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Introducción
La actividad turista, de acuerdo a su planificación y desarrollo, puede ayudar a los
pueblos a salir de la pobreza y a construir mejores vidas. La actividad turística
tiene potencial para promover el crecimiento económico y la inversión a nivel local,
lo cual a su vez se traduce en oportunidades de empleo, distribución de rentas y
en impulso de otras actividades como la agricultura, pesca y artesanía en las
localidades receptoras. De esta forma dicha actividad incide en la generación del
PIB, balanza de pagos y demás indicadores macroeconómicos de muchos países.
A nivel internacional, según la Organización Mundial del Turismo –OMT- (2008), el
turismo representa el 35% de las exportaciones mundiales y más del 70% en los
países menos adelantados. Es tanta la dinámica del turismo en la actividad
económica, que la misma amerita ser temática de investigación desde diversos
ámbitos (social, económico, administrativo, legal, ambiental, entre otros).
Adicionalmente, dado a que en la literatura del turismo no existe una definición
única de turismo y de producto turístico, a continuación se presenta una revisión
que pudiera impulsar futuras investigaciones. En esencia, el siguiente trabajo
analiza el concepto de turismo y de producto turístico a partir de una revisión
bibliográfica que permite presentar su evolución, componentes, clasificación y
composición. Dentro de la revisión bibliográfica se presenta la evolución de la
actividad turística en el mundo, a los fines de identificar los factores que han
impulsado su desarrollo.

