello y hasta entonces no puede divulgar al
otro abogado confidencias o secretos de dicho cliente.
Una proposición de un cliente para que otro abogado se una en la representación de sus intereses no
debe ser considerada como indicativa de falta de confianza, y tal decisión debe dejarse a la
determinación del cliente. En caso de que una persona representada por abogado solicite asesoramiento
legal de otro, será deber de éste asegurarse de que el primero está enterado de la actuación del cliente
antes de ofrecer su consejo o realizar gestión alguna.
Cuando dos (2) o más abogados encargados conjuntamente de una causa no puedan llegar a un
acuerdo en cuanto a cualquier asunto de vital importancia para el cliente, éste debe ser informado
francamente de la diversidad de criterio para que adopte aquella decisión que estime conveniente. Su
resolución debe ser aceptada a no ser que la naturaleza de la diversidad de criterios le impida al
abogado cuya opinión ha sido desechada el cooperar efectivamente. En tal caso su deber es solicitar del
cliente que le exima de continuar en el asunto.
Todo esfuerzo, directo o indirecto, encaminado a inmiscuirse en cualquier forma en la gestión profesional
de otro abogado, es indigno de aquellos que deben ser hermanos en el foro; sin embargo, el abogado
tiene derecho a aconsejar debidamente, sin temores ni favores, a aquellas personas que acuden a él en
busca de algún remedio especialmente cuando la deslealtad o negligencia de otro abogado está
envuelta. En tal caso debe antes comunicarse con el abogado contra el que se formule la queja, siempre
que sea posible.
ANOTACIONES
1. En general.
La otra abogada, con la que la licenciada estaba en negociaciones, nunca asumió la representación
legal de los clientes promoventes cuando la licenciada cesó sus laborores y tampoco tomó la custodia y
control de los expedientes al momento de ocupar el bufete, por lo cual no se concretizó una violación a
este canon. El hecho de que en el local alquilado a la otra abogada permanecieran expedientes activos,
de personas que habían sido representadas por la licenciada, no implicaba que los casos se traspasaron
al dominio y control de la otra abogada una vez entró en vigor el arrendamiento. In re Del, 201 D.P.R.
174, 2018 PR Sup. LEXIS 148 (P.R. 2018).
La preservación del honor y la dignidad de la profesión legal exige una buena relación interpersonal
entre abogados. Ello es responsabilidad ineludible de cada togado y conlleva observar con sus
compañeros y el tribunal una actitud respetuosa, sincera, honrada, cordial y de cooperación profesional,
velando siempre por el buen ejercicio de la profesión legal. Del Lcdo, 130 D.P.R. 905, 1992 PR Sup.
LEXIS 247 (P.R. 1992).
La preservación del honor y la dignidad de la profesión y la buena relación entre compañeros es
responsabilidad ineludible de todo miembro de la profesión legal y para ello todo abogado debe observar
con sus compañeros una actitud respetuosa, sincera, honrada, cordial y de cooperación profesional,
velando siempre por el buen ejercicio de la profesión legal. In re Del Lcdo, 105 D.P.R. 498, 1976 PR Sup.
LEXIS 3147 (P.R. 1976).
2. Querella infundada.
El Tribunal Supremo consigna su severa censura de las actuaciones del abogado ante la infundada y
viciosa querella que formuló en cuanto a la conducta profesional de los letrados. In re Del Lcdo, 105
D.P.R. 498, 1976 PR Sup. LEXIS 3147 (P.R. 1976).
Es altamente impropio que un abogado haga imputaciones falsas que afecten la reputación y buen
nombre de un compañero. In re Del Lcdo, 105 D.P.R. 498, 1976 PR Sup. LEXIS 3147 (P.R. 1976).
Canon 28. Comunicaciones con la parte contraria
El abogado no debe, en forma alguna, comunicarse, negociar ni transigir con una parte representada por
otro abogado en ausencia de éste. Particularmente, debe abstenerse de aconsejar o incurrir en conducta
que pueda inducir a error a una parte que no esté a su vez representada por abogado.
ANOTACIONES
1. En general.
Un licenciado fue suspendido del ejercicio de la abogacía por el término de tres meses por tener una
conversación ex parte con una parte contraria, quien era una accionista de una corporación, sobre un
caso de cobro de dinero. In re Merced, 180 D.P.R. 179, 2010 PR Sup. LEXIS 202 (P.R. 2010).
El Tribunal Supremo amonestó al licenciado por infringir este canon cuando envió la comunicación
escrita a la parte contraria y, simultáneamente, a su representación legal; el envio de la comunicación
escrita a la parte contraria y, simultáneamente, a su representación legal debe hacerse solo ante la
presencia de circunstancias apremiantes, cuando sus intentos de enviar la comunicación escrita por
conducto del abogado de la parte contraria han sido infructuosos y luego de haberle avisado a dicha
representación legal que utilizará el método de envio simultáneo. In re Balzac, 179 D.P.R. 151, 2010 PR
Sup. LEXIS 79 (P.R. 2010).
Un abogado violó este canon porque se realizó un acuerdo con partes representadas por otro abogado
en ausencia de ese abogado. In re Acosta, 175 D.P.R. 923, 2009 PR Sup. LEXIS 125 (P.R. 2009).
El abogado violentó a este canon porque compareció a una reunión de la junta de directores de una
corporación, en representación de la parte adversa, en ausencia de los abogados de la corporación. In
re Amundaray Rodríguez, 172 D.P.R. 60 (2007).
El abogado actuó en una manera poca profesional al negociar con la parte adversa, sabiendo que el
accionista tenía un represente legal, pero sabiendo también que el otro abogado no pudo estar presente
durante una reunión de las partes. In re Guzman Rodríguez, 167 D.P.R. 310 (2006).
Un abogado contraviene este canon a enviarles a casi todos los empleados de la compañía de sus
clientes una comunicación respecto al pleito. In re Queja, 159 D.P.R. 276, 2003 PR Sup. LEXIS 61 (P.R.
2003).
La prohibición contenida en este canon aplica independientemente del nivel de educación o escolaridad
de las partes. In re Andréu Rivera, 149 D.P.R. 820 (1999).
Para efectos de este canon, el tribunal interpreta que los miembros de la Junta de directores y
empleados de una corporación se consideran como parte. In re Andréu Rivera, 149 D.P.R. 820 (1999).
Bajo las circunstancias particulares del caso y en vista de ser la primera vez que el tribunal se expresa
sobre el particular, se aplicará prospectivamente la norma establecida en el caso y la misma no será
aplicada a los abogados querellados. In re Andréu Rivera, 149 D.P.R. 820 (1999).
Un abogado que voluntariamente brinda asesoramiento a una parte contraria que no cuenta con
representación legal, induciéndola así a cometer un error, viola el Canon 28 de Etica Profesional. In re
Cardona, 143 D.P.R. 50, 1997 PR Sup. LEXIS 390 (P.R. 1997).
Es incompatible con el significado y espíritu de este canon la práctica de permitir la toma de fotografías,
películas o vídeos sobre los procesos judiciales, incluso de sus recesos entre sesiones, mediante la
filmación de los mismos al mantener y permitir abiertas las puertas del salón de sesiones, o a través de
las pequeñas áreas de cristal transparente de esas puertas, pues tal práctica, o cualquiera afín, tienden a
restar el decoro, solemnidad y respeto que deben permear en el salón de sesiones del tribunal, y por
ende, deben ser descontinuadas inmediatamente. Interp. Canon XVIII de ética Judicial, 139 D.P.R. 39
(1995).
Canon 29. Cuestiones personales entre abogados
Los clientes, no los abogados, son los litigantes. Cualquier rencor que exista entre los clientes no debe
afectar la conducta de los abogados entre sí ni las relaciones hacia el litigante contrario. Debe evitarse
escrupulosamente toda cuestión personal entre los abogados. En el trascurso de un juicio es impropio
aludir a la historia personal o peculiaridades individuales o idiosincrasias del abogado adversario. Los
coloquios entre abogados que causan dilaciones y provocan disputas deben también evitarse.
Será altamente impropio de un abogado hacer imputaciones falsas que afecten la reputación y el buen
nombre de un compañero. Cuando existan fundados motivos de quejas graves contra colegas, es el
deber del abogado someter sus cargos a las autoridades competentes, debiendo utilizar para ellos los
medios propios que dispone la ley.
ANOTACIONES
1. En general.
Cuando un licenciado permitió que su cliente dirigiera el caso y le cedió la facultad de decidir el
contenido de los escritos que se presentaban al foro judicial, y el licenciado se ausentaba a las vistas sin
que el tribunal hubiera autorizado su incomparecencia, él violó los Cánones 9, 12, 15, 18, 20, 29, 35 y 38
del Código de Ética Profesional. El licenciado fue suspendido indefinida e inmediata del ejercicio de la
abogacía y de la notaría. In re Rodríguez, 198 D.P.R. 369, 2017 PR Sup. LEXIS 116 (P.R. 2017).
Un abogado infringió este canon por haber utilizado un lenguaje ofensivo contra un compañero abogado
y su cliente. In re Castro, 172 D.P.R. 193, 2007 PR Sup. LEXIS 167 (P.R. 2007).
Una abogada violó los Cánones 8,15, y 29 de Etica Profesional cuando, inspirada por la animosidad de
su cliente, permitió que éste dirigiera el caso y se convirtiera en el dueño de su conciencia en un trámite
de reclamación y cobro de pensiones alimenticias de menores de edad. In re Feliciano, 165 D.P.R. 565,
2005 PR Sup. LEXIS 126 (P.R. 2005).
El abogado violó este canon por actuar poco profesional e irrespectuosa a sus colegas cuando sacó la
lengua a la otra abogada y amenazó al otro abogado durante una desposición. In re Carrasquillo, 164
D.P.R. 813, 2005 PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 2005).
Cada abogado tiene el deber de evitar escrupulosamente cualquier conflicto personal entre él y los
demás abogados en un pleito. In re Ramírez Ramírez, 151 D.P.R. 128 (2000).
Es altamente impropio que un abogado haga imputaciones falsas que afecten la reputación y el buen
nombre de otro compañero abogado. In re Ruiz, 131 D.P.R. 500, 1992 PR Sup. LEXIS 272 (P.R. 1992).
El uso de lenguaje ofensivo y la falta de consideración para con los abogados de la parte contraria violan
este canon y son lesivas a la dignidad del tribunal. In re Córdova González, 125 D.P.R. 555 (1990).
2. Adecuación del castigo.
En el caso de un letrado que incurrió en conducta impropia al hacer imputaciones falsas contra un
compañero abogado mientras declaraba bajo juramento durante un juicio debido a que, según el informe
psiquiátrico, por razón del desbalance emocional crítico que sufría las cuestiones contenciosas
motivaban en él la manifestación de agresividad, pero en cuestiones donde no entraban en juego
relaciones interpersonales podía continuar perfectamente utilizando sus conocimientos legales e
interpretarlos en la forma más juiciosa, el tribunal estimó como solución más apropiada limitar su ejercicio
de la abogacía a consultas en su despacho y al ejercicio del notariado, hasta que demostrara al tribunal,
previa solicitud al efecto, que su condición había mejorado al extremo de que se justificaba su
reinstalación al ejercicio de la abogacía. In re Santana, 92 D.P.R. 804, 1965 PR Sup. LEXIS 263 (P.R.
1965).
Canon 30. Derecho a dirigir los incidentes del juicio
Los abogados, como compañeros de profesión, se deben mutuamente trato generoso y considerado, y
las presiones o exigencias de sus clientes no deben impedir tal comportamiento. Corresponde al
abogado, no al cliente, siempre que los intereses de éste queden debidamente protegidos, hacer
concesiones razonables a un compañero en cuanto a peticiones de transferencias de vistas, prórrogas,
cambios de fechas y sitios para citas o reuniones y sobre el trámite de asuntos incidentales pendientes
en un pleito.
ANOTACIONES
1. En general.
A los abogados les está vedado convertirse en instrumentos de sus clientes. Quinones v. Conde, 117
D.P.R. 1, 1986 PR Sup. LEXIS 95 (P.R. 1986).
Viola este canon el letrado que incumple en su carácter profesional una obligación económica contraída
con una parte adversa en un litigio, quien descansó, al aceptarla, en la confianza que le mereció dicho
letrado, no como comerciante sino en su carácter de abogado. In re Lcdo, 108 D.P.R. 353, 1979 PR Sup.
LEXIS 62 (P.R. 1979).
Es incorrecto el interpretar el poder disciplinario que tiene el Tribunal Supremo de Puerto Rico para
hacer cumplir las disposiciones de este apéndice en el sentido de que convierte a dicho Tribunal en una
agencia de cobro deudas en que puedan incurrir los abogados en el curso de sus asuntos personales. In
re Lcdo, 108 D.P.R. 353, 1979 PR Sup. LEXIS 62 (P.R. 1979).
Canon 31. Costumbres y prácticas reconocidas en el foro
Un abogado debe observar las buenas costumbres establecidas en el foro o en un tribunal determinado;
y aun cuando sea permisible legalmente, no debe hacer caso omiso de tales costumbres sin notificar
debidamente al abogado contrario.
ANOTACIONES
1. En general.
Incurre en conducta profesional que merece la más enérgica censura del Tribunal Supremo el abogado
que remite a un posible demandado una demanda que no ha presentado aún ante los tribunales ni
piensa presentar por el momento, independientemente de los méritos de la causa de acción alegada en
la espuria demanda. Cohen v. Lcdo, 115 D.P.R. 355, 1984 PR Sup. LEXIS 113 (P.R. 1984).
Canon 32. Subasta de servicios profesionales y notariales
Será impropio de un abogado el concurrir como licitador a cualquier subasta en relación con la prestación
de servicios profesionales o notariales ante cualquier persona o entidad jurídica, pública o privada.
Canon 33. Colaboración al ejercicio ilegal de la abogacía
(a) Ninguna persona admitida a la práctica de la abogacía en Puerto Rico podrá ejercer, ni colaborará
para que otra ejerza, la profesión jurídica en otra jurisdicción cuando ello contravenga la reglamentación
de la profesión jurídica en esa jurisdicción.
(b) A menos que esté autorizada a ejercer la práctica de la abogacía en Puerto Rico ninguna persona
podrá:
(1) Establecer una oficina o cualquier otra presencia continua y sistemática para ejercer la abogacía en
Puerto Rico; o
(2) hacer creer al público o aparentar de cualquier manera que puede ejercer la abogacía en Puerto
Rico.
(c) Cualquier persona admitida a ejercer la abogacía en una jurisdicción de los Estados Unidos, y que no
esté suspendida o separada de la práctica, podrá proveer servicios legales en Puerto Rico siempre que:
(1) Sus servicios se ofrezcan en asociación con una persona admitida a la práctica de la abogacía en
Puerto Rico y dicha persona participa activamente en el asunto;
(2) sus servicios estén relacionados razonablemente con un procedimiento pendiente o potencial ante
un tribunal o foro administrativo en Puerto Rico o una jurisdicción de Estados Unidos, si la persona o la
persona con la que colabora en Puerto Rico está autorizada por ley u orden judicial a comparecer en ese
procedimiento o razonablemente espera que se le concederá una admisión por cortesía;
(3) sus servicios estén relacionados razonablemente con un arbitraje, mediación u otro método alterno
para solución de disputas pendiente o próximo a comenzar en Puerto Rico o en Estados Unidos, si la
persona o la persona con la que colabora en Puerto Rico está autorizada por ley u orden judicial a
comparecer en el procedimiento o razonablemente espera que se le concederá una admisión por
cortesía; o
(4) si sus servicios no están comprendidos en la cláusula (2) o (3) de este inciso pero están relacionados
razonablemente a su práctica en una jurisdicción de Estados Unidos en la que está admitida a ejercer.
(d) Una persona admitida a la práctica de la abogacía en una jurisdicción de Estados Unidos, que no
esté suspendida o separada de esa práctica en ninguna jurisdicción, puede proveer servicios legales a
través de una oficina u otra presencia sistémica y continua en Puerto Rico siempre que estos servicios:
(1) Se provean a su patrono o alguna de las afiliadas de su patrono y no sean servicios para los cuales
este foro exige admisión por cortesía o
(2) sean servicios que una ley federal u otra ley lo autoriza a brindar en Puerto Rico.
(e) No se podrá practicar la notaría en Puerto Rico sin autorización del Tribunal Supremo para ello.
Ninguna persona admitida al ejercicio de la notaría en Puerto Rico colaborará para que otras personas
ejerzan la notaría sin autorización. Se prohíbe permitir o facilitar el que una persona o entidad que no
esté autorizada a ejercer la notaría cobre total o parcialmente por los servicios profesionales prestados
por personas admitidas a la práctica de la notaría en Puerto Rico. Esas personas tampoco se unirán en
sociedad con alguien que no ha sido autorizado a ejercer la notaría cuando alguna de las actividades de
la sociedad se relaciona con la función notarial.
History.
—Junio 23, 2015.
HISTORIAL
Enmiendas—2015.
La resolución de 2015 enmendó este canon en términos generales.
ANOTACIONES
1. En general.
Esta sección prohíbe que un abogado no admitido en la jurisdicción de Puerto Rico suministre consejo
legal a los clientes de un abogado aunque se trate de un asunto fuera de los tribunales; el Tribunal
Supremo concluyó que los abogados admitidos a ejercer la profesión de la abogacía en jurisdicciones de
los Estados Unidos deben solicitar admisión por cortesía al amparo de la Regla 12(f) del Reglamento del
Tribunal Supremo, Ap. XXI-B de este título, al participar como representantes legales en procedimientos
de arbitraje en Puerto Rico. In re Wolper, 189 D.P.R. 292, 2013 PR Sup. LEXIS 88 (P.R. 2013).
Un quejoso contrató los servicios de un licenciado para que representara a su hermano durante un
proceso criminal por razón de que su abogada anterior no podía continuar con la representación legal
que ostentaba. Cuando el licenciado instruyó al quejoso a pagar dinero a la abogada anterior, quien no
estaba autorizada a ejercer la abogacía, el licenciado violó este canon , ya que compartió honorarios con
una persona que no era abogado. In re Vega, 189 D.P.R. 672, 2013 PR Sup. LEXIS 127 (P.R. 2013).
Canon 34. Instigación o gestión de pleitos
Actúa contrario a los altos postulados de la profesión el abogado que, con propósito de lucro y sin ser
requerido para que ofrezca su consejo o asesoramiento legal, aliente o estimule, en alguna forma, a
clientes potenciales para que inicien reclamaciones judiciales o de cualquier otra índole. Es también
contrario a la sana práctica de la profesión el que un abogado, sin ser requerido, bien lo haga
personalmente o a través de personas, investigue o rebusque defectos en títulos u otras posibles fuentes
o causas de reclamaciones a los fines de beneficiarse en alguna forma mediante la prestación de sus
servicios profesionales.
Empaña la integridad y el prestigio de la profesión y es altamente reprobable el que un abogado,
actuando directamente o a través de intermediarios o agentes, haga gestiones para proporcionarse
casos o reclamaciones en que intervenir o para proporcionarlos a otros abogados. Incurre en igual falta
el abogado que dé u ofrezca beneficios, favores o compensación de clase alguna a empleados públicos,
ajustadores de seguros u otras terceras personas con el fin de ganarse su favor para el referimiento de
asuntos que puedan dar base a reclamaciones o casos y, por ende, proporcionarle al abogado aumento
en su clientela.
Por tratarse de una conducta desdorosa, tanto con respecto a la profesión legal como con la justicia en
general, todo abogado está obligado a informar a los organismos competentes sobre cualquier caso en
que se incurra en dicha práctica impropia y reprensible inmediatamente después de tener conocimiento
de ello.
