El Derecho A Un Medio Ambiente Sano Comenzó A Ser Reconocido Por El Derecho Internacional A

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El derecho a un medio ambiente sano comenzó a ser reconocido por el Derecho

Internacional a

partir del año 1972, cuando la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio

Humano expresó que “[e]l hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el
disfrute

de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que le permita llevar una vida
digna y

gozar de bienestar, y tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el medio para las
generaciones

presentes y futuras”1. Desde entonces, se inició una tendencia cada más extendida de
consagración

de este derecho a nivel nacional.

En el caso argentino, la reforma constitucional del año 1994 lo incorporó en el capítulo


“Nuevos

derechos y garantías” como un derecho fundamental de todos los habitantes a “gozar de un


ambiente

sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas
satisfagan las

necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras”2. Para la Corte
Suprema de

Justicia de la Nación, tal reconocimiento constituye una “precisa y positiva decisión del
constituyente

(…) de enumerar y jerarquizar con rango supremo a un derecho preexistente”

Nuestro derecho a vivir en un medio ambiente sano está en la Constitución

Nacional. La ley suprema de nuestro país dice lo siguiente en su artículo 41:

Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado,

apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas

satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las

generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental

generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo


establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho,

a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del

patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información

y educación ambientales. Corresponde a la Nación dictar las normas que

contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las

necesarias para complementarlas, sin que aquellas alteren las

jurisdicciones locales. Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos

actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.

El ambiente y el uso sustentable de los recursos naturales son temas centrales en

los planes de desarrollo y de las políticas públicas de los países. Pero para abordar

estos desafíos son insuficientes las soluciones individuales, los países deben

ponerse de acuerdo para generar estrategias conjuntas. Firman tratados y crean

foros multilaterales sobre medio ambiente, y la Argentina es parte de ellos.

Destacamos el Acuerdo de París dentro de la Convención Marco de Naciones

Unidas sobre Cambio Climático por el cual la enorme mayoría de los países del

mundo asumió el compromiso de realizar acciones para mitigar sus emisiones de

gases de efecto invernadero que causan el cambio climático y para adaptarse a

este fenómeno.

A partir de los lineamientos generales que establece la Constitución Nacional y los

tratados internacionales, la Argentina cuenta con leyes nacionales que regulan

estos temas relacionados con el medio ambiente con mayor detalle. En este

documento te presentamos algunas de ellas.

LEY 22.421 DE CONSERVACIÓN DE LA FAUNA

SANCIONADA EN 1981

“Todos los habitantes de la Nación

tienen el deber de proteger

la fauna silvestre”
La fauna silvestre está protegida por esta ley que cuida las especies en peligro de

extinción, regula la caza y controla el medio ambiente en el que viven. Las

especies de la fauna silvestre se clasifican en:

● Especies en peligro de extinción: son las que están en peligro inmediato de

desaparecer.

● Especies amenazadas: son las que, por exceso de caza, por destrucción de su

hábitat o por otros factores, pueden pasar a ser especies en peligro de

extinción.

● Especies vulnerables: son las que, por su cantidad, distribución geográfica u

otros factores, no están actualmente en peligro, ni amenazadas, pero pueden

entrar en esas categorías.

● Especies no amenazadas: son aquellas cuyo riesgo de extinción o amenaza es

bajo.

● Especies insuficientemente conocidas: son las que por falta de información

sobre el grado de amenaza o riesgo, o por sus características biológicas, no

pueden ser clasificadas en ninguna otra categoría.

Para conservar la fauna silvestre, esta ley regula la caza, la captura o destrucción

de las crías, huevos y guaridas, la posesión y el comercio de animales y sus

productos.

Por otro lado, la ley prohíbe importar e introducir en el país animales vivos, semen

o embriones, huevos o larvas que puedan ser perjudiciales y también prohíbe

dejar en libertad sin autorización a animales silvestres en cautiverio.

Para proteger la fauna silvestre, el Estado debe fomentar, entre otras iniciativas, la

creación de reservas de fauna autóctona con fines de conservación, recreativos o

turísticos. Asimismo, si una especie se encuentra en peligro de extinción, el Estado

tiene que tomar medidas de emergencia para asegurar su población. Puede, por

ejemplo, prohibir la caza, el comercio y la exportación de los ejemplares y


productos de la especie amenazada.

