Texto Apartir de Virginia Woolf

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Mientras me encontraba sacando y destapando cervezas, atendiendo a la multitud que

se abarrota en el pequeño video bar de mi mama, a través de los actos y


comportamientos de estos presentes, como las palabras que he llegado a intercambiar
detrás de la barra de madera, con algunos de los pocos clientes fieles que este lugar
puede tener, me han surgido ideas que podría plantearlo como un tema de interés a
desarrollar en las artes visuales, hablar sobre los placeres, sobre el refugio, la alegría
que este lugar puede llegar a ofrecer por medio de la música, el baile y las drogas.

Era un sábado como todos los otros, gente catando, bailando, bebiendo, felices, como
si fueran el otro. Llega un hombre de unos cuarenta a cincuenta años de edad, con
buen físico y conocido por varias mujeres y hombres que como el, frecuentan muy
seguido este bar. Eran la una de la mañana cuando toma el asiento de la barra y pide
una cerveza, mientras se la bebía me testificaba lo necesario de salir para conciliar el
sueño, así poder ir a casa a descansar su día, ya que las series de la plataforma netflix
no cumplían con dicho objetivo. Después me comento sobre su amor de la vida, su
mujer que lo abandono, no conto muy bien todo, pero se fue con otro, eso fue ya hace
mucho tiempo dijo el señor, quedándose callado mientras bebía la cerveza, no
sabremos si este hombre se lo merecía, bueno o malo , al final tenia insomnio,
después se agrupo con otros hombres , luego, cuando cerramos se fue borracho, de
ahí me surge la pregunta, ¿ todos los hombres y las mujeres que frecuentan lugares
nocturnos, consumiendo drogas en exceso, tienen algo que soltar para poder conciliar
el sueño y seguir con la vida? ¿Acaso al beber o consumir drogas me convierto en otra
persona? Semanas antes había salía a una discoteca de techno un viernes con un
amigo, me explicaba lo hermoso de la música y las sensaciones que esta causa en él
y dijo “todas las personas que estamos acá, nos duele algo y tenemos que pistiarlo” tal
vez para él, un lugar de un día a la semana le sacaba de la rutina de su vida y lo hacía
sentir mejor.

Por un lado comencé a pensar sobre estas preguntas que surgieron aquella noche de
conversaciones, con la intención de crear una obra sobre la vida mundana y los
excesos, sobre el otro que todos tenemos, es que cuando bebemos, todos cambiamos
de actitud, ya no somos nosotros, somos otro, sin vergüenza alguna, después de estar
bebidos, si no sabemos bailar, bailamos, sin pena de que se burlen de uno, hacemos
tonterías, hablamos de más, amamos a todos o los odiamos a todos y peleamos.
Entonces empecé a mirar los comportamientos y actitudes en las primeras horas
cuando todos están empezando a beber, y los estados de alteración cuando ya
estamos de madrugada en el video bar de mi mama, al analizar todos como cambia de
actitud, llega otro hombre que también frecuenta el lugar, con la mirada distorsionada
de la borrachera, me decía que me quería mucho entre palabras enredadas, cuando
una luz de la discoteca le pronuncia un rosa intenso en la cara a este hombre que es
muy amplio y amable, me pareció interesante para una pieza plástica sobre este tema
de la vida mundana, no ha sido un teman nuevo, ya ha estado realizado por varios
artistas, en la historia del Arte, pero es una intención de interés personal en querer
plasmar en pintura los rostros de hombres extremadamente ebrios, con estas luces
fluorescente, porque le logre tomar una foto que me gusto para retratarlo y realmente
yo que he visto a este hombre en sano juicio, en esa foto y en ese momento en el
estado que se encontraba no era él, es otro al borde de la locura queriéndome algo
que no hace cuando lo veo en sano juicio.

Esta foto me ayudo a querer de nuevo realizar retratos, llevaba tiempo pensando un
tema para pintar un retrato, ya que antes pintaba más por perfeccionarme
técnicamente que no pensaba en el concepto ni la idea general, mi idea es pintar por
el placer que me da, como el placer que me da pintar figuras y rostros humanos,
pensé entonces en volver a retomar este placer y retratar a estas personas desde el
punto desde el del otro yo que goza de la vida mundana, tal vez tratando poder lograr
algo más psicoanalítico de la gente que sus refugios son las drogas y el alcohol en
exceso, porque a fin de cuentas, a la mayoría de personas les gusta el alcohol, que es
la droga bien vista por la sociedad, por su estado de alteración y se podría decir que
todos hemos bebido alcohol, alguno son más controlados que otros pero tal vez será
por falta de dinero y las responsabilidades, porque si nos sobrara dinero la gente
seguro bebería más alcohol o se drogaría más. .

Por el otro lado se me viene la idea de cuestionarme la doble moral que hay en la
construcción social sobre el uso de las drogas, hablando de las drogas legales como el
alcohol la bien vista por la sociedad, en contraste con una ilegal la marihuana, al final
llegar a pensar ¿qué es una droga? Pues mi familia personalmente odia que fumen
marihuana o hacen comentarios un poco ofensivos sobre los fumadores de marihuana,
pero ellos también son drogadictos como les dicen a estas personas, ellos beben
bastante y de hecho la familia comparte mucho entre bebidas, pero no solo la familia,
si no que bastante gente con la que he compartido palabras detrás de esta barra que
les vengo contando, donde ha surgido la idea de relatar la bohemia y su otro yo, ellos
también han hecho comentarios ofensivos, con quienes fuman marihuana llegando a
compararlos con delincuentes, sin saber que yo soy un consumidor de esta flor,
mientras que ellos pierden el poder de la conciencia de él, dejando apoderar el alcohol
su comportamiento, la marihuana no causa esta pérdida de la conciencia y es utilizada
medicinalmente también, pero arremeten contra ellos por medio de su ignorancia.

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