ANOTACIONES
1. En general.
El abogado violó los mandatos de ética profesional cuando visitó por su propia cuenta, sin ser requerido,
la residencia de la cliente, entregó $1,000 a la familia, les advirtió que no llegaran a ningún arreglo con la
compañía de seguros, y que él manejaría el caso y le sacaría $250,000. In re Pérez, 169 D.P.R. 91,
2006 PR Sup. LEXIS 170 (P.R.), modified, 169 D.P.R. 309, 2006 PR Sup. LEXIS 165 (P.R. 2006).
Tras la destrucción de un edificio, la cual causó varios muertos y daños severos, algunos abogados
intentaron a comunicarse directamente con clientes potenciales, sin que éstas se los requiriera, para
solicitar la contratación de representación legal, en contravención de este canon y el Canon 38 de este
apéndice. In re Carbonell, 162 D.P.R. 665, 2004 PR Sup. LEXIS 137 (P.R. 2004).
Aunque la conducta del abogado en hacer cuatro visitas al cliente durante un plazo de 14 días
inmediatamente después de la muerte del hijo del cliente para solicitar el servicio del abogado, es una
conducta altamente sospechosa, no es suficiente para entender infringido este canon. In re Lcdo, 152
D.P.R. 542, 2000 PR Sup. LEXIS 138 (P.R. 2000).
Canon 35. Sinceridad y honradez
La conducta de cualquier miembro de la profesión legal ante los tribunales, para con sus representados y
en las relaciones con sus compañeros debe ser sincera y honrada.
No es sincero ni honrado el utilizar medios que sean inconsistentes con la verdad ni se debe inducir al
juzgador a error utilizando artificios o una falsa relación de los hechos o del derecho. Es impropio variar o
distorsionar las citas jurídicas, suprimir parte de ellas para transmitir una idea contraria a la que el
verdadero contexto establece u ocultar alguna que le es conocida.
El abogado debe ajustarse a la sinceridad de los hechos al examinar los testigos, al redactar afidávit u
otros documentos, y al presentar causas. El destruir evidencia documental o facilitar la desaparición de
evidencia testifical en un caso es también altamente reprochable.
ANOTACIONES
Analysis

1. En general.
2. Litigar un mismo caso en diferentes salas.
3. Transacción de intereses de un menor.
1. En general.
La abogada violó los Cánones 9, 11, 35 y 38 de este apéndice (1) al enviar copia del recurso a un oficial
jurídico de uno de los miembros de esta Curia, con conocimiento del puesto que ocupaba, para influir en
el proceso decisorio de este Foro; (2) al responder a las advertencias del oficial jurídico a través de
mensajes en tono desafiante e irrespetuoso; (3) al dificultar el curso de la investigación de la queja a
cargo de la Oficina de la Procuradora General proveyendo respuestas evasivas e inclusive incorrectas. In
re Sánchez, 201 D.P.R. 765, 2019 PR Sup. LEXIS 19 (P.R. 2019).
La abogada violó las disposiciones de la Ley Notarial y su reglamento y los Cánones 12, 18, 19, 35 y 38
del Código de Ético Profesional por consignar hechos falsos en una escritura de compraventa sobre el
conocimiento de los comparecientes y el precio pagado por el inmueble y por no mantener sus clientes
informados sobre el transcurso del caso. In re Cabrera, 201 D.P.R. 902, 2019 PR Sup. LEXIS 40 (P.R.
2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 35 y 38 de este apéndice por no comparecer a las vistas
señaladas por el tribunal; por no cumplir con las órdenes del foro judicial; por dejar transcurrir mucho
tiempo sin hacer alguna gestión para corregir su dirección errónea; y por aceptar colaborar como
abogado en el caso sabiendo que no podía esforzarse al máximo en la representación. In re Rodríguez,
201 D.P.R. 1057, 2019 PR Sup. LEXIS 35 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 35 y 38 de este apéndice cuando aceptó un acuerdo
transaccional sin informárselo y ni consultárselo a su clienta; endosó el cheque producto del negocio con
el nombre de la clienta y lo depositó en la cuenta bancaria de este; y mantuvo el cheque en su cuenta
por un año. In re Allan A. Peña Ríos Ts-11,445, 2019 PR Sup. LEXIS 54 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 17, 18, 20, 35 y 38 de este apéndice (1) al no comparecer en
tiempo a los requerimientos de la TTAB; (2) al hacer falsas representaciones a dicho ente adjudicativo en
cuanto a su renuncia y los acuerdos con su cliente, las cuales indujeron a error al referido foro; y (3) al
no mantener informado a su cliente sobre el estado de los procedimientos en el caso. Ex parte Guerrero,
201 D.P.R. 345, 2018 PR Sup. LEXIS 203 (P.R.), modified, 201 D.P.R. 606, 2018 PR Sup. LEXIS 200
(P.R. 2018).
Licenciado fue suspendido de la práctica de la abogacía y la notaría por un término de seis meses
porque incurrió en conducta contraria al Cánones 5, 35 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A.
Ap. IX, al solicitarle a una persona que fingiera ser su representado durante una vista preliminar como
estrategia para cuestionar la precisión de una identificación. In re García, 197 D.P.R. 515, 2017 PR Sup.
LEXIS 33 (P.R. 2017).
Licenciada fue suspendido del ejercicio de la notaría porque ella juramentó los traspasos de vehículos
sin tener a las personas que firmaron presentes; al certificar un hecho falso, la licenciada violó los
Artículos 2, 12 y 56 de la Ley Notarial, 4 L.P.R.A. §§ 2002, 2023 y 2091, las Reglas 65, 66 y 67 del
Reglamento Notarial, 4 L.P.R.A. Ap. XXIV, y los Cánones 18, 35 y 38 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap.
IX. In re Dora López Díaz Ts-2422, 198 D.P.R. 360, 2017 PR Sup. LEXIS 110 (P.R. 2017).
El licenciado violó este canon y el Canon 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 38, al
autorizar una escritura de compraventa sin realizar una investigación adecuada y responsable. Al otorgar
la escritura en controversia, el licenciado no indagó sobre el negocio jurídico otorgado entre las partes y
dio fe de que la querellada había pagado al vendedor la totalidad de la deuda cuando a quien la
querellada le pagó la deuda fue a otra persona. In re Eric Pagani Padró Ts-9854, 198 D.P.R. 812, 2017
PR Sup. LEXIS 147 (P.R. 2017).
Licenciado violó los Cánones 35 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 35, C. 38, al
falsificar la firma de una licenciada en un recurso presentado ante el foro apelativo intermedio.
Independientemente de las razones por las cuales incurrió en esa conducta, el querellado faltó a la
verdad ante el tribunal, sus clientes y una compañera de la profesión. In re González, 198 D.P.R. 350,
2017 PR Sup. LEXIS 115 (P.R. 2017).
Cuando un licenciado permitió que su cliente dirigiera el caso y le cedió la facultad de decidir el
contenido de los escritos que se presentaban al foro judicial, y el licenciado se ausentaba a las vistas sin
que el tribunal hubiera autorizado su incomparecencia, él violó los Cánones 9, 12, 15, 18, 20, 29, 35 y 38
del Código de Ética Profesional. El licenciado fue suspendido indefinida e inmediata del ejercicio de la
abogacía y de la notaría. In re Rodríguez, 198 D.P.R. 369, 2017 PR Sup. LEXIS 116 (P.R. 2017).
Licenciada fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la notaría porque la licenciada violó el
Art. 2, 28 y 39 de la Ley Notarial, la Regla 49 del Reglamento Notarial y los Cánones 18, 35 y 38 del
Código de Ética Profesional cuando ella otorgó escrituras públicas sin la firma necesaria, por lo que las
mismas resultaron nulas, y expidió copias certificadas aseverando que en éstas obraba la firma e
iniciales de los comparecientes, aunque ello era falso. In re Imbernón, 194 D.P.R. 499, 2016 PR Sup.
LEXIS 6 (P.R. 2016).
Cuando un licenciado autorizó una presunta “compraventa” de un inmueble a sabiendas de que ésta no
era más que un subterfugio para que una de las partes procurara un financiamiento a través de un
tercero, vulneró la fe pública notarial en él depositada, la cual contravino tanto el Art. 2 de la Ley notarial,
4 L.P.R.A. § 2002, y, a la vez, contravino el deber de sinceridad que establece el Canon 35 del Código de
Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX C. 35. In re Gerena, 194 D.P.R. 917, 2016 PR Sup. LEXIS 44 (P.R.
2016)
La conducta de una licenciada, al proveer información falsa respecto a las horas trabajadas para el
Estado, incumplió palmariamente su deber erga omnes de sinceridad y honradez y violó el Canon 35. In
re Torres, 194 D.P.R. 925, 2016 PR Sup. LEXIS 73 (P.R. 2016).
Licenciada violó este canon y los Cánones 18 y 19 del Código de Ética Profesional al cometer
numerosas faltas notariales en torno a la otorgación de un contrato de compraventa, las cuales reflejaron
falta de diligencia, entre éstas - omitir advertencias legales, no exponer información sobre otorgantes e
información de ella como notaria autorizante, describir solares de forma incompleta e incongruente, y
omitir el tracto sucesivo de las cabidas. In re Del Collado Ruiz, 195 D.P.R. 705, 2016 PR Sup. LEXIS 155
(P.R. 2016).
El deber de sinceridad y honradez se infringe por el mero hecho de faltar a la verdad, aunque no exista
intención de defraudar. Licenciado violó este canon al indicar, en la contestación a la queja presentada
en su contra, que decidió unir al pleito a una licenciada adicional para poder cumplir con la extensa carga
laboral; sin embargo, el informe de la Comisionada Especial demostró claramente que fue la cliente
quien optó por unir a la licenciada para que atendiera la apelación de su hijo. In re Galarza, 195 D.P.R.
894, 2016 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2016).
Una licenciada fue censurado enérgicamente por desplegar conducta contraria a este canon y el Canon
38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 38, durante el trámite de una acción civil en la
cual fungía como parte demandada porque la licenciada manifestó erróneamente bajo juramento no
tener conocimiento del pleito civil en su contra. In re Salcedo, 196 D.P.R. 136, 2016 PR Sup. LEXIS 179
(P.R. 2016).
Licenciado infringió este canon al no discutir con los comparecientes el hecho de que el inmueble sobre
el cual se establecieron opciones de compraventa, se encontraba en medio de un proceso litigioso de
ejecución de hipoteca. La información que el licenciado omitió intencionalmente era relevante y necesaria
para que los compradores ejercieran su criterio de manera informada. Dicha omisión apartó al licenciado
de la obligación de actuar de forma honrada y sincera en todo momento. In re Grau, 196 D.P.R. 522,
2016 PR Sup. LEXIS 216 (P.R. 2016).
Licenciado fue suspendido inmediata del ejercicio de la notaría por un término de seis meses porque
violó este canon y el Canon 18 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y los Artículos 2, 14 y
16 de la Ley Notarial de Puerto Rico, 4 L.P.R.A. §§ 2002, 2032, 2034, al autorizar un testimonio a
sabiendas de que lo declarado era falso. In re González, 193 D.P.R. 877, 2015 PR Sup. LEXIS 123 (P.R.
2015).
Tribunal Supremo censuró a una licenciada ante la inexactitud de facturas y la identificación de horas
exactas que no correspondieron a horas reales en que se rendía los servicios legales. Ello apunta a un
relajamiento del criterio de honestidad hacia el cliente que exige a todo abogado este canon. In re
Laureano, 193 D.P.R. 409, 2015 PR Sup. LEXIS 86 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía porque violó este canon y
los Canones 9, 12, 17, 26, y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX al incoar procesos
judiciales frívolos en contra de varios funcionarios públicos, incluyendo jueces y abogados, con la única
intención de hostigarla, perseguirla y perjudicarla. Exhibió una conducta irrespetuosa, desafiante e
irreverente ante los tribunales y durante el trámite del asunto ético, éste asumió un proceder similar y
nunca expresó arrepentimiento, ni reconoció trasgresión ética alguna. In re Rodríguez, 193 D.P.R. 633,
2015 PR Sup. LEXIS 112 (P.R. 2015).
Cuando una licenciada retuvo fondos que la licenciada estaba encargada de consignar inmediatamente
en el tribunal y no notificó que poseía los mismos hasta que se solicitó una orden de arresto contra su
clienta, la licenciada violó este canon. La dilación en la devolución de los fondos fue causa suficiente
para infringir este canon. La licenciada hizo falsas representaciones tanto al Tribunal de Primera
Instancia como al Tribunal Supremo, tratando de desvirtuar la realidad de lo verdaderamente sucedido
con el dinero que se le entregó para ser consignado, ofreciendo versiones contradictorias entre sí y
ajenas a la verdad. In re Navarro, 193 D.P.R. 303, 2015 PR Sup. LEXIS 90 (P.R. 2015).
Un abogado-notario fue disciplinado porque certificó como cierto bajo la fe notarial un hecho falso
durante el traspaso de un vehículo. Esa conducta violó el Art. 56 de la Ley Notarial, la Regla 67 del
Reglamento Notarial y los Cánones 18, 35 y 38 de Ética Profesional. In re Velázquez, 193 D.P.R. 681,
2015 PR Sup. LEXIS 114 (P.R. 2015).
Un abogado-notario fue disciplinado porque autorizó una escritura para hacer una partición de una
herencia aunque el derecho hereditario no estaba inscrito. También el abogado-notario identificó como
otorgantes en la escritura personas que no firmaron ni iniciaron la escritura. Esa conducta violó los
artículos 2, 16, 24, 28 y 34 de la Ley Notarial, y de los Cánones 18 y 35 de Ética Profesional. In re
Velázquez, 193 D.P.R. 681, 2015 PR Sup. LEXIS 114 (P.R. 2015).
Licenciada fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía porque la licenciada
violó este canon y los Cánones 17, 18, y 38 cuando la licenciada presentó una demanda a pesar de
contar con prueba pericial que exoneraba de responsabilidad al potencial demandado. In re Santiago,
191 D.P.R. 611, 2014 PR Sup. LEXIS 139 (P.R. 2014).
Cuando una licenciada le compró una propiedad residencial al cliente y los términos de pago no se
redujeron a un documento escrito, la licenciada faltó a su obligación de actuar con sinceridad y honradez
según consignada en el Canon 35 porque la licenciada no fue honesta en sus tratos con el cliente al
agenciar unos términos y condiciones de compraventa que, lejos de proteger los intereses de su cliente,
favorecían los suyos propios. Tomando en consideración que fue la primera queja que se presentó contra
la licenciada en su trayectoria de casi 30 años como, el Tribunal Supremo se le censuró enérgicamente.
In re Arce, 192 D.P.R. 140, 2014 PR Sup. LEXIS 141 (P.R. 2014).
Licenciado infringió este canon cuando el caso de su cliente se trasladó al Distrito de Florida. El
licenciado no estaba autorizado a ejercer la abogacía allí pero el licenciado continuaba siendo el
abogado de récord. Muchos eventos provocaron incertidumbre en el cliente en cuanto a lo que estaba
ocurriendo con su caso y la conducta del licenciado violó el deber a ser sincera y honrada ante todos y
en todo momento. In re Jiménez, 192 D.P.R. 152, 2014 PR Sup. LEXIS 143 (P.R. 2014).
Cuando conducta impropia del licenciado fue contra la dignidad y honor de la profesión legal y el
licenciado infringió los Cánones 18, 19, 21, 23, 35 y 38, licenciado fue suspendido inmediatamente de la
práctica de la profesión legal por el término de un año. Aunque el licenciado gozó de una reputación
intachable y laboró activamente en su iglesia y esta constituyó la primera falta del licenciado, el
licenciado negó su responsabilidad y sostuvo hechos contradictorios, y con relación a la querella
presentada el licenciado presentó alegaciones inconsistentes desde el comienzo. In re Coreano, 190
D.P.R. 739, 2014 PR Sup. LEXIS 54 (P.R. 2014)
Cuando un licenciado fue designado como abogado de oficio del cliente y le presentó al cliente otro
abogado en las etapas apelativas, quien cobraría honorarios para ello, el licenciado violó este canon al
desatender su designación como abogado de oficio sin la debida autorización del tribunal. El licenciado
fue suspendido del ejercicio de la profesión durante el término de tres meses. In re Miranda, 190 D.P.R.
151, 2014 PR Sup. LEXIS 20 (P.R. 2014)
No existió evidencia robusta, clara y convincente de que el licenciado retuvo información, suministró
datos contrarios a la realidad, o manipuló los hechos para acomodarlos a la reclamación de su prima y
cliente. In re Arana, 188 D.P.R. 339, 2013 PR Sup. LEXIS 53 (P.R. 2013).
Un licenciado fue suspendido inmediata y indefinidamente del ejercicio de la notaría porque el Tribunal
de Primera Instancia tuvo ante sí prueba clara, robusta y convincente que el licenciado faltó a la fe
pública notarial al incumplir con la unidad de acto que requirió el otorgamiento de un testamento abierto,
así como por estampar su firma y sello en una declaración jurada que no se prestó ante sí. Violó este
canon al incumplir con el deber de sinceridad y honradez. In re Nieves, 189 D.P.R. 259, 2013 PR Sup.
LEXIS 92 (P.R. 2013).
En un caso contra el quejoso, quien era empleado de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados,
estuvo implicado en un incidente durante una huelga contra la A.A.A., un licenciado, quien se identificó
como Fiscal Auxiliar a una vista de Regla 6, violó este canon y Canon 38 porque el licenciado era
empleado de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados y ocupaba la posición de Fiscal Auxiliar donde
disfrutaba de una licencia sin sueldo, Aunque 3 L.P.R.A. § 294v solo prohíbe el ejercicio de la profesión
en el sector privado y no prohíbe que un Fiscal, mientras disfruta de una licencia sin sueldo, ejerza la
abogacía en el sector público, en virtud de esa concesión este debió abstenerse de ejercer funciones
delegadas al Ministerio Fiscal. In re José M. Molina Oliveras, 188 D.P.R. 547, 2013 PR Sup. LEXIS 65
(P.R. 2013).
Cuando un licenciado fue inconsistente en su defensa y se valió de artificios para defenderse contra una
querella, tal conducta constituyó violaciones a este canon y Canon 18 del Código de Ética Profesional. In
re Vega, 189 D.P.R. 672, 2013 PR Sup. LEXIS 127 (P.R. 2013).
Cuando una licenciada, teniendo conocimiento de los defectos en los documentos relacionados con un
negocio jurídico que le produjeron otros licenciados, no los corrigió antes de autorizar la escritura, estaba
violando el Art. 2 de la Ley Notarial y este canon. In re Pardo, 185 D.P.R. 1031, 2012 PR Sup. LEXIS 110
(P.R. 2012).
Un licenciado incurrió en conducta que viola la fe pública notarial y este canon al dar fe de hechos falsos
en una escritura en donde se realizó una donación cuando las partes interesaban una compraventa,
donación que luego fue revertida en una segunda escritura autorizada por dicho licenciado. In re
Martínez, 185 D.P.R. 1068, 2012 PR Sup. LEXIS 112 (P.R. 2012).
El abogado violó los Cánones 35 y 38 de este apéndice cuando no presentó una exposición de hechos
sincera y acertada en el presente caso disciplinario y utilizó su influencia como abogado para agenciarse
trabajo adicional como corredor de bienes inmuebles. In re Sigfredo Pons Fontana, 182 D.P.R. 300, 2011
PR Sup. LEXIS 104 (P.R. 2011).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 19, 35 y 38 de este apéndice por no contestar la moción de
desestimación, no comparecer a la vista de conferencia con antelación al juicio, contestar el
descubrimiento de prueba fuera del término establecido, no informar al cliente de la desestimación del
caso hasta mucho tiempo después, y no ser honesto en decir la verdadera razón por la cual se
desestimó el caso. In re Nieves, 181 D.P.R. 25, 2011 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2011).
