binzalCLa Filiación Por Escritura Pública Hace Su Entrada en El Siglo XXI
binzalCLa Filiación Por Escritura Pública Hace Su Entrada en El Siglo XXI
binzalCLa Filiación Por Escritura Pública Hace Su Entrada en El Siglo XXI
1. Un fallo inquietante
La Sala K de la Cámara Nacional en lo Civil 2 resuelve un caso en el que dos mujeres que
conviven hace 5 años, una de ellas previamente casada en un matrimonio no disuelto,
conciben por inseminación casera con donación de un tercero conocido de ambas. Una de
ellas (la que se practica la inseminación), gesta y da a luz.
Pretenden que esa escritura pública sea la fuente de la filiación para la niña y constituirse
en co-madres. El Registro les niega la inscripción. Acuden a la justicia de familia. La Jueza
de la primera instancia deniega la acción por no darse los requisitos del Art. 562 CCCN. La
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala K, hace lugar con los argumentos que
procuramos resumir y comentar a continuación.
2. La argumentación de la Sala K
La Cámara sostiene que ambas comadres constituyen una familia susceptible de
protección en términos de derechos humanos. Por lo tanto el derecho debe ofrecer un
camino para establecer la filiación del hijo común: “si bien la ley no prevé a esta fuente de
la filiación y, en consecuencia, de esta forma de manifestación de voluntad, no hay
obstáculo para que ante la falta de previsión expresa de la ley también pudiera anotarse
en el Registro como constancia de la forma en la cual el niño nació.”3
1
Elías, María Felicitas, “Efectos e impactos de la ley y las prácticas de adopción de niños en las políticas
sociales y públicas de la Argentina reciente”, accesible en
https://www.scba.gov.ar/includes/descarga.asp?id=22862&n=ARTICULO.EFECTOS
%20EIMPACTOS%20ADP.DEF.pdf (consultado el 9/8/2023)
2
CNCiv. Sala K, “R., G. A. Y OTRA s/INFORMACION SUMARIA” N° 25523/2022, 5/7/2023.
3
Ibid. Sección VI.
caso, el dador de esperma)4. Funciona como cualquier adopción, que constituye a la co-
madre en madre en sentido pleno por el principio del equiparación de todas las filiaciones
con la adopción plena que surge del Art. 558.
Es un misterio por qué una solución tan clara, que cuenta con la ratificación de una
opinión consultiva del Tribunal Europeo de Derechos Humanos 5, fallos españoles6 y que es
conteste con la doctrina nacional, fue omitida y ni siquiera tratada en los considerandos. El
juez tiene que justificar cuando se aparta del derecho, lo que en este caso no se hizo.
Algunos no quieren aplicar la figura adoptiva porque entienden que la adopción es una
filiación “de segunda” (lo hemos escuchado decir, en este fallo no se menciona la
hipótesis). Causa un gran dolor esta discriminación hacia la filiación adoptiva, que más
bien debería ser considerada como la más noble de todas las filiaciones, porque asume
hijos de otras personas como propios y respeta la identidad y dignidad de todas las partes.
Es un honor ser padre adoptivo, no un desmedro.
El caso plantea varios dilemas, tantos como actores en esta proyecto parental
colaborativo. Por un lado, la madre y la co-madre. Por otro, está la situación del niño que
puede ser considerado autónomamente como sujeto de derechos o escondido detrás del
proyecto de las madres. Hay un aportante de esperma que decide no ser padre y esta
decisión tiene efectos jurídicos sin constatar si se trata del progenitor genético del niño.
Finalmente, hay obligaciones internacionales e internas del Estado que los jueces están
llamados a actuar pues la filiación es de orden público y el Estado es garante de los
derechos del niño.
