Herbert Spencer

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TEORIA SOCIOLOGICA

CLASICA

TEORIA SOCIOLOGICA CLASICA


George Ritzer No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento
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DERECHOS RESERVADOS O 1993 respecto a la primera edición en español, por
Traducción McGRAW-HILL/INTERAMERICANA DE ESPAÑA, S. A.
MARIA TERESA CASADO RODRIGUEZ
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Basauri, 17
28023 Aravaca (Madrid)
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AMPARO ALMARCHA BARBADO Traducido de la primera edición en inglés de
Facultad de Ciencias Políticas y Sociología CLASSICAL SOCIOLOGICAL THEORY
Universidad Complutense de Madrid Copyright O MCMXCII, por McGraw-Hill Inc.
ISBN: 0-07-052972-8
ISBN: 84-481-0104-9
Depósito legal: M. 16.869-1993
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124 TEORIA S O C I O L O G I C A C L A S I C A

CAPITULO
En las ideas teóricas de Herbert Spencer (1820-1903) advertimos un avance
considerable sobre las de Auguste Comte. La obra de Spencer no sólo es impor-
tante para el desarrollo de la teoría sociológica, sino que muchas de sus ideas
teóricas ocupan un lugar prominente y seguro en la teoría sociológica contem-
HERBERT SPENCER poránea. A pesar de ello, Jonathan Turner (1985b), que simpatiza con muchas
de las ideas de Spencer, ha señalado que los teóricos modernos de la sociología
no se han inclinado a tomar en serio a Spencer y le han relegado, como a Comte,
al «cubo de la basura» de la historia. (En realidad, Turner afirma, en términos
acalorados, que los teóricos modernos de la sociología han solido «escupir so-
SPENCER Y C O M T E bre la tumba de Spencer» [1985b: 71]). Este rechazo es, en buena parte, impu-
table a la política libertaria (no liberal) altamente conservadora de Spencer y a
PRINCIPIOS TEORICOS GENERALES su firme creencia en una versión sociológica de la supervivencia del más apto.
Aunque no comparto totalmente el entusiasmo que Turner siente por Spencer,
SOCIOLOGIA en mi opinión su obra tiene mucho mérito. Se demostrará que algunas de las
Definición de la ciencia de la sociología
ideas teóricas de Spencer siguen siendo importantes y relevantes para la teoría
Métodos sociológicos
sociológica. No obstante, también encontramos en su obra graves problemas
que nos llevarán a la conclusión de que, aunque supuso un avance sobre la
LA EVOLUCION DE LA SOCIEDAD
teoría comtiana, no está a la altura de la de los otros grandes teóricos —Marx,
Durkheim, Weber y Símmel— que se analizarán en los siguientes cuatro ca-
Sociedades simples y compuestas pítulos.
Sociedades militares e industriales

LA EVOLUCION DE LAS INSTITUCIONES SOCIETALES


SPENCER Y COMTE
Instituciones domésticas
Instituciones ceremoniales Un punto de partida útil para nuestro análisis es la relación entre las ideas de
Instituciones políticas Spencer y las de Auguste Comte. Aunque las vidas de Spencer y Comte se
Instituciones eclesiásticas solaparon en el tiempo, el Canal de la Mancha les separaba (Spencer era britá-
Instituciones profesionales nico y Comte francés) y se llevaban muchos años de diferencia (Comte tenía
Instituciones industriales veintidós años cuando nació Spencer, y este último vivió cuarenta y seis años
más que Comte, ya entrado el siglo xx). Así, mientras Comte finalizaba su obra
ETICA Y POLITICA Spencer publicó su primer libro, Estática social, en 1850. Sin embargo, tan
pronto como Spencer lo publicó, comenzaron las comparaciones entre las teo-
rías de ambos pensadores. Hay algunas semejanzas entre sus obras, aunque
Spencer sintió a menudo la necesidad de distinguir sus teorías de las de Comte.
Spencer comentó el trabajo de Comte en varios lugares de su obra, e incluso
se sintió en la obligación de escribir un ensayo titulado «Razones para disentir
de la filosofía del Sr. Comte» (1864/1883/1968). Spencer comenzaba este tra-
bajo con un elogio explícito, aunque obligatorio, de la obra de Comte: «En el
desarrollo de su perspectiva [el positivismo] ha demostrado una lucidez nota-
ble, gran originalidad, enorme fertilidad de pensamiento y una excepcional ca-
pacidad de generalización» (1864/1883/1968: 118). A pesar de este elogio, a
Spencer le interesaba mucho situarse entre los «adversarios» de Comte y que
sus propias ideas se distinguieran de las de Comte. Pensaba que sus obras tenían
123 una «naturaleza totalmente diferente» (Spencer, 1904a: 414).

