Libro Estado Constitucional
Libro Estado Constitucional
Libro Estado Constitucional
)
JORGE ALGUACIL GONZÁLEZ-AURIOLES
JUAN LUIS DE DIEGO ARIAS
FERNANDO REVIRIEGO PICÓN
MARÍA SALVADOR MARTÍNEZ
ELEMENTOS DE DERECHO
CONSTITUCIONAL ESPANOL
Tercera edición
Marcial Pons
MADRID I BARCELONA I BUENOS AIRES I SAO PAULO
2019
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ISBN: 978-84-9123-693-1
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C/ Antonio Gaudí, 15
Polígono Industrial El Palomo - 28946 Fuenlabrada (Madrid)
MADRID, 2015
ÍNDICE
Pág.
PRESENTACIÓN
l. ESTADO CONSTITUCIONAL
CAPÍTULO 1
EL DERECHO
CAPÍTULO 2
El ESTADO
CAPÍTULO 3
LA CONSTITUCIÓN
I. CONCEPTOS DE CONSTITUCIÓN.............................................................. 52
II. PROCESO CONSTITUYENTE ESPAÑOL.................................................... 55
III. DECISIONES FUNDAMENTALES............................................................... 59
8 ÍNDICE
CAPÍTULO 4
LA NORMATIVIDAD DE LA CONSTITUCIÓN
CAPÍTULO 5
ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL DEL ESTADO
CAPÍTULO 6
LAS CORTES GENERALES
l. LA ESTRUCTURA BICAMERAL................................................................... 96
II. EL SISTEMA ELECTORAL........................................................................... 98
III. LAS FUNCIONES DE LAS CORTES GENERALES .................................... 102
CAPÍTULO 7
ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LAS CÁMARAS
CAPÍTULO 8
EL RÉGIMEN PARLAMENTARIO
CAPÍTULO 9
EL GOBIERNO Y LA ADMINISTRACIÓN
CAPÍTULO 10
EL ESTADO AUTONÓMICO
CAPÍTULO 11
EL PODER JUDICIAL
CAPÍTULO 12
EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
CAPÍTULO 13
LA LEY
CAPÍTULO 14
LAS NORMAS PRODUCIDAS POR EL GOBIERNO
l. EL DECRETO-LEY........................................................................................ 196
11. EL DECRETO LEGISLATIVO....................................................................... 198
111. EL REGLAMENTO........................................................................................ 201
CAPÍTULO 15
EL DERECHO DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS
Pág.
CAPÍTULO 16
DERECHO INTERNACIONAL
CAPÍTULO 17
DERECHO DE LA UNIÓN EUROPEA
CAPÍTULO 18
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
l. CONCEPTO.................................................................................................... 244
11. TITULARIDAD, OBJETO, CONTENIDO Y LÍMITES ................................. 247
111. INTERNACIONALIZACIÓN.......................................................................... 251
CAPÍTULO 19
DESARROLLO Y GARANTÍAS DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
CAPÍTULO 20
IGUALDAD
CAPÍTULO 21
VIDA, SEGURIDAD Y TUTELA JUDICIAL
CAPÍTULO 22
PRIVACIDAD
CAPÍTULO 23
LIBERTAD
CAPÍTULO 24
SOCIABILIDAD
CAPÍTULO 25
ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO
CAPÍTULO 26
PARTICIPACIÓN POLÍTICA
l. DERECHOS DE PARTICIPACIÓN................................................................ 344
11. DERECHO DE PETICIÓN............................................................................ 347
III. LOS PARTIDOS POLÍTICOS......................................................................... 348
1. Los capítulos del libro comienzan con el planteamiento de tres Casos prácticos
e introducción
casos prácticos, por lo general extraídos de supuestos reales y siempre re a cada capítulo
feridos a las cuestiones que se tratarán en los epígrafes de dicho capítulo.
16 PRESENTACIÓN
sido muy fácil ampliarla, pero creemos que la selección puede ser de más
ayuda que la mera acumulación.
El libro, tras el mencionado modelo de examen, termina con dos índi Índice
de autores
ces, uno cronológico de autores y otro de conceptos y materias. El prime
ro de ellos, que aporta una mínima información sobre cada autor citado
en el texto, pretende que los alumnos puedan situarlos en la trayectoria
histórica del pensamiento constitucional; porque hemos optado por men
cionar a muy pocos, solo a algunos de los indudablemente clásicos. El Índice
de conceptos
índice de conceptos y materias permite localizar fácilmente el epígrafe en y materias
que se explica cada uno de los tecnicismos propios de la asignatura.
2. Lo expuesto hasta aquí ya orienta sobre el modo en que, a nuestro Cómo trabajar
con el libro
juicio, puede usarse el libro del modo más fructífero. Se trata simplemen
te de ir leyendo con atención, comprendiendo lo que se dice y respon
diendo razonadamente, al final de cada capítulo, a las preguntas que se
formulan, verificando con el propio texto si las respuestas acreditan un
nivel suficiente de asimilación. El alumno que con la ayuda del texto no Cómo profundizar
y cómo retener
acierte a responder a una de las preguntas necesitará volver a leer con los contenidos
detenimiento el capítulo correspondiente. Releer los casos, las reflexiones
complementarias y volver a afrontar las preguntas es un buen método
para profundizar en la materia. Al final, naturalmente, conviene repasar
de nuevo los contenidos teóricos, para retener la información básica.
En cualquier caso, el libro no pretende que los alumnos memoricen de Memoria y
razonamiento
forma sistemática tales contenidos, con el objetivo de reproducirlos lue
go; se trata de razonar a partir de ellos, como se pone de manifiesto con
nuestro modelo de examen. Es cierto que hay contenidos teóricos cuyo
aprendizaje es inexcusable; pero exigir su reproducción de forma más o
menos automatizada no garantiza su debida comprensión; mientras que,
en sentido contrario, el alumno que acredita capacidad para argumentar
sobre proposiciones relacionadas con los contenidos de la asignatura es
porque conoce suficientemente el significado y el contexto de dichos con
tenidos. En definitiva: el libro no está pensado para ser memorizado, y
los alumnos debieran esforzarse en la comprensión de la materia, no en
retener las formulaciones del manual o el contenido literal de las normas
constitucionales.
3. Este es también buen momento para indicar que las resoluciones del Identificación
de las SSTC
Tribunal Constitucional español se identifican con dos números separados
por una barra; el segundo indica el año en el que fue pronunciada, el prime
ro el número de orden entre las de ese año. De este modo, STC 1111981 es
la undécima Sentencia de las emitidas por el Tribunal Constitucional en el
año 1981. Con esos datos es ya fácil localizarlas en el buscador de jurispru
dencia constitucional de la página web del propio Tribunal: http://www.tri
bunalconstitucional.es. Esas Sentencias se dividen luego en varias secciones:
preámbulo, antecedentes, fundamentos jurídicos, fallo y, en su caso, votos
particulares (emitidos por magistrados que no están de acuerdo en algún
punto con lo sostenido por la mayoría); los argumentos que han llevado al
fallo se contienen en sus Fundamentos Jurídicos (FJ o FFJJ), que se numeran
para facilitar su lectura y localización; por eso, aunque aquí apenas hagamos
tales precisiones, es frecuente ver una referencia como STC 11/1981, FJ 9.
De modo similar se identifican los diversos tipos de normas, al menos Identificación
de las normas
cuando no tienen una sigla propia; pero entonces se añaden la fecha y el
20 PRESENTACIÓN
CASOS
Caso 1. Las Cortes Generales aprobaron en 2005 una ley que abría la posibili
dad de que contrajeran matrimonio en España las personas del mismo sexo. Frente a
tal ley se alegó que el matrimonio siempre había sido heterosexual y que el legislador
no podía cambiar una institución tradicional consagrada por la Constitución.
¿Deben estar las leyes sujetas a la tradición? ¿Pueden las leyes actualizar los conte
nidos más tradicionales de la Constitución?
Caso 3. Una persona condenada a varios cientos de años de prisión por diversos
atentados terroristas esperaba ya su liberación gracias a las normas sobre el tiempo
máximo de prisión (por encima del cual se entiende que la condena ya no cumple su
función social) y a los beneficios penitenciarios (que permiten reducir el tiempo de
condena efectiva, por ejemplo, por el trabajo desarrollado en prisión o por la partici
pación en actividades de reinserción social). Sin embargo, se cambió el régimen de
beneficios penitenciarios y, de ese modo, su tiempo de estancia en prisión se prolongó
unos años más.
Parece claro que nadie puede ser condenado confarme a una ley más severa que la
vigente en el momento de cometer el delito. Pero ¿puede endurecerse durante la condena
el régimen de cumplimiento de las penas?;¿puede aplicarse un cambio que prolonga la
estancia en prisión de un condenado?
24 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Libertad, 1. Los hombres y las mujeres somos libres, y por eso nuestros actos
regularidad resultan relativamente imprevisibles. Pero, a la vez, todos nos sometemos
y reglas
a ciertas reglas, algunas tan elementales como los horarios de comida
o las normas de cortesía en el trato con los amigos y la familia; de este
modo, nuestra conducta resulta previsible para los demás, al menos hasta
cierto punto. De los demás esperamos que también tengan una conducta
más o menos regular; esto es, sometida a reglas. En términos muy gene
rales, se dice que los grupos sociales existen y se mantienen en la medida
en que las conductas de sus miembros están regularizadas y ordenadas;
cada grupo, desde una familia hasta una empresa, desde una asociación
deportiva hasta la comunidad estatal en su conjunto, resulta definido por
sus específicas regularidades. La libertad de cada uno consiste, en buena
medida, en seguir las reglas de los grupos en los que se integra o en apar
tarse de ellas.
El cumplimiento de las reglas resulta nonnal. Pero, en algunas ocasio
nes, no basta con esa regularidad casi espontánea, de la que cualquiera se
Reglas puede apartar. Hay reglas que se imponen a la libertad: son las nonnas, un
y normas tipo de reglas cuyo cumplimiento se considera exigible. El incumplimien
to de las normas (también llamadas preceptos) puede ir ligado a algún
tipo de sanción, aunque no siempre se aplique: no todos los conductores
EL DERECHO 25
Dios en el que se cree. También tienen carácter normativo los usos socia
les consolidados en un determinado grupo. Y, finalmente, llegamos a las
normas jurídicas, que forman el Derecho.
Las normas jurídicas son aquellas cuyo reconocimiento y asegura Normas jurídicas
y Estado
miento depende del poder político institucionalizado en un ámbito de
terminado; ese poder se concentra hoy en los Estados. Lo que singulariza
a las normas jurídicas es, por tanto, su relación con el poder político,
fundamentalmente con el Estado: son normas jurídicas las que el Esta
do reconoce como tales, comprometiéndose además a garantizar que se
cumplan.
La función de estas normas es asegurar las regularidades que se con
sideran decisivas para la vida colectiva dentro de la comunidad política.
Tales normas pueden afectar a muy variados sectores de la vida social,
desde las relaciones familiares y las herencias hasta la actividad de las
empresas y sus relaciones con los trabajadores, desde la protección del
medio ambiente hasta el régimen de los impuestos, desde las pensiones
hasta el sistema educativo.
3. Quien crea normas jurídicas configura el grupo social, porque Creación
del Derecho
esas normas sirven para mantener o definir de nuevo sus pautas fun
damentales de comportamiento. Ese poder, el de crear normas jurí
dicas, corresponde a órganos diversos dentro del Estado: las Cortes
Generales, el Gobierno de la Nación, los parlamentos autonómicos, los
gobiernos de las Comunidades Autónomas... El Estado también puede
transferir ese poder a organizaciones supranacionales, como la Unión
Europea, cuyas normas pasan a integrarse de ese modo en el Derecho
del Estado.
Las normas jurídicas que crea cada uno de estos sujetos son de distin Fuentes del
Derecho
tos tipos: los distintos parlamentos aprueban leyes, los gobiernos aprue
ban reglamentos... Esos tipos de normas (ley, reglamento... ) se llaman
también fuentes del Derecho.
El espacio formado por el conjunto de las normas jurídicas, por la Sistemas
de fuentes
multitud de normas singulares sobre materias distintas, de tipos diferen
tes y originadas en momentos diversos, ha sido comparado a una ciu
dad en cuyo trazado arquitectónico se acumulan los estratos históricos
y culturales. Si el objetivo del Derecho es conseguir que un grupo social
funcione de modo ordenado, ha de comenzar poniendo orden en esa mul
titud de normas que lo integran. Y un primer paso consiste en ordenar los
diversos tipos de normas, las fuentes del Derecho, para lograr que formen
un sistema.
Principios
Los tres principios fundamentales que articulan el llamado sistema de de articulación
fuentes son los siguientes:
26 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
jurídicas, en definitiva, son objeto de una represión institucionalizada por parte del poder
político, para la cual se puede llegar incluso a la coerción física.
La conciencia de ese riesgo puede ser una motivación importante para cumplir el
Derecho. Pero existen además innumerables sistemas de control social, recursos de todo
tipo que incentivan determinadas conductas y desincentivan otras; por ejemplo, la educación,
la persuasión mediática, las subvenciones o los premios; todos esos instrumentos están al
alcance de los poderes públicos, y pueden ser puestos al servicio del cumplimiento de las
normas jurídicas.
En cualquier caso, la tarea de aplicar y garantizar el Derecho corresponde
específicamente a la Administración, que establece procedimientos, instrumentos y
controles que normalizan su cumplimiento y previenen los incumplimientos; y también
corresponde a los jueces, que imponen la norma aplicable en caso de conflicto.
8. Visto el Derecho desde esta perspectiva, la Constitución se identifica como la
Garantía norma suprema del ordenamiento jurídico. Regula, de un lado, los órganos del Estado, sus
del Derecho
funciones y sus relaciones. De ese modo establece las fuentes del Derecho, con sus esferas
de competencia y sus relaciones de jerarquía; y también prevé las competencias principales
de los órganos encargados de asegurar el cumplimiento de las normas. La Constitución
contiene asimismo algunas reglas básicas para ordenar las relaciones sociales, en particular
los derechos fundamentales de las personas: son derechos subjetivos que, al estar
La Constitución
garantizados por la norma suprema, no pueden ser menoscabados por ninguna otra norma.
en el Y fija, en fin, los valores y principios conforme a los cuales se articula la pluralidad de
ordenamiento normas jurídicas en un ordenamiento.
jurídico: En cualquier caso, debe destacarse que la Constitución no agota el ordenamiento
contenido jurídico: es la cúspide, muy visible, de un edificio enorme y complejo.
y posición
Caso 1. Las Cortes Generales aprobaron en 2005 una ley que abría la posibilidad de que
contrajeran matrimonio en España las personas del mismo sexo. Frente a tal ley se alegó que
el matrimonio siempre había sido heterosexual y que el legislador no podía cambiar una
institución tradicional consagrada por la Constitución.
¿Deben estar las leyes sujetas a la tradición? ¿Pueden las leyes actualizar los contenidos
más tradicionales de la Constitución?
Respuesta al caso 1:
Las normas jurídicas no están sujetas a la tradición. En una democracia, el poder
político tiene la capacidad de reordenar el grupo social, algo que no sería posible si
las tradiciones estuvieran por encima de las leyes. Tampoco las leyes antiguas
prevalecen sobre las leyes nuevas; en una democracia, prevalece la voluntad actual
del legislador frente a la formulada en otros tiempos.
Sin embargo, la ley sí está sujeta a la Constitución. Antes de aplicar el criterio
cronológico, es necesario atender al jerárquico; las normas nuevas no pueden
oponerse a otras anteriores de rango superior. Y ninguna norma puede oponerse a la
Constitución, norma suprema del ordenamiento, con el pretexto de que responde a
una nueva expresión de voluntad del legislador. También el legislador
parlamentario, aunque esté legitimado democráticamente, está sujeto a la
Constitución.
La duda, en este caso, estriba en determinar si efectivamente la Constitución es
pañola recoge la tradición y de este modo garantiza que solo es posible el
matrimonio heterosexual. Para responder a ello es necesario interpretar el art. 32
CE, que se refiere al matrimonio; pero a la interpretación del Derecho nos
referiremos en el epígrafe siguiente. De momento, basta con señalar que la STC
198/2012 admitió que la ley no se oponía a la Constitución, argumentando, entre
otras razones, que la Constitución no puede ser objeto de una interpretación
apegada a la tradición, sino que debe responder a las nuevas necesidades y
orientaciones sociales.
EL DERECHO 29
Reflexiones complementarias:
Durante mucho tiempo, se entendió que el orden social, al menos en sus rasgos
centrales, no podía ser cambiado por los hombres: se consideraba de origen divino
o ligado a la naturaleza supuestamente inmutable de las relaciones humanas. Por
eso, al poder público solo le correspondía concretarlo, aplicarlo en las circunstancias
concretas de los casos conflictivos. El rey medieval se caracterizaba así no por su
función de crear Derecho, sino por la de aplicarlo como juez. El Estado moderno, sin
embargo, da prioridad a la función de crear Derecho. Ello se corresponde con la apre
ciación de que la estructura de las relaciones sociales resulta históricamente variable,
de que los problemas nuevos no siempre se pueden resolver apelando a los criterios
tradicionales, de que los criterios de valoración que operan en un grupo también se
modifican. Y, así, cuando aparecen nuevas relaciones, nuevos problemas y nuevos
valores, se espera del Estado que ofrezca una nueva regulación: los poderes públicos
crean Derecho.
Valores en todos, y también de que se mantenga abierta a todos por igual la posibili
la sociedad dad de participar libremente en los procesos democráticos que permiten
moderna
la configuración colectiva de dicho ordenamiento. Así pues, esos valores
son: la libertad, la igualdad, la seguridad y la participación.
Ello responde a una determinada imagen del ser humano; a fin de
cuentas, el Derecho es puesto en pie por personas con la finalidad de
Imagen regular conductas humanas, y su sentido último depende de la imagen
del ser humano que las personas tengan de sí mismas y de sus congéneres, de lo que se
crean capaces de hacer y de lo que aspiren a conseguir en su convivencia.
Pues bien, en la Edad contemporánea se ha impuesto, como fundamento
y dignidad compartido de esa imagen del ser humano, la idea de la dignidad; que, en
de la persona los términos en los que fue magistralmente sintetizada por Kant y que
aún hoy se consideran vigentes, se concreta en: «1. La libertad de cada
miembro de la sociedad en cuanto hombre. 2. La igualdad de este con
cualquier otro, en cuanto súbdito. 3. La independencia de cada miembro
de una comunidad, en cuanto ciudadano» (En torno al tópico: «Tal vez eso
sea correcto en teoría, pero no sirve para la práctica», 1793).
La Constitución española también reconoce la dignidad de la perso
na y el libre desarrollo de la personalidad como «fundamento del orden
Los valores en la político y la paz social» (art. 10.1 CE); incorpora esos mismos valores
Constitución legitimadores del ordenamiento y los coloca en el vértice del mismo. En
concreto, el art. 1.1 CE dice que «España se constituye en un Estado so
cial y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de
su ordenamiento jurídico la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralis
mo político».
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que cada uno de esos
valores admite interpretaciones distintas; y ocurre además que entran a
Tensiones entre veces en tensión recíproca (seguridad-libertad, libertad-igualdad, etc.),
los valores de modo que las normas concretas han de optar por realizar unos u
otros en diferente grado. Por eso, el hecho de que cada norma singu
lar sea compatible con los valores constitucionales no necesariamente
implica que, vistos en conjunto, estos estén siendo realizados de modo
equilibrado.
2. La idea de justicia sintetiza el conjunto de valores que, de acuerdo
Igualdad con la conciencia histórica de un momento dado, legitiman un ordena
miento; pero el uso de la palabra se relaciona especialmente con el valor
de la igualdad.
Igualdad Se ha diferenciado tradicionalmente entre igualdad conmutativa (que
conmutativa regula los intercambios equilibrados entre iguales, por ejemplo entre el
y distributiva
valor de una cosa y su precio en una compraventa) e igualdad distributiva
(que ejerce el superior que reparte a cada cual lo que le corresponde, por
ejemplo las calificaciones en un examen o los contratos con la Adminis
tración entre las diversas empresas que compiten por ellos). Ahora bien,
Criterios todo ello exige contar con criterios que identifican en cada caso qué es
de distinción equivalente o qué es mejor, y que indican también si las diferencias que se
establecen son proporcionales. La parábola evangélica de los viñadores,
que acuden desde distintas horas a colaborar en la vendimia para termi
nar recibiendo todos al final del día un mismo jornal, muestra que puede
EL DERECHO 33
considerarse justo pagar a cada uno según su trabajo, pero también dar a
todos lo mismo atendiendo a que sus necesidades son iguales.
Las normas generales garantizan siempre una cierta igualdad, porque Igualdad y
generalidad de
se aplican por igual a todos los que realizan una misma conducta. Pero las normas
esas normas, cuando seleccionan un hecho para atribuirle una conse
cuencia y lo distinguen de otro, al que se asigna una consecuencia distin
ta, también establecen diferencias. Los criterios de admisibilidad de las Admisibilidad
diferencias cambian en el tiempo; por ejemplo, la exención de impuestos de la diferencia
a los nobles o la privación del voto a las mujeres ya han sido desacredita
das, pero no ciertas restricciones en el disfrute de derechos por parte de
los extranjeros o de los menores.
En nuestra Constitución, la igualdad no solo opera como valor, en es Igualdad como
valor, como
tos términos genéricos, sino también como derecho fundamental (art. 14 principio
CE), prohibiendo expresamente ciertos criterios de discriminación (la y como derecho
raza, el sexo, las ideas...), y como principio cuya promoción debe orientar
la acción de los poderes públicos (art. 9.2 CE). Esas concreciones se estu
diarán en un capítulo ulterior.
3. El segundo valor jurídico que debe mencionarse es el de la segu Seguridad
ridad.
Se puede referir, de un lado, a la seguridad pública, entendida funda Seguridad
pública
mentalmente como convivencia pacífica, sin coacciones y sin violencia.
En términos genéricos, las normas jurídicas, bajo la garantía del Estado,
contribuyen a esa seguridad, en la medida en la que determinan los de
rechos, las expectativas y los deberes de cada uno, y permiten también
exigir la responsabilidad por los daños que se originen en las relaciones
sociales (incluidos los que procedan de la actuación de los poderes públi
cos, conforme al art. 9.3 CE).
Pero, cuando nos referimos al valor jurídico de la seguridad, a la segu
ridad jurídica, el término se concreta en dos ámbitos muy precisos. Seguridad jurídica
máxima cuando afecta a consecuencias ya pasadas de actos pasados (y, por ejemplo,
obliga a devolver un impuesto ya cobrado); es mínima cuando afecta a consecuencias
futuras de actos pasados (cambia los efectos sobre la futura pensión de jubilación
de las cantidades ya pagadas a la Seguridad Social por los trabajadores en activo);
y aún existe un grado intermedio, porque hay consecuencias que tienen un cierto
tracto temporal (cambia las condiciones de los alquileres existentes, aunque hayan
sido contratados con anterioridad, o el régimen penitenciario de los que ya están en
prisión, cuyo delito es anterior a la norma). La Constitución no prohíbe que el legis
lador disponga la aplicación retroactiva de las leyes, solo establece un límite: prohíbe
la retroactividad de las normas sancionadoras y de las restrictivas de derechos indivi
duales (que se identifican en este caso con los derechos fundamentales).
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El Derecho forma un sistema coherente porque las leyes son aprobadas de
forma ordenada y de acuerdo con un plan general, de modo que se articulan
entre ellas de modo armónico.
b) El Derecho está compuesto por normas aisladas que, en realidad, no forman
un sistema, sino una serie de reglas dispersas sobre la convivencia social.
c) El Derecho, compuesto por normas diferentes, se ordena sistemáticamente
gracias a principios de ordenación que regulan sus relaciones recíprocas y a
la labor de los juristas que las interpretan guiándose por el principio de uni
dad del ordenamiento.
d) Las normas jurídicas forman un sistema unitario porque se refieren a un co
lectivo social homogéneo que las cumple regularmente.
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) La aplicación del Derecho es una operación lógico-mecánica en la que, al po
ner en relación la norma y el caso, surge de modo automático la consecuencia
jurídica.
b) La aplicación del Derecho es un proceso abierto en el que se busca la solución
idónea para un conflicto concreto a partir de diferentes argumentos de
naturaleza muy diferente, sin que ninguno tenga por principio prioridad
sobre los demás.
c) La aplicación del Derecho es un proceso complejo en el que la interpretación
de la norma fija márgenes más o menos precisos para la decisión del caso.
d) La interpretación de las normas jurídicas es una tarea abstracta que debe ser
realizada al margen de cualquier caso concreto en el que la norma haya de ser
aplicada.
3. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El Derecho debe servir ante todo a la seguridad: es preferible la injusticia al
desorden.
b) El Derecho debe servir ante todo a la libertad, aunque ello pueda generar
inseguridad y desigualdades.
c) El Derecho debe servir ante todo a la igualdad, aunque sea en detrimento de
la libertad individual y de la seguridad jurídica.
d) El Derecho debe permitir la autodeterminación colectiva, de modo que las
reglas puedan cambiar de acuerdo con la voluntad del conjunto de sus desti
natarios.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Los temas abordados en este capítulo suelen ser tratados en los textos de teoría y
filosofía del Derecho. Pueden citarse, por ejemplo:
BoBBIO,Norberto, Teoría General del Derecho, Madrid: Debate, 1991.
DIAZ GARCÍA, Elías, Sociología y Filosofía del Derecho, Madrid: Taurus, 1980.
EL DERECHO 37
DíEZ-PICAZO Y PoNCE DE LEóN, Luis, Experiencias jurídicas y teoría del Derecho, Barce
lona: Ariel, 1987.
Sobre la interpretación jurídica pueden añadirse:
ATIENZA RODRÍGUEZ, Manuel, Las razanes del Derecho. Teorías de la argumentación ju
rídica, Madrid: CEC, 1991.
HESSE, Konrad, «La interpretación constitucional», en HESSE, Konrad, Escritos de De
recho Constitucional, Madrid: FCJE-CEPC, 2011.
Y sobre los valores en el Derecho:
LARENZ, Karl, Derecho justo, Madrid: Civitas, 1985.
PECES-BARBA MARTÍNEZ, Gregario, Los valores superiores, Madrid: Tecnos, 1984.
PÉREZ LUÑO, Enrique, La seguridad jurídica, Ariel: Barcelona, 2.ª ed., 1994.
CAPÍTULO 2
EL ESTADO
CASOS
Caso 1. En el proceso de integración europea, los Estados ceden parcialmente
a la Unión Europea competencias que tradicionalmente les corresponden, como, por
ejemplo, la emisión de moneda.
¿Existen competencias inherentes al poder estatal sin las cuales este deja de merecer
la consideración de Estado? ¿Se puede llegar a perder esa cualidad de Estado soberano
en el proceso de integración europea?
Caso 2. Una ley de reforma agraria fija criterios, de obligado cumplimiento para
los grandes propietarios, que indican cómo obtener el mejor aprovechamiento de la
tierra y sus recursos, y también les impone medidas para la protección del suelo y la
conservación de la naturaleza.
¿Queda afectado con ello el valor esencial de los derechos individuales de libertad y
propiedad, sobre los que se funda la tradición del Estado de Derecho?
<lera como modelo de referencia desde la segunda mitad del siglo :xx, al menos para
los países de Europa occidental. Pero este modelo de Estado sigue evolucionando; por
eso cerramos el capítulo aludiendo a diversos factores de transformación de dicho
modelo de Estado (crisis del Estado social, procesos de globalización) y a sus posibi
lidades de supervivencia.
¿Existen competencias inherentes al poder estatal sin las cuales este deja de y en otros
merecer la consideración de Estado? ¿Se puede llegar a perder esa cualidad de territorios
Estado soberano en el proceso de integración europea?
Respuesta al caso 1:
El Tratado de Lisboa, de 2007, amplió las competencias de la Unión Europea; al
gunos juristas promovieron en Alemania un recurso ante el Tribunal Constitucional
de aquel país, por entender que la Constitución alemana garantiza en primer lugar
la existencia del Estado soberano, y que algunas de las transferencias de compe
tencia afectaban a esa soberanía. El Tribunal entiende que lo esencial no es que se
preserve el Estado como tal, sino la garantía del principio democrático, del poder de
decisión de los ciudadanos sobre ciertas materias fundamentales; pero señala que
los procesos democráticos se articulan sobre todo en el marco del Estado, y por eso
el principio democrático exige que ciertas competencias fundamentales se manten
gan en el plano estatal. En ese sentido, identificó una serie de competencias como
inherentes al Estado, y por tanto no transferibles; pero entendió que las cesiones de
competencia realizadas hasta el momento en favor de la Unión Europea no afecta
ban a tal núcleo.
Tal decisión ha sido objeto de una crítica muy fundada. En primer lugar, por no
tener en cuenta la posibilidad de que se articulen procesos democráticos de ámbito
europeo: si lo importante es la democracia, lo decisivo no es que las decisiones queden
en el ámbito del Estado democrático, sino la garantía de que existan procedimientos
democráticos en el ámbito en el que se tomen las decisiones, que bien puede ser un
nivel europeo. En segundo término, porque la construcción del Estado soberano fue
42 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Reflexiones complementarias:
Ya Hermann Heller subrayó la textura histórica de la noción de soberanía, y sugi
rió como «poco probable, si bien no imposible, que el futuro europeo conduzca a un
desplazamiento de la soberanía del Estado mediante una especie de capitalismo feu
dal, en el que se diluya nuevamente el poder político en un haz de derechos privados
patrimoniales» (La Soberanía, 1927). Tal pronóstico, como veremos en los siguientes
epígrafes, podría estar realizándose en alguna medida, con las transformaciones que
debilitan el poder del Estado en el marco de la globalización económica.
los beneficios económicos. Pero los totalitarismos fascista (en Italia desde
1922) y nazi (en Alemania desde 1933) llevaron a Europa hasta la Segun
da Guerra Mundial (1939-1945).
4. Del procesamiento de tal experiencia surge el Estado social y de
mocrático de Derecho, característico de la Europa occidental posterior a
la Segunda Guerra Mundial.
Este nuevo modelo de Estado es, en primer lugar, un Estado democrá Estado social
y democrático
tico, con un peso determinante de los parlamentos elegidos por sufragio de Derecho
universal. Pero es también un Estado de Derecho, que garantiza las liber
tades individuales, ahora incluso frente a las leyes. De un lado, al contro
lar que las leyes respetan los derechos fundamentales consagrados por la
Constitución, se evita que una mayoría parlamentaria pueda legalizar las
prácticas de un régimen autoritario. De otro, el control de constituciona
lidad de las leyes garantiza también la pervivencia de elementos básicos
del orden social y económico capitalista, protegidos por determinados
derechos fundamentales (propiedad privada, libertad de empresa, liber
tad de contratación).
Pero lo decisivo es que cambia la concepción de la libertad: ya no será
una idea individual de libertad (libertad de cada uno para sí), sino una
idea social (libertad de todos en el marco de un orden social libre). Por
eso ya no se habla de un Estado burgués de Derecho o de un Estado libe
ral de Derecho, sino de un Estado social de Derecho. El factor novedoso
de la fórmula es, en definitiva, el postulado social, que se consagra por El postulado
social
ejemplo en las Constituciones italiana de 1948 y alemana de 1949; aun
que lo cierto es que estaba perfectamente anticipado en la Constitución
alemana de 1919, en cuyo contexto Hermann Heller había propuesto la
idea de Estado social de Derecho (¿Estado de Derecho o dictadura?, 1929).
El punto de partida está en reconocer que el ejercicio sin cortapisas
de los derechos individuales, y muy particularmente de las libertades
económicas, no genera automáticamente el bien común, sino desigual
dades e injusticias. Por eso se reserva al Estado la posibilidad de limitar
el ejercicio de esas libertades: la propiedad privada y la libre empresa, Límites
a la libertad
que sustentan la economía de mercado, se subordinan a los intereses de privada
la economía general definidos por el Estado, y se otorgan a los poderes
públicos medios de acción específicos para lograrlos.
Tampoco la suerte que corren los individuos particulares depende
ahora exclusivamente del libre desenvolvimiento del orden social. El pro
pio Estado interviene ahora para garantizar a todos un mínimo de con
diciones materiales que les permitan el disfrute efectivo de la libertad;
los derechos fundamentales, por tanto, ya no marcan solo el límite de la Procura
existencial
acción del Estado, sino que también le obligan a actuar: se trata de que
todos puedan ejercerlos efectivamente. Eso se logra garantizando a todos
lo que se conoce como procura existencial, en forma de prestaciones so
ciales (desempleo, jubilación...), servicios públicos (educación, sanidad,
transporte...), políticas públicas (vivienda, etc.). Con todo ello se amplía el
espacio efectivo de los ciudadanos, su capacidad de acción, más allá de lo
que le permiten sus propiedades particulares (su espacio dominado). Des
de el punto de vista económico, ello supone emprender una política fiscal
46 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
redistribuidora, con impuestos progresivos (los que más ganan pagan un mayor
porcentaje de sus ingresos) y mayor gasto social; el fundamento teórico desde este
punto de vista económico lo había ofrecido ya Keynes (Teoría general del empleo, el interés y
el dinero, 1936).
5. La Constitución española de 1978 comienza diciendo que «España se constituye
en un Estado social y democrático de Derecho». Su implantación en España, sin
embargo, se ha realizado de modo acelerado, lo que hace particularmente frágiles sus
bases sociales. Porque tal modelo de Estado entraña, como hemos visto en este
epígrafe, una importante acumulación de experiencia histórica; solo la consolidación de
esa experiencia hace que sea percibido por los ciudadanos como un logro valioso, digno
El Estado social de ser defendido.
y democrátioo
de Derecho En España, sin embargo, no arraigó durante el siglo XIX un verdadero Estado de
en España Derecho; desde la Revolución Gloriosa (1868) y la Restauración borbónica (1876) se
fue diseñando, en el terreno de las normas, un proyecto asimilable al conservador
europeo; pero, en la práctica, la vida social y política se mantuvo al margen de tales
normas. El proyecto democrático de la Segunda República, enmarcado en las crisis
que por entonces sacuden toda Europa, queda abortado por el golpe de Estado de
1936 y la posterior dictadura franquista. Mediada la década de los cincuenta del
pasado siglo xx, la propia dictadura procura una cierta racionalización de las relaciones
de poder, necesaria para impulsar el desarrollismo económico y tecnocrático; y también
articula un cierto Estado benefactor, en especial mediante sistemas de protección social
y la dotación de algunos servicios públicos. Pero ello en absoluto puede considerarse
siquiera como esbozo de un Estado de Derecho o un Estado social.
Falta Solo con la transición que comienza tras la muerte de Franco a finales de 1975, con
de acumulación los primeros gobiernos democráticos desde 1977 y con la Constitución de 1978 llegan
histórica
la liberalización de la economía, de la vida social y de la esfera privada, la reordenación
de las relaciones laborales, la fiscalidad progresiva, la universalización de la sanidad,
de la educación y de las prestaciones sociales, la estabilización de una democracia
fundada en la libertad de sufragio... Todo ello configura un Estado social y democrático
de Derecho a la altura de los tiempos; pero las ideas y las bases sociales capaces de
sostenerlo no han tenido tiempo suficiente para consolidarse.
Reflexiones complementarias:
Los propietarios del siglo XIX podían, a través de los parlamentos, legislar y con
trolar el poder que conservaban los monarcas. En esos parlamentos existen tenden
cias políticas diversas; pero la homogeneidad fundamental de intereses de los burgue
ses hace que los parlamentos puedan presentarse como representantes de la nación,
una idea unitaria que se identifica en realidad con la burguesía ilustrada.
Con la extensión del sufragio a los trabajadores y la formación de partidos obre
ros, los grupos que se forman en el parlamento pasan a articular intereses contrapues
tos. Los parlamentos representan de verdad al conjunto del pueblo, pero no porque
subsista su ficticia homogeneidad, sino porque reflejan su pluralidad y sus conflictos.
Es entonces cuando se forman verdaderos partidos políticos, separados por diferen
cias sustanciales en sus bases sociales y en su concepción del mundo. No es casual que
los defensores del viejo orden burgués hablen entonces de la crisis del parlamentaris
mo y rechacen los partidos; en realidad, lo que rechazaban era la democracia.
El Estado social supone un pacto de clases: los partidos obreros aceptan integrar
se en el sistema político de origen burgués y dejan de cuestionar el sistema capitalista,
pero a cambio de que se garanticen a todos unos niveles mínimos de existencia digna.
Así se suaviza la contradicción de los intereses en conflicto y la democracia se estabili
za como democracia de partidos. Quizá no se pueda hablar de una base social común
a todos ellos, como en la época del sufragio censitario, pero sí de algunos intereses
compartidos.
Respuesta al caso 3:
Al retirarse de la Unión, el Reino Unido puede recuperar la capacidad de decidir
sobre algunas cuestiones. Pero, en muchas de ellas, esa capacidad de decidir es más
bien ilusoria, porque está condicionada por circunstancias externas de todo tipo y
seguirá siendo necesario coordinarse antes con otros Estados, en el marco de diver
sos foros internacionales. Sin embargo, el Reino Unido participará ahora en ellos de
modo individual; mientras que antes, sumando su fuerza al conjunto de los Estados
de la Unión, tenía en realidad más peso. En ese sentido, formalmente tendrá más
autonomía democrática, porque actuará por sí solo; pero en realidad tendrá menor
poder y su democracia será más débil, porque las decisiones sustantivas se habrán to
mado en foros en los que su peso político ha sido menor. Por eso, se puede decir que la
Unión Europea reduce la autonomía de los Estados, pero incrementa su poder; limita
su democracia entendida como autonomía de decisión (decidir por sí mismos), pero
la refuerza al proyectar ese poder democrático sobre ámbitos en los que los Estados
por sí solos apenas tendrían capacidad de influencia (decidir sobre más cosas).
Reflexiones complementarias:
Como se deduce del epígrafe anterior, la secuencia histórica que lleva desde el
Estado liberal de Derecho hasta el Estado social y democrático de Derecho es
resultado de tensiones y luchas, de guerras y revoluciones. El resultado tampoco
supone el fin de la Historia; refleja un equilibrio precario, logrado en circunstancias
históricas muy precisas. En efecto, el Estado social y democrático de Derecho se
orienta a la consolidación del sistema capitalista mediante la inclusión en el
sistema político nacional de las clases obreras del país. Pero lo cierto es que el
conflicto de clases no desaparece; simplemente, es expulsado hacia los llamados
países periféricos, donde el capitalismo pervive sin ataduras. La globalización
suprime ahora la dualidad entre países del centro y países periféricos, y de este modo
pone en peligro las bases del Estado social. Este aparece así como un modelo de
transición, un «instante feliz» para Europa, que ha hecho posible la congruencia
entre el Estado democrático de Derecho y el capitalismo mundial.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El Estado soberano es fruto de un desarrollo histórico largo y complejo.
b) El Estado soberano surge de la descentralización del poder de la Iglesia.
e) El Estado soberano aparece como resultado de las guerras de religión.
d) El Estado soberano surge por la influencia social que alcanzan las teorías de
Maquiavelo, Bodino y Hobbes.
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El Estado social sacrifica los logros del Estado de Derecho.
b) El Estado democrático es incompatible con el Estado de Derecho.
e) Las garantías del Estado de Derecho cambian su contenido y su sentido en el
marco del Estado social y democrático.
d) El Estado social elimina los conflictos entre clases sociales mediante la supre
sión del orden capitalista.
50 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Como introducción general puede consultarse:
DE CABO MARTÍN, Carlos, Teoría histórica del Estado y del Derecho Constitucional, vol. I,
Barcelona: PPU, 1988; vol. II, Barcelona: PPU, 1993.
STOLLEIS, Michael, La textura histórica de las formas políticas, Madrid: Marcial Pons,
2011.
Para los orígenes del Estado resultan muy ilustrativas las exposiciones de:
GARCÍA-PELAYO, Manuel, El reino de Dios, arquetipo político, Madrid: Revista de Occi
dente, 1959.
HELLER, Hermann, Teoría del Estado, México: Fondo de Cultura Económica, 1942.
Y. para los desarrollos posteriores:
GARCÍA-PELAYO, Manuel, Las transformaciones del Estado contemporáneo, Madrid:
Alianza, 1985.
HELLER, Hermann, Escritos políticos, Madrid: Alianza, 1985.
Sobre las perspectivas actuales:
DE CABO MARTÍN, Carlos, La crisis del Estado social, Barcelona: PPU, 1986.
STOLLEIS, Michael; PAULUS, Andreas, y GUTIÉRREZ GUTIÉRREZ, Ignacio, El Derecho cons
titucional de la globalización, Madrid: Fundación Coloquio Jurídico Europeo, 2013.
CAPÍTULO 3
LA CONSTITUCIÓN
CASOS
Caso 1. El Parlamento Vasco refundió mediante ley los cuerpos policiales tra
dicionales de los tres territorios integrados en la Comunidad Autónoma (Miñones de
Álava, Forales de Vizcaya y Mikeletes de Guipúzcoa) en una única policía autonómica,
la Ertzaintza. Con ello privó a dichos territorios de unas policías propias que se consi
deraban consagradas por la tradición y los fueros históricos, aunque se amparó para
ello en el Estatuto de Autonomía, que autorizaba tal reorganización.
¿Cabe invocar la tradición histórica para oponerla a las leyes amparadas por la
Constitución y los Estatutos de Autonomía? ¿Existe una especie de «Constitución histó
rica» que pueda invocarse frente al texto escrito de la Constitución?
más cerca de algunas ideas originarias, surgidas con las revoluciones de finales del
siglo XVIII, que de otras formulaciones defendidas a lo largo del siglo xrx. En resumen,
hoy podemos decir que la Constitución es la norma que encabeza el ordenamiento
jurídico, y como tal se impone frente a cualquier otra norma que pueda contradecirla;
y es también la norma que regula los poderes del Estado y garantiza los derechos de
los ciudadanos.
Este capítulo, tras analizar el concepto general de Constitución, especifica su sig
nificado para nosotros, atendiendo en concreto al origen y al contenido de la Consti
tución española. El contexto histórico en el que se elabora y el proceso que lleva a su
aprobación explica los problemas básicos a los que debía enfrentarse; las respuestas
que la Constitución da a esos problemas se sintetizan a grandes rasgos en una serie de
decisiones fundamentales, cuyo contenido concreto será ampliamente desarrollado
en capítulos ulteriores.
l. CONCEPTOS DE CONSTITUCIÓN
La idea de 1. La idea de Constitución se impone de forma revolucionaria en la
Constitución práctica política de finales del siglo xvm, primero en el movimiento que
como noción
histórica lleva a la independencia de las colonias norteamericanas y a la formación
de los Estados Unidos de América (Constitución de 1787), luego en la Re
volución francesa de 1789 (con las Constituciones de 1791, 1793, 1795 ...).
La idea se difunde de inmediato por toda Europa, incluida España (Cons
titución de Bayona de 1808, de Cádiz de 1812 ...). A lo largo de ese proce
so, sin embargo, se va modulando el contenido del concepto.
