Nación y Nacionalismo

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NACIONES Y NACIONALISMOS DESDE 1780 –

ERIC HOBSBAWN

Introducción.

Las naciones en el sentido moderno de la palabra se remontan más allá del siglo XVIII. Han sido frecuentes
los intentos de determinar criterios objetivos de nacionalidad o de explicar por qué grupos se han convertido
en naciones y otros no, basándose en criterios únicos tales como la lengua o la etnicidad o en una
combinación de criterios tales como la lengua, el territorio común, historia común, rasgos culturales o lo que
fuera. Según Stalin, una nación es una comunidad estable, fruto de la evolución histórica, de lengua, territorio,
vida económica y composición psicológica que se manifiesta en una comunidad de cultura. La definición de
nación se adapta a territorio en los cuales coexisten personas cuya lengua u otros criterios “objetivos” son
diferentes, como hicieron en Francia y en el Imperio Habsburgo.
La nación como la concibe el nacionalismo puede reconocerse anticipadamente, la nación real solo puede
reconocerse a posteriori.
Este es el método del presente libro. Presta atención a los cambios y a las transformaciones del concepto.
1-El autor usa el término “nacionalismo en el sentido en que lo definió Gellner: “básicamente a un principio
que afirma que la unidad política y nacional debería ser congruente”.
2-El autor no considera la “nación” como una entidad social primaria. Pertenece a un período concreto y
reciente. Es una entidad social sólo en la medida en que se refiere a cierta clase de estado territorial moderno,
el “Estado Nación” y de nada sirve hablar de nación y de nacionalidad excepto en la medida en que ambas se
refieren a él. El nacionalismo antecede a las naciones. Las naciones no construyen estados y nacionalismos,
sino que ocurre al revés.
3-La “cuestión nacional” se encuentra situada en el punto de intersección de la política, la tecnología y la
transformación social. Las naciones existen no sólo en función de determinada clase de estado territorial o de
la aspiración de crearlo sino en el contexto de determinada etapa del desarrollo tecnológico y económico.
4-Las ideologías oficiales de los estados y los movimientos no nos dicen lo que hay en el cerebro de sus
ciudadanos, no podemos dar por sentado que para la mayoría de las personas la identificación nacional
excluye el resto de identificaciones que constituyen el ser social o es siempre superior a ellas. La
identificación nacional y lo que se cree que significa pueden cambiar y desplazarse con el tiempo.
5-Hay una escasa atención que se presta en G.B. a los problemas relacionados con el nacionalismo inglés en
comparación con la que se ha prestado al nacionalismo escocés, al galés y no digamos al irlandés. La
conciencia nacional se desarrolla desigualmente entre los agrupamientos sociales y las regiones de un país.
Como dice Renan: “interpretar mal la propia historia forma parte de ser una nación”.

Capítulo 1: La nación como novedad: de la revolución al liberalismo.

La característica básica de la nación moderna y de todo lo relacionado con ella es su modernidad.


