Conflicto armadoPLATAFORMA
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Aprendizaje esperado
- Utiliza constantemente una diversidad de fuentes, incluyendo las producidas por él (entrevistas o
testimonios a personas que vivieron hechos recientes), para indagar sobre un hecho, proceso o problema
histórico comprendido desde el Oncenio de Leguía hasta la historia reciente en el Perú (s. XXI), evaluando
la pertinencia y fiabilidad de esas fuentes.
- Explica los cambios, las permanencias y las relaciones de simultaneidad de los hechos o procesos
históricos a nivel político, social, ambiental, económico y cultural, desde el Oncenio de Leguía hasta la
historia reciente en el Perú (s. XXI), y reconoce que estos cambios no necesariamente llevan al progreso y
desarrollo sostenible.
- Elabora explicaciones sobre hechos, procesos o problemas históricos, desde el Oncenio de Leguía hasta la
historia reciente en el Perú (s. XXI) en las que establece jerarquías entre sus múltiples causas y reconoce
que sus consecuencias desencadenan nuevos hechos o procesos históricos.
Es el periodo de violencia social y política de dos décadas, comprendidas entre los años 1980 y 2000,
durante las cuales se produjeron masivas violaciones de los Derechos Humanos en el Perú.
Este periodo se caracterizó por el hecho de que no se trató sólo de un conflicto contra el Estado, por parte
de los grupos terroristas Sendero Luminoso y el MRTA, sino de un proceso de violencia generalizada, que
incluyó algunos miembros de las Fuerzas Armadas.
La violencia afectó principalmente a la población rural de los Andes que, al igual que la población selvática,
es considerada la más excluida del país. La base que constituyó el caldo de cultivo para el estallido de la
violencia en este periodo es una sombra que acompaña al Perú desde hace varios siglos: la discriminación
y la indiferencia.
Históricamente, en comparación con el periodo colonial, donde a pesar de tener una sociedad clasista
existían autoridades encargadas de administrar justicia a favor de la población indígena; en la República, la
centralización del poder en la capital fue un elemento que creó una gran brecha social que mantuvo a la
cabeza del Estado en la mayor ignorancia, acerca de las necesidades y preocupaciones de los pueblos de
las distintas y más alejadas regiones del país.
La violencia política no es un fenómeno nuevo y en nuestro país tiene hondas raíces sociales y políticas. La
principal característica de este fenómeno es que los principales actores de la violencia terminan por
desconocer la calidad de ser humano que no está de acuerdo con su discurso o dogma. Es decir, este tipo
de violencia se nutre de dogmatismos, prejuicios y mucha ignorancia.
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de SL, esta recibía la denominación de Zona liberada. Las comunidades estaban forzadas, además, a
entregar alimentos para los destacamentos senderistas de sus zonas, es decir, a su manutención.
Posteriormente, algunos miembros de las fuerzas policiales y militares, frente a la incapacidad de identificar
a los terroristas (siempre infiltrados entre los campesinos), aplicaron la estrategia de todos son
sospechosos, la cual derivó en innegables excesos y crímenes, que se vieron justificados cuando la
población campesina se negaba a brindar información. En un extremo de violencia generalizada, los grupos
terroristas y las Fuerzas del orden eran vistos por los campesinos como dos fuegos opuestos, disparándose
entre sí, y con ellos en el medio.
Este escenario se repitió en Huánuco, Junín, Huancavelica y Apurímac. El gobierno de Belaúnde no
percibió la gravedad del problema y su inacción permitió el avance del terrorismo. Tras una serie de
vacilaciones en 1982 declaró en Estado de Emergencia Ayacucho, Apurímac, Huancavelica y encargó a las
fuerzas armadas la lucha antisubversiva. Para entonces Sendero Luminoso había logrado expandirse y
cercar el campo.
El ejército no tenía estrategia apropiada ni un buen conocimiento del terreno de lucha, además carecía de
una concepción clara de contra quién se combatía y de la estrategia senderista. Por ello aplicó una acción
represiva indiscriminada contra la población campesina, la denominada guerra sucia. 1983 y 1984 fueron
los años más crudos de la guerra, pues a la guerra sucia se sumó el inicio de la resistencia campesina
contra SL bajo la forma de montoneras o rondas. Ello provocó terribles masacres contra comunidades
campesinas.
En 1983, con la difusión de las imágenes y denuncias de los medios de prensa de casos como el de
Uchuraccay (donde los comuneros confundieron a 8 periodistas con terroristas y los asesinaron) y
Lucanamarca (donde un comando terrorista aniquiló a la población de esta comunidad), se empezó a
reforzar la presencia de las Fuerzas Armadas en las zonas de conflicto. Un año después, en 1984, otro
grupo armado denominado Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) iniciaba sus acciones
terroristas.
Los campesinos buscaron ponerse a salvo de la situación que se vivía en el campo y abandonaron sus
pertenencias para refugiarse en las ciudades. A fines de 1983, el ejército buscando separar a sendero de
las comunidades campesinas y reconociendo la importancia de la resistencia campesina, empezó a
organizar los Comités de Autodefensa Civil.
