Bloque A - 1. - La Filosofía y El Ser Humano

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Filosofía Bloque I: La filosofía

BLOQUE I: LA FILOSOFÍA
1.1. La filosofía como asombro.
1.2. La Filosofía frente a otros saberes.
1.3. Rasgos distintivos del saber filosófico.
1.4. El origen histórico de la Filosofía.
1.5. La Filosofía y su Historia: Esquema.

1.1. La Filosofía como “asombro”.


La palabra filosofía significa etimológicamente “amor al saber” (“filos”=amor y
“sofía”=sabiduría). Fueron unos filósofos presocráticos, los pitagóricos, los primeros que
utilizaron la palabra filosofía para referirse a la búsqueda del saber. Platón y Aristóteles
entendieron la actividad filosófica como un asombro, una forma de entusiasmarse con el
mundo, el ser humano y sus problemas. Esta búsqueda de respuestas exige una toma de
conciencia de la propia ignorancia. Para Sócrates la filosofía es una búsqueda colectiva y
dialogada de la verdad una vez que se reconoce la propia ignorancia. Se trata de destruir de
forma crítica los propios mitos, las creencias irracionales, las explicaciones tradicionales….
Para construir racionalmente explicaciones “lógicas”, críticas y apoyadas en argumentos
racionales. Por esto suele decirse que la Filosofía es enemiga de la ignorancia, de los prejuicios,
de lo irracional y de las meras opiniones subjetivas y no argumentadas racionalmente.

1.2. La Filosofía frente a otros saberes


Para definir qué es la Filosofía no es suficiente con decir que es un “amor al saber”, una
“búsqueda de respuestas” frente a la ignorancia o la opinión, ya que hay otros saberes que
también tratan de responder a los interrogantes que el ser humano se viene haciendo desde que
es humano. Por eso es necesario situar el saber filosófico frente a otros saberes, para obtener
una serie de rasgos que distingan y definan el campo de la filosofía frente al resto de los
saberes.
En el siguiente cuadro podemos observar una clasificación evolucionista de los saberes entre
los que se encuentra la Filosofía. A continuación, veremos algunos de los rasgos que
caracterizan el resto de los saberes para llegar finalmente a delimitar los rasgos distintivos del
saber filosófico.
El ser humano ha ido construyendo saberes con los que se enfrenta a la realidad, para
conocerla, para dominarla, para adaptarse al medio y superar las dificultades que éste le
impone. Mediante esos saberes que ha ido elaborando, el ser humano ha ido haciéndose a sí
mismo como “ser humano”.
El ser humano dispone de unos pocos “saberes naturales”, de carácter innato o instintivo,
como son ciertos invariantes conductuales (arquear las cejas como muestra de enfado,
levantarlas para saludar, etc.) que son comunes a los hombres de todas las culturas. Según
Noam Chomsky, existen además unos “universales lingüísticos”, unas estructuras lingüísticas
comunes a todas las lenguas, y que se sitúan en la estructura profunda del lenguaje. Del mismo
modo que la naturaleza y la evolución nos han otorgado disposiciones perceptuales innatas,
como la visión tridimensional, también nos han otorgado disposiciones lingüísticas innatas. La
estructura sujeto-predicado es un ejemplo de dichos universales.

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Filosofía Bloque I: La filosofía

Invariantes conductuales y “universales lingüísticos” son saberes “naturales” con los que el
hombre “nace”; todos los demás saberes ha tenido que “inventarlos” (¿recuerdas el “mito de
Prometeo?)… Los saberes que el hombre ha ido construyendo a lo largo de su evolución son
los saberes que llamamos “culturales”. Son estos saberes los que definen al hombre como
“animal cultural”, aquellos saberes que se transmiten por “aprendizaje social” y donde sí
funciona la “herencia de lo adquirido” (hasta nosotros llegan los saberes acumulados por las
generaciones anteriores, de manera que no tenemos que empezar de cero, preguntándonos por
ejemplo: “¿de qué están hechas las cosas?” o “¿qué es eso que brilla allí arriba?).
Dentro de los “saberes culturales”, los primeros saberes que aparecieron en todas las
culturas (aunque en tiempos y lugares diferentes y con contenidos muy dispares) fueron saberes
como los mitos, distintas formas de magia, las religiones y las técnicas. A estos primeros
“saberes culturales” los llamaremos “saberes bárbaros”, pues son propios de las culturas
llamadas “bárbaras”, es decir, de culturas que no han tenido contacto con la cultura occidental o
que no realizan intercambios comerciales ni culturales, más o menos equitativos, con otras
culturas. Son saberes que se dan, por ejemplo, en la cultura yanomami.
En sentido riguroso, las culturas llamadas “bárbaras” no poseen ciencias, ni filosofía, ni
tecnologías, ni teologías… Estos saberes han surgido al amparo de la cultura o civilización
occidental, por lo que los denominaremos “saberes culturales civilizados”. Los primeros que
surgen son la Filosofía y las ciencias.
La Filosofía y las primeras ciencias surgen en la antigua Grecia, a partir del siglo VI a.d.n.e.
Frente a los demás saberes, son saberes “críticos”, porque juzgan, analizan, critican, se
replantean constantemente sus principios, de manera que su historia, la historia de los saberes
críticos (la historia de la filosofía o la historia de cualquier ciencia) es la historia del constante
replanteamiento de sus principios y propuestas.
Estos saberes civilizados críticos (la Filosofía y las ciencias) no anularon sin embargo al
resto de los saberes (cuando apareció la reflexión filosófica no desaparecieron los mitos), sino
que convivieron y/o entraron en conflicto con ellos. Y como resultado de esa convivencia (o
conflicto) surgieron nuevos saberes: los saberes que llamaremos “civilizados acríticos”, a saber,
las tecnologías, las teologías, las pseudociencias y las ideologías. Estos saberes son “acríticos”
porque, en general, no se plantean como una “crítica” o un “juicio” de sí mismos.
Esta clasificación evolucionista de los saberes no pretende introducir ningún tipo de
consideración moral acerca de qué saberes son “mejores” o “peores”, sino ofrecer una
clasificación de los saberes de los que hoy se sirve el ser humano para conocer y para actuar,
para sobrevivir y para saber vivir. Todos los saberes están a nuestro alcance y todos ellos
desempeñan alguna función o dan respuestas a algunas de nuestras necesidades.

