Imagen Auxilium Christianorum Del Convento

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miscelánea de ar te e cultura

Imagen Auxilium Christianorum del Convento de las MM. Concepcionistas

Estudio de la imagen Auxilium Christianorum


del Convento de las MM. Concepcionistas -
Viveiro (Lugo)

rudesindus
Mateo González Alonso, sdb
Sevilla

I. Introducción
En mis años en la Congregación Salesiana he podido oír una gran canti-
dad de anécdotas sorprendentes y curiosas de la presencia y precedencia de
María Auxiliadora en nuestras diversas obras. Uno no deja de sorprenderse.
He podido oír cómo la Virgen Auxiliadora ha ido por delante de los salesia-
nos llegando en varios sitios antes la imagen que la comunidad1, ya bien sea
por medio de un bienhechor, por medio de unas medallas o una capilla
domiciliaria o hasta la misma Asociación de María Auxiliadora2.
Con motivo del la celebración de los 50 años desde su fundación de la
Inspectoría «Santiago el Mayor» de León3 supe de la existencia de una ima-
gen de María Auxiliadora no vinculada a ninguna presencia salesiana en la
villa costera de Viveiro, en la provincia de Lugo. Con motivos de la documen-
tación recogida durante este año cincuentenario4 he podido entrar en con-
tacto con la comunidad y visitar la Iglesia en la que se encuentra la imagen
en varias ocasiones y familiriarizarme con una imagen del tiempo de Don
Bosco y anterior a la presencia salesiana en la zona. Podría ser la primera
imagen de María Auxiliadora en el territorio que ocupa la provincia salesia-
na de León.
1_
A modo de ejemplo podemos leer la historia de la imagen de María Auxiliadora en Astudillo
(Palencia), cf. Cipriano SAN MILLÁN y Ángel MARTÍN GONZÁLEZ (1981). Astudillo.
Aproximación a la historia salesiana de un pueblo castellano. León: Inspectoría de Santiago El
Mayor.
2_
La Asociación tiene su sede central en Turín, en el Santuario de María Auxiliadora. En cualquier otro
lugar se puede erigir la Asociación, que debe quedar adscrita a la original del Santuario. En toda pre-
sencia salesiana, y en algunos otros lugares, está erigida la Asociación. Podemos hacer una estima-
ción de 7.500 socios inscritos en Asociaciones animadas por Salesianos en la Inspectoría de León, que
comprende Galicia, Asturias y gran parte de Castilla y León (En la geografía de la Inspectoría hay
también Asociaciones dependientes de las Hijas de María Auxiliadora, que no contabilizamos).
3_
Cf. (1984). María Auxiliadora en España. Madrid: Editorial CCS. 62-71.
4_
Cf. José Luis GUZÓN (coord.) (2005). Retazos. Apuntes para una historia de la Inspectoría de
Santiago el Mayor de León. León: Inspectoría Santiago el Mayor.

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La imagen que presentamos en este trabajo se encuentra dentro de la


Iglesia del convento de las Madres Concepcionistas de Viveiro5. A la izquier-
da del altar mayor una imagen de María Auxiliadora ocupa el lugar central de
uno de los retablos. No es la única imagen de María Auxiliadora de la que hay
constancia en la población. La Residencia de Ancianos de Viveiro, las
Hermanas de los Ancianos Desamparados contaba con una imagen más
moderna de la Virgen Auxiliadora, también sin vinculación con los salesianos6.

II. Iconografía
El espacio
La imagen se venera en uno de los altares laterales del Convento de las
MM. Concepcionistas7 de Viveiro, situado en la avenida de Fátima —cerca-
no a la Iglesia Parroquial de Santa María del Campo8—. El llamado “Mosteiro

5_
Cf. Carlos ADRÁN GOÁS y Santiago F. PARDO DE CELA (2001). «La fundación del monasterio
de la Inmaculada Concepción Franciscana de Viveiro». En Segundo L. PÉREZ LÓPEZ (coord.). El
Monasterio de la Concepción. Mondoñedo: Centro de Estudios de la Diócesis de Mondoñedo Ferrol.
53-155.
6_
En el año 1995, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, se pusieron en contacto con la comu-
nidad salesiana de la cercana villa de Foz —presentes en La Mariña desde 1991— para donarles una
imagen que ellas tenían arrinconada de María Auxiliadora. El traslado de la imagen se hace efectivo,
dentro de un solemne acto, el 24 de septiembre de ese año. En el libro de la Crónica de la Casa,
encontramos lo que se refiere a aquel momento: «…en un acto muy emotivo fue entronizada la esta-
tua. Asistieron unas 140 personas de Foz. Habla Sor Josefa, Hermanita del Asilo de Viveiro; a conti-
nuación lo hace Don Adolfo, director del Colegio y después la Hermanita que tenía la estatua en su
lugar de trabajo. Tenemos la eucaristía, que preside el Vicario de la Inspectoría, Don Eusebio
Martínez. El acto resultó muy sencillo, pero emocionante para los que de verdad amamos a la Virgen
bajo el título de Auxiliadora. En el comedor tuvimos un refresco». Esta escueta la crónica del año nos
hace ver como en un rincón de la casa de estas hermanas estaba María Auxiliadora. Bien poco sabe-
mos de su proveniencia. La imagen preside hoy cuantos encuentros y reuniones se desarrollan en el
“Aula Don Bosco” del Colegio de la Fundación Martínez Otero, regentado por los salesianos. Cf.
Antón NIÑE (1997). Asilo “Nosa Señora do Carme”. A súa historia. Burela (Lugo); ib. (1997). “A
educación Primaria e básica en Foz”. I Xornadas de História Local. Foz: A Pomba do Arco. 46-50; y
Mateo GONZALEZ ALONSO (2005). «Los salesianos en Foz (1991)». En José Luis GUZÓN
(coord.) Op. cit. 306-315.
7_
Perteneciente a la Orden de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María (OIC). El
Carisma de la Orden de la Inmaculada Concepción es surge a finales del siglo XV, siendo papa
Inocencio VIII. Beatriz de Silva, de origen portugués y entroncada en las familias reales de Portugal
y Castilla, pasa a Castilla como primera dama de Isabel de Portugal, esposa de D. Juan II, donde des-
taca por su belleza y rectitud. Muere en Toledo en 1491 donde fundara la Orden en honor del miste-
rio de la Inmaculada Concepción para la que obtuvo su aprobación en 1489. En 1511, el Papa Julio II
le concedía Regla propia.
8_
Entre ambas, en el ángulo noroeste del convento, discurre la “Calexa das Monxas”, una pintoresca
callejuela de aire gótico que lleva el nombre de la bienhechora de la obra.