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Spencer reconocía su deuda terminológica con Comte cuando admitía que


«yo adopto también su término, Sociología» (1864/1883/1968: 130). Ambos HERBERT SPENCER: Reseña biográfica
derivaron de la biología los términos estructura y función, y tendían a usarlos
con un significado similar. Al utilizar esos términos y la perspectiva que impli- Herbert Spencer nació el veintisiete de abril
caban, Spencer y Comte jugaron un importante papel histórico en el desarrollo de 1820 en Derby, Inglaterra. No recibió una
del funcionalismo estructural. Sin embargo, si nos fijamos en otros dos concep- formación académica en humanidades, sino
tos, estática social y dinámica social, encontramos importantes diferencias en- que estudió cuestiones técnicas y prácticas.
tre los dos pensadores. Sin bien Spencer los utilizó, negó que los hubiera extraí- En 1837 comenzó a trabajar de ingeniero ci-
do de los de Comte o que se les parecieran. En su autobiografía, Spencer mantiene vil para una empresa de ferrocarriles, pues-
que cuando publicó su Estática Social (1850/1954), «lo único que sabía de Comte to que desempeñó hasta 1846. Durante este
era que se trataba de un filósofo francés» (1904a: 414). Para Comte, estos con- periodo, Spencer siguió estudiando por su
ceptos podían aplicarse a todo tipo de sociedad, mientras Spencer los relaciona cuenta y comenzó a publicar trabajos cientí-
específicamente con su sociedad ideal futura. Spencer defiende que la estática ficos y políticos.
social se ocupa del «equilibrio de la sociedad perfecta» y la dinámica social del En 1848 Spencer fue nombrado editor de
estudio de «las fuerzas motrices que hacen que la sociedad avance hacia la The Economista y sus ideas intelectuales
perfección» (1850/1954: 367). Así, para Spencer, los conceptos estática social comenzaron a solidificarse. En 1850 terminó su primera gran obra,
y dinámica social son normativos, mientras para Comte son descriptivos. Estática Social. Mientras la escribía, comenzó a padecer insomnio y,
Al igual que Comte, Spencer se describe a sí mismo como un positivista al con los años, se agravarían sus problemas físicos y mentales. A lo
largo del resto de su vida padeció numerosas crisis nerviosas.
que le interesaba descubrir las leyes invariantes del mundo social, pero se apre- En 1853 Spencer recibió una herencia que le permitió dejar su
sura a añadir que Comte no fue quien inventó el positivismo. Aunque se definía empleo y vivir el resto de su vida dedicado al estudio. No llegó a li-
así mismo como un positivista, no aceptaba la versión de Comte, en especial su cenciarse por la universidad ni a desempeñar cargo académico algu-
concepción de la religión positiva. Spencer, como Comte, estudió una amplia no. A medida que se aislaba y se agravaba su enfermedad mental,
gama de ciencias, pero, a diferencia de aquél, pensaba que «era incorrecto cla- crecía su productividad intelectual. Finalmente, comenzó a labrarse
sificar las ciencias según un orden lineal» (1883: 185). Spencer consideraba fama no sólo en Inglaterra, sino también a escala internacional. Como
que las ciencias estaban interconectadas y eran interdependientes. Otra distin- Richard Hofstadter dijo: «Durante las tres décadas posteriores a la
ción que debemos a Spencer se refería a la subjetividad de Comte (con su pre- Guerra Civil era prácticamente imposible moverse en cualquier cam-
ocupación por las ideas) y a su propia objetividad (su interés por las cosas): po intelectual sin reconocer el magisterio de Spencer» (1959: 33). En-
tre sus seguidores se contaba el renombrado industrial Andrew Car-
¿Cual es el objetivo real de Comte? Explicar coherentemente el progreso de las negie, que escribió a Spencer, quien por entonces padecía su última y
concepciones humanas, ¿Cuál es el mío? Dar una explicación coherente del pro- fatal enfermedad, las siguientes palabras:
greso del mundo exterior. Comte se propone describir la auténtica y necesaria fi-
liación de las ideas. Mi propósito es describir la auténtica y necesaria filiación de Querido Maestro... pienso en usted todos los días, y me hago siempre la
las cosas. Comte se esfuerza por interpretar la génesis de nuestro conocimiento de misma pregunta: «¿a qué se debe? ¿por qué yace sufriendo? ¿por qué
la naturaleza. Mi meta es interpretar, en la medida de lo posible, la génesis de los tiene que irse?... El mundo avanza lentamente sin reconocer a su mente
fenómenos que constituyen la naturaleza. Su fin es subjetivo, el mío, sin embargo, más lúcida... Pero llegará un día en e! que recordará sus enseñanzas y
es objetivo. elevará a Spencer al lugar más alto.
(Spencer, 1940b: 570) (Citado en Peel, 1971: 2)

Pero no fue ése el destino de Spencer.


Así, mientras ambos pensadores se preocuparon por la evolución del mun-
do, a Comte le interesaba sobre todo la evolución de las ideas, y Spencer se
centró en la evolución estructural (y funcional).
Finalmente, se daban profundas diferencias políticas entre Spencer y Com- que la fe de Comte en que «la 'religión de la humanidad' será la religión del
te. Como vimos en el capítulo anterior, el deseo de Comte era construir una futuro, constituye una creencia que no se sostiene ni inductiva ni deductiva-
sociedad, o incluso un mundo, dominados por una religión positivista de la hu- mente» (1873/1961:283). Además, Spencer no veía con buenos ojos el control
manidad y guiados por los sumos sacerdotes del positivismo. Spencer afirmó centralizado puesto que pensaba que era más perjudicial que beneficioso. Así,