A continuación, veremos los principales rasgos distintivos de algunos de estos saberes, para
centrarnos finalmente en la Filosofía como saber crítico radical.

MITOS
El "mito" (del griego mythos: palabra, expresión, mensaje, algo que se narra) es un conjunto
de narraciones y doctrinas tradicionales que se transmiten literalmente y sin alteración por vía oral
(aedos, rapsodas) o escrita (en el caso de los mitos griegos, recogidos y reconstruidos por Homero y
Hesíodo), que explican el origen, destino y organización de una comunidad étnica y cultural, cuya
identidad tratan de preservar. Tratan del mundo, de los hombres y los dioses... y ofrecen una
explicación total en la que encuentran respuesta los problemas y enigmas fundamentales acerca del
origen y naturaleza del universo, del hombre, la civilización y la organización social, etc.
Los mitos poseen una función social, pues establecen, a partir de los acontecimientos
puntuales que narran, pautas de comportamiento que deben seguirse como normas y mandatos:
prescriben ritos positivos y proscriben determinados actos (prohibiciones sexuales, tabúes
alimenticios, etc.), ofrecen modelos ejemplares y generan valores. No son, entonces, narraciones
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gratuitas, pues garantizan la organización social de un pueblo (incluso la continuidad física de sus
miembros). Como señala G.Dumézil, "el país que no tenga leyendas (...) está condenado a morir de
frío (...) pero el pueblo que no tenga mitos está ya muerto. La función de la clase particular de
leyendas que son los mitos es expresar dramáticamente la ideología de que vive la sociedad,
mantener ante su conciencia no solamente los valores que reconoce y los ideales que persigue (...)
sino ante todo su ser y estructura mismos, los elementos, los vínculos, las tensiones que la
constituyen; justificar, en fin, las reglas y las prácticas tradicionales sin las cuales todo lo suyo se
dispersaría".
Entre los temas más comunes de los mitos griegos, podemos señalar: castigos por impiedad
(salirse de la función asignada o jactarse de superar a una divinidad), intentos de deshacerse de un
rival, competiciones (por el reino, por honor, etc.), disputas de familia, venganzas, esposa infiel,
relaciones incestuosas, armas especiales, fundación de ciudades, etc.
Dada la gran diversidad de temas que pueden tratar, los mitos suelen clasificarse según su
contenido en:
a) COSMOLÓGICOS: explican el origen del mundo
b) TEOGÓNICOS: se refieren al origen de los dioses
c) ANTROPOGÓNICOS: relativos a la aparición del hombre
d) ETIOLÓGICOS: tratan de explicar el porqué de determinadas instituciones sociales, políticas,
religiosas, etc.
e) ESCATOLÓGICOS: se refieren a la vida de ultratumba, a los muertos o al fin del mundo
f) MORALES: prescriben o proscriben conductas; pueden referirse a la lucha entre principios
contrarios (bien-mal)

Bronislav Malinowski: Definición de mito


Enfocado en lo que tiene de vivo, el mito no es una explicación destinada a satisfacer una curiosidad
científica, sino un relato que hace revivir una realidad original y que responde a una profunda necesidad
religiosa, a aspiraciones morales. a coacciones e imperativos de orden social, e incluso a exigencias
prácticas. En las civilizaciones primitivas el mito desempeña una función indispensable: expresa, realza y
codifica las creencias; salvaguarda los principios morales y los impone; garantiza la eficacia de las
Ceremonias rituales y ofrece reglas prácticas para el uso del hombre. El mito es, pues, un elemento
esencial de la civilización humana; lejos de ser una vana fábula, es, por el contrario, una realidad viviente
a la que no se deja de recurrir; no es en modo alguno una teoría abstracta o un desfile de imágenes, sino
una verdadera codificación de la religión primitiva y de la sabiduría práctica [...] Todos estos relatos son
para los indígenas la expresión de una realidad original, mayor y más llena de sentido que la actual, y que
determina la vida inmediata, las actividades y los destinos de la humanidad El conocimiento que el hombre
tiene de esta realidad le revela el sentido de los ritos y de los preceptos de orden moral, al mismo tiempo
que el modo de cumplirlos.
Magia, ciencia y religión, citado por Mircea Eliade en Mito y realidad, Guadarrama, Madrid
1978, p.26-27.