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de la Concepción” —su nombre completo es: Monasterio de la Inmaculada


Concepción Franciscana de Viveiro— es un convento de trazas renacentistas
construido en el siglo XVII. En 1608 será cuando las monjas toman posesión
del convento construido gracias a los bienes de doña María de las Alas
Pumairiño9.
El convento, situado en la parte alta de Viveiro, sorprende desde que uno

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se acerca a él, y es que en 1924 se construye en el atrio de la iglesia conven-
tual una réplica a escala de la gruta de Lourdes10. Frente a este escenario ha
de pasar quien se interne al interior de la Iglesia; allí mismo uno ya puede
suponer la devoción que causa la Virgen a los fieles que se acercan y depo-
sitan a los pies de la imagen sus oraciones y sus exvotos, principalmente
velas con formas humanas —como nos encontramos tantas veces en
Galicia—. Pero la presencia de María Auxiliadora en el espacio sacro es ante-
rior a la de la gruta de Lourdes, que incluso para muchos foráneos da nom-
bre a la Iglesia.
La iglesia, cuya construcción se inicia en el siglo XVII11, está situada en la
parte sudoeste del convento12. El templo es de una sola nave de medio
cañón, con una cúpula en el centro que es sostenida por cuatro arcos tora-
les13. Las dos puertas por las que se puede acceder al templo tienen una
decoración de estilo claramente barroco14.

El origen de la imagen
Si bien el convento ha cumplido ya más de cuatrocientos años, la imagen de
María Auxiliadora que es objeto de nuestro estudio habría sido realizada en
Mondoñedo (Lugo) y situada en el lugar en el que ahora se encuentra en 189115.
9_
Cf. Juan DONAPETRY IRIBARNEGARAY (1953). Historia de Viveiro y su concejo. Viveiro:
Concello de Viveiro. 227-230.
10_
Cf. Mª Sonia VISPO SEOANE (2001). Monasterio de Concepcionistas Franciscanas de Viveiro.
Cuatro siglos de arte y contemplación. Lugo: Excma. Diputación Provincial. 27.
11_
Cf. José Manuel GARCÍA IGLESIAS (1995). El barroco, patrimonio de Galicia. La Coruña:
Xuntanza Editorial.
12_
Cf. José GARCÍA ORO (2001). «La concepción de Viveiro en su contexto religioso. Un hogar maria-
no para la Galicia del Barroco». En Segundo L. PÉREZ LÓPEZ (coord.). El Monasterio… Op. cit.
39-51.
13_
Cf. Juan DONAPETRY IRIBARNEGARAY (1953). Op. cit. 230-233.
14_
Cf. Mª Sonia VISPO SEOANE (2001). Op. cit. 26-27.
15_
Este año es muy significativo, pues si bien la llegada de los salesianos a España se había producido diez
años antes, en 1881, la primera casa que se abre en el territorio que hoy ocupa la Inspectoría de León
es la de Vigo. La casa del Arenal, tal como nos narra Don Ceria en los Annalli della Società Salesiana,
abrió sus puertas en 1894. Por lo cual, estaríamos hablando de la primera imagen de María Auxiliadora
en la inspectoría de León. Cf. Alberto GARCÍA-VERDUGO y Cipriano SAN MILLÁN (1995). Desde
el Arenal al Castro. Cien años de Don Bosco en Vigo. León: Inspectoría Santiago el Mayor.

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En 1891, siendo superiora la Madre Asunción16, de quien la Memoria del


convento no nos dice mucho, el Vicario de la Comunidad, don José María
López Vilar, sugiere cambiar el retablo barroco del XVIII dedicado a la Virgen
de los Ángeles por otro que su familia estaba dispuesta a costear17.
Él mismo decidirá qué imágenes han de colocarse en el nuevo retablo.
Para ello selecciona tres de su gusto y devoción18: san Juan Bautista, san José
y, en el centro, María Auxiliadora19. Tres personajes evangélicos que rodean
a Jesús en los momentos iniciales de su vida y su misión, según el caso. El
retablo de la Virgen de los Ángeles se reparte por el convento entre la Sala
Capitular y el claustro del primer piso20. El 8 de diciembre de 1891 es bende-
cido por el propio sacerdote Vicario de la Comunidad.
Son de reseñar en la Iglesia los siguientes elementos artísticos21:
• Retablo del altar mayor: realizado por el escultor Maximino Magariños
(1869-1927), es de 191022. Es de madera de castaño y alberga un relieve
16_
Cf. Carlos ADRÁN GOÁS (2001). «Abadologio». En Segundo L. PÉREZ LÓPEZ (coord.). El
Monasterio de… Op. cit. 255-311. Sor Ramona de la Asunción será elegida abadesa por primera vez
el 1 de febrero de 1875, lo será hasta 1903. Será reelegida en 1906 hasta 1918 y, por tercera vez, de
1921 a 1922 [Cf. Archivo del Monasterio de la Inmaculada Concepción de Viveiro, 5º Libro de
Cuentas].
17_
Cf. Memoria del Convento, en Segundo PÉREZ LÓPEZ (coord.) (2002). El Monasterio… op. cit.
201-232. En las páginas citadas se recoge la memoria del convento.
18_
Nuevamente se plantea la disyuntiva: capricho — el sacerdote se limitó a escoger aquellas imágenes
que le atraían por motivos ajenos al mundo salesiano—, el conocimiento —quizá la presencia y el
hacer de los salesianos iba difundiéndose cada vez más hasta llegar a esta agreste población de la
costa lucense—, los rumores —reciente la muerte se Don Bosco, no es de extrañar que el sacerdote
conociese la figura del santo turinés y su devoción a la Auxiliadora mediante cualquier reseña o
mediante la biografía escrita por el entonces obispo titular de Milo y auxiliar de Sevilla, Marcelo
Spínola en 1884 [dicha obra se puede consultar en la primera parte de la obra de Francisco RODRI-
GUEZ DE CORO (ed.) (1990). Don Bosco. Maestro de Espíritu. Cartas pastorales de los obispos
españoles con motivo del centenario. Madrid: Editorial CCS]— o simplemente el misterio…
19_
Sobre la presencia de María Auxiliadora es España antes de la llegada de los salesianos podemos
aportar un dato más, que extraemos de los estudios de Pere MELIS PONS, miembro del «Institut
Menorquí d’Estudis». En el año 1836, año en el que Juan Bosco estudiaba en el Seminario italiano
de Chieri, el nombre de María Auxiliadora empezaba a sonar fuertemente en la isla de Menorca. El
obispo Juan Antonio Diez Merino solicitó a Roma que la advocación de María Auxiliadora sea la
patrona de Ciudadela. Cosa que se le concederá. En momentos difíciles, trata de poner la isla bajo el
manto protector de María, la auxiliadora de los cristianos. Cincuenta años más tarde, en 1886, Don
Bosco visita Barcelona y el notario menorquín don Antonio Anglada Bonet le comenta la coinciden-
cia. Se daba el primer paso para la llegada de los salesianos a la isla. Hoy se ocupan del santuario de
María Auxiliadora en Ciudadela, ciudad de la que es patrona.
20_
Sobre el retablo de los Ángeles, cf. Mª Sonia VISPO SEOANE (2001). Op. cit. 31-33.
21_
Cf. Mª Sonia VISPO SEOANE (2001). Op. cit. 29-46.
22_
Sustituyó al original del siglo XVII del entallador de la cercana localidad de Ribadeo, Domingo
Prieto y el pintor Santiago Juan Varela de Ramil. Estaba originalmente dedicado a la Inmaculada …