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HERBERT SPENCER 127

la necesidad de reflexionar sobre «lo profundamente opuestos» que sus «idea-


les de la vida y progreso humanos explícitos o implícitos» eran respecto a los de
Comte (1904a: 414).
Una de las características más interesantes de Spencer que, en
Comte mantenía la creencia de que la religión positivista sería la encargada
última instancia, causaría su ruina intelectual, fue su aversión a la
de enseñar moralidad a los individuos, pero a Spencer le parecía absurda la idea
lectura de la obra de otros pensadores. En este aspecto se parece a
de que la moralidad pudiera enseñarse. Spencer pensaba que las ideas morales
otro primer gigante de la sociología, Auguste Comte, que practicaba surgían de la acción individual. Para llegar a esta conclusión Spencer se sirvió,
la «higiene cerebral». De la necesidad de ieer las obras de los demás, como en otras muchas ocasiones en su obra, de la idea de la «supervivencia del
Spencer afirmó: «Toda mi vida he sido un pensador y no un lector, y más apto». En este caso específico, la vida ordenada requería que las personas
estoy de acuerdo con Hobbes en que «si hubiera leído tanto como actuaran obligatoriamente impulsadas por sus sentimientos morales superiores
otros hombres, habría llegado a saber tan poco como ellos» (Wiltshi- y reprimieran los instintos inferiores; en otras palabras, las personas eran re-
re, 1978: 67). Un amigo le preguntó su opinión sobre un libro y «su compensadas por conducirse moralmente, y penalizadas por su comportamien-
respuesta fue que si analizaba esa obra encontraría que sus supues- to inmoral. Dicho de otro modo, era más probable que sobrevivieran las accio-
tos fundamentales eran erróneos, y por ello no se preocupaba de leer- nes morales que las inmorales. Spencer concluía que esta «selección natural»
la» (Wiltshire, 1978: 67). Un autor, refiriéndose a Spencer, escribió de las acciones morales era «simplemente la tarea de una educación nacional»
sobre «su incomprensible manera de absorber conocimiento a través (1873/1961: 340).
de su piel... pues parece que nunca lee libros» (Wiltshire, 1978: 67).
En suma, aunque Spencer y Comte compartían su interés por la sociología,
Si no leyó la obra de otros estudiosos ¿en qué se inspiraron sus las estructuras y las funciones, la estática social y la dinámica social, el positi-
pensamientos e ideas? El mismo decía que salían involuntaria e intui- vismo, las relaciones entre las ciencias, la evolución del mundo, la sociedad
tivamente de su mente. Afirmaba que sus ideas surgían «poco a poco,
moderadamente, sin intención consciente o esfuerzo apreciable» (Wilt-
ideal futura y la moralidad, había profundas diferencias en sus ideas relativas
shire, 1978: 66). Spencer consideraba que su intuición era mucho más
a la mayoría de estas cuestiones, así como en sus teorías generales. Teniendo
eficaz que el estudio meticuloso y la reflexión: «Una solución vislum- en cuenta estas diferencias, pasamos al análisis de la teoría sociológica de
brada de este modo probablemente tiene mayor veracidad que la lo- Spencer.
grada con un esfuerzo tal [que] causa la perversión del pensamiento»
(Wiltshire, 1978: 66).
El propio Spencer sufrió las consecuencias de su aversión a la lec- PRINCIPIOS TEORICOS GENERALES
tura meticulosa de las obras de otros pensadores. De hecho, en la
lectura de otras obras tan sólo encontraba la confirmación de sus propias Las reflexiones de Spencer sobre el mundo social se basan en un conjunto de
ideas. Ignoraba las ideas que no concordaban con las suyas. Así, su principios teóricos generales. Comienza afirmando que en los primeros años de
coetáneo Charles Darwin comentó: «Si se hubiera impuesto una mayor
observación, aún a expensas de... perder capacidad de pensamiento,
la historia de la humanidad la religión y la ciencia se unían en un esfuerzo por
hubiera sido un pensador fabuloso» (Wiltshire, 1978: 70). El despre-
analizar y comprender el mundo (Spencer, 1902/1958). Gradualmente, empe-
cio que sentía Spencer por las pautas aceptadas de la erudición le
zaron a separarse; la religión comenzó a ocuparse de lo desconocido, y la cien-
condujo a producir una serie de ideas extravagantes y afirmaciones cia de lo cognoscible. Sin embargo, esta diferenciación dista de ser completa,
incoherentes sobre la evolución del mundo. Por estas razones los so- incluso en la era moderna, ya que la religión y la ciencia continúan solapándose
ciólogos del siglo veinte rechazaron la obra de Spencer para centrar- y entrando en conflicto. De hecho, Spencer percibía que su mundo albergaba
se, en cambio, en el estudio meticuloso y en la investigación empírica. elementos científicos (la inteligencia) y religiosos (la moral).
Spencer murió el ocho de diciembre de 1903. La preocupación principal de Spencer apuntaba al mundo cognoscible y,
por tanto, era más científica que religiosa. (Una diferencia más entre Spencer y
Comte, cuya obra tardía era más religiosa que científica). La ciencia nunca
el ideal de Spencer era una sociedad en la que el gobierno se redujera al mínimo podía conocer la naturaleza última de las cosas, pero podía aspirar al grado más
posible y en la que se permitiera a los individuos la máxima libertad. Regresare- alto posible de conocimiento. Antes de adentrarnos en el análisis de sus pensa-
mos más tarde a las ideas políticas de Spencer, pero baste decir por el momento mientos sobre la ciencia debemos estudiar su filosofía que, en opinión del pro-
que diferían radicalmente de las ideas políticas de Comte. Spencer se sintió en pio Spencer, iba más lejos que las ciencias en la búsqueda de la completa unifi-
cación del conocimiento, porque las «verdades que unifican los fenómenos

