Eclesiologia de Efesios
Eclesiologia de Efesios
Eclesiologia de Efesios
Anaya
El autor se propone responder a una pregunta central que se hacían ya los primeros cristianos:
¿quiénes somos nosotros respecto de Cristo?, ¿en qué relación está el bautizado con Cristo? El
apóstol da a aquellos cristianos una respuesta familiar y profunda: somos el cuerpo de Cristo.
Forman con Él una misteriosa pero realísima unidad, de forma que entre la cabeza (Cristo) y sus
miembros (los bautizados) existe una profunda corriente de gracia, de santidad, de filiación, de
compromiso por el Reino. Somos su cuerpo “místico”. De forma que así como no existe un cuerpo
sin su cabeza, tampoco existe una cabeza sin su cuerpo.
la segunda parte es una larga exhortación a los bautizados acerca de cómo tiene que ser y
desarrollarse una vida cristiana auténtica, tanto en el plano familiar como en el social, son
los capítulos 4 al 6.
El término ekklesía no significa ya una comunidad local concreta (como en Pablo e incluso en Col
4,15.16), sino que cualifica solamente a la totalidad de los cristianos considerados unitariamente
como una sola gran comunidad, además, la terminología "cabeza-cuerpo" y "cabeza-Iglesia"
manifiesta más la distinción entre Cristo y los cristianos, que, por otra parte, se explica en el nuevo
tema metafórico de la relación esposo-esposa (Ef 5,22-23).
En la carta a los Efesios, san Pablo elaborará abundantemente el concepto de unidad de la Iglesia,
en continuidad con el concepto de pueblo de Dios, Israel, considerado por los profetas como
“esposa de Dios”, llamada a vivir una relación esponsal con él. También san Pablo presenta a la
única Iglesia de Dios como “esposa de Cristo” en el amor, un solo cuerpo y un solo espíritu con
Cristo mismo.
“se ha entregado a sí mismo por ella” (Ef 5, 25). ¿Qué demostración de amor puede ser más
grande que ésta? Pero, además, él está preocupado por su belleza, no sólo por la ya adquirida por
el bautismo, sino también por aquella que debe crecer cada día gracias a una vida intachable, “sin
arruga ni mancha”, en su comportamiento moral (cf. Ef 5, 26-27).
Por ser Cristo la cabeza o principio vital de su iglesia, ésta se llama “cuerpo de Cristo” (Ef 1, 22-23).
Esta realidad se expresa con otras imágenes, tomadas algunas del antiguo testamento: pueblo,
familia, misterio-sacramento, redil, rebaño, templo, nueva Jerusalén, esposa, madre… (LG 6).
La iglesia es la desposada con Cristo (Ef 5,25-27), esta realidad y amor de Cristo es “esponsal”,
como de quien “amó a su iglesia hasta entregarse en sacrificio por ella a fin de santificarla Y
hacerla santa”.
La iglesia es la esposa del cordero, que ha blanqueado su túnica en su sangre (Ap 7, 14). Es por
esto que el desposorio con Cristo indica una amistad profunda con él, expresada en relación y
seguimiento, con el compromiso de amarle y de hacerle amar. Así mismo la iglesia por ser esposa
de Cristo, comparte su misma misión. El celo apostólico, como el de Pablo, se basa en esta
realidad esponsal.
El contenido de la carta a los efesios puede resumirse en dos palabras: Cristo- la iglesia. Son estos
dos polos sobre los que giran todas las explicaciones del apóstol.
La visión que en esta carta a los efesios nos ofrece el apóstol sobre Cristo y la iglesia, a la que
presenta como una prolongación de Cristo en el tiempo y en el espacio, es quizás la síntesis mas
acabada de su genio teológico. San pablo llama a todo esto el “misterio” (Ef 1,9; 3,3; 6,19),
expresión con que designa el plan divino de salvación, concebido desde la eternidad, pero revelado
solamente ahora, en el Evangelio, donde aparece Cristo como centro a donde todo converge, lazo
que une, asociando en un solo Cuerpo místico a judíos y gentiles, y extendiendo su influjo redentor
al cosmos entero.
Cristo, en verdad, ama a la Iglesia como a su propia Esposa, como el varón que amando a su mujer
ama su propio cuerpo (Ef, 5,25-28); pero la Iglesia, por su parte, está sujeta a su Cabeza (Ef, 5,23-
24). "Porque en El habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad (Col, 2,9), colma de bienes
divinos a la Iglesia, que es su cuerpo y su plenitud (cf. Ef., 1,22-23), para que ella anhele y consiga
toda la plenitud de Dios (Ef, 3,19)”. (L G, 7).
La Carta a los Efesios presenta el misterio de la Iglesia como Cuerpo de Cristo, tanto en Cristo,
como en su cuerpo que es la Iglesia. La humanidad está llamada a superar toda clase de
divisiones sea cual fuere el motivo de las mismas. Más aún, en Cristo y gracias a la mediación de
la Iglesia, todos los hombres están llamados a ser verdaderos hermanos. Una de las enseñanzas
fundamentales de esta Carta es que la Iglesia está llamada a ser un instrumento de fraternidad
universal.