Ojeda 1976

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La realidad geopolítica de México

Author(s): Mario Ojeda


Source: Foro Internacional , Jul. - Sep., 1976, Vol. 17, No. 1 (65) (Jul. - Sep., 1976), pp. 1-
9
Published by: El Colegio de Mexico

Stable URL: https://www.jstor.org/stable/27754625

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LA REALIDAD GEOPOL?TICA DE M?XICO*

Mario O teda

La c?lebre frase atribuida algunas veces a Porfirio D?az y otras a Lucas


Alam?n o a Lerdo de Tejada, "pobre M?xico, tan lejos de Dios y tan cerca
de los Estados Unidos", resume en forma ir?nica la realidad geopol?tica a
la que M?xico se ve expuesto al ser vecino del pa?s m?s rico y poderoso
del mundo. Sin embargo, nunca se ha hecho, en realidad, un inventario
objetivo y pormenorizado de los efectos que a M?xico le ha producido esa
cercan?a al coloso del mundo contempor?neo. Sin pretender agotar el ca
t?logo de problemas, se puede decir que, hist?ricamente, la vecindad directa
con tal coloso le ha costado a M?xico una guerra abierta y declarada, la
p?rdida de m?s de la mitad de su territorio original, varias intervenciones
militares, la constante interferencia en los asuntos pol?ticos internos y la
penetraci?n econ?mica a todos los niveles. Hist?ricamente resulta claro
tambi?n, que los gobiernos de M?xico han dependido, para su estabilidad,
de la buena voluntad de Washington. En efecto, en pocos pa?ses como en
M?xico se puede ver tan claramente el fen?meno de que la situaci?n geo
gr?fica haya operado como una condicionante de la pol?tica exterior y una
limitaci?n a la soberan?a.
M?s recientemente, los efectos negativos de la vecindad directa se han
manifestado dentro de una gran variedad de formas. Entre los m?s obvios
se encuentra la dependencia econ?mica. Esto no necesariamente quiere
decir que los Estados Unidos sean los ?nicos culpables de esta situaci?n.
La dependencia econ?mica es ante todo una responsabilidad de los me
xicanos. Sin embargo, es un hecho incontrovertible que la proximidad geo
gr?fica al mayor productor industrial y m?s rico consumidor de materias
primas y productos agr?colas ha tenido un efecto de atracci?n monopoliza
dora sobre el comercio exterior mexicano.
En 1942, un a?o despu?s de que los Estados Unidos entraron a la guerra,
la dependencia del comercio exterior de M?xico respecto del mercado nor
* El presente art?culo es parte del libro Alcances y l?mites de la pol?tica exterior
de M?xico que publicar? en fecha pr?xima El Colegio de M?xico.

