SEPARATA CAP 10-Trampolines - Parte I
SEPARATA CAP 10-Trampolines - Parte I
SEPARATA CAP 10-Trampolines - Parte I
SEPARATA
(Tomado del Capítulo 10 del libro “OBRAS HIDRÁULICAS.
Conceptos y cálculos con HEC RAS y Hojas de Cálculo”.)
trampolines
Autor
Juan Eusebio González Fariñas
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Capítulo 10. Trampolines 293
10. 1. Introducción
Trampolín de
salto libre
Rápida
Foto 10. 2. Vistas de la presa de Belesar/ Ribeira Sacra en la que destaca el aliviadero con trampolín en
funcionamiento (De: http://foros.embalses.net/showthread.php/5723-Belesar...26-febrero-2010-
aliviaderos-abiertos.)
294
1
3
2 2
1
3
Figura 10. 3. Vistas de aliviaderos con trampolín: 1) Rápida 2) Trampolín 3) Zona del cono de socavación.
a) Aliviadero con trampolín de geometría compleja/ Embalse b) Vista en detalle del trampolín curvo de la presa Tucurui,
de Santomera/Murcia (De Brazil. (De:
http://foros.embalses.net/showthread.php/11446-Por- http://saltonsea.sdsu.edu/photo_gallery_spillways.html)
f%C3%ADn-una-visita-al-embalse-de-Santomera/page2 )
Figura 10. 4. Dos ejemplos de geometría de trampolín muy diferentes que responden a condiciones locales
distintas. En el caso (a) se aprecia un curvado hacia la margen izquierda. En el caso (b) es de geometría
circular simple.
Capítulo 10. Trampolines 295
a) Trampolín con fondo curvilíneo b) Vista del trampolín con deflectores curvos/
transversal al flujo principal en la presa de Presa Gallito Ciego, Peru.
Alquera/ España. (De: (De:
http://foros.embalses.net/showthread.php/11 http://saltonsea.sdsu.edu/photo_gallery_spillway
656-Barragem-de-Alqueva ). s.html)
A partir de la década de los años 70, la revalorización del empleo de presas y rápidas
escalonados – impulsado por el surgimiento del hormigón compactado por rodillos -
hizo pensar en la posibilidad de superar las soluciones “clásicas” de pozos, estanques
amortiguadores (Chanson, 1999; S. Alam, 1988) y trampolines, por la contribución de
los perfiles escalonados a la disipación de la energía. Estas ideas se apoyaron, también,
en la realidad de las complicaciones prácticas para la solución de los problemas
frecuentes de cavitación y erosión de muchas de las obras de mayor envergadura.
Chanson, et al., plantea, de forma general, que el escalonado incrementa
significativamente la disipación de energía y, por ello, se reducen las dimensiones del
disipador de energía y los riesgos de erosión aguas abajo. Sin embargo, la
comprobación experimental de que en escalonados de altura pequeña (Mateos Iguacel y
V. Elviro, 1999) –que son los más propios de las presas y rápidas escalonados- la
disipación de la energía es similar a la de aliviaderos y rápidas lisos, evidencia que, en
296
Hasta el presente se han empleado diseños muy diversos para los trampolines, figuras
10. 3 a 10. 5. Desde estructuras de sección transversal rectangular; cajeros divergentes;
soleras plana horizontal, plana con pendiente adversa y curvilínea, en las direcciones
longitudinal y transversal al flujo, hasta diseños especiales con cajeros en esviaje,
etcétera. En la salida del trampolín se suelen disponer deflectores del flujo, comúnmente
llamados “dientes deflectores” o, simplemente, “deflectores”.
El empleo de deflectores con paredes laterales divergentes, en el sentido del flujo, según
resultados experimentales de Galperin, citado por Quintela y Ramos, et al., disminuye el
riego de cavitación. Galperin obtuvo experimentalmente que un ángulo de divergencia
de 12º es suficiente para minimizar la posibilidad de ocurrencia de daños por cavitación.
González, 1985, confirmó experimentalmente que, al aumentarse el ángulo de
divergencia o de “conicidad” del deflector, se reduce el riego de cavitación pues tienden
a aumentar las presiones en sus caras laterales.