MaGia
El origen del término “magia” es persa. Hace referencia a las técnicas de los “magos”
(miembros de una ancestral casta sacerdotal) que creían en la posibilidad de dominar la naturaleza
mediante artes secretas, ritos y ceremonias reservados a los “iniciados”, a través de la actuación de
fuerzas extraordinarias y ocultas, solamente dominadas por los miembros de dicha casta.
La magia puede coexistir con los mitos, pero sus secretos sólo son poseídos por una casta
especial de "sabios brujos" o "chamanes" ("chamán" es una palabra usada por pueblos de habla
tungús de Siberia para designar al mago especialista con dedicación a tiempo parcial, frente al

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sacerdote), cuyo superior prestigio social se basa en el dominio exigitivo que parecen tener sobre la
naturaleza. El brujo debe saber ejecutar ritos pautados, salpicados de fórmulas secretas, por cuya
virtud ocurren los acontecimientos esperados (la salud o la enfermedad, las lluvias o la sequía, etc.).
El brujo o chamán prefigura, como casta, al científico: manipula objetos de la naturaleza para
lograr resultados físicos o psíquicos. Pero -a diferencia de los científicos- el chamán guarda
celosamente sus secretos y no permite que los resultados no-satisfactorios invaliden la supuesta
eficacia de sus ceremonias (no permite que sean "falsables" por la experiencia).
Sir James Frazer ("La rama dorada") resume el pensamiento mágico en dos principios:
1º) "LEY DE SEMEJANZA": "Lo semejante produce lo semejante" o "los efectos semejan a sus
causas". De este principio el mago deduce que puede producir el efecto que desee sin más que
imitarlo.
2º) "LEY DE CONTACTO O CONTAGIO": Las cosas que una vez estuvieron en contacto se actúan
recíprocamente o "a distancia", aún después de haber sido cortado todo contacto físico. De este
principio el mago deduce que todo lo que haga con un objeto material afectará de igual modo a la
persona con quien este objeto estuvo en contacto, haya o no haya formado parte de su propio cuerpo.

Según Frazer, existen dos tipos de magia, según se siga un principio u otro: "MAGIA
IMITATIVA" y "MAGIA CONTAMINANTE". Un ejemplo de la primera sería el brujo dayak,
que simula los movimientos del parto para ayudar a la parturienta que se encuentra en una habitación
próxima. El vudú sería un ejemplo del segundo tipo de magia (o el ritual de limpiar el cuchillo que
produjo la herida para aliviarla).
Algunos de los rituales que efectúa el chamán se asemejan a los efectuados por los sacerdotes
de diferentes religiones; sin embargo, la semejanza no va muy allá, puesto que el chamán -a
diferencia del sacerdote- no ruega a ningún alto poder, no demanda el favor de un ser supremo ni se
humilla ante ninguna deidad terrible.
Por otra parte, es común entre los chamanes la experiencia de trance durante la cual aumentan
los poderes del chamán. La forma más frecuente de trance es la posesión (es decir, la invasión del
propio cuerpo del chamán por un espíritu amistoso). El chamán entra en trance fumando tabaco (que
contiene alcaloides alucinógenos y puede provocar visiones si se consume en grandes cantidades),
por ejemplo, en los rituales de los "tapirapé", un pueblo aldeano del centro de Brasil; y también
ingiriendo drogas (peyote), golpeando un tambor, danzando de forma monótona,etc.
En pueblos en los que se utilizan libremente sustancias alucinógenas muchas personas reivindican su
status chamánico; por ejemplo, entre los jívaros, uno de cada cuatro hombres es chamán: el uso de
plantas alucinógenas permite a casi todo el mundo alcanzar los estados de trance esenciales para la
práctica del chamanismo.

RELIGIONES
El origen del término es confuso. Suelen darse dos interpretaciones etimológicas de
“religión”:
1ª) Según la tradición ciceroniana, “religión” procede de “relegere” (recoger, repasar, leer): Ser
religioso es ser escrupuloso en el cumplimiento de los deberes que se imponen al ciudadano en el
culto a los dioses del Estado-Ciudad.
2ª) Según la versión de Lactancio, “religión” procede de “religio” y éste de “religare” (religar,
vincular, atar). Lo propio de la religión es la vinculación y subordinación a la divinidad; ser religioso
es estar vinculado a la divinidad. Esta interpretación acentúa la dependencia del hombre respecto a la
divinidad (Lactancio se refiere a la relación personal del cristiano con Dios), mientras que en la
primera se acentúa el motivo ético-jurídico (el carácter social de la religión, dado que el hombre
romano repasa atentamente sus deberes y los ritos que lleva a cabo para relacionarse con la
divinidad).

