Concepciones de Lectura.

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1.

Leer es trabajar: quiere decir ante todo que no hay un tal código común al que hayan
sido “traducidas” las significaciones que luego vamos a descifrar. El texto produce
su propio código por las relaciones que establece entre sus signos; genera, por
decirlo así, un lenguaje interior en relación de afinidad, contradicción y diferencia
con otros “lenguajes”, el trabajo consiste pues en determinar el valor que el texto
asigna a cada uno de sus términos, valor que puede estar en contradicción con el que
posee el mismo término en otros textos. Así Nietzsche llama “Voluntad de
dominio” a una fuerza unificadora perfectamente impersonal que confiere una
nueva ordenación y una nueva interpretación a los elementos que estaban hasta
entonces determinados por otra dominación. Esta noción es por lo tanto no sólo
ajena a la significación que le asigna la ideología dominante, sino directamente
opuesta, puesto que en ésta se entiende como deseo de dominar, superar, de oprimir
a otros dentro de los valores y jerarquías existentes y por lo tanto de someterse a
esos valores y jerarquías.

2. No hay código común previo, pues es el texto quien produce su propio código.:
Código quiere decir un término al que receptor y el emisor asignan un mismo
sentido. Sin un término al que se le asigne un mismo sentido no hay mensaje y por
eso, por ejemplo, un hablante de una lengua como el chino u otra lengua
desconocida, no constituye para nosotros un mensaje porque no tenemos código
común. El problema de la lectura es que nunca hay un código común cuando se trata
de una buena escritura. Tenemos que descifrar el código de la manera como esa
escritura lo revele. La literatura como la filosofía imponen un código que hay que
definir y el texto lo define; cada término se define por las relaciones necesarias que
tiene con los otros términos. Ahora, ustedes pueden coger cualquier texto que sea
verdaderamente una escritura, si no le logran dar una determinada asignación a cada
una de las manifestaciones del autor, sino que le dan la que rige en la ideología
dominante, no cogen nada.
3. Recomendar como sinónimo de prohibir: El recomendar a uno leer un libro como
un deber es lo mismo que prohibírselo.
4. No sabemos leer: No somos capaces ni siquiera de leer, o leemos por “fuerza de
voluntad”, que es peor; pero de lo que se trata es de coger el entusiasmo, coger el
ritmo, coger el estilo de cada autor, o mejor dicho los estilos de cada autor.
5. ¿Qué es interpretar? interpretar es producir el código que el texto impone y no creer
que tenemos de antemano con el texto un código común, para lo cual no hay que
hacer ningún curso, hay que aprender a pensar. No necesitamos un ‘prerrequisito’ a
la hora de leer un texto, necesitamos interpretación, posición activa y discusión con
el texto.
6. No hay autores fáciles, hay lectores fáciles: que “leen” con facilidad porque no
saben que no están entendiendo, por eso les parece más sencillo un autor que otro.
Toda lectura es ardua y es un trabajo de interpretación: fundación de un código a
partir del texto, no de la ideología dominante preasignada a los términos, el cual va
a tener lugar en el desarrollo mismo del texto, pero hay que preguntárselo y no
poner esta disyuntiva básicamente estudiantil: entiendo o no entiendo. Para la
pregunta, “¿y esto qué quiere decir?”, solemos tener a un profesor, pero tal profesor
puede ser uno mismo. Puede ser imaginario o real, pero siempre hay una demanda
de cuentas a alguien, en vez de pedirle cuentas al texto, de debatirse con el texto, de
establecer un código. Es un error creer que el trabajo al que aquí nos referimos
consiste en restablecer el pensamiento auténtico del autor, lo que en realidad quiso
decir. El así llamado autor no es ningún propietario del sentido de su texto. Es por
eso que el acto de hablar es más ‘directo’, porque La palabra en acto es un intento
de controlar al que oye; la escritura ya no se puede permitir eso, tiene que producir
sus referencias y no la controla nadie; no es propiedad de nadie el sentido de lo
escrito.
7. Hay que leer desde una perspectiva definida, la cual debe ser una pregunta no
contestada: Se lee desde un trabajo, desde una pregunta abierta, desde una cuestión
no resuelta; ese trabajo se plasma en una escritura; entonces, todo lo que se lee
alude a lo que uno busca: se convierte en lenguaje de nuestro ser. Poseemos una
magnífica capacidad de olvidar todo lo que no podemos convertir en un instrumento
de nuestro trabajo. Y como ese trabajo es en realidad un proceso que sigue vías
múltiples, senderos tortuosos y a menudo toma por atajos inesperados, solemos
recoger materiales en los lugares menos esperados, casi en todas partes. La
recolección de materiales es hecha por el problema durante la lectura misma, el
problema busca sus conceptos, sus conexiones, recibe y captura todo lo que pudiera
llenar sus vacíos, las discontinuidades entre los puntos que parecían esclarecidos, y
desechaba todo lo demás.
8. ¿Qué es la lectura desde un punto de vista socio-económico? es siempre el
sometimiento de un texto que por sus condiciones de producción y por sus efectos
escapa a la propiedad de cualquier “autor”; es una elaboración, parte de un proceso,
que en ningún caso puede ser pensado como consumo; puede ser lenguaje en que se
reconoce una indagación o puede ser neutralizado por una traducción a la ideología
dominante, pero no puede ser la apropiación de un saber. Como producción, la
lectura es: trabajo, deber, empleo útil del tiempo. Actividad por medio de la cual
uno se vuelve propietario de un saber, de una cantidad de conocimientos.
9. la lectura no es recepción, es necesariamente interpretación: la interpretación no es
la simple aplicación de un saber, de un conjunto de conocimientos a un texto de tal
manera que permita encontrar detrás de su conexión aparente, la ley interna de su
producción, sino la sistematización progresiva de una lucha contra una fuerza
específica de dominación; contra la explotación de clase y sus efectos sobre la
conciencia, contra la opresión, contra las ilusiones teológicas, teleológicas
subjetivistas, sedimentadas en la gramática y en la conciencia ingenua del lenguaje.
10. ¿La suspensión de los juicios como forma de buena lectura? Si se enfrenta a un
texto como una respuesta anula toda posibilidad de lectura seria, es decir,
transformadora. Solemos crear dogmas con los textos que leemos, estamos
obsesionados con hallar el orden, por lo que así quiere uno leer también: primero
tengamos esto claro para poder seguir, porque cómo vamos a seguir si no tenemos
eso claro. Esto es falso, pues precisamente los problemas se esclarecen después; es
necesario seguir, plantear los problemas, volver, en síntesis, trabajar. La lectura es
riesgo, el temor al riesgo hace que la lectura sea prácticamente imposible y genera
una lectura adversa a la escritura cuando lo que debe predicarse es exactamente lo
contrario; que sólo se puede leer desde una escritura y que sólo el que escribe
realmente lee.

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