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concretos pertenecen a todas las divisiones de la Naturaleza» (1902/1958: 277). finido a lo definido. (En el capítulo undécimo advertiremos que Parsons desa-
En este apartado analizaremos la «filosofía general» de Spencer, que se ocupa rrolló en su obra tardía una teoría de la evolución similar.)
de las «verdades universales» del mundo, para dedicarnos luego al estudio de Así, los tres elementos principales de la evolución son la integración creciente,
sus «filosofías especiales» y las verdades más precisas, aunque también univer- la heterogeneidad y la definición. Spencer se preocupa, más específicamente,
sales, de las áreas específicas, especialmente de las relativas al mundo social. por la aplicación de estos elementos de su teoría general de la evolución, a las
Al subrayar el carácter englobador de la filosofía, Spencer rechaza la idea posi- estructuras y las funciones. En el nivel más general, relaciona las estructuras
tivista de que la meta de la ciencia era la reducción de un conjunto de leyes con la «materia» y ve a aquéllas cada vez más integradas, más heterogéneas y
complejas a una ley simple, y aceptaba, sin embargo, la meta del conocimiento más definidas. Relaciona las funciones con el «movimiento retenido», y tam-
integrado derivado de los diversos campos científicos específicos. bién las percibe cada vez más integradas, heterogéneas y definidas. Más tarde
Spencer enunció una serie de verdades generales sobre el mundo, entre tendremos la ocasión de analizar pensamientos más concretos de Spencer sobre
ellas que la materia era indestructible, que existia la continuidad de movimiento la evolución de las funciones y las estructuras en su obra sobre la sociedad.
y la persistencia de la fuerza, que la relación entre las fuerzas persiste, y que Una vez esbozada su teoría de la evolución, Spencer analiza las razones que
materia y movimiento se redistribuían constantemente. Tras un proceso deduc- explican que ocurra la evolución. Primera, Spencer afirma que los fenómenos
tivo a partir de estas leyes generales, Spencer enunció un conjunto de ideas que homogéneos son inherentemente inestables: «los absolutamente homogéneos
constituyen su teoría general de la evolución. pueden fácilmente perder su equilibrio; y los relativamente homogéneos se con-
Spencer creía que todos los fenómenos —inorgánicos, orgánicos o superor- vierten temporalmente en menos homogéneos» (1902/1958: 426). Una de las
gánicos (o societales)— experimentan evolución, e involución o disolución. Es razones de esta inestabilidad es el hecho de que las diferentes partes de un sis-
decir, los fenómenos experimentan un proceso de evolución en el que la materia tema homogéneo están constantemente supeditadas a las diferentes fuerzas, y
se integra y el movimiento tiende a desaparecer. Los fenómenos también expe- por ello éstas tienden a diferenciar aquéllas entre sí. Los cambios que experimenta
rimentan un proceso de involución en el que el movimiento aumenta mientras la una parte de un sistema, que una vez fue homogéneo, conducen inevitablemente
materia comienza a desintegrarse. Una vez deducidos estos principios genera- a que se produzcan cambios en otras partes que, a su vez, dan lugar a una mayor
les de la evolución y la involución a partir de sus supuestos más generales, multiformidad. Un segundo factor por orden de intervención, aunque de escasa
Spencer se ocupa de las áreas específicas con el fin de mostrar que su teoría de importancia, es la multiplicación de los efectos. Para Spencer, la multiplicación
la evolución (e involución) se mantiene también inductivamente, es decir, que de los efectos es geométrica. En otras palabras, un ligero cambio en un sistema
«todo orden exhibe una integración progresiva de la materia y una pérdida con- homogéneo tiene efectos que se ramifican de manera creciente. Así, con el
comitante de movimiento» (1902/1958: 308). tiempo, el que una vez fuera un sistema homogéneo es cada vez más heterogéneo.
La combinación de inducción y deducción lleva a Spencer a su fórmula Tercera, Spencer analiza los efectos de la segregación sobre la evolución. Un
evolucionista «final»: sector se segrega de otro debido a una falta de vínculo entre su componentes,
que son diferentes de los componentes de otros sectores. Esta segregación sirve
La evolución implica una integración de la materia y una desaparición concomi- para el mantenimiento de las diferencias entre los sectores, y ello, a su vez, para
tante del movimiento; durante este proceso la materia pasa de una homogeneidad impulsar la multiplicación de los efectos cuando un sector se expone a las ca-
incoherente e indefinida a una heterogeneidad coherente y definida; y el movi- racterísticas diferenciales de los otros sectores y las incorpora en su seno.
miento retenido experimenta una transformación paralela. Teniendo en cuenta que la evolución es un proceso inevitable, se plantea la
(Spencer, 1902/1958: 394) siguiente pregunta: ¿a dónde se encamina la evolución? En su camino hacia su
Descompongamos esta perspectiva general y examinemos cada uno de los estado final, los fenómenos atraviesan una serie de estados transitorios que pue-
elementos principales de la teoría de la evolución de Spencer. den describirse como de «equilibrio en movimiento», mientras que el estado
Primero, la evolución implica el cambio progresivo desde una forma menos final del proceso constituye un nuevo equilibrio. Se puede pensar que nos mo-
coherente a otra más coherente; en otras palabras, implica una integración cre- vemos hacia «un estado de quietud», y entonces se plantea la pregunta: «¿Aca-
ciente. Segundo, junto a esta integración creciente, encontramos el movimiento so no progresamos manifiestamente hacia la muerte omnipresente» debido a la
de la homogeneidad a una cada vez mayor heterogeneidad; dicho de otro modo, disipación de las fuerzas motrices? (Spencer, 1902/1958: 508). Spencer respon-
la evolución implica una diferenciación creciente. Tercero, se produce un mo- de a esta pregunta negativamente, afirmando que nos movemos hacia la vida
vimiento desde la confusión al orden, desde el orden indeterminado al determi- universal a través de nuevos estadios del proceso de la evolución. No obstante,
nado, «un aumento de la diferencia que distingue a las partes entre sí» (Spencer, sí señala un estado final del proceso de la evolución: «La evolución termina
1902/1958: 361); por tanto, la evolución supone un movimiento desde lo inde- sólo cuando se alcanza la perfección total y la felicidad más absoluta» (Spen-

