La Ética en La Administración

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LA ÉTICA EN LA ADMINISTRACIÓN

Muchas veces, en el intento de vincular la ética al contexto de la


administración, observamos en la práctica, éstos dos conceptos muy difíciles
de unir, puesto que lo que uno implica, puede ser utilizado en contraposición a
la aplicación del otro. Desafortunadamente gran cantidad de administradores,
manejan una ideología tan lineal en su visión y el ejercicio de su profesión, que
no permiten involucrarse más allá en lo tocante a las funciones que le son
adjudicadas.

La ética, implica el desarrollo propio, sin atentar contra el libre


desenvolvimiento de los demás, es decir, es tratada en un plano subjetivo. La
moral, que en ciertas ocasiones se confunde con la ética, va más vinculada a
un conjunto de valores instituidos dentro de un grupo social, y que son
aprehendidos por el individuo, quien actúa y juzga a partir de éstos.
Teniendo ya diferenciado el concepto de la ética, podremos analizar que
cientos de veces, los criterios que maneja un administrador, tales como la
eficiencia, la eficacia, la productividad, y la rentabilidad, se quedan muy cortos
en cuanto a la comprensión de este término, puesto que en la mayoría de los
casos, solo propenden por desarrollar el pequeño núcleo o negocio en el cual
participan, sin tener en cuenta un contexto mucho más amplio en el que se
hallan inmersos. Ya existe bastante literatura sobre la importancia de actuar
bajo la filosofía del pensamiento sistémico. Para entenderla es indispensable
conocer que dentro de un movimiento circular, funcionan cientos de pasos
como componentes de un método particular, los cuales llegan a establecer
ciertos procesos. Estos a su vez forman un sistema. En él, todos los elementos
tienen una interrelación, interdependencia y secuencia entre sí.
Pese a la gran teorización que existe sobre el tema, y la difusión que ya se está
dando sobre el mismo, son muy pocas las personas que han involucrado esta
nueva concepción del mundo, no solo a nivel de la gestión dentro de un cargo
determinado, sino en su vida misma. Cuando se habla de la ética, comprendida
dentro de una ideología sistémica, se entiende por ejemplo la importancia de
preservar la ecología, cuestión muchas veces entendida en función inversa a la
de la rentabilidad. Pero cuando se mira desde otra perspectiva, se llega a
deducir que un daño al ecosistema no solo se transmite en el pago de una
multa, bajo la premisa según la cual "el que contamina, paga", sino que a la
larga va a revertirse en costos más altos para la empresa, ya que a menos
riquezas naturales, mayor costo generará su futura obtención, si para ese
momento aún resulta factible lograrla.

De otro lado, los criterios bajo los cuales prospera una organización, deben
estar en función del desarrollo personal de cada uno de los individuos que
están involucrados en ella. Y esto no se logra creyendo por ejemplo, que la
motivación de un empleado está determinada exclusivamente por la relación
con su jefe o su trabajo.

Ella se encuentra definida por un conjunto mucho más amplio, en el cual


también inciden aspectos como la cultura y subcultura a la que pertenece este
trabajador, su círculo familiar, sus objetivos personales y la compatibilidad o
incompatibilidad con los de la compañía, la estructura organizacional (su rigidez
o flexibilidad), su relación con los clientes, los proveedores y con el sistema en
general. Dentro del mismo, tiene un impacto importante la acción colectiva o
individual, que repercute en la forma como evolucione cada empresa.
De esta manera también se entiende que el desarrollo, no solo implica la
preocupación por el crecimiento a nivel interno, pues éste además incluye la
forma en que se proyecta la participación de los proveedores dentro del
sistema, la forma como piensan y viven los consumidores a niveles intermedios
y finales, el impacto sobre la sociedad en general, sobre el medio ambiente, y
porqué no, sobre el mundo; pues día a día los procesos de globalización, no
solo se refieren a un intercambio a nivel comercial. Implican además un
intercambio de culturas, de ideas, de recursos naturales, tecnológicos,
educativos y humanos, en fin, una integración de la especie humana que
interactúa constantemente bajo diferentes clases de sistemas, donde el
objetivo primordial es la sostenibilidad.

Por esta razón, cuando hablamos de ética, no solo podemos limitarnos a crecer
económicamente, sin hacerle daño al reducido espacio donde creemos habitar;
se deben considerar todos los factores mencionados, y muchos otros que
surgirán bajo la perspectiva de cada lector, comprendiendo que en la medida
en que se afecte positivamente al sistema, es decir, con "ética", el sistema
responderá a nuestro favor, y del mismo modo, cuando lo afectemos
negativamente, ese impacto retornará, muy posiblemente perjudicando a la
organización.
Así, cuando hablemos de productividad, debemos tener presente, que no solo
se debe proyectar en función de unos pocos recursos pertenecientes a nuestro
negocio, sino que ésta se incrementará en consonancia con los demás
recursos del sistema. Del mismo modo, sucederá con el logro de objetivos
medidos por la eficacia o el mejoramiento del desempeño denotado por la
eficiencia.
Es pues la intención de esta editorial, no solo fomentar una reflexión sobre la
importancia de entender la actitud ética como vía para el estudio de la
sostenibilidad, sino sembrar una espinita que nos mueva a aplicarla a nivel de
nuestro rol como estudiantes, como profesionales, como gerentes, pero sobre
todo, como personas pertenecientes a una sociedad que necesita de entes
constructores de un espacio mas humano y rico en posibilidades de progreso.
María Elena Giraldo, La comunidad latina de estudiantes de negocios

Taller
¿Cuáles son las implicaciones éticas de cada profesión?
¿Cómo se una actitud ética y la sostenibilidad de una empresa o negocio?
¿Cuál es su comprensión de la eficiencia, la eficacia, la productividad, y la
rentabilidad?

LA ÉTICA, COMPLEMENTO INDISPENSABLE EN LAS FINANZAS

El valor de la información es innegable y quien tiene acceso a ella, en nuestra


sociedad es considerado como quien tiene el poder; el dinero igualmente,
aparece como consecuencia del trabajo y por ello, “cambia la naturaleza de las
cosas”, quien tiene poder, tiene dinero, quien tiene dinero, tiene futuro, así es
como vemos las cosas, pero el dinero debe ir de la mano con la ética pues
ambos generan consecuencias, y separarlos sería la puerta de entrada a la
corrupción.
En la contabilidad y en las finanzas, se debe manejar la ética como un principio
fundamental ya que la confianza que deben tener los ahorrantes o
inversionistas en quienes manejan su dinero debe ser total y ajena de dudas,
robos, usuras, o mal manejo del dinero; un ejemplo de esto es el manejo de los
impuestos: quienes pagan, no confían en el buen uso que se le dará al dinero
para el bien colectivo, por el contrario, creen que los están robando, por
consiguiente tratan al máximo de evadir impuestos.
La confianza es la base del negocio bancario ya que los clientes buscan que
alguien se haga cargo de sus necesidades para darles una buena solución, es
por eso, que la banca tiene una enorme responsabilidad social y ética. Otro
punto, que debe tenerse en cuenta es que la ética hace eficaz el mercado ya
que al mantener transparencia en la economía de un país, ésta prospera.
Retomando el caso de los impuestos, que son contribuciones obligatorias que
las personas deben girarle al estado con fines de equidad, igualdad social y
solución de problemas, tiene grandes falencias. Existen en este caso, dos
problemas éticos: el comportamiento de la actividad fiscal y financiera del
Estado y el comportamiento del contribuyente. La falta de transparencia se
debe a la poca credibilidad que tiene el ciudadano de los entes estatales y del
buen uso que se le da a su dinero. “El fundamento de la obligación moral de
pagar tributo, radica en la confianza que le entrega la sociedad al Estado”.
La competencia en el mercado, muchas veces, conlleva a comportamientos
poco éticos. Para poder ser competente se tienen que abrir nuevos y más
baratos costos, es decir, la competencia reduce precios. El mercado también
influye enormemente, ya que no habría oferta sin una anterior demanda y
ambas juegan un papel determinante en la ética, pues a un mejor ofrecimiento,
un mayor numero de compradores. Entre mejores precios y más demanda
haya, se aumenta la corrupción para suplir las necesidades de la misma
competencia.
En consecuencia a este dilema se crea entonces, un mecanismo del Estado
que supervise e intervenga en las conductas, pero consecuentemente con esto,
se determina que el Estado tiene límites, y que es incapaz de cubrir todo lo que
respecta al tema. En conclusión, aunque las normas éticas han evolucionado a
lo largo de la historia y han cumplido unos beneficios evidentes, ahora deben
seguirlo haciendo, pues un mundo en constante cambio se lo apremia.
“ A medida que las sociedades se vayan desarrollando será más probable que
gobiernos y personas puedan soportar los costes de modos de competencia
más éticos. Pero el desarrollo requiere de competencia, y la competencia
provoca dilemas éticos...”

Taller
¿Cómo sería un manejo de información ético?
¿Cuál es su opinión del mecanismo del estado sobre la supervisión de las
conductas de los profesionales?
¿Cómo recuperar la credibilidad de los ciudadanos en los entes estatales?

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