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de la Santísima Trinidad, los escudos de la orden Franciscana y la


Concepcionista y las imágenes de santa Beatriz de Silva, la Inmaculada23
en el centro y san Francisco.
• Retablos colaterales: son dos y están realizados en madera policroma-
da. Son de autores anónimos y pertenecen al siglo XVIII. El lateral
izquierdo está dedicado a san Antonio —rodeado por san Roque y san

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Francisco Javier—. El derecho lo está a la Virgen de Fátima, flaqueada
por san Pascual Bailón, san Benito y un Ángel de la Guarda.
• Retablo de la Virgen Dolorosa. También realizado en el XVIII por un
autor anónimo en madera policromada. La Dolorosa es una imagen de
vestir.
• También es de destacar, artísticamente hablando, el púlpito y las esta-
ciones del Via Crucis.

El retablo24
El retablo llamado «Auxilium
Christianorum» —que es uno de los
cinco que actualmente se encuentran
dentro de la iglesia conventual— en el
que se encuentra la imagen objeto de
nuestro estudio, tal como nos lo cuenta
María Sonia Vispo Seoane25, —quien ha
realizado un completo catálogo con los
objetos artísticos del monasterio al cum-
plirse su cuarto centenario— fue proyec-
tado por don Ramón Martínez Ínsua y
elaborado en los talleres de un artista
mindoniense: Rubiños.
La forma global del retablo es sencilla, siguiendo una línea clasicista, algo
muy propio de finales del XIX. El retablo está formado por tres calles que lo
forman, separadas entre sí por cuatro columnas de fuste estriado, en cuyo

… y a San Martín. Cf. Memoria del Convento, en Segundo L. PÉREZ LÓPEZ (coord.) (2002). El
Monasterio… op. cit. 202-205.
23_
La imagen de la Inmaculada Franciscana también fue donada por el Vicario, elaborada por el artista
catalán José Font. Fue adquirida en 1894. Cf. Memoria del Convento, en Segundo L. PÉREZ LÓPEZ
(coord.) (2001). El Monasterio… op. cit. 208-209.
24_
La fotografía del retablo está realizada por: Foto Carlos (Viveiro)
25_
Cf. Mª Sonia VISPO SEOANE (2001). Op. cit. 34. Cf. ib. (2001) «Recensión de la obra artística del
Monasterio de Concepcionistas Franciscanas de Viveiro (Lugo)». En Segundo L. PÉREZ LÓPEZ
(coord.) (2001). El Monasterio… op. cit. 189-200.

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fuste tienen unos ligeros éntasis sobresalientes, que están coronadas por
capiteles corintios. De las tres hornacinas en la que están colocadas las imá-
genes, como ya hemos dicho, de san Juan Bautista, san José y María
Auxiliadora, destaca la central.
La imagen de María Auxiliadora tiene en su parte superior un relieve en
forma de nube semicircular con rayos, símbolo de Dios, que alberga en su
interior una paloma, sin lugar a dudas el Espíritu Santo. Completa el retablo
un entablamento con frontón y rematado con una cruz, que divisamos entre
las vetas luminosas que traspasan por una vidriera trasera que se encuentra
a la misma altura de la cruz.
Los tonos verdosos y el abundante pan de oro del retablo conforman esta
peculiar estructura superior de calados y pináculos coronados por una bola
en su parte superior. En la base del retablo, la predela, abundan los juegos
de volúmenes y molduras, entre los que se distingue un escudo en el centro
con motivos marianos —la corona de Reina, las letras «A» y «M»…—.

La imagen
La imagen de la María Auxiliadora,
frente a tantas otras salidas de los
talleres barceloneses de Sarriá26 —
cuyas imágenes de la Virgen de Don
Bosco poblaron muchas de las pre-
sencias salesianas de España—, se
presenta estilizada y original. Sencilla
en su ornamentación, frente a otras
imágenes de los múltiples altares que
rodean la Iglesia —basta compararla
con la imagen de la Dolorosa—, mira
fijamente e inspira confianza a quien
se acerca a sus pies a contemplar su
figura y la del Hijo.
Es una imagen de madera policro-
mada que tiene los atributos propios
de María Auxiliadora: un cetro en su
mano derecha y sostiene en su regazo
izquierdo al niño.

26_
Cf. Felipe LÓPEZ RINCÓN (2000). Los colegios salesianos de Sevilla y su provincia. Hechos histó-
ricos y aspectos artísticos. Morón de la Frontera. 354-357; y (1984). Cien años de presencia salesia-
na en Barcelona-Sarriá. Barcelona: Ediciones Don Bosco. 17-18, 54-55.

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Los colores de la imagen son de corte bastante clásico. La Virgen lleva


tonos pastel en el vestido rosado y en el manto, en tono azulado con cene-
fa dorada en el borde. El vestido del niño, con numerosos detalles en dora-
do, es de color verdoso.
La imagen es singularmente estilizada. Mide en tordo a 1,20 m., sin con-
tar la aureola.

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Completa la imagen una peana sencilla en negro con pan de oro y tonos
marmolazos con una inscripción con la advocación de la imagen en latín:
“Auxilium Christianorum. Ora pro nobis”.
Una cosa a destacar es que tanto las tonalidades de la imagen, como sus
medidas van en consonancia con el retablo, ya que son los mismos autores
los que han ideado todo el conjunto, por lo que la proporción es un aspec-
to destacado.