Eso se hizo en los Arts. 7, 8 y 9 de la Convención sobre los Derechos del Niño, leída
conjuntamente con el Art. 3 CDN. El art. 7 dispone el derecho a conocer y ser criado, si es
posible, por sus padres. El Art. 8 establece el deber del Estado, siempre que fuera posible,
de mantener unidos todos los elementos de la identidad del niño: “Si el niño fuera privado
de alguno de los elementos de su identidad o de todos ellos, los Estados deberán prestar
asistencia y protección”. El Art. 9 establece que un niño puede ser separado de sus padres
sólo a reserva de revisión judicial. Y el Art. 3 que en todos los casos que conciernan a un
niño su interés superior será una consideración primordial a la que se atenderá.
El fallo dice que tiene que permitirle a las co-madres establecer la filiación por acta
notarial para igualar la familia de ellas y su proyecto parental elegido con las otras familias,
en beneficio de ellas y de su hijo. La respuesta la da claramente María Magdalena Galli
Fiant: “el principio de igualdad centrado en la equiparación de oportunidades para todos
7
Dixon, Suzanne, 'Family', en Paul J. du Plessis, Clifford Ando, and Kaius Tuori (eds), The Oxford Handbook of
Roman Law and Society, (2016; online edn, Oxford Academic, 2 Nov. 2016),
https://doi.org/10.1093/oxfordhb/9780198728689.013.35, accessed 9 Aug. 2023.
8
Barber Cárcamo, Roncesvalles, La filiación en España: Una visión Crítica, Thomson Reuters, Aranzadi, Cizur
Menor, 2013, p. 39.
9
Ibid., p. 40
10
Ibid., p. 41
los adultos que quieren ser progenitores se traduce en la desigualdad de estatuto para
algunos hijos.”11 Es una igualdad de adultos que mutila los derechos de la infancia.
6. La posición del donante presunto ¿si manifiesta por escritura pública que no
tiene voluntad procreacional, esquiva la paternidad?
Sí el criterio de este fallo prevaleciera, sería suficiente que los padres biológicos
manifiesten por escritura pública que tienen socioafectividad negativa para ser excluidos
de cualquier reclamación de paternidad, pues está dicho en el fallo que basta que de la
escritura surja su voluntad de no ser padre y que así se garantiza suficientemente la
identidad de la niña, sin recurso a la prueba biológica. Se nos dice que la peculiaridad es
que el padre fue un “donante” en una inseminación casera. ¿Cuál es la prueba? La
manifestación de las partes. Si un padre no quiere serlo, ¿por qué obligarlo?
Se dirá que este caso solamente se aplica al acuerdo de los integrantes del proyecto en
que el padre se autoexcluya. ¿Cómo es que el acuerdo es oponible a los hijos? Alguno
sostiene que finalmente esos acuerdos pueden existir sin escritura pública. Quien así dice
está afirmando algo grave: que el estado de familia (Art. 712, 713 CCCN), los derechos
personalísimos y los derechos fundamentales de un niño son disponibles por sus
progenitores, sin siquiera derecho a la defensa en juicio, porque se valida la
instrumentación por acuerdo privado. Es asomarse a un abismo nuevo en la negación de
los derechos de la infancia.
Pero la lógica del acuerdo para establecer la filiación se podría aplicar a otros casos. Por
ejemplo, el Art. 583 obliga a la madre a denunciar quién es el padre. Esto es así porque hay
un derecho del hijo en el establecimiento de la paternidad, del que la madre no puede
11
Galli Fiant, María Magdalena, “Los principios filiatorios y la Constitución Nacional”, en Basset, Santiago,
Tratado de Derecho Constitucional Convencional de Derecho de Familia y de las Personas, Buenos Aires, La
Ley, 2022, T. III, p. 234.
disponer. Si las madres instrumentaran por escritura pública la falta de voluntad
procreativa del padre, ¿no podría una madre hacer firmar al padre que quiere que no
tenga participación en la vida del hijo, una escritura pública en la que se excluya? El hijo
quedaría sin derecho a los alimentos ni a la coparentalidad. Sería una derogación del Art.
583, que tomaría otra vez, como en el fallo, el negocio adulto por sobre derechos
indisponibles de la infancia.