Evolución y perspectivas del turismo


Respecto a la historia de la humanidad, el turismo como manifestación
sociocultural es de origen relativamente reciente (Gurria, 2004). Sin embargo, para
comprender su desarrollo, rápida expansión y fortaleza, es importante abordar sus
antecedentes más remotos. El turismo ha evolucionada a lo largo de la historia del
hombre, de allí que se ha diversificado las razones por las cuales se realiza el
turismo así como los medios y sistemas de los cuales el turismo se ha valido para
su realización. Al igual que la industria y el comercio, el turismo ha impulsado y a
su vez ha sido impulsado, por el desarrollo de medios de transporte y vías de
comunicación (Cárdenas, 2001). Considerando la amplitud y flexibilidad del
turismo, Gurría (2004) afirma que el mismo es tan antiguo como el hombre y
equipara los movimientos migratorios de la cultura nómada con la idea del hombre
viajero o móvil, dada por la presencia continua de visitantes y de localidades
receptoras. El hombre primitivo se desplazaba constantemente por cambios
climáticos en busca de alimentos y vestido; luego al domesticar animales y
sembrar la tierra, se desplazaba por necesidades de pastoreo y de intercambio de
excedentes. Para este autor, surgieron así los primeros viajes de negocios,
aunque dichos desplazamientos no eran de carácter temporal o en la búsqueda
del descanso, sino por razones de supervivencia. Siglos después los griegos y
romanos comenzaron a desplazarse hacia aguas termales y medicinales para
recuperar la salud deteriorada por las guerras. Luego, durante la edad media
surgieron los motivos religiosos, pues los cristianos e islámicos creían ganar
favores de seres supremos al visitar lugares santos (peregrinaciones). Según
Acerenza (2001), en la antigua Babilonia existieron claras evidencias de viajes, por
fiestas religiosas y competencias atléticas hacia las ciudades de Atenas, Delfos,
Corinto y Olimpia. En época del Imperio Romano existían itinerarios y guías en los
que se mencionaban rutas, nombres de caminos, duración de viajes y distancias.
En las Guerras Santas, las cruzadas mantuvieron un constante fluir de viajeros
armados por diversos caminos y lugares, por lo que el comercio y los
desplazamientos turísticos fueron eventualmente consecuencias no esperadas.
También los misioneros expandiendo el cristianismo viajaron por todo el mundo.
Según Ramírez (2006), posteriormente en el Renacimiento, Marco Polo fue uno de
los primeros turistas y su primer viaje lo hizo de Venecia a la China regresando
con pieles y esencias; al regresar escribió el primer libro conocido sobre turismo:
“Los Viajes de Marco Polo”. Otro viajero histórico fue Cristóbal Colón, quien con su
afán de desplazarse hacia oriente descubrió por accidente a la América; luego
aparecieron los conquistadores, quienes en busca de riqueza y poder adicionaban
a sus imperios las recientes tierras descubiertas y sus habitantes. Luego para
conocer las nuevas culturas y civilizaciones, en los siglos XVII y XVIII, los hijos de
los nobles o alta burguesía, viajaban por 2 ó 3 años porazones de educación y se
incluían también actividades de recreación; luego éstos con sus conocimientos en
métodos y técnicas agrícolas, de intercambio y rutas, ejercían como diplomáticos
(Gurría, 2004). Para Acerenza (2001), a inicios del siglo XVI hasta el siglo XIX se
establecieron las bases del turismo moderno; en este periodo confluyen los
factores capaces de impulsar a la actividad como son la prosperidad, la paz, las
comunicaciones, el tiempo libre, nuevos deseos y gustos de las personas. El
turismo a través de la historia se desarrolló de forma lenta y espontánea, pero los
nuevos inventos y descubrimientos científicos de fines del siglo XVIII hacen que
éste haya tomado importancia mundial. Por ejemplo, en el siglo XVII los centros
termales de Inglaterra y de toda Europa gozaron de gran prestigio, afluencia y
actividad social por sus propiedades curativas y de recreación. Para el siglo XVIII
se difundieron las propiedades curativas del mar lo cual impulsó los
desplazamientos hacia las costas por razones de socialización, recreación y salud.
Luego para la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del XIX, la
transformación económica y social ocurrida por la Revolución Industrial marcó el
desarrollo del turismo y según Gurría (2004) y Acerenza (2001), los notables
avances tecnológicos permitieron el rápido desarrollo de las comunicaciones y las
mejoras en el transporte incrementaron la cantidad de viajeros de placer de una
nueva clase social media próspera con nuevos gustos y necesidades. Según
Cárdenas (2001), en 1830 el ferrocarril fue el medio de transporte más popular,
pero su tecnología rudimentaria hacía incierto los horarios de llegada y partida,
con innumerables incomodidades. Sin embargo, en Europa y en Estados Unidos
(EEUU) el turismo toma fuerza con una interesante cantidad de viajeros al
establecerse el ferrocarril como medio de transporte entre las élites políticas y
económicas. Para los años 1841, segúnAcerenza (2001), Thomas Cook, precursor
del turismo, organizó sin fines de lucro el primer viaje para 570 personas
(alcohólicos) con todos los servicios para asistir a un congreso. Esta experiencia le
permitió comprender el potencial de la actividad y luego, en 1845, comenzó a
organizar excursiones para grandes cantidades de turistas. Para 1845 en EEUU
se usó el ferrocarril a vapor con gran capacidad para movilizar carga y pasajeros
con gran lujo (habitaciones, comedor, peluquería, y otras) y rapidez (Cárdenas
(2001). Igualmente, la fuerza motriz en los barcos permitió el desplazamiento
económico y rápido de gran cantidad de personas y mercancías (Gurría, 2004), lo
que desarrolló durante este mismo siglo las comunicaciones marítimas; para 1867
se realizó el primer crucero oceánico de placer (Acerenza, 2001). Al expandirse
las rutas ferroviarias y marítimas surgen los alojamientos y la restauración (fondas
y pensiones) asentándose en las cercanías de los puertos y las estaciones
ferroviarias. En 1845 se utilizó el sistema de cupones en transportes, hoteles y
restaurantes, lo que fue el primer cheque viajero. Luego con la aparición de la
energía eléctrica los trenes fueron desplazados y para 1925, funcionó la
locomotora diesel eléctrica. Para 1905 ya existían los vehículos de un cilindro
iniciándose la construcción de carreteras por rutas cortas, seguras y económicas
(Cárdenas, 2001). Ya en esta época fue evidente el surgimiento de la actividad
turística; sin embargo, es esencial para el estudio del mismo como fenómeno
social y ambiental, el surgimiento del turismo en masas.

Surgimiento del turismo en masas.