Entre otras medidas, la ley también dispone que las obras que modifiquen el

medio ambiente de la fauna silvestre necesitan contar con la autorización del

Estado. Además, antes de usar productos venenosos o tóxicos que puedan

perjudicar a la fauna silvestre hay que consultar en el Ministerio de Ambiente y

Desarrollo Sustentable.

LEY 25.675 DE POLÍTICA AMBIENTAL NACIONAL

SANCIONADA EN 2002

“Imponer condiciones necesarias

para asegurar la protección

ambiental”

Esta ley protege el ambiente para garantizar su cuidado, controlar el impacto y el

daño ambiental que puede causar el hombre. Entre las medidas que dispone, se

destacan las siguientes:

● Evaluación de impacto ambiental: toda obra o actividad que pueda afectar el

ambiente o la calidad de vida de la población, como por ejemplo la

construcción de un dique o la deforestación de un campo, tiene que evaluarse

antes de su comienzo para ver qué impacto ambiental puede causar, es decir,

qué efecto puede producir sobre el medio ambiente.

● Educación ambiental: se deben implementar planes y programas que

eduquen a los ciudadanos y ciudadanas para que valoren el medio ambiente y

adopten comportamientos que lo protejan.

● Información ambiental: los ciudadanos y ciudadanas pueden solicitar

información sobre el ambiente, los recursos naturales o culturales y el

desarrollo sustentable de forma libre y gratuita.

● Participación ciudadana: las personas pueden opinar sobre procedimientos

administrativos relacionados con la preservación y protección del ambiente.


Para eso, las autoridades tienen que ofrecer espacios de consultas o

audiencias públicas cuando tengan que autorizar actividades que puedan

generar efectos negativos sobre el ambiente.

● Seguro ambiental: quienes realicen actividades riesgosas para el ambiente

tienen que contratar un seguro con cobertura suficiente para garantizar la

reparación del daño que pudieran producir.

El organismo que coordina estas acciones y la política ambiental en todo el país se

llama Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA), y está integrado por el

gobierno federal, las provincias y la Ciudad de Buenos Aires.

LEY 26.331 DE PROTECCIÓN DE LOS BOSQUES NATIVOS

SANCIONADA EN 2007

“Protección ambiental para el

enriquecimiento, la restauración,

conservación, aprovechamiento y

manejo sostenible de los bosques

nativos”

Esta ley protege todos los bosques, incluyendo los árboles, las plantas y animales

que allí habitan, el suelo, subsuelo y atmósfera, con su clima y aguas propias.

De acuerdo con esta ley, existen diversas categorías de bosques:

● Categoría I (rojo): sectores de muy alto valor de conservación que no deben

transformarse. Son los que, por sus reservas, conectividad, valores biológicos

y/o la protección de cuencas que ejercen, deben permanecer como bosques

para siempre. Pueden ser hábitat de comunidades indígenas y ser objeto de

investigación científica.

● Categoría II (amarillo): sectores de mediano valor de conservación. Se trata de

zonas que pueden estar degradadas, pero que con adecuadas actividades de

restauración pueden tener un valor alto de conservación y ser usados para:


aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica.

● Categoría III (verde): sectores de bajo valor de conservación que pueden

transformarse parcialmente o en su totalidad.

Entre otras medidas, la ley dispone que los bosques afectados por incendios u

otros desastres naturales deben ser recuperados y restaurados. También que todo

desmonte de bosques necesita autorización. En ningún caso se puede autorizar el

desmonte de bosques clasificados como “rojo” o “amarillo”. Esta autorización

dependerá de un estudio de impacto ambiental que debe tener en cuenta:

● Los posibles efectos negativos del desmonte sobre la cantidad y calidad de los

recursos naturales renovables, incluidos el suelo, el agua y el aire.

● Si el bosque está cerca de poblaciones, recursos y áreas protegidas que

pueden ser afectados por el desmonte, así como el valor ambiental del

territorio.

● Si el proyecto modifica los sistemas de vida y costumbres de las personas que

viven en la zona.

● Si el proyecto modifica el paisaje o el valor turístico de la zona.

● Si el proyecto altera monumentos o lugares con valor antropológico,

arqueológico, histórico o del patrimonio cultural.

● Los intereses y los derechos de las comunidades indígenas que habiten esas

tierras.