El fallo se proyecta sobre otro riesgo. El grupo de trabajo creado por la Acordada Nº
15/2005 de la CSJN había alertado ya sobre una tragedia: “… ante los reiterados casos que
se presentan en los tribunales de esta ciudad y del interior del país, en los que se solicita la
guarda judicial con miras a adopción de niños y niñas, alegando una guarda preadoptiva
otorgada por escritura pública (…). En dichos instrumentos, labrados por notarios
integrantes de ese Colegio, uno o ambos progenitores expresan ante el escribano público
que entregan en guarda con miras a adopción a sus hijos/as a determinadas personas”. El
caso “Fornerón v. Argentina”12 condenó a nuestro país precisamente por ser tolerante con
la compra y venta de niños. La Corte IDH no tenía pruebas, pero no tenía dudas, como se
ha puesto de moda decir. La evidencia más notable es la secuela de Fornerón: hasta el día
de hoy fue imposible tipificar la trata de niños y hay voces que abogan abiertamente por la
legalización de la compra y venta, por maternidad subrogada o por adopción.
Si se puede decidir quién es el padre y quién no lo es por escritura pública, por amor de la
igualdad, ¿por qué no se podrá entregar a los niños por escritura pública en la guarda?
Que esa entrega sea nula de nulidad absoluta no ha de ser obstáculo, pues así como este
fallo no aplica el Art. 620 ni la indisponibilidad del estado de familia (más grave), puede
también otro fallo inaplicar otras normas de orden público, como la que prohíbe y declara
nula la entrega directa (Art. 611 y 634).
En algunos casos, la razón que se esgrime es que se trata de defensa de niños no nacidos,
que para el derecho argentino positivo y vigente tienen, sin embargo, estatuto personal 14.
Se abandona la defensa de una sujeto que el derecho entiende cómo persona en sentido
jurídico (Art. 101 CCCN, cuando el texto es claro no se hace interpretación). En otros, son
casos en los cuáles defensores de diversas instancias declinan la defensa autónoma del
niño cuando hay intereses contrapuestos respecto de sus progenitores, sobre todo en
proyectos de parentalidad o responsabilidad parental: ante el acuerdo adulto, se
abandona la defensa de la infancia15. Son defensores o jueces complacientes con los
intereses y proyectos de los adultos. Aun cuando a veces esos proyectos o negocios
jurídicos afectan derechos fundamentales y personalísimos e incluso implican la
disposición o transigibilidad entre adultos de su estado familiar. Dar por sentado que el
plan adulto coincide con el interés del niño es un estereotipo, y viola el deber de
establecer en concreto y caso por caso el mejor interés16.
No es que en esos casos se designe un tutor ad litem, o un abogado del niño, sino que el
niño queda privado de toda representación o asistencia propias. Se trata de una negación
del acceso a justicia, que, mientras sigan vigentes este marco convencional constitucional y
de derecho interno, importa un incumplimiento a los deberes de funcionario público. Sin
embargo, esta infracción es menos preocupante que la significación profunda que tiene
esa abdicación en términos de los derechos de la infancia. Porque en esos casos, lo que se
viola es derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica de la infancia (Art. 6,
Declaración Universal de Derechos Humanos). El niño se convierte en objeto de derechos
cuya voz y participación en los asuntos que lo conciernen (Art. 3, Art. 12, CDN), queda
ahogada. Es decir, el concierto entre adultos abarca al defensor complaciente y abdicante,
que concilia con los intereses adultos en desmedro del niño. La última vez que en la
historia de la infancia sostuvimos algo así, se decía que el niño era objeto de derechos de
los adultos y que el juez se comportaba de manera paternalista. Una triste vuelta de
página nos lleva al mismo lugar.
14
Sagüés, N. P., “El aborto eugenésico, la Constitución, el derecho internacional de los derechos humanos”,
en Jurisprudencia argentina, 2012-III-1129.
15
Tomamos el argumento de Jáuregui, Rodolfo, Responsabilidad Parental, pp. 166 y ss. en que el autor
sostiene respecto del plan de parentalidad que deberá ser homologado previa escucha de los niños o
intervención del Ministerio Público.
16
Corte IDH, “Atala Riffo v. Chile”, Sentencia del 24-02-2012.