A) Ya en el Antiguo Régimen, el cual comienza a desaparecer con la
Las leyes Revolución francesa de 1789, existían leyes fundamentales que procura
fundamentales ban ordenar y limitar el poder de los monarcas, sujetándolo a las reglas
del Antiguo
Régimen propias de su dinastía (fundamentalmente sobre la sucesión en el trono)
y también a ciertas normas pactadas con los estamentos (nobleza, cle
ro, burgueses de las ciudades) para garantizar algunos derechos de sus
miembros. Pero entonces se daban por supuestos el poder del monarca,
tendencialmente absoluto, y su legitimidad, de origen divino o tradicio
nal; también se consideraban inmutables las estructuras fundamentales
del Estado. Las leyes fundamentales se proyectaban, pues, sobre un Esta
do en cierta medida ya constituido antes de ellas.
Los nuevos Las nuevas revoluciones, por el contrario, tratan de poner en pie un
Estados Estado nuevo conforme a los postulados de la Ilustración, que había teo
rizado largamente acerca de la forma y el contenido del contrato social
como única fuente de legitimidad del poder. Se trataba, en definitiva, de
constituir un Estado desde su inicio, a partir de la libertad natural de los
individuos que lo componen.
Origen de la De acuerdo con la doctrina del contrato social, cuyos formuladores más
Constitución destacados habían sido Hobbes, Locke y sobre todo Rousseau (El contrato
social , 1762), el origen del Estado y de su organización jurídica había de
estar en el pueblo mismo; la Constitución de los Estados Unidos comienza
precisamente así: « We, the people of the United States... » ( «Nosotros, el pue
blo de los Estados Unidos... »). Solo el pueblo está legitimado para dotar a
la organización política de su forma inicial, para constituirla mediante re
glas jurídicas vinculantes: en el pueblo reside el poder constituyente, aun
que actúe al efecto a través de representantes. Todos los poderes ulteriores
LA CONSTITUCIÓN 53
Respuesta al caso 1:
Debe tenerse en cuenta, para resolver el caso, que la propia Constitución española
garantiza en su Disposición Adicional primera los derechos históricos de los territorios
forales. Pero, de acuerdo con la STC 159/1993, «el amparo y respeto por parte de la
Constitución de los derechos históricos de los territorios forales no puede estimarse como
una garantía de toda competencia que legítimamente quepa calificar de histórica». Y, de
acuerdo con la Constitución y el Estatuto de Autonomía, el Parlamento Vasco tenía
competencia para proceder a la refundición de los cuerpos tradicionales de la policía
foral. En definitiva, la historia se reconoce y garantiza en el marco de la Constitución
normativa, no al revés.
Reflexiones complementarlas:
Hay que tener en cuenta que la Constitución racional-normativa comporta también
una cierta Constitución sociológica: en sus orígenes se corresponde con la hegemonía de
la burguesía capitalista; en la segunda mitad del siglo XX opera como pacto de clases. A
fin de cuentas, tampoco sería posible que la Constitución desplegara su fuerza
normativa si no estuviera en cierta sintonía con la estructura social de la comunidad
que pretende regir.
11. PROCESO CONSTITUYENTE ESPAÑOL
1. Como hemos visto, la creación de la Con stitución se atribuye Poder
idealmente al pueblo. Pero lo cierto es que la aprobación de las normas constituyente
y proceso
constitucionales vigentes en un país supone un proceso complejo; el pueblo no constituyente
es su sujeto principal, ni siquiera cuando ese proceso concluye con un
referéndum.
En realidad, el pueblo y su voluntad están diseminados en una multitud de
intereses distintos y aun contradictorios; es imposible que mediante su
intervención directa se pueda producir una regulación tan compleja como es
una Constitución. El poder constituyente capaz de generar una Constitución
normativa lo ejercen, de hecho, las fuerzas políticas representativas de los
diferentes grupos en un momento histórico determinado, cuando resulta
imprescindible legitimar un nuevo orden institucional. Y actúan a través de un
proceso constituyente concreto; que, para reflejar debidamente el pluralismo
social, debe estar guiado por el principio del consenso.
El pueblo, en caso de ser llamado a referéndum, se limita a responder «sí» o
«no» a la pregunta que le formulan a propósito de un texto ya elaborado por
otros; controla una decisión ajena. Y, sin embargo, es preciso suponer que el
pueblo, mediante referéndum o sin él, se apropia del texto constitucional y lo
adopta, como si lo hubiera creado. Y es así como todos, en especial los poderes
públicos, quedan indefinidamente vinculados al consenso constituyente.
56 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
ta UGT, organiza y moviliza a los trabajadores). Desde 1956, los jóvenes Movimientos
de oposición
universitarios, cada vez más numerosos, empiezan a agitar la vida urbana
en defensa de la libertad; a partir de finales de los años sesenta, el control
policial de la Universidad habrá de ser constante. En el seno del movi
miento nacionalista vasco surge en 1959 el grupo ETA, que una década
después comienza sus atentados. En el ámbito directamente político se
tolera ocasionalmente la opinión de monárquicos liberales y democris
tianos, mientras que socialistas y comunistas (muy mayoritarios estos
últimos en la oposición activa) están siempre acosados por la represión,
condenados a la clandestinidad y el exilio; pero entre todos estos grupos
hay una confluencia fundamental: la exigencia de democracia y libertad.
La relevancia social del conjunto de movimientos opositores resulta cada
vez mayor.
El régimen, entretanto, conserva el apoyo de las Fuerzas Armadas,
que se sienten legitimadas por la victoria de la guerra civil; la misma fide
lidad al régimen se da en las poderosas y muy temidas fuerzas de seguri
dad. También la Iglesia había legitimado incondicionalmente el golpe de
Estado, la guerra (considerada como nueva «cruzada») y el franquismo; Pilares de apoyo
del régimen
pero el Concilio Vaticano II, que desde 1963 genera una lenta apertura franquista
de la Iglesia católica a los cambios sociales, encuentra eco en algunos
movimientos de cristianos de base que se empiezan a formar en España.
Apoyan igualmente al régimen las élites del funcionariado, privilegiadas
por un sistema autoritario muy jerarquizado, y el empresariado; pero y grietas en
algunos de ellos
también aquí se van abriendo grietas de modo progresivo.
3. El fallecimiento de Franco a finales de 1975 puso en marcha las
llamadas «previsiones sucesorias» del año 1969, que pretendían mante
nerlo todo «atado y bien atado» mediante la designación de Juan Carlos
de Borbón como «sucesor a título de rey». La oposición, capaz de gene Sucesión
rar una intensa presión social, no tenía fuerza suficiente para asumir la
dirección del Estado, controlada por los militares y las élites del régimen
franquista. Pero las reformas se consideraban ya inevitables: no solo re
sultaban exigidas por importantes movimientos sociales en España, sino
que contaban además con el respaldo de toda la comunidad internacio
nal: después de la caída de las dictaduras portuguesa en 1973 y griega en
1974, España era la última que quedaba en Europa occidental.
Tras un periodo inicial de bloqueo, a mediados de 1976 el rey elige a
Adolfo Suárez, procedente del régimen franquista, como nuevo presiden
te del Gobierno, y le encarga poner en marcha un proceso de transición. Transición
Los primeros pasos se orientan a desmontar las instituciones franquistas
y a configurar un espacio político en el que sea posible colaborar con la
oposición, cuya participación en las reformas resulta imprescindible para
legitimarlas y darles estabilidad. La Ley para la Reforma Política, aproba
da a finales de ese año por las propias Cortes franquistas y luego ratificada
en referéndum, regula la convocatoria de unas nuevas Cortes elegidas por
sufragio universal, directo y secreto, así como los nuevos procedimientos
legislativo y constituyente. El Gobierno aprobó las reformas complemen
tarias que permitirían celebrar elecciones libres; entre ellas, la reforma de
la ley de asociaciones, con la consecuente apertura de la actividad política
a todos los partidos (incluida la legalización del Partido Comunista el día
58 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
por la nueva. Desde el punto de vista del contenido, la continuidad es aún menor:
entre los principios de la dictadura franquista y los valores del orden constitucional
existe una clara contraposición. Y. en definitiva, toda nueva Constitución se apoya
directamente en el proceso constituyente que le da vida y en el poder constituyente
que la asume como propia, no en la Constitución anterior. Siempre será necesario que
el proceso constituyente haya seguido determinadas formalidades, pero ello no hace
que la Constitución derive su validez del respeto a las normas que regulaban tales
procedimientos.
Reflexiones complementarias:
En el periodo constituyente, la fundación de un nuevo ordenamiento exige contar
con todas las fuerzas políticas significativas, instaladas hasta ese momento en posi
ciones opuestas dentro de la polaridad generada por un régimen que fundaba su legi
timidad en la victoria militar de la guerra civil. Ello solo era posible saldando deudas
reales o supuestas (amnistía) y ejerciendo incluso cierta represión sobre la memoria
personal y colectiva; el esfuerzo que ello supuso para los protagonistas de la transi
ción no debe ser menospreciado. Al cabo del tiempo, sin embargo, la recuperación de
la memoria histórica y el desagravio de las víctimas hasta entonces silenciadas se con
vierten en requisito imprescindible para poder afrontar el futuro con conocimiento y
conciencia de lo ocurrido en el pasado.
Caso 3. La Constitución española, en su Título Preliminar, señala que «las Fuer zas
Armadas [ ... ] tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de Es
paña, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional» (art. 8 CE).
¿Permite la Constitución que el ejército se oponga a decisiones políticas adoptadas
democráticamente que, a su juicio, menoscaben la integridad territorial del Estado?
Respuesta al caso 3:
Los artículos de la Constitución no pueden interpretarse de modo aislado, sino en
conexión sistemática con los demás preceptos del texto constitucional. Y, en este caso,
resulta decisivo el art. 97 CE, que encomienda al Gobierno dirigir la administración
militar y la defensa del Estado. Las Fuerzas Armadas no tienen capacidad para decidir
por sí mismas cuándo una decisión política afecta a la integridad territorial del Estado,
a su soberanía o a su ordenamiento constitucional, sino que operan necesariamente
bajo la dirección del Gobierno. Y este, a su vez, debe actuar siempre de acuerdo con la
Constitución y las leyes; esto es, de conformidad con lo establecido por las Cortes
Generales mediante ley, aunque esta podrá ser sometida al control del Tribunal
Constitucional para verificar si respeta o no la Constitución. En definitiva: la
Constitución no reconoce a las Fuerzas Armadas la posibilidad de oponerse a las
decisiones adoptadas por los órganos constitucionales de acuerdo con sus respectivas
competencias.
Reflexiones complementarias:
Algunas de las que hemos llamado decisiones políticas fundamentales de la Constitución se
reflejan en su propia estructura formal. En concreto, y por ejemplo, en el hecho de que comience
con un relevante Título Preliminar, en el que se establecen algunos principios fundamentales
(soberanía nacional, monarquía parlamentaria, principio de autonomía de las nacionalidades y
regiones) y son acogidas ciertas instituciones a las que se concede particular relieve, como los
partidos políticos (art. 6 CE), los sindicatos (art. 7 CE) o el ejército (art. 8 CE). También se debe
destacar la ordenación de los restantes Títulos, que significativamente empiezan con el relativo a los
derechos fundamentales (Título 1), como modo de realzar su importancia. Solo luego se pasa ya a la
llamada parte orgánica, que coloca en un simbólico lugar preferente a la Corona (Título II). También
se considera relevante que se hable antes de las Cortes Generales (Título III) que del Gobierno
(Título IV; a continuación se regulan las relaciones entre las Cortes y el Gobierno, Título V) y del
Poder Judicial (Título VI). Después se abordan algunas cuestiones referidas a la economía y a la
hacienda (Título VII), antes de tratar sobre la descentralización del poder político, que se coloca en el
Título VIII, como si fuera algo secundario (en los Estados Federales, la distribución territorial de
competencias suele ocupar un papel central en la Constitución). La Constitución se cierra
finalmente con las normas referidas al Tribunal Constitucional, encargado de su defensa (Título
IX), y con los procedimientos por los que se puede reformar la propia Constitución (Título X). Ya
como apéndice puede considerarse la última serie de disposiciones (adicionales, transitorias,
derogatoria y final), de importancia y contenido muy diverso.
MODELOS DE PREGUNTA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre el concepto de Constitución en perspectiva histórica pueden verse:
BLANCO VALDÉS, Roberto, El valor de la Constitución, Madrid: Alianza, 1994.
GARCiA-PELAYO, Manuel, Derecho Constitucional Comparado, Madrid: Alianza, 1984
(reedición).
GRIMM, Dieter, Constitucionalismo y derechos fundamentales, Madrid: Trotta, 2006.
Acerca de los historia del constitucionalismo en España:
CLAVERO SALVADOR, Bartolomé, Evolución histórica del constitucionalismo espafzol,
Madrid: Tecnos, 1984.
SANCHEZ AGESTA, Luis, Historia del constitucionalismo español (1808-1936), Madrid:
CEC, 1984.
Sobre el proceso de la transición merece la pena tener en cuenta los análisis ofre
cidos por algunos de sus protagonistas:
ALZAGA VILLAAMIL, Óscar, Del consenso constituyente al conflicto permanente, Madrid:
Trotta, 2011.
HERNÁNDEZ GrL, Antonio, El cambio político español y la Constitución, Barcelona: Pla
neta, 1982.
MoRODO LEONCIO, Raúl, La transición política, Madrid: Tecnos, 1984.
PECES-BARBA MARTINEZ, Gregorio, La elaboración de la Constitución de 1978, Madrid:
CEC, 1988.
CAPÍTULO 4
LA NORMATIVIDAD DE LA CONSTITUCIÓN
CASOS
Caso 1. Se discute si una ley de la época de Franco, que prohíbe a las mujeres
desempeñar determinados trabajos de extraordinaria dureza física, es contraria a la
Constitución de 1978, en la que se establece el principio de igualdad.
¿Deben inaplicar tal ley los jueces o rdinario s, obligando a las empresas a abrir sus
ofertas de trabajo a las mujeres?
Caso 1. Se discute si una ley de la época de Franco, que prohíbe a las mujeres
desempeñar determinados trabajos de extraordinaria dureza física, es contraria a la
Constitución de 1978, en la que se establece el principio de igualdad.
¿Deben inaplicar tal ley los jueces ordinarios, obligando a las empresas a abrir sus
ofertas de trabajo a las mujeres?
Respuesta al caso 1:
Para responder a la pregunta habríamos de saber primero si la ley es o no contra
ria a la Constitución, y eso exigiría esperar al estudio del principio de igualdad. Pero
anticipemos que una norma como la mencionada no resulta compatible con la Cons
titución: no cabe prohibir el acceso de la mujer a unos trabajos concretos. Dado que
la norma es inconstitucional, queda claro que el juez no debe aplicarla. Pero queda
por saber si el juez ordinario puede decidir sin más su inaplicación o si debe remitir
la
72 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Reflexiones complementarias:
No es infrecuente escuchar que la Constitución resulta incumplida porque no
todos los españoles disfrutan de una vivienda digna, que aparece mencionada como
derecho en el art. 47 CE. Sin embargo, este precepto no garantiza un derecho funda
mental que pueda ser directamente exigible ante los tribunales, sino que se enmarca
dentro de los llamados principios rectores de la política social y económica, cuya efi
cacia resulta delimitada por el art. 53.3 CE. Son normas programáticas, vinculantes
en cuanto tales, pero que no garantizan la obtención del objetivo que proponen, sino
que se limitan a orientar la acción de los poderes públicos. La propia Constitución lo
especifica cuando afirma que «los poderes públicos promoverán las condiciones nece
sarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho» (art. 47
CE). La eficacia de la Constitución no queda en entredicho, por tanto, por el hecho de
que haya ciudadanos sin vivienda (o sin empleo, por ejemplo); sí pueden cuestionarse,
sin embargo, las políticas públicas que desatienden los objetivos del pleno empleo o
de la universalización de la vivienda digna. El problema que plantea ese incumpli
miento de las normas constitucionales programáticas es que resulta difícil, incluso
imposible, identificar una norma concreta responsable del mismo, cuya declaración
de inconstitucionalidad por parte del TC pudiera revertir la situación; porque el TC es
efectivo para hacer valer la Constitución en cuanto límite del legislador, pero mucho
menos cuando se trata de hacer efectivas las normas constitucionales que imponen
tareas a los poderes públicos.
ordenación de los actores del proceso político estatal, sino como una nor
ma jurídica susceptible de ser aplicada a los casos concretos, al igual que
cualquier otra ley. En caso de contradicción entre la Constitución y otra
norma cualquiera, incluidas las leyes aprobadas por el Congreso, el Tri
bunal Supremo de los Estados Unidos entiende, ya desde 1803 (caso Mar
bury v. Madison), que la Constitución debe primar como norma superior,
por ser su creación imputada al pueblo. Cualquier juez debe actuar de
ese modo: se habla de una jurisdicción constitucional difusa, que simple
mente inaplica la ley inconstitucional en el caso concreto planteado ante
cualquier juez. Pero, a través del sistema de recursos, tal inaplicación
puede acabar siendo valorada por el Tribunal Supremo; y en virtud del
principio del stare decisis, que vincula a los jueces a las decisiones previas
de casos similares, la decisión singular sobre la inconstitucionalidad de la
ley puede alcanzar valor general y estable.
b) La segunda tradición relevante parte de un problema de teoría del
Derecho, el que plantea la determinación de la validez de las normas ju
rídicas. Según la construcción de Kelsen (Teoría pura del Derecho, 1934), La construcción
kelseniana:
cada norma se funda en el hecho de haber sido aprobada de acuerdo con la Constitución
las prescripciones de una norma superior, encargada de determinar el como parámetro
órgano competente para hacerlo y su procedimiento de actuación. Para de validez
regímenes dictatoriales en los años setenta del siglo xx; y, después, a los
Estados que surgen en el este de Europa tras la caída del imperio sovié
tico ya en la última década de ese siglo. La jurisdicción constitucional
se presenta en estos casos como un instrumento indispensable para
preservar los derechos fundamentales de los ciudadanos, que aunque
aparecen consagrados en las Constituciones, de acuerdo con la expe
riencia de las dictaduras, pueden ser luego vulnerados incluso por el
legislador.
La articulación práctica de esta jurisdicción constitucional recuerda
en parte al modelo kelseniano de jurisdicción concentrada, porque se sue
le atribuir el control de las leyes a un tribunal especializado. La diferencia
esencial consiste en que se incorpora la noción americana de Constitu
ción: esta no es solo un límite de la ley, sino una norma directamente apli
cable, en particular en cuanto reconoce a los ciudadanos ciertos derechos
fundamentales. La declaración de inconstitucionalidad de la ley, por ser
contraria a un derecho fundamental, lleva, por tanto, a aplicar directa
mente la Constitución.
En este mismo contexto, en Alemania se atribuyó al Tribunal Consti
tucional, como se hizo luego en España, una competencia específica para
la tutela de los derechos fundamentales por parte del Tribunal Constitu
cional: el recurso de amparo. No se trata solo de asegurar que son respe
tados por las leyes, sino de garantizar su vigencia en todos los ámbitos del
ordenamiento jurídico. Así se amplía el ámbito de la jurisdicción consti
tucional más allá del estricto control de las leyes. Con ello se refuerza la
importancia de la jurisprudencia que emana del Tribunal Constitucional,
que no se limita a expulsar las leyes inconstitucionales del ordenamiento,
sino que interpreta y aplica la Constitución en casos concretos; sus razo
namientos tendrán enorme transcendencia en la vida efectiva del Dere
cho, pues determinan el modo de entender una norma que es aplicable
por todos los jueces.
2. La jurisdicción constitucional se concreta en España a través del
Tribunal Tribunal Constitucional, cuya creación prevé el T ítulo IX de la Constitu
Constitucional
ción. Lo estudiaremos con detalle en una lección ulterior; pero hace falta
una primera aproximación a sus competencias para comprender el alcan
ce de la normatividad de la Constitución en España.
Control de a) El Tribunal Constitucional controla la validez de las leyes. Eso
constitucionalidad
de la ley
puede ocurrir, siguiendo el modelo kelseniano, a petición de una serie
muy limitada de sujetos legitimados para plantear directamente el recur
so de inconstitucionalidad; pero también cuando los jueces ordinarios,
en el curso de un proceso, le plantean la cuestión de inconstitucionali
dad. En cualquier caso, debe subrayarse que, en este ámbito del control
de la ley, el Tribunal Constitucional opera con gran deferencia hacia el
legislador; para que llegue a poner en cuestión la actividad del mismo,
por ejemplo entendiendo que una ley ha violado alguno de los derechos
fundamentales reconocidos en la Constitución, la infracción ha de ser
Tutela
muy patente.
de los derechos b) Un segundo bloque de competencias se refiere al amparo de de
fundamentales
terminados derechos fundamentales frente a los actuaciones de otros po-
LA NORMATIVIDAD DE LA CONSTITUCIÓN 75
deres públicos que pudieran haberlos infringido; lo pueden solicitar los ciudadanos
tras haber agotado todos los medios posibles de tutela que ofrecen los tribunales
ordinarios. El Tribunal Constitucional ejerce así un control final sobre el respeto a los
derechos fundamentales por parte de la administración y de los jueces; y ambos poderes,
sometidos a tal vigilancia, se han acostumbrado por ello a aplicar los derechos
fundamentales en su actuación cotidiana. Como tal actuación está también sujeta a las
leyes, eso significa que, gracias al Tribunal Constitucional, los derechos fundamentales
se proyectan hoy de forma común en la interpretación y la aplicación de las leyes.
e) Un tercer y último bloque de competencias se orienta a garantizar que cada
órgano constitucional respeta las competencias de los demás, y muy particularmente a
resolver los conflictos de competencias que surgen entre el Estado y las Comunidades
Autónomas, decidiendo en cada caso a quién le corresponde realizar la correspondiente
actuación. Como ya hemos apuntado anteriormente, tal distribución de competencias
no está fijada solo por la Constitución; esta determina ciertos límites, pero son sobre
Resolución
todo los Estatutos de Autonomía (a veces complementados con otras leyes estatales) los de conflictos
que deciden el nivel de competencias de la correspondiente Comunidad Autónoma. Por de competencias
eso, el Tribunal Constitucional debe resolver tales conflictos teniendo en cuenta ese
conjunto de normas que delimitan las competencias del Estado y las Comunidades
Autónomas, y que se denomina a veces «bloque de la constitucionalidad». La
contribución del Tribunal Constitucional ha sido decisiva para ir fijando, a lo largo del
tiempo, una serie de criterios interpretativos que permiten tratar con relativa coherencia
ese complejo normativo ciertamente abigarrado.
Respuesta al caso 2:
Es cierto que la jurisdicción constitucional se concibe inicialmente para controlar la
constitucionalidad de las leyes, pero el control de las leyes, por su parte, pretende
especialmente garantizar que estas respetan los derechos fundamentales. Lo que se podría
considerar extraño en España no es la existencia de un recurso de amparo, sino
precisamente que ese recurso no pueda plantearse contra las leyes, sino solo contra sus actos
de aplicación (por parte de la administración o de los tribunales). Por lo demás, la eficacia
normativa de la Constitución no se agota en su condición de límite de la ley; los derechos
fundamentales son decisivos en la interpretación y aplicación del Derecho por parte de los
jueces y tribunales. En esa medida, el recurso de amparo es un instrumento decisivo para que
el Tribunal Constitucional pueda garantizar la plena normatividad de la Constitución.
Reflexiones complementarias:
Aunque los orígenes de la justicia constitucional se sitúan, como hemos dicho, en
la tradición norteamericana, hay que recordar que allí opera inicialmente una idea
de Constitución muy alejada de la actual. Basta señalar el hecho de que, aprobada
la Constitución en 1787, la esclavitud no fue abolida hasta la segunda mitad del si
glo XIX, y no a través de una decisión del Tribunal Supremo, sino de una guerra civil:
no se puede decir que la Constitución garantizara la libertad y la igualdad. El Tribunal
Supremo no comienza a utilizar los derechos individuales para controlar la consti
tucionalidad de la ley hasta finalizar el primer tercio del siglo XX, y lo hace entonces
precisamente para frenar las reformas políticas y sociales del llamado New Deal, mo
vimiento impulsado como respuesta a la crisis de 1929 en una dirección próxima a
76 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
lo que hoy conocemos como Estado social. Hay que esperar a las administraciones
demócratas de los años sesenta, y con un amplio movimiento popular a sus espaldas,
para registrar cierto activismo judicial en favor de los derechos civiles.
Reflexiones complementarias:
Como hemos visto, la integración europea introduce cambios en el contenido de la
Constitución. Pero también puede decirse que altera el significado de las constituciones de
los Estados miembros y su fuerza normativa: las funciones que en la teoría clásica
identificaban materialmente a la Constitución se cumplen ahora a través de un nuevo
entramado jurídico, en el cual el Derecho de la Unión Europea ocupa un lugar relevante. En
efecto, la Constitución aspira a regular los procedimientos y límites en la producción ordinaria
del Derecho. Pero el Derecho de la Unión Europea, de un lado, es producido por mecanismos
no regulados por la Constitución; de otro, no solo no queda sujeto a las reglas
constitucionales del mismo modo en que lo está el resto del ordenamiento jurídico, sino que él
mismo se impone a la libertad de configuración del legislador constituido, como límite
adicional a los constitucionalmente establecidos. De este modo, las tareas de los poderes
públicos y el Derecho que rige las conductas de los ciudadanos no derivan ya simplemente de
mandatos constitucionales o de procesos regulados por la Constitución; normas y procesos de
la Unión Europea se cruzan con ellos en relaciones diversas, desplazando con frecuencia al
Derecho propio de los Estados.
LA NORMATIVIDAD DE LA CONSTITUCIÓN 79
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) Las normas constitucionales solo tienen fuerza normativa si coinciden
con las conductas reales de los ciudadanos y los poderes públicos.
b) La fuerza normativa de las normas constitucionales consiste en ofrecer
un programa general de actuación para los poderes públicos.
c) La fuerza normativa de las normas constitucionales consiste en limitar
la acción del legislador.
d) la fuerza normativa de la Constitución implica (entre otras cosas) que las
normas constitucionales pueden condicionar la interpretación de otras
normas.
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El Tribunal Constitucional es el único que aplica la Constitución en España.
b) El Tribunal Constitucional está encargado en España de la garantía de
los derechos fundamentales.
c) El Tribunal Constitucional está encargado en España de inaplicar las leyes
contrarias a la Constitución.
d) El Tribunal Constitucional puede reformar la Constitución para adecuarla a
las nuevas leyes.
3. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) La reforma de la Constitución exige siempre la intervención del pueblo me
diante referéndum.
b) La reforma de la Constitución solo pueden ponerse en marcha mediante ini
ciativa popular.
c) La reforma de la Constitución no puede someterse a referéndum.
d) La reforma de la Constitución siempre exige mayorías especiales en el Con
greso y en el Senado.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre la normatividad de la Constitución y su supremacía son particularmente
interesantes:
HESSE, Konrad, «La fuerza normativa de la Constitución», en HESSE, Konrad, Escritos
de Derecho Constitucional, Madrid: FCJE-CEPC, 2011.
Orro Y PARDO, Ignacio de, Derecho constitucional, Barcelona: Ariel, 1987.
Acerca de los orígenes del control de constitucionalidad pueden consultarse:
BLANCO VALDÉS, Roberto, El valor de la Constitución, Madrid: Alianza, 1994.
CRUZ VILLALÓN, Pedro, La formación del sistema europeo de control de constitucionali
dad (1918-1939), Madrid: CEC, 1987.
La reforma de la Constitución ha dado lugar en España a estudios de gran interés
y profundidad. Pueden mencionarse aquí:
PÉREZ ROYO, Javier, La reforma de la Constitución, Madrid: Congreso de los Diputados,
1987.
TAJADURA TEJADA, Javier, La reforma constitucional: procedimientos y límites, Madrid:
Marcial Pons, 2018.
VEGA GARCÍA, Pedro de, La reforma constitucional y la problemática del poder constitu
yente, Madrid: Tecnos, 1985.
Por último, las alteraciones en el orden constitucional generadas por la integra
ción europea pueden verse resumidamente en:
PÉREZ TREMPS, Pablo, «Constitución española y Unión Europea», en Revista Española
de Derecho Constitucional, núm. 71, 2004.
CAPÍTULO 5
ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL DEL ESTADO
CASOS
Caso l. De acuerdo con el art. 134 CE, una propuesta presentada en el parla
mento, en las Cortes Generales, que «suponga aumento de los créditos o disminución
de los ingresos presupuestarios requerirá la conformidad del Gobierno para su tra
mitación». Ello limita la potestad legislativa de las Cortes Generales, cuyas iniciativas
pueden ser paralizadas por el Gobierno.
¿Respeta esa previsión el principio de división de poderes, conforme al cual la potes
tad legislativa debería corresponder al parlamento elegido democráticamente?
Caso 3. Las Cortes Generales aprueban una ley que amplía las posibilidades
legales de interrupción voluntaria del embarazo. Para que la ley pueda entrar en
vigor necesita, como todas las leyes, la firma del rey, llamada «sanción». Ciertos
grupos piden al rey que en este caso no sancione la ley, invocando la grave
responsabilidad política y moral que asume con ello.
¿Puede el rey negarse a sancionar una ley? ¿Asume el rey con la sanción alguna
responsabilidad?
84 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
positiva: alude a ciertas divisiones que no solo son útiles para ejercer me
jor el poder, sino que además son buenas para lograr otros fines.
Esto se remonta a la doctrina clásica de la respublica mixta, presente La división
de poderes
ya en la filosofía política de la Grecia antigua: se consideraba entonces como reflejo
que una estructura del poder público que combinara la monarquía, la de la diversidad
aristocracia y la democracia reflejaría la estratificación social preexisten social
Reflexiones complementarias:
Hemos señalado que los tres poderes clásicos son el legislativo, que aprueba las leyes, el
ejecutivo, que cuida de su cumplimiento, y el judicial, que las aplica en caso de conflicto.
Pero también hemos visto en el capítulo cuarto que desde la segunda mitad del siglo xx
se introduce un nuevo actor en los equilibrios de poder de los Estados constitucionales:
la jurisdicción constitucional, atribuida a un órgano específico con capacidad para
anular las leyes. Tal órgano parece que se limita a proyectar la fuerza normativa de la
Constitución, y en ese sentido no ejerce un poder propio; es la voz por la que el
poder constituyente, desaparecido con la aprobación de la Constitución, habla ahora de
los conflictos del presente. Como habíamos señalado en el primer capítulo, las normas solo
cobran sentido mediante
ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL DEL ESTADO 87
deja de manar, el proceso político está por principio siempre abierto: por
que los nuevos problemas exigen nuevas soluciones, porque los nuevos y apertura
del proceso
ciudadanos deben tener espacio para incorporar al proceso su voluntad y político
porque todos tienen que tener la libertad de cambiar de criterio.
Ahora bi en, para que una plurali dad ci udadana en constante reno
vaci ón se pueda converti r en voluntad operati va, en poder estatal más
o menos estable, es precisa la racionalización e institucionalización del Racionalización
e institucio
proceso político; es necesario confiar el poder público a sujetos concretos nalización
que lo ejercen, de forma temporal, en el marco de un determinado siste del proceso
ma institucional. Eso hace la Constitución democrática cuando somete político
Reflexiones complementarias:
La soberanía popular, en la concepción originaria y radical de Rousseau, es
incompatible con la representación política: «desde el momento en que el pueblo
nombra representantes ya no es libre», decía ese autor. Sin embargo, no es posible
gobernar un Estado exclusivamente mediante la democracia directa; e incluso se
comprobó con el tiempo que los instrumentos de democracia directa y semidirecta, el
referéndum y la iniciativa legislativa popular, pueden ser un terreno especialmente
propicio para la demagogia. De ese modo se ha llegado a un predominio absoluto
de la democracia representativa. Sin embargo, algunas propuestas buscan un nuevo
equilibrio entre ambas modalidades. Así, de los movimientos sociales vinculados al
llamado « 15-M» surgió la iniciativa de reforma de los arts. 87 .2, 92 y 166 CE tramitada
en la Comunidad Autónoma de Asturias; tal iniciativa proponía, en síntesis, eliminar la
prohibición de que la iniciativa legislativa popular afectara a determinadas materias,
incluida la reforma constitucional, así como ampliar las posibilidades de convocatoria
de referéndum consultivo y convertir su resultado en vinculante siempre que «hayan
participado en la votación la mayoría de quienes tengan derecho a hacerlo y haya
sido aprobado por mayoría de los votos válidamente emitidos».
ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL DEL ESTADO 91
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre la democracia y la representación pueden consultarse:
ARAGóN REYES, Manuel, Constitución y democracia, Madrid: Tecnos, 1997.
DIAZ GARCÍA, Elías, Estado de derecho y sociedad democrática, Madrid: Taurus, 1981.
GARRORENA MORALES, Ángel, Escritos sobre la democracia. La democracia y la crisis de
la democracia representativa, Madrid: CEPC, 2015.
Acerca de la división de poderes, por ejemplo:
GARCIA-PELAYO Y ALONSO, Manuel, «División de poderes», en José Juan González Enci
nar (dir.), Diccionario del sistema político español, Madrid: Akal, 1984.
PUNSET BLANCO, Ramón (coord.), La división de poderes (Fundamentos, núm. 5), Ovie
do: Junta General del Principado de Asturias, 2009.
Acerca de la monarquía:
ARAGÓN REYES, Manuel, Dos estudios sobre la Monarquía parlamentaria en la Constitu
ción española, Madrid: Civitas, 1990.
GARCÍA CANALES, Mariano, La Monarquía parlamentaria española, Madrid: Tecnos,
1991.
CAPÍTULO 6
LAS CORTES GENERALES
CASOS
Caso 1. La Constitución establece que los senadores serán elegidos, la mayor
parte directamente por los ciudadanos, y un número más reducido por las Comuni
dades Autónomas. El Gobierno decide proponer una reforma constitucional para que
todos los senadores sean designados por las Comunidades Autónomas, con el objetivo
de dotar al Senado de un verdadero carácter territorial.
¿Es posible dicha refonna? ¿ Pennitiría una refonna de ese tenor distinguir de fonna
efectiva, dentro del sistema bicameral, las representaciones del Congreso y del Senado?
l. LA ESTRUCTURA BICAMERAL
l. De acuerdo con la Constitución (arts. 1 y 66), las Cortes Generales
representan al pueblo español en el que reside la soberanía nacional y del
que emanan los poderes del Estado. Su estructura es bicameral: están
Congreso formadas por dos cámaras, el Congreso de los Diputados y el Senado.
y Senado
Este bicameralismo responde al intento de que el Congreso y el Sena
El Senado como do se complementen, encarnando representaciones diferentes. Es lo que
teórica Cámara
de representación
suele hacerse en los Estados federales o descentralizados: se atribuye a
territorial una de las cámaras la representación de los intereses de los territorios con
poder político y a la otra la del pueblo del Estado en su conjunto; cabe
citar como ejemplo de cámaras de representación territorial el Senado en
los Estados Unidos o el Bundesrat en Alemania. El sistema bicameral es
pañol seguiría este modelo.
La representación territorial, sin embargo, no es la única justificación
Otros modelos de que puede encontrar un sistema bicameral; también puede establecerse
bicameralismo una segunda cámara con objeto de que sirva de elemento moderador de
las decisiones de la representación popular, especialmente cuando su
elección responde a un criterio en alguna medida aristocrático, o simple
mente para que, mediante la prolongación del procedimiento de toma de
decisiones (que primero se desarrolla en una cámara y luego en la otra),
se eviten decisiones precipitadas y «en caliente» (por eso se la llama inclu
so «cámara de enfriamiento»). De hecho, en la historia constitucional es
pañola casi todas las constituciones han optado por un modelo bicameral
invocando estas razones; solo en 1812 y 1931 se optó por una estructura
monocameral.
2. El propósito constitucional de asignar representaciones diferen
La territorialidad tes a cada cámara no ha terminado de realizarse, ya que el Senado funcio
limitada del
Senado
na en la práctica a imagen y semejanza del Congreso. La singularidad del
Senado como Cámara de representación territorial, apenas se ve reflejada
en unos pocos aspectos de su composición, organización y competencias:
en composición, a) En el plano de la composición, la mayor parte de los senadores
son elegidos directamente por los ciudadanos (en circunscripción provin
cial, como para el Congreso), mientras que solo una pequeña fracción
procede de las Comunidades Autónomas. Estos últimos son los denomi-
LAS CORTES GENERALES 97
Caso 1. La Constitución establece que los senadores serán elegidos, la mayor parte
directamente por los ciudadanos, y un número más reducido por las Comunidades
Autónomas. El Gobierno decide proponer una reforma constitucional para que todos los
senadores sean designados por las Comunidades Autónomas, con el objetivo de dotar al
Senado de un verdadero carácter territorial.
¿Es posible dicha reforma? ¿Permitiría una reforma de ese tenor distinguir de forma
efectiva, dentro del sistema bicameral, las representaciones del Congreso y del Senado?
Respuesta al caso 1:
La Constitución define al Senado como cámara de representación territorial
(art. 69 CE) aunque en la práctica, como se ha dicho, apenas responde a tal caracteri
zación. Si quisiera dotarse de verdadero carácter territorial a esta cámara, resultaría
precisa sin duda una reforma constitucional que afectara tanto a su ámbito de compe
tencias como a su propia composición. Respecto a la composición, la elección de los
senadores en una circunscripción no provincial, sino autonómica, ha sido una de las
opciones que se ha barajado; también la designación de los senadores por parte de la
asamblea legislativa de las Comunidades Autónomas o incluso, siguiendo el modelo
alemán, de los gobiernos autonómicos. En cualquier caso, tal reforma tendría que
complementarse con otra del ámbito competencia! que profundizara en la misma
línea.
Reflexiones complementarias:
En líneas generales, el Senado se ha comportado como una suerte de réplica del
Congreso, aunque con muchas menos competencias, a modo de cámara de
enfriamiento o retardamiento de las decisiones parlamentarias, que simplemente da
ocasión a que se introduzcan algunos elementos que pueden enriquecer el texto ini
cialmente aprobado por el Congreso o permite ampliar el consenso, pero también
introducir cuestiones absolutamente alejadas del proyecto inicial que, por interés
político, se quieren debatir de modo apresurado. En este sentido, por ejemplo, a un
Gobierno que cuente con el apoyo de la mayoría del Congreso y del Senado le resulta
muy útil la posibilidad de presentar enmiendas en el Senado a un texto aprobado ya por
el Congreso; a través de una enmienda se pueden introducir en una ley que ya está
prácticamente aprobada normas que interesa aprobar con rapidez, sin someter a un
detallado y largo debate público, aunque no guarden relación alguna con la materia de
la ley en cuestión. Eso ocurrió, por ejemplo, cuando el Senado aprobó como enmienda a
la Ley de arbitraje de 2003 una reforma del Código Penal para tipificar un nuevo delito.
11. EL SISTEMA ELECTORAL
1. El Derecho electoral es el conjunto de normas que regula los pro-
Sistema electoral cesos para la elección de los representantes de los ciudadanos. Fija las
paredes maestras de dicho procedimiento, como son: la determinación de
la circunscripción en la que se elegirán los representantes, el número de
representantes a elegir en cada circunscripción, la formación de las can
didaturas y la fórmula que permitirá traducir en escaños (puestos o asien
tos en el parlamento) el número de votos obtenidos por cada candidatura.
Al conjunto de estos elementos definidos por el derecho electoral se le
denomina sistema electoral.
LAS CORTES GENERALES 99
Reflexiones complementarias:
A los efectos del cómputo de votos se tienen en cuenta todos los votos válidamente
emitidos, pero no los votos nulos, con lo que, en la práctica, la barrera electoral es un
poco superior al 3 por 100. Los votos en blanco, por tanto, benefician de alguna forma
a los partidos mayoritarios, pese a lo que suele creerse. De todas maneras, lo cierto
es que el tamaño de las circunscripciones y el número de escaños a repartir en cada
una hacen que sea muy extraño que un partido que no haya obtenido ese porcentaje
de votos pueda obtener representación; algún caso ha ocurrido, no obstante, en las
circunscripciones de mayor tamaño.
caso de extinción de las líneas llamadas a suceder en el trono, prohibir de acuerdo con el rey
el matrimonio de las personas con derecho a suceder, tratar sobre las abdicaciones y
renuncias al trono o resolver las dudas de hecho o de derecho en el orden sucesorio, nombrar
regente o tutor del rey en determinados supuestos, etcétera.
Caso 3. El Gobierno presentó un proyecto de ley en el Congreso, que lo tramitó, y una vez
aprobado lo envió al Senado para que fuese allí debatido y votado. El Gobierno solicitó
entonces al Senado que tramitase ese proyecto por el procedimiento de urgencia. Este, sin
embargo, rechazó la solicitud. A su juicio, el Gobierno debía haber solicitado el
procedimiento de urgencia cuando presentó el proyecto en el Congreso; no podía hacerlo
posteriormente, cuando el proceso estaba avanzado y el proyecto había llegado al Senado,
porque eso suponía una interferencia en el ejercicio de las competencias legislativas que
corresponden a las Cortes Generales según el art. 66 CE.
¿Es admisible tal rechazo?
Respuesta al caso 3:
Las Cortes Generales ejercen la potestad legislativa del Estado; ahora bien, ello no
excluye la presencia del Gobierno en dicho procedimiento. Ya hemos visto en el capítulo
anterior que la división de poderes no es un esquema rígido, sino que resulta modulado en
cada ordenamiento constitucional. En el caso planteado, resuelto por la STC 234/2000, el
Tribunal recordó que el art. 90 CE permite al Gobierno solicitar que un proyecto de ley se
tramite por el procedimiento de urgencia y señaló que no existe limitación temporal alguna
para el ejercicio de esta facultad. Según el TC «en la urgencia, pues, que el Gobierno atribuye
a un determinado proyecto de ley estriba la razón y el fundamento último de la facultad que
al Gobierno confiere el art. 90.3 CE, siendo claro que dicha urgencia puede ser percibida
tanto en el momento de depositar el proyecto de ley en el Congreso de los Diputados como
en un momento posterior, iniciada ya la tramitación parlamentaria del mismo, como
consecuencia de cambios de circunstancias. Así pues, no existe, en principio, razón o
justificación alguna, atendiendo a la finalidad de la facultad conferida al Gobierno en el art.
90.3 CE, para deducir el límite temporal que se aduce».
Reflexiones complementarias:
Se ha discutido que deba corresponder a las cámaras, y en último término a los grupos
políticos presentes en ellas, el nombramiento de autoridades encargadas de controlar la
acción de los poderes públicos: el TC que controla la constitucionalidad de las leyes es
nombrado en buena medida por las cámaras que las aprueban, el Tribunal de Cuentas
controla la contabilidad de los partidos políticos que han intervenido en el nombramiento de
sus miembros, el CGPJ debe velar por la independencia de los jueces frente a intromisiones de
otros poderes ... La sospecha de utilización partidaria de esos nombramientos pretende ser
solventada exigiendo un alto grado de consenso para ellos, por ejemplo con mayorías muy
elevadas en las cámaras; pero eso solo funciona si la mayoría se logra confluyendo realmente
desde posiciones distintas sobre nombres irreprochables, no cuando se consigue
repartiendo los cargos a nombrar entre los partidos que la forman. Las indudables
dificultades que se encuentran a la hora de corregir esta desviación no deben hacernos olvidar,
sin embargo, que es difícil imaginar un sistema alternativo que resulte más fiable.