Capítulo 10. Trampolines 297
Finalmente, el impacto del chorro con la masa de agua del canal de salida, en presencia
de una elevada aireación, es otra fuente de pérdidas de carga. Al efecto de las pérdidas
por colisión, se añade la energía empleada en la compresión de las burbujas de aire en la
zona de impacto y la elevación adicional de la turbulencia que provoca el ascenso de
dichas burbujas en la mencionada zona. Nóvak y Cabelka reportan el caso de los
trampolines de la presa Slapy, sobre el río Vltava, en Eslovaquia, en los que con una
aireación del 50% de los chorros se obtuvo que un 25% de la energía fuera empleada en
la compresión de las burbujas de aire.
298
En la medida en que el terreno sea menos resistente a la erosión, figura 10. 6b, será
necesario acercar el trampolín al canal de salida –nótese que a partir de la sección de la
rápida en la que funciona en régimen uniforme, la extensión de su longitud aguas abajo
no incrementa la velocidad del flujo en la misma- en busca de que el chorro tenga una
menor altura de caída, P. A menor altura de caída se reduce la velocidad del chorro y,
en consecuencia, disminuye su capacidad erosiva. En estos casos de terrenos poco
resistentes es muy importante, también, el adoptar medidas de protección del lecho en la
vecindad del trampolín para evitar que los flujos de los caudales pequeños, que son los
que tienen mayor persistencia a lo largo de la vida útil de la obra, provoquen erosiones
inadmisibles al pie de la misma.
Capítulo 10. Trampolines 299
Trampolín de
salto libre
Cono de socavación
Rápida
Cimentación
con dentellón
La erosión se produce
Caso a. alejada del final del
trampolín.
Trampolín de
salto libre
Cono de socavación
principal
Rápida
Cimentación
con pilotes
La mayor o menor altura del trampolín sobre el nivel del agua de la descarga representa
una disminución o alargamiento de la rápida que tendrá poca influencia en las pérdidas
de carga del agua por la circulación en la misma. Sin embargo, a mayor altura del
trampolín se incrementaran la longitud de vuelo del chorro, su ángulo y velocidad de
entrada en la masa de agua del canal de salida. Nótese que la velocidad vertical del
La ubicación del trampolín resulta, por todo lo anterior, una solución de compromiso
entre la economía que se obtiene por el acortamiento de la rápida y las condiciones de la
erosión -profundidad y distancia al final del trampolín y desnudamiento al pie del
mismo- que pueden incrementar el costo de la cimentación profunda para garantizar la
estabilidad de la estructura terminal. La solución óptima debe obtenerse de un análisis
de alternativas económicas.
Figura 10. 7. Vistas de distintos ensayos de trampolines diversos dirigidos por el autor en el laboratorio
de modelación física del Centro de Investigaciones Hidráulicas del ISPJAE/ La Habana, 1976.
302
Las desventajas del empleo de los deflectores están asociadas, como se apuntó antes, a
la posibilidad de ocurrencia de cavitación y erosión, a las fuerzas trasmitidas a la
estructura del trampolín y al peligro de inducir un salto hidráulico para los caudales
menores. La eficacia de los deflectores, no obstante, compensa las dificultades que
introducen en su estudio, cálculo y construcción pues mejoran, en general,
apreciablemente, las condiciones de funcionamiento del trampolín. El autor estudió
deflectores planos en los que se variaron la altura, Y1, y sus ángulos vertical, ψ; lateral,
θ y de conicidad, χ. Concluyó que los deflectores de una pendiente, Y1 / X1 = 2, que
corresponden a un ángulo ψ = 26,60, independientemente de su tamaño y otros ángulos,
son los más eficientes, entre los deflectores planos estudiados. En razón de los
resultados obtenidos propone el empleo del deflector que denominó L-1 y cuyas
características son: Y1 / X1 = 2, ψ = 26,60, χ = 20,60 y θ = 900, para su empleo en
trampolines planos y circulares.
H caract . − H v
K cavit . = 2
(10.1)
vcaract .
