FUNGI

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EL REINO FUNGI

¿Qué es el reino fungi?


En biología, el término Fungi (latín, literalmente
“hongos”) designa a un grupo de organismos eu-
cariotas entre los que se encuentran los mohos, las
levaduras y las setas. Se clasifican en un reino dis-
tinto al de las plantas, animales y protistas.

Los hongos existen en todo el mundo y en distintos


hábitats, y aparecen en distintas formas y presen-
taciones.
De la totalidad de los hongos que habitan nuestro
planeta, tan solo un 5 % ha sido estudiado y clasi-
ficado, y se estima que existen alrededor de 1,5 millones de especies aún desconocidas.
Esto en parte se debe a que antiguamente los hongos eran clasificados como un tipo de
planta, hasta que en el siglo XIX se los empezó a distinguir como un reino biológico aparte.
La ciencia que se especializa en los miembros del reino fungi se llama micología.

Características del reino fungi


Carecen de movilidad propia.
Los hongos crecen en el suelo, en las
superficies, o sobre troncos o materia
orgánica en descomposición, depen-
diendo de sus preferencias. Al igual
que las plantas, se mantienen toda su
vida en el mismo lugar, incapaces de
moverse a voluntad.

Poseen pared celular. Las células


de los hongos son eucariotas, es decir,
tienen un núcleo celular Además, tie-
nen una pared celular rígida, semejan-
te a la de las células vegetales, pero en
lugar de estar compuesta de celulosa,
está compuesta de quitina, la misma
sustancia que otorga a los insectos la
dureza de sus exoesqueletos.

Crecen como hifas. El crecimien-


to de los hongos se produce a manera
de hifas, estructuras cilíndricas y uni-
formes que pueden ir de los pocos micrómetros a los varios centímetros de longitud, y pue-
den superponerse en un proceso de ramificación o bifurcación. Conforme las hifas crecen,
forman una masa enmarañada o red con forma de tejido llamada micelio.
Absorben alimento del ambiente. Los hongos no ingieren alimento y luego lo di-
gieren en el cuerpo como los animales. En vez de ello, infiltran una fuente alimenticia y
segregan enzimas digestivas en ella. La digestión tiene lugar fuera del cuerpo. Cuando mo-
léculas complejas se descomponen en compuestos más pequeños, los hongos absorben el
alimento predigerido en su cuerpo.
Se reproducen mediante esporas. Las esporas son células reproductivas microscó-
picas que pueden desarrollarse hasta ser nuevos organismos. Generalmente se producen
en hifas aéreas especializadas o en estructuras fructíferas.

Clasificación del reino fungi


La clasificación actual del reino es la siguiente:

Hongos basidiomicetos (Basidiomycota). Desarrollan setas (basidiocarpos), de


las cuales nacen las esporas reproductivas del hongo.

Hongos ascomicetos (Ascomycota). En lugar de setas tienen ascos, células se-


xuales productoras de esporas.

Hongos glomeromicetos (Glomeromycota). Son micorrizas, o sea, uniones sim-


bióticas entre un hongo y las raíces de una planta. El hongo otorga nutrientes y agua, y las
raíces aportan carbohidratos y vitaminas que el hongo no puede sintetizar.

Hongos zigomicetos (Zygomycota). Son mohos que forman zigosporas, es decir,


esporas capaces de soportar condiciones adversas durante mucho tiempo hasta que final-
mente puedan germinar.

Hongos quitridiomicetos (Chytridiomycota). Son hongos microscópicos y primi-


tivos, generalmente acuáticos, que se reproducen por esporas flageladas (zoosporas).
Nutrición del reino fungi
La nutrición de los hongos es siempre heterótrofa, o sea, no pueden generar su propio
alimento como las plantas, sino que deben descomponer la materia orgánica proveniente
de otras formas de vida vegetal o animal. Dependiendo de cómo es su nutrición, existen
distintos tipos de hongos:

Hongos saprófitos. Se nutren de la descomposición de restos de materia orgánica de


otros organismos (cadáveres y desechos corporales), ya sea específica o no, es decir, de
cierto tipo exclusivo de materia orgánica o de cualquiera en general.

Micorrizógenos. Se nutren mediante una relación simbiótica con las plantas, colonizan-
do sus raíces e intercambiando con ellas agua y diferentes nutrientes minerales, generados
por el hongo, a cambio de carbohidratos y vitaminas que el hongo es incapaz de sintetizar
por su cuenta. Esto se conoce como micorriza.