El diccionario de la Real Academia Española no usa la terminología del estado, la nación y la lengua en el
sentido moderno antes de su edición de 1884. Por primera vez, leemos que la lengua nacional, es “la oficial y
literaria de un país y más oralmente hablada en él”.
Antes de 1884, la palabra nación significaba “la colección de los habitantes en alguna provincia, país o reino”
y también “extranjero”.
Pero en 1884 se daba como definición “estado o cuerpo político que reconoce un centro común} supremo de
gobierno” y también “territorio que comprende y aun sus individuos, tomados colectivamente como
conjunto”. La nación es el “conjunto de los habitantes de un país regido por un mismo gobierno. Según la
Enciclopedia Brasilera, Nación es la comunidad de los ciudadanos de un estado, viviendo bajo un mismo
régimen o gobierno y teniendo una comunión de intereses; colectividad de los habitantes de un territorio con
tradiciones, espiraciones e intereses comunes, y subordinados a un poder central que se encarga de mantener
la unidad del grupo.
Además en el Diccionario de la Academia Española la versión definitiva de “ la nación” no se encuentra hasta
1925, momento en que se describe como “conjunto de personas de un mismo origen étnico y que
generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.
La palabra gobierno no va unido al concepto de nación hasta 1884. El primer significado de la palabra nación
indica origen o descendencia. Para el diccionario español de 1726 la palabra patria o tierra significaba
únicamente “el lugar, ciudad o país en que se ha nacido” Este sentido estricto de patria como lo que el uso
español moderno ha tenido que distinguir del sentido amplio de patria chica es muy universal antes del siglo
XIX, excepto entre las personas que conocieron la Roma antigua. Hasta 1925
Oímos la nota emotiva del patriotismo moderno que define patria como “nuestra propia nación”. Castilla era
uno de los primeros reinos europeos a los que se puede colocar la etiqueta de “estado nación” sin que ello
indique una falta total de realismo. En las lenguas romances la palabra “nación” es indígena. Evoluciona
hacia la descripción de grupos autóctonos más nutridos como gremios que necesitan distinguirse de otros con
los que coexisten: de ahí las “naciones” como sinónimos de extranjero.
Nación sigue siendo muy diferente en su sentido moderno. El concepto es muy joven desde el punto de vista
histórico. La mejor manera de comprender su naturaleza es seguir a los que empezaron a obrar con este
concepto en su discurso político y social durante la edad de las revoluciones y especialmente bajo el nombre
de “el principio de nacionalidad” a partir de 1830.
El significado primario de “nación” era político. Equiparaba “el pueblo” y el estado al modo de las
revoluciones norteamericanas y francesas. La nación considerada así era el conjunto de ciudadanos cuya
soberanía colectiva los constituía en un estado que era su expresión política. El elemento de ciudadanía y de
participación o elección de las masas nunca faltaba en ella. La ecuación nación = estado = pueblo y pueblo
soberano, sin duda vinculaba nación a territorio, toda vez que la estructura y la definición de los estados era
entonces territoriales. La
Declaracióndederechosfrancesadicequenohabíaningunarelaciónlógicaentreel c
onjuntodeciudadanosdeunestadoterritorialylaidentificacióndeuna“nación”bas
ándoseencriteriosétnicos,lingüísticosodeotrotipo,quepermitieraelreconocimiento
colectivodelapertenenciaaungrupo.Lalenguanoteníanadaqueverenprin
cipioconseringlésofrancés.Sinaciónteníaalgoencomúndesdeelpunto
devistapopularrevolucionario,noeralaetnicidad,lalenguaycosasparecidas.Pierr
eVillarlocaracterizabaalanaciónpueblovistadesdeabajoeraprecisamente el he
chodequerepresentabaelinteréscomúnfrentealosinteresesparticulares, el bien 
comúnfrentealprivilegio.Nopodemosatribuiralanaciónrevolucionarianadaques
eparezcaalposteriorprogramanacionalistaconsistenteencrearestados nación para co
njuntosdefinidosatendiendoacriteriostanacaloradamentedebatidosporlos teóricos del
sigloXIX.LainsistenciafrancesaenlauniformidadlingüísticadesdelaRevha
sidofuerte.Elusonativodelalenguafrancesanoeraloquehacíaunapersona
fuesefrancesasinoladisposiciónaadquiría.Adquirirlalenguafrancesaeraunade
lascondicionesparagozardelaplenaciudadaníafrancesa.ElinformedeBarer
e:dosconceptosmuydistintosdelanación:elrevolucionariodemocráticoyelnacio
nalismo.Laecuaciónciudadano=pueblosoberano=estadoconstituíaunanación.Des
puésde1870lademocratizaciónharíaqueesteproblemadelegitimidadparalosgobi
ernoselfactorcentraldelaecuaciónnación=estado=puebloeraelestado.
Granpartedelateoríaliberaldelasnacionesapareceenlosmárgenesdediscursos
delosautoresliberales.AdamSmith:nación:estadoterritorial.Elestadonacióntuvo
unafunciónespecíficaenelprocesodedesarrollocapitalista.Porqueparaelhistoria
doresevidenteelpapeldelaseconomíasdefinidasporfronterasestatales era grande.
LaeconomíamundialdelsigloXIXerainternacionalmásquecosmopolita.Elcapita
lismoseoriginócomosistemamundialenunsolocontinenteynoenotraparte.E
ldesarrolloeconómicoenlossiglosXVIXVIIIsebasóenlosestadosterritoriales, 
cadaunodeloscualestendíaaseguirpolíticasmercantilistascomounconjunto unifi
cado.CuandonosreferimosalcapitalismomundialenelsigloXIXycomienzosdel
XX,hablamosentérminosdelasunidadesnacionalesquelocomponíanenelmun
dodesarrollado:delaindustriabritánica,laeconomíanorteamericana.Durante el prolon
gadoperíodoquevadelsigloXVIIalosañosquesiguieronalasegundaguerra
mundial,enlaeconomíamundialparecíahaberpocoespacioypocasposibilidadesp
araaquellasunidadesauténticamenteextraterritoriales,transnacionales o intersticiales que ha
bíandesempeñadounpapeltanimportanteenlagénesisdeunaeconomíamundialca
pitalistayquehoydíavuelvenasertanprominentes.Laeconomíapolíticaclási
casehabíaformuladocomocríticadel“sistemamercantil,esdecir,justamente del sis
temaenelcuallosgobiernostratabanlaseconomíasnacionalescomo conjuntos que 
debíandesarrollarsepormediodelesfuerzoylapolíticadelestado.Lateoríaeconóm
icaseelaboróexclusivamentebasándoseenunidadesdeempresasindividuales.Ellímite
eraelmercadomundial.Elcrecimientoeconómico,noteníalugaralgunopara la n
aciónocualquierotracolectividadmayorquelaempresa.SegúnMolinari,ladi
visióndelahumanidadennacionesautónomaseseconómica.Elgranfederalista Hamil
tonenlosEE.UU.vinculólanación,elestadoylaeconomía,usandoestevínculo
parajustificarsupreferenciaporungob.Nacionalfuertefrenteapolíticosmenosc
entralizados.Lafundacióndeunbanconacional,responsabilidadpúblicadelasdeudas
delestado,lacreacióndeunadeudanacional,laproteccióndelasmanufacturasnacio
nalespormediodearanceleselevadosylaobligatoriedaddelacontribuciónindirecta
sonejemplosdeperteneceraunanación.Lanacióneseconomíanacional,ysuf
omentosistemáticoporelestado,locualenelsigloXIXquería
decirproteccionismo.

NACIONES Y NACIONALISMOS DESDE 1780 –


ERIC HOBSBAWN
CAPÍTULO I: LA NACIÓN COMO NOVEDAD: DE LA REVOLUCIÓN AL LIBERALISMO.

La característica básica de la nación moderna y de todo lo relacionado con ella es su modernidad.