LEY 26.639 DE PRESERVACIÓN DE LOS GLACIARES

SANCIONADA EN 2010

“Los glaciares constituyen bienes

de carácter público”

Esta ley protege a los glaciares y periglaciares, reconociendo su gran valor como

reservas estratégicas de agua, fuente de información científica y atractivos

turísticos.
Un glaciar es una masa de hielo permanente, estable o que fluye lentamente,

ubicada en diferentes ecosistemas. Puede tener cualquier forma, tamaño y estado

de conservación. Por su parte, el ambiente periglacial en la alta montaña es el área

con suelos congelados que funciona como regulador de recursos de agua. En la

media y baja montaña es el área que funciona como regulador de recursos de

agua con suelos cubiertos por hielo.

Entre otras medidas, la ley crea el Inventario Nacional de Glaciares, que registra

todos los glaciares y geoformas periglaciares que actúan como reservas de agua

en la Argentina, con toda la información necesaria para su adecuada protección,

control y monitoreo. Además, prohíbe todas las actividades que pueden afectar la

condición natural del glaciar, entre ellas: la liberación de contaminantes; la

construcción de obras, salvo las necesarias para la investigación científica y la

prevención de riesgos; la exploración y explotación minera e hidrocarburífera; y la

instalación de industrias.

LEY 26.815 DE MANEJO DEL FUEGO

SANCIONADA EN 2013 Y MODIFICADA EN 2021

“Protección ambiental en materia de

incendios forestales

y rurales”

Esta ley creó el Sistema Federal de Manejo de Fuego para proteger y preservar el

medio ambiente del daño generado por los incendios, cuidar la seguridad de la

población y de las personas que combaten los incendios. También busca

concientizar a la población sobre los peligros del uso del fuego y establecer

mecanismos para que el Estado pueda intervenir a nivel federal en casos de

incendios de grandes magnitudes, entre otros objetivos.

A nivel particular, establece también obligaciones para todos los ciudadanos y

ciudadanas. Por ejemplo, quienes tengan conocimiento de un incendio en


bosques o zonas rurales deben informar de inmediato a la autoridad más cercana.

Asimismo, según la ley, nadie podrá impedir o dificultar el accionar del personal

combatiente de incendios, ya sea en terrenos públicos o privados. Por su parte,

quien sea responsable por el daño ambiental producido por un incendio tiene la

obligación de adoptar las medidas de reparación necesarias para recuperar las

áreas incendiadas. En caso de que no fuera posible, la justicia fijará una

indemnización.

En 2021, la Ley de Manejo del Fuego fue modificada por la ley 27.604, que

agregó algunas prohibiciones para garantizar la recuperación de las

superficies incendiadas en áreas naturales protegidas, bosques, humedales y

zonas agropecuarias.

Esta ley prohíbe modificar el uso y el destino que esas áreas tenían antes

de producirse el incendio. Por ejemplo: si se incendió un bosque, está

prohibido lotear el terreno incendiado para construir viviendas o para criar

ganado, no importa si el incendio fue provocado o accidental.

En bosques nativos o implantados, áreas naturales protegidas y humedales,

esta prohibición rige durante 60 años a partir de la extinción del incendio. En

zonas agropecuarias, praderas, pastizales, matorrales, áreas con edificaciones

mezcladas con vegetación fuera del ambiente urbano o estructural, la

prohibición rige durante 30 años contados desde la extinción del incendio.

LEY 27.621 DE EDUCACIÓN AMBIENTAL INTEGRAL

SANCIONADA EN 2021

“Formará parte de los contenidos

curriculares la toma de conciencia

de la importancia del ambiente, la

biodiversidad y los recursos

naturales, su respeto, conservación,


preservación y prevención de los

daños”

Esta ley tiene como objetivo establecer el derecho a la educación ambiental

integral como una política pública nacional. Como dice la Constitución Nacional,

tenemos derecho a un ambiente sano y diverso. Pero, dado que todos los

elementos del ambiente dependen unos de otros, es necesario poner en práctica

el consumo sostenible, la prevención de la contaminación y la gestión integral de

los residuos. La educación ambiental es muy importante para que sepamos cuáles

son nuestros derechos en relación con el medio ambiente y cuáles son las

responsabilidades que debemos asumir para cuidarlo.

La Ley de Educación Ambiental Integral establece un proceso educativo

permanente con contenidos específicos y transversales que se desarrollan en las

escuelas. Su objetivo general es formar ciudadanos y ciudadanas con conciencia

ambiental que comprendan y valoren el derecho a vivir en un ambiente sano,

digno y diverso, valoren el medio ambiente y adopten comportamientos que lo

protejan.