De acuerdo a numerosos especialistas en turismo, como Acerenza (2001),
Cárdenas (2001), Gurria (2004), Mochón (2004) y Ramírez, R. (2006), desde el
descubrimiento de la rueda la aparición del ferrocarril, seguido del automóvil, hasta
la aparición del avión de reacción y la aviación civil, todo es producto del instinto
viajero del hombre que a su vez originó la aparición del turismo masivo por el
acercamiento de los pueblos mediante el transporte moderno. Para Ramírez, R.
(2006), históricamente el turismo constituyó un privilegio de los adinerados que
eran grupos pequeños de gran poder económico, muchos de los cuales viajaban
por placer y por deseo de sobresalir como persona importante. Actualmente el
turismo se ha convertido en una necesidad y en un placer accesible a grandes
masas con derecho a participar en la recreación y el descanso. Para Briceño
(2000), el turismo en lugar de vincularse a los estratos sociales se vincula con los
estilos de vida del hombre; centenares de personas hacen turismo más en función
de su constitución física, estructura familiar, educación, orientaciones de consumo,
relaciones interpersonales y relaciones laborares, que en función de la posesión
de riquezas. Es decir, lo determinante es el estilo de vida y la relación laboral, de
allí que se identifiquen diversos tipos de turista (jubilados, asalariados de empleos
flexibles o rígidos, profesionales independientes, bohemios, entre otros) y de
servicios ajustados a éstos. Específicamente, según los especialistas Díaz y otros
(2006), Acerenza (2001) y Gurria (2004), el surgimiento del turismo en masas
ocurrió posterior a las Guerras Mundiales, entre los años 1914 y 1918, y entre
1939 y 1945; de hecho los países agotados por los conflictos bélicos lograron, en
parte, recuperar su economía (captar divisas) gracias al turismo receptivo en
masas. Además de los medios de transporte, en época de paz, muchos otros
factores impulsaron el turismo en masas como la devaluación de la moneda en
Alemania e Italia, el aumento salarial y de nivel de vida de los trabajadores,
vacaciones pagadas, facilidades de financiamiento de los viajes, tiempo libre por
los adelantos de la robótica, crecimiento del nivel cultural de las masas e interés
de ampliar la personalidad, crecimiento urbano y la búsqueda de descanso en
otros lugares. Este escenario, permitió que un mayor número de familias disfrutara
de vacaciones. Adicionalmente para 1950, con la introducción de nuevas técnicas
del mercadeo en el turismo y su comercialización, nace en Europa el concepto del
producto turístico con la estandarización de su oferta (Acerenza, 2001). Este
surgimiento impulso el turismo en masas hacia las playas y otros destinos de sol.
La estandarización del turismo luego de finalizar la II Guerra Mundial, de acuerdo
a Díaz y otros (2006), se caracterizó por una producción en serie, con economías
de escala, impulsada por el auge de la tecnología y bajos precios del petróleo que
facilitaron los desplazamientos; con ello se complacían a turistas poco
experimentados atraídos por precios bajos y destinos específicos (sol y playa),
que sólo les importaba ir de vacaciones y no la calidad, personalización o
flexibilidad de servicios. Para la OMT (2006) el crecimiento sustancial de la
actividad turística la convierte en uno de los fenómenos económicos y sociales
más notables de los últimos siglos. Según Cárdenas (2001), todos estos cambios
en materia de transporte y culminación las guerras mundiales se han generado
prácticamente en dos siglos, lo que ha constituido la verdadera ampliación de
mercado turístico, donde los desplazamientos entre los países llegaban a dos
millones de personas. Para el año 1950 hasta los años 60, según Mochón (2004),
el turismo en masas alcanzó las cifras de crecimiento más elevadas de la historia,
lo cual lo corrobora la OMT (2006) al indicar que el número de visitantes
internacionales para el año 1950 fue de 25 millones, para la década de los sesenta
la cifra ascendió a 72,1 millones y en 1969 cerró en 154,1 millones. A partir de los
años 60 es cuando el turismo se consolida con tasas de crecimiento superiores a
las de la economía mundial (Mochón, 2004). Una vez expuesta una breve reseña
de la evolución y surgimiento del turismo en masa, corresponde abordar los
comportamientos recientes de la actividad turística y sus perspectivas.

Tendencias recientes y perspectivas.