MODELOS DE PREGUNTA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre la estructura bicameral:
MOLAS I BATLLORI, Isidro, y PITARCH I SEGURA, Ismael, Las Cortes Generales en el sistema
parlamentario de Gobierno, Madrid: Tecnos, 1987.
PuNSET BLANCO, Ramón, Las Cortes Generales, Madrid: CEC, 1983.
Sobre los regímenes y sistemas electorales:
ARIÑO ÜRTIZ, Gaspar; ARNALDO ALCUBILLA, Enrique; DELGADO-IRIBARREN GARCÍA-CAMPE
RO, Manuel; GAVARA DE CARA, Juan Carlos, y SANTOLAYA MACHETTI, Pablo, «Encuesta
sobre el sistema electoral», Teoría y Realidad Constitucional, núm. 19, 2007.
DELGADO-IRIBARREN GARCÍA-CAMPERO, Manuel; RIPOLLÉS SERRANO, Maria Rosa, y BIGLI
NO CAMPOS, Paloma, El sistema electoral español. Un debate de sus logros y deficien
cias, Zaragoza: Fundación Manuel Giménez Abad, 2012.
Sobre las funciones de las Cortes Generales:
GóMEZ CORONA, Esperanza, Las Cortes Generales en la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, Madrid: Congreso de los Diputados, 2008.
MARTÍNEZ ELIPE, León, Tratado de Derecho Parlamentario, 3 vals., Navarra: Aranzadi,
2000-2007.
SANTAOLALLA LóPEZ, Fernando, Derecho parlamentario español, Madrid: Dykinson,
2.ªed., 2019.
TUDELA ARANDA, José, El parlamento necesario. Parlamento y democracia en el siglo XXI,
Madrid: Congreso de los Diputados, 2008.
CAPÍTULO 7
ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO
DE LAS CÁMARAS
CASOS
Caso 1. Un senador publicó un artículo muy duro y crítico con el Gobierno, en
el que explicaba que, en su opinión, este no tenía ningún interés en resolver los «ase
sinatos fascistas en Euskadi» y se preguntaba cuál era la razón de ese desinterés. Por
ello fue acusado de un delito de injurias al Gobierno.
¿Puede el senador alegar que esas opiniones están protegidas por la inviolabilidad
parlamentaria?
Organización Una vez creados los grupos parlamentarios se organizan con total au
tonomía; únicamente se les exige que nombren un portavoz, que actuará
como representante del grupo.
2. Las cámaras disponen de una serie de órganos de dirección y go
Organización bierno interno: el presidente y la Mesa, que se encuentran reconocidos por
interna la propia Constitución, y la Junta de Portavoces, creada por los Regla
de las cámaras
mentos de las cámaras.
Presidente A) El presidente de la cámara (elegido por la misma) ostenta su re
presentación, ejerce todos los poderes administrativos y facultades de po
licía en el interior de la misma, y además dirige y coordina las acciones de
Funciones la Mesa, preside y dirige los debates parlamentarios, interpreta y hace
cumplir el Reglamento de la cámara, etc. El presidente del Congreso de
los Diputados asume algunas otras funciones de relevancia constitucio
nal, especialmente mediante su participación en el procedimiento de in
vestidura del presidente del Gobierno (arts. 99 y 64 CE); también le co
rresponde presidir las sesiones conjuntas de ambas cámaras.
La Mesa B) Las Mesas son el órgano rector de cada una de las cámaras y
adoptan las decisiones necesarias para organizar el trabajo parlamenta
rio: califican los escritos y documentos de índole parlamentaria y deciden
sobre su admisibilidad y tramitación, fijan los calendarios de activida
Funciones des, etc. Tienen en principio un carácter institucional, neutral respecto de
las orientaciones políticas, que las diferencia, por ejemplo, de la Junta de
Portavoces que luego analizaremos. La Mesa del Congreso de los Diputa
dos está compuesta por el presidente del Congreso, cuatro vicepresiden
tes y cuatro secretarios (art. 30 RCD) mientras que la del Senado la com
ponen el presidente, dos vicepresidentes y cuatro secretarios (art. 4 RS).
Asisten a sus reuniones, con voz aunque sin voto, el secretario general
(caso del Congreso) y el letrado mayor (caso del Senado), cargos nombra
dos por la Mesa de cada cámara entre miembros del Cuerpo de Letrados
de las Cortes Generales.
Junta C) La Junta de Portavoces está integrada por los portavoces de los
de Portavoces diferentes grupos parlamentarios y se reúne bajo la presidencia del presi
dente de la cámara. Las decisiones de la Junta de Portavoces se adoptan
con voto ponderado, de modo que cada portavoz hace valer en ellas la
fuerza numérica de su propio grupo. A la Junta de Portavoces se le reser
van importantes competencias en la ordenación de los trabajos de la cá
mara, que termina así dependiendo de la decisión de los grupos parla
mentarios.
La Diputación 3. La Diputación Permanente (art. 78 CE) de cada una de las cámaras
Permanente es un órgano parlamentario que funciona cuando estas no se encuentren
reunidas o cuando se ha terminado su mandato, sea por el transcurso de
los cuatro años o por su disolución. Se trata con ello de garantizar la con
tinuidad de la institución parlamentaria y de disponer de un órgano que
vele por los poderes de las cámaras en estos periodos, solicitando en caso
necesario, como hemos visto, la convocatoria de una sesión extraordina
ria para que la cámara misma pueda actuar. Tal sesión no puede convo
carse cuando las cámaras estén disueltas o hubiera expirado su mandato;
entonces se atribuyen a la Diputación Permanente del Congreso algunos
ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LAS CÁMARAS 113
poderes especiales: asumirán las facultades de convalidación o derogación de los
decretos-leyes (art. 86 CE) y la participación en los procedimientos de declaración de
los estados de alarma, excepción o sitio (art. 116 CE). Componen la Diputación
Permanente un mínimo de veintiún miembros, elegidos por los grupos parlamentarios
en proporción a la importancia numérica de cada uno de ellos en la cámara (dicha
proporción la fija la Mesa oída la Junta de Portavoces), y está presidida por el presiden
te de la cámara que corresponda.
Respuesta al caso 2:
Un caso similar se produjo en el Parlamento Vasco y, planteado un recurso de amparo
ante el TC, este anuló la decisión del presidente del Parlamento (STC 361/2006). Pero la
sentencia tuvo solo carácter declarativo, pues habían transcurrido ya dos años desde la
votación y los Presupuestos ya habían sido ejecutados; la resolución no tuvo consecuencia
alguna, más allá de suponer una dura crítica a la labor del presidente de aquella cámara:
«La actuación de la presidencia del Parlamento supuso, pura y simplemente, lesionar el
derecho de votar de la parlamentaria. No es lógico entender que, ante un problema técnico[ ...
], la única reacción presidencial fuera la negativa a la comprobación de la anomalía en ese
momento y a la repetición, en su caso, de la votación controvertida, con las graves
consecuencias que ello implicaba para el resultado de la misma y para el conocimiento de la
auténtica voluntad de la cámara en tema tan trascendente como era la aprobación de su Ley
de presupuestos».
Reflexiones complementarias:
Para el buen funcionamiento de una cámara parlamentaria resulta esencial la
independencia del presidente en el ejercicio de su función. Lo habitual es que los
presidentes, por el juego de las mayorías, formen parte del grupo parlamentario que
sustenta al Gobierno; pero ello no impide que el presidente, en el ejercicio de su
función, pueda comportarse como demanda la misma, y de hecho así se ha podido
comprobar, al menos en líneas generales, a lo largo de todas las legislaturas, con
un comportamiento habitualmente exquisito de los diferentes presidentes. Cuestión
distinta es lo que haya podido ocurrir en determinados parlamentos autonómicos,
como el que da origen al caso analizado.
111. EL FUNCIONAMIENTO DE LAS CÁMARAS
1. El periodo de mandato para el que son elegidas las cámaras se de
nomina legislatura y tiene una duración de cuatro años (arts. 68 y 69 CE). Legislatura
y disolución
Transcurrido ese periodo, por tanto, termina el mandato de diputados y anticipada
senadores. Aunque también es posible que se produzca una disolución
anticipada que precipite su finalización: una disolución discrecional, por
la simple voluntad del presidente del Gobierno, que puede proponer al rey
la disolución de las cámaras previa deliberación del Consejo de Ministros
(art. 115 CE); o una disolución automática, como consecuencia de algún
hecho que provoque automáticamente tal disolución y que, en nuestro
caso, son dos: un procedimiento frustrado de investidura que no logre
proponer un presidente del Gobierno una vez transcurridos dos meses
desde la primera votación (art. 99.5 CE) o la aprobación de una propues
ta de reforma agravada de la Constitución (art. 168 CE).
2. Durante la legislatura, las reuniones de las cámaras se producen Periodos
en dos periodos ordinarios de sesiones, que van de septiembre a diciembre de sesiones
114 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
cámaras, tanto de las sesiones plenarias como de las comisiones. Para las sesiones
plenarias del Congreso, el orden del día lo fija el presidente de la Mesa de acuerdo
con la Junta de Portavoces; en el caso del Senado lo fija el presidente del Senado
de acuerdo con la Mesa y oída la Junta de Portavoces. En las sesiones de las
Comisiones depende de la decisión del presidente de la comisión oída su propia
Mesa.
e) El debate es la forma normal de trabajo de las cámaras. Todas las sesiones,
de pleno y de comisiones, deben ir precedidas o acompañadas de deliberaciones en Debate
las que participan todos los grupos parlamentarios que lo deseen. Frente a la
libertad con la que se desarrollaban los debates en el primer parlamentarismo, hoy
en día, para evitar prácticas obstruccionis-tas, los debates están muy regulados y se
celebran con un sistema de tur-nos de palabra rígidamente preestablecidos y con
tiempos limitados.
d) Para decidir, las cámaras han de contar con el quorum de asisten-cia, es
decir, deben asistir a la reunión la mayoría de sus miembros; si no es así, no podrá Ouorum
adoptarse válidamente ningún acuerdo.
e) La votación es el acto a través del cual las cámaras adoptan sus
decisiones y manifiestan su voluntad. Los acuerdos deben ser aprobados por la
mayoría de los miembros presentes (quorum de votación), aunque en votación
determinadas procedimientos o votaciones se exigen mayorías superiores, que se
computan sobre el número total de miembros de la cámara con independencia de
su asistencia efectiva a la sesión (mayoría absoluta para la aprobación de leyes
orgánicas en el Congreso de los Diputados, mayorías superiores para la reforma
constitucional, etc.).
6. Las sesiones plenarias de las cámaras son públicas, salvo que se adopte
un acuerdo en contrario por la cámara (art. 80 CE); lo contrario justamente
ocurre en las comisiones, aunque la falta de público no impi- de la asistencia de Público
los representantes debidamente acreditados de los me-dios de comunicación Y publicidad
social. Tanto de las sesiones de pleno como de las comisiones se levanta acta que
recoge las materias debatidas, las perso-nas intervinientes, las incidencias
producidas y los acuerdos adoptados. Como publicaciones oficiales de las
cámaras figuran el Boletín Oficial de las Cortes Generales y Diarios de Sesiones.
7. El voto de los diputados y senadores es personal e indelegable (art. 79
CE). Tanto en el Congreso como en el Senado se ha habilitado un procedimiento
telemático de votación en determinados supuestos, como embarazo, maternidad,
paternidad o enfermedad grave, con la finalidad de impedir que dichas
circunstancias personales puedan alterar la forma-ción de voluntad de las voto personal
cámaras. e ind616gable
Caso 3. Durante un descanso entre periodos de sesiones parlamentarias, por
vacaciones de verano, se produce la dimisión del presidente del Gobierno.
¿Podría votarse la investidura de un nuevo presidente en la Diputación
Permanente del Congreso, encargada de velar por sus funciones en tales periodos?
Respuesta al caso 3:
La Diputación Permanente del Congreso vela por los poderes de las cámaras
cuando estas no están reunidas, pero entre las competencias asignadas a la Diputa
ción Permanente del Congreso de los Diputados, a la que se asignan competencias
especiales cuando no puede convocarse una sesión extraordinaria, no se encuentra
en modo alguno la posibilidad de investir con la confianza de la cámara a candidato
alguno, función que corresponde con exclusividad al pleno. La dimisión del presidente
del Gobierno activa el procedimiento ordinario de investidura (art. 99 CE) y para
celebrar la sesión de debate y votación de investidura habría que convocar una sesión
extraordinaria del Congreso.
116 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Reflexiones complementarias:
Quizá merezca la pena recordar aquí la más célebre interrupción del funcio
namiento ordinario que han sufrido nuestras cámaras parlamentarias, en concreto
el Congreso de los Diputados. El 29 de enero de 1981 Adolfo Suárez anunció su
dimisión como presidente del Gobierno. Todavía hoy se recuerda una de las más
destacadas frases de aquel discurso: «No quiero que el sistema democrático de con
vivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España». Iniciadas las
consultas correspondientes, el rey propuso como candidato a presidente del Gobier
no a Leopoldo Calvo Sotelo. El debate de investidura comenzó el día 18 de febrero,
procediéndose a la primera votación dos días más tarde. La falta de mayoría absolu
ta (se obtuvieron solo ciento sesenta y nueve diputados, cuando hubieran resultado
precisos ciento setenta y seis) obligó a realizar una nueva votación el lunes 23 de
febrero, durante la cual se produjo la entrada del teniente coronel Tejero al mando
de un grupo de guardias civiles en el Congreso de los Diputados. Abortado afortuna
damente el golpe de Estado, tras largas horas de incertidumbre y tensión, el día 25
se produjo la segunda votación, en la que el candidato obtuvo una mayoría absoluta
holgada (ciento ochenta y seis diputados), aunque en este caso hubiera bastado la
mayoría simple.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la proposición correcta y justifica tu respuesta.
a)La inviolabilidad parlamentaria consiste en que diputados y senadores solo
puedan ser imputados por la sala de lo Penal del Tribunal Supremo.
b) La inmunidad parlamentaria es un privilegio sin base constitucional, creado
por los reglamentos de las cámaras con apoyo en la autonomía normativa de
las mismas.
c) La inviolabilidad parlamentaria protege la libre discusión y debate de los
parlamentarios.
d) La inviolabilidad parlamentaria impide la detención de los parlamentarios,
salvo en casos de flagrante delito.
2. Selecciona la proposición correcta y justifica tu respuesta.
a) El presidente de la cámara es elegido por la Junta de Portavoces.
b) La Mesa es el órgano rector de la cámara.
c) La Mesa la forman el presidente de la cámara y los portavoces de los grupos
parlamentarios.
d) Los diputados y senadores se agrupan en grupos parlamentarios y, dentro de
, ellos, en grupos territoriales.
3. Selecciona la proposición correcta y justifica tu respuesta.
a) El Congreso de los Diputados funciona en pleno y salas.
b) El Senado funciona en pleno, comisiones y grupos parlamentarios.
c) El Congreso de los Diputados alberga en su seno la Comisión General de las
Comunidades Autónomas.
d) La legislatura tiene una duración ordinaria de cuatro años.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Para abordar el estatus de las cámaras y de los parlamentarios, dentro de la exten
sísima bibliografía, puede consultarse:
CAAMAÑO DoMíNGUEZ, Francisco, El mandato parlamentario, Madrid: Congreso de los
Diputados, 1991.
MARTÍN DE LLANO, María Isabel, Aspectos constitucionales y procesales de la inmunidad
parlamentaria en el ordenamiento constitucional español, Madrid: Dykinson, 2010.
ORTEGA SANTIAGO, Carlos, El mandato representativo de los diputados y senadores, Ma
drid: Congreso de los Diputados, 2005.
ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LAS CÁMARAS 117
CASOS
Caso 1. Tras unas elecciones generales el Congreso de los Diputados se consti
tuye con parlamentarios de varios partidos políticos y sin una mayoría clara. Se inicia
el procedimiento de investidura de un presidente del Gobierno, pero no hay ningún
candidato de esos partidos que tenga el apoyo suficiente para ser investido. El rey,
entonces, propone a una persona ajena al mundo de la política, con un respaldo social
muy amplio, que cree que puede contar también con el apoyo de los distintos partidos
presentes en el Congreso.
¿Es posible esta actuación del rey?
Caso 2. Constituida una comisión de investigación en el Congreso de los Dipu
tados, parece ponerse de manifiesto la actitud delictiva del presidente del Gobierno;
terminada su actuación, la comisión da traslado de las conclusiones al Ministerio
Fiscal para que adopte las decisiones oportunas. A consecuencia de ellas se inicia un
proceso penal contra el presidente del Gobierno. En tales circunstancias, el presidente
del Congreso propone a la cámara asumir él mismo, de modo provisional, la Presiden
cia del Gobierno.
¿Es correcto el procedimiento seguido por la comisión de investigación? ¿Procede
asumir la propuesta del presidente del Congreso?
Reflexiones complementarias:
Hasta la fecha se han planteado en nuestro país cuatro mociones de censura. La primera,
en mayo de 1980 contra el Gobierno presidido por Adolfo Suárez, con Felipe González
(entonces diputado) como candidato. La segunda, en marzo de 1987 contra el Gobierno
presidido por este último, presentando como candidato alternativo a Antonio Hernández
Mancha (entonces senador). Las dos últimas, en junio de 2017 y mayo/junio de 2018 contra
el Gobierno presidido por Mariano Rajoy, con Pablo
EL RÉGIMEN PARLAMENTARIO 127
Iglesias Turrón y Pedro Sánchez Pérez-Castejón como candidatos respectivamente;
únicamente prosperó la cuarta de las citadas.
Las cuestiones de confianza presentadas hasta ahora han sido dos, en septiembre
de 1980, por el presidente Adolfo Suárez, para contrarrestar el desgaste sufrido por
la moción de censura promovida meses antes por el Partido Socialista, y en abril de
1990, por el presidente Felipe González, para subsanar una atípica votación de inves
tidura al comienzo de la legislatura, en la que no pudieron participar todos los dipu
tados como consecuencia de recursos presentados contra los resultados electorales.
La falta de ventajas tangibles y la estabilidad general que ha existido en los partidos
mayoritarios que han formado gobierno han hecho poco necesario el uso de este ins
trumento.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la proposición correcta y justifica tu respuesta:
a) El Gobierno es elegido por el Congreso de los Diputados.
b) El presidente del Gobierno es el cabeza de lista del partido más votado en las
elecciones generales.
c) El candidato a presidente del Gobierno debe presentar su programa ante el
Congreso de los Diputados y el Senado.
d) Antes de la propuesta de candidato a presidente del Gobierno, el rey debe
reunirse con los representantes designados por los grupos políticos con re
presentación parlamentaria.
2. Selecciona la proposición correcta y justifica tu respuesta:
a) La Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados puede solicitar única
mente la comparecencia del ministro de Justicia.
b) La Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados puede solicitar la
comparecencia del miembro del Gobierno que considere oportuno.
c) La Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados puede solicitar úni
camente la comparecencia del presidente del Gobierno o de quien haga sus
veces.
d) La Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados puede solicitar única
mente la comparecencia de jueces y magistrados para que respondan políti
camente de sus resoluciones.
3. Selecciona la proposición correcta y justifica tu respuesta:
a) El presidente del Congreso de los Diputados debe negarse a la tramitación
de una cuestión de confianza presentada por el presidente del Gobierno en
contra de la opinión del resto de miembros de su Gobierno.
b) Se tramitará de forma ordinaria una cuestión de confianza presentada por
el presidente del Gobierno, con independencia de que el resto de miembros
del Gobierno se hubiera manifestado en contra de la misma en la preceptiva
reunión del Consejo de Ministros.
c) La moción de censura puede presentarse para evitar que las Cortes enmien
den un proyecto de ley del Gobierno.
d) La moción de censura puede ser planteada en cualquiera de las dos cámaras,
Congreso de los Diputados o Senado.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Para profundizar en el tema del nombramiento y el cese del Gobierno pueden
consultarse:
REVENGA SANCHEZ, Miguel, La formación del gobierno en la Constitución española de
1978, Madrid: CEC, 1988.
REVIRIEGO PICÓN, Fernando, El Gobierno cesante o en funciones en el ordenamiento
constitucional español, Madrid: BOE, 2003.
128 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
CASOS
Caso 1. El presidente del Gobierno aprueba la creación de un nuevo ministerio
bajo la denominación «Ministerio de Planificación Económica» y aprovecha la situa
ción para incluir a los secretarios de Estado en el Gobierno.
¿Es posible crear ese ministerio mediante la sola voluntad del presidente del Gobier
no? ¿Pueden los secretarios de Estado formar parte del Gobierno?
Caso 2. Las Cortes Generales aprueban una ley que permite a los extranjeros sin
permiso de residencia reunirse y manifestarse en defensa de sus intereses. El Gobier
no, que tenía en las cámaras un respaldo minoritario y no pudo frenar esa ley, con
sidera que es contraria a su política de inmigración y, en ejercicio de la competencia
para dirigir la política nacional y a la Administración que la Constitución le atribuye,
ordena a las autoridades administrativas que prohíban y disuelvan las reuniones y
manifestaciones convocadas por extranjeros sin permiso de residencia. ¿Ampara la
Constitución la decisión del Gobierno?
Caso 3. La crisis económica y los dispendios atribuidos a los entes locales son
las razones del Gobierno para presentar un proyecto de reforma de la Administración
local, de acuerdo con el cual los alcaldes serán designados por el Consejo de Ministros
entre aquellos funcionarios mayores de cuarenta años que hayan demostrado
especiales méritos y capacidades, además de proyección pública y probidad
personal.
¿Sería posible dicha reforma?
eso la Constitución prohíbe que los miembros del Gobierno puedan ejer
cer otras funciones representativas diferentes al mandato parlamentario,
y tampoco podrán desempeñar otras funciones públicas no derivadas de
su propia cargo o ejercer actividades profesionales o mercantiles de nin
gún tipo. Por lo demás, la Ley 5/2006, que regula los conflictos de intere
ses de los miembros del Gobierno y la Administración, establece una lar
ga serie de previsiones adicionales.
2. El Gobierno también está integrado por órganos colegiados, el Órganos
colegiados
Consejo de Ministros y las comisiones delegadas del Gobierno, en los que
se reúnen los miembros del mismo.
A) El Consejo de Ministros reúne a todos los miembros del Gobierno Consejo
de Ministros
(presidente, ministros y vicepresidentes si los hubiera) y se identifica con
el Gobierno en cuanto órgano colegiado. La Constitución le atribuye nu
merosas competencias de forma expresa: la aprobación y remisión a las
Cortes de los proyectos de ley, la aprobación del proyecto de ley de presu
puestos generales del Estado, la aprobación de los decretos-leyes y los
decretos legislativos, etc. Se reúne habitualmente todos los viernes, la
convocatoria y fijación del orden del día corresponden al presidente.
B) Las comisiones delegadas del Gobierno son órganos especializa Comisiones
delegadas
dos por materias (asuntos económicos, políticos...), y están integradas del Gobierno
por varios miembros del Gobierno.
3. La organización y el funcionamiento del Gobierno responden a
tres principios: dirección presidencial, estructura departamental y cole Principios
gialidad y responsabilidad solidaria de sus miembros.
A) El presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funcio Dirección
presidencial
nes de los demás miembros del mismo. La primacía del presidente deri
va del modo en que se articula la relación de confianza parlamentaria.
Esa confianza se otorga mediante la investidura personal del presiden
te, no del conjunto del Gobierno; el Congreso de los Diputados otorga
su confianza a un candidato que presenta un programa de gobierno,
pero sin especificar normalmente el nombre de los ministros cuyo nom
bramiento pretende proponer al rey, y que luego podrá cesar o sustituir
con entera libertad. En caso de moción de censura, el candidato alter
nativo se presenta también de forma individual. Y es al presidente del
Gobierno en exclusiva a quien compete la disolución de las cámaras,
conjunta o separadamente, o la presentación de una cuestión de con
fianza, con el mero requisito de una previa deliberación del Consejo de
Ministros.
B) El principio departamental significa que los ministros son los Estructura
departamental
competentes de los asuntos de su departamento ministerial y los respon
sables directos de la actividad del mismo. La gestión directa de los minis
tros en sus departamentos, no obstante, se desarrolla bajo la supervisión
y dirección del presidente del Gobierno, y de acuerdo con las decisiones
adoptadas en Consejo de Ministros o, de forma más específica, con las
directrices que el presidente del Gobierno hubiera podido establecer.
C) El principio de colegialidad implica que el Gobierno, al margen de Colegialidad
las competencias que corresponden solo al presidente y a los ministros, y responsabilidad
solidaria
ha de adoptar sus decisiones en el seno del Consejo de Ministros, un ór-
132 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
1. El art. 97 CE, que abre el Título IV del texto constitucional «Del Art. 97CE
Gobierno y de la Administración», contiene una previsión genérica en la
que se indican las funciones del Gobierno: «dirige la política interior y
exterior, dirige la Administración civil y militar y la defensa del Estado,
ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria». Muchas son las
competencias que dotan de contenido a esos grandes rótulos, que produ
cen la certera impresión de que las funciones que la Constitución atribuye
al Gobierno son muy heterogéneas. Esta idea se refuerza al considerar la
proliferación de disposiciones que, en la propia Constitución, asignan al
Gobierno competencias singulares: desde la iniciativa legislativa (art. 87 y otras
competencias
CE) y presupuestaria (art. 134 CE), o la potestad de dictar decretos-leyes
(art. 86 CE), hasta la propuesta de nombramiento de dos magistrados del
Tribunal Constitucional (art. 159 CE) o la adopción de las medidas nece
sarias para forzar a una Comunidad Autónoma al cumplimiento de sus
obligaciones (art. 155 CE), por poner solo algunos ejemplos. Aquí siste
matizaremos las funciones y competencias fundamentales.
2. El Gobierno tiene atribuida la función de dirigir la política, y ello
implica ante todo fijar un programa de gobierno. De acuerdo con la Ley del Programa político
de Gobierno
Gobierno, le corresponde establecerlo al presidente, que determina las
directrices de la política interior y exterior y vela por su cumplimiento.
En principio, tal programa coincide sustancialmente con el expuesto
ante el Congreso de los Diputados en el momento de la investidura del
presidente del Gobierno; también, como sabemos, se somete a la conside
ración del Congreso el programa o una declaración de política general al
plantear la cuestión de confianza (arts. 99.2, 112 y 113 CE). Esa dirección
de la política se realiza, pues, en contacto directo con el Congreso de los
Diputados, de acuerdo con el modelo del régimen parlamentario. Pero
el presidente del Gobierno puede implicar en ella también a la ciudada
nía, proponiendo la convocatoria de un referéndum consultivo, con la
autorización previa del Congreso, sobre «decisiones políticas de especial
trascendencia».
3. El programa de gobierno se suele plasmar en cambios normativos, Creación
de Derecho
porque una decisión política normalmente se lleva a cabo con la aproba
ción de una norma jurídica nueva o con la modificación de una ya exis
tente. En ese sentido, lo más destacado es que el Gobierno puede impul
sar la aprobación o modificación de leyes a través de iniciativas legislati
vas remitidas a las Cortes Generales (art. 87.1 CE), que tendrán además
un tratamiento preferente.
Pero el Gobierno también puede aprobar por sí mismo algunos tipos
de normas con rango de ley, bien en supuestos de extraordinaria y urgente
necesidad (art. 86 CE, decretos-leyes), bien por delegación expresa de las
propias Cortes Generales en una determinada materia (arts. 82 a 85 CE,
decretos legislativos). Y de modo autónomo participa en la producción
134 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
esa función; es suficiente con que la ley le atribuya aquellas que le confieran
centralidad en ese desempeño. Por eso al Gobierno se le reservan ciertas
competencias ejecutivas que se consideran particularmente relevantes por la
trascendencia o la cuantía del asunto. Pero, al margen de estas, el Gobierno
cumple la función ejecutiva sobre todo dirigiendo la Administración, una
estructura organizativa encabezada por los ministerios, cuyos órganos se
ordenan de forma piramidal y actúan conforme al principio de jerarquía, de
modo que los órganos superiores (el ministro es el superior) dirigen y controlan a
los inferiores, emitiendo órdenes e instrucciones que estos deben cumplir. El
Gobierno dirige esa Administración adoptando programas, planes y
directrices vinculantes para ella, y nombrando a sus más altos cargos. La
Administración, por su parte, será la que desarrolle la actividad concreta de
ejecución de las leyes.
d) La función ejecutiva se ejerce, como dice el art. 97 CE, de acuerdo con la
Constitución y las leyes. Para verificarlo resulta fundamental que la
Administración esté sujeta al control de los tribunales, que verifican la
legalidad de la actuación administrativa y el sometimiento a los fines que la
justifican (art. 106 CE). Mediante este control se pretende garantizar el Control judicial
funcionamiento de la Administración conforme a las reglas establecidas para
ella y la protección de los derechos o los intereses legítimos de los ciudadanos
frente a posibles extralimitaciones administrativas.
Además del judicial, existen otros mecanismos de control de la actividad
administrativa: el Tribunal de Cuentas, supremo órgano fiscalizador de las
cuentas y de la gestión económica del Estado y del sector público (art. 136 CE); Otros controles
el Defensor del Pueblo (art. 54 CE), alto comisionado de las Cortes Generales
para la defensa de los derechos fundamentales que supervisa la actividad de la
Administración, dando cuenta de sus actividades a las Cortes Generales; y el
Consejo de Estado (art. 107 CE), órgano consultivo del Gobierno cuya opinión
puede o, en ocasiones, debe ser necesariamente solicitada antes de adoptar
determinadas decisiones y que, ejerciendo esta función, realiza una importante
labor de control, dictaminando tanto sobre la legalidad de la actuación
prevista como sobre su oportunidad.
5. En materia económica, la Constitución reserva al Gobierno la iniciativa
de presentar anualmente el proyecto de ley de Presupuestos Generales del
Estado (art. 134.1 CE), que tiene indudable influencia sobre la economía del
país y especialmente sobre la actividad de la Administración, al prever los
fondos de los que se dispone para cada uno de los servicios públicos. Dirección
6. Por último, es relevante, aunque casi inédita hasta la fecha, la de la economía
competencia del Gobierno para actuar ante situaciones extraordinarias,
declarando los estados de alarma y excepción (aunque con la previa auto
rización del Congreso en el segundo caso) y proponiendo al Congreso la
declaración del estado de sitio.
Caso 2. Las Cortes Generales aprueban una ley que permite a los extranjeros
sin permiso de residencia reunirse y manifestarse en defensa de sus intereses. El
Gobierno, que tenía en las cámaras un respaldo minoritario y no pudo frenar Situaciones
esa ley, considera que es contraria a su política de inmigración y, en ejercicio de excepcionales
la competencia para dirigir la política nacional y a la Administración que la
Constitución le atribuye, ordena a las autoridades administrativas que prohíban
y disuelvan las reuniones y manifestaciones convocadas por extranjeros sin
permiso de residencia. ¿Ampara la Constitución la decisión del Gobierno?
Respuesta al caso 2:
El Gobierno dirige la política mediante los instrumentos que la Constitución y las
leyes ponen a su servicio, pero nunca en contra de lo que dicen tales normas. No pue
de, por tanto, ordenar el incumplimiento de las leyes. Y la Administración actúa bajo
136 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
la dirección del Gobierno, pero siempre con sometimiento pleno a la ley y al Derecho.
La dirección del Gobierno puede influir en el uso de los márgenes de discrecionalidad
que las leyes conceden a la acción administrativa, pero no puede llevar a la infracción
directa y consciente del ordenamiento.
Reflexiones complementarias:
El caso práctico planteado se inspira en una experiencia del año 2000. Habían
comenzado a llegar a España importantes flujos migratorios y la legislación de ex
tranjería era anticuada e inadecuada para abordar esa situación. Por eso se preparó
un proyecto de nueva ley que consiguió el apoyo de casi todos los grupos políticos.
Cuando el proyecto estaba a punto de aprobarse en las Cortes, el Partido Popular (al
que pertenecían los miembros del Gobierno) se apartó del consenso porque consideró
que la ley era demasiado favorable a los extranjeros irregularmente llegados a España
y propuso una regulación más restrictiva. Los demás grupos políticos mantuvieron su
postura y, dado que sumaban la mayoría suficiente, aprobaron a principios de aquel
año la Ley Orgánica 4/2000 sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y
su integración social. El Gobierno del Partido Popular la tuvo que aplicar, aunque sin
entusiasmo alguno; no se produjo, en cualquier caso, una actuación abierta dirigida
a su incumplimiento. Pero en la campaña electoral inmediatamente posterior, este
partido prometió que, si ganaba con mayoría absoluta, cambiaría la ley. Así ocurrió,
y en la Ley Orgánica 8/2000, de reforma de la anterior y aprobada a finales del mismo
año, se privó a los extranjeros irregularmente establecidos en España del ejercicio de
varios derechos fundamentales, como los de asociación, reunión y manifestación. El
Tribunal Constitucional, muchos años más tarde, declaró que ello era contrario a la
Constitución (STC 236/2007). Esta experiencia nos lleva a pensar en un recurso que
está a disposición del presidente del Gobierno cuando las Cortes Generales aprueban
leyes contrarias a la dirección de la política propuesta por él: la disolución de las Cor
tes y la convocatoria de elecciones anticipadas (art. 115 CE).
cargos es sin duda un modo eficaz de influir en la orientación general de esas admi
nistraciones teóricamente independientes.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la proposición correcta y justifica tu respuesta:
a) El Consejo de Ministros es el Gobierno.
b) El Gobierno lo forman el presidente, los ministros y los altos cargos de la
Administración.
cJ El Gobierno es un órgano de estructura compleja que integra órganos uniper
sonales y órganos colegiados.
d) El presidente del Gobierno carece de competencias propias, debiendo some
ter todas sus decisiones al acuerdo del Gobierno en pleno.
2. Selecciona la proposición correcta y justifica tu respuesta:
a) El Gobierno es titular de la potestad legislativa del Estado.
b) El Gobierno puede declarar los estados de alarma, excepción y sitio.
c) El Gobierno puede aprobar normas con rango de ley en determinados su
puestos.
d) La ejecución de las leyes corresponde en todo caso al Consejo de Ministros.
3. Selecciona la proposición correcta y justifica tu respuesta:
a) La Administración Pública es única.
b) Las administraciones públicas se rigen por algunos principios comunes.
c) Las administraciones independientes no están sujetas al imperio de la ley.
d) Las administraciones locales están dirigidas por el Gobierno de la Nación.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Para abordar los dos primeros puntos del capítulo pueden consultarse los siguien
tes trabajos:
ARAGÓN REYES, Manuel, y GóMEZ MONTORO, Ángel, El Gobierno. Problemas constitucio
nales, Madrid: CEPC, 2005.
FERNÁNDEZ SARASOLA, Ignacio, La función de gobierno en la Constitución española de
1978, Oviedo: Universidad de Oviedo, 2002.
GARCÍA FERNÁNDEZ, Javier, Estudios sobre el Gobierno, Madrid: INAP, 2007.
REVENGA SÁNCHEZ, Miguel, La formación del Gobierno en la Constitución espafwla de
1978, Madrid: CEC, 1988.
El último de los apartados es desarrollado de modo exhaustivo por el Derecho
administrativo. Entre sus manuales más influyentes cabe citar (casi siempre en varios
volúmenes y con sucesivas ediciones):
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo, y RAMÓN FERNÁNDEZ, Tomás, Curso de Derecho Admi
nistrativo, Madrid: Civitas.
MUÑOZ MACHADO, Santiago, Tratado de Derecho administrativo y de Derecho público
general, Madrid: Iustel.
PARADA VÁZOUEZ, Ramón, Derecho Administrativo, Madrid.
PAREJO ALFONSO, Luciano, Lecciones de Derecho administrativo, Valencia: Tirant lo
Blanch.
SANTAMARÍA PASTOR, Alfonso, Principios de Derecho administrativo general, Madrid:
Iustel.
CAPÍTULO 10
EL ESTADO AUTONÓMICO
CASOS
Caso l. Un secretario de una administración local fue demandado por el Cole
gio de Secretarios de Administración Local de Valencia por no haber pagado las cuo
tas del Colegio; pero el secretario nunca había solicitado el alta en él: el propio Colegio
le había dado de alta «de oficio», en cuanto tomó posesión del cargo. El juzgado, de
todos modos, le condenó a pagar la cantidad reclamada, porque en la Comunidad
Valenciana la colegiación de los secretarios de la administración local era obligatoria.
El secretario, sin embargo, entendió que eso era inconstitucional, entre otros motivos
porque no respetaba el principio de igualdad: en otras Comunidades Autónomas no
había colegiación obligatoria.
¿Puede admitirse esa diferencia entre unas Comunidades Autónomas y otras respec
to de la obligación de colegiarse de determinados tipos de funcionarios?
Caso 2. El Gobierno central aprobó una norma que regulaba la renta básica de
emancipación de los jóvenes, consistente en una ayuda para el alquiler de vivienda.
La Comunidad Autónoma Valenciana recurrió esa norma porque entendió que no
respetaba sus competencias: la regulación de esa renta era, a su juicio, materia de
«vivienda», y en esa materia la Comunidad Autónoma tenía competencia exclusiva.
El Gobierno central contestó que su regulación no se basaba en el ejercicio de la com
petencia en materia de «vivienda», sino de otra que corresponde al Estado central, la
«coordinación general de la actividad económica».
¿Cuál de las dos posturas debe considerarse correcta?
Caso 3. El Gobierno de la Comunidad Autónoma de Galicia aprobó una norma
en la que establecía medidas de fomento y promoción de empresas en esa Comunidad
Autónoma, entre ellas subvenciones para las industrias que estuvieran en otras partes
del territorio y se trasladaran a Galicia.
¿Es contraria esta medida al principio de solidaridad entre todas las nacionalidades
y regiones que consagra el art. 2 de la Constitución?
142 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
tienen entonces la competencia para dictar las normas de desarrollo de los principios
generales que las bases hayan establecido.
3. La autonomía política exige, para hacerse realidad, autonomía financiera:
Financiación capacidad para adoptar decisiones sobre la obtención de recursos económicos y sobre el
gasto de los mismos. Esta autonomía se ejerce con los límites derivados del principio de
coordinación con la Hacienda estatal y del principio de solidaridad entre todos los
españoles (art. 156 CE).
La Constitución no establece un modelo de financiación, sino que se remite para su
concreción a una ley orgánica. La Ley Orgánica 8/1980 de Financiación de las CCAA
establece un régimen común y un régimen especial para el País Vasco y Navarra, que
deriva del reconocimiento de los llamados «derechos históricos».
El régimen común de financiación ha sufrido varias modificaciones. En una
primera etapa, la fuente principal de ingresos de las CCAA eran las transferencias de
recursos desde el Estado central, que era quien recaudaba todos los tributos; pero
ello provocaba que las CCAA gastaran sin sufrir el coste político de recaudar. Por eso
Régimen común el sistema se modificó y se introdujo la «corresponsabilidad fiscal»: se cedió la gestión
de ciertos tributos a las CCAA, cuya recaudación se ha convertido en su principal
fuente de ingresos. Además de estos dos recursos (participación en los ingresos del
Estado y tributos cedidos), las CCAA también cuentan con tributos propios,
asignaciones con cargo a los presupuestos generales del Estado y transferencias del
Fondo de Compensación Interterritorial (institución creada para corregir los
desequilibrios económicos entre territorios y hacer efectivo el principio de solidaridad).
El régimen especial vasco y navarro tiene una lógica distinta: ambas CCAA tienen
autonomía hacendística y tributaria, lo que significa que gestionan y recaudan todos
los tributos en su territorio; posteriormente transfieren una cantidad al Estado, el
conocido «cupo», que se negocia periódicamente.
En cuanto a la autonomía de gasto, las Comunidades Autónomas aprueban sus
propios presupuestos, que en su caso pueden financiar mediante la emisión de deuda.
Pero el art. 135 CE (reformado en 2011) y la ley que lo desarrolla han introducido el
principio de estabilidad presupuestaria como límite a la capacidad de endeudamiento
Regímenes de las CCAA: fijan un límite de déficit y de deuda, prevén diversos supuestos en los que
especiales cabe superarlo, la forma de corregirlo y la responsabilidad en caso de
incumplimiento.
Caso 2. El Gobierno central aprobó una norma que regulaba la renta básica de
emancipación de los jóvenes, consistente en una ayuda para el alquiler de vivienda. La
Comunidad Autónoma Valenciana recurrió esa norma porque entendió que no respetaba
Autonomía sus competencias: la regulación de esa renta era, a su juicio, materia de «vivienda», y en
de gast0 esa materia la Comunidad Autónoma tenía competencia exclusiva. El Gobierno central
contestó que su regulación no se basaba en el ejercicio de la competencia en materia de
«vivienda», sino de otra que corresponde al Estado central, la «coordinación general de la
actividad económica».
¿Cuál de las dos posturas debe considerarse correcta?
Respuesta al caso 2:
Este conflicto llegó al TC, que lo resolvió en la STC 77/2012. Allí afirma que la
regulación de la renta básica de emancipación no es materia de «vivienda», ni tampoco
de «coordinación general de la actividad económica», sino materia de «asistencia
social». El Tribunal comenzó por identificar el objeto principal de la ayuda, que es
facilitar la emancipación de los jóvenes. No se trata de fomentar el alquiler (como
política de vivienda), y por eso no es materia de «vivienda». Tampoco puede
considerarse como «coordinación de la actividad económica», ya que la renta básica de
emancipación tiene una escasa relevancia económica y no va a incidir directa y
significativamente sobre la actividad económica general. Esa renta se encuadra más
EL ESTADO AUTONÓMICO 151
bien en la materia «asistencia social», porque «trata de resolver una problemática so
cial facilitando a los jóvenes con rentas reducidas la efectiva emancipación respecto
de sus familias, llevando a cabo, de esta forma, una política de protección social que
reduzca una tendencia negativa manifestada en el conjunto de la sociedad española».
Y, por cierto, tal competencia correspondía a la Comunidad Autónoma.
Reflexiones complementarias:
El principal problema que tienen que encarar los Estados descentralizados es el
reparto de competencias; por eso, el éxito de un Estado de este tipo depende en buena
medida de que el sistema de distribución de estas sea técnicamente correcto y de que
sea posible ajustarlo en función de las nuevas necesidades. Es verdad que nuestro sis
tema es muy complejo; pero en todos los Estados descentralizados existen conflictos
competenciales, porque ningún sistema de reparto es perfecto. Una distribución de
competencias se hace atendiendo a los tipos de potestades y a las materias, y, como
hemos visto en el caso práctico, las decisiones políticas no siempre encajan fácilmente
en las materias que se han tenido en cuenta para realizar el reparto.
pre establecer una relación bilateral con el Estado central que singularice
a sus CCAA respecto de las demás.
1 nstru mentes Las relaciones de colaboración vertical, ya sea bilateral o multilateral,
de colaboración se articulan especialmente mediante Conferencias intergubernamentales,
vertical
esto es, reuniones del Gobierno central y los Gobiernos autonómicos para
discutir y abordar problemas comunes. También se firman convenios en
tre el Estado central y las CCAA para realizar actuaciones de todo tipo,
y se elaboran planes y programas conjuntos para lograr determinados
objetivos.
Colaboración Las relaciones de colaboración horizontal están muy poco desarrolla
horizontal das en España, a diferencia de lo que sucede en la mayoría de los Esta
dos descentralizados. La Constitución prevé los convenios entre CCAA,
aunque establece requisitos muy estrictos para ello y su uso ha sido muy
escaso.
