La Inteligencia Artificial Ante El Desafío de La Transparencia Algorítmica. Una Aproximación Desde La Perspectiva Jurídico-Administrativa
La Inteligencia Artificial Ante El Desafío de La Transparencia Algorítmica. Una Aproximación Desde La Perspectiva Jurídico-Administrativa
La Inteligencia Artificial Ante El Desafío de La Transparencia Algorítmica. Una Aproximación Desde La Perspectiva Jurídico-Administrativa
Gabriele Vestri
I. INTRODUCCIÓN
(3) El Profesor John McCarthy acuñó esta definición durante una exposición en la
Conferencia de Dartmouth de 1956.
(4) A. Cerrillo i Martínez (2020: 76).
(5) L. Cotino Hueso (2019: 2-3).
(6) Véase: A. Zlotnik (2019:25).
(7) M. López Oneto (2020:47).
(8) R. Benítez, G. Escudero, S. Kanaan, D. Masip Rodó (2013:13).
(9) A. Huergo Lora (2020:27).
(10) Según la empresa, antes del confinamiento domiciliar del mes de marzo de 2020,
más precisamente a partir del 26 de febrero de 2020, el chatbot respondió a más de cien
mil preguntas sobre el virus. Véase: https://1millionbot.com/nuestros-chatbots/. [Consultado
el 5 de enero de 2021].
(11) Véase: https://quibim.com/eu/. [Consultado el 5 de enero de 2021].
(16) Sobre datos e inteligencia artificial puede verse: J., Bonmatí Sánchez, J.J., Gonzalo
Doménech (2020:116-117).
(17) J. Agudo González (2013: 129-130).
(18) Véase E. Suñé Linás (2020:99-107).
(25) En este sentido véase, J. Ponce Solé (2019:12). I. Martín Delgado (2009:353-386).
(26) Véase E. Gamero Casado, S. Fernández Ramos (2017:170).
estos, que asumen una importancia clave, si, como señala Cerrillo i Martínez,
debemos además considerar la «opacidad de los algoritmos» que en el seno
de la Administración pública son considerados verdaderas cajas negras (35).
Este análisis parte de un supuesto que puede resultar obvio pero que, en
nuestra opinión, por lo menos a nivel general, representa la realidad actual
del sector público. Las Administraciones públicas —la mayoría de ellas—, en
este momento, no son creadoras de IA (37). Es decir, las entidades públicas
no inventan sus propios sistemas de IA sino que, en todo caso, se apoyan en
empresas que les suministran las herramientas necesarias. A partir de este punto,
debemos observar la regulación de la contratación pública en conexión con
la adquisición o suministro de IA. El marco de la regulación al que podemos
acudir es el artículo 16 de la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos
del Sector Público (LCSP) que, como es sabido, representa el punto de inicio
para el tratamiento de los contratos de servicio. Asimismo, interesa el artículo
308.1 de la misma ley que nos entrega un avance en la materia ya que toma
en cuenta el problema que podría surgir entre la IA y los derechos de propiedad
intelectual e industrial de los productos objeto del contrato de suministro. Aquí,
el legislador parece ser bastante categórico ya que establece: «Salvo que se
disponga otra cosa en los pliegos de cláusulas administrativas o en el documento
contractual, los contratos de servicios que tengan por objeto el desarrollo y la
puesta a disposición de productos protegidos por un derecho de propiedad
intelectual o industrial llevarán aparejada la cesión de este a la Administración
contratante. En todo caso, y aun cuando se excluya la cesión de los derechos
de propiedad intelectual, el órgano de contratación podrá siempre autorizar
el uso del correspondiente producto a los entes, organismos y entidades per-
tenecientes al sector público». La norma, en el sentido que nos ocupa en este
trabajo, representaría el fundamento de la misma transparencia. Así es pues:
la empresa que desarrolle un sistema de IA para la Administración pública está
obligada a transmitir a la entidad pública los derechos de propiedad intelectual
y, por ende, deberá transferir los códigos fuente que, por lo tanto, debido a la
LTAIBG, serán puestos a disposición de quien quiera acceder a la información.
Ahora, hemos mencionado con anterioridad que, en la actualidad las
Administraciones públicas suelen requerir una IA ya existente que pueda ser
adaptada a las exigencias de la Administración. En este caso no encontraría
(37) Esta afirmación se hace más visible en las Administraciones locales. En este sentido
queremos compartir ciertos resultados genéricos —todavía— acerca de una investigación que
estamos desarrollando. El pasado 7 de noviembre de 2020 empezamos una investigación
titulada: «La transición digital de las Administraciones públicas municipales de la provincia
de Cádiz». Solicitamos a los 45 Municipios que componen la provincia de Cádiz, indicarnos
si disponen y utilizan sistemas de IA o de automatización de la actividad administrativa.
Podemos señalar que un primer y generalísimo dato parece apuntar a que en su mayoría los
municipios ignoran el concepto profundo de IA y no usan sistemas de IA propiamente dichos.
2. La ética algorítmica
(47) COM(2020)65.
(48) Comisión Europea (2020:31).
(49) Véase N. Patrignani (2018).
(50) Véase «Sentencia SyRI» anteriormente citada.
3. Auditoría algorítmica
IV. CONCLUSIONES
Bien, somos conscientes de que las tesis que se han plasmado en este
breve ensayo amplían el debate sobre la IA, los algoritmos y la transparencia
algorítmica. Sin embargo, esto, y desde luego el correspondiente debate, tiene
que ser considerado positivamente. El ejemplo es precisamente la citada Carta
de Derechos Digitales, una carta que introduce ciertas novedades, aunque
sin duda, podría ser más ambiciosa. En este sentido, por ejemplo, debería
representar uno de los ejes de debate acerca de la tecnología disruptiva,
así como definir los mecanismos de identificación de los instrumentos de
actualización de la tecnología actual y futura, pues, debido a la velocidad
con la que cambia el panorama tecnológico, esta aportación resultaría extre-
madamente necesaria.
En fin, no debemos rehuir del debate sino utilizar todos los conocimientos
para que el uso de la IA pueda ser un avance y no un escollo en la transición
digital.
V. BIBLIOGRAFÍA