Composición de La Población

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Composición de la población

La composición de una población por edad y sexo se refiere a su estructura interna: por
un lado, de acuerdo con la cantidad de varones y mujeres, y por el otro a su edad o
pertenencia a un grupo de edades determinado.

La composición de la población por sexo y edad representa la información básica para


desarrollar cualquier estudio de la población o política de Estado, ya que tiene una
importancia decisiva por sus repercusiones en el orden social, económico y médico. Para
establecer políticas públicas en materia de cualquiera de estos órdenes, es necesario
contar con datos precisos de la estructura por edades y sexos. No es lo mismo definir una
política sanitaria orientada a reducir la ocurrencia de embarazos adolescentes, por
ejemplo, que determinar un mecanismo de resguardo para las mujeres ancianas cuya
esperanza de vida sobrepasa largamente a la de los varones.

La estructura de la población se estudia, a partir de los datos básicos que provee el


censo, a través del análisis de una serie de indicadores, como el índice de masculinidad.
El índice de masculinidad mide la cantidad de varones cada 100 mujeres y se calcula,
generalmente, para las distintas jurisdicciones, tanto provincias como departamentos.

Los grupos de edades en que se divide la población, generalmente, son tres:

 niños y jóvenes de 0 a 14 años;


 adultos entre 15 y 64 años;
 adultos mayores, de 65 años en adelante.

ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN
POR GRUPOS DE EDAD Y SEXO

Según el interés de análisis, las poblaciones pueden agruparse por diversas


características, tales como el sexo, la edad, los niveles educativos, el estado civil, la
situación laboral, la condición socioeconómica entre otras.

Las variables sexo y edad constituyen factores asociados con dinámicas demográficas o
poblacionales. La estructura demográfica, entendida como la distribución de una
población según sexo y edades específicas y expresada comúnmente en valores relativos
respecto al total de la población, se constituye en un elemento fundamental para el
análisis demográfico, al evidenciar las principales diferencias entre grupos poblacionales y
determinar las dinámicas demográficas y socioeconómicas tanto presentes como futuras
(Haupt y Kane, 2003).
La estructura demográfica se corresponde con la variación de hechos vitales como las
defunciones y los nacimientos, pero también está estrechamente ligada a dinámicas
sociales y económicas.
La estructura de la población evidencia el impacto que fenómenos particulares generan
sobre la población, entre otros: las enfermedades (epidemias), las variaciones de la
economía, los movimientos migratorios, los conflictos armados, las acciones violentas o
los descensos en los niveles de fecundidad.
A la representación gráfica de la estructura de la población se le conoce como pirámide
de población, esta resalta las características generales resultantes de la evolución de una
población y permite realizar comparaciones entre grupos poblaciones o en el interior del
mismo grupo a través del tiempo.

Las pirámides poblacionales, de acuerdo con su forma, se clasifican en expansivas,


estacionarias y constrictivas. Las pirámides expansivas presentan una base dilatada y una
cúspide estrecha; se asocian con poblaciones jóvenes, con alta mortalidad y fecundidad
ubicadas en las fases iniciales de su transición demográfica. Usualmente corresponden a
países con niveles bajos de desarrollo. La pirámide estacionaria se caracteriza por
presentar una forma rectangular, base estrecha y cúspide ensanchada; corresponde a
una población con estructura envejecida, con bajos niveles de fecundidad y mortalidad, y
es característica de países desarrollados. Cabe resaltar que no debe confundirse el
concepto de pirámide estacionaria con el de población estacionaria que, en demografía,
es aquella población que tiene características especiales como es el hecho que en el
largo plazo la tasa de natalidad y la de mortalidad son iguales y constantes, es cerrada y
la estructura permanece igual. Finalmente, la pirámide constrictiva representa un perfil
medio entre estas dos últimas.
Este tipo de representación se constituye en uno de los elementos facilitadores del
análisis de las dinámicas demográficas y de los impactos de los cambios
socioeconómicos en la estructura poblacional.
A partir de las pirámides demográficas se puede evaluar la calidad de la información, la
incidencia de los componentes demográficos (fecundidad, mortalidad y migración) en un
momento dado y la evolución de las estructuras por edad de la población.

En Colombia, la composición de la población a nivel nacional por edades quinquenales y


sexo, con base en la información censal ajustada, evidencia el descenso en los niveles de
fecundidad y el aumento en la participación de la población en edades económicamente
activas y adulto mayor.

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