3. En el Estado autonómico existen también otros tipos de rela
ciones:
Relaciones Las relaciones de inordinación permiten integrar la voluntad de las
de inordinación CCAA en los órganos centrales del Estado, no solo para favorecer la de
fensa de los intereses de las Comunidades en dichos órganos, sino, sobre
todo, para convertir dicha voluntad en parte integrante de la voluntad
unitaria del Estado. Por eso, este tipo de relaciones son determinantes de
cara a la integración política de un Estado descentralizado. Para ello se
crean las cámaras de representación territorial que participan en la ela
boración de las leyes del Estado; pero el Senado español, apenas funciona
realmente como tal, como ya vimos en el capítulo 6, y existe la opinión
generalizada de que debe ser reformado.
Relaciones Las relaciones de coordinación permiten que, bajo la dirección del
de coordinación Estado, este y las Comunidades Autónomas ejerzan sus competencias de
modo que el resultado se integre armónicamente en una misma línea de
actuación. En este sentido, la Constitución (art. 149) atribuye al Estado
central competencias de coordinación en ciertas materias; además, la
coordinación es posible en cualquier materia si así se acuerda volunta
riamente.
Relaciones Las relaciones de control sí están suficientemente definidas en la Cons
de control titución. En ella se prevén competencias concretas de control del Estado
central sobre las CCAA en determinadas materias, por ejemplo en materia
de protección de los consumidores. Y se establece un mecanismo excep
cional para los casos en los que una Comunidad Autónoma no cumpla sus
obligaciones o atente gravemente al interés general, en el que se faculta al
Estado central para adoptar las medidas necesarias para obligar a aque
lla al cumplimiento forzoso de tales obligaciones (art. 155). El Gobierno
podrá proponer esas medidas que tendrán que ser aprobadas por mayoría
absoluta del Senado. Este instrumento excepcional de control solo se ha
utilizado en una ocasión, en octubre de 2017, tras la «informal» declara
ción de independencia de Cataluña.
Relaciones Los conflictos que puedan existir se resuelven o bien a través de la
de conflicto
vía judicial ordinaria, o bien a través de las vías específicas previstas por
la Constitución para plantear ante el Tribunal Constitucional conflictos
EL ESTADO AUTONÓMICO 153
de competencias entre el Estado central y las CCAA o entre estas entre sí cuando
existan dudas sobre a quién corresponde la titularidad de una determinada
competencia. Su regulación se estudiará en el capítulo correspondiente al Tribunal
Constitucional.
Caso 3. El Gobierno de la Comunidad Autónoma de Galicia aprobó una norma en la que
establecía medidas de fomento y promoción de empresas en esa Comunidad Autónoma,
entre ellas subvenciones para las industrias que estuvieran en otras partes del territorio y
se trasladaran a Galicia.
¿Es contraria esta medida al principio de solidaridad entre todas las nacionalidades y
regiones que consagra el art. 2 de la Constitución?
Respuesta al caso 3:
El Gobierno central consideró que la norma gallega era contraria al principio de
solidaridad y la recurrió ante el TC. En la STC 64/1990, el Tribunal reconoció que el
principio de solidaridad exige no perjudicar el interés general, y también impone tomar
en consideración la comunidad de intereses que vincula a todos los poderes públicos.
Pero, analizada la norma, el TC consideró que no tenía un efecto insolidario: la
subvención del Gobierno gallego, que cubría todo o parte del coste del desmontaje,
transporte y montaje de los bienes de equipo, solo podía influir en aquellas industrias que,
por otros motivos, ya tuvieran decidido cambiar su emplazamiento, pero no en las
demás, porque el coste real de un traslado es mucho mayor que el que cubría la
subvención; de este modo, la norma no iba a ser causa del desmantelamiento de ins
talaciones industriales en otras Comunidades y de su desplazamiento a Galicia.
Por lo demás, el TC advirtió que la existencia de desigualdades de hecho -
económicas y sociales- entre unas partes y otras del territorio nacional legitima, en
virtud de la solidaridad interterritorial, no solo que las zonas de mayor capacidad
económica asuman ciertos sacrificios en beneficio de otras menos favorecidas, sino
también que estas promuevan acciones encaminadas a superar esas desigualdades. Este
sería precisamente el sentido de la norma impugnada.
Reflexiones complementarias:
En España el proceso de descentralización interna ha coincido con el proceso de
integración europea, que se ha desarrollado de forma casi paralela. La integración
europea, como se ha dicho en capítulos anteriores, ha transformado al Estado cons
titucional nacional, incluyendo la forma de organización territorial que este adopte,
especialmente el reparto de poderes que en ella se realiza. Ello plantea importantes retos
en materia de colaboración y cooperación interna entre los órganos centrales y las CCAA,
pues hay que articular de forma eficaz la actuación de unos y otros para garantizar que
cada uno pueda ejercer las competencias que tiene atribuidas tanto en el proceso
llamado «ascendente» de formación de la voluntad del Estado (Estado central y CCAA)
que se expresa en las instituciones europeas, como en el proceso «descendente» de
aplicación del Derecho europeo en el Estado nacional. Por estos motivos, la
colaboración en materia de Unión Europea se articula a través de mecanismos específicos
que se han puesto en marcha en los últimos años.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) La Constitución impone que todas las CCAA acaben teniendo el mismo nivel
de autonomía, con la salvedad de los llamados hechos diferenciales.
b) La Constitución impide que todas las CCAA acaben teniendo el mismo nivel
de autonomía, pues las de vía lenta solo podrán asumir las competencias del
art. 148 CE.
e) La Constitución permite que todas las CCAA acaben teniendo el mismo nivel
de autonomía, con la salvedad de los llamados hechos diferenciales.
d) Las CCAA impide que todas las CCAA acaben teniendo el mismo nivel de
autonomía, pues las de vía lenta nunca podrán agotar las competencias no
reservadas al Estado por el art. 149 CE.
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) Las leyes marco, las leyes de transferencia y las de delegación no atribuyen
competencias a las CCAA.
154 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
La bibliografía sobre el Estado autonómico es muy amplia.
Sobre la forma de organización territorial:
CASTELLÁ ANDREU, Josep M.a, Estado autonómico: pluralismo e integración constitucio
nal, Madrid: Marcial Pons, 2018.
GoNZÁLEZ ENCINAR, José Juan, El estado unitario-federal: la autonomía como principio
estructural del Estado, Madrid: Tecnos, 1985.
RUIPÉREZ ALAMILLO, Javier, La Constitución del Estado de las autonomías: teoría cons
titucional y práctica política en el «federalising process» español, Madrid: Biblioteca
Nueva, 2003.
SOLOZÁBAL EcHAVARRÍA, Juan José, Las bases constitucionales del estado autonómico,
Madrid: McGraw Hill, 1998.
TUDELA ARANDA, José, El fracasado éxito del Estado autonómico, Madrid: Marcial Pons,
2016.
Sobre las Comunidades Autónomas:
MUÑOZ MACHADO, Santiago, Derecho Público de las Comunidades Autónomas, Madrid:
Iustel, 2007.
Sobre las relaciones en el Estado autonómico:
GARCÍA MORALES, M.ª Jesús; MONTILLA MARTOS, José Antonio, y ARBÓS MARÍN, Xabier,
Las relaciones intergubemamentales en el Estado autonómico, Madrid: CEPC, 2006.
MENÉNDEZ REXACH, Ángel, y SOLOZÁBAL ECHAVARRÍA, Juan José, El principio de cola
boración en el Estado autonómico, Zaragoza: Fundación Manuel Giménez Abad,
2011.
TAJADURA TEJADA, Javier, El principio de cooperación en el Estado autonómico, Grana
da: Comares, 1998.
CAPÍTULO 11
EL PODER JUDICIAL
CASOS
Caso 1. Dos personas contraen matrimonio en 1965. En ese momento el Esta
do es confesional y existe un Tratado por el cual los tribunales de la Iglesia son los
competentes en materia de matrimonio, separación y nulidad, y los jueces españoles
están obligados a ejecutar las sentencias que en estas materias dicten aquellos. El
matrimonio inicia un proceso de separación ante el juez eclesiástico, que dicta sen
tencia en febrero de 1979 y establece un régimen de custodia de los hijos que beneficia
claramente a la mujer debido a su «catolicidad» (el marido se había declarado no
creyente). El juez español dicta poco después sentencia civil estableciendo el mismo
régimen de custodia.
¿Puede el marido recurrir esta última sentencia alegando que, aprobada la Constitu
ción de 1978, el juez español no está ya vinculado al juez eclesiástico y debe establecer un
régimen de custodia acorde con la nueva Constitución, sin basarse en consideraciones
religiosas?
Caso 3. La Constitución establece que «el Consejo General del Poder Judicial
estará formado por veinte miembros, de los cuales doce serán elegidos entre jueces y
magistrados según establezca una ley orgánica». En 1981 la ley estableció que estos
doce miembros fuesen elegidos por los propios jueces y magistrados; en 1985 otra ley
modificó este sistema y estableció que fueran elegidos por las Cortes Generales.
¿Puede la ley establecer cualquier tipo de sistema de elección, respetando, eso sí, que
los elegidos sean jueces y magistrados?
156 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
l. CONFIGURACIÓN CONSTITUCIONAL
Jueces l. El Poder Judicial está formado por jueces y magistrados, que ope
y magistrados ran en órganos unipersonales o colegiados (tribunales); pero a veces se
simplifica la referencia aludiendo genéricamente a los jueces.
Lo decisivo, en cualquier caso, es que son los encargados de ejercer la
La función función jurisdiccional. Y esta, de acuerdo con el texto del art. 117.3 CE,
jurisdiccional consiste en «juzgar y hacer ejecutar lo juzgado». Con ello, el Poder Judi
cial asume la tarea de asegurar, en caso de conflicto, que el Derecho opera
de modo efectivo en el marco de las relaciones sociales.
Juzgar Juzgar es una actividad de aplicación de las normas; implica aplicar el
Derecho existente para determinar, en el proceso de que se trate, cuál es la
respuesta que debe darse a la petición o al conflicto planteado por las par
tes. Tal solución exige, naturalmente, describir con precisión el problema
planteado, seleccionar la norma aplicable al mismo e interpretarla, deter
minar la consecuencia jurídica que la norma apunta... La solución dada
por el juez en algún caso podrá ser recurrida ante órganos judiciales supe
riores; pero, finalmente, se llegará a una resolución judicial firme (porque
ya no quepan más recursos) que producirá el efecto de cosa juzgada (ese
conflicto concreto ya está decidido y no puede volver a plantearse).
Hacer ejecutar La función jurisdiccional implica también la ejecución de las decisio
lo juzgado nes judiciales; es decir, su proyección sobre la vida real. Pero eso no sig
nifica que sean los propios jueces y magistrados quienes ejecuten dicha
decisión, sino que se les dota de las facultades necesarias para asegurar
que sea efectivamente ejecutada, de modo voluntario o coactivo.
Principios 2. En el Antiguo Régimen, los jueces dependían fundamentalmente
del Poder del rey y actuaban sometidos a él, que dominaba los nombramientos, as
Judicial
censos y ceses de los jueces. En el Estado constitucional, la organización
del Poder Judicial responde a los principios de sumisión a la ley, unidad
jurisdiccional, exclusividad, independencia e imparcialidad.
Sumisión A) El principio de sumisión a la ley (art. 117 .1 CE) es inherente a la
a la ley función jurisdiccional tal y como se ha definido: aplicar la ley para la re
solución de conflictos. Pero es, a la vez, una exigencia que deriva tanto del
principio del Estado de Derecho como del postulado democrático.
El Estado de Derecho implica que todos los poderes del Estado se ejer
como exigencia cen conforme a Derecho, también el Poder Judicial. Pero el Poder Ju
del Estado dicial, además, es garante del Estado de Derecho, pues asegura que la
de Derecho
actuación de los demás poderes se ajusta a lo establecido en las normas.
EL PODER JUDICIAL 157
Desde el punto de vista del Estado democrático, la sumisión a la ley y como exigencia
del Estado
es necesaria para que el poder que ejercen los jueces se considere legíti democrático
mo. Dado que los ciudadanos no intervienen ni directa ni indirectamen
te en la designación o cese de los miembros del Poder Judicial, el único
mecanismo de legitimación democrática de este poder es su sujeción
a la ley: cuando un juez actúa, no es su voluntad particular la que se
impone, sino la voluntad de los ciudadanos expresada en la ley que el
juez aplica.
B) El principio de exclusividad (art. 117.3 y 4 CE) exige que la fun Principio
de exclusividad
ción jurisdiccional sea ejercida solo por los jueces y tribunales del Poder
Judicial, sin que en ningún caso, ni siquiera en supuestos excepcionales,
otros poderes puedan ejercer esta función.
Desde el punto de vista positivo esto tiene dos implicaciones. Vertiente
positiva
- Primero, que no caben jueces o tribunales que no sean estatales,
como jueces o tribunales privados (aunque sí se admiten sistemas de ar
bitraje privado cuando las partes en conflicto lo acuerdan libremente), y
tampoco tribunales de otros Estados o internacionales (salvo que exista
un Tratado internacional que así lo permita); con ello se trata de garanti
zar que el derecho aplicable en España sea el derecho reconocido por el
Estado, no reglas privadas o extranjeras ajenas a su control.
- Segundo, que el único órgano del Estado que puede ejercer esta
función es el Poder Judicial, formado por jueces y tribunales que reúnen
determinados requisitos de independencia e imparcialidad. Con ello se
excluyen cierto tipo de tribunales que existieron históricamente, como
los tribunales administrativos o militares, que no estaban integrados en
el Poder Judicial y quedaban sujetos a interferencias de diverso tipo. La
única excepción es la del Tribunal Constitucional, que ejerce la función
jurisdiccional para garantizar la supremacía de la Constitución, pero no
forma parte en España del Poder Judicial; como su función incluye con
trolar la constitucionalidad de los actos del Poder Judicial, se ha entendi
do que debe ser completamente independiente de este.
Desde un punto de vista negativo, el principio de exclusividad supone Vertiente
negativa
que el Poder Judicial solo podrá ejercer esta función y no otras, para evi
tar así extralimitaciones judiciales. Sin embargo, la propia Constitución
le ha encomendado además ciertas tareas relacionadas con la garantía de
los derechos fundamentales, y que consisten en controlar intervenciones
de la Administración en el ámbito protegido por esos derechos (autori
zación para interceptar comunicaciones, autorización para la entrada en
domicilios...); tal control debe ser ejercido por un poder independiente,
con unas garantías que solo pueden proporcionar los jueces y los tribu
nales.
C) El principio de unidad jurisdiccional (art. 117.5 CE) exige que los Principio
de unidad
órganos que ejercen la potestad jurisdiccional formen una organización jurisdiccional
única y estén sometidos a un mismo régimen jurídico; es decir, solo puede
haber un tipo de jueces y tribunales (el llamado juez ordinario), que será
igual para todos los ciudadanos. Este principio pretende evitar las «co
misiones especiales» que utilizaba el monarca, bien para perjudicar, bien
para favorecer a determinadas personas. Hoy en día no es posible crear
158 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
ningún tipo de tribunal «especial», al margen del Poder Judicial, con un régimen
distinto al que define a los tribunales ordinarios.
Principio de
D) El principio de independencia (art. 117.1 CE) pretende garantizar la
independencia independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional, de modo que, a la hora de
resolver un conflicto, el único criterio sea el que establezca la ley. Se trata, por
tanto, de evitar que los intereses particulares del juez
Imparcialidad o las interferencias exteriores que se puedan proyectar sobre él puedan hacer
Independencia
prevalecer en el proceso un interés distinto al que marca la ley (imparcialidad), y de
funcional garantizar también que los jueces no puedan recibir en relación con un proceso
ningún tipo de órdenes, instrucciones, sugerencias o directrices de otros órganos
del Estado, tampoco de otros jueces (independencia funcional).
Para alcanzar la independencia funcional hay que aseg urar la independencia orgánica del
juez, su posición de órg ano independiente. Para ello se ha diseñado todo un conjunto de
garantías organizativas que analizaremos a lo largo de este capítulo y que son las que
definen el estatuto de los jueces y la forma de org anizar, g obernar y administrar el Poder
Independencia Judicial. En última instancia, todo el régimen jurídico del Poder Judicial se diseña con
orgánica objeto de garantizar la independencia de los jueces y tribunales, de tal modo que estos
puedan ejercer la función jurisdiccional de aplicar la ley sin sujeción a ningún otro criterio.
Caso 1. Dos personas contraen matrimonio en 1965. En ese momento el Estado es
confesional y existe un Tratado por el cual los tribunales de la Iglesia son los competentes en
materia de matrimonio, separación y nulidad, y los jueces españoles están obligados a ejecutar
las sentencias que en estas materias dicten aquellos. El matrimonio inicia un proceso de
separación ante el juez eclesiástico, que dicta sentencia en febrero de 1979 y establece un
régimen de custodia de los hijos que beneficia claramente a la mujer debido a su
«catolicidad» (el marido se había declarado no creyente). El juez español dicta poco después
sentencia civil estableciendo el mismo régimen de custodia.
¿Puede el marido recurrir esta última sentencia alegando que, aprobada la Constitución de
1978, el juez español no está ya vinculado al juez eclesiástico y debe establecer un régimen de
custodia acorde con la nueva Constitución, sin basarse en consideraciones religiosas?
Respuesta al caso 1:
Efectivamente, el marido podía recurrir la sentencia en los términos planteados. Así lo
hizo y el caso llegó al TC, que lo resolvió mediante la STC 1/1981 (la primera que emitió
nuestro TC), en la que afirmó que «carecen los Tribunales Eclesiásticos de facultades para
que sus resoluciones produzcan efectos civiles en los casos de procesos canónicos de
separación», dado que «la Constitución, vigente desde el 29 de diciembre de 1978, proclama
la exclusividad jurisdiccional (art. 117.3 CE)». El Concordato de 1953 había quedado
derogado por la Constitución. Por eso el TC afirmó que debió «el juez decidir con plena
jurisdicción, en el orden jurídico civil, según la legislación del Estado entendida en forma
coherente con la Constitución; no lo ha hecho, por interpretar que estaba vinculado por lo
dicho por el Tribunal Eclesiástico». Por eso el TC declaró nula la sentencia recurrida y obligó
al juez a dictar una nueva sentencia.
Reflexiones complementarias:
En la teoría clásica de la separación de poderes, la función jurisdiccional, que
corresponde al Poder Judicial, se consideraba de menor entidad que las potestades
legislativa y ejecutiva, un poder en cierto modo nulo, neutro políticamente, porque su ejercicio
consistía en la simple aplicación de la ley al caso concreto, una actividad mecánica sin margen
importante de actuación. La actividad jurisdiccional, sin embargo, nunca ha sido así. Hoy en
día sabemos que no hay automatismo en la actividad del juez, porque la ley no predetermina
completamente la solución a un caso, de modo que el órgano judicial debe efectuar una labor
en cierta medida creadora, debe reconstruir los hechos y buscar una solución jurídica al
conflicto que se le plantea con los materiales que le ofrece un ordenamiento jurídico cada vez
más complejo y fraccionado.
cia» ), situados en el ámbito territorial inferior, pueden ser recurridas para su nuevo
enjuiciamiento ante los órganos judiciales que constituyen el «segundo grado de
jurisdicción» (la «segunda instancia»), situados en un ámbito territorial igual o superior.
3. Respecto a la forma de desempeñar la función jurisdiccional, la Constitución
dispone algunas reglas especiales:
Ejercicio
A) El art. 120 CE contiene una serie de principios dirigidos a garantizar los de la función
derechos de las partes en el proceso y a permitir el control de la actividad
jurisdiccional. Son los llamados principios constitucionales del proceso: el principio de Principios
publicidad, que exige que las actuaciones judiciales sean públicas, con las excepciones constitucionales
que puedan prever las leyes de procedimiento; el principio de motivación de las del proceso
sentencias, según el cual las sentencias serán siempre motivadas y se pronunciarán
en audiencia pública, de modo que el juez tiene que exponer la argumentación y el Publicidad
razonamiento que le han llevado a tomar una determinada decisión; y el principio de
oralidad, conforme al cual el procedimiento será predominantemente oral, sobre todo
en materia criminal, para favorecer la publicidad, la concentración (unidad de acto Motivación
del juicio) y la inmediación (la presencia del juez), aunque la oralidad presenta ciertos
inconvenientes relacionados con la seguridad de los actos procesales, por lo que en
los procesos civiles o contenciosos domina el principio de la escritura.
B) Pese a que la función jurisdiccional es de carácter eminentemente Oralidad
técnico, históricamente han existido siempre formas de participación de los
ciudadanos en el ejercicio de la misma. En nuestro caso, el art. 125 CE
consagra tres formas de participación en la actividad jurisdiccional: la acción
popular (en determinados casos, cualquier ciudadano puede iniciar un proceso
formulando sus pretensiones sin necesidad de invocar un derecho o un interés
propio, sino simplemente en defensa de la legalidad y del interés público), el
jurado (en ciertos procesos, un grupo de ciudadanos se pronuncia sobre los
hechos objeto de juicio y los declara probados o no) y tribunales
consuetudinarios y tradicionales (el Tribunal de las Aguas de Valencia y el
Consejo de Hombres Buenos de Murcia). Participación
Caso 2. Un coche y una máquina de la RENFE colisionan en un paso a nivel de los ciudadanos
sin barreras. Ambos vehículos sufren desperfectos y el Sr. A, conductor del en la función
coche, resulta lesionado. En el Juzgado de Villafranca se dicta sentencia jurisdiccional
condenando al Sr. A por una falta imprudente. Este, no conforme con la
sentencia, recurre ante el Juzgado superior de Ponferrada, que revoca la
sentencia del juez de Villafranca y condena al Sr. B, conductor de la máquina.
En su sentencia, el juez de Ponferrada se limita a exponer que la falta
imprudente la cometió el Sr. B.
¿Tiene que explicar el juez por qué el culpable del accidente es el Sr. By no el
Sr. A, como afirmó el juez anterior?
Respuesta al caso 2:
La sentencia del juez de Ponferrada no está suficientemente motivada. Así lo de
claró la STC 55/1987 que resolvió este caso. El TC recuerda en ella que «la exigencia
de motivación de las Sentencias judiciales se relaciona de una manera directa con el
principio del Estado Democrático de Derecho y con una concepción de la legitimi
dad de la función jurisdiccional, apoyada esencialmente en el carácter vinculante que
tiene para esta la ley». «La Constitución requiere que el juez motive sus Sentencias,
ante todo, para permitir el control de la actividad jurisdiccional, [pero] también para
lograr el convencimiento, no solo del acusado, sino también de las otras partes del
proceso, respecto de la corrección y justicia de la decisión judicial». El TC reconoce
que en este caso la motivación existe, pero no es suficiente: el juez de Ponferrada ex
plicita los hechos y cuál es la norma aplicable, pero no explica el razonamiento que
lleva a la decisión, no explica por qué revoca la sentencia que condena al Sr. A, ni por
qué considera que es la conducta del Sr. B, y no la del Sr. A, la que constituye una falta
imprudente.
162 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Reflexiones complementarias:
De acuerdo con el principio de unidad jurisdiccional, existe un único Poder Ju
dicial, formado por distintos juzgados y tribunales, que actúa en todo el territorio
nacional. Por eso, la potestad jurisdiccional no forma parte de la autonomía política
de la que disfrutan las CCAA. En ellas actúan los Tribunales Superiores de Justicia,
pero no son órganos autonómicos, sino órganos del Poder Judicial, del único que
existe. Ahora bien, esto no significa que las CCAA no tengan ninguna competencia
en materia de Poder Judicial; algunas de ellas han asumido competencias sobre la
organización de las demarcaciones judiciales en su territorio, sobre la regulación
del uso de lenguas cooficiales en el proceso y otras competencias en materia de «ad
ministración del Poder Judicial», a las que aludiremos brevemente en el apartado
siguiente.
un órgano independiente que ejerza las funciones a las que hemos hecho
referencia. Para ello se dota a este órgano de autonomía presupuestaria
(elabora sus presupuestos), de autonomía organizativa (dicta sus propias
normas internas de organización y procedimientos) y de autonomía nor
mativa en el ámbito que determine la ley. Mas la autonomía depende,
también, del sistema de elección de sus miembros.
D) De acuerdo con el 122.3 CE, forman parte del Consejo el presi Composición
dente (que será el presidente del Tribunal Supremo y que es elegido por
los vocales) y veinte vocales, que a su vez pueden dividirse en dos grupos:
ocho vocales elegidos por las Cortes Generales, cuatro por cada cámara
(Congreso y Senado), por mayoría de tres quintos, entre abogados y otros
juristas de reconocida competencia con más de quince años de ejercicio
profesional; y otros doce vocales elegidos entre jueces y magistrados de
todas las categorías judiciales en los términos que señale la ley orgánica.
Respecto a estos últimos la Constitución indica solo que deben elegirse
«entre jueces y magistrados de todas las categorías judiciales», sin preci
sar a quién corresponde realizar la elección.
El sistema de elección de estos doce vocales «judiciales», que se re Sistemas
de elección
mite a la ley orgánica, queda por tanto en manos del legislador, que ha de los vocales
establecido sistemas distintos, sin que parezca posible encontrar uno que «judiciales»
satisfaga a los distintos partidos políticos y a jueces y magistrados de dis
tinta orientación.
a) El primer sistema lo estableció en 1980 la primera LOPJ: esos Elección
por los jueces
doce vocales eran elegidos por los propios jueces y magistrados pertene
cientes a todas las categorías judiciales, mediante un específico sistema
electoral.
b) El segundo sistema se estableció en la LOPJ aprobada en 1985. Elección
por las Cortes
Tras unas actuaciones del CGPJ que el Gobierno consideró hostiles, esta Generales
ley atribuyó a las Cortes Generales la elección de los doce vocales de pro
cedencia judicial: seis por cada cámara, por mayoría de tres quintos. Un
amplio sector de la judicatura entendió que esta reforma les privaba del
derecho a participar en la elección de los miembros de su órgano de go
bierno, un derecho que ellos consideraban implícito en la composición
establecida por la Constitución. El Tribunal Constitucional admitió, sin
embargo, que el nuevo sistema era compatible con la Constitución, pero
también advirtió de los riesgos que podía comportar si, como luego ha
ocurrido en la práctica, las mayorías parlamentarias no se conforman
mediante el acuerdo sobre candidatos irreprochables, sino en torno al
reparto de puestos entre los partidos.
c) El tercer sistema se estableció en 2001 como fruto del llamado Elección
por las Cortes
Pacto de Estado para la Reforma de la Justicia al que llegaron el PP y Generales
el PSOE, entonces en la oposición. De acuerdo con este nuevo sistema, a partir
los doce vocales de procedencia judicial seguían siendo designados por de una propuesta
limitada
las Cortes Generales, seis por cada cámara, pero a partir de una lista de
treinta y seis candidatos presentados por las asociaciones profesionales
de jueces y magistrados y por jueces que no pertenecieran a ninguna de
las asociaciones existentes.
d) En 2013 se introdujeron algunas modificaciones, entre la que des Sistema
vigente
taca el hecho de que ya no hay límite de candidatos: puede presentarse
164 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
como tal cualquier juez con el aval de veinticinco de sus compañeros o de una asociación
profesional. Ello amplía notablemente las posibilidades de actuación de las Cámaras
y reduce correlativamente la trascendencia de la propuesta procedente de los propios
jueces.
E) El estatuto de los miembros del Consejo se regula en la LOPJ y responde al
Estatuto objetivo de garantizar su independencia: la duración del mandato se fija en cinco años,
de los miembros sin que quepa reelección para un periodo consecutivo, y existen causas tasadas de cese
(agotamiento del mandato, renuncia, incapacidad, incompatibilidad o incumplimiento
grave de los deberes del cargo).
F) El CGPJ es un órgano colegiado en el que las decisiones se adoptan por
mayoría; en caso de empate decide el voto de calidad del presidente. Funciona en
pleno y en comisiones. El pleno, formado por todos los miembros, desempeña las
Organización
principales funciones, mientras que las comisiones preparan los asuntos que se debaten
interna y en el pleno o le descargan de ciertas tareas.
funcionamiento 3. La «administración del Poder Judicial» es el conjunto de medios al servicio del
Poder Judicial, pero que no son Poder Judicial en la medida en que no suponen
ejercicio de la función jurisdiccional. Esta «administración» está integrada por medios
personales, es decir, una serie de cuerpos de funcionarios al servicio del Poder Judicial
(los secretarios judiciales, los oficiales, los auxiliares, los agentes, los médicos forenses y,
eventualmente, también personal contratado) y medios materiales (sedes, mobiliario,
Administración dotación informática... : todos aquellos precisos para el recto cumplimiento de la función
del Poder jurisdiccional, cuya provisión puede corresponder al Estado o a las CCAA).
Judicial
Caso 3. La Constitución establece que «el Consejo General del Poder Judicial estará
formado por veinte miembros, de los cuales doce serán elegidos entre jueces y
magistrados según establezca una ley orgánica». En 1981 la ley estableció que estos doce
miembros fuesen elegidos por los propios jueces y magistrados; en 1985 otra ley modificó
este sistema y estableció que fueran elegidos por las Cortes Generales.
¿Puede la ley establecer cualquier tipo de sistema de elección, respetando, eso sí, que
los elegidos sean jueces y magistrados?
Respuesta al caso 3:
La oposición interpuso recurso de inconstitucionalidad contra el sistema establecido
por la ley de 1985, alegando que, aunque la Constitución solo dijera expresamente que
doce vocales eran elegidos «entre jueces y magistrados», debían serlo además «por»
jueces y magistrados. El TC explicó, en la STC 108/1986, que el CGPJ no es el órgano de
autogobierno de los jueces, ni el órgano de representación de los intereses profesionales de
los jueces, sino un órgano que debe ser «autónomo» para desempeñar ciertas tareas de
gobierno cuya asunción por el Gobierno del Estado podría enturbiar la imagen de la
independencia judicial. El TC señaló que la Constitución había dejado al legislador el
diseño del sistema de elección de estos vocales y afirmó la conformidad con la Constitución
de los dos sistemas que hasta entonces se habían establecido para elegir a los vocales
«judiciales» del CGPJ, la elección por los jueces y la elección por las Cortes Generales; pero
advirtió de que la elección por las Cortes Generales no debía realizarse distribuyendo los
puestos a cubrir entre los distintos partidos en proporción a la fuerza de estos.
Reflexiones complementarias:
Quizá el problema constitucional más importante que hoy plantea el Poder Judicial
es el relativo a la independencia del CGPJ; y lo determinante aquí es el sistema de
elección de sus miembros. Desde 1985, en que la elección de todos los miembros del
Consejo corresponde a las cámaras parlamentarias, se ha hecho realidad aquello contra lo
que advertía el TC en la sentencia que acabamos de citar: los partidos políticos votan de
acuerdo con un «sistema de cuotas» mediante el cual se reparten el número de vocales de
manera proporcional al peso del partido en las Cortes, de modo que cada partido puede
elegir a quienes, cumpliendo con los requisitos exigidos, sean
EL PODER JUDICIAL 165
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la proposición correcta y explica tu respuesta:
a)El principio de unidad jurisdiccional exige que todos los órganos que ejercen
la potestad jurisdiccional estén sometidos a un mismo régimen jurídico, pero
es compatible con una organización del Poder Judicial propia en cada Comu
nidad Autónoma.
b) El principio de unidad jurisdiccional permite tribunales especiales siempre
que estén justificados por la peculiaridad del caso que se debe resolver.
c) El principio de unidad jurisdiccional exige que todos los órganos que ejercen
la potestad jurisdiccional formen una organización única y estén sometidos a
un mismo régimen jurídico.
d) El principio de unidad jurisdiccional exige que todos los órganos que ejercen
la potestad jurisdiccional formen una organización única, aunque en ella se
diferencien los regímenes jurídicos de los jueces en función de la mayor o
menor independencia que exija el cumplimiento de sus funciones.
2. Selecciona la proposición correcta y explica tu respuesta:
a) En la elección de los miembros del Poder Judicial participan otros órganos
del Estado y los ciudadanos.
b) Una persona puede ser miembro del Poder Judicial a tiempo parcial y ocupar
un escaño en el parlamento.
c) Las resoluciones judiciales deben estar motivadas como medio de garantizar
que se atienen a la ley.
d) El Jurado es la única forma de participación popular en el ejercicio de la fun
ción jurisdiccional.
3. Selecciona la proposición correcta y explica tu respuesta:
a) El CGPJ es Poder Judicial porque es su órgano de gobierno.
b) El CGPJ no es Poder Judicial, aunque es su órgano de gobierno.
c) El CGPJ es Poder Judicial porque está formado por jueces y magistrados.
d) El CGPJ no es Poder Judicial porque no está formado por jueces y magis
trados.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
CASOS
Caso 1. Pese a la sentencia del Tribunal Constitucional que ordenaba suspender
la vigencia de una ley autonómica, el Gobierno de esa Comunidad Autónoma adopta
medidas orientadas a ponerla en práctica.
¿Puede reaccionar de algún modo el propio Tribunal Constitucional?
Caso 2. Uno de los magistrados del Tribunal Constitucional designado por el
Gobierno, que acaba de tomar posesión del cargo, ha sido militante durante muchos
años del partido que ha formado ese Gobierno. Se sabe además que, en numerosas
ocasiones, dicho magistrado ha elaborado dictámenes para el Gobierno.
¿Resulta compatible dicha militancia con el ejercicio del cargo de magistrado del
Tribunal Constitucional?
Constitucional tiene otras funciones, que lo han convertido por ejemplo en el instru
mento decisivo de protección de los derechos fundamentales o en el garante final de
los equilibrios en la distribución de poder entre el Estado central y las Comunidades
Autónomas.
Reflexiones complementarias:
El Tribunal Constitucional es un órgano jurisdiccional, aunque no forma parte del
Poder Judicial, porque desempeña una labor jurisdiccional, consistente en resolver conflictos
jurídicos relativos a la interpretación y aplicación del Derecho (de una
170 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
bros o de los tres en caso de que existan discrepancias entre ellos. Para la
Mayoría y votos toma de decisiones rige el criterio de la mayoría, en caso de empate deci-
particulares de el voto de calidad del presidente. La discrepancia de alguno o algunos
magistrados puede expresarse mediante la emisión de votos particulares,
que se recogen al final del texto de la sentencia; los votos particulares
también pueden emitirlos los magistrados que han votado a favor del fa
llo con que concluye la sentencia pero desean poner de manifiesto su dis
crepancia respecto de alguno de los razonamientos de la misma. En algu
nos casos, la «j urisprudencia alternativa» que se recoge en los votos
particulares orienta sobre eventuales desarrollos futuros de la jurispru
dencia constitucional, en otros se limita a proporcionar argumentos para
el debate doctrinal.
Caso 2. Uno de los magistrados del Tribunal Constitucional designado por el Gobierno,
que acaba de tomar posesión del cargo, ha sido militante durante muchos años del partido
que ha formado ese Gobierno. Se sabe además que, en numerosas ocasiones, dicho
magistrado ha elaborado dictámenes para el Gobierno.
¿Resulta compatible dicha militancia con el ejercicio del cargo de magistrado del Tribunal
Constitucional?
Respuesta al caso 2:
Las incompatibilidades de los magistrados del Tribunal Constitucional son similares,
aunque no idénticas, a las que rigen para el desempeño de la carrera judicial; en la posibilidad
de militar en un partido político está una de las diferencias. Mientras que la Constitución (art.
117 CE) prohíbe que un juez o magistrado sean militantes, en el caso de los magistrados del
Tribunal Constitucional solo les está vedado desempeñar funciones directivas en un partido,
pero no la mera militancia (art. 159 CE). Un supuesto similar al relatado en el caso práctico
se planteó en 2013, al salir a la luz que el presidente del Tribunal Constitucional estaba o
había estado afiliado a un partido político (el que entonces estaba en el Gobierno). Ante la
polémica suscitada, el Tribunal se vio obligado a emitir una nota informativa destacando la
inexistencia de incompatibilidad alguna por tal causa.
El problema podría plantearse en otros términos si el Tribunal tuviera que resolver un
caso sobre el cual el magistrado en cuestión, afiliado o no a un partido, hubiera emitido
previamente un dictamen consultivo. En ese caso podría plantearse la existencia de una causa
de abstención o recusación, a cuyos efectos la LOTC se remite a los preceptos de la LOPJ
referidos a los jueces y magistrados del Poder Judicial.
Reflexiones complementarias:
Los miembros del Tribunal Constitucional son elegidos, como se ha dicho, por el
Gobierno, el Congreso, el Senado -órganos integrados por miembros de los partidos
políticos y en los que tiene lugar la lucha propia de los partidos- y por el CGPJ -cuyos
miembros, como ya sabemos, son elegidos en su totalidad por el Congreso y el Senado,
mediante un sistema de reparto de cuotas por partidos-. Por ello, el riesgo de un eventual
sesgo político en los nombramientos de magistrados del TC parece alto. En la práctica, no
resulta extraño que la división de los miembros del Tribunal en dos grandes bloques (suele
hablarse de forma consolidada, y un tanto sonrojante, del bloque conservador y del bloque
progresista) se ponga de manifiesto en determinadas resoluciones. El problema, sin embargo,
no está en las normas que regulan la composición, la forma de nombramiento de los
magistrados del TC y su funcionamiento, que son muy similares a las que existen en cualquier
país de nuestro entorno, sino en el uso que los partidos políticos pueden hacer, y hacen en
ocasiones, de dichas normas.
111. FUNCIONES
competencias 1. La Constitución asigna expresamente al Tribunal Constitucional
algunas competencias y añade que podrá conocer «de las demás materias
que le atribuyan la Constitución o las leyes orgánicas» [art. 161.1.d) CE].
Así, la LOTC ha atribuido al Tribunal la competencia para resolver recur
sos que no estaban previstos en la Constitución.
EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL 173
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
La LOTC ha sido objeto de un comentario sistemático a cargo de juristas muy es
pecializados que, al hilo del comentario a sus artículos, abordan todas las cuestiones
de relevancia tratadas en este capítulo:
REQUEJO PAGES, Juan Luis (coord.), Comentarios a la Ley Orgánica del Tribunal Consti
tucional, Madrid: BOE, 2001.
Por lo demás, una perspectiva general sobre la jurisdicción constitucional, su en
tronque en nuestro sistema democrático o su relación con el Poder Judicial puede
verse en:
FERRERES COMELLA, Víctor, Justicia constitucional y democracia, Madrid: CEPC, 1997.
PÉREZ ROYO, Javier, Tribunal Constitucional y división de poderes, Madrid: Tecnos,
1988.
PÉREZ TREMPS, Pablo, Tribunal Constitucional y Poder Judicial, Madrid: CEC, 1985.
Sobre la composición, estructura y funcionamiento del TC:
GoNZÁLEZ TREVIJANO, Pedro José, El Tribunal Constitucional, Navarra: Aranzadi, 2000.
PÉREZ TREMPS, Pablo, Sistema de justicia constitucional, Madrid: Civitas, 2010.
Sobre las funciones del Tribunal Constitucional existe una amplísima bibliografía;
nos limitamos a citar:
CAAAMAÑO DüMÍNGUEZ, Francisco; GóMEZ MüNTORO, Ángel; MEDIN A GUERRERO, Ma
nuel, y REOUEJO PAGES, José Luis, Jurisdicción y procesos constitucionales, Madrid:
McGraw Hill, 2000.
PÉREZ TREMPS, Pablo, El recurso de amparo, Valencia: Tirant lo Blanch, 2004.
111
CREACIÓN DEL DERECHO
CAPÍTULO 13
LA LEY
CASOS
Caso 1. En un recurso de inconstitucionalidad contra una ley, los recurrentes
alegan que se han vulnerado las normas del procedimiento legislativo porque la ley
tuvo origen en un proyecto de ley del Gobierno que se admitió a trámite mientras se
estaba tramitando otro proyecto de ley anterior de contenido idéntico.
¿Puede el Gobierno promover una iniciativa legislativa cuando hay otra idéntica en
curso? ¿Y cuándo otra idéntica ha sido rechazada en la misma legislatura?
Caso 2. En un recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Televisión Pri
vada se alega que dicha ley infringe la reserva de ley orgánica del art. 81.1 CE, porque
se ha aprobado como ley ordinaria, cuando la radio y la televisión son instrumentos
para el ejercicio de los derechos fundamentales comprendidos en el art. 20.1 CE, y el
desarrollo de los derechos fundamentales exige ser abordado por ley orgánica.
¿Deben ser objeto de ley orgánica todas las leyes que regulan materias relacionadas
con los derechos fundamentales?
Caso 3. Una ley de 1980 fijaba una cuantía mínima de las pensiones que resul
taba inembargable, incluso cuando se percibieran varias cuya suma superara dicho
mínimo. Un empresario jubilado se ampara en ella para eludir el pago a un trabaja
dor de unas indemnizaciones por despido, pero el tribunal entiende que dicha ley es
contraria a la Constitución (en concreto a la tutela judicial efectiva). En consecuencia,
decide que la ley no puede beneficiar al empresario y ordena el embargo de sus pen
siones en favor del trabajador.
¿Puede el juez inaplicar las leyes contrarias a la Constitución?
vez transcurridos dos meses desde la interposición del veto (art. 90.2 CE).
El mismo precepto señala que el Senado puede introducir enmiendas en
el texto que le haya remitido el Congreso; también en ese caso deberá
pronunciarse de nuevo el Congreso, aceptando o rechazando por mayoría
simple las enmiendas introducidas en el Senado. Y, naturalmente, el Se
nado también podrá aceptar el texto que le ha remitido el Congreso de los
Diputados sin oponer su veto ni proponer enmiendas, en cuyo caso aquel
texto queda definitivamente aprobado. Con todo ello se muestra que en la
tramitación de los proyectos o las proposiciones de ley el Senado puede
ciertamente oponer obstáculos o introducir variantes, dando ocasión en
este caso a mejoras técnicas o a nuevos pactos parlamentarios; pero el
resultado, en último extremo, depende de su aceptación por el Congreso.
El texto final de la ley será el que decida el Congreso: bien el mismo que
fue remitido inicialmente al Senado (cuando este no haya introducido
enmiendas, cuando el Congreso las haya rechazado, o cuando haya levan
tado el veto del Senado), bien el que resulte de las enmiendas del Senado
que hayan sido aceptadas por el Congreso.
En toda esa tramitación parlamentaria el Gobierno mantiene una po El papel del
Gobierno en
sición vigilante. De un lado, puede retirar los proyectos de ley en cual la tramitación
quier momento antes de su aprobación definitiva, por ejemplo si com parlamentaria
prueba que en ellos se han introducido modificaciones que los desvían
de su orientación inicial. Por lo que se refiere a las iniciativas que no
proceden del Gobierno, sea en forma de proposiciones de ley o incluso de
enmiendas, la Constitución reconoce al Gobierno la posibilidad de vetar
las, impidiendo que se sometan a discusión, cuando alteren el equilibrio
financiero previsto en los Presupuestos Generales del Estado (art. 134.6
CE: «Toda proposición o enmienda que suponga aumento de los créditos
o disminución de los ingresos presupuestarios requerirá la conformidad
del Gobierno para su tramitación»).