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Suelen distinguirse las “religiones reveladas” (aquellas que para explicar su origen se acogen
a una supuesta revelación sobrenatural ocurrida en una época determinada, o bien como una supuesta
manifestación de una divinidad a cada hombre en su fuero interno) y las “religiones naturales”
(aquellas que no recurren a ninguna revelación divina para explicar su existencia, que se basa
simplemente en los mismos hechos religiosos humanos, en cuanto provienen de estados de
conciencia de una determinada colectividad humana: sentimientos, temores, deseo de comprensión
del mundo, etc.).
La mayoría de las religiones suponen la existencia de un clero o sacerdocio profesional
(permanente) y organizado como burocracia (asociada y bajo el control de un templo central). Este
sacerdocio organizado jerárquicamente posee una formación específica sobre rituales, historia de su
religión, etc. (a menudo son escribas y personas cultas). Frente a este elemento activo se sitúan los
fieles (espectadores virtuales), que constituyen el elemento pasivo.
Se suele afirmar que lo que podríamos denominar "núcleo" de una religión viene constituido
por un dios determinado o por una serie de dioses (monoteísmo, politeísmo). Ahora bien, desde el
momento en que constatamos la existencia de religiones sin-dios (es el caso del budismo), no
podemos afirmar que el "núcleo" de la religión sea "dios". En este sentido, algunos autores proponen
la sustitución de ese término como "núcleo" por el término de "numen".*
En cuanto tipo de conocimiento, las religiones pretenden explicar lo que por naturaleza es
inexplicable y se reconoce como tal. Se trata de "un conocimiento que consiste en el reconocimiento
de que no se conoce", como denuncia Kant.
*numen: entidad no humana pero tampoco
impersonal
Técnicas y TECNOLOGÍAS
La transformación más interesante que provoca la aparición del conocimiento crítico es la
conversión de las técnicas en tecnologías.
Históricamente, las técnicas son los gérmenes inmediatos de las ciencias, que acotan y
sistematizan un campo de conocimientos previamente roturado por la actividad artesanal. Así, la
geometría viene detrás de la agrimensura, la aritmética después del comercio y la administración
bancaria de los sacerdotes sumerios, la mecánica detrás de las construcciones de los armadores (los
experimentos de la física de Galileo con planos inclinados y los estudios sobre el movimiento de los
proyectiles no son casuales ni arbitrarios, sino que responden a necesidades concretas de la sociedad
del momento), la medicina después de las prácticas culinarias y de la experiencia traumatológica de
los instructores de gimnasios, etc.
Un oficio práctico como la herrería puede haberse transmitido de una generación a otra
mediante "aprendizaje imitativo" (el hijo imita al padre y el aprendiz al artesano) con muy poca
instrucción formal. Por complejo que sea el conocimiento que el oficio comporta, carece de la
generalidad, el sistematismo y la explicación de una ciencia. En cambio, cuando esa información se
hace explícita en un manual y se encuadra en un marco de categorías generales, exhibe la huella
inequívoca del método y de la práctica científica.
A partir del siglo XIX, las "ciencias teóricas" se convirtieron en fuerzas productivas básicas
de la nueva sociedad industrial, esto es, en "tecnología". Así, la revolución industrial es también una
"revolución tecnológica"; y uno de los factores decisivos de esta revolución fue la revolución
científica de los siglos XVI y XVII.
A partir de la "ciencia básica" o "pura" (de la teoría), comenzaron a generarse tecnologías
(aplicaciones de esa "ciencia básica") como la "electricidad", cuyas aplicaciones prácticas hubieran
resultado imposibles sin la previa comprensión teórica de Faraday y otros; la "ingeniería nuclear",
basada en los descubrimientos de Rutherford y otros; el "radar", que nació de las investigaciones
teóricas sobre la propagación de las ondas radioeléctricas en la atmósfera superior de la Tierra, etc...
Una cuestión sobre la que tenemos que detenernos es la llamada "crítica de la técnica"
(hablamos de "técnica" y no de "tecnología" porque la mayoría de los autores que tratan el tema no

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establecen la distinción terminológica que nosotros seguimos, distinción que nos parece esencial para
mantener cierta claridad conceptual). Desde principios de nuestro siglo, un numeroso (cada vez
mayor) grupo de autores viene criticando el resultado del programa baconiano de "dominar la
naturaleza" mediante la ciencia y sus aplicaciones con el objeto de hacer feliz al hombre. En este
sentido, y a un mero nivel intuitivo, bastará echar un vistazo sobre nuestro entorno y los graves
problemas que le
acechan para no admitir, al menos sin previa "crítica" ("krinein", juicio), los resultados prometidos
por el programa de Bacon.
Ya Ortega, en su "Meditación de la técnica" (en 1939), llamaba la atención sobre los
problemas a los que llevaría el desarrollo tecnológico o lo que él llamaba "era tecnológica":
Uno de los temas que en los próximos años se va a debatir con mayor brío es el del sentido,
ventajas, daños y límites de la técnica. Siempre he considerado que la misión del escritor es prever
con holgada anticipación lo que va a ser problema, años más tarde, para sus lectores y
proporcionarles a tiempo, es decir, antes de que el debate surja, ideas claras sobre la cuestión, de
modo que entren en el fragor de la contienda con el ánimo sereno de quien, en principio, ya la tiene
resuelta.
Lewis Mumford, conocido "historiador crítico" de la técnica, analiza en sus obras las
consecuencias del desarrollo tecnológico. En "El mito de la máquina" -obra publicada en dos
volúmenes: "Desarrollo técnico y humano" (1967) y "El pentágono del poder" (1970, sin traducir al
castellano)- su crítica se centra en "la máquina" como un mito, esto es, en la creencia de que las
innovaciones tecnológicas han sido la principal causa del desarrollo humano y que cada nueva
invención comportará una mejora humana. En "Técnica y civilización" (1934) analiza la evolución de
la técnica, manteniendo una feroz crítica contra su desarrollo incontrolado.
Actualmente, la tecnología y sus consecuencias son tema de reflexión por parte de muchos
autores, de manera que no pocos hablan ya de una nueva disciplina filosófica, la "filosofía de la
técnica". Una de las principales funciones de esta nueva disciplina ha de ser la de proporcionar un
código ético que limite la práctica tecnológica incontrolada; un código que persiga la libertad frente a
la "esclavitud tecnológica". Así, por ejemplo, Jacques Ellul ("El siglo XX y la técnica", 1954,
"Propagande", 1962,etc.) trata de proporcionar una guía concreta, lo que él mismo denomina una
"ética del no-poder", que limite severamente la práctica técnica:
Una ética del no-poder -la raíz del problema- es evidentemente que los seres humanos
acepten no hacer todo lo que son capaces. O no habrá más (...) leyes divinas que oponer, desde
fuera, a la técnica. Esto hace necesario examinar la técnica desde dentro y reconocer la
imposibilidad de vivir con ella, en realidad, sólo de vivir, si no se practica una ética del no-poder.
Esta es la opción fundamental... Debemos buscar sistemática y voluntariamente el no-poder que,
bien entendido, no significa aceptar la impotencia (...), el destino, la pasividad, etc.

