SEPARATA CAP 10-Trampolines - Parte I

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 16

292

SEPARATA
(Tomado del Capítulo 10 del libro “OBRAS HIDRÁULICAS.
Conceptos y cálculos con HEC RAS y Hojas de Cálculo”.)

trampolines

Autor
Juan Eusebio González Fariñas
([email protected])
• Grupo de Facebook: HIDRÁULICA PRÁCTICA:
https://www.facebook.com/groups/424386752889723
• Canal de Youtube: https://www.youtube.com/user/JuanEusebio100
• Hidráulica Educación: https://www.facebook.com/jegfarinas/
Linkedin: https://www.linkedin.com/in/juan-gonzález-1a492215
Capítulo 10. Trampolines 293

Capítulo 10. Trampolines.

10. 1. Introducción

Se denomina “trampolín”, “lanzador” o “salto en esquí”, figura 10. 1, a la estructura


que, dispuesta al final del paramento posterior de una presa vertedora o de un canal de
pendiente fuerte, permite el lanzamiento del agua hacia la zona elegida del canal de
salida o del lecho viejo del río. La proyección aérea de chorros y su posterior inmersión
en una masa de agua es uno de los procedimientos más económicos que se ha empleado
hasta el presente cuando la socavación que se provoca en el terreno no compromete la
estabilidad de la propia obra y de su entorno. En las figuras 10. 2 a 10. 5 se muestran
distintas fotos de obras con trampolines diversos.

Trampolín de
salto libre

Rápida

Cimentación Cono de socavación


con pilotes

Figura 10. 1. Esquema de una estructura típica de trampolín.

Vista de la presa, desde aguas abajo.

Vista lateral del trampolín

Foto 10. 2. Vistas de la presa de Belesar/ Ribeira Sacra en la que destaca el aliviadero con trampolín en
funcionamiento (De: http://foros.embalses.net/showthread.php/5723-Belesar...26-febrero-2010-
aliviaderos-abiertos.)
294

1
3

2 2

1
3

a) Aliviadero auxiliar de la presa Oroville/ b) Aliviadero Mora de Rubielos/ Aragón/ España


California (De: http://www.panoramio.com/photo/15702864?tag=Presas%20y%20embalses)
(De: http://saltonsea.sdsu.edu/photo_gallery_spillways.html )

Figura 10. 3. Vistas de aliviaderos con trampolín: 1) Rápida 2) Trampolín 3) Zona del cono de socavación.

a) Aliviadero con trampolín de geometría compleja/ Embalse b) Vista en detalle del trampolín curvo de la presa Tucurui,
de Santomera/Murcia (De Brazil. (De:
http://foros.embalses.net/showthread.php/11446-Por- http://saltonsea.sdsu.edu/photo_gallery_spillways.html)
f%C3%ADn-una-visita-al-embalse-de-Santomera/page2 )

Figura 10. 4. Dos ejemplos de geometría de trampolín muy diferentes que responden a condiciones locales
distintas. En el caso (a) se aprecia un curvado hacia la margen izquierda. En el caso (b) es de geometría
circular simple.
Capítulo 10. Trampolines 295

Fondo curvilíneo. Dientes deflectores curvos.

a) Trampolín con fondo curvilíneo b) Vista del trampolín con deflectores curvos/
transversal al flujo principal en la presa de Presa Gallito Ciego, Peru.
Alquera/ España. (De: (De:
http://foros.embalses.net/showthread.php/11 http://saltonsea.sdsu.edu/photo_gallery_spillway
656-Barragem-de-Alqueva ). s.html)

Figura 10. 5. Dos ejemplos de trampolines singulares.

El flujo en el trampolín debe ser supercrítico. Su elevada energía cinética y su altura de


caída, ya sea como un único chorro o como un conjunto de chorros, le confieren un
poder erosivo elevado. La virtud del diseño del trampolín está, para el conjunto de
caudales de operación de la obra, en dispersar al máximo el agua para contribuir al
incremento de la aireación y a la reducción de la energía por unidad de área en la zona
de impacto en la masa de agua del lecho viejo del río o del canal de salida.