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ellos. Por esta razón, el discurso cambió y de protectores de los campesinos se convirtieron en aliados de
los narcotraficantes (que entonces ya eran combatidos por el Estado). Así, SL empezó a recibir millones de
soles a cambio de no combatir y proteger el negocio de los narcotraficantes.
Respuesta de Estado
A inicios de 1990, Lima recién tomaba conciencia de la gravedad del conflicto. A nivel del gobierno, el
recientemente elegido presidente Alberto Fujimori había planteado como una prioridad eliminar el
terrorismo. Con este objetivo desplegó dos líneas de acción paralelas: una subrepticia, a cargo del Servicio
de Inteligencia Nacional (SIN) del cual dependía el tristemente famoso escuadrón de la muerte denominado
grupo Colina; y otra pública, a través de las Fuerzas
Armadas y Policiales.
El SIN no solo sirvió como el espacio para la etapa EL GRUPO COLINA
investigativa de la lucha contra el terrorismo, sino como Fue un grupo paramilitar crea- doy
centro de operaciones contra los opositores del fujimorismo. organizado por el Servicio de Inteligencia
Después del autogolpe del 5 de abril de 1992, Fujimori Nacional (SIN), cuando era dirigido por el
consiguió obtener los poderes que necesitaba para enfrentar exasesor presidencial Vladimiro Montesinos.
directamente a SL, esto es, sin instituciones capaces de El jefe del grupo Colina fue el capitán del
Ejército, Santiago Martín Rivas.
observar, controlar y administrar la actuación de las Fuerzas
Armadas y Policiales. La mayoría de las instituciones Entre sus operaciones, se cuentan
militares incurrió en una represión indiscriminada basada en secuestros y asesinatos de personas,
atribuciones como la investigación sin restricción o las consideradas sospechosas de terrorismo,
detenciones arbitrarias de muchos sospechosos como estudiantes, profesores y dirigentes
(incomunicados por más de 10 días). sindicales. En noviembre de 1991, se
registró la Matanza de barrios Altos,
A pesar de esta errática política antisubversiva, un donde asesinan a 15 personas.
organismo de la Policía Nacional, especializado en la lucha
Entre los delitos que ha afrontado el
antisubversiva, denominado Dincote (Dirección Nacional
expresidente Alberto Fujimori, el más grave
Contra el Terrorismo), cambió de estrategia con la finalidad es el relacionado con este grupo paramilitar.
de realizar un trabajo de inteligencia más selectivo y efectivo,
lo que condujo a la captura del líder senderista Abimael
Guzmán.
El estado brindó apoyo al Ejército para desarrollar sus estrategias, vinculándolas al desarrollo de este
eficiente sistema de inteligencia (DINCOTE), y a una coordinación estrecha con las rondas campesinas.
Estableció un marco legal de emergencia que resultó muy efectivo. Se crearon los tribunales sin rostro para
proteger a los jueces de las amenazas; posteriormente, los casos de terrorismo fueron remitidos al fuero
militar al ser considerados como delitos de “traición a la patria”. Se promulgó la “Ley del arrepentimiento”,
que aminoró las penas a los senderistas que proporcionaran información que permitiera localizar a la cúpula
de Sendero.
Captura de Abimael Guzmán y ocaso de Sendero.
Con esta estrategia, el 12 de setiembre de 1992, la DINCOTE capturó en Lima al máximo líder de Sendero
Luminoso, Abimael Guzmán, y parte de su plana mayor, 8 líderes senderistas. Era el principio del fin del
senderismo.
La captura de Guzmán fue un duro golpe para SL, ya que esta organización se había formado bajo su
figura, centralizada y glorificada: Abimael era una especie de mesías para sus seguidores. A pesar de que
luego de su captura conminó a sus seguidores a seguir con la lucha armada, sorpresivamente en 1993
reapareció planteando un “acuerdo de paz” con el Estado. Este hecho originó un quiebre mayor en SL, ya
que sus miembros se dividieron entre aquellos que querían continuar con la guerra y quienes se acoplaron a
su decisión. La facción que decidió permanecer activa pasó a ser conocida como Sendero Rojo y fue
liderada por Oscar Ramírez Durand, camarada “Feliciano”, capturado en 1999.
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3) análisis de crímenes y violaciones de los DD HH
1) audiencias públicas;
4) exhumaciones.
2) recojo de testimonios y base de datos;
El informe de la CVR.
Las audiencias públicas, en diferentes lugares del país, generaron gran impacto. Estas tuvieron un carácter
reivindicativo y su principal objetivo fue generar un espacio en el que fuera posible escuchar a las víctimas
de la violencia. Finalmente, el resultado de la investigación se consignó en un documento denominado
Informe final que fue publicado en nueve tomos, en agosto del año 2003. Si bien en este se dejó en claro
que la mayor responsabilidad recae en Sendero Luminoso y el MRTA, no se dejó de atribuir responsabilidad
a ciertos miembros de las fuerzas del orden por acciones que vulneraron los Derechos Humanos.