C) Al texto así fijado aún le queda pasar por una fase final para con Fase final del
procedimiento
vertirse efectivamente en ley. A ella se refiere el art. 91 CE: «El rey sancio
nará en el plazo de quince días las leyes aprobadas por las Cortes Genera
les, y las promulgará y ordenará su inmediata publicación».
a) La sanción es hoy una formalidad. Mientras la soberanía del Es Sanción por el rey
tado correspondía al rey, la sanción era el acto de voluntad por el que este
dotaba al texto de la ley, que le era propuesto por los parlamentos de la
época, de la autoridad correspondiente a su propia soberanía; era, por
tanto, un acto libre del rey soberano, que podía denegar su aprobación a
los textos que le eran remitidos por las Cortes o convertirlos en leyes esta
tales. Esa posibilidad de veto regio se mantuvo, en una u otra forma, tam
bién durante el constitucionalismo decimonónico que descansaba sobre
la soberanía compartida de las Cortes con el rey; pero carece de sentido y
desaparece por completo en los regímenes democráticos. Hoy la sanción
sirve solo para simbolizar que la ley expresa la máxima autoridad del
Estado, representada por el rey en cuanto jefe del mismo. Pero el rey no
puede denegarla y, por lo demás, tampoco actúa bajo su propia responsa
bilidad, dado que está sujeto al refrendo.
b) La promulgación consiste en la proclamación pública del manda Promulgación
to que la ley incorpora, y se formaliza con la fórmula ritual que encabeza
186 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
( «A todos los que la presente vieren y entendieren. Sabed: Que las Cortes Generales han
aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente ley») y cierra ( «Por tanto, mando a todos
los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan guardar esta ley») el texto
oficial de las leyes.
e) La publicación oficial de la ley en el Boletín Oficial del Estado, inmediatamente
Publicación después de la sanción regia (por lo común al día siguiente), va ligada al principio
general de seguridad jurídica y, en concreto, al de publicidad de las normas (art. 9.3 CE):
solo puede vincular como ley el texto que puede ser reconocido por todos como tal en
virtud de su publicación formal.
d) Por eso mismo, las leyes entran en vigor (esto es, comienzan a obligar y a
producir efectos) tras su publicación, sin perjuicio de su eventual eficacia retroactiva;
pues resulta posible que las leyes se apliquen a hechos ocurridos antes de su entrada en
vigor, con la salvedad que introduce la Constitución al prohibir la retroactividad de las
Entrada
en vigor normas sancionadoras o restrictivas de derechos. La entrada en vigor de las leyes tiene
lugar, por regla general, «a los veinte días de su completa publicación en el "Boletín
Oficial del Estado", si en ellas no se dispone otra cosa» (art. 2.1 del Código Civil); pero es
común que las propias leyes establezcan una entrada en vigor diferente, sea más rápida
(por ejemplo el mismo día de su publicación en el BOE o al día siguiente) o más lenta
(si se trata de normas complejas de trasladar a la práctica y que exigen un cierto tiempo
para poner en marcha su aplicación).
Caso 1. En un recurso de inconstitucionalidad contra una ley, los recurrentes alegan
que se han vulnerado las normas del procedimiento legislativo porque la ley tuvo origen
en un proyecto de ley del Gobierno que se admitió a trámite mientras se estaba
tramitando otro proyecto de ley anterior de contenido idéntico.
¿Puede el Gobierno promover una iniciativa legislativa cuando hay otra idéntica en
curso? ¿Y cuándo otra idéntica ha sido rechazada en la misma legislatura?
Respuesta al caso 1:
Admitir a trámite un proyecto igual a otro que se está tramitando puede ser
ilógico y generar una tramitación confusa, pero no es contrario a las normas que
regulan el procedimiento legislativo. Tampoco hay ninguna norma que impida al
Gobierno presentar un proyecto de ley igual a otro que ya haya sido rechazado; el TC
resolvió un caso así en la STC 238/2012, en la que afirmó que no hay «limitación
alguna respecto de la capacidad de iniciativa prevista en la Constitución o en los
Reglamentos parlamentarios a favor del Ejecutivo»; es perfectamente posible «una
iniciativa que sea reproducción de otra previamente rechazada. Resulta evidente que
a través de la presentación de proyectos de ley [ ... ] el Gobierno activa las potestades
en materia de dirección política que le son constitucionalmente reconocidas (art. 97
CE) y promueve la acción legislativa del Parlamento, sin que se prevea en la
Constitución que tales potestades puedan verse limitadas por el hecho de que el
Parlamento no acoja las iniciativas gubernamentales cualesquiera que sean las
razones. Entre las funciones del Ejecutivo está la de ejercer la iniciativa legislativa y
entre las del Parlamento aceptar
o rechazar tal iniciativa, pero sin que ni unas ni otras se vean limitadas más que allí
donde la Constitución así lo ha entendido preciso».
Reflexiones complementarias:
La tramitación de las leyes, que hemos analizado en este apartado, no garantiza la
calidad técnica de las mismas. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que una iniciati
va legislativa puede afectar a materias diversas, reunidas en una sola ley por motivos
políticos coyunturales; y además pueden incluirse como enmiendas a una ley normas
que nada tienen que ver con la materia que esta pretende abordar. Muchas leyes in
corporan modificaciones puntuales en otras anteriores, que por tanto tienen artículos
que conservan su redacción original y otros que han sido modificados en una o varias
ocasiones. El resultado puede ser un cierto caos normativo, solo en parte aliviado por
los mecanismos informáticos que, por ejemplo desde la misma página web del Boletín
Oficial del Estado, permiten acceder a los llamados «textos consolidados» de las leyes,
LA LEY 187
que incorporan todas las variantes introducidas en ellas a lo largo del tiempo. Por
todo esto es necesario dar importancia no solo al procedimiento legislativo, como su
cesión más o menos mecánica de trámites, sino también a las consideraciones sobre
la calidad de las leyes y la técnica de legislar.
rechos cuyo desarrollo exige ley orgánica, mientras que, como acabamos
de ver, la regulación del ejercicio de los derechos contenidos en todo el
capítulo II exige ley ordinaria (art. 53.1 CE). Eso no supone que el desa
rrollo de los derechos contenidos en la sección 2.ª (ajeno al ámbito de la
ley orgánica y no mencionado en la reserva de ley ordinaria del art. 53.1
CE) no esté cubierto por la reserva de ley, y por tanto que pueda ser abor
dado por el gobierno mediante reglamentos; porque, si se permite el símil
espacial, el concepto de desarrollo se encuadra dentro de la regulación del
ejercicio, aunque es más reducido: la regulación del ejercicio de los dere
chos del Capítulo II sujeta a reserva de ley comprende el desarrollo de los
correspondientes derechos y libertades; y, dentro de él, el desarrollo de
los derechos de la sección 1.ª debe hacerse precisamente por ley orgánica.
Lo que particulariza a las leyes orgánicas es que, de acuerdo con el
art. 81.2 CE, su aprobación (así como su eventual modificación o dero
Mayoría gación) exige mayoría absoluta del Congreso de los Diputados en una vo
absoluta tación final sobre el conjunto del proyecto. Dichas leyes necesitan, pues,
un mayor respaldo parlamentario que las ordinarias en el momento de
su aprobación, y tienen luego mayor estabilidad: una mayoría relativa de
Diputados es suficiente para sostener a un Gobierno y para legislar, pero
no podrá alterar las leyes orgánicas existentes o aprobar otras nuevas.
Excepcionalidad Tal restricción al simple principio mayoritario se considera excepcio
de la nal, de modo que la ley orgánica no puede exceder del ámbito material
ley orgánica
para el que ha sido concebida: las leyes orgánicas deben limitarse a re
gular aquellas materias especificadas en el art. 81.1 CE o en los demás
preceptos de la Constitución que prevén una ley orgánica especial.
Materias Sin embargo, una ley orgánica puede regular materias que no forman
conexas parte del ámbito estricto de la reserva de ley orgánica, siempre y cuando
sea porque desarrollan el núcleo de la materia que sí es orgánica y cons
tituyen un complemento necesario del mismo; son las llamadas materias
conexas. El problema es que la ley se considera y vota como orgánica en
su totalidad y ya no podrá ser modificada más que por otra ley orgánica.
Por ello, cuando en una misma ley orgánica concurran materias reserva
das y materias conexas, la propia ley debe señalar en una de sus disposi
ciones adicionales cuáles de sus artículos regulan materias conexas, no
tiene carácter orgánico y pueden ser modificados por una ley ordinaria.
En defecto de esta declaración o si su contenido no fuere ajustado a De
recho, es el propio Tribunal Constitucional quien deberá indicar qué pre
ceptos pueden ser modificados por ley ordinaria.
3. La reserva de ley no solo impide que el reglamento aborde por sí
Sentido de la mismo la regulación correspondiente, sin intermediación de la ley; sino
reserva de ley también que la ley realice una labor insuficiente, defiriendo la regulación
sustantiva de la correspondiente materia a un ulterior reglamento. Se exi
ge, antes bien, que las decisiones fundamentales en la materia reservada
sean adoptadas precisamente por las Cortes Generales tras el correspon
diente debate legislativo.
Ámbito La profusión con la que aparecen en la Constitución reservas de ley y
de la reserva previsiones específicas de ley orgánica conduce a una idea básica: el legis
lador parlamentario es el encargado, con carácter general, de configurar
LA LEY 189
o derogación, limitan el poder de las mayorías simples; al aprobar una ley orgánica
se establece una cierta hipoteca sobre el futuro legislador, que solo podrá librarse de
ella si a su vez logra esa mayoría absoluta que la Constitución requiere. Sin embargo,
lo cierto es que nada en la teoría democrática impide a una Constitución incorporar
elementos orientados a forzar consensos; cabe entender incluso que la exigencia de
una mayoría absoluta implica mayor respeto para las minorías, pues promueve su
participación en decisiones fundamentales de la vida política.
3. El valor de ley, por último, se refiere a la conexión de esta con de Valor deley
terminados principios legitimadores, especialmente su origen parlamentario.
Por eso la Constitución le concede una posición privilegiada, que se
concreta en un peculiar régimen juridico. En efecto, la invalidez de la ley solo Privilegio
puede ser declarada por el Tribunal Constitucional al cabo de los jurisdiccional
procedimientos establecidos al efecto, el recurso y la cuestión de inconsti dela ley
tucionalidad, que ya se han estudiado anteriormente. Pero debe repetirse que
nadie, salvo los sujetos legitimados para interponer el primero, puede impugnar
directamente la validez de las leyes (art. 162 CE). Y que tampoco los jueces
ordinarios pueden dictar una sentencia inaplicando una ley por considerarla
inválida, sino que han de elevar la cuestión al Tribunal Constitucional (art. 163
CE); si este resuelve admitiendo la inconstitucionalidad de la ley, entonces
podrá el juez proceder a su inaplicación, pero en caso contrario estará obligado
a aplicarla.
Es cierto que el prestigio de la democracia representativa puede estar en
entredicho y que decae la confianza en la ley parlamentaria como concreción
de los valores del Derecho; que la ley está sujeta no solo a la Constitución, sino
también a otras normas que relativizan su rango; que su fuerza se ha
fragmentado en tipos diversos. También es cierto que el peculiar régimen de
control judicial de las leyes es compartido por otras fuentes que, sin embargo,
son adoptadas por el Gobierno: el decreto-ley (art. 86 CE) y el decreto
legislativo (arts. 82 ss. CE), a las que la Constitución atribuye igualmente
fuerza, rango y valor de ley. Sin embargo, subsiste el sentido del privilegio
jurisdiccional de la ley. De un lado, parece razonable en una democracia que
los jueces ordinarios no puedan decidir por sí mismos sobre la autoridad de
una norma aprobada por el parlamento. De otro, el hecho de que el control de
constitucionalidad de las leyes esté concentrado en un órgano especializado
ofrece mayor seguridad jurídica, evitando decisiones discrepantes de los
jueces ordinarios en asuntos que, casi por definición, resultan de especial
trascendencia: al menos, han sido objeto de un particular debate
parlamentario, en muchos casos porque la propia Constitución atribuye a la
correspondiente materia una particular trascendencia (ése es el sentido de la
reserva de ley).
Caso 3. Una ley de 1980 fijaba una cuantía mínima de las pensiones que
resultaba inembargable, incluso cuando se percibieran varias cuya suma
superara dicho mínimo. Un empresario jubilado se ampara en ella para eludir
el pago a un trabajador de unas indemnizaciones por despido, pero el tribunal
entiende que dicha ley es contraria a la Constitución (en concreto a la tutela
judicial efectiva). En consecuencia, decide que la ley no puede beneficiar al
empresario y ordena el embargo de sus pensiones en favor del trabajador.
¿Puede el juez inaplicar las leyes contrarias a la Constitución?
Respuesta al caso 3:
La STC 23/1988 señala, en el recurso de amparo presentado en este caso por el
empresario, que «nuestro sistema constitucional se caracteriza por la existencia de un
órgano, el Tribunal Constitucional, que tiene la competencia exclusiva para declarar, y con
eficacia erga omnes, la inconstitucionalidad de las leyes[ ... ] Los órganos judiciales ordinarios
no pueden así dejar de aplicar por sí mismos, en razón de su inconstitucionalidad, y
mediante el uso del principio de jerarquía, una ley posterior a la Constitución [ ... ]. La norma
legal, aun contraria a la Constitución, está vigente en tanto que este Tribunal no la declare
inconstitucional y, por ello nula. De este modo y, en defensa de la dignidad de la ley, emanada
de la representación popular, el órgano judicial no está autorizado, si duda de su
constitucionalidad, a desconocer su vigencia [ ... ], y para evitar la aplicación de la norma
inconstitucional ha de cuestionarla ante este Tribunal, de acuerdo a lo dispuesto en el art. 163
de la Constitución». El tribunal que ha decidido inaplicar la ley, sin embargo, «ha venido a
sustituir así con su juicio el que este Tribunal Constitucional -de suscitarse la correspondiente
cuestión- podría
192 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
haber realizado [ ...] Tenía que haber planteado ante este Tribunal la correspondiente
cuestión de inconstitucionalidad [ ...] Al haber realizado directamente y por si mismo
ese juicio negativo de inconstitucionalidad, dejando de aplicar un precepto legal que
consideraba no derogado por la ley posterior, ha vulnerado el derecho a la tutela judi
cial efectiva del demandante de amparo».
Reflexiones complementarias:
El juez no puede inaplicar las leyes posteriores a la Constitución por el hecho de
que se opongan a esta. Y sin embargo, como veremos en los capítulos siguientes (aquí
nos limitamos a adelantar algunos problemas), sí puede y debe hacerlo cuando entran
en contradicción con el Derecho de la Unión Europea o, bajo ciertas condiciones, con
los tratados internacionales; también las leyes autonómicas pueden ser inaplicadas en
los casos en los que entra en juego el principio de prevalencia. De modo que, al igual
que la fuerza y el rango de ley, también el privilegio jurisdiccional de la ley ha quedado
un tanto relativizado.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) La iniciativa legislativa consiste en la facultad de poner en marcha el procedi
miento legislativo, y de ella se deriva que dicho procedimiento debe concluir
necesariamente en la aprobación de la correspondiente ley, con las enmien
das que en su caso se hayan introducido en la tramitación.
b) La iniciativa legislativa de las cámaras goza de preferencia, distinguiéndose
así de la iniciativa de las Asambleas de las Comunidades Autónomas y de la
iniciativa legislativa popular.
c) La iniciativa legislativa gubernamental resulta prioritaria.
d) La iniciativa legislativa popular permite forzar que el parlamento apruebe
una ley sobre determinada materia.
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) La relación existente entre ley y reglamento es una relación competencial: la
ley debe regular unas materias, mientras que el reglamento tiene reservadas
otras.
b) Nunca caben reglamentos de ejecución de la ley en las materias cubiertas por
reserva de ley.
c) Son leyes orgánicas aquellas que resulta aprobadas por mayoría absoluta del
Congreso de los Diputados, con independencia de la materia que aborden.
d) La ley orgánica solo puede regular una serie de materias tasadas.
3. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) La fuerza activa de la ley indica que puede derogar cualquier otra norma de
cualquier rango.
b) La fuerza pasiva de la ley indica que ni siquiera la Constitución puede dero
gar el contenido de la ley.
c) La ley, como expresión de la voluntad popular expresada en el parlamento, solo
encuentra límites efectivos cuando derivan de una Constitución normativa.
d) La ley tiene el privilegio de que solo puede ser aplicada por el Tribunal Cons
titucional.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre la ley en general y su posición en el ordenamiento resultan particularmente
relevantes:
CARRERAS I SERRA, Francesc de, «La ley en el constitucionalismo y en la Constitución
española», en Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense,
núm. 15, 1989.
LA LEY 193
DíEZ-PICAZO GIMÉNEZ, Luis María, «Concepto de ley y tipos de leyes. ¿Existe una no
ción unitaria de ley en la Constitución española?», en Revista Española de Derecho
Constitucional núm. 24, 1988.
GARRORENA MORALES, Ángel, El lugar de la ley en la Constitución española, Madrid:
CEC, 1980.
Rumo LLORENTE, Francisco, «Rango de ley, fuerza de ley, valor de ley (Sobre el proble
ma del concepto de ley en la Constitución)», en Revista de Administración Pública
núm. 100-102, 1983.
Sobre el procedimiento legislativo puede tenerse en cuenta:
BIGLINO CAMPOS, Paloma, Los vicios en el procedimiento legislativo, Madrid: CEC, 1991.
GARCÍA-ESCUDERO MÁRQUEZ, Piedad, El procedimiento legislativo ordinario en las Cortes
Generales, Madrid: CEPC, 2006.
GóMEZ LuGo, Yolanda, Los procedimientos legislativos especiales en las Cortes Genera
les, Madrid: Congreso de los Diputados, 2008.
Sobre la reserva de ley y la ley orgánica:
BARCELÓ r SERRAMALERA, Merce, La ley orgánica. Ámbito material y posición en el siste
ma de fuentes, Barcelona: Atelier, 2004.
GARCÍA MACHO, Ricardo, Reserva de ley y potestad reglamentaria, Barcelona: Ariel, 1988.
LóPEZ PINA, Antonio, «Tareas del Estado y lugar de la ley», en LóPEZ PINA, Antonio
(ed.): Democracia representativa y parlamentarismo, Madrid: Senado, 1994.
CAPÍTULO 14
LAS NORMAS PRODUCIDAS POR EL GOBIERNO
CASOS
Caso 1. Para adoptar un decreto-ley en materia económica y laboral, el Gobier
no alega la «cambiante situación de la economía internacional» y la existencia de
«nuevas oportunidades más variadas que[...] en etapas anteriores».
¿Se puede considerar que con ello se justifica suficientemente la «extraordinaria y
urgente necesidad» que la Constitución exige para aprobar un decreto-ley? Si no fuera
así, ¿cómo cabría reaccionar frente a esa norma?
Caso 3. Un pequeño comercio recibe una multa administrativa por varias in
fracciones de los reglamentos que regulan el comercio local, pero el comerciante no
encuentra en las leyes parlamentarias referencia alguna a las obligaciones que le im
ponían los reglamentos infringidos.
¿Están los ciudadanos sometidos a las obligaciones que les impongan los reglamen
tos, o solo a las derivadas de las leyes?
con la Constitución y las leyes», complementando de ese modo la tarea del legislador.
De esos reglamentos hablaremos con más detalle en esta lección.
Pero el Derecho se produce no solo a través de las leyes aprobadas por las Cortes
Generales y de los reglamentos adoptados por el Gobierno. Este esquema, bastante
simple, se completa con la posibilidad que tiene el Gobierno de producir normas con
rango y fuerza de ley: el decreto-ley y el decreto legislativo. Que estas normas, pese a
haber sido aprobadas por el Gobierno y no por las Cortes Generales, tengan la misma
fuerza que las leyes de Cortes implica que pueden derogar a las leyes (fuerza activa)
y solo pueden ser derogadas por una nueva ley (fuerza pasiva). Y que estas normas
tengan también el mismo rango que las leyes comporta, en principio, que su validez
solo puede ser impugnada ante el Tribunal Constitucional a través de un recurso de
inconstitucionalidad o de una cuestión de inconstitucionalidad.
El decreto-ley y el decreto legislativo se diferencian radicalmente por su origen y
por el contexto de su aprobación. El primero, el decreto-ley, es aprobado por el Go
bierno por iniciativa y potestad propia ante una situación de extraordinaria y urgente
necesidad, y su vigencia resulta, en principio, temporalmente limitada. Por el con
trario, el decreto legislativo es aprobado por el Gobierno por encargo expreso de las
Cortes Generales, formalizado a través de una ley llamada de delegación.
l. EL DECRETO-LEY
La adopción de leyes por parte de las Cortes Generales es un proceso
relativamente largo, incluso cuando se acortan los plazos de la trami
tación en el Congreso y el Senado mediante la utilización del llamado
La urgencia procedimiento de urgencia. Pero circunstancias más o menos imprevis
como explicación tas pueden hacer que resulte imprescindible aprobar una ley con mayor
rapidez. Para enfrentarse a tales situaciones, la Constitución prevé en su
art. 86 la figura del decreto-ley.
Adopción 1. El decreto-ley lo adopta el Gobierno en Consejo de Ministros, sin
necesidad de ningún trámite previo; pero no pueden ser dictados por el
presidente del Gobierno al margen de la reunión del Consejo de Minis
tros, y mucho menos por un ministro particular.
Entrada Con la misma rapidez puede entrar en vigor, incluso a las pocas horas
en vigor de su aprobación. Como estamos ante una «legislación de urgencia», lo
normal es que la norma prevea que comienza a producir efectos el mismo
día de su publicación en el Boletín Oficial del Estado, lo que suele ocurrir
al día siguiente de su aprobación.
Fuerza 2. El decreto-ley tiene fuerza de ley, lo que le permite derogar o mo
de ley dificar las leyes anteriores; está pensado precisamente para las decisiones
que solo puedan adoptarse mediante una norma con tal cualidad, sea por
que la materia está regulada por una ley previa, sea porque está cubierta
Rango por una reserva de ley. También tiene rango y valor de ley, de modo que su
de ley control está reservado al Tribunal Constitucional, sea por la vía directa
del recurso de inconstitucionalidad, sea por la indirecta de la cuestión de
inconstitucionalidad.
3. El decreto-ley solo puede ser adoptado «en situaciones de ex
Presupuesto traordinaria y urgente necesidad»; tal circunstancia se considera presu
habilitante puesto habilitante del decreto-ley. Constatar la existencia de tal necesidad
implica, evidentemente, un amplio componente de valoración política,
que corresponde al Gobierno; pero ciertos criterios permiten al Tribunal
LAS NORMAS PRODUCIDAS POR EL GOBIERNO 197
tado como proyecto de ley, también el control del Tribunal Constitucional tiene escasos
efectos, porque el decreto-ley habrá sido derogado y sustituido por la ley que resulta
de tal tramitación. Conscientes de todo esto, los Gobiernos se permiten la aprobación de
decretos-leyes con cierta ligereza, aunque no concurra el presupuesto habilitante: el
Congreso de los Diputados lo ratificará y la declaración de nulidad del TC, si
finalmente se produce, tendrá lugar en un momento muy posterior, cuando ya hayan
quedado olvidadas las circunstancias del caso. Ello explica la enorme cantidad de
decretos-leyes que se aprueban en España, veinte en 2017 y veintiocho en el año 2018:
una cifra que no se justifica por circunstancias de extraordinaria y urgente necesidad,
sino simplemente por la comodidad que supone para el Gobierno aprobar una norma
con rango de ley sin someterla previamente a debate parlamentario, de modo que este
se desarrolle con la norma ya en vigor y surtiendo efectos.
Caso 1. Para adoptar un decreto-ley en materia económica y laboral, el Gobierno alega la
«cambiante situación de la economía internacional» y la existencia de «nuevas
oportunidades más variadas que[ ... ] en etapas anteriores».
¿Se puede considerar que con ello se justifica suficientemente la «extraordinaria y
urgente necesidad» que la Constitución exige para aprobar un decreto-ley? Si no fuera
así, ¿cómo cabría reaccionar frente a esa norma?
Respuesta al caso 1:
Comencemos por la segunda pregunta, realmente muy sencilla: teniendo en cuen
ta que el decreto-ley es una norma con rango de ley, solo cabe impugnarlo ante el TC.
Para responder a la primera pregunta hay que analizar las circunstancias que
condujeron a la aprobación del decreto-ley: no basta con leer las explicaciones de la
exposición de motivos de la norma para saber si, en realidad, concurría o no una «ex
traordinaria y urgente necesidad». El contexto de la aprobación del decreto-ley al que
hace referencia el caso, el Decreto-Ley 5/2002, vino determinado por la ruptura de las
conversaciones de la Mesa de diálogo social entre el Gobierno y las organizaciones sin
dicales y empresariales más representativas; dos días después los sindicatos convocaron
una huelga general, y un día más tarde el Gobierno aprobó mediante ese decretoley las
medidas que había presentado en dicha Mesa, alterando sustancialmente, entre otras
cosas, el régimen jurídico de los trabajadores del campo. El objetivo político del Gobierno
era mostrar firmeza política frente a los sindicatos, aprobando las normas que estos
habían rechazado y haciendo que la huelga perdiera parte de su sentido. Pero el TC,
que resolvió los recursos que se presentaron contra este decreto-ley, entendió que
«ninguna de las razones apuntadas parece revestir los rasgos caracterizadores de una
situación de extraordinaria y urgente necesidad [ ... ] notas de excepcionalidad, gravedad,
relevancia e imprevisibilidad que determinen la necesidad de una acción normativa
inmediata en un plazo más breve que el requerido para la tramitación parlamentaria de
las leyes, bien sea por el procedimiento ordinario o por el de urgencia». En consecuencia,
la sentencia declaró la nulidad del decreto-ley.
Reflexiones complementarias:
La nulidad del decreto-ley que ha sido sustituido por una ley, como hemos antici
pado, tiene un alcance práctico muy limitado: se puede referir solo a los efectos que haya
producido el decreto-ley durante su corto periodo de vigencia. Si la ley que lo deroga ha
dispuesto su propia eficacia retroactiva, cubriendo con ella desde el mismo momento de
la entrada en vigor del decreto-ley, la nulidad de este carece ya de cualquier alcance
práctico. La declaración de inconstitucionalidad se limita así a ser una reconvención
pública dirigida al Gobierno sobre su falta de respeto a la Constitución. Pero eso tarda
varios años en llegar, cinco en el caso que acabamos de comentar, cuando el Gobierno
que lo aprobó ya había cesado, dando paso a uno nuevo.
Reflexiones complementarias:
La aprobación de leyes de bases permitiría a las Cortes centrar su trabajo legis
lativo en el debate sobre principios y criterios generales, en lugar de detenerse en las
cuestiones más técnicas, que podrían dejarse en manos del Gobierno. Pero los parti
dos minoritarios que apoyan a un Gobierno sin formar parte del mismo no quieren
cederle ese margen de actuación. Y también los Gobiernos, cuando están seguros de
su respaldo parlamentario, prefieren que todos los detalles de la regulación estén en
una misma norma, y no desdoblados en una ley de bases y un decreto legislativo; así
evitan que los jueces puedan luego entrar a valorar si el decreto legislativo se adecúa o
no a las bases aprobadas por las Cortes. Por eso es muy escaso el número de decretos
legislativos que se aprueban en España.
111. EL REGLAMENTO
1. Ya hemos visto que, durante el siglo XIX, en muchos países de Eu Ley y reglamento:
cuestiones
ropa convivían las legitimaciones paralelas de los parlamentos represen de legitimidad
tativos y de los gobiernos apoyados por la Corona. Eso se tradujo en dos
formas de creación de Derecho también paralelas: la ley parlamentaria y
el reglamento gubernamental. Las relaciones entre esas dos fuentes de
pendían de la fuerza política que tuviera en cada momento histórico el
poder que las producía.
Ahora, la legitimación del poder se apoya en el principio democráti
co. En algunos países, como España, existe un régimen parlamentario: el
Gobierno depende de la confianza del Congreso de los Diputados y tiene
por tanto una legitimación democrática solo indirecta, lo que justificaría
la superioridad de la ley frente al reglamento. En otros Estados, como
Francia, no solo el parlamento es resultado de unas elecciones directas,
sino que también el presidente de la República es elegido por sufragio
popular, por lo que tiene una legitimación propia que podría influir en la
articulación de las fuentes del Derecho de esos países.
En cualquier caso, cuando existe una Constitución normativa, la rela y de
constitucionalidad
ción entre ley y reglamento no depende de la mayor o menor legitimidad
política de uno u otro órgano, sino de la posición que les haya atribuido
dicha Constitución.
2. En España, los principios que determinan las relaciones entre la En España
ley y el reglamento se pueden reducir a cuatro:
a) La llamada primacía de la ley impide que los reglamentos infrin Primacía
de la ley
jan las leyes: el ejercicio de la potestad reglamentaria se ha de realizar
siempre de acuerdo con ellas (art. 97 CE).
b) Tampoco pueden los reglamentos abordar materias cuya regula
ción está reservada a la ley por la Constitución. En ciertos casos (los de Reserva
de ley
la llamada reserva relativa), la ley que regula la materia reservada puede
recabar el complemento de un reglamento llamado ejecutivo, que detalla Reglamento
ejecutivo
y desarrolla la regulación legal sobre todo en lo que se refiere a la orga
nización y el funcionamiento de los servicios administrativos encargados
de su ejecución.
c) En materias no estrictamente reservadas a la ley, pero sí vincu Principio
de legalidad
ladas a la garantía de la libertad y de la propiedad de los ciudadanos, el sustancial
reglamento no es posible sin específica autorización legal: en eso consiste
202 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Reflexiones complementarias:
En este epígrafe hablamos de reglamentos; pero los reglamentos no tienen una forma
común, sino que adoptan la que es propia de los actos del órgano que los emite (Real Decreto
si los emite el Consejo de Ministros o una de sus Comisiones Delegadas, Orden
Ministerial si proceden de un concreto ministro ... ). Tampoco reciben siempre la
denominación expresa de reglamento; puede ocurrir con los reglamentos ejecutivos
aprobados por Real Decreto del Consejo de Ministros (así, el Real Decreto ... por el que se
aprueba el Reglamento de la Ley... ); pero las Órdenes Ministeriales nunca suelen incluir tal
denominación. Esto plantea algunos problemas, porque bajo un mismo nombre (Real Decreto
u Orden Ministerial) pueden aparecer en el Boletín Oficial del Estado contenidos de naturaleza
diferente: o bien reglamentos, que crean
204 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la proposición correcta y explica tu respuesta:
a) En caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno puede adoptar un
decreto-ley para reformar las normas contenidas en la Constitución.
b) En caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno mediante decre
to-ley puede derogar o modificar leyes.
c) En caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno puede dictar nor
mas que están exentas de control parlamentario.
d) En caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno puede proponer
al Congreso de los Diputados la adopción de un decreto-ley.
2. Selecciona la proposición correcta y explica tu respuesta:
En la práctica, los decretos legislativos que incurren en ultra vires...
a) no pueden ser remitidos al Tribunal Constitucional a través de la cuestión de
inconstitucionalidad, pues solo son ilegales.
b) no pueden ser controlados por la jurisdicción ordinaria, pues son normas con
rango de ley.
c) pueden ser controlados tanto por la sala de lo Contencioso-Administrativo del
Tribunal Supremo como por el Tribunal Constitucional.
d) solo pueden ser controlados por los Tribunales de la Jurisdicción Contencio
so-Administrativa.
3. Selecciona la proposición correcta y explica tu respuesta:
Los reglamentos del Gobierno...
a) son normas plenamente equiparables a la ley, pues proceden de un órgano
con legitimidad constitucional como es el Gobierno.
b) nunca pueden afectar a las materias reservadas, ni siquiera como comple
mento de la ley que las regule.
c) solo pueden contradecir la ley si no se refieren a las materias reservadas.
d) no deben ser aplicados por los Tribunales cuando estos consideran que son
contrarios a la ley.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre el decreto-ley existe abundante bibliografía especializada, por ejemplo:
ARAGÓN REYES, Manuel, Uso y abuso del Decreto Ley, Madrid: Iustel, 2016.
CARMONA CONTRERAS, Ana M.ª, La configuración constitucional del Decreto-ley, Madrid:
CEC, 1997.
SANTOLAYA MACHETTI, Pablo, El régimen constitucional de los Decretos-leyes, Madrid:
Tecnos, 1988.
De la bibliografía sobre el decreto legislativo se pueden citar:
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo, Legislación delegada, potestad reglamentaria y control
judicial, Madrid: Tecnos, 2.ª ed., 1981.
GUTIÉRREZ GUTIÉRREZ, Ignacio, Los controles de la legislación delegada, Madrid: CEC,
1995.
VíRGALA FORURIA, Eduardo, La delegación legislativa en la Constitución y los decretos
legislativos como normas con rango incondicionado de ley, Madrid: Publicaciones
del Congreso de los Diputados, 1991.
LAS NORMAS PRODUCIDAS POR EL GOBIERNO 205
Por lo que se refiere al reglamento, cabe mencionar, junto con el ya citado libro de
Eduardo García de Enterría:
BAÑO LEÓN, José María, Los límites constitucionales de la potestad reglamentaria, Ma
drid: Cívitas, 1991.
GALLEGO ANABITARTE, Alfredo, Ley y Reglamento en el Derecho público occidental, Ma
drid: Instituto de Estudios Administrativos, 1971.
CAPÍTULO 15
EL DERECHO DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS
CASOS
Caso 1. Una reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana
introdujo el «derecho al agua» para los ciudadanos de Valencia. El Gobierno de la Co
munidad Autónoma de Aragón interpuso recurso de inconstitucionalidad contra esa
reforma porque, a su juicio, tal derecho al agua de los valencianos podría ser contra
rio a los principios de solidaridad y unidad que impone en todo el Estado el art. 2 CE.
¿Pueden reconocerse derechos para los ciudadanos en los Estatutos de Autonomía,
considerando que tales derechos solo beneficiarán a los residentes en la correspondiente
Comunidad Autónoma en la que se aplica el Estatuto?
Caso 2. La LOAPA (Ley orgánica de armonización del proceso autonómico),
aprobada en 1982, intentó racionalizar la distribución de competencias entre el Es
tado y las Comunidades Autónomas, sujetando los Estatutos que entonces se estaban
elaborando a ciertos principios generales.
¿Puede una ley estatal de annonización (art. 150.3 CE) imponer reglas y condiciones
a las atribuciones de competencia que los Estatutos de Autonomía realizan en favor de
las Comunidades Autónomas?
la Comunidad Aut ónoma; por eso se entiende que la atribución de competencia es más
amplia. A cambio, se introducen restricciones en cuanto al procedimiento (se exige ley
orgánica) y en cuanto a su ámbit o, aunque aquí se haga a través de una expresión muy
imprecisa: solo es posible en materias que por su naturaleza sean susceptibles de
transferencia o delegación.
Caso 1. Una reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana introdujo
el «derecho al agua» para los ciudadanos de Valencia. El Gobierno de la Comunidad
Autónoma de Aragón interpuso recurso de inconstitucionalidad contra esa reforma
porque, a su juicio, tal derecho al agua de los valencianos podría ser contrario a los
principios de solidaridad y unidad que impone en todo el Estado el art. 2 CE.
¿Pueden reconocerse derechos para los ciudadanos en los Estatutos de Autonomía,
considerando que tales derechos solo beneficiarán a los residentes en la correspondiente
Comunidad Autónoma en la que se aplica el Estatuto?
Respuesta al caso 1:
Los trasvases de agua entre las cuencas del Ebro y del Tajo y las regiones de Valencia
y Murcia han dado lugar a numerosos conflictos entre CCAA. El reconocimiento de un
derecho al agua por parte del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana fue
percibido por otras Comunidades como una amenaza, pues se entendía que la garantía de
tal derecho hipotecaría la disponibilidad de las aguas por parte de otras regiones.
El recurso ante el TC se basa, en primer lugar, en que la Constitución no prevé ex
presamente que los Estatutos contengan derechos. La STC 247/2007, que da respuesta al
conflicto planteado, admite sin embargo que «los Estatutos de Autonomía pueden tener
un contenido que, dentro del marco de la Constitución, exceda de las previsiones
literales del art. 147.2 CE [ ...] siempre que esté conectado con las específicas previsiones
constitucionales relativas al cometido de los Estatutos». Y, en concreto, «nada impide
que el Estatuto de Autonomía, en cuanto norma institucional básica de la Comunidad
Autónoma, al atribuir las competencias que han de ejercer los poderes públicos
autonómicos, les impongan, de modo directo, criterios o directrices para su ejercicio o
que lo hagan, de modo indirecto, mediante la formalización de enunciados
o declaraciones de derechos a favor de los particulares. Se trata, en ambos casos, de
mandatos al legislador y restantes poderes públicos autonómicos, imponiéndoles
prescripciones que son vinculantes para los mismos».
De este modo, queda claro que un Estatuto de Autonomía puede contener
derechos; pero también que los mismos se proyectan solo frente a los poderes
públicos de la correspondiente Comunidad Autónoma, sin que los poderes del
Estado, y mucho menos los de las demás CCAA, queden vinculados a su
realización efectiva.
Reflexiones complementarias:
En la misma sentencia que acabamos de citar, en la que el Tribunal Constitucional admite que
los Estatutos de Autonomía incorporen nuevos derechos, se aclara también otra cuestión: la
posibilidad de que las CCAA regulen de modo diferenciado los derechos fundamentales contenidos
en la propia Constitución. Dice el Tribunal: «Nada determina que el régimen jurídico de los
derechos constitucionales quede sustraído a las reglas del reparto competencia! [ ... ], por lo que [ ...]
es posible [...] que la normativa autonómica, dictada dentro de los ámbitos competenciales que le
sean propios, incida en la regulación del régimen jurídico de esos derechos». En consecuencia,
«el art. 139.1 CE no contempla una uniformidad absoluta del régimen de los derechos
constitucionales en todo el territorio nacional, sino un principio de igualdad sustancial susceptible
de modulaciones diferenciadas en mayor o menor grado en las CCAA, según el tipo de derecho
de que se trate y el reparto competencia! en la materia implicada [ ... ] nuestra Constitución
permite que las Asambleas legislativas de las CCAA establezcan sus propias políticas
diferenciadas en las materias de su competencia y que, al hacerlo, determinen una diversidad de
regímenes jurídicos en cada una de ellas con los efectos consiguientes sobre los ciudadanos de cada
territorio autonómico». El principio de igualdad, por tanto, no implica uniformidad de condiciones
de vida en todo el territorio del Estado, ni siquiera una igual regulación del ejercicio de todos los
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, sino que es compatible con regulaciones
diferenciadas, incluidas las que puedan afectar a los derechos fundamentales; entre ellas se
encuentran, por citar solo dos ejemplos, el régimen de la educación (en el marco de las normas
básicas que dicte el Estado) o el de las asociaciones.
EL DERECHO DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS 211
Competencias 3. También hay que tener en cuenta la existencia de supuestos en los que las
compartidas competencias del Estado y de las Comunidades Autónomas están compartidas. Esto
ocurre, por ejemplo, cuando la Constitución reserva al Estado la legislación en
una materia y las Comunidades Autónomas asumen la correspondiente ejecución.
En los supuestos de competencias compartidas es posible que, aun
respetando las competencias, una norma estatal y una autonómica se
contradigan. Esta colisión normativa se resuelve entonces mediante el
Principio principio de prevalencia, dando aplicación preferente a la norma estatal;
de prevalencia pero no por ello la norma autonómica es inválida, ya que ni ha infringido
su ámbito competencia!, ni la ley estatal es superior a ella.
4. Conforme al art. 150.3 CE, el Estado puede, mediante ley, señalar los principios
necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las Comunid ad es Autónomas,
Ar1.1so.3CE aun en caso de materias de su competencia, cuand o lo exija el interés general. La
apreciación d e esa necesidad corresponde a ambas cámaras por mayoría absoluta.
Debe d estacarse, en cualquier caso, que la mera diversid ad de regulaciones, inherente al
Estad o autonómico, evid entemente no habilita al Estado para dictar tales leyes.
Por esa y otras razones fue d eclarad a nula en su mayor parte la llamada LOAPA (Ley
Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico), cuya aprobación pactaron en 1981
UCD y PSOE para frenar las asimetrías que estaba generando el proceso de
descentralización territorial del pod er. Desde entonces no se ha intentado siquiera la
aprobación de una ley de armonización en alguna materia determinada.
Caso 2. La LOAPA (Ley orgánica de armonización del proceso autonómico), aprobada en
1982, intentó racionalizar la distribución de competencias entre el Estado y las
Comunidades Autónomas, sujetando los Estatutos que entonces se estaban elaborando a
LOAPA
ciertos principios generales.
¿Puede una ley estatal de annonización (art. 150.3 CE) imponer reglas y condiciones a las
atribuciones de competencia que los Estatutos de Autonomía realizan en favor de las
Comunidades Autónomas?
Respuesta al caso 2:
Como hemos señalado, la STC 76/1983 declaró que la LOAPA no debía considerarse
ni ley orgánica, porque no afectaba a las materias reservadas para tal tipo de ley, ni ley
de armonización, porque no se correspondía con las tareas encomendadas a dichas leyes
por el art. 150.3 CE, y declaró inconstitucionales muchos de sus artículos. Sus
pronunciamientos básicos son tres. En primer lugar, «el legislador estatal no puede
incidir, con carácter general, en el sistema de delimitación de competencias entre el
Estado y las CCAA sin una expresa previsión constitucional o estatutaria». En segundo
término, «tampoco puede dictar normas que incidan en el sistema constitucional de
distribución de competencias para integrar hipotéticas lagunas existentes en la
Constitución. Y, «finalmente, el legislador estatal no puede incidir indirectamente en la
delimitación de competencias mediante la interpretación de los criterios que sirven de
base a la misma».
La delimitación de competencias entre el Estado y las CCAA es tarea que debe
afrontarse mediante la interpretación de la Constitución y de los Estatutos de Au
tonomía, sin que puedan crearse normas intermedias que limiten las posibilidades
abiertas por la Constitución y se superpongan de ese modo a lo que puedan establecer los
Estatutos. Las leyes de armonización tienen una tarea mucho más modesta, que no
altera el orden de competencias, sino que se limita a armonizar su ejercicio diverso por
parte de las Comunidades en casos singulares, exigidos por el interés general. Y el Estado
solo puede acudir a ellas cuando «no disponga de otros cauces constitucionales para el
ejercicio de su potestad legislativa o estos no sean suficientes para garantizar la
armonía»; porque si, por ejemplo, el Estado puede dictar la legislación básica en una
materia, no necesitará acudir a las leyes de armonización para alcanzar en ella la
homogeneidad exigida por el interés general; le basta con recurrir a dichas bases.
EL DERECHO DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS 213
Reflexiones complementarias:
El cambio de orientación en la interpretación del principio de supletoriedad por
parte del TC se inicia con la STC 147/1991. La STC 118/1996 niega que, en las ma
terias en las que corresponde al Estado regular las bases, este pueda añadir una
regulación de desarrollo que, en su caso, pudiera servir de Derecho supletorio ante
las lagunas provocadas por una inactividad autonómica en el ejercicio de su com
petencia. Todo ello alcanza su mayor relevancia cuando el TC, en la STC 61/1997,
anula buena parte de la nueva ley estatal del suelo, haciendo revivir una legislación
ya claramente obsoleta en una materia de la máxima importancia, la que afecta al
desarrollo urbanístico.