A partir de la década de los años 70, la revalorización del empleo de presas y rápidas
escalonados – impulsado por el surgimiento del hormigón compactado por rodillos -
hizo pensar en la posibilidad de superar las soluciones “clásicas” de pozos, estanques
amortiguadores (Chanson, 1999; S. Alam, 1988) y trampolines, por la contribución de
los perfiles escalonados a la disipación de la energía. Estas ideas se apoyaron, también,
en la realidad de las complicaciones prácticas para la solución de los problemas
frecuentes de cavitación y erosión de muchas de las obras de mayor envergadura.
Chanson, et al., plantea, de forma general, que el escalonado incrementa
significativamente la disipación de energía y, por ello, se reducen las dimensiones del
disipador de energía y los riesgos de erosión aguas abajo. Sin embargo, la
comprobación experimental de que en escalonados de altura pequeña (Mateos Iguacel y
V. Elviro, 1999) –que son los más propios de las presas y rápidas escalonados- la
disipación de la energía es similar a la de aliviaderos y rápidas lisos, evidencia que, en
296

la actualidad, es aún necesario recurrir –según el caso- a las alternativas “clásicas” de


pozos, estanques y trampolines.

Hasta el presente se han empleado diseños muy diversos para los trampolines, figuras
10. 3 a 10. 5. Desde estructuras de sección transversal rectangular; cajeros divergentes;
soleras plana horizontal, plana con pendiente adversa y curvilínea, en las direcciones
longitudinal y transversal al flujo, hasta diseños especiales con cajeros en esviaje,
etcétera. En la salida del trampolín se suelen disponer deflectores del flujo, comúnmente
llamados “dientes deflectores” o, simplemente, “deflectores”.

Los deflectores suelen presentar problemas de abrasión y erosión por cavitación.


Quintela y Ramos, 1980, citando a Lgalov y Tedrov, exponen que la erosión de los
deflectores se produce, principalmente, en el primer tramo de las aristas y caras laterales
y en zonas adyacentes de la solera. En base a resultados experimentales demuestran que
el redondeo de las aristas laterales contribuye a la reducción del peligro de erosión. Por
otra parte, en el boletín No. 58 “Aliviaderos”, de ICOLD, pp 126, se recomienda que,
debido al riesgo de descantillado de las aristas de los deflectores, puede ser conveniente
la colocación de blindajes locales sólidamente anclados al hormigón. Las soluciones a
los problemas de erosión y cavitación también pueden buscarse en diseños mejorados
para los elementos amortiguadores y deflectores, en la inclusión de aireadores, en el
tratamiento de las superficies de hormigón y en la “mejora” de este material con
aditivos diversos.

El empleo de deflectores con paredes laterales divergentes, en el sentido del flujo, según
resultados experimentales de Galperin, citado por Quintela y Ramos, et al., disminuye el
riego de cavitación. Galperin obtuvo experimentalmente que un ángulo de divergencia
de 12º es suficiente para minimizar la posibilidad de ocurrencia de daños por cavitación.
González, 1985, confirmó experimentalmente que, al aumentarse el ángulo de
divergencia o de “conicidad” del deflector, se reduce el riego de cavitación pues tienden
a aumentar las presiones en sus caras laterales.
Capítulo 10. Trampolines 297

10. 2. Descripción de diferentes aspectos de los trampolines.

10. 2. 1. Funcionamiento del trampolín


El agua que vierte sobre el paramento de una presa vertedora, o la que fluye por un
canal en rápida, circula en régimen supercrítico. En el trampolín debe mantenerse dicho
régimen para garantizar una velocidad elevada que permita el lanzamiento del chorro
hacia aguas abajo, lo más alejado posible de la cimentación de la estructura terminal.

La disipación de la mayor parte de la energía del agua proyectada por el trampolín se


produce por la formación de un resalto hidráulico sumergido en la canalización final,
natural o artificial, de salida. Mediante ese salto hidráulico se modifica el régimen de
supercrítico a subcrítico en una longitud relativamente corta de la canalización final.
Dicho resalto provoca una erosión local del lecho, en las inmediaciones del trampolín,
en forma de cono, cuya extensión en profundidad y en amplitud horizontal depende de
la energía del agua y del material de dicho lecho. Otra parte de las pérdidas de energía
que se producen tienen lugar durante el vuelo del agua a través del aire. La
desintegración periférica del chorro compacto, o del conjunto de chorros, la propia
turbulencia y la aireación debida a dicha turbulencia reducen la capacidad erosiva del
agua que salta del trampolín.