No todos los sectores de la sociedad han compartido las conclusiones del informe, ni los puntos de vista de
la Comisión. Sectores castrenses y parte de la sociedad civil acusaron la falta de objetividad y el sesgo
ideológico en los miembros de la comisión, que ha llevado a sobrestimar el número de víctimas por causa
de las acciones militares, equiparándolas con aquellas causadas por las organizaciones terroristas.
Miembros del ejército han sostenido que no se ha valorado en la justa proporción el enorme sacrificio de los
soldados y víctimas militares, que contribuyó finalmente con la derrota del terrorismo.
Entre las conclusiones de esta investigación, que duró dos años y recogió los testimonios de 17 mil
víctimas) tenemos:
• Las dimensiones del conflicto: La cifra probable de víctimas fatales es de 69 280 personas. Esta cifra
supera a las pérdidas
humanas de todas
las guerras que ha
librado el Perú
durante su vida
republicana.
• Los principales
afectados fueron la
población campesina
fue la principal
afectada por la
violencia. De las
víctimas reportadas,
el 79% vivía en
zonas rurales y el
56% se dedicaba a
labores
agropecuarias. Lo
cual demuestra la
notoria relación entre
situación de pobreza,
exclusión social y la
posibilidad de ser
víctima de la violencia. También se constató que, en términos relativos, los muertos y desaparecidos
tenían grados de instrucción muy inferiores al promedio nacional. Además, el 75% de las víctimas fatales
del conflicto tenían como lengua materna el quechua u otras lenguas nativas como idiomas maternos.
• La violencia impactó de manera desigual en distintos ámbitos geográficos y en diferentes estratos
sociales del país. Si la tasa de víctimas reportadas a la CVR respecto a la población de Ayacucho
hubiera sido similar en todo el país, la violencia hubiera ocasionado 1 millón 200 mil muertos y
desaparecidos. De esa cantidad, 340 mil hubieran ocurrido en Lima.
• Principales deficiencias encontradas: Graves limitaciones del Estado en su capacidad de garantizar el
orden público y la seguridad, así como los derechos fundamentales de sus ciudadanos dentro de un
marco de actuación democrático. Precaria vigencia del orden constitucional y el Estado de Derecho, los
que en esos tiempos fueron vulnerados.
• Las responsabilidades del conflicto:
El Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL):
➢ Fue la causa inmediata y fundamental del desencadenamiento del conflicto armado, contra la
voluntad mayoritaria de la población y cuando el país retornaba a la democracia.
➢ Fue el principal perpetrador de crímenes y violaciones de los derechos humanos: fue responsable del
54% de las víctimas fatales reportadas a la CVR.
➢ La CVR encuentra la más grave responsabilidad en los dirigentes del PCP-SL por el conflicto en los
siguientes aspectos:
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➢ Por haber planteado su lucha contra la democracia peruana con una estrategia sanguinaria.
➢ Por las prácticas violentas de su ocupación y control de territorios rurales y poblaciones campesinas
con un alto costo de vidas y sufrimiento humano.
➢ Por su política de genocidio mediante actos de provocación al Estado.
➢ Por su decisión de proclamar el llamado equilibrio estratégico, que acentuó el carácter terrorista de
sus acciones.
El Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)
➢ Inició a su vez una lucha armada contra el Estado y es responsable del 1,5% de las víctimas fatales
que fueron reportadas a la CVR.
➢ Incurrió también en acciones criminales: asesinatos, toma de rehenes y la práctica sistemática de
secuestros, lo cual atentó contra la libertad de las personas y contra el derecho internacional
humanitario.
➢ Sus acciones propiciaron un clima de violencia que favoreció la actividad y expansión del PCP-SL.
Los aparatos del Estado
➢ Inicialmente, los gobiernos y las fuerzas del orden carecían del conocimiento y la destreza para
manejar este conflicto; por ello, aplicaron una política represiva que vulneró los derechos humanos de
la población.
➢ Las violaciones más graves a los derechos humanos por parte de agentes militares fueron:
ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada de personas, torturas, tratos crueles, inhumanos o
degradantes. La CVR condena particularmente la práctica extendida de violencia sexual contra la
mujer.
SENDERO EN LA ACTUALIDAD.
A pesar del descabezamiento y posterior división de esta agrupación terrorista, aún quedan rezagos activos
de Sendero en algunas regiones del Perú, especial en aquellas en donde persiste el narcotráfico y una base
socioeconómica de miseria proclive al accionar narcoterrorista. A este respecto el área más peligrosa es
conocida como el VRAE (valle de los ríos Apurímac y Ene), que es colindante con las regiones de
Ayacucho, Cusco, Junín y Huánuco, lugar que se ha convertido en punto neurálgico por el rebrote terrorista,
traducido en nuevas emboscadas a patrullas de la policía y el ejército, y en el asesinato principalmente de
oficiales y soldados. Los remanentes de SL actúan con independencia de Abimael Guzmán (condenado a
cadena perpetua), en abierta discrepancia con él y con el antiguo buró senderista, debido a que estos
decretaron el fin de la lucha armada.
ACTIVIDAD