III. Iconología
La advocación de María, como auxilio de los cristianos27
La devoción a María, y más en concreto a la Virgen bajo el título de
Auxiliadora de los cristianos, debemos entenderla dentro de una corriente
que integra los diferentes aspectos del culto mariano: la experiencia viva
transmitida por la primera comunidad cristiana28, la experiencia de la Iglesia
a lo largo de su historia y, podríamos añadir, la experiencia de Don Bosco
que relanza este título y lo propone a la Familia Salesiana.
Las raíces históricas de este título las encontramos dispersas a lo largo de
la historia:
 La victoria en la batalla de Lepanto (1571) se atribuye a María que ha
salido en auxilio de los cristianos; por lo que se difunde este título ya
presente en las letanías lauretanas.
 En 1683, Viena teme ante la invasión sarracena y considera la supera-
ción de dicha amenaza como intervención de María que ha salido en su
auxilio.
 En Munich nace así la primera Asociación de María Auxiliadora por
estos años.

27_
Cf. Antonio María CALERO DE LOS RÍOS (1984). «Madre de la Iglesia, Auxiliadora del Pueblo de
Dios». En María Auxiliadora… op. cit. 11-15; y Alberto GARCÍA-VERDUGO (2006). Novena a
María Auxiliadora. Madrid: Editorial CCS.
28_
Cf. Hch 1,14; Jn 19,25-27… Cf. Jean-Paul MICHAUD (1992). María de los evangelios. Estella:
Verbo Divino; y Raymond E. BROWN y Joseph A. FITZMAYER (42004). María en el Nuevo
Testamento. Salmanca: Sígueme.

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 Inocencio XI (papa entre 1676 y 1689) al instituir la fiesta del Dulce nom-
bre de María se dice que ordenó «que todos los años se exaltase en
toda la Iglesia la grandeza del nombre de María; y así lo quiso como
homenaje de eterna gratitud, por la estrepitosa victoria conseguida con
el auxilio de la Virgen en Viena»29.
 En 1814, Pío VII es hecho prisionero por Napoleón. Su liberación, en el
24 de mayo de aquel año, hace que se asocie esta fecha a la celebra-
ción de la Virgen Auxiliadora.
 En 1869 se consagra la que será la Basílica de María Auxiliadora de
Turín30, lo que supondrá un refuerzo importante a la expansión del títu-
lo por parte de Don Bosco31 —con el apoyo y el impulso de Pío IX, que
recordemos que escoge este nombre por el afecto que siempre tuvo a
su predecesor Pío VII, quien estableció la festividad en el día que hoy
se celebra—. Don Bosco “construirá” posteriormente otros dos gran-
des monumentos vivos a María Auxiliadora: la congregación de las
Hijas de María Auxiliadora32 y la Asociación de María Auxiliadora33.
29_
Tomado del texto del oficio de lectura para este día.
30_
El título escogido para el Santuario es llamativo, sólo entenderemos esta advocación desde el
momento histórico que vive san Juan Bosco. La presencia manifiesta de María en el pueblo cristia-
no, los peligros de la Iglesia y las dificultades de los tiempos, son los fundamentos de este título, Don
Bosco lo escoge y da sus razones: «Hasta ahora hemos celebrado con solemnidad y pompa la fiesta
de la Inmaculada y en este día han comenzado nuestras primeras obras de los oratorios festivos. Pero
la Virgen quiere que la veneremos bajo el título de María Auxiliadora. Los tiempos que corren son
tan tristes que tenemos verdadera necesidad de que la Virgen Santísima nos ayude a defender la fe
cristiana... La necesidad hoy, sentida universalmente, de invocar a María no es particular sino gene-
ral; no se trata de enfervorizar a los más tibios, de convertir a los pecadores, de conservar a los ino-
centes... Es la misma Iglesia católica la que es asaltada. Es asaltada en sus funciones, en sus sagradas
instituciones, en su cabeza, en su doctrina, en su disciplina... Es asaltada como centro de la verdad,
como maestra de los fieles» [Giovanni BOSCO (1868). Meraviglie della Madre di Dio Invocata sotto
il titolo di Maria Ausiliatrice. Turín. 5-7.].
31_
Cf. Fausto JIMÉNEZ RODRIGO (2004). Don Bosco, apóstol de María Auxiliadora. Madrid:
Editorial CCS.
32_
Fundadas por san Juan Bosco y santa María Dominica Mazzarello. En Turín la opción de fundar una
institución a favor de las jóvenes le vino a Don Bosco por la instancia de varias personas; por la
constatación del estado de abandono y pobreza en el que se encontraban muchas muchachas; por el
contacto con varios Institutos femeninos; por la profundidad de su devoción mariana; por la confir-
mación del papa Pío IX que le animó hacia este camino; por repetidos “sueños” y hechos extraor-
dinarios narrados por él mismo. Contemporáneamente en Mornese, en las colinas del Monferrato,
la joven María Mazzarello animaba un grupo de mujeres jóvenes que se dedicaban a las muchachas
del pueblo, con la finalidad de enseñarles un oficio, pero sobre todo con el compromiso de orientar-
las a la vida cristiana. A distancia, dos señales en la misma longitud de onda mandaban un mensa-
je idéntico; tenía que nacer también para las niñas y las jóvenes el ambiente educativo que ya estaba
en Turín-Valdocco, para los muchachos por obra de Don Bosco. María Dominga Mazzarello fue
cofundadora al dar vida, forma y desarrollo a la nueva institución. El 5 de agosto de 1872 el primer
grupo de mujeres jóvenes pronunciaron su “sí” como la Virgen María para ser “ayuda” sobre …

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También en el siglo XX hay algunos aspectos a señalar sobre esta advocación:


 En 1942, como consagración de todo el mundo al Corazón Inmaculado
de María, en plena guerra europea Pío XII empleaba esta fórmula:
«Auxilio de los cristianos, refugio del género humano, vencedora de
todas las batallas…»
 Leemos en la Constitución dogmática sobre la Iglesia del Vaticano II

rudesindus
sobre los títulos marianos:
«Con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, que
peregrinan y se debaten entre peligros y angustias y luchan con-
tra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz. Por eso, la
Santísima Virgen en la Iglesia es invocada con los títulos de
Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. Lo cual, sin embar-
go, se entiende de manera que nada quite ni agregue a la digni-
dad y eficacia de Cristo, único Mediador»34 [subr. nuestro].