El empleo de deflectores del flujo en el final del trampolín incrementa, en general, la


turbulencia, la dispersión y la aireación del agua en su vuelo libre. En ciertas ocasiones
se han empleado deflectores para provocar colisiones de los chorros en su vuelo e
incrementar las pérdidas de energía.

Finalmente, el impacto del chorro con la masa de agua del canal de salida, en presencia
de una elevada aireación, es otra fuente de pérdidas de carga. Al efecto de las pérdidas
por colisión, se añade la energía empleada en la compresión de las burbujas de aire en la
zona de impacto y la elevación adicional de la turbulencia que provoca el ascenso de
dichas burbujas en la mencionada zona. Nóvak y Cabelka reportan el caso de los
trampolines de la presa Slapy, sobre el río Vltava, en Eslovaquia, en los que con una
aireación del 50% de los chorros se obtuvo que un 25% de la energía fuera empleada en
la compresión de las burbujas de aire.
298

10. 2. 2. Ubicación del trampolín.


El trampolín se debe ubicar por encima del nivel del agua en el canal de salida. Esto
garantiza un cierto grado de aireación y dispersión del chorro, aspectos que reducen su
poder erosivo y su entrada en la masa del agua de la descarga a una distancia
conveniente del final del trampolín. Esta estructura terminal no deber quedar sumergida
bajo ninguna condición de trabajo pues cambia radicalmente sus condiciones de
funcionamiento. En ese caso se puede producir un cambio brusco del flujo supercrítico
a subcrítico dentro de la estructura terminal, es decir, se corre el riesgo de la formación
de un salto hidráulico, total o parcialmente sobre el trampolín.

La ubicación del trampolín en aliviaderos con rápidas depende de las características


topográficas e ingeniero-geológicas del terreno. En aquellos emplazamientos en los que
no existan discontinuidades naturales e importantes en el terreno, es decir, que no se
presenten farallones que puedan ser aprovechados para provocar una cascada artificial,
la ubicación está en dependencia, especialmente, de la resistencia del terreno. Si el
terreno es resistente a la descarga de pequeños gastos se puede colocar el trampolín a
una altura mayor sobre el nivel del agua en el canal de salida y garantizar que, para
caudales mayores el chorro vuele libremente hasta la masa de agua en dicho canal de
salida, figura 10. 6 a.

En la medida en que el terreno sea menos resistente a la erosión, figura 10. 6b, será
necesario acercar el trampolín al canal de salida –nótese que a partir de la sección de la
rápida en la que funciona en régimen uniforme, la extensión de su longitud aguas abajo
no incrementa la velocidad del flujo en la misma- en busca de que el chorro tenga una
menor altura de caída, P. A menor altura de caída se reduce la velocidad del chorro y,
en consecuencia, disminuye su capacidad erosiva. En estos casos de terrenos poco
resistentes es muy importante, también, el adoptar medidas de protección del lecho en la
vecindad del trampolín para evitar que los flujos de los caudales pequeños, que son los
que tienen mayor persistencia a lo largo de la vida útil de la obra, provoquen erosiones
inadmisibles al pie de la misma.
Capítulo 10. Trampolines 299

Trampolín de
salto libre

Cono de socavación

Rápida

Cimentación
con dentellón

La erosión se produce
Caso a. alejada del final del
trampolín.

Trampolín de
salto libre

Cono de socavación
principal

Rápida

Cimentación
con pilotes

Caso b. La erosión se extiende hacia el


final del trampolín.

Figura 10. 6. Casos típicos de ubicación de trampolines.


300

En la situación anterior se puede excavar un canal (canal piloto) de menores


dimensiones que el requerido bajo la premisa de que los caudales pequeños irán
labrando el canal definitivo. Es imprescindible asegurarse que los gastos mayores no
provocan un remanso excesivo que pueda "ahogar" el trampolín.

La mayor o menor altura del trampolín sobre el nivel del agua de la descarga representa
una disminución o alargamiento de la rápida que tendrá poca influencia en las pérdidas
de carga del agua por la circulación en la misma. Sin embargo, a mayor altura del
trampolín se incrementaran la longitud de vuelo del chorro, su ángulo y velocidad de
entrada en la masa de agua del canal de salida. Nótese que la velocidad vertical del

chorro en caída libre aumenta aproximadamente según 2 gP y que, sin embargo, en


una rápida con régimen uniforme, la velocidad media del flujo no varía con la distancia
de recorrido. El aumento de la longitud de vuelo del chorro, Lv, es un aspecto favorable,
mientras que el incremento de la velocidad y el ángulo de entrada son factores que
propician el aumento de la erosión.