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cer, 1902/1958: 511). Obviamente, Spencer tenía gran fe en el proceso de la Spencer (1873/1961: 115) compartía con Comte la idea de que la sociología
evolución, y el estado final de la perfección le proporcionaba los criterios con debía tratar las cuestiones sociales del mismo modo que las ciencias naturales
los que evaluar los demás pasos del proceso evolucionista. estudiaban sus fenómenos. Además, Spencer, como Comte, pensaba que la so-
A pesar de su fe en la evolución, Spencer admitía, de un modo dialéctico, ciología, en especial en sus aspectos evolucionistas, constituía la más compleja
que el proceso de la disolución complementaba el proceso de evolución y, pe- de las ciencias.
riódicamente, lo conducía a su ruina. El proceso de disolución es probable que Aunque Spencer creía que la sociología era una ciencia (compleja), recono-
se produjera cuando la evolución acababa y los fenómenos habían comenzado a cía que no era exacta, no sin preguntarse retóricamente cuántas ciencias lo eran
decaer. en realidad. En opinión de Spencer, una ciencia requiere simplemente formular
En muchos y diferentes aspectos la evolución constituye el enfoque central generalizaciones (leyes) y construir interpretaciones basadas en ellas. La socio-
de la obra de Spencer, pero lo que a nosotros nos importa más es la evolución de logía busca las leyes de los fenómenos sociales del mismo modo que las cien-
las sociedades humanas, su desarrollo y la evolución de sus estructuras y fun- cias naturales buscan las leyes de los fenómenos naturales. «Una sociedad, o
ciones. Siguiendo los pasos de Spencer, analizaremos la evolución de la socie- tiene leyes o no las tiene. Si no las tiene, no puede haber orden ni seguridad, y
dad en general, y también la de algunas instituciones sociales específicas. La sus fenómenos no presentan sistema alguno. Si las tiene, entonces son como las
razón fundamental por la que Spencer dedicó tanta atención a la evolución de la otras leyes del universo: seguras, inflexibles, siempre activas y sin excepcio-
sociedad y sus instituciones reside en su idea de que para comprender plena- nes» (Spencer, 1850/1954; 40). Aunque la sociología y otras ciencias se esfuer-
mente las relaciones sociales humanas era necesario entender su evolución (así zan por hacer predicciones sobre el futuro basándose en tales leyes, en la mayo-
como sus ciclos y disolución). ría de los casos las ciencias deben contentarse con las predicciones más generales.
En su esfuerzo por sentar las bases para esa suerte de sociología científica,
Spencer se encontró con el mismo problema que tuvieron otros sociólogos: la
SOCIOLOGIA necesidad de legitimarla. Por ejemplo, se vio obligado a señalar que los profa-
nos eran incapaces de captar la complejidad de las cuestiones que preocupan a
Definición de la ciencia de la sociología los sociólogos: se necesita estar sociológicamente preparado para comprender-
las. Como en su vida cotidiana se plantean las mismas cuestiones que preocu-
De acuerdo con su enfoque evolucionista, Spencer define «el objeto de la sociología pan a los sociólogos, los profanos de los tiempos de Spencer, y también los de
como el estudio de la evolución en su forma más compleja» (1873/1961: 350). nuestro tiempo, están erróneamente convencidos de que pueden realizar el tra-
Dicho de otro modo, la sociología era «la historia natural de las sociedades» o, bajo de un sociólogo avezado tan bien como él. Spencer también hizo frente a la
más específicamente, «un orden entre los cambios estructurales y funcionales equivocada seguridad de los profanos en sus opiniones y a su hostilidad hacia
que experimentan las sociedades» (Spencer, 1873/1961: 63-64). Sin embargo, los sociólogos, señalando que la incapacidad del profano «va acompañada de
Spencer no limita la sociología al estudio histórico de las sociedades, sino que un convencimiento exagerado de que sus opiniones sobre las cuestiones socio-
incluye también el estudio de los modos en que las organizaciones e instituciones lógicas son correctas, y de la ridiculización de los que, tras una larga formación,
contemporáneas «se relacionan con el resto de los fenómenos de sus respectivos saben su significado y lo difícil que resulta entenderlas correctamente» (1873/
momentos: las instituciones políticas, las distinciones de clase, los tipos de familias, 1961: 115). A resultas de esas actitudes profanas, Spencer percibía la existencia
los modos de distribución y grados de interacción entre las localidades, la cantidad de muchas barreras que obstaculizan el reconocimiento que merece la sociolo-
de conocimiento, las creencias religiosas, la moral, los sentimientos, las costumbres gía. Entre estas barreras se pueden contar: el hecho de que prácticamente nin-
y las ideas» (1873/1961: 120). Ahora bien, aunque Spencer justifica la necesidad gún profano pueda captar la complejidad del objeto de la sociología; el que no
de la investigación de la sociedad contemporánea, es consciente de que sólo se percaten de que realmente existe esa complejidad; su equivocado convenci-
tiene verdadero significado cuando se la sitúa en un contexto histórico evolucionis- miento de la validez de sus juicios; y el que la mente de la mayoría de los
ta. No obstante, sean cuestiones históricas o contemporáneas el objeto del aná- profanos no sea lo suficientemente flexible y abierta para aceptar la nueva pers-
lisis sociológico, es evidente que la sociología de Spencer se centra fundamental- pectiva ofrecida por la sociología.
mente en los fenómenos macrosociales (agregados sociales) —las sociedades, Spencer advertía que los sociólogos, a diferencia de los profanos en la ma-
las estructuras sociales y las instituciones sociales—, así como en sus funciones . l
teria, requerían hábitos disciplinados de pensamiento, y que estos hábitos de-
bían derivarse de un cuidadoso estudio de otras ciencias. Esta necesidad de
En su obra, sin embargo, Spencer ofrece algunos análisis microsociales, en especial el de estudiar otras ciencias se apoya en un argumento similar de Comte, es decir,
que la ciencia de la sociología incluye fenómenos que preocupan también
1