Resonancias teológicas de la imagen de María Auxiliadora de Viveiro35


A parte de los datos de la conformación histórica de un título presente en
el rezo del Rosario; la misma imagen nos transmite algunos aspectos teoló-
gicos. La Virgen se nos presenta como Madre con el niño en sus brazos y
como Reina, por el cetro en su mano derecha y la corona.
La aureola señala la santidad y glorificación de María, como también lo
muestra el hecho de que esté sobre una nube. Frente a los santos, la aureo-
la de María contiene las doce estrellas que se mencionan en el Apocalipsis36,
al presentarnos a María, la «nueva Eva», como imagen de la Iglesia37. El
mismo manto real azul, también, nos recuerda al quinto misterio glorioso del

… todo entre las jóvenes. Cf. (1981). Cronohistoria [4 vols.]. Roma: Instituto de las Hijas de María
Auxiliadora.
33–
Cf. Giovanni Battista LEMOYNE, Angelo AMADEI y Eugenio CERIA (1981-1998). Memorias
Biográficas de San Juan Bosco. Madrid: Editorial CCS. Y (2005). Reglamento de la Asociación de
María Auxiliadora. Madrid: Editorial CCS.
34–
LG 62 a. Cf. LG 50.
35–
Cf. Rafael ALFARO (1984). «Alma de la educación salesiana». Y José María DE LA CUADRA
(1984). «María Auxiliadora una devoción popular». En María Auxiliadora… op. cit. 16-23.
36–
Cf. Ap 12,1ss.
37–
Cf. Jean-Paul MICHAUD (1992). Op.cit. 69-70. La mujer de Ap 12 simboliza en primer lugar y
directamente a la iglesia, pero también indirectamente a María. María en la hora de la pasión junto a
la cruz (Jn 19,25-27). La presencia de María al lado del crucificado hace posible la extensión maria-
lógica a la mujer del Apocalipsis en lucha contra el dragón. Por otra parte es posible ver la asunción
de María en el triunfo de la mujer al final (entendiendo este texto en relación a Gn 3,15). El símbo-
lo es pluriforme, supraconceptual, y nunca llega a explotarse totalmente.

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Rosario. «Al fin, coronada de gloria —como aparece en el último misterio


glorioso—, María resplandece como Reina de los Ángeles y los Santos, anti-
cipación y culmen de la condición escatológica del Iglesia»38.
Al niño se le suele representar —lo vemos claramente en nuestra ima-
gen— con los brazos abiertos, ofreciendo una actitud receptiva y de apertu-
ra a todos los que se acercan a María. Desde bien pronto se le asoció a María
la advocación de «trono» de Cristo —Sedes sapientiae, decimos en las leta-
nías—. En cierta manera la imagen de María apunta hacia el Hijo.
El rostro de María es acogedor, amable, sereno, majestuoso y maternal,
dulce y abierto a la confianza. Contrasta con el rostro sufriente u otras imá-
genes que se inspiran en el momento de Cruz o aquel excesivamente lejano
y glorificado de otras imágenes marianas.
Es frecuente que en las imágenes de María Auxiliadora, en esta lo apre-
ciamos ligeramente, se rompa la quietud de la escultura adelantando uno de
sus pies. Esta actitud de cercanía y, más aún, de acercamiento la podemos
percibir por el pliegue de la ligera flexión en la pierna derecha que se apre-
cia al tener la pierna izquierda más adelantada.
La iconología que transmite esta imagen la podríamos resumir en estas
pinceladas: madre, reina, amor, pureza, acción, “salir al camino”, santa…

IV. Teología del momento


La ciencia eclesiástica de finales del XIX
La Iglesia del XIX es el campo de cultivo en el que confluyen movimien-
tos nacionalistas, jansenistas o el galicanismo, el tradicionalismo o el moder-
nismo… tras la caída de la ciencia eclesiástica del XVIII y la confusión creada
tras la Revolución Francesa. A estos frentes tratarán de salir al paso aconte-
cimientos como el Syllabus39 (1864), el Vaticano I40 (1869-1970) o el impulso de
la nueva escolástica a la que León XIII le da un gran espaldarazo con la bula
Aeterni Patris (1879).
Vemos, pues, que ante las nuevas situaciones, que podemos agrupar en
torno a un concepto: secularización; la Iglesia busca en su historia clásica una
respuesta. Exponentes de esta situación son los grandes apologetas, el
método de las nuevas universidades católicas41…

38–
JUAN PABLO II (2002). Rosarium Virginis Mariae. Roma. 23
39–
Cf. DZ 1.700.
40–
Cf. DZ 1.781-1.847.
41–
Cf. Jesús ÁLVAREZ GÓMEZ (61995). Manual de Historia de la Iglesia. Madrid: Publicaciones
Claretianas. 288-290.

170
miscelánea de ar te e cultura
Imagen Auxilium Christianorum del Convento de las MM. Concepcionistas

Junto a esta situación, y en este mismo dinamismo, en la segunda mitad


del XIX se da un florecimiento de la vida religiosa, con un claro cariz evange-
lizador y misionero que estructuralmente se encauza desde los votos simples
—a la vez que la vida monástica está decreciendo desde el XVIII—42. Oblatos,
maristas, palotinos, salesianos, numerosas congregaciones femeninas… ven
la luz en este siglo43.

rudesindus
Apuntes sobre la mariología44
La teología mariana de finales del XIX está marcada por la definición del
dogma de la Inmaculada por Pío IX en 1854 y cuya evolución nos llevará a la
fijación del dogma de la Asunción en 1950. Éste será un momento de esplen-
dor de la reflexión mariológica.
La teología mariana imperante hasta el momento era la derivada del
Concilio de Trento (1545-1563), en el que el estudio y el planteamiento
mariano se hace de forma disociada y aislada respecto al resto de la teolo-
gía, a la vez que la devoción mariana está claramente distanciada de los
aspectos doctrinales. «Cada vez fue más pronunciado el alejamiento entre lo
que la teología mariana pensaba y estructuraba y lo que el pueblo fiel y sen-
cillo vivía y manifestaba en sus devociones y actos de culto marianos»45.
Durante el siglo XVIII han destacado e influido notablemente en los movi-
mientos espirituales las obras de Luis Mª Grignon de Monfort sobre la escla-
vitud mariana46, Las glorias de María publicadas por Alfonso Mª Ligorio47, la
proliferación del voto de sangre para la defensa de la Inmaculada
Concepción de María. La imagen proyectada en la sociedad de la Virgen —
cuyo papel se entiende desde una reflexión hecha desde los llamados privi-
legios marianos— hemos de encontrarla en la eclesiología tridentita48 de la
sociedad perfecta. María pertenece al plano de la Trinidad y es canal de
todas las gracias. Se da también un incremento de la tematización sobre el
alcance de la colaboración de María en la obra redentora de Cristo.
42–
Cf. Jesús ÁLVAREZ GÓMEZ (1989). «Historia de la Vida Religiosa». En Ángel APARICIO
RODRÍGUEZ y Joan CANALS CASAS. Diccionario teológico de la vida consagrada. Madrid:
Publicaciones Claretianas. 789ss.
43–
Cf. la lista que nos ofrece Jesús ÁLVAREZ GÓMEZ (1990). Historia de la Vida Religiosa III. Desde
la «Devotio moderna» hasta el Concilio Vaticano II. Madrid: Publicaciones Claretianas. 538-546.
44–
Cf. Antonio María CALERO DE LOS RÍOS (1990). María en el misterio de Cristo y de la Iglesia.
Madrid: Editorial CCS. 45-57.
45–
Cf. ib. 48.
46–
Cf. Luis Mª GRIGNON DE MONFORT (1995). Tratado de la verdadera devoción. Bogotá: San
Pablo.
47–
Recogidas en (1903). Opera Dogmatica. Roma.
48–
En el concilio de Trento María no mereció especial atención, sólo se alude a ella colateralmente.

