Masturbación y Autoerotismo

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Amores y

valores
sexuales de la
persona
3º Semestre
Alumna: Reyna Alejandra
Piña Beltrán
Material: Moral Sexual
Maestra: Magaly Berta Rangel
Vera, HMSP

A 19 de agosto 2023.
Introducción
Por amor entendemos “el conjunto de energías vitales y subjetivas
que nos impulsan hacia la conquista de determinados valores sexuales
como fin”. Estos atraen, a menera de fuerzas exteriores a la persona,
mientras los amores impulsan como fuerzas interiores hacia ellos.

La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo


propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir,
expresar y vivir el amor humano. Por eso, es parte integrante del desarrollo
de la personalidad y de su proceso educativo: «A la verdad en el sexo
radican las notas características que constituyen a las personas como
hombres y mujeres en el plano biológico, psicológico y espiritual, teniendo
así mucha parte en su evolución individual y en su inserción en la
sociedad». La sexualidad orientada, elevada e integrada por el amor
adquiere verdadera calidad humana. En el cuadro del desarrollo biológico
y psíquico, crece armónicamente y sólo se realiza en sentido pleno con la
conquista de la madurez afectiva que se manifiesta en el amor
desinteresado y en la total donación de sí.

Desarrollo

El hombre, cuando ama, se realiza plenamente como persona. Todo


hombre de buena voluntad es capaz de entenderlo. El don de sí al otro es
fuente de riqueza y de responsabilidad, asegura san Juan Pablo II, y
Benedicto XVI añade que es atención al otro y para el otro.

Es lo que nos recuerda el Concilio Vaticano II: “el hombre, única criatura
terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo, no puede encontrar su
propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás”

Necesitamos descubrir las varias formas posibles de amor, que se


esconden en las palabras “te amo” y “te quiero”.

1. Amor pasión: Este amor responder a las exigencias de los


sentidos; es atracción física e institntiva que quiere decir “me
siento atraído por ti”.
2. Amor sentimiento: Se trata de un amor romántico y responde a
las exigencias del corazón, a lo que llamamos
“enamoramiento”. La intensidad de los sentimientos es algo
muy positivo y que revela, la existencia de una cierta “química”
que, bien canalizada, puede favorecer un ulterior crecimiento
hacia la amistad.
3. Amor de amistad: Un amor que respone a la necesitad de
intercambiar amistad, un amor desinteresado, su sede es la
voluntad. Amar a alguien supone un compromiso que uno
contrae voluntariamente por el valor de la otra persona en sí
misma y no por las circunstancias en las que se desarrolla la
relación. El amor de benevolencia es el concepto que mejor
nos puede ayudar a entender su verdadera esencia y a superar
ciertos moldes que la cultura ha fabricado, como en la
expresión de hacer el amor, expresión egoísta, ya que el amor
no se hace, más bien se da, en una continua y cotidiana
ofrenda de ingenio y de corazón.
4. Amor – caridad: Se trata de una participación mística, en el ser
humano, del amor que Dios tiene, en Cristo, hacia los
humanos. Tégase en cuenta que la caridad no consiste
solamente en que nos amemos, sino en que amemos con el
mismo amor con que Dios ama. La sexualidad así vivida,
puede ser camino pirvilegiado para encontrar a Dios.

Las cuatro formas de amor entran seguido en conflictos entre ellas. El


éxito del encuentro sexual amoroso, como unión interpersonal, dependerá
de la superación de estos conflictos y de la integración armónica de todas
las formas del amor con una mayor intensidad de la espirituales. La causa
de los conflictos la encontramos en el hecho de que los dos pares de
amores tienen finalidades distintas y, a veces, contrapuestas:

a) El par de amores corpóreos (primera y segunda forma) buscan la


sola satisfacción de los sentidos y de los sentimientos y están
dominados por el deseo genital. Se trata de formas egocentricas
donde quien ama, se ama más a si mismo instrumentalizando al otro.
b) El par de amores espirituales (tercera y cuarta forma) buscan el bien
de la persona amada sin egoismo. Están marcados por la
dedicación-entrega mutua. Se trata de forma heterocéntricas donde
quien ama, ama al otro y lo perfecciona. Estos son los amores que, si
bien cultivados y cuidad favorecen la fidelidad y la perpetuidad de las
parejas.
Valores o bienes sexuales a conseguir

v Primer valor: el intra-personal. Se refiere a la persona humana en si


misma. Considera el sexo como principio de individuación de lo que
espontáneamente permite al varón madurar como hombre y a la
hembra como mujer. Hace referencia a la sexualidad como proceso
de personalización, o sea, como lo que permite a la persona
calificarse y definirse sexualmente, puesto que da color sexual a los
elementos espirituales, de los que se sirve uno para realizar su
personalidad. La sexualidad sería una energía vital que atraviesa
todo lo humano, empujándolo fuera de sí mismo y obligándolo a
establecer lazos con los otros y con el mundo. A este valor se
contrapone la ambigüedad sexual, o sea, todo fenómeno de
homosexualismo o lesbianismo.
v Segundo valor: el inter-personal. Se refiere a la posibilidad, que el
amor otorga, de establecer vínculos afectivos con la persona de otro
sexo y, en ello, encontrar la realización personal. En cuanto individuo
único y autosuficiente, el ser humano se defiende de la intromisión,
en su vida, de los demás; pero, en cuanto individuo sexuado e
incompleto, la persona humana es atraída constantemente por el
individuo del sexo opuesto.
v Tercer valor: el trans-personal. Se refiere al impulso que
experimenta la pareja que se ama para trascenderse y abrirse a la
transmisión de la vida. La pareja mira a la creatividad de su amor y a
la fecundidad porque esto es típico del amor, o sea, dar vida, vida
biológica y vida social. Este valor de la procreación, de hecho, se
vive como en dos direcciones

Conclusión
Nos hacemos auténticos discípulos de Jesús cuando nos amamos
los unos a los otros, cuando buscamos el bien de los hermanos, cuando
dejamos lo nuestro para darnos a los demás (cf. Jn 13,34-35). Cristo es, de
una manera sorprendente, la plenitud del amor, precisamente porque dio
su vida por nosotros, porque hizo suyo lo propio del grano de trigo, que
cae y muere para dar mucho fruto (cf. Jn 15,13; Jn 12,24).
El camino del amor tiene dificultades, no podemos negarlo. El
egoísmo nos lleva muchas veces a ponernos en el centro y a juzgarlo todo
según un criterio equivocado: ver si esto me enriquece o me empobrece.
El criterio cristiano es completamente distinto: me lleva a evaluar
cada acto, cada situación, cada objeto, solo a la luz del deseo de buscar el
bien de aquellos a los que amo, de quienes son mis hermanos en Cristo.
“El camino de la madurez humana es el camino mismo del amor que va del
recibir cuidados a la capacidad de ofrecer cuidados, de recibir vida a la
capacidad de dar vida. Convertirse en hombres y mujeres adultos”
Papa Francisco.

Bibliografía
 Sexualidad, amor y bioética, Umberto Mauricio Marsich.
 https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccatheduc/
documents/rc_con_ccatheduc_doc_19831101_sexual-
education_sp.html
 http://es.catholic.net/op/articulos/60007/cat/217/amor-
conyugal.html#modal
 https://radiomaria.org.ar/papa-francisco/todos-llamados-a-amar-y-
ser-amados-en-plenitud/

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