Un licenciado violó este canon como consecuencia de la desestimación de una acción a base de
información falsa, seguido por el envió de una carta a la quejosa aparenta con el propósito de causarla
opresión. In re Vázquez, 180 D.P.R. 527, 2010 PR Sup. LEXIS 218 (P.R. 2010).
Un abogado incurrió en conducta violatoria de los Cánones de Etica Profesional, porque el abogado
proveyó al tribunal de instancia información falsa, y no cumplió con sus deberes ante el foro de instancia,
e incompareció ante el foro de instancia. In re Torres, 176 D.P.R. 545, 2009 PR Sup. LEXIS 147 (P.R.
2009).
Un abogado violó este canon porque no presentó un formulario en representación de una cliente ante el
Departamento de Inmigración y le hizo a la cliente suscribir una apelación aun cuando debía saber que
quien tenía que firmarlo era el esposo de la cliente. In re Vega, 176 D.P.R. 241, 2009 PR Sup. LEXIS
133 (P.R. 2009).
Un abogado violó a este canon porque ocultó a su cliente la realidad jurídica de lo sucedido con el
asunto que le fue encomendado, haciéndole falsas representaciones de que estaba trabajando en el
mismo, a sabiendas de que ello no era así. In re Lozada, 176 D.P.R. 215, 2009 PR Sup. LEXIS 105 (P.R.
2009).
Un notario público violó este canon porque dío fe a una escritura e incluyó información falsa en el
documento, aunque no fuera intencional. In re Betancourt, 175 D.P.R. 827, 2009 PR Sup. LEXIS 56 (P.R.
2009).
El abogado violó el Canon 38 de este apéndice porque no cumplió con su deber como depositario de las
cantidades monetarias que el cliente confió en el bufete y utilizó el dinero del cliente para uso personal,
sin el consentimiento del cliente. In re Betancourt, 175 D.P.R. 827, 2009 PR Sup. LEXIS 56 (P.R. 2009).
Una notaria violó la Ley Notarial y este canon a no cumplir con su obligación de conocer el estado
registral de la propiedad en cuestión ni realizar un estudio de título a esos efectos antes de autorizar una
escritura de compraventa. In re Alicea, 175 D.P.R. 456, 2009 PR Sup. LEXIS 26 (P.R. 2009).
En una vista disciplinaria, no existía prueba clara, robusta, y convincente de que el abogado hubiese
faltado a los deberes de lealtad, sinceridad y honradez: el abogado tuvo el derecho a confrontar y
contrainterrogar a su cliente, el querellante, pero éste no demostró interés alguno en el proceso, ni
compareció a ofrecer su testimonio. In re Aguirre, 175 D.P.R. 433, 2009 PR Sup. LEXIS 16 (P.R. 2009).
Un abogado violó el Canon 35 de este apéndice porque recibió un cheque de una compañía
aseguradora, y no informó al cliente de la existencia del cheque. In re Ríos, 175 D.P.R. 57, 2008 PR
Sup. LEXIS 182 (P.R. 2008).
Las actuaciones de una notaria ameritaron una sanción disciplinaria porque la notaria estampó su sello y
firmó un documento aunque las partes no comparecieron ante la notaria. In re Menéndez, 175 D.P.R. 22,
2008 PR Sup. LEXIS 178 (P.R. 2008).
Un abogado no merecía ser reinstalado al ejercicio de la abogacía por su reiterado incumplimiento con
las órdenes de los tribunales, su clara dejadez y menosprecio en la tramitación de los casos que le han
sido encomendados, y su incumplimiento con las órdenes durante el procedimiento de acción
disciplinaria. In re Velázquez, 174 D.P.R. 433, 2008 PR Sup. LEXIS 144 (P.R. 2008).
Un abogado fue disciplinado porque al otorgar una escritura de compraventa sin asegurarse que el
vendedor tenía título a la propiedad, el abogado actuó en contravención a este canon, y la ley notarial. In
re Díaz, 174 D.P.R. 99, 2008 PR Sup. LEXIS 143 (P.R.), modified, 174 D.P.R. 790, 2008 PR Sup. LEXIS
198 (P.R. 2008).
Los abogados no violaron a este canon porque no indujeron a error al foro apelativo intermedio mediante
mecanismos inconsistentes con la verdad: una moción presentada por los abogados ante el foro
apelativo intermedio no contenía hechos incorrectos, a pesar de hacer conclusiones de derecho
erróneas. In re Pérez, 173 D.P.R. 282, 2008 PR Sup. LEXIS 64 (P.R. 2008).
Un abogado no notificó al foro de instancia de la muerte de su cliente; al así actuar, faltó al deber de
sinceridad y honradez hacia el tribunal y trató de inducir a error al juzgador, en abierta contravención a la
norma establecida en este Canon. In re Lopez De Victoria, 173 D.P.R. 5 (2008).
Un abogado infringió repetidamente su deber de ser sincero y honrado al aseverar en un sinnúmero de
ocasiones que un abogado adverso y su cliente habían ideado un plan para privar a una heredera de su
parte de la herencia. In re Castro, 172 D.P.R. 193, 2007 PR Sup. LEXIS 167 (P.R. 2007).
Un juez violó a los Cánones de Etica Profesional porque no renunció su representación de sus clientes
cuando asumió al cargo de juez; además, no notificó a sus clientes adecuadamente, no entregó los
expedientes, y condicionó la entrega del expediente al pago de los honorarios de abogado. In re Hon.
Grau Acosta, 172 D.P.R. 159 (2007).
Un notario violó la ley y el reglamento notarial porque: (1) autorizó escrituras en las que omitió consignar
por escrito que se había asegurado la identidad de los testigos; (2), autorizó escrituras sin dar fe de que
los testigos conocían a los testadores; y (3) autorizó una escritura de compraventa faltando las firmas de
los otorgantes. In re Luís Nieves Nieves, 171 D.P.R. 843, 2007 PR Sup. LEXIS 137 (P.R. 2007).
La omisión de un notario al no indagar, advertir y orientar a los otorgantes de un contrato sobre la
necesidad de una autorización judicial para poder efectuar la enajenación de un inmueble constituye una
falta al deber de competencia que establecen los Cánones 18 y 35. In re Lcdo, 171 D.P.R. 781, 2007 PR
Sup. LEXIS 128 (P.R. 2007).
Un abogado no violó este canon porque no existía evidencia que el abogado no fue sincero con los
tribunales o sus compañeros al presentar un cheque sin fondos suficientes; el cheque fue relacionada a
una deuda en la vida personal del abogado. In re González, 171 D.P.R. 567, 2007 PR Sup. LEXIS 110
(P.R. 2007).
Un abogado admitió su culpabilidad e infringió los cánones de ética profesional porque fue negligente en
la tramitación de un pleito de sus clientes: (1) no realizó ninguna gestión ulterior a la radicación de la
demanda y el diligenciamiento de los emplazamientos; (2) se ausentó de las vistas; (3) no contestó las
órdenes del tribunal y; (4) no informó a los clientes de la desestimación de su caso. In re Lopez, 170
D.P.R. 793, 2007 PR Sup. LEXIS 81 (P.R. 2007).
El abogado, quien ya había sido suspendido de la práctica de la abogacía, no actuó en forma diligente
porque no cumplió con los requerimientos de la Oficina de Inspección de Notarias para que corrigiera
varias deficiencias en su obra notarial. In re Guzmán, 169 D.P.R. 847, 2007 PR Sup. LEXIS 21 (P.R.
2007).
Un abogado-notario fue disciplinado porque dio fé que unos declarantes les habían suscrito y firmado a
una declaración en su presencia, sin que éste realmente estuviera presente en la firma del documento.
In re Aponte, 170 D.P.R. 498, 2007 PR Sup. LEXIS 34 (P.R. 2007).
El abogado violó los Cánones 15, 35 y 38 de Etica Profesional al ser encontrado culpable de
conspiración de cometer delito o defraudar a los Estados Unidos, intervenir indebidamente con un
testigo, víctima o informante, y obstrucción a la justicia. In re Ramírez, 169 D.P.R. 414, 2006 PR Sup.
LEXIS 194 (P.R. 2006).
La conducta de un abogado implicó una crasa violación de este canon porque el abogado preparó una
declaración jurada a sabiendas de que contenía información falsa. In re Ruiz, 168 D.P.R. 498, 2006 PR
Sup. LEXIS 125 (P.R. 2006).
En un caso de conducta profesional, un abogado-notario violó la fé pública notarial al otorgar una
escritura que no inscribió en el Registro de Propiedad y al otorgar otra escritura aunque sabía que la
propietaria no tenía titularidad al inmueble. In re Villanueva, 168 D.P.R. 185, 2006 PR Sup. LEXIS 112
(P.R. 2006).
El notario actuó en contravención del deber de sinceridad y honradez cuando autorizó a una escritura de
segunda hipoteca sobre una propiedad que pertenecía al deudor hipotecario, dio fe de haberse
autorizado el pagaré en una fecha, cuando, en realidad, se lo autorizó tres días antes, y no admitió sus
errores hasta que la Directora de la Oficina de Inspección de Notarias le enfrentó con unas interrogantes.
In re Sánchez, 168 D.P.R. 173, 2006 PR Sup. LEXIS 105 (P.R. 2006).
Al autorizar un pagaré falso, la notaria actuó con el propósito de defraudar al acreedor de su cliente, y
actuó en contravención de este canon. In re De Ruiz, 167 D.P.R. 661, 2006 PR Sup. LEXIS 68 (P.R.
2006).
El notario violó la ley notarial, este canon y el Canon 35 de este apéndice al dar fe en un testimonio
para apoyar una compraventa de dos lotes segregados de un solar, cuando se constaba al notario que
existían embargos sobre los lotes. In re Fragosa, 166 D.P.R. 567, 2005 PR Sup. LEXIS 203 (P.R. 2005).
La jueza actuó en contravención a los cánones de ética profesional tras recibir un boleto de tránsito,
porque echó mentiras sobre el asunto, actuó con el intento de defraudar, y llenó un formulario falso al
radicar su recurso de revisión. In re Aboy, 166 D.P.R. 49, 2005 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2005).
El notario que autorice una escritura de compraventa y haga constar en la misma que la propiedad se
halla libre de cargas y gravámenes, cuando estos hechos son contrarios a la realidad registral, viola la fé
publica y este canon. Caraballo v. Tuggo, 165 D.P.R. 649, 2005 PR Sup. LEXIS 128 (P.R. 2005).
La conducta del notario, al otorgar escrituras sin comparecer ante los otorgantes, desplegó una grave
violación de la fé publica. In re Lcdo, 164 D.P.R. 806, 2005 PR Sup. LEXIS 81 (P.R. 2005).
Al presentar información falsa de que su clientes eran los titulares registrales de la propiedad objeto de
expropiación ante el Tribunal de Primera Instancia, el abogado violó este canon y el Canon 38 de este
apéndice. In re Fernández, 163 D.P.R. 113, 2004 PR Sup. LEXIS 162 (P.R. 2004).
Aunque la conducta del abogado en unos negocios privados sobre la venta de un vehículo no exaltó el
honor y la dignidad de la profesión, la conducta no lo hace “indigno de pertenecer al foro” como el
abogado había contestado por su conducta ante un foro judicial. In re Lugo, 162 D.P.R. 735, 2004 PR
Sup. LEXIS 130 (P.R. 2004).
Un abogado culpable de conspirar en obstrucción de la justicia—delito grave que conlleva depravación
moral—infringe este canon y el Canon 38, Ap. IX de este título. In re Figueroa, 161 D.P.R. 477, 2004 PR
Sup. LEXIS 41 (P.R. 2004).
Un notario viola este canon y la Ley Notarial por no investigar el conocimiento del cedente en un
traspaso de vehículo que apareció en su oficina para hacer el traspaso y que se estaba haciendo pasar
por su padre. In re Florentino Machargo Barreras, 161 D.P.R. 364, 2004 PR Sup. LEXIS 42 (P.R. 2004).
Un abogado viola este canon en presentar solicitudes de quiebra bajo la ley federal para obstaculizar y
detener los procedimientos ante el Tribunal de Primera Instancia en un caso de pensión alimentaria. In re
Fajardo, 161 D.P.R. 351, 2004 PR Sup. LEXIS 51 (P.R. 2004).
El notario violó este canon en otorgar una escritura mediante la cual permitió que compareciera como
parte compradora una persona que en realidad no era la parte con genuino interés en adquirir el
inmueble; no debió autorizar las escrituras en el momento en que adivinó en conocimiento de que los
otorgantes deseaban hacer constar en las mismas un hecho que no era cierto. In re Sánchez, 159 D.P.R.
769, 2003 PR Sup. LEXIS 138 (P.R. Ct. App. 2003).
Un juez administrativo, tan pronto que recibe una oferta para trabajar con un abogado quien representó
a los clientes ante el foro administrativo, debe inhibirse en los casos en que el abogado representa a una
de las partes. In re Queja, 159 D.P.R. 542, 2003 PR Sup. LEXIS 91 (P.R. 2003).
Un notario no cumplió con su deber de ser custodio de la fe pública al registrar una escritura de venta
con los textos de la ejecución y subasta fotocopiados en ella en lugar de transcribirlos. In re Queja, 159
D.P.R. 448, 2003 PR Sup. LEXIS 92 (P.R. 2003).
Se contraviene este canon cuando unos abogados, durante dos años, incurren en falsa representación
de hechos ante el tribunal de instancia, creando una expectativa de que contaban con un perito médico
disponible para comparecer, cuando no era así. In re Héctor Collazo Maldonado Y Nelson Rivera
Cabrera Queja, 159 D.P.R. 141, 2003 PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 2003).
Un abogado viola este canon al participar activamente y conscientemente en el asesoramiento,
redacción y otorgamiento de un contrato de opción de compraventa de un bien indiviso y sin adjudicar el
caudal relicto. In re Querella, 155 D.P.R. 436, 2001 PR Sup. LEXIS 150 (P.R. 2001).
Un abogado viola este canon al realizar gestiones para con su cliente con el motivo de conseguir un
préstamo de una determinada suma de dinero para unos cónyuges quienes también habían sido clientes
del abogado. In re Querella, 155 D.P.R. 345, 2001 PR Sup. LEXIS 151 (P.R. 2001).
Un abogado viola este canon al pretender cobrar honorarios contingentes sobre la cuantía recibida por
su cliente por concepto de los beneficios de una póliza de seguros que no forma parte del caudal relicto y
que fue recibida antes de contratar los servicios de abogados. In re Cordobés, 155 D.P.R. 284, 2001 PR
Sup. LEXIS 138 (P.R. 2001).
Se viola este canon al no presentar, previo a la fecha de su juramentación, la correspondiente enmienda
a una declaración informativa testificando que la abogada había figurado como demandada en unas
acciones. In re Valentín, 155 D.P.R. 193, 2001 PR Sup. LEXIS 132 (P.R. 2001), modified, In re
Sepúlveda, 162 D.P.R. 785, 2004 PR Sup. LEXIS 149 (P.R. 2004).
Constituye una violación a este canon el no suplir la información exacta y completa en la solicitud como
parte del proceso de evaluación encaminado a confirmación como juez. In re Valentín, 155 D.P.R. 193,
2001 PR Sup. LEXIS 132 (P.R. 2001), modified, In re Sepúlveda, 162 D.P.R. 785, 2004 PR Sup. LEXIS
149 (P.R. 2004).
Un abogado viola este canon cuando hace constar falsamente, bajo su fe notarial, la comparecencia de
unos otorgantes en una acta de subsanación y falsifica una instancia solicitando la cancelación de una
hipoteca. In re Rivera, 155 D.P.R. 175, 2001 PR Sup. LEXIS 133 (P.R. 2001).
Si el notario tiene el conocimiento personal de que un compareciente no tiene hijos y, a sabiendas,
miente expresando que sí los tiene, el notario incurre en falta ética grave. In re Alvarado, 153 D.P.R. 575,
2001 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2001).
La dación de fe del conocimiento de una persona por un notario no implica un deber de investigación
exhaustiva. In re Alvarado, 153 D.P.R. 575, 2001 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2001).
Se viola este canon el expedir copias certificadas de instrumentos públicos que adolecen de las firmas y
de las iniciales o en los que estos requisitos fueron suplidos con posterioridad al día natural fijado para el
otorgamiento y autorización. In re Cintrón, 153 D.P.R. 520, 2001 PR Sup. LEXIS 33 (P.R. 2001).
El deber de desempeñarse capaz y diligentemente no significa que un abogado pueda realizar cualquier
acto que le sea conveniente con el propósito de triunfar en la causa del cliente, pues la misión del
abogado no le permite que en defensa de un cliente viole las leyes del país o cometa algún engaño. In re
Libertad Díaz Ortiz, 150 D.P.R. 418, 2000 PR Sup. LEXIS 51 (P.R. 2000).
Una vez un abogado es admitido al seno de la profesión, no puede desprenderse de sus obligaciones
éticas simplemente señalando que actuaba como cliente y no como abogado. In re Picó, 150 D.P.R. 1,
2000 PR Sup. LEXIS 2 (P.R. 2000).
No existe dicotomía entre la vida cotidiana del ciudadano que es abogado y el ejercicio de su profesión,
y los Cánones de Etica Profesional se aplican tanto a la vida privada como profesional de un abogado. In
re Picó, 150 D.P.R. 1, 2000 PR Sup. LEXIS 2 (P.R. 2000).
Un abogado tiene la obligación de ajustarse a la fidelidad de los hechos tanto en su gestión profesional
—ya sea como notario o como abogado litigante—así como en sus gestiones personales. Cortés v. De
Calidad Ambiental Otros, 149 D.P.R. 57, 1999 PR Sup. LEXIS 114 (P.R. 1999).
Se infringe este canon con el hecho objetivo de faltar a la verdad en funciones propias de un abogado o
cuando, actuando como ciudadano común, se pretende realizar actos o negocios de trascendencia
jurídica. Cortés v. De Calidad Ambiental Otros, 149 D.P.R. 57, 1999 PR Sup. LEXIS 114 (P.R. 1999).
Más que un ideal irrealizable, la verdad es atributo inseparable del ser abogado, y sin la misma no
podría justificar la profesión jurídica su existencia. Cortés v. De Calidad Ambiental Otros, 149 D.P.R. 57,
1999 PR Sup. LEXIS 114 (P.R. 1999).
No procede la reconsideración de una sanción impuesta por violación a este canon cuando los
querellados no han controvertido el dato esencial de que los hechos que consignaron en la escritura
pública no eran veraces. Cortés v. De Calidad Ambiental Otros, 149 D.P.R. 57, 1999 PR Sup. LEXIS 114
(P.R. 1999).
La firma de un abogado en una moción tiene el efecto legal de un juramento, y la declaración bajo
juramento de hechos falsos constituye una violación a este canon. In re Caraballo, 149 D.P.R. 790, 1999
PR Sup. LEXIS 204 (P.R. 1999).
Un abogado no puede acudir al sistema de administración de justicia si con el fin de adelantar sus
propios intereses falta a la verdad. In re Caraballo, 149 D.P.R. 790, 1999 PR Sup. LEXIS 204 (P.R. 1999).
Incurre en violación a este canon una abogada que presenta una moción solicitando el relevo de una
sentencia de divorcio firmada por ella solamente y donde no informa al tribunal que su ex esposo había
fallecido cinco días antes de presentarse dicha moción. In re Caraballo, 149 D.P.R. 790, 1999 PR Sup.