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2 Mario Ojeda Fl XVII?1

teamericano alcanz? su punto m?s alto. Ese a?o el valor de las exportaciones
mexicanas a los Estados Unidos signific? el 91% del total y el de las im
portaciones el 87%. Claro est? que fue la guerra la causante de esta situa
ci?n. Sin embargo, la verdad es que treinta a?os despu?s M?xico sigue de
pendiendo de los Estados Unidos para el 66% de su comercio exterior, su
mando exportaciones e importaciones.
Respecto de la ayuda econ?mica de tipo bilateral M?xico ha sido menos
dependiente de los Estados Unidos. La mayor parte de los cr?ditos interna
cionales obtenidos por M?xico en los ?ltimos a?os han provenido de orga
nismos multilaterales tales como el Banco Mundial y el Banco Interameri
cano de Desarrollo o de bancos privados no necesariamente norteamericanos.
Sin embargo, en materia de inversi?n directa la historia es diferente. Pa
ra 1970 la inversi?n extranjera directa en M?xico hab?a alcanzado un valor
de 2 000 millones de d?lares, de los cuales el 85% correspond?a a empresas
norteamericanas. Podr?a argumentarse que dos mil millones de d?lares de
inversi?n extranjera no es una suma importante para un pa?s del tama?o
de M?xico. Sin embargo, la inversi?n extranjera en M?xico deriva su im
portancia no tanto de su magnitud, sino porque est? concentrada en los
sectores m?s din?micos de la econom?a, tales como las industrias manufac
turera y tur?stica y entre las empresas m?s ricas y con tecnolog?a m?s com
pleja y avanzada. Por ejemplo, ya para 1965 el 47!% de las 100 empresas
mayores y el 61% de las dedicadas a la producci?n de bienes de capital
eran extranjeras, principalmente norteamericanas.1
La dependencia econ?mica hace que M?xico sea altamente vulnerable a
pol?ticas tomadas por Washington o las empresas transnacionales de origen
norteamericano con sucursales en M?xico. Esto es verdad aun en el caso
de pol?ticas o decisiones internas de Washington, que por virtud de la de
pendencia tienden a tener un efecto extraterritorial en M?xico.
Otro ejemplo notorio de impacto negativo es la penetraci?n cultural a
trav?s del cine, radio, televisi?n y peri?dicos que han difundido masiva
mente im?genes del sistema de vida y h?bitos de consumo de la sociedad
norteamericana, as? como mensajes pol?tico-ideol?gicos. El turismo norte
americano hacia M?xico ?y el mexicano hacia los Estados Unidos? ha
sido tambi?n un veh?culo importante para la transmisi?n de estas im?genes
y h?bitos de vida. Una de las m?s perniciosas consecuencias de este fen?
meno ha sido la creaci?n de grandes expectativas de consumo entre ciertos
sectores de la poblaci?n, que por estar inspiradas en h?bitos de una sociedad
extraordinariamente rica, quedan muy por encima de lo que la econom?a

1 Ricardo Cinta G., "Burgues?a nacional y desarrollo", en el volumen ni de la


serie El perfil de M?xico en 1980. M?xico, Siglo XXI, 1972, pp. 187-192.

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mexicana puede soportar sin perjuicio de distraer recursos valiosos para el


ahorro y la inversi?n. Por otra parte, la influencia cultural masiva ha ero
sionado las bases de la identidad nacional y abonado el campo para la
penetraci?n ideol?gica.
Podr?a argumentarse que ?ste no ha sido un problema privativo de
M?xico, particularmente en una ?poca en la que las distancias se han
acortado notablemente debido a la revoluci?n tecnol?gica operada en los
transportes y en las comunicaciones. Sin embargo, la cercan?a geogr?fica
hace que la influencia cultural, en esencia la misma que para otros pa?ses,
se d? para M?xico en grado notablemente superior. Baste decir que en
1973 el n?mero de viajeros extranjeros a M?xico fue de 3 millones 226 mil
(85% norteamericanos) y que el de mexicanos a los Estados Unidos fue de
un mill?n 620 mil.2 Esto sin contar lo m?s importante: 150 millones de
"cruces" fronterizos por a?o incluyendo salidas de mexicanos y entradas
de norteamericanos.3
Otra consecuencia negativa derivada de la vecindad directa es el contra
bando. Si bien ?ste no es tampoco un problema privativo de M?xico, la
continuidad territorial con el mercado m?s rico en art?culos de consumo
suntuario hace que su volumen sea de los m?s altos del mundo. Fuentes
oficiales mexicanas calculaban el valor de ?ste para 1970 en 3 000 millones
de pesos (240 millones de d?lares),4 cantidad que equivale aproximadamente
a la cuarta parte del d?ficit comercial para ese mismo a?o. El contrabando
significa para M?xico, desde el punto de vista econ?mico, una competencia
desleal a la industria y comercio nacionales, pues limita su capacidad de
operaci?n y su desarrollo mismo. Por otra parte, el contrabando significa
una p?rdida en la recaudaci?n fiscal de orden incalculable.
Claro est? que ?y sin que esto se interprete como una visi?n c?nica del
problema? se puede decir que el contrabando se ve compensado, a la luz de
un balance de comercio ilegal, por el tr?fico de drogas de M?xico hacia
los Estados Unidos. Esto es particularmente cierto en el caso de la mari
guana, que es uno de los m?s antiguos productos mexicanos de "exporta
ci?n" hacia el mercado del norte. Fuentes oficiales del Congreso de los