El diccionario de la Real Academia Española no usa la terminología del estado, la nación y la lengua en el
sentido moderno antes de su edición de 1884. Por primera vez, leemos que la lengua nacional, es “la oficial y
literaria de un país y más oralmente hablada en él”.
Antes de 1884, la palabra nación significaba “la colección de los habitantes en alguna provincia, país o reino”
y también “extranjero”.
Pero en 1884 se daba como definición “estado o cuerpo político que reconoce un centro común supremo de
gobierno” y también “territorio que comprende y aun sus individuos, tomados colectivamente como
conjunto”. La nación es el “conjunto de los habitantes de un país regido por un mismo gobierno.
Según la Enciclopedia Brasilera, Nación es la comunidad de ciudadanos de un estado, viviendo bajo un
mismo régimen o gobierno y teniendo una comunión de intereses; la colectividad de los habitantes de un
territorio con tradiciones, aspiraciones e intereses comunes, y subordinados a un poder central que se encarga
de mantener la unidad del grupo.
Además, en el diccionario de la Academia Española la versión definitiva de “la nación” no se encuentra hasta
1925, momento en que se describe como “conjunto de personas de un mismo origen étnico y
que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común. La palabra gobierno no va unida al
concepto de nación hasta 1884. El primer significado de la palabra nación indica origen o descendencia. Para
el diccionario español de 1726 la palabra patria o tierra significaba únicamente “el lugar, ciudad o país en que
se ha nacido” Este sentido estricto de patria como lo que el uso español moderno ha tenido que distinguir del
sentido amplio de patria chica es muy universal antes del siglo XIX, excepto entre las personas que
conocieron la Roma antigua.
Hasta1925 oímos la nota emotiva del patriotismo moderno que define patria como “nuestra propia nación”.
Castilla era uno de los primeros reinos europeos a los que se puede colocar la etiqueta de “estado-nación” sin
que ello indique una falta total de realismo. En las lenguas romances la palabra “nación” es indígena.
Evoluciona hacia la descripción de grupos autóctonos más nutridos como gremios que necesitan distinguirse
de otros con los que coexisten: de ahí las “naciones” como sinónimos de extranjero.
Nación sigue siendo muy diferente en su sentido moderno. El concepto es muy joven desde el punto de vista
histórico. La mejor manera de comprender su naturaleza es seguir a los que empezaron a obrar con este
concepto en su discurso político y social durante la edad de las revoluciones y especialmente bajo el nombre
de “el principio de nacionalidad” a partir de 1830. El significado primario de “nación” era político.
Equiparaba “el pueblo” y el estado al modo de las revoluciones norteamericanas y francesas. La nación
considerada así era el conjunto de ciudadanos cuya soberanía colectiva los constituía en un estado que era su
expresión política. El elemento de ciudadanía y de participación o elección de las masas nunca faltaba en ella.
La ecuación nación = estado = pueblo y pueblo soberano, sin duda vinculaba nación a territorio, toda vez que
la estructura y la definición de los estados era entonces territoriales. La Declaración de derechos francesa dice
que no había ninguna relación lógica entre el conjunto de ciudadanos de un estado territorial y la
identificación de una “nación” basándose en criterios étnicos, lingüísticos o de otro tipo, que permitiera el
reconocimiento colectivo de la pertenencia a un grupo. La lengua no tenía nada que ver en principio con ser
inglés o francés. Si nación tenía algo en común desde el punto de vista popular-revolucionario, no era la
etnicidad, la lengua y cosas parecidas.
Pierre Villar dice que si algo caracterizaba a la nación-pueblo vista desde abajo era precisamente el
hecho de que representaba el interés común frente a los intereses particulares, el bien común
frente al privilegio. No podemos atribuir a la nación revolucionaria nada que se parezca al posterior programa
nacionalista consistente en crear estados-nación para conjuntos definidos atendiendo a criterios tan
acaloradamente debatidos por los teóricos del siglo XIX.
La insistencia francesa en la uniformidad lingüística desde la Revolución ha sido fuerte. El uso nativo de la
lengua francesa no era lo que hacía una persona fuese francesa sino la disposición a adquiría. Adquirir la
lengua francesa era una de las condiciones para gozar de la plena ciudadanía francesa.
El informe de Barere: dos conceptos muy distintos de la nación: el revolucionario democrático y el
nacionalismo. La ecuación: ciudadano = pueblo soberano = estado: constituía una nación. Después de1870 la
democratización haría que este problema de legitimidad para los gobiernos el factor central de la ecuación
nación = estado = pueblo era el estado. Gran parte de la teoría liberal de las naciones aparece en los márgenes
de discursos de los autores liberales.
Adam Smith: nación: estado territorial. El estado-nación tuvo una función específica en el proceso de
desarrollo capitalista. Porque para el historiador es evidente que el papel de las economías definidas por
fronteras estatales era grande.
La economía mundial del siglo XIX era internacional más que cosmopolita. El capitalismo se originó como
sistema mundial en un solo continente y no en otra parte. El desarrollo económico en los siglos XVI-XVIII se
basó en los estados territoriales, cada uno de los cuales tendía a seguir políticas mercantilistas como un
conjunto unificado. Cuando nos referimos al capitalismo mundial en el siglo XIX y comienzos del XX,
hablamos en términos de las unidades nacionales que lo componían en el mundo desarrollado: de la
industria británica, la economía norteamericana. Durante el prolongado período que va del siglo XVII a los
años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, en la economía mundial parecía haber poco espacio y pocas
posibilidades para aquellas unidades auténticamente extraterritoriales, transnacionales o intersticiales
que habían desempeñado un papel tan importante en la génesis de una economía mundial capitalista y que hoy
día vuelven a ser tan prominentes. La economía política clásica se había formulado como crítica del
“sistema mercantil, es decir, justamente del sistema en el cual los gobiernos trataban las economías
nacionales como conjuntos que debían desarrollarse por medio del esfuerzo y la política del estado. La teoría
económica se elaboró
exclusivamente basándose en unidades de empresas individuales. El límite era el mercado mundial. El
crecimiento económico, no tenía lugar alguno para la nación o cualquier otra colectividad mayor que la
empresa.
Según Molinari, la división de la humanidad en naciones autónomas es económica. El gran federalista
Hamilton en los EE.UU. vinculó la nación, el estado y la economía, usando este vínculo para justificar su
preferencia por un gobierno Nacional fuerte frente a políticos menos centralizados. La fundación de un banco
nacional, responsabilidad pública de las deudas del estado, la creación de una deuda nacional, la protección de
las manufacturas nacionales por medio de aranceles elevados y la obligatoriedad de la contribución indirecta
son ejemplos de pertenecer a una nación. La nación es economía nacional, y su fomento sistemático por el
estado, lo cual en el siglo XIX quería decir proteccionismo. John Stuart Mill justificó el nacionalismo de todo
punto innegable de los irlandeses diciendo que teniendo en cuenta todas las circunstancias, eran
“suficientemente numerosos para ser capaces de constituir una nacionalidad respetable”. Manzini y Cavour no
estaban de acuerdo. El “principio de nacionalidad” era aplicable en la práctica sólo a nacionalidades de cierta
importancia. El “principio de nacionalidad” en la formulación “wilsoniana” que dominó los tratados de paz al
concluir la Primera Guerra produjo una Europa de 26 estados. La autodeterminación para las naciones sólo
era aplicable a las naciones que se consideraban viables: cultura y económicamente. Los habitantes de
la Austria residual deseaban de modo casi unánime integrarse en Alemania, porque no podían creer que un
estado pequeño como el suyo fuera viable como economía si permanecía independiente.
La segunda consecuencia es que la edificación de naciones era vista inevitablemente como un proceso de
expansión. Se aceptaba en teoría que la evolución social ensanchó la escala de las unidades sociales humanas
de la familia y la tribu al condado y al cantón, de lo local a lo regional, lo nacional y lo mundial. En la
práctica esto quería decir que se esperaba que los movimientos nacionales fueran movimientos a favor de la
unificación o expansión nacional. Así, todos los alemanes e italianos esperaban unirse en un solo estado, lo
mismo que todos los griegos. Los serbios se fundirían con los croatas en una única Yugoslavia. Los checos se
fundirían con los eslovacos. Esto era incompatible con las dificultades de las naciones basadas en la etnicidad,
la lengua o la historia común pero no eran los criterios decisivos de la construcción liberal de naciones.