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Imagen Auxilium Christianorum del Convento de las MM. Concepcionistas

Por su parte los Papas impulsarán con sus escritos y diferentes inter-
venciones la doctrina mariana, el culto y la piedad. Ahora bien, los docu-
mentos marianos tienen, en su mayor parte, un carácter marcadamente
devocional.

V. Ambiente cultural49
El arte siempre ha sido reflejo de la sociedad y esto lo podemos aplicar
en este periodo en el que corremos «a la par que la locomotora de vapor,
símbolo del progreso, de la ciencia y de la técnica»50. En el siglo XIX todo
está marcado por lo social, y por lo tanto también en lo artístico quedará
esta huella. Hay una gran explosión demográfica, formación de grandes uni-
dades en las zonas industrializadas, nace también la economía política51: rela-
ción población-recursos. Los avances científicos van a ir unidos al desarrollo
técnico, y éste a la resolución de problemas. Un caso claro es el del tren, que
necesita de la minería del carbón. Se destaca también el telégrafo electro-
magnético, el desarrollo de los bancos y de la industria química —al servicio
de la textil—, el desarrollo de los abonos artificiales…
Estamos, pues, en este siglo, en todo un proceso en el que el arte tam-
bién se va secularizando… va tomando nuevos campos sin tinte religioso.
Estamos en un arte que sufre rápidas transformaciones, según diferentes
estilos e ideas… sin aguantar más de una generación.
«El término historicismo es el que mejor define la mayor parte del arte de
finales del XVIII y del XIX. Se trata de la imitación de estilos artísticos de épo-
cas pasadas, en lugar de seguir la normal evolución e innovación a partir de
la tradición recibida»52. Es el caso de arte neoclásico53 que encuentra su ins-
piración en el mundo virtuoso grecorromano; el romanticismo, la recupera-
ción de elementos bizantinos o quienes buscan en un sentimiento nostálgico
que tratan de recuperar la emoción perdida de la pintura y escultura religio-
sa54. En estas corrientes de revival o de nostalgia se encuadra también la
visión del realismo y del naturalismo55.

49–
Cf. Juan PLAZAOLA (1999). Historia del arte cristiano. Madrid: BAC.
50–
Cf. Miguel Ángel TORRES MERCHÁN y Miguel ETAYO GORDEJUELA (2001). Arte y cristia-
nismo. Claves para descubrir el mensaje cristiano. Madrid: PPC. 152.
51–
Citamos aquí algunos autores: Adam Smith, J. Benthan, David Ricardo, John Stuard Mill...
52–
Cf. Miguel Ángel TORRES MERCHÁN y Miguel ETAYO GORDEJUELA (2001). Op. cit. Madrid:
PPC. 152.
53–
Cf. Hugh HONOUR (1982). Neoclasicismo. Madrid: Xarait.
54–
Cf. José Manuel LÓPEZ VÁZQUEZ (1988). El Neoclásico y el siglo XIX. En Gran enciclopedia
temática Sapiens. Arte [vol. V]. Barcelona: PASA.
55–
Cf. Juan PLAZAOLA (1999). Historia del… op. cit. 288ss.

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miscelánea de ar te e cultura
Imagen Auxilium Christianorum del Convento de las MM. Concepcionistas

Los temas que preocupaban a la Iglesia en este momento se centran en


el recuerdo de las realidades escatológicas, frente al empirismo o el raciona-
lismo que se criticaba con el genérico nombre de “modernismo”. Son tiem-
po de nostalgia ante el que hacer frente a las nuevas realidades sociales56.
La revolución industrial también llega al arte religioso, por lo que se
amplia la producción en serie de muchos productos artísticos. Proliferan así

rudesindus
imágenes de culto baratas y con escasa calidad artística.

VI. Imagen de culto-devoción


La imagen de María Auxiliadora de Viveiro, objeto de nuestro estudio, es
una imagen de culto, ya que ha sido desde el principio proyectada con su
retablo para el lugar que actualmente ocupa. Si bien en su momento los
diferentes altares laterales de una Iglesia cumplían un papel más preeminen-
te que el que actualmente se les da al imponerse la praxis de la concelebra-
ción57 —ya que la celebración eucarística se sitúa en torno al altar mayor
colocado en el presbiterio junto al retablo principal58—.
Ahora bien, el hecho de encontrar una imagen de María Auxiliadora en un
templo como éste, sin particular relación con este título mariano ni por las
circunstancias de la historia, los bienhechores, ni la familia religiosa ni la
comunidad parroquial de la población… nos lleva a pensar que una devo-
ción particular se encuentra en el fondo de la elección de sustituir el antiguo
altar barroco también mariano, por uno totalmente nuevo.
Entonces, aunque la imagen es para el culto —por disposición, proyección
y elaboración…—, cuando el Vicario parroquial, don José María López Vilar,
propone que esta sección del templo conventual lo ocupen san Juan Bautista,
san José y, en medio de ambos, María Auxiliadora hemos de interpretar que
esta planificación se debe más a motivos devocionales propios o familiares, tal
como hemos dejado intuir más arriba, hacia estos personajes bíblicos59.

VII. Preguntas y respuestas…


¿Qué respuesta daba cuando se realizó?
La imagen ante la que nos encontramos fue realizada en el momento en
el que el pueblo cristiano vibraba ante la proclamación del dogma de la

56–
Cf. Juan PLAZAOLA (1996). Historia y sentido del arte cristiano. Madrid: BAC.
57–
Cf. SC 57-58.
58–
Algo matizable en el caso de esta Iglesia conventual en el que a diario se emplea un altar más cerca-
no a la zona de clausura, a los pies del templo.
59–
Cf. supra, nota 18.