PSEUDOCIENCIAS
Otra transformación del conocimiento primitivo por impacto de los conocimientos críticos es
la conversión de las prácticas mágicas en "pseudociencias", es decir, en un tipo de conocimientos que
pretende hacerse pasar por "ciencia", con todo lo que ello supone.
Las prácticas mágicas no sólo sobreviven en las culturas civilizadas o científicas, sino que se
transforman en "ciencias ocultas", "ciencias paranormales" y "parapsicológicas", servidas por una
pléyade de especialistas: echadores de cartas, adivinos, parapsicólogos, ufólogos, etc.
Las pseudociencias pueden definirse como un conjunto de creencias y prácticas cuyos
cultivadores desean -ingenua o maliciosamente- hacer pasar por "ciencias" sobre la base de un acceso
privilegiado a ciertos fenómenos y fuentes secretas de poder que se escapan a los demás. Sólo los
"iniciados" o "elegidos" pueden llegar a entrar en contacto con las fuerzas extra/sobre-naturales sobre
las que se asienta tan extraordinario poder.

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Filosofía Bloque I: La filosofía

Aunque se niegan a fundamentar racionalmente sus doctrinas "secretas" (y, por tanto,
"privadas"), se aprovechan de las limitaciones fácticas del conocimiento racional (científico) para
hacer pasar especulaciones desenfrenadas y datos no controlados por resultados de investigaciones
científicas (se aprovechan del llamado "mito de la ciencia").
Como el cultivo de la ciencia es difícil (exige una gran dedicación y esfuerzo...), las
pseudociencias prosperan en las sociedades industrializadas con más facilidad que el conocimiento
desinteresado. Y, por otra parte, los medios de comunicación de masas, muchas veces guiados por
una presunta neutralidad y otras por sensacionalismo o esnobismo, contribuyen a hacer accesible a
muchas personas las pseudociencias, favoreciendo negocios multimillonarios que explotan la
credibilidad del público y ponen en peligro el bienestar físico y psíquico de mucha gente. Por
ejemplo, raro es el medio que no incluye entre sus páginas o programas un horóscopo.
El hecho de que las pseudociencias hayan crecido y se hayan desarrollado históricamente en
los márgenes de la ciencia (a veces en
simbiosis con ella, o incluso precediéndola y dando lugar a ella, como por ejemplo la ASTROLOGÍA
al lado de la ASTRONOMÍA, o el CHAMANISMO al lado de la MEDICINA) hace difícil su
erradicación cultural e incluso su discriminación...

TEOLOGÍAS
Las religiones, al entrar en contacto con la filosofía, alcanzan un alto grado de estructuración
interna como teologías.
Para contrastar la diferencia entre una religión y la teología que a partir de ella se construye
(con ayuda de la filosofía), y aunque sólo sea a nivel intuitivo, basta comparar algunos pasajes de la
Biblia con alguno de los escritos sobre la naturaleza o la existencia de Dios de Santo Tomás de
Aquino, por ejemplo.
Es en las grandes teologías escolásticas (musulmana y cristiana) donde la mezcla entre
religión y filosofía resulta más intensa.
Desde los tiempos del Edicto de Milán (año 315 d.n.e.) -por el cual el emperador Constantino
se convertía en Papa y Emperador a un tiempo, inaugurando el llamado "cesaropapismo
constantiniano" y cesando las persecuciones contra los cristianos (persecuciones que, por otra parte,
no se debieron a motivos ideológicos ni religiosos, sino de índole político: los cristianos se negaban a
pagar impuestos, a servir al Imperio como soldados, etc.)- hasta casi el Renacimiento, la Filosofía se
elaboró sobre un suelo roturado por el cristianismo, convirtiéndose aquélla en "ancilla theologiae"
(sierva de la teología) y éste en una teología, es decir, en una potente racionalización de la religión
cristiana.
Pero, la teología debe diferenciarse (de la Filosofía) por su carácter marcadamente acrítico,
dogmático, pues parte de unos supuestos que no son discutidos ni pueden serlo (la existencia de Dios
sería el primero de ellos).
Por otra parte, la teología, al intentar reconstruir la religión en términos puramente racionales
(lógicos y filosóficos), hace que el dios de la religión -entendido como una realidad viva y personal-
desaparezca, convirtiéndose en un sujeto de atributos abstractos que no son más que ideas-límite
(como la inmovilidad, la infinitud, la eternidad, la unidad, etc.).