La heterogeneidad nacional de los estados-nación era aceptada porque parecía claro que las
nacionalidades pequeñas y atrasadas podían salir sumamente beneficiadas si se fundían para formar naciones
mayores y efectuar sus aportaciones a la humanidad. Una vez se hubo aceptado que una nación independiente
o real tenía que ser una nación viable según los criterios vigentes en aquel tiempo se concluyó que algunas de
las nacionalidades y lenguas menores estaban condenadas a desaparecer. Algunas nacionalidades y lenguas
pequeñas no tenían ningún futuro independiente. Allí donde la supremacía de la nacionalidad estatal y la
lengua del estado no eran un problema, la nación principal podía proteger y fomentar los dialectos y las
lenguas menores que había dentro de ella, las tradiciones históricas y folclóricas de las comunidades menores
que contenía. Fueron los escoceses y no los ingleses que inventaron el concepto de “británico del norte”
después de la unión de 1707.
Algunos pueblos y algunas nacionalidades estaban destinados a no ser nunca naciones del todo. Otros lo
habían conseguido o lo conseguirían en un futuro. “El principio del umbral” era más útil toda vez que
eliminaba una serie de pueblos pequeños pero tampoco fue decisivo ya que existían “naciones” incontestables
de tamaño muy modesto. La aparición de movimientos nacionales que contaban con el apoyo de las masas
haría necesarias importantes revisiones de juicio.
En la práctica había sólo tres criterios que permitirían que un pueblo fuera clasificado como nación:
1-Asociación histórica con un estado que existiese en aquellos momentos o un estado con un pasado bastante
largo y reciente.
2-Existencia de una antigua elite cultura, poseedora de una lengua vernácula literaria y
administrativa nacional y escrita. Esta era la base de las pretensiones de nacionalidades italiana y alemana,
aunque los “pueblos” respectivos no tenían un solo estado con el que pudieran identificarse. En ambos casos
la identificación nacional era fuertemente lingüística, aunque cuando ninguno de ellos la lengua nacional era
hablada para fines cotidianos, mientras el resto hablaba varios idiomas que solían ser incomprensibles.3-
Comprobada capacidad de conquista.
Estas eran las concepciones de la nación y el estado-nación tal como la veían los ideólogos de la era del
liberalismo burgués triunfante: 1830-1880. El desarrollo de las naciones era una fase de evolución no el
progreso humano desde el grupo pequeño hacia el grupo mayor. Este mundo sería unificado lingüísticamente:
una sola lengua mundial. Sin embargo, los intentos de construir lenguas mundiales artificiales que se hicieron
a partir de 1880 no tuvieron éxito.
Vista con la perspectiva de la ideología liberal, la nación fue la etapa de la evolución que se alcanzó a
mediados del siglo XIX. “La nación como progreso” era la asimilación de comunidades y pueblos más
pequeños en otros mayores. Los EE.UU. en modo alguno era el único estado que ofrecía libremente la
pertenencia a una “nación” a cualquiera que quisiese ingresar en ella y las “naciones” aceptaban la entrada
libre más fácilmente que las clases.
Pero la nación moderna formaba parte de la ideología liberal de otra manera. Debido a que la nación misma
era una novedad desde el punto de vista histórico, era blanco de la oposición de los
conservadores y los tradicionalistas y atraía a sus adversarios. El concepto “nación” y “nacionalismo” tal
como lo veían los pensadores liberales pasó por primera vez a ser importante en la política internacional.
Difería en un aspecto fundamental del principio “wilsoniano” de la autodeterminación nacional que, es
también, en teoría, la leninista, y que dominó el debate en torno a estas cuestiones a partir de finales del siglo
XIX.
Desde el punto de vista del liberalismo los argumentos favorables a la “nación” decían que
representaban una etapa en el devenir histórico de la sociedad humana y los argumentos a favor de la
fundación de un estado-nación determinado, prescindiendo de los sentimientos subjetivos de los miembros de
la nacionalidad interesada. Pero si el único nacionalismo histórico justificable era el que encajaba en el
progreso, ampliaba la escala en que funcionaban las economías, sociedades y cultura humana. La lengua, la
gente o la cultura pequeña encajaban en el progreso sólo en la medida en que aceptara la condición de
subordinada de alguna unidad mayor o se retirase de la batalla para convertirse en depositaria de
nostalgia y otros sentimientos. El idioma local se retiraba ante el nacional.
En este período las naciones y los nacionalismos no eran problemas interiores importantes para entidades