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Inmaculada Concepción de María, era el llamado «fervor inmaculista». Si


bien esta imagen no representa dicha advocación —sí lo es la del retablo
principal, anterior a la proclamación del dogma de la Inmaculada—, está en
consonancia con el proliferar de advocaciones relacionadas con el papel
mariano en el proyecto Redentor de Cristo. Así como el sacerdote turinés
Juan Bosco ve en esta advocación una significación en consonancia con los
“tiempos difíciles” que se presentaban —recordemos la secularización, las
problemáticas a las que tuvo que hacer frente Pío IX durante su pontificado60,
las polémicas confrontaciones con protestantes, la cuestión de los estados
pontificios y los nacionalismos…—. Igualmente idónea se ve esta advoca-
ción en la ciudad menorquina de Ciudadela, en esta misma época y otros
puntos de Europa —como ya lo hemos señalado—.
María Auxiliadora aparece aquí con el poder suficiente y la cercanía
maternal necesaria como para vencer el “combate” que la Iglesia tenía que
afrontar de nuevo… como en Lepanto o el enfrentamiento de Pío VII con las
tropas napoleónicas. Una auxiliadora para «los tiempos difíciles»61.
Las situaciones inestables, que encauzan las revoluciones… son momen-
tos en los que se rompen las tradicionales seguridades y se busca un poco a
tientas. Ante estas circunstancias hay dos posturas: afrontar los hechos o afe-
rrarse al pasado. La advocación de María Auxiliadora parece satisfacer a
ambos posicionamientos.

¿Sigue dando respuestas hoy?62


Respuestas artísticas
Cualquier imagen sacra, por su naturaleza, ha de estar «relacionada con
la infinita belleza de Dios, que intenta expresar de alguna manera por
medio de obras humanas». Y por ello la Iglesia ha velado para que «las
cosas destinadas al culto sagrado fueran en verdad dignas, decorosas y
bellas, signos y símbolos de las realidades celestiales»63. Ésta es la clave que
nos propone el Concilio, la búsqueda de la belleza, no de una suntuosidad
superficial64.
Sobre las imágenes la constitución conciliar sobre la liturgia afirma:
«Manténgase firmemente la práctica de exponer imágenes sagradas a la
60–
Cf. Yves CHIRON (2002). Pío IX. Madrid: Ediciones Palabra; y Vicente CÁRCEL ORTÍ (2000). Pío
IX, pastor universal de la Iglesia. Valencia: Edicep.
61–
Cf. (1984). La Virgen de los tiempos difíciles. Madrid: Editorial CCS.
62–
Cf. Bruno FORTE (1993). María la mujer icono del misterio. Salamanca: Sígueme; y Elio PERET-
TO (ed.) (1996). L’immagine teologica di Maria, oggi. Fede e Cultura. Roma: Edizioni “Marianum”.
63–
SC 122.
64–
Cf. SC 124.

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miscelánea de ar te e cultura
Imagen Auxilium Christianorum del Convento de las MM. Concepcionistas

veneración de los fieles; con todo, que sean pocas en número y guarden
entre ellas el debido orden, a fin de que no causen extrañeza al pueblo cris-
tiano ni favorezcan una devoción menos ortodoxa»65. Esta indicación, de la
que luego surgirán los diferentes documentos para su aplicación, va en con-
sonancia con la sencillez que transmite la imagen que es objeto de nuestro
estudio. No leemos en SC nada referente a que sólo valgan imágenes de tal

rudesindus
o cual corriente artística, o que todas deban de ser del momento actual o de
un tiempo concreto del pasado —diferente es el caso de la música en el que
sí que se toman opciones preferentes hacia la música de un determinado
signo y determinados instrumentos66—.
Pero veamos otras indicaciones que nos ofrecen los documentos, y estu-
diemos si se cumplen las orientaciones en la imagen de María Auxiliadora
viveirense:
• En el capítulo V de la Instrucción «Inter Oecumenici» dedicado a la
construcción de «Iglesias y altares con vistas a facilitar la participación
activa de los fieles», se dispone referente a los altares laterales: «Los
altares laterales serán pocos; es más, en cuanto lo permita la estructura
del edificio, es muy conveniente que se coloquen en capillas separadas
de algún modo del cuerpo de la Iglesia»67. Nuestro templo en cuestión
dispone de cinco altares, cuatro de ellos laterales —contando el que
está en la zona de clausura de la iglesia, que bien puede considerarse
una capilla a parte—. Ciertamente está muy cuidada la relevancia del
altar mayor y el resto sobresale más el retablo y las imágenes como invi-
tación a la devoción y expresión del lugar sagrado.
• La Carta sobre el arte sacro68, da instrucciones muy concisas sobre el cui-
dado de las obras artísticas. La imagen se encuentra en perfecto esta-
do, lo cual llama más a la veneración. Además el convento repetidas
veces ha potenciado su legado artístico, llegando incluso a organizar
algunas exposiciones y publicaciones69.
• La Conferencia Episcopal Española, en su Directorio Ambientación y
arte en el lugar de la celebración dedica un apartado al arte sacro. De
él seleccionamos este fragmento:

65–
SC 125.
66–
Cf. SC 112-121.
67–
Primera instrucción general, del 26 de septiembre de 1964 para aplicar debidamente SC [publicada
en Actae Apostilacae Sedis 56 (1964)], se cita el número 93.
68–
Carta de la Sagrada Congregación para el Clero (11 de abril de 1971) sobre la conservación del patri-
monio histórico artístico.
69–
Cf. Mª Sonia VISPO SEOANE (2001). Op. cit. 17.

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Imagen Auxilium Christianorum del Convento de las MM. Concepcionistas

«Hoy ya no se concibe el retablo como prolongación del altar,


sino como ambientación general del templo o de una nave … Las
imágenes del Señor, de la Santísima Virgen y de los santos que se
exponen a la veneración de los fieles deben ajustarse a una serie
de normas que favorezcan la auténtica piedad cristiana. Su núme-
ro dependerá del tamaño y disposición del edificio y de la devo-
ción de cada comunidad. Pero “téngase cuidado de que no se
presenten en número excesivo y que en su disposición haya un
justo orden y no distraigan la atención de los fieles en la celebra-
ción. No haya más de una imagen del mismo santo”70. Entre todas
las imágenes, ocupa el primer rango la representación de la cruz,
símbolo de todo el misterio pascual. La cruz con la imagen de
Jesús crucificado debe ocupar lugar preeminente en la iglesia71.
Asimismo, nunca debe faltar en ella la imagen de María como
evocación permanente del culto que se debe a la santa Madre de
Dios y figura de la Iglesia. Las imágenes han de tener valor artís-
tico, debiendo retirarse con prudencia y tacto las mediocres o
producidas en serie, que no pocas veces han sido introducidas
obedeciendo a gustos particulares, arrinconando otras más valio-
sas. Algunas imágenes pueden ser expuestas circunstancialmen-
te, cuando llegue el momento de su fiesta o veneración. No es
necesario ni aún aconsejable relacionar las imágenes con el altar
de forma que parezca que la misa tiene como fin principal la glo-
rificación del santo. Será suficiente mantener en los retablos las
imágenes propias y colocar las demás adosadas a las columnas o
paredes, según lo permita el criterio estético y pastoral»72.
• Sobre el número de imágenes del mismo santo, son varias las imágenes
marianas del templo. Bajo la advocación de María Auxiliadora es la
única de la Iglesia.
• La Virgen tiene un lugar prominente en la Iglesia, si bien es más disimu-
lada la presencia del Crucificado.
• La imagen es proporcional al retablo, por ser hecha para el lugar y esto
hace que el conjunto resulte estético y armónico.
• La calidad de la imagen es muy buena. Es una obra artística de construc-
ción artesana.