LEXIS 204 (P.R. 1999).
Considerando que el motivo que llevó a la abogada a cometer falta no fue el de defraudar u obtener un
beneficio propio sino el de hacer cumplir la última voluntad de su marido, dando efecto jurídico a su
reconciliación, procede que se limite la sanción disciplinaria a una censura enérgica. In re Caraballo, 149
D.P.R. 790, 1999 PR Sup. LEXIS 204 (P.R. 1999).
Incurre en violación a este canon un abogado y su esposa, también abogada, quienes otorgaron varios
documentos públicos en los cuales hacen constar que su estado civil es de soltero cuando la realidad es
que al momento de otorgarlos ambos estaban casados entre sí. In re Arce, 148 D.P.R. 685, 1999 PR
Sup. LEXIS 117 (P.R. 1999).
Este canon impone a los abogados unas normas mínimas de conducta que sólo pretenden preservar el
honor y la dignidad de la profesión y, por ello, deben ser observadas por los abogados no sólo en la
tramitación de pleitos sino también en toda faceta en que se desempeñen. In re Arce, 148 D.P.R. 685,
1999 PR Sup. LEXIS 117 (P.R. 1999).
El temor al despido del empleo no justifica que un abogado afirme como ciertos y bajo juramento hechos
que sabe son falsos. In re Arce, 148 D.P.R. 685, 1999 PR Sup. LEXIS 117 (P.R. 1999).
Constituye una violación a este canon las actuaciones de un abogado al afirmar en una escritura un
hecho falso. In re In re Martínez, 148 D.P.R. 49, 1999 PR Sup. LEXIS 54 (P.R. 1999).
La notaría es una función que requiere cuidado y que debe ser ejercida con sumo esmero y celo
profesional, y en el despliegue de esta función el notario está obligado a cumplir estrictamente con la Ley
Notarial, los Cánones de Etica Profesional y el contrato entre las partes; de lo contrario, el notario se
expone a las sanciones disciplinarias correspondientes. In re Vélez, 148 D.P.R. 1, 1999 PR Sup. LEXIS
42 (P.R. 1999).
Un notario no sólo viola la fe pública notarial sino también socava la integridad de la profesión al
incumplir con el deber de honradez y sinceridad que a todo abogado le impone este canon. In re Vélez,
148 D.P.R. 1, 1999 PR Sup. LEXIS 42 (P.R. 1999).
Viola la fe pública notarial y este canon un abogado-notario que autoriza una escritura de compraventa y
hace constar en dicha escritura que la propiedad está libre de cargas y gravámenes, hecho contrario a la
realidad registral. In re Vélez, 148 D.P.R. 1, 1999 PR Sup. LEXIS 42 (P.R. 1999).
Los Cánones 5, 18 y 35 de Etica Profesional prescriben y enfatizan la necesidad de que las
aportaciones de los abogados al quehacer jurídico estén enmarcadas dentro de lo que se espera de esta
insigne profesión. In re Soto, 146 D.P.R. 55, 1998 PR Sup. LEXIS 2 (P.R. 1998).
El compromiso del abogado de mantener y contribuir a un orden jurídico íntegro y eficaz para lograr la
más completa confianza y apoyo de la ciudadanía y desalentar actitudes dilatorias se extiende no sólo a
la esfera de la litigación de causas, sino a la jurisdicción disciplinaria del Tribunal Supremo. In re Soto,
146 D.P.R. 55, 1998 PR Sup. LEXIS 2 (P.R. 1998).
El incumplimiento por parte de un abogado de las órdenes del tribunal en relación con el trámite de una
queja constituye una falta ética separada e independiente de los méritos de la queja, lo cual puede ser
inmeritoria y dejar al abogado sujeto a sanción disciplinaria por su dejadez en el trámite de la queja. In re
Soto, 146 D.P.R. 55, 1998 PR Sup. LEXIS 2 (P.R. 1998).
Constituye una violación a este canon la conducta de un abogado cuando le informó a su cliente que
había consignado un cheque de $20,000 en el tribunal, siendo falsa esta información, y cuando
posteriormente le informó que el cheque le había sido devuelto por el tribunal, información que también
era falsa. In re Quiles, 146 D.P.R. 30, 1998 PR Sup. LEXIS 61 (P.R. 1998).
Incurre en conducta antiética un abogado que omite informar parte de su ingreso en una declaración
jurada durante un procedimiento en el que se solicita el aumento de pensión alimentaria contra éste. In re
Rodríguez, 145 D.P.R. 536, 1998 PR Sup. LEXIS 75 (P.R. 1998).
Falta a su deber de actuar con integridad aquel abogado que bajo juramento miente a un tribunal para
promover su propia causa. In re Rodríguez, 145 D.P.R. 536, 1998 PR Sup. LEXIS 75 (P.R. 1998).
Los Cánones 35 y 38 de Etica Profesional exigen a todo abogado ejercer su profesión con sinceridad y
honradez, así como conducirse en el desempeño de su profesión y en su vida privada, de manera digna
y honorable. In re Rodríguez, 145 D.P.R. 536, 1998 PR Sup. LEXIS 75 (P.R. 1998).
Procede la suspensión indefinida de un abogado quien en dos ocasiones distintas, mediante
procedimientos ex parte de declaratorias de herederos, recurre a los tribunales solicitando que su madre
fuera declarada única y universal heredera cuando sabía de la existencia de otros coherederos. In re Lic.
Antonio Filardi Guzmán, 144 D.P.R. 710, 1998 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 1998).
No puede un abogado poner en funcionamiento el sistema de la administración de la justicia cuando
sabe que al así hacerlo y en aras de adelantar sus propios intereses falta a la verdad. In re Lic. Antonio
Filardi Guzmán, 144 D.P.R. 710, 1998 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 1998).
Cuando un abogado viola los Cánones de Etica 18, 19 y 35 por tener a sus clientes ajenos a todo lo que
acontece en su caso, e incluso evade todo tipo de comunicación con ellos, y sabiendo dicho abogado
que tenía el deber de asesorarles acerca del derecho de apelación que les cobijaba, y con su actitud no
sólo provocó que el caso fuera desestimado sino también les negó a sus clientes la oportunidad de
apelar dicha determinación, y les miente repetidas veces tanto al tribunal como a sus clientes, procede
su suspensión de la profesión hasta que el tribunal disponga otra cosa. In re Classen, 142 D.P.R. 611,
1997 PR Sup. LEXIS 343 (P.R. 1997).
Un abogado que promueve prueba falsa ante un tribunal falta gravemente a esa obligación de actuar
con integridad en ese Foro, aunque haya comparecido al mismo sólo como parte en un procedimiento
judicial. In re Ortiz, 141 D.P.R. 399, 1996 PR Sup. LEXIS 321 (P.R. 1996).
La desobediencia a las órdenes del tribunal, reflejando la clara intención de inducir a error, tanto como el
intento de alterar la eficiente tramitación de casos y la buena marcha de la justicia conllevan la
suspensión temporera del ejercicio de la abogacía. In re Hernández, 141 D.P.R. 113, 1996 PR Sup.
LEXIS 280 (P.R. 1996).
Cuando la conducta repetitiva de un juez es demostrativa de un patrón recurrente, impropio e
incompatible con el cargo de juez y va acompañado de lenguaje impropio o conducta agresiva,
beligerante y abusiva, procede su destitución. In re Zavala, 123 D.P.R. 511, 1989 PR Sup. LEXIS 93 (P.R.
1989).
Constituye una violación de la fe pública notarial y de la ética profesional el preparar y autorizar una
escritura de compraventa y certificar que la propiedad tenía un gravamen anterior descansando
solamente en la información verbal de otro abogado. In re José, 120 D.P.R. 796, 1988 PR Sup. LEXIS
165 (P.R. 1988).
Un notario que omite informarle a los otorgantes de una escritura de hipoteca sobre la necesidad de
realizar un estudio registral, de que dicha escritura debe ser presentada inmediatamente ante el registro
de la propiedad y, en especial, de las consecuencias que puede tener el así no hacerlo, incumple con
ese deber de ilustración y consejo que es inherente a la práctica del notariado en Puerto Rico. Dicha
conducta constituye, además, una violación de las disposiciones de este canon. In re Lic. Josue Flores
Torres, 119 D.P.R. 578, 1987 PR Sup. LEXIS 179 (P.R. 1987).
Viola este canon un notario que al otorgar una escritura de cancelación de pagaré hipotecario al
portador asevera algo que le consta que no es cierto. In re Lugo, 119 D.P.R. 568, 1987 PR Sup. LEXIS
178 (P.R. 1987).
Los abogados de las partes, antes de elaborar sus argumentos, deben corroborar los hechos en que se
basan los mismos ya que pueden inducir a error a los tribunales al así actuar. El Pueblo De P.R. v.
Maysonet, 119 D.P.R. 302, 1987 PR Sup. LEXIS 153 (P.R. 1987).
Infringe la ética profesional el abogado que participa conscientemente, ya sea como funcionario o como
parte, en el asesoramiento, redacción u otorgamiento de un documento simulado. La conducta impropia
no se limita al abogado que en su función notarial autoriza el negocio simulado o a aquel que interviene
como parte, sino que también incluye al que conociendo la ilegalidad del acto promueve su realización. In
re Del, 118 D.P.R. 339, 1987 PR Sup. LEXIS 94 (P.R. 1987).
Incurre en conducta antiética el notario que aunque no autoriza personalmente una escritura de
transacción simulada, consciente de la simulación, acude a un compañero de profesión para que la haga.
Se viola el Canon 26 de este apéndice al consejar y ayudar a realizar la transacción ilegal y este canon al
ayudar a redactar un documento cuyo contenido no se ajusta a los hechos. De ordinario esto constituye
base suficiente para el desaforo. In re Del, 118 D.P.R. 339, 1987 PR Sup. LEXIS 94 (P.R. 1987).
Incurre en falta de ética el notario que se limita a redactar una escritura de compraventa a base de lo
que le han expresado otro abogado y el vendedor, sin preguntar a los otorgantes sobre la veracidad de lo
contenido en el documento que resulta ser simulado. Tal participación pasiva desvirtúa el propósito de la
función notarial. In re Del, 118 D.P.R. 339, 1987 PR Sup. LEXIS 94 (P.R. 1987).
La conducta de un abogado al intervenir como abogado-notario en la simulación de una compraventa de
un bien inmueble con el propósito de defraudar a un acreedor, constituye conducta altamente lesiva a las
normas más elementales de la profesión de la abogacía y a la justicia. In re Del, 118 D.P.R. 339, 1987
PR Sup. LEXIS 94 (P.R. 1987).
Un abogado que redacta, suscribe y remite por correo—en sobre oficial con el membrete del Tribunal
General de Justicia—una demanda en cobro de dinero y notificación bajo la Regla 60 del Apéndice III del
Título 32, sin que previamente hubiese iniciado trámite alguno ante los tribunales, incurre en conducta
antiética y censurable que acarrea sanción disciplinaria aunque las deudas fueran legítimas y no hubiera
intención de defraudar. El haber incurrido en dicha conducta en cuatro ocasiones distintas da lugar a la
suspensión temporera del ejercicio de la abogacía, aunque se atempera el término de la suspensión al
considerarse el historial profesional del querellado. In re Lic. Bienvenido Hernandéz Vargas, 116 D.P.R.
689, 1985 PR Sup. LEXIS 126 (P.R. 1985).
Una información falsa presentada por abogados al tribunal constituye conducta profesional reprobable, y
solamente la patente inexperiencia de los participantes hace considerar al tribunal la imposición de
censura con constancia en su expediente profesional en lugar del desaforo. In re Ferrer, 115 D.P.R. 409,
1984 PR Sup. LEXIS 117 (P.R. 1984).
Los notarios deben evitar en lo posible su intervención urgente e incidental, más bien ad hoc, para
autorizar documentos preparados por otro notario, en los cuales se cae en la superficialidad y en el
peligro potencial de convertirse en un simple observador de un negocio jurídico. In re Florentino, 113
D.P.R. 476, 1982 PR Sup. LEXIS 228 (P.R. 1982).
Un notario que aprovecha y utiliza para su propio beneficio el conocimiento notarial y jurídico al otorgar
una escritura de hipoteca a favor de su acreedor como garantía de una deuda, sabiendo que la hipoteca
no es inscribible y, por tanto, inexistente, asume una conducta que está reñida con el deber consagrado
en este canon y el Canon 38 de este apéndice, de mantener una conducta honrada y ajustarse a la
realidad de los hechos al redactar o propiciar documentos, y atenta y conflige con el honor y la dignidad
que debe caracterizar a todo miembro de la clase togada e indica una conducta profesional altamente
impropia. In re Florentino, 113 D.P.R. 476, 1982 PR Sup. LEXIS 228 (P.R. 1982).
Constituye una violación a este canon, así como una práctica censurable, el que un abogado, al citar en
un alegato ante un tribunal parte de una sentencia dictada, suprima parte de dicha cita, la cual,
precisamente, demuestra que la razón no asiste a dicho abogado. (Rundle v. Fratichelli, 60 D.P.R. 255
(1942).
Constituye conducta antiética que viola este canon y los Cánones 7, 8, 9 y 38 de este apéndice y
justifica el suspender a un abogado del ejercicio de la profesión legal por: (a) el asistir a los tribunales
barbudo, desaliñado y vistiendo camisa deportiva y en chancletas; (b) entrar en las oficinas de los jueces
sin solicitar permiso con una taza de café y un cigarrillo en las manos; (c) sentarse en la mesa destinada
a los fiscales mientras se dirigía al tribunal en sesión, rehusando permanecer de pie a orden del tribunal
y luego invitando a pelear al juez, quien procedió a dictar sentencia por desacato criminal; (d) interrumpir
los procedimientos judiciales de vista preliminar celebrada ante un Juez de Distrito, quien procedió a
dictar sentencia por desacato criminal; (e) proferir palabras obscenas contra la persona de un fiscal
auxiliar porque éste pidió se investigara la conducta profesional del abogado; (f) invitar a pelear a un
fiscal, mientras se celebraba una vista preliminar en un Tribunal de Distrito, manifestando que se había
criado en los barrios bajos de Mayagüez y que resolvía sus casos con pelea; (g) ocultar de un juez el
hecho que no estaba firmada ni era firme una sentencia de divorcio de un cliente a quien acompañó
frente al magistrado a casarse con otra mujer, y (h) no mantener a un cliente informado del curso de una
acción civil, enterándose él por iniciativa propia de la desestimación de su demanda. In re Lic. Enrique
Vázquez Báez, 110 D.P.R. 628, 1981 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 1981).
Constituye una grave violación de este canon y de los Cánones 8 y 26 de este apéndice que justifica la
suspensión del ejercicio de la profesión, que un abogado aconseje e induzca a un cliente a que oculte
ante un tribunal la existencia de un hijo en el trámite de una acción de divorcio, máxime cuando dicho
abogado oculta a sabiendas al redactar la demanda tal hecho conociendo las consecuencias. In re Lic.
Carmelo Avila, 109 D.P.R. 440, 1980 PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 1980).
Procede la suspensión del querellado del ejercicio de la profesión de abogado y notario por conducta
impropia, inmoral e ilegal en abierta violación a la ley que penaliza cobrar intereses excesivos, en
violación al anterior Canon 22 y a varias disposiciones de la Ley Notarial de 1906, 4 L.P.R.A. sec. 1001
nota cuyas actuaciones embarcaron: (a) el otorgar una escritura sin estar presentes los testigos habiendo
certificado falsamente que la misma se otorgaba ante dichos testigos; (b) el inducir y requerir a
subalternos suyos a firmar como testigos en una escritura otorgada ante el querellado, cuando dichos
subalternos no estuvieron presentes en dicho otorgamiento; (c) el dejar espacios en blanco en una
escritura que luego fueran llenados por el querellado o por su secretaria; (d) el otorgar una escritura en la
cual él era parte interesada; (e) el manifestar falsamente a un otorgante que una obligación garantizada
por hipoteca era por el término de tres años, a pesar de lo cual hizo constar en la escritura un
vencimiento en el término de un año; (f) el manifestar que actuaba a nombre de un notario y cobrar
honorarios por el otorgamiento de una escritura que efectivamente fue otorgada por el querellado; (g) el
cobrar intereses usurarios a un deudor, incurriendo en el delito de usura—el Tribunal Supremo, en vista
de la naturaleza de dicha conducta, suspende en esta jurisdicción. In re Fuertes, 83 D.P.R. 434, 1961 PR
Sup. LEXIS 421 (P.R. 1961).
Siendo clara la prueba de la violación por el querellado de los anteriores Cánones 15 y 22 en que se
prohíbe al abogado hacer alegaciones falsas para salir triunfante en las causas a él confiadas y se
dispone que no es profesional ni honorable no ajustarse a la sinceridad de los hechos al redactar una
alegación, y desprendiéndose de ella circunstancias, así como omisiones de buena fe, que si no excusan
esa violación, aminoran su nocivo efecto sobre la mejor práctica de nuestra profesión y la administración
de la justicia, el Tribunal Supremo censura a dicho querellado por su conducta en relación con la
radicación de la moción de reconsideración de que se trata. In re Colón, 81 D.P.R. 617, 1959 PR Sup.
LEXIS 64 (P.R. 1959).
2. Litigar un mismo caso en diferentes salas.
Es impropio y contrario al anterior Canon 22 de este apéndice el que un abogado litigue un mismo caso
de divorcio ente las mismas partes, a la vez, como abogado del demandado en el caso ante la Sala de
San Juan del Tribunal Superior y como abogado del demandante en la Sala de Caguas de dicho
Tribunal, sin informar a ninguna de las dos Salas que a la misma vez litigaba el mismo divorcio entre las
mismas partes en otro procedimiento en la otra Sala del Tribunal Superior. Tal conducta profesional
justifica la censura de tal abogado por el Tribunal Supremo. In re González, 92 D.P.R. 544, 1965 PR Sup.
LEXIS 227 (P.R. 1965).
3. Transacción de intereses de un menor.
Licenciada infringió el deber de sinceridad y honradez que impone este canon, al comparecer a la
otorgación de unas escrituras que carecían de validez, puesto que en éstas se disponía de bienes de
una menor de edad, cuyo valor excedía de dos mil dólares, sin haber obtenido autorización judicial para
ello. In re Yvelisse Fingerhut Mandry, 196 D.P.R. 327, 2016 PR Sup. LEXIS 196 (P.R. 2016).
Falta al cumplimiento de sus deberes y obligaciones para con su cliente y para con el tribunal un
abogado que sabiendo que entre los lesionados en un accidente de automóvil figura un menor de edad,
radica en corte una moción sobre sentencia por estipulación a nombre de todos los lesionados en la cual
se transigían y comprometían los intereses de dicho menor sin dar conocimiento de la minoridad al
tribunal, privando a éste de pasar sobre la necesidad y conveniencia para el menor de la transacción en
cuestión. In re Juarbe, 80 D.P.R. 713, 1958 PR Sup. LEXIS 144 (P.R. 1958).
Canon 36. Publicidad o anuncios del abogado
(a) El mejor anuncio del abogado es la reputación de idoneidad e integridad ganada en el ejercicio de su
profesión.