políticas que habían alcanzado la condición de “estados-nación” por heterogéneas que fueses. La era liberal
produjo poca literatura teórica que se ocupara del nacionalismo. Pero a partir de1880 el debate en torno a la
“cuestión nacional” se vuelve serio e intenso, especialmente entre los socialistas porque el atractivo político
de las consignas nacionales para las masas de votantes reales potencia o partidarios de movimientos políticos
de masas era un asunto de verdadero interés práctico. Para los socialistas de la Europa central y oriental la
base teórica sobre la cual se definían la nación y su futuro tenía importancia. Marx y Engels, al igual que Mill
y Renan, habían considerado que estas cuestiones eran marginales. En la segunda internacional estos debates
ocuparon un lugar central.
En “principio de nacionalidad” que debatían los diplomáticos y que cambió el mapa de Europa en el período
que va de 1830 a 1878 era diferente del fenómeno político del nacionalismo que fue
haciéndose cada vez más central en la era de la democratización y la política de masas en Europa. Después de
1880 fue cobrando importancia lo que los hombres y las mujeres normales sentían en relación con la
nacionalidad.
LA ERA DEL CAPITAL 1848-1875.
CAPÍTULO 5: LA CONSTRUCCIÓN DE NACIONES.
ERIC HOBSBAWM.
No es lo mismo una nación-estado que una nacionalidad. La nacionalidad fue la excusa para
concretar las naciones-estado o fue también lo que se creó a partir de las naciones-estado.
La revolución del 48’ fue una afirmación de la nacionalidad. A pesar de fracasar esta revolución, sus
aspiraciones serían los temas centrales por 25 años.
No solo se fabricaron naciones en Europa sino también en otras partes del mundo: la guerra civil
americana fue para unificar a Estados Unidos, también sucedió en Japón y un poco más adelante en
Latinoamérica. Las naciones se definieron según el territorio, su historia, cultura, composición
étnica y su lenguaje. Europa se hallaba dividida en “naciones” cuya fundación de estados tenía
pocas dudas y otras donde había una gran incertidumbre.
Francia, Inglaterra, España y Rusia eran naciones identificadas por su lenguaje. Hungría y Polonia
eran naciones porque dentro del imperio de los Habsburgo, Hungría tenía reino propio y Polonia un
estado. Alemania era nación porque sus numerosos principados formaron por mucho tiempo
Federaciones Alemanas y los alemanes cultos compartían el mismo lenguaje y la misma literatura.
Italia contaba con la más antigua cultura literaria común en su minoría selecta.
El nacionalismo hacía referencia a que ningún pueblo debía ser explotado y gobernado por otro
junto con la identificación de las instituciones con el Pueblo. Lo fundamental era el sentimiento del
Pueblo, en especial en su orgullo y herencia folclórica.
La nación-estado no solo debía ser nacional sino también progresiva, para desarrollar una
economía, tecnología, organización estatal y fuerza militar viable. Por esto algunos planteaban que
los pueblos pequeños y “atrasados” debían sumarse a las grandes naciones para reducirse a
provincias o incluso desaparecer. Las grandes naciones estaban destinadas a prevalecer y a vencer
en la lucha de la existencia. Las más pequeñas serían vencidas. Tres elecciones:
•Negar la legitimidad o existencia de los pueblos pequeños.
•Reducirlos a movimientos en pro de la autonomía.
•Aceptarlos como realidades innegables, pero ingobernables.
El Bismarck unifica a Alemania, primero se cierran las fronteras comerciales (aduanas) para que los
pueblos-principados comercien entre sí. A pesar de no ser nacionalista logró la unificación alemana.
De Italia decían “Hemos hecho Italia, ahora tenemos que hacer a los italianos.” Massimo d’Azeglio.
Todos los movimientos proponían cambios más o menos ambiciosos, lo que los hacía nacionalistas.
Los nacionalismos viejos se podrían hasta considerar multinacionalismos. No tenían conflictos
internacionales, sólo conflictos internos. El principal apoyo para el nacionalismo provino de la
clase “intermedia”, no de las masas populares.
Existen otras formas de nacionalismo: las actividades culturales y económicas desarrolladas en
territorio checo generaban términos propios que luego serían utilizados para las manifestaciones
nacionalistas. También las rebeliones de campesinos y montañeses contra el gobierno extranjero
uniéndoles la conciencia de opresión, la xenofobia y la vieja identidad étnica. Las naciones no eran
un desarrollo espontáneo sino elaborado. Las instituciones debían imponer uniformidad nacional (el
servicio militar del ejército, la educación y los trabajos estatales. Se extendió a mayor parte de la
población la educación universitaria, secundaria y primaria (en Alemania ésta última aumentó un
1