La ubicación del trampolín resulta, por todo lo anterior, una solución de compromiso
entre la economía que se obtiene por el acortamiento de la rápida y las condiciones de la
erosión -profundidad y distancia al final del trampolín y desnudamiento al pie del
mismo- que pueden incrementar el costo de la cimentación profunda para garantizar la
estabilidad de la estructura terminal. La solución óptima debe obtenerse de un análisis
de alternativas económicas.

10. 2. 3. Geometría del trampolín


Hasta el presente, se han empleado trampolines de formas muy diversas, desde
estructuras de sección transversal rectangulares, con y sin paredes laterales, y fondo
plano horizontal o con pendiente adversa, hasta trampolines de fondo curvilíneo en las
direcciones longitudinal y transversal al flujo, figuras 10. 3 a 10. 5. Es práctica frecuente,
en el diseño de esta estructura, emplear muros direccionales con la finalidad de lograr
una conducción satisfactoria del agua hasta la salida del trampolín y dientes deflectores
de varios tipos, para asegurar una mayor dispersión y aireación del chorro, obteniéndose,
Capítulo 10. Trampolines 301

en consecuencia, una reducción de la erosión producida. En la figura 10. 7 se muestran


dos ejemplos de estudios de modelos físicos de trampolines con deflectores.

10. 2. 4. Geometría de los deflectores.


En la salida del trampolín se suelen disponer deflectores del flujo, comúnmente llamados
“dientes deflectores”, de variados tipos. La forma básica de los dientes deflectores es la
de una doble cuña plana, figura 10. 8. Los deflectores pueden tener los lados enfrentados
al flujo, también, de forma curvilínea, figura 10. 5b. Las caras laterales pueden ser planas
-verticales o inclinadas respecto al plano longitudinal del deflector- o curvadas. Las caras
laterales pueden ser paralelas (deflectores prismáticos) o ser divergentes en el sentido del
flujo.

Figura 10. 7. Vistas de distintos ensayos de trampolines diversos dirigidos por el autor en el laboratorio
de modelación física del Centro de Investigaciones Hidráulicas del ISPJAE/ La Habana, 1976.
302

Figura 10. 8. Esquema de diente deflector plano generalizado.

Las desventajas del empleo de los deflectores están asociadas, como se apuntó antes, a
la posibilidad de ocurrencia de cavitación y erosión, a las fuerzas trasmitidas a la
estructura del trampolín y al peligro de inducir un salto hidráulico para los caudales
menores. La eficacia de los deflectores, no obstante, compensa las dificultades que
introducen en su estudio, cálculo y construcción pues mejoran, en general,
apreciablemente, las condiciones de funcionamiento del trampolín. El autor estudió
deflectores planos en los que se variaron la altura, Y1, y sus ángulos vertical, ψ; lateral,
θ y de conicidad, χ. Concluyó que los deflectores de una pendiente, Y1 / X1 = 2, que
corresponden a un ángulo ψ = 26,60, independientemente de su tamaño y otros ángulos,
son los más eficientes, entre los deflectores planos estudiados. En razón de los
resultados obtenidos propone el empleo del deflector que denominó L-1 y cuyas
características son: Y1 / X1 = 2, ψ = 26,60, χ = 20,60 y θ = 900, para su empleo en
trampolines planos y circulares.

Para una estimación cuantitativa de la posibilidad de ocurrencia de la cavitación, en los


deflectores, se compara el valor del parámetro de cavitación, Kcavit., en un caso dado con
su valor crítico, Kcrít.. El parámetro de cavitación, Kcavit., se define clásicamente según:

H caract . − H v
K cavit . = 2
(10.1)
vcaract .
2g
Donde:
Capítulo 10. Trampolines 303

Hcaract.: Carga a presión absoluta próxima al elemento considerado: Hatm. = Hcaract. + h.


Hatm.: Carga a presión absoluta debida a la presión atmosférica.
h: Calado de agua próximo al elemento considerado.
Hv: Carga a presión absoluta del vapor del líquido a la temperatura de circulación.
Vcaract.: Velocidad característica. Es la velocidad próxima al elemento considerado.