Reflexiones complementarias:
La potestad legislativa de las CCAA les permite adoptar normas que solo pueden ser controladas por
el TC, y no por la jurisdicción ordinaria. Ello ha generado algunos problemas que deben ser señalados.
Recordemos antes que el control concentrado de constitucionalidad de las leyes se justifica, en el
caso de las aprobadas por el Estado, por el hecho de que la ley encarna la voluntad general y es resultado
de un debate público desarrollado en las Cortes Generales, que representan al pueblo español. Es posible
que las Cortes aprueben una ley con la intención de evitar el control de sus decisiones por parte de la
jurisdicción ordinaria, y también cabe que el Gobierno adopte un decreto-ley con esa intención; pero las
condiciones de publicidad del debate parlamentario, sea en la tramitación de la ley, sea en la
convalidación del decreto-ley, atribuyen a esas normas el valor que justifica su privilegio jurisdiccional
Todo ello se aplica por analogía al ámbito de las CCAA, cuyo poder es de indudable
naturaleza política y cuyas competencias les permiten adoptar decisiones de carácter legislativo en
materias de enorme importancia. Pero lo cierto es que, en algunas ocasiones, la potestad legislativa
de las Asambleas autonómicas, de ordinario con pocas tareas normativas, se ha utilizado de modo al
menos discutible. Por ejemplo, la ley 5/2010 de Castilla y León incorpora literalmente un decreto
anterior que había sido declarado nulo por la jurisdicción ordinaria, aunque estaba
EL DERECHO DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS 215
pendiente el recurso contra tal sentencia; mediante la ley, el proceso queda parali
zado y la norma se sitúa fuera del alcance de los jueces ordinarios: solo podrá ser
controlada por el TC y con el parámetro de las normas integradas en el bloque de
la constitucionalidad. Parece claro que el objeto de esta ley era simplemente evitar
el control de la jurisdicción ordinaria sobre las decisiones de la administración
autonómica.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) Las leyes-marco previstas en la Constitución son leyes orgánicas.
b) Las leyes de transferencia y delegación son leyes orgánicas.
c) Los Estatutos de Autonomía, en cuanto normas paccionadas entre el Estado
central y la correspondiente Comunidad Autónoma, no están subordinados a
la Constitución española.
d) Los Estatutos de Autonomía, aunque sean leyes orgánicas, no están sujetos a
la aprobación final por mayoría absoluta del Congreso de los Diputados que
prevé el art. 81.2 CE.
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) Las Comunidades Autónomas nunca puedan actuar más allá de las compe
tencias que les han sido atribuidas por sus Estatutos.
b) Son nulas las normas del Estado que regulen cualesquiera materias que no le
hayan sido expresamente atribuidas como exclusivas por la Constitución.
c) El Estado tiene competencia para armonizar mediante ley orgánica las bases
cuyo desarrollo ha sido transferido o delegado a las Comunidades Autóno
mas por su Estatuto de Autonomía.
d) Las normas del Estado prevalecen sobre las de las Comunidades Autónomas,
en caso de concurrencia, cuando ambas estén dentro de su propia competen
cia, lo que puede ocurrir en el supuesto de las competencias compartidas.
3. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) Las leyes autonómicas no tienen fuerza de ley, ya que no pueden derogar
leyes estatales.
b) Las leyes autonómicas no tienen rango de ley, ya que pueden ser inaplicadas
por los tribunales ordinarios mediante la aplicación del principio de preva
lencia.
c) Las leyes autonómicas no tienen valor de ley, ya que no responden a la volun
tad general del pueblo español.
d) Las leyes autonómicas pueden cubrir la reserva constitucional de ley en el
ámbito de las competencias atribuidas a la correspondiente Comunidad Au
tónoma.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Con carácter general, sobre las cuestiones abordadas en este capítulo puede con
sultarse:
ÜTTO Y PARDO, Ignacio de, Estudios sobre Derecho estatal y autonómico, Madrid: Civi
tas, 1986.
En particular sobre los Estatutos de Autonomía y otras normas de atribución de
competencia:
AGUADO RENEDO, César, El Estatuto de Autonomía y su posición en el ordenamiento
jurídico español, Madrid: CEC, 1996.
CASTELLA ANDREU, Josep M.a, La función constitucional del Estatuto de Autonomía de
Cataluña, Barcelona: Institut d'Estudis Autonomics, 2004.
MONTILLA MARTOS, José Antonio, Las leyes de transferencia y delegación. Configuración
constitucional y práctica política, Madrid: Tecnos, 1998.
216 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
CASOS
Caso 1. Un ciudadano español, condenado por un delito de injurias al Gobierno,
recurrió ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por entender que las pala
bras por las que había sido condenado en España suponían un ejercicio de la libertad
de expresión protegida por ese Convenio, y que la condena, por tanto, implicaba una
violación del mismo. El demandante solicitaba que dicho Tribunal declarara la exis
tencia de tal violación y que ordenara la publicación de un resumen de su sentencia
en los diarios españoles, así como la cancelación de toda referencia a su condena en
el Registro Central de Penados y Rebeldes.
¿Puede el Tribunal Europeo de Derechos Humanos atender a tales peticiones?
Caso 2. La ratificación del Tratado del Atlántico Norte, que crea la OTAN, fue
aprobada por el pleno del Congreso de los Diputados el 29 de octubre de 1981, pero
no mediante la ley orgánica prevista en el art. 93 CE, sino por acuerdo adoptado con
forme al art. 94.1 CE.
¿Puede la organización militar creada por dicho Tratado adoptar decisiones que vin
culen directamente a los ciudadanos españoles?
Así, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en la sentencia que resolvió este caso
(de 23 de abril de 1992, caso Castells contra España), declara que el Reino de España
violó el art. 10 del Convenio, que reconoce la libertad de expresión. Pero los
Tribunales internacionales, al menos en principio, no pueden establecer
directamente los efectos que tiene tal incumplimiento en el ámbito interno del
Estado, ni tampoco determinar los medios necesarios para reparar dicha violación;
eso debe ser determinado por los medios establecidos en el propio Derecho interno
del Estado. Por eso, el Tribunal señala en esa misma sentencia que carece de
competencia para adoptar las demás medidas solicitadas por el demandante; en
concreto, para ordenar la publicación de un resumen de su sentencia en los diarios
españoles y la cancelación de las referencias a su condena en el Registro Central de
Penados y Rebeldes.
Reflexiones complementarias:
Pese a lo que hemos señalado en la respuesta al caso anterior, cierta doctrina defiende que,
para ampliar la garantía de los derechos humanos, las resoluciones de tribunales internacionales de
derechos humanos deberían tener eficacia directa en el ámbito interno de los Estados. Eso se
sostiene de modo particular con referencia al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, cuyas
sentencias son en principio declarativas. La tendencia doctrinal a reforzar el carácter obligatorio de
sus sentencias ha sido acogida por el propio Tribunal, que en algunos casos ha actuado de modo
diferente al señalado en la respuesta al caso 1. Así, en el asunto Del Río Prada contra España
(21 de octubre de 2013), el Tribunal Europeo de Derechos Humanos aprecia que la prolongación
de la prisión de una condenada atenta contra derechos reconocidos en el Convenio, pero no se
limita a esa declaración: «Teniendo en cuenta las circunstancias específicas de este caso y la urgente
necesidad de poner punto final a las infracciones del Convenio que se declaran, entiende que
incumbe al Estado demandado asegurar que la demandante es puesta en libertad en el plazo más
breve».
Reflexiones complementarias:
Ya hemos señalado que el procedimiento del art. 93 CE se ha seguido para la
integración de España en la Unión Europea; también ha servido para autorizar la
ratificación del Estatuto de la Corte Penal Internacional (Ley orgánica 6/2000) y por ello
sus resoluciones son obligatorias y tienen efecto directo en España. Para la celebración
de otros tratados, ya tras la entrada en vigor de la Constitución (por ejemplo la adhesión
a la OTAN, la ratificación del Convenio Europeo de Derechos Humanos o la asunción de
la jurisdicción obligatoria del Tribunal Internacional de Justicia) se ha eludido la vía del
art. 93 CE, considerando que las resoluciones de los órganos y tribunales creados por
ellos no tienen en España un efecto directo que haga innecesaria mediación estatal
alguna.
o fuerza pasiva» frente a las leyes: el Derecho interno no puede contradecirlos hasta
que el Estado haya logrado desvincularse formalmente de sus compromisos
internacionales.
En cualquier caso, el Tribunal Constitucional entiende que la ley que cont radice
Control un tratado internacional no queda sometida a su control jurisdiccional; son los
de la ley contraria
al Tratado jueces ordinarios los que, simplement e, deben dar aplicación preferente al
t rat ado. Lo cual, por ciert o, puede generar inseguridad jurídica, porque introduce
un cierto control difuso sobre la ley.
Caso 3. A un ciudadano marroquí se le deniega una prestación por desempleo.
Dicho ciudadano recurre en amparo ante el Tribunal Constitucional, alegando la in
fracción del derecho a la igualdad (art. 14 CE), por entender que el Acuerdo de Coo
peración entre la Unión Europea y Marruecos le garantiza en España las mismas
prestaciones sociales que a los ciudadanos españoles.
¿Puede fundarse una demanda de amparo directamente en un Tratado
internacional? ¿Y en un Convenio entre la Unión Europea y un tercer Estado?
Respuesta al caso 3:
El recurso de amparo debe fundarse siempre en la infracción de un derecho fun
damental reconocido por la Constitución, y no en la infracción de una ley o de un
tratado; en ese sentido, podría pensarse que la respuesta correcta a las preguntas
planteadas sería decir que los derechos reconocidos en un tratado o en un convenio entre
la Unión Europea y un tercer Estado no son fundamento para plantear un recurso de
amparo. Ocurre, sin embargo, que la aplicación del derecho a la igualdad del art. 14 CE
tiene un funcionamiento peculiar: siempre que se infringe una norma que impone la
igualdad de trato, se está violando a la vez el derecho a la igualdad; de modo que la
violación del derecho fundamental invocable en amparo, que es el derecho a la igualdad,
se basa en la infracción de una norma de rango inferior a la Constitución, que es la
impone la igualdad de trato. Y esa norma puede ser tanto una ley del Estado como un
tratado internacional, en este caso uno celebrado por la Unión Europea en virtud de las
competencias que le han sido cedidas por el Estado en virtud del art. 93 CE. En
definitiva: el caso fue resuelto por la STC 130/1995 en términos favorables para el
demandante de amparo.
Reflexiones complementarias:
En un proceso de control a posteriori, el Tribunal Constitucional puede llegar a la
conclusión de que un tratado ya ratificado por España es contrario a la Constitución. Pero
entonces se producirá una tensión entre el principio pacta sunt servanda (los compromisos
deben ser cumplidos) y la primacía de la Constitución. El Estado no puede aplicar normas
inconstitucionales, por lo que ese tratado no se aplicaria en España. Pero, como el
Derecho internacional no permite alegar razones de Derecho interno para incumplir las
obligaciones derivadas de un tratado, ni siquiera su contradicción con la norma suprema
del ordenamiento estatal, el Estado tendria que responder internacionalmente por ese
incumplimiento. La posibilidad de un control previo de los tratados trata precisamente de
evitar que se llegue a esta situación extrema: antes de que el Estado se comprometa, se
verifica si el compromiso es compatible con la Constitución.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la proposición correcta y explica tu respuesta:
a) Los tratados internacionales en materia de derechos humanos generan por
sí mismos derechos subjetivos que los particulares pueden hacer valer ante
tribunales internacionales.
b) Los tratados internacionales en materia de derechos humanos generan por
sí mismos derechos subjetivos que los particulares pueden hacer valer ante
tribunales de los Estados que han suscrito el tratado.
e) Los tratados internacionales solo generan, en principio, derechos y obligacio
nes entre los Estados.
d) Los tratados internacionales solo generan, en principio, compromisos no vin
culantes para la aproximación de las legislaciones internas.
2. Selecciona la proposición correcta y explica tu respuesta:
a) Los tratados que requieren previa autorización de las Cortes Generales preci
san que esta se exprese mediante ley orgánica.
DERECHO INTERNACIONAL 227
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
CASOS
Caso 1. Tras las elecciones al Parlamento Europeo de la primavera de 2019, el
Grupo Popular del Parlamento Europeo se convierte en el más numeroso de la Cáma
ra. Los partidos integrados en este grupo, como en el de los demás grupos políticos
que habían concurrido a estas elecciones, se presentan en todos los Estados con un
candidato a presidente de la Comisión Europea y un programa conjunto.
¿Supone esto que el candidato de ese grupo pasará a presidir la Comisión Europea y
a dirigir la Unión de acuerdo con su programa electoral?
Caso 2. Una directiva de la Unión Europea impuso en 1980 a los Estados adop
tar las disposiciones necesarias para dar un nivel mínimo de cobertura a los em
pleados que tuvieran salarios pendientes cuando sus empleadores fueran declarados
insolventes. Transcurrido el plazo que la directiva ofrece a los Estados para aprobar
esas normas, Italia no había establecido ese mecanismo de garantía.
¿Pueden los trabajadores italianos invocar directamente la directiva de la Unión
Europea para reclamar esos salarios pendientes?
Caso 3. En Italia nacionalizó una empresa de energía en la forma prevista por
su Constitución y por la legislación interna. Un accionista entendió, sin embargo,
que la nacionalización contravenía el Derecho de la Unión, y recurrió ante los jueces
italianos.
¿Debían aplicar los jueces italianos solo el Derecho nacional o también el Derecho de
la Unión? Y, si existe contradicción entre ambos, ¿cuál debe aplicarse?
l. LA INTEGRACIÓN EUROPEA
Surgimiento 1. Tras la catástrofe absoluta que supone para Europa la Segunda
del proceso Guerra Mundial se comienzan a proyectar las condiciones necesarias
de integración
europeo para una paz estable en el continente. Como primer hito de tal proceso
se suele citar la Declaración del ministro francés de Asuntos Exteriores
Robert Schuman, el 9 de mayo de 1950, en la que expuso el plan que
había elaborado junto con Jean Monnet. Se trataba de generar una so
lidaridad de intereses en tomo a objetivos económicos muy concretos,
pero como «primera etapa de una federación» que desterrara la amenaza
de la guerra. Este plan conduce a la firma en 1951, por parte de los seis
Estados fundadores (Bélgica, República Federal de Alemania, Francia,
Italia, Luxemburgo y Holanda), del Tratado constitutivo de la Comuni
dad Económica del Carbón y del Acero (CECA, Tratado de París). Unos
años más tarde, los mismos países amplían significativamente su ámbito
de colaboración al crear la Comunidad Económica Europea (CEE) y la
Comunidad Europea de la Energía Atómica (CEEA o Euratom) mediante
los Tratados de Roma de 1957, que entraron en vigor en 1958.
Profundización A partir del núcleo formado por los seis Estados fundadores, las su
del proceso: cesivas ampliaciones han llevado hasta los actuales veintiocho Estados
del Tratado de
Maastricht miembros (que podrán pasar a ser veintisiete si se confirma la salida del
al Tratado Reino Unido). La profundización se realiza primero mediante pequeños
de Lisboa
pasos aceptables por todos, y se acelera a partir de las crisis económicas
mundiales desencadenadas por el aumento de los precios del petróleo
desde 1973, y que hicieron ver la necesidad de una mayor convergencia
de las economías. Como hito decisivo puede destacarse, en primer lugar,
el Tratado de la Unión Europea, cuyas líneas directrices fueron fijadas por
el Consejo Europeo de Maastricht de diciembre de 1991 y que entró en
vigor a finales de 1993. Este Tratado crea la Unión Europea como «techo
común» que reúne a las tres anteriores Comunidades y a dos nuevas for
mas de cooperación: la colaboración en el ámbito de la política exterior y
de seguridad, y la cooperación en asuntos de justicia e interior; y, comple
tado por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (1997), conduce a la intro
ducción de una moneda única, el euro, que circula desde 2002 en buena
parte de los países miembros. Tras otras reformas importantes, pero rela
tivamente menores (Tratado de Amsterdam, 1997; Tratado de Niza, 2001;
el fallido Tratado por el que se establece una Constitución para Europa,
adoptado en junio del año 2004 y que no llega a entrar en vigor), llegamos
al vigente Tratado de Lisboa adoptado a finales de 2007, que entró en vigor
en diciembre de 2009 y que unifica los llamados tres pilares (las Comuni
dades y las dos formas especiales de colaboración que se crean en 1993)
en una sola Unión Europea, regulada por el Tratado de la Unión Europea
(TUE) y el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).
DERECHO DE LA UNIÓN EUROPEA 231
Reflexiones complementarias:
En los Estados federales es común yuxtaponer dos órganos representativos: uno atiende
preferentemente a criterios demográficos, y tiene en cuenta la igualdad de los ciudadanos,
decisiva en un régimen democrático; el otro representa a los entes territoriales que integran la
Federación, a fin de que puedan decidir conjuntamente en pie de (relativa) igualdad. Quizá
cupiera comparar este esquema orgánico con el de la Unión Europea: el Consejo constituiría
el polo equivalente a una Cámara de Estados miembros, mientras que el Parlamento
Europeo sería la cámara representativa de los ciudadanos (la Comisión sería el gobierno
europeo). No obstante, si bien no puede excluirse que esta idea estuviese en la mente de quienes
iniciaron la andadura comunitaria, la comparación resulta forzada, especialmente a la vista de
DERECHO DE LA UNIÓN EUROPEA 233
el contenido del denominado principio de atribución, que viene definido por el art. Principio
5.2 TUE. de atribución
Reflexiones complementarias:
Como acabamos de decir, la jurisprudencia del Tribunal de Justicia ha terminado
dotando de efecto directo a las directivas no traspuestas en plazo o traspuestas de
forma incorrecta. Eso solo es posible cuando la directiva contiene normas claras y
precisas, susceptibles de aplicación directa. En principio, eso no debería ser común,
porque las directivas debieran contener solo obligaciones de resultado, sin precisar
los mecanismos concretos empleados para su consecución. Ahora bien, a la vista de
la posibilidad de que la directiva acabara teniendo eficacia directa, comenzaron a
proliferar las denominadas directivas detalladas, con la consiguiente reducción, hasta
prácticamente hacerla desaparecer, de la autonomía de los Estados miembros a la
hora de transponerlas o incorporarlas. Al mismo tiempo, al imponer prescripciones
detalladas susceptibles de ser aplicadas directamente, se diluye la diferencia de la
directiva con el reglamento.
Reflexiones complementarias:
El proceso de integración europeo afecta al orden constitucional de los Estados
miembros. Por eso algunos Tribunales Constitucionales, especialmente el alemán y el
italiano, han mostrado cierta resistencia ante determinados desarrollos de ese nuevo
orden, en el que el Derecho de la Unión desplaza a las Constituciones nacionales de
los respectivos Estados, y han manifestado ciertos temores frente a la ampliación
competencia! de la Unión respecto a la protección de los derechos fundamentales. Por
su parte, el Tribunal de Justicia, a través de sus resoluciones, ha reafirmado la prima
cía del Derecho de la Unión Europea al tiempo que trataba de disipar esos temores.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El Consejo está formado por veinte consejeros elegidos por el Parlamento
Europeo.
b) El Parlamento Europeo está formado por representantes de los ciudadanos
de la Unión y los escaños se distribuyen por Estados.
c) La Comisión Europea está compuesta por un representante de cada Estado
miembro, de rango ministerial.
d) El Parlamento Europeo ejerce junto con la Comisión la función legislativa y
la presupuestaria.
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El reglamento es una norma no obligatoria, aunque directamente aplicable.
b) El reglamento incide de forma inmediata en el ordenamiento de los Estados,
si bien precisa para sus plenos efectos jurídicos su publicación en el Boletín
Oficial del Estado correspondiente.
c) La directiva establece un resultado que debe alcanzarse dejando a los Esta
dos miembros la elección de la forma y de los medios, fijándoles un plazo al
efecto.
d) El derecho derivado no se ciñe necesariamente al ámbito de competencias
propio de la Unión Europea.
3. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El Derecho de la Unión no tiene efecto directo.
b) El principio de primacía determina la primacía del ordenamiento comu
nitario siempre que sea así reconocido en el ordenamiento constitucional
interno.
c) La ejecución del Derecho de la Unión Europea por parte de los Estados debe
hacerse conforme a las reglas establecidas en el propio Derecho nacional.
d) Los órganos jurisdiccionales de los Estados miembros no tienen obligación
de aplicar el derecho de la Unión Europea.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre el proceso de integración europeo puede ser interesante la lectura de:
ALGUACIL GONZÁLEZ-AURIOLES, Jorge, La elaboración del Tratado por el que se establece
una Constitución para Europa, Madrid: CEPC/BOE, 2004.
GARCÍA PICAZO, Paloma, La idea de Europa: historia, cultura, política, Madrid, Tecnos,
2008.
A analizar el ordenamiento de la Unión Europea se dedican, entre otros, los si
guientes libros:
ALGUACIL GONZÁLEZ-AURIOLES, Jorge, La directiva comunitaria desde la perspectiva
constitucional, Madrid: CEPC, 2004.
CRUZ VILLALóN, Pedro, La Constitución inédita. Estudios ante la constitucionalización
de Europa, Madrid: Trotta, 2004.
240 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
CASOS
Ca.so 1. El Gobierno del Estado retiró en 2012 la tarjeta sanitaria a los extranje
ros en situación irregular, privándoles así de la asistencia médica ordinaria.
¿Puede considerarse tal medida contraria a los derechos fundamentales, en concreto
al «derecho a la protección de la salud» mencionado en el art. 43.1 CE?
Ca.so 2. Una ley orgánica admitía la suspensión administrativa de las asociacio
nes legalmente constituidas por extranjeros, pese a que la Constitución dispone en
su art. 22.4 CE que «las asociaciones solo podrán ser disueltas o suspendidas en sus
actividades en virtud de resolución judicial motivada», esto es, en virtud de una reso
lución fundamentada emitida por un órgano no administrativo, sino judicial.
¿Resulta admisible tal limitación extraordinaria del derecho fundamental de asocia
ción para los ciudadanos extranjeros?
Ca.so 3. El Convenio Europeo de Derechos Humanos no prevé la protección del
medio ambiente, pero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, garante e intér
prete del Convenio, entiende que ciertas agresiones graves contra el mismo suponen
intromisiones en la vida privada de las personas garantizada por el art. 8 del Con
venio; ello le ha llevado a sentenciar, por ejemplo, que existe violación del Convenio
cuando los poderes públicos no toman medidas adecuadas para evitar que ruidos
insoportables invadan el domicilio particular. La Constitución española sí reconoce
el «derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la per
sona», pero no lo configura como un derecho fundamental, sino como un principio
rector (art. 45 CE).
¿Puede invocarse ante el Tribunal Constitucional español la protección frente al rui
do a partir de la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos?
uno de los derechos. Se explica qué es un derecho fundamental (el derecho subjetivo
reconocido y garantizado por una Constitución normativa, capaz por tanto de vincu
lar al legislador), quiénes pueden ser sus titulares, cómo se determina su contenido,
cuáles son sus límites y hasta dónde pueden llegar tales límites sin desnaturalizar el
derecho mismo... y la importancia que han cobrado las normas internacionales para
la interpretación y la garantía de los derechos constitucionales. Solo después de ello,
y de los desarrollos que haremos en el capítulo siguiente, puede comprenderse qué
significa en concreto una norma constitucional que reconoce, por ejemplo, el derecho
a la tutela judicial efectiva o a la inviolabilidad del domicilio.
l. CONCEPTO
Concepto 1. Los derechos fundamentales son los derechos subjetivos reco
de derecho nocidos y garantizados por una Constitución normativa, por tanto, su
fundamental
contenido queda protegido frente a todos los poderes públicos, inclui
do el legislador. Son fundamentales, en consecuencia, aquellos derechos,
eventualmente ya reconocidos previamente por el ordenamiento jurídico,
que la comunidad política en el momento constituyente considera tan
importantes como para excluir la posibilidad de que las leyes ordinarias,
aprobadas por los poderes constituidos, puedan menoscabar su conteni
do esencial.
Como es propio de todos los derechos subjetivos, los derechos fun
damentales ofrecen al particular la posibilidad de acudir a los tribunales
para proteger sus intereses; pero a los derechos fundamentales se les sue
Tutela judicial le atribuir además una tutela jurisdiccional reforzada, el amparo ordina
reforzada rio ante los jueces y tribunales ordinarios y el amparo constitucional o
extraordinario ante el Tribunal Constitucional.
Otros elementos Por lo demás, los ordenamientos incorporan a veces elementos adicio
adicionales nales como pueden ser las exigencias de un procedimiento agravado para
proceder a la reforma de las normas constitucionales que los reconocen,
la exigencia de que su regulación y desarrollo sea abordado por la ley par
lamentaria o incluso por tipos específicos de ley, etcétera.
2. Es cierto que solo son derechos fundamentales los derechos reco
nocidos por la Constitución; pero también lo es que, sin reconocimiento
Derechos de los derechos fundamentales, no existe Constitución en sentido propio.
fundamentales Como ya estableció en su art. 16 uno de los textos emblemáticos del pri
y Constitución
mer constitucionalismo, la Declaración de Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 1789, una sociedad en la que la garantía de los derechos no
está asegurada, ni la separación de poderes establecida, carece de Consti
tución.
No se puede ofrecer un criterio universal para determinar qué dere
Son los chos son esos que necesariamente han de ser fundamentales para que es
que reconoce temos en presencia de una verdadera Constitución: serán derechos funda
una concreta
Constitución mentales los que estén reconocidos con ese carácter en el correspondiente
democrática ordenamiento constitucional positivo.
El Título I CE 3. Nuestra Constitución dedica su Título I (que en realidad se si
túa después del Título Preliminar) a los derechos fundamentales. La es
tructura de este Título y la terminología que emplea se consideran con
frecuencia, y no sin algunas razones, fuente de confusión. Aun así, para
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES 245
Reflexiones complementarias:
El que los derechos reconocidos en la Constitución tengan garantías diversas en función
de su ubicación ha llevado a hablar de una fundamentalidad diferenciada de los derechos
constitucionales. Dicho en otros términos: todos los derechos subjetivos garantizados por la
Constitución son derechos fundamentales, pero unos podrían ser más fundamentales que
otros; o, dicho con más precisión, las consecuencias de esa fundamentalidad no son las
mismas para todos. De este modo, no todo derecho que se identifique en el seno de la
Constitución será fundamental en el mismo sentido y con el mismo alcance.
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES 247
puedan serles aplicables (no tienen vida ni integridad física, por ejemplo,
pero sí pueden tener un domicilio inviolable, una ideología propia e inclu
so honor o imagen pública). Esto se explica, de una parte, por el hecho de
que el ejercicio de muchos derechos individuales se realiza precisamente
a través de tales entidades; y, de otra, porque las propias personas jurídi
cas son siempre resultado del ejercicio de un derecho fundamental, el de
asociación o el de fundación, o de la libertad de empresa, que también
está garantizada por la Constitución como derecho fundamental.
Más discutido resulta, sin embargo, que puedan tener derechos fun
Las personas damentales las personas jurídicas de Derecho público; esto es, aquellas
jurídicas de cuyo fundamento no está en la voluntad libre de los ciudadanos que las
Derecho público
constituyen, sino que se integran en la propia organización de los poderes
públicos: municipios, comunidades autónomas, administraciones públi
cas... A tales entidades se les ha reconocido solo el derecho a la tutela judi
cial, en la medida en que se trata de un principio articulador del proceso
que debe funcionar de igual modo para las dos partes que se enfrentan
en él; y excepcionalmente tienen algunos otros derechos particulares (las
Universidades, por ejemplo, pueden invocar como derecho fundamental
su autonomía universitaria, reconocida en el art. 27.10 CE).
Objeto 2. El objeto del derecho se refiere al ámbito vital que este protege; el
y contenido contenido alude a las facultades que el derecho concede a su titular para
de los derechos
la protección de los intereses que conforman dicho objeto.
Objeto A) El objeto del derecho puede ser así un ámbito material protegido
(la intimidad), una esfera vital de acción (la libertad de expresión) o sim
plemente un espacio excluido de la acción del poder público, sobre el que
pesa el deber de no hacer algo (por ejemplo, intervenir comunicaciones
privadas o entrar en el domicilio sin autorización judicial).
Contenido B) El contenido del derecho fundamental viene determinado por
el conjunto de facultades, posibilidades de actuación y garantías que la
Constitución reconoce a sus titulares. Pero los derechos fundamentales se
reconocen de ordinario en normas muy escuetas, que apenas dejan entre
ver plenamente su posible contenido. Tal indeterminación del contenido
confiere un papel importante tanto al legislador, encargado de regular el
ejercicio y de desarrollar los derechos fundamentales, como al Tribunal
Constitucional, que debe asegurar en todo caso que los derechos dispo
nen del contenido mínimo que asegura su eficacia, y que controla igual
Contenido mente si el que le ha atribuido el legislador respeta tal contenido esencial.
esencial El Tribunal Constitucional describe dos vías complementarias para deter
minar el contenido esencial de un derecho fundamental: en primer lugar,
el modo de concebir el derecho por parte de la doctrina dominante y la
jurisprudencia, que identifican las facultades que debe comprender nece
sariamente el derecho para no verse desnaturalizado; en segundo lugar,
los intereses a los que sirve la garantía del derecho, en atención a los cua
les fue constitucionalizado y que deben permanecer siempre preservados.
Límites 3. Por lo demás, todo derecho es limitado, en el sentido de que cubre
un concreto ámbito y tiene un determinado contenido: ningún derecho
abarca la totalidad de la posible actuación humana. Es la propia Consti
tución la que, en tal sentido, delimita los derechos cuando los reconoce.
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES 249
Algún autor distingue y contrapone los límites necesarios, que determinan necesarios
y directos
el significado y el alcance de la realidad protegida por el derecho, a los
límites directos, que proceden de descripciones constitucionales expresas
del ámbito que la Constitución quiere o no quiere proteger, de las cláu
sulas limitativas de los derechos establecidas en el mismo texto constitu
cional (por ejemplo, cuando afirma que se protege el derecho de reunión
pacífica y sin armas se excluyen del ámbito de protección del derecho las
reuniones violentas o armadas).
Por otro lado, los derechos fundamentales deben respetar también Limitaciones
de los derechos
otros límites que derivan asimismo de la Constitución, pero de forma me
nos directa; son limitaciones que, sin estar previstas de modo expreso por
la Constitución, se establecen para preservar otros derechos fundamen
tales u otros bienes constitucionalmente protegidos. Ya no son límites in
ternos, sino externos; también se habla al respecto de limitaciones de los
derechos, frente a los límites de los que hemos hablado antes. Suponen,
en cualquier caso, restricciones al ejercicio de las facultades propias del
derecho fundamental que no están previstas directamente por la propia
Constitución, sino que son introducidas o autorizadas por el legislador.
La ley que limita los derechos fundamentales debe armonizar los fines Armonizar límites
y derechos
que persigue al hacerlo con la protección que también merecen los dere
chos fundamentales que está limitando. En esta tarea armonizadora el
legislador goza de una cierta libertad de configuración, en función de la
importancia que atribuya a unos u otros y de las concretas opciones que
ejerza para protegerlos. El Tribunal Constitucional debe controlar que la
decisión del legislador no infringe la Constitución.
Para realizar tal control, el Tribunal Constitucional ha de tener en Contenido
esencial
cuenta que el legislador, como hemos señalado, debe respetar siempre el
contenido esencial de los derechos. Pero además utiliza también como cri
terio de control el principio de proporcionalidad. Los subprincipios en Principio de
proporcionalidad
que este a su vez se divide son tres: el de adecuación, el de necesidad y el
de proporcionalidad en sentido estricto:
a) A través del subprincipio de adecuación se controla si la limita Adecuación
ción de un derecho fundamental es en realidad un medio útil para pro
teger el otro bien garantizado, sea la realización de otro derecho funda
mental, sea la promoción de otros principios o valores amparados por
la Constitución o al menos compatibles con ella. Por pequeña que sea la
restricción del derecho, resulta absurda si es manifiestamente inadecua
da para la consecución del objetivo pretendido.
b) El subprincipio de necesidad presupone que la medida es ade Necesidad
cuada, pero la analiza en relación con otras medidas por las que pudiera
haber optado el legislador. Se considera innecesaria la medida !imitadora
del derecho fundamental si el fin perseguido por la ley hubiera podido
conseguirse en grado equivalente a través de otra medida que no requi
riese la restricción del derecho o que implicase una limitación menos se
vera. La comparación, en cualquier caso, es una tarea compleja que debe
realizarse en cada caso concreto.
c) El subprincipio de proporcionalidad en sentido estricto supone Proporcionalidad
en sentido estricto
valorar la importancia relativa de los derechos y bienes constitucional-
250 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Reflexiones complementarias:
La doctrina no alcanza un acuerdo sobre el uso del principio de proporcionalidad en el
control de las limitaciones de los derechos fundamentales, que es utilizado sin embargo de modo
habitual por la jurisprudencia constitucional española, en buena medida siguiendo el ejemplo
de la alemana, y que ha sido consagrado por la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión
Europea para su ámbito de aplicación.
Algunos autores entienden que, conforme al art. 53.1 CE, el único límite del legislador
español, cuando este limita los derechos fundamentales, es el contenido esencial de los
mismos. Mediante la interpretación sistemática de la Constitución cabría ya descubrir que cada
derecho viene delimitado por los demás derechos, en términos que no exigen ulteriores
ponderaciones; si se entiende debidamente el objeto y el contenido de cada derecho, y no de forma
expansiva, la mayor parte de las supuestas limitaciones de derechos no lo serían, ni tendrían
por tanto necesidad de justificarse con arreglo al principio de proporcionalidad. La ponderación
entre derechos y otros bienes, los protegidos por la limitación, conduce en su opinión a la
inseguridad jurídica.
Para otros autores, sin embargo, esa interpretación sistemática de las normas
constitucionales no permite un control eficaz de la actividad del legislador, que al regular el ejercicio
de un derecho no se limita a moverse dentro del círculo de su objeto y contenido, sino que lo
desarrolla; y, al desarrollar un derecho, puede estar constriñendo otro. El principio de
proporcionalidad, en fin, proporciona criterios objetivos para controlar esas limitaciones, que son
realmente nuevas y no pueden deducirse de modo evidente de la propia Constitución.
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES 251
111. INTERNACIONALIZACIÓN
cionales, pero sus ciudadanos seguirán sin poder acudir a los tribunales para
defenderse.
2. En España, como se ha explicado en capítulos anteriores, los tratados
Los derechos
humanos en internacionales, una vez publicados en el BOE, forman parte del ordenamiento
la interpretación interno; de modo que los derechos reconocidos en esos tratados también deben ser
de los derechos tutelados por los jueces. Además, la Constitución consagra como derechos
fundamentales fundamentales gran parte de los derechos humanos reconocidos por los tratados
internacionales. Y, finalmente, el art. 10.2 CE establece que los tratados internacionales
sobre derechos humanos han de ser utilizados como criterio para la interpretación de
las normas constitucionales en la materia, tanto a la hora de determinar su contenido y
objeto como en el momento de especificar la admisibilidad de sus límites.
3. En Europa se ha firmado el Convenio Europeo de Derechos Hu
manos, que reconoce derechos y, además, crea el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, que interpreta el Convenio y al que pueden acudir
directamente los ciudadanos cuando entiendan que las autoridades de un
Estado firmante han vulnerado los derechos reconocidos en el mismo; aunque
antes han de haber agotado los recursos judiciales a su disposición en el
CEDH
yTEDH propio Estado demandado. Sus sentencias son obligatorias, en el sentido de
que deben ser cumplidas por el Estado; en caso contrario, este queda obligado
a pagar al ciudadano afectado una indemnización, que es fijada por el propio
Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Al margen de los problemas que pueda plantear el cumplimiento por el
Sentencias
obligatorias
Estado de una concreta sentencia del TEDH, la importancia de las sentencias de
este tribunal internacional se puede apreciar en la jurisprudencia de nuestro
Tribunal Constitucional, que con enorme frecuencia toma en consideración la
jurisprudencia del TEDH y la considera decisiva para fundamentar sus propias
resoluciones.
Importancia de Caso 3. El Convenio Europeo de Derechos Humanos no prevé la protección del
la jurisprudencia medio ambiente, pero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, garante e intérprete
del Convenio, entiende que ciertas agresiones graves contra el mismo suponen
intromisiones en la vida privada de las personas garantizada por el art. 8 del Convenio;
ello le ha llevado a sentenciar, por ejemplo, que existe violación del Convenio cuando los
poderes públicos no toman medidas adecuadas para evitar que ruidos insoportables
invadan el domicilio particular. La Constitución española sí reconoce el «derecho a
disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona», pero no lo
configura como un derecho fundamental, sino como un principio rector (art. 45 CE).
¿Puede invocarse ante el Tribunal Constitucional español la protección frente al
ruido a partir de la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos?
Respuesta al caso 3:
Sí. En la CE no figura un derecho a la vida privada equivalente al que existe en el Convenio
Europeo de Derechos Humanos, sino una serie de derechos más concretos que cubren ciertos
aspectos de esa esfera, especialmente los previstos en el art. 18 CE (derecho a la intimidad personal
y familiar, a la inviolabilidad del domicilio, etc.). Pero la jurisprudencia constitucional, resumida
por la STC 150/2011 e inspirada en la doctrina del TEDH, configura a partir de esos derechos
reconocidos en el art. 18 CE un novedoso «derecho fundamental a la intimidad domiciliaria», capaz
de cubrir el mismo espectro de protección que el derecho a la vida privada del Convenio, al menos
en la medida en que no lo estuviera ya por los derechos fundamentales expresamente recogidos en
la CE. De este modo, el derecho al medio ambiente, en la misma medida en que es protegido como
derecho por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos como integrante del derecho a la vida
privada, se incorpora al catálogo de los derechos amparables por el TC español bajo la cobertura
del art. 18 CE. Esto puede considerarse un buen ejemplo del alcance que puede llegar a tener la
interpretación de la CE de conformidad con las exigencias derivadas de los tratados internacionales
en materia de derechos humanos ratificados por España.
Reflexiones complementarias:
Cuando una sentencia del TEDH declara que se ha violado un derech o del Convenio después de
que el TC hubiera señalado que no se había producido violación de
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES 253
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) Son derechos fundamentales todos los derechos reconocidos en una Consti
tución normativa.
b) Son derechos fundamentales los derechos reconocidos en las normas inter
nacionales de protección de los derechos humanos.
c) Son derechos fundamentales los reconocidos en el Título I CE.
d) Los derechos reconocidos en el Capítulo Tercero del Título I CE no son dere
chos fundamentales porque no vinculan al legislador.
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) Los extranjeros tienen los mismos derechos fundamentales que los españoles.
b) Los extranjeros no tienen derechos fundamentales reconocidos por la Consti
tución, sino solo los que las leyes les reconozcan.
c) La regulación del ejercicio de los derechos fundamentales reconocidos por la
Constitución a los extranjeros debe respetar siempre su contenido esencial.
d) Los ciudadanos de la Unión Europea no tienen derechos fundamentales en
España, salvo el derecho a la igualdad.
3. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) Los derechos humanos quedan directamente incorporados en España como
derechos fundamentales.
b) Los derechos fundamentales deben ser interpretados en España teniendo en
cuenta las normas internacionales sobre derechos humanos.
c) Los derechos fundamentales están protegidos por tribunales internacionales
de derechos humanos.
d) El Tribunal Europeo de Derechos Humanos no puede controlar las decisio
nes de las autoridades españolas que hayan sido declaradas conformes con
los derechos fundamentales por parte del Tribunal Constitucional.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre el concepto de derechos fundamentales puede consultarse:
CRUZ VILLALÓN, Pedro, «Formación y evolución de los derechos fundamentales», en
Revista Española de Derecho Constitucional, núm. 25, 1989.
MARTÍN-RETORTILLO BAQUER, Lorenzo, y ÜTTO y PARDO, Ignacio de, Derechos fundamen
tales y Constitución, Madrid: Civitas, 1988.
La titularidad, el objeto y contenido y los límites de los derechos fundamentales
son abordados, entre otros, por:
BERNAL PULIDO, Carlos, El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales,
Madrid: CEPC, 2003.
254 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
CASOS
Caso 1. Un vehículo que participaba en una manifestación llevando la megafo
nía, octavillas y comunicados recibe una multa de tráfico por aparcamiento indebido.
Su propietario recurre la multa por entender que vulnera su derecho de reunión y
manifestación: el vehículo sería uno de los instrumentos para el ejercicio del mencio
nado derecho.
El ejercicio de los derechos fundamentales no debe ser objeto de sanción; pero ¿pue
de justificar la infracción de otras normas, como las que regulan el aparcamiento?
Caso 2. Un ciudadano con discapacidad visual severa solicitó a la Junta Electo
ral la adopción de las medidas necesarias para garantizar el ejercicio del derecho de
voto de forma personal, libre y secreta, en concreto mediante el lenguaje braille. La
Junta Electoral respondió que el derecho al voto de las personas invidentes ya estaba
garantizado mediante el llamado «voto asistido», es decir, se votaba ayudado por una
«persona de confianza», encargada de introducir en el sobre la papeleta de la candida
tura seleccionada por la persona con discapacidad.
¿ Se puede exigir a los poderes públicos que asuman los costes de organización y
financiación derivados de esta petición?
Caso 3. Una periodista trabaja con contratos temporales hasta que la empresa
deja de renovárselos. Pero ella, que era miembro del Comité de Empresa y había par
ticipado en las negociaciones del nuevo convenio, entendió que la extinción del con
trato de trabajo suponía una represalia por sus actividades sindicales y recurrió a los
tribunales. El Juzgado de lo Social consideró nulo el despido, porque la trabajadora
había aportado indicios suficientes de que estaba causado por su militancia sindical,
mientras que la empresa no había acreditado que su decisión respondiera a razones
ajenas al ejercicio del derecho de sindicación. La empresa recurrió ante un tribunal
superior, que le dio la razón por entender que el transcurso del plazo de duración de
un contrato temporal es motivo razonable para justificar la finalización del vínculo
laboral, y que no cabía imponer a la empresa que demostrara que la finalización de
la relación laboral no tuvo su origen en las actividades sindicales de la trabajadora.
256 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
¿Quién debe probar la violación de los derechos fundamentales, el afectado por ella
o quien la niega? ¿Puede reclamarse ante el Tribunal Constitucional una violación de
derechos que tiene su origen no en la decisión de un poder público, sino en la conducta
de un particular?