Entre los años 1950 y 2000 según la OMT (2006), el crecimiento de mayor
importancia lo presentó Asia y el Pacífico (13 %) y el Medio Este (10%), mientras
que América (5%) y Europa (6%) crecieron por debajo del crecimiento del
promedio mundial. Como puede observarse, nuevos destinos se imponen frente a
los destinos maduros (Europa y América). Para la OMT (2008a ) la demanda
turística internacional sigue superando las expectativas y demuestra su resistencia
a las crisis y conmociones externas. Desde los años 80 el turismo ha mantenido
un crecimiento sostenido en ingresos y cantidad de viajeros internacionales,
superior al estimado y a las tendencias a largo plazo; por ejemplo, para los años
2006 y 2007 se ha superado las expectativas con récord de crecimiento de
llegadas de turistas internacionales, 5,4% y 6,6%, respectivamente, superando las
previsiones que la OMT (2007) realiza en el largo plazo (+4,1% anual hasta el año
2020). Para el año 2008 las llegadas internacionales de turistas crecieron en 2%,
incluso durante los primeros meses dicha tasa fue del 5% respecto al año anterior,
pese a la incertidumbre económica mundial (OMT, 2008b , 2009 y 2009a ). En
cuanto a las perspectivas, “el turismo en la actualidad y en el futuro… continuará…
con una fuerte dinámica expansiva” (Mochón, 2004:13), todo dependerá de la
velocidad del proceso de globalización, aparición de nuevos destinos, disminución
de las distancias (nuevos sistemas de transporte y comunicaciones) e
incorporación y abaratamiento de las tecnologías. Estas perspectivas, medidas por
el número de llegadas internacionales según la OMT (2008ª) para los primeros 20
años del siglo XXI, podrían llegar a 1.6 mil millones (llegadas internacionales) de
las cuales 1.4 mil millones serán llegadas intrarregionales y 0.4 mil millones serán
viajeros de larga distancia. Las regiones maduras como Europa y América,
proyectan una tasa de crecimiento más baja del 3,1% y del 3,8%,
respectivamente, mientras que para Asia Oriental y el Pacífico, Sur de Asia, Medio
Oriente y África se pronostica un crecimiento superior al 5% anual. Igualmente la
OMT pronostica que los viajes por mucho tiempo tendrán un crecimiento más
rápido (5,4% anual) hasta el año 2020 que el crecimiento de los viajes
intrarregionales (3,8% anual).

Del turismo masivo al nuevo turismo.


El cambio en los patrones y valores de consumo, impulsó el nuevo turismo (Poon,
1993). Los desplazamientos masivos a sitios específicos incrementaron la presión
y demanda hacia los recursos naturales y culturales, causando efectos adversos
en los destinos, por lo que la conservación del medio ambiente natural y cultural
tomaron relevancia. Paralelamente, de acuerdo a Hall & Weiler (1992), a partir de
los años 80, el nuevo estilo de vida y la relación del hombre con la naturaleza
(conocimiento de problemas ecológicos), dictaron pauta en los intereses del turista
hacia la recreación organizada con actividades y destinos específicos.
Específicamente a partir de esta época, gracias a la concientización del turista,
surgimiento de nueva tecnología y presiones de controles medio ambientales de
los gobiernos, el turismo cambio de una concepción estandarizada y de gran
escala a un nuevo turismo sustentado en tres principios: flexibilización de la
producción, sostenibilidad del destino y personalización del consumo (Díaz y otros
2006). Según Opaschowski (2001), el turista actual no sólo busca ir de
vacaciones, o escaparse de su rutina, sino que busca emociones para el
enriquecimiento personal, felicidad y otras percepciones. Fue así como, según
Poon (1994), el turismo de masa estandarizado fue reemplazado por un nuevo
turismo manejado por adelantos tecnológicos y la sensibilidad del turista. Según
Poon (1993), desde esa época disminuye la aceptación del turismo en masas y se
opta por un turismo controlado y planificado para satisfacer a un turista con un
patrón de consumo que exige mayor cuidado del medio ambiente, mayor
personalización, flexibilidad, y calidad en el servicio. Es así como, para Poon
(1994), el turismo ofrece una oportunidad para la sustentabilidad del destino y la
creación de riquezas donde los servicios deberán apuntalar su competitividad
anteponiendo al consumidor, al medio ambiente y fortaleciendo su posición en la
cadena de valor de la actividad a través del desarrollo de estrategias de tecnología
de la información y segmentación del mercado. Por ello, según Díaz y otros
(2006), en lo sucesivo se deberá dar mayor énfasis a la atención personalizada y
no a los servicios estandarizados, pues si bien existirán innumerables adelantos
tecnológicos para ahorrar costos, tiempo y errores, el turista buscará y apreciará el
servicio personalizado. Considerando lo anterior, Briceño (2000) realiza una serie
de proyecciones donde los adelantos tecnológicos y de los medios de
comunicación flexibilizarán los patrones de consumo e intereses, impulsando en el
hombre un deseo por conocer y experimentar otras culturas, matices sociales y
vivencias hacia el turismo cultural. En cuanto a la edad de los turistas, la misma
aumentará considerablemente dada la disminución de la tasa de natalidad de los
principales países emisores de turismo, así como por el incremento de la
esperanza de vida dados los adelantos tecnológicos. Esta realidad apunta al
desarrollo del turismo de la tercera edad caracterizado por servicios médicos,
seguridad y entretenimientos para personas mayores.

Para Requena y Muñoz (2006), el turismo es uno de las pocas actividades


humanas que ha sido abordada desde diversas disciplinas (economía, ecología,
psicología, geografía, sociología, historia, estadística, derecho y las ciencias
políticas y administrativas). Por ello, Cárdenas (2001)

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