Instruirse Aprendiendo

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Centro Universitario Trilingüe

Materia: Instruirse Aprendiendo


Prof. Edgar Maldonado Flores
Alum: Narciso Morales Arrollo
Tarea: Instrucciones: de cada uno de los fragmentos de texto contenidos en el documento que se
anexa, señalar si pertenece al género de la narración o de la descripción y a cuál tipo de cada uno de
estos dos. Explica detalladamente por qué es que consideras que dichos textos pueden catalogarse
dentro de tales géneros y tipos, según lo que hemos visto en clase.

“Todo el cielo está cubierto de nubes. El amanecer desciende, grisáceo, a través de las
brumas que se renuevan cada noche y extienden su muralla oscura, más espesa en
algunos puntos y casi blanca en otros, entre la aurora y nosotros.

R= Texto correspondiente a la descripción


Considero que este texto pertenece a la descripción porque en él se dan detalles de cada
una de las cosas, es decir, cómo son, por ejemplo, se menciona que el cielo está cubierto
de nubes, que el amanecer es grisáceo.

Tememos vagamente, con un encogimiento del corazón, que sigan enlutando el espacio
hasta la noche, y no podamos dejar de alzar la mirada hacia ellas, con una angustia
impaciente, una especie de oración muda.
Pero en las estelas claras que separan las masas más opacas se adivina que el astro
posado encima de ellas ilumina el cielo azul y su nebulosa superficie. Confiamos.
Aguardamos.
Lentamente van palideciendo, debilitándose, parecen fundirse. Sentimos cómo el sol las
quema, las corroe, las fulmina con sus ardores, y cómo el inmenso techo de nubarrones,
más débil ahora, cede, retrocede, se quiebra y se hunde bajo su enorme carga de luz”.
Guy de Maupassant, La vida errante. Diarios de viaje por el mar. Trad. Elisenda
Julibert, Barcelona, Marbot ediciones, 2010, pp. 35-36.

R= Descripción
Considero que este texto pertenece a la descripción, porque en él se puede apreciar que
se describen las características manifiestas (emociones) y lo que está alrededor
(características esenciales), es decir, se expresan emociones, sentimientos y se describe
su entorno.

“Regresé al pueblo. De ninguna manera había disminuido mi interés. Ahora que había
visto aquella piedra tan singular, sentía mucho más apremiante el deseo de investigar el
asunto con mayor amplitud e intentar descubrir qué extrañas manos y con qué extraño
propósito fue levantada la Piedra Negra, en lejanos tiempos.
Busqué al sobrino del tabernero y le pregunté sobre sus sueños, pero estuvo muy
confuso, aun cuando hizo lo posible por complacerme. No le importaba hablar de ellos,
pero era incapaz de describirlos con la más mínima claridad. Aunque tenía siempre los
mismos sueños, y a pesar de que se le presentaban espantosamente vívidos, no le
dejaban huellas claras en la conciencia. Los recordaba como un caos de pesadillas en las
que inmensos remolinos de fuego arrojaban tremendas llamaradas y retumbaba
incesantemente un tambor. Sólo recordaba con claridad que una noche había visto en
sueños la Piedra Negra, no en la falda de la montaña, sino rematando la cima de un
castillo negro y gigantesco.
En cuanto al resto de los vecinos observé que no les gustaba hablar de la Piedra, excepto
al maestro, hombre de una instrucción sorprendente, que había pasado mucho más
tiempo fuera, por el mundo, que ningún otro de sus convecinos…”

Robert E. Howard, “La Piedra Negra” en H. P. Lovecraft y otros. Los mitos de Chtulhu.
Madrid, Alianza, 2010, p. 198.

R= Narración
Considero que este texto pertenece a la narración, debido a que los textos aparecen en
comillas lo cual da cuenta que alguien está haciendo una descripción, es decir, hay un
protagonista, y en este caso, dicha descripción es progresiva de cada uno de los sucesos
o hechos, aunado a que se puede apreciar que se describen las características de los
personajes. Además, se puede apreciar que quien hace este tipo de narración es un
narrador de perspectiva ya que cuenta su propia experiencia.