No es lo mismo una nación-


estado que una nacionalidad. La
nacionalidad fue la excusa para
concretar las naciones-estado o
fue también lo que se creó a
partir de las naciones-estado.
La revolución del 48’ fue una
afirmación de la nacionalidad. A
pesar de fracasar esta revolución,
sus
aspiraciones serían los temas
centrales por 25 años.
No solo se fabricaron naciones
en Europa sino también en otras
partes del mundo: la guerra civil
americana fue para unificar a
Estados Unidos, también sucedió
en Japón y un poco más adelante
en
Latinoamérica. Las naciones se
definieron según el territorio, su
historia, cultura, composición
étnica y su lenguaje. Europa se
hallaba dividida en “naciones”
cuya fundación de estados tenía
pocas dudas y otras donde había
una gran incertidumbre.
Francia, Inglaterra, España y
Rusia eran naciones identificadas
por su lenguaje. Hungría y
Polonia
eran naciones porque dentro del
imperio de los Habsburgo,
Hungría tenía reino propio y
Polonia un
estado. Alemania era nación
porque sus numerosos
principados formaron por mucho
tiempo
Federaciones Alemanas y los
alemanes cultos compartían el
mismo lenguaje y la misma
literatura.
Italia contaba con la más antigua
cultura literaria común en su
minoría selecta.
El nacionalismo hacía referencia
a que ningún pueblo debía ser
explotado y gobernado por otro
junto con la identificación de las
instituciones con el Pueblo. Lo
fundamental era el sentimiento
del
Pueblo, en especial en su orgullo
y herencia folclórica.
La nación-estado no solo debía
ser nacional sino también
progresiva, para desarrollar una
economía, tecnología,
organización estatal y fuerza
militar viable. Por esto algunos
planteaban que
los pueblos pequeños y
“atrasados” debían sumarse a las
grandes naciones para reducirse
a
provincias o incluso desaparecer.
Las grandes naciones estaban
destinadas a prevalecer y a
vencer
en la lucha de la existencia. Las
más pequeñas serían vencidas.
Tres elecciones:
•Negar la legitimidad o
existencia de los pueblos
pequeños.
•Reducirlos a movimientos en
pro de la autonomía.
•Aceptarlos como realidades
innegables, pero ingobernables.
El Bismarck unifica a Alemania,
primero se cierran las fronteras
comerciales (aduanas) para que
los
pueblos-principados comercien
entre sí. A pesar de no ser
nacionalista logró la unificación
alemana.
De Italia decían “Hemos hecho
Italia, ahora tenemos que hacer a
los italianos.” Massimo
d’Azeglio.
Todos los movimientos
proponían cambios más o menos
ambiciosos, lo que los hacía
nacionalistas.
Los nacionalismos viejos se
podrían hasta considerar
multinacionalismos. No tenían
conflictos
internacionales, sólo conflictos
internos. El principal apoyo para
el nacionalismo provino de la
clase “intermedia”, no de las
masas populares.
Existen otras formas de
nacionalismo: las actividades
culturales y económicas
desarrolladas en
territorio checo generaban
términos propios que luego
serían utilizados para las
manifestaciones
nacionalistas. También las
rebeliones de campesinos y
montañeses contra el gobierno
extranjero
uniéndoles la conciencia de
opresión, la xenofobia y la vieja
identidad étnica. Las naciones
no eran
un desarrollo espontáneo sino
elaborado. Las instituciones
debían imponer uniformidad
nacional (el
servicio militar del ejército, la
educación y los trabajos
estatales. Se extendió a mayor
parte de la
población la educación
universitaria, secundaria y
primaria (en Alemania ésta
última aumentó un
1
No es lo mismo una nación-estado que una nacionalidad. La nacionalidad fue la excusa para
concretar las naciones-estado o fue también lo que se creó a partir de las naciones-estado.

La revolución del 48’ fue una afirmación de la nacionalidad. A pesar de fracasar esta revolución,
sus aspiraciones serían los temas centrales por 25 años. No solo se fabricaron naciones en Europa
sino también en otras partes del mundo: la guerra civil americana fue para unificar a Estados
Unidos, también sucedió en Japón y un poco más adelante en Latinoamérica.

Las naciones se definieron según el territorio, su historia, cultura, composición étnica y su


lenguaje. Europa se hallaba dividida en “naciones” cuya fundación de estados tenía pocas dudas y
otras donde había una gran incertidumbre. Francia, Inglaterra, España y Rusia eran naciones
identificadas por su lenguaje. Hungría y Polonia eran naciones porque dentro del imperio de los
Habsburgo, Hungría tenía reino propio y Polonia un estado. Alemania era nación porque sus
numerosos principados formaron por mucho tiempo Federaciones Alemanas y los alemanes cultos
compartían el mismo lenguaje y la misma literatura. Italia contaba con la más antigua cultura
literaria común en su minoría selecta. El nacionalismo hacía referencia a que ningún pueblo debía
ser explotado y gobernado por otro junto con la identificación de las instituciones con el Pueblo.
Lo fundamental era el sentimiento del Pueblo, en especial en su orgullo y herencia folclórica.