(b) Al anunciarse en los medios de comunicación el abogado deberá evitar cualquier tipo de propaganda
que tienda a promover pleitos innecesarios, que siembre expectativas irrazonables sobre el éxito de sus
gestiones, o que pueda afectar la dignidad de la relación entre abogado y cliente. En general, es
impropio todo tipo de anuncio que no se justifique como un medio razonable y profesionalmente
aceptable de dar a conocer al público la disponibilidad de servicios legales. En particular, es impropio
cualquier tipo de anuncio que incluya:
(1) Gráficas, dibujos, retratos o cualquier otro tipo de ilustración gráfica, o
(2) expresiones autoelogiosas del abogado o referencia a la calidad de los servicios legales que presta,
o
(3) reclamo del abogado como especialista o perito en determinada área del derecho, o
(4) expresiones o informaciones falsas, fraudulentas o engañosas, incluyendo lo siguiente:
(A) Representación ambigua de una situación de hechos.
(B) Dejar de consignar cualquier hecho pertinente que sea necesario para la cabal comprensión del
asunto al que se refiere la parte correspondiente del anuncio.
(C) Expresiones que puedan producir la impresión de que el abogado está en posición de influir
indebidamente sobre un tribunal o un funcionario público.
(D) Referencia a honorarios en forma imprecisa o con relación a servicios cuyo valor total no pueda
anticiparse al aceptar la representación.
(c) Para facilitar el proceso de selección de representación legal por parte de clientes potenciales, el
abogado podrá publicar, en la prensa, radio o televisión, siempre y cuando no se haga en violación a lo
dispuesto en el inciso (b) de este canon, información relativa a los servicios legales por él prestados,
incluyendo lo siguiente:
(1) Nombre del abogado con su dirección profesional y teléfono.
(2) Información sobre cuáles áreas del derecho están comprendidas en su práctica de la profesión,
incluyendo la aseveración de que dicha práctica está limitada a una o más disciplinas.
(3) Información relativa a los honorarios por servicios legales rutinarios, tales como: divorcio no
contencioso, adopción, licencia y renovación de licencia para portar armas, declaratoria de herederos y
cambio de nombre.
(4) Información relativa al modo de pagar los honorarios, incluyendo si hay facilidades de pago o si se
aceptan determinadas tarjetas de crédito.
(d) No es ética la práctica de pagar o compensar en cualquier forma a miembros de la prensa, radio,
televisión o cualquier otro medio de publicidad para que estos medios destaquen el nombre o la labor de
un abogado en su gestión profesional.
(e) La publicación de una breve reseña profesional en un directorio legal es permisible como uno de los
medios aceptables para dar a conocer la disponibilidad de un abogado para prestar servicios legales.
(f) Cualquier duda que surja en la mente de un abogado sobre la corrección y propiedad de un recurso
publicitario debe ser consultada al organismo del Colegio de Abogados designado para emitir opinión al
respecto.
(g) Nada de lo dispuesto en este canon debe interpretarse como permitiendo la solicitación personal—
directa o indirecta—de clientes, confines pecuniarios.
History.
—Junio 30, 1980, ef. Agosto 1, 1980.
HISTORIAL
Enmiendas
—1980.
La resolución de 1980 enmendó este canon en términos generales.
ANOTACIONES
1. En general.
La conducta relativa al ambulance chasing que prohíben los Cánones de Etica Profesional se refiere a la
conducta antiética desplegada por el abogado con anterioridad a ser, y con el propósito de lograr a ser,
contratado por el cliente y no a conducta observada por éste con posterioridad al día en que el cliente
requirió y contrató sus servicios profesionales. In re Comunicación Pres. Col. Abogados, 142 D.P.R. 93
(1996).
Incurre en violación de este canon y del Canon 34 de este apéndice el abogado que envía cartas a
clientes potenciales para ofrecerles sus servicios profesionales en relación con sus derechos y beneficios
en casos de accidentes del trabajo. In re Lic. Frank Valentín Gonzalez, 115 D.P.R. 68, 1984 PR Sup.
LEXIS 72 (P.R. 1984).
La publicación por abogados de anuncios capaces de inducir a error, a mala interpretación o a confusión
constituye violación de este canon. In re Gonzalez, 112 D.P.R. 430, 1982 PR Sup. LEXIS 111 (P.R. 1982).
Constituye una violación a este canon y al Canon 13 de este apéndice el que un abogado haga publicar
un anuncio en uno de los periódicos del país en el que apareció su fotografía con un texto en el que él
participa haber logrado la absolución de cierto acusado de homicidio involuntario. In re De Jesus Rivera,
102 D.P.R. 357, 1974 PR Sup. LEXIS 257 (P.R. 1974).
Canon 37. Participación del abogado en actividades comerciales
La participación del abogado en negocios o actividades de venta de bienes, agencias de cobro, fianzas u
otros servicios comerciales propios o pertenecientes a otras personas no es una actividad propia de la
buena práctica de la profesión si tal negocio o actividad tiene el fin directo o indirecto de proporcionarle
trabajo profesional lucrativo que de otra forma el bufete no hubiese obtenido.
ANOTACIONES
1. En general.
La participación de un abogado en una compañía de desarrollo económico no creó una contravención
de este canon porque, el bufete del abogado ya tenía un contrato con la Autoridad de Desperdicios
Sólidos. In re Vicente, 172 D.P.R. 349, 2007 PR Sup. LEXIS 181 (P.R. 2007).
No constituye violación a este canon la conducta de un abogado quien actúa en sus negocios
exclusivamente en calidad de agente de una casa hipotecaria y no presta en ningún momento servicios
legales. In re Lcdo, 147 D.P.R. 607, 1999 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 1999).
La participación de un abogado en negocios o actividades comerciales no es propia a la buena práctica
de la abogacía únicamente si tal negocio o actividad tiene el fin directo o indirecto de proporcionarle
trabajo profesional lucrativo que de otra forma el bufete no hubiese obtenido. In re Lcdo, 147 D.P.R. 607,
1999 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 1999).
Un abogado no debe dedicarse ni directa ni indirectamente al negocio de fianzas ni a ninguna otra
actividad que fuere con el ejercicio de la profesión de abogado. In re Ruiz, 108 D.P.R. 259, 1978 PR Sup.
LEXIS 622 (P.R. 1978).
En la interpretación de una norma de ética sobre la incompatibilidad de un profesional para intervenir en
un acto por conflicto de intereses, un tribunal debe tener presente, que la norma, en su vigencia, no
distingue, ni puede distinguir, entre los profesionales que en situación de conflicto tienen fortaleza para
resistir la humana tentación de adelantar sus intereses personales, y los débiles de voluntad que
sucumben en la oportunidad pecaminosa. In re Cancio Sifre, 106 D.P.R. 356 (1977).
Constituye una violación a este canon la reiterada conducta de un abogado consistente en actuar como
apoderado de una compañía de fianzas y simultáneamente rendirles servicios profesionales a acusados
a quienes dicha compañía les otorgó una fianza para permanecer en libertad provisional. In re Ruiz, 106
D.P.R. 257, 1977 PR Sup. LEXIS 2871 (P.R. 1977).
Constituye una conducta profesional inmoral y en violación de su responsabilidad social y profesional—
conducta que amerita sanciones disciplinarias—el que un abogado conscientemente simule una
compraventa para encubrir una transacción mediante la cual recibe una propiedad de un cliente en pago
de honorarios de abogado en una causa criminal, máxime cuando dicho abogado jamás prestó tales
servicios profesionales al vendedor del inmueble, siendo la verdadera causa del contrato el garantizarle a
una compañía de fianzas, de la cual dicho abogado era apoderado en Ponce, Puerto Rico, el pago de la
prima de la fianza otorgada a dicho vendedor para permanecer en libertad provisional. In re Ruiz, 106
D.P.R. 257, 1977 PR Sup. LEXIS 2871 (P.R. 1977).
No es una actividad propia de la buena práctica de la profesión, la participación de un abogado en
negocios o actividades de venta de bienes u otros servicios comerciales propios o pertenecientes a otras
personas si tal negocio o actividad tiene el fin directo o indirecto de proporcionarle trabajo profesional
lucrativo que de otra forma el bufete no hubiese obtenido. In re Pedró Roldan Figueroa, 106 D.P.R. 4,
1977 PR Sup. LEXIS 2497 (P.R. 1977).
La mejor y más meritoria publicidad para un letrado es el hacerse acreedor de una reputación bien
cimentada de capacidad personal y confianza como resultado del ejercicio legítimo de su profesión. In re
Pedró Roldan Figueroa, 106 D.P.R. 4, 1977 PR Sup. LEXIS 2497 (P.R. 1977).
2. Accionista de una corporación.
La norma de ética de que un notario no debe autorizar documentos públicos en que es parte una
corporación por él controlada económicamente como accionista mayoritario, aun cuando no está
específicamente definida en los cánones de ética profesional, es inherente a la responsabilidad social y
profesional de los juristas y a la conducta moral que se espera de todo miembro de la profesión legal. In
re Cancio Sifre, 106 D.P.R. 356 (1977).
A partir del 14 de octubre de 1977, un notario está impedido de autorizar documentos públicos en que
sea parte una corporación de la cual tenga control económico en su condición de accionista mayoritario.
In re Cancio Sifre, 106 D.P.R. 356 (1977).
Canon 38. Preservación del honor y dignidad de la profesión
El abogado deberá esforzarse, al máximo de su capacidad, en la exaltación del honor y dignidad de su
profesión, aunque el así hacerlo conlleve sacrificios personales y debe evitar hasta la apariencia de
conducta profesional impropia. En su conducta como funcionario del tribunal, deberá interesarse en
hacer su propia y cabal aportación hacia la consecución de una mejor administración de la justicia. Tal
participación conlleva necesariamente asumir posiciones que puedan resultarle personalmente
desagradables pero que redundan en beneficio de la profesión, tales como: denunciar valientemente,
ante el foro correspondiente, todo tipo de conducta corrupta y deshonrosa de cualquier colega o
funcionario judicial; aceptar sin vacilaciones cualquier reclamación contra un compañero de profesión
que haya perjudicado los intereses de un cliente; poner en conocimiento de las autoridades apropiadas
todo acto delictivo o de perjurio que ante él se cometiera; velar y luchar contra la admisión al ejercicio de
la profesión de personas que no reúnan las condiciones morales y éticas, así como de preparación
académica, que nuestra profesión presupone. Todo abogado debe estar convencido de las condiciones
idóneas morales y éticas de un aspirante al ejercicio de la profesión antes de recomendarle para su
admisión al foro.
Por razón de la confianza en él depositada como miembro de la ilustre profesión legal, todo abogado,
tanto en su vida privada como en el desempeño de su profesión, debe conducirse en forma digna y
honorable. En observancia de tal conducta, el abogado debe abstenerse en absoluto de aconsejar y
asesorar a sus clientes en otra forma que no sea el fiel cumplimiento de la ley y el respeto al poder
judicial y a los organismos administrativos. De igual modo, no debe permitir a sus clientes, sin importar
su poder o influencia, llevar a cabo actos que tiendan a influenciar indebidamente a personas que
ejercen cargos públicos o puestos privados de confianza. Lo antes indicado no impide, naturalmente, que
un abogado dé a sus clientes su opinión informada y honesta sobre la interpretación o validez de una ley,
orden o reglamento, que no ha sido, a su vez, interpretado o clarificado en sus disposiciones por un
tribunal competente.
Todo abogado que abandone el servicio público debe rechazar cualquier empleo o representación legal
en aquellos casos particulares en relación con los cuales haya emitido juicio profesional como funcionario
público.

ANOTACIONES
1. En general.
2. Descuido o negligencia.
3. Endoso falso.
4. Apariencia de conducta profesional impropia. ANOTACIONES
1. En general.
Tribunal Supremo censuró enérgicamente a una licenciada para la representación simultánea de la
hermana de una víctima de un delito y también el acusado; esto representó una clara violación a los
Cánones 21 y 38 del Código de Ética Profesional. In re Duchesne, 191 D.P.R. 247, 2014 PR Sup. LEXIS
137 (P.R. 2014).
Cuando una licenciada le compró una propiedad residencial al cliente y los términos de pago no se
redujeron a un documento escrito, el negocio de compraventa provocó una situación de apariencia de
conducta profesional impropia contraria al Canon 38. Tomando en consideración que fue la primera queja
que se presentó contra la licenciada en su trayectoria de casi 30 años como, el Tribunal Supremo se le
censuró enérgicamente. In re Arce, 192 D.P.R. 140, 2014 PR Sup. LEXIS 141 (P.R. 2014).
Licenciada fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía porque la licenciada
violó este canon y los Cánones 17, 18, y 35 cuando la licenciada presentó una demanda a pesar de
contar con prueba pericial que exoneraba de responsabilidad al potencial demandado. In re Santiago,
191 D.P.R. 611, 2014 PR Sup. LEXIS 139 (P.R. 2014).
Licenciado infringió este canon cuando el caso de su cliente se trasladó al Distrito de Florida. El
licenciado no estaba autorizado a ejercer la abogacía allí pero el licenciado continuaba siendo el
abogado de récord. Muchos eventos provocaron incertidumbre en el cliente en cuanto a lo que estaba
ocurriendo con su caso y la conducta del licenciado reveló un patrón de conducta que laceró la buena
imagen de la profesión ante la sociedad y violó este canon. In re Jiménez, 192 D.P.R. 152, 2014 PR Sup.
LEXIS 143 (P.R. 2014).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18 y 38 de este apéndice cuando no respondió a los órdenes de los
tribunales que resultó en la desestimación de la apelación del caso criminal en que trabajó como
abogado de oficio. In re Lugo, 201 D.P.R. 729, 2019 PR Sup. LEXIS 11 (P.R. 2019).
La abogada violó los Cánones 9, 11, 35 y 38 de este apéndice (1) al enviar copia del recurso a un oficial
jurídico de uno de los miembros de esta Curia, con conocimiento del puesto que ocupaba, para influir en
el proceso decisorio de este Foro; (2) al responder a las advertencias del oficial jurídico a través de
mensajes en tono desafiante e irrespetuoso; (3) al dificultar el curso de la investigación de la queja a
cargo de la Oficina de la Procuradora General proveyendo respuestas evasivas e inclusive incorrectas. In
re Sánchez, 201 D.P.R. 765, 2019 PR Sup. LEXIS 19 (P.R. 2019).
La abogada violó las disposiciones de la Ley Notarial y su reglamento y los Cánones 12, 18, 19, 35 y 38
del Código de Ético Profesional por consignar hechos falsos en una escritura de compraventa sobre el
conocimiento de los comparecientes y el precio pagado por el inmueble y por no mantener sus clientes
informados sobre el transcurso del caso. In re Cabrera, 201 D.P.R. 902, 2019 PR Sup. LEXIS 40 (P.R.
2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 35 y 38 de este apéndice por no comparecer a las vistas
señaladas por el tribunal; por no cumplir con las órdenes del foro judicial; por dejar transcurrir mucho
tiempo sin hacer alguna gestión para corregir su dirección errónea; y por aceptar colaborar como
abogado en el caso sabiendo que no podía esforzarse al máximo en la representación. In re Rodríguez,
201 D.P.R. 1057, 2019 PR Sup. LEXIS 35 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 35 y 38 de este apéndice cuando aceptó un acuerdo
transaccional sin informárselo y ni consultárselo a su clienta; endosó el cheque producto del negocio con
el nombre de la clienta y lo depositó en la cuenta bancaria de este; y mantuvo el cheque en su cuenta
por un año. In re Allan A. Peña Ríos Ts-11,445, 2019 PR Sup. LEXIS 54 (P.R. 2019).
La abogada violó los Cánones 21 y 38 de este apéndice cuando representó legalmente a la esposa en el
pleito de divorcio el cual fue consolidado con el de alimentos, y posteriormente, aceptó representar el
esposo en la vista de desacato y en la vista de orden de protección, a pesar de que el Tribunal de
Primera Instancia no había aceptado su renuncia a la representación legal de la esposa en el caso del
divorcio. In re Roxana Soto Aguilú Ts-15,968, 2019 PR Sup. LEXIS 61 (P.R. 2019).
La licenciada quebrantó los Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 de Ética Profesional, al: (1) incumplir con las
órdenes emitidas por la CASP; (2) no atender las órdenes con prontitud y diligencia; (3) actuar de
manera incompetente en relación con los intereses de la quejosa, a quien representaba ante la CASP;
(4) no informar ni orientar a la quejosa de los asuntos importantes del caso; (5) renunciar a la
representación legal de la quejosa luego de que la CASP desestimara los casos con perjuicio. In re
Blanca Bonhomme Meléndez Ts-10,611, 2019 PR Sup. LEXIS 105 (P.R. 2019).
No obstante, si un abogado representa legalmente a un afiliado de un gremio en una causa de acción,
éste se convierte en su cliente. Por ende, el desempeño profesional del abogado que atiende un caso de
un miembro de una unión deberá ser a la altura que requiere el Código de Ética Profesional y no al
contrato de servicios que el letrado haya suscrito con el gremio. In re Blanca Bonhomme Meléndez Ts-
10,611, 2019 PR Sup. LEXIS 105 (P.R. 2019).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 17, 18, 20, 35 y 38 de este apéndice (1) al no comparecer en
tiempo a los requerimientos de la TTAB; (2) al hacer falsas representaciones a dicho ente adjudicativo en
cuanto a su renuncia y los acuerdos con su cliente, las cuales indujeron a error al referido foro; y (3) al
no mantener informado a su cliente sobre el estado de los procedimientos en el caso. Ex parte Guerrero,
201 D.P.R. 345, 2018 PR Sup. LEXIS 203 (P.R.), modified, 201 D.P.R. 606, 2018 PR Sup. LEXIS 200
(P.R. 2018).
La licenciada transgredió los Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A.
Ap. IX, cuando la licenciada ignoró las órdenes del foro primario y el foro primario tuvo que recalendarizar
varias vistas, emitir órdenes para mostrar causa y tampoco se logró someter el informe con antelación al
juicio a tiempo debido a que la licenciada no lo firmó y su desidia y ausencias injustificadas provocaron el
retraso innecesario del caso del quejoso y el proceso disciplinario que se llevó en su contra. Ella fue
suspendido de la abogacía y la notaría por el término de tres meses porque se mostró sinceramente
arrepentida, este constituyó su primera falta, y ella resarció al querellante la sanción económica que le
impuso el foro primario. In re López, 197 D.P.R. 340, 2017 PR Sup. LEXIS 22 (P.R. 2017).
El Tribunal Supremo concluyó que el licenciado violó los cánones 9, 18 y 38 del Código de Ética
Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C.9, 18 y 38 porque el licenciado incumplió con las órdenes del Tribunal
Supremo y la Oficina de Inspección de Notarías y el Foro estimó que dos escrituras fueron autorizadas
por el licenciado luego de haberse incautado su obra y sello notarial. In re Acevedo, 197 D.P.R. 360,
2017 PR Sup. LEXIS 23 (P.R. 2017).
Licenciado fue suspendido de la práctica de la abogacía y la notaría por un término de seis meses
porque incurrió en conducta contraria al Cánones 5, 35 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A.
Ap. IX, al solicitarle a una persona que fingiera ser su representado durante una vista preliminar como
estrategia para cuestionar la precisión de una identificación. In re García, 197 D.P.R. 515, 2017 PR Sup.
LEXIS 33 (P.R. 2017).
En la tercera ocasión en que el licenciado se encontró inmerso en un proceso disciplinario, el Tribunal
Supremo consideró que el licenciado reiteradamente demostró un deficiente desempeño profesional, al
no desplegar la debida diligencia y competencia ante las encomiendas de un cliente, desobedeció las
órdenes y requerimientos de foros judiciales, sin presentar justificación para ello, y no mantuvo una
comunicación efectiva con sus clientes, y aunque el licenciado aceptó su responsabilidad y se allanó a
los cargos contenidos en la querella, el Tribunal Supremo concluyó que el licenciado infringió los
Cánones 9, 12, 18, 19, 20 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y que la reincidencia
en su comportamiento antiético mereció una suspensión indefinida. In re Vega, 197 D.P.R. 829, 2017 PR
Sup. LEXIS 65 (P.R. 2017).