Reflexiones complementarias:
El denominado «aspecto objetivo de los derechos fundamentales» se considera
la mayor aportación del Derecho constitucional alemán a la historia reciente del
constitucionalismo. Como reacción al periodo nacionalsocialista de desprecio a los
derechos humanos, el nuevo orden surgido tras la Segunda Guerra Mundial debía
partir del reconocimiento del valor absoluto de la dignidad humana y de la garantía de
los derechos fundamentales. Algunos autores advirtieron de los excesos a los que podría
llevar un desarrollo desmedido de los derechos fundamentales en tal sentido, extendiendo
su influencia sobre todo el ordenamiento jurídico; porque el principio democrático
exige una Constitución abierta a diferentes opciones políticas, no una
DESARROLLO Y GARANTÍA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES 259
1. Para la concepción liberal de los derechos, que ve en ellos un ám Tensión entre ley
y derechos en
bito de actuación libre en el que no pueden interferir los poderes pú su concepción
blicos, el legislador era su principal garantía: solo con su autorización clásica
podía intervenir en ellos el poder ejecutivo. Pero, por esa misma razón,
la ley podía permitir cualquier injerencia del ejecutivo en los derechos
fundamentales: un legislador aún no está vinculado jurídicamente por
una constitución racional-normativa. Entre ambos aspectos, la garantía
y la amenaza, había una relación de tensión, incluso de contradicción. El
principio de constitucionalidad, conforme al cual la ley queda sometida
a la constitución normativa, que opera como límite de la ley, se orienta
a controlar esa amenaza que supone el legislador y a garantizar un con
tenido esencial de la libertad capaz de imponerse incluso frente a la ley.
Desde la distinta perspectiva que ofrece el aspecto objetivo de los de Desarrollo por
ley del aspecto
rechos, el legislador se percibe como agente indispensable para que estos objetivo de los
desplieguen plena eficacia; porque son las leyes las que establecen los derechos
instrumentos de protección de los derechos, las que concretan su pro
yección en el ámbito de las relaciones entre particulares, las que crean
los servicios públicos capaces de asegurar a todos el disfrute efectivo de
los derechos... A la relación de tensión entre derechos y ley se añade una
relación de cooperación.
2. En términos generales, los derechos fundamentales siempre pue
den alcanzar alguna eficacia directa aun antes de cualquier desarrollo Eficacia directa
de los derechos
legislativo. Si los derechos fundamentales son verdaderos derechos sub
jetivos en virtud de su reconocimiento constitucional, ello implica que
podrán ser susceptibles de aplicación directa; y por tanto, aun a falta de
desarrollo legislativo, de tutela judicial.
Hay derechos fundamentales, sin embargo, para cuya eficacia parece y derechos
de configuración
indispensable alguna configuración legislativa: no cabe participación po legal
lítica sin ley electoral o sin normas que articulen el sistema institucional
en el que se participa, ni cabe tutela judicial sin leyes que organicen los
tribunales y los procesos. En estos derechos, llamados «de configuración
legal», su propio objeto precisa configuración jurídica por parte del legis
lador, mientras que en los demás el objeto hace referencia a una realidad
susceptible de ser delimitada al margen de la ley, a partir del propio pre
cepto constitucional que lo garantiza (libertad de expresión, derecho de
reunión).
Pero, más allá de esos peculiares derechos «de configuración legal», Configuración
legal de todos
todos los derechos pueden ampliar su alcance y proyección merced al los derechos
desarrollo legislativo, y en esa medida todos los derechos son susceptibles
260 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Reflexiones complementarias:
La Constitución somete a todos los poderes públicos, también al legislador, a principios
materiales y no meramente al respeto de ciertas formalidades y procedimientos. No puede sustituir la
política por el reinado absoluto del Derecho, pero sí permite controlar al legislador que regula y limita
los derechos fundamentales. Ahora bien, el TC debe contenerse a la hora de imponer obligaciones
concretas al legislador: parece claro que el Tribunal no puede asumir el papel que corresponde al
parlamento. El primer y principal obligado a la hora de lograr la mayor efectividad posible de los
derechos fundamentales es el propio legislador, que tiene además la tarea de lograr una concordancia
práctica de los derechos entre sí y de los derechos con el resto de valores y principios
constitucionales. Estos equilibrios son fuente inagotable de tensiones, que solo pueden resolverse en
la práctica política. Por ejemplo: ¿excede el Tribunal Constitucional su función cuando, como hizo en la
STC 53/1985, impone al legislador que incorpore ciertas garantías adicionales a los informes médicos que
pueden dar lugar a una interrupción legal del embarazo? Los magistrados disidentes, la mitad de los
integrantes del Tribunal (la sentencia se dictó finalmente por el voto de calidad del presidente), entendían
que no correspondía al TC perfilar hasta tal extremo el modo de proteger la vida del feto.
Reflexiones complementarias:
El recurso de amparo constitucional ha contribuido notablemente a acercar la
Constitución a los ciudadanos, que perciben cómo de ella derivan garantías a las
que pueden acudir directamente. La jurisprudencia garantista del TC en materia de
derechos fundamentales ha hecho que también los tribunales ordinarios se hayan
acostumbrado a protegerlos. No obstante, la acumulación de recursos ante el TC ha
llevado a este a ser cada vez más exigente en la verificación de los requisitos proce
sales establecidos para poder acceder en amparo ante él. Además, la reforma de la
LOTC en 2007 impuso el requisito de la especial trascendencia constitucional para
admitir a trámite el recurso de amparo. Se ha dicho que con ello se despoja al ciu
dadano de una tutela prevista en la Constitución y que ha tenido gran importancia
práctica; se teme también que ello rebaje la protección interna de los derechos, con
el efecto añadido de multiplicar los recursos ante el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
Los derechos fundamentales son solamente:
a) Derechos subjetivos del individuo frente al ejercicio del poder público.
b) Valores cuya realización orienta la acción de los poderes públicos.
e) Principios objetivos del orden constitucional.
d) Inteligibles a partir de una comprensión histórica del modo en que se han
desarrollado sus funciones.
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) Basta con que el legislador no infrinja el contenido esencial de los derechos
fundamentales para que su actuación sea conforme a los mismos.
b) El legislador debe desarrollar los derechos fundamentales porque, en otro
caso, estos carecen de toda eficacia.
e) El legislador está obligado a actuar de modo que dote a los derechos funda
mentales de la protección mínima indispensable para su eficacia.
d) El legislador está obligado a actuar de modo que dote a los derechos funda
mentales de la mayor eficacia posible.
3. Indique la respuesta correcta:
a) El objeto del procedimiento preferente y sumario de protección de los de
rechos fundamentales es la protección de los derechos reconocidos en cual
quier precepto del Capítulo Segundo del Título I CE.
b) Los jueces y tribunales ordinarios están obligados a pronunciarse en un pro
cedimiento preferente y sumario sobre la vulneración de cualquier precepto
constitucional.
e) El recurso de amparo constitucional solo puede plantearse tras haberse ago
tado la vía judicial previa ante los jueces y tribunales ordinarios.
d) El Tribunal Constitucional decide discrecionalmente qué recursos de amparo
admite para su ulterior análisis sobre el fondo del asunto.
DESARROLLO Y GARANTÍA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES 265
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
El aspecto objetivo de los derechos fundamentales ha sido tratado por ejemplo en:
WoLFGANG BOCKENFORDE, Ernst, Escritos sobre derechos fundamentales, Baden-Baden:
Nomos, 1993.
GAVARA DE CARA, Juan Carlos, «La vinculación positiva de los poderes públicos a los
derechos fundamentales», en Teoría y Realidad Constitucional núm. 20, 2007.
GRIMM, Dieter, Constitucionalismo y derechos fundamentales, Madrid: Trotta, 2006.
HESSE, Konrad, «Significado de los derechos fundamentales», en BENDA, Ernst; MAI
HOFER, Werner; VOGEL, Hans; HESSE, Konrad, y HEYDE, Wolgang, Manual de Dere
cho Constitucional 2.ª ed., Madrid-Barcelona: Marcial Pons, 2001.
SALVADOR MARTÍNEZ, María, «Sobre el contenido objetivo de los derechos fundamenta
les», en APARICIO PÉREZ, Miguel Ángel (coord.), Derechos Constitucionales y Formas
Políticas. Actas del Congreso sobre derechos constitucionales y Estado Autonómico,
Barcelona: Cedecs, 2001.
Sobre el desarrollo legislativo de los derechos fundamentales pueden mencio
narse:
GAVARA DE CARA, Juan Carlos, Derechos fundamentales y desarrollo legislativo, Madrid:
CEC, 1994.
LóPEZ PINA, Antonio (ed.) La garantía constitucional de los Derechos Fundamentales.
Alemania, España, Francia e Italia, Madrid: Civitas, 1991.
Y sobre las garantías jurisdiccionales sobre los derechos fundamentales:
CARRASCO DURAN, Manuel, Los procesos para la tutela judicial de los derechos fun
damentales. Madrid: CEPC, 2002, y «La tutela de los derechos fundamentales a
través del incidente de nulidad de actuaciones», en Revista Española de Derecho
Constitucional núm. 95, 2012.
CARRILLO LóPEZ, Marc, La tutela de los derechos fundamentales por los tribunales ordi
narios, Madrid: CEPC, 1995.
CAPÍTULO 20
IGUALDAD
CASOS
Caso J. Un grupo de funcionarios del Estado fue transferido a la Comunidad
Autónoma de las Islas Baleares y se convirtieron en funcionarios de ésta. Ese mismo
año, la ley balear de acompañamiento de los presupuestos estableció para ellos una
remuneración inicial menor a la de los demás trabajadores de la Comunidad Autóno
ma, previendo que se fuera incrementando anualmente hasta equipararse en cuatro
años a la de éstos. La Comunidad balear explicó que ello se debía a las repercusiones
presupuestarias de esa transferencia de personal, y que se trataba de una medida
temporal y proporcionada. Los sindicatos, sin embargo, consideraron la medida dis
criminatoria, porque los funcionarios transferidos y los ya existentes ocupaban el
mismo tipo de puesto de trabajo y durante cuatro años iban a tener distinta remune
ración.
¿Es discriminatoria la medida?
Caso 2. Con objeto de conseguir una mayor presencia de las mujeres en el ám
bito político, se modificó la Ley Orgánica del Régimen Electoral General para exigir
que las listas de candidatos que se presentan a las elecciones tengan «una composi
ción equilibrada de mujeres y hombres, de forma que en el conjunto de la lista los
candidatos de cada uno de los sexos supongan como mínimo el cuarenta por ciento».
¿Esta obligación es un límite a la libertad de los partidos? ¿Podría estar justificada?
Caso 3. Un grupo de trabajadores firmaron con una constructora un contrato
de obra. Concluida la obra son cesados y acuden a la Magistratura de Trabajo para re
clamar la indemnización del 4,5 por 100 que prevé la Ordenanza para la Construcción
de 1970. La Magistratura entendió que no procedía indemnización aplicando un Real
Decreto de 1980. Sin embargo, la misma Magistratura sí había reconocido anterior
mente esa indemnización en dos casos iguales, de trabajadores de la misma empresa
y con el mismo contrato.
¿Ha vulnerado la Magistratura de Trabajo el derecho a la igualdad de esos trabajado
res, al negar la misma indemnización que había reconocido en casos anteriores?
268 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Igualdad B) Los actos de aplicación de una ley, ya sean del Poder Ejecutivo o
en la aplicación del Poder Judicial, están sujetos a lo que establezca esa ley: serán iguales
de la ley
si la ley impone un trato igual, pero también pueden suponer un trato
diferente si es la propia ley la que lo impone. El principio de igualdad, en
Prohibición cualquier caso, obliga a dichos poderes a no introducir diferencias que la
de crear
diferencias
ley no haya previsto, a no dar un trato distinto donde la ley dispone un
no previstas trato igual. Porque, el Estado democrático, las decisiones fundamentales
por la ley de cómo se organiza la sociedad se toman a través de leyes, y solo ellas
pueden determinar si dos situaciones deben recibir distinto trato.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que la interpretación y
aplicación de la ley a un caso concreto no suponen una actividad auto
mática con resultado plenamente determinado; caben argumentaciones
Igualdad distintas con resultados diferentes. En este campo ya no se trata de esta
y sujeción blecer diferencias que la ley no ha previsto, sino de cambiar la aplicación
al precedente
de la ley en casos sucesivos. Pues bien, el principio de igualdad obliga
aquí a interpretar y aplicar la ley de forma igual, con los mismos criterios,
cuando estemos en supuestos iguales; el principio de igualdad se identifi
ca así con cierta vinculación al precedente.
En este segundo sentido, sin embargo, el principio no funciona de
modo absoluto: de un lado, es posible cambiar el criterio cuando se justi
fique debidamente; de otro, existen ciertas diferencias entre la aplicación
administrativa de la ley y la aplicación judicial:
La a) Cada administración pública, sujeta a la ley y al precedente, debe
administración motivar los actos que se separen del criterio seguido en ocasiones ante
riores. El control sobre la suficiencia y racionalidad de esa motivación
corresponde a los jueces y tribunales.
El poder b) Los jueces y tribunales disponen de mayor margen de libertad en
judicial la interpretación y la aplicación de la ley. El principio de la independencia
judicial, tal y como se concibe en nuestro sistema, hace que el juez indi
vidual no esté sujeto a los precedentes sentados por otros tribunales, sino
sólo a la ley. Y, por eso, el principio de igualdad sólo obliga al juez respec
to de sus propios precedentes: impone a cada juez que siga los mismos
criterios que él mismo haya mantenido anteriormente en casos iguales,
salvo que en la motivación de su nueva sentencia justifique de modo ex
preso que la interpretación diferente no es una variante ocasional, sino
una nueva solución, preferible y también aplicable a la generalidad de los
casos semejantes que se presenten en adelante.
3. Nuestra Constitución, de forma similar a otros textos constitucio
Prohibiciones nales y declaraciones internacionales de derechos, establece unas prohi
concretas de
discriminación
biciones concretas de discriminación, que complementan el contenido del
principio de igualdad formal.
El art. 14 CE establece, en efecto, que no cabe «discriminación alguna
Fundamento por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social». Se trata de ciertas caracte
rísticas que históricamente se han utilizado para establecer tratos discri
minatorios y cuyo arraigo social aún las hace susceptibles de constituir
motivo de discriminación; los colectivos afectados por ellas (extranjeros,
mujeres, personas de raza distinta de la blanca-caucásica...) se encuen-
IGUALDAD 271
Reflexiones complementarias:
Las medidas dirigidas a conseguir la igualdad material que introducen un trato
diferente son siempre objeto de polémica; ni siquiera son pacíficas cuando se trata
de medidas que van dirigidas a favorecer a grupos respecto de los que puede
invocarse un reconocimiento constitucional expreso de que ocupan una posición
más desfavorable o desventajosa (por razón de edad, como los ancianos o los
jóvenes, o incluso de discapacidad). Tampoco existe una opinión doctrinal unánime
al respecto, ni sería posible proyectarla sobre todos los casos imaginables. Nuestro
TC, como otros Tribunales similares, ha admitido con carácter general la
constitucionalidad de este tipo de medidas; así, ha afirmado que no puede
considerarse «discriminatoria y constitucionalmente prohibida -antes al
c ontrario- la acción de favorecimiento, siquiera temporal, que aquellos poderes
emprendan en beneficio de determinados colectivos, históricamente marginados y
preteridos, a fin de que, mediante un trato especial más favorable, vean
suavizada o corregida su situación de desigualdad sustancial» (STC 216/1991,
entre otras). No obstante, más allá de esta afirmación general, cada concreta
medida de acción positiva que introduzca un trato diferente deberá superar el
correspondiente juicio para determinar si lesiona o no el derecho a la igualdad de
quienes quedan fuera de su ámbito de aplicación o si lesiona otros derechos o bienes
constitucionalmente protegidos.
274 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
porque las situaciones sean iguales, sea porque no haya finalidad consti
tucionalmente legítima que lo justifique, sea porque no haya congruencia entre el
trato desigual y dicha finalidad, o sea porque no haya proporcionalidad entre el
objetivo que se consigue y los efectos del trato diferente. Frente a los poderes
ejecutivo y judicial existe un derecho a la «igualdad en la aplicación de la ley»: a que
los aplicadores de la ley no introduzcan tratos diferentes que la ley no prevea ni deObligaciones
los poderes
procedan de forma injustificada a una interpretación y aplicación de la ley distinta a ejecutivo y judicial
la realizada en casos semejantes.
El derecho a la igualdad se refuerza en relación con las prohibiciones concretas
de discriminación del art. 14 CE (nacimiento, sexo, raza, religión, opinión y otras
semejantes). Como también hemos dicho, el trato desigual basado en tales Prohibiciones
criterios necesita una mayor justificación y genera una inversión de la carga de la concretas de
prueba. discriminación
5. Ha de recordarse que la protección de otro derecho o de un bien jurídico
compatible con la Constitución puede justificar un trato diferente siempre que se
den los requisitos que hemos analizado; en este sentido, otros derechos o bienes
jurídicos protegidos pueden operar como «límite» al derecho a la igualdad. Límites
Así, por ejemplo, el mandato de la igualdad real y efectiva permite a los
poderes públicos adoptar medidas de acción positiva que introduzcan un trato
diferente, más favorable, para aquellos grupos o colectivos que se encuentran en
una situación de hecho desventajosa, con el objetivo precisamente de compensar
esa situación y alcanzar una mayor igualdad real. Si dichas medidas superan los
requisitos exigidos para entender que el trato diferente está justificado no
estaremos ante una lesión del derecho a igualdad.
Caso 3. Un grupo de trabajadores firmaron con una constructora un contrato de obra.
Concluida la obra son cesados y acuden a la Magistratura de Trabajo para reclamar la
indemnización del 4,5 por 100 que prevé la Ordenanza para la Construcción de 1970. La
Magistratura entendió que no procedía indemnización aplicando un Real Decreto de 1980. Sin
embargo, la misma Magistratura sí había reconocido anteriormente esa indemnización en
dos casos iguales, de trabajadores de la misma empresa y con el mismo contrato.
¿Ha vulnerado la Magistratura de Trabajo el derecho a la igualdad de esos trabajadores,
al negar la misma indemnización que había reconocido en casos anteriores?
Respuesta al caso 3:
El asunto fue resuelto finalmente en la STC 49/1985. El TC reconoció que se trata de
casos en los que los hechos son iguales, la normativa aplicable es igual y el debate jurídico
se planteó también en los mismos términos. Las soluciones, sin embargo, fueron
distintas . La cuestión es determinar si al actuar así la Magistratura vulneró el derecho de
igualdad.
El TC recordó el principio de independencia judicial y explicó que los cambios en
las normas y en la realidad a la que se aplican justifican la libertad de cada juez para
modificar sus propios criterios; por eso, el derecho de igualdad en la aplicación judicial de
la ley «no exige que la ley reciba siempre la misma interpretación, sino que no se
emitan pronunciamientos arbitrarios por incurrir en desigualdad no justificada». En este
asunto, tras analizar las sentencias de los tres casos, el TC concluyó que «objetivamente,
sólo cabe apreciar la existencia de un pronunciamiento diferente en un caso igual, sin
que exista dato alguno que permita pensar en un cambio de criterio consciente»; no
había motivación expresa del cambio de criterio, ni tampoco podía deducirse la razón de
dicho cambio, por lo que el TC entendió que el cambio de interpretación no había sido
razonable, y, por tanto, había vulnerado el derecho a la igualdad en la aplicación de la ley.
Reflexiones complementarias:
El derecho a la igualdad obliga a todos los poderes públicos a dar un trato que no
sea discriminatorio, pero éstos tienen amplio margen de maniobra a la hora de legislar,
interpretar y aplicar la ley; porque su obligación no consiste en dar siempre un trato igual,
sino en dar un trato que se corresponda objetivamente con las circunstan-
276 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
cias y que en función de ellas puede ser igual o diferente. Corresponde a los propios
poderes públicos decidir si hay o no justificación para un tratamiento diferente, aun
que dicha decisión pueda revisarse posteriormente por los tribunales para comprobar
si en efecto existía justificación suficiente.
Esta observación es especialmente importante en un Estado compuesto, como es
el nuestro, donde existen poderes públicos centrales, autonómicos y locales dotados
de su propia capacidad de decisión, y donde pueden existir por tanto diferencias de
unos territorios a otros, diferencias que tendrán que ser justificadas y no ser discrimi
natorias. Por eso, cuando la Constitución establece que «todos los españoles tienen los
mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio nacional» (art. 139.1
CE) y que el Estado central debe asegurar «la igualdad de todos los españoles en
el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes constitucionales»
(art. 149.1.1 CE), no está exigiendo que la regulación de todas las materias y la aplica
ción de esa regulación sea igual en todo el territorio, sino que no existan diferencias
discriminatorias.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El principio de la igualdad «ante la ley» significa «igualdad en la ley».
b) El principio de la igualdad «ante la ley» significa «igualdad en la aplicación
de la ley».
c) El principio de la igualdad «ante la ley» significa «igualdad en la ley» y «en la
aplicación de la ley».
d) El principio de la igualdad «ante la ley» significa «igualdad real y efectiva».
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) La igualdad material sustituye a la igualdad formal.
b) La igualdad material es incompatible con la igualdad formal.
c) La igualdad formal sustituye a la igualdad material.
d) La igualdad material complementa la igualdad formal.
3. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El derecho a la igualdad permite exigir un trato adecuado a las circuns-
tancias.
b) El derecho a la igualdad permite exigir un trato diferente.
c) El derecho a la igualdad permite reaccionar ante un trato discriminatorio.
d) El derecho a la igualdad permite reaccionar ante un trato igual.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre el principio de igualdad pueden consultarse:
BILBAO UBILLOS, Juan María, y REY MARTÍNEZ, Fernando, «Veinte años de jurispruden
cia sobre igualdad constitucional», en MARTÍNEZ-SIMANCAS, Julián, y ARAGóN RE
YES, Manuel (coords.), La Constitución y la práctica del derecho, Madrid: SOPEC,
1998.
GIMÉNEZ GLUCK, David, Juicio de igualdad y Tribunal Constitucional, Barcelona: Bosch,
2004.
RUBIO LLORENTE, Francisco, «La igualdad en la jurisprudencia del Tribunal Constitu
cional. Introducción», y «Juez y ley desde el punto de vista del principio de igual
dad», en La Forma del Poder, Madrid: CEPC, 1997.
Sobre la igualdad material y las medidas de acción positiva:
GIMÉNEZ GLUCK, David, Una manifestación polémica del principio de igualdad: accio
nes positivas moderadas y medidas de discriminación inversa, Valencia: Tirant lo
Blanch, 1999.
MARTÍN VIDA, M.ª Ángeles, Fundamento y límites constitucionales de las medidas de
acción positiva, Madrid: Civitas, 2003.
IGUALDAD 277
CASOS
Caso 1. Un interno en un centro penitenciario que sufre una muy grave enfer
medad solicita su excarcelación urgente mediante el acceso al tercer grado, alegando
el derecho a la vida y a la integridad física. Dicha solicitud es rechazada y se le propo
ne una operación en el propio centro, que, no obstante, no resulta avalada por todos
los informes médicos.
¿Esa decisión lesiona el derecho a la vida e integridad física del interno?
Caso 3. Se detiene a un joven de diecisiete años como autor de varios robos con
fuerza en las cosas. El juzgado correspondiente inicia la instrucción del proceso y cua
tro años después decide que corresponde trasladar el caso a la Fiscalía de Menores;
esta comienza su instrucción y siete años después de iniciarse el procedimiento, al
abogado del menor aún no le ha sido comunicado si el fiscal ha concluido la primera
fase, de instrucción del caso.
¿Ese retraso en el proceso lesiona el derecho a la tutela judicial efectiva del acusado?
Reflexiones complementarias:
La Ley Orgánica 9/1985 despenalizó el aborto en tres supuestos: riesgo grave para la salud
física o psíquica de la mujer embarazada, violación y malformaciones o taras, físicas o
psíquicas, en el feto. En la STC 53/1985 el Tribunal Constitucional afirmó la
constitucionalidad de esa despenalización, porque entendió que en esos supuestos, y con los
requisitos y garantías que establecía la ley, el legislador no incumplía su deber de protección
de la vida del no nacido.
A pesar de la STC el debate sobre el aborto no se agotó. Posteriormente, la Ley Orgánica
2/2010 estableció el siguiente sistema de plazos: el aborto es lícito en todo caso en las catorce
primeras semanas de gestación; hasta las veintidós semanas en caso de graves riesgos para la
vida o la salud de la madre o el feto; y después solo cuando se detecten anomalías en el feto
incompatibles con la vida o una enfermedad extremadamente grave e incurable. A diferencia
de la LO 9/1985, la LO 2/2010 amplía la esfera de libertad de la mujer embarazada y protege al
nasciturus de forma diferenciada según el grado de desarrollo de la vida embrionaria. La
ley fue recurrida ante el Tribunal Constitucional, pero casi una década después el recurso
aún no se ha resuelto.
11. LA LIBERTAD Y SEGURIDAD PERSONAL
Establece el art. 17 .1 CE que «toda persona tiene derecho a la libertad Reconocimiento
en el art. 17 CE
y a la seguridad» y que «nadie puede ser privado de su libertad, sino con
la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y en la for
ma previstos en la ley».
1. El derecho a la libertad y a la seguridad personal es, tal vez, el de Origen
más antiguo reconocimiento, y pretende evitar que las personas puedan
ser detenidas o arrestadas sin motivo. Históricamente, este derecho ha
jugado un papel decisivo en la lucha por lograr el control del poder y con
tra la arbitrariedad en las detenciones policiales ordenadas por el poder
ejecutivo, inicialmente bajo el control del monarca. Se remonta a las car-
284 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Caso 2. Con ocasión de una redada policial en un club de alterne es detenido uno de los
presuntos cabecillas de la trama, que permanece en una celda durante más de seis días sin
Suspensión
individual
acceso a abogado.
¿Se ha producido la vulneración de algún derecho fundamental?
Respuesta al caso 2:
En el caso planteado, evidentemente se ha violado el derecho a la libertad y seguridad
del detenido. La CE prevé con toda claridad, en su art. 17.3, la garantía de la asistencia de
abogado al detenido tanto en las diligencias policiales como en las judiciales; y también, en
el art. 17.2, que la detención preventiva no puede durar más del tiempo estrictamente
necesario para realizar las averiguaciones necesarias para esclarecer los hechos que se
investigan, y que en un plazo máximo de setenta y dos horas el detenido debe ser puesto o
bien a disposición de la autoridad judicial, o bien en libertad. Solo en supuestos determinados
y bastante excepcionales, como la declaración del estado de excepción o sitio, que no se dan en
el caso planteado, los derechos del art. 17 CE pueden ser suspendidos.
Reflexiones complementarias:
El art. 25 CE recoge el conocido «principio de legalidad» penal, conforme al cual nadie
puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de
producirse no constituyeran delito, falta o infracción administrativa, según la legislación
vigente en aquel momento. Este principio se formuló a finales del siglo xvm como uno de los
pilares del Estado de Derecho frente a los abusos que se habían producido en el Antiguo
Régimen, en el que el soberano podía crear nuevos delitos y faltas, y los jueces podían
sancionar hechos no previstos por las leyes y aplicar las penas con relativa libertad. Pues bien,
según el TC, el principio de legalidad penal es elevado por la CE a la categoría de derecho
fundamental: el derecho a no ser condenado por una acción u omisión que no esté tipificada y
penada por la ley vigente en el momento de producirse, que sirve de garantía a la seguridad
jurídica y al derecho a la libertad y seguridad personal de los ciudadanos.
VIDA, SEGURIDAD Y TUTELA JUDICIAL 287
les a través de los cuales todos puedan defender sus derechos e intereses
y obtener del juez una solución al conflicto de que se trate; y, de otro,
también la actuación concreta de los jueces, en el marco de esos procedi
mientos, para admitir la demanda de tutela de los ciudadanos, darle cur
so y poner término al proceso con una resolución fundada en Derecho y
dotada de eficacia.
Obligados Así pues, los poderes públicos más directamente obligados por el de
recho a la tutela judicial efectiva son: en primer lugar, el legislador, que
debe aprobar las normas de organización y procedimiento necesarias
para su efectividad, normas referidas a la organización del Poder Judicial
y a la regulación de los procedimientos judiciales; y, en segundo lugar, el
propio Poder Judicial, que con su actuación de juzgar y hacer ejecutar lo
juzgado debe satisfacer el derecho del particular a la tutela judicial efec
tiva de sus derechos o intereses.
El control El Tribunal Constitucional, para garantizar el derecho, debe por tanto
del Tribunal controlar en qué medida las leyes son suficientes para permitir a los jue
Constitucional
ces y tribunales la tutela judicial efectiva de los derechos e intereses de
todos; pero también, y sobre todo, controlar que la interpretación y apli
cación de esas leyes, que corresponde a los jueces y tribunales, se realiza
de modo que favorezca la efectividad de tal derecho.
Criterio básico Al efecto, el Tribunal Constitucional ha tomado como punto de parti
de interpretación da la idea de que una aplicación rígida y formalista de las leyes que regu
lan los procedimientos ante el Poder Judicial (el Derecho procesal) puede
lesionar el derecho; porque el cumplimiento de esas normas procesales
no es un fin en sí mismo, sino un instrumento al servicio de la tutela de
los derechos e intereses de las personas. Por eso, el Tribunal ha procurado
siempre la interpretación de esas normas que más favoreciera a la efecti
vidad del derecho a la tutela judicial efectiva. Con ello también ha enri
quecido notablemente el contenido del mismo, incluyendo en su ámbito
protegido, como proyección del derecho a la tutela judicial efectiva, mu
chos elementos concretos del Derecho procesal; ello ha servido también
para que el Tribunal haya ido adaptando el Derecho procesal, y sobre
todo la práctica procesal de jueces y tribunales, a las exigencias de un
moderno Estado de Derecho.
Derechos 4. Este derecho se concreta en un conjunto de facultades o derechos
comprendidos particulares, que pueden ordenarse de la siguiente manera:
en él
A) El derecho a la tutela judicial efectiva en sentido estricto, cuyo con
Tutela judicial tenido originario era el derecho de acceso a la jurisdicción, pero que el
en sentido estricto
Tribunal Constitucional ha completado incluyendo otros derechos:
Derecho a) El derecho de acceso a la jurisdicción permite iniciar un proceso
de acceso ante un órgano judicial para hacer valer cualquier derecho o interés legí
timo, esto es, amparado por una norma jurídica.
Requisitos Para ejercerlo, deben cumplirse los requisitos y presupuestos estable
y presupuestos cidos en las leyes procesales; pero el legislador, al establecerlos, debe res
procesales
petar el contenido esencial del derecho, que consiste en permitir el acceso
a los procesos judiciales sin trabas injustificables o desproporcionadas.
Esos requisitos y presupuestos deben ser, por tanto, adecuados, necesa
rios y proporcionados con referencia a la finalidad de las normas proce-
VIDA, SEGURIDAD Y TUTELA JUDICIAL 289
Derecho B) El derecho a un proceso con todas las garantías (al proceso debido)
al proceso
debido
incluye un conjunto de garantías que, en un principio, se reconocieron
solo en los procesos penales, pero que se han extendido a todo tipo de
procesos; porque, para que haya tutela judicial efectiva, no basta con ac
ceder a los tribunales, sino que el proceso judicial, a lo largo del cual el
juez conoce el asunto y termina tomando una decisión, debe desarrollarse
con ciertas garantías:
Derecho a) El derecho al juez ordinario predeterminado por la ley garantiza
al juez ordinario que el juez que resuelva la petición sea independiente (este derecho trata
predeterminado
de evitar que el Poder Ejecutivo pueda influir en la composición de los
tribunales y, de este modo, en su actuación); para ello, la ley (y no una
norma elaborada por el gobierno) debe prever, mediante las normas de
organización del Poder Judicial, cuál es el órgano judicial competente
para cada caso, y debe determinar también quién ocupará ese órgano.
Derecho b) El derecho a un juez imparcial garantiza que este, además de estar
a un juez legalmente predeterminado, debe mantener una actitud de distancia
imparcial
miento y neutralidad respecto al objeto del litigio y a las partes; por ello,
la ley prevé causas de abstención y recusación para los casos en que el
juez tiene interés en el objeto del pleito o una vinculación personal, en un
sentido u otro, con alguna de las partes.
Derecho c) El derecho a un proceso público garantiza la transparencia del
a un proceso
público
mismo, con el fin de asegurar que este se desarrolla conforme a lo que
establecen las leyes; por ello, las actuaciones judiciales no son secretas,
sino públicas, de modo que las partes en el proceso tienen acceso a ellas;
y el proceso judicial se desarrolla con publicidad, salvo ciertas excepcio
nes previstas en las leyes y que deben estar justificadas.
Derecho d) El derecho a la defensa y asistencia de letrado asegura una mínima
a la asistencia
letrada
igualdad de armas entre las partes y evita que pueda achacarse el resulta
do del proceso a la falta de asesoramiento y defensa por un técnico en
Derecho. La complejidad del Derecho hace difícil que un no especialista
pueda defenderse sin el asesoramiento de un experto. Este derecho inclu
ye la asistencia jurídica gratuita para quienes acrediten insuficiencia de
recursos para litigar.
Derecho e) El derecho a un proceso sin dilaciones garantiza que el mismo no
a un proceso
sin dilaciones
se demore por una pasividad del tribunal arbitraria e injustificada o por
influencia de terceros. La dilación, sin embargo, puede estar justificada,
por ejemplo por la complejidad objetiva del asunto; y no habrá dilación
siempre que el juez haya actuado diligentemente.
Derecho f) El derecho a utilizar los medios de prueba pertinentes para la defen
a la prueba
sa permite proponer las pruebas que puedan ser determinantes para hacer
valer la posición de cada una de las partes, y exige al juez que las admite y
las practique. Las pruebas deben ser «pertinentes»: deben tener relación
con el objeto del juicio y con lo que hay que decidir, deben ser útiles para
que el tribunal forme criterio acerca de la decisión que ha de tomar; el juez
podrá denegar, por tanto, las pruebas reiterativas o irrelevantes.
Garantías del C) Las garantías específicas del proceso penal pretenden asegurar en
proceso penal ese ámbito aún mayores posibilidades de defensa para el acusado, ya que
en este tipo de proceso se decide sobre bienes jurídicos de tanta relevan
cia como la libertad personal.
VIDA, SEGURIDAD Y TUTELA JUDICIAL 291
Reflexiones complementarias:
El derecho a la tutela judicial efectiva es, a muchísima distancia de todos los demás, el
más frecuentemente invocado al presentar recursos de amparo ante el TC, sencillamente
porque permite impugnar ante este Tribunal prácticamente cualquier resolución judicial
definitiva, con independencia de cuál sea el grado del órgano judicial o la importancia objetiva
del asunto, y porque cubre prácticamente todos los aspectos de un proceso judicial. Hasta la
reforma del recurso de amparo que se realizó en 2007, el 85 por 100 de los recursos de
amparo se habían presentado invocando ese derecho.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la proposición correcta y explica tu respuesta:
a) La pena de muerte está proscrita por la Constitución salvo en tiempos de
guerra.
292 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Para profundizar en el derecho a la vida y a la integridad física y moral puede
consultarse:
CANOSA USERA, Raúl, El derecho a la integridad personal, Madrid: Lex Nova, 2006.
REY MARTÍNEZ, Fernando, Eutanasia y derechos fundamentales, Madrid: CEPC, 2000.
Sobre la libertad y seguridad personal:
GARCÍA MORILLO, Joaquín, El derecho a la libertad personal (detención, privación y res
tricción de libertad), Valencia: Universitat de Valencia, 1995.
GoNZÁLEZ AYALA, María Dolores, Las garantías constitucionales de la detención. Los
derechos del detenido, Madrid: CEPC, 1999.
Sobre la tutela judicial efectiva:
CARRASCO DURÁN, Manuel, El derecho a la tutela judicial efectiva sin indefensión, Nava
rra: Aranzadi, 2018.
GoNZÁLEZ PEREZ, Jesús, El derecho a la tutela jurisdiccional, Madrid: Civitas, 2001.
CAPÍTULO 22
PRIVACIDAD
CASOS
Caso 1. Un casino, para controlar la actividad laboral que se desarrollaba en las
dependencias de caja y en la ruleta francesa, añadió al circuito cerrado de televisión
existente la instalación de micrófonos que permitían recoger y grabar las conversacio
nes que se produjesen en las citadas secciones del mismo.
¿La instalación de esos micrófonos lesiona el derecho a la intimidad de los trabaja
dores?
Reflexiones complementarias:
El art. 32 CE establece que «el hombre y la mujer tienen derecho a contraer ma
trimonio con plena igualdad jurídica». El reconocimiento de un derecho a contraer
matrimonio es una novedad en el constitucionalismo español, aunque forma parte de
otros catálogos de derechos, como el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Se
trata de un derecho vinculado a los demás derechos que protegen la esfera personal,
porque es una de las principales manifestaciones del derecho de la persona a configu
rar libremente su propia vida y su esfera personal dentro de un marco institucional
adecuado al efecto. Este derecho se reconoció con rango constitucional en particular
para asegurar la libertad a la hora de contraer matrimonio y la igualdad en su ejerci
cio, como reacción por tanto a las imposiciones y discriminaciones que había sufrido
la mujer casada antes de la Constitución. Hoy en día, la interpretación de este derecho
plantea nuevas dificultades en relación con otras formas de convivencia, como son las
parejas de hecho; y también ha resultado polémica la decisión legislativa de admitir
el matrimonio entre personas del mismo sexo, en términos que la STC 198/2012 ha
considerado compatibles con la Constitución.
to ni con la autorización del juez, aunque inmediatamente hay que darle cuenta por
escrito.
Si se entra en un domicilio sin que concurra ninguno de los requisitos Consecuencias
anteriores se estará violando el derecho a la inviolabilidad del domicilio; y ello tiene de una entrada
como consecuencia, por ejemplo, que las pruebas que se hubieran obtenido gracias ilícita
a tal entrada en el domicilio no serán válidas ni podrán utilizarse en un juicio.
4. La Constitución prevé la posibilidad de suspender este derecho en dos
supuestos:
a) Si se declaran los estados de excepción y sitio, el Gobierno podrá Suspensión
inspeccionar y registrar domicilios cuando sea necesario para el esclarecimiento
de hechos presuntamente delictivos o para el mantenimiento del orden público. Estados
b) En relación con investigaciones de bandas armadas o elementos excepcionales
terroristas se podrá suspender este derecho con el fin de aprehender a los presuntos
responsables de delitos de terrorismo, y siempre que medie una excepcional o
urgente necesidad.
Investigación
En ambos casos hay una intervención judicial posterior, en la que el juez de terrorismo
verifica si las entradas realizadas están justificadas y cuáles serán los efectos de las
mismas.
5. Existe una garantía penal específica para este derecho, ya que el Garantía penal
Código Pen al tipifica como delito la en trada domiciliaria realizada por
autoridades públicas y el allanamiento de morada realizado por los particulares.
Caso 2. Mientras un recluso de un centro penitenciario se encontraba en los talleres del centro se
realizó un registro de su celda, porque se habían recibido informaciones que hacían sospechar que en ella
escondía sustancias prohibidas.
¿Se puede considerar la celda del recluso como su domicilio? En tal caso, ¿lesiona este registro la
inviolabilidad del mismo?
Respuesta al caso 2:
La STC 89/2006 resolvió este caso recordando que el domicilio constituye un ámbito de
privacidad «dentro del espacio limitado que la propia persona elige», y que el contenido del
derecho a la inviolabilidad de domicilio consiste en «la facultad del titular de excluir a otros
de ese ámbito espacial reservado, de impedir o prohibir la entrada o la permanencia en él de
cualquier persona y, específicamente, de la autoridad pública para la práctica de un registro».
Razonó el TC que la celda de un centro penitenciario es un ámbito de intimidad, un «espacio
apto para desarrollar vida privada», ya que esta cabe incluso en una situación de reclusión;
pero no puede considerarse como un domicilio, porque no reúne las características de haber
sido objeto de elección por su ocupante ni la de configurarse como un espacio específico de
exclusión de la actuación del poder público, sino que, al contrario, el ingreso en prisión
supone la inserción del ciudadano en un ámbito de intenso control público en el que no existe
un domicilio en el sentido constitucional del término. Por ello, el registro de la celda no
lesionó el derecho a la inviolabilidad del domicilio, pero sí pudo lesionar el derecho a la
intimidad.
Reflexiones complementarias:
La lesión en el derecho a la inviolabilidad del domicilio se produce por la entrada en el
mismo sin que se dé ninguna de las circunstancias que podrían justificarla (consentimiento,
autorización judicial ... ). Y por entrada se entiende, simplemente, la penetración en el espacio
físico del domicilio, que normalmente tiene lugar mediante el ingreso en el mismo. Pero el TC
ha apuntado en alguna ocasión que la penetración en el domicilio debe interpretarse de
forma amplia, de modo que abarque también la captación visual o auditiva de los
acontecimientos que tienen lugar en el domicilio mediante aparatos electrónicos, mecánicos
u otros análogos.
300 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Reconocimiento El art. 18.3 CE establece que «se garantiza el secreto de las comuni
en el art. 18.3
caciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo
resolución judicial».
Origen 1. Este derecho, como el derecho a la inviolabilidad del domicilio,
aparece en los primeros catálogos de derechos fundamentales, y se reco
noce en primer lugar frente al Estado: el derecho protegía el correo pos
tal, de modo que ni los servicios de seguridad del Estado ni otras personas
pudieran interceptar o abrir la correspondencia de un tercero.
Fundamento Es un derecho conectado con la protección de la esfera personal o
privada, ya que protege la comunicación para que todos puedan expresar
las ideas y sentimientos libremente cuando la comunicación se desarrolla
desde esa esfera reservada de desarrollo personal. Sin embargo, el bien
jurídico protegido por el derecho no es la intimidad, sino la libertad para
comunicarse; por eso, el derecho al secreto de las comunicaciones garan
tiza que estas puedan realizarse con libertad, sin interferencias o intromi
siones de terceros, al margen de que el contenido de la comunicación sea
o no relevante, sea o no íntimo.
Estructura Este derecho, en consecuencia, tiene una estructura muy similar a la
del derecho a la inviolabilidad del domicilio: se trata también de una ga
rantía formal de intangibilidad. Las comunicaciones son de acceso reser
vado en cuanto tales, con independencia de lo que se comunique, porque
lo que se protege no es el contenido de lo que se transmite, sino la seguri
dad de poder transmitirlo sin que lo sepan los demás.
Titulares 2. Los titulares de este derecho son todo tipo de personas, personas
físicas y jurídicas, nacionales y extranjeras; aunque cabe señalar que las
personas que están en establecimientos penitenciarios ven limitado este
derecho por motivos de seguridad.
Contenido 3. En cuanto al contenido del derecho, se trata de un derecho de liber
tad que permite a su titular comunicarse con otras personas sin ningún
tipo de intromisión ni interferencia. Sobre el ámbito protegido por el de
recho hay que precisar los siguientes extremos:
a) Se protege la comunicación realizada a través de un medio técni
co, no la comunicación directa entre dos personas simultáneamente pre
sentes en un lugar. Por eso, la instalación de micrófonos en una casa para
conocer las conversaciones que en ella se mantienen no lesiona el derecho
al secreto de las comunicaciones, pues no hay medio técnico interpuesto
entre ellas, sino conversación directa; pero sí interfiere en la inviolabili
dad del domicilio y, en su caso, en el derecho a la intimidad.
b) La comunicación puede realizarse a través de cualquier medio téc
nico: en un principio existía solo el correo postal, luego el telégrafo, el
teléfono, y ahora todos los medios vinculados a internet.
c) El derecho protege tanto el mensaje (sea cual sea su contenido)
como el medio o soporte de la comunicación (carta, línea telefónica...);
por eso hay lesión del derecho tanto con la simple manipulación del me
dio como con el conocimiento subrepticio de lo comunicado.