los rituales en su estudio de las ceremonias (véanse las páginas 147-149).

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al resto de las ciencias. Spencer dio una especial importancia a la necesi- a centrarse en los fenómenos colectivos; desde el punto de vista político, este
dad de que los sociólogos se familiarizasen con los campos de la biología y la hincapié en la importancia de los sentimientos constituye uno de los factores
psicología. en los que se sustanció su oposición al cambio consciente e inteligente de la
Spencer pensaba que existían tres vínculos básicos entre la biología y la sociedad.
sociología. Primero, creía que todas las acciones sociales estaban determinadas Si bien Spencer engasta su sociología en una serie de supuestos sobre las
por las acciones de los individuos, y que aquéllas acciones conformaban las características psicológicas de los individuos, no acepta la idea de que estas
leyes de la vida en general. Así, para entender las acciones sociales, el sociólo- características sean invariables. Es más, pensaba que las características psico-
go debía conocer las leyes básicas de la vida, y la biología era la que le ayudaba lógicas cambiaban cuando se producían cambios en la sociedad, así como cuan-
a comprender esas leyes. Segundo, se dan importantes analogías entre la socio- do variaban las condiciones más generales del entorno.
logía y la biología. Es decir, la sociedad en su conjunto, como un organismo A partir de su estudio de la psicología, y más generalmente, a partir de su
vivo, se caracteriza, entre otras cosas, por el desarrollo, la estructura y la fun- orientación filosófica básica, Spencer llega a la conclusión «metodológicamen-
ción. Así, una comprensión de la biología de los organismos vivos, que después te individualista» de que las unidades de la sociedad son los individuos y de que
de todo es más fácil de estudiar que el organismo social, ofrece muchas claves los individuos constituyen la fuente de los fenómenos sociales. Todo en la so-
para la comprensión de la sociedad. Spencer concluye, «No puede lograrse una ciedad se deriva de los motivos de los individuos, de la combinación de motivos
comprensión de las verdades de la sociología sin haber alcanzado previamente similares de muchos individuos, o del conflicto entre los que tienen un conjunto
una comprensión racional de las verdades de la biología» (1873/1961: 305). de motivos y los que tienen otro distinto. No obstante, aunque Spencer funda-
Tercero, existe entre los dos campos una suerte de progresión y relación natu- menta su sociología en estos principios psicológicos, no dedicó demasiado tiempo
ral, puesto que los humanos constituyen el problema «último» de la biología y a analizar el modo en que estos fenómenos psicológicos conducían al desarrollo
el punto de partida de la sociología. de la sociedad y de sus diversas instituciones. Spencer supone que los indivi-
El funcionamiento del proceso de «supervivencia del más apto», tanto en duos son unidades y constituyen la base de la sociedad y las instituciones, para
los organismos vivos como en los sociales, constituye una semejanza aún más pasar luego a un macronivel y estudiar así la evolución de la sociedad y sus
específica entre la biología y la sociología. Spencer pensaba que el proceso de instituciones. Esta falta de preocupación (salvo algunas excepciones; véase más
«supervivencia del más apto» tenía lugar en ambos reinos, el social y el biológi- abajo el análisis sobre las instituciones ceremoniales) por el modo en que emer-
co, y que la biología nos brinda una importante lección: en el mundo social hay gen los macrofenómenos (la sociedad y las instituciones) a partir de las mi-
que evitar interferir en este proceso. crounidades (los individuos y sus motivos) constituye una grave debilidad de la
Spencer también dedicó considerable atención a la psicología, otra de las teoría sociológica de Spencer.
bases principales de la sociología. Adoptó la perspectiva general de que «las
verdades psicológicas yacen en la base de las verdades sociológicas» (Spencer, Métodos sociológicos
1873/1961: 348). En su opinión, la psicología es el estudio de la inteligencia, los
sentimientos y la acción. Creía que una de las principales lecciones que nos Dentro del contexto de la definición de Spencer de la sociología como ciencia,
proporcionaba la psicología era que los sentimientos, y no la inteligencia, eran nuestro pensador aborda una serie de problemas metodológicos. Se esforzó por
los que determinaban la acción. Esta idea condujo a Spencer a subrayar los mostrar que «la naturaleza del objeto de la sociología obstaculiza enormemente
sentimientos y a desestimar la importancia de la inteligencia y el conocimiento su avance» (1873/1961: 66). Pensaba que la sociología se topaba con unas difi-
en sus análisis sociológicos (en el capítulo anterior sobre Comte encontramos cultades que la distinguían de las ciencias naturales. Para empezar, existían
una perspectiva similar). Si bien las personas han estado siempre dominadas dificultades en lo tocante a la naturaleza intrínseca de los hechos que los soció-
por los sentimientos y los deseos, ello es especialmente cierto en las sociedades logos deben analizar. Por ejemplo, los fenómenos sociales no pueden percibirse
primitivas. Los hombres primitivos eran inherentemente impulsivos, y como directamente. A diferencia de los fenómenos naturales, no pueden estudiarse y
«no estaban acostumbrados a la vida social, se habían habituado a la satisfac- medirse con instrumentos como relojes, termómetros, balanzas y microscopios.
ción incontrolada de los deseos inmediatos» (Spencer, 1908a: 64). Las personas (Por supuesto, la sociología moderna ha demostrado que algunos fenómenos
del mundo moderno, en cambio, si bien también se guiaban dominadas por los sociales pueden estudiarse y medirse con ciertos instrumentos [por ejemplo, las
sentimientos, las emociones y los deseos, tenían mayor capacidad para contro- cintas magnetofónicas y de vídeo]). Otra dificultad metodológica consistía, se-
larlos porque estaban más habituadas a la vida colectiva. Así, Spencer afirmaba gún Spencer, en que los sociólogos, a diferencia de los psicólogos, no podían
que los hombres primitivos se caracterizaban por un mayor egoísmo y que en el usar la introspección como método; los hechos sociales no pueden estudiarse
mundo moderno existía más altruismo. Esta orientación general llevó a Spencer mediante la introspección, mientras que sí puede utilizarse para el estudio de los