70–
(1975). Ordenación general del Misal Romano. Núm. 278; cf. SC 125.
71–
Cf. (1986). Bendicional. Madrid: Coeditores litúrgicos. Núm. 1.092.
72–
Directorio litúrgico pastoral de abril de 1987. Obra del Secretariado Nacional de liturgia ha sido
publicado en Pastoral Litúrgica 165-166 (1987). 3-28. El número citado es el 22.

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miscelánea de ar te e cultura
Imagen Auxilium Christianorum del Convento de las MM. Concepcionistas

• Nuestra imagen en cuestión pertenece a un altar lateral, luego su papel


en el culto público es discreta, ya que no se la traslada ni se hacen accio-
nes similares en la festividad de María Auxiliadora. Luego no debe redu-
cirse todo el espacio sacro a esta imagen.
María, la «tota pulchra», llamada así también por Juan Pablo II73 quien al
tratar de expresar cómo Ella había sito tantas veces representada por tantos

rudesindus
artistas citaba al «gran Dante contempla en el fulgor del Paraíso como
“belleza, que alegraba los ojos de todos los otros santos”»74.
Respuestas pastorales
Nuevamente tendríamos que poner aquí de relieve todo lo que hemos
dicho sobre la mariología. Particularmente destacable sobra la actualidad y
validez de la advocación de María como auxiliadora del pueblo cristiano es
que éste sea uno de los cuatro títulos que se propone en el capítulo VIII de
la Constitución LG:
«La Santísima Virgen en la Iglesia es invocada con los títulos
de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. Lo cual, sin
embargo, se entiende de manera que nada quite ni agregue a la
dignidad y eficacia de Cristo, único Mediador»75 [subr. nuestro].
Dentro del humus conciliar, la presencia de este título la encontramos con
una serie de motivaciones en la carta de Luigi Càstano, procurador de la
Sociedad Salesiana, en nombre del Rector Mayor de la Congregación, el P.
Renato Ziggiotti, al Concilio en la que expresa en su décimo punto:
«Así como la Sociedad Salesiana ha recibido la preciada
herencia de su Fundador de la devoción a María Auxiliadora …
si se me permite quiero pedir humildemente al Concilio
Ecuménico que tratándose de un advocación mariana ya tan
difundida y muy sentida en el seno del pueblo, sea extendida a
la Iglesia Universal la solemnidad del 24 de mayo en honor de
María Santísima, auxilio del pueblo cristiano, glorificando de tal
forma el título mariano que teológicamente revela la parte de
María Santísima en la petición de las gracias divinas a la Iglesia;
históricamente revela las grandes manifestaciones del amor
materno de la Santísima Virgen hacia el Pueblo Cristiano guiado
por el Sumo Pontífice; y desde el punto de vista sociológico res-

73–
Cf. JUAN PABLO II (4-4-1999). Carta a los artistas. A los que con apasionada entrega buscan nue-
vas «epifanías» de la belleza para ofrecerlas al mundo a través de la creación artística. 16.
74–
Divina Comedia. Paraíso, XXXI, 134-135.
75–
LG 62 a.

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Imagen Auxilium Christianorum del Convento de las MM. Concepcionistas

ponde a una devoción profundamente radicada en el pueblo


cristiano del todo el mundo»76.
Razones teológicas —dentro del redescubrimiento conciliar de la María
de las Escrituras77, la peregrina de la fe78, la Theotokos79 de los primeros con-
cilios ecuménicos… —, históricas y sociológicas porque «los gozos y las
esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo,
sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperan-
zas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdadera-
mente humano que no encuentre eco en su corazón»80.

VIII. Referencia bibliográficas


Cerramos este trabajo ofreciendo un elenco de las principales obras
de referencia que se han tenido en cuenta a la hora de elaborar este tra-
bajo. Hemos citado, no obstante, en nota otras obras de carácter com-
plementario.
o ÁLVAREZ GÓMEZ, Jesús (61995). Manual de Historia de la Iglesia.
Madrid: Publicaciones Claretianas.
o BOSCO, Giovanni (1868). Meraviglie della Madre di Dio Invocata sotto
il titolo di Maria Ausiliatrice. Turín.
o CALERO DE LOS RÍOS, Antonio María (1990). María en el misterio de
Cristo y de la Iglesia. Madrid: CCS.
o DONAPETRY IRIBARNEGARAY, Juan (1953). Historia de Viveiro y su
concejo. Viveiro: Concello de Viveiro.
o GARCÍA IGLESIAS, José Manuel (1995). El barroco, patrimonio de
Galicia. La Coruña: Xuntanza Editorial.
o (1984). María Auxiliadora en España. Madrid: CCS.
o MICHAUD, Jean-Paul (1992). María de los evangelios. Estella: Verbo
Divino.
o PÉREZ LÓPEZ, Segundo L. (coord.) (2001). El Monasterio de la
Concepción. Viveiro: Centro de Estudios de la Diócesis de Mondoñedo
Ferrol.

76–
Recogida en (1961). Acta et Documenta Concilio Oecumenico Vaticano II Amparando [Series I
(Antepraeparatoria). Vol. II (Concilia et Vota Episcoporum ac Praelatorum). Pars VIII (Superiores
generales religiosorum)]. Ciudad del Vaticano: Typis Polyglottis Vaticanus. 205.
77–
Cf. LG 55-59.
78–
Cf. LG 58.
79–
Cf. LG 52.
80–
GS 1.

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miscelánea de ar te e cultura
Imagen Auxilium Christianorum del Convento de las MM. Concepcionistas

o PLAZAOLA, Juan (1996). Historia y sentido del arte cristiano. Madrid:


BAC.
o PARDO, Andrés (ed.) (1992). Documentación litúrgica posconciliar.
Enchiridion. Barcelona: Regina. 1.325-1.372.
o TORRES MERCHÁN, Miguel Ángel y ETAYO GORDEJUELA, Miguel
(2001). Arte y cristianismo. Claves para descubrir el mensaje cristiano.

rudesindus
Madrid: PPC.
o VISPO SEOANE, Mª Sonia (2001). Monasterio de Concepcionistas
Franciscanas de Viveiro. Cuatro siglos de arte y contemplación. Lugo:
Excma. Diputación Provincial.

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