PRIVACIDAD 301
d) Se protege el proceso de la comunicación, que no debe ser inte
rrumpido ni descifrado, pero no el mensaje, ni tampoco el medio, antes de que
se haya iniciado el proceso de comunicación o una vez haya concluido: una
carta abierta en el domicilio del emisor o del receptor, que no ha comenzado su
trayecto o ya lo ha culminado, no es objeto de protección por este derecho.
e) El secreto rige para terceros ajenos al proceso de comunicación, no
para los propios comunicantes, que pueden transmitir a terceros el mensaje,
aunque quizá puedan lesionar con ello el derecho a la intimidad del otro
interlocutor.
4. El art. 18 reconoce que este derecho puede limitarse previa resolución
judicial; de modo que si un poder público, normalmente los cuerpos y
fuerzas de seguridad, necesitan intervenir las comunicaciones de una
persona, especialmente con objeto de prevenir o perseguir un delito, deben Intervención
delas
solicitar autorización al juez. La intervención del juez constituye una garantía comunicaciones
de que no habrá intromisión gubernativa o administrativa injustificada; ya previa
hemos señalado que históricamente este derecho se reconoce frente a la autorización
arbitrariedad del poder ejecutivo. La resolución judicial debe estar motivada judicial
y debe respetar el principio de proporcionalidad; esto significa que el juez
debe ponderar la finalidad que se persigue y la medida en que se lesiona el
derecho. Si se intervienen comunicaciones sin autorización judicial, las
pruebas que se obtengan con ello no serán válidas y, con carácter general,
no podrán utilizarse en juicio.
S. La Constitución prevé la posibilidad de suspender este derecho (en
realidad, de permitir la autorización gubernativa sin previa intervención
judicial) en dos supuestos:
a) Si se declaran los estados de excepción y sitio, «solo si ello resulta necesario
para el esclarecimiento de los hechos presuntamente delictivos
o el mantenimiento del orden públi co»; la intervención podrá efectuarla la Suspensión
autoridad gubernativa, pero deberá ser comunicada inmediatamente al juez «por
escrito motivado», por lo que, incluso en estos supuestos excepcionales, se
mantiene la garantía judicial. En los estados
b) En relación con investigaciones de bandas armadas o elementos excepcionales
terroristas se podrá suspender para personas determinadas; aquí también, en
caso de urgencia, la autoridad gubernativa puede acordar la intervención de
las comunicaciones informando inmediatamente por escrito motivado al
juez, quien, también de forma motivada, revocará o confirmará tal
resolución en un plazo máximo de setenta y dos horas.
6. Este derecho disfruta de ciertas garantías específicas; por ejemplo, el
Código Penal tipifica los delitos de descubrimiento y revelación de secretos y de Suspensión
individual en
violación de correspondencia y comunicaciones. casos
de terrorismo
Caso 3. En el curso de una operación por tráfico de drogas se detiene a una persona y
se le intervienen los efectos personales que lleva encima, entre ellos una agenda. Dentro de
ella hay unas hojas manuscritas y dobladas, sin sobre: se trata de una carta que confirma la
implicación de esta persona en los hechos perseguidos.
El hecho de que la Guardia Civil abriese la agenda, desdoblase la carta y la leyese, todo
ello sin autorización judicial, ¿lesiona el derecho al secreto de las comunicaciones del
detenido?
Respuesta al caso 3:
El TC resolvió este caso mediante la STC 70/2002, afirmando que no se había
lesionado el derecho al secreto de las comunicaciones. En primer lugar, unas hojas
de papel dobladas en el interior de una agenda no hacen suponer que se trate de
una carta, de una comunicación secreta (no se puede exigir a la Guardia Civil que
302 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
solicite autorización judicial para leer cualquier papel que intervenga); en segundo
lugar, la intervención de las hojas no interfiere un proceso de comunicación, sino
que el citado proceso ya se ha consumado. El derecho al secreto de las comunica
ciones protege el proceso de comunicación; pero, una vez finalizado el proceso, la
protección constitucional de lo recibido se realiza, en su caso, a través del derecho
a la intimidad.
Reflexiones complementarias:
Los obligados por el derecho al secreto de las comunicaciones son, en primer
lugar, los poderes públicos; y, con la mediación legislativa necesaria, también los par
ticulares. En este ámbito, el derecho plantea hoy numerosos problemas en las rela
ciones entre particulares, especialmente en las relaciones laborales y respecto a los
mecanismos de control del correo electrónico o de otros medios de comunicación
empleados en el lugar de trabajo. Es el legislador quien debe establecer las medidas
necesarias para garantizar en la mayor medida de lo posible todos los derechos y bie
nes en conflicto; y, a falta de ley, el poder judicial deberá ponderarlos al resolver cada
conflicto concreto.
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) Las personas jurídicas son titulares del derecho al honor en las mismas con
diciones que las personas físicas.
b) Ciertos grupos pueden ser titulares del derecho al honor.
c) El derecho a la intimidad protege lo que cada uno considere que forma parte
de su esfera personal.
d) El derecho a la propia imagen protege la imagen (por ejemplo frente a su
captación fotográfica), pero no otros elementos externos que permitan iden
tificarnos, como puede ser la voz.
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) La entrada en un domicilio exige siempre la autorización del morador.
b) La entrada en un domicilio exige siempre una resolución judicial motivada o
la comisión de un delito flagrante.
c) Las personas jurídicas no son titulares del derecho a la inviolabilidad domi
ciliaria.
d) En el ámbito del derecho a la inviolabilidad domiciliaria se incluyen habita
ciones de hotel y tiendas de campaña.
3. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El derecho al secreto de las comunicaciones solo protege las comunicaciones
postales.
b) Los extranjeros que no tengan residencia legal no son titulares del derecho al
secreto de las comunicaciones.
c) El secreto de las comunicaciones solo puede suspenderse si se declara el es
tado de sitio.
d) Las comunicaciones pueden ser intervenidas previa resolución judicial.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre los derechos al honor, a la intimidad y a la propia imagen y la protección de
datos personales:
ARENAS RAMIRO, Mónica, El derecho a la protección de datos fundamentales en Europa,
Valencia: Tirant lo Blanch, 2006.
GóMEZ CORONA, Esperanza, La propia imagen como categoría constitucional, Pamplo
na: Aranzadi, 2014.
REBOLLO DELGADO, Lucrecio, El derecho fundamental a la intimidad, Madrid: Dykin
son, 2005.
PRIVACIDAD 303
CASOS
Caso l. Un miembro de la Policía solicitó que se le dispensara de acudir a la
procesión de la Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús El Rico de Málaga,
de la que el Cuerpo Nacional de Policía es Hermano Mayor y en la que participa todos
los años. Sus superiores le respondieron que se trataba de un servicio para garantizar
el normal desarrollo del acto, y no la asistencia obligatoria a un culto religioso, y que
sus sentimientos religiosos no podían impedirle cumplir dicho servicio.
¿Puede entenderse que esta obligación lesiona la libertad religiosa del policía?
Caso 3. Los poderes públicos deciden construir un pantano. Como los pueblos
situados en los valles de la zona quedarán inundados, se acuerda la expropiación
de los terrenos que se van a inundar y el traslado forzoso de los habitantes de esos
pueblos.
¿Estas decisiones vulneran la libertad de residencia de los desalojados?
Reflexiones complementarias:
El art. 20. l .d) CE reconoce textualmente el «derecho a comunicar y recibir información
veraz». Incluye por ello dos derechos distintos: el derecho a comunicar información y el
derecho a recibir información, lo cual tiene mucho sentido si se quieren proteger con
carácter de derecho fundamental las dos posiciones en un proceso de comunicación: la del
emisor y la del receptor. Sin embargo, el TC ha entendido que el derecho a recibir información
es, en rigor, una redundancia, simplemente la otra cara de la libertad de información: el
derecho a recibir la información sin interferencias procedentes de los poderes públicos o de
sujetos privados. No se reconoce, por tanto, un derecho a la información entendido como
derecho autónomo de acceso a determinadas fuentes, o como derecho prestacional a recibir
informaciones, sino solo un derecho a recibir las informaciones que el titular de la libertad de
información quiera emitir.
Reflexiones complementarias:
Estas libertades fueron determinantes en el proceso de formación de la sociedad y del
Estado constitucional que tiene lugar en Europa a partir de la Revolución francesa. Desde
esa perspectiva, hoy en día su reconocimiento en un texto constitucional puede parecer
superfluo y su ejercicio como algo natural y evidente. Sin embargo, estas libertades
plantean hoy nuevos problemas en el marco de los procesos de inte-
LIBERTAD 315
MODELOS DE PREGUNTA
1. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) El límite del orden público incide sobre la libertad interna de adoptar una
ideología y sobre la libertad de actuar conforme a ella.
b) El límite del orden público no incide sobre la libertad interna de adoptar una
ideología, sino solo sobre la libertad de actuar conforme a ella.
c) La aconfesionalidad del Estado le impide mantener relaciones con las confe
siones religiosas.
d) El Estado puede obligar a alguien a declarar su ideología cuando ello se
relacione con investigaciones relativas a bandas armadas o elementos terro
ristas.
2. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) La libertad de expresión faculta a comunicar libremente opiniones e informa
ciones.
b) El derecho a la intimidad actúa como límite a la libertad de expresión, por
que excluye del ámbito protegido por este derecho las expresiones insultantes
o vejatorias.
c) El derecho a la intimidad actúa como límite a la libertad de información
porque excluye del ámbito protegido por este derecho la comunicación de
informaciones íntimas que no sean veraces ni tengan interés público.
d) La libertad de información protege la libertad de creación de medios, exclu
yendo que sea necesaria cualquier intervención del legislador.
3. Selecciona la respuesta correcta y explica tu respuesta:
a) Todos los extranjeros tienen, conforme a la Constitución, las libertades de re
sidencia, circulación, entrada y salida del país, aunque sean (como en general
todos los derechos fundamentales) susceptibles de limitación.
b) La Constitución reconoce a los ciudadanos de la Unión Europea el derecho
fundamental a la libre entrada en España y sus libertades de residencia y
circulación.
c) Las libertades de residencia, circulación, entrada y salida del país son recono
cidas por la Constitución solo a los españoles.
d) Los extranjeros que residen legalmente en España no pueden ver restringida
su libertad de residencia.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
CASOS
Caso 1. Unos padres decidieron no llevar a sus hijos a ninguna escuela y educar
les ellos mismos en su casa, porque consideraban que la educación que ellos les daban
era mucho más adecuada que la que se imparte en los centros públicos y privados.
¿La decisión de los padres lesiona el derecho de sus hijos a la educación?
l. DERECHOS DE LA EDUCACIÓN
Origen y l. Hasta el siglo XIX, en nuestro país, como en los países de nues
fundamento tro entorno, las necesidades en materia de educación fueron atendidas
principalmente por órdenes religiosas y, en ocasiones, por otros grupos
sociales también de carácter privado. A lo largo del citado siglo, sin em
bargo, se fue convirtiendo en un servicio público del que se hacía cargo el
Estado: se crearon centros públicos de enseñanza básica y universidades
públicas, se reconoció un derecho a la educación, se hizo obligatoria la
enseñanza básica y se declaró su gratuidad. De forma paralela, los suje
tos privados que hasta ese momento se habían ocupado de la educación
reivindicaron la libertad de enseñanza, como derecho de libertad frente
al Estado, referida sobre todo a la facultad de crear centros docentes. A
partir de entonces, los centros públicos de educación convivieron con los
privados, salvo en determinados períodos en los que se prohibió a ciertas
órdenes religiosas abrir escuelas e impartir enseñanzas, y desde entonces,
en mayor o menor grado, las tensiones entre el derecho a la educación y
la libertad de enseñanza, entre educación pública y privada, entre edu
cación religiosa y laica han marcado la definición y el desarrollo de los
sistemas de educación en los países europeos.
Art. 27 CE A) El art. 27 CE reconoce los derechos, libertades y principios de
la educación. Este artículo fue objeto de un intenso debate en el proceso
constituyente, en el que se pusieron de manifiesto las tensiones antes se
ñaladas. Para satisfacer a todos los partidos en la medida de lo posible, el
art. 27 tiene un contenido extenso y complejo, sobre todo porque reconoce
tanto el derecho a la educación como la libertad de enseñanza, dos dere
chos que representan modelos educativos diferentes y que, sin embargo,
deben hacerse compatibles a través del establecimiento de un determina
do sistema educativo que los haga a ambos reales y efectivos.
El legislador de B) En el desarrollo y la regulación del ejercicio de los derechos y
los derechos libertades de la educación al legislador le corresponde una especial res
de la educación
ponsabilidad. Ello se debe, en primer lugar, a que el art. 27 no constitu
cionaliza un modelo educativo determinado, sino que, con una fórmula
relativamente abierta, concede al legislador un amplio margen de ma
niobra para diseñar dicho modelo, definiendo tipos de enseñanza, planes
de estudio... En segundo lugar, todos los derechos reconocidos en dicho
artículo necesitan en mayor o menor grado la intervención del legislador;
y, además, entre todos ellos (derechos de los docentes, de los alumnos,
de los padres, de las instituciones docentes...) pueden existir tensiones y
contradicciones, pues unos actúan como límite de los otros, y el legisla
dor tiene que realizar un desarrollo normativo que haga posible y garan
tice el ejercicio de todos esos derechos, buscando el equilibrio necesario
para ello.
El legislador ha acometido la labor que le corresponde en esta mate
Leyes ria aprobando las correspondientes leyes de educación. Sin embargo, los
de educación diferentes gobiernos han elaborado sucesivas leyes, para desarrollar cada
uno su modelo educativo, muchas de las cuales han sido objeto de recur
sos de inconstitucionalidad. El legislador no ha sido capaz de realizar un
SOCIABILIDAD 319
Reflexiones complementarias:
Como se explica en el caso anterior, el derecho a la educación responde a un doble
fundamento: uno individual, el libre desarrollo de la personalidad, y otro colectivo, la
convivencia democrática. A través de la educación se deben adquirir los conocimientos,
las competencias y los valores necesarios para desarrollarse como persona y como ciudadano,
de modo que la educación sirve tanto a la libertad individual como al correcto
funcionamiento de sociedades democráticas, compuestas por ciudadanos formados en los
valores de la libertad, la igualdad, el pluralismo y el respeto a la dignidad humana.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre los derechos de la educación:
CoTINO Huso, Lorenzo, El derecho la educación como derecho fundamental, Madrid:
CEPC, 2012.
REDONDO GARCÍA, Ana María, Defensa de la Constitución y enseñanza básica obligatoria.
Integración educativa y homeschooling, Madrid: CEPC, 2003.
TORRES MURO, Ignacio, La autonomía universitaria, Madrid: CEPC, 2005.
VIDAL PRADO, Carlos, El derecho a la educación en España, Madrid: Marcial Pons, 2017.
Sobre los derechos de reunión y manifestación:
GAVARA DE CARA, Juan Carlos, El sistema de organización del ejercicio del derecho de
reunión y manifestación, Madrid: McGraw Hill, 1997.
TORRES MURO, Ignacio, El derecho de reunión y manifestación, Madrid: Civitas, 1991.
Sobre el derecho de asociación:
BILBAO UBILLOS, Juan María, Libertad de asociación y derechos de los socios, Valladolid:
Universidad de Valladolid, 1997.
GóMEZ MONTORO, Ángel J., Asociación, Constitución, Ley, Madrid: CEPC-TC, 2004.
CAPÍTULO 25
ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO
CASOS
Caso 1. Varios trabajadores demandaron a la empresa en la que trabajaban por
imponerles una jubilación forzosa prevista en su convenio colectivo (la norma esta
blecida entre los representantes de los trabajadores y empresarios). El juez entendió
que los artículos del Estatuto de los Trabajadores que otorgaban a los convenios colec
tivos la potestad de establecer la jubilación forzosa podían ser contrarios al derecho
al trabajo.
¿Cabe deducir del derecho al trabajo recogido en el art. 35 CE un derecho a la perma
nencia o estabilidad en el puesto de trabajo que impida la jubilación forzasa?
las posibilidades y los límites del mercado en relación con los distintos
bienes y servicios, atendiendo a las exigencias de la economía general y
de la planificación (art. 128 CE) y, lo que resulta decisivo, conforme a las
amplísimas garantías de la libertad económica garantizada por la Unión
Europea.
Del art. 38 CE se deduce también un mandato a los poderes públi
y de la libre cos para que velen por la libertad de empresa y garanticen la libre com
competencia petencia entre empresas frente a las distorsiones que introduce el libre
juego de las fuerzas económicas; porque el mercado no se garantiza por
sí solo, sino que tiende a generar distorsiones, por ejemplo en forma de
monopolios. La regulación legislativa, por tanto, ha de garantizar la libre
competencia (frente a prácticas restrictivas basadas en la colusión o en el
abuso de posición dominante en el mercado) y protegerla (frente a moda
lidades de competencia prohibida originadas por contrato o por ley, así
como frente a la competencia desleal). Pero esa defensa de la competen
cia también corresponde ahora, en medida decisiva, a las instituciones de
la Unión Europea.
3. El art. 35.1 CE dispone que «todos los españoles tienen el deber
Derecho de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio,
al trabajo a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para
satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pue
da hacerse discriminación por razón de sexo».
Deber A) Se antepone el «deber de trabajar» al «derecho al trabajo», pero
y derecho tal deber constitucional, que cabe vincular con el principio de solidaridad
al trabajo
social, carece sin embargo de eficacia, más allá de la posibilidad de habi
litar al legislador para imponer ciertos deberes, por ejemplo en el ámbito
de las prestaciones por desempleo.
Titulares B) Se restringe la titularidad del derecho al trabajo a «los españoles».
Los extranjeros dispondrán de él según lo que dispongan los tratados o
las leyes (art. 13.1 CE), de modo que la ley podrá establecer los requisitos
que estime convenientes, de forma más o menos restrictiva; en cualquier
caso, esa ley deberá luego ser aplicada por igual a todos sus beneficiarios
potenciales.
Contenido C) El derecho al trabajo no incluye la dotación para cada persona
de un puesto de trabajo efectivo. Su contenido es distinto y presenta un
doble aspecto.
Dimensión a) En su dimensión individual, el derecho al trabajo es, básicamen
individual te, un derecho de libertad que protege la libertad de trabajar sin que el
Estado o terceros puedan impedirlo, pero que se concreta además en:
- El derecho a un puesto de trabajo si se cumplen los requisitos nece
sarios de capacitación, es decir, el derecho a no ser postergado por causas
discriminatorias.
- El derecho a la continuidad y estabilidad en el empleo, es decir, a
no ser despedido si no existe una causa justa. No obstante, el Tribunal
Constitucional ha admitido la jubilación forzosa o el adelanto de la edad
de jubilación en relación con una situación de paro, si se garantiza que
con ello se proporciona una oportunidad de trabajo a la población des
empleada.
ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO 333
pues en otro caso el ejercicio del derecho al trabajo por una parte de la
población lleva consigo la negación de ese mismo derecho por otra parte
de la misma.
Caso 1. Varios trabajadores demandaron a la empresa en la que trabajaban por
imponerles una jubilación forzosa prevista en su convenio colectivo (la norma establecida
entre los representantes de los trabajadores y empresarios). El juez entendió que los
artículos del Estatuto de los Trabajadores que otorgaban a los convenios colectivos la
potestad de establecer la jubilación forzosa podían ser contrarios al derecho al trabajo.
¿Cabe deducir del derecho al trabajo recogido en el art. 35 CE un derecho a la
permanencia o estabilidad en el puesto de trabajo que impida la jubilación forzosa?
Respuesta al caso 1:
El TC contesta a la cuestión de inconstitucionalidad planteada por el juez
(STC 52/1985) y afirma que «del texto constitucional no se deriva expresa o implícita
mente ningún principio que con carácter general sustraiga a la negociación colectiva (de
los convenios colectivos) la regulación de las condiciones de ejercicio de los derechos
fundamentales»; tampoco, claro está, la fijación de una jubilación forzosa como límite al
derecho de permanencia en el trabajo. Por otro lado, el TC recuerda que la jubilación
forzosa no es contraria a la Constitución y que es constitucionalmente legítima la
finalidad de la política de empleo que mueve a la jubilación forzosa si con ella se
proporciona una oportunidad de trabajo a la población en paro.
Reflexiones complementarias:
La propiedad debe entenderse en un sentido amplio. Por ejemplo, cierta jurispru
dencia tiende a admitir que la empresa, como conjunto patrimonial, queda protegida por
el derecho de propiedad. Pueden considerarse protegidos por el derecho de propiedad
los derechos sobre bienes muebles, inmuebles y semovientes, por ejemplo los derechos
de prenda e hipoteca; pero también derechos de obligación con contenido patrimonial,
como los derivados de un contrato de compraventa o de arrendamiento. Además, dentro
de la propiedad hemos de considerar la propiedad intelectual, que abarca, además de la
propiedad literaria y artística, en especial el derecho de patentes y marcas. Entre estos
derechos de contenido inmaterial se incluye incluso el derecho a disponer de
informaciones sobre los bienes y productos de la propia empresa.
11. LIBERTAD SINDICAL Y DERECHOS DE HUELGA, Desequilibrio
en las relaciones
NEGOCIACIÓN COLECTIVA Y CONFLICTO COLECTIVO laborales
1. Las relaci ones laborales presentan un desequi li bri o estructural,
en la medida en que el ejercicio del derecho al trabajo por parte de los
trabajadores depende de la libertad del empresario referida tanto a la
contratación como a la organización de la actividad productiva. Se entiende
que tal desigualdad originaria en la relación laboral sólo se puede equilibrar si se
articula como relación colectiva, en la que los trabajadores se agrupan para la
defensa de sus intereses, y se somete a la intervención y el control de los
poderes públicos. Ello explica la posición en la Constitución Española de los
derechos de sindicación y de huelga, y de los derechos de negociación colectiva
y de adoptar medidas de conflicto colectivo.
Libertad
2. La libertad sindical se reconoce en el art. 28.1 CE, que dispone: «Todos sindical
tienen derecho a sindicarse libremente». Además, los sindicatos y las
asociaciones empresariales ven reconocido su papel central en el Estado
social de Derecho en el art. 7 CE, que recoge el deber de que tales
asociaciones funcionen de acuerdo con el principio de democracia interna.
Este derecho consti tuye un supuesto parti cular del derecho general de Bien jurídico
asociación, cuyo rasgo diferencial se encuentra en que el objetivo de la protegido
334 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
El art. 40.1 consagra fines generales de progreso y justicia: «Los po Fines
generales
deres públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso
social y económico y para una distribución de la renta regional y personal
más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De
manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo».
A) Una larga serie de preceptos se refiere a la protección de institu Instituciones
y colectivos
ciones y colectivos sociales más o menos concretos. Así, se contempla:
a) «La protección social, económica y jurídica de la familia» La familia
(art. 39.1) y «la protección integral de los hijos, iguales estos ante la ley
con independencia de su filiación, y de las madres, cualquiera que sea
su estado civil» (art. 39.2). En particular se constitucionaliza el deber
de los padres de «prestar asistencia de todo orden a los hijos habidos
dentro o fuera del matrimonio, durante su minoría de edad y en los
demás casos en que legalmente proceda» (art. 39.3). En el mismo pre
cepto se señala que la ley posibilitará la investigación de la paternidad
(art. 39.2).
b) La protección de las personas con discapacidad, a las que el art. 49 Personas con
discapacidad
se refiere con una terminología que ya se considera superada.
c) La protección de la tercera edad: «Los poderes públicos garanti Tercera
edad
zarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la
suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Asimis
mo, y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su
bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus
problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio» (art. SO).
d) En cuanto a los jóvenes, «los poderes públicos promoverán las Juventud
condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desa
rrollo político, social, económico y cultural» (art. 48).
B) Para el ámbito de las relaciones económicas se disponen otra serie Relaciones
económicas
de principios:
a) El art. 40.2 se refiere a las condiciones laborales de los trabajado
res: «Los poderes públicos fomentarán una política que garantice la for Trabajadores
mación y readaptación profesionales; velarán por la seguridad e higiene
en el trabajo y garantizarán el descanso necesario, mediante la limitación
de la jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promo
ción de centros adecuados».
b) Con referencia particular a los trabajadores emigrantes, muy nu Trabajadores
en el extranjero
merosos en el momento de aprobarse la Constitución, el art. 42 señala
que «el Estado velará especialmente por la salvaguardia de los derechos
económicos y sociales de los trabajadores españoles en el extranjero y
orientará su política hacia su retomo».
c) En el art. 52 se hace referencia a la regulación de «las organizacio Organizaciones
profesionales
nes profesionales que contribuyan a la defensa de los intereses económi
cos que les sean propios. Su estructura interna y funcionamiento deberán
ser democráticos».
d) El art. 51 prevé la protección general de los consumidores: «Los Consumidores
poderes públicos garantizarán la defensa de los consumidores y usua
rios, protegiendo, mediante procedimientos eficaces, la seguridad, la sa
lud y los legítimos intereses económicos de los mismos». Los apartados
siguientes del mismo artículo prevén garantías complementarias.
338 ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Reflexiones complementarias:
Las estrategias para eludir la limitada eficacia jurídica de los «derechos» recogi
dos en el Capítulo III pueden ser cuestionadas desde un punto de vista dogmático:
parece que lo constitucionalmente correcto sería la reforma del art. 53.3 y no la bús
queda de conexiones entre ellos y los derechos fundamentales a los solos efectos de
poder otorgarles otra eficacia jurídica de la que la literalidad de la Constitución les
confiere. Sin embargo, caben interpretaciones alternativas a las de la reducida
eficacia jurídica de los principios rectores, que quizá puedan otorgar la base
dogmática que justifique, siquiera parcialmente, las mencionadas conexiones entre
derechos. Tales interpretaciones parten del hecho de que los principios rectores
pueden ser comprendidos como determinaciones constitucionales relevantes para
identificar el aspecto objetivo de los derechos fundamentales que ya explicamos en
el capítulo 19. Los principios rectores expresarían el llamado deber de protección
que vincula a los poderes públicos y les obliga a hacer frente a las distintas
lesiones y amenazas que recaen sobre los bienes jurídicos tutelados por los
derechos fundamentales. En tal sentido cabría concebir el «derecho a la salud»
como una concreción del deber de protección del derecho fundamental a la vida, y el
«derecho al medioambiente adecuado» como una concreción del deber de protección
del derecho fundamental a la intimidad (en el caso de la contaminación acústica).
MODELOS DE PREGUNTA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre propiedad privada y libertad de empresa:
AGUILERA VAQUÉS, Mar, «Propuestas para definir los límites constitucionales a la regu
lación de la propiedad privada (regulatory takings v. regulaciones inconstituciona
les de la propiedad)», en WAA, Estudios sobre la Constitución española. Homenaje
al Profesor Jordi Solé Tura, Madrid: Cortes Generales. CEPC, 2008.
CrnoNCHA MARTÍN, Antonio, La libertad de empresa, Madrid: Civitas, 2006.
REY MARTINEZ, Femando, La propiedad privada en la Constitución española, Madrid:
CEC, 1994.
Sobre la libertad sindical y el derecho de huelga pueden consultarse:
BALAGUER CALLEJÓN, María Luisa, «El derecho fundamental a la huelga», en WAA,
Estudios de Derecho Público. Homenaje a J. J. Ruiz-Rico, Madrid: Tecnos, 1997.
CARMONA CONTRERAS, Ana María, La conflictiva relación entre libertad sindical y nego
ciación colectiva. Aproximación crítica a la jurisprudencia del Tribunal Constitucio
nal, Madrid: Tecnos, 2000.
SAENZ RoYo, Eva, «Algunas notas sobre los límites del derecho de huelga», APARI
CIO, Miguel Ángel (coord.), Derechos Constitucionales y Formas Políticas. Actas del
Congreso sobre derechos constitucionales y Estado Autonómico, Barcelona: Cedecs,
2001.
Por lo que se refiere a los principios rectores de la política social y económica cabe
la lectura de:
ABRAMOVICH, Víctor, y CouRTIS, Christian, Los derechos sociales como derechos exigi
bles, Madrid: Trotta, 2004.
CASCAJO CASTRO, José Luis; TEROL BECERRA, Manuel; DoMINGUEZ VILA, Antonio, y NA
VARRO, Vicente (coords.), Derechos sociales y principios rectores, Valencia: Tirant lo
Blanch, 2012.
ESCOBAR ROCA, Guillermo (dir.), Derechos sociales y tutela antidiscriminatoria, Madrid:
Thomson Reuters Aranzadi, 2012.
CAPÍTULO 26
PARTICIPACIÓN POLÍTICA
CASOS
Caso 1. Un concejal del Ayuntamiento de Orense decidió grabar los plenos por
que sufría una invalidez visual severa y las grabaciones le ayudaban a realizar las
actividades inherentes a su cargo. Sin embargo, el alcalde prohibió cualquier graba
ción, al entender que podría «interferir en el normal desarrollo de la sesión, pudiendo
coartar la libertad de expresión de los concejales».
¿Esa prohibición vulnera el derecho de participación política del concejal?
l. DERECHOS DE PARTICIPACIÓN
Concepto 1. El ciudadano al que apela la democracia actual no es el individuo
de ciudadano
particular del primer constitucionalismo liberal, sino el integrado en la
sociedad, en cuyo desenvolvimiento participa activamente. El art. 9.2 CE
contiene un mandato a los poderes públicos para que faciliten al ciuda
dano participar de forma real y efectiva en la vida política, económica,
cultural y social. Esta participación se proyecta especialmente a través del
derecho de participación política.
El art. 23 CE reconoce, en su apartado primero, el derecho de par
Derecho ticipación activa ( «Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los
de participación asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremen
te elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal»), y en el apar
Art. 23 CE tado segundo, el derecho a acceder a cargos públicos representativos y a
la función pública ( «asimismo tienen derecho a acceder en condiciones
de igualdad a las funciones y cargos públicos, con los requisitos que se
ñalen las leyes»).
Derecho 2. El derecho de participación activa permite tomar parte en los pro
de participación
activa
cesos democráticos de adopción de decisiones públicas, sea en forma di
recta, sea a través de representantes.
Derecho A) Se trata de un derecho de configuración legal: los poderes pú
de configuración
legal
blicos deben adoptar ciertas medidas previas de organización y proce
dimiento necesarias para el ejercicio del mismo, pues no cabe votar sin
ley electoral, ni ejercer un cargo público sin normas que organicen las
instituciones en las que se participa. Esto comporta un desdoblamiento
en el canon o criterio de constitucionalidad: para enjuiciar la validez de
las leyes ha de emplearse únicamente el art. 23 CE; para enjuiciar si en
un caso concreto se ha violado el derecho fundamental de una persona
cabe acudir no solo al art. 23 CE, sino también a las normas de desarrollo
del mismo.
B) En la tradición del constitucionalismo, el derecho de participa
Titulares ción política es indisoluble de la idea de ciudadanía: ciudadano es, casi
por definición, quien puede participar en la gestión de los asuntos públi
cos. El art. 13.2 CE dispone que solamente los españoles serán titulares
de los derechos reconocidos en el art. 23.1 CE, salvo lo que atendiendo a
criterios de reciprocidad pueda establecerse por tratado o por ley para el
derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales.
Por otro lado, aunque el titular de estos derechos es la persona física
que participa, el Tribunal Constitucional ha reconocido interés legítimo
suficiente a los partidos políticos para reclamar el respeto de tales dere
chos fundamentales mediante el correspondiente amparo ante el Tribu
nal Constitucional.
Contenido C) El derecho de participación activa comprende la participación di
recta y la participación por medio de representantes.
Participación a) La participación directa es aquella en la que los ciudadanos parti
directa cipan directamente en los asuntos públicos. No todos los mecanismos de
participación directa reconocidos en la Constitución son expresiones del
PARTICIPACIÓN POLÍTICA 345
Caso 1. Un concejal del Ayuntamiento de Orense decidió grabar los plenos porque sufría una
invalidez visual severa y las grabaciones le ayudaban a realizar las actividades inherentes a
su cargo. Sin embargo, el alcalde prohibió cualquier grabación, al entender que podría
«interferir en el normal desarrollo de la sesión, pudiendo coartar la libertad de expresión de
los concejales».
¿Esa prohibición vulnera el derecho de participación política del concejal?
Respuesta al caso 1:
La decisión del alcalde, prohibiendo la grabación de los plenos, es inconstitucional.
El derecho de participación política corresponde a todos los ciudadanos; el art. 23.2
dispone que todos pueden acceder en condiciones de igualdad, e implica, como hemos
analizado, no solo el derecho a permanecer en el cargo, sino el derecho a la plenitud de las
facultades inherentes al ejercicio del mismo. Si la invalidez que padece el concejal le dificulta
el ejercicio de su derecho de participación política, parece lógico que se le permita usar los
mecanismos que suplan tales problemas. Por lo demás, de acuerdo con el principio de
publicidad inherente a un sistema democrático, las reuniones plenarias de una corporación
democrática como es un ayuntamiento son públicas, y la grabación de las mismas, siempre
que ello se produzca en condiciones que no perturben el normal desarrollo de las sesiones, es
un derecho que se deriva no solo del art. 23 CE, sino del propio art. 20 CE (derecho a la
información). La sentencia dictada en este caso, en junio de 2013, otorgó la razón al edil
recurrente, asegurando que ninguno de los argumentos del alcalde estaba «debidamente
justificado».
Reflexiones complementarias:
El TC ha reconocido que el derecho al ejercicio del cargo público representativo existe
para dar eficacia al derecho de participación política de los ciudadanos. Si el
representante no puede ejercer la función representativa se defrauda no solo su derecho
individual, sino también el derecho colectivo de los representados (el cuerpo electoral), e
incluso la «institución misma de la representación política». Esta perspectiva permite
analizar críticamente las normas de Derecho parlamentario que restringen la capacidad de
los parlamentarios individuales para ejercer la labor de control de la acción del Gobierno
que el art. 66 CE encomienda a las Cortes Generales. Las normas que ponen en manos de los
grupos parlamentarios, y en ocasiones de las decisiones de la mayoría, o de la Mesa, la
activación de los instrumentos de control, sin que en todos los casos tal restricción pueda
considerarse necesaria y proporcionada, pueden vulnerar el derecho fundamental a la
participación en los
PARTICIPACIÓN POLÍTICA 347
Reflexiones complementarias:
La legislación específica a la que se refiere el art. 29.2 CE ha permitido que los
colectivos allí indicados ejerzan el derecho de petición individual en los términos
que establece la ley orgánica reguladora del mismo. Así, el art. 13 de la Ley Orgáni
ca 11/2007 reguladora de los derechos y deberes de los miembros de la Guardia Civil,
establece que los Guardias Civiles podrán ejercer el derecho de petición, de forma
individual, en los casos y con las formalidades que señala la legislación reguladora
del derecho de petición; lo mismo prevé el art. 16 de la Ley 9/2011, de 27 de julio, de
derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas. Lo que la propia Cons
titución excluye son las peticiones colectivas desde tales instituciones, que podrían
incorporar un elemento de presión inaceptable al proceder de grupos dotados no de
un poder público cualquiera, sino de la facultad de portar armas.
das las personas jurídicas y los extranjeros, aunque lo cierto es que estos
son titulares del derecho de participación en algunos ámbitos. La afilia
ción a los partidos, por el contrario, libre y voluntaria, no está reservada
a los españoles: un ciudadano extranjero no puede ser promotor de un
partido político, pero sí puede afiliarse a uno de su elección.
Disolución La eventual disolución o suspensión de la actividad de los partidos po
líticos solo podrá ser acordada por decisión judicial, y solo cuando esa
actividad incurra en supuestos tipificados como asociación ilícita en el
Código Penal, cuando vulnere de forma continuada, reiterada y grave la
exigencia de una estructura interna y un funcionamiento democráticos
(en los limitados términos que prevé la propia ley), o cuando de forma
reiterada y grave su actividad vulnere los principios democráticos, par
ticularmente cuando con ella persiga deteriorar o destruir el régimen de
libertades o imposibilitar o eliminar el sistema democrático, siempre que
ello ocurra a través de ciertas conductas: promover, justificar o exculpar
atentados contra la vida o la integridad de las personas o la exclusión o
persecución de personas por razón de su ideología, religión o creencias,
nacionalidad, raza, sexo u orientación sexual, fomentar, propiciar o legiti
mar la violencia como método para la consecución de objetivos políticos
o para hacer desaparecer las condiciones precisas para el ejercicio de la
democracia, del pluralismo y de las libertades políticas, complementar y
apoyar políticamente la acción de organizaciones terroristas.
De todos modos, la mera existencia de un partido no es, en absoluto,
Financiación garantía suficiente para que pueda competir, en condiciones de igualdad,
con los instalados en el sistema político. La democracia de partidos exige
que se preserve el equilibrio en el aspecto decisivo de la financiación. Esta
materia se regula en la Ley Orgánica 3/1987 de financiación de los par
tidos políticos, que prevé como fuente principal de financiación, además
de las cuotas de los afiliados y las donaciones, unos fondos públicos que
se distribuyen de forma proporcional a los resultados electorales de los
partidos, y que por tanto tienden a consolidar el sistema de partidos exis
tente y a dificultar la implantación real de otros nuevos; lo mismo ocurre,
por cierto, con la financiación de las campañas electorales, tanto directa
(económica) como indirecta (espacios gratuitos en televisión, etc.). Esta
es, en definitiva, la restricción más importante para una competencia en
tre partidos conforme a las exigencias del postulado democrático.
Partidos 3. En cuanto a su inserción en el Estado, está claro que el desarrollo
e instituciones de los partidos políticos está en íntima conexión con el progreso de la
de representación
democracia parlamentaria; su presencia en las Cámaras se hace efectiva
a través de los grupos parlamentarios, de los que ya se ha hablado en el
capítulo correspondiente.
Prohibición También se ha señalado que la prohibición de mandato imperativo
de mandato
imperativo
opera en la práctica frente al mandato de partido, y de este modo atri
buye a los representantes una posición de fuerza frente a su partido po
lítico en caso de discrepancia. El partido podrá expulsarlos del partido,
pero no privarles de su mandato; y, por tanto, habrá de asumir el coste
que supone contar con un representante menos adscrito a sus filas. El
Tribunal Constitucional ha entendido que los partidos, considerados en
PARTICIPACIÓN POLíTICA 351
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Sobre los derechos participación política cabe consultar:
GARCÍA ROCA, Javier, Cargos públicos representativos: un estudio del artículo 23.2 de la
Constitución, Pamplona: Aranzadi, 1998.
PRESNO LINERA, Miguel Ángel, El derecho de voto, Madrid: Tecnos, 2003.
El derecho de petición ha sido abordado entre otros:
ÁLVAREZ CARREÑO, Santiago, El derecho de petición: estudio en los sistemas español,
italiano, alemán, comunitario y estadounidense, Granada: Comares, 1999.
GONZÁLEZ NAVARRO, Francisco, Derecho de petición: comentarios a la Ley Orgáni
ca 4/2001, de 12 de noviembre, Madrid: Civitas, 2002.
Sobre los partidos políticos puede consultarse:
ALGUACIL GONZÁLEZ-AURIOLES, Jorge, Estado de partidos: participación y representación,
Madrid: Marcial Pons, 2013.
- «Sobre la democracia de partidos y su necesaria proyección en la Unión Europea»,
Revista de Derecho Constitucional Europea, núm. 28, 2017.
FERNÁNDEZ VIVAS, Yolanda, Igualdad y partidos políticos. Análisis constitucional y com
parado de la igualdad de oportunidades de los partidos políticos, Madrid: Congreso
de los Diputados, 2008.
GARCÍA-PELAYO, Manuel, El Estado de partidos, Madrid: Alianza Editorial, 1986.
GoNZÁLEZ ENCINAR, José !uan, Derecho de partidos, Madrid: Espasa Calpe, 1992.
PRESNO LINERA, Miguel Angel, Los partidos políticos y las distorsiones jurídicas de la
democracia, Barcelona: Ariel, 2000.
MODELO DE EXAMEN
INTRODUCCIÓN
A continuación se ofrece un modelo de examen. Consiste en cinco
preguntas de estructura similar a los modelos de pregunta que figuran en
el penúltimo epígrafe de cada capítulo del libro.
Los alumnos deben identificar cuál es la proposición correcta de las
cuatro que se les ofrecen en cada pregunta y explicar de modo suficiente
por qué consideran correcta la respuesta elegida y por qué son erróneas
cada una de las otras tres.
Debe tenerse en cuenta que estos modelos de respuesta no ofrecen
la única respuesta correcta. Existen otros modos igualmente idóneos de
responder. Nosotros mismos hemos dado extensión y estructura variada a
los modelos de respuesta, para que se vean las distintas posibilidades que
existen de enfocar una pregunta.
Es muy importante leer con mucha atención los enunciados, porque
a veces contienen formulaciones más o menos sutiles. En segundo lugar,
no basta con «acertar», sino que es necesario razonar. El razonamiento no
debe consistir en la explicación general del tema sino que debe orientarse
hacia los propios enunciados, identificando en tres casos dónde radica la
falsedad; y, en el otro, explicando el sentido preciso del enunciado correcto.
EXAMEN
1. Selecciona la proposición correcta y explica tu respuesta:
a) La Constitución no contiene normas directamente aplicables,
sino solo los valores supremos y los principios generales del ordena
miento jurídico que orientan la interpretación y aplicación de las demás
normas.
b) Las normas de la Constitución solo pueden ser aplicadas por
el Tribunal Constitucional, concretamente para declarar la invalidez de
una ley que se oponga a ellas.
c) Las normas de la Constitución pueden ser aplicadas por todos
los jueces y tribunales, aunque en algunos casos sea también necesario
354 MODELO DE EXAMEN
Filósofo inglés, su doctrina política está expuesta en sus Dos tratados sobre
el Gobierno civil (1690); la obra, publicada tras el triunfo de la «Gloriosa Revolu
ción» (1688) que derrocó a Jacobo II de Inglaterra y sentó las bases del régimen
parlamentario, se considera fundacional para el liberalismo político. El contrato
social originario está dirigido a garantizar que los derechos que el hombre tiene
en su estado de naturaleza (los derechos a la vida, a la libertad, a la propiedad)
puedan disfrutarse con seguridad. Por tanto, el contrato social no genera un po
der absoluto, sino que el gobierno emanado del mismo debe proteger esos dere
chos; ha de ejercerse además con el consentimiento de los gobernados y de forma
moderada, sin que el individuo quede completamente subordinado a él.
Filósofo ginebrino con posiciones muy singularizadas dentro del marco ge
neral de la Ilustración. En toda su obra, y en particular en El contrato social, o
principios de derecho político (1762), parte de la bondad y la libertad naturales del
hombre, que deben ser preservadas en la medida de lo posible cuando se entra en
sociedad. Ello ocurre mediante un contrato social que integra y armoniza los in
tereses particulares para dar lugar a una voluntad general orientada hacia el bien
común; algo solo hacedero cuando el poder es retenido para su ejercicio directo
por el conjunto de los ciudadanos, que expresan tal voluntad general en forma de
ley. Tal modelo republicano solo cabría en ámbitos territoriales reducidos y sobre
la base de un sentimiento compartido de sociabilidad.