IDEOLOGÍAS
Otra gran transformación del conocimiento afectó a los mitos y consistió en la sustitución de
la mitologías por ideologías (lo cual no quiere decir que desaparezcan los antiguos mitos, sino
únicamente que el papel que en las sociedades primitivas cumplían los mitos es desempeñado, en las
sociedades civilizadas
y científicas, por las ideologías).
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Filosofía Bloque I: La filosofía

A diferencia de los mitos, las ideologías son representaciones organizadas lógicamente, que
expresan el modo como los hombres viven y entienden la realidad en la que están insertos.
Una ideología es un complejo de ideas que, como los mitos, contribuyen a dar cohesión a un
grupo social en función de unos intereses prácticos inmediatos. Pero, a diferencia de los mitos, las
ideologías deben criticar y excluir las alternativas que se les oponen, autojustificándose frente a las
demás: Es esto resultado de la influencia del rigor impuesto por los saberes críticos.
En toda sociedad civilizada existe una ideología dominante que, como vio Marx, refleja las
ideas de los grupos sociales dominantes que se las arreglan para imponerlas al resto de la sociedad (a
los grupos sociales dominados) por procedimientos más o menos coactivos y sofisticados.
Por último, resulta esencial distinguir las ideologías de la Filosofía. El criterio de distinción
vuelve a ser aquí, de nuevo, el carácter crítico o acrítico (respecto de sus propios presupuestos) que
uno y otro tipos de saberes adoptan. La Filosofía no es una ideología, aunque a veces se ha convertido
en ideología. Así, el marxismo, un sistema filosófico construido por Marx y Engels, se convirtió
pronto en "la ideología del proletariado".

CIENCIAS
Las ciencias proceden de las técnicas precedentes; se han constituido a partir de los oficios
artesanos que la división del trabajo fue engendrando en ciudades que existieron hace más de
veinticinco siglos. Delante de cada ciencia hay una técnica muy desarrollada (la técnica de la
agrimensura, a orillas del Nilo, dio lugar al desarrollo de la Geometría). Las ciencias no surgen, pues,
de una necesidad de conocer, de un "amor al saber" (tesis aristotélica): la lingüística no nace de un
deseo de conocer el lenguaje, sino a partir de técnicas precedentes que responden a determinadas
necesidades materiales, como la traducción que transforma frases de una lengua a otra.
Pero, las ciencias no se reducen a las técnicas que constituyen su origen: la lingüística no se
reduce a las técnicas de traducción. La génesis de las ciencias es un proceso de progresiva
neutralización de las técnicas originales, un proceso que lleva incluida la eliminación de los "sujetos
operatorios", es decir, de los científicos que operan con los materiales propios de cada ciencia. Y
esta eliminación se produce en la construcción de cada verdad.
Las verdades científicas se construyen como resultado de procesos de confluencia de cursos
operatorios diferentes en una identidad que podemos considerar sintética -por residual- y en la que
tales cursos operatorios quedan neutralizados, así como quedan eliminados los sujetos operatorios
que los recorrieron. Por ejemplo, en el caso de la evolución (en cuanto hecho o verdad, y no en
cuanto idea o teoría), podemos decir que es una verdad científica porque es resultado de un proceso
de confluencia y síntesis de distintos cursos operatorios, es decir, de distintas líneas de investigación,
como por ejemplo la embriología, la paleontología, etc. Es decir, que el hecho o la verdad de la
evolución viene dada por distintas pruebas que pertenecen a distintas líneas de investigación
independientes entre si, pero que confluyen en un mismo punto, en esa verdad.
Y en esa verdad ya no aparecen los investigadores (los "sujetos operatorios"), sino que han sido
eliminados: ya no interesan a la misma ciencia, sino únicamente a la historia de esa ciencia. En
nuestro ejemplo, podemos conocer la verdad de la evolución sin conocer ni siquiera a Charles
Darwin. Y lo mismo ocurre, incluso de forma más clara con otras ciencias, como la Física o las
Matemáticas. En el estudio de una ciencia concreta estudiamos sus verdades, de manera que los
sujetos operatorios no aparecen, y cuando lo hacen, únicamente aparecen a título honorífico para
nombrar (y así distinguir) determinadas leyes, teoremas, etc. Conocemos las leyes de Maxwell o el
teorema de Bayes, pero no sabemos nada acerca de esos individuos.
El carácter público de toda ciencia estriba en que todos nosotros, como potenciales
investigadores, podríamos -con una adecuada formación e instrumentación- recorrer esos cursos
operatorios y llegar a la misma verdad (podemos, por ejemplo, seguir/reconstruir los pasos de
Einstein para llegar a las leyes de la relatividad).

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Filosofía Bloque I: La filosofía

1.3. Rasgos distintivos del saber filosófico


Uno de los mayores problemas filosóficos es la definición y demarcación (frente a otros tipos
de conocimiento) de la Filosofía.
Cada escuela filosófica, en torno a uno o varios autores, propone su propia definición o
autoconcepción de la Filosofía. Algunos filósofos han llegado a negar que la Filosofía sea "teoría",
que sea un "saber", mientras que otros lo han considerado el "saber radical y primero" del que
nacerían las ciencias. Wittgenstein, por ejemplo, tras llegar a la conclusión de que la Filosofía no era
un "saber sustantivo" (esto es, que no poseía un campo, pues éste había sido agotado ya por las
ciencias), abandonó durante años la actividad filosófica.