Por ejemplo, busca que el desarrollo tecnológico sea sustentable y no afecte el

equilibrio social, ecológico, político y económico, porque es necesario encontrar

nuevas formas de habitar nuestro planeta que no generen daño al medio

ambiente. Además, la educación ambiental valora el desarrollo con justicia social,

la distribución de la riqueza, preservación de la naturaleza, la igualdad de género,

la protección de la salud, la democracia participativa y el respeto por la diversidad

cultural.

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Derecho a la salud
1- Datos y cifras  La Constitución de la OMS establece que el goce del grado máximo de salud
que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano.  El derecho a
la salud incluye el acceso a una atención sanitaria oportuna, aceptable, asequible y de calidad
satisfactoria.  Con todo, unos 150 millones de personas en todo el mundo se encuentran cada
año en una situación financiera catastrófica y 100 millones de personas se ven abocadas a vivir
por debajo del umbral de la pobreza debido a sus gastos sanitarios.  El derecho a la salud
significa que los Estados deben crear las condiciones que permitan que todas las personas
puedan vivir lo más saludablemente posible. El derecho a la salud no debe entenderse como el
derecho a estar sano.  Los problemas de salud suelen afectar en una proporción más alta a los
grupos vulnerables y marginados de la sociedad. “El mundo necesita un guardián de la salud
mundial, un custodio de valores, un protector y defensor de la salud, incluido el derecho a la
salud”. - Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS

El derecho a la salud: un atributo que la ley ampara y reconoce La Constitución Nacional


Argentina sancionada en el año 1994, en su artículo 31.º establece: «Esta Constitución, las
leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por el Congreso de la Nación y los
Tratados con las potencias extranjeras son la Ley Suprema de la Nación…» y en su artículo 75
inciso 22, se confiere Jerarquía Constitucional a los Tratados Internacionales allí enumerados,
entre ellos y en consonancia con el tema en tratamiento, se encuentran: La Declaración
Americana de los Derechos del Hombre (arts. VII y XI); Declaración Universal de Derechos
Humanos (arts. 3.º, 8.º y 25.º); Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (art. 12); Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 24.º); Convención
Americana de Derechos Humanos (art. 4.º) y la Convención de los Derechos del Niño (arts. 6.º,
23.º, 24.º y 26.º), que conforme fuera dicho, tienen Jerarquía Constitucional Nacional y no
pueden ser desconocidos por las Constituciones de las Provincias ni por las Reglamentaciones
del poder Ejecutivo Nacional, Provincial o Municipal.

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DEL PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES (1966)

EL ARTÍCULO 12

Establece que, entre las medidas que se deberán adoptar a fin de asegurar la plena efectividad

del derecho a la salud, figurarán las necesarias para:

 la reducción de la mortalidad infantil y garantizar el sano desarrollo de los niños;

 el mejoramiento de la higiene del trabajo y del medio ambiente;

 la prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas,profesionales y


de otra índole, y la lucha contra ellas;

 la creación de condiciones que aseguren el acceso de todos a la atención de la salud.


DECLARACIÓN AMERICANA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL HOMBRE

Artículo VII. Derecho de protección a la maternidad y a la infancia.

Toda mujer en estado de gravidez o en época de lactancia, así como todo niño, tienen derecho
a protección, cuidados y ayuda especiales.
Artículo XI. Derecho a la preservación de la salud y al bienestar.

Toda persona tiene derecho a que su salud sea preservada por medidas sanitarias y sociales,
relativas a la alimentación, el vestido, la vivienda y la asistencia médica, correspondientes al
nivel que permitan los recursos públicos y los de la comunidad.

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS

ARTÍCULO 25

1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su
familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la
asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en
caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos pérdida de sus medios
de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los


niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

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2- Observación general sobre el derecho a la salud Para aclarar y hacer efectivas las medidas
arriba enumeradas, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones
Unidas, que supervisa el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, adoptó en 2000 una Observación general sobre el derecho a la salud. En
dicha Observación general se afirma que el derecho a la salud no sólo abarca la atención de
salud oportuna, sino también los factores determinantes de la salud, como el acceso al agua
limpia potable y a condiciones sanitarias adecuadas, el suministro adecuado de alimentos
sanos, una nutrición adecuada, una vivienda adecuada, condiciones sanas en el trabajo y el
medio ambiente, y acceso a la educación e información sobre cuestiones relacionadas con la
salud, incluida la salud sexual y reproductiva. Según la Observación general, el derecho a la
salud abarca cuatro elementos: 2-1 Disponibilidad. Se deberá contar con un número suficiente
de establecimientos, bienes y servicios públicos de salud, así como de programas de salud. 2-2
Accesibilidad. Los establecimientos, bienes y servicios de salud deben ser accesibles a todos. La
accesibilidad presenta cuatro dimensiones superpuestas:

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o no discriminación; o accesibilidad física; o accesibilidad económica (asequibilidad); o acceso a


la información. 2-3 Aceptabilidad. Todos los establecimientos, bienes y servicios de salud
deberán ser respetuosos de la ética médica y culturalmente apropiados, a la par que sensibles
a los requisitos del género y el ciclo de vida. 2-4 Calidad. Los establecimientos, bienes y
servicios de salud deberán ser apropiados desde el punto de vista científico y médico y ser de
buena calidad. Al igual que todos los derechos humanos, el derecho a la salud impone a los
Estados Partes tres tipos de obligaciones:  Respetar. Significa simplemente no inferir en el
disfrute del derecho a la salud (“no perjudicar”).  Proteger. Significa adoptar medidas para
impedir que terceros (actores no estatales) interfieran en el disfrute del derecho a la salud (por
ejemplo regulando la actividad de los actores no estatales).  Cumplir. Significa adoptar
medidas positivas para dar plena efectividad al derecho a la salud (por ejemplo, adoptando
leyes, políticas o medidas presupuestarias apropiadas). Según la Observación general
mencionada, el derecho a la salud también comprende «obligaciones básicas» referentes al
nivel mínimo esencial del derecho. Aunque ese nivel no se puede determinar en abstracto
porque es una tarea que corresponde a los países, para guiar el proceso de establecimiento de
prioridades se enumeran los siguientes elementos fundamentales: 3- Entre esas obligaciones
básicas figuran las siguientes:  servicios esenciales de atención primaria de la salud; 
alimentación esencial mínima que sea nutritiva;  saneamiento;  agua potable; 
medicamentos esenciales. Otra obligación básica es la de adoptar y aplicar una estrategia y un
plan de acción nacionales de salud pública en los que se tengan en cuenta las preocupaciones
en materia de salud de toda la población. Esa estrategia y ese plan deberán elaborarse y
examinarse periódicamente a través de un proceso participativo y transparente; deberán
incluir indicadores y bases de referencia que permitan vigilar estrechamente los progresos
realizados; y deberán prestar especial atención a todos los grupos vulnerables o marginados.
Los Estados Partes deben adoptar medidas para avanzar hacia la realización del derecho a la
salud de conformidad con el principio de realización progresiva. Esto significa que deberán
adoptar medidas deliberadas, concretas y específicas hasta el máximo de los recursos de que
dispongan. Esos recursos incluyen aquellos proporcionados por el propio Estado y los

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procedentes de la asistencia y la cooperación internacionales. En este contexto, es importante


establecer una distinción entre la incapacidad de un Estado Parte de cumplir sus obligaciones
contraídas en virtud del derecho a la salud y la renuencia a cumplirlas.

Resumen
El derecho a un medio ambiente sano
comenzó a ser reconocido por el Derecho
Internacional en 1972, con la Declaración
de la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Humano. Esta declaración
estableció que todas las personas tienen
el derecho fundamental a vivir en un
medio ambiente de calidad que les
permita llevar una vida digna y protegerlo
para las generaciones presentes y futuras.
Desde entonces, este derecho se ha
consagrado cada vez más a nivel nacional.

En el caso de Argentina, la reforma


constitucional de 1994 incorporó el
derecho a un ambiente sano como un
derecho fundamental de todos los
habitantes. Esto implica que las personas
tienen el derecho de vivir en un ambiente
equilibrado y apto para el desarrollo
humano sin comprometer las necesidades
de las generaciones futuras, y tienen la
obligación de protegerlo. La Corte
Suprema de Justicia de Argentina
reconoce este reconocimiento
constitucional como una decisión precisa y
positiva del constituyente.

La Constitución Nacional argentina


establece en su artículo 41 que todos los
habitantes gozan del derecho a un
ambiente sano y equilibrado y que las
autoridades tienen la obligación de
proteger este derecho, promover la
utilización racional de los recursos
naturales y preservar el patrimonio
natural y cultural.
Argentina también participa en tratados
internacionales relacionados con el medio
ambiente, como el Acuerdo de París sobre
el cambio climático, que busca mitigar las
emisiones de gases de efecto invernadero
y adaptarse al cambio climático.