“Según cuentan los ancianos, cuando los aztecas vinieron de Aztlán no se llamaban
todavía mexicanos, sino que aún se llamaban todos aztecas, y hasta después de esto que
relatamos fue cuando tomaron el nombre, y se denominan mexicanos. Según esto,
entonces se les dio dicho nombre: como dicen los ancianos, quien les dio el nombre fue
Huitzilopochtli.
Entonces les cambió de inmediato el nombre a los aztecas, y les dijo: "Ahora no os
llamaréis ya aztecas, vosotros sois ya mexicanos"; entonces, cuando tomaron el nombre
de mexicanos, ahora se llaman mexicas, les embizmó las orejas, y también allá les dio la
flecha, el arco, y la redecilla con que lo que veían a lo alto lo flechaban muy bien los
mexicanos.
Y los teomamas llamaron a su hermano mayor, a quien les acaudillaba y era rey de los
mexicanos, cuyo nombre era el de Chalchiuhtlatonac, y le dijo Huitzilopochtli a
Chalchiuhtlatonac: "Ven, oh Chalchiuhtlatonac, y dispón con cuidado y método lo
necesario para que lleves a las muchas gentes que contigo irán; y que sean pues herencia
de cada uno de los siete "calpulli" aquellos que cogierais aquí, quienes habían caído
junto a la biznaga; de los más fuertes y recios de los mexicanos, puesto que los naturales
serán incontables, porque nos iremos a establecer, a radicar, y conquistaremos a los
naturales que están establecidos en el universo; y por tanto os digo en toda verdad que
os haré señores, reyes de cuanto hay por doquiera en el mundo…”

Fernando Alvarado Tezozómoc. Crónica Mexicáyotl. México, UNAM/Instituto de


Investigaciones Históricas, 2014, pp. 22-24.

R= Narración
Consideró que este texto corresponde a la narración debido a que en él se pueden
identificar ciertos elementos como que hay un narrador describiendo una historia, existe
tiempo el cual se remonta a los días en que vivieron los aztecas, espacio, es decir, el
lugar donde ocurre la acción. por si fuera poco, existen personajes, como Huitzilopochtli
y la acción, es decir, como los aztecas llegaron a llamarse mexicanos y cómo se
convertirían en un gran imperio. Por último, en dicha narrativa se puede apreciar a un
narrador

“algunos varones sabios definieron la ira llamándola locura breve; porque, impotente
como aquélla para dominarse, olvida toda conveniencia, desconoce todo afecto, es
obstinada y terca en lo que se propone, sorda a los consejos de la razón, agitándose por
causas vanas, inhábil para distinguir lo justo y verdadero, pareciéndose a esas ruinas
que se rompen sobra aquello mismo que aplastan. Para que te convenzas de que no
existe razón en aquellos a quienes domina la ira, observa sus actitudes. Porque, así como
la locura tiene sus señales ciertas, frente triste, andar precipitado, manos convulsas, tez
cambiante, respiración anhelosa y entrecortada, así también presenta estas señales el
hombre iracundo. Inflámanse sus ojos y centellean; intenso color rojo cubre su
semblante, hierve la sangre en las cavidades de su corazón, tiémblanle los labios, aprieta
los dientes, el cabello se levanta y eriza, su respiración es corta y ruidosa, sus coyunturas
crujen y se retuercen, gime y ruge; su palabra es torpe y entrecortada, chocan
frecuentemente sus manos, sus pies golpean el suelo, agítase todo su cuerpo, y cada
gesto es una amenaza: así se nos presente aquel a quien hincha y descompone la ira.
Imposible saber si este vicio es más detestable que deforme. Pueden ocultarse los
demás, alimentarles en secreto; pero la ira se revela en el semblante, y cuanto mayor es,
mejor se manifiesta. ¿No ves en todos los animales señales precursoras cuando se
aprestan al combate, abandonando todos los miembros la calma de su actitud ordinaria,
y exaltándose su ferocidad? El jabalí lanza espuma y aguza contra los troncos sus
colmillos; el toro da cornadas al aire, y levanta arena con los pies; ruge el león; hínchase
el cuello de la serpiente irritada, y el perro atacado de rabia tiene siniestro aspecto. No
hay animal, por terrible y dañino que sea, que no muestre, cuando le domina la ira,
mayor ferocidad. No ignoro que existen otras pasiones difíciles de ocultar: la
incontinencia, el miedo, la audacia tienen sus señales propias y pueden conocerse de
antemano; porque no existe ningún pensamiento interior algo violento que no altere de
algún modo el semblante. ¿En qué se diferencia, pues, la ira de estas otras pasiones? En
que éstas se muestran y aquélla centellea”.

Séneca, De la Ira, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 1999

R= Descripción
Considero que este texto pertenece a la descripción, debido a que se puede apreciar en
él, que existen elementos propios de ella, por ejemplo, podemos encontrar que a lo largo
del texto se van dando detalles de lo que es la ira, se dan características propias de ella,
mismas que terminan por definirla.

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