2 Banco de M?xico, Indicadores Econ?micos, vol. iv, n?m. 3, M?xico, febrero de


1976. Cuadro iv-vm, p. 55 y U.S. Department of Commerce, A Study of Mexican
Travel Habits and Patterns, vol. I, Washington, mayo de 1975, p. 5.
3 Ver declaraci?n del Secretario de Gobernaci?n en la reuni?n de trabajo ce
lebrada en Nogales, Sonora, en el mes de mayo de 1971, en Comercio Exterior, vol.
xxi, N?m. 5. M?xico, mayo de 1971, p. 388.
4 Estimaci?n del Secretario de Hacienda y Cr?dito P?blico; ver Banco Nacional
de Comercio Exterior, M?xico: La pol?tica econ?mica del nuevo gobierno. M?xico,
1971, p. 142.

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Estados Unidos estimaban para 1970 en 850 millones de d?lares el valor


de la mariguana consumida anualmente en los Estados Unidos, a?adiendo
que la mayor parte de ?sta proviene de M?xico, aunque tambi?n crece en
forma silvestre y se cultiva en el territorio norteamericano.5 Si en forma
conservadora interpretamos que 4 la mayor parte" pueda equivaler al 75%
del total, en consecuencia tendremos que el valor de la mariguana "ex
portada" anualmente a los Estados Unidos tendr?a un valor aproximado
de 637 millones de d?lares. Esto arrojar?a, en el balance de comercio ilegal
con los Estados Unidos, un saldo favorable a M?xico por 397 millones de
d?lares. Sin embargo, es l?gico suponer que entre el precio de "exportaci?n"
de la mariguana y el precio de venta final al consumidor existe una gran
diferencia. Por lo tanto, las divisas que ingresan a M?xico por este concepto
deben tener un valor mucho menor al mencionado. Por otra parte, es l?
gico suponer tambi?n que el contrabando de bienes suntuarios a M?xico y
el tr?fico de drogas hacia los Estados Unidos, por constituir un tipo de co
mercio penado y perseguido por las autoridades, debe tener un comporta
miento a mediano y largo plazo muy err?tico, pues est? sujeto a las fuertes
variaciones que le imponen las medidas y campa?as que se toman peri?
dicamente para combatirlo. En consecuencia, es muy dif?cil en realidad
calcular el verdadero valor que ?ste pueda tener tomando en consideraci?n
un plazo m?s amplio.
Sin embargo, es importante hacer notar que por otra parte, la llamada
6 'revoluci?n de las drogas" o sea el explosivo aumento del consumo de
?stas en los Estados Unidos, ha tenido un profundo efecto-demostraci?n
en M?xico. A ra?z de que la mariguana se convirti? en el centro del mo
vimiento "contra-cultura" o tambi?n llamado de "cultura psicod?lica",
generado durante los a?os sesentas por la juventud norteamericana, particu
larmente la universitaria, en M?xico se empez? a difundir tambi?n nota
blemente el consumo de ?sta y otras drogas como resultado de la gran
influencia cultural que ejercen los Estados Unidos, en un claro fen?meno
de imitaci?n extral?gica. En consecuencia, puede decirse que M?xico, ex
portador material de la mariguana, la ha reimportado culturalmente de los
Estados Unidos. Si damos cr?dito a las confesiones de un antiguo contra
bandista norteamericano de mariguana, entendemos mejor el fen?meno:
Durante los ?ltimos quince a?os M?xico ha cambiado notablemente
y contin?a cambiando. Muchos de los cambios han sido el resultado
de dos causas: un influjo incre?ble de turistas que han inundado el

5 U.S. House of Representatives, Marihuana, First Report by the Select Com


mittee on Crime. Committed to the Committee of the Whole House on the State
of the Union. Washington United States Government Printing Office, 1970, p. 3.