Además de los principios generales de la


Constitución Nacional y los tratados
internacionales, Argentina cuenta con
leyes específicas relacionadas con el
medio ambiente. Algunas de estas leyes
incluyen:

Ley 22.421 de Conservación de la Fauna


(1981): Protege la fauna silvestre, regula
la caza y controla el ambiente en el que
viven las especies.
Ley 25.675 de Política Ambiental
Nacional (2002): Establece medidas para
preservar el ambiente, incluyendo la
evaluación de impacto ambiental, la
educación ambiental y la participación
ciudadana en decisiones relacionadas con
el ambiente.

Ley 26.331 de Protección de los Bosques


Nativos (2007): Protege los bosques y
regula el desmonte, estableciendo
categorías de bosques y requisitos para la
autorización de desmonte.

Ley 26.639 de Preservación de los


Glaciares (2010): Protege los glaciares y
prohíbe actividades que puedan afectar su
condición natural.
Ley 26.815 de Manejo del Fuego (2013,
modificada en 2021): Regula la prevención
y combate de incendios forestales y
prohíbe ciertas actividades después de
incendios.

Ley 27.621 de Educación Ambiental


Integral (2021): Establece el derecho a la
educación ambiental integral como una
política pública nacional.

Estas leyes abordan diversas áreas de


protección ambiental, desde la
conservación de la fauna hasta la
preservación de los recursos naturales y la
educación ambiental. El cumplimiento de
estas leyes es fundamental para
garantizar el derecho a un medio
ambiente sano en Argentina.
El derecho a la salud es un principio fundamental que se reconoce a nivel
internacional y nacional. Se considera un derecho humano esencial que
incluye el acceso a atención médica oportuna, asequible y de calidad. A
pesar de esto, muchas personas en todo el mundo enfrentan dificultades
financieras catastróficas y viven por debajo del umbral de la pobreza
debido a los gastos en salud.

El derecho a la salud no significa necesariamente el derecho a estar


siempre saludable, sino más bien el derecho a vivir en condiciones que
permitan alcanzar un estado de salud óptimo. Los grupos vulnerables y
marginados de la sociedad a menudo se ven más afectados por los
problemas de salud.

En el contexto de Argentina, la Constitución Nacional reconoce la


importancia de los tratados internacionales relacionados con los derechos
humanos, incluyendo el derecho a la salud. Estos tratados tienen un
estatus constitucional y deben ser respetados en todo el país.

El artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales establece medidas para garantizar el derecho a la salud, que
incluyen la reducción de la mortalidad infantil, la mejora de la higiene
laboral y ambiental, la prevención y tratamiento de enfermedades, y el
acceso a la atención médica para todos.

Las declaraciones internacionales, como la Declaración Americana de los


Derechos y Deberes del Hombre y la Declaración Universal de Derechos
Humanos, también subrayan el derecho a la salud y la protección de la
maternidad y la infancia, así como el acceso a condiciones de vida
adecuadas.
Además, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las
Naciones Unidas ha emitido una Observación General sobre el derecho a
la salud, que establece que este derecho abarca factores determinantes
de la salud, como el acceso al agua potable, la alimentación adecuada, la
vivienda, la educación sobre la salud y otros. La Observación general
identifica cuatro elementos clave del derecho a la salud: disponibilidad,
accesibilidad, aceptabilidad y calidad.

Los Estados tienen la responsabilidad de respetar, proteger y cumplir el


derecho a la salud. Esto implica no interferir en el disfrute del derecho,
tomar medidas para prevenir la interferencia de terceros y adoptar
medidas positivas para garantizar el acceso a la atención médica y otros
servicios de salud. La realización del derecho a la salud se considera
progresiva, lo que significa que los Estados deben tomar medidas
concretas para avanzar hacia su plena implementación, utilizando los
recursos disponibles, incluida la asistencia internacional cuando sea
necesario.

La salud es un estado de bienestar físico, mental y social en el que una


persona se encuentra libre de enfermedades, dolencias o trastornos. Se
trata de un estado de equilibrio y armonía en el funcionamiento del
cuerpo y la mente, que permite que una persona viva una vida plena y
activa.

La salud no se limita solo a la ausencia de enfermedades, sino que


también implica el disfrute de una buena calidad de vida, la capacidad de
funcionar de manera efectiva en la sociedad y la capacidad de hacer frente
a los desafíos y el estrés de la vida cotidiana. Además, la salud mental y
emocional desempeña un papel crucial en la salud en general, ya que
afecta la forma en que pensamos, sentimos y nos relacionamos con los
demás.
En resumen, la salud es un estado completo de bienestar físico, mental y
social, y es fundamental para llevar una vida plena y satisfactoria.

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