La Filosofía es una disciplina de carácter crítico. También las ciencias son críticas, pero su
potencial crítico desmaya a la hora de enfrentar sus hipótesis últimas (hay ciertas cuestiones y ciertos
supuestos que no se discuten jamás desde las ciencias). En este sentido, la Filosofía va más allá de las
ciencias, tanto en extensión como en profundidad: su crítica es radical. La Filosofía no se detiene ante
la crítica de los propios supuestos racionales. Conlleva, incluso, un trámite de autoconcepción, es
decir, tiene que definirse a sí misma.
La Filosofía es un saber "sustantivo", esto es, que posee un "campo" cuyos componentes son
las Ideas (la Idea de Verdad, la Idea de Tiempo, de Libertad, de Ciencia, etc...). Las Ideas con las que
trabaja la Filosofía se conectan entre sí de distintas maneras, formando diversos "entretejimientos" de
Ideas, que constituirían los distintos sistemas filosóficos. Cada sistema filosófico viene determinado
por una "symploké" (por un "entretejimiento de Ideas"), de tal manera que es capaz de responder a
cualquier cuestión a partir del mismo sistema.
De esta caracterización de la Filosofía se desprenden una serie de rasgos:
1º) Es un saber crítico de segundo grado, porque supone la constitución histórica de categorías
míticas, religiosas, técnicas, científicas, etc. Significa esto que la Filosofía no nace con el hombre, no
es connatural, sino un producto histórico-cultural erigido sobre la base de múltiples saberes previos
(saberes de primer grado), sobre los cuales se ejerce la actividad crítica (saber de segundo grado).
2º) La Filosofía es crítica radical porque se plantea su propio sentido (¿para qué sirve la Filosofía?,
¿tiene sentido hoy la Filosofía?) y porque no ofrece soluciones concluyentes, sino que plantea
problemas abiertos sobre los que mantiene posturas (enfrentadas a otras posturas) apoyadas en
razonamientos.
3º) La Filosofía no es una ciencia, ni necesita serlo para ejercer sus funciones críticas. Frente a las
ciencias que acotan ("cierran") una parcela de la realidad, la Filosofía se mantiene "abierta". Las
ciencias llegan a construir verdades que se hacen independientes de los sujetos que las construyeron,
mientras que esto no ocurre en Filosofía y por eso se habla de la “teoría de la felicidad de
Aristóteles”, la “teoría de la felicidad de Epicuro”, etc. No obstante, las ciencias y la Filosofía
mantienen una relación íntima y constante desde sus orígenes hasta nuestros días y hasta el siglo XIX
ciencia y filosofía permanecieron unidas como saber (llamado “ciencia”, “saber”, “filosofía”…)
4º) La Filosofía posee un carácter integrador del resto de los saberes: Cuando un filósofo intenta
responder a la pregunta de “qué es el ser humano”, tiene que tener en cuenta lo que del ser humano
dice la Biología, la Antropología, la Historia, etc… además de lo que han razonado otros filósofos a
los que tiene en cuenta de forma crítica.
5º) La Filosofía posee un carácter práctico: Es una teoría hecha para la praxis, para la acción, es
decir, para la intervención práctica en la ética o en la política. En este sentido, se suele distinguir la
“razón teórica” (que se pregunta sobre el conocimiento y la realidad) de la “razón práctica” (que va
dirigida a la acción).

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Filosofía Bloque I: La filosofía

TEXTOS SOBRE DISTINTAS CONCEPCIONES DE LA FILOSOFÍA

C
oncebimos al filósofo principalmente como conocedor del conjunto de las cosas, en cuanto es posible, pero sin tener la
ciencia de cada una de ellas en particular. En seguida, al que puede llegar al conocimiento de las cosas difíciles, aquellas a
las que no se llega sino venciendo graves dificultades, ¿no le llamaremos filósofo? En efecto, conocer por los sentidos es
una facultad común a todos, y un conocimiento que se adquiere sin esfuerzos no tiene nada de filosófico. Por último, el que
tiene las nociones más rigurosas de las causas, y que mejor enseña estas nociones, es más filósofo que todos los demás en todas las
ciencias. Y entre todas las ciencias, aquella que se busca por sí misma, sólo por el ansia de saber, es más filosófica que la que se
estudia por sus resultados (...) De aquí resulta la definición de filosofía que buscábamos. Es la ciencia teórica de los primeros
principios y de las primeras causas (...) Y es indigno del hombre no ir en busca de una ciencia a la que se puede aspirar.
ARISTÓTELES , Metafísica , I, 2.

E
n lo que nosotros afirmamos sobre Dios hay dos tipos de verdad. Algunas cosas, en efecto, son verdaderas respecto de
Dios, pero superan toda la capacidad de la razón humana, como el que Dios sea uno y trino. Pero hay otras cosas que sólo
la razón humana puede alcanzarlas, como que Dios existe, que es uno y algunas otras de esta índole, que también los
filósofos han podido demostrar con sus razonamientos, a lo cual los condujo la luz de la razón natural.
SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.C.G.

Y
o quería explicar aquí ante todo qué es filosofía, y empecé por las cosas más sencillas, como que la palabra filosofía
significa estudio de la sabiduría y que por sabiduría no se entiende la astucia habitual sino un saber completo sobre todas
las cosas, que el hombre puede conocer, tanto con vistas a obtener una orientación para su vida, como para conservar su
salud y descubrir todas las artes.
DESCARTES, Princ., Obras Completas,IX, 2.