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HERBERT SPENCER 135 136 TEORIA S O C I O L O G I C A C L A S I C A

hechos psicológicos. (De nuevo, algunos sociólogos modernos [por ejemplo, lleva a los sociólogos a interpretar erróneamente los fenómenos sociales. El
los fenomenólogos] sí la utilizan como método.) sociólogo debe evitar los prejuicios contra los tipos de sociedades antes men-
Los hechos de interés sociológico no sólo son diferentes de los que preocu- cionados, y debe ser capaz de estudiar imparcialmente ambas y reconocer la
pan a las ciencias naturales y a la psicología, sino que son mucho más comple- necesidad histórica de su presencia. Por ejemplo, como analizaremos más tar-
jos y difíciles de estudiar. Los sociólogos se topan con el análisis de un sinnú- de, Spencer, a pesar de sus prejuicios contra el estado de guerra, llegó a la
mero de detalles altamente dispersos. Suele resultar difícil llegar a tener un conclusión de que la guerra era funcional en las sociedades militares.
conocimiento exacto de lo que sucede, porque los eventos ocurren en un área En segundo lugar, el sesgo del patriotismo (y el antipatriotismo). Como
geográfica extensa y durante largos periodos de tiempo. Así, por ejemplo, Spencer afirmaba nuestro pensador: «'Nuestra patria, esté en lo correcto o no',... quien-
se refiere al arduo estudio que requiere la creciente división del trabajo, ya que quiera que abrigue ese sentimiento carece del equilibrio emocional requerido
existía bastante tiempo antes de que se perfilara su desarrollo. para analizar científicamente los fenómenos sociales» (1873/1961: 185). Los
Otro problema objetivo de la sociología era la escasa fiabilidad de los datos sociólogos deben emanciparse del prejuicio del patriotismo, pero Spencer reco-
de las sociedades pasadas y presentes. Por un lado, los datos aparecen distorsio- noce que no resulta fácil lograrlo. No obstante, tenía esperanza en el futuro ya
nados debido a los estados subjetivos de los testigos de los eventos sometidos a que pensaba que el triunfo de la sociedad industrial —el consiguiente aumento
estudio, pero los sociólogos deben confiar en su testimonio para contrastar sus de los sentimientos armoniosos y la disminución de la hostilidad hacia las socie-
datos. Por otro, el observador sociológico desvía a menudo su atención hacia dades diferentes a la nuestra— equivaldrá a una reducción de los prejuicios
hechos triviales y superficiales que le impiden vislumbrar lo verdaderamente patrióticos, y a un incremento en la capacidad de ser objetivos a la hora de
importante. Spencer recomienda a los sociólogos una serie de precauciones: contemplar nuestra sociedad, y el resto de sociedades históricas y contempo-
«Siempre hemos de tener conciencia de las diversas maneras en que la eviden- ráneas.
cia se ha podido viciar y estimar su verdadero valor una vez reconocidas esas El tercero, el más peligroso de todos para el trabajo sociológico, es el sesgo
maneras; y nos debemos cuidar de que nuestras conclusiones no dependan de de clase, se halla en las clases alta y baja, entre patronos y asalariados. Dado
ninguna clase de hechos específicos ocurridos en un lugar o momento determi- que todos los sociólogos proceden de una clase determinada, suelen reflejar sus
nado» (1873/1961: 103). Si bien Spencer reconocía que las dificultades objeti- prejuicios en su trabajo. Una vez más, no obstante, Spencer está esperanzado
vas son formidables, pensaba que la sociología podía analizar científicamente ante el futuro y cree que el aumento de la armonía societal conducirá a
las clases generales de hechos, pero no los hechos específicos. un menor antagonismo de clase y a una mayor capacidad de los sociólogos
Los sociólogos también debían enfrentarse a la realidad de que eran obser- para llegar a conclusiones más equilibradas sobre los fenómenos sociológicos.
vadores humanos de fenómenos humanamente creados. Como ser humano, el Pero Spencer va más lejos y se sirve de su argumento sobre el sesgo de cla-
sociólogo corre el riesgo de aplicar profesional mente los modos de observación se para reafirmar su orientación conservadora: «El sesgo de clase oscurece
y razonamiento que emplea en su vida cotidiana, y estos hábitos pueden no ser la verdad, en todo caso difícil de vislumbrar, de que el tipo presente de organi-
útiles e incluso constituir un estorbo para el estudio sociológico. Los sociólogos zación industrial, así como el modo existente de organización política, son lo
deben analizar a los individuos teniendo siempre presentes sus criterios cientí- mejor que la naturaleza humana permite. Los males que hay en ella no son sino
ficos. En general, suelen experimentar dificultades a la hora de analizar su pro- los males que las imperfecciones de los hombres han producido» (1873/1961: 229).
pia sociedad, y éstas se agravan cuando exploran otras sociedades. A lo largo de todo el capítulo iremos analizando el conservadurismo de la so-
Los sociólogos mantienen una relación con los hechos que observan muy ciología de Spencer y sus implicaciones.
diferente de la de los científicos naturales. Las emociones de los sociólogos En cuarto lugar, Spencer analiza el sesgo político. El gobierno, sus leyes y
pueden llegar a influir en sus juicios sobre los fenómenos sociales o llevarles a sus partidos políticos, entre otros fenómenos políticos, influyen en el trabajo de
formar opiniones sin el suficiente fundamento. Spencer afirma que «las mentes los sociólogos. Los sociólogos no sólo tienden a ver las cosas tal y como se ven
bajo el influjo de un odio o una admiración desmesurados son incapaces de desde el sistema político, sino que suelen examinar las formas políticas visibles
llegar a conclusiones equilibradas sobre los fenómenos sociales que constitu- e ignorar fenómenos políticos menos visibles (como, por ejemplo, el «carácter
yen la ciencia social» (1873/1961: 144). En este contexto, Spencer analiza al- nacional»). Además, el sistema político tiende a oscurecer los efectos inespera-
gunos prejuicios emocionales específicos. dos de los cambios políticos legales e ilegales. Por ejemplo, el gobierno influirá
En primer lugar está el sesgo educativo. Spencer encuentra su origen en el para que los observadores se percaten de los posibles beneficios de los cambios
hecho de que vivimos en una sociedad que combina elementos de sociedades políticos e ignoren sus probables males.
militares y sociedades industriales (véase más adelante). El resultado es que se Y por último, Spencer distingue el sesgo teológico. Por ejemplo, el sociólo-
nos educa en una confusa mezcla de ideas derivadas de ambos sistemas, y ello go puede sentirse inclinado a analizar las cosas relativas al credo de una reli-