Licenciada fue suspendido del ejercicio de la notaría porque ella juramentó los traspasos de vehículos
sin tener a las personas que firmaron presentes; al certificar un hecho falso, la licenciada violó los
Artículos 2, 12 y 56 de la Ley Notarial, 4 L.P.R.A. §§ 2002, 2023 y 2091, las Reglas 65, 66 y 67 del
Reglamento Notarial, 4 L.P.R.A. Ap. XXIV, y los Cánones 18, 35 y 38 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap.
IX. In re Dora López Díaz Ts-2422, 198 D.P.R. 360, 2017 PR Sup. LEXIS 110 (P.R. 2017).
El licenciado violó este canon y el Canon 35 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 35, al
autorizar una escritura de compraventa sin realizar una investigación adecuada y responsable. Al otorgar
la escritura en controversia, el licenciado no indagó sobre el negocio jurídico otorgado entre las partes y
dio fe de que la querellada había pagado al vendedor la totalidad de la deuda cuando a quien la
querellada le pagó la deuda fue a otra persona. In re Eric Pagani Padró Ts-9854, 198 D.P.R. 812, 2017
PR Sup. LEXIS 147 (P.R. 2017).
El licenciado incurrió en violación de este canon y los cánones 12 y 18 del Código de Ética Profesional,
4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 12, 38, al incurrir en dejadez y falta de diligencia en la tramitación de la causa de
sus clientes en un proceso de impugnación de herencia, lo cual causó que el Tribunal de Primera
Instancia dictara sentencia en contra de sus clientes; no solicitar ningún remedio post sentencia, por lo
cual los clientes vieron perdida su causa de acción; y haberse ausentado injustificadamente a la vista de
ejecución de sentencia señalada, a pesar de que el Tribunal de Primera Instancia no había aceptado su
renuncia como representante legal de los clientes quejosos. In re Alexis Irizarry Vega Ts-10,707, 198
D.P.R. 1066, 2017 PR Sup. LEXIS 173 (P.R. 2017).
Licenciado infringió los Cánones 18 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 18, C. 38,
al no indagar sobre el estado de los procedimientos, permitir que se dictase sentencia en rebeldía en
contra de su cliente, y al presentar un recurso apelativo fuera de término. Aunque se enviaron las
notificaciones a una dirección incorrecta, el licenciado debió haber sido más diligente. El licenciado no
realizó ninguna gestión en el pleito hasta que solicitó el relevo de la sentencia. Además, la carga laboral
de un abogado no constituye justa causa para la presentación tardía de un recurso. In re Julio Díaz
Rosado Ts-15,898, 198 D.P.R. 412, 2017 PR Sup. LEXIS 112 (P.R. 2017).
Licenciado violó los Cánones 35 y 38 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 35, C. 38, al
falsificar la firma de una licenciada en un recurso presentado ante el foro apelativo intermedio.
Independientemente de las razones por las cuales incurrió en esa conducta, el querellado faltó a la
verdad ante el tribunal, sus clientes y una compañera de la profesión. In re González, 198 D.P.R. 350,
2017 PR Sup. LEXIS 115 (P.R. 2017).
Licenciado violó este canon al despotricar contra su ex cliente en una carta dirigida al Procurador
General dentro de un proceso disciplinario regido por el Tribunal Supremo de Puerto Rico. In re Ortiz,
198 D.P.R. 432, 2017 PR Sup. LEXIS 120 (P.R. 2017).
Cuando un licenciado permitió que su cliente dirigiera el caso y le cedió la facultad de decidir el
contenido de los escritos que se presentaban al foro judicial, y el licenciado se ausentaba a las vistas sin
que el tribunal hubiera autorizado su incomparecencia, él violó los Cánones 9, 12, 15, 18, 20, 29, 35 y 38
del Código de Ética Profesional. El licenciado fue suspendido indefinida e inmediata del ejercicio de la
abogacía y de la notaría. In re Rodríguez, 198 D.P.R. 369, 2017 PR Sup. LEXIS 116 (P.R. 2017).
Licenciado fue suspendido del ejercicio de la abogacía por un término de tres meses porque él infringió
los preceptos del Canon 38 de Ética Profesional, el cual establece el deber del abogado de exaltar el
honor y la dignidad de la profesión, aunque el así hacerlo conlleve sacrificios personales, y de evitar
hasta la apariencia de conducta impropia, al tener o mantener una relación personal y comunicaciones
con una miembro del jurado de un caso donde él representaba al acusado, en fecha cerca a la
deliberación del jurado y el veredicto. In re Meléndez, 198 D.P.R. 900, 2017 PR Sup. LEXIS 148 (P.R.
2017).
Licenciada fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la notaría porque la licenciada violó el
Art. 2, 28 y 39 de la Ley Notarial, la Regla 49 del Reglamento Notarial y los Cánones 18, 35 y 38 del
Código de Ética Profesional cuando ella otorgó escrituras públicas sin la firma necesaria, por lo que las
mismas resultaron nulas, y expidió copias certificadas aseverando que en éstas obraba la firma e
iniciales de los comparecientes, aunque ello era falso. In re Imbernón, 194 D.P.R. 499, 2016 PR Sup.
LEXIS 6 (P.R. 2016).
Cuando el Tribunal Federal dictó una sentencia sumaria y determinó que un abogado participó en un
esquema fraudulento bajo el cual presentó varias reclamaciones falsas a compañías aseguradoras, el
Tribunal Supremo concluyó que el abogado incurrió en conducta impropia en contravención de este
canon. El abogado fue suspendido inmediata e indefinidamente del ejercicio de la abogacía y la notaría.
In re Soto, 195 D.P.R. 234, 2016 PR Sup. LEXIS 52 (P.R. 2016).
Al devengar ingresos por trabajos no realizados, una licenciada contravino el deber ético palmariamente
consagrado en el Canon 38 porque sus actuaciones laceró el honor y la dignidad de la profesión legal y,
además, incurrió en conducta impropia. In re Torres, 194 D.P.R. 925, 2016 PR Sup. LEXIS 73 (P.R.
2016).
Cuando un licenciado incumplió con su deber de comparecer a todos los señalamientos de un caso
criminal, él violó los Cánones 12 y 18 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. AP. IX, al dilatar
injustificada e irrazonablemente el trámite del caso para el cual fue contratado y el licenciado violó el
Canon 38 al no comparecer a una vista sin presentar moción para exponer la razón para su
incomparecencia y al no presentarse según fue citado. El licenciado fue suspendido de la práctica de la
abogacía por el término de 30 días. In re López, 195 D.P.R. 527, 2016 PR Sup. LEXIS 97 (P.R. 2016)
Cuando la falta de diligencia de la licenciada hizo que el caso de su cliente se desestimara con perjuicio
y que posteriormente fuera desestimado en el foro apelativo intermedio por falta de jurisdicción, el
Tribunal Supremo concluyó que la licenciada infringió lo dispuesto en los Cánones 18 y 38 del Código de
Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX y la licenciada fue suspendido de la práctica de la abogacía y de la
notaría por un término de tres meses. El hecho de que la cliente hubiera dejado de comunicarse con su
oficina no fue motivo para desentenderse de la causa de acción de su cliente porque ante esta situación
la licenciada debió solicitar el relevo de la representación legal. In re Liliana Morell Bergantiños, 195
D.P.R. 759, 2016 PR Sup. LEXIS 135 (P.R. 2016).
Aunque un cambio de señalamiento de fechas por parte del Tribunal Federal en un caso de alto interés
público fue un aspecto sobre el cual el licenciado no tuvo ningún control y fue un factor atenuante en la
sanción a imponer, las actuaciones del licenciado infringieron los Cánones 12, 18, y 38 del Código de
Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, Cs. 12, 18 y 38 y pusieron en riesgo la causa de acción de su cliente
al no ser puntual en el trámite y la presentación de su caso y su falta de diligencia se manifestó al no
informar a su cliente en el caso sobre custodia, el hecho de que enviaría a un abogado sustituto y, tanto
al foro local como a su cliente, sobre el conflicto en calendario por el señalamiento del caso federal. El
licenciado fue censurado enérgicamente. In re Chervoni, 195 D.P.R. 693, 2016 PR Sup. LEXIS 133 (P.R.
2016).
Un licenciado incumplió con su deber ético de exaltar y preservar el honor y la dignidad de su profesión
bajo este canon cuando su desempeño en la tramitación de las causas para las que fue contratado
estuvo matizado por actuaciones y omisiones intolerables de desidia, despreocupación y displicencia. In
re Díaz, 195 D.P.R. 623, 2016 PR Sup. LEXIS 109 (P.R. 2016).
Licenciado incumplió con el deber que impone este canon de exaltar el honor y dignidad de su profesión
al mostrar falta de responsabilidad y diligencia en el manejo del caso durante la tramitación de un recurso
de apelación presentado ante el Tribunal de Apelaciones. In re Ortiz, 196 D.P.R. 126, 2016 PR Sup.
LEXIS 171 (P.R. 2016).
Licenciado violó este canon al no tramitar la apelación de forma diligente, al no informar a su cliente
sobre las incidencias procesales del recurso que presentó y al retener los honorarios cobrados por una
gestión que no realizó. In re Galarza, 195 D.P.R. 894, 2016 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2016).
Una licenciada fue censurado enérgicamente por desplegar conducta contraria a este canon y el
Canon 35 del Código de Ãtica Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, C. 35, durante el trÃ!mite de una acción
civil en la cual fungÃ-a como parte demandada porque la licenciada manifestó erróneamente bajo
juramento no tener conocimiento del pleito civil en su contra. In re Salcedo, 196 D.P.R. 136, 2016 PR
Sup. LEXIS 179 (P.R. 2016).
El licenciado no violó este canon sólo por infringir lo dispuesto en otros cánones del Código de Ética
Profesional. La conducta del licenciado no afectó sus condiciones morales de manera que lo hiciera
indigno de pertenecer al Foro. In re López, 196 D.P.R. 199, 2016 PR Sup. LEXIS 175 (P.R. 2016).
Cuando un licenciado presentó la Demanda, pero dejó de comparecer y no le comunicó a la cliente ni al
tribunal los problemas de salud que le aquejaban, demostró una actitud que laceró la dignidad y el honor
que todo abogado debe exaltar en violación a este canon. Aunque el licenciado también incurrió en
violaciones a los Cánones 12, 18, 19 y 20 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX, y esta no
constituyó su primera falta, el Tribunal Supremo entendió adecuado suspender el licenciado por un
término de cuatro meses del ejercicio de la abogacía y la notaría porque la representación legal coincidió
con el deterioro de su salud y otros asuntos de índole familia y el licenciado demostró su sincero
arrepentimiento y reembolsó a la cliente los honorarios pagados. In re López, 196 D.P.R. 479, 2016 PR
Sup. LEXIS 211 (P.R. 2016).
Licenciado infringió este canon al asumir una función dual de abogado-notario al preparar contratos de
opción de compraventa sobre unos predios sin segregar y autenticar las firmas de los comparecientes,
mientras representaba a la parte vendedora en el pleito sobre ejecución de hipoteca garantizada por la
finca matriz. El licenciado debió abstenerse de participar en el perfeccionamiento de cualquier negocio
jurídico que involucrara a la parte vendedora y el inmueble en cuestión. In re Grau, 196 D.P.R. 522, 2016
PR Sup. LEXIS 216 (P.R. 2016).
Licenciado fue suspendido inmediatamente del ejercicio de la abogacía por el término de tres meses
porque violó este canon y los Cánones 12, 18, y 19 del Código de Ética Profesional cuando
reiteradamente éste hizo caso omiso a las órdenes dictadas por el Tribunal de Primera Instancia, éste no
fue competente ni diligente, y éste incumplió con su deber ineludible de mantener informados a sus
clientes sobre los asuntos importantes que surgieron en la tramitación del caso que se le encomendó. In
re José A. Miranda Daleccio, 193 D.P.R. 753, 2015 PR Sup. LEXIS 126 (P.R. 2015).
Cuando una licenciada retuvo fondos que la licenciada estaba encargada de consignar inmediatamente
en el tribunal y no notificó que poseía los mismos hasta que se solicitó una orden de arresto contra su
clienta, la licenciada violó este canon. La dilación en la devolución de los fondos fue causa suficiente
para infringir este canon. La licenciada hizo falsas representaciones tanto al Tribunal de Primera
Instancia como al Tribunal Supremo, tratando de desvirtuar la realidad de lo verdaderamente sucedido
con el dinero que se le entregó para ser consignado, ofreciendo versiones contradictorias entre sí y
ajenas a la verdad. In re Navarro, 193 D.P.R. 303, 2015 PR Sup. LEXIS 90 (P.R. 2015).
Cuando la falta de diligencia del abogado ocasionó la desestimación de la causa de su cliente, aunque
la conducta del cliente contribuyó al resultado adverso en su apelación, el abogado no cumplió con su
responsabilidad de exaltar el honor y la dignidad de la profesión a la que pertenece. Su conducta
perjudicó la imagen y confianza del cliente hacia la práctica de la abogacía. Pero, además, como
representante de la institución de la justicia afectó su buen nombre. In re Nazario, 193 D.P.R. 573, 2015
PR Sup. LEXIS 108 (P.R. 2015).
Licenciado fue suspendido inmediata e indefinida del ejercicio de la abogacía porque violó este canon y
los Canones 9, 12, 17, 26, y 35 del Código de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX al incoar procesos
judiciales frívolos en contra de varios funcionarios públicos, incluyendo jueces y abogados, con la única
intención de hostigarla, perseguirla y perjudicarla. Exhibió una conducta irrespetuosa, desafiante e
irreverente ante los tribunales y durante el trámite del asunto ético, éste asumió un proceder similar y
nunca expresó arrepentimiento, ni reconoció trasgresión ética alguna. In re Rodríguez, 193 D.P.R. 633,
2015 PR Sup. LEXIS 112 (P.R. 2015).
Un abogado-notario fue disciplinado porque certificó como cierto bajo la fe notarial un hecho falso
durante el traspaso de un vehículo. Esa conducta violó el Art. 56 de la Ley Notarial, la Regla 67 del
Reglamento Notarial y los Cánones 18, 35 y 38 de Ética Profesional. In re Velázquez, 193 D.P.R. 681,
2015 PR Sup. LEXIS 114 (P.R. 2015).
Licenciada fue suspendido del ejercicio de la abogacía y la notaría por un término de tres meses por
incumplir con sus deberes hacia una clienta y por desatender reiteradamente las órdenes del Tribunal
Supremo en violación de los Cánones 9, 12, 18, 20 y 38 de Ética Profesional, 4 L.P.R.A. Ap. IX. La
licenciada incurrió en conducta impropia al transgredir el mandato del Canon 38 que requiere que todos
los abogados se esfuercen al máximo para exaltar el honor y dignidad de la profesión, y, además, como
funcionarios del tribunal, se interesen en hacer su propia y cabal aportación hacia la consecución de una
mejor administración de la justicia. Desatender varias órdenes de los tribunales, con el efecto directo de
que se desestimaran dos casos, fue contrario a esos deberes. In re Ojeda, 193 D.P.R. 966, 2015 PR
Sup. LEXIS 140 (P.R. 2015).
Licenciada fue censurado enérgicamente por infringir este canon. El hecho de tomar para sí un
documento que formó parte del expediente fiscal, sin que le fuera autorizado, fue conducta impropia que
violentó los requerimientos del Canon 38. In re Mouriño, 194 D.P.R. 179, 2015 PR Sup. LEXIS 149 (P.R.
2015).
Un licenciado fue amonestado porque no evitó la apariencia de conducta impropia, infringiendo así los
postulados de este canon por representar a unos cónyuges en una acción bajo la causal de
consentimiento mutuo, cuando el esposo compareció como soltero ante el licenciado dos meses antes
del divorcio. In re Hernández, 190 D.P.R. 164, 2014 PR Sup. LEXIS 11 (P.R. 2014)
Licenciado fue censurado enérgica por infracción a este canon y Canon 18 de Ética Profesional, y a la fe
pública notarial, por haber autenticado las firmas de unos otorgantes en un contrato de compraventa y
faltar a su deber de instruirlos sobre los pormenores necesarios para que se diera el referido negocio
jurídico. In re Velázquez, 190 D.P.R. 730, 2014 PR Sup. LEXIS 47 (P.R. 2014)
Tribunal Supremo censuró enérgicamente al licenciado por infringir este canon y la Regla 5 del
Reglamento Notarial cuando el licenciado ejerció la función dual de abogado y notario al autorizar una
escritura sobre un bien inmueble que era objeto de un litigio en el cual el licenciado era abogado. In re
Iturrino, 190 D.P.R. 582, 2014 PR Sup. LEXIS 44 (P.R. 2014).
Cuando licenciado negó representar al quejoso aun cuando había evidencia de un contrato de servicios
profesionales y una factura que demostraba que había cobrado honorarios de abogado, y el licenciado
representó a otro cliente en contra de éste con intereses adversos, esta conducta impropia violó este
canon. In re Coreano, 190 D.P.R. 739, 2014 PR Sup. LEXIS 54 (P.R. 2014)
Al aceptar honorarios de abogado de parte de los padres de su cliente, a pesar de que sabía que éste
era indigente y de que había sido designado como abogado de oficio, un licenciado violó el Reglamento
para la Asignación de Abogados de Oficio en Procedimientos de Naturaleza Penal y este canon. In re
Miranda, 190 D.P.R. 151, 2014 PR Sup. LEXIS 20 (P.R. 2014)
Un licenciado fue suspendido inmediata y indefinidamente del ejercicio de la notaría porque el Tribunal
de Primera Instancia tuvo ante sí prueba clara, robusta y convincente que el licenciado faltó a la fe
pública notarial al incumplir con la unidad de acto que requirió el otorgamiento de un testamento abierto,
así como por estampar su firma y sello en una declaración jurada que no se prestó ante sí. Violó este
canon por faltar al honor y la dignidad de su profesión con una conducta impropia. In re Nieves, 189
D.P.R. 259, 2013 PR Sup. LEXIS 92 (P.R. 2013).
En un caso contra el quejoso, quien era empleado de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados,
estuvo implicado en un incidente durante una huelga contra la A.A.A., un licenciado, quien se identificó
como Fiscal Auxiliar a una vista de Regla 6, violó este canon y Canon 35 porque el licenciado era
empleado de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados y ocupaba la posición de Fiscal Auxiliar donde
disfrutaba de una licencia sin sueldo, Aunque 3 L.P.R.A. § 294v solo prohíbe el ejercicio de la profesión
en el sector privado y no prohíbe que un Fiscal, mientras disfruta de una licencia sin sueldo, ejerza la
abogacía en el sector público, en virtud de esa concesión este debió abstenerse de ejercer funciones
delegadas al Ministerio Fiscal. In re José M. Molina Oliveras, 188 D.P.R. 547, 2013 PR Sup. LEXIS 65
(P.R. 2013).
El Tribunal Supremo ordenó la separación inmediata e indefinida de una licenciada del ejercicio de la
abogacía tras ser declarada culpable por cinco cargos de delito menos grave por infracción a Sec. 6059
del Código de Rentas Internas, 13 L.P.R.A. § 8064, por no conservar constancias suficientes para
determinar su responsabilidad contributiva; esta conducta denotó depravación moral y violó este canon al
no exaltar el honor y dignidad de la profesión. In re López, 189 D.P.R. 689, 2013 PR Sup. LEXIS 126
(P.R. 2013).