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pa?s y la mariguana. Para aquellos a quienes resulte dif?cil de creer


que la mariguana ha tra?do muchos cambios en M?xico, les digo esto:
miles de j?venes que han ido a M?xico en los a?os recientes lo han
hecho por una sola raz?n: obtener mariguana. Al visitar M?xico es
tos j?venes llevan consigo una fant?stica cultura juvenil, peculiar
mente norteamericana y particularmente atractiva para otros j?venes
de todas latitudes. La mutua politizaci?n que est? ocurriendo entre
j?venes mexicanos y norteamericanos es una fuerza m?s potente que
cualquier programa de intercambio entre los dos pa?ses. Los j?venes
gringos son como abejas que pululan sobre las florecientes plantas de
la mariguana que crecen en M?xico, succionando sustento de ellas y
depositando a cambio nuevas costumbres y actitudes, nuevos estilos
y maneras.6

Sin embargo, la vecindad geogr?fica directa con los Estados Unidos tam
bi?n le ha reportado a M?xico ciertos notorios beneficios, que si bien no
alcanzan a compensar los elementos perniciosos de ?sta, sirven al menos
para atenuar su impacto negativo. Desde el punto de vista econ?mico, la
vecindad inmediata con los Estados Unidos le da a M?xico una clara ven
taja comparativa frente al resto de los pa?ses en desarrollo, particularmente
en la venta de ciertos productos agr?colas perecederos. Este es el caso de
ciertas legumbres y frutas que durante la temporada de invierno tienen una
gran demanda en los Estados Unidos y que para que puedan llegar frescas
al consumidor, requieren de transporte refrigerado y r?pido. La mayor
cercan?a con los Estados Unidos abate para M?xico los altos costos del
transporte refrigerado y convierte a sus legumbres y frutas en productos
altamente competitivos en el mercado norteamericano.
Gracias a la cercan?a geogr?fica, M?xico presenta tambi?n una clara
ventaja comparativa para el negocio tur?stico. La cercan?a, aunada a la
abundancia de los llamados recursos tur?sticos ?variedad de clima y paisaje,
riqueza de folklore, presencia del pasado hist?rico, etc?tera? y al desarro
llo de una infraestructura adecuada, han convertido a M?xico en uno de
los l?deres de la industria tur?stica.
Los ingresos por concepto de turismo le han permitido a M?xico finan
ciar en gran parte el d?ficit entre exportaciones e importaciones que se ha
mantenido casi sin interrupci?n durante los ?ltimos treinta a?os. Dicho en
otras palabras, el turismo le ha dado a M?xico una mayor capacidad de
importaci?n que la que simplemente le otorgan las divisas obtenidas por
concepto de exportaci?n de mercanc?as. De aqu? la importancia econ?mica

* Jerry Kamstra. Weed: Adventures of a Dope Smuggler. Bantam Books, Nueva


York, 1975, p. 2. (Traducci?n nuestra, la palabra gringos respetada del original.)