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HERBERT SPENCER 137

gión determinada más que el modo en que influyen en el bienestar general de la


humanidad. Aunque Spencer no pronosticó el fin de la religión, creía que expe-
rimentaba el proceso evolutivo descrito más arriba, proceso en el que la teolo-
gía va disminuyendo como fuente de prejuicios en un futuro.
En su esfuerzo por excluir de la investigación sociológica estos y otros ses-
gos, Spencer sitúa la disciplina en una perspectiva «libre de valores» (para una
perspectiva más completa sobre esta cuestión, véase el capítulo séptimo sobre
Weber). Afirma, por ejemplo, que
en el curso de nuestras investigaciones sociológicas... debemos excluir al máximo
posible toda emoción que se prevea puedan provocar los hechos... las interpreta-
ciones fiables de los fenómenos sociales implican la intervención de una concien-
cia cuasi carente de pasiones. Aunque los sentimientos no pueden y no deben ex-
cluirse de la mente cuando se contemplan aquellos fenómenos, sí deben quedar al
margen cuando se los analiza como fenómenos naturales con el fin de comprender
sus causas y efectos.
(Spencer, 1908b: 230, 232)
Spencer empleó en su obra lo que actualmente se denomina el método his-
tórico comparado. Es decir, se comprometió principalmente con el estudio com-
parado de los diferentes estadios por los que habían atravesado las sociedades
en el curso del tiempo, así como de los diversos tipos de sociedades contempo-
ráneas. La meta de esta investigación era siempre procurar, de un modo induc-
tivo, apoyo para las teorías derivadas deductivamente de su orientación gene-
ral. También se interesó por desarrollar generalizaciones empíricas basadas en
sus estudios comparados y, en especial, evolucionistas.
No debemos dar por concluido este apartado sin mencionar los quince volú-
menes que contienen datos sobre diversas sociedades (por ejemplo, los antiguos
mexicanos y los romanos de la antigüedad) encargados por Spencer, pero de
cuya redacción se ocuparon otras personas de acuerdo con un sistema de cate-
gorías desarrollado por el pensador que analizamos (J. Turner, 1985b: 95-104).
Aunque los sociólogos apenas han leído o usado estos volúmenes, y a pesar de
que resulta prácticamente imposible encontrarlos hoy en día, reflejan el com-
promiso de Spencer con la investigación empírica de tipo histórico-comparado,
que tenía por objeto crear una base en la que poder apoyar inductivamente (o
descartar) las teorías derivadas deductivamente.

LA EVOLUCION DE LA SOCIEDAD
Spencer emplea su teoría de la evolución en su extensa obra en tres volúmenes
The Principies of Sociology [Principios de sociología] (1908a, 1908b, 1908c).
(Una buena parte de esta obra se publicó en una serie de artículos de revista a
finales del siglo xix.) En su análisis más específico de la evolución de la socie-
dad y sus principales instituciones, Spencer emplea las tres dimensiones gene-

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