L
a filosofía es la idea de una sabiduría perfecta, que nos muestra los objetivos últimos de la razón humana. (...) La filosofía
es la ciencia de la relación de todo conocimiento y uso racional sobre el objetivo último de la razón humana, al que su
condición de supremo están subordinados los demás objetivos y que deben reunirse en la unidad. El campo de la filosofía
puede compendiarse en las preguntas siguientes:
1) ¿Qué puedo yo saber?
2) ¿Qué debo hacer?
3) ¿Qué puedo esperar?
4) ¿Qué es el hombre?
La primera pregunta la contesta la metafísica, la segunda la moral, la tercera la religión y la cuarta la antropología. Pero en el fondo
todo esto podría reducirse a la antropología, porque las tres primeras preguntas se refieren a la última.
La filosofía, por tanto, debe poder determinar: 1) Las fuentes del saber humano. 2) Los límites del uso posible y útil de toda
ciencia. 3) Por último, los límites de la razón.
KANT, Lógica, Introducción, 3.

A
sí como la filosofía encuentra en el proletariado sus armas materiales, así también el proletariado encuentra en la filosofía
sus armas espirituales, y tan pronto el rayo de la idea golpee a fondo ese ingenuo suelo popular, se llevará a término la
emancipación de los alemanes en hombres... La emancipación del alemán es la emancipación del hombre. La cabeza de
esa emancipación es la filosofía y su corazón lo es el proletariado. La filosofía no puede llevarse a cabo sin la elevación
del proletariado: el proletariado no puede elevarse sin la realización de la filosofía.
MARX, Crítica de la filosofía del derecho de Hegel.

H
oy tal vez se puede hablar de la filosofía con las fórmulas siguientes; su sentido sería éste:
- contemplar la realidad en el origen
- comprender la realidad mediante el modo con que pensando trato conmigo mismo, en una actividad anterior
- abrirnos a la medida del que comprende
- mantener la razón vigilante de forma paciente y asidua incluso frente a lo más extraño y negativo
Filosofía es la concentración por la que el hombre llega a ser el mismo, al hacerse partícipe de la realidad.
KARL JASPERS, Iniciación al método filosófico.

T
odos los hombres tienen una filosofía, sabiéndolo o sin saberlo. Admitamos que todas estas filosofías nuestras
no sean tan valiosas. Pero su influencia sobre nuestro pensamiento y nuestra acción a menudo es desoladora.
Por lo que se hace necesario un análisis crítico de nuestras filosofías. Ésa es la tarea de la filosofía... Así como
cada uno tiene su filosofía, también cada cual tiene —generalmente sin saberlo— su teoría del conocimiento; y
hay muchas razones para pensar que nuestras teorías epistemológicas influyen decisivamente en nuestras filosofías.
KARL POPPER, La lógica de la investigación científica.

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Filosofía Bloque I: La filosofía

1.4. El origen histórico de la Filosofía.


La Filosofía nació como saber específico en las colonias griegas de Asia Menor y la
llamada “Magna Grecia” (Sur de Italia y Sicila) a partir del siglo VI a.d.n.e., con los llamados
“filósofos presocráticos” (Tales de Mileto, Heráclito de Éfeso, Parménides de Elea, Demócrito de
Abdera, etc.), quienes empezaron preguntándose por la naturaleza, el origen y la esencia de las
cosas (lo que las define, aquello en lo que consisten, lo que realmente son las cosas). Antes de las
explicaciones filosóficas ya existían otros tipos de explicaciones (como los mitos) que se basaban
en dioses que personificaban los fenómenos naturales y actuaban de forma arbitraria, eran
particulares de cada pueblo (los mitos griegos eran incompatibles con los mitos persas o egipcios)
y no se podían verificar ni criticar (se transmitían de forma literal y oral, no se podían modificar ni
alterar). A través de sus mitos cada cultura obtenía respuestas a las preguntas que los integrantes
de cada cultura se hacían (¿por qué mandan los que mandan? ¿cuál es el origen del mundo? ¿qué
debemos hacer con los prisioneros de guerra?, etc.): los mitos de una cultura funcionaban como
modelos a imitar por los integrantes de esa cultura, pero no valían para otras culturas (cada cultura
tiene sus mitos y sus dioses y estos son incompatibles entre sí).
La Filosofía nació en las colonias griegas porque en ellas fue necesario compartir productos
comerciales con gentes de otras culturas que tuvieron que convivir y compartir normas de
convivencia (leyes) y explicaciones comunes. Y en lugar de que una cultura impusiese sus
explicaciones mitológicas a las demás, lo que ocurrió fue que se empezaron a buscar explicaciones
válidas para todos. Y para ello recurrieron a la razón (“logos”), a la observación, la
experimentación, la crítica…
A partir del siglo VI a.d.n.e., los “filósofos” se dedicaron a plantear preguntas y buscar
respuestas mediante el uso de la razón y de una forma crítica (analizando todo racionalmente, sin
aceptar nada que no estuviera apoyado en argumentos racionales.)

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Filosofía Bloque I: La filosofía

1.5. La Filosofía y su Historia: Esquema.

ÉPOCAS SIGLOS IDEAS DE PARTIDA ALGUNOS FILÓSOFOS


REPRESENTATIVOS
Antigua VI a.d.n.e. - III La realidad, la naturaleza. Presocráticos
Sócrates
Platón
Aristóteles
Epicuro
Medieval IV - XIV Dios San Agustín
San Anselmo
Santo Tomás de Aquino
Guillermo de Occam
Moderna XV-XVIII El ser humano, el Descartes
conocimiento Leibniz
Spinoza
Hobbes
Locke
Hume
Rousseau
Kant
Contemporánea XIX-XXI El ser humano, la sociedad, Hegel
la historia, las ciencias, el Marx
lenguaje, la existencia… Nietzsche
Heidegger
Sartre
Russell
Wittgenstein
Marcuse
Foucault
Habermas
Vattimo
Deleuze

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