Si Kcavit. ≥ Kcrít no tiene lugar la cavitación.

En relación con la influencia de la geometría de los deflectores, al aumentar su ángulo


vertical, ψ, se incrementa la presión del flujo en la cara superior del mismo. Y, también,
un aumento del ángulo χ y la ubicación de los deflectores al final del trampolín, son
factores que propician la reducción del peligro de cavitación. La inmediata vecindad de
la atmósfera, aguas abajo de los dientes, impone condiciones de frontera con una
presión elevada.

En el caso del deflector L-1 del trampolín “ADE” se emplea el valor Kcrít. = 0.68. Es
posible plantear, entonces, que la condición para que no se produzca cavitación en los
deflectores de este trampolín es:

H caract . − H v
K cavit . = 2
≥ 0.68 (10.2)
vcaract .
2g

Si se despeja la velocidad característica de la ecuación anterior y se adopta que


H a t m. − H v ≈ 10 m, entonces, la expresión anterior puede transformarse en:

vcaract. ≤ 5.369 (h + 1 0) (10.3)


Donde:
h: Calado del trampolín, en metros (m).
vcaract..:Velocidad en metros por segundo (m/s).
304

En consecuencia, si v ≤ vcaract, no ocurre la cavitación. Es posible obtener la condición


límite para que no ocurra la cavitación en función del Número de Froude máximo, Fmáx.,
según:

v 2 2.94( h + H atm. − H v )
Fmáx. = = (10.4)
gh h
Si F < Fmáx, no ocurre la cavitación en los deflectores del trampolín “ADE”.

10. 2. 5. Geometría del chorro.

Un chorro lanzado desde un trampolín experimenta variaciones en su dirección,


velocidad, ancho y calado. Estas modificaciones ocurren durante su vuelo en el aire y en
su recorrido bajo el agua del canal de salida. Los parámetros de la geometría de un
chorro en caída libre son su velocidad (v), calado (h), ancho (b), ángulo vertical (α) y
ángulo lateral (ε) de salida, altura de caída (P), espesor (hP), ancho (bP) y ángulo vertical
de entrada (β) en la superficie del agua del canal de salida y alcance horizontal o
longitud de vuelo (Lv).

Hasta el presente se emplean, para el cálculo de los parámetros mencionados de la


trayectoria, no obstante la complejidad del proceso de vuelo de un chorro, las
ecuaciones derivadas del análisis físico de un cuerpo lanzado en el vacío. Es decir, se
acepta una trayectoria parabólica y se corrige su alcance con un factor para tener en
cuenta la “resistencia del aire”.
v 2 s e αn c o αs v 2 s e2αn 2( P + h) 0.5
Lv = K{ + v cos α [ + ] } (10.5)
g g2 g

En la fórmula 10.5 debe considerarse el término (P+h) para la obtención de la longitud


de vuelo de la parte superior del chorro y (P+h/2) para dicha magnitud en el "centro" del
chorro.

El ancho máximo de vuelo del chorro, bp, se produce en la sección de entrada del
mismo en el canal de salida y se determina según:
Capítulo 10. Trampolines 305

bp = b+2Lvtan ε (10.6)
Donde:
ε: Angulo de vuelo lateral del chorro en la salida del trampolín.

Según Peterka, el ángulo lateral de vuelo del chorro, ε, depende de la geometría del
trampolín y del número de Froude. En trampolines prismáticos de fondo plano refiere
que ε = (2 - 5)0 para F = 6 - 12; siendo pequeño y poco sensible, en este caso, a la
variación del número de Froude y el ángulo de salida vertical del trampolín. Para el
trampolín de sección transversal circular propuesto por el Buró de Reclamaciones de los
Estados Unidos (USBR), ε = (3 - 14)0 para F = 6-11; poseyendo ε valores más altos y
variando apreciablemente con Froude y α. Al aumentar ε, si las restantes condiciones
son iguales, se reduce el poder erosivo del chorro.