La nación-estado no solo debía ser nacional sino también progresiva, para desarrollar una
economía, tecnología, organización estatal y fuerza militar viable. Por esto algunos planteaban que
los pueblos pequeños y “atrasados” debían sumarse a las grandes naciones para reducirse a
provincias o incluso desaparecer. Las grandes naciones estaban destinadas a prevalecer y a vencer
en la lucha de la existencia. Las más pequeñas serían vencidas. Tres elecciones: 1- Negar la
legitimidad o existencia de los pueblos pequeños. 2- Reducirlos a movimientos en pro de la
autonomía. 3- Aceptarlos como realidades innegables, pero ingobernables.

El Bismarck unifica a Alemania, primero se cierran las fronteras comerciales (aduanas) para que los
pueblos-principados comercien entre sí. A pesar de no ser nacionalista logró la unificación
alemana. De Italia decían “Hemos hecho Italia, ahora tenemos que hacer a los italianos.” Massimo
d’Azeglio. Todos los movimientos proponían cambios más o menos ambiciosos, lo que los hacía
nacionalistas. Los nacionalismos viejos se podrían hasta considerar multinacionalismos. No tenían
conflictos internacionales, sólo conflictos internos. El principal apoyo para el nacionalismo provino
de la clase “intermedia”, no de las masas populares. Existen otras formas de nacionalismo: las
actividades culturales y económicas desarrolladas en territorio checo generaban términos propios
que luego serían utilizados para las manifestaciones nacionalistas. También las rebeliones de
campesinos y montañeses contra el gobierno extranjero uniéndoles la conciencia de opresión, la
xenofobia y la vieja identidad étnica. Las naciones no eran un desarrollo espontáneo sino
elaborado. Las instituciones debían imponer uniformidad nacional (el servicio militar del ejército,
la educación y los trabajos estatales. Se extendió a mayor parte de la población la educación
universitaria, secundaria y primaria (en Alemania ésta última aumentó un 145%), a pesar de ser
baja en comparación con nuestra época. A partir de ellas el “idioma nacional” se transformó
realmente en el idioma hablado. Al formar una propia nación también formaba el contra
nacionalismo por parte de los sectores que no se identificaban con ella.

LA ERA DE LA REVOLUCIÓN.
CAPÍTULO 7: EL NACIONALISMO.

ERIC HOBSBAWM.

El nacionalismo como hemos visto, después de 1830, el movimiento general en favor de la


revolución se escindió. Un producto de esa escisión merece especial atención: Los movimientos
nacionalistas. Los movimientos que simbolizan mejor estas actividades fueron los llamados
“jóvenes”, fundados o inspirados por Giusseppe Mazzini inmediatamente después de la revolución
de 1830;” “La joven Italia”, “La joven Polonia”, “La joven Suiza” y demás. Estos movimientos
señalan la desintegración del movimiento revolucionario europeo en segmentos nacionales.
Sin duda, cada uno de esos segmentos nacionales tenía los mismos programas políticos, estrategia
y táctica que los demás, e incluso la misma bandera. Sus miembros no veían contradicción entre
sus propias peticiones y las de otras naciones, y en realidad aspiraban a la hermandad de todas,
simultáneamente con la propia liberación. Si, el nuevo nacionalismo hubiera quedado limitado a
los miembros de las hermandades nacional-revolucionarias, no merecería mucha más atención.
Sin embargo, reflejaba también fuerzas mucho más poderosas que emergían en sentido político en
la década de1830 y 1840, como resultado de la doble revolución. Las más poderosas de todas eran
el descontento de los pequeños terratenientes y campesinos y la aparición en muchos países de
una clase media y hasta de una baja clase media nacional, cuyos portavoces eran casi siempre los
intelectuales. Los grandes partidarios del nacionalismo mesocrático en aquella etapa
eran los componentes de los estratos medio y bajo de los profesionales, administrativos e
intelectuales, es decir, las clases educadas. La vanguardia de la clase media nacionalista libraba su
batalla a lo largo de la línea que señalaba el progreso educativo de gran número de hombres
nuevos dentro de zonas ocupadas antaño por una pequeña elite. El progreso de escuelas y
universidades de la de que el nacionalismo estuviera representado por las clases
medias y acomodadas, era suficiente para hacerlo sospechoso a los hombres pobres. Solo se
puede hablar de un movimiento nacional occidental organizado de forma coherente antes de
1848, basado auténticamente sobre las masas y que incluso gozaba de la inmensa ventaja de su
identificación con la portadora más fuerte de la tradición: La iglesia. Este movimiento fue el
movimiento irlandés de revocación dirigido por DanielO´connell. La Asociación católica de O
´connell, que gano el apoyo de las masas y la confianza del clero en la victoriosa lucha por la
emancipación católica no se relacionaba en ningún sentido con la clase media, que era,
protestante y anglo-irlandesa. Fue un movimiento de campesinos y de la más modesta clase media
existente en la depauperada isla. “El libertador” llego a su liderazgo por las sucesivas oleadas de
un movimiento masivo de la revolución agraria, la principal fuerza motriz de los políticos
irlandeses a lo largo del siglo. Su propósito no era ni la revolución ni la independencia nacional,
sino el establecimiento de una moderada autonomía de la clase media irlandesa. Fuera del área
del moderno mundo burgués existían también algunos movimientos de rebelión popular contra
los gobiernos extranjeros, que algunas veces parecen anticiparse a otros posteriores de índole
nacional. Tales fueron las rebeliones contra el Imperio turco, contra los rusos en el Cáucaso y la
lucha contra la usurpadora soberanía británica en y por los confines de la India. No conviene
considerarlos del todo como nacionalismo moderno, aunque en ciertas zonas pobladas por
campesinos y pastores armados y combativos, organizados en clanes e inspirados por caciques
tribales, bandidos-héroes y profetas, la resistencia al gobernante extranjero pudo tomar la
formade verdaderas guerras populares. Única y exclusivamente en un caso, el constante combate
de los clanes de pastores de ovejas y héroes-bandidos contra un gobierno real se fundió con las
ideas nacionalistas de la clase media y de la revolución francesa: en la lucha de los griegos por su
independencia. No sin razón, Grecia seria en adelante el mito y la inspiración en todas partes de
nacionalistas y liberales. Pues solo en Grecia todo un pueblo se alzó contra el opresor en una
forma que podía identificarse con la causa de la izquierda europea. La mayoría de los griegos eran
semejantes a los demás clanes y campesinos-guerreros de la península balcánica. Pero una parte
de ellos constituía una clase mercantil y administrativa internacional, la lengua y las altas
jerarquías de la iglesia ortodoxa, a la que la mayor parte de los pueblos balcánicos pertenecían,
eran griegas. En un sentido, todas las clases educadas y mercantiles de los Balcanes y el área del
Mar Negro y Levante estaban helenizadas por la naturaleza de sus actividades. La periódica
emigración y asentamiento de campesinos rebeldes reforzaba las comunidades exiliadas.