Cuando un licenciado retuvo el anticipo pagado por un quejoso por gestiones que no realizó, compartió
honorarios con una persona que no era abogado, y se valió de artificios para defenderse contra la
querella, las actuaciones del licenciado no resultaron dignas ni reflejaron el honor de la profesión de la
abogacía en clara violación a este canon. In re Vega, 189 D.P.R. 672, 2013 PR Sup. LEXIS 127 (P.R.
2013).
Renuncia de un juez de su término no impidió la continuación de un procedimiento disciplinario en su
contra; aunque una querella solo imputó violación de los Cánones de Ética Judicial, el Tribunal Supremo
disciplinó al ex-juez por quebrantar este canon sin una enmienda de la querella. In re Vega, 189 D.P.R.
741, 2013 PR Sup. LEXIS 131 (P.R. 2013).
Un juez provocó un accidente de tránsito, se dio a la fuga, y usó la autoridad y prestigio de su cargo
judicial para solicitar un trato favorable por parte de la Policía e influir en la víctima del accidente para
que ella firmara un relevo de responsabilidad en violación de este canon. El ex-juez fue suspendido
inmediata de la práctica de la abogacía por el término de dos años. In re Vega, 189 D.P.R. 741, 2013 PR
Sup. LEXIS 131 (P.R. 2013).
Un notario incurrió en una violación de este canon al enviar una carta al quejoso, mediante la cual le
avisó de su intención de presentar una demanda de daños y perjuicios alegadamente causados por una
queja relacionada con su conducta profesional. In re Martínez, 185 D.P.R. 1068, 2012 PR Sup. LEXIS
112 (P.R. 2012).
La presentación tardía de un recurso ante un foro apelativo que conllevó su desestimación se
configuró como una violación ética del licenciado bajo este canon y el Canon 18. El
Tribunal Supremo censuró enérgicamente al licenciado. In re Luna, 187 D.P.R. 584,
2012 PR Sup. LEXIS 191 (P.R. 2012).
Un abogado que rinde servicios profesionales ante organismos administrativos debe observar los
mismos principios de ética profesional que exige su comportamiento ante los
tribunales. Cuando una licenciada desatendió las órdenes de la Comisión Apelativa de Servicio
Público (CASP) en una apelación, la licenciada violó este canon; desatender las órdenes de la
CASP y los intereses de su clienta no promueve la sana administración de la justicia
ni exalta el honor y la dignidad de la profesión jurídica. In re Custodio, 187 D.P.R. 529, 2012 PR
Sup. LEXIS 187 (P.R. 2012).
La presentación tardía de un recurso ante un foro apelativo que conllevó su desestimación se
configuró como una violación ética del licenciado bajo este canon y el Canon 18. El
Tribunal Supremo censuró enérgicamente al licenciado. In re Luna, 187 D.P.R. 584,
2012 PR Sup. LEXIS 191 (P.R. 2012).
Un abogado que rinde servicios profesionales ante organismos administrativos debe observar los
mismos principios de ética profesional que exige su comportamiento ante los
tribunales. Cuando una licenciada desatendió las órdenes de la Comisión Apelativa de Servicio
Público (CASP) en una apelación, la licenciada violó este canon; desatender las órdenes de la
CASP y los intereses de su clienta no promueve la sana administración de la justicia
ni exalta el honor y la dignidad de la profesión jurídica. In re Custodio, 187 D.P.R. 529, 2012 PR
Sup. LEXIS 187 (P.R. 2012).
La manera tosca en que la ex jueza trató tanto a los funcionarios del tribunal como a los abogados
demuestra que no tenía temperamente judicial y violó las disposiciones de este canon. In re Plaza, 182
D.P.R. 328, 2011 PR Sup. LEXIS 88 (P.R. 2011).
El abogado violó los Cánones 35 y 38 de este apéndice cuando no presentó una exposición de hechos
sincera y acertada en el presente caso disciplinario y utilizó su influencia como abogado para agenciarse
trabajo adicional como corredor de bienes inmuebles. In re Sigfredo Pons Fontana, 182 D.P.R. 300, 2011
PR Sup. LEXIS 104 (P.R. 2011).
Un licenciado violó este canon y los Cánones 9 y 12 cuando el ejerció deficientemente el notariado, hizo
caso omiso de las órdenes del Tribunal Supremo para que subsanara las deficiencias y practicó la
notaría mientras estaba suspendido. In re Fontánez, 181 D.P.R. 407, 2011 PR Sup. LEXIS 59 (P.R.
2011).
El abogado violó los Cánones 9, 12, 18, 19, 35 y 38 de este apéndice por no contestar la moción de
desestimación, no comparecer a la vista de conferencia con antelación al juicio, contestar el
descubrimiento de prueba fuera del término establecido, no informar al cliente de la desestimación del
caso hasta mucho tiempo después, y no ser honesto en decir la verdadera razón por la cual se
desestimó el caso. In re Nieves, 181 D.P.R. 25, 2011 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2011).
El querellado violó este canon en enviar una carta a distintos abogados para que éstos recomendaran
su renominación o ascenso con el Director de la Oficina de Nombramientos Judiciales. In re Eliseo
Gaetán Mejías, 180 D.P.R. 846, 2011 PR Sup. LEXIS 20 (P.R. 2011).
El licenciado infringió este canon como consecuencia del patrón de persecución que mantuvo el
licenciado hacia la quejosa, el cual resultó en dos órdenes de protección por acecho en contra del
licenciado. In re Vázquez, 180 D.P.R. 527, 2010 PR Sup. LEXIS 218 (P.R. 2010).
Cuando un licenciado actuó como abogado y notario en un mismo asunto, y fungió como comprador y
vendedor de terrenos de la sucesión que fue de su cliente, constituyó una grave falta a este canon. In re
Vázquez, 180 D.P.R. 527, 2010 PR Sup. LEXIS 218 (P.R. 2010).
Un abogado fue sancionado por violar este canon porque había sido encontrado culpable de una
violación de la Ley de Etica Gubernamental cuando apropió illegalmente $ 1,500 de una agencia de
viajes, de la cual el abogado fue presidente. In re Vázquez, 176 D.P.R. 168, 2009 PR Sup. LEXIS 113
(P.R. 2009).
Una abogada infringió a los Cánones 23 y 38 de este apéndice al retener el cheque de la cliente y
condicionar la entrega del mismo a la discusión sobre los honorarios de abogado. In re Berlingeri, 175
D.P.R. 897, 2009 PR Sup. LEXIS 61 (P.R. 2009).
El abogado violó este canon al asumir la representación de un adquiriente de un auto, un bien de un
caso de divorcio, de lo cual el abogado representaba el esposo. In re Lugo, 175 D.P.R. 854, 2009 PR
Sup. LEXIS 86 (P.R. 2009).
El abogado violó a este canon porque no cumplió con su deber como depositario de las cantidades
monetarias que el cliente confió en el bufete y utilizó el dinero del cliente para uso personal, sin el
consentimiento del cliente. In re Betancourt, 175 D.P.R. 827, 2009 PR Sup. LEXIS 56 (P.R. 2009).
En una vista disciplinaria, no existía prueba clara, robusta, y convincente de que el abogado hubiese
faltado a los deberes de lealtad, sinceridad y honradez: el abogado tuvo el derecho a confrontar y
contrainterrogar a su cliente, el querellante, pero éste no demostró interés alguno en el proceso, ni
compareció a ofrecer su testimonio. In re Aguirre, 175 D.P.R. 433, 2009 PR Sup. LEXIS 16 (P.R. 2009).
Un abogado incurrió en conducta violatoria de los Cánones 21 y 38 de este apéndice porque comenzó a
trabajar como asesor legal de un municipio mientras era abogado del cliente en un pleito en que éste
figuraba como demandado y el municipio como demandante. In re Arnaldo Báez Genoval, 175 D.P.R.
28, 2008 PR Sup. LEXIS 176 (P.R. 2008).
Las actuaciones de una notaria ameritaron una sanción disciplinaria porque la notaria estampó su sello y
firmó un documento aunque las partes no comparecieron ante la notaria. In re Menéndez, 175 D.P.R. 22,
2008 PR Sup. LEXIS 178 (P.R. 2008).
En un caso de conducta profesional, el Tribunal Supremo denegó ejercer su jurisdicción porque un
representante de un partido político, quien presentó una queja contra el Secretario de Justicia, no pudo
demostrar un interés legítimo ético. In re De, 174 D.P.R. 453, 2008 PR Sup. LEXIS 137 (P.R. 2008).
Un abogado fue disciplinado porque al otorgar una escritura de compraventa sin asegurarse que el
vendedor tenía título a la propiedad, el abogado actuó en contravención a este canon, y la ley notarial. In
re Díaz, 174 D.P.R. 99, 2008 PR Sup. LEXIS 143 (P.R.), modified, 174 D.P.R. 790, 2008 PR Sup. LEXIS
198 (P.R. 2008).
Se desestimó una querella presentada contra un abogado porque no se presentó prueba clara,
convincente, y robusta que la conducta del abogado en algunos negocios con el Departamento de Salud
incurrió en la apariencia de conducta impropia. In re Mariani, 173 D.P.R. 498, 2008 PR Sup. LEXIS 82
(P.R. 2008).
Los abogados no violaron a este canon porque no indujeron a error al foro apelativo intermedio mediante
mecanismos inconsistentes con la verdad: una moción presentada por los abogados ante el foro
apelativo intermedio no contenía hechos incorrectos, a pesar de hacer conclusiones de derecho
erróneas. In re Pérez, 173 D.P.R. 282, 2008 PR Sup. LEXIS 64 (P.R. 2008).
El abogado violentó a estos cánones porque retuvo los fondos de sus clientes, bajo el subterfugio de un
préstamo. In re Cid, 173 D.P.R. 40 (P.R. 2008).
Un abogado no notificó al foro de instancia de la muerte de su cliente; al así actuar, faltó al deber de
sinceridad y honradez hacia el tribunal y trató de inducir a error al juzgador. Mas aun, el abogado actuó
de está forma movido por el animo de cobrar sus honorarios de abogado; de esa forma, antepuso sus
intereses personales por encima de la pureza de los procesos judiciales. In re Lopez De Victoria, 173
D.P.R. 5 (2008).
Un abogado, en su capacidad de notario, autorizó una escritura entre un municipio y una corporación; el
abogado infringió a este canon porque el abogado debió ser mas cuidadoso en vista de la relación
abogado-cliente que el abogado comenzaría con la corporación. In re Rodríguez, 172 D.P.R. 665, 2007
PR Sup. LEXIS 212 (P.R. 2007).
Un abogado se mantuvo a distancia durante una transacción ocurrida entre una compañía de desarrollo
económico y la Autoridad de Desperdicios Sólidos, la cual fue una cliente de su bufete, para evitar no
solo en la impropiedad ética, sino también en la apariencia de impropiedad. In re Vicente, 172 D.P.R.
349, 2007 PR Sup. LEXIS 181 (P.R. 2007).
Aunque un abogado era un notario y un pastor de una iglesia, y el abogado notarizó un documento, el
cual fue al centro de una acción de una servidumbre, el hecho de que el abogado fuera pastor y
administrador de la iglesia, no basta para dejar establecida la apariencia de impropiedad. In re Sánchez,
172 D.P.R. 181, 2007 PR Sup. LEXIS 180 (P.R. 2007).
Un abogado violentó a este canon porque se demoró por un tiempo prolongado e injustificado en la
obligación de llevar al Registro de la Propiedad una escritura, la cual pertenecía a la compraventa de su
propiedad personal, para su inscripción. In re Pagan Pagan, 171 D.P.R. 975 (2007).
Un abogado violó a este canon por haber comparecido representando a un heredero tras comparecer en
representación a un cliente quien había convivido con el padre del heredero y quien solicitó que se
dividiera la herencia. In re Lcdo, 171 D.P.R. 894, 2007 PR Sup. LEXIS 139 (P.R. 2007).
Un abogado no violó este canon porque aunque la conducta desplegada por el abogado al presentar un
cheque sin fondos suficientes podría interpretarse como una reprochable, la misma no atenta contra la
comunidad o con la profesión. In re González, 171 D.P.R. 567, 2007 PR Sup. LEXIS 110 (P.R. 2007).
El abogado, quien estaba bajo una suspensión del ejercicio de la abogacía, acompañó a un sospechoso
al cuartel de policías, y presentó su identificación como miembro del Colegio de Abogados; el abogado
violó a este canon porque actuó en una manera impropia y creó una impresión que el abogado estaba
representando al sospechoso. In re Menéndez, 171 D.P.R. 210, 2007 PR Sup. LEXIS 97 (P.R.), modified,
171 D.P.R. 442, 2007 PR Sup. LEXIS 98 (P.R. 2007).
Un abogado-notario fue disciplinado porque dio fé que unos declarantes les habían suscrito y firmado a
una declaración en su presencia, sin que éste realmente estuviera presente en la firma del documento.
In re Aponte, 170 D.P.R. 498, 2007 PR Sup. LEXIS 34 (P.R. 2007).
La actuación del abogado al no radicar sus planillas de contribución sobre ingresos, denotó una falta de
honradez y depravación moral. In re Goyco, 170 D.P.R. 432, 2007 PR Sup. LEXIS 55 (P.R. 2007).
El abogado actuó de una manera violatoria de estos cánones porque demandó a su propio cliente en
representación de otro, que es conducta suficiente para establecer un claro conflicto de intereses entre
ambas representaciones. In re Viera, 170 D.P.R. 306, 2007 PR Sup. LEXIS 56 (P.R. 2007).
Licenciado fue suspendido inmediata de la abogacía y de la notaría por el término de tres meses porque
el licenciado infringió y violentó las disposiciones de Canon 9 y este canon al conducirse de manera
irrespetuosa a la Secretaria del Tribunal I en el Centro Judicial de Guayama. In re Rivera, 170 D.P.R.
863, 2007 PR Sup. LEXIS 235 (P.R. 2007).
El abogado violó los Cánones 15, 35 y 38 de Etica Profesional al ser encontrado culpable de
conspiración de cometer delito o defraudar a los Estados Unidos, intervenir indebidamente con un
testigo, víctima o informante, y obstrucción a la justicia. In re Ramírez, 169 D.P.R. 414, 2006 PR Sup.
LEXIS 194 (P.R. 2006).
La conducta de un abogado implicó una crasa violación de este canon porque el abogado preparó una
declaración jurada a sabiendas de que contenía información falsa. In re Ruiz, 168 D.P.R. 498, 2006 PR
Sup. LEXIS 125 (P.R. 2006).
Al autorizar un pagaré falso, la notaria actuó con el propósito de defraudar al acreedor de su cliente, y
actuó en contravención de este canon. In re De Ruiz, 167 D.P.R. 661, 2006 PR Sup. LEXIS 68 (P.R.
2006).
La abogada fue suspendida del ejercicio de la abogacía y la notaria después de que un foro le declaró
culpable por el delito de tentativa de apropiación ilegal agravada por apropiarse de varias piezas de ropa
interior de una tienda. In re Morales, 167 D.P.R. 331, 2006 PR Sup. LEXIS 51 (P.R. 2006).
La jueza actuó en contravención a los cánones de ética profesional tras recibir un boleto de tránsito,
porque echó mentiras sobre el asunto, actuó con el intento de defraudar, y llenó un formulario falso al
radicar su recurso de revisión. In re Aboy, 166 D.P.R. 49, 2005 PR Sup. LEXIS 158 (P.R. 2005).
Dos abogados actuaron en contravención de este canon cuando fueron hallados culpables del delito de
alteración de la paz. In re De La Texera Barnes, 165 D.P.R. 526, 2005 PR Sup. LEXIS 145 (P.R. 2005).
El abogado violó los preceptos de los cánones de ética por haber representado a un vecino cuando el
abogado estaba trabajando en su puesto como abogado del gobierno; sin embargo, el abogado aceptó
responsabilidad y solo había invertido una cantidad de tiempo mínima en el caso particular. In re Ayala,
165 D.P.R. 138, 2005 PR Sup. LEXIS 88 (P.R. 2005).
El abogado violó este canon por actuar poco profesional e irrespectuosa a sus colegas cuando sacó la
lengua a la otra abogada y amenazó al otro abogado durante una deposición. In re Carrasquillo, 164
D.P.R. 813, 2005 PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 2005).
El abogado violó este canon porque sabía que estaba suspendido del ejercicio de la abogacía y, sin
embargo, presentó mociones ante los tribunales y compareció en una toma de deposición. In re
Carrasquillo, 164 D.P.R. 813, 2005 PR Sup. LEXIS 77 (P.R. 2005).
Al presentar información falsa de que su clientes eran los titulares registrales de la propiedad objeto de
expropiación ante el Tribunal de Primera Instancia, el abogado violó este canon y el Canon 35 de este
apéndice. In re Fernández, 163 D.P.R. 113, 2004 PR Sup. LEXIS 162 (P.R. 2004).
Aunque la conducta del abogado en unos negocios privados sobre la venta de un vehículo no exaltó el
honor y la dignidad de la profesión, la conducta no lo hace “indigno de pertenecer al foro” como el
abogado había contestado por su conducta ante un foro judicial. In re Lugo, 162 D.P.R. 735, 2004 PR
Sup. LEXIS 130 (P.R. 2004).
Tras la destrucción de un edificio, la cual causó varios muertos y daños severos, algunos abogados
intentaron a comunicarse directamente con clientes potenciales, sin que éstas se los requiriera, para
solicitar la contratación de representación legal, en contravención de este canon y el Canon 34 de este
apéndice. In re Carbonell, 162 D.P.R. 665, 2004 PR Sup. LEXIS 137 (P.R. 2004).
Un abogado culpable de conspirar en obstrucción de justicia—delito grave que conlleva depravación
moral—infringe este canon y el Canon 35, Ap. IX de este título. In re Figueroa, 161 D.P.R. 477, 2004 PR
Sup. LEXIS 41 (P.R. 2004).
El abogado viola este canon en presentar solicitudes de quiebra bajo la ley federal para obstaculizar y
detener los procedimientos ante el Tribunal de Primera Instancia en un caso de pensión alimentaria. In re
Fajardo, 161 D.P.R. 351, 2004 PR Sup. LEXIS 51 (P.R. 2004).
Un abogado de oficio no puede solicitar del acusado o sus familiares una cantidad de dinero para cubrir
los gastos de los procedimientos. In re Garcia Munoz, 160 D.P.R. 744 (P.R. 2003).
La negativa de la jueza al celebrar vistas de causa probable en asuntos de violencia doméstica y sus
expresiones discriminatorias hacia las mujeres víctimas viola este canon. In re Rodríguez, 160 D.P.R.
245, 2003 PR Sup. LEXIS 145 (P.R. 2003).
Un juez contraviene en ética judicial al beneficiar unos particulares en su cargo como juez. In re
Marchán, 159 D.P.R. 724, 2003 PR Sup. LEXIS 126 (P.R. 2003).
Un juez administrativo, tan pronto que recibe una oferta para trabajar con un abogado quien representó
a los clientes ante el foro administrativo, debe inhibirse en los casos en que el abogado representa a una
de las partes. In re Queja, 159 D.P.R. 542, 2003 PR Sup. LEXIS 91 (P.R. 2003).
Un notario no cumplió con su deber de ser custodio de la fe pública al registrar una escritura de venta
con los textos de la ejecución y subasta fotocopiados en ella en lugar de transcribirlos. In re Queja, 159
D.P.R. 448, 2003 PR Sup. LEXIS 92 (P.R. 2003).
Procede la suspensión de la práctica de la abogacía de un abogado quien indebidamente cobró
honorarios en exceso en la representación de indigentes. In re Diez, 159 D.P.R. 163, 2003 PR Sup.
LEXIS 69 (P.R. 2003).