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del turismo. Sin embargo, el turismo tiene dos sentidos y la cercan?a geo
gr?fica con los Estados Unidos ?particularmente el f?cil acceso al gran
mercado de productos y servicios de consumo suntuario? constituye un
fuerte incentivo que ha propiciado una creciente corriente de viajeros me
xicanos hacia los Estados Unidos. Hay que hacer notar que el tipo de
viajero mexicano no se limita al turista com?n y corriente, sino que en un
n?mero cada vez mayor se trata de personas que llevan el prop?sito con
creto de renovar su guardarropa, asistir a cl?nicas de diagn?stico o casinos
de apuestas, lugares en donde dejan cuantiosas divisas extranjeras. Con ello,
los ingresos netos por concepto del turismo extranjero han ido perdiendo
en M?xico su importancia relativa como elemento compensatorio en la ba
lanza de pagos.
La continuidad geogr?fica tambi?n le ha permitido a M?xico, con ma
yor facilidad que a otros pa?ses cercanos, vaciar en los Estados Unidos gran
parte de sus "excedentes demogr?ficos", aliviando con ello las grandes pre
siones que la creciente poblaci?n ejerce sobre el empleo y los recursos. En
efecto, el mercado de trabajo norteamericano ha venido actuando ?al
menos hasta fecha reciente? como v?lvula de escape del creciente des
empleo y subempleo de M?xico, mediante la absorci?n de una permanente
corriente migratoria de mexicanos que cruzan la frontera legal e ilegal
mente.
Pero la consecuencia m?s importante que le impone a M?xico la vecin
dad geogr?fica con los Estados Unidos, se expresa en forma de una limi
taci?n a su libertad de acci?n pol?tica y se deriva concretamente del valor
estrat?gico que su territorio tiene para el gobierno de Washington. M?xico
cae dentro del per?metro geogr?fico que ha sido clasificado como el "im
perativo categ?rico" para la defensa de los Estados Unidos. Este per?metro
incluye la parte norte de Am?rica y la regi?n del Caribe y se le tiene como
el de mayor importancia dentro de la escala de prioridades del sistema de
fensivo norteamericano.7 De aqu? se desprende que todo lo que el gobierno
mexicano haga o deje de hacer y todo suceso pol?tico de M?xico sea eva
luado en Washington, primeramente, en t?rminos estrat?gicos. ?C?mo ex
plicarse entonces, a la luz de esta limitaci?n, que M?xico haya podido seguir
una pol?tica exterior que para el marco de la regi?n resulta ser de mayor
independencia relativa?
Ninguna explicaci?n resume mejor la aparente contradicci?n de que
M?xico sea el pa?s del ?rea m?s cercano geogr?ficamente a los Estados

7 Dicha escala incluye, seg?n Hanson W. Baldwin (Strategy for Tomorrow. Har
per and Row, Nueva York, 1970, pp. 82-83) los grados siguientes: Imperativo
categ?rico, vital, muy importante, de inter?s y de poca importancia.

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Unidos y al mismo tiempo que haya sido el menos cooperativo con ?stos
en su pol?tica exterior, y que siendo el m?s disidente, haya gozado, sin em
bargo, de las relaciones m?s estables con el pa?s vecino, que esta que dio Pat
Holt, influyente Consultor de la Comisi?n de Relaciones Exteriores del Se
nado de los Estados Unidos:

. . .vale la pena hacer notar la aparente paradoja de que M?xico es


el pa?s en Am?rica Latina con el cual los Estados Unidos han tenido
las mejores relaciones y tambi?n el que m?s inflexiblemente se resiste
a cualquier tipo de acci?n colectiva en contra de Cuba. M?s a?n,
M?xico es el ?nico pa?s en Am?rica Latina que se ha rehusado, por
principio, a firmar un acuerdo de garant?a a la inversi?n con los Es
tados Unidos y es uno de los lugares m?s atractivos para la inversi?n
norteamericana. Es el ?nico pa?s en Am?rica Latina que no tiene un
acuerdo de asistencia militar con los Estados Unidos (otra vez por
principio) y es uno de los pocos pa?ses latinoamericanos en donde in
cuestionablemente existe un control civil de las fuerzas armadas.8

Un a?o despu?s de esta declaraci?n, el propio Holt agreg?:


Es algo extra?o en el gobierno de los Estados Unidos, pero parece
que M?xico tiene una dispensa especial para [disentir]. Si los mexica
nos se oponen en la oea a algo que el Departamento de Estado desea
mucho, todos lo dan por hecho, nadie se altera y quedamos siendo
amigos de los mexicanos.9

?Existe en realidad una "dispensa" de parte de los Estados Unidos hacia


M?xico? Y de ser as?, ?cu?l es la raz?n para ello? El propio Holt se en
carga una vez m?s de dar contestaci?n a esa pregunta, al menos desde el
punto de vista norteamericano:

Esta aparente paradoja puede explicarse ?nicamente en t?rminos


del desarrollo pol?tico de M?xico y del reconocimiento t?cito de ese
desarrollo por parte de los inversionistas norteamericanos y del go
bierno de los Estados Unidos.10

En efecto, existe al parecer una especie de reconocimiento t?cito, mejor

8 Pat Holt, Survey of the Alliance for Progress: The Political Aspects. Estudio
preparado a requerimiento de la Subcomisi?n de Asuntos de las Rep?blicas Ameri
canas, Comisi?n de Relaciones Exteriores, Senado de los Estados Unidos. Washing
ton, 1967, p. 14.
9 Estados Unidos, C?mara de Senadores, "Survey of the Alliance for Progress",
Audiencias ante la Subcomisi?n de Asuntos de las Rep?blicas Americanas. Wash
ington, 1968, p. 218 (subrayado nuestro).
10 Misma fuente que la nota 8.