Fue entre esta dispersión cosmopolita en donde las ideas de la Revolución Francesa (liberalismo,
nacionalismo, y los métodos de organización política por sociedades secretas masónicas)
enraizaron. La independencia griega fue la condición esencial preliminar para la evolución de
otros nacionalismos balcánicos. El primitivo ideal panamericano de Simón Bolívar, de Venezuela y
de San Martin era imposible de realizar, aunque haya persistido como poderosa corriente
revolucionaria a lo largo de todas las zonas unidas por el idioma español. La vasta extensión y
variedad del continente, la existencia de focos independientes de rebelión en México, Venezuela y
Buenos Aires, y el especial problema del centro del colonialismo español en Perú que fue liberado
desde fuera, impusieron una automática fragmentación. Pero las revoluciones
latinoamericanas fueron obra de pequeños grupos de patricios, soldados y afrancesados, dejando
pasiva a la masa de la población blanca, pobre, y católica, y a la india, indiferente y hostil. Tan
solo en México se consiguió la independencia por iniciativa de un movimiento popular
agrario, es decir, indio, en marcha bajo la bandera de la Virgen de Guadalupe, por lo que seguiría
desde entonces un camino diferente y políticamente más avanzado que el resto de la América
Latina. En Egipto la conquista de Napoleón introdujo ideas, métodos y técnicas occidentales, cuyo
valor reconocería muy pronto un hábil y ambicioso soldado local, Mohamed Ali. Habiendo
adquirido poder y virtual independencia de Turquía en el confuso periodo que siguió a la retirada
de los franceses, y con el apoyo de estos, Mohamed Ali logró establecer un eficaz y
occidentalizado despotismo con la ayuda técnica extranjera, francesa principalmente. El
nacionalismo, como tantas otras características del mundo moderno, es hijo de la doble
revolución.

El autor Benedict Anderson, sostiene que la nacionalidad es el valor más universalmente legítimo
en la vida política de nuestro tiempo. Pero la nación, la nacionalidad, el nacionalismo, son
términos que han resultado notoriamente difíciles de definir, ya no digamos de analizar. Así pues,
es como el autor propone la definición siguiente de la nación: una comunidad política imaginada
como inherentemente limitada y soberana. Es imaginada porque aún los miembros de la nación
más pequeña no conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán siquiera
hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión. La nación se imagina
limitada porque incluso la mayor de ellas, que alberga tal vez a mil millones de seres humanos
vivos, tiene fronteras finitas, aunque elásticas, más allá de las cuales se encuentran otras naciones.
Se imagina soberana porque el concepto nació en una época en que la Ilustración y la Revolución
estaban destruyendo la legitimidad del reino dinástico jerárquico, divinamente ordenado. Por
último, se imagina como comunidad porque, independientemente de la desigualdad y la
explotación que en efecto puedan prevalecer en cada caso, la nación se concibe siempre como un
compañerismo profundo, horizontal.

Etienne Bailibar, nos dice que en la idea de la formación de las naciones como “proyecto” lineal
hay dos ilusiones. Una es que la transmisión estable en un territorio produce una sustancia
invariable, y dos, creer que esta evolución representa un “destino”. Pero la idea de un “mito de los
orígenes y la continuidad nacionales” sí funciona como ideología. El análisis del paso del estado
“pre- nacional” al Estado-Nación muestra su pertinencia, pero también sus límites. Es necesario
tomar en cuenta el “umbral de irreversibilidad” en la formación del Estado-Nación, porque las
naciones se crean en lucha por el control del centro sobre la periferia. Interesa notar que para
Balibar, una de las causas por las que las burguesías nacionales se impusieron fue para someter a
los campesinos y volverlos fuerza de trabajo. Finalmente, para él la etnificación lingüística se
complementa con la de etnificación racial (ambas ficticias e ideales).

Por otro parte, para Balibar, la construcción histórica del pueblo se relaciona con la fijación de
sentimientos de amor y odio, de representación de sí. Se acentúa la diferencia entre “nosotros” y
“los extranjeros”, a esta diferencia se subordina la diferencia de los grupos sociales. Balibar señala
lo que es una Comunidad ficticia como la que constituye el Estado-Nación. Muestra lo “fabricado”
(a través de la lengua y la raza) de esta comunidad: no son una comunidad natural.

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