Se contravino esta regla cuando los abogados adquirieron un interés pecuniario sobre un bien de su
cliente, la Oficina de Liquidación; los abogados tampoco divulgaron el hecho a su cliente, ni aconsejaron
que obtuviera representación nueva. In re Corrada, 158 D.P.R. 791, 2003 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2003).
Notario Cordero, quien no presentó las escrituras públicas ante el Registro de Propiedad hasta cuatro
meses, en un caso, y un año y dos meses en otro caso, después de sus otorgamientos, no estuvo en
contravención del canon porque, de ordinario, un notario no está obligado a presentar los documentos
públicos que haya autorizado ante el Registro de la Propiedad, ni existía una obligación por contrato, y
no estuvo en contravención de otras normas. In re Cordero, 157 D.P.R. 867, 2002 PR Sup. LEXIS 119
(P.R. 2002).
El abogado en el caso actuó impropiamente al autorizar una escritura sobre la división de la comunidad
de bienes y al adelantar una suma de dinero para adquirir una participación ganancial en la propiedad, y,
por lo tanto está en violación de este canon. In re Cordero, 157 D.P.R. 867, 2002 PR Sup. LEXIS 119
(P.R. 2002).
El comportamiento del abogado ante empleados de la Secretaría del Tribunal de Instancia, acusándoles
de incompetencia, fue inapropriada y conducta irrespetuosa. In re Ríos, 157 D.P.R. 352, 2002 PR Sup.
LEXIS 84 (P.R. 2002).
Un abogado viola este canon al no registrar el otorgamiento de un pagaré al portador en su libro de
afidávits, al no incluirlo en su informe mensual, ni al subsanar la omisión en forma apropiada. In re
Querella, 155 D.P.R. 345, 2001 PR Sup. LEXIS 151 (P.R. 2001).
Constituye una violación al no suplir la información exacta y completa en la solicitud como parte del
proceso de evaluación encaminado a confirmación como juez. In re Valentín, 155 D.P.R. 193, 2001 PR
Sup. LEXIS 132 (P.R. 2001), modified, In re Sepúlveda, 162 D.P.R. 785, 2004 PR Sup. LEXIS 149 (P.R.
2004).
Se viola este canon al no presentar, previo a la fecha de su juramentación, la correspondiente enmienda
a la declaración informativa testificando que la abogada había figurado como demandada en unas
acciones. In re Valentín, 155 D.P.R. 193, 2001 PR Sup. LEXIS 132 (P.R. 2001), modified, In re
Sepúlveda, 162 D.P.R. 785, 2004 PR Sup. LEXIS 149 (P.R. 2004).
Un abogado viola esta canon cuando representa a copartes después de haber renunciado la
representación de una de las partes contra la otra en una acción de filiación. In re Rodríguez, 154 D.P.R.
684, 2001 PR Sup. LEXIS 106 (P.R. 2001).
El Tribunal Supremo puede ordenar la separación de la abogacía de un abogado que incumple con este
canon por mantener “empleados fantasmas” mientras sea senador. In re Joaquín Peña Peña, 153 D.P.R.
642, 2001 PR Sup. LEXIS 38 (P.R. 2001).
Si un notario tiene conocimiento personal de que un compareciente no tiene hijos y, a sabiendas, miente
expresando que sí los tiene, el notario incurre en falta ética grave. In re Alvarado, 153 D.P.R. 575, 2001
PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2001).
La dación de fe del conocimiento de una persona por un notario no implica un deber de investigación
exhaustiva. In re Alvarado, 153 D.P.R. 575, 2001 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2001).
El criterio a utilizarse en casos disciplinarios de abogados es prueba clara, robusta y convincente. In re
Alvarado, 153 D.P.R. 575, 2001 PR Sup. LEXIS 30 (P.R. 2001).
Viola esta regla el expedir copias certificadas de instrumentos públicos que adolecen de las firmas y de
las iniciales o en los que estos requisitos fueron suplidos con posterioridad al día natural fijado para el
otorgamiento y autorización. In re Cintrón, 153 D.P.R. 520, 2001 PR Sup. LEXIS 33 (P.R. 2001).
Un abogado viola este canon al redactar una demanda de una tercera persona contra su cliente. In re
Lcdo, 152 D.P.R. 298, 2000 PR Sup. LEXIS 167 (P.R. 2000).
Resulta impropia la comunicación ex parte de un abogado dirigida a anticiparle a un juez la intención y
fundamentos para solicitarle su inhibición mediante presentación de recusación. In re Lcdo, 151 D.P.R.
973, 2000 PR Sup. LEXIS 129 (P.R. 2000).
El abogado de un periódico debe evitar de ejercer influencia en la tramitación de un asunto judicial. In re
Lcdo, 151 D.P.R. 973, 2000 PR Sup. LEXIS 129 (P.R. 2000).
Un abogado no puede reclamar inmunidad respecto a la aplicación de los Cánones de Etica Profesional
alegando que las personas cuyos intereses representó como abogado y quienes eran los beneficiarios
directos de sus gestiones no eran sus clientes y sí una entidad que había contratado con dichas
personas el proveerles servicios legales. In re Morales, 151 D.P.R. 842, 2000 PR Sup. LEXIS 114 (P.R.
2000).
Un abogado que recibe honorarios contingentes a virtud de una sentencia que luego es revocada está
obligado de devolverlo, pues no hacerlo crearía la apariencia de que actuó impropiamente. In re Nicolás
Nogueras Cartagena, 150 D.P.R. 667, 2000 PR Sup. LEXIS 53 (P.R. 2000).
El hecho de que un miembro de la judicatura, contra quien se ha radicado una querella por violación a
los Cánones de Etica Judicial, cese en su cargo por razón de renuncia no impide que continúe el
procedimiento disciplinario en su contra si la naturaleza de la conducta imputada puede dar lugar a su
desaforo o suspensión de la abogacía. In re Rodríguez, 149 D.P.R. 551, 1999 PR Sup. LEXIS 170 (P.R.
1999).
Un juez que alegadamente rebaja la fianza a un acusado que era su vecino y posteriormente asiste con
éste a un establecimiento público y recibe en su oficina al confidente que participa en el caso de dicho
acusado, requiriendo del fiscal del caso que comparezca a su oficina con el propósito de que éste le
tome una declaración al confidente porque ahora sostiene que el caso contra el acusado era fabricado,
no hace honor a la profesión de abogado e incurre en la apariencia de conducta profesional impropia. In
re Rodríguez, 149 D.P.R. 551, 1999 PR Sup. LEXIS 170 (P.R. 1999).
El otorgamiento de un documento notarial en contravención de la Ley Notarial, como lo sería el
consignar un hecho falso en un documento público, constituye una violación a este canon. In re Vélez,
148 D.P.R. 1, 1999 PR Sup. LEXIS 42 (P.R. 1999).
El ejercicio final de la jurisdicción disciplinaria del tribunal no puede ser acatado por un acuerdo entre las
partes. In re Lcdo, 147 D.P.R. 607, 1999 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 1999).
La admisión de responsabilidad civil y el resarcimiento por un abogado a su cliente constituye un
atenuante, e incluso podría ser determinante para su archivo si se insta una querella. In re Lcdo, 147
D.P.R. 607, 1999 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 1999).
Un archivo no será favorecido en aquellas situaciones en que la negligencia profesional ha sido
acompañada de un comportamiento que atente contra el prestigio y la dignidad pública que debe
caracterizar al abogado. In re Lcdo, 147 D.P.R. 607, 1999 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 1999).
Un abogado no se libera de una posible sanción disciplinaria por el mero hecho de haber devuelto el
dinero retenido, o por haberlo retenido sin la intención de apropiarse de él permanentemente, mas la
dilación en la devolución de los fondos de por sí es causa suficiente para tomar medidas disciplinarias
contra el abogado. In re Lcdo, 147 D.P.R. 607, 1999 PR Sup. LEXIS 37 (P.R. 1999).
Constituye una violación a este canon la retención indebida de dinero por parte de un abogado,
acordada en el contrato de hipoteca para la supuesta terminación de una segunda planta—que nunca se
completó—así como su conducta posterior ante el Colegio de Abogados al incumplir en reiteradas
ocasiones con la promesa de devolver la cantidad retenida. In re Lcdo, 147 D.P.R. 607, 1999 PR Sup.
LEXIS 37 (P.R. 1999).
Incurre en conducta antiética un abogado que omite informar parte de su ingreso en una declaración
jurada durante un procedimiento en el que se solicita el aumento de pensión alimentaria contra éste. In re
Rodríguez, 145 D.P.R. 536, 1998 PR Sup. LEXIS 75 (P.R. 1998).
Falta a su deber de actuar con integridad aquel abogado que bajo juramento miente a un tribunal para
promover su propia causa. In re Rodríguez, 145 D.P.R. 536, 1998 PR Sup. LEXIS 75 (P.R. 1998).
Los Cánones 35 y 38 de Etica Profesional exigen a todo abogado ejercer su profesión con sinceridad y
honradez, así como conducirse en el desempeño de su profesión y en su vida privada de manera digna y
honorable. In re Rodríguez, 145 D.P.R. 536, 1998 PR Sup. LEXIS 75 (P.R. 1998).
Procede la suspensión indefinida de un abogado quien en dos ocasiones distintas mediante
procedimientos ex parte de declaratorias de herederos recurrió a los tribunales solicitando que su madre
fuera declarada única y universal heredera cuando sabía de la existencia de otros coherederos. In re Lic.
Antonio Filardi Guzmán, 144 D.P.R. 710, 1998 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 1998).
No puede un abogado poner en funcionamiento el sistema de la administración de la justicia cuando
sabe que al así hacerlo y en aras de adelantar sus propios intereses falta a la verdad. In re Lic. Antonio
Filardi Guzmán, 144 D.P.R. 710, 1998 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 1998).
Es deber de un notario asegurarse que la gestión que le delega a otra persona para tramitar una
inscripción de hipoteca de una escritura de compraventa en el Registro de la Propiedad se haya
cumplido a cabalidad ya que, de no hacerlo, incurre en falta de diligencia para con sus clientes,
causándoles daño y violando así los deberes impuestos por el Canon 18 de Etica Profesional. In re
Ramírez, 142 D.P.R. 329, 1997 PR Sup. LEXIS 482 (P.R. 1997).
Un notario que procede a expedir copia certificada motu proprio de un documento notarial y que expresa
falsamente que lo hace a solicitud de una parte viola no tan sólo lo impuesto en 3 L.P.R.A. 2065, sino
también el deber de actuar con honradez y sinceridad en todo momento. In re Ramírez, 142 D.P.R. 329,
1997 PR Sup. LEXIS 482 (P.R. 1997).
Cuando un abogado desplaza por consideraciones personales el respeto que merece un tribunal, falta
en su deber de cortesía hacia sus compañeros del Foro y su conducta supone un trato distinto por motivo
de sus características personales, en este caso el género, dicha conducta refleja los estereotipos que
propician el trato discriminatorio en los tribunales, y las mismas son lesivas a la integridad institucional
del sistema de justicia, al igual que suponen una afrenta a la integridad individual del funcionario a quien
van dirigidas, y por tal razón, no serán toleradas por ningún tribunal y serán sancionadas enérgicamente
para erradicarlas total y efectivamente del sistema de justicia. In re Mulero, 142 D.P.R. 41, 1996 PR Sup.
LEXIS 355 (P.R. 1996).
Un abogado que promueve prueba falsa ante un tribunal falta gravemente a esa obligación de actuar
con integridad en ese Foro, aunque haya comparecido al mismo sólo como parte en un procedimiento
judicial. In re Ortiz, 141 D.P.R. 399, 1996 PR Sup. LEXIS 321 (P.R. 1996).
La desobediencia a las órdenes del tribunal, reflejando la clara intención de inducir a error, tanto como el
intento de alterar la eficiente tramitación de casos y la buena marcha de la justicia, conllevan la
suspensión temporera del ejercicio de la abogacía. In re Hernández, 141 D.P.R. 113, 1996 PR Sup.
LEXIS 280 (P.R. 1996).
El interés de un abogado en venderle una finca de su propiedad a su cliente, el municipio, está en contra
de los preceptos de este canon, el cual obliga a todo abogado a preservar el honor y la dignidad de la
profesión de la abogacía, y de desempeñarse en forma digna y honorable tanto en su vida profesional
como en su vida privada. In re Lic. Rafael Toro Cuberge, 140 D.P.R. 523, 1996 PR Sup. LEXIS 244 (P.R.
1996).
Viola la ética profesional un abogado que induce a otro compañero notario a que autorice una escritura
sin la comparecencia de uno de los otorgantes. In re Rivera, 119 D.P.R. 586, 1987 PR Sup. LEXIS 180
(P.R. 1987).
El abogado debe evitar hasta la apariencia de conducta impropia. In re Lugo, 119 D.P.R. 568, 1987 PR
Sup. LEXIS 178 (P.R. 1987).
El abogado que pretende ejercer una influencia indebida—expresa o sutil, real o imaginaria—sobre los
órganos administrativos o judiciales adjudicativos y sus funcionarios, incurre en conducta impropia que
acarrea medidas disciplinarias, independientemente del aspecto penal de dicha conducta. In re Soto, 115
D.P.R. 740, 1984 PR Sup. LEXIS 165 (P.R. 1984).
El acudir un abogado a la Junta Examinadora de Aspirantes al Ejercicio de la Abogacía y en una
conversación hacerle saber a su director ejecutivo que determinada persona ha manifestado que está
dispuesto a pagar una suma de dinero por un examen de reválida, independientemente de si hubo
intención criminal, constituye conducta altamente reprobable y contraria a la ética profesional y conlleva
la suspensión del ejercicio de la abogacía. In re Soto, 115 D.P.R. 740, 1984 PR Sup. LEXIS 165 (P.R.
1984).
Para que prospere una querella contra un abogado a tenor con lo dispuesto en este canon es necesario
demostrar que el querellado participó en un caso particular de los que posteriormente asumió la
representación legal. In re Geigél, 113 D.P.R. 122, 1982 PR Sup. LEXIS 185 (P.R. 1982).
Constituye conducta antiética que viola este canon y los Cánones 7, 8, 9 y 35 de este apéndice y
justifica el suspender a un abogado del ejercicio de la profesión legal: (a) el asistir a los tribunales
barbudo, desaliñado y vistiendo camisa deportiva y en chancletas; (b) entrar en las oficinas de los jueces
sin solicitar permiso con una taza de café y un cigarrillo en las manos; (c) sentarse en la mesa destinada
a los fiscales mientras se dirigía al tribunal en sesión, rehusando permanecer de pie a orden del tribunal
y luego invitando a pelear al juez, quien procedió a dictar sentencia por desacato criminal; (d) interrumpir
los procedimientos judiciales de vista preliminar celebrada ante un Juez de Distrito, quien procedió a
dictar sentencia por desacato criminal; (e) proferir palabras obscenas contra la persona de un fiscal
auxiliar porque éste pidió se investigara la conducta profesional del abogado; (f) invitar a pelear a un
fiscal, mientras se celebraba una vista preliminar en un Tribunal de Distrito, manifestando que se había
criado en los barrios bajos de Mayagüez y que resolvía sus casos con pelea; (g) ocultar de un juez el
hecho que no estaba firmada ni era firme una sentencia de divorcio de un cliente a quien acompañó
frente al magistrado a casarse con otra mujer, y (h) no mantener a un cliente informado del curso de una
acción civil, enterándose él por iniciativa propia de la desestimación de su demanda. In re Lic. Enrique
Vázquez Báez, 110 D.P.R. 628, 1981 PR Sup. LEXIS 74 (P.R. 1981).
No existe incompatibilidad o conflicto alguno entre el empleo de una persona como técnico de
laboratorio en una corporación pública y su práctica de la abogacía. Gilberto, 110 D.P.R. 624, 1981 PR
Sup. LEXIS 73 (P.R. 1981).
Examinados los cargos formulados al querellado así como la prueba presentada—la que establece un
remoto e infortunado episodio en su vida profesional—y luego de considerar la buena reputación
profesional preservada por dicho querellado durante largos años, el Tribunal Supremo detiene su acción
disciplinaria justamente en la reprobación y censura, más que de sus actos, de su inacción e incuria. In
re Leopoldo Rojas Flores, 107 D.P.R. 564, 1978 PR Sup. LEXIS 572 (P.R. 1978).
Un abogado tanto en la vida privada como en el desempeño de su función, debe conducirse en forma
digna y honorable. In re Pedró Roldan Figueroa, 106 D.P.R. 4, 1977 PR Sup. LEXIS 2497 (P.R. 1977).
Aun cuando ninguna de las violaciones incurridas por el abogado querellado en el caso de autos
constituyen torpeza moral o falta de integridad, las mismas sí señalan una desviación de las normas de
conducta profesional que debe observar puntillosamente todo el que tiene el privilegio de ejercer la noble
profesión de abogado. In re Pedró Roldan Figueroa, 106 D.P.R. 4, 1977 PR Sup. LEXIS 2497 (P.R.
1977).
Aun cuando el así hacerlo conlleva sacrificios personales, un abogado debe esforzarse al máximo de su
capacidad, en la exaltación del honor y dignidad de su profesión, y debe evitar hasta la apariencia de
conducta profesional impropia. In re Pedró Roldan Figueroa, 106 D.P.R. 4, 1977 PR Sup. LEXIS 2497
(P.R. 1977).
La justicia debe ser inmaculada, no sólo en su realidad interior, sino también en su apariencia externa. In
re Torres, 104 D.P.R. 758, 1976 PR Sup. LEXIS 2234 (P.R. 1976).
La estatura moral e intelectual inherente al ejercicio de la abogacía impone un debate jurídico libre de
personalismos y posiciones subjetivas que lo degraden a vulgar diatriba. Santiago v. Acosta, 104 D.P.R.
321, 1975 PR Sup. LEXIS 2502 (P.R. 1975).
Estando las determinaciones de hecho del Comisionado Especial nombrado ampliamente sostenidas
por la prueba en el caso, y siendo graves en verdad las faltas imputadas y probadas al querellado, el
Tribunal Supremo decreta su desaforo y ordena se elimine su nombre del Registro de Abogados del
Tribunal Supremo. In re Soto, 83 D.P.R. 444, 1961 PR Sup. LEXIS 422 (P.R. 1961).
2. Descuido o negligencia.
Denotando las actuaciones del querellado descuido craso y negligencia inexcusable en el ejercicio del
notariado, el Tribunal Supremo censura esas actuaciones y atendidas las circunstancias concurrentes en
el caso suspende a dicho querellado en el ejercicio del notariado por el término de un año. In re
Figueroa, 81 D.P.R. 645, 1960 PR Sup. LEXIS 42 (P.R. 1960).
3. Endoso falso.
Cuando un abogado recibe un cheque de un cliente—demandante en un caso de accesión—expedido a
nombre de una persona X—demandado en dicho caso de accesión—y sin permiso, conocimiento ni
consentimiento de dichas dos personas, endosa el cheque falsificando el nombre de X y abre una cuenta
corriente en un banco, del cual retiró dicha suma y otras por él depositadas, para su propio y personal
beneficio, ello constituye conducta inmoral e impropia de un abogado. In re Soto, 83 D.P.R. 444, 1961 PR
Sup. LEXIS 422 (P.R. 1961).
4. Apariencia de conducta profesional impropia.
Licenciada violó este canon al comparecer a unas escrituras en calidad de apoderada y en calidad
personal. El hecho de que la licenciada tuviera interés personal en los bienes en cuestión en las
escrituras fue un conflicto de interés que constituyó apariencia de conducta impropia. In re Yvelisse
Fingerhut Mandry, 196 D.P.R. 327, 2016 PR Sup. LEXIS 196 (P.R. 2016).

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