2g
Donde:
Capítulo 10. Trampolines 303
En el caso del deflector L-1 del trampolín “ADE” se emplea el valor Kcrít. = 0.68. Es
posible plantear, entonces, que la condición para que no se produzca cavitación en los
deflectores de este trampolín es:
H caract . − H v
K cavit . = 2
≥ 0.68 (10.2)
vcaract .
2g
v 2 2.94( h + H atm. − H v )
Fmáx. = = (10.4)
gh h
Si F < Fmáx, no ocurre la cavitación en los deflectores del trampolín “ADE”.
El ancho máximo de vuelo del chorro, bp, se produce en la sección de entrada del
mismo en el canal de salida y se determina según:
Capítulo 10. Trampolines 305
bp = b+2Lvtan ε (10.6)
Donde:
ε: Angulo de vuelo lateral del chorro en la salida del trampolín.
Según Peterka, el ángulo lateral de vuelo del chorro, ε, depende de la geometría del
trampolín y del número de Froude. En trampolines prismáticos de fondo plano refiere
que ε = (2 - 5)0 para F = 6 - 12; siendo pequeño y poco sensible, en este caso, a la
variación del número de Froude y el ángulo de salida vertical del trampolín. Para el
trampolín de sección transversal circular propuesto por el Buró de Reclamaciones de los
Estados Unidos (USBR), ε = (3 - 14)0 para F = 6-11; poseyendo ε valores más altos y
variando apreciablemente con Froude y α. Al aumentar ε, si las restantes condiciones
son iguales, se reduce el poder erosivo del chorro.
El ancho máximo de vuelo del chorro está relacionado con el ancho y la profundidad
máxima del cono de socavación, y con la reducción del nivel de agua, aguas arriba de la
zona de impacto del chorro. A mayor ancho de vuelo del chorro disminuye el caudal
específico y es mayor la desintegración y el atrapamiento de aire. Estos aspectos
permiten la reducción de la profundidad de socavación. Peterka plantea que, en las
condiciones óptimas de funcionamiento del trampolín, el ancho del chorro en la zona de
impacto debe ser igual al ancho del canal de salida para reducir el flujo que, procedente
desde aguas abajo, se dirige hacia la zona deprimida aguas arriba y que crea corrientes
arremolinadas que contribuyen a la erosión de las márgenes. En los casos de canales de
salida con laderas empinadas y elevadas, no obstante, se debe evitar el rozamiento de
los chorros con las mismas para no provocar deslizamientos de tierras que puedan
alterar las condiciones de circulación en el canal.
El ángulo de entrada del chorro en la superficie del agua del canal de salida, β, se
determina según:
2 g ( P + h)
βteórico = arc tan[ t a αn +
2
] (10.7)
v 2 c o2 α s
Mirtjuslava considera que el chorro, al entrar en el agua del canal de salida, continúa
con una dirección rectilínea bajo el ángulo de entrada. Y determina la distancia del
punto más bajo del cono de socavación, respecto al final del trampolín, Lvc, según:
t0
Lvc = Lv + (10.8)
tan β
Este autor plantea que dicha fórmula es válida cuando no se produce sumersión del
trampolín por inundación aguas abajo ni existe régimen superficial en la unión del
chorro y la superficie del agua en el canal de salida, es decir, β > 300. Para 150 < β < 300
se presenta régimen superficial inestable y no se recomienda la expresión propuesta. El
ángulo máximo de salida del trampolín se limita, en la práctica, a un máximo de 350, lo
que se debe a que con ángulos mayores aumentan las cargas sobre la estructura, por un
lado y, por el otro, la resistencia del aire no permite un aumento significativo de la
longitud de vuelo del chorro.
v y + 2 g ( P + h)
2
ven = (10.9)
10. 3. 1. Introducción.
El chorro que emerge del trampolín incide en el canal de salida con una velocidad
superior, generalmente, a la permisible para el material del lecho natural. Ello provoca
la formación de una hondonada denominada cono de socavación, figura 10. 9. Este
fenómeno va acompañado de remolinos horizontales y verticales inducidos, por el
chorro, en la masa de agua del canal de salida.