Liquenizados. Se nutren a través de relaciones simbióticas producto de la unión del


hongo y un alga o cianobacteria, que establecen una relación tan estrecha que pueden
considerarse un mismo individuo. Son semejantes a los micorrizógenos.

Parásitos. Se nutren directamente del cuerpo de otros seres vivos, y para eso se pueden
establecer en su superficie o colonizar el interior de su cuerpo, lo que les causa a esos or-
ganismos daños diversos que pueden ser leves o incluso letales.

Reproducción sexual de los hongos


Los hongos se reproducen de modo sexual y asexual, siempre a través de la producción
de esporas: formas resistentes al medio ambiente que, cuando se dan las condiciones
óptimas, germinan y crean un nuevo ejemplar del hongo. El crecimiento de las hifas, una
vez germinadas las esporas, puede ser muy rápido: un hongo tropical crece unos 5 mm por
minuto.
Reproducción asexual de los hongos
Los hongos unicelulares, como las levaduras, se reproducen de manera asexual mediante
un proceso llamado gemación: formación de yemas que se proyectan desde la célula pro-
genitora.
En el caso de los hongos multicelulares, las esporas asexuales (llamadas conidios) se pro-
ducen por mitosis en hifas especializadas llamadas conidióforos y luego se liberan en el

aire o agua.

Reproducción sexual de los hongos


Muchas especies de hongos se reproducen sexualmente con diversos tipos de aparea-
miento. En contraste con la mayoría de las células animales y vegetales, la mayoría de
las células de los hongos contienen núcleos haploides (núcleos con un único conjunto de
cromosomas). En la reproducción sexual, el proceso consiste en:

Se reúnen las hifas de dos tipos de apareamiento genéticamente compatibles, y se fusio-


nan sus citoplasmas en un proceso llamado plasmogamia.
La célula resultante tiene dos núcleos haploides: uno de cada hongo.
Esta célula origina por mitosis otras células con dos núcleos. En algún punto se fusionan
los dos núcleos haploides. Este proceso, llamado cariogamia, resulta en una célula que
contiene un núcleo diploide conocido como núcleo de cigoto. En algunos grupos, el núcleo
de cigoto es el único núcleo diploide.
En los dos grupos de hongos más grandes, los ascomicetos y los basidiomicetos, ocu-
rre plasmogamia (fusión de hifas),
pero la cariogamia (fusión de los
dos núcleos diferentes) no sigue
inmediatamente. Durante un tiem-
po el núcleo permanece separado
dentro del citoplasma fúngico.

Las hifas que contienen dos nú-


cleos genéticamente distintos pero
sexualmente compatibles dentro
de cada célula se describen como
dicarióticas. A esta condición se le
refiere como n + n en lugar de 2n,
porque existen dos núcleos haploi-
des separados.

Las hifas que solo contienen un


núcleo por célula se describen
como monocariotas. La presencia
de una etapa dicariótica es una im-
portante característica definitoria
de ascomicetos y basidiomicetos.

Importancia del
reino fungi
Los hongos llevan a cabo un im-
portante rol ecológico en sus di-
versos nichos de aparición, porque
ayudan a la descomposición y al
reciclaje de la materia orgánica
(animales o plantas muertos, de-
fecaciones, hojas secas y caídas,
troncos de árboles derribados, etc.) junto con las bacterias y ciertas especies de insectos.
Por otro lado, muchas especies de hongos son útiles al ser humano, ya sea como especies
comestibles, como el champiñón, o como especies decorativas en jardinería. Las levadu-
ras, por su parte, son fundamentales en los procesos de elaboración de cerveza, pan y
otros productos porque ejecutan la transformación bioquímica de las sustancias.

Hongos tóxicos o venenosos


Existen especies de hongos que segregan toxinas peligrosas, algunas incluso pueden ser
letales si son ingeridas, o si se respiran sus esporas. Estas enzimas tóxicas pueden inducir
en el ser humano o en otros animales condiciones como taquicardia, vómitos, cólicos, su-
dor frío, sed, excretas sanguinolentas o incluso la descompensación de la presión arterial,
dependiendo de la cantidad consumida.
Estos efectos pueden llegar a causar daños necróticos en el hígado y los riñones, lo que
puede ocasionar la muerte si no se tratan adecuadamente. En otros casos los efectos tóxi-
cos son leves y pueden ser alucinógenos.

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