El ancho máximo de vuelo del chorro está relacionado con el ancho y la profundidad
máxima del cono de socavación, y con la reducción del nivel de agua, aguas arriba de la
zona de impacto del chorro. A mayor ancho de vuelo del chorro disminuye el caudal
específico y es mayor la desintegración y el atrapamiento de aire. Estos aspectos
permiten la reducción de la profundidad de socavación. Peterka plantea que, en las
condiciones óptimas de funcionamiento del trampolín, el ancho del chorro en la zona de
impacto debe ser igual al ancho del canal de salida para reducir el flujo que, procedente
desde aguas abajo, se dirige hacia la zona deprimida aguas arriba y que crea corrientes
arremolinadas que contribuyen a la erosión de las márgenes. En los casos de canales de
salida con laderas empinadas y elevadas, no obstante, se debe evitar el rozamiento de
los chorros con las mismas para no provocar deslizamientos de tierras que puedan
alterar las condiciones de circulación en el canal.

El ángulo de entrada del chorro en la superficie del agua del canal de salida, β, se
determina según:
2 g ( P + h)
βteórico = arc tan[ t a αn +
2
] (10.7)
v 2 c o2 α s

La resistencia del aire aumenta al crecer el ángulo de salida del chorro y, en


consecuencia, se produce un ángulo βreal mayor que el βteórico. Al ocurrir la entrada del
306

chorro con un ángulo de inclinación mayor en el canal de salida, la componente vertical


de la velocidad aumenta, provocándose una mayor profundización del cono de
socavación.

Para trayectorias relativamente planas, la componente horizontal es grande y se


producen velocidades en esta dirección que persisten en un tramo prolongado del canal
de salida, aguas abajo del punto de impacto del chorro. Este régimen de circulación
superficial provoca un aumento en la erosión de las márgenes de dicho tramo. También
aumenta el efecto de reducción del nivel del agua (Water Drawdown) aguas arriba de la
zona de impacto del chorro. En la elección del ángulo de salida y de la posición del
trampolín, respecto al nivel del agua en el canal de salida, debe considerarse la
obtención de los valores del ángulo de entrada del chorro, β, que no provoquen efectos
inadmisibles en una obra dada (β > 300).

Mirtjuslava considera que el chorro, al entrar en el agua del canal de salida, continúa
con una dirección rectilínea bajo el ángulo de entrada. Y determina la distancia del
punto más bajo del cono de socavación, respecto al final del trampolín, Lvc, según:
t0
Lvc = Lv + (10.8)
tan β

Este autor plantea que dicha fórmula es válida cuando no se produce sumersión del
trampolín por inundación aguas abajo ni existe régimen superficial en la unión del
chorro y la superficie del agua en el canal de salida, es decir, β > 300. Para 150 < β < 300
se presenta régimen superficial inestable y no se recomienda la expresión propuesta. El
ángulo máximo de salida del trampolín se limita, en la práctica, a un máximo de 350, lo
que se debe a que con ángulos mayores aumentan las cargas sobre la estructura, por un
lado y, por el otro, la resistencia del aire no permite un aumento significativo de la
longitud de vuelo del chorro.

La velocidad teórica de entrada del chorro en el canal de salida, ven, se determina


considerando la trayectoria parabólica según:
Capítulo 10. Trampolines 307

v y + 2 g ( P + h)
2
ven = (10.9)

10. 3. Geometría de la socavación.

10. 3. 1. Introducción.
El chorro que emerge del trampolín incide en el canal de salida con una velocidad
superior, generalmente, a la permisible para el material del lecho natural. Ello provoca
la formación de una hondonada denominada cono de socavación, figura 10. 9. Este
fenómeno va acompañado de remolinos horizontales y verticales inducidos, por el
chorro, en la masa de agua del canal de salida.

Los remolinos laterales de eje vertical son responsables, fundamentalmente, de la


erosión de los márgenes, lo que trae como resultado, un ensanchamiento de la
socavación. Si el talud aguas arriba del cono alcanza la base del trampolín se puede
producir el desnudamiento parcial o total de su cimentación.

Continúa en: el libro “OBRAS HIDRÁULICAS.

Conceptos y cálculos con HEC RAS y Hojas de Cálculo”

10. 3. 2. Método de T. S. Mirtjuslava para el cálculo de la profundidad máxima de la


erosión en trampolines sin deflectores (to')
10. 4. Presiones en el trampolín
10. 5. Calados de circulación
10.6. Cálculo de la profundidad máxima del agua en el cono de socavación para
trampolines con deflectores. Método de Amirov modificado
10. 7. Metodología para el diseño hidráulico de trampolines
10. 8. Trampolín tipo “ADE”
10. 9. Problemas resueltos de trampolines

También podría gustarte