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dicho entendimiento, entre M?xico y los Estados Unidos, pero mucho m?s
complejo quiz?s de lo que supone Pat Holt. Este entendimiento operar?a
en la forma siguiente: Estados Unidos reconoce y acepta la necesidad de
M?xico de disentir de la pol?tica norteamericana en todo aquello que le
resulte fundamental a M?xico, aunque para los Estados Unidos sea impor
tante, mas no fundamental. A cambio de ello M?xico brinda su cooperaci?n
en todo aquello que siendo fundamental o aun importante para los Estados
Unidos, no lo es para el pa?s.
Por ejemplo, esto explicar?a por qu? durante la guerra fr?a M?xico pudo
mantener relaciones a toda costa con Cuba y no as? con la China Popular.
Las relaciones con Cuba resultan obviamente de fundamental importancia
para M?xico, en virtud de la defensa del principio de no intervenci?n, y
para el mantenimiento del consenso y la estabilidad internos, mientras que
al dejar de tener relaciones con China no sacrificaba inter?s especial al
guno, por el simple hecho de que nunca se hab?a tenido intercambio de
importancia con ella y porque no causaba repercusi?n pol?tica de importan
cia en lo interno.
En consecuencia, los Estados Unidos parecen estar dispuestos a tolerar
una pol?tica disidente por parte de M?xico si esto ayuda a fomentar la
estabilidad pol?tica interna del pa?s. Es necesario recordar, para entender
este mecanismo en toda su amplitud, que la estabilidad pol?tica de la Am?
rica Latina, pero principalmente la de M?xico, debido a la vecindad di
recta, qued? ligada al sistema de seguridad de los Estados Unidos, al menos
en la mente de los estrategas del Pent?gono. De aqu? el esfuerzo que el
gobierno mexicano ha hecho siempre para demostrar a los ojos de Wash
ington que puede mantener la estabilidad interna con base en su propia
capacidad y recursos.
Por otra parte, es obvio que su valor estrat?gico le da a M?xico una
capacidad para negociar a su vez ciertas compensaciones a esta limitaci?n
que la vecindad le impone a su libertad de acci?n.
Pero cualquiera que sea el valor estrat?gico que el territorio mexicano
tiene realmente para los Estados Unidos, es conveniente recordar que his
t?ricamente ?ste ha aumentado en per?odos de crisis pol?ticas en el mundo
y en el hemisferio. En consecuencia, el valor estrat?gico ha disminuido en
per?odos de estabilidad pol?tica mundial y regional. Se puede concluir en
tonces que M?xico aumenta o disminuye su capacidad de negociaci?n con
los Estados Unidos conforme a estos cambios.
As?, por ejemplo, hacia finales del pasado decenio, con el acceso al po
der en Washington de un nuevo gobierno Republicano; una vez que fue
claro que la revoluci?n social en Am?rica Latina no estallar?a tan f?cil
mente como se hab?a pensado; una vez que los primeros signos del relaja

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jul-sep 76 La realidad geopol?tica de M?xico 9

miento de la guerra fr?a estuvieron a la vista; y una vez que qued? claro
que el gobierno de Fidel Castro hab?a mudado su pol?tica de apoyo a las
guerrillas latinoamericanas hacia una actitud menos beligerante, el valor
estrat?gico de M?xico para Washington se redujo en t?rminos relativos.
Como resultado de ello, el gobierno mexicano perdi? gran parte de su
antigua capacidad de